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МІНІСТЕРСТВО ОСВІТИ І НАУКИ УКРАЇНИ

ОДЕСЬКИЙ НАЦІОНАЛЬНИЙ УНІВЕРСИТЕТ ІМ.І.І.МЕЧНИКОВА


Факультет романо-германської філології
Кафедра іспанської філології

МЕТОДИЧНИЙ
ПОСІБНИК

з домашнього читання
для студентів І курса іспанського віддіління
та І і ІІ курсів англійського відділення

ОДЕСА 2014
МІНІСТЕРСТВО ОСВІТИ І НАУКИ УКРАЇНИ

ОДЕСЬКИЙ НАЦІОНАЛЬНИЙ УНІВЕРСИТЕТ ІМ.І.І.МЕЧНИКОВА


Факультет романо-германської філології
Кафедра іспанської філології

МЕТОДИЧНИЙ
ПОСІБНИК

з домашнього читання
для студентів І курса іспанського віддіління
та І і ІІ курсів англійського відділення.

ОДЕСА 2014
2
Укладач:
Ніцевич А. О., доцент
Колбаєнкова Т. Б., викладач

Рецензенти: ПЕТЛЮЧЕНКО Н.В., д.ф.н., професор


ШИШКОВ В.В.., д.ф.н., професор
НЕСТЕРЕНКО О.О., к.ф.н., доцент

Ухвалено і рекомендовано до друку


Вченої радою факультету романо-германської філології
Одеського національного університету,
протокол № від 2014р.
та МНК, протокол № від 2014р.

3
UN ANIMAL RARO

... En una feria un hombre anuncia:


— Señores, señores, ¿quién quiere ver un animal extraordinario? Un animal raro, muy raro.
Es gato y no es gato. Tiene la cabeza de gato, los ojos de gato, la cola de gato y el cuerpo
de gato, y no es gato. ¿Quién quiere ver un animal extraordinario? Dos centavos, señores,
dos centavos.
La gente es curiosa. Todo el mundo1 desea entrar y ver el animal raro y extraordinario, que
es gato y no es gato. Pagan dos centavos y cuando entran, ¿qué ven? ¿Ven un animal raro
y extraordinario? No. Ven sobre una mesa... ¡una gata con cuatro gatitos!

UN PROBLEMA DIFÍCIL
Un escolar entra en una tienda de comestibles y le pregunta al dependiente:
—¿Cuánto cuesta un cuarto de kilo de café?
—Treinta y cinco cincuenta.
—¿Y un kilo de azúcar?
—Treinta y cinco pesetas.
—¿Cuánto me hace falta2 para comprar dos kilos de café y uno de azúcar?
—Trescientas treinta y cinco pesetas.
—Si le doy un billete de quinientas, ¿cuánto me devuelve Vd.?
—Pues te devuelvo ciento sesenta y cinco pesetas.
—¿Quiere Vd. hacer el favor 3de apuntarlo en un papel?
—Con mucho gusto,4 muchacho, pero... ¿qué es lo que deseas?5

1
Todo el mundo - все (дословно: весь мир)
2
Me hace falta – мне нужно
3
¿quiere Ud. hacer el favor ...? – не могли бы вы…
4
Con mucho gusto – с большим удосольствием
5
¿Qué es lo que deseas? – а чего же ты хочешь?
4
—Es el problema que tengo como tarea en matemáticas - le contesta el chico y sale
corriendo6 de la tienda con el papel en la mano.

EL MEJOR MOMENTO

Un maestro de escuela les explica a sus alumnos las estaciones del año y les dice:
— En invierno nieva mucho, hace frío, se hielan los ríos y los lagos. En primavera se
despierta la naturaleza y los campos se cubren de verde. Hace un tiempo muy agradable y
en los parques hay muchas flores: rosas, jazmines, violetas y claveles. En verano hace
mucho calor, se recoge el trigo y hay muchas verduras. El otoño es la estación de las frutas.
En otoño maduran las peras y las uvas...
De pronto el maestro ve que Antonio no escucha y está jugando7 con una mosca. El
maestro le pregunta:
— Antonio, ¿ qué tiempo es el mejor para recoger las manzanas?
El muchacho se levanta y contesta:
— Señor maestro, el mejor momento para coger las manzanas es cuando el amo no está
en el huerto y el perro está durmiendo.8

LA FORMA DE LA TIERRA

Un día, un maestro de escuela al explicar 9 a sus alumnos la forma de la Tierra, la


compara con su tabaquera, que es redonda. Pocos días después se presenta en la escuela un
inspector y, según costumbre10, les hace algunas preguntas a los escolares. Después de

6
Sale corriendo - выбегает
7
Está jugando - играет
8
Está durmiendo -спит
9
Al explicar – после объяснения
10
Según costumbre - по привычке
5
examinarlos de gramática y aritmética, pasa a la geografía y les pregunta cuál es la forma
de la Tierra.
Todos los alumnos callan. El maestro, para refrescar la memoria de los muchachos,
saca la tabaquera del bolsillo, pero desgraciadamente aquel día, en honor del11 inspector,
había traído12 una tabaquera de plata que sólo usa los domingos, y que es cuadrada.
Inmediatamente, un alumno se levanta y contesta:
— Señor, la Tierra es cuadrada los lunes y redonda los demás días de la semana.

SEGURO CONTRA RUIDO

Gómez y Luna viven en la misma casa. El señor Gómez vive en el piso primero y el
señor Luna en el segundo. El señor Gómez no puede vivir porque los hijos de Luna hacen
todos los días un ruido terrible13.
Un día Gómez pierde la paciencia y sube a ver a Luna.
— ¿Qué desea Vd., señor Gómez? - pregunta Luna.
— Vengo a decirle a Vd. que con el ruido que hacen sus hijos no puedo vivir. Todo el día
corren, y voy a volverme loco14. Haga el favor de15 poner alfombras en el piso para evitar
el ruido.
— ¡Imposible! ¿Con qué voy a comprar alfombras? Dios me da muchos hijos, pero no me
da dinero. Soy muy pobre y los pobres no pueden comprar alfombras.
— ¿Cuánto dinero necesita Vd. para comprar las alfombras? - pregunta Gómez.
— Doscientas pesetas — contesta Luna.
— Son muchas pesetas — dice Gómez.
— Es mucho ruido — contesta Luna.

11
En honor de – в честь
12
Había traído - принес
13
Hacen un ruido terrible – жутко шумят
14
Voy a volverme loco (volverse loco) – я сойду с ума
15
Haga el favor de... – сделайте одолжение
6
Pasa un mes. Gómez ya no puede resistir más; loco con el ruido16, sube otra vez a ver
a Luna.
— Aquí están las doscientas pesetas. Haga el favor de comprar las alfombras.
Ya no se oye ningún ruido. Ahora Gómez es un hombre feliz. Un día dice a su mujer:
— Voy a subir a casa de Luna para ver las alfombras.
Llama a la puerta y entra, pero no ve alfombras.
— ¿Dónde están las alfombras? - pregunta Gómez.
— ¿Alfombras? No hay alfombras, señor Gómez.
― ¿Y cómo es que ahora no oigo ruido cuando corren sus hijos?
― Porque todos mis hijos ahora tienen unas zapatillas de fieltro.

REMEDIO ORIGINAL

Son las once de la noche. La señora Fernández ve que su marido no puede dormir y le
pregunta:
—¿Qué tienes 17
, querido Juan? ¿Por qué no duermes?
¿No te sientes bien?
— No. Es que no puedo dormir - contesta el marido - Mañana es fin de mes y debo pagar
una cuenta a López, nuestro vecino de enfrente.
— ¿Es eso todo lo que tienes?- pregunta la mujer de Juan.
—Sí, querida. Debo pagar a López y no tengo dinero. No tengo un centavo para pagar la
cuenta. Y la cuenta es de doscientos pesos.
— ¿Y es por eso que18 no puedes dormir?
— Sí, sí, es por eso - contesta el marido - que no puedo dormir.
— Pues bien19, si eso es todo lo que tienes, te aseguro que dentro de unos minutos vas a

16
Loco con el ruido – обезумев от шума
17
¿qué tienes? – что с тобой?
18
¿y es por eso que...? – и вот поэтому…?
19
Pues, bien - ладно
7
dormir como un bendito.20
La señora Fernández va a la ventana, la abre y grita:
— ¡Señor López! ¡Señor López!
El señor López, que vive en la casa de enfrente, la oye. Abre la ventana, se asoma y
pregunta:
— ¿Qué hay? ¿Quién llama?
— La señora Fernández le llama.
— ¿Y qué quiere Vd.? - pregunta López, irritado.
— Quiero decirle que mi marido no puede pagar la cuenta mañana.
El señor López, furioso, cierra la ventana.
La señora Fernández también cierra la ventana y luego, con mucha calma, dice a su
marido:
— Ahora el que no puede dormir es López.

20
Dormir como un bendito – спать сном праведника
8
PROGRESO

Un padre desea saber qué progresos hace su hijo Carlos en los estudios. Un día le pregunta:
— ¿Qué lugar ocupas en la clase?
— El veintiuno - contesta el muchacho con aire de triunfo21. El chico no es aplicado y
es muy perezoso.
—¿Y cuántos alumnos hay en la clase? - le pregunta el padre.
—Veintiuno - contesta el muchacho. Pasan dos semanas y el padre vuelve a preguntar22 a
su hijo:
—¿Qué lugar ocupas аhora en la clase? - Ya no ocupo el mismo lugar. Hace una semana
que23 ocupo el veinte - responde el hijo.
—¡Luego has ganado un puesto!24 - contesta el padre muy contento.
—¡Ah, no, papá! Uno de los alumnos se ha marchado con su familia a vivir a otra ciudad.

LA DESPEDIDA

— Mira,25 Antonio, no tenemos prisa. Vamos a tomar unas copitas de despedida.26


— Es verdad — contesta el joven —. Son las tres, y el tren sale a las cinco. Pero tomamos
sólo una copita, ¿eh?
— ¡De acuerdo! — exclaman Juan y Pedro —. Una copita, una sola.
Y los tres amigos entran en una cantina, cerca de la estación. Se sientan y piden tres copas
de brandy.
— Pues, ¡salud, y buen viaje!

21
Con aire de triunfo – с видом победителя
22
Vuelve a preguntar – снова спрашивает
23
Hace una semana que – вот уже неделю как
24
¡Luego has ganado un puesto! – так значит ты поднялся на одну ступеньку!
25
Mira (aquí) - послушай
26
Unas copitas de despedida – по рюмочке за отъезд
9
— ¡Salud!
Las tres copas desaparecen. Como hace mucho frío y el brandy está muy bueno, Juan
pide tres más, y Pedro pide también tres. Y ¡naturalmente! beben más y más copas, sin
acordarse de que el tiempo pasa. De repente oyen el silbato de la locomotora. ¡El tren va a
salir!
Los tres amigos recogen los sombreros y se echan a correr. Juan y Pedro cogen el tren27 y
suben en él. Pero Antonio es muy gordo y no puede correr tanto como ellos. El tren sale y
el pobre se queda solo en la estación. De repente, comienza a reír a carcajadas.
— ¿Pero qué le pasa a usted? — Le pregunta un policía. — ¿No ha perdido usted el tren?
— Sí, hombre, sí.
—Entonces, ¿de qué se ríe usted?
— ¡Oh, amigo, qué cosa más cómica!28 ¿No ve usted que yo soy el que iba a viajar29 en ese
tren? Esos señores sólo han venido aquí a despedirme. ¿No ve usted?
Y Antonio sigue riendo a carcajadas30.

UNA BUENA LECCIÓN

Don Arturo Andrade llega a su casa a la hora de almorzar.


