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Act-CyG CPE PDF1 Caracter Publico Educacion
Act-CyG CPE PDF1 Caracter Publico Educacion
Este material de estudio retoma las clases “El carácter público de la educación, la
política educativa provincial y la gestión directiva” y “Quehaceres de la gestión directiva
frente a los desafíos de las políticas educativas inclusivas”, de Adriana Fontana (2021),
ambas pertenecientes al módulo El Carácter Público de la Educación e inscriptas en la
Actualización en Conducción y Gestión Educativa que dicta ISEP. Los nombres de estas
clases son los que organizan la lectura que aquí les presentamos. ¡Bienvenidos!
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El carácter público de la educación
Por eso, aun cuando se puedan tomar ideas de otras organizaciones (empresas, sindicatos,
clubes), la gestión directiva de una escuela supone reconocer esa singularidad. La inscripción
en el sistema educativo adquiere gran relevancia por cuanto este opera no solo en las
decisiones cotidianas que puedan tomarse, sino que lo hace también en términos históricos,
culturales y legales.
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El carácter público de la educación
PARA REFLEXIONAR
Antes de iniciar la lectura de la clase, les proponemos que miren una escena de la serie chilena
El reemplazante (que en Argentina bien podría titularse “El suplente”). El capítulo comienza
mostrando cómo un contador que toma una suplencia como profesor de Matemática en una
escuela Secundaria “descubre” asombrado una norma sostenida por la gestión directiva de la
escuela. Esta norma puede leerse como una traducción consensuada con los docentes de la
escuela de las regulaciones que el sistema define. Dicha “traducción” escolar opera regulando
las decisiones que toman los profesores; luego, el “suplente”, que no es un “pez de estas aguas”,
interpela a sus colegas y a la Dirección de la escuela sobre lo que esa norma produce.
Fuente: El Dínamo
¿Qué preguntas hace el profesor suplente?, ¿a quiénes interpela?, ¿con qué respuestas se
encuentra? Identifiquen qué intereses hay detrás de las diferentes posturas. ¿Cuáles son los
argumentos del profesor “nuevo/suplente/contador”? ¿Y los de la profesora de arte, del asesor
pedagógico y de la directora de la escuela? ¿Qué dicen los jóvenes estudiantes?
La serie es obra de Javier Bertossi, Nimrod Amitai e Ignacio Arnold. Para quienes quieran verla
completa, está disponible en Netflix.
Nosotros avanzaremos un poco más para abrir el concepto sobre el que trabajaremos en la
clase: ¿cómo asume el carácter público de la educación la escuela de la serie?
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El carácter público de la educación
Iniciamos con el epígrafe que recupera la voz de los autores belgas Masschelein y Simons
porque consideramos que en la perspectiva teórica que presentan hay argumentos sólidos
para explicitar en qué sentido el carácter público de la educación puede ser vivido en la
escuela.
Les proponemos considerar la escuela como ese lugar en el que todos los niños y jóvenes que
asisten a ella obligatoriamente (un detalle que no debiera pasar desapercibido) encuentran
un espacio y un tiempo libre, libre de cualquier otra actividad que no sea la que les propone la
escuela. Y es sabido que en la escuela hay —o debería haber— una actividad principal, central:
estudiar, como acción que permite expandir, abrir el mundo. Es repetida la idea de una escuela
que amplía la experiencia cultural, es decir, una escuela que habilita el acceso, la apropiación
de saberes específicos, de una forma singular. Dicha experiencia se expande en muchos
lugares (el cine, el club, el coro), pero en la escuela ese proceso adquiere formas, tiempos,
espacios, modos singulares que producen efectos que no suceden en ningún otro lugar. Dicen
los autores: la escuela ofrece “tiempo libre” que transforma los conocimientos y las destrezas
(o contenidos y habilidades o competencias, como sea que le digamos) en bienes comunes
y, por lo tanto, tiene el potencial para proporcionar a cada cual —independientemente de sus
antecedentes, aptitud o talento natural— el tiempo y el espacio para abandonar su ámbito
conocido, para alzarse sobre sí mismo y para renovar el mundo (para cambiarlo de un modo
impredecible).
Si esto ocurre, si los saberes que la escuela transmite se vuelven bienes comunes, pasan a
ser públicos. Son de todos; salen de la privacidad, dejan de ser para algunos para volverse
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El carácter público de la educación
bienes del pueblo, sin que importe el contexto de nacimiento de los sujetos. Es el carácter
público de la educación que puede ser vivido en la escuela. Solo la escuela puede estar
preocupada porque esto ocurra; solo en ella es posible habilitar la experiencia de la igualdad
(Fontana, 2014) y la libertad (Masschelein y Simons, 2014).
