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Bottinelli Losprocesosdemodeladovfu
Bottinelli Losprocesosdemodeladovfu
DEL OBJETO1
María Marcela Bottinelli2
mmbottinelli@yahoo.com.ar
Resumen:
La experiencia en la enseñanza de metodología de investigación y el trabajo de supervisión con investigaciones
y tesistas nos permiten reflexionar sobre los múltiples niveles de decisiones que el modelado de los objetos de
estudio involucra en los proceso de investigación y tesis. El presente trabajo pretende contribuir a despejar
algunos interrogantes surgidos de dichas prácticas reflexionando con aportes desde la metodología, la
psicología y la educación para pensar estas problemáticas.
¿A qué llamamos modelado del objeto? ¿Con qué momentos del proceso de investigación se relacionan
dichas decisiones? ¿Cuáles son los procesos implicados en ellas? ¿Qué tipos de modelados implican? ¿Qué
herramientas metodológicas pueden colaborar en dichos procesos? ¿Qué herramientas didácticas podemos
aportar para andamiar y acompañar los procesos de aprendizaje, comprensión o resolución en dicho proceso?
¿Cómo colaborar con becarios, tesistas y profesionales que realizan consultas metodológicas al respecto sin
generar dependencia y respetando los intereses e ideas de quienes realizarán el trabajo?
Palabras clave: modelado del objeto- metodología de investigación- tesis- procesos formativos-
escritura académica- escritura científica.
Abstract:
Experience in teaching research methodology and monitoring the work of postgraduate students with research
and allow us to reflect on the many levels of decisions that modeling study of the objects involved in the
research process and thesis. This paper aims to help to clarify some questions arising from these practices
reflect with contributions from the methodology, psychology and education to think about these issues.
What do we object model? What time of the research relate those decisions? What are the processes involved
in them? What types of models involved? What methodological tools can assist in these processes? What we
can provide educational tools to scaffold and monitor learning processes, understanding or resolution in this
process? How to collaborate with scholars, postgraduate students and professionals engaged in methodological
consultations on the matter without creating dependency and respecting the interests and ideas of those who do
the work?
3
Este apartado y el siguiente retoma las conclusiones y reflexiones de un trabajo anterior de mi autoría:
“Reflexiones y perspectivas sobre los procesos de modelado del objeto”
complejidad, diversidad y versiones contrapuestas respecto de los criterios de demarcación teórico prácticos del
campo de la ciencia y la investigación.
Las discusiones incluyen debates disciplinares, interdisciplinares, intradisciplinares y transdisciplinares
respecto de la cientificidad de los campos de conocimientos acreditados, y enfrentamientos históricos no
resueltos sobre las tradiciones de investigación en cada uno y entre ellos. Al interior de las propuestas, algunos
de los puntos de tensión, se expresan por ejemplo en las decisiones sobre la necesidad y pertinencia de brindar
elementos de epistemología o solo de metodología; la importancia o no de la articulación teórico práctica; la
referencia de que “a investigar se aprende investigando” y si esta tarea se realiza individual o grupalmente o con
un investigador formado; la función y graduación de los cursos de metodología; la forma de pensar las
prácticas o los aspectos de ejercitación; las estrategias didácticas, la relación con investigaciones e
investigadores concretos del área y disciplina en la que se dicta el curso, entre otros. Algunos de dichos temas se
refieren a la especificidad de la didáctica en metodología de investigación, pero también incluyen la reflexión
sobre temas que ocupan a todos los niveles educativos como: el fracaso escolar o académico y la evaluación.
En la enseñanza universitaria dichos temas adquieren características particulares que han dado lugar a líneas de
investigación específicas en Educación Superior.
Respecto de la metodología de investigación hace tiempo que junto a los equipos docentes con los
que trabajo presentamos nuestras reflexiones y producciones sobre algunos de estos tópicos en jornadas,
congresos y publicaciones donde revisamos algunos de los problemas y estrategias en la enseñanza y el
aprendizaje.4 Uno de los puntos sobre los que hemos trabajado5 es la idea de que las correcciones por lo que
está “bien” o “mal”, realizadas a diseños y proyectos de investigación de personas que se están formando,
parecen indicar a los aprendices que el tutor-docente sabe “lo que allí debería escribir” y él no. Este es un grave
problema que tiene sus consecuencias didácticas y que afectan a los procesos de enseñanza y aprendizaje en el
área de manera particular. Si bien la tarea docente o de tutoreo supone un conocimiento y determinadas
condiciones para que pueda sostenerse y sea útil dicha función,6 proponemos que en los trabajos de
4
Bottinelli, Marcela; Nabergoi, M; Remesar, S., Emilia Jaime y Francisco Diaz. “Aprendiendo a
investigar. Experiencias en la formación de profesionales en metodología de investigación”. Ponencia
publicada en Actas de la 5ª Jornada de Material Didáctico y Experiencias Innovadoras en Educación
Superior,CBC, Universidad de Buenos Aires. Buenos Aires, 24 de agosto de 2009. Resumen y trabajo
completo en CD ISBN 978-950-2911-656. 2009.; Bottinelli, M. M.; Nabergoi, M; Remesar, S. “Desafíos
de las prácticas docentes en la Enseñanza de Metodología de Investigación en carreras de ciencias
humanas y sociales” Publicado en Actas y cd del VI Encuentro Nacional y III Latinoamericano “La
Universidad como objeto de investigación. Universidad, conocimiento y sociedad: innovación y
compromiso” Universidad Nacional de Córdoba, 2009.
5
Las reflexiones sobre este aspecto han derivado en la construcción de una propuesta didáctica sobre
evaluación en el área que incluye la revisión de los aspectos epistémico metodológicos de este particular
objeto de enseñanza: la metodología de investigación”, la concepción de los procesos de aprendizaje
como actividad situada y las particularidades que adquiere en el nivel superior y la especificidad de los
procesos de enseñanza en cuanto a la función de docentes y tutores.
