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LA GRAMÁTICA ESPAÑOLA
Una morfología inédita
Theory the Iberian acronyms
RPI: B-3851-14
Apreciados Srs.;
Las palabras españolas están descritas y definidas con gran precisión por los expertos y
especialistas que han estudiado y tratado estas cuestiones, sólo que no dispusieron de la
información de la cual dispongo en la actualidad. No tuvieron acceso a fuentes ibéricas
ni tampoco a la des-encriptación de las palabras castellanas, eso les impidió realizar sus
trabajos desde la novedosa perspectiva desde la cual puedo aportar una inédita mirada.
Sin duda, esto debería cambiar el método de estudio de cómo se conocen y relacionan
las palabras del idioma español, ya que nuestras palabras sorprendentemente son
unidades sintácticas compuestas. Sustentar este conocimiento, rompe con la explicación
ortodoxa de nuestra gramática que reserva esa condición a los sintagmas, y es que
nuestras palabras son sintagmas inadvertidos. El modo en que esto afecta al diagnóstico
de nuestra gramática es como si metafóricamente pudiéramos verla hoy a través de un
potente y asombroso telescopio para evaluar cómo están formadas las combinaciones de
sus términos remotos y que formaron las constelaciones de nuestras oraciones.
Verán, que la lengua española proviene del latín he de anunciarles que es una ilusión
óptica. Me hago cargo de que se queden atónitos con esta afirmación tan rotunda y tan
alejada de la historiografía pero a la vez son conscientes también de que lo que el ojo ve
la mente lo cree. Y a todas luces parece latín, pero... créanme, no lo es. Es puro
ilusionismo. Ciertamente la vemos escrita con letras latinas y entonces suponemos que
fue razonada igualmente en latín, pero miren, fue pensada de otro modo. Fue construida
con una lengua ibérica de origen anterior griego pero asimismo heleno. Su lengua, la de
nuestros antepasados es concreta, coherente y lógica. Ellos, pronunciaban todo lo que
escribían, igual que nosotros decimos que lo hacemos en la actualidad, y es que se trata
de nuestra misma lengua. Y es que nosotros, que teníamos una escritura antigua y
anterior a la lengua griega helenística, con la llegada del latín ganamos una nueva
ortografía, pero en cambio perdimos nuestras pretéritas funciones del lenguaje. Sí,
perdimos la función emotiva por otra. Perdimos la función conativa por otra. Perdimos
la función poética por otra. Perdimos la función fática por otra. También la función
metalingüística se vio afectada y, lo que es peor, perdimos posiblemente toda la función
referencial y para siempre por otro idioma que desde entonces se pretendió ab initio.
¿No les parece de interés recuperar nuestro idioma primigenio?
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EL ORIGEN DE LA LENGUA ROMANCE
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LA CONSTRUCCIÓN DE UN IDIOMA
Verán, el idioma español es una lengua por composición como digo, fundamentalmente,
y no por derivación pueda parecerlo. Así pues, insistiremos que se trata de una lengua o
idioma originalmente planificado y eso comenzó un día a miles de quilómetros de aquí,
en unas remotas tierras y en unas pretéritas fechas que se pierden más allá de un tiempo
documentado. Todas las lenguas naturales y que tienen una gramática tan compleja,
extensa y categorizada como es el caso de la nuestra, han debido a la vez ser el resultado
consciente de una estructura ordenada; aplicando y siguiendo una reglas bien concretas,
de otro modo no podrían sucederse los casos y estar permanentemente sujetos a esa
meridiana reglamentación que tanto les caracteriza. La naturaleza es sabia pero NO
FIJA un idioma y queΝ noΝ dejaΝ deΝ serΝ unaΝ “convención” acordada por las distintas y
diversas partes que la integran. Es decir, en otras palabras, nosotros heredamos una
hermosa habla que construyeron en un tiempo anterior y que fue desarrollándose en la
posterioridad para convertirse en el portentoso idioma que nosotros hoy hablamos.
En sus inicios tuvo que ser probablemente un grupo no muy numeroso de ancianos o de
sabios quienes legislaron y protagonizaron sus normas y preceptos cuando nuestro
idioma inició su singladura y adoptó sus propias reglas, aun a través de los años estas
fuesen cambiando porque de ese modo funcionan las lenguas vivas y porque por otra
parte los procesos democráticos en la antigüedad no fueron sometidos a votación
popular y universal, probablemente siquiera en la actualidad tampoco como se debiera.
Pero les diré quien tuvo el honor y la responsabilidad de concretar en el caso ibérico
nuestra antiquísima lengua que luego se conocerá internacionalmente como el español.
No se sorprendan si les anuncio que fue una canonizada IKESANKOM de ascendencia
caria-lidia en CASTILLA LA BRIGIA o LA FRIGIA y más conocida hoy por el
nombre de CASTILLA LA VIEJA y en las inmemoriales ciudades de Burgos y León,
luego así también en las antiguas de Toledo y Valladolid. Se trataba de LA ASAMBLEA
DE LAS ORACIONES. La máxima autoridad político-religiosa ibérica, precedente
antiguo de la Santa Inquisición. Ese nombre, lo podemos ver grabado en sus monedas.
Se pensó que se trataba del nombre de una ciudad celtíbera, pero en realidad se trata de
una solemne institución. Los celtíberos escribieron en sus monedas el nombre de sus
corporaciones más notables y fervorosas. Unos celtíberos que, por supuesto, no fueron
tribus bárbaras, siquiera celtas. Tenían leyes helenas y naturalmente se regían por ellas.
Legislaban sobre sus sociedades. Juzgaban a los hombres, a los animales e incluso a los
objetos. También las muertes involuntarias o incluso la legítima defensa. Lo juzgaban
todo y bajo la atenta mirada de su dios y que al igual que el nuestro estaba en “las
alturas”, pues no debemos olvidar que el suyo fue el dios Sol, al que algunos ibéricos
llamaban ELIO y otros APULU y, sobretodo, eran muy devotos de su madre Nuestra
Señora Leto. Tanto es así, que revela la razón por la cual, tiempo después, y con la
llegada a la península de un nuevo culto y doctrina, los elogios y las suplicas a Nuestra
Señora la Virgen María, recibirían no otro sino el mismo nombre de LETANIAS. Y esa
consagrada Ikesankom era quien tenía el saber de la palabra y el poder de la escritura,
ya que eraΝunΝactoΝ“sacro”Νfundamental para ensalzar su Teología de carácter helénico.
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LA PALABRA
Verán, en mi sincera opinión, no hay nada más parecido a la realidad que la Mitología.
Vivimos en un mundo donde todo parece ser lo que es, sin embargo nada es sino solo lo
que parece. Los antiguos helenos lo sabían muy bien. Su modo común de denominar a
las cosas era de ese modo, por su apariencia. Los ibéricos lo hacían de la misma manera.
YΝenΝeseΝsentido,ΝlaΝpalabraΝ“mito”ΝenΝsusΝiniciosΝnoΝfueΝloΝqueΝhoyΝenΝdíaΝnosΝpareceέΝ
No tuvo el significado que tiene en la actualidad, sino otro bien distinto. Μ que se
escribeΝigualΝ tantoΝenΝgriegoΝcomoΝ enΝcastellano,ΝsignificóΝenΝsusΝ iniciosΝ“laΝpalabra”έΝ
Pero a menudo se confunde la teología helena con la mitología griega. Para entender
aquello tenemos una pista importante en la Ilíada, abiertamente para mí fue primordial.