En la escuela, los niños, niñas y jóvenes son estudiantes; en esa acción, o mejor dicho, en
esa condición, la escuela ofrece la posibilidad de experimentar la igualdad. Puede suspender
(y suspender no es ignorar, sino interrumpir) categorizaciones sociales y desafiar a todos en
tanto estudiantes, proponiéndoles el encuentro con la cultura y habilitándolos a él, pues pone
a todos frente a “algo” que tiene para enseñar. La escuela “abre” el mundo.
La escuela ofrece un tiempo y espacio profanos, en tanto las “cosas” que pone a disposición
para ser estudiadas están desvinculadas de su uso regular. Lo profano es aquello que ha sido
expropiado de su uso común, también de su lugar de pertenencia, ha sido des-privatizado y
se ha tornado público:
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El carácter público de la educación
Por la profanación, el conocimiento, pero también las destrezas que cumplen una función
particular en la sociedad, se liberan y se ponen a disposición de todos para su uso público
[…]. Lo importante aquí es que precisamente esas cosas públicas -que por ser públicas
están disponibles para uso libre y novedoso- proporcionan a la generación más joven
la oportunidad de experimentarse a sí misma como una nueva generación. La típica
experiencia escolar (la experiencia que la escuela hace posible) es exactamente esa
confrontación con las cosas hechas públicas y disponibles para un uso libre y novedoso.
(Masschelein y Simons, 2014, p. 40).
MATERIAL OBLIGATORIO
La historia registra relatos que dan muestras de lo que la escuela puede, cuando es escuela.
Es decir, cuando asume su carácter público, cuando des-privatiza los bienes y los ofrece
a todos. Puede hacer, por ejemplo, que la niña “nacida” para costurera destinada a “picar
solapas” devenga una reconocida directora que elige viajar por el mundo. Puede hacer que
un niño pobre de Argelia devenga premio Nobel de Literatura. Puede que un niño formado en
un instituto de encierro se transforme en un músico destacado.
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El carácter público de la educación
Nadie puede predecir a dónde llegarán las nuevas generaciones una vez que la escuela los
recibe y les presenta el mundo. Los invitamos a conocer algunas historias breves que muestran
cómo la escuela ofrece la experiencia de la igualdad y la libertad.
La pregunta sobre el sentido de la escuela ha sido puesta aquí, en primer lugar, por la
relevancia que tiene, puesto que, según sea la escuela que se piensa o se imagina, será la
gestión directiva que se ejerza. Estas consideraciones acerca de la escuela nos ayudan a
hacer explícitas concepciones, formatos y experiencias.
Ahora bien, otra dimensión igualmente relevante al momento de analizar la gestión directiva
es la condición que toda organización escolar tiene de estar inscripta en un sistema: que tiene
historia, que tiene políticas en términos generales, y que tiene, también, un contexto singular
con actores de carne y hueso que, en determinadas coordenadas de tiempo y espacio, le dan
vida de manera particular. Considerar esta inscripción general en el sistema educativo es
nodal, como también lo es prestar cuidada atención a los actores singulares.
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El carácter público de la educación
Graciela Frigerio (en Itkin, 2004) propone considerar la gestión desde lo que ofrece su origen
etimológico, el cual pone en valor aquello que se está gestando como sentido fecundo. Con la
intención de reconocer los puntos nodales de esta perspectiva, les proponemos la lectura de la
entrevista donde la pedagoga argentina expone su posicionamiento.
Los invitamos, además, a registrar aquellas ideas que consideren más significativas.
Para acceder a la entrevista, hagan clic aquí.
Desde otra perspectiva Bernardo Blejmar (Carmen Sofia Saracho Cornet, s.f.) sostiene que
la organización escolar está gestionada a la vez por el equipo directivo institucional y por
el sistema —en el que se encuadran sus prácticas— que, a través de las disposiciones,
regulaciones y normativas, autoriza ciertas decisiones y acciones. Este reconocido especialista
en gestión afirma que en las instituciones “gestiona la gente y gestiona el sistema”. Además,
reflexiona acerca de otras cuestiones vinculadas con el tema.
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El carácter público de la educación
PARA REFLEXIONAR
• Los invitamos a revisar el marco normativo provincial que recorrimos durante el cursado
del Seminario de Formación Docente en Conducción y Gestión Educativa. Consideren las
siguientes preguntas para reflexionar y tomar notas en sus cuadernos de apuntes:
• ¿De qué modo las acciones, disposiciones y normativas del sistema como ente gestionador
plantean un determinado horizonte de posibilidades en el hacer del director?
