You are on page 1of 2

Seminario de Arte actual

CMA/LEC/Octavo semestre
Miguel Ángel Mancilla Hernández

Reporte de lectura
Modernismo después de la posmodernidad, de Huyssen

Cada cierto tiempo me encuentro ante situaciones o textos que me recuerdan a la

siguiente frase: “Nada es cierto. Todo está permitido”, la cual se le atribuye al creador

de un clan de asesinos persas de hace miles de años; sea o no sea de él, la frase resume

tanto lo particular de un caso como lo general de todo un tema o de una época. Si nada

es cierto, todo es mentira, o cuando menos, es una certeza parcial. ¿Pero quién

determina lo cierto, lo verdadero, lo que es y lo que no es? No es el tiempo, el espacio,

ni el contexto, son las personas dentro de un tiempo, un espacio y un contexto, y, en

específico, son personas que, por una u otra razón, su voz tiene un peso, un valor, y su

discurso suele estar en función de asentar verdades, certezas, paradigmas que, lejos de

funcionar para uno mismo, deberían de ser aplicables por todos.

El texto Modernismo después de la posmodernidad explora las concepciones

modernismo y modernidad en el contexto en el que surgen y en el contexto en el que se

desarrollan como objeto de estudio o de creación. Para ello, se echa mano de distintos

recursos para su estudio, como la geografía y la historia. Dice Huyssen: “La geografía

del modernismo clásico está fundamentalmente determinada por una serie de ciudades

metropolitanas y por los experimentos y las conmociones culturales que ellas

generaron” (23)

En su geografía del modernismo clásico, da una lista de las voces junto al

espacio, tiempo y contexto en el que desarrollaron los discursos que aportaron al

modernismo desde la creación:

El París de Baudelaire; el San Petersburgo de Dostoievski o

Mandelstam; la Viena 'de Schonberg, Freud y Wittgenstein; la Praga de

1
Seminario de Arte actual
CMA/LEC/Octavo semestre
Miguel Ángel Mancilla Hernández

Kafka; el Dublín de Joyce; el Milán de los futuristas; el Londres de Wolf;

Dada en Zúrich; Múnich y der blaue Reiter; el. Berlín de Brecht, Doblin y

la Bauhaus; el Moscú de Tretyakov, el París del cubismo y del surrealismo;

el Manhattan de Dos Passos.

Y dice a propósito que esa es la lista europea continental del modernismo clásico, pero

no incluye al modernismo del continente americano, donde hay nombres como Borges,

Aimé Césaire, Frida Kahlo, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. Está claro que estos

artistas del continente americano estuvieron influenciados por el continente europeo,

pero, y aquí lo importante es esto, ellos crearon desde otro tiempo, otro espacio y otro

contexto. Entonces, el modernismo no es un estilo propio ni fijo, es cambiante,

adoptable, asimilable y diferenciable. Dice Huyssen, “fue a menudo el encuentro de los

artistas e intelectuales coloniales con la cultura modernista de las metrópolis lo que

reafirmó su deseo de liberación e independencia” (23).

You might also like