6
En general se hace referencia a que los docentes tienen una posición asimétrica en cuanto al
conocimiento de los temas que se trabajarán, y cómo aplicarlos. También queremos hacer referencia a la
investigación y tesis el que debe decidir qué pretende trabajar y el que mejor sabe lo que quiere expresar en su
trabajo es su autor. Aún cuando no sepa expresarse o transmitirlo, aunque no sepa aún reglas o formas de
presentación o validación, aunque no se haya preguntado aún sobre sus fundamentos, es él quien debiera
decidir qué es lo que quiere transmitir. Consideramos que la función de los docentes o tutores es precisamente
andamiar dicho trabajo, es decir, focalizarse en el acompañamiento y orientación sobre las anticipaciones
metodológicas y las opciones e implicancias conceptuales, teóricas y prácticas de las decisiones que el aprendiz
tome. Existe aquí una tensión no solo didáctica sino también ética respecto de la posición del metodólogo,
tutor- director de trabajos de investigación o docente de las áreas metodológicas, pues algunos estudiantes
afirman que las sugerencias que reciben son más bien imposiciones que indican lo que allí debe escribir. La
función de un docente o tutor, desde la perspectiva que sostengo aquí, se sostiene en el acompañamiento,
orientación y apoyo7 de los procesos necesarios para que ese estudiante/ investigador/tesista pueda construir su
diseño argumentadamente, de forma válida para la ciencia en el contexto histórico social, institucional y
disciplinar en que presentará su trabajo. En este sentido sostenemos que los procesos de enseñanza y
aprendizaje de la investigación y las tesis suponen un proceso de trabajo que puede comprenderse como un
sistema de actividad, que involucra a diferentes actores sociales, e incluye diferentes tipos de participación en
diversas actividades, orientadas por ciertas reglas o regulaciones micro y macroinstitucionales válidas en dicho
sistema contextuado. El director, tutor o profesor que trabaja con el alumno o investigador en el tema está
andamiando con todos sus conocimientos el modelado de ese trabajo, de tal modo que muchas veces,
particularmente en la dirección de becarios o tesistas, aparece en los que acompañan y tutorean el proceso, una
implicación tal con dicha actividad que interroga la propiedad intelectual de la producción. Cuando estas
actividades se realizan con este nivel de implicación, las tareas compartidas entre director y tesista, docente o
tutor e investigador- estudiante, hacen difícil establecer los límites de la autoría de las producciones y pueden
generar conflictos explícitos o implícitos8. Aunque no es objetivo de este trabajo, es importante señalar que las
características referidas nos hacen sospechar la potencia de analizar estas producciones a la luz del concepto de
mente o cognición distribuida de Bruner y trabajadas por Cole y Engestrom9.
posibilidad de andamiar dichos procesos (en sentido sociohistórico del término), es decir a la posibilidad
de orientar y acompañar los aprendizajes y las actividades que requiere realizar un proceso de
investigación.
7
Desde la corriente constructivista sociohistóricas de la psicología educacional el término específico es
andamiaje.
8
Este aspecto es uno de los problemas referenciados tanto por directores como por tesistas como
dilemático, que se presentan en el análisis realizado en Bottinelli, M. M. Las tesis como proceso de
evaluación e investigación: un problema actual. Dificultades y estrategias en los diseños de tesis. Tesis de
Maestría, UNLA, 2010.
9
Cole, y Engestrom, Y. “Enfoque histórico-cultural de la cognición distribuida” en Salomon, G (comp):
Cogniciones distribuidas. Consideraciones psicológicas y educativas. Amorrortu editores. Buenos Aires,
2001.
Hacer con lo que hay más de lo que hay… crear o recrear, construir o co-construir
La metodología entonces, desde la perspectiva que planteamos y sostengo aquí, no debiera ser
entendida como prescriptiva (“usted debe”), sino como descriptiva de la lógica de la producción científica y su
historia10. Por ende se constituye en una herramienta, en el sentido vigotskyano del término11, para sostener y
modelar las decisiones del investigador en función de ciertos parámetros que regulan la producción científica y
académica en un contexto histórico social específico.
En el proceso de construcción y desarrollo de una investigación se habla frecuentemente sobre el
recorte del objeto. En este caso, la lógica de pensar en un recorte del objeto vuelve a centrarnos en una mirada
espacial limitada, preferimos por ello la noción de modelado del objeto para referirnos a todas aquellas
decisiones explícitas e implícitas que el investigador realiza durante el proceso de producción respecto de la
múltidimensionalidad del mismo.
Este proceso de modelado implica además una propuesta creativa que puede ser entendida utilizando
la analogía con los procesos artísticos. Modelar en términos artísticos, implica no solo los conocimientos
conceptuales y metodológicos sobre cómo hacerlo, sino considerar lo que hay en la realidad y las reglas de la
misma. Por ejemplo, el escultor debe decidir con que materiales trabajará: arcilla, barro, piedra; y debe
considerar las propiedades de ese elemento en su construcción (más allá de que lo prevea o se le imponga
durante su tarea) incluyendo las propiedades de los materiales y de las regulaciones de la naturaleza, como la
ley de gravedad, las condiciones de temperatura, etc. Esto implica cierta tensión entre lo que uno quiere
modelar y lo que puede o surge de la articulación con lo posible o que la realidad permite de esa idea. La
tensión anterior no obliga al escultor a crear algo igual a la realidad. Aunque algunas corrientes artísticas
pretenden efectivamente la representación fiel de la realidad12, el artista no necesariamente pretende copiar o
replicar sino producir algo considerando las posibilidades de la realidad e incluso desafiándolas. Considerar la
realidad y sus potencialidades no debiera entenderse entonces ni como imposibilidad creativa ni como réplica.
Un aspecto más que tensiona al artista y al investigador se refiere al carácter único, innovador o novedoso de la
producción. Muchas veces los investigadores noveles se preocupan al respecto explicando la incertidumbre
que les causa pensar que deben proponer algo nuevo, que no se haya dicho aún. En este sentido el concepto de
modelado también tensiona con el concepto de invención13, que podría alejarse desde algunas perspectivas de
10
Samaja, J. Epistemología y Metodología. Elementos para una teoría de la investigación científica,
Buenos Aires, Eudeba, 2005; y Bottinelli, M. M. Metodología de la Investigación.Herramientas para un
pensamiento complejo. Buenos Aires, Grafika Hells, 2003.
11
Para ampliar este concepto puede consultarse Vigotsky Lev. El desarrollo de los procesos psicológicos
superiores. México: Grijalbo.1998
12
Este tema atrajo y atrae aún diversas discusiones sobre las condiciones de posibilidad y las valoraciones
de esas producciones.