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El carácter público de la educación
PARA ORIENTAR
Para Sandra Nicastro (Sepiyce Córdoba, 2014) “institución” se define como un conjunto de
principios, marcos de pensamiento y creencias que, a su vez, portan contenidos sagrados y
míticos que forman parte de historias, relatos y leyendas. Las instituciones se expresan con la
fuerza de la ley y del “deber ser” en las normas, las tradiciones y los mandatos.
Las “organizaciones educativas” son los “ámbitos concretos de acción” que implican una
estructura en la cual se entraman diferentes variables en un recorte espacio-temporal: con
determinada ubicación geográfica, en un momento histórico específico, personas que trabajan
conjuntamente para alcanzar una meta común, unas finalidades educativas que expresan
definiciones políticas respecto de lo que se espera como resultado en cada nivel y modalidad,
contenidas por un marco normativo y regulatorio, que alcanza al sistema educativo en su
conjunto.
De este modo, al referimos a la gestión de las instituciones, estamos pensando en una mirada
más amplia, desde una escala sistémica donde se ven contenidos aquellos desafíos centrales de
la política educativa como el de la inclusión y cuando referimos a la gestión escolar lo pensamos
como ámbito de gobierno de una organización educativa en particular, con sus márgenes
concretos para la definición de decisiones, acciones y relaciones que se requieren para alcanzar
dichos desafíos.
Traeremos diferentes voces a partir de las cuales es posible recortar aquello que podríamos
señalar como los “quehaceres” de la gestión directiva o —siguiendo a Blejmar (2005)— trabajar
en aquello en lo que consiste “hacerse cargo” de la gestión directiva, en consideración de
los desafíos que presentan las políticas educativas inclusivas en la provincia de Córdoba.
Asumiendo el carácter público de la educación: ¿qué supone una escuela inclusiva?, ¿cuál
sería, en relación con ello, la específica intervención de la gestión directiva?
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El carácter público de la educación
La gestión de las instituciones educativas requiere tener en cuenta algunos planteos o aspectos.
Tal como analiza Graciela Frigerio (Itkin, 2004), este concepto ha sufrido deformaciones, se
ha ido banalizando, se ha desplazado hacia una versión instrumentalista “como si un orden
pragmático fuera quitándole la fertilidad pedagógica” (p. 6). Según la especialista, la gestión
ha sido sinónimo de gerenciamiento, convertida en una serie de procedimientos neutros,
hasta alejarla totalmente de la capacidad de operar la comprensión de la complejidad del
trabajo escolar. Nuestra propuesta es que podamos caracterizar la función, el rol, sin perder
de vista los quehaceres centrales que otorgan identidad a la tarea.
La gestión escolar está lejos de ser una acción que encapsula a la escuela en una organización
burocrática; por el contrario, asume un compromiso que implica un entretejido difícil y
desafiante entre la política definida en documentos oficiales y la política escolar.
Si, en sentido amplio, admitimos que la política educativa se entiende como la expresión
de acuerdos comunes, la gestión escolar puede definirse por el conjunto de decisiones y
acciones, y las relaciones entre ellas que se requieren para alcanzarlas. Ahora bien, en este
marco, la gestión no es solo un acto procedimental; puesto que está íntimamente vinculada a
la política educativa que quiere materializar, podría decirse que la gestión solo tiene sentido
si logra concretar una política, un deseo, un qué compartido. Como decíamos al comienzo —y
como se reconoce en los trabajos que pueden consultarse sobre la gestión de instituciones
educativas— que haya un horizonte compartido es decisivo. Sin deseo, sin horizonte común,
sin sentido compartido, la gestión no resulta. Como dice Graciela Frigerio (Itkin, 2004) “puede
que la gente preste el cuerpo pero no está ahí”.
Por eso, no da igual un modo u otro de gestionar. Un proyecto democrático que pretende que
una escuela sea escuela exigirá un modo de gestión democrático. La gestión está imbricada
con la política, y la política sin gestión se queda en una declaración de principios, no tiene
cómo. Tendrá que “producir” en el mejor sentido del término, tendrá que hacer que “suceda”.
Con ese fin, la gestión directiva de las instituciones educativas habrá de seducir, inventar, crear,
abrir la discusión y gobernar admitiendo desacuerdos. La gestión necesitará imaginación, y
prudencia. Este modo de la gestión directiva, desde una perspectiva pedagógica produce
aprendizajes, no solo en los alumnos, sino también en los equipos y en la organización misma.
