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notas Las Mujeres en la Diplomacia Yolanta Monuifar Ugalde el ser humano, es inalienable, y la ley su- prema de toda ley positiva es que esta no sea contraria ala ley natural. Si se recalca en el ser humano, 5 a causa del difundido ‘Prurito de dar al homo sapiens el exclusivo Calificativo de hombre que ciertas mentes ‘pretenden asignar tnicamente a los homf- nidos del sexo masculino, por no haber 1o- ‘grado salir de los nebulosos prejuicios que durante 1a mayor parte de la historia de 1a hhumanidad excluyeron totalmente a la mu- Jer de casi todo género de intervencién en ta ‘marcha de las civilizaciones, ano ser como ‘elemento secundario para la reproduccién y ‘el mantenimiento de la sociedad domestica ‘en su aspecto estrctamente material El siglo pasado, sin embargo, presen- i6 la total apertura a 1a conquista de los derechos femeninos, desde el sufragio hasta la préctica de las profesiones liberales, que ro se concebian sino como privilegio mas- ‘culino; y se abrieron tas Universidades y los grandes Liceos femeninos para la for- macin de médicas, abogadas y cientificas, aparte de maestras y escritoras, cuando no politicas y gobemnantes, Uno de los dltimos ‘astiones alcanzados para ese casi cincuenta por ciento de seres humanos inexplicable- ‘mente discriminados por el predominio del s€x0 contrario (el "machismo" que se en- ccuentra ahora en plena derrota por doquiera), ha sido el de la politica, compuesto por ‘mrandes figuras de estadistas que dejaron indelebles huellas de su paso por la histo ria, como Isabel La Catélica, Catalina de 149 ——————————————————— OO nh notas ‘Médicis, Isabel 1, Catalina de Rusia y otras ‘que su condici6n de gobemantes permitié ct desarrollo de sus dotes naturales de inteli- ‘gencia y de cardcter. Empero, el manejo de las relaciones internacionales habfa siempre carecido de cooperacién femenina, pese a que nunca ha dejado de reconocerse en Tas mujeres una suerte de sexto sentido y de ‘especial habilidad para obtener éxitos en los asuntos diplométicos, aunque sin calidad ‘recisamente oficial. Las dos grandes guerras mundiales de este siglo sin duda han marcado una trans- formacin integral en todos y cada uno de Jos campos de la vida social; notable es verbigracia el caso dela diplomacia activi- dad en la cual la mujer ha pasado a ser miembro activo prdcticemente en todas partes del mundo, como una confirmacién de que ia igualdad de opormunidades de ser- vicio pilblico es para todos los seres huma- ‘nos no winicamente tn derecho para hom- bres y mujeres, sino ademés un deber. Han sido los tiempos modemos los ‘que han presenciado la definitiva incorpora- ccién femenina en el érea de las relaciones pi lidaes de ran carga ido responsabilidades de gran ‘eferentes las decisiones que tienen como ‘base la consecucién de la paz y de Ia just- cia imemnacionales. La Primer Minisiro de Gran Bretana, Margaret Thatcher, por ejemplo, ya varias veces reelegida en su cargo, es ante todo una diplomstica que

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