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+ 15599 LAETICA DE LA SOCIEDAD CIVIL. ADELA CORTINA 1. Del monismo al pluralismo moral Aquelias sociedades en las que ha exstido una uni6npoe dev tpo que se han const do como estados confesionsle, se han acostambrade a giise por un:cbdigo.moralnic, dado por ls personss Facultad para ello desde el convenio correspondiente en tre ambas insiuciones. ste a sido, sin data, el caso de Espatay de buena pvt de pats de America Latina, en Jos que ha estado vigente un eédigo moral nacionaleatle Co, es deci, el cédigo moral propiesto al Estado por una parte de la jerarquia eclesistiea igada sun sector muy de- terminado de ia ociedadconcretamente, al sector police } econmicamente dominante ™ ne mia orden de coms, oto piesa ido una experendn sine Gate sco ears como hess, tid ose paratgmat co aes qu hy hid be teglnenes coon, longue anita nperee oe edlge moron, une ecoga inn anon cees iit Un determtado grap tones sabi se erepbe tn xc el erethoy nap de nga ces eo iene oma par lt canes pe o's ar a ide tn Weslo, como orale hen presniarent dene a7 aeeeeenenesannennnnnnnnnnnnnnennn ‘v0: , cualquiera que diserepara dle las interpretaciones admitidas por Ia vanguardia del part % 5 de perversidad burguest y t- na que serlevada ala hoguera, como en los viejo tempos. En todos estos patses, fuera cual fuere el grado de cerra- 26n, eLadvenimiento de ia libertad religiosa , con ella, el fin ‘del c6digo moral ‘nico, sea religiosoo secular, supuso el co- mienzo de un perfodo de autértico desconcierto desde el punto de vista moral: Los ciudadanos se habian acosturbra Go a tomar como referente las directrices de aquellos a ‘quienes correspondias, bien para tenerlas por buenas, ben para asumirlas pero desde una distancia critica, bien para rechazarlas abjertamente, siutindose en la posicién contra ria, peo siempre teniendo esas orientaciones oficiales como punto de mira, Yes que con elcédigo moral Gio ~sea cristiano, musule in, judio e laicistr- ocarre lo que con los personajes del teatro moral inglés medieval, de los que nos habla Alasdair Macintyre. Segiss él, tanto en exe tipo de teatro como en el teatro NO japonés, aparecen una sere de personajts que el pplblico réconoce inmediatamente y que marcan el tono el drama, porque los restantes persoziajes los toman como referente, sea para guiarse en sutconducta por sus palabras, sea para actuar justamente por reaccién a ellos. Quien no Sepa reconocer y comprender a es0s personajes tampoco entiende el conjunto dela obra. {Algo similar ocurre con Ia trama de Tas orientaciones| ‘morales en paises politicamente comprometides con una confesi6n religiosa con una confesion laicista: que los et Gadanos fa toman como referente moral, sea para acomo- “arse a sus prescripciones, sea para asumirla desde la critica interna, sea para rechavatlaabiertamente) 38 ste ha sido el caso desEspafia durante la época franquie- ta, ema que estuvo vigente el cédigo nacionsaleatlico, es de- tit, el expresivo de un sector determinado del catolicismo, Gon respecto a él puede decirse que una parte de la eda: ddanfa lo acept6 como su cédigo mora, otto sector ereyente -asumi6 una parte de él, pero eriticando otra parte desde #0 propia fe, y otro sector lo repudié abiertamente. En todos estos casos el reerente social, el"persoraje”erael mismo, También en los ples comnts vit, como hemos dicho una tans cde aig moral nnn eat eno eo ‘muna aici, pro aden acompanato dln pos dad de ejrer aren en unos pals pemadostoinente de libero de opinion, expres y resin, en los que a sociedad civil habia sido abolida) El individuo se encontré 2Besutamente inerme fete von Esa omnipotent, una ‘eral ee tei socal eared esocacone te dat ene et indivivoy el Erato, que componen in or crea de una soled i un sociedad cl ponte “ta Chua de lt eecnet que lamer aprendig fel celccvie to de los Pate del ne pligran derechos de inh uony de lor gapot que no w auhlees Incondidons: mente sate or eso hoy en in pendores como “Rndre Gora Jagen Habermas, Mics Walser? Joh Heaney ene note Vicor Péter Dine, dese po tes dein ivan reconstsir foraecetInsociedad > ‘ant en tor antigios pues comnts como ca de tocracas ieraes'con 7 fn de evi eae ots coms {hee pode extn acae engllendo a "OA Gar, anton pin La en 8 "eit atten Cy Sara, 10,9. 