Entra en el comedor y ve que la mesa todavía no está puesta.
Don Arturo se ha puesto a gritar:
—¡Ya son las dos y cuarto, no hay nada listo, no voy a tener tiempo de comer!
Don Arturo empieza a llamar al timbre. La señora de Andrade, sin decir una
palabra31, pone la mesa con la criada, y en un abrir y cerrar de ojos32 la comida está servida.

27
Cogen el tren (здесь) – догоняют поезд
28
Qué cosa más comica – ужасно смешно
29
El que iba a viajar – тот, кто собирался путешествовать
30
Sigue riendo a carcajadas – продолжает хохотать
31
Sin decir una palabra – не говоря ни слова
32
En un abrir y cerrar de ojos – в одно мгновение
10
Don Arturo se ha sentado a la mesa de muy mal humor33.
— ¡Qué casa! - exclama — ¡Nunca está la comida a tiempo!
La señora de Andrade conoce bien a su marido y prefiere callar. Don Arturo se sirve
sopa, pero está caliente y se quema. Hecho una furia34, don Arturo coge la sopera y la tira
por la ventana al jardín.
Entonces, la señora de Andrade, sin decir una palabra, se levanta, coge lo que hay
sobre la mesa: cucharas, tenedores, cuchillos, vasos, platos, servilletas etc. y lo va tirando
por la ventana.
Don Arturo, asombrado, le pregunta:
— ¿Qué has hecho, mujer? ¿Te has vuelto loca?
— Pero... ¿no quieres comer en el jardín?

UNA MALA PASADA35

El tren está a punto de salir36. Los departamentos están de bote en bote37. Un


viajero, que acaba de llegar38 busca en vano un sitio libre. Por fin ha encontrado un rincón
donde meterse, pero un hombre gordo y antipático le dice:
— Dispense Vd., caballero, este sitio está ocupado por un amigo mío que no tarda en
llegar39 - y, al decir eso, le señala al viajero un maletín negro, que hay en la rejilla.
Nuestro héroe se da cuenta de que los demás viajeros se echan a reír 40
disimuladamente al oír aquello y comprende que el gordo le está tomando el pelo41.
Ha sonado entonces el silbido de la locomotora.

33
De muy mal humor – в очень плохо настроении
34
Hecho una furia – в бешенстве
35
Una mala palada – злая шутка
36
Está a punto de salir – вот –вот отойдет
37
De bote en bote – битком набитый
38
Acaba de llegar – только что пришел
39
No tarda en llegar – вот-вот подойдет
40
Se echan a reir – нвчинают смеяться
41
Le está tomando el pelo – подшучивает над ним
11
— ¡Caramba! - le dice el viajero al señor gordo —, si su amigo no se da prisa, va a perder
el tren.
En aquel momento arranca el tren, y nuestro viajero con la intención de vengarse,
le dice al gordo:
— Su amigo acaba de perder el tren y es una lástima que pierda42 también el maletín ...
Y en un abrir y cerrar de ojos, coge el maletín y lo tira por la ventanilla.

UNA BUENA IDEA

El pianista Iturbi y el tenor Fleta llegan a Salamanсa, donde tienen que dar varios
conciertos.
Por la noche, a la hora de empezar el primer concierto, van al teatro y se sorprenden
al ver que no hay más que treinta personas en la sala.
A pesar de todo, Iturbi ha tocado admirablemente como siempre y Fleta ha cantado
una de sus admirables jotas. Al terminar el concierto, Fleta se dirige al público, diciendo:
— Señoras y señores, después del concierto les rogamos a Vds. que vengan a cenar con
nosotros43.
Los treinta espectadores, al principio, no han podido creerlo, pero pronto se deciden
a aceptar la invitación.
La cena ha sido espléndida y les ha costado a Iturbi y a Fleta más de mil pesetas.
Al día siguiente, la sala está llena, pero, naturalmente, el pianista y el tenor no han
repetido la invitación.

OTRA BUENA IDEA

42
Es una lástima que pierda – жаль, если он еще и потеряет…
43
Les rogamos que vengan a cenar con nosotros – нижайше просим отужинать с нами
12
La célebre cantante Conchita Supervía va un día a Lista de Correos y le pregunta al
empleado:
— Hay alguna carta a nombre de Supervía?
— Hay dos, señora - le contesta el empleado - una de ellas certificada. ¿Tiene la
bondad de presentarme sus documentos?
La cantante abre el bolso y se da cuenta de que no lleva ninguno. Entonces, le dice al
empleado de Correos:
— He dejado los documentos en casa, pero soy una cantante muy conocida, de modo
que...
— Señora, lo siento mucho - le contesta el empleado – pero no puedo entregarle las
cartas.
Entonces, a la cantante se le ocurre una idea espléndida y con su magnífica voz
empieza a cantar el conocido vals de “La Traviata”. Todo el público que hay en Correos
ha rodeado a Conchita Supervía y cuando termina de cantar, la aplaude entusiasmado.
El empleado le dice entonces muy amable:
— Dispense Vd., señora, aquí tiene Vd. sus cartas. Ya veo que sí es Vd. Conchita
Supervía.

DESAGRADECIDA

Lilí ha salido aquella mañana de tiendas. Ha ido comprando diferentes cosas: un


regalo para su prima Anita, que se va a casar a finales de mes, una cartera para su madre,
una boquilla y un encendedor para su hermano, etc., etc. Y por fin se mete en una
perfumería de la calle de Alcalá. Quiere comprarle un frasco de perfume a su hermana y
está escogiendo largo rato. Cuando sale de la tienda, ve que está lloviendo a cántaros. Lilí
no lleva paraguas y sólo ve que hay un taxi al otro lado de la calle. Ya está a punto de
llamar a voces al chófer, cuando un atleta muy galante que pasa por allí, viendo lo que
ocurre, se le ha acercado y le dice: - Permítame, señorita - y sin decir más, la toma en

13
brazos y 1a pasa al otro lado de la calle. Cuando Lilí se encuentra junto al coche, le dice
muy furiosa al atleta:
— ¡Insolente! ¿Cómo se ha atrevido a tomarme en brazos?
El atleta, sin decir esta boca es mía 44 , ha vuelto a tomar a Lilí y la ha dejado
tranquilamente delante de la perfumería.

LA ZORRA CONSTIPADA

Una vez el León invita al Asno, al Lobo y a la Zorra para hablar de política. El León
les enseña todos los tesoros que hay en el palacio real. Todo es magnífico menos el olor
repugnante que se siente por todas partes. En los rincones hay gran cantidad de huesos de
corderos muertos que huelen terriblemente.
Después de enseñarles el palacio, el León les ofrece un magnífico banquete. A los
postres, el rey de los animales le ha preguntado al Asno:
— ¿Qué te parece mi palacio, querido Asno? Dime la verdad, ya sabes que me gusta oírla.
— Señor — responde el Asno —. El palacio y sus tesoros me han gustado mucho, pero
el olor aquí es repugnate: huele a crimen.45
— ¡Embustero! - exclama el León, y de un zarpazo46 lo destroza y lo arroja a un rincón.
Entonces, el Léon le dice al Lobo:
— Ya has visto cómo ha terminado el Asno. Dime la verdad. Quiero saber la verdad.
— Señor — contesta el Lobo —, todo aquí es hermoso y el olor es muy agradable y suave.
— ¡Miserable! — exclama, furioso, el León, y de un zarpazo lo destroza y lo arroja a
otro rincón. Dirigiéndose a la Zorra, le pregunta:
— Y tú, querida Zorra, ¿qué dices?
— Todo aquí me gusta mucho, señor, pero, en cuanto al olor47, nada puedo decir, porque
estoy muy constipada... y, diciendo esto, la Zorra estornuda estrepitosamente.

44
Sin decir esta boca es mía – не проронив ни слова
45
Huele a crimen – пахнит преступлением
46
De un zarpazo – одним ударом
47
En cuanto al holor – что касается запаха
14
LA LECHERA

Un hermoso día de primavera, una muchacha llamada María va al mercado con un


cántaro de leche en la cabeza. Marcha alegre y con paso ligero y por el camino piensa:
“Ahora venderé esta leche en el mercado y con el dinero compraré una cesta de huevos.
De los huevos saldrán muchos pollitos. Los venderé y con ese dinero compraré un lechón.
Daré de comer48 al lechón, que engordará, y se transformará en un cerdo grande y gordo.
Llevaré el cerdo al mercado, lo venderé y con el dinero compraré un ternero, que correrá y
saltará por el prado y por la montaña".
Con estos alegres pensamientos, María se pone a saltar y el cántaro cae al suelo y se
rompe en mil pedazos. ¡Adiós leche, dinero, huevos, pollos, lechón y ternero! Y María se
sienta bajo un árbol a llorar sus ilusiones perdidas.

MERCURIO Y EL LEÑADOR

Cortando leña a la orilla de un lago, un Leñador ha perdido su hacha, que ha caído


al agua. El Leñador es tan pobre que no puede comprarse otra hacha y se echa a llorar49.
Entonces, Mercurio se ha presentado al Leñador, y le pregunta la causa de su pena.
— He perdido mi hacha, que es toda mi fortuna - contesta el hombre.
— ¿Es ésta? - pregunta el dios, enseñándole un hacha de oro.
— No - responde el Leñador —. Mi hacha no es tan rica.
— ¿No es ésta? - pregunta de nuevo Mercurio, mostrando un hacha de plata.
— No - repitió el Leñador -. Mi hacha es mucho más pobre.
— Entonces, será ésta50, ¿no? - pregunta el dios, ofreciendo al Leñador un hacha de
acero.

48
Daré de comer – буду кормить
49
Se echa a llorar - расплакался
50
¿será esta? – может быть эта?
15
— Esa misma - replica el Leñador, tendiendo la mano hacia el hacha.
— Pues bien, en premio a tu honradez, toma tu hacha de acero y estas dos de plata y
oro – dice Mercurio. Y dejando las tres hachas a los pies del Hombre, desaparece.
Y loco de alegría por su buena fortuna, el Leñador recoge las tres hachas, y corre a
su pueblo, contando a todos lo que le había ocurrido.51
Uno de sus vecinos, hombre muy avaro, ha oído la historia del Leñador, y corre en
seguida al lago, tirando al agua un hacha de acero. En seguida empieza a llorar
amargamente.
De nuevo aparece Mercurio y pregunta qué ocurre.
— He perdido mi hacha – exclama llorando el falso Leñador.
— ¿ Es ésta ? - pregunta el dios, mostrando un hacha de oro.
— Sí, ésa es – contesta el avaro, incapaz de esperar más.
— ¡Mentiroso! – grita el dios -. Eres un avaro y mereces un castigo. No te daré esta
hacha de oro y no recobrarás la de acero que dices has perdido.
Así ha recibido el avaro el castigo que se merecía.
UN DOCTOR DISTRAÍDO

El doctor López es muy distraído. Una vez se dirige en tren de Madrid a Sevilla.
El doctor va cómodamente sentado en un departamento de primera clase. En una de las
estaciones, entra el revisor y le pide el pasaje. El doctor se pone a buscarlo en los bolsillos,
pero no lo encuentra.
El revisor, que ya le conoce, le dice muy amable:
- No se moleste, señor López, volveré un poco más tarde.
El doctor se olvida del pasaje y se pone a leer su libro. Unas horas antes de llegar el
tren a Sevilla, vuelve a entrar el revisor.
— ¿Qué, lo ha encontrado Vd.?
— Tenga la bondad de esperar un momento.
El doctor vuelve a buscar el pasaje en los bolsillos, y no loencuentra.

51
Lo que le había ocurrido – то, что с ним произошло
16
Muy amable, el revisor le dice:
— No importa, señor López, no lo busque Vd. más, le conozco a Vd. y sé que siempre
viaja con pasaje.
— La cosa es que tengo que encontrarlo para... saber a dónde voy.

