364 4+ sents mnt
so reiterado de las ensefanzas" no tenicas on
mero de posciones a
osicin critica, deseartarfalsas conviceion
de saberes, de argumentos, de modelos
fle, nid ellos
Notas / 1997
Del realismo como utopia
GE] realismo seria una necesidad para el espectador como le vertiente
ala sed del viajero? (1). A ese espectador, ser particular, o antes que eso
imensiGn particular del ser, lugar particular en
siempre sumido en el vétigo frente ala pe
siempre presente pregunta sobre la esperanza
‘que perdura tanto en el actor como en el espectador que todos
-ada uno a su turno~ de que en el espectécalo se pueda colocar a
irnica 0 cémiea I aria dems
1, mientras que en el espectéculo
Eldebate que provedede Renoir vale paralos
sen su Close-up (donde esl tema central
Detrés de los olivos, nosotros, espectadores, nos encontts
na pregunta: de qué manera vi {ida no pese a sino a través
Y mas alld del efecto de
della pertinencia de nuestras pet-
1esy eufindo somos nosotros es sofiades en nuestra butaca de espec-
prueba de nuestro compromiso en Ia vida y
espejo de la realidad de nuestro lugar de espectadores?
Se trataria de una primera definieién del realismo cinemstogrificos
esos efectos, ese sistema de escritura que nos gaat
fomala posta dela vida, que a experiencia vivida por el
espectéculo (por ejemplo durante la proyeccién de un filme)
njeraono pertinente asu experiencia de lav
ia sesion en scenicraituays). 2Realismo coma utopia de un impo-
re espectéculo y vida?
jamente su lugar, estar plenamente comprometido con su
car(a pues, paracl espectador, no solamente exigi la ple=366 + sam Let Coma
nitud del espectéculo sino, mediante esa plentud,
Tepresentado, Existe una paradoja en esta doble demanda, 8)
afirma, el especticulo decae. Esa revés cuando el mundo se eseonde a
tras percepeiones, a nuestra conciencta,
doel mundo se
empre en este momento eseondida salvo, quads, paralos mértires yp
los mistioos),
raernos de esa pérdida, dee
zarla, enmascararla y e
amable,
tna fisiea de la pérdida cuyo cuerpo levaril
‘cero, Buropa st, Vigjea fal
essolamente, au
Hrsado,estupefacto (esa clisica figura de Rosselini del pasa, lo qua
asando, quedando atrés). Cuerpos (nifios 0 mujeres) lanzados a le oq
lencia de a pérdida, Las antigues realidades
ela guerra, el dels campos) se han perdido, pero se trate
dar las mareas mismas de la pérdida. La conciencia de est
realidad, su aceptacién, se duplica entoncese
sobrevendria (cinematogrificamente) si el cuerpo fi
as mareas de lo que ya se ha perdido. Aceptar la pérdida de realidad ho
Gans e# preciso soportarfisicamente, en el cuerpo, ta realidad de la pl
to al realismo, Un ri
ismo en el que las idades desaparecidas se ha
venronen + 967
iflcio: ima mezcla de
dades y de cuerpos de mujer reemplaza héroes|
ia desde esa perspectiva una cierta
lea cinematografia (2): es preciso pasar por los cuerpos.
I grado cero) del realismo einemato-
siner6nic, escénica’
icripeién verdaderayy escenacine-
especficidad del cine de reunir, en un misino espacio
100 mis cuerpos (actores ono actores) yun dispositive
~4mara, sonido, luces, tecnicos. La expe
30 filmado y maquina flmante es reg
ipartido del tiempo, provocado por la méquinay alm
0 egistrado por ell, como marcas de este desgaste sobre el cuerpo
Vida y muerte, ese paso del tiempo sobre los euerpos expuestos a
pina cinematogréfica se inscribe la vez como verdad y como erueldad.