Podemos pensar que el arte del buen gobierno escolar demanda entonces moverse entre
algunas preguntas y las respuestas que seamos pasibles de darnos: ¿cómo hacemos que
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El carácter público de la educación
la escuela que gestionamos sea escuela, en el sentido que hemos planteado? En principio,
resolviendo el cómo después de haber hecho común el qué, es decir, haciendo que todos
sepan cuál es el horizonte.
Los desafíos de la gestión directiva consisten, en abrir el diálogo, orientarlo y vincularlo con
la política y la gestión que ejerce el sistema, para hacerlo fructificar en términos pedagógicos
de acuerdo con la singularidad de cada escuela, es decir, en relación directa con sus modos,
sus puntos de partida, sus metas.
El dispositivo, el conjunto de acciones colectivas que una organización escolar crea y recrea
constantemente, es el quehacer estructural de la gestión directiva, la responsabilidad central
de quien conduce es mantener ese “sentido común” vivo y activo. En el dispositivo confluyen
acciones administrativas, comunitarias, curriculares y pedagógicas, todas organizadas a los
fines de alcanzar ese horizonte singular que resulta del debate, del diálogo y del consenso de
un equipo de trabajo. La gestión directiva promueve esa construcción, mantiene la mirada en
los horizontes; ayuda a profundizar, a identificar los caminos que conducen a los objetivos
trazados de manera colectiva en cada escuela. En ese mismo sentido, cuida la inscripción
de la escuela en un sistema que no es estático, que puede reinventarse, que frente a los
desafíos del siglo XXI se permite la renovación. La gestión directiva tiene que trabajar en esta
línea con su equipo docente, pero también con sus colegas de otros equipos directivos, y con
los supervisores. Solo en el marco de ese trabajo sistémico la escuela se verá fortalecida
para alcanzar sus metas.
Hasta acá, hemos compartido una posible respuesta a la pregunta sobre cuál es el quehacer
de la gestión directiva. Sin embargo hay otras y son muchas: son numerosas las producciones
de especialistas en educación que se han dedicado a revisar en los últimos años las tareas
específicas de la gestión directiva, cada una de ellas desde una perspectiva particular. La
propuesta es recorrerlas y advertir las diferencias en los modos de nombrar las tareas, las
acciones, los gestos propios de quien, en el ámbito de la organización escolar, decide —en
términos de Blejmar (2005)— “hacerse cargo”.
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El carácter público de la educación
En función de todo lo dicho y escrito acerca del concepto “inclusión” es necesario explicitar
los sentidos que le atribuimos. Para ello, nos proponemos abordarlo desde diferentes
perspectivas y campos del saber a fin de intentar una respuesta que nos permita precisar de
qué hablamos cuando hablamos de inclusión.
Es posible una primera aproximación a la problemática a partir de las preguntas que tal vez
circulen en nuestras escuelas de pertenencia: ¿por qué incluir a todos?, ¿por qué la escuela
tiene que hacerle lugar a todos cuando hay algunos que no quieren asistir, no les gusta o no
quieren estudiar? Habrán escuchado alguna vez decir: “Vienen a la escuela por obligación, ‘de
prepo’, por eso de la obligatoriedad”; “Los docentes nos encontramos solos frente a jóvenes a
los que no les interesa aprender, no estudian, no dejan enseñar y no tienen ningún problema en
desafiarnos”; “No les importa rendir mal los exámenes, ni aprobar o repetir”; “Igualamos para
abajo”, entre muchas otras. Primera aproximación entonces: la de cierto sentido imperante
que no se lleva bien con el carácter profundamente democrático y universalista que tiene que
tener la escuela cuando es escuela.
No obstante, es posible abrir otra aproximación a la inclusión a través del arte, de la pedagogía
y de la filosofía. Para ello, los invitamos a la lectura, visualización, escucha de fragmentos
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El carácter público de la educación
Luego del recorrido, les preguntamos: ¿les resuena en particular alguna perspectiva?,
¿podrían discutir alguna de ellas?, ¿encuentran recurrencias en el conjunto de las selecciones
ofrecidas?, ¿remiten a un mismo lugar Tejada Gómez y Berni?, ¿Arendt y Shelley?, ¿alguna de
las propuestas le ha generado bronca, tristeza, alegría…?, ¿por qué?
MATERIAL OBLIGATORIO
Les proponemos leer el capítulo “A mitad de recorrido: por una verdadera ‘revolución copernicana’
en pedagogía” del libro Frankenstein educador (Meirieu, 1998).
