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& COSTA ATLANTICA. EDICION OFICIAL, BOGOTA—1890 IMPREXTA DE VAPOR DE ZALAMEA HERMANOS, Editor, B, Zalameo, “y L MOTIVO DE B ESTAS’ REIMPRESIONES Repibliea de Colombia—Poder Ejecutivo—Ministerio de Fomento— Niimero 16,831—Seccién 3.—Ramo de Fomento—Bogoté, 28 de Enero de 1890. " Sr. Ministro de Gobiemo—En Ia eindad. Pronto estaré el Ferrocarril de Santa Marta en capacidad de tras. ¢ portar 4 la orilla del mar el carbén mineral de las hulleras de Araca- - taca pertenecientes 41a Nacién y de las cuales se podra entonces — obtener una renta importante; cree este Despacho oportuno dar la _ mayor publicidad posible 4 los documentos oficiales referentes 4 los depésitos hulleros que existen en los Departamentos del Cauca y Mag. dalena; y por esto tengo Ia honra de dirigirme 4 V.S.’indic&ndole Ia conveniencia publica que hay, segiin mi concepto, de mandar im. _ _ primir, como edicién oficial, un folleto que contenga todos los men. cionados documentos y sirva pars, atraer los capitales extranjeros al desarrollo de esa importante riqueza. ee ae Dios guarde 6 V. Sc _ Por ausencia del Sr. Ministro, El Jefe de la 3." Seccidn, C. MICHELSEN U. Repiblica de Colombia—Ministerio de Gobierno—Seocisn 1.*—Nia mero 167—Bogotd, 28 de Enero de 1890. Sr, Ministro de Fomento—Presente. Para ordenar la publicacién de que trata la nota de ese Despacho de fecha de hoy, ntimero 16,831, que juzgo como S. 8.*, muy impor- tante, me permito rogarle se sirva remitir 4 este Ministerio los docu- mentos que deben formar el respectivo folleto. De V. §,* atento servidor. VICENTE RESTREPO. —4— Ministerio de Fomento—Febrero 3 de 1890. Offciese dando las gracias y digase que el Sr. Jorge Isaacs prome- tié presentar en ese Despacho los documentos de cuya publicacién se trata. Comuniquese al Sr. Isaacs y publiquese con sus antecedentes. El Ministro, L. CanaL. Bogoté, 5 de Febrero de 1890. 83, Ministro de Fomento—P. Ayer tuve la honra de recibir la nota que me dirigié §, 8." el 4 del actual, nimero 16,837. Es muy oportuno y patristico el interés del Gobierno ¢ fin de que se reimpriman en folleto los documentos relativos al descubrimiento y explotacién de hulleras en costas del Cauca y del Magdalena. En el Ministerio de Gobierno se me mostié 1a nota de ese Despacho sobre jtal asunto, y convine en suministrarle 4 Ia imprénta inmediatamen- te los documentos 4 que §. S."se refiere, Me suscribo de S. S.", con toda consideracidn, atento y seguro servidor. JorGE Isaacs. a CONTRATO DE 1886 para la explotacion de las hullerasde Aracataca ¥ las que se descubran en el macizo de la Sierra Nevada de Santa Marta, Territorio de la Gua- jira y el Golfo de Uraba. Vistos los articulos 1116 4 1118 del CSdigo Fiscal, que dicen : “Art, 1116, La Reptiblica se reserva la propiedad de las minas y depésitos de carbén, asi como también las de huano y cualquier otro abono semejante que so encuentre en los terrenos baldfos de la Na- cidn, 6 en los que, por todo otro titulo distinto, le pertenezcan. “Art. ILL7. Dichas minas y depésitos no se entenderdn vendidos ni adjudicados con los terrenos, y serdin beneficiados por cuenta de la Repiiblica, en virtud de los contratos que al efecto celebre el Poder Ejecutivo. “ Art. 1,118. Los contrates que el Poder Ejecutivo celebre para la explotacién de las minas de carbén y depésitos de abono, cuya propie- aK teste aa a: dad se ha reservado Ia Reptiblica, podrén Ilevarse 6 efecto sin necesi- dad de la aprobacién del Congreso, siempre que los contratistas acep-— ten las cl4usulas siguientes : **1.* Que la duracién de los contratos no exceda de cincuvnta affos; 2." Que 4 la expiracién de dichos contratos, pasen 4 ser propiedad de la Repitblica, 4 titulo gratuito, las vias carreteras 6 férreas, miqui- las, aparatos y ademas los elementos de explotacién empleados por los empresarios ; ** 8.* Que el beneficio que la Republica reporte de la explotacién no baje del 15 por 100 de las utilidades Ifquidas de la Empresa.” ¥ teniéndose en cuenta que ha caducado el “‘contrato sobre explo. tacién de minas y depésitos de carbén en el Estado del Magdalena," celebrado por, el Poder Ejecutivo de la Unién con el sefior Rafael Espinosa G. el 28 de Enero de 1884; y que también ha caducado el “contrato para la explotacién de las carboneras que se descubran en el Estado soberano del Magdalena,” que se celebré entre el Poder Ejecutivo de la Unidn y los seffores Pp. R. A. Joy, F. Noguera, José M. Quijano Wallis, Luis G. Rivas y Carlos Uribe el 19 de Noviembre de 1884 ; Los infrascritos, 4 saber : Antonio Roldfn, Secretario de Estado en el Despacho de Hacienda, debidamente autorizado por el Poder Hje- cutivo, en nombre del Gobierno nacional, por una parte, que en ade- lante se Iamari “ El Gobierno,” y Jorge Isaacs, en su propio nombre, parte que en lo sucesivo se llamard “ el Contratista,” hemos celebrado el siguiente contrato: Art. 1.°ZHl Contratista, ayudado de los socios que se procure al efecto, 6 quien los derechos de él represente, se obliga 4 organizar en el término de diez y ocho meses, contados desde la aprobacién de esta contrato, una Compafiia con capital sufieiente para In explotacién in. dustrial y comercial de las hulleras que él descubrié y estudié en 1882 en las orillas del rio Aracataca. Tal explotacién puede el Contratista extenderla desde el rio San Sebastifn 6 Fundacién hasta las m&rgenes del Sevilla. Comprende también la explotacién de que habla este artfculo las hulleras que el Contratista, 6 quien sus derechos representa 6 la Com. pafifa que organice, encuentren en el macizo, estribaciones, hoyas y li- toral de la Sierra Nevada de Santa Marta, en ¢l Territoriode la Gua. jira y en el Golfo de Urabé 6 Darién del Norte. Para el descubrimiento y explotacién de hulleras en el Golfo de Urabé, sefidlase la regién comprendida en estos limites: al Norte, una ese , finea que partiends de Punta Avboletes, Oe en al Cabo iburén ; al Oriente y Occidente dos If{neas que de los dos puntos indicados vayan en direceién Sur, avanzando en la misma hasta dejar sesanta ki- Iémetros al Norte la culata del Golfo; por el Sur, la unin de las pa- ralelas demarcadas antes, por una Ifnea tirada de Oriente 4 Occidente. El Contratista garantiza la organizacién de la Compafifa en el tér- mino preciso de diez y ocho meses, con una fianza personal de cuatro mil pesos 4 satisfaccién del sefior Tesorero general de la Repiblica, fianza que se otorgard un afio después de la aprobacidn de este contrato. Art, 2.° Si conviniere més 4 las empresas é intereses del Contra. tista, 6 4 quien sus derechos represente, organizar una Compafiia que se contraiga 4 la explotacién de las hulleras que se descubran en el Territorio de la;Guajira, y otra con el fin de explotar las que se des- cubran en el Golfo de Urabé,fel Contratista tendré de término pare organizar tales Compaiiias dos affos, 4 contar desde la fecha en que el Poder Ejecutivo le imparta su aprobacién 4 este contrato ; ésto tenién. dose en cuenta las exploraciones y estudios penosos queen tales regio. nes ser4 preciso hacer antes, trabajos que ojecutaré personalmente el Contratista, si no hubiere obstéculo del todo insuperable. Art. 3.° Cumplidas las condiciones que respecto 4 la organizacién de Ia Compafifa 6 Compafifas establecen los articulos 1.° y 2.°, la fian- za de $4,000 ser4 cancelada, 6 no se prestard si se han Ilenado satisfac. toriamente esas condiciones sin que trascurra un affo see la apro. bacién de este contrato. Art. 4.° El Contratista queda obligado 4 presentar al Gobierno nacional, en el término de dos afios, contades desde el dia en que se apruebe este contrato, todos los trabajos y estuclios cientificos que se hayan ejecutado para la explotacién de las hulleras de Aracataca y el descubrimionto de las otras que se han mencionado: e decir, planos, mapas, informes, &c, El Contratista 6 quien sus derechos re- presente, ya en pososién de estos trabajos, determinard con toda preei- sién las minas 6 depésitos que ha de explotar, 4 fin de que sus perte. nencias sean circunscritas y medidas conforme al Cédigo Fiscal, y de que las estipulaciones de este contrato queden exclusivamente reduci- das 4 tales minas, y libres, por tanto, los otros depdsitos descubiertos 6 por descubrir, en las regiones de que se ha hecho meneién en el arti. culo 1.° El Poder Ejecativo no podré enajenar ninguna extensién de te. rrenos baldios en las regiones determinadas 6 marcadas en el articulo 1,°, antes de terminarse los dos afios de que se habla al principio de este artfculo ; pero luégo ques hayan fijado los limites definitivos del terreno correspondiente 4 cada una de las minas, podré el Poder - Ejecutive disponer de los terrenos que se hallen fuera de las dreas destinadas 4 las minas, dejéndose en todo caso vias libres para la transportacién de los productos de la explotacién, Art, 5.