Si hacemos caso a lo que nos reveló Homero, claro. Miren, ahora me resultaba
fundamental conocer ese detalle y, es que resulta que nos informó de que los dioses
Zeus, Ares y Apolo estaban del lado de los Troyanos mientras que Hera, Atenea y
Poseidón apoyaban a los griegos en la Guerra de Troya. No parece de gran relevancia,
quizá meramente anecdótico pero según esto, es obvio que los griegos no solo ganaron
la guerra a los helenos sino que también tomaron los dioses de sus oponentes. En origen
no fueron deidades suyas, pero luego constituyeron parte, y en grado máximo del
Panteón, y hasta el punto de que siempre se consideraron como dioses griegos cuando
todo indica de su trascendente y desconocida adopción. Ese determinante indicio fue
decisivo, porque si daba con los dioses que dieron culto quienes escribieron nuestros
textos aquí en la península, podría conocer mejor quienes eran ellos, y cuál era su
auténtico idioma.
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FONOLOGÍA Y FONÉTICA
Las vocales.
Nuestras vocales las heredamos de nuestros antepasados ibéricos. En español hay cinco
fonemas vocálicos. Pero sepamos cuantas vocales tiene la lengua ibérica de los
celtíberos: Cinco. Sí, cinco, y son las mismas vocales exactamente iguales que los cinco
fonemas vocálicos que tenemos hoy en día en español: /a/ /e/ /i/ /o/ /u/, pero que ellos
escribían así: á, è, í, o, U. Con la llegada de los romanos a la península ibérica,
cambió la grafía pero ¿saben cuántas vocales tiene el latín? Diez vocales. Si realmente
el idioma español fuera continuador del idioma latín, hoy la lengua española tendría
ineludiblemente diez vocales. ¿Las tiene? ¡No!
σuestrosΝpuntosΝdeΝ“articulación”ΝyΝnuestrosΝrasgosΝdeΝ“abertura”ΝparaΝlaΝvocalizaciónΝ
de las palabras son los mismos ibéricos. En realidad tiene una explicación muy sencilla:
Nosotros somos los mismos que ellos pero empleando otras nuevas herramientas, somos
su misma civilización aunque viviendo en otra época posterior. Nos transmitimos de
padres a hijos no solo las ya conocidas secuencias genéticas sino incluso las
epigenéticas y que pudiera ser que no secuencien ADN pero, sin duda, sí sus implícitas
señas y peculiaridades culturales.
Las consonantes.
Nuestras consonantes representan letras que se oponen a las vocales en el aspecto que
encuentran algún obstáculo para producir la salida de aire y no pueden ser núcleo de
silaba. En la variedad estándar el idioma español tiene diecinueve fonemas
consonánticos.
Pero hay algunas anomalías, entre ellas la consonante /v/ nosotros la pronunciamos
como si de una /b/ se tratara. Y eso ¿por qué? Quizá nos ayude a entenderlo mejor el
topónimoΝ deΝ “Valencia”Ν yΝ queΝ seΝ diceΝ derivaΝ delΝ términoΝ latinoΝ Valentia Edetanorum,
que le dieron los romanos al fundarla. Y eso estaría bien, si no fuera porque realmente
no la fundaron los romanos. Ciertamente, Valencia fue una colonia romana en el año
138 a. C., siendo cónsul Décimo Junio Bruto Galaico, pero los romanos, con el nombre
que dieron a la ciudad, ya reconocían y de facto, que era un nuevo reasentamiento hecho
en tierras de los autóctonos edetanos, y déjenme decir, que es el gentilicio de las
personas que vivieron en el territorio de Edeta, y que son los genuinos fundadores de
Valencia. Según los historiadores, se conocía así tanto a los íberos edetanos como a los
romanos de la ciudad de Liria. Así que, sus primeros fundadores la tuvieron que llamar
forzosamente: Blemya “Balentía”έΝ EnΝ primerΝ lugar,Ν porqueΝ laΝ ciudadΝ tuvoΝ queΝ estarΝ
bajo la protección de un dios ibero edetano, y para referirse a la deidad inmortal ellos lo
hacían con los nombres de BA, BEL o BAL, y en segundo lugar porque los iberos y los
celtíberosΝteníanΝelΝcarácterΝ“V”ΝcuandoΝescribían,ΝperoΝteníaΝelΝvalorΝdeΝnuestraΝ“N”.
Ellos, fonéticamente ni fonológicamente distinguían entre las que hoy son nuestras
letrasΝ“B”Ν yΝ“V”ΝporqueΝlaΝsegundaΝeraΝrepresentaciónΝdeΝotroΝfonemaΝcompletamenteΝ
distinto, así cuando pronunciaban la /B/, la articulaban oclusiva bilabial y no
labiodental como es la /V/, ¿y saben qué? Aquí está lo mejor del asunto: Nosotros
tampoco. Siquiera miles de años después. Si escribimos “B”Ν oΝ “V”, los españoles
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deberíamos distinguir los sonidos de una y de otra letra ¿no es así? La primera
deberíamos hacerla oclusiva bilabial y la segunda hacerla labiodental. Sin embargo, en
español no lo hacemos ni por equivocación ¿por qué no lo hacemos? Es algo
extraordinario que no tiene explicación ¿De verdad, piensan que no la tiene? ¡Sí! Y
tanto que la tiene, y es que no lo hacemos porque aunque los romanos cambiaran la letra
B por la V y digamos latinizasen el idioma, nosotros continuamos vocalizando, tenaces,
exacto como lo hicieron nuestros antepasados. Ahí tienen la mejor prueba para
demostrarles, que nuestra fonología la heredamos directamente de los iberos y los
celtíberos y no del latín como se afirma. Y el latín, es una lengua extraordinaria, es un
éxito de tipografía y no obstante, es nuestra lengua ibérica quien provee
etimológicamente al español.
Miren, el latín siquiera existía cuando la lengua ibérica llenaba de significado todas las
estelas de la península ibérica. Por otro lado, en griego lo que a la vista parece ser la
letraΝ“v”ΝsencillamenteΝesΝunaΝletraΝ“n”έΝδesΝpongoΝunΝejemploΝremitiéndomeΝaΝlaΝBibliaΝ
yΝ paraΝ queΝ puedanΝ comprobarloμΝ εateoΝ βμ1Ν “ ῦ (ἐν) Β ”
(Jesús había nacido (en) Belén). En la ortografía de los iberos es exactamente igual. El
nombre de la ciudad de Βα α “Valencia”ΝesΝigualΝaΝσumantía,ΝTermantía,ΝPalantía,Ν
Sekotía, Lutía, Titía, etc. Todas siguen el mismo patrón sintáctico.
Las palabras.
Me quedé atónito cuando me di cuenta, por primera vez, que las palabras españolas no
eran sino antiquísimas frases de nuestros ancestrales antepasados. Que palabras tales
como: CABALLO, NARANJA o AMAPOLA no tienen sus nombres dados al tuntún
sino porque existe una irrefutable razón sintáctica para ello y ese motivo ha estado
oculto durante miles de años a todas las generaciones de quienes usamos el castellano.
Decimos Caballo porque quiere decir VELOZ, decimos Naranja porque es
OLOROSA y decimos Amapola porque crecen MUCHAS. ¡Impensable!