EL VOTO CUMPLIDO

El tío Juan es pobre, muy pobre. Tiene una sola vaca que da leche a su numerosa
familia.
Un día Ramona, su mujer, ha caído enferma. El tío Juan ha hecho un voto. Si su
mujer recobra la salud, él venderá el animal y donará el dinero a la iglesia.
Esta promesa ha hecho tal vez un efecto milagroso. 52 Su mujer recobra la salud
rápidamente.
El tío Juan se ve, pues, obligado 53 a cumplir su voto. Pero no quiere privar a su
numerosa familia de la rica leche de la vaca. Después de larga meditación ha resuelto el
problema.
Lleva la vaca a la feria y con ella un gallo. Se instala en un buen lugar y espera a los
compradores.
— ¿Cuánto pide usted por la vaca? — pregunta un comprador de la aldea, pasando la mano
por la espalda del buen animal.
— ¡Un duro! — contesta con tristeza el tío Juan.
— El hombre está loco — murmura para sí el comprador. — Quizás no me ha oído bien.
Repite la pregunta. Obtiene la misma respuesta. Sí, el hombre vende la vaca por un
duro. Entonces el comprador pone la mano en el bolsillo para sacar el dinero.
— Espere usted un momento — dice el tío Juan. Vendo la vaca, sí; pero la vendo junto con
el gallo. Si usted no compra los dos animales, no haremos negocio.
— ¿Y cuánto pide usted por el gallo? —pregunta el comprador sorprendido.

52
Un efecto milagroso – чудесный эфект
53
Se ve obligado a - вынужден
17
— ¡Cien duros!
— Pero, hombre, ¿está Ud. loco? ¿ Cien duros por un gallo?
— Bueno, o compra Ud. los dos, o ninguno de los animales.
Después de larga meditación, el hombre decide comprar la vaca y el gallo. El precio
de la vaca es tan bajo que el hombre cree hacer buen negocio comprando los dos animales.
Y, ¿ el tío Juan? Ha donado a la iglesia el duro que ha recibido por la vaca. Con los cien
duros que ha recibido por el gallo se ha comprado otra vaca.

ESOPO Y EL VIAJERO

Esopo, el célebre fabulista, es muy pobre y muchas veces tiene que ir a pie de una
ciudad a otra. Una vez encuentra en el camino a un viajero, el cual, deteniéndose, le
pregunta:
— ¿Puede Vd. decirme a qué hora llegaré a ese pueblo que está sobre aquel monte?
— Cuando llegue Vd. a él, lo sabrá — contesta Esopo.
— Eso ya lo sé — responde el viajero — . Lo que quiero saber es cuánto tiempo
tardaré en llegar.
Esopo repite la misma contestación.
El viajero se encoge de hombros54 y continua su camino diciendo para sus adentros55:
"Este hombre me parece un ignorante y no me dirá lo que necesito saber".
Algunos minutos más tarde oye que le llaman y, al volver la cabeza, ve a Esopo
que le sigue.
- ¿Qué quiere Vd.? — le pregunta el viajero.
- Llegará Vd. al pueblo dentro de una hora y media - le dice Esopo.
- ¿ Y por qué no me lo ha dicho Vd. antes, cuando se lo he preguntado? — exclama el
viajero.

54
Se encoge de hombros – пожимает плечами
55
Diciendo para sus adentros – говоря про себя
18
- Porque antes necesito ver lo de prisa56 que anda.

EL LOBO, LA CABRA Y EL HENO

Un labriego escocés va a pie para la ciudad llevando un lobo, una cabra y una gran
carga de heno.
Llega a la orilla del río y se encuentra con que no hay puente para pasar al otro lado.
Andando por las márgenes del río ve una pequeña barca amarrada en un remanso.
Muy contento, se dispone a cruzar en el barquillo , pero éste es tan pequeño que sólo
caben en él el labriego y una de las cosas que llevaba.
Ante esta dificultad, el labriego se pone a pensar: si cruzo primero el lobo, la cabra
se comerá el heno, mientras hago el viaje de ida y vuelta; si cruzo con el heno, el lobo se
comerá la cabra; si cruzo la cabra primero, después tendrá que cruzar el lobo, el cual
devorará a la cabra mientras vuelvo por el heno.
El buen escocés no sabe qué hacer cuando se presenta el amo de la barca y enterado
del caso le dice:
—Te doy diez minutos para pensar; si después de este tiempo no has encontrado la manera
de resolver la dificultad, me llevaré mi bote.
A los nueve minutos, el labriego se da una palmada en la frente, exclamando:
— ¡Ya sé, ya sé cómo resolver la dificultad! Primero pasaré la cabra, dejando solo al lobo
con el heno. Después llevaré al lobo, y para no dejarlo a solas con la cabra traeré a ésta en
el camino de regreso a buscar el heno.
Llevaré entonces el heno, dejando sola a la cabra de este lado, y por último,
regresaré a buscar la cabra.
— Has acertado- ha dicho el amo del bote. Tienes derecho a servirte de mi barca.

BÉCQUER Y EL ALCALDE

56
Lo de prisa – насколько быстро
19
El célebre poeta español Gustavo Adolfo Bécquer, autor de las famosas Rimas,
viaja una vez por Asturias, en el norte de España. Un día entró en la posada de una aldea
para comer. A Bécquer le gustó mucho la comida y cuando pagó la cuenta, el posadero le
preguntó:
— ¿Ha quedado Vd. satisfecho, señor?
— Perfectamente —dijo Bécquer —, he comido mejor que nadie57 en España.
— A excepción del58 alcalde — contestó el posadero.
— ¿Por qué el alcalde? No hago ninguna excepción - dice Bécquer.
— Pues tiene Vd. que hacerla para el alcalde — volvió a decir el posadero.
El poeta se ha puesto furioso. Insistió otra vez en que no hace excepción para nadie, ni
siquiera para el alcalde.
Al cabo tomó tal importancia la discusión, que el posadero también se ha puesto
furioso. Terminó por llevar59 a Bécquer ante el alcalde.
— Señor Bécquer - le dice el alcalde al poeta -—, debe Vd. saber que aquí hay una
costumbre. Desde muchos y largos años se hace siempre una excepción para el alcalde.
— Por lo tanto, para que Vd. no olvide la lección, le pongo una multa60 de cinco pesetas.
O si Vd. prefiere, le condeno a cinco horas de prisión.
El poeta hs tenido que pagar la multa. Pero antes de salir, ha dicho al alcalde con
cierta satisfacción:
— No conozco en el mundo entero un hombre más tonto que ese posadero, a excepción,
por supuesto61, del señor alcalde.
Y con estas palabras ha hecho una profunda reverencia al alcalde, y dejó a éste y
al posadero con la boca abierta.

57
Mejor que nadie – лучше, чем кто бы то ни было
58
A excepción de – за исключением
59
Terminó por llevar – в конце концов он отвел
60
Le pongo una multa – я налагаю на вас штраф
61
Por supuesto - разумеется
20
EL DEPENDIENTE TONTO

Al pasar ante el escaparate de una ferretería, un famoso actor ve detrás del


mostrador a un joven con tal aspecto de estar en la luna, que no puede resistir a la tentación
de gastarle una broma. Entró en el establecimiento y preguntó al dependiente:
— ¿Tiene usted la segunda edición de la Historia de Belgrano, de Bartolomé Mitre?
— No, señor. Esto es una ferretería.
— No me importa por la encuadernación. Lo que interesa es el libro mismo.
— Comprendido, sí, señor; pero es que aquí no vendemos libros.
— Muy bien, muy bien; puede envolvérmelo de cualquier modo, tal y como lo hace
para usted mismo.
— Le vuelvo a decir que aquí no vendemos libros - gritó el dependiente en la oreja
misma del actor. Esto no es una librería, sino una ferretería.
— No me importa esperar; muchísimas gracias - y con amable sonrisa, tomó asiento.
El dependiente corrió a la trastienda. A los pocos minutos volvió con el dueño.
— ¿Qué es lo que desea, caballero? – preguntó al actor con cara de pocos amigos.
— Una lima, pero pequeña, algo así – murmuró el actor en voz baja, señalando el
tamaño con los dedos de la mano.
— Ahora mismo, señor, quedará Usted servido – exclamó el ferretero, mientras lanza a
su dependiente una mirada llena de desprecio.

EL AVIÓN A NUEVA YORK

Una famosa modelo tomó un avión a Nueva York con un pasaje de clase turista. Cuando
llegó al avión, buscó su asiento y de repente se encontró con los asientos de primera clase.
Viendo que aquéllos son mucho más grandes y confortables, decidió sentarse en el primer
asiento vacío que encontró. La azafata chequeó su ticket y le dijo a la chica que su asiento
es de clase turista. La modelo respondió
—Soy modelo y famosa y voy a quedarme sentada aquí hasta llegar a Nueva York.
21
Frustrada, la azafata fue a la cabina y le informó al capitán sobre el problema. El
capitán va a hablar con la modelo y le confirmó que su asiento es de clase turista. Ella le
respondió:
— Soy modelo y famosa y voy a quedarme sentada aquí hasta Nueva
York.
El capitán no quiere causar problemas, con lo que se retiró a la cabina para
comentarle el problema al copiloto. El copiloto le ha dicho que tiene una novia modelo y
famosa y sabe cómo manejarlas y él se hará cargo del problema. Con lo que va a ver a la
modelo y le susurró algo al oído. Ella inmediatamente se levantó, murmuró muchísimas
gracias y se apresuró a sentar a su asiento de clase turista. El piloto y la azafata, quienes
han estado observando alucinados la escena, corrieron a preguntarle al copiloto qué le ha
dicho a la chica para convencerla. El copiloto les explicó:
—Simplemente, le informé que los asientos de primera clase no van a Nueva York.

DISCÍPULO DE ALBÉNIZ

Isaac Albéniz fue un gran músico y compositor español del siglo XIX. Creó la
escuela española de piano. Compuso varias óperas y piezas clásicas de gran valor. Entre
sus óperas, una de las más bellas es "Pepita Jiménez".
Se dice que un día trabajando en el gabinete de su casa oyó a un hombre, que toca
muy mal en la calle una de sus composiciones en un acordeón.
El artista se indignó al oír tan mal tocada su obra62 bajó en seguida a la calle, llamó
al músico y le dijo muy irritado:
— Esa pieza no la tocamos así. Si me presta su acordeón, voy a enseñarle cómo la toco.
Y Albéniz se puso a tocar la pieza como sólo el autor de una obra sabe tocarla,
mientras el hombre escucha con gran atención. Como un discípulo aplicado, no olvidará la
lección tan bien enseñada por el famoso músico.

62
Al oir tan mal tocada su obra – услышав такое плохое исполнение своего
произведения
22
Pocos días después, volvió a oír el compositor el acordeón, tocado por el mismo
individuo, pero por cierto de muy distinta manera 63 . El músico de la calle no había
olvidado64 ninguna de las observaciones del gran maestro de música.
Por curiosidad, Albéniz se levantó, fue a la ventana y la abrió para escuchar mejor.
En la calle estaba el mismo hombre, con una sonrisa en la cara. Albéniz, al mirar con más
atención, notó que un mono le acompaña con un cartel: "Discípulo de Albéniz".

BONITA PROFESIÓN

Hace mucho tiempo que Andrés no tiene trabajo y decide entrar en un circo
ambulante que ha estado entonces en Buenos Aires.
El director le recibe en seguida y le dice:
— Puedo darle un trabajo, por el cual va a ganar Vd. tres pesos al día. ¿Acepta Vd.?
— Claro que sí – le contesta Andrés – Pero ¿ qué tengo que hacer?
— Tiene Vd. que hacer de tigre65.
— ¿¿Cómo??
— Sí, hombre. Ayer noche se murió el tigre de Bengala y si hoy no se lo presento al
público, será un escándalo. Tiene Vd. que ponerse una piel de tigre y dar vueltas en la
jaula66. Estoy seguro de que el público no se dará cuenta de nada.
Cuando, al día siguiente, Andrés sale a escena con la piel de tigre, el público aplaude
entusiasmado. Sin embargo, Andrés no está tranquilo pues encima de su jaula está la de un
enorme león del Atlas, que ruge terriblemente. El techo de la jaula es de madera muy fina,
y Andrés teme que se hunda y el león le caiga encima.67 De pronto, el león da un salto, el
techo se hunde y el terrible animal cae sobre Andrés, el cual se pone a gritar como un loco.