° El Contratista tendréel término de dos afios, contados desde el dfa en que haga Ia eleccién de los depésitos de hulla que va 4 explo- tar, para la ejecucién de las obras nocesarias 4 dicho explotacién. Art, 6.° Todos los gastos que se ocasionen hasta poner las hulleras en explotacién, serén hechos por cuenta del Contratista, 6 de quien ‘sus derechos represente, sin indemnizacién alguna de parte del Gobier- no y sin que se los pueda poner en cuenta para la liquidacién de las utilidades de que trata el articulo siguiente, Art. 7.° El producto Ifquido de las minas que se exploten, desde el dfa en que comience-su produccién, se dividird ast : De las hulleras que se exploten en el territorio comprendido entre los rfos San Sebastidn 6 Fundacién, y Sevilla, quince por ciento para el Tesoro nacional, cinco por ciento para el Estado del Magdalena 6 entidad polftica que lo reprasente, y dos por ciento destinado & los gastos que requiera la civilizacién de las tribus salvajes de la Sierra Nevada de Santa Marta, incluyéndose la de los Chimilas, todo da con. formidad con lo prescrito en Ia ley de 5 de Junio de 1868, sobre civi- lizacién de ind{genas, De las hulleras que se explotenen el Territorio de la Guajira, quince por ciento para el Gobierno nacional, tres-por ciento para el Estado del Magdalena 6 entidad polftica que lo represente, y cuatro Por ciento que debe destinarse 4 los gastos que requiera la civilizacién de las tribus salvajes de la Guajira, como lo prescribe la ley citada. De las hulleras que se exploten en el Golfo de Uraba, veinte por siento para el Gobierno nacional, si quedan comprendidas en el terri. torio de Panami, y dos por ciento para la civilizaciéu do las tribus indigenas que habitan en esta seccién del pats, invertido en la misma forma que se ha expresado antes; y si se hallaren las hulleras en te. tritorio del Cauca, quince por ciento para el Gobierno nacional, cinco ‘por ciento para el Gobierno del Estado del Cauca 6 entidad que lo re- presente, y dos por cisnto destinado 4 la civilizacién de las tribus que habitan territorio de ese Estado en el Golfo del Darién, 6 en el. bajo Atrato, segtin la ley de que se ha hecho mencién. Art, 8.° Para los efectos del articulo anterior, el Contratista, 6 -quien sus derechos represente, estaré obligado 4 llevar las cuentas de ee eee ane Ja Empresa 6 Empresas, 4 estilo de comercio, ajusténdose 4 las dispo- siciones del Cédigo nacional de la materia : asfmismo estaré obligado 4 hacer liquidacién affo por afio, y 4 consignar en la Tesoreria general de la Repdblica, anualmente, las cuotas que 4 ella le correspondan, y do igual modo en otras Tesorerfas las cuotas que & ellas les correspon- dan, de acuerdo con ol artfoulo anterior, todo segéin Ia respectiva li- quidacién aprobada por el Agente que designe el Poder Ejecutivo na- cional. Art. 9.° Las cuentas de la Empresa 6 Empresas deberén compro- barse 4 estilo de comercio, y podr4n ser inspeccionadas en cualquier tiempo por el Agente que designe el Poder Ejecutivo de la Nacién; las observaciones que aquél haga, deberdn ser contestadas satisfactoria. mente por el Contratista 6 empresarios, pata que las cuentas se admi- tan como corrientes. Art. 10. La duracién de este contrato seré de cincuenta afios, contados desde la fecha en que el Presidente de la Republica le impar- ta su aprobacién, 4 la terminacién de los cuales pasarin 4 ser propie- dad de la Reptblica, 4 t{tulo gratufto, las vias carreteras 6 férreas construidas por el empresario 6 empresarios 4 fin de facilitar el tras. porte del carbén, lo mismo que las obras, méquinas, edificios, aparatos y dems elementos empleados en la explotacién. Art. 11. Todas las obras y caminos que hagan los administradores y explotadores de las hulleras de que se trata, se consideratén de uti- lidad pdblica. Parigrafo. Siendo de propiedad del Gobierno nacional las minas de hulla situadas en terrenos baldios, materia de esta contrato; de acuerdo con el inciso 7.° artfoulo|8.° de la Constitucién nacional, di- chas minas, el capital destinado 4 explotarlas y sus productos, no po. drfin ser gravados con impuesto alguno de los Estados de la Nacién, 6 entidades que los represonten. Tampoco ser4n gravados por el Go. bierno nacional con impuesto alguno, el capital que se destine 4 ex. plotar las minas, ni los productos de ellas. Art. 12: Seis meses antes del dia en que deba terminar el presente contrato, el Poder Ejecutivo podré destinar un Ingenioro de su con. fianza que presencie los trabajos que se ejecuten en las minas, con el fin de examinar si, por efecto de las operaciones que se hayan practi- cado, 6 que se estén practicando, hay temores de préximos derrumba. mientos ti otros accidentes que tapen las minas descubiertas 6 que dificulten los trabajos en ellas. Art, 18, El presente contrato caducaré por falta de cumplimiento de las estipulaciones en él oe que le incumben al Contratista, ~ y especialmente por las que se expresan en los artfoulos L.°, 2.°, 4.° y 5.°, y en los casos que en seguida se expresan : 1.° Si los trabajos se suspenden por més de doce meses consecuti- vos, salvo algtin caso fortufto debidamente comprobado, 2.° Si las cuentas de la Empresa nose llevan del modo prescrito en el articulo 8.° 3.° Si trasourridos seis meses después de haberse hecho la liquida. , cién anual de que habla el artfculo 8.°, no han sido consignadas las cuotas correspondientes 4 las Tesorerias mencionadas en aquel articulo, salvo caso fortuito debidamente comprobado. Art. 14. El presente contrato no podré ser cedido 4 ningin Gobier. no extranjero, bajo pena de rescisién, por el mero hecho de verificarse tal cesién 6 traspaso, acto que desde ahora se declara absolutamente nulo y sin ningtin valor ni efecto. El Gobierno no reconoce en el Contratista ni en los individuos que se le asocien 6 lo representen, otros derechos, exenciones, privilegios, beneficios 6 fueros que los ex. presamente concedidos en el presente contrato. Art. 15. Todas las dudas y controversias que se susciten sobre la inteligencia y cumplimiento de este contrato, serin decididas, verdad sabida y buena fé guardada, por un Tribunal de Arbitros, amigables componedores, nombrados, uno por el Gobierno nacional y otro por el Contratista 6 quien sus derechos represeate, y un tercero para el caso de discordia, cuyo nombramiento haré el Presidente de la Corte Su. prema dela Repiblica, y 4 la decisién que resulte se obligan ambas partes, sometiéndose sin apelacién de ninguna clase, Art, 16, Este contrato no surtiré sus efectos en tanto que no sea aprobado por el Poder Ejecutivo nacional. En fé de lo cual firmamos dos ejemplares de un mismo tenor en Bogoté, 4 19 de Junio de 1886. Antonio RonpAx.—Jorox Isaacs. Poder Ejecutivo nacional—Bogotd, Junio 21 de 1886, Aprobado. J. M. CAMPO SERRANO, El Seeretario de Hacienda, AnTox10 RoupAy, (Diario @ficial nimero 6,722 de 2 de Julio de 1886), En Ja pégina $2 se halla la resolucién por la cual modified y adi- cioné este contrato el Ministerio de Hacienda. el 2 de Diciembre de 1889. . HULLERAS DE ARACATACA. * (1882). I Ha de suponerse que no pretendo escribir un informe cientifico sobre este asunto, Lecturas hechas por mera curiosidad y placer, co- nocimientos elementales de una ciencia, no bastaron nunea 4 suplirla, Y menos, mucho menos al hacer concienzudamente una labor como la que de improviso me ocupa y pronto fin demanda. Béstele al pais por ahora la efectiva posesién del rico yacimiento de hulla que rompe en su curso el Aracataca 4 inmediaciones del Atldntico, posesién que afortunadamente se ha procurado 4 favor de un esfuerzo que era de mi deber. Sus hombres de ciencia y gobierno adelantarén la incipiente obra de hoy, y aunque no me haya tocado ser sino un oscuro zapador én gu camino, los veré, gozoso, convertir en riqueza piiblica y en fuente copiosa de bienestar para los pueblos colombianos el tesoro que los desiertos salvajes nos ocultaban, como si vedado nos estuviese hasta no haber sufrido, como nacién, crueles lecciones y durisimas pruebas. 