13
Este es, a nuestro criterio, uno de los aspectos a trabajar particularmente en las relaciones entre ciencia
y tecnología que debieran profundizarse en análisis posteriores.
la posibilidad de pensar cómo se produce el avance de la ciencia dejándolo del lado de las casualidades, el azar
o lo fortuito. Albert. Einstein sostenía al respecto: “Dios no juega a los dados con la naturaleza” ¿Cómo pensar
entonces la innovación en particular en la producción de conocimientos? Consideramos que es un acto
creativo e innovador en tanto nos muestra una nueva perspectiva o forma de comprender algo que vimos,
pensamos y utilizamos de otra forma que hasta ahora sostuvimos como válida y pertinente14. A veces frente a
las exposiciones de trabajos de investigación, presentaciones o lecturas encontramos que algunas personas
dicen por ejemplo: “cuando leí ese trabajo, vi lo que yo podía hacer…” o, “cuando escuché lo que presentó, me
di cuenta de qué es lo que yo venía pensando, pero él/ella lo puso por escrito…”, “nunca lo había pensado de
esa forma, ahora comprendo en qué consiste”, “me parecía que era un problema, pero no lo comprendía así y
entonces no podía abordarlo”, etc.
14
Entendiéndolo como un artefacto cultural en el sentido considerado por las teorías histórico culturales
Cole, M; Engeström, Y. Op. Cit.
Un primer modelado está referido a la posibilidad de traducir las ideas a palabras. Este modelado,
generalmente invisibilizado, es el más naturalizado, aunque es uno de los más complejos. Ha recibido poca
atención y en general en las prácticas de enseñanza los docentes refieren escaso tiempo y reconocen pocas
herramientas asignadas al acompañamiento de este proceso.
Este modelado puede dividirse a su vez en dos momentos: a- la explicitación o formalización
lingüística (pasaje de las ideas a palabras y frases), y b- la formulación y adecuación en signos de transmisión
escrita (lenguaje escrito) de las protoideas y supuestos acerca del proyecto de tesis/investigación. Implica un
esfuerzo arduo considerando las diferencias entre las formas de organización del pensamiento y las ideas, y
además la necesidad de adecuación de las ideas a la lógica del lenguaje y de la escritura. Así mismo es
necesario despejar que incluye no solamente la delimitación de un área temática, sino además la decisión de,
entre todos los aspectos posibles de abordar en ella, sobre qué se focalizará, cuál se indagará, cuál será el/los
interrogantes que se pretenden despejar en la presente investigación, etc.
Por un lado, entonces, involucra la necesidad de ponderar entre todas las ideas posibles una que nos
convoque para la tarea de investigación y que sea pertinente para ello15. Esta actividad debe ser aprendida y
ejercitada puesto que no sigue la lógica habitual de los procesos formativos educativos del aprendizaje escolar,
ni de las prácticas profesionales. Los primeros suponen tradicionalmente una lógica que se sostiene en saberes
y prácticas ya existentes y conocidos por otros, que nosotros debemos aprender (conocer, recordar, explicar,
aplicar y dar cuenta del conocimiento valorado como pertinente para esa instancia, a evaluar por otro que lo
conoce), muchas veces descontextuada por los procesos de transposición didáctica, que implica preguntas
realizadas por otros cuyas respuestas ya conocen y nos evalúan16. Los segundos suponen que, durante las
prácticas profesionales, los conocimientos ya adquiridos por nosotros están al servicio de la resolución de los
problemas particulares en ese momento y contexto, según los diferentes campos de aplicación, de lo que surge
la singularidad de cada intervención. Las dos lógicas parecen complementarse pero ninguna puede por sí
misma explicar los procesos de la investigación. He aquí una situación paradojal en el aprendizaje de la
metodología de la investigación que permite, a nuestro criterio, echar luz a algunos problemas típicos en el
diseño de una investigación. Un ejemplo de ello consiste en la formulación de objetivos y su confusión habitual
con objetivos de intervención, con aspectos de revisión bibliográfica o con la redacción de las tareas que se
llevarán a cabo. Otro ejemplo es la alternancia entre definir problemas reales (de la vida cotidiana o de las
15
No nos detendremos en esta exposición sobre ello por cuestión de tiempo y focalización, pero
siguiendo a J. Samaja sostenemos que el investigador bucea en la cantera de su vida para buscar modelos,
experiencias, conceptos, interrogantes e ideas que lo convocan en su subjetividad. Samaja, J. Idem 2005.
16
Para profundizar este aspecto pueden consultarse los desarrollos sobre la caracterización del
aprendizaje escolar, propuestos entre otros por Pineau, desde la Educación, Nora Elichiry, desde la
Psicología Educacional, Bourdieu desde la sociología, o desde la Epistemología por Foucault.
prácticas) o de conocimiento (respecto de saber existente que queremos profundizar o incluso aprender), pero
no poder formular problemas de investigación17.
La elección de sobre qué se va a trabajar en una investigación está muchas veces condicionada por las
instituciones de referencia. En algunos casos, el ámbito o contexto en el que vamos a realizar la investigación,
ya nos orienta y determina en cierto sentido sobre estas elecciones. Por ejemplo, en el caso de estar cursando un
posgrado, la selección de las temáticas y los objetos a elegir quedan determinados en el marco del programa de
formación del posgrado. Es decir que, ya desde este primer modelado, que parece tan libre en función de
nuestros intereses, está condicionado explícita e implícitamente por ciertas restricciones y regulaciones regidas
por las micropolíticas institucionales, disciplinares y profesionales y las macropolíticas científicas, políticas y
económicas que se expresan en la apertura de becas, prioridades o subsidios, según parámetros propuestos por
dichos sistemas de poder18.
Por otro lado, este primer modelado implica la posibilidad de traducir las ideas en palabras, que éstas
representen lo que estamos pensando, y que ellas puedan ser comunicables, es decir comprendidas y
compartidas con otros. La lógica del lenguaje, la lengua, el habla y el idioma ya está atravesada por
determinantes socioculturales e históricos19. Aunque no necesariamente hayamos pasado por un proceso de
aprendizaje formal sobre cómo se estructura el lenguaje, éste está regido por ciertas reglas que organizan la
forma y el contenido de los procesos comunicacionales que aprendemos en nuestras prácticas sociales en la
vida cotidiana. Las palabras y combinaciones posibles son específicas dentro de cada idioma y cultura, y
poseen una organización semántica, sintáctica y morfológica específica situada histórica y socialmente para los
diferentes procesos comunicacionales. El lenguaje como proceso psicológico es además mediador y
andamiante de otros aprendizajes y por ello se lo considera una herramienta20. Como tal es producto de las
interacciones sociales y sostenido en cada contexto por las relaciones subjetivas e intersubjetivas históricas y
socialmente determinadas (por ejemplo, todos tenemos capacidad de aprender a hablar pero lo hacemos en el
idioma y con los modismos tanto de elocución como de semiosis, del lugar en que nacemos), en dicho sentido
se lo considera además un sistema “vivo”.
17
Bottinelli, M. M. Las tesis como proceso de evaluación e investigación: un problema actual. Dificultades
y estrategias en los diseños de tesis. Tesis de Maestría, UNLA, 2010.
