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El Diezmo y La Ofrenda
El Diezmo y La Ofrenda
4. Jesús enseñó que los judíos deberían diezmar. Mat. 5:18, 19; Luc.
11:42, “Mas ¡ay de vosotros, fariseos! que diezmáis la menta, y la ruda, y toda
hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario
hacer, sin dejar aquello”. Pero Jesús cumplió la ley y la clavó a la cruz (Col.
2:14).
6. Gál. 3:10, “Porque todos los que dependen de las obras de la ley están
bajo maldición, pues escrito está: Maldito todo aquel que no permaneciere en
todas las cosas escritas en el libro de la ley, para hacerlas”. Por eso, el enseñar
el diezmo como doctrina (como mandamiento) es muy peligroso, porque los
que lo hacen “dependen de las obras de la ley” de Moisés y caen bajo la
condenación. Si imponen una de las leyes de Moisés, están obligados a
imponer todas las demás leyes. Gál. 5:4, caer de la gracia.
8. Pablo (el Espíritu Santo) nos enseña la gracia de ofrendar, 2 Cor. 8:1-5,
9; 9:6-8.
D. Ofrendaban con sacrificio, pero también con gozo, 2 Cor. 8:2; 2 Cor.
9:7. Compárense Ex. 36:5-7; 1 Crón. 29:1-9; Neh. 12:43. 2 Cor. 8:5
Macedonios, primeramente se dieron a sí mismos al Señor.
12. Ejemplos de ofrendar con sacrificio pero con gran gozo. Para el
tabernáculo. Ex. 25:1-7, 35; 36:5-7; para reparar el templo, 2 Reyes. 12:4, 5,
9-10; otra vez, 2 Crón. 34:8-11; el sacrificio de David, 2 Sam. 24:18-25 (vea
el v. 4).
13. Dios no quiere “sobrantes”. Mar. 12:43, “esta viuda pobre echó más
que todos los que han echado en el arca; 44 porque todos han echado de lo
que les sobra; pero ésta, de su pobreza echó todo lo que tenía, todo su
sustento”.
14. Proponer a ofrendar según Dios nos haya prosperado, 1 Cor. 16:2;
2 Cor. 9:7. Significa apartar la ofrenda para Dios PRIMERO QUE TODO –
antes de comprar comida, pagar casa, carro, otros compromisos.
15. De esta manera mostramos nuestro “amor” hacia Dios, 2 Cor. 8:24.
“Señor, aquí está nuestra ofrenda. Es cuanto te amamos. “¡Oh, cuánto amo a
Cristo!” Aquí está la prueba. “Señor, mira lo que hemos gastado para nosotros
mismos y aquí está nuestra ofrenda para ti”. ¿Estamos ofreciendo a Dios
animales cojos y ciegos?
16. Dios quiere que ofrendemos generosamente para que nos pueda
bendecir, 2 Cor. 9:8-10; Mal. 3:8-10; por no ofrendar generosamente,
limitamos las bendiciones de Dios.