0 Estudios indispensables me habfan detenido algunas semanas, desde fines de Noviembre tiltimo, en la regién occidental del Estado del Magdalena, y tuve noticias vagas, incompletas, no crefdas por lo comtin, acerca de un asomo carbonffero en las orillas del rio Araca- taca, 6 Cataea. Este es el mismo que impropiamente se ha denomina do Aracara en los trabajos geogréficos de los sefiores Ponce de Leén y Paz. Terminados los estudios que dije, decidf obtener 4 cualquiera costa la verdad sobre aquel yacimiento, porque la muestra con que me obsequié el distinguido caballero Juan M. Davila, trafda 4 su padre en 1879 por el sefior José Maria Jimeno, labrador del bajo rfo, aunque no satisfactoria, permitfa inferir que yendo al sitio del asomo carbonifero, solamente conocido del sefior Jimeno, serfa posible obte- ner algo mejor. ® Debe tenerso en euenta—y no pasaré inadvertido—que esto informe fue el primero que sobre tales materias escribié el autor, qnien trabajaba entonecs como Secretario de Ja Comisién Cientifica organizada por el Gobierno nacional en 188). Estuve listo 4 emprender la excursién al terminar Diciembre; — mas creo que al Gobierno del Estado se le hizo dificil suministrarme los pocos auxilios que de él solicité, y supliéndolos de algdin modo con mis recursos propios, porque no me era soportable la pérdida de mds tiempo, marché sin aquel apoyo que tan dtil hubiera sido. Antes ob- tuve del sefior Jimeno, que vino 4 ofrecerme sus servicios cuando ya me habfa resuelto 4 emprender el viaje solo, que me acompafiara, pagén- dole bien su tiempo, y juntos partimos el 7 del actual. La Carta geogrdfica del Estado del Magdalena, como he tenido ocasién de observarlo varias veces, adolece de muchas imperfeciones, y explica el motivo de ello una nota que lleva al pie ; mas, no obstan- te, esa carta me es itil al indicar la ruta del viaje, como al tratarse de otras indicaciones y datos posteriores. Si logro conseguir uu ejem- plar del mapa que de toda Ia regiSn septeutrional del Magdalena pu. blicé on 1879 Mr. J..A, A. Simons, lo acompafiaré i estas paginas ; el que poseo tiene ya anotaciones que me serdén necesarias en lo sucesivo, III Por el camino del Valle, que asi se le llama aunque conduce muy ineémoda y trabajosamente al Valle-Dupar, haciéndose absolutamente imposible viajar por all{ en el invierno, se transita para ir 4 las orillas del Aracataca, Vadéase el Riofrfo 4 20 6 22 kilémetros de San Juan de la Cignaga, después de oruzar la Hanura triste y salitrosa que cu. bren las inundaciones de Ciénaga-Grande en los meses de Iluvias ; pero al acerearse tino 4 le aldehuela que tiene el nombre del rio, va elevan- dose insensiblemente la planicie, que en tiempos anteriores 4 1529 cubria el océano, y los bosques van ganando en frondosidad, galas y altura, La serrania de formacién terciaria se divisa alli 4 corto trecho, fs. Pera, arcillosa y cubierta do cardones y espinos: asf, do agrio aspecto ¥ como recientemente conmoyida, va formando desde Papares hasta Tueurinca como la orla 6 reborde més visible de la amplia base de la Sierra Nevada ; y del mismo modo la volvi encontrar al nordeste del Astillero, pequefio valle situado 4 orillas del Sun Sebastisn 4 700 & 800 metros de altura. La cima de la Horqueta, al norte de San Juan de la Cignaga, es la més alta on el cordén montatioso de que hablo, y tras de esa cumbre, al oriente, 4 25 6 80 kilémetros de la mar, hay Planicies muy bellas, de excolentes condiciones para diversos cultivos Tegadas de corrientes abundantes. Al Mallar en una desus atrevids ploraciones el sefior Francisco A, Durdn aquel paraje de frio tem. pero y escogidisimo para una colonia, lo llamé el “ Paraiso.” No seri ese sitio el vinico adecuado al efecto en las pendientes de los valles que Tecorten las aguas del Riofrio, Origtieca, Sevilla, Aracataca y San Sebastién, cuando al descender de la Sierra Nevada buscan sus salidas & Ciénaga-Grande tras la cordillera terciaria que hace poco describf, Iv Conelufda una trocha que, & la ligera y en extensidn de diez kilé- metros, hice medio picar en el desierto, el 11 estuve ya en la veta de carbén que el sefior Jimeno conocia, y de la cual se enviaron mues. tras 4 Santa Marta y Pueblo-Viejo. Vi horizontal en los pefiascos de arenisca sedimentosa una cinta de carbén de 10 412 centimetros de espesor en donde mucho, y 7 i 8 metros de longitud. Eso era todo lo que habian visto el seffor Jimeno y los pescadores del rio en sus excur- siones hasta allf, é intorrogado nuevamente, nada més pudo decirme ni mostrarme, y lo hallado era bien poco. Perplejidad atormentadora fue la que sufri durante algunos miou. tos inolvidables. Trat&base, no de gloria mfa, no de una riqueza para m{ buscada; tratdbase de la Repiblica, de la Patria, desu bien, y ‘inicamente en ciertas ocasiones le es dable 4 dino saber cudnto la ama. Deploré en tales momentos no haber consagrado affos de mi juventud al estudio de las ciencias que alli podrian guiarme, y maldije avergon. zado mi ignorancia, El rfo, correntoso desde aquel sitio hacia el Oriente, y 4un por largo trecho en su descenso, erainvadeable. De pronto, descubri en una playa pedregosa de la banda septentrional unos fragmentos de pe- flasco negruzco 6 ceniciento: presentfa haber encontrado un hilo guiador en la oscuridad, y le ordené al mds valeroso de los peones que me acompafiaban que vadease el rio para traerme muestras de lo que divisaba. Luché, y ganando la orilla opuesta, trajo lo que le pédia: era hulla. Aquellos bloques rodaban indudablemente de un asomo de la orilla septeatrional. Vuelto el pedn 4 ella, lo hice ascender unos 100 6 mas metros, hasta el punto en que el rio salva un banco de pefias como ennegrecidas, para destrenzarse desde alli en chorros de espumas. Aquel banco de pefias debe ser invisible 4 poco crecer del rfo. El montafiés rompié, obedeciéndome, diversos puntos del gran pefiasco, y mostréndome los fragmentos que me trafa, grit: “es también carbén.” Los recibf ; hulla admirable. Eso bastaba, aunque no me satisfizo, porque adquirf la persuacidn de obtener mucho més. La primera veta intern4ndose hacia el sur, 4 partir del rio ; el banco de la ribera opuesta, sepultindose 4 flor de agua hacia el norte: el yacimiento debia mostrarme otros asomos suyos destrozados por las avenidas y sus corrientes impetuosas. De lo conseguido hasta ese dia, le di cuenta al ciudadano Presi. dente de Ia Unidn en carta fechada en el Astillero el 14 del actual. Dado el tiempo apenas preciso para la construccién de una balsita y la apertura de trochas en ciertas direcciones, el 15 pasé 4 la orilla del Norte. La enormidad del banco de hulla descubierto en ella, es pasmosa: avdnzaseal centro del rio, resistiendo todavia, victoriosa- mente, el embate de las aguas que siglos y siglos hé lo rompieron, al nacer de las primeras nieves de las cambres aquel raudal qne descen- dié excavando su cauce 4 golpes de olas y de masasde granito sobre el lecho antes intacto de la hullera. Aguas arriba del banco hallé también fragmentos de carbén, Ro- daban de asomos que era preciso encontrar, pero sin fortuna lo pro. curé el 15, El dia 16 la tuve mejor: yaal caer la tarde, 600 6 700 metros al oriente de las vetas halladas, descubri en la orilla meridional la mfis grande de todas : mide de 75 4 80 metros de longitud y su pro. fundidad es incalculable ; va al propio fondo del rio. Posteriormente, uno 6 dos dias después, obtuve otro asomo entre Veta-chica y Veta-grande: mide 20 4 22 metros, y es profundo; lo denominé “ Pefias-rotas.’’ Hé ahi los asomos en la orilla meridional ; en Ia opuesta, el banco, conocide ahora con el nombre de “ El Salto,” A contar con peones y con herramientas que hubiesen sido algo méis que una barra, un azadén y cuatro machetes, habria podido em. peflarme con buen éxito en perseguir mayor latitud en la zona car. bonffera que corta el Aracataca, aunque al ascender mis por sus ri- eras, ya cubren pefiascos profundos, de formacién secundaria, el yacimiento, como es natural, y el rio no ha necesitado de romperlos al formar su cauce. La extensidn de Ja hullera 4 N. y 8. es dificil caleularla, y ello re. querirfa elementos de que no he podido disponer, 4 més de mucha prdctica en el estudio y explotacién de las cuencas carbon{feras. Pero 86 que hay asomos de hulla en las riberas del Tucurinca y Origiiera ; supongo con fundamentos que se les podria hallar en Riofrio y acaso seat aan ante an a 8 hasta en el Cérdoba, y probablemente 4 orillas del San Sebastién, A ser asi, como lo creo demostrable 4 poca costa, el’ yacimiento mediria de N.4S. aproximadamente, una extensidn de 40 445 kilémetros, En cuanto 4 su anchura invisible de E, 4 {0.4 mas de la de 600 4 700 metros que encontré, considerable debe de ser, pero mal puedo atre- verme 4 calcularla. ave Restébame encontrar un sitio que por su clima, amenidad y poca distancia de la hullera, fuese adecuado para la colonia que al comen- zarse la explotacién es indispensable establecer. Los habitantes del bajo Aracataca, gentes de raza chimila en degeneracién y de africana sin ley ni hdbitos de laboriosidad, serin intitiles, 6 poco menos, en la obra. Ya querrian hacerse necesarios y exigir alto jornal como para cosas de Gobierno ; y aquellos infelices—porque la barbarie en que estin es horrorizadora—no saben que viven en baldios de la Repibli- ca, y si lo supiesen, 6 de ello fuera posible convencerlos, uo lo agra- decerian. Si.en