63
De muy distinta manera – совершенно по-другому
64
No había olvidado – не забыл
65
Tiene Ud. que hacer de tigre – вы должны изображать тигра
66
Dar vueltas en la jaula – ходить по клетке
67
Andrés teme que se hunda y el león le caiga encima – Андрес боится, что он
провалится, и лев упадет на него сверху
23
Pero el león empieza a dar vueltas por la jaula sin tocarle. Andrés sigue gritando de miedo.
Entonces, el terrible animal se para delante de Andrés, abre una boca enorme... (“Ha
llegado mi última hora” pensó Andrés) y le dice, furioso:
— Si no te callas, idiota, el amo nos echará a la calle68 a los dos...

ЕL ABUELO Y EL NIETO

Un padre tiene un hijo al que quiere mucho. Cuando es mayor el padre le da sus
tierras y su casa. El hijo se casa y dos años después nace un niño. Pasa un año tras otro. El
nieto crece y es cada día más fuerte e inteligente. El abuelo se hace cada día más viejo69 y
casi ya no puede andar. La mujer del hijo no quiere al abuelo y desea echarle de casa. Y
así, el hijo va a buscar a su padre y le dice:
— Padre, tienes que marcharte de casa. Mi mujer y yo te cuidamos desde hace muchos
años70 y María está muy cansada y no quiere tenerte más en casa.
— Hijo, ¿pero no te da vergüenza echarme de casa? Ya ves que estoy viejo y enfermo y no
sé dónde podré trabajar, ya nadie me quiere. Poco tiempo me queda de vida71 y poco puedo
molestaros. Necesito sólo un poco de paja y un rincón para descansar.
— No, María no quiere verte más en casa.
— Bueno, hijo, si así lo quieres me iré. Pero dame una manta para abrigarme, pues estoy
enfermo y tengo mucho frío.
El hijo llama al nieto y dice:
— Andrés, dale al abuelo una manta.
Andrés coge las tijeras y las guarda en el bolsillo. Después va con su abuelo, busca la mejor
manta y empieza a cortarla por la mitad sin escuchar al abuelo que grita:
— ¿Qué haces, Andrés? Debes darme la manta entera. Me quejaré a tu padre.
El abuelo va a buscar a su hijo y le dice:

68
El amo nos echará a la calle – хозяин нас выкинет на улицу
69
Se hace cada día más viejo – становится все старше с каждым днем
70
Desde hace muchos años – уже много лет
71
Poco me queda de vida – жить мне осталось мало
24
— Andrés no cumple tu orden. Sólo me da la mitad de la manta.
— ¿Por qué no le das toda la manta al abuelo?
— Porque la otra media manta la guardo para dártela cuando sea mayor y te eche de
casa72 — contesta Andrés.
El padre oye estas palabras de Andrés y le dice al abuelo:
— No, padre, tienes que quedarte en casa. Desde hoy no comeré yo un trozo de pan o de
carne si tú no comes al mismo tiempo. Te daré una buena habitación en mi casa y te
compraré un traje como el que yo llevo.

SITUACIÓN DIFÍCIL

Un artista americano viaja por España con un periodista inglés. Una mañana,
estando en Málaga, los dos compañeros de viaje entraron en un café a desayunar. No
saben español y el camarero no conoce una palabra de inglés. A fuerza de señas73 lograron
pedir café con pan y mantequilla, pero cuando el periodista quiso pedir un vaso de leche,
no hubo manera de hacerse entender74. Por fin el artista cogió un lápiz y dibujó sobre un
papel una vaca. El camarero, que mira atentamente lo que está haciendo el americano, al
ver la vaca, exclamó con alegría:
— ¡Sí, señor! Ya comprendo — y salió corriendo del café y entró en un estanco.
— Ya ve Vd. — le dijo el americano al periodista —, lo que puede hacer un lápiz para
un amigo.
— Quizá — le contestó el periodista —, pero no comprendo para qué ha ido a comprar
leche a un estanco donde venden tabaco.
— Seguramente es una costumbre española — contestó e1 americano...
En aquel momento apareció el camarero con... dos entradas para la corrida de toros de
aquella tarde.

72
Cuando sea mayor y te ehce de casa – когда вырасту и выгоню тебя из дома
73
A fuerza de señas - знаками
74
No hubo manera de hacerse entender – не было никакой возможности понять друг
друга
25
LA MEDICINA

La señora de López es muy buena y quiere mucho a su marido, pero es muy


nerviosa.
Un día su marido se ha puesto enfermo, le duele mucho la cabeza, y la señora de
López le dice:
— Te aconsejo meterte en la cama, ¡quién sabe qué enfermedad tienes! Voy a llamar al
médico, a ver si viene pronto y te examina.
El marido no lo quiere, pero la señora de López llamó al buen doctor Durán por
teléfono y le dijo:
— Es muy urgente, doctor. ¿Puede Vd. venir en seguida?, mi marido está muy grave 75.
Me parece, no, casi estoy segura que se muere.
Veinte minutos más tarde llegó el doctor, y la señora, muy nerviosa, empezó a
contarle todo lo que siente su marido. El doctor auscultó al señor López luego fue a la
mesa, escribió una receta y se la entregó a la señora, diciéndole:
— La enfermedad del señor López, no es grave. Esta medicina es un calmante...
— ¿Y cuántas veces al día tiene que tomar mi marido el medicamento?
— Su marido, señora, no tiene que tomar nada. El calmante es para Vd.

LA PACIENCIA DE UN PROFESOR

Yo vivía entonces en un hotel. Una tarde se me acercó un caballero y me preguntó:


— ¿Es usted quién vive en el cuarto número diez del segundo piso?
— Sí, señor. ¿En qué puedo servirle?76
— En mucho, señor. Yo soy don Pedro de Olano, profesor de filosofía, y mi cuarto está
precisamente debajo del suyo.

75
Mi marido está muy grave – мой муж очень плох
76
¿En qué puedo servirle?- чем могу служить?
26
— ¿De veras? ¡Cuánto me alegro! ¿Y en qué puedo servirle?
—Es cosa muy fácil. Usted es un joven que se divierte mucho, y va a los cafés y a los
bailes, como lo hacía yo en mis tiempos. Lo malo es que usted hace mucho ruido al
acostarse y lanza violentamente los zapatos contra el suelo, y al hacerlo me despierta. ¿No
podría evitarlo?77 Usted comprende que un viejo como yo necesita dormir en paz. ¿Quiere
usted hacerme ese favor?78
— ¡Oh, lo siento mucho!79 Y le prometo que nunca volveré a hacerlo.
— Muchas gracias, amigo mío. Buenas tardes.
— Buenas tardes.
Aquella noche fui al baile. ¡Qué baile, y qué muchachas tan lindas! Ya muy tarde volví
al hotel, entré en mi cuarto, y al quitarme un zapato ¡zas! lo lancé contra el suelo. Pero al
acordarme del profesor Olano me quité el otro con cuidado, me acosté y apagué la luz. No
sé cuanto tiempo dormí, cuando de pronto llamaron a la puerta.
— ¿Quién llama? ¿Qué necesitan?
— Soy el criado del señor Olano.
— Bueno, ¿y qué pasa?80
— Nada, señor. Es que mi amo quiere saber: cuándo va usted a quitarse el otro zapato.
LA ZORRA PRUDENTE

El poderoso rey de la selva estaba tan viejo que no podía salir a cazar.
Fingió encontrarse enfermo y pidió a su amigo el cuervo comunicar a todos los animales
la noticia de su enfermedad.
— ¡El rey de los animales está enfermo! ¡Vuestro deber es ir a visitarlo! – graznaba el
cuervo día y noche. Muchos animales fueron a ver al león.
Cuando llegaban, los recibía el cuervo y los hacía pasar a la cueva donde el rey de
los animales estaba echado.

77
¿no podría evitarlo? – не могли бы вы этого не делать?
78
¿quiere Ud. hacerme este favor? – не могли бы вы сделать мне такое одолжение?
79
Lo siento mucho – извините, пожалуйста
80
¿qué pasa? – что случилось
27
Un día llegó la zorra con más curiosidad que interés por el enfermo. Cuando la vió
el cuervo, le dijo cortés:
— ¡ Cuánta alegría, señora zorra! ¡ Cuánta honra para esta casa!
— La honra es mía – contestó la zorra.
— Ya estábamos sorprendidos por su ausencia.
— Estaba de viaje.
— Pero por ¿qué no pasa? ¡Qué alegría será para el rey verla a Vd.!
— No lo dudo, pero tendré que saludarle desde lejos - dijo la zorra, mientras observaba
el camino que conducía a la cueva.
— ¿Pero por qué de lejos? ¿Y qué mira en el suelo?
— Sólo veo muchas huellas de animales que han entrado, pero ninguno ha salido...
— ¿Qué dice? - preguntó asombrado el cuervo.
- Vd. No es un animal terrestre y no se ha fijado en este pequeño detalle — dijo la zorra.
Ese día el león y el cuervo se quedaron con ganas de comer carne de zorra, porque la
prudente supo aprovechar para sí las desgracias de los demás.

EL BUEY Y LA CIGARRA

En un extenso terreno se había pasado arando un buey toda la mañana.


Cerca de las doce del día, cuando el sol enviaba los más ardientes rayos y la tierra
reverberaba, el buey concluyó de abrir el último surco, para terminar su trabajo.
Una cigarra que atentamente lo observaba, cantando le decía:
- ¡Ay! ¡ay! ¡ay! ¡Qué surco tan torcido has hecho!
El buey volvió lentamente la cabeza, para ver bien el trabajo que había realizado y mirando
a la cigarra le dijo:
- Me reprende Ud., señora cigarra, porque ente tantos surcos derechos, uno sólo me ha
salido algo torcido.
Calló la cigarra unos instantes y el buey siguió diciendo:

28
— Mi amo sabe agradecer mis servicios y me ha de perdonar este descuido.Y ahora le
pregunto: ¿Podrá Ud. decirme, haragana reparona, qué hacía Ud. mientras yo en arar la
tierra me afanaba?
— Cantando me he pasado la mañana- contestó la cigarra- y siguió con su música
chillona.
El buey iba a decirle que ella era inútil y perezosa, pero en seguida pensó que en vez
de perder el tiempo en discusiones vanas, debía terminar su trabajo, y así lo hizo.
No está bien ser como la cigarra, que sin hacer nada de provecho, está pronta a señalar los
pequeños defectos en las buenas obras.

LO QUE PESCÓ ANICETO

A Aniceto le gusta mucho la pesca. Todos los días pasa grandes ratos sentado a la
orilla del río,dedicado a su ocupación favorita.
Una tarde salió Aniceto, como de costumbre, con su larga caña al hombro y un gran
cesto, el cual pensaba llenar con los pececillos que mordieran el anzuelo.
Muy contento con estas ideas llegó al remanso del río donde se sentó a pescar.
Con la esperanza de poder sacar un gran pez, no quitaba la vista de la caña, que
permanecía inmóvil.
De vez en cuando le parecía que un pez picaba el anzuelo, tiraba del cordel y .. nada,
volvía a tirar y ... nada.
Transcurrió una hora, y otra, y otra; la tarde empezó a caer; y un vientecillo fresco
soplaba sacudiendo las hojas de los árboles.
Aniceto, sin embargo, continuaba esperando el pez que nunca llegaba.
No quería irse con el cesto vacío.
Ya de noche, pasó por allí un grupo de amigos, y al verlo le preguntaron todos a la
vez:
— ¿Has pescado mucho, Aniceto?