18
Ibidem y Bottinelli, María Marcela; Nabergoi, Mariela; Remesar, Sergio Esteban: Perez, Marcela;
Salgado Pablo, Silvia Kanje, De la Iglesia, Gabriela, Tetelbaun Andrea. Interfases cuali y cuantitativas
sobre las necesidades y competencias en la formación de recursos humanos en salud en el área del
adulto mayor. Exploración desde la perspectiva de las instituciones, usuarios y efectores. Informe Final
de Investigación. Ministerio de Salud de la Nación comisión de Salud Investiga SACyT, mayo de 2010.
19
Lev Vigotsky sostiene que el lenguaje es el segundo sistema de señales (la sensopercepción sería el
primero) que nos permite la posibilidad de simbolización (de utilizar un signo en lugar de la realidad
misma o de la construcción a aplicar sobre la realidad). Vigotsky Lev. El desarrollo de los procesos
psicológicos superiores. México: Grijalbo.1998
20
Ibidem
El desarrollo de toda función superior, como el lenguaje, aparece según Vigotsky dos veces (ley de
doble formación) primero intersubjetivamente y luego intrasubjetivamente. Es en este proceso de
interiorización en que lenguaje y pensamiento evidencian su distanciamiento. El lenguaje cada vez adquiere
mayor intención de ajustar su significación y sentido a las palabras utilizadas y a los sentidos asignados
histórico socialmente. Así si bien la palabra “papa” para un bebé puede ser todo lo que se refiera al acto de la
comida, luego aprendemos diversos significados y palabras para cada uno de ellos, e incluso si nos
especializamos formalmente en agronomía distinguiremos tipos y subtipos hiperespecíficos; es decir en el
lenguaje de cada disciplina puede adquirir diferentes acepciones o sentidos. El lenguaje, sin embargo, se halla
frente a la imposibilidad de captar y plasmar la realidad tan plena, compleja y multideterminada como es. El
pensamiento, en cambio, mantiene características diferenciadas respecto del habla: se presenta aglutinado,
icónico, sensorial, etc. (por ejemplo si nos pidieran que en este momento expresemos oralmente lo que
pensamos en este segundo, tardaríamos mucho más tiempo del que tardamos en pensarlo y probablemente sea
engorroso seleccionar las palabras a utilizar dada la dificultad de traducir en palabras las sensaciones,
sentimientos e imágenes)21. El lenguaje en este sentido es acotado, no existen palabras para todas las cosas
existentes o posibles de imaginar, puesto que la realidad y la creación superan las posibilidades de traducción a
palabras.
De este modo podemos ver una primera función modelizante en el pasaje de las ideas a las palabras
que es determinada por más de una serie de posibilidades a la vez que restricciones. Tenemos un inmenso
espectro de posibilidades y potencialidades del lenguaje, pero también una “restricción” a nuestras ideas y
creatividad pues solo tenemos las palabras existentes para expresarnos. Si bien las palabras son acotadas, los
estudios linguísticos y semióticos (como los de Saussure, Chomsky, Jacobson y otros) nos muestran que ellas
representan una enorme gama de posibilidades y oportunidades y tienen una enorme variabilidad de
significación en las combinatorias posibles entre signos, formatos, estilos, referentes y procesos que con ellos se
puede lograr. Ejemplo de ello son las diversas y variadas producciones y estilos de diferentes escritores
(Becker, Shakespeare, Wells, Balzac, Maquiavelo, Heminway, Séneca, Neruda, Borges, Sábato, Benedetti,
Cortazar, Marechal, etc.), la multi o plurisingificación de los mismos y la diversidad de los procesos de
semiosis que involucran.
21
Es interesante resaltar que aunque sea difícil de traducir al lenguaje y de ser transmitido, nadie duda de
la existencia del pensamiento. Este punto es importante pues también ocurre a los tesistas y profesionales
e investigadores cuando intentan transmitir sus ideas: “es que yo lo veo pero no se cómo explicarlo”.
de modelado se focaliza en los procesos de escritura sin los cuales la idea no puede plasmarse y no se puede
avanzar en su modelado.
Una disrupción en torno a los procesos de escritura
Cuando hablamos de investigación y tesis suponemos que las personas que se dedicarán a esa área ya
han adquirido desde la escolaridad básica la capacidad de escribir. Sin embargo en esa suposición quedan
invisibilizados los procesos de escritura de los que hablamos cuando pensamos en investigación. Estos no se
refieren a cualquier tipo de escritura sino que poseen ciertas reglas de exposición y validación determinadas por
los campos profesionales, científicos y académicos. Además incluye varios aspectos: supone no solo escribir
(por ejemplo escribir la idea para uno), sino escribir para comunicar (escribir para otros), escribir dentro de
ciertos campos profesionales/ discipinares (escribir para otros específicos), escribir una investigación (escribir
respetando los formatos y criterios de validación de la ciencia). Pensamos que esta diferenciación es una de las
causas por las cuales es tan difícil para muchos investigadores y tesistas comenzar a transitar por ese quehacer.
Distinguimos en el proceso de escritura diferentes momentos: a- el de la escritura de las ideas para
registrarlas para sí; b- la escritura respecto de la comprensión de las condiciones y requerimientos de escribir
para otro; c- el modelado de ese escrito desde los saberes y prácticas del campo profesional, que incluye la
revisión de los términos específicos a utilizar, la explicitación de las fuentes y referencias y los formatos y estilos
de escritura de cada campo disciplinar o profesional; d- el modelado del escrito desde los requerimientos
metodológicos, es decir los criterios de exposición y validación científicos; e- la adecuación a los formatos y
pautas institucionales específicas; f- la reescritura en función del momento del proceso de investigación, el tipo
de producto y a quiénes va dirigido (proyecto, tesis, informe, avance, póster, publicación en revista científica, en
revista de divulgación, etc.)
El primer proceso de escritura expresa la posibilidad de captar y comenzar a sistematizar los procesos
intrasubjetivos del pensamiento con cierta adecuación a los procesos intersubjetivos que implica la escritura. A
partir del segundo se focaliza en los diferentes planos de la intersubjetividad que convocan los procesos de
investigación, la modelización de la idea, la posibilidad de concretarla en una propuesta válida y viable de
investigación y su posibilidad de comunicarla. Es por ello que si bien podemos reconocer estos diferentes
aspectos implicados en los procesos de escritura no nos centraremos en ellos específicamente sino en lo que de
ellos colabora en la comprensión del modelado del objeto: el modelado de las ideas a las palabras (del
pensamiento a la escritura), el modelado conceptual (la escritura académico profesional) y el modelado
metodológico la revisión y explicitación de los aspectos necesarios para poder abordar y producir
conocimientos científicos respecto de dicho objeto.