este caso, y al colonizaren nuestros ricos desiertos, no se practica el sistema eficaz que la Inglaterra ha adoptado en sus coloni- zaciones, tiempo y dinero se perderiin indtilmente en la labor. Sin una organizacién militar bien estudiada y severamente sostenida, todo se quedar& escrito, 6 adolecer4 de vicios inextirpables desde su comienzo, y de seguro las colonias vendrin 4 ser el asilo de criminales incorragi- bles, 6 fuentes de explotacién para el gamonalismo parroquial. ‘Tratandose de la colonia que debe ser base de la empresa en Araca- taca, creo que este es el mejor procedimiento para fundarla, Formar ‘un batallén de 1a Guardia con voluntaries de las cdlidas comareas del Estado de Santander, en donde la ingratitud del suelo de cultivo es causa de miserias que muy maestramente nos ha descrito el sefior Doo- tor Manuel Ancizar, A esos voluntarios les sera permitido traer sus esposas, cuidadosamente costeadas por la Nacién, y encontrarfan, al llegar al sitio de la colonia, siquiera viviendas provisionales. Como el patallén debe constar por lo menos de 300 plazas, el trabajo de turno en las minas les ser soportable 4 los colonos. Cada uno teadré dere. cho, segiin sus aptitudes y conducta, 4 cinco, diez 6 més hectéreas de tierra 4 inmediaciones de Ja colonia, d&ndosele, ademés, gratis, la he- rratienta necesaria parasus labores. Establecido el sistema y avanzada Ja obra, podré licenciarse paulatinamente la mayor parte de la tropa, ts . nee $ mH a teservando la mas escogida para guarnicién; pero el jefe de esa fuerza Por muy largo tiempo y mientras la colonia necesite de la proteccién acuciosa y directa del Gobierno nacional, debe ser allf la primera autoridad. Por otra parte, mientras que en nuestras comarcas pobladas, 6 cuasi pobladas, existan proletarios desvalidos por falta de tierra, que gene- ralm ente no poseen, aunque ¢s increible; mientrasel pauperismo rural, aberrante en paises como éste, exija el remedio de sus dolencias, no necesitamos de ocurrir al extranjero en busca de emigrantes 6 colonos Para nuestras comarcas fecundas y desiertas, y si me he fijado para el presente caso en Santander, teniendo en consideracién la conocida laboriosidad de su pueblo agricultor, lo mismo podrfa decirse del pue- blo de Antioquia, que en agrupaciones considerables, por los motivos que apunté, emigra al Cauca y al Tolima, y del pueblo de Boyacé, que desposefdo en Ia tierra de sus mayores, busca salarios remunerati- vos y enfermedades y la muerte en las riberas insalubres del Magdalena. VI EI Sr. Jimeno, que me habia abandonado en los dias 16 y 174 mis Propias fuerzas, fatigéndose ya de una tenacidad que él, 4 su modo ris. tico, calificaba de inverosimil, convino en seguirme 4 los altos desier- tos el 18. Habiame dicho al contratarse para la excursién en la Ciéna. ga: “ Yo soy el tigre de esas montafias.” ; Qué més? Ya lo levaba de Compafiero. Al llegar 4 cierto punto aquel dia (el 18), yo aspiraba atin ascender de Cerro-tajado, y creo que era tarde, Entonoes me ob. servé francamente, intimiddéndome 4 los cuatro peones que me acom- Pafiaban : “Si usted sigue para arriba, aqui lo esperaré.” Los rastros que frecuentemente encontrébamos de tigres y de dan. tas, tenfan en cierta zozobra 6 temor visible & los peones, que nunca, hasta entonces, imaginaron ascender hasta alli, atravesados 17 618 kilémetros de desierto salvaje. Desde el 17 hallé 4 mi satisfaccién, en la ribera meridional, el sitio adecuado para la ciudad de la colonia. Alli se tiende 4126 16 metros del nivel del rio, sobre pefiascos, una planicie extensisima de 20 4 22° centfgrados, temperatura media. La Sierra Nevada, que se levanta al Nordeste, enfria la vega, y allino hay ya, gozdndose tino en el alivio que disfruta, los rodadores hambrientos, jejenes ni zancu- dos voraces de las bajas riberas. A E, y 0. de aquella planicie hay hondonadas de més alta temperatura para los cultivos que asi Ia re. quieren, y al rededor, on abundancia prodigiosa, maderas finfsimas, selectas, de copstruccién, materias textiles, balsamos y las plantas y semillas medicinales mds estimadas de los indigenas, Frecuentemente hallé en una y otra ribera vertientes ferruginosas (quizé algunas llevan petréleo), y aquellas vertientes acusan la exis. tencia de una grande mina de hierro, que yaceen la misma cuenca carbonffera 6 4 profundidad mayor. La salubridad y pureza de las aguas del Aracataca no es lo menos estimable al tratarse de fundar la colonia en la planicie del Pendn ; saturadas de fierro sus corrientes, moce ademés bajo las ondas y re. mansos unas aigas de tinte purptireo 6 coralino asidas 4 las grandes piedras del fondo, y esa planta es el tiuico depurativo que usan los indigenas como de accién eficaz siempre. Exctiseseme si me atrevo findicar que la colonia situada en el lugar que determino, debiera llevar el nombre de Padilla, La memo- tia de ese héroe de la independencia nacional, hijo de lo que ahora se denomina Estado del Magdalena, bien merece tal honor, y otros ma- yores que nuestros descendientes han de consagrarle, __Amplfsimo espacio, extensién baldia inconmensurable posee la Na. cién en contorno de las hulleras de Aracataca, sin contar él sitio mismo)del yacimionto, que indudablemente le pertenece, y bastard que defionda sus derechos 6 los reivindique, si llega el caso, 4 fin de que nada le estorbe al establecer trabajos en la hullera ni al colonizar en sus inmediaciones. Sélo cref necesario insinuarle al Poder Ejecu- tivo nacional que debia abstenerse de hacer adjudicaciones de tierras baldfas que en aquella regidn del Estado pueden serle necesarias, y Jo mismo en la extensién que he determinado al N. y S. del Cataca ; asi se lo indiqné en oportunidad. Vil Para concluir, contriigome éla navegacién del Aracataca, citcuns- tancia muy importante en el asunto. Con el objeto de efectuar debi- damente el estudio del rio, descendi por él 4 la Ciénaga-Grande, desde Cangrejal 6 Santa Rosa (hacienda del sefior Giacomo Costa), emplean. do en la bajada nueve 6 diez horas de trabajo seguido. Desde la mina hasta 6 6 7 kilémetros abajo del punto en que se reunen el Tucurinca y el Aracataca, la mavegacién es fécil, en riguroso Verano, para botes de 5 4 6 toneladas, y apenas exige gasto de limpieza. El rio, por desidia de los habitantes del Paso-real hacia Occidente, corre d su querer, y amontona las palizadas 4 su antojo: en tanto esos labradores del bajo rio, por tal desentendimiento, viven casi se cuestrados del comercio de Ia costa desde que dejaron perder, impre. visores ¢ ineptos, la via fluvial con que contaban. Los bijaguales en que se riega en corrientes el tio, ya reunido con ¢l Tucurinea, al bajar del punto que indiqué, terminan 4 5 6 6 kilé. metros de la Ciénaga-Grande, pues de allf 4 las Trojes 6 Bocas del Cataca, In navegacién es cémoda otra vez. Los regaderos de los bija. guales exigen trabajo de canalizacién en un trayecto que puede calcu. larse como de 7 410 kilémetros, canalizacién que debe dirigir un ingeniero experimentado, para no atenerse al empirisme de los que, dindose por conocedores del rio, 6 en desconocimiento absoluto de lo que se trata, asegurébanme que con)$ 1,500 6 $2,000, 4 lo sumo, todo quedaria hecho. A juzgar por lo que vi, la obra—muy facilitable volviendo las corrientes dela Fundacién 6 San Sebastién al Aracataca por la quebrada de Macaraquilla, aguas que disparatadamente se Hevaron al Bongo—importaré de cinco 4 seis. mil pesos, contdndose, como debe contarse, el valordel auxilio que estén dispuestos 4 prestar los labriegos del rio, interesados en servirse de nuevo, cuanto antes, de la via fluvial, obstrufda por abandono de los unos, egoismo de los otros y holganza genial de los més. De tal suerte, limpio el rio, ¥ canalizado en cierta parte, seré navegable sin obstdculo, de la mina & Ia Cignaga, prefiriendo los meses de Abril & Noviembre, en 667 horas de bajada y on,12 6 14 de subida, en botes y lanchas desde 5 hasta 20 toneladas, Remoleadores pequefios y de forma aparente, facilitarian Ja pronta subida de las embarcaciones, y un podrian remolcar en la Ciénaga-Grande Jas de mayor porte que he indicado, Los depésitos de carbén en el litoral deben hacerse en Gaira 6 en Santa Marta, siempre procurando que ge les abastezca en los moses de invierno, que son de buena mar ; pero me inclino 4 creer que en Gaira quedarian mejor, como puerto més inmediato y favorecido del nordeste, evitdndose asf que en la época en que ese viento domina, sea peligroso para las embareaciones carboneras doblar la punta de Gaira. Vir Sobrentiéndese que antes de acometer la Repiibliea la explotacién de las hulleras de Cataca, debe cerciorarse de que el yacimiento no Presenta, del Riofrio al Cérdoba, asomo satisfactorio ; porque si apa. 2 la mina con la buena calidad que en Aracataca, tan cerea de costa, claro es que serfa preferible explotarla on su extremidad al N,, es decir, de Riofrio al Cordoba. En cuanto lo ha permitido mi insuficiencia, posee ya el Gobierno nacional los datos ciertos que me es posible su ministrarle en este asunto. Ojal ellos, y las muestras de hulla que recibird con este informe, le ‘satisfagan por ahora como es natural suponerlo. i JorGE Isaacs, San Juan de la Ciénaga, Enero 25 de 1882. (Anaies de Instruccién Piblica, ntimoro 17—Febroro do 1882), MEMORIAL DEL CONTRATISTA Y RESOLUCION.