Westin dela suerte delos cuerpos expuestos es, segtin creo, lamés fuerte de
rativo por excelencla, es
dela figura hu
tas 0 no. Después del cuerpo
|Amore, por ejemplo), surge el
‘Wverpo pasoliniano. Otra vex sscrifcio socal, n Mamma Roma (nuevamente368 + knit
Magnani) como en Accatone,setrata terrible, de la exacerbacion del cuerpo:
expuesto, Todo es derrota, el misma exerpo es derrotado, pero en esa derrota
sla realidad de un euerpo gloriosolo que el cine oftece al espectador. ¢Pues
de ser que hoy en dia no haya sino otro cuerpo posible en el cine y cada vex
‘menos en la fotografi 1s espectaculos televisados? éY que quizds
nohaya otro realismoen el cine queel de los cuerpos filmados? Potencia del
documenta
La cosa desaparecida I intensidad de su desaparicibn, son sustit
das por la vibracién de un atifcio, Alejar el golpe, acercar su eco. Funci
pastoral del arte. En el momento en que el mundo se hace especticulo por
pérdida de evideneia, el especticulo con su apariencia/verdad/mentira, se
‘agrega a este mundo, a esta part do para nosotros atenuada o exte=
lejada, en fuga. Y esto no solamente para retener algo, sino para)
volver adarle forma, mantenerlo, ategurarsu provisorio reemplazo, traducit
cambio, trancmititla marca, ransformarle al misino tiempo su naturaleza
legibilidad, lo invisible hacerse visible; e) mistero, inteligible,
poder del espectéculo general “ lar integrado” de Guy.
Debord) no significa otra cosa que un cierto agotamiento del mundo que res
suena con la alienacin de quienes lohabitan, Pero también con el impaciens
tey muyhumano deseo de recuperar imaginariamentelo que escapa y huyg
esa realidad que se esconde, eses pertenencias, esas coherencias que se
hhacen, esas identidades que se eonfunden. Esees,enefect
‘manente de la organizacién moderna del espectic
1 musicales de os afios veinte hastalos
Hollywood ha sabido perfectamente comerciar ala vez con;
venvvonex « 369
0 de ¥la vida contin, pasando por la matanza (4) de Stromboli la
la destrucei6n, la ruina del mundo.
ww
‘anismos abiertamente presentados, aquello que los autoriza y los funda, lo
texpliita su neeesidad, Lejos de las ldgicas espectaculares de tipo
Holy woodiano con su régimen de lus 9s realista) mantenido
fondo de lamentacion a propésito de la pérdida de iusionesy de la
smo del que aqut se tral
reconocimiento y D \dad de la dest
que nada el de a incomodidad, del malestar.
Gomo el albafil doblemente flmado en ¥ la tia y Detrés de los
livos, ya no se trata solamen isi
acer Ia dedueeién exacta de lo que se ha perdido ~casa, familia, a
‘de saber que se ha pertido todo y de aceptario, para después reto-
Vida posterior; es decir, ecuperar la palabra yla posibi
iad dela narracion, dl espectéculo.
entonces una operacién de
te puestas en formay desde ahora
sntadas. Las piezas originadas se pondrian a su vezde manifiesto como
os deuna nueva representaci6n dé
‘reencia, {No couviene redefinir
nos al mismo tiempo que los antropélogos, los
\ogos, los cineastas han comprendido que las sociedades,
empresas, los grupos, son otros tantos
‘las cuales estamos confrontados son en realidad tramnas narradas 9
cuales, aando ya noes espectador de cine, cada uno de
ira atrapado y recuperado. Con la disipacién de la reali-
que resulta del ascenso del especticulo, que ala vez la produ
1 “tealidades” pierden, como decia, parte del poder que ejereen sobreicionar esa de todos modos?:
tna ea rein mene cacantaea
sigan omeicie naa nmnacamanee seine
‘équinas..) y con esa conciencia de a dstarcia gece cane
"erecta sana sin rags mnie ep cont
xeencia? dm no eee de una
lethrpepl eee an
mia, Enel eora
wun real que nose deja
Notas / Del realismo como utopia
aoa pti pr
aay ale op
(C6mo filmar al enemigo
Diez ais después, los mismos eambiaron, siempre hay que lmarios..(0)
Jes de 1995, hace dos afios, aparecia Mon ennemi préféré? en la
ages Documentaires® (2) Este enemigo esel Frente Nacional (FN),
filmado porprimera
ico sobre las elec=
gusto por las bat
sndujo, con Michel Samson, con Am
en Paris, a algunos otros represen-
IEN progres6 en todas partes yyo continuo
sesivasy tal vez-vanas cuestiones: para comba-
ilo dhay que fllmar al EN? ¥ sila respuesta es afirmativa, chasta déndk
corriendo qué riesgos? Las preguntas son las
entoramente, Muchas cosas han eambiado en Euro-
alias, pero antes que nada, para mi, e5 el ligar del