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Equilibrio General II

Clase 2 - Microeconomı́a II (286-1)

Notas de clase*

23 de Agosto de 2023

1. Introducción
La teorı́a de equilibrio general pone de manifiesto cuestiones relacionadas con la efi-
ciencia de los intercambios. La importancia de esta propiedad reside en el hecho de que
suele ser deseable que los agentes involucrados estén en la mejor situación posible y no
decidan cambiar algún aspecto del intercambio voluntario. No obstante, no se debe olvidar
que además de ser eficiente, buscamos un equilibrio. Otro interrogante que suscita de esta
teorı́a tiene más que ver con la propia noción de eficiencia. En esta nota se van a presentar
dos aristas relevantes a la hora de analizar intercambios: la eficiencia y su vı́nculo con el
bienestar, ası́ como la noción teórica de equilibrio para este tipo de modelos.

2. Existencia de un equilibrio
Por casi cien años después de que Walras escribiera su modelo de equilibrio general,
quedó en duda si tal equilibrio realmente existı́a. Los enfoques tempranos para demostrar
resultados de existencia se centraron en un modelo de equilibrio general propuesto por
Cassel (1924). El equilibrio se definı́a como un conjunto de precios y cantidades de bienes
tal que la demanda igualara exactamente la oferta para cada bien. Dejando de lado el
lado de la oferta, el problema básico era mostrar la existencia de un vector de precios
p1 , ..., pn que satisficiera: xj (p1 , ..., pn ) = wj para todo j = 1, ..., n. La idea fundamental en
la literatura temprana era contar ecuaciones e incógnitas. Desafortunadamente, esto llevó
a cierta confusión acerca de lo que sucederı́a si la solución de las ecuaciones involucrara
precios o cantidades negativas.
En 1951, John Nash publicó su tesis de Princeton en la que usaba un teorema de punto
fijo para demostrar la existencia de equilibrios de Nash en juegos. Una vez que esta idea
se hizo pública, los teóricos del equilibrio general entendieron cómo proporcionar pruebas
*
Agradecemos la colaboración de Carolina Coloma Conte-Grand y Luján Puchot en la confección de
la presente nota.

1
de existencia general para el equilibrio Walrasiano. El gran avance ocurrió cuando Arrow
y Debreu (1954) se unieron para demostrar la existencia de un equilibrio Walrasiano:
Dada una economı́a que satisface los supuestos sobre las preferencias y las funciones
de utilidad de los agentes antes presentadas, existe un equilibrio Walrasiano (p, x).1
La prueba es bastante compleja. Lo que haremos aquı́ es mostrar la intuición para el
caso de dos bienes, para lo cual antes tenemos que definir algunos elementos.

2.1. Ley de Walras


La ley de Walras estipula que, si ambos individuos satisfacen su restricción presu-
puestaria, para cualquier vector de precios la sumatoria de los valores de los excesos de
demanda en todos los mercados debe ser igual a 0.
Primero definiremos de manera formal las funciones de exceso de demanda del
agente i:

z1i (p) = xi1 (p, pwi ) − w1i

z2i (p) = xi2 (p, pwi ) − w2i

donde xi1 (p, pwi ) y xi2 (p, pwi ) son las funciones de demanda Walrasianas del agente i, para
todo i = A, B.
La función de exceso de demanda agregada de cada uno de los dos bienes son
entonces:
X
z1 (p) = z1i (p)
i

X
z2 (p) = z2i (p)
i

Lo que en representaremos en forma vectorial como:


X
z(p) = z i (p)
i

A partir de la definición de la función exceso de demanda, deberı́a quedar claro que


si un vector de precios satisface z(p) = 0, entonces este vector de precios y de demandas
será un equilibrio Walrasiano si el vector de demandas son las demandas Marshallianas de
cada uno de los agentes dadas por el vector de precios p. ¿Por qué? Porque las demandas
cumplirán tanto con la parte de optimización individual de la definición de equilibrio y
los mercados se limpiarán ya que z(p) = 0. Este resultado, aun siendo interesante, no nos
1
Los supuestos son: la función de utilidad de todos los agentes deben ser i) continuas, ii) crecientes,
iii) cóncava, y iv) todos los agentes deben tener dotaciones positivas de los bienes.