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El carácter público de la educación
A modo de síntesis
Podríamos decir que el carácter público de la educación otorga a la gestión de las instituciones
educativas particularidades que devienen de esa característica y que imprimen a la tarea
rasgos distintivos. La escuela ofrece fragmentos de la cultura acumulada por la humanidad
y habilita un tiempo y un espacio que los transforma en materia de estudio y los pone “sobre
la mesa”, en situación de igualdad, para todos. Lo hace con la finalidad de que cada uno
construya su propio porvenir, independientemente del punto de partida. Gestionar una
institución es asumir este rasgo que, desde sus inicios, ha caracterizado a la escuela. A esto
se suma que la gestión institucional se enmarca en las acciones, disposiciones y normativas
de otro ente gestionador: el sistema. Vale decir que se conduce una institución escolar en el
marco de un sistema regulatorio que plantea un determinado horizonte de posibilidades en
el hacer directivo.
Como habrán podido advertir en el recorrido por las normativas y lineamientos centrales para
la gestión directiva, las políticas educativas inclusivas han sido en los últimos años prioridad
en la provincia de Córdoba. Por ello, las planteamos como desafío que interpela a la gestión
directiva. También avanzamos en la definición de los quehaceres de la gestión directiva de
la institución escolar. Lejos de vincularlos con una organización puramente burocrática,
nuestra postura intenta mostrarlo como conjunto de acciones y relaciones que se requieren
para alcanzar la política educativa, entendida como la expresión de acuerdos comunes que
se manifiestan como una gestión externa a la escuela en sí, pero que la atraviesan a través de
las normativas, disposiciones y regulaciones ministeriales. En este sentido, la gestión aspira
a concretar esa política en el marco de un horizonte común de sentidos compartidos en las
instituciones particulares.
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El carácter público de la educación
En esta línea, quien gestiona y se “hace cargo” de la escuela, resolverá el cómo después de
haber hecho común el qué, es decir, haciendo que todos sepan cuál es el horizonte. Para
ello, orienta en la construcción conjunta de dispositivos, en tanto expresión de un camino
particular que la organización decide, en conjunto, recorrer.
Lecturas recomendadas
• Carmen Sofía Saracho Cornet. (5 de mayo de 2014). Bernardo Blejmar. [Archivo de video].
Acceder.
• Centro de Maestros 1807 Tepic. (21 de junio de 2014). Pilar Pozner - Competencias directivas
[Archivo de video]. Acceder.
• CIPPEC. (20 de noviembre de 2015). Silvina Gvirtz - Consejos para diseñar una buena escuela
[Archivo de video]. Acceder.
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El carácter público de la educación
Referencias
Arendt, H. (2003). La crisis en la educación. En Entre el pasado y el futuro. Ocho ejercicios
sobre reflexión política. Barcelona: Península.
Blejmar, B. (2005). Gestionar es hacer que las cosas sucedan. Buenos Aires: Noveduc.
Carmen Sofía Saracho Cornet. (5 de mayo de 2014). Bernardo Blejmar. [Archivo de video].
Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=67yLFaOuBQM
Dussel, I. (2020). Esto no es una escuela, ¿o sí? [Entrada de blog]. La escuela que se viene.
Disponible en https://laescuelaqueviene.org/esto-no-es-una-escuela-o-si/
Eduardo Díaz. (12 de abril de 2008). Antonio Berni creando Juanito Laguna. [Archivo de video].
Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=np2jleb3hTs.
Gobierno de Córdoba. (19 de junio de 2017). ¿Qué son las escuelas PROA? [Archivo de video].
Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=INvpJ0U7_t0&t=148s
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El carácter público de la educación
Parox Productora. (junio de 2013). “El Reemplazante” - Capítulo 4. Primera Temporada. [Archivo
de video]. Disponible en https://vimeo.com/68347944
Roberto Elbio Garcia. (7 de marzo de 2009). Hay un niño en la calle - Armando Tejada Gómez
[Archivo de video]. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=3Su3S9YFfOc.
Santillana España. (17 de marzo de 2014). Querido señor Germain… [Archivo de video].
Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=cobH2vIe45s
Terrorland - Tierra de Terror. (28 de enero de 2014). Frankenstein de Mary Shelley (Trailer
español) [Archivo de video]. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=bDsuyb_
zZio&t=3s
Videos AltaFilms. (17 de marzo de 2011).Trailer Los chicos del coro (doblado castellano)
[Archivo de video]. Disponible en https://www.youtube.com/watch?v=opKz8dXXOV4
Este material está bajo una licencia Creative Commons (CC BY-NC-ND 4.0)
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