29
Viendo que éste no contestaba y seguía con la vista clavada en la caña, los muchachos
se inclinaron para ver lo que había en el cesto.
Al notar que estaba vacío, exclamaron asombrados:
— ¿Cómo! ¿en tres horas no has pescado nada?
Y se echaron a reír a carcajadas.
— Sí - contestó Aniceto muy mortificado. - He pescado algo; he pescado un catarro.
Desde ese día los muchachos del pueblo le llaman “Aniceto pesca-catarros ”.

EL LEÓN Y EL RATÓN

Un día estaba un León durmiendo a la sombra de un árbol. Era grande y hermoso, y


todos los animales que le conocían decían que era muy bueno.
Cerca del León jugaban algunos ratones y despertaron al rey de la selva. El León se
enfadó, cogió a un ratón y se disponía a devorarlo, cuando el Ratón le dijo:
—¿Puede dejarme Vd. ir, señor León? Le he despertado sin querer. Si no me mata ahora
y me suelta algún día le devolveré su buena acción.
El León se rió al oír las palabras del ratoncillo y dejó al pequeño animal en
libertad[1], diciéndole:— Te perdono la vida. Te permito ir a jugar con tus compañeros,
pues el León no se venga de seres tan insignificantes como tú.
El ratoncillo, después de hacer numerosas reverencias, repitió su promesa de devolver
el bien recibido y fue a reunirse con sus hermanos.
Pasaron los meses y el León, que ya no se acordaba del ratoncillo, cayó un día en la red
[3] de unos cazadores. Furioso, trató de salir, pero no lo consiguió.
Pasó por allí casualmente el ratoncillo y, al ver al León en esa situación, le dijo:
— No se preocupe, señor León. Usted me dejó hace unas semanas en libertad. Yo, con
mis dientes, cortaré la red y le salvaré.
Bien pronto el ratoncillo hizo con los dientes un agujero por donde salió el León y así
se salvó de los cazadores.
Así cumplió el ratoncillo su promesa de devolver el bien recibido.
30
EL BURRO Y LOS SABIOS

Dos sabios llegaron a una aldea de España con sus aparatos científicos. Hacían un viaje
de estudio. Como ya era de noche, pidieron alojamiento a doña Teresa, una viejecita que
estaba a la puerta de su casa.
— Señora — preguntaron los sabios — ¿podría usted81 alojarnos en su casa esta
noche?
— Con mucho gusto, señores — les contestó la vieja. Y los invitó a entrar.
— Señora, deseamos dormir en el patio; la noche es muy hermosa.
— Será mejor dentro, porque va a llover.
— ¿Cómo, señora? — exclamaron los sabios — ¡llover! ¿Sabe usted que somos
sabios? Nuestros aparatos prueban que no lloverá. No hay el menor indicio de lluvia; la
atmósfera está clara, el barómetro alto. ¡No puede llover!
— Bueno, señores, pueden ustedes dormir en el patio si desean — dijo la viejecita,
entrando en su casa.
— Pero, ¿ha visto usted gente más ignorante? ¿Y notó usted con qué seguridad
hablaba?
— Sí, y hasta dijo que lloverá esta noche.
Así hablaban los dos sabios mientras se acostaban en el patio de la casa.
Como habían caminado mucho y estaban cansados, pronto se durmieron. Aquella
noche, como ha dicho doña Teresa, llovió mucho. Los dos sabios se vieron obligados a
entrar en la casa.
Al día siguiente al despedirse de la dueña de la casa estaban algo avergonzados.

81
¿ podría Usted ...? – не могли бы вы…?

31
— ¡Ya les dije que iba a llover, señores! ¡Ya les dije que iba a llover! — decía la
viejecita.
— Señora, puede hacer el favor de decirnos cómo ha podido usted saber que iba a
llover, cuando nosotros no pudimos ver el menor indicio con nuestros aparatos. La
atmósfera estaba clara, y el barómetro alto. ¡No podía llover!
— Pues, la cosa es muy fácil. Tengo un burro que cuando va a llover se rasca en las
paredes. Ayer se pasó medio día rascándose.
— Compañero — dijo uno de los sabios —, vámonos de aquí; en esta aldea los burros
saben más que los sabios.

Y DIOS CREÓ AL BURRO

Dicen que Dios creó al Burro y le dijo:


“Serás Burro, trabajarás de sol a sol, cargarás sobre tu lomo lo que te pongan y vivirás 30
años.”
El Burro contestó:
"Señor, seré lo que tú quieras, pero..., 30 años es mucho tiempo, ¿por qué no me dejas 10
años?
Y Dios creó al Burro.
Después Dios creó al Perro y le dijo:
“Serás Perro, cuidarás de la casa de los hombres, comerás lo que te den y vivirás 25 años.”
El Perro contestó:
"Señor, seré lo que me pidas, pero 25 años es mucho tiempo. ¿por qué no me dejas 10
años?”
Y Dios creó al Perro.
Luego Dios creó al Mono y le dijo:
“ Serás Mono, saltarás de árbol en árbol, harás payasadas para divertir a los demás y vivirás
15 años.”
El Mono contestó:
32
"Señor, seré lo que me mandes, pero..., 15 años es mucho tiempo, ¿por qué no me dejas 10
años?"
Y Dios creó al Mono.
Y, finalmente, Dios creó al hombre y le dijo:
"Serás Hombre, el animal más inteligente de la Tierra, dominarás en el mundo y vivirás 30
años."
Y el Hombre contestó:
"Señor, seré lo que me pidas, pero..., 30 años es muy poco tiempo, ¿por qué no me dejas
los 20 que no quiso el Burro, los 15 que rechazó el Perro y los 5 que no aceptó el Mono?"
Y Dios creó al Hombre.
Y así es desde entonces que el Hombre vive 30 años como hombre, luego se casa y vive
20 como un Burro, trabajando de sol a sol y cargando sobre su espalda el peso de la familia;
luego, se jubila y vive 15 años como un Perro, cuidando la casa, comiendo lo que le dan, y
termina viviendo 5 años como un Mono, saltando de casa en casa de los hijos y haciendo
payasadas para divertir a los nietos.

33
JORDI SURÍS

LA CHICA DEL TREN

Personajes
Llorenç Sarriol: Antiguo profesor de una escuela de policía. Ahora está jubilado. Vive en
su casa, situada en la montaña del Tibidabo de Barcelona.
Enrique Sarriol: Periodista. Tiene unos 25 años. Trabaja en El Mediterraneo, un periódico
de información general de Barcelona.
Mónica García: Chica de 21 años. Viene a Barcelona para reunirse con su novio Alfonso.
Pedro Sancho: Inspector de policía de mediana edad y antiguo alumno de Llorenc Sarriol
en la academia. Vive en Barcelona.
Alfonso Piulats: Novio de Mónica. Tiene unos 30 años. Ha viajado hasta Barcelona para
hacer negocios.
Sr. Requena: Ladrón profesional que tiene varias personas trabajando para él.

34
Una joven viaja en tren a Barcelona. Desde la ventana puede ver el mar azul. Mira las
playas y las nubes blancas en el cielo. Luego se levanta para coger una revista de su maleta
y empieza a leer. Es una revista sobre barcos.
Un hombre mayor, de unos 65 años, llega y se sienta delante de ella. Es alto y delgado y
tiene el pelo blanco. Primero, también mira por la ventana. Después, mira la revista que lee
la joven.
–Perdona –dice con interés–, ¿es la revista Náutica?
–Sí –contesta la chica.
–Una revista muy interesante. Bueno, los barcos siempre son interesantes.
–Sí A mí también me gustan mucho. Quiero vivir en un barco, algún día.
–¡Ah! Yo he vivido mucho tiempo en un barco. No en un barco de vela82. En uno grande.
He sido marinero.
–¿Ah, si?
–Ahora soy marinero en tierra –se ríe.
En este momento el tren pasa por Sitges1, un pequeño pueblo que está al lado del mar.
–¿Vas a Barcelona? –pregunta ahora el hombre.
–Sí, voy a estar allí unos días.
–¿Has estado alguna vez?

82
Barco de vela - парусник
35
–No, es la primera vez. Pero la he visto por la televisión. La Rambla 2, el Puerto Olímpico
3, Montjuic4...
–Creo que te va a gustar. ¿Tienes
amigos en Barcelona?
–Sí, voy a ver a un amigo.
–Entonces, seguro que él te va a
enseñar la ciudad. Por cierto,
todavía no me he presentado. Me
llamo Llorenç Sarriol. Soy
marinero, inventor, empresario y
algunas cosas más, ja, ja! He trabajado en un circo, he dado la vuelta al mundo en barco...
–¿De verdad? ¡Qué vida tan interesante!
–Pero ahora estoy jubilado.
Llorenç se fija en un hombre que está sentado detrás de la chica. El hombre tiene unos 35
anos, lleva gafas de sol y una gorra negra. Por un momento, mientras mira a este hombre,
Llorenc no escucha a la chica, que continua hablando.
–Y yo me llamo Mónica –dice ella.
–Encantado de conocerte –dice Llorenç mirando otra vez a la chica.
A Monica le gusta Llorenç, con el pelo blanco y los ojos azules. Le parece simpático y con
una vida muy interesante.
Ahora están llegando a Barcelona. Han estado hablando mucho durante el viaje. El tren
empieza a entrar en la estacion de Sants5.
–Mónica, tienes que venir a ver mis libros de barcos. Además, desde mi casa, que está en
la montaña del Tibidabo6, se puede ver Barcelona muy bien. También tengo un nieto de tu
edad. Tienes que conocerlo. Es periodista.
Monica dice que sí. Está contenta porque conoce a poca gente en Barcelona y le parece que
Llorenç es un buen hombre.
–Esta es mi dirección –dice este dándole su tarjeta–. Llámame.
–Sí –contesta Mónica–. Voy a llamarte. Seguro.
36
–Mañana por la tarde voy a estar en casa.
–Vale.
Cuando Mónica baja en la estación de Sants, Llorenç ve como el hombre de la gorra negra
y las gafas de sol va detrás de ella.
2
Mónica camina con las maletas en la mano. Sube por la escalera mecánica83 al vestíbulo.
A la derecha hay un teléfono público84. Deja las maletas en el suelo y marca un número.
–¿Alfonso? –dice contenta cuando oye la voz al otro lado del teléfono– ¡Ya estoy aquí!
–¿Dónde estás? –pregunta Alfonso.
–En la estación de Sants.
–Mónica, tengo muchas ganas de verte, pero ahora no estoy en Barcelona. Ahora estoy en
una reunión de trabajo85 y no se cuando voy a terminar. Llámame desde el hotel. ¿Has
tenido buen viaje?
–Sí. ¡Tengo tantas ganas de verte!
–Yo también. Un beso.
El hombre de las gafas de sol está cerca de Mónica, mirando unas revistas en un quiosco.
3
Como no tiene ningún plan, al día siguiente Mónica llama a Llorenç y este le invita a ir a
su casa, situada en la Avenida del Tibidabo. Allí, Llorenç le ensena a Mónica los lugares