Respecto del primer modelado de las ideas a las palabras escritas, aunque los investigadores y tesistas
no hayan reflexionado formalmente sobre estos aspectos, reconocen habitualmente la dificultad de traducir en
palabras sus ideas: “yo sé lo que quiero hacer pero no encuentro las palabras para explicarlo”, o “es que para mi
está muy claro, pero no se cómo expresarlo para que me entiendan”. Al solicitar la escritura de dichas ideas se
evidencia la distancia entre sus ideas y todas las indefiniciones en las que se encuentran sobre ella: “no sé qué
palabras usar”, “cuando me siento a escribirlo parece que la idea se volviera borrosa”. Suelen generalmente
referenciar el pánico frente a la página en blanco: “me siento allí y no me sale nada”, “ya no quiero ni pasar
cerca de la computadora porque sé que no me va a salir nada”; y la imposibilidad de comenzar el proceso de
escritura: “no sé cómo o por dónde comenzar”. Sin embargo, la mayoría de las veces, no alcanzan a
vislumbrar que las formas de exposición que deben utilizar tienen ciertas reglas que no siempre reconocen y
que en general utilizan más bien intuitivamente. Suelen referenciar por ejemplo: “me cuesta escribir, estoy más
acostumbrado a hablar”, o incluso sorprenderse de que no comprendan sus escritos o utilizar de forma confusa
o indiscriminada más de un criterio de marcación y elementos paratextuales (uso de mayúsculas, subrayados,
negritas, bastardillas, etc.). Muy ocasionalmente pueden explicitar esta sensación como: “me cuesta escribir
para colegas” o “es que yo no sé escribir un trabajo científico” (estos aspectos serán trabajados en los próximos
modelados).
En nuestra experiencia, las dificultades respecto de la escritura también están asociadas a la
“perennidad” de lo escrito y a pensar los procesos de escritura como momento único y no como proceso. Es
necesario trabajar con quienes pretendan escribir académicamente y científicamente la noción de versionados
del escrito y el trabajo de modelado del mismo. La escritura, tanto en los procesos literarios como académicos,
requiere de sucesivas revisiones y reescrituras. Este aspecto es generalmente desconocido por los
investigadores y tesistas nóveles, y a veces olvidado por los experimentados, por lo que surge la pesada
asunción de que lo que se escriba quedará así, o que hay que escribirlo ya en su forma completa y correcta, que
genera mucha ansiedad en particular al comenzar cuando estamos dando forma a nuestras ideas. En nuestra
experiencia es necesario trabajar con los aprendices este aspecto desde el inicio del trabajo como parte de un
proceso de escritura que incluye varias re-escrituras del mismo texto. En general sugerimos que expresen sus
ideas “como les salgan” y utilizamos metáforas comunicacionales como “escriban qué es lo que están
pensando como si estuvieran enviando una carta o mail para contarlo a un conocido”. Agregamos además una
indicación aparentemente obvia sobre la consideración del interlocutor, es decir escribir para otro. Esto implica
que consideren que no estarán presentes cuando lo lea esa persona, por lo que no les puede preguntar, es decir,
no es una conversación y por lo tanto deben aclarar todo aspecto necesario para que otro comprenda lo que se
proponen. Esta indicación no siempre es considerada por la inmediatez de pensar el escrito para tomar nota de
la propia idea y la naturalización de muchos aspectos que no se escriben porque son obvios para quien los
piensa. El ejercicio puede irse complejizando para que puedan comprender el proceso y apropiarse de
diferentes herramientas básicas. Por ejemplo luego podemos pedir que intercambien con otro compañero sus
escritos y que ambos con diferente color o con referencias les escriban a continuación las preguntas o
sugerencias que les harían, para que ellos luego las contesten por escrito y generen un nuevo escrito o versión
incluyendo esas preguntas y sugerencias. También se puede pedir a continuación que reescriban ese mismo
escrito pensando que enviarán la carta o mail a su director de tesis, a su jefe, al director de esa institución, etc. o
que la presentarán en diferentes formatos, por ejemplo, como un resumen para un congreso, como nota
periodística, etc. De este modo se pueden trabajar las distintas versiones y condiciones que van modificando el
mismo texto.
22
Bourdieu, P.; Wacquant, L. Una invitación a la sociología reflexiva. México: Siglo XXI .2005.
23
Desde dicha perspectiva pueden incluirse los desarrollos de Jean Piaget, Lev Vigotsky, Jerome Bruner,
Ausubel, Emilia Ferreiro, W. Werstch, C. Cazden, Perret Clermont, Nora Elichiry, Antonio Castorina,
Cristina Chardon, entre otros. Bottinelli, M.M. Las tesis como proceso de evaluación e investigación: un
problema actual. Dificultades y estrategias en los diseños de tesis. Tesis de Maestría, UNLA, 2010.
posibilidad de captación o medición a utilizar garantizando a través de la traducción empírica la posibilidad de
validar sus resultados y de establecer la confiabilidad de la recolección de los mismos. Los resultados
esperables según este marco se expresarán en los objetivos generales (los aspectos teóricos) y objetivos
específicos (los aspectos empíricos) y se traducirán en la metodología de trabajo, la operacionalización de
variables y la elección de las herramientas de recolección de información. Según J. Samaja 24deben incluir
además las anticipaciones del plan de tratamiento y análisis de datos con el que puedan responderse al
problema central, cumplir los objetivos y, en caso de ser pertinente al diseño, contrastarse las hipótesis.
En el primer modelado de escritura se trabaja sobre la primera organización escrita, pero tiene un nivel
de complejidad y análisis diferente al que se requiere ahora. El modelado anterior implica la posibilidad de
formalizar por escrito las ideas, y de modelar su forma conforme a: la necesidad de establecer las
explicitaciones necesarias para un otro o receptor; la identificación de los referentes comunes y no comunes
(según a quiénes va dirigido el escrito); la necesidad de revisar formatos de sintaxis y códigos linguísticos; la
importancia de establecer algunas referencias para ajustar los campos de sentido que se pretenden transmitir,
etc.
Este segundo modelado requiere revisar lo escrito en función del lenguaje acordado en los campos de
conocimiento de los que se participa como profesional, es decir, las particularidades del lenguaje propio de los
campos disciplinares, y sus formatos y estilos de comunicación específicos. Puede percibirse la complejidad de
esas peculiaridades y diferencias, así como la importancia de tener esas herramientas de lectura y escritura,
cuando se leen publicaciones o escritos de otras áreas disciplinares no cercanas a la propia o cuando uno se
acerca por primera vez a algún campo de conocimientos.