1) “Caballo” es laΝfraseΝ[KA]Ν[BAδδτ]ΝqueΝsignificaΝ“PorΝloΝqueΝesΝVeloz”έ
2) “Naranja” es laΝfraseΝ[σAR]Ν[AσJA]ΝqueΝsignificaΝ“ωajaΝdeΝperfume”έ
3) “Amapola” es laΝfraseΝ[AεA]Ν[PτδA]ΝqueΝsignificaΝ“εuchasΝjuntas”έ
Desde los tiempos de nuestros antepasados cuando concibieron sus palabras, nadie pudo
entenderlas. Cuando las averigüé no supe ni qué decir, porque fui consciente de lo que
eso significaba. Que había una diferencia esencial entre lo que nos habían enseñado de
nuestras palabras y lo que realmente son. Quería decir que desde ese mismo instante,
irremediable, habría que replantearlo todo de nuevo; enmendarlo de pies a cabeza y
desde un insospechado buen principio. El idioma español era uno de los más antiguos
del mundo, sorprendentemente anterior al latín e incluso del griego helenístico.
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ORTOGRAFÍA
En el idioma español los únicos núcleos de sílaba son las vocales pero eso es porque
abandonamos viejos caracteres ibéricos para simbolizarlos. Con ellos teníamos muchos
más signos nucleares de representación, es decir que podían pronunciarse. En definitiva
nuestra anatomía con nuestros puntos de resonancia, sonidos sonoros y sordos, es
prácticamente la misma en líneas generales y es que fidelísimas nuestras tradiciones
nunca las abandonamos por completo, en todo caso incorporamos renovaciones y
desconociendo que muchas ya las compartíamos desde antaño con nuestros ancestros.
11. 0. 1.
11. 0. 2.
11. 0. 3.
Verán, nuestros antepasados ibéricos no doblaban letras, es decir no tenían letras doppia
“dobles”,Ν sorprendeΝ queΝ haΝ seguidoΝ siendoΝ asíΝ hastaΝ nuestrosΝ díasΝ tambiénΝ enΝ nuestraΝ
lenguaΝespañolaέΝElΝcasoΝdeΝlaΝletraΝ“ll”ΝesΝunΝsoloΝcarácterΝyΝnoΝdosΝqueΝseΝcompartenΝ
entre dos sílabas, anterior y posterior, como se solía hacer en el latín o hacen otros
idiomasΝcomoΝelΝitaliano,Νgriego,ΝetcέΝδaΝ“rr”ΝesΝunΝsóloΝfonemaέΝInclusoΝseΝfracasóΝconΝ
laΝ pretensiónΝ deΝ laΝ dobleΝ “n”Ν yΝ seΝ consideraΝ queΝ cuandoΝ aparecíaΝ una,Ν porΝ ejemploμΝ
Anno, loΝ queΝ seΝ hacíaΝ eraΝ ponerΝ unaΝ tildeΝ sobreΝ unaΝ “n”Ν yΝ obviarΝ laΝ otraμ Año. No
obstante cabe señalar que Anno es latín y no es una palabra castellana. El nacimiento de
nuestraΝ peculiarΝ letraΝ “ñ”,Ν yΝ siΝ bienΝ esΝ ciertoΝ queΝ pareceríaΝ queΝ cuandoΝ habíaΝ dosΝ seΝ
suprimía una, la cosa era de otro modo muy distinto. Para que se entienda en toda su
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extensión, comenzaré por exponer que, y por poner un ejemplo, nuestra preposición
“con”Ν enΝ castellanoΝ seΝ escribíaμΝ co֘. No hayΝ dobleΝ “n”Ν yΝ laΝ únicaΝ queΝ supuestamenteΝ
tuviera tampoco está, en cambio añade un acento muy llamativo, característico y propio.
De hecho, tanto es así que nosotros decimos España y es claro que el nombre
“ώispania”Ν noΝ teníaΝ dobleΝ “n”έΝAsíΝ queΝ permitanΝ que les anuncie que esa explicación
sobre sus causas y dada hasta nuestros días no es válida. Los castellanos antiguos no
poníanΝunaΝtildeΝsobreΝunaΝ“n”ΝyΝobviabanΝlaΝotraέΝδoΝqueΝsucedíaΝesΝalgoΝmuyΝdistintoμΝ
laΝ“n”ΝnoΝseΝescribíaΝperoΝ¿quéΝocurríaΝsiΝpresuntamenteΝprecedíaΝaΝunaΝvocalΝ“i”,ΝcomoΝ
esΝelΝcasoΝdeΝ“ώispania?. Pues ¡asombroso! se consonantizaba la vocal. Lo que vemos
enΝlaΝ“ñ”ΝdeΝ“España”ΝesΝunaΝvocalΝ“i”ΝconΝacento circunflejo. ¿Cómo? Nuestra lengua la
vemos escrita con caracteres latinos y, por tanto, suponemos que fue razonada igualmente en
latín pero, miren, fue pensada de otro modo. Fue basada en una filosofía del lenguaje de origen
heleno antiguo y con escritura ibérica, ahora lo entenderán. Les muestro la letra que no
existe en latín y que siendo propia ibérica protagoniza nuestra Ñ: Se trata de í. Es
equivalenteΝ aΝ laΝ conjunciónΝ “ῆ”Ν yΝ queΝ teníaΝ elΝ significadoΝ semánticoΝ deΝ suma o total.
Pero entonces ¿suma de qué? No se trata de una letra “n”Ν con virgulilla, la letra se
abolía. Originalmente fue Espaῆa, aῆo, Iῆesta,Ν etcέ,Ν conΝ “ῆ”Ν (ά αΝ π λδ ππηΫθβ)Ν EnΝ
otras palabras, la castellana “eñe”Ν esΝ homóloga de la helena “eta acento circunflejo”έΝ
Dado que siendo la vocal / î / fonéticamente suena como una consonante nasal (sonora)
palatal [ɲ]ΝseΝimaginóΝunaΝconsonanteΝ“n”ΝconΝvirgulilla,ΝsinΝadvertirΝqueΝenΝcambioΝseΝ
trata de la consecutiva vocal consonantizada. Así tomó un aspecto a ras deΝ “ñ”Ν paraΝ
España, año, Iñesta, etc. Y es que nuestro idioma no sólo se caracteriza por un peculiar
yeísmo sino también por un insólito ñeísmo. Nadie mejor podría saberlo, modestamente,
comprendí que mi segundo apellido y que, como saben, es Iñesta; era el modo correcto
de escribirlo en castellano, mientras que Iniesta era una traducción castellanizada de la
raíz pre helena y de la cual incluso bebe el vocablo latín genistae. Eso muestra que la
impronta ibérica fue tan excepcional que, incluso sin pretenderlo, se impuso al latín. Así
ya ven, no fueron los críos irresponsables con sus mensajes de sms los primeros en
abreviar la hermosa lengua española.
11. 0. 4.