—(1887). 4 By. Ministys do Macienda de la Naciin—Bogats, Como siempre que se trata de trabajos 6 de intereses valiosos para la Nacién, especialmente si aquéllos han contribuido 4 demostrar la importancia de la industria minera en nuestro pais, procuréndole la posesién de riquezas suyas, antes ignoradas—S. S. estudiaré con sin. gular atencién el asunto de que voy 4 hablarle: seguro de que ha de suceder asi, tengo también la certidumbre de que se resolveré—en justicia y oportunamente—lo que conviene en realidad 41a Nacién, amparando 4 la vez mis derechos, que ni me atreveria 4 mencionar si no estuviese persuadido dequeal ampararlos ella, favorece sus propias conveniencias. S. S. conoce el contrato que en Junio de 1886 celebré con el Poder Ejecutivo nacional para la explotacién de las hulleras de Aracataca y las que descubriera en el macizo de la Sierra Nevada de Santa Mar. ta, Territorio de la Guajira y en el Golfo de Urabé. Fue aprobado el 21 de aquel mes y se publicé en el ntimero 6,722 del Diario Oficial. Ruego 4 8.8. revise con cuidado ese documento. A cumplir las obligaciones més dificiles y arriesgadas que me im. puse al suscribir el contrato, dediqué nueve meses 6 més, desde No. viembre de 1886 hasta Agosto del presente afio. Ya muy alterada mi salud en viajes por tierra y mar, en costas ardientes é insalubres casi todas, en las cuales tuve que enterrar 4 dos de mis compafieros ; y ob- tenido un éxito tan afortunade que superaba mis esperanzas,—y aun las del Excmo. Sr. Presidente de la Repdblica, que ténto confié : ‘ : desde Abril iltimo en mi persistencia y esfuerzos, —le pedi 4 él pe miso para descansar algunos meses. El resultado conseguido asf, en lo referente 4 carboneras de la Costa atléntica, ora ya éste : Las de Aracataca, que deseubri y estudié on 1882,son més ox. tensas que supuse entonces, No se ha podido sondear del todo la pro. fundidad del vasto yacimiento en las riberas de aquel rfo, tan gruesa y hondaes la capa de hulla; y asomos semejantes aparecen en las orillas meridionales del rio Sevilla y las septentrionales del San Se. bastién 6 Fundacién. Estos rios, como el Aracataca, facilitardn, lim. pidndolos con poco gasto, la conduccién de la hulla 4 Ciénaga-Grande para de abi llevarla en remolcadores adecuados 4 Gaira 6 4 Santa Marta, En los primeros dias de Mayo ultimo publicé Hl Porvenir de Cartagena un editorial que contiene datos ciertos y minuciosos sobre la hullera 4 que me refiero. Serfa conveniente que S, 8." lo tuviese & In vista : aquellos datos los suministrd el Sr. Presidente de la Nacién, y él me tenfa prometido espontineamente, cuando ese escrito apare- cié, obtener ciertas modificaciones indispensables en el contrato de Junio de 1886, todas de gran provecho para el pais, todas urgentes : de Js forma en que debfan ser hechas habla aquel editorial. Presoindiendo ahora de la cuantfa de las utilidades Ifquidas, que el Gobierno se reservé en la explotacién de las hulleras—que debe ser el diez por ciento, 4 lo sumo, segiin el dictamen del Sr. Presi. dente — conirdigome 4 la necesidad, indicada por él, de prorrogar diez meses 6 un affo los términos sefialados en el contrato para orga- nizar las Compafiias explotadorasde las hulleras. El Gr. Presidente me ofrecié en Abril ultimo que la prérroga serfa otorgada, y en su promesa confié tranquilo entonces, como hoy confio. A él le constaba que después de cinco meses de trabajo aniquilador en las costas sama. ria y guajira, faltdbame atin explorar detenidamente el Golfo de Urabé y las costas de Bolivar; éstas, como el mismo Sr. Presidente lo dispuso al fin, 4 tiempo de mi partida para el Golfo, el 22 de Abril. Al comienzo de este mes el Sr. Presidente crefa que mi labor era ya bastante valiosa para merecer decidide y franco apoyo oficial, Quiso que yo regresara 4 Bogoté con todas sus recomendaciones oficia- les. Parecia entonces més hacedero 6 sencillo adquirir la certeza de que la Nacién posee en Ia costa guajira ricos yacimientos de fosfato de cal ; pero nunca lo crei tan fécil, ni después de haber hallado el yacimiento de Isla Fuerte: faltaban andlisis decisivos, y para obtener. os ast, tomar muestras 4 profundidad conyeniente, no superficiales como las que hube de tomar por carecer de barrenos y pélyora, y hasta de picos, para efecto de extraerlas mejores. Se hace preciso volver 4 ese trabajo que puede ser de incalculable valfa para Colombia ; y por las razones expuestas, y en vista del andlisis que la Casa de Schus- ter son C.° hizo en Londres del fosfato de la costa guajira, me afirmo en la persuasidn de que uno de los dos yacimientos, por lo menos, le dar& grandes riquezas al pais. Decfa que el Sr. Presidente conceptuaba oportuno, conclufda aquella labor de cinco meses, mi viaje 4 Bogoté. Al suscribir el con- trato de 1886, contraje la obligacién de hacer personalmete los traba- jos de exploraciones en el Golfo de Urabé, caso de no haber obsticulo del todo inswperable, y no lo era de tal clase el quebrantamiento visi- blede mis fuerzas y salud: ademés, estaba en ello empefiado mi honor, y aunque sin poseer datos verdaderamente aprovechables, nece- sitaba hallar ricas hulleras en el Golfo de Urabé, en excelentes puer- tos y lo més cerca posible de Colén; yo queria hallarlas. Por fortuna, 4 aquella confianza y tenacidad correspondié el buen éxito, y ya sélo falta un tltimo esfuerzo para coronar la obra, que es de la Nacién y hecha para la Nacién, ante todo. 8. 5.* se impondri de los documentos que en copia le acompafio: carta del Sr. D, Amaranto Jaspe, en la cual comunica que las mues- tras de hullas de Urabé examinadas en Nueva York, fueron califica- das como excelentes: datos que el Sr. Jaspe le remito sobre la exten- sién ete. de las hulleras del Golfo. Segiin el tenor del artfeulo 2.° del contrato de 86, ya citado varias veces, para organizar Jas Compajfiias explotadoras de las hulleras de Uraba y de las que encuentre en la Guajira, tengo plazo que termina el 21 de Junio de 1888, Corto es, pero no lo fue tanto como el sefia- lado para organizar definitivamente la empresa explotadora de las minas de Aracataca. Estos términos angustiados—S. S. debe de reco. nocerlo como lo reconocié el Excmo. Sr. Presidente de la Rept. blica—son obstéculo y tortura en empresas de tal género y magnitud, para quien hace labor formal preparatoria, indispensable si se aspira & buen éuito dejinitivo y verdaderamente valieso para el pais. Si me hubiera contrafdo con menos asiduidad 4 las exploraciones que me ocuparon desde fines de 86 hasta mediados de este afio, ya le habria podido presentar al Gobierno nacional, organizada con todas las condi- ciones requeribles, la Compaiifa explotadora de las hulleras de Ara. cataca. 50 trataba caeneerte de Ienar tie férmula, sino hacerlo bien, y é su debido tiempo. Fuera de toda duda, lo conveniente 4 la Nacién, y el orden natu. ral de los trabajos, ora hacer detenidas exploraciones en el Golfo de Urab4, y esperar el andlisis del mineral de sus hulleras, caso de ha. Harlas, primero que dedicarse 4 organizar una Compafifa explotadora en los Estados Unidos 6 en Francia ; y digo una Compafiia, no dos ni tres, como lo permite el contrato ; porque la explotacién de todas las minas debe ser dbra de una sola empresa, & efecto de evitar de ese modo competencia entre varias, perjudicial—es claro—a los intereses de la Nacién ; esto sin contar lasdificultades que habrian de persen- tarse para la organizacién de una Compafifa fuerte, sélo_ privilegiady para explotar las hulleras de Aracataca, Confiésole 4S. S. que tinicamente por no aumentar las dificulta- des penosas con que luché al discutir las bases del contrato de 86, no exigi mayor término 6 plazo para la organizacién formal de la Com: pafifa explotadora de las hulleras; y por lo mismo, cuando en Abril filtimo el sefior Presidente—prictico en la materia y previsor—me hizo la promesa de prorrogar aquellos plazos diez meses 6 un afio, lo menos, vi en ello justicia y acierto : en razones de ese orden fundaré el Ministerio de Hacienda el decreto que ahora prorrogue aquellos plazos. Segiin el artfculo 1.