2
permite determinar qué es lo que ocurre con el exceso de demanda agregada en situaciones
de desequilibrio en los mercados. Para ello, recurrimos a la Ley de Walras.
La Ley de Walras se define formalmente como:

p1 [z1A (p) + z1B (p)] + p2 [z2A (p) + z2B (p)] = 0

O de otra manera:
p1 z1 (p1 , p2 ) + p2 z2 (p1 , p2 ) = 0

y esto se cumple para todo p.

2.1.1. Demostración de la Ley de Walras

Expresamos las restricciones presupuestarias de cada consumidor.

p1 x A A A A
1 (p) + p2 x2 (p) = p1 w1 + p2 w2

p 1 xB B B B
1 (p) + p2 x2 (p) = p1 w1 + p2 w2

Sumamos ambas restricciones presupuestarias y reordenamos los términos.

p1 [xA B A B A B A B
1 (p) + x1 (p)] + p2 [x2 (p) + x2 (p)] = p1 (w1 + w1 ) + p2 (w2 + w2 )

Reordenamos para igualar a 0,

p1 [(xA A B B A A B B
1 (p) − w1 ) + (x1 (p) − w1 )] + p2 [(x2 (p) − w2 ) + (x2 (p) − w2 )] = 0

Identificamos que xji − wij es el exceso de demanda (o la demanda neta) del bien i para
el consumidor j, y reexpresamos en función de ésta,

p1 [z1A (p) + z1B (p)] + p2 [z2A (p) + z2B (p)] = 0

La suma de los excesos de demanda de un bien por parte de ambos consumidores no es


otra cosa que el exceso de demanda de este bien, por lo que también podemos reformular
la expresión de la siguiente manera:

p1 z1 (p) + p2 z2 (p) = 0

Por tanto, la ley de Walras nos dice que si cada individuo satisface su restricción pre-
supuestaria, o lo que es lo mismo, gasta toda su “renta”, expresada por el valor económico
de su dotación inicial de los bienes, de manera que el valor de exceso de demanda es nulo,
entonces, la suma de los valores de los excesos de demanda debe ser también nulo.
Es importante resaltar que la ley de Walras afirma que el valor total del exceso de
demanda es igual a cero para cualquier vector de precios, y no sólo para los precios de
equilibrio.

3
La implicación económica realmente importante de esta ley es que las condiciones de
equilibrio en n mercados no son independientes. Por ejemplo, si el mercado del bien 1 está
en equilibrio (z1 = 0), entonces el segundo mercado estará también en equilibrio (z2 = 0).
Esto se debe a que nos quedaremos con p2 z2 = 0 que, si p2 > 0, nos permite corroborar
que z2 = 0.
Este es un resultado poderoso de la ley de Walras, ya que en un contexto de equilibrio
general con un número mayor de mercados, solo deberemos corroborar el equilibrio en
n − 1 de ellos para asegurarnos el equilibrio en n mercados.

2.2. Rol de los precios


Un punto importante dentro de estos modelos tiene que ver con el rol y la interpre-
tación que le damos a los precios. En un principio, se asumió que existı́a un vector de
precios (p1 , p2 ). Luego, al presentar la definición de equilibrio competitivo, se estableció
que este consistı́a en una relación de precios pp12 junto con asignaciones de consumo. Luego
determinamos que el vector de precios de equilibrio es tal que la demanda agregada de
todos lo bienes debe igualarse a la demanda agregada. Finalmente, la Ley de Walras nos
permite determinar lo que ocurre con los excesos de demanda aún en situaciones fuera
del equilibrio.
Tomando estas ideas, supongamos que decidimos multiplicar cada precio en la eco-
nomı́a por una constante α.
En primer lugar, podemos ver que el cociente de precios permanecerá invariante:
αp1 p1
=
αp2 p2

Por su parte, lo mismo ocurrirá con la del de Walras. Al poder sacar factor común α,
esta desaparecerá en el proceso de despeje:

α p1 Z1 (p1 , p2 ) + α p2 Z2 (p1 , p2 ) = 0

α [p1 Z1 (p1 , p2 ) + p2 Z2 (p1 , p2 )]


 =0

Esto nos da la pauta de que no es relevante el valor nominal de los precios, sino la
relación de los precios entre si, es decir, los precios relativos.
Al importar solamente la tasa de cambio, podemos simplificar el modelo asumiendo
un bien numerario, es decir, un bien cuyo precio vale 1, en el cual se miden el resto de
los precios de la economı́a. De esta forma, interpretaremos todos los precios en relación
al bien numerario.