83
Escalera mecánica - эскалатор
84
Teléfono público – телефон-автомат
85
Una reunión de trabajo - совещание
37
más interesantes de Barcelona: la Sagrada Familia7, la Catedral8, La Rambla... Por
delante de la casa, e l Tranvia Azul9 sube lentamente la calle. Llorenç lo mira. En este
momento, hay un hombre sentado en un banco de la calle. Está
leyendo un periódico.
–Es una casa
muy bonita –
dice la chica–.
¡Tienes muchas
cosas
interesantes!
¿Son recuerdos
de tus viajes?
–Algunos sí.
Otros son
regalos. Por
ejemplo...
De repente suena el timbre de la puerta.
–Llaman a la puerta. Voy a abrir.
Mónica se queda mirando uno de los libros de barcos que Llorenç le ha enseñado. Es un
libro muy bonito.
Poco después Llorenç entra con un hombre.
–¡Hola! –dice este cuando ve a Monica– ¿Tienes visita? –le pregunta luego a Llorenç.
–Sí, es una amiga. Se llama Mónica.
–¡Hola, Mónica! Yo me llamo Pedro.
–¿Qué quieres tomar? –le pregunta Llorenç a Pedro. Pedro tiene unos 30 anos, no es ni alto
ni bajo y lleva bigote.
–Una cerveza, gracias.
–¿Quieres más zumo de naranja? –pregunta luego a la joven.
–Sí, gracias.
38
Llorenc va a la cocina para preparar las bebidas.
–¿Te gustan los barcos? –pregunta Pedro a Mónica cogiendo un libro que hay en la
estantería.
–¡Sí! –contesta la chica, contenta– Me gustan mucho. Algún día quiero vivir en un barco.
De repente, suena el teléfono. Llorenc entra en la habitación.
–Perdonad –luego coge el teléfono–. ¡Diga! (...) Hola, Enrique (...) Sí, claro. Sube, sube.
Estoy con unos amigos (...) Te voy a presentar a una chica (...) ¡Hasta ahora!
–Es mi nieto –dice.
–¡Ah, si! Me has hablado de él en el tren. Es periodista, ¿no? – contesta Mónica.
–Está en la calle, aquí mismo. Ha llamado desde una cabina de teléfono86. Ahora sube.
Llorenç vuelve a la cocina para terminar de preparar las bebidas.
–Yo trabajo en un barco –dice Pedro mirando a la chica.
–¿Si? ¿Viajas mucho?
–No, no. En realidad trabajo en el puerto y a veces tengo que ir en la lancha de... Bueno.
Yo soy policía, inspector de policía. ¿Conoces el puerto de Barcelona?
–No, todavía no.
En este momento llaman a la puerta.
–¡Ya voy! 87 ¡Ya voy! –dice Llorenc entrando con las bebidas en la habitacion–. Es
Enrique. Zumo de naranja para la joven, cerveza para el señor y un martini con hielo para
mí.
Luego sale de la habitación. Poco después entra con su nieto. Enrique es un joven de unos
25 anos, delgado e inteligente.
–Enrique, esta es Mónica. No conoce Barcelona. Tú le puedes enseñar los sitios más
bonitos, ¿no?
–Sí, por supuesto. ¡Hola, Mónica!
–A Pedro ya lo conoces.
–Hola, Pedro. ¿Cómo te va?

86
Una cabina de teléfono – телефонная будка
87
¡ya voy! – иду!
39
–Muy bien. ¿Y a ti?
–A mí también.
–Enrique y yo... –dice Pedro–
hemos quedado mañana para dar
una vuelta en lancha por el puerto.
¿Quieres venir con nosotros?
–Sí, es una buena idea –contesta
Mónica.
–¡Estupendo! Entonces quedamos a
las 11h delante del edificio de
Correos.
Mientras sus amigos hablan,
Llorenç se asoma a la ventana con
su vaso en la mano. En la calle, el
hombre continúa sentado en el
banco, pero ahora no lee el
periódico. Lleva gafas de sol y una
gorra.
Es el mismo hombre del tren. Llorenç vuelve con sus amigos.
4
Mónica está hablando por teléfono desde su hotel, la pensión Lola. La pensión Lola está
en la calle Princesa, en el barrio de la Ribera10. Es una pensión pequeña. Tiene dos pisos.
En el piso de abajo están la recepción y el comedor. En el piso de arriba están las
habitaciones. La habitación de Mónica es la número 15. Es una habitación pequeña pero
limpia, con una ventana que da a la calle.
–¡Hola, Alfonso! ¿Cómo va tu trabajo? ¿Todavía no has vuelto a Barcelona? (...)
Comprendo, los negocios son los negocios (...) Yo también tengo ganas de verte (...) ¿Qué
dices? ¿Te has afeitado el bigote? (...) Sí, comprendo. Hasta pronto. Un beso.

40
Delante de la pensión Lola un hombre bajito y rubio saluda a otro que llega en este
momento. Es un hombre que lleva gorra y gafas de sol.
–Está dentro –dice el hombre bajito–. No ha tenido visitas.
–¡Vale! –contesta el hombre de la gorra.
5
El Paseo de Colon11 es un paseo que está delante del Port Vell12. En un extremo está la
estatua de Colon13. En el otro, Correos. Allí está Enrique.
Esta lloviendo. Enrique lleva un paraguas y levanta la mano cuando ve a Mónica.
–¿Llego tarde? –pregunta
la joven.
–No –contesta Enrique–.
Mal día para visitar el
puerto, ¿eh?
–A mí no me importa, me
gusta la lluvia. Es otra
manera de ver la ciudad.
¿Y Pedro?
–Está allí.
Pedro está hablando con
un hombre. Poco después llega, tapándose la cabeza con la chaqueta. No lleva paraguas.
Tiene el bigote mojado.
–Perdonad –dice–. Siento llegar tarde. Veremos el puerto bajo la lluvia. ¿Vamos?
Empiezan a cruzar la calle. Dos hombres vienen hacia ellos entre los coches. Mónica los
mira. De repente, Mónica abre los ojos y se para. Uno de los hombres lleva una pistola en
la mano. Cuando está cerca de Pedro, dispara. Pedro cae al suelo y Mónica grita. Enrique
intenta ayudar a Pedro a levantarse. No sabe que hacer. El hombre de
la pistola va hasta Pedro para disparar otra vez, pero en este momento se oye un coche de
policía que se acerca.

41
–¡Vámonos! –grita el otro hombre. Lleva una gorra y gafas de sol. Sin tiempo para volver
a disparar, los dos hombres salen corriendo.
“A este hombre lo he visto antes”, piensa Mónica mientras intenta ayudar a Pedro.
6
Han llevado a Pedro a un hospital. Allí, Mónica y Enrique están hablando con un policía.
Están nerviosos y tristes.
–...Y los dos hombres han salido corriendo al ver el coche de la policía... –está explicando
Enrique.
En este momento, un médico sale del quirófano.
–Doctor –le pregunta el policía–, ¿cómo está el inspector Sancho?
–Sancho es Pedro –le dice Enrique a Mónica–. Se llama Pedro Sancho.
–La operacion ha ido bien –contesta el médico–. Ahora lo llevan a una habitación. Se
pondrá bien.
–¿Por qué? –pregunta Enrique al policía–. ¿Por qué le ha pasado esto?
–El inspector está trabajando en un caso un poco peligroso. Sentimos mucho lo que ha
pasado. Este suceso también nos ha sorprendido a nosotros.
7
En una habitación de un hotel lujoso de Barcelona hay tres hombres sentados alrededor de
una mesa. Uno de ellos es alto y fuerte. Lleva un traje gris y una corbata azul. También
lleva gafas. Es el jefe de los otros y está de muy mal humor.
–¡Mirad el periodico! –ordena–. ¡Tú, lee!
–Sí –contesta uno de los hombres mirando la página. Es bajito y rubio y un poco gordo. El
otro hombre también mira. Se saca las gafas de sol para ver mejor. Luego, se pone la gorra
bien.
–El hombre de la fotografía no es él –dice finalmente–. Este hombre no es él.
–Sí, no es él –repite el otro.
El hombre del traje gris está enfadado.
–No es él –repite despacio–. No es él.
–Pero se parece mucho.
42
–Sí, mucho. Es igual de alto 88 , es igual de fuerte, lleva bigote y tiene la misma edad,
seguramente.
–Sí, es verdad lleva bigote. Un bigote negro –repite el hombre bajito y rubio.
–Pero, ¿es él o no es él? –grita el hombre alto del traje gris.
–No, no es él –dice el hombre de las gafas de sol y la gorra.
–¿Os he dicho que disparéis a todos los hombres con bigote?
–No, no...
El hombre del traje gris los mira un momento en silencio.
–¿Y sabéis quien es este hombre? –grita luego–. ¡Un policía! ¡Habéis disparado a un
policía!
–Esto no volverá a pasar, señor Requena.
–No, no volverá a pasar.
–Lo siento.
–“Errare Humanum est” –dice de repente el hombre bajito.
Su jefe lo mira durante unos segundos en silencio, con la boca abierta.
–Equivocarse es humano –traduce finalmente. No puede creer lo que oye. Luego grita–.
¡Quiero un café! ¡Rápido! Un café sin bigote pero con azucar. Y señala con el dedo el
mueble bar.
–Bien –dice el señor Requena, ahora tranquilo, bebiendo su café–, vamos a hacer lo
siguiente. Y esta vez tiene que salir bien. Seguro que él sabe que le seguimos. Se esconde.
No se dejará ver. Creo que la chica no nos llevará directamente a él. Todavía está en la
Pensión Lola, ¿verdad?
8
Cuando Enrique y Mónica salen del hospital, Mónica busca una cabina de teléfono.
Alfonso contesta el teléfono y Mónica le dice:
–Alfonso, ¿sabes que me ha pasado?
–¿Qué te ha pasado, amor mío?
–Dos hombres han disparado a un amigo mío, en la calle.