° del contrato, el veintiuno del mes actual ex. Pira el término sefialado para que esté organizada la Compafifa explo. tadora de las hulleras de Aracataca, y esto sucede cuando debido al feliz éxito de los viajes y estudios que hice en el Golfo de Urabé, estoy 4 punto de conseguir en los Estados Unidos la formacién de la Compafifa fuerte y respetable que acometa la obra: con ligeras modi- ficaciones en el contrato de 86, ya casi todas apuntadas 48. S., ahora seré ficil coronar asi las tareas 4 que ténto tiempo consagré desde 1882, perdiendo la salud y arriesgando la vida, por deber y por amor 4 la tierra donde naci. Que tamafios esfuerzos no sean perdidos para ella, que tales sacrificios se estimen en lo que valen justamente, de. pende del Gobierno, y en especialidad de la resolucién que dicte 8. S, una vez estudiada esta respetuosa solicitud. Tengo la honra de suscribirme de S. S. muy atento y seguro Servidor. Jorae Isaacs. Thagué, 7 de Diciembre de 1887. ‘Ministerio de Hacienda.—Bogoté, Diciembre 20 de 1887. En vista de las razones expuestas en el memorial que antecede, y teniendo en cuenta la importancia y magnitud de las exploraciones y. trabajos hechos por el seffor Isaacs, y que no sera justo que éste perdiera téntos esfuerzos s6lo porque en un tiempo relativamenta corto no ha podido organizar las Compafifas 4 que se refieren los ar- tfoulos 1.° y 2.° del contrato con él celebrado por el Secretario de Hacienda de la Repiiblica, con fecha 19 de Junio de 1886 y aprobado por el Poder Ejecutivo el dia 21 del mismo mes; y teniendo la Re. publica fundadas esperanzas de hallar una abundante fuente de re- cursos fiscales en las explotaciones industriales que se propone llevar _ fi término el sefior Isaacs, SE RESUELVE: Prorrégase por dos afios contados desde el dia de maffana el térmi- no dentro del cual debe el sefior Jorge Isaacs organizar las Compa. fifas de que hablar los artfculos 1.° y 2,° del contrato celebrado por el Secretario de Hacienda con dicho sefior, con fecha 19 de Junio de 1886, y aprobado por el Poder Ejecutivo el dia 21 del mismo mes, Contrato publicado en el Diario Oficial niimero 6,722. Publiqaese con sus antecedentes. El Ministro, RESTREPO. ‘ (Diario Oficial némoro 7,262), COPIAS DESTINADAS-AL MINISTERIO DE HACIENDA. Amaranto Jaspe—Por corroo. a Comisionista. 3 Cartagena, 5 de Noviembre de 1887. Sr. D. Jorge Isaacs—Lbagué. Hoy tengo el placer de decirle que las_muestras enviadas 4 New- York han sido examinadas concienzudamente, y mis agentes me CO. munican lo siguiente: “Goal. This said tobe very valuable if found in quantity.” Lo que traducido 4 nuestro idioma, dice : “os Toca 4 U. contestar si esta condicién existe en los lugares — visitalo por U. Deseo oir de Ud. Reitera 4 U. sus protestas de sincera amistad su afectisimo. AMARANTO JASPE, Ibagué, 29 de Noviembre de 1887. Sr. D, Amaranto Jaspe—Cartagena. tensién etc. de las hulleras que descubri en ‘a Golfo tie: Urabé : ci Ponta pe PrepRa DE URABd—En la desembocadura del rio de este nombre y la del Cope, que est4 masal Sur, hay un puerto vémodo, el mejor de toda la Costa oriental del Golfo hasta llegar 4 Arboletes = Jo denominé Puerto-David. Dista doce 4 catorce kilémetros de las Bocas del Atrato, y tiene al frente, hacia el Ocaso, las islas de Turena ‘ y las de Tutwmate ; més al Norte, en esa costa occidental, se extiende la rica de San Blas, habitada por las tribus Cunas, con las cuales h& tiempo cambian efectos buques mercantes de los Estados Unidos : el valor de eso comercio no se puede estimar anualmente, por ahora, en menos de $ 400,000, Los salvajes de aquellas tribus, que son ex. ‘celentes marinos y buenos agricultores, pasan de 25,000. El rio Punta de Piedra, que he mencionado, perdié su antiguo nombre de Banana ; y el rio Copese Iamé en tiempo lejano Samo. gandi, Estas observaciones pueden confirmarseal estudiar aquellas costas teniendo 41a vista el mapa del Cauca por los Sres. Ponce de Leén y Paz, escala mayor. En una quebrada que eae al rio Punta de Piedra, cinco 6 seis ki- Ismetros antes de que desemboqueen el mar, hallé el primer asomo de aquel yacimiento de hulla. Estudio porterior me convencié de que al rio Caimdn es el limite de la hullera al Norte; por el Surse ex. tiende hasta el rio Veracuarands, que desagua en el puerto de Pisisi 6 Turbo. De abi que las quebradas Guadualito y Casanova (falta la primera en las cartas), y lo mismo el rio Cope 6 Samogandi, y tam. bién el rio Caiman, como el Veracuarandé, arrastren en sus crecidas trozos de hulla, Tiene pues la hullera de norte & sur de 25 4 30 kilémetros, No fue posible medir toda la profundidad del asomo que hallé 4 Ginco 6 seis kilémetros del puerto de Punta de Piedra. Creo que’ ria ade. seré dificultoso medirla, aun contando con aparatos 6 maqui cuads. ny il ntafias, y en el mismo punto donde hallé el primer asomo ya no ‘hay, de dfa ni de noche, mosquitos que atormenten. Si no se encuentra un asomo més inmediato 4 Puerto David—y tengo casi seguridad de que se le hallaré.—las orillas meridionales del tio Punta de Piedra dan suelo alto y firme para la corta via férrea, De Colén dista Puerto David un dia, en vapor. ARBOLETES.—Antes de apuntar los datos relativos 4 esta hullera, advierto que, como la que he descrito, so halla en un suave clima, comparado con el del litoral, y que en las montafias de esa regién, lo mismo que en las otras, hay puntos adecuadisimos para colonias agricolas y mineras. En el mapa de los seffores Ponce de Len y Paz estd bien delineada la costa que se extiende desde Punta Arboletes 4 Punta Sun Juan. Entre las dos hay la distancia de 1, 5 miriimetros. El banco de hulla ocupa mayor extensién: la comprendida entre los rfos Arbole- tes y San Juan. Partiendo del primer punto 6 sea del Nordeste al Sudoeste, faltan, seguramente por ser riachuelos, las quebradas de Latal: en seguida se omitié el rio Voledn, y por fin, ya cercade Punta San Jt wan, el rio Jobo. A cuatro y medio 6 cinco kilémetros del mar, calculando via recta, en la orilla derecha del rio Volcan, hallé el primer asomo, admirable en verdad, de la hullera de Arboletes. La potencia visible allf del banco de hulla, mide cinco y medio 4 seis metros. Fatigados ya los peones que llevaba, después de trabajo muy duro en tres 6 cuatro dias, no pude tomar muestras 4 més de 70 80 centf. metros de profundidad, cuando mucho. Si tal calificacién han merecido en Nueva York las muestras asi tomadas en las dos hulleras, es de suponer cudnto mids selecto seré el carbén 4 cinco 6 seis metros de profundida siquieta. Como usted no necesita, por ahora, otros datos que los referentes fla extensidn efectiva de las hulleras, 4 eso he procurado ceflirme, y no le hablo de las fuentes de patréleo que hallé sobre las minas 6 en sus inmediaciones, fuentes que distan de la orilla del mar, la que mucho, 150 4 200 metros. Una de ellas, 4 25 6 30 metros sobre la playa marina, tiene un hervidero écréter que mide de veinte 4 vein- titin metros de difmetro, y el aceite, casi puro, se derrama abundante sobre quebradas vecinas y hasta la mar. He prescindido de la hullera de Gigantones 6 Zapata, no porque ; el clima es sano on aquellas } cién, sino por carecer Ia mina ae gunn de puerto Liana y odmodo en toda época del afio. El caserfo de Zapata esté en la orilla del mar y en la ribera meridional del arroyo Gigantones. General. mente, aquella regién no parece bien dibujada en el mapa 4 que me he referido. Al Oriente de Ia serranfa de Gigantones nace el rio Iguana, tri- butario del rio Mulatos, y en lamargen derecha de aquel rio, 4 unos siete y medio ti ocho kilémetros del puerto de Zapata, hallé el asomo — de la hullera, Mejora su potencia y calidad al ascender el rfo, mas no es comparable, por lo que dije, con las minas de Puerto-David y de Arboletes. Creo, sin embargo, que desde el rio Arboleles (denominado — ~ hoy de los Cérdobas) hasta el rio Veracuarand6, todo es una hullera, riqufsima cuyos asomos se acercan més 6 menos 4 la orilla del mar. De Arboletes 6 Colén, como se comprende, hay menos distancia que de Puerto—David 6 Punta de Piedra 4 aquel puerto del Istmo; ese puerto de Arboletes, segin la opfnién de marinos muy pricticos, es el mejor de nuestra costa atlintica, después de los de Cartagena, Santa Marta y el Cabo de la Vela, No quiere esto decir que se come. tiera error sustancial en los diarios de navegacién de Martin Fernén- dez de Enciso (1519), ni en otros derroteros de navegantes espafioles : que posteriormente estudiaron nuestras costas orientales en aquel 4 océano ; es qué en el trascurso de trescientos afios han sufrido ellas i notables alteraciones, debido 4 causas que estarfa de sobra mencionar aqui. JorGE Isaacs, 1a (Diario Oficial namero 7,262). RESOLUGCION ADICIONAL DEL MINISTERIO DE HACIENDA—FEBRERO DE 1888. Ministerio de Hacienda Bogoté, Febrero 8 de 1888. Para adicionar la precedente resolucion, *y con la mira de po. ner en concordancia las modificaciones introducidas en los artfculos 1° y 2.