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Comentario de Texto 1 - Sober
Comentario de Texto 1 - Sober
– Elliott Sober
La teoría darwiniana tiene gran capacidad explicativa y puede aclarar tanto fenómenos
de microevolución (dentro de una misma especie) como de macroevolución (aparición y
desaparición de especies) y, dentro de estos, de la aparición de especies por anagénesis
(dentro de un mismo linaje que se va modificando) como por cladogénesis (aparición de
nuevos linajes a partir de un linaje anterior común, en general por las diferentes
condiciones de hábitat a que se enfrentan distintas poblaciones aisladas de una misma
especie). Sin embargo, resalta Sober, la teoría de Darwin no explica el mecanismo de
transmisión de los caracteres ni hace mención a los genes, por lo que su teoría no se basa
en el principio de que la evolución es una variación en la frecuencia de los genes, sino en
la observación de variaciones fenotípicas. De hecho, su teoría de la pangénesis fue un
intento fallido de explicación de la trasmisión de los caracteres y no será hasta que la
síntesis moderna una la teoría darwiniana a la teoría de la herencia de Mendel y los
conocimientos de la estructura de los cromosomas cuando se proponga un mecanismo de
transmisión plausible, que dará lugar la definición tradicional de evolución. Y aun así,
esta versión de la síntesis moderna tomará en consideración la versión de Alfred Wallace,