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Pa moBLEDAA ¥ DEL sér000 de ours conceptos. El wio de vatios términos en el lenguaje crn rayne a meni a dinone res a ves de immportncia tira en los objeto. Si tenemos dor tt Shinoy, que reponden a sendos conceptos,y uno de ellos bata para desabir adecuadamentedeterminados hechos, para prec Eris daticion ene ellos podemos preguntat en cada C0: {eudl es In oacign exacia que obliga & wliar Ios dos concep {oven verde uno slo, porque uno slo no acirta a descibirs? El examen de ls nots caracteriiat de Tay situaclones en que te cnige Ia intoduccién del segundo término para poder dev Gris, nor da la disinci ecia Para ingur pateas de concepton, tales come "ceentiaciind’, “crezasabel, "at erooons” scidiremot a ee reeuno metédin ‘laridad, dnincion; todo elo en vivian ana sttematzacion, Es meneser reacionar entre a lo dlintos concepts, piste Inicon de manera que consivayan un sitema coherente. El ale tem debe tender Ia silicided. (el menor nomero de con ceptes sion y el menor mimero de condiconey pera cada oncepo) y Ia pretsiéa, (a myor claidad en ia relacionel Tagias entte todos los concept). No pode conto propia mente una teorl; no comprende, en tlecto, enundados gene ‘ales que sven para explicr los hechos de conoimient Pero At puede ofteer un modelo concepeual que permita una ine. fretacion mis precisa del conuciento, Y Slo sobre la base fc wm modelo tenejante puede elaborare cualquier tor ero el objeto de mie etudio son ln concepts epistémt: costal como operan en hombres coneetoy, reales, deter iades por motvor peronai, condicionadon por cicunsancls 20 Eales Consiradon en’ conereto,creenc y conacimicnto no fon ajenr a a voluntad, nal deseo; slo pueden entendese en Sos raaconescon otto concepos que aren a la rardn pric ca La sstematiacion de los conezpiosepistemicon no, pee Ser ceada non remite a iow fine 8 los tlors del indus dela sociedad en que eth inmers, Por ello nuts andlsi, 4c os coneptonepitémicosterminard ton un examen Ue los Imerets que motiven el conociiento yl normas que pueden regularlo. Porque la teri del conocimiento no se ecche sn Su relacin con los fines del hombre en sociedad, en timo término, sin una tien El estudio desemboesa, se ene boro de si ec de ls ceening 1. DOS CONCEPCIONES DE CREENCIA Greencia como ocurrencia mental Empecemos con la primera de nuestras preguntas: :Qué es ‘reer? La respuesta podré ariararnos también lo que es saber, pues si el saber es una especie de creencia, Ins notas que desc. bbramos en ésta se le aplicardn también, Parece que algo debe pasar en el interior de un sujeto cuan. do cree y, por ende, cuando sabe. La creencia seria el compo. nente “subjetivo” del saber. La mejor manera de analizarla no seria entonces examinar lo creido sino el acto de exer. Creer seria realizar un acto mental de una cualidad peculiar Esta es la concepcién mis antigua y comin sobre la ereencia, Los escritos de Descartes, Locke, Hume coinciden en este en. foque general, aunque varien mucho al caracterizar el tipo de acto mental de que se trate. Para Descartes la creencia es un acto de la voluntad, para Hume un sentimiento peculiar, para Locke un acto de asentimiemto. En tiempos mis cercanos, tanto Jn lines fenomenolgica Brentano-Husserl, como la empirista Jame+Russeli vieron también ta creencia como una ocurren mental. Para Husserl es la “cualidad” de un acto, llamada “posi cién”, para Russell, una “actitud proposicional” subjetiva’ La teoria de la creencia més elaborada e influyente fue la de Hume. Pensemos primero en Ia diferencia entre la represen: {acién imaginaria de una escena, en cya existencia no creemon, Yy la percepcién o el recuerdo, que se acomparian dle ia creencia en la realidad de to percibids © recordado, ¢En qué consstvia Ja diferencia? En que, en el segundo cso —contesta Hume, Ja excena se nos da con una especial “intensidad” 0 “vivera™ se nos impone “con fuerza”, de modo que tenemos. un sent eto de firmeza, de realidad, el cual nos convence de la 1 Veose R. Devares (957, wa. Me), J. Locke (494, ih. w, cape 15 y 10, D. Mame (190, lh. x. pas, pars 710) F Seana’ (ae Mowe (eh, ey Js (HS ap) jap. xa) Hk Price” (90, pare: eaps, 3) cle Ieene un cncente resumen y cin dea nese Ie co 26 ot CONCERCIONES _ eREENCIA existencia de lo percbido 0 recordado, Huser dird mds tarde gue el objeto dein percepcin se nos da “de cuerpo precate™, Nivarmente” (Libhaftigy est at imponiéndose a nosouos no podemos menos que atentir Hue ya habla cro alge semejante ia creenia que acompaa a in percepcidn o al te hed wn pci ett erg, or wie Flo y simple, no podemos definir, pero que cualquiera peed eooen ea ce eases ioe ee tina semsacidn de seguridad © firme En otros eos Ia reenct. no wera wobre algo presente en Jn pereepedn o el recuerdo, sino wbre lo represetada en juico. St creemos en una idea del entendialewo enemas tan bién, observa Hume, un sentimiento de vivera o firmeza de 10_ cxcido, semejante al de Ia percepcién. Hume lo explica por. que “tansferimos” a la idea representada, la vivera y firmeza de Ia percepcién, mediante asociaciones de ideas qite remiten a impresiones sensibles, Por hébito, legamos a acompafiar as ideas representadas en que creemos, con Ja misma evalidad que tenian las que percibimos. En todos los casos, la creeneia es un sentimiento especial, indefinible, que nos permite distinguir fen mucstro interior io que asentimos de lo que s6lo imagina- ‘mos, dudamos o megamos. “Una idea asentida se siente dite. ente que una idea ficticia” (1949, p. 99). Lo que distingue a uaa idea ereida no es pues nada que concierna a Ia idea mie ‘ma, sino a nuestro modo de aprehenderla; es un dato de con ciencia, una cualidad mental sui generis. En Ja tradicién empirista se conserva una nocién semejan- te de creencia. Se trata de una ocurrencia mental, aunque no uede claro si puede incluirse entre los sentimientos (pot ejem- Blo, estar convencido de una idea) o entre las voliciones (por

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