28m ay tM ep ld Me 8, 39 Sin embargo, lo que ~a mi juiclo- no sefalan abjertamen- te extos autores es que el fortalecimiento de la sociedad civil ‘requiere, como condicén de posibilda, la potenciacién de tuna ética compartida por todas los miembros de esa misina sociedad porque, sin unos minimos morales compartidos, ‘mal van a senirse ciudadanos de un mismo mindo®, Gieramente,inivduosque se encuentran casiaente én una comunidad. pais y no tienen mis remedio que Eonviviren ella, porque emar de nacin resulta Hato frail pueden esiorearse por elaborsreodigs judas park defender sus derechos ndvidualen. Perot derecho eto talent inuficiente para crea en esos inves a con slencia de que son miembros coparepes de una misna 9 Sid go Sl cls pensar dee nls Acepaos. Por ea importa hoy recordar -con Vitor Peer Dian el isunsubie papel que ln soctedad ch gaa pafses como Espaa en la consti dum ext deo ‘mocritco, como también aigmare un ugar prigutano.en in ‘ pero este Jobe ecu: dono basi, sine que potenciar unos valores morales que ya comparten 4 do los trazos de una auténticaétiemde la sociedad civil La é vel hecho de que, tanta cen es pais como en los eonfesio nalcomminisias estuviera vigente aparentemente unesélon un buen néimero de ciudad ula etestiones no talesydfcil de superar me tarde. Parece a tales ciudadanos pasivos que las orientacionesmoraleehan de venir de algan ‘cuerpo de legisadores especialmente designado para ello y ‘Que 5 better wo qade-dino-obetictoro-recimenkt ‘Planto"pero, en este segundo caso, desde las directrices da {das por otros legisladores distincos a los reconocidos en el Ci in ins re inp 9 40 correspondiente. Con lo eval tvtavia no hemos gana ‘ei Reale aa in tino, quenesemeP ee rOienatamaeerey, ro 8 aunque sea buscando fa ayuda de asesores adecuados, el apoyo de gentes que nos merecen confianca, Giertamente, no resulta ficil una poblaciém habieuada, Por exo en Espa, por clemple cl reconee talento rea dela Hberad tligios ent ta Constincion de 1078 prodiyjo una stuacin de auténuce desconcetoy cl fin del read det edligo moral tnico signieabe lade. alimienio de ot rey ol insnuracion desina paca de a terregno? gAl monismo mora succdian el waco tes deco intereegnc) el poltetamo (es dei, la anargla tu, siaevo monisme solapado oe celebérino parlionay 2. No todas las opiniones son igualmente respotables Durante algiin iempo ~recordemos-ta incdgnita qued6 sin despejat. Parte dela poblacién pensaba que sin uns fun, dameniacion religiosa de lo moral no tenia sentide hablar ‘de moral alguna y, por lo tanto, se aferraba a la idea de que Tomando ‘como consigna la conocida afirm de pensaba este sector de Ia poblacin espariola que la nueva stuacién nos dividia €en dos bandos: los creyentes, orientados por una moral rel. giosa,y los no creyentes, oralmente carentes de moral, pa Flos que todo vale, cuaiguier cosa esti permit Sin embargo, otra et « Paro tioumeme se cmpelat oe a 4iien ali se tas componga en ests materia. En el terreno moral -afirmaban—es imposible llegar an acucedo que ne Sea xsl {mtersujeliviadses dei, afirmaciones quevalgan, nc sole parasol misma, sino tives Curiosamente, quienes mantenian esta dkima postura {refan ser muy progres y ear defendiendo wn "sane phics, lism moral, porque entendan que el pal no s6lo en opt sino también en firma Que en as cuestiones morales todo es miy-sujetivoy todo tepende