° con el articulo 4.° del contrato celebrado por el Secretaria de Hacienda con el Sr. Jorge Isaacs con fecha 19 de Junio de. 1886 y aprobado por el Poder Ejecutivo en 21 del mismo mes, contrato publicado en el Diario Oficial nimero 6,722, * La de 20 de Diciembre de 1887. SE RESUELVE: : El término para presentar los trabajos 4 que se refiere el articulo « _ 4.° del citado contrato, seré de treinta meses, contados desde el 21 de _ Dicienbre de 1887. ; El Ministro, ; RESTREPO. (Diario Oficial nimero 7,292—Febrero 8 de 1883). ANALISIS DE LAS MUESTRAS DE HULLA | -« POMADAS EN PUNTA DE PIEDRA DEURABA Y¥ EN ARBOLETES, El Ministerio de Hacienda tuvo 4 bien remitirnos las muestras de halla que presenté el Sr. Isaacs para ser analizadas en nuestro Labo. ratorio, anélisis que did el siguiente resultado : Oficina de Ensayes de Mufioz & De Ja Torre. NUMEERO 76. caRBON DE “ARBOLETES.” Liitito ordinario. Hulla seca. Loe Negra, opaca, fractura concoidea, contiene pocas piritas y sulfuros metélicos ; quema fécilmente con llama larga y clara, y da un ligero olor betuminoso. Peso especifico...,. , 156 Carbén fijo..... 89.85°%), Cenizas....... 8.35%, blancas alcalinas, Materias volétiles, 51.80%, Coke,.... 48.20%, Plomo. reducido por 1 gramo... 17.80 grs. i Potencia calorffica.. 40.40 equivalente 4 50°, de car. bén puro. Potencia calorifica de los gases. 10.15%), de carbén puro. Combustible de buena calidad por la facilidad con que quoma, niimero de calorias que desarrolla, &c. Puede usarse con ventajas en los trabajos de metalurgia, calderas de evaporacién, hornos de pe- quefio hogar, &e. Bogotdé, Enero 10 de 1888. NUMBRO 77. CARBON DE “‘ PUNTA DE Hulla antracitosa. Negra, brillo vitreo, fractura imperfectamonte concoidea. Quema, con dificultad, casi sin llama, no da olor, decrepita y produce gran cantidad de calor. Peso especifico, Carbén fij 1.79 78%, Color amarillo, ferru. Conizas........ces Deere aasts » 8.34%, inosas ; tal cantidad le cenizas es notable, Materias volétiles.........ses0+0+ 13.66%, Residuo de la desiilacién..... 86.94°2, { Caren, lesssreendn, Plomo reducido por 1 gramo,.. 29 gr. Potencia enlorifioa...nse-... 0,909, { Rauivalonte, § 85.20% Potencia calorifica de los gases. 7.30%, De carbén puro. Combustible que quema dificilmente ; por esta circunstancia, y por desarrollar muy pocos gases, no puede usarse en los hornos de pequefio hogar, calderas de evaporacidn, etc. Se puede usar con ven- tajas en los hornos de gran tiro, en los que desarrolla gran cantidad de calor, Bogoté, Enero 10 de 1888. (Revista de Minas, nfimero 2°, pig. 54—Febrero de 1888), eau annua MEMORIAL DEL CONTRATISTA ¥ RESOLUCION DEL MINISTERIO DE HACIENDA (1889). Fetioy Ministyo do Hacienda de la Racién, Por lo que en pocos momentos tuve el honor de hablar con §. 8," el 22 del actual en su Despacho, me fue muy satisfactorio saber que, como yo lo esperaba, reconoce S. 8," la importancia de la empresa de que voy 4 tratar y los esfuerzos persistentes y penosos que con fortuna hice en favor de ella desde 1882. Sé también que el Exemo. Sr. Presi. dente de la Repiiblica est4 animado de la mejor veluntad en favor de Ia empresa, y que halla justo y acertado se me faciliten los medios da coronarla: creo no equivocarme al suponer que interpreta fielmente Tos deseos de todos los hombres laboriosos que han seguido con aten- cién el curso de mis trabajos en la Costa atlintica desde el afio que iP " que debe esperarse, él ser4 muy valioso para la Nacién, pero tal pi -ferencia 6 los intereses nacionales en nada disminuiré mi gratitud antes cité. Es verdad que se conffa en que aleanzado el buen el apoyo que se me dé, pues en todo caso ellos deben ser anteput tos 4 cualesquiera otros; y aunque sea mfnima la utilidad que compense mis esfuerzos, bien recompensados quedarin : yo no habi tenido en las exploraciones la tenacidad y a udacia que se necesitaron, 4 no haberme estimulado el amor al pais y el anhelo, muy natural, de enriquecerlo honrandome. Es pertinente compendiar aqui la historia de este asunto — exp tacién de hulleras en la Costa atlantica — mencionande document oficiales que 8. S.* querré tener 4 la vista al estudiar ciertos punto: del presente memorial, porque tales documentos complementan bien la exposicién que voy haciendo y 4 la par le sirven de base. iy Durante los estudios que en 1881 y 1882 hice en el Departat del Magdalena (antiguo Estado del mismo nombre) deseubri y expl eareciendo de los mas indispensables recursos, las hulleras de A taca, que) se extienden desde el rfo Sevilla hasta el de San Sebi El informe que sobre la materia dirigi al Gobierno nacional se blicé en el niimero 17 delos Anales de Instruccién Piblica,en Febi de 1882. Posteriormente, en 1883, Mr. Fleury, docto ingeniero minas, estudié Ia extensién y calidad do aquellos yacimientos los hallé més ricos y vastos que cuanto permitié suponer mi infor mencionado, escrito, como la materia lo requorfa, sin exageracit inconvenientes, En 1886 habian ya caducado dos contratos que para la oul cién de las hulleras de Aracataca celebré ol Gobierno nacional. En ces propuse, y acepté él con modificaciones sustanciales, el que tige, impreso en el ntimero 6,722 del Diario Oficial. A contar Noviembre de aquel aiio hasta Agoste de 1887, me consagré en al luto, cumpliendo los deberes contrafdos an el contrate, a viajes i grosos y fatigndoras exploraciones desde Bahi‘a—Honda y las sertal que demoran 4 su Oriente, en la peninsula Guajira, hasta lo més moto 6 meridional del Golfo de Urabé. El Gobierno de la Ni me habfa auxiliado para aquella labor larga y costosa con $ 5,00 suma que estoy obligado 4 devolverle en el primer afio de explota de las hulleras. Hallados, en fin, en Mayo y Junio de 1887, los ri yacimientos de Punta-de-Piedra de Urab4, Gigantones y Arbolet tal hallazgo recompensé de sobra mis sacrificios y fatigas, y aun Pl ocuparme algiin tiempo mas en el estudio de las costas del SONG ect Be tamento de Bolivar, desde Punta—Arboletes hasta Tubaré, detenit “dome, y4 en el Sing, en Lorica y sus inmediaciones, - he Primero que ocuparme en la organizacién de una Compaiiia ex. plotadora de las carboneras halladas hasta 1882, se habia hecho pre. ciso, y era el orden natural de los trabajos, completar las exploracio. nes en todas las montafias del litoral hasta el Golfo del Darién. Aun. que el Exemo. Sr. Presidente de la Nacién, que habia observado el curso de mi labor tenaz en muchos meses, creyé al verme en Carta. ‘ gena (Abril de 1887) que estaba mi salud muy quebrantada y que no resistirfa las exploraciones en el Golfo y costa de Bolivar, insistf _ en hacerlas : costaron la vida al tiltimo de mis compafieros—soldado cundinamarqués, fuerte y valeroso, cuya familia espero tendr& Ia justa recompensa de la Nacién— ; el éxito efectivo de aquellas explo- _ Yaciones superé. mis esperanzas. El memorial que dirigi al Sr. Ministrode Hacienda el7 de Diciem- bre de 1887, su resolucién dictada el 20 del mismo mes, y la descrip- cién concreta de los yacimientos de hulla descubiertos en el Golfo de _ Urabé, son documentos muy importantes, y se hallan en el ndmero 7,262 del Diario Oficial. Con posterioridad, el § de Febrero de aquel afio, dicté el sefior Ministro de Hacienda otra resolucién que tuvo Por objeto adicionar la mencionada antes: ntimero 7,292 del Diario Oficial. Ruego 4S. S.° se sirva revisar los documentos 4 que acabo de re. - ferirme, y muy especialmente el memorial que cité y lo escrito sobre _ €xtensidn etc. etc: de las hulleras de Uraba. __ Ordené el sefior Ministro de Hacienda que se hiciera el anilisis Gientifico de las muestras de hulla que le presenté, tomadas en los " Yacimientos de Punta-de—Piedra y Arboletes: el resultado fue ple. Damente satisfactorio y confirmé el que ya me habfa comunicado el Sr. D. Amaranto Jaspe desde Cartagena, el 5 de Noviembre de 1887: Diario Oficial nimero 7,262, citado arriba. __ Una vez obtenidas del Ministerio de Hacienda las dos resoluciones “Sludidas, es notorio que ningtin medio he omitido, que nada aborré efecto de organizar oportunamente una Compaiiia respetable para Ta explotacién de las hulleras : no se trataba de cumplir una mera formula y de llenar asf la condicién del articulo 1.