4
2.2.1. Ejemplo 1

Retomamos nuestro ejemplo de la clase anterior, donde habı́amos hallado las siguientes
funciones de demanda:
11p1 + 4p2 11p1 + 4p2
xA
1 = xA
2 =
2p1 2p2

5p1 + 8p2 5p1 + 8p2


xB
1 = xB
2 =
2p1 2p2

A partir de estas, podremos utilizar la ley de Walras para derivar los precios óptimos.
Siendo la función de exceso de demanda del bien 1 en equilibrio:

Z1 = xA B A B
1 + x1 − w1 − w1 = 0

Reemplazo por los valores del ejercicio:


11p1 + 4p2 5p1 + 8p2
Z1 = + − 11 − 5 = 0
2p1 2p1

Como lo que importa es la relación de precios, y no su valor en términos nominales, sin


pérdida de generalidad fijo el bien 1 como el numerario y asumo p1 = 1 para simplificar
nuestro desarrollo:
11 + 4p2 + 5 + 8p2
Z1 = = 16
2
16 + 12p2
= 16
2

8 + 6p2 = 16

4
p2 =
3

De esta forma, sabemos que el vector de precios de equilibrio será 1, 43 .




¿Es necesario corroborar el equilibrio en el mercado 2? La respuesta es no, debido


justamente a una de las propiedades de la ley de Walras, que nos dice que si hay equilibrio
en n − 1 mercados, también lo habrá en n.
Una vez hallado esto, podemos reemplazar los precios en las funciones de demanda
halladas previamente para encontrar las cantidades demandadas por cada individuo:
4 4
11 + 4 · 49 11 + 4 · 49
xA
1 =
3
= xA
2 =
3
=
2 6 2 · 43 8
4 4
5+8· 47 5+8· 47
xB
1 =
3
= xB
2 =
3
=
2 6 2 · 34 8

5
De esta forma, podemos caracterizar al equilibrio competitivo como asignaciones de
consumo y un cociente de precios de equilibrio:
" 49 ! 49 ! !#
6 8
1
(x1 , x2 , p) =
47 47 4
6 8 3

2.2.2. Ejemplo 2

Consideremos una economı́a donde las preferencias de los individuos A y B están


representadas por las funciones:

uA = ln(xA A
1 ) + ln(x2 )

uB = min{xB B
1 , x2 }

Y las dotaciones iniciales son:

wA = (0, 2)

wB = (2, 0)

El problema de maximización de utilidad para el individuo A queda representado por:

máx ln(xA A
1 ) + ln(x2 ) s.a 2p1 ≥ p1 xA A
1 + p 2 x2
xA A
1 ,x2

La condición de optimalidad de este problema resultará análoga a la del Ejemplo 1:


∂uA
∂xA p1
T M SxAA ,xA = 1
∂uA
=
1 2 p2
∂xA
2

La reemplazamos en la restricción presupuestaria para obtener las demandas óptimas:


p1 A
2p2 = p1 xA
1 + p2 x
p2 1

2p2 = p1 xA A
1 + p 1 x1

p2
xA
1 = xA
2 = 1
p1

Por su parte, el problema del consumidor B será:

máx min{xB B
1 , x2 } s.a 2p1 ≥ p1 xB B
1 + p 2 x2
xB B
1 ,x2

6
La dificultad aquı́ aparece en que la función de utilidad del consumidor B no es
derivable, por lo que no puede resolverse utilizando un lagrangiano. La resolución requiere
un poco de intuición: esta es una función de complementos perfectos o de Leontief, e
indica que la utilidad del consumidor estará definida por el bien del cual se demande
menor cantidad. Esto significa que, estando en el punto (0, 0), consumir más cantidades
de solo uno de los dos bienes no sumará a la utilidad. El ejemplo clásico para este tipo de
funciones es el de zapatos derechos y zapatos izquierdos: no sirve tener más de uno solo
de ellos, ya que son 100 % complementarios y los consumimos estrictamente en conjunto.
Por este motivo,la condición de optimalidad será cualquier punto en donde:

xB B
1 = x2

Tomamos esta condición y la insertamos en la restricción presupuestaria para obtener


las demandas óptimas:

2p2 ≥ p1 xB B
1 + p 2 x1

2p1
xB B
1 = x2 =
p1 + p 2

Habiendo hallado las demanda óptimas, utilizamos la función de exceso de demanda


del bien 2 para despejar los precios óptimos:

Z2 = xA B A B
2 + x2 − w2 − w2 = 0

2p1
Z2 = 1 + −2=0
p1 + p2

Fijamos al bien 1 como el numerario y establecemos p1 = 1, luego despejamos p2 :

p2 = 1

Reemplazamos estos precios en las demandas óptimas para hallar las cantidades de-
mandadas de equilibrio:
p2
xA
1 = =1 xA
2 = 1
p1

2p1 2p1
xB
1 = =1 xB
2 = =1
p1 + p2 p1 + p 2

De esta forma, podemos caracterizar al equilibrio competitivo como asignaciones de


consumo y un cociente de precios de equilibrio:
" ! ! !#
1 1 1
(x1 , x2 , p) =
1 1 1

7
Bien 1

w 1 B

Bien 2

Bien 2
x
1 1

A 1
− pp21
Bien 1

Figura 1: Equilibrio competitivo para preferencias Cobb Douglas y Leontief

2.3. El Argumento intuitivo de la existencia de equilibrio


Tal como planteamos al inicio de esta sección, no vamos a realizar la demostración
formal de la existencia del equilibrio, pero si utilizaremos los conceptos ya vistos para
mostrar un argumento intuitivo de la existencia. Esto no es una demostración, pero nos
ayuda a entender la idea de existencia.
Consideremos el caso en el que solo hay dos bienes en la economı́a. Entonces, queremos
encontrar un vector de precios de equilibrio Walrasiano p = (p1 , p2 ) con z(p) = 0. Debido
a que z(p) es homogéneo de grado cero (tal como mostramos en la Sección 2.2.), podemos
normalizar el precio de p2 = 1, lo que significa que solo necesitamos buscar en vectores de
precios p = (p1 , p2 = 1).
Además, sabemos que por ley de Walras, z(p)p = 0 para cualquier p, por lo que para
establecer un equilibrio, basta con encontrar un precio p1 tal que z1 (p1 , 1) = 0. Si esto se
cumple, entonces z2 (p1, 1) = 0 (también por ley de Walras). En la Figura 2, se grafica
z1 (p1 , 1) en función de p1 . Hay tres puntos importantes que debemos notar en la imagen y
que deben mantenerse. Primero, z1 (p1 , 1) es continua (esto es ası́ por los supuestos sobre
la función de utilidad que ya realizamos). Segundo, para valores muy pequeños de p1 ,
z1 (p1 , 1) es estrictamente positivo. Tercero, para valores muy grandes de p1 , z1 (p1 , 1) es
negativo. Por lo tanto, debe haber al menos un valor de p1 para el cual z1 (p1 , 1) = 0 y el
vector (p1 , 1) sea un vector de precios de equilibrio Walrasiano.

8
z1

z1 (p1 , 1)

0 p∗1 p1

−Z

Figura 2: Existencia de Equilibrio Walrasiano con dos bienes

3. Eficiencia y Equidad. Introducción a la economı́a


del bienestar.
3.1. Superioridad y eficiencia de Pareto
La optimalidad o eficiencia de Pareto es la herramienta que utilizamos en la economı́a
como punto de partida del análisis de eficiencia. En palabras muy simples, es un requisito
que le ponemos a las canastas de consumo de los agentes para garantizarnos que en una
economı́a no existan posibilidades desaprovechadas respecto al bienestar de los individuos.
De esta forma, el criterio de cuan buena es una canasta para la sociedad en su conjunto
surgirá directamente de la idea de eficiencia de Pareto.
Previo a definir este concepto definiremos la idea de dominancia o superioridad de
Pareto. Decimos que una asignación factible xi es superior en sentido de Pareto a
otra asignación factible x̂i si, en primer lugar, se cumple que para todos los consumidores i
la utilidad que perciben bajo xi es al menos igual a la que reciben en x̂i . Matemáticamente,
si:
u(xi ) ≥ u(x̂i ) ∀i