de las preferencias indiidusies, Si este subjedvisnio MOF aiadia et progee EREUERHEn 42 ~auauyjuitio~ indiscatible sentencia de que es imposible encontrar fundamentaci6n alguna para lo'moral, sea en la religidn, sex en Ia razén comén 2 molten 'modernidad y-progresta. No sélo defendia frente aloe ce. tiles y antediiuvianos monista, aferrados al cédigo nico BOF lemos 8 quedarse sin rasta de moral, que Ip moral es ‘muy subjetivo, sino que ademés quedaba de. n To cual pavecta haberse aleanzado tras siglos de esclavitud el reino de la libertad. Con die Jess Cnt en engme det onal ont, la portmoderaidad puede entendere coma ua este ie Interpretar ia ibertad, tas as huellas de Nicwacke eee egg Sy laa Santana suse la defense de ies ‘adh mis queta del debe, propucstas de Nitschyy Ree deqger intenarian liberarnon, no. slo te mandger y cbees, sno tambien do odo fudeoranse aan nga t representa alin tipo de eugencia notmatiee Y reco pocer que en a razén de todo hombre ay fundamen st, coal ig anni Te Mic 42 ficiente para comportarse moralmente, y ademas en un sentido determinado, por abierios que sean los trazos del ‘camino, obliga en realidad a seguir las directrices raciona- lesa cualquiera que desce vivir racionalinente Claro que siempre queda Ia salida de renuciar ala ra26, pero no parece ésta una solucién muy digna, habida cuenta e que tina "razon sentiente" ~por decrio con la tradicion ‘ubiriana~es la facultad que nos permite entendernos. Por 80 el posibies exigencias.racionales, diciendo sencillamente que yaue quien otra cosa defienda, es un cavernicala, un poco mas Modernito que el monistareligioso, pero cavernieola al fin yala postre Estar a lay e 0. ‘ode undameniain, echo de pensamiedo fens fe es algo que suena como hilerlanay pause com sas Tonge Sa tial pensioner desi sea ‘moctitico al, a menos en apariencia, No sucle recordar ‘que fue precisa smente en el pensamiento heideggeriano, raiz del actual pensamiento débil, en el que pareeid encontrarse mas asus soos za hienio Foi abe apa in io por Kant, por aquello de que tambien cra seman, y denis na gion atonal embugo no debs aa Je mucho al narismo aquet intento kantiano de fundamen tar en la razon que (oda persona es fin en isinaynocun simple medio, ue todo ser racionel posee uh valor abs toyne ind vidualesy grupales: Admittr que tales principio estan in traiados ya en la raz6n de cuales ser humano supone conocer impliciamnente que quien no los respete secon Porta como tin animal, y no les debid gustar alos ation a. {osyrubios, la idea de verse relegados ala categoria de ant 43 males por su modo de tratar a judios, marxistasycrstianos. Resuliaba obviamente mucho més confortable un pease ‘miento, como el heideggeriano, que se niega a fundamen. tar racionalmente y aconseja quedar a la espera del se, Notnto, por supuesto en aan walday Nevada polén ca acerea de en € helSeggeranO Ser'ydemportete lnrvado el nazismo, sino en algo mucho man sence aos, fuera ta ono la ltencin de Heidegger le bien ore Que un pensar ques limita a eaperas Cl scwennlests del siry no busea essones compart pe a mori, co Contediendo en realidad patente de corso ales podocee para que hagan tanto quleran, con total puna mace nly por tanta, mara deade tangas y capes, 2 prac ‘ar Ssterndticamente un genocidio mnvbericond con apr ‘echamientohucrav ined. Por eso no apuesa este libro por pensamientos débiles ni fuerte, porque semejante clasficacion le parece bastante ex tipida, Sno que : alist, que ba = fondamento, base, 0 como decirse quiers, en una raz6n hit ‘mana que, como tal s6lo puede ser una raz6n sentiente® Pero, regresando a la Espatia de 1978 y otros paises en diversas fechas, muy especialmente los latinoamericanos, el panorama moral parecia plantearse como una auténtica Aisjuntiva: 0 monismo troglodita,carpetovetSnieo por mis seas, pluralsmo