En general, el conocimiento sobre estas formas discursivas no es objeto de reflexión de cualquier
profesional y se adquiere de forma paulatina e implícita en la formación profesional, a través de las lecturas de
autores propios vistos en las diferentes materias de la carrera, en producciones de los ámbitos laborales o en la
lectura de publicaciones específicas del área. Si bien podría suponerse que en tanto profesionales debieran
identificar rápidamente los elementos y organización específica del lenguaje disciplinar, el requerimiento de
explicitación de los mismos según las normas de escritura académica y la explicitación de las fuentes, requiere
no solo de conocer esas pautas de lectura sino de saber aplicarlas a un escrito propio, he allí su dificultad y por
ende, su necesidad de aprendizaje.
Respecto de la lectura y escritura existen diversas líneas de investigación: desde los que estudian la
escritura como proceso práxico, hasta los que focalizan en la escritura como proceso de transmisión de la
cultura. Para revisar los procesos implicados en este modelado nos referiremos particularmente a las
investigaciones que trabajan sobre la escritura como un proceso de producción específico, es decir, al tipo de
24
Samaja, J. 2005. Op. Cit.
escritura que nos convoca en la investigación: la escritura académica y científica. En los últimos años, este
punto ha atraído la atención de varios investigadores y ha propiciado debates generando un campo de estudio y
práctica sobre la lectura y escritura académica o sobre alfabetización académica. Los escritos e investigaciones
sobre este proceso son bastante novedosos, en nuestro país en particular puede encontrarse la producción de
Elvira Arnaux25 y su equipo de investigación, S. Carlino26, E. Elichiry27 y otros. De las conclusiones de esos
trabajos debemos señalar que estos procesos no son un desarrollo natural, ni evolucionan solo con la práctica de
la escritura inicial, si no que requieren de procesos de enseñanza y aprendizaje particulares. Tal como señalan
los expertos en el tema, no basta entonces con la enseñanza de la lectura y escritura general, sino de procesos
específicos que requieren de otro tipo de herramientas de mediación para comprender cómo realizarlas y
fundamentalmente para poder hacerlo.
Los procesos de lectura académica, suponen leer en función de las preguntas o interrogantes que nos
guían. En la universidad, en cada materia, esta guía está determinada por la orientación de los profesores, o a
través de los contenidos de la asignatura, sus objetivos, o contenidos de la unidad en que se incluye esa lectura.
Puede incluso ser orientada a través de guías de lectura, marcaciones o puntuaciones que los docentes realizan
en clase o los puntos que ellos recuperan cuando se realizan análisis o interpretaciones en el aula. Esto implica
que pueden leerse los textos en diferentes sentidos, y que las anticipaciones con las que comenzamos la lectura
o que nos den como orientación, originan diferentes lecturas que podemos realizar.28 Cuando uno diseña una
investigación o formula un proyecto de tesis estas marcaciones o guías no están generalmente orientadas por
un otro29, sino por una idea que no está formalmente terminada de modelar es decir que se construye en ese
proceso. En ese sentido el rastreo del estado del arte, la búsqueda de bibliografía e investigaciones existentes en
el tema, las observaciones o entrevistas iniciales en terreno, no son tan claras respecto de qué estamos buscando
pero colaboran en la perfiguración de ello. No hay tampoco una bibliografía preasignada o seleccionada por
alguien previamente, sino que depende de la búsqueda, selección y ponderación particular que realice el
investigador y de las orientaciones de quienes andamian dicho proceso. La mayoría de las veces no es del todo
claro para un aprendiz ni cuáles son los autores y textos pertinentes, ni cómo leerlos o qué es lo importante de
25
Arnoux, E, Di Stefano, M, Pereira C. La lectura y la escritura en la universidad. Bs As: Eudeba, 2002.
26
Carlino, P. “Alfabetización Académica: un cambio necesario, algunas alternativas posibles” Rev.
Educere, Investigación, Año 6 Nº20 Ene-Feb-Mar 2003.
27
Elichiry, N “Aprender a leer... ¿en la universidad?” en Elichiry (comp) Discusiones actuales en
Psicología Educacional. JVE ediciones Buenos Aires, 2004.
28
Probablemente todos recordemos durante el tránsito por nuestra formación en la universidad haber
leído más de una vez un mismo texto pero para distintas materias y las diferentes marcaciones que eso
implicaba, tanto en nuestra lectura del texto y lo que descubríamos en él como en la diferenciación de
ideas principales y secundarias que podíamos marcar del mismo texto.
29
Podemos hacer la salvedad de los proyecto de investigación solicitados por encargo en los cuales ol
objeto de investigación está prediseñado, o los procesos de tesis donde el tesista se incorpora desde el
inicio en un proyecto marco de investigación en el que diseñará su proyecto de tesis. En este último caso
es necesario resaltar que aún cuando esto implica un cierto recorte de bibliografía, autores y conceptos
sigue siendo un problema para el tesista a la hora de diferenciar su aporte particular y su recorte particular
dentro del proyecto general.
ello. De allí que uno de los grandes problemas referenciados por los investigadores y tesistas en general sea
identificar fuentes válidas, ponderar los hallazgos realizados en ellas e identificar las lecturas prioritarias. El
reconocimiento de estos aspectos depende en principio de los temas o áreas, de nuestros conocimientos y
formación previa, pero también de las ideas que tenemos o la posibilidad de formalizarlas, por lo que nos
obliga a repensarlas y modelarlas. En este sentido podemos hablar de una co-construcción entre nuestras
protoideas, nuestro acercamiento al problema y las lecturas de los diferentes textos y autores con los que vamos
discutiendo sus propuestas y posicionando las nuestras, así como de los directores y tutores. Por ende, todos
ellos participan del proceso constructivo y van andamiando en la definición de la formalización de nuestras
ideas. Estas lecturas intra e intertextuales se convierten en una forma crítica de construir nuestra posición y
nuestra mirada particular que no son para nada ingenuas. Podemos considerarlas como un proceso de lectura
crítica en el sentido que nos exige un posicionamiento y en consecuencia colaboran en nuestras decisiones
sobre cómo sostener nuestro modelado. Es por ello que este modelado nos implica, nos obliga a pensar si
estamos de acuerdo o no con cada autor y en qué sentido, es decir de manera fundamentada, por ello nos exige
ser activos partícipes de nuestras decisiones.