En segundo lugar, debe cumplirse que, para al menos un consumidor i, la utilidad que
perciba bajo xi sea estrictamente mayor que aquella recibida en x̂i , es decir

u(xi ) > u(x̂i ) para algún i

La superioridad en sentido de Pareto apunta a un escenario donde, con la nueva


canasta, al menos una persona aumenta su utilidad, mientras que el resto está al menos
tan bien como en la situación original. Esto genera una mejora en el bienestar social
agregado.

9
En ese sentido, la optimalidad en sentido de Pareto se define como una asignación
i
x factible para la cual no existe otra asignación factible que sea Pareto superior. En un
punto como este no se desperdician oportunidades, todos los recursos de la economı́a
se encuentran ya distribuidos de forma acorde, por lo que la única forma de mejorar el
bienestar de una persona es empeorando el bienestar de otra.
Pensémoslo ahora con un ejemplo gráfico utilizando la caja de Edgeworth. En nuestro
problema partimos siempre de una dotación inicial w. Para un punto como este, podemos
ver que existirá una asignación Pareto superior y, donde ambos agentes se encuentran en
curvas de indiferencia superiores a las de la dotación inicial.

Bien 1

B
Bien 2

Bien 2
y
w

A
− pp12
Bien 1

Figura 3: Asignaciones no óptimas en el sentido de pareto


Podemos ver que la canasta y domina en sentido de Pareto a x. Sin embargo, ¿y es
un punto óptimo en el sentido de Pareto? La respuesta es no, ya que como podemos ver,
aun hay espacio para que las curvas de indiferencia de ambos continúen expandiéndose,
hasta llegar a un punto como x, que será Pareto superior a y.
Bien 1

B
Bien 2

Bien 2

x
y

A
− pp12
Bien 1

Figura 4: Asignaciones óptimas en el sentido de pareto

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Podemos sı́ observar que x es Pareto eficiente, ya que no hay forma de mejorar a ningún
individuo sin empeorar al otro. Partiendo desde x, cualquier otra curva de indiferencia
superior para A será perjudicial para B, y viceversa.

3.2. El problema del planificador central


Como el óptimo de Pareto representa el escenario donde se maximiza el bienestar
social, podemos obtener su resultado para el caso de intercambio puro 2x2 a partir de la
resolución del problema de un planificador central. Esta figura imaginaria conocerá las
funciones de utilidad tanto de A como de B y podrá maximizarlas en conjuntos sujetas a
las restricciones presupuestarias de ambos agentes.

máx uA (xA A B B B
1 , x2 ) + u (x1 , x2 ) s.a p1 w1A + p2 w2A = p1 xA A
1 + p 2 x2
xA A B B
1 ,x2 ,x1 ,x2

p1 w1B + p2 w2B = p1 xB B
1 + p 2 x2

El cual puede ser simplificado sumando verticalmente las restricciones presupuestarias:

máx uA (xA A B B B A B A B
1 , x2 ) + u (x1 , x2 ) s.a p1 w1 + p2 w2 = p1 (x1 + x1 ) + p2 (x2 + x2 )
xA A B B
1 ,x2 ,x1 ,x2

Planteando el lagrangeano, obtenemos:

L(xA A B B A A A B B B A B A B
1 , x2 , x1 , x2 , λ) = u (x1 , x2 )+u (x1 , x2 )+λ[p1 w1 +p2 w2 −p1 (x1 +x1 )−p2 (x2 +x2 )]

De donde derivamos las condiciones de primer orden:



∂L ∂uA
 ∂xA1 = ∂xA1 − λp1 = 0



∂L ∂uA
A = ∂xA − λp2 = 0



 ∂x
 2 2
∂L ∂uB
∂xB
= ∂xB
− λp1 = 0
 1 1
∂uA

∂L
B = ∂xB − λp2 = 0


∂x

2 2



 ∂L A B A B
∂λ
= p 1 w 1 + p2 w2 − p1 (x1 + x1 ) − p2 (x2 + x2 ) = 0

A partir de este análisis, llegamos a la siguiente condición de optimalidad:


∂uA ∂uB
∂xA
1 ∂xB
1
p1
∂uA
= ∂uB
=
p2
∂xA
2 ∂xB
2
p1
T M SxAA ,xA = T M SxBB ,xB =
1 2 1 2 p2

Podemos ver que esta condición de eficiencia hallada para el óptimo de Pareto ¡es
la misma que la obtenida para el equilibrio competitivo! A su vez, reemplazando en la
misma restricción de presupuesto, llegaremos también a las mismas demandas óptimas.
Esto nos lleva a un resultado muy poderoso de la microeconomı́a: el primer teorema
de la economı́a del bienestar.

11
4. La curva de contrato
Ya se ha denotado la noción de óptimo de Pareto, por lo que es pertinente mencionar
que no existe un único conjunto de asignaciones eficientes en este sentido. Es esperable que
todos los agentes no puedan mejorar en un punto donde ambos agentes están maximizando
su utilidad y, a su vez, se estén aprovechando todos los recursos de la economı́a; en un
punto interior, donde ambas curvas de indiferencia son tangentes a la relación de precios
relativos. Gráficamente para dos agentes, si las curvas de indiferencia de los agentes se
cortan y no son tangentes, es porque ambos podrı́an estar mejor: existe un intercambio
ventajoso para ambos individuos, y si hay posibilidad de mejora para ambos, entonces no
podrı́a ser un óptimo de Pareto.
También, se debe cumplir que la asignación sea individualmente racional, lo que es-
tablece que los agentes deben estar al menos tan bien como con sus dotaciones iniciales.
Entonces, estas asignaciones eficientes no son únicas, éstas representan la maximización
de la utilidad de cada agente, que está sujeta a un conjunto de dotaciones especı́fico. Ası́,
es posible trazar una curva que represente todos los conjuntos Pareto eficientes para dife-
rentes niveles de dotaciones, esto es lo que se denomina curva de contrato. El conjunto
de bienes de equilibrio que obtenga cada agente va a depender de la dotación inicial, que
es donde los individuos van a estar dispuestos a realizar una transacción, puesto que serı́a
irracional elegir un contrato para estar peor.
Se puede pensar que en las asignaciones eficientes en el sentido de Pareto los individuos
van a tener condiciones propicias para intercambiar voluntariamente, dada la motivación
por aumentar su nivel de utilidad. Consecuentemente, se vacı́a el mercado y se veda la
posibilidad de una mejora conjunta. Las dos próximas gráficas en la Figura 5 denotan
ejemplos distintos de curvas de contrato. En el gráfico (a) se muestra un conjunto de
asignaciones Pareto eficientes para el caso de soluciones interiores, donde w∗ representa las
dotaciones particulares a disposición de los agentes, de ahı́ se construyen las asignaciones
bajo las cuales los agentes obtienen al menos tanta utilidad como con sus dotaciones (área
rayada de racionalidad individual denotada). El punto x∗ representa la asignación Pareto
eficiente para esas dotaciones w∗ . En el ejemplo (b) se muestra el mismo caso para una
situación en la que no se cumple la condición de tangencia (i.e., no todas las asignaciones
eficientes son interiores) para preferencias Cobb Douglas y sustitutos perfectos.

12
Bien 1

x∗
Bien 2

Bien 2
w∗

Bien 1

(a) Curva de contrato para preferencias Cobb Douglas y equilibrio competitivo para unas pre-
ferencias w∗
Bien 1

x∗
Bien 2

Bien 2
w∗

Bien 1

(b) Curva de contrato para preferencias Cobb Douglas y sustitutos perfectos. Equilibrio compe-
titivo para unas preferencias w∗

Figura 5: Comparación de curvas de contrato

Definición. Sea E una economı́a de intercambio puro con i = 1, 2, ..., n consumidores,


la curva de contrato es el conjunto de asignaciones óptimas en el sentido de Pareto tales
que xi ≿ wi , ∀i = 1, 2, ..., n.