subjetivista Piabida cuenta de,cie “sub jetivisino” significa que en cuestiones morales cida quien 44 ‘pina como quiere y no es posible Negara més acuerdos ue los contingentes, es decir, los que surgen de una felis oincidencia, que se produce casualmente, peto con la mis. ma casualidad podia no haberse prochcida, 19 cual, como vveremos, es poiteismo y no pluralismo, Giextamence, la ercencia de que la mencionada disput ‘M2 resulta insuperable y que entre el cerrilismo de los mo- mente, flsay descansa en una comprension bastante def ciente de lo que'seael pluralismo moral, Término que urge pluralismo consistiera en una muttitue aclarar porque, sel de. re Sultaia imposible a los ciudadanos de tina sociedad lors. lisa las coincidencias cafuales rno dag! como para constiuir conjuntamente; dan, lo si. ‘mo, para viajar ala ver en el mismo tren o en el mismo bar. 0, cuando los pataferos coineiden en las misinas fecha y hora, pero no para construit, Para eso se necesita algo més que una casual coinciden: cia que viene de fuera: ida aunque esa voluntad limite a unos mnimos elementos compartidos®, Tales mt. imos son en realidad indispensables para hablar de plira: lismo y no existen, en cambio, en una sociedad en qe im pere el politeismo axiolagico. 3. No palitefsmo, sino pluralismo 1a expresion “poittno-mxiolgieo” fue acuiada por Max Weber para desenbir uno de bs resnade e tetas Fon Sopa rains dsp. 6c Sn ena ha nays yap ac Biase ge 45 TSC SSSSSSHSECESETIIIT Jos que condujo el célebre proceso de m6 zg Sido por los patses occidentales desdé 108 albores de la Modemidad. Segin Ia conocida descripeién ‘de Weben tendria este proceso un doble rostro: consist, por una parte, en un progreso-en ta racionaliaci6n de las sas-soeiales y forinas de pensar y, como consecuencia de “ese progreso, en un retroceso de aquellas formas de pensa. miento religiosas y morales, que mantenfan cohesionadas Lee ea ymora etroceso al que se ha-denominado-"de: sencantamtienta! cle! mundo, porque aquellas creencias el mundo "encantaco" van dliluyéndose frente al arance inexorable de la racionalizacion. ¢Es que las imagenes religiosas son itracionales y por eso retroceden necesariamente cuando Prospera la razén? Obviamente para responder « unt pre. una como ésta es necesatio alarar primero qué entende- ‘0s por racionalizacidn, porque en sx comprension tadien la clave del enigma. En efecto, e} progreso en taracionalizacién al que se re- Sere Max Weber comsisteen la aplicaciém alas distintas for de un uso determinado de la raz6n: el uso llamado "eacionale- ", “mesoldgico" o bien Mis 1". Se Tama, asi porque se trata de una raz6n perfectamente habituada a des : ne mo también a ealibrar las conse ‘eoteeahe realizar determinadas acciones, pero que nada quiere saber de valorar Ios fines titimos, porque Ja no st bria desde donde hacerlo. Los fines y valores ttimos se aceptan o se rechazan, pero es imposible arguimentar a fe- vor de unos u otros, pretendiendo que son racionalmente 46 superiores, porque no hay otros fines 0 valores desde los {que ealibrarios Ahora bien, precisamente eso aove#'y fines ihimos it nieronjustiiios trad : Bose del mundo y, pesto que i rt instrumene que Sea erigido como faionatoad nica es motente par nevis como st negocio propo, van qedando relegados co fn rca, oo mes da cepa 8 ehan Por algin tip de fe, pero sobre la que nose puede age mentat Atrance de ida mesoldgicaacompat as come na cars de la mneda, deena “lips solic de} mundo y, come su lama con ope ol nlp enter que cay lian pot saree aaa nnn at eal. Iselge por sna epic de eo cormeonata En Festa, tiers que tar Ge comencora oun persona de spe Foridad de lajeraruts ce valores que a elegide, esa Capaz de aportar atgumentos para contencre, sent mente porque tales agumentos no. extn: pore se Predict en clterreno de lo valores un potato, pore ace