Para que se entienda mejor e ilustrar cómo actúa la figurada letra Ñ en el idioma
español, pondré el ejemplo de un nombre común tan popular como es el del artrópodo
ARAÑA y que tiene el connatural significado de TEJEDORA, aunque no solo en el
sentido de hilar un tejido, tal como se pudiera pensar, sino de urdirlo con la intención de
enredar. YΝesΝqueΝenΝelΝléxicoΝespañolΝexisteΝlaΝentradaΝ“enredadora”ΝperoΝúnicamenteΝ
paraΝaplicarΝaΝquienΝ“complicaΝlasΝcosas”ΝyΝnoΝaludeΝaΝquienΝloΝhaceΝmedianteΝ“hilarΝunΝ
entramado”έΝσoΝobstanteΝeseΝconceptoΝloΝtenemosΝenΝnuestroΝléxico,ΝyΝesa inadvertida
palabraΝesΝ“ARAÑA”έΝSe trata de un antiquísimo ACRÓNIMO IBÉRICO que define a
quien “actúaΝ(tejiendo una)Νtrama”έΝSu origen etimológico se encuentra en una locución
dada por nuestros ancestrales antepasados y que ha permanecido desde hace miles de
años preexistente en nuestro léxico. Verán, el sustantivo ARAÑA no únicamente es una
palabra que tiene una definición como es conocida; es el resultado, a su vez, de dos
raíces léxicas en una frase que detenta una significación desde su vertiente semántica. Y
es porque la locución española [AR] [AÑA] se compone de dos monemas. Esto supone
que nos encontramos ante dos lexemas. Unidades mínimas dotadas de significación y
articuladas en un antiquísima frase ibérica: áq ámíá “Araña”έΝSe trata de un verbo y
un sustantivo que yuxtapuestos definen el concepto de quien “añade”Ν oΝ “agrega” con
astucia. La ARAÑA justamente es un animal que CAPTURA a sus presas de este modo.
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También es importante tener en cuenta que ARAÑA es una RED, incluso algo o alguien
que con lazo o truco APREHENDE o TOMA. Y eso es porque TRAMAR en la
antigüedad era la habilidad textil de TEJER una hebra, un filamento o el hilo.
Bien, para fijar el nombre común en español ARAÑA es necesario conocer las raíces
pres helenas y es que no hay consenso entre quienes derivan el nombre del latín Aranea
y quienes lo derivan del griego ἀ χ . No se debe derivar de uno ni tampoco del otro.
Con toda franqueza, lo que sucede es que muchos y distintos idiomas se nutren de las
mismas raíces pres helenas, por ello en unos casos los términos tendrán relativa
similitud y en otros difícilmente porque habrán tomado otra diferente raíz. Y es que
cada lengua tiene su particular modo de expresarlo y de completar sus propios términos.
En absoluto derivan uno del otro ni entre ellos, se tenga por más cierto. Cada idioma lo
resuelve desde su pragmatismo y gramática. Además en el vocablo que nos ocupa
ortográficamente hay una clara evidencia de ñeísmo. Así que tuvimos durante todo este
tiempo este término desubicado porque ARAÑA siempre fue ARAÑA.
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En otro orden de cosas el nombre propio ESPAÑA nunca varió en el tiempo, incluso
antes de constituirse como estado o nación y esto tiene una razón que aquí expondré y
explicaré con todo detalle.
La denominación de España se dice que viene derivada del nombre de Hispania, dada
por los romanos. No obstante los historiadores han admitido que el nombre no es una
palabra que proceda del idioma latín y los etimólogos están desconcertados. Tienen un
problema, saben que Hispania no es una voz latina para atribuírsela a los romanos y sin
embargo saben que cuando se referían a la península ibérica lo hacían llamándola de
esteΝmodoέΝδaΝteoríaΝmásΝextendidaΝesΝqueμΝ“«Hispania» proviene del fenicio i-spn-ya”
según se cita en la Wikipedia pero... me consta a ciencia cierta, no fue de ese modo.
ëZ bm ía
Los ibéricos bautizaron a este país con el nombre de lo que era más importante para
ellos, un dios. Y querrán conocerlo, y su nombre se lo voy a dar a continuación,
permítanme antes, que les observe que los iberos y los celtíberos tenían muchos dioses y
también muchas diosas procedentes de Asia Menor, como Kybele y/o Leto, pero este
dios, debería de ser uno especial. El dios más importante para ellos, el dios de TODO.
¿Saben a quién me refiero? Les daré alguna pista. La madre de este dios fue, nada
menos que, Π π “Penélope”έΝAunqueΝaΝveces,ΝtambiénΝseΝdijoΝqueΝfueΝfrutoΝdeΝlaΝ
hija de υ π “ϊriope”ΝqueΝeraΝunaΝpastora,ΝperoΝloΝqueΝesΝseguro,ΝesΝqueΝsuΝpadreΝfueΝ
otro gran dios: Έ “ώermes”. Esto no es casualidad, nada ocurre por casualidad en
la teología helena. Hermes es el dios de las fronteras, y de los viajeros que las cruzan,
igual como hicieron los iberos y también los celtíberos. Él era el dios de la astucia, del
ingenio, del comercio, de los pastores, como los propios iberos y celtíberos. Y Hermes,
el padre de nuestro dios, para llevarlo al Monte Olimpo, envolvió a su hijo -el dios que
dio nombre a este país- en una “pielΝdeΝliebre”έ AlΝcrecer,ΝseΝconvirtióΝenΝunΝ“aparte”ΝdelΝ
panteón griego, como es el caso a la vez de la península ibérica. Eso fue así, bien por su
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propia elección o bien porque su naturaleza le inclinaba a ello. Hizo de los bosques y
fuentes de La Arcadia su hogar. Es el dios de la fertilidad y también de los pícaros,
bandidos y cazadores. Ellos suplicaban a su dios y no a los conejos. Es él, y no otro,
quien les proveerá de conejos y por añadidura. Cuando denominaron a esta tierra, lo
hicieron a sabiendas de que eran hijos de este gran dios. ¿Quieren conocer el nombre de
ese Dios? Π Ν. Sí, dios PANέΝ“ElΝdiosΝdeΝTodo”έ
ëZ ES (“esta”ΝoΝ“igualΝaΝTierraΝde”)Ν
bm Π Ν PAN (teónimo del dios Pan)
ía Ϊ ÑA (concordancia sacra “paraΝhijos”ΝdeΝdios)
HIS·PANIA fue una península Pan·helénica. Y es a través del geógrafo Estrabón, que
se nos informa que incluso Tortosa y, según Antonino Oleastrum y Plinio, llamada
“ϊertosa”ΝestabaΝbajoΝlaΝprotecciónΝdelΝdiosΝPanμΝ“Dertosa fue capital de los Ilercaones
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y la ciudad más considerable de todas las cuarenta y tres que, según Plinio, están
sujetas al Convento de Tárracon. Estuvo bajo la protección del Dios Pan, como vemos
todavía por algunas reliquias de la antigüedad”έ (Libro III de la Geographica pag.184,
Dertosa nº: 206)
Hay una curiosidad importante por resolver, y que los historiadores tuvieron que
preguntarse en algún momento respecto a la cuestión nominativa de la península ibérica
pero siquiera la plantearon. Créanme es fundamental, determinante. Permitan que la
plantee: ¿Por qué Roma no la llamó Iberia y escogió denominarla Hispania? Tengo esa
respuesta. Es sencilla y de sentido común, de todos modos, lo que no parece muy lógico
es que los romanos adoptasen un vocablo propuesto por los fenicios (afectos a su mayor
enemigo Cartago) y nombrar a una Magna Hispania en su Administración. ¿Es sensato?
No. La respuesta la dieron las legiones romanas al desembarcar en la Hispania Citerior.