30
Samaja, J., 2005 Op. Cit. y Bottinelli, M. M. “La producción de conocimiento y las publicaciones
científicas en las prácticas profesionales.” En: Cuadernos de trabajo del Centro de Investigaciones en
Teorías y Prácticas Científicas. Nº 6 Epistemología y Metodología. Ed.UNLa, diciembre de 2007.
31
Aunque hemos seguido una secuencia argumental al exponerlos es central reconocer que los modelados
coexisten en cada decisión y se implican mutuamente. Sin embargo consideramos relevante y útil a la
hora de guiar a un investigador o tesista reconocerlos para orientarlo en que vaya centrando en estos
diferentes niveles las decisiones que va tomando. Unas determinarán a las otras pero la posibilidad de
deslindar lo que es una decisión que requiere leer material conceptual, empírico o metodológico permite
ir desentramando el objeto y modelándolo. Por ejemplo a nadie se le ocurre la enunciación de su hipótesis
pensando que debe ser una aseveración conjetural contundente y contrastable, en general uno plantea qué
espero encontrar en los datos que sea prueba suficiente de esto, pienso diferentes opciones en función de
los marcos conceptuales y explicativos existentes, reviso la forma de enunciación respecto de las
contrastaciones posible, etc.
item, así como en las condiciones de explicitación o formulación del mismo que lo hacen más potentes para
investigar. En este sentido, si bien los autores en el área trabajan sobre estos aspectos, no aparece generalmente
de forma diferenciada que este modelado implica procesos de enseñanza y aprendizaje de dos cuestiones
diferentes que requieren de especificidades diferentes.
Por un lado es necesario conocer y comprender la función y sentido lógico de los aspectos a diseñar.
Por ejemplo: qué es una hipótesis, cuál es su función en la investigación, cuáles son las diferencias que adquiere
en diferentes diseños de investigación (por ejemplo los supuestos en los diseños cualitativos), de dónde surgen
las hipótesis, los diferentes tipos de hipótesis, o cuál es su lugar en el análisis de datos y conclusiones.
Por otro lado es necesario conocer y comprender los aspectos necesarios para una formulación de las
mismas. En el ejemplo anterior, en caso de las hipótesis y supuestos, de qué manera se redactan, cuáles son los
términos que deben quedar explícitos, cómo lograr una formulación falsable, qué aspectos de la redacción las
hacen más potentes y cuáles les hacen perder fuerza, etc.
Es importante resaltar que generalmente no se espera que toda persona que realice una investigación
sea un experto metodólogo pero si requiere ciertos conocimientos específicos que durante los procesos de
enseñanza e incluso en los de tutoreo, supervisión o dirección, podemos considerar y trabajar para potenciar sus
producciones.
Por último, requiere revisar los aspectos regulados institucionalmente, por ejemplo: cantidad de
palabras, tipo de letra, espaciado, etc. las preguntas pueden colaborar en identificar que deben consultarse las
instancias formales de acreditación, revisar reglamentos o condiciones de publicación, etc. En estos casos
podría tratarse tanto de aspectos formales como de contenido, según la institución o instancia a la que va a ser
presentado el escrito y se corresponden por tanto con modelar en función de las condiciones de realización y
presentación de ese trabajo.
En los procesos de enseñanza de la metodología podemos ver cómo la centración en uno u otro de
estos aspectos presenta una tensión32 entre los contenidos, la bibliografía seleccionados, y el lugar de los
procesos prácticos (por ejemplo entre las opciones: no utilizar ejercicios durante la enseñanza pero solicitarlos
en la evaluación, utilizar trabajos de otros investigadores, realizar ejercitaciones de cada aspecto de la
investigación por separado, trabajar en diseños de investigación propios, hacer propuestas mixtas de diferentes
opciones, etc.).
32
Dichas selecciones muestran el posicionamiento teórico, epistémico, ideológico y metodológico de
quienes sostienen dichas propuestas de enseñanza (no solo de los profesores, sino de las instituciones,
gestores, y políticas en el área).
En investigaciones recientes que realizamos en la Universidad Nacional de Lanús3334 y para el
Ministerio de Salud35 pueden verse las diferencias en la enseñanza en materias del área, que muestra no solo la
diversidad de posiciones y acciones al respecto en el campo de la enseñanza superior y la metodología, sino
que permiten vislumbrar las tensiones de saber y poder respecto de qué es la ciencia, la investigación, cómo y
quiénes la producen y las tensiones que generan en y entre los campos disciplinares y profesionales.
El conjunto de acciones realizadas por el docente para trabajar los contenidos curriculares, es
caracterizado por Díaz Barriga36 como un conjunto de prácticas relacionadas con dichos contenidos, que
pondrán en juego las habilidades, conocimientos y destrezas de los estudiantes. Así, estas estrategias didácticas
son utilizadas con el fin de lograr aprendizajes significativos, y deberán ser planeadas con anticipación. Las
estrategias de enseñanza, según esta concepción, implican la manipulación o modificación en el contenido o
estructura de los materiales de aprendizaje, de un curso o de una clase, con el objeto de facilitar el aprendizaje y
la comprensión por parte de los estudiantes. Así mismo en dicha planificación deben considerarse las
características peculiares de la población con la que se trabajará. De este modo no es lo mismo pensar en los
cursos de metodología en grado que en posgrado, en posgrados en áreas con experiencia y práctica en
investigaciones, que en aquellos que están en construcción de los campos disciplinares, etc. En este sentido
creemos también conveniente resaltar la necesidad de revisar qué implicancias y determinaciones adquieren en
el nivel superior, los estudios sobre la desigualdad educativa realizados en diferentes niveles del sistema
escolar37. En particular el capital cultural y social de los actores de dicho nivel adquiere características
especiales que debieran ser profundizadas en futuros análisis pero que sugieren diferencias respecto de sus
oportunidades de aprendizaje en función de su acceso (tanto instrumental como cognitivo) a las nuevas
33
Díaz, E.; Bottinelli, M. M.; Nabergoi, M. Ojeda, A.; Remesar, S.; Moyano, J.; Jaime, E.; Samaja, J.
Problemas de nomenclatura en la enseñanza de Metodología de Investigación en carreras de grado,
Informe final de Investigación UNLA, 2007.
34
Bottinelli, M. M.; Nabergoi, M; Remesar, S. “Desafíos de las prácticas docentes en la Enseñanza de
Metodología de Investigación en carreras de ciencias humanas y sociales” Publicado en Actas y cd del VI
Encuentro Nacional y III Latinoamericano “La Universidad como objeto de investigación. Universidad,
conocimiento y sociedad: innovación y compromiso” Universidad Nacional de Córdoba,2009.