tno "oss sm os, sepia su eargu de woke, pero cs mpouble encontar atoms dee peda evsros encontrar in acusrdo argumentago, Be ah que eae ‘nalmente 2 un acuerdo intersubjetivo. PER More, i cece ay nl ‘sie “Tro ai 10 Gente de Jom} once Ca Cre ‘et Cn a i a7 5, Gieramente en tis sciedades com demeracia iberl es ui muy extendida la conven de qu as cusiones noc lesson muy subjetivasy de que el pram conte en to lerartasopeones jens Por eso en los debates de teleiion sobre cestones morales se acostombra invita a epresen tantes de pestrat totalmente enftentalas sobre tena, je ada tino de ellos deenda su punto de vst, sn Pretender en modo alguno quelgguen a acuerdo. Precisamente que se produjera un acuerdo entre los terlocutores seria un fraeaso para el programa en cuesién, pporque “lo que vende" son las discusiones agras, los insul- tos los portazos. Lo ideal para los organizadores serfa que al final del programa los presuntos contertlios Negara a las manos, porque al dia siguiente seria la comidifla de to- dos los espectadores: "-Viste ayer la que se arm6...? Yeso es loimportance en esta nuestra cultura de la imagen yel soni que "se hable de", en el sentido de que se comente; no {que sea verdad, ni mucho menos que se hable para tratar Se legar aun acuerdo, Encontrar ejemplos de este tipo de debates no seria dif i, sino todo lo cantrasio: bastaria Zon enchufar el aparato Ae television. Lo complicado serfa mas bien encontrar con- ltagjemplos. si no, atiendan a un programa sobre eutana- irmis ejos Sin duda habra un representante de Pr Via y otro de Derecho a Morir Dignamente, se enzarzarin ‘en un pelea mis 0 menos desagradable, en Ta que mutua- mente vendrn a tacharse de inmorales y, después de ha- ‘berse echado los rastos ala cabeza, regresaran a sus casas sin haber modificado un apice su punto de vista, Sin duda adueirin en su descarg los organizadores de tx Jes debates que esos movimientos son justamente los que so- cialmente se preocupan del tema y, por lo tanto, que una dis- ccusidn que pretenda reflejar el pluralismo del sentir social ho cumple si cometido so cuenta con exe ipo de grupos 48 Adadirin también que escuchar yooes diserepantes ¢s fo que ayuda, tanto a formar el propio juicio, como a eultvat la tle- ancia, Factores ambos sin los que es imposible un sano pli ralismo, Yen parte tendrn razon, pero s6lo en parte. Porque ses verdad que nuestros debates no pueden ser nno discusiones, més 0 menos agri, entre intelocutores que parten del desacuerdo y ni remotamente pretenden ponerse de acuerdo, entze otras razones, porque les parece imposible aleanzazlo, entonces no hay pluralism alguno, sino politeis ‘mo craso. No puede haber pluralismo entre ciudadanos con perspectvas tan absolutamente diferentes como pueda hae berlas entre un mareiano y un selenita si es que tales seres cexixten, porque el pluralismo exige ~como hemos dicho al ‘menos un minimo de coincidencla, surgida desde dentro, Comins, pes acara-que-defonder-el-ebjetva= er ls de un sano pluralism: e plural, por spare, ct totalmente tacompatisiecone feta oct Ysucede queen lassociedades con.democraciatiberabes precisamente cl piuralismo-el-quelas hace posibles, porque ‘consisic.en, compartir unos-mninimes mornles- i pluralismo. stay en respetar, precisamente desde egos minimos com [partidos, que cada quien defienda y persiga sus ideales de felicidad, Ideales que, 2 mi modo de ver, configuran ya lunos "miximos éticos’ en los que no tienen por qué estar de acuerdo todos los ciudadanos para convivir~no slo pa- a coexisir-, desde el mutuo respeto y aprecio, ‘Trataremos brevemente sobre qué sea es0 de-fos mini ‘mos y los méximos, un tema que hoy es ineludible para ‘construir una moral cvica, una étiea de In sockedad civil con, end do rin esp. a9 4 Eiieas do itoimos'y-éicas deméximos Si "politeism-axiot6gico™ significa