Es decir, es suficiente establecer que los individuos obtienen un nivel de utilidad al


menos tan bueno como el que les reporta el conjunto de dotaciones iniciales para lograr
asignaciones eficientes en el sentido de Pareto. El motivo es que con esa condición, dada
la racionalidad de los agentes, van a realizar un intercambio que haga que la asignación
sea inmejorable y se vacı́e el mercado. En caso de que haya recursos desaprovechados en

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la economı́a, son los precios los que varı́an hasta que exista un vector de precios para el
cual no queden recursos sin asignación. Sin la condición de que el mercado se limpie, no
hay eficiencia en el sentido de Pareto.
La Figura 5 también proporciona cierta intuición sobre un resultado clave en la teorı́a
del equilibrio general: todo equilibrio Walrasiano es óptimo en sentido de Pareto (o se
encuentra en el conjunto de Pareto). La razón es la siguiente: partiendo de un equilibrio
Walrasiano, la restricción presupuestaria separará los dos conjuntos de “tan buenos como”
de los agentes, por lo tanto, no habrá ninguna alternativa al resultado del equilibrio
Walrasiano que pudiera mejorar la situación de ambos agentes. Por lo tanto, cualquier
equilibrio Walrasiano es óptimo en términos de Pareto. El conjunto de Pareto,
por supuesto, es el conjunto de todas las asignaciones óptimas en términos de Pareto, por
lo que otra forma de expresarlo es que cualquier asignación de equilibrio Walrasiano yace
en el conjunto de Pareto. Este resultado es conocido como el primer teorema de la
economı́a del bienestar.

4.1. Obtención de la curva de contrato


Cuando la curva de contrato consiste en soluciones interiores es posible encontrar un
algoritmo para obtener la curva de contratos.
1. Igualar T M S A = T M S B
2. Las ecuaciones xA B A B
1 + x1 = w1 y x2 + x2 = w2 representan otra manera de denotar
eficiencia en la economı́a2 en tanto las asignaciones de cada agente suman el total
de recursos disponibles. De estas expresiones es posible despejar xB B
1 y x2 para que
la expresión anterior de optimalidad (T M S A = T M S B ) quede en función de los
bienes del individuo A. Recordemos que w1 y w2 son números.
3. Una vez que se reemplaza, se debe escribir xA A
2 en función de x1 , de manera de que
la ecuación de contrato tenga como origen al individuo A.

4.1.1. Curva de contrato para el ejemplo 1.2

Las preferencias y dotaciones eran:

uA = ln(xA A
1 ) + ln(x2 ) uB = ln(xB B
1 ) + ln(x2 )

wA = (11, 4) wB = (5, 8)

xA
2 xB2
1. T M S A = T M S B → =
xA
1 x B
1

2
Véase que se deriva de la función de exceso de demanda de cada bien: la función de exceso de demanda
para dos agentes con dos bienes es zj = xA B A B
j + xj − wj − wj = 0 para todo j = 1, 2. Bien se podrı́a
A B
reexpresar como zj = xj + xj − wj = 0, donde wj representa las dotaciones totales del bien j de todos
los agentes. Ası́, xA B
j + xj = wj .

14
2. Por condición de eficiencia:

xA B B A
1 + x1 = 16 → x1 = 16 − x1

xA B B A
2 + x2 = 12 → x2 = 12 − x2

Se reemplazan en la primera condición

xA
2 12 − xA2
=
xA
1 16 − x A
1

Finalmente, se resuelve la expresión despejando xA


2

3 A
xA
2 = x1
4

5. La economı́a del bienestar


Como se ha mencionado al principio de esta nota, el concepto de eficiencia es algo que
se involucra sistemáticamente en la teorı́a de equilibrio general. En una primera aproxi-
mación, la eficiencia tiene que ver directamente con el óptimo de Pareto: ninguno puede
mejorar sin que alguno de los agentes empeore, y esto siempre se dará en asignaciones
donde los agentes maximicen su utilidad y el mercado se vacı́e, como bien muestra la
curva de contrato. De todos modos, la asignación voluntaria final va a depender de
las dotaciones que posean los agentes. Ası́, se encuentra el concepto de la mano invisible:
agentes motivados por una relación de precios eligen transacciones voluntarias finales,
donde los individuos ya no pueden realizar intercambios mutuamente ventajosos. La efi-
ciencia es una propiedad completamente deseable (si todos los individuos tienen margen
de mejora, ¿por qué no hacerlo?). Asimismo, se da de manera espontánea por las restric-
ciones e incentivos que enfrentan los individuos; el primer teorema del bienestar se
encarga de estipular todas estas cuestiones. Sin embargo, se debe tener en cuenta que esto
implica la ausencia de fallas de mercado.
En tanto algún supuesto del modelo de equilibrio general con intercambio puro se cae
y no es posible cerrarle la puerta a las fallas de mercado, no todo equilibrio de mercado
será óptimo en sentido de Pareto. Por otro lado, la eficiencia en el sentido de Pareto
tampoco contempla lo deseable de la distribución de los recursos en la economı́a; un
óptimo de Pareto puede ser una asignación en la cual un agente tiene todas las cantidades
disponibles en la economı́a y el resto no tiene ninguna. En contextos como los que se
han mencionado, las nociones acerca de la eficiencia y de lo que es deseable deben ser
redefinidas.
El segundo teorema del bienestar va a otorgar las condiciones bajo las cuales se pue-
de obtener una distribución más deseable de los recursos por medio del mecanismo de
mercado.

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5.1. Primer teorema de la economı́a del bienestar

Definición. Sea E una economı́a de intercambio puro en la que cada consumidor


posee una función de utilidad que satisfaga el axioma de no saciedad local, si [p, (xi )ni=1 ]
es un equilibrio competitivo de esta economı́a, entonces las asignaciones de equilibrio son
eficientes en el sentido de Pareto.

En otras palabras, este teorema nos dice que cualquier asignación que surja como solu-
ción de equilibrio competitivo en nuestro modelo de intercambio puro será necesariamente
óptima en el sentido de Pareto.
En términos económicos, esto nos dice que los agentes por si mismos, mirando solo su
interés individual, intercambiarán de forma óptima, llegando a una asignación idéntica a
aquella que obtendrı́a un planificador central omnipresente.

5.2. Segundo teorema de la economı́a del bienestar

n n n
Definición. Sea E = [(xi )i=1 , (ui )i=1 , (wi )i=1 ] una economı́a de intercambio puro
con i = 1, 2, ..., n consumidores con funciones de utilidad que satisfacen el axioma de
no saciedad local y preferencias estrictamente convexas. Además, sea x∗ una asignación
interior Pareto eficiente que surge de un conjunto de dotaciones w∗ . Entonces existe un
vector de precios p∗i ∈ RL+ con p ̸= 0 y una redistribución de la riqueza M ∗ tal que [p∗ , x∗ ]
es un equilibrio competitivo. Especı́ficamente, la dotación w∗ puede ser alcanzada desde
la dotación inicial w por medio de impuestos de suma fija y transferencias adecuadas.

Lo que este teorema denota es que, bajo preferencias convexas (óptimo interior), el pla-
nificador central puede alcanzar un óptimo de Pareto deseado redistribuyendo la riqueza
(dotaciones) con impuestos de suma fija y transferencias. Es decir, hay una asignación que
es socialmente deseable en el sentido de que este planificador central obtiene una utilidad
más alta por una distribución más equitativa, y esta asignación es igual de eficiente.
Mediante el mecanismo de mercado no es posible llegar a la asignación deseable, las
transferencias y los impuestos de suma fija impulsan a los agentes a trasladarse a las dota-
ciones w∗ . De allı́, se deriva la asignación final deseada mediante el intercambio (“dejando
al mercado actuar”).
Se debe enfatizar en el punto de que las transferencias y los impuestos de suma fija
son mecanismos no distorsivos. Lo que esto implica es que no modifica los incentivos de
los individuos ni destruye la riqueza.

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Bien 1

x∗
Bien 2

Bien 2
w∗ w

A
− pp12
Bien 1

Figura 6: Eficiencia bajo el segundo teorema del bienestar

De esta manera, véase que


Bien se podrı́a alcanzar una asignación eficiente mediante el mecanismo de mercado
con aquel impulso de transferencias e impuestos de suma fija.
La noción de eficiencia, bajo este teorema, también conlleva la idea de una me-
jor distribución de los recursos en la economı́a (redistribución). Esto tiene que ver
directamente con las preferencias del planificador central.

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