35
Bottinelli, María Marcela; Nabergoi, Mariela; Remesar, Sergio Esteban: Perez, Marcela; Salgado
Pablo, Silvia Kanje, De la Iglesia, Gabriela, Tetelbaun Andrea. Interfases cuali y cuantitativas sobre las
necesidades y competencias en la formación de recursos humanos en salud en el área del adulto mayor.
Exploración desde la perspectiva de las instituciones, usuarios y efectores. Informe Final de
Investigación. Ministerio de Salud de la Nación comisión de Salud Investiga SACyT, mayo de 2010.
36
Díaz Barriga, A. (2008) “Evaluación del Aprendizaje” Conferencias grabadas por la Federación de
Docentes universitarios en el Ciclo de Conferencias brindadas por el invitado durante mayo de 2008 y
grabadas por el Centro de Producción Audiovisual del IUNA. Perrenoud Ph. (1990) La construcción del
éxito y del fracaso escolar. Morata Madrid 1990.
37
Puiggros A. La tremenda sugestión de pensar que no es posible. Buenos Aires: Galerna, 2010;
Tedesco, J. C. Educar en la Sociedad del conocimiento, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica,
FCE, 2003; Teriggi, F. “El fracaso escolar desde la perspectiva psicoeducativa. Hacia una
reconceptualización situacional”. Revista Iberoamericana de Educación Nº50 pp.23-39,2009.
tecnologías, uso de computadora, internet, recursos de acceso a fuentes válidas, recursos de escritura, prácticas
de investigación, etc.38
La planificación de cada materia está a cargo de un docente o equipo pero se conforma dentro de un
plan asignado para un determinado trayecto de formación. Desde los enfoques críticos del estudio del
curriculum se considera que en tanto texto pedagógico, los planes de estudio materializan y condensan
complejos procesos de selección y jerarquización cultural. Bernstein39, afirma al respecto que son dispositivos
correspondientes al contexto de recontextualización del discurso, y operan cristalizando y legitimando la
apropiación, ubicación y reubicación de textos entre el campo de producción intelectual y la enseñanza. Los
planes de estudio compilan el conjunto de saber que las instituciones educativas se proponen transmitir a los
alumnos y operan como marco regulatorio de las prácticas en tanto constituyen una selección de
conocimientos que se consideran necesarios para el desempeño de un rol, a la vez que establece un orden a la
vez lógico y social capaz de generar sistemas de pensamiento y de acción, con eficacia estructurante de la
percepción, la reflexión y la práctica posteriores. En ellos se expresan las competencias explícitas e implícitas
que se atribuyen a una profesión. Desde este enfoque la propuesta formativa ofrecida por los planes de estudio
vigentes son una expresión de las relaciones de fuerza que existen entre los diferentes actores del campo
educativo y del campo del objeto de abordaje del posgrado (gestión, prestadores, efectores, usuarios).
Diversos autores, muestran las relaciones implícitas y explícitas de los objetivos y fines de la
educación superior en cuanto al sostén productivo de los Estados modernos a partir de producir profesionales y
técnicos que respondan a sus necesidades de desarrollo40. Los últimos tiempos a su vez han traído nuevas
concepciones sobre las relaciones entre la evaluación de la institución universidad y la calidad "de los
productos", acentuando una visión discutida pero que cobra fuerza en el nivel superior respecto de las
relaciones entre universidad y empresa41 y por ende de la intervención de quienes deciden lo que es la calidad
y lo que es el "producto". La formación y evaluación en educación superior (incluyendo los posgrados)
también implica estas tensiones político económicas e incluye actores con posiciones diferentes (intra e
interinstitucionales, de diferentes organismos). Nos referimos además particularmente a los actores referidos al
“control de calidad y de la producción” de investigación científica (agencias internacionales, organismos
gubernamentales, organismos internacionales) implicados, tanto en los intereses globalizados de desarrollo de
38
Pueden consultarse en este sentido los estudios y convenciones internacionales sobre Alfabetización
científica, académica, tecnológica, audiovisual.
39
Bernstein, B. La estructura del discurso pedagógico. Madrid: Morata;1993; y Bottinelli, M. M. y cols.
Rev. Salud Investiga, 2010 Op Cit.
40
Mollis, M. Las reformas de la educación superior en Argentina para el nuevo milenio Revista da
Avaliação da Educação Superior (Campinas) vol.13 no.2 Sorocaba June 2008 Print version, 2008.
41
López Crespo, A. “Perspectivas sobre la Evaluación de la calidad de la educación superior” Material
del Seminario sobre Evaluación Universitaria organizado por las Universidades Nacionales del
Conurbano Bonaerense, 1997.
los posgrados, como en evaluar la calidad de los “productos” de la educación: los profesionales académicos, las
investigaciones, las tesis42.
42
Bottinelli, M. M. 2010 Op. Cit.
diferentes aspectos implicados en dichos procesos de trabajo y en las reglas, funciones, responsabilidades y
posicionamientos que docentes, tesistas, investigadores, becarios, tutores, directores, gestores, etc. construimos
cotidianamente para revisarlos reflexiva y críticamente en esos sistemas de actividad que nos permitan
reconocernos y posicionarnos ética y biopolíticamente.
Los diferentes niveles del proceso de modelado del objeto (de las ideas a las palabras, de éstas a la
escritura, de la escritura espontánea a la escritura académica profesional, y de ella al modelado metodológico)
se implican mutuamente, coexisten y subyacen en la construcción de la investigación. A pesar de su
simultaneidad implican una serie de conocimientos explícitos e implícitos, teóricos y prácticos necesarios para
poder realizar dichas operaciones.
Si tal como se enuncia en diversos documentos nacionales e internacionales (OIT, OMS, UNESCO,
etc.) se pretende formar recursos humanos con capacitación teórica y práctica que les permita realizar procesos
de producción de conocimientos válidos, investigación científica, es necesario revisar los múltiples niveles de
análisis de los procesos de aprendizaje y enseñanza requeridos para lograrlo. Pensar la implicancia de estos
aspectos en la educación superior requiere una revisión de los planes de estudio tanto de grado como de
posgrado, pero también una discusión seria de cuáles son los objetivos que nos proponemos en cada instancia
y el establecimiento de acuerdos que articulen la progresión de teorías y prácticas, así como de espacios de
enseñanza y aprendizaje que tengan las características necesarias para lograr lo que se propone como metas en
cada nivel educativo. En este sentido también es necesario pensar los espacios y actores involucrados en el
acompañamiento de estos procesos en tesistas, becarios, e investigadores nóveles para establecer las propuestas
de cómo lograr dichas metas.
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