que loseiwasdanps “exeen er zno pueden superar ese subje fs decin, que no prieden Raceslas Meraubjerivye racionalnenite. porque be fay argementos que To lagan posible, ‘pluraligmo' moral” significa, por el Imoralea aunque no compartan la msn concepelon com pleta de vida ena ms En exe sentido es en el que un buen niero de pens sores ante desde e"iberaismo polio" comes eco pparadigmatco de John Rawis, como desde lo que yo quisiera amar un "socialismo dialogico", defendido por Karl Otto ‘Apel, Jirgen Habermas y cuantos defienden In llamada ett ©; ca diatdgica"®,vienen preguntindose hace a algunos anos & c6mo es posible mantener tna sociedad pluralist, sendo \ & lisdntas concepciones de felicidad. No digamos ya tna 50; Siedad muldedturalsa, en que ls ditrencae no son ts {que exsien entre grupos formados en sina misma cultura, "E> sino entre dstinas cultras. Como ee porible, no s6lo que & Soexisan sino que eonvivan, como deciamosantes? = va & La respuesta bastante generalizada esa de que la conve venciae posible sempre que as personas conpartan uns Siege cs em p98 A Cone, i aie 7 dr mf 2 ™ am, ‘atin Sen Ss Ee Tate, Sim mt non mie kA Car hi SSipecoant Sete ce 50 tnfnimos morales, entie Tos que cuenta la conviccion de ‘que sedeben respetar los ideales de vida de los conciudads- "Ros, por muy diferentes que sean de los propios, con tal de Que tales ideales se atengan a los minimos compartis. Este empeio en defender y potenciar wos minimos p a que ea posible una convivencia real Gene sus raices is- ‘rleas en Ta nefasta experiencia de las guerras de religion, {que asolaron Europa a fines de la Edad Media y comienzos dela Moderna. Estas guerras twieron sin duda eausas eco- ‘némicasy politics, e incluso se debieron también a motva. clones psicolégicas de ambicién y poder, sin embargo, sete- vistieron con la capa de la intoleranca relgiosa, y causaron talnimero de matanzas, orturas todo Upo de surimiento Fsico y moral, que cuando empez6 a experimentarse en ak sgunos passes dad de que gentes con distintos ere. dos religiosos convivieranpacficamente, respetando de forma tolerante sus desacuerdas, pareci6 abrirse una nueva época no tener el mismo ideal de vida que el conciudads- ‘no no significaba intentar elimisare; la convivencia pacil- fa con €l era perfectamente posible, ¢ incluso fecunda, siempre que se compartiera con él Ia conviecién de que to” dos Tos seres humans merecen igual respeto y considers. cién, y que estan perfectamente legitimados para desarro- Tarsus planes de ‘ida, siempre que permitan a los demés actuar de igual modo. xa nueva experiencia que, asf enunciada, puede pare. cermios una obviedad, no lo es, sin embargo. ¥ no s6lo por (que ala humanidad le cost bastante siglos de aprendlizaje, sino porque una cosa es aprender a formular el enunciado, otra bien distinta, ponerlo en practica Desde el siglo XVI en que algunos pensadores empezs rom a redactar esritos sobre Ia necesidad de Ia tolerancia, las condita intolerantes e intransigentes con las concep» ciones de vida distintas de le propia siguen siendo parte de 5 a Ja vida cotiiana, como se ha echado de ver en guerras ein: prendidas por creyentes, en guerras emprendicas por lai ‘siz, y en la simple oposicign a que existan gentes que puedan pensar de manera distinta. Esta intolerancia, que Nevamos metida en la masa de la sangre y que ha escrito buena parte de los eapitulos mas amargos de nuestra pobre historia, puede ser superada: puede y debe serlo, Pero el camino para superarla no es el politeismo axiol6- ico, no es el subjetivismo moral, sino el-pluralisimo que ‘onsiste en respetar unos minimos ya compartidos, desde Jos que reconocemos, entre otras cosas, que cada quien es uy dueio de organizar su vida segiin us propiosideales,y {que es muy posible que esos ideales valgan la pena, aunque ‘nosotros no los compartamos plenamente. 2A qué se ren exactamente los miniios ya que los méximos? Gn algunas voces, cuya opinion comparto plenamen- - Air unos minimos morales de justia, aunque discrepemos ‘en los mximos de Teliidad. Val fSrmula podria expliitar se mis pormenorizadamente en el siguiente tentido. 5. La fémule magica del ploralisme: exigenias do jst: indtogon ala felicdod 1s conviccion bien extendida en el mbito filosofico la de que en el amplio conjunto del fenémeno moral cabria dlstingwir dos lados, que sin duda en fas conciencias de las personas de carne y hueso estan unidos de forma insepaca bie, pero que pueden y deben analizarse por separado sen- cillamente porque un andliis de est tipo resulta sumamen te fecundo para consiruir y fortalecer una sociedad pluralist. Se tata de la eélebre distinein entre "lo justo" "lo bueno" o, dicho de oxro modo, entre ls exigentias de Justicia y las favtaciones a la felicidad. 52 ‘Obviamente, resulta imposible dseiiar un modelo y unas nnormas de jusica sin ener como trasfonde la idea de qué «slo que los hombres tenemos por bueno, en qué nos pare- ce que puede consists la felicidad. Si decimes, por ejem plo, que tenemos por injusta la actual distribucion de la ‘queca y que es urgente emprender a tarea de establecer un ‘nuevo orden econ6mico nacional e internacional, serd por. {que estamos convencidos de que poseer una cierta canti- dad de riqueza es bueno para cualquier ser humano, ya que asi puede desarrollar con libertad algunas de sus planes de vida, y ademés porque creemos que es bueno que exista cequidad en la distribucin de tos bienes sociales; 0 n0s pa. rece, por tanto, que el ideal de vida buena de una sociedad pueda realizarse sin atender a unos minimos de jstcia, Esto es wialmente cierto, y por eso tienen razén quienes dicen que no puede separarse de una forma tajante entre lo justo y'1o bueno, ni, por tanto, pensar en qué cosas pic- den ser exigibles a toda persona sin tener elerta idea de qué ce lo que hace felices alas personas. Sin embargo, tambien cs verdad que quienes tenemos por necesatio dstinguir en- tee Io justo y lo bueno no estamos pensando en ninguna se- paracién iajante, por que sabemos que en la vida cotidiana ‘nos planteamos is exigencias de justicia como aquellos bie nes bisicos, mfnimos, de los que ereemos que toda persona eberfa disponer para realizar sus aspiraciones a la felici- dad’, Para entender a qué nos referimos, seria bueno que practiciramos algunos experimentos meniales, como Ios s- ulentes, Imaginemos que pasamos una de las mil encuestas que fen este pais se pasan diariamente, preguntando a los en- euestados qué Genen por bueno, qué les hace felices, y lunos contestan que eiffan su felicidad en adquirir profan dos conocimientos, otros en disfrutar del eartio de perso- tn eteento eprom} orn a ac 53 mmehannenen ne - PELFLFSHLFHHSPITIIFIFIFSIIIIITIIIII: nas amigas otros, en trata de conseguir el bienestar de los menos afortnsds. ¥ supongamos que aconinuacion pr Samos ours enciestapreguntando eva ves en qué razors Se apoyan pars tener esos idenles por buenos, por flan, te La espe ptiran ser asim deo mis asad desde apelar ale propia experiencia de fo gratieane que tesa resultado en ocsiones dit de es ben, hasta recurtr a fa awtoridad e algunas ciency, 0 tambien de Personas que le merecen cxéito, oa creencns eigosa Por continuar el experiment, imaginemos ahora que ‘nosotros mismos tenemos una concepeidn diferente de qué [ipo de vida proporciona felicidad, como también una for ima de fundamento diferente, nos assiria algin derecho para recriminar a cualquiera de las personas encuestadas por su forma de entender la felicidad y por s modo de fun- Samentarla? ¢Podriamos esgrimir razones para exigieles {que cambiaran de ideal de felicidad, o bien tendriamos que conformarnos con hablarles del nuestro y comentarles co ‘mo desde nuestra propia experiencia 0 deade nuestra pro- pla conviecion nos ha Fesuleada gratificante? Gambianda ahora de tercio, pero intentanda completar ‘nuestio experimento, supongamos que pasimos otra en- ccuesta a las mismas personas, pregantindoles si ereen, por ejemplo, que todo ser humano tiene derecho a la vida y 2 los medios necesarios para poder vivirla dighamente, y que de ovevo nos encontramos ante respuestas diversas’ uot fentienden que seres humanos de determivadas razas no tienen tales derechos, o que no los tienen algunos minusvi lidos, mientras que otros responden, por el santratio, que toda persona tiene derecho a la vida ya los medios neces sis para desarrollarla dighamente. Es evidente que en este caso no estamos experimentando «con las convicciones que el pablico pueda tener acerca de la felicidad, acerca de cémo organizar el conjunto de bienes 54 en fies Seen eke ere oon ee ieee La verdad es que no hacen falta grandes experiments smentales, sno que, con s6lo escuchar y leer las noticia dia- riamente, sobra material para percatarse le que en cuestio- nes de justicia un ciudadano adulto es intransigente, mien tas quie, en lo que se refiere a proyectos de felicidad, un ciudadano adulto es tolerante, aunque pueda estar conven- ido del profundo valor del suyo. De experimentor como étos, ampliables casa fafinite verimons cancir que aunque en favidacoudiana juicy Feed wean den dea na moneda cues ‘es de uta se nou presentan como exgensns as que ios dar atin, dno queremos queda por debajo de Jos minimos morals nientas que los Weal de felicdad ‘os atraen, nes inva, pero no son egies ‘Yaqui radica otra de las diferencias entre felicidad y just cia: que mientray en una sociedad pluralisa los ideales de felicidad pueden ser distintos,y resultara iracional la con dlucta de quienes se empeftaran en exigir a todos sus conclu ddadanos que se atengan al que ellos Uenen por adecuado, zo sucede lo mismo con las convicciones de justia. Cuando tenemos algo por jst, nos sentitios impelidos aintersubje- tivarlo, a exigir que los demds también lo tengan por justo, 55 porque ciertamente existe una gran diferencia entre lo ju ios "esto es justo" y “esto me conwviene”, pero también etre los uicios “esi es justo" y "esto dala felicidad” Si digo "esto me conviene", estoy expresando simple ‘mente mi preferencia individual por algo, y i digo "esto hos conviene” amplio la preferencia a un grupo; mientras cuando afirmo “esto es justo" estoy confiriendole un peso de objesividad que queda més all de preferencias persona. les y grupales: estoy apelando a modelos intersubjetivos, que sobrepasin con mucho el subjetivismo individual ¢ ‘grupal. Decir que “esto hace feliz" es, por contra, bastante més artiesgado, porque zquién se ateveri a decir que esto ¢s 10 que hace feices a todos los seres hnumanos, aunque parte Ade ellos e niegue a aceptario? ‘Yesta doble faceta de la morales la que provoca grandes confusiones en una sociedad que ha pasado de tener un sigo moral tinico a proclamar el pluralismo, En efecto, escarmentada de Ia itransigencia del m ‘mo moral y totalmente en guardia ante cualquier aparien- ia de intolerancia, cree que “pluralismo” significa tolerar todo, aceptar que todo vale ¥ que cualquier opinién es ‘gualmente respetable, Por otra parte, esa misma sociedad se pereata de que todo no le da lo mismo, que fe indignan a corrupeibn, la violaci6n de los derechos humanos, lain: justicia y que no est dispuesta a tolerarlos porque le pare- ‘ce inhuimano, Con lo cual anda bastante coitfundida al me- ‘nos por un largo perioda de tietpo, En nuestro pais este periodo ya ha pasado y ha llegado el momento dle aclarar que fa formula del pluralisino no “toro vale”, sino: en lo que respecta a proyectos de felt

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