Pues, es lo que había. Efectivamente, los iberos poblaron la cuenca superior del Ebro,
pero al norte pasando Ampurias, se las tuvieron con Ilergetes. No fueron los iberos.
Venían de υ α “Iliria”ΝdeΝlosΝviejosΝBalcanes,ΝaunΝseaΝ“ibero”ΝelΝgenérico que se les
diera por contigüidad. Una metonimia que los designó con un nombre distinto del suyo.
De hecho, los romanos lo tenían tan claro que nunca llamaron a nuestra península como
Iberia, sino que para ello emplearon otra denominación mejor: Hispania, sinónimo de
Omnia y que era apropiado, pues no encontraron iberos enΝ laΝ “ωiterior”Ν sinoΝ pueblosΝ
ilirios (Paniones). Créanme que con el prefijo HIS en latín, que en origen se derivó del
pronombreΝgriegoΝΣΙ,ΝlaΝdiferenciabanΝdeΝotras tierras del dios PAN, La Panonia del
este, llamada por los romanos Illyricum. Así que la nuestra no fue por ser “tierra de
conejos”, aun muchos los hubiera.
La silaba.
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reconoceΝqueΝ“carecenΝdeΝprecisión”ΝyΝenΝciertoΝmodoΝesΝasí,ΝpiensanΝ que los lexemas
son indivisibles en unidades menores de significado y es que desconocen el significado
de esas flexiones. Por ello es tan importante estar alfabetizado en lengua ibérica. De ese
modo comprenderían que los actuales morfemas gramaticales, esos que empleamos sin
apenas darnos cuenta, también son léxicos. Y en la gramática del idioma español se
consideraΝ queΝ losΝ “afijosΝ derivativos”Ν enΝ elΝ casoΝ “heterogéneo”Ν cambianΝ laΝ categoríaΝ
gramatical de la base resultante pero no es del todo cierto, lo que ocurre es que se trata
deΝ“sintagmas”ΝyΝpuedenΝserΝdeΝdistintoΝtipoμΝadverbiales,Νnominales,Νverbales,ΝetcέΝEnΝ
losΝcasosΝ“homogéneos”ΝsoloΝesΝnecesarioΝdistinguirΝunidadesΝmínimasΝyΝencontraremosΝ
insospechadas composiciones con verbos, pronombres, etc.
Raíces y desinencias.
11. 2. 1
Miren, nuestros afijos son HELENOS: Veamos algunos ejemplos para los sufijos: Como
“diminutivo”ΝsolemosΝemplearΝelΝsufijoΝ–ITO que es la misma declinación ibérica-frigia
ΙΣΟέΝ ωomoΝ “aumentativo”Ν solemosΝ emplearΝ elΝ sufijoΝ –AZO que es la misma
declinación ibérica-frigiaΝ ΟέΝ ωomoΝ “despectivo”Ν solemosΝ emplearΝ elΝ sufijoΝ –ACO
que es la declinación ibérica-frigiaΝ ΚΟέΝYΝquisieraΝhacerΝnotarΝalgoΝsorprendenteΝyΝqueΝ
aquí puede observarse a simple vista y es que no solo son los sufijos exactos sino que
además, tanto en castellano como en griego, cuando empleamos letras capitales son
prácticamente las mismas. Ahora algunos prefijos nos ayudarán a advertir algo
imprevisto en la construcción de nuestra lengua y es que esa extensa lista de prefijos
españolesΝnoΝsonΝotraΝcosaΝqueΝoriginalesΝ“sintagmas”ΝibéricosΝcompuestosΝporΝunidadesΝ
menores y que aquí podremos detectar sin dificultad. Por supuesto, todas esas partículas
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pudieron yuxtaponerse entre sí porque formaban parte de una misma genealogía
lingüística. Los prefijos castellanos se componen fundamentalmente de monemas
ibéricos de ascendenciaΝhelenaΝfrigiaΝqueΝ“ligados”ΝsucedenΝaΝunaΝraízΝoΝaΝotroΝsufijoέΝ
11. 2. 2.
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MORFOLOGÍA
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emplearon. Y el tercer escollo es describir las propiedades lingüísticas del idioma
español fundamentadas en los dos supuestos anteriores y que se dieron por ciertos sin
una debida comprobación. La lengua castellana legítima y real, por ende la lengua
española ha estado inadvertida durante todos estos años. El idioma español es una
desapercibida lengua planificada, de hecho si no fuera un plan mental no tendría una
gramática que atendiera a unas reglas fijas y ordenadas con tanta precisión. Significa
acaso esa reflexión que el idioma español no se trata de una lengua natural. ¡No! Por
supuesto que es una lengua natural, porque es la expresión congénita de un grupo de
personas, pero eso no quita que careciera de una planificación y especialmente en sus
inicios. De hecho esa planificación la tiene y sólo cuando se la conoce en su
consustancial cualidad más fondo es observable. Nuestro idioma se planificó de modo
que pudieran encajar las distintas poliformas de los factores que lo integraban, y eso
efectivamenteΝ esΝ muyΝ básicoΝ peroΝ muyΝ efectivoέΝ EsΝ comoΝ usarΝ unasΝ “plantillas”Ν aΝ lasΝ
que hemos llamado raíces. Estas las han consignado, para nuestra lengua en el latín y el
griego fundamentalmente y en algún caso del árabe, sólo que la cronología de los
hechos ciertos lo desmiente. Han pasado por alto que nuestros antepasados ibéricos
bebieron de las mismas fuentes pre helenas que estos dos notorios idiomas. La
construcción de ese dominó lingüístico al que llamamos castellano fue posible gracias a
nuestros venerables ancestros y sus leyes gramaticales las cuales no deberíamos
desconocer y que demuestran extensa y claramente fueron preservadas. Lo hicieron
combinando distintas piezas para formar una figura mayor de significado, la cual de
hecho se compondrá de esas distintas partes de esa figura. Miren, no me refiero a afijos
tales como (DES-) que por descontado ya sabemos que modifican los vocablos: des-
contado, des-ajuste, des-proporcionado. No, me estoy refiriendo a las inexploradas
estructuras del léxico español: los ladrillos, las vigas y los ejes que construyeron nuestro
formidable lenguaje. Y he de admitir que las colosales piezas de cimentación se unen
con el nivel de agarre deseado, porque quienes han empleado nuestro lenguaje a través
de los tiempos lo han dotado de una gran eficacia y embelesadora belleza pero, a la vez,
quienes edifican a diario desconocen todavía de los primigenios materiales con los que
esas piezas fueron sabiamente maleadas.
Verán, pongo un simple ejemplo, más de 4.000 palabras españolas comienzan con un
elemento gramatical concreto y además léxico, se trata de PER, por no referenciar las
más de 9.000 que contienen esa secuencia en la estructura de sus vocablos. Eso sería
algo anecdótico si no fuera porque una PER·A es redonda. Levantar más la curva de un
arco es PER·ALTAR. Decimos PER·ENNE a una planta que vive más de dos años o
algo que es continuo por tanto circular. La PER·CA es un pez de cuerpo oblongo. Una
PER·CHA tiene un redondeado gancho o garfio. La sensación de PER·CIBIR es la de
recibir impresiones alrededor. Un PER·DIGON es un grano de plomo redondo. Una
PER·DIZ es una ave con un cuerpo grueso redondeado. Un PER·FIL es el contorno de
una figura. PER·FORAR es hacer un agujero redondo. La partícula PER·I significa
alrededor, de ahí perímetro o periscopio. Una PER·ILLA es un mechón en forma de
pera. Un PER·IPLO se entiende como un recorrido circular, generalmente con regreso
al punto de partida. Una PER·LA es redonda. La conjunción adversativa tan
comúnmente empleada por todos nosotros de PER·τΝ yΝ sinónimaΝ deΝ “mas”Ν loΝ queΝ
significaΝ esΝ “más”έΝ Sorpresivamente se trata de la voz carpetana (cario) tomada del
heleno frigio: 2q. En griego se escribe Π “Per” y esta raíz pre helena significa:
MUCHO, MUY o MÁS. Ese principio integrado por PER nos cita en un entorno o
contorno que fácilmente nos reporta más, mucho, muy redondo o circular de un modo
ineludible. !Fabuloso!
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GRAMÁTICA
El género.
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GORILA que finaliza con la desinencia femenina (-a) concordándolo con el artículo
“El”,ΝyΝes que en el nombre GORILA obtenemos el resultado que nos presentan la unión
de los lexemas kq, (GOR) + íla, (ILA): GOR·ILA. Y no sé si se han dado cuenta de
ese detalle singular y muy revelador. Verán, hay algo poco frecuente y paradójico en
cuanto a esta denominación a nivel lingüístico. Nosotros decimos UN y no UNA para
denominar al GORILA y como sería preceptivo en nuestra gramática. Pues para
nombrar a los sustantivos de género femenino solemos, por regla general, finalizarlos en
(-a) y es el caso de GORILA, sin embargo es un nombre de género masculino. ¿Por
qué? Les diré la razón. Miren, sorprendentemente es la misma raíz etimológica que se
presentaΝ paraΝ laΝ palabraΝ ύτR·ύτσAΝ queΝ esΝ unΝ “monstruo”έΝ En la mitología, una
gorgona y que en griego se trata de “gorgō” o “gorgōn” era un monstruo
femenino y a la vez que una deidad protectora. Su historia procede de los mitos helenos
más antiguos. EsaΝesΝlaΝrazónΝporΝlaΝcual,ΝaunqueΝunΝ“gorila”ΝesΝunΝnombreΝclasificadoΝ
como masculino conserva su desinencia femenina. Según nuestras reglas, a menos que
quisiéramos corromper el idioma español, lo cual no es el caso, deberíamos decir un
“goril”,Ν unΝ “gorilo”Ν oΝ “gorilón”Ν oΝ bienΝ -UNA- “gorila”,Ν peroΝ nuncaΝ UσΝ ύτRIδA,Ν oΝ
acaso nuestra gramática permite decir: UN SARDINA, UN GIRAFA, UN MOSCA, UN
ARDILLA, no ¿verdad? Esa es una prueba fósil más de su primigenio origen y
encastrado desde hace miles de años en nuestro léxico y de una etimología en su más
poderosa tradición de pertenencia a una lingüística arcaica, y que por fortuna
conservamos en nuestro asombroso idioma. El animal en cuestión no es otro que UN
incoherente sin embargo aprobado gramaticalmente GORILA. Ahora bien, alguien
versado y perspicaz pudiera no encontrarlo tan inusual. Pudiera alegar que otras
palabras de género masculino en español también finalizan con (-a) sea el caso de UN
CALIFA, pero como ya ven se trata de un extranjerismo tomado de otro idioma o
también el caso de UN ARTISTA, pero fíjense por favor, no se dejen engañar por la
vista, no solo la primera palabra fue tomada de otro idioma sino que en la segunda su
desinencia no es (-a) sino que lo que ocurre es que lleva adjunto un antiguo artículo: Τα,
otra evidencia más si cabe del origen helenístico de nuestra milenaria lengua. En el caso
deΝ“ωantabria”ΝloΝllevaΝinsertadoΝenΝelΝnombreΝdeΝsuΝacrónimoμΝωAσΝ·ΝTA · BRIA, que
quiereΝ decirΝ unΝ hastaΝ hoyΝ inéditoΝ “δugarΝ delΝ musgo”,Ν actualmenteΝ enΝ griegoΝ esΝ
exactamente igual: Τα α, lo cual no supone problema alguno para poderlo verificar.
13. 1 .2
Pero ¿por qué nuestras palabras son como son? No es por pura casualidad. Obedecen a
un sistema gramatical perfectamente diseñado e inteligente, aunque no seamos muchas
veces conscientes de ello. Pensamos acaso que se dispusieron tan regulares por una
fuerza desconocida, no, claro que no, en cambio es el fruto de un sistema meditado y
estructurado. Una de las razones por las cuales nuestros nombres y/o adjetivos en
general finalizan con la letra (–o) para el masculino y con la letra (–a) para el femenino
esΝporqueΝnuestrosΝantepasadosΝconstruyeronΝmuchosΝtérminosΝusandoΝ“apelativos”ΝyΝloΝ
hicieron desde el modo heleno frigio y que era distinto al griego ático. Ellos usaban la
desinencia (–o) mientras que los griegos usaban (–ομ)Ν “-os”Ν yΝ cuandoΝ nuestrosΝ
antepasados usaban la desinencia (–e) los griegos empleaban (–β)Ν “-i”έΝ σuestrosΝ
antepasados concibieron los géneros de este modo, y eso ha continuado siendo así hasta
nuestros días. Casi 5.000 palabras españolas finalizan con la desinenciaΝ“-Tτ”,ΝmuchasΝ
son la arcaica huella de un determinante que nuestros antepasados ibéricos añadían al
final de sus vocablos. Al desconocerlo nosotros hemos adicionado otro al inicio de
muchas de nuestras frases. Además 20.000 palabras españolas finalizan con la
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armonizaciónΝ “-TE”Ν y es que es una forma débil de la conjunción “y” griega. Los
griegos emplean α a ese fin pero no únicamente, ya que del mismo modo que para el
griego nuestra correspondencia es “de”, el término adverbial justo corresponde
a nuestra partícula “te”,Ν convirtiéndoseΝ deΝ hechoΝ enΝ unaΝ enclíticaΝ “copulativa”έ
Incluso 4έίίίΝpalabrasΝespañolasΝfinalizanΝconΝ“-TAέΝτtrasΝpuedenΝconcluirΝconΝ“-n”ΝsiΝ
han derivado en un aumentativo como es el caso de LEÓN. Hay otras palabras que
saldaránΝ conΝ “-y”Ν porqueΝ siendoΝ “U”Ν nuestroΝ dejo lasΝ haceΝ “i”,Ν talΝ comoΝ loΝ hicieronΝ
nuestros antepasados y que por citar un ejemplo escribían, y ahora translitero desde su
idiomaΝ KARUτΝ yΝ queΝ vocalizabanΝ “Karyo”,Ν esΝ decirΝ ωARIτέΝ TenemosΝ otrasΝ queΝ
finalizanΝenΝ“-τR”ΝyΝesΝqueΝintegranΝinsospechadamenteΝalΝsujeto “hacedor”ΝdelΝverbo,Ν
algoΝ ¡impensable!Ν ώablamosΝ nadaΝ menosΝ queΝ deΝ laΝ insólitaΝ eΝ irreconocibleΝ “cuartaΝ
conjugación”Ν deΝ losΝ verbosΝ españolesέΝ IgualmenteΝ otrasΝ ultimanΝ enΝ “-ES”Ν yΝ esoΝ seΝ
explica porque es la declinación homóloga de una preposición y que dependiendo del
áreaΝ lingüísticaΝ tambiénΝ flexionaΝ “-EZ”,Ν talΝ comoΝ marquésΝ oΝ εárquezΝ yΝ explicaréΝ suΝ
inexplicada razón. Los patronímicos en español se derivan del nombre del padre
mediante sufijos tales como (-EZ),ΝyΝseΝhaΝdichoΝqueΝsignificanΝ“hijoΝde”έΝPongamosΝelΝ
caso de González hijo de Gonzalo, Fernández hijo de Fernando, Rodríguez hijo de
Rodrigo, Martínez hijo de Martín, etc. Hasta aquí todo correcto pero, se han visto
obligados a admitir que no queda claro el origen de esta terminación, y algunos
investigadores han opinado de qué se trata de un sufijo de origen prerromano y están en
lo cierto. Piensan que fue heredado por los visigodos, y en eso tampoco les falta razón,
pero en cambio, no nos han dicho de quien lo heredaron, por lo cual se lo atribuyen de
manera general al idioma gótico, y no obstante no lo encontrarán en ninguna lengua
germánica. ¿Por qué? Pues porque este sufijo es celtíbero. Fue una declinación usual
para ellos cuando querían indicar una pertenencia cierta. Es heleno frigio. Y en la
actualidad,Ν podríamosΝ decirΝ queΝ elΝ sufijoΝ “ez”Ν significaríaΝ “hijoΝ de”,Ν porqueΝ esΝ unaΝ
derivaciónΝdeΝloΝqueΝoriginariamenteΝparaΝlosΝpueblosΝhelenosΝsignificóΝ“propiamente”,Ν
sobre la procedencia verdadera. Aunque ellos, usaban el modo genitivo para referirse a
los nombres, en cualquier caso se decía del nombre derivado perteneciente al padre que
“aplicadoΝalΝhijo”ΝdenotabaΝenΝéstosΝla calidad de talesέΝ“EZ” literalmente en celtíbero,
entre otros apelativos, quiere significarΝ“legítimo”έΝPodemosΝleerloΝsinΝirΝmásΝlejosΝenΝelΝ
mismoΝ“BronceΝdeΝδuzaga”,ΝenΝsuΝacrónimoΝ“Tek-ez”ΝyΝparaΝreferirseΝaΝlaΝcerteza de su
procedencia de la lejana península de Teke. Nuestra lengua parecería que dejó de lado
las declinaciones celtíberas para pasar a ser una lengua bastante preposicional pero esta
declinación residual es una prueba más de que el celtíbero es nuestra lengua y ese
patronímicoΝ castellanoΝ “EZ” es el auténtico fósil lingüístico que así lo confirma.
Mírenla, ¿no les pareceΝcastiza,ΝyΝmásΝchulaΝqueΝunΝκςΝestaΝmagníficaΝletraΝceltíberaΝ“F”Ν
responsable de que ustedes, hoy, se llamen Gómez, González, Fernández, etc.
El número.
EnΝlenguaΝespañolaΝlaΝflexiónΝdeΝnúmeroΝloΝhacemosΝagregandoΝunaΝ“-s”ΝporqueΝeraΝlaΝ
habitual desinencia frigia-doria paraΝreferenciarΝaΝlosΝ“grupos”ΝyΝalΝigualΝqueΝnuestrosΝ
antepasadosΝ ibéricos,Ν nosotrosΝ oponemosΝ “unoΝ frenteΝ alΝ grupo”έΝ EsaΝ reminiscenciaΝ
incluso la conservan hoy los equipos griegos desde antiguo como el caso de Olimpiacos
y otros que su nombre remata con “-s”έΝ Les mostraré un nombre escrito en celtíbero:
ùëlíoXZ yΝenΝgriegoΝfrigioΝΚΤ ΛΙΟΚΟ,ΝesΝdecirΝ“Kueliokos”ΝqueΝsignificaμΝδτSΝ
DEL ALTÍSIMO, y explicaré esa llamativa designación. Sencillamente porque
ΚΤ· ΛΙΟ·ΚΟΝ esΝ unΝ acrónimoΝ dondeΝ seΝ expresaΝ queΝ ΚΤΝ esΝ “ϊIτS”,Ν literalΝ esΝ “ElΝ
Alto”,ΝpuesΝ ΛΙΟΝesΝcomoΝalgunosΝceltíberosΝllamaronΝalΝdiosΝsolΝ“APτδτ”,ΝyΝyaΝvenΝ
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queΝ“ΚΟ”ΝvieneΝaΝserΝ elΝ equivalenteΝaΝnuestroΝ pluralΝ “δτS”έΝεiren,Ν Elio es el Titán
dios Sol. Es obvio que los celtíberos eran muy devotos de los Titanes, y los testimonian
a menudo en su insólita numismática. Miren, Ἥ “Elio”,ΝesΝdescritoΝcomoΝelΝhijoΝdeΝ
Hiperión y Tía, y hermano de Selene y Eos. (Hom. Od XII 176, 322). Por tanto con ese
“-COS” se están refiriendo a un grupo, en este caso de personas que adoraron a su dios
yΝ justoΝ ellosΝ sonΝ quienesΝ nosΝ dieronΝ elΝ conceptoΝ deΝ pluralidadΝ agregandoΝ unaΝ “-s”Ν alΝ
final de nuestras palabras. En idioma español el sustantivo exige concordancia de
número a adjetivos, determinantes y pronombres. Y el nombre concuerda con el verbo
en los sujetos. Sin embargo, al desconocer que nuestros verbos ya los llevan integrados
convenientemente desde hace miles de años duplicamos los sujetos con pronombres.
13. 2. 1.
Explicar el origen de nuestra lengua castellana es de una gran complejidad pero trataré
de explicarlo de modo que todos los públicos puedan entenderlo. Miren nuestra lengua
es helena frigia y es por la sencilla razón de que nuestros antepasados fueron helenos y
con anterioridad a los romanos conquistaron nuestras tierras. A su lengua se la conoce
comoΝ “griegaΝ obscura”Ν peroΝ esΝ unΝ términoΝ conΝ elΝ cualΝ yoΝ noΝ estoyΝ muyΝ deΝ acuerdoέΝ
Comprendo que así lo sea para ciertos investigadores, dado que no se conservan muchos
textos pero no para mí que adquirí los conocimientos apropiados para dominar este
antiquísimo idioma y del cual permitan que diga con toda franqueza que me considero
especialista. En la península ibérica esta por doquier, más en la actualidad y yo prefiero
llamarleΝ “frigia”Ν oΝ simplementeΝ “helenaΝ anterior”Ν porqueΝ tuvoΝ suΝ mayorΝ esplendorΝ
durante los años de expansión de los pueblos frigios y que eran culturalmente helenos.
Posteriormente esa lengua y a partir de la romanización adoptó una apariencia latina, al
descartar sus arcaicos símbolos para presentarla a partir de entonces con otra ortografía
y de patrón latino. Pero no es latín, ni latín vulgar que es un concepto erróneo, siquiera
esΝ griegoΝ helenísticoέΝ σuestraΝ lenguaΝ esΝ laΝ deΝ losΝ antiguosΝ “gálatas”Ν queΝ poblaronΝ porΝ
entonces la antiquísima Teke y más conocida por el nombre de Anatolia o península de
Asia Menor y a quienes en la península ibérica se les llamó con el alias tan popular de
“losΝceltíberos”ΝporqueΝenΝrealidadΝesoΝesΝ“celtíbero”ΝunΝmeroΝapodoΝoΝmoteΝyΝdelΝcualΝ
si nosotros nos hubiéramos dirigido a ellos de ese modo no hubieran entendido una sola
palabra. Ellos se llamaban a sí mismos /GARIKOS/ y que una traducción latinizada
tomaría la forma de GÁLICOS. Para que se pueda entender mejor, era la lengua de
quienes lucharon contra los griegos aqueos en las guerras de Troya y a la vez lucharon
junto a ellos contra las invasiones persas. Nuestra lengua es helena de la época obscura
y es una amalgama que recoge distintos casos comunes de pueblos egeos: dorios, lidios,
licios, jonios, cilicios, carios y eolios pero no ático ni otros dialectos continentales. Es
importante entender que heleno y griego no es lo mimo, mucho pueda parecer. Los
griegos se consideran a sí mismos helenos pero en cambio los helenos no tienen por qué
ser griegos. Es nuestro caso, nosotros somos helenos pero no griegos. También en
nuestro idioma tenemos ligeras influencias del latín pero todas ellas están localizadas en
los latinismos. Curriculum, ultimátum. Nadie en español va usando esas vocalizaciones
de /-um/ y otras propias del latín, por regla general.
Adjetivos.
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nombres propios y nuestros apellidos españoles y eso tiene que ver con el modo por el
cual denominaron a las cosas nuestros antepasados ibéricos.
13. 3. 1
De adjetivos hay de mucho tipos pero la mayor parte de los adjetivos en la actualidad,
enΝ especialΝ losΝ “calificativos”Ν suelenΝ colocarseΝ antesΝ oΝ después del nombre para
modificarlo. Al inicio de nuestra lengua eran el propio nombre. Por otro lado los
adjetivosΝ “relacionales”Ν denotanΝ unΝ conjuntoΝ deΝ propiedades,Ν hoyΝ seΝ escribenΝ porΝ
separadoΝ peroΝ antesΝ ibanΝ unidosΝ alΝ nombreέΝ YΝ losΝ adjetivosΝ “modales”Ν nos ayudan a
matizar mejor. Y es que los adjetivos al principio fueron denominaciones que tomaban
el nombre por su epíteto, es decir que su nombre y su calificativo eran connaturales,
pero ahora desempeñan la función de complemento de los nombres, también de atributo
o de complemento predicativo. Tanto es así que suelen tener flexión de género y número
como tales nombres. Es por ello que mezclamos o confundimos nombres y adjetivos
con tanta facilidad. Les pongo un ejemplo con nuestro conocido río Ebro. Se desconoce
que la voz Ebro es su propio nombre porque esa es su propiedad y la explico a
continuación:
ëuq Έβρ Ebr Raíz que nutre a palabras que se definen por su ANCHURA
o ος o Declinación ibérica para el singular masculino
PRIMER LEXEMA DEL ACRÓNIMO: El lexema raíz ibérico ëuq (Ebr-/Eur-) tiene
una correspondencia perfecta porque es el homólogo de la raíz pre helena Έ o Έυ
que nutrirá a numerosas palabras que se definen por sus cualidades de: ANCHO,
AMPLIO, ESPACIOSO, EXCELSO, EXTENSO, VOLUPTUOSO, etc.
El río EBRO significaría literalmenteΝ deΝ unΝ modoΝ claroΝ “queΝ fluye con facilidad”έΝ
Cuando nuestros antepasados se referían al río EBRO conocían perfectamente qué se
decían, en cambio, si me permiten la reflexión, nosotros que nos tuvimos por saberlo
todo ignorábamos aquello que hoy hablamos desde tan eterno. ¿No les parece sin igual?
Hay algo importante que deben conocer previamente y es que en la mitología griega,
Θ α “Tía”Ν yΝ queΝ significaΝ “diosa”Ν oΝ “divina”Ν éstaΝ tambiénΝ fueΝ llamadaΝ Euryphaessa.
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Fue la Titán más grande de nuestros llamados celtíberos. Muchas ciudades llevaron en
elΝsufijoΝelΝnombreΝdeΝestaΝ“diosa”ΝtalesΝcomoΝσumantía,ΝTermantía,Νδutía,ΝKantía,ΝetcέΝ
Θ α υφ α “Ella, grande-brillante”ΝqueΝtraeΝlasΝconnotacionesΝdeΝgradoΝdeΝ
“eurys”ΝqueΝquiereΝdecirΝ“ancho”ΝentreΝotrosΝapelativosΝdeΝlaΝraízΝ υ-ή - y también
φ “brillante”Ν queΝ vieneΝ deΝ laΝ raízΝ φα “luz”έΝY dicho esto paso a explicarles con
todo detalle porque en la península ibérica tenemos un río llamado Ebro.
En este continente aquello que es grande se lo debemos a la diosa hija de Fénix llamada
π “Europa”έΝ ϊéjenmeΝ que lo explique mejor: Han de saber que Europa fue
raptada por el dios Zeus. Se la llevó a Creta y dio a luz en ella a Minos, que a su vez
engendraría el Minotauro. Así, los reyes cretenses de este modo dejaron asentado el
origen divino de su dinastía. Pero en cualquier caso, esto forma parte de nuestra historia
antigua también, puesto que si no fuera así no tendríamos un río Ebro, y nuestro río no
hubiera tomado la raíz del nombre Euro-pa. Pero en efecto, ustedes deberían saber
cómo se representa la diosa Europa en la mitología: Siempre grande, abundante, excelsa
y llevando en una mano el cetro de una reina por un lado y en la otra el cuerno de la
abundancia. Eso es Europa o al menos esa fue la primera idea que se tuvo de ella.
Ἕ “Ebro”έΝ¿ϊosΝríosΝEbro? Sí, y escríbanlo como quieran que se estarán refiriendo
a lo mismo ( ebro / evro / eyro / euro /). εiren,ΝlaΝletraΝYΝgriegaΝnoΝeraΝunaΝ“i”ΝlatinaΝ
sino U. La letra B no fue siempreΝ“b”ΝsinoΝqueΝeraΝlaΝV,ΝyΝesa letra se confundía con la
U. Un gran lío que para serles sincero casi no sé ni cómo explicarlo. Ahora bien, lo que
sí sé y puedo trasmitirles garantizado, es de la existencia de un gran río Ebro que cruza
la península Ibérica y desemboca en el Mar Mediterráneo, y de otro gran río igualmente
llamado que cruza Tracia por Κα α Έ υyΦ , y éste río desemboca en el
norte del mar Egeo. Hoy recibe el nombre de Maritza pero la región todavía conserva el
nombre de Έ υ “Ebro”. Y es que aun lo desconociéramos la península ibérica fue una
excepcional tierra PAN·HELÉNICA.
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ΕΛΛΑΣ · ELAZ
Lo cual me complace anunciarles aquí para que conste y surta los efectos a que hubiere
lugar, convenga y proceda.
Afectuosos saludos;
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Referencias
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LA GRAMÁTICA ESPAÑOLA. Una morfología inédita
DOI: 10.13140/RG.2.1.3506.3442
Por Enrique Cabrejas Iñesta
ORCID: 0000-0002-5002-5850
CIDEIN: 00.00132/ECI.18.03.2016
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