° del contrato ; era Stro el procedimiento obligado. En Abril de 1888 le otorgué amplios Poderes 4 una casa muy acreditada de esta ciudad con el fin de que | Procurara en los Estados Unidos 6en Europa la organizacién do la ~“ipafifa, y convine en el page de una cuantiosa comisién con tal de que el jefe de dicha casa pusiera al servicio de la ompresa todo | crédito y habilidad indiscutibles. Como S. 8." lo comprende, el éxito.de 14 negociacién dependih el mucho del resultado positive en la obra del Canal de Panamé, y @ poco se empexd 4 sentir flaqueza y perturbacién en la Compafifi presaria, Hse fue el obstéculo principal: suspendidos ludgo los traba jos de aquella empresa, toda labor en lo otro vino 4ser extempor4nea. No es ficil prever ahora qué tiempo trascurriré antes de que reorganice firmemente y prosiga sus trabajos la empresa del Ca’ Tales contrariedades ¢ incertidumbre motivan la prérroga que solicito de S. 8." en los plazos 6 términos sefialados al celebrar el contrato de 21 de Junio de 1886, El Gobierno de Ia Nacién debe suponer que a prorrogarme dichos plazos, justiciero y generoso, no aprovecharé de ellos sino lo estrictamente preciso, A pedir se me concedan, ademés, algunas leves modificaciones en el contrato, me anima el convenei. miento de que el Gobierno, lo mismo que el pats, reconocen que en” los trabajos 4 que me he referido y enel anhelo de coronar feliamente la empresa, ningtin esfuerzo ahorré, ni sacrificio alguno hallé inacep- table. Siguiendo el orden de los articulos del contrato vigente, indic: en seguida las reformas y adiciones que creo necesario solicitar, Ja seguridad de que han de ser aceptadas. Concedidos caatro afios de término para organizar la Compafifa Compafifas explotadoras de los productos de las hulleras, modificar en concordancia los articulos que al plazo primitive se refieran, y en la debida proporcién sefialar los otros términos. Anticipadamente le he manifestado 4S. S.*en lo escrito ya, las razones en que fundo la jus. ticia de mi solicitud 4 ese respecto. Ensanchar 18 kilémetros en su flanco oriental el territorio baldfo. sefialado para las exploraciones y explotacién en el Golfo de Ur: en el articulo 1°. del contrato. Si se establece, como lo espero, formal explotacién de aquellas minas, ningiin interés tendré el Go : bierno en estorbarle 4 la empresa, que es también suya, la explotacién de una avgosta zona de territorio en desiertos vastisimos. En los contratos de esta clase la ley permite (articulo 1118 del ’ Cédigo Fiscal) que el Gobierno se reserve tinicamente el quince por ciento de las utilidades liquidas en la explotacién de las minas de hulla y de los depésitos de abono. El 22 por 100 de esas utilida. des se reservé el Gobierno en el contrato de 1886, distribuibles en Ja forma indicada en el articulo 7.° Sirvase S. S.* releerlo; es muy_ considerable porcién el 22 por 100, 7 mAs de lo que Ia ley permite. Seguramente seré equitativo que el Gobierno se reserve el 18 por 100, y que desting, de af, el 2, segtin el caso, 4 las misiones 6 civilizacién de las tribus salvajes de los Departamentos del Magdalena, Panama y Cauca. Esto mismo solicité 4 principios de 1888, 4 fin de facilitar. me la organizacién de una Compafiia explotadora que merezca de todo en todo la confianza del Gobierno y del pats. Como lo dicen los datos que suministré en lo tocante & mis explo- raciones en el Golfo de Urabi (Diario Oficial niimero 7,262), tuve la fortuna de descubrir cerca del puerto de Arboletes una abundante fuente de petréleo que mana de Ia hullera inmediata, y acaso no sea muy dificil hallar otras de la misma clase, aunque no en situacién tan ventajosa. Es natural, y ninguna aclaratoria requiere, que el Contra. tista explotador de las hulleras tiene derecho de explotar, como pro- ducto de tales minas, las fuentes de petréleo que de los yacimientos salen. En) manera alguna se puede pretender que al Gobierno no le corresponda provecho en la explotacién de aquellas fuentes; pero en el contrato de 1886, con ser tan minucioso, nada se previd & ese respecto, Creo justo que la Nacidn se reserve el 15 por 100 de la utilidad libre que dé ese producto de las hulleras, caso de que sea conveniente establecer la explotacién. Ast el Gobierno compensaré— procuréndole al pais la baratura en un artfculo de gran consumo— el 4 por 100 que he ‘solicitado rebaje en las utilidades Ifiquidas que se reservé en la explotacién de las hulleras. §, S.*, conocedor experimentado de las dificultades que he vencide desde 1886 hasta 1888, y de la nueva é imprevista que vino 4 ocasio. nar la suspensién de los trabajos en el Canal, supéngome que ha de creer equitativo se empiece 4 contar la duracién del contrato desde la fecha en que estas adiciones y modificiones sean aprobadas por el Exemo, Sr. Presidente de la Republica, Al concluir, reviso con atencién escrupulosa, Ifnea 4 Ifnea, este memorial, concretado en cuante me ha sido posible, y no encuentro en él ninguna insinuacién ni exigencia en que falten rectitud y equi- dad, Serd muy satisfactorio para mf que asf lo juzgue también S, §.", y tengo Ia honra de suscribirme su atento y segurd servidor. Jorex Isaacs, Bogota, 26de Noviembre de 1889, Ministerio de Havienda—Bogotd, 2de Diciembre de 1 En atencién 4 las razones expuestas en el anterior memorial, — SE RESUELVE : « 1.° Prorréganse hasta el 21 de Diciembre de 1893 los térm’ plazos fijados por los art{culos 1,°, 2.° y 4.° del contrata de 19 nio de 1886, ‘‘sobre explotacién de las hulleras de Aracataca que se descubran en el macizo de la Sierra Nevada de Santa Territorio de la Guajira y el Golfo de Urab4,” publicado en a ni to 6,722 del Diario Oficial ; 2.° Ensénchase 18 kildmetros hacia el Oriente la regién por el artfculo 1.° del contrato citado para el descubrimiento y « tacién de las hulleras en el Golfo de Urabé; 8.° El contratista tiene el derecho de explotar las fuentes de | leo que se encuentren en las hulleras que son el objeto del referido, y en los productos de tal explotacién tendré el Gobierno misma participacién que, conformeal contrato, tiene en la expl cién propiamente dicha de las hulleras ; 4.° Siendo equitativa la participaciéa fijada para el Gobierno el contrato de quese trata, nose accede 4 lo que respecto de ella | solicita, Notifiquese al peticionario esta resolucién y publiquese junto el memorial que la motiva. Por el Excmo. Sr. Presidente. El Ministro, Feirs F, Path, (Diario Oficial ntimero 7,939, de 10 de Diciembre de 1889) SALA DE PATRIMONIO DOCUMENTAL Conteo Cultura! Bibliotecs fiuis Echowarfa Villegas | BIBLIOTECA Universidad EAFIT Ln 100066308 CONTRATO _ QUE ADICIONA Y MODIFICA EL CELEBRADO PARA LA EXPLOTA- CION DE HULLERAS EN 1888. Los infrasoritos, 4 saber: Adolfo Sicard y Pérez, en su cardeter de Ministro de Hacienda y debidamente autorizado por el Excelentisimo sefior Presidente de la Repiblica, por una parte, y Jorge Isaacs, en su propio nombre, por la otra, en vista de la resolucién dictada por el Ministerio de Hacienda en 2 de Diciembre préximo pasado (Dia. rio Oficial niimero 7,939), han convenido en modificar y adicionar en los siguientes términos el “contrato para Ia explotacién de las hulleras de Aracataca y las que se descubran en el macizo dela Sie. tra Nevada de Santa Marta, Territorio de la pias y Golfo de Ura. U4," de 19 de Junio de 1886 : ; Art, 1.° Prorrégansé hasta el 21 de Diciembre tg 1893 los térmi- _ nos 6 plazos fijados por los articulos L.°, 2.° y 4.° del contrato de 19° de Junio de 1886, sobre explotacién de. feabulleras de Aracataca, y las que se descubran en el macizo de la Sierra Nevada de Santa Marta, Territorio de la Guajira y el Golfo de Urab4,” publicado on el niime- ro 6,722 del Diario Oficial. Art, 2.° Ensinchase diez y ocho kilémetros hacia el oriente la regién seffalada por el-articulo 1.° del contrato citado para el descn- brimiento y explotacién de las hulleras en el Golfo de Uraba. Art. 3.° El contratista tiene el derecho de oxplotar las fuentes de petrdleo que se encuentren en las hulleras que son el objeto del contrato referido, vy en los. productos de tal explotacién tendré el Gobierno la misma participacién que, conforme al contrato, tiene en la explotacién propiamente dicha de las hulleras. Art. 4.° Este contrato no se llevard 4 efecto sin la aprobacién del Excelentisimo sefior Presidente de la Reptblica. Firmado en Bogoté, 418 de Febrero de 1890. — oa Aponro Stcarp y Pitrez—Jorae Isaacs. Gobierno Ejecutivo—Bogoté, 1890, Febrero 19. Aprobado. CARLOS HOLGUIN. El Ministro de Hacienda, ADOLFO SIcaRD Y P£REZ. faye! Uae Per rt ueza llamado 4 desarrollar, es la explo. ‘dels Sierra Nevada de Sante yidel Golfo de Urabi, Bi Gobier- ee nte porel acs co : digua de elogio, ha ‘prorro. mbre Sura! Sue reapostive | para Is organi- ‘ oar alse plea een! a importanoia de aquellas hulleras,, Mamadas & hacer de los Departamentos del Magdalena, Panamd y Cuca los proreedlo, “yeade carbén & la marina universal, v & aumontar, si cabe, Ia impor. ~ tancia de nuestra posicién topogrifica. Ojalé el Gobierno extendiera su intervencién en el asunto 4 hacer publicar yciroular en el exterior en inglés, francés, alemén é italiano todas Los datos resogidis sobre fi particular, —

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