88
Es igual de alto – он такой же высокий
43
–¿Y tú ibas con él?
–Si, iba a mi lado.
Mónica está triste y nerviosa. Habla rápido.
–¿A un hombre? ¿A quién?
–A Pedro.
–¿Quién es Pedro?
–Un amigo. Es amigo de Llorenç, un hombre que conocí en el tren. Es un policía que
trabaja en el puerto.
–¿Dónde estás ahora?
–En la calle.
–Ahora no puedo venir a verte. Tengo que quedarme aquí con unos clientes muy
importantes. Ve a la pensión. Te llamaré. ¿Estás bien? –pregunta finalmente.
–Estoy nerviosa, pero bien...
Cuando Alfonso guarda el
teléfono móvil en el bolsillo,
se oye la voz de una mujer a su
lado:
–¿Otra vez ella? –pregunta la
mujer de mal humor.
Están en una habitación de un
hotel barato en el barrio del
Raval14. Hay una cama con
dos mesillas de noche al lado,
una mesa debajo de la ventana,
dos sillas y un armario grande. La puerta del baño está enfrente de la cama.
–La necesitamos, Yvonne –contesta Alfonso–. Ella cree que estoy en una pequeña ciudad
cerca de Barcelona, haciendo negocios con personas importantes. Y, además, tiene nuestro
paquete.
–Alfonso, ella está enamorada de ti y a veces pienso que a ti también te gusta...
44
–Escucha. Ha pasado algo: han disparado a un hombre esta manana. Un amigo suyo –
Alfonso está un momento en silencio. Luego dice:
–Tenemos que ir a buscar el paquete.
–¿Cuándo vas a ir?
–Yo no voy a ir. Es mejor que vayas tú. A mí me siguen, esto está claro. Y a ella también.
Han intentado matar a alguien. Y estoy seguro de que se parece a mí. También estoy seguro
de que vigilan su pensión.
–Esta bien. Voy a ir. Ya tengo ganas de salir de este sucio hotel. ¿Cuaádo nos vamos a ir a
Brasil?
–Pronto, muy pronto.
9
Por la noche, Alfonso no puede dormir porque oye el ruido de los coches que pasan por su
calle. Yvonne está a su lado, durmiendo. Alfonso piensa en Mónica. Recuerda su primera
vez juntos, su manera de hablar, su manera de mirar... Se mueve de un lugar a otro. Yvonne
también se mueve, pero no se despierta...
10
Llorenç está en su casa sentado al lado de la ventana mirando con interés un libro que habla
de barcos. Hay unas fotografías muy bonitas. De repente suena el teléfono.
–¿Diga? (...) ¡Hola, Mónica! ¿Cómo estás? (...) Sí, ya lo sé. Enrique me lo ha explicado
todo. Y tú ¿estás bien? (...) Si, he hablado con Pedro. No tiene nada grave... Ha sido
horrible... Mira, tengo algo para ti. Creo que te va a gustar. ¿Quieres venir a mi casa esta
tarde y te lo doy? Así podremos hablar tranquilamente...
–Esta tarde no puedo –dice Mónica–. He quedado con Enrique.
–¿Si? Me alegro. Es un buen chico...
–Cuando he llegado a la pensión he encontrado un papel que dice..., a ver, lo tengo aqui.
Ah, si, leo: “¿Podemos vernos a las 8 y media en El Ascensor15? Es un bar que esta en la
calle Bellafilla, al lado del Ayuntamiento. Es urgente.”
–Entonces le voy a dar el regalo a él. El te lo llevará.
–¿Qué es?
45
–Es una sorpresa...
Cuando termina de hablar, Llorenç llama a Enrique a su trabajo, en las oficinas del
periódico El Mediterráneo.
–Oye, Enrique. Tengo que pedirte un favor. ¿Puedes llevarle esta tarde a Mónica un regalo?
–Sí, claro. Pero no tengo su teléfono ni la dirección de su pensión. ¿Puedes dármelo?
–¿No tienes su teléfono? –pregunta Llorenç sorprendido.
–No.
–¿No has quedado esta tarde con ella a las 8 y media?
–¿Yo? No, no he quedado con ella.
–¡Qué extrano! Ella me ha llamado y me ha dicho que ha quedado contigo en El Ascensor...
–¿Conmigo? No, no... Esto es muy raro... ¿Seguro que te ha dicho conmigo?
–Seguro, estoy completamente seguro.
Después de hablar con su abuelo, Enrique piensa: “No lo entiendo. ¿Le ha dicho que ha
quedado conmigo? Esto es muy extrano.” Intenta no pensar en ello, pero está preocupado.
Finalmente se decide:
–Voy a ir allí. Aquí pasa algo que no entiendo.
11
Enrique sale del metro. Son las 8 y 20. Cuando llega a la plaza San Jaime16, gira a la
izquierda. Ahora está al lado del Ayuntamiento. Poco después, gira la segunda calle a la
izquierda y entra en una calle muy corta y estrecha. El Ascensor está allí. Hay algunas
personas en la entrada. Un poco más lejos, ve a una chica que se dirige al bar. “Es muy
guapa”, piensa Enrique. Es Mónica.
De repente, ve a dos hombres que se acercan a Mónica. Uno lleva una gorra y gafas de sol.
El otro es bajito y rubio. De repente Enrique lo entiende todo. Los dos hombres se ponen
al lado de Mónica. Uno la coge del brazo y le ensena una navaja.
–Si gritas te mato –le dice.
–¡Síguenos! –ordena el otro.
Enrique no lo piensa dos veces. Levanta la mano y grita:
–¡Eh, Mónica! ¡Mónica! –y se acerca corriendo a ellos.
46
En aquel momento un chico y una chica salen del bar. Los dos hombres sueltan a la chica.
Enrique la coge del brazo y le dice:
–¡Vamos! –y salen corriendo.
Cuando finalmente se paran, la chica pregunta:
–Enrique, ¿qué está pasando? Y estos hombres, ¿quiénes son?
–Sí, Mónica. Creo que sí. Son ellos. Tenemos que ir a hablar con Pedro.
12
Pedro está en una habitación del hospital, blanca y limpia. Está bastante mejor y ya puede
hablar.
–¿Qué está pasando? –pregunta Mónica después de explicarle todo.
–Voy a deciros la verdad. Enrique sabe algo de esta historia, pero no todo –dice Pedro,
serio–. Es una historia larga. Empieza en Alicante, hace un mes. Una banda de ladrones
roba un banco y se lleva 20 millones de pesetas. No es mucho, pero también se llevan algo
más: un diamante que vale mucho dinero, no sé exactamente cuánto, pero mucho dinero.
Sabemos quien es el jefe de la banda: es un señor rico e importante. Pero es muy difícil
detenerlo. ¿Por qué? Porque este señor, el señor Requena, no roba directamente. Hay otros
que roban para él. Y en este caso, el ladrón es un joven de unos treinta años, que ha estado
en la carcel y se llama Alfonso, Alfonso Piulats, alias “El Dedos”.
Pedro mira con atención a Mónica, que ha abierto los ojos, sorprendida. Quiere hablar, pero
no puede decir nada.
–El problema es que “El Dedos” se ha ido con el dinero y el diamante y el señor Requena
está, seguramente, muy enfadado.
Pedro deja de hablar un momento, cansado. Enrique mira a Mónica, que está muy
sorprendida. Empieza a entender. El tampoco lo sabía.
–De momento –continua Pedro–, nadie sabe dónde está. Pero hay una chica. Alfonso tiene
una novia. Una chica que realmente no le conoce bien ni sabe a que se dedica realmente su
novio... Se llama Mónica.
–¡Esto no es verdad! –dice Mónica enfadada–. ¡Alfonso no es un ladrón!
Enrique mira en silencio primero a Mónica y después a Pedro.
47
–Pero –le preguna finalmente–, ¿y las personas que te dispararon e intentaron secuestrar a
Mónica?
–Como he dicho –continua Pedro–, el señor Requena se enfada cuando ve que Alfonso se
escapa con el dinero. Quiere saber dónde está. Quiere matarlo. No le importa el dinero. El
es el jefe y todos tienen que respetarle.
–Entonces...
–El señor Requena siempre está bien informado. Sabe que Alfonso tiene una novia. Lo
sabe. Mucha gente le explica cosas, y sabe dónde está ella. Entonces sigue a la chica, o
mejor dicho, sus hombres siguen a la chica y esperan así encontrar a Alfonso. Cuando
la chica coge el tren para venir a Barcelona, hay un hombre que la sigue.
–Ya, pero... –continua preguntando Enrique–. ¿Por qué te dispara a ti?
–¿Sabes, Enrique? Seguramente estos hombres no conocen directamente a Alfonso. Seguro
que se parece a mí. Cuando me ven con Mónica, piensan que yo soy él... Como he dicho,
en este momento al señor Requena no le importa el dinero. Él es el jefe. Y sus hombres
tienen que saber que no perdona nunca, que no olvida.
–¡Ah, ya entiendo!
–Cuando después de dispararme ven su error, deciden secuestrar a Mónica.
–Entonces... –interrumpe Mónica que no está escuchando a Pedro–. Llorenç en el tren, tú
en su casa... ¡Cuántas coincidencias!
Todos tan simpáticos. Nada es verdad. Vosotros solo queréis encontrar a Alfonso, igual
que el señor Requena. Por este motivo habéis hablado conmigo. Por eso sois tan simpáticos
conmigo.
–Lo siento, Mónica. De verdad, lo siento. A veces los policías tenemos que hacer cosas
desagradables.
Pero Mónica no le escucha:
–Tampoco los libros de barcos.
–Llorenç ha hecho muchas cosas en su vida, pero no ha sido nunca marinero. Los libros no
son suyos. Ha sido profesor mío en la escuela de policía. Ahora no trabaja, está jubilado,
pero a veces me ayuda. Sabe hablar con la gente.
48
–Y la lancha del puerto tampoco.
–Mónica –empieza Pedro–. Ahora tú puedes ayudarnos.
Pero Mónica se ha levantado y sale de la habitación sin escuchar. “Ahora sí que no tengo
ni un solo amigo”, piensa mientras camina por el pasillo. Está muy triste, pero tiene una
idea clara. Quiere saber exactamente qué está pasando.
13
Yvonne entra en la habitación de Mónica en la pensión Lola, y coge el paquete con el
diamante. Después se va al hotel donde esta Alfonso, que en ese momento está bebiendo
una cerveza.
–¿Has tenido algún problema? –pregunta al ver a la chica.
–No, ningún problema. Soy buena en esto, ¿sabes?
–¿Nadie te ha visto?
–No. Y nadie me ha seguido.
Alfonso coge el paquete y lo abre. Detrás de él, Yvonne mira por encima de su hombro.
En el paquete hay mucho dinero y en una caja está el diamante. A Yvonne le gusta mucho
el diamante. Lo coge y lo mira.
–¡Uauuu! –dice.
De repente, suena el móvil. Yvonne se pone seria. Mira a Alfonso de mal humor. Es
Mónica.
–Alfonso, tengo que verte –dice la chica.
–¿Qué ha pasado? –pregunta él.
–Han intentado secuestrarme. Han sido los dos hombres que dispararon a Pedro. Tengo
que verte, por favor.
–Sí, claro.
Yvonne se levanta y se va al baño, enfadada.
–Podemos quedar en un bar que esta al lado de El Molino17, en el Paralelo18.
–De acuerdo.
–¿Sabes dónde está? Delante de la parada de metro Paralelo.
–Perfecto. ¿A qué hora quedamos?
49
–Dentro de dos horas, ¿te va bien?
–Muy bien. Allí estaré.
–Ten cuidado, Mónica. Coge un taxi. Mira si alguien te sigue.
–No te preocupes. Iré con cuidado.
–Mónica, siento mucho todo lo que te está pasando...
–¡Yvonne! –grita Alfonso cuando termina de hablar.
Yvonne sale del baño enfadada.
–¿Para qué quieres verla? –pregunta dando un golpe a la mesita de noche– ¡Todavía estas
enamorado de ella!
–¡Calla!
–¿Para qué la necesitamos? Ahora tenemos el dinero –dice cogiendo algunos billetes de la
maleta.
–¡Calla! –repite Alfonso. Pero es verdad que piensa en Mónica. Tiene muchas ganas de
verla. Puede irse con ella. En el futuro puede explicarle la verdad. Quizás...
En este momento se oyen unos golpes en la puerta.
–¡Abran la puerta! ¿No oyen? ¡Abran la puerta!
Alfonso e Yvonne se levantan asustados. Miran hacia la puerta, pero, de repente, se ponen
a reir.
–Es la mujer de la limpieza89 –dice Yvonne.
–¡Abran! –continúa diciendo. Es una mujer mayor que siempre quiere limpiar la
habitación– Están todo el día en la habitación, sin salir. Nunca he visto clientes como
ustedes. Hace tres días que han llegado y todavía no he limpiado ni un solo día.
14
La Avenida del Paralelo es una calle ancha, con algunos teatros, salas de fiesta y cabarets.
Antes de entrar en el bar, Alfonso mira a su alrededor. Todo le parece normal. Cuando
entra, ve a Mónica sentada en una mesa, tomando un café.
–¡Hola, Monica! –dice Alfonso levantando la mano, pero la chica no le contesta. Alfonso
se sienta.

89
Mujer de la limpieza - горничная
50
–Mónica... –empieza a decir.
–Alfonso... –le interrumpe la chica– ¿Por qué estoy en Barcelona?
Alfonso la mira con tristeza.
–Porque quiero estar contigo, Mónica...
–No te creo.
Alfonso la mira. Tiene ganas de abrazarla. “¿Cómo he podido ser tan estúpido?”, piensa.
Es verdad. Le gusta Mónica. Yvonne tiene razón. Nunca ha conocido a una chica como
Mónica. Ella no ha dudado en seguirle sin preguntar nada. Ahora Alfonso sabe que ella lo
sabe todo. Ve a Mónica triste y él se siente triste también. Alfonso piensa que ahora el
dinero no le importa. No le importa el diamante. Solo quiere volver a ver a Mónica
contenta.
–Tú eres “El Dedos”. Tú has robado, ¿verdad? –pregunta la chica.
–Sí, Mónica. Es verdad. Lo siento. ¿Se lo has dicho a la policía?
–No. La policía me lo ha dicho a mí.
–¿Te han seguido hasta aquí?
–No.
–¿Nadie?
–No. Estoy segura.
–Sé que no puedo pedirte nada, pero, por favor, quédate un rato conmigo.
–¿Y el paquete? No está en mi habitación.
–Lo tengo yo.
15
–¿Señor Requena?
–Sí, yo mismo.
–Soy una amiga. He encontrado su teléfono en la cartera de un viejo amigo suyo, Alfonso
Piulats, "El Dedos”.
–Dime. ¿Qué quieres?
–Nada. Solo decirle que en este momento Alfonso está en un bar, al lado de El Molino, con
la chica que ustedes han intentado secuestrar... Adiós.
51
16
Alfonso continúa hablando con Mónica en el bar.
–Es verdad... –empieza Alfonso. En este momento la camarera llega con la cerveza que
este ha pedido.
–Gracias –dice Alfonso, y luego continua.
–Soy un ladrón. Siempre lo he sido. Con el dinero puedo conseguir cosas, muchas cosas.
No tengo profesión, nunca he trabajado. Es lo único que sé hacer. Pero un día conozco a
una chica.
Una chica muy guapa: tú, Mónica.
Mientras, el señor Requena me está hablando de robar un banco. “¿Por qué no?”, pienso.
No me gusta el señor Requena y tú no sabes quién soy. Puedo decirte lo que a mí me gusta.
Puedo ser lo que quiero, tener negocios, clientes importantes. Pienso: “Me voy a quedar
con todo el dinero y me voy a ir con esta chica. Y después cambiaré.”
Pero tengo algunos amigos. Ellos saben que salgo contigo. Empiezan a reírse de mí: “Esta
chica te está cambiando –dicen–. Es mejor no tomar a las mujeres en serio. Siempre se
termina mal.”
Y yo soy un estúpido y les digo: “!No! ¡No es verdad! ¡A mí nadie me cambia!”. Y le digo
a una chica, Yvonne, que voy a ir a Brasil con ella, con el dinero que he robado.
17
Delante del bar hay una pequeña plaza y a la izquierda una parada de autobuses. Allí, detrás
de unos coches, está Llorenc al lado de un árbol, mirando al bar. En la plaza hay un hombre
leyendo el periódico y otro que juega con un perro.
Todo está tranquilo. Un tercer hombre, que lleva una chaqueta de cuero negra, habla con
Llorenç:
–Vamos a entrar, señor Sarriol –le dice.
–Espera un poco. Están hablando –dice Llorenc–. Mónica necesita una explicación...
En este momento llega Enrique.
–¿Qué pasa? –pregunta a su abuelo– ¿Por qué me has llamado?

52
–La policía ha intervenido el teléfono de Mónica en la pensión... Ahora está en el bar con
Alfonso –Llorenç mira hacia el bar–. Lo van a detener. Mónica va a necesitar un amigo.
18
–Después... –antes de continuar Alfonso coge su copa y bebe un poco de cerveza. Mónica
está en silencio, triste. Lloraría, pero no quiere hacerlo. Mira hacia la calle. De repente abre
mucho los ojos. Al otro lado de la calle, detrás de la plaza, hay dos hombres que esperan
para cruzar. Los conoce. ¡Son el hombre de la gorra y su compañero!
–Alfonso –dice–. ¡Mira, son ellos!
Alfonso busca en su bolsillo su pistola.
–Quédate aquí –le ordena–. A ti no te van a hacer nada.
Mónica se levanta.
–No –dice–. Todavía no sé el final de tu historia. Voy contigo.
Delante del bar, el policía de la chaqueta se acerca al hombre del periódico y al que juega
con el perro.
–Ahora se levantan –dice–. Vamos a entrar.
–¡Espera! –dice al ver a unos hombres que caminan hacia el bar– ¿Quiénes son aquellos?
19
–No, Mónica, no puede ser... –empieza a decir Alfonso.
–¡Vamos, rápido! –dice la chica– ¡Vienen hacia aquí!
–Vamos a El Molino. El espectáculo ha empezado.

53
Cuando entran en El Molino, una vedette90 está cantando una canción alegre. Alfonso le
dice a Monica:
–Vamos por aquí.
No entran en la sala. Suben
por una escalera al
anfiteatro. Allí, la gente
que está sentada en las
mesas mira el espectáculo
desde arriba.
Al fondo hay una puerta.
–¿Nos han seguido? –
pregunta Mónica.
–No lo sé. Entremos por aquella puerta.
Detrás de la puerta hay unas escaleras estrechas. Mónica y Alfonso suben. Arriba hay una
sala pequeña con muebles viejos. Hay poca luz y no se puede ver muy bien lo que hay.
–Aquí vamos a estar tranquilos, de momento –dice Alfonso, mientras piensa la manera de
salir de esta difícil situación.
De fondo, se oye la canción que canta la vedette.
–Mónica... –dice Alfonso finalmente–. Esta historia no tiene final.
La chica está en silencio.
–Tienes que salir de aquí –continua Alfonso–. Siéntate con el público y sal con la gente al
final del espectáculo. O mejor, llama a la policía. Toma mi móvil. Ellos te ayudarán.
Mónica no coge el teléfono pero se levanta y empieza a bajar las escaleras. Alfonso la mira
mientras baja. Al llegar a la puerta, esta se abre de repente. Mónica ve a un hombre que
lleva una gorra, unas gafas de sol en una mano y una pistola en la otra. Detrás le sigue el
hombre bajito. Mónica grita. Ahora la música de la orquesta suena

90
Vedette – певица кабаре
54
fuerte. Mónica grita pero nadie
la oye.
Alfonso coge su pistola y, desde
arriba de la escalera, intenta
disparar pero Mónica está en
medio. No puede.
El hombre bajito dispara y
Alfonso cae al suelo.
–¡Alfonso! –vuelve a gritar
Mónica.
El hombre bajito empieza a subir las escaleras con la pistola en la mano. De repente, la
puerta se vuelve a abrir:
–¡Deja la pistola!
Hay un hombre en la puerta con una pistola en la mano. Es el policía de la chaqueta de
cuero. Detrás, hay otros policías.
Mónica sube las escaleras corriendo.
–¡Alfonso! –dice cogiéndole la mano.
El hombre de la gorra y el bajito levantan las manos.
–No vamos a poder acabar nunca nuestro trabajo. –dice este último.
–Esto es el final, Mónica –dice Alfonso y de repente empieza a toser.
20
Llorenç y Enrique están en la entrada de El Molino cuando la policía se lleva a los dos
ladrones. El policía de la chaqueta de cuero se acerca a ellos.
–”El Dedos” ha muerto –dice.
–Enrique –dice Llorenç–, ahora Mónica necesita un amigo. Espera. Esto es para ella. Es el
regalo. Es una pequeña botella con un barco dentro.
21
Cuando Enrique entra en El Molino, el espectáculo está en su mejor momento. El público
sigue el espectáculo con entusiasmo. En el escenario unos bailarines con plumas están
55
bailando. Enrique sube al anfiteatro. Llega a la puerta pasando entre las mesas. En este
momento Mónica sale. Está muy triste.
–¿Le querías mucho, verdad? –le pregunta Enrique.
Pero Mónica no contesta y continúa andando.
–Esto es para ti. Es el regalo... –Enrique no puede terminar porque Mónica está bajando las
escaleras del anfiteatro y no le escucha.
En este momento la vedette bromea con el público.
Cuando sale de El Molino, Mónica pasa por el lado de Llorenç sin mirarlo. Este la mira,
pero no dice nada. Mira como la chica cruza la plaza y luego la calle. Finalmente, la chica
se pierde entre la multitud.
Ahora, dentro de El Molino, la música se oye más fuerte. Se oyen grandes aplausos. El
espectáculo ha terminado.

Notas culturales
Nota: En Barcelona, como en toda Cataluña, los nombres de calles, plazas y demás
aparecen escritos en catalán porque es la lengua oficial juntamente con el español. Aquí,
sin embargo, hemos optado por utilizar el español, ya que se trata de una novela de
aprendizaje de esta lengua.
1 Sitges: población costera al sur de Barcelona, de unos 16 000 habitantes, famosa por su
Carnaval y por su Festival de cine.
2 La Rambla: el paseo más conocido de Barcelona. Hay numerosos quioscos, floristerías,
terrazas, teatros, cines y todo tipo de artistas callejeros: músicos, estatuas humanas,
magos...
3 Puerto Olímpico: zona inaugurada con motivo de los Juegos Olímpicos del 1992 en la
que se encuentran numerosos bares, restaurantes y locales nocturnos.
4 Montjuic: una de las dos montañas que rodean la ciudad; alberga construcciones
modernas como el Estadio Olímpico, el Palacio San Jordi, la Torre de Calatrava, la
Fundación Miró, o clásicas como el histórico Castillo de Montjuic, desde donde se pueden
56
admirar unas fantásticas vistas de la ciudad. Se puede llegar a Montjuic mediante el
funicular o el teleférico.
5 Estacion de Sants: la estación de tren más importante de la ciudad.
6 Tibidabo: una de las dos montañas que rodea Barcelona; en ella se encuentran la torre
de telecomunicaciones de Collserola, el Museo de la Ciencia, el Planetario, el Parque de
Atracciones del Tibidabo y la Iglesia del Sagrado Corazón.
7 Sagrada Familia: el símbolo de la arquitectura modernista de Barcelona y la obra más
influyente de Gaudí. Es un templo expiatorio que todavía no está acabado, posee 3 fachadas
y 8 torres que superan los 100 metros de altura.
8 Catedral: uno de los monumentos más visitados de la ciudad. Está situado en el Barrio
Gótico.
9 Tranvía Azul : situado en la parte alta de la ciudad, este antiguo tranvía restaurado sube
desde la Plaza John F. Kennedy hasta la Plaza del Doctor Andreu, donde se puede enlazar
con el funicular del Tibidabo.
10 Barrio de la Ribera: barrio de Ciutat Vella (literalmente “Ciudad Vieja”, aunque nadie
utiliza este término; es la parte antigua de la ciudad) donde se encuentra el Museo Picasso
y la iglesia de Santa Maria del Mar, la más representativa del estilo gótico catalán.
11 Paseo de Colón: avenida paralela al Port Vell (literalmente “Puerto Viejo”, aunque
nadie utiliza este término; es la zona del viejo puerto de Barcelona) que va desde el final
de La Rambla hasta Correos (Plaza Antonio Lopez).
12 Port Vell: actualmente destaca por su gran oferta cultural y de ocio; en él se encuentra
el Imax (cine en 3 dimensiones), el acuario (uno de los más grandes de Europa) y el centro
comercial y de ocio Maremagnum.
13 Estatua de Colón: monumento de más de 50 metros de altura situado al final de La
Rambla. Un ascensor comunica la base con el mirador superior, donde se encuentra la
estatua de Colón señalando la dirección de las Américas con el dedo índice.
14 Barrio del Raval: barrio de Ciutat Vella, situado a la derecha de La Rambla en
direccion mar, que incluye el así llamado “barrio chino”. Actualmente está bastante

57
remodelado y en él encontramos el Museo de Arte Contemporáneo de Barcelona
(MACBA) y numerosos restaurantes.
15 El Ascensor: bar de Ciutat Vella situado detrás del Ayuntamiento. Se llama así porque
en la entrada hay un ascensor antiguo.
16 Plaza San Jaime: plaza situada en el centro de la Barcelona gótica donde se encuentran
el Palacio de la Generalitat y el Ayuntamiento. Es también conocida por ser el lugar de
celebración de los títulos del Fútbol Club Barcelona.
17 El Molino: uno de los music halls más conocidos de Barcelona.
18 Paralelo: zona donde se concentran la mayoría de teatros, music halls, salas de fiesta y
discotecas de la ciudad.

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