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-210- “sin que se mezclen con ellas las de otro extrafio”. De todo ello, el comprador “ded. cird lo mucho que compra, por tan débil precio”. He au‘ la sensibilidad “barbara” al desnudo: la reivindicacién de la muerte en familia, la cotidianidad de la muerte codedndose con los fri0s ~y certeros~ razona- mientos econdmicos de un burgués avisado, el “reclame” del nicho lo sagrado para la sensibilidad “civilizada”— ofrecido como quien vende una mercaderia corriente. ero el Cementerio Nuevo debia conservar “con respeto” las cenizas de los muertos y atraer “con el aparato del lugar aquellas saludables impresiones que ‘se producen en el hombre cuando medita sobre su miseria’, es decir, set lo opues- to de los cementerios “salvajes” de la época, con 10s nichos abiertos, los huesos y calaveras desperdigados en el suelo y los ataides flotando en los pantanos. Los ni- hos, 642 segiin el plano, debian disponerse “alrededor de una hermosa y elegante galeria... en tres drdenes"™ He ahi la sensibilidad “civlizada’, a que procuraba con el “respeto” devolverlea la muerte majestuosidad y Poder, y con la belleza (y lejan‘a fisica) del Cementerio ‘Nuevo, negarla y alejarla, ‘Nuevos tiempos asomaban, Al castigo fisico sucederia la casi imperceptible pero més eficaz represién del ‘alma, la opcién por convencer de su culpa y su necesario sometimicnto a los niios, los _jovenes, los locos y los sectores populares; al desparpajo del cuerpo, stencorsetamiento; ala sexualidad “licenciosa”, la puritana; al predominio de lo lidico, la obsesién del trabajo y su diferenciacién absoluta del juego; alas desvergiienzas del yo, la construc- cidn del castillo erizado de murallas y fosos dela intimidad; y, coronando los cambios y sutilmente vinculado a todos ellos, a a muerte exhibida y cercana, despojada de su ‘majestuosidad y Poder, la muerte alejada, negada y terrible. (G4. RAGA, Tomo XV, acuerdo el Cabido de Montevideo del 21 de marzo de 1828, p. 230-242. LIBRO SEGUNDO El disciplinamiento 1860-1920 PARTE PRIMERA: LOS FUNDAMENTOS CAPITULOL ELNACIMIENTO DE LA SENSIBILIDAD, “CIVILIZADA” ¥ SUENTORNO- 1. A la bitsqueda de décadas claves El investigador de la historia de la sensibilidad advierte que hacia 1900 esta en presencia de sentimientos, conductas y valores diferentes a los que hablan modelado fa vida de fos hombresen el Uruguay hasta por lo menos 1860. Una nueva sensibitidad aparece definitivamente ya instalada en las primeras décadas del s glo XX aunque perviven —tal vez hasta hoy- rasgos de la anterior “barbatie”. Esa sensibilidad del Novecientos que hemos llamado “civilizada”,disciplin6 a la sociedad: impuso la gravedad y el "empaque" al cuerpo, el puritanismo a la sexuali- * dad, el trabajo al “excesivo” ocio antiguo, oculté la muerte alejindola y embelleci dola, se horroriz6 ante el castigo de nifios, delincuentes y clases trabajadoras y prefirié reprimir sus almas, a menudo inconsciente del nuevo método de domiracién elegido. y, por fin, descubrié la intimidad transformando a “la vida privada’, sobre todo de la familia burguesa, en un castillo inexpugnable tanto ante los asaltos de la curiosidad ajena como ante las tendencias “bérbaras” del propio yo a exteriorizzr sus sentimien- tos y hacerlos compartir por los demas. En realidad, eligi, para decirlo en menos palabras, la época de la vergienza, la culpa y la disciplina. Esa sensibilidad que hizo del “pudor” y el “recato” una norma sagrada que impu- soal alma y también al cuerpo, ;cudndo domin6 ala anterior sensibilidad “barbara”, la del juego y larisaestridente, Ia libertad gestual, la muerte macabra exhibida, la violen- cia fisica y la desverglenza con que el individuo se mostraba e imbricaba en lo colec~ tivo? En la historia de la cultura, las fechas que delimitan periodos soncasi fantasias. Y sin embargo, la Historia necesita siempre de marcos cronol6gicos que, a pesar de su arbitrariedad, permitan entrever su sustancia, el tiempo. Vaya esto como advertencia al intento que sigue de aprehender dentro de qué limites se situé e! nacimiento de la sensibilidad “civilizada” en toda la sociedad uruguaya. ‘Unandlisis cuantitativo de las mas significativas medidas gubemiamentales y las, ‘modas sociales indicadoras del triunfo de la “civilizacién”, demuestra la existencia de tres décadas claves en Ia implantacién del nuevo orden: los afios que van de 1860 a 1890. De 33 hechos de esa naturaleza que hemos relevado, 26, 0 sca el 79%, corres- pponden a esos treinta afl. Seflalemos los esenciales, En el terreno del disciplinamiento del ocio y la anulacién de la fiesta, de 1873 es el cedicto de la Policia de Montevideo que prohibié el juego de agua en Camaval y fuera 16— acatado por vez primera por la poblaci6n; y de 1877 es el Decreto Ley de Educacign ‘Comin que impuso a los nifios a obligatoriedad de la concurrencia a la escuela primaria, El rechazo de la violencia fisica experiment6 su primer gran triunfo efectivo coq Ja prohibicién de esa clase de castigos alos nifios impuesta por el Reglamento de lag Escuelas del Estado firmado por el Inspector Nacional José Pedro Varela en 1877, aunque recién culminé en 1907 con la sanci6n de fa ley que abolié la pena de muerte La implantacin del puritanismo sexual acusé un decidido impulso bajo el gobier. no eclesiastico del Vicario y luego Obispo, Jacinto Vera (1860 - 1881); se nuti6 dela rigurosas separaciones de sexos impuestas por los edictos policiales y reglamentos rministeriales en los “baios de mar” (1861) y el Hotel de Inmigrantes (1884), y tam. bién del horror ante la “seduccién”” que hasta los dirigentes sindicales anarquistas {estimonian en su prensa ese tltimo alo, Por tiltimo, e alejamiento de la muerte y su embellecimiento negador de lo maca- bro, hallaron su concrecién en el Decreto de 1861 que prohibi6 las misas de cuerpo presente en Montevideo; la resolucién de la Junta Econémico-Administrativa de la Capital en 1865 prohibiendo la concurrencia de los escolares en corporacién a los entierros de niffos; el triunfo de la cruz. sobre las imagenes macabras en los avisos finebres de la prensa entre 1865 y 1871; el edicto policial de ese titimo aio que ‘ordené llevar cubiertos los cadaveres en los alates; las primeras manifestaciones de la pompa fiinebre a la italiana hacia 1883; y la prohibicin por la Junta Beonémico- ‘Administrativa de Montevideo de ta propaganda de objetos finebres en 1891. Pero no debemos olvidar que a menudo estas resoluciones representan hechos so- cialmente diferentes. En algunos casos ellas respondian ala sensbilidad “civilizada” dela elite que buscaba imponersc al resto de la colectividad. La supresién del juego de agua en 1873, por ejemplo, creemos sea de esta naturaleza pues el juezo renacié con ferocidad afios después. En otros casos, en cambio, culminaban procesos en los que toda la socie- dad participaba del horror ante la sensibilidad antigua promoviendo su “civilizaci6n”, por ejemplo, cuando la Junta Econdmico-Administrativa montevideana prohibié en 1886 la instalacion de “carpas” cn que se vendian bebidas alcohlicas frente a los cementerios los 2.de Noviembre, hecho que fomentaba la “indecente” mezcla de la Muerte con la fiesta, \ipica de la anterior “barbarie” Por consiguiente, ciertas formas de la sensibilidad antigua tardaron en transfor- ‘marse mas que otras y el avance de lo nuevo fue discontinuo, contribuyendo a ello sobre todo las diferencias entre elite y mayorta, pero también un fenémeno mas dificil de detectar y sobre el cual la investigacién nuestra no ha avanzado lo suficiente: la ‘mayor supervivencia de lo viejoen planos como el de la muerte, por ejemplo, frente a la relativa velocidad con que fue vencida la fiesta popular y su acompaftante, el cio. Para explicar los diferentes tiempos con que los distintos planos dela sensibilidad “barbara” fueron sustituidos, muy probablemente debamos tener en cuenta el nuevo modelo econémico y social que a la par se instal6 en el Uruguay. De este modo se centenderfa con cierta sencillez que el ocio haya sido derrotado antes que la imagen macabra de la muerte, pues vencer al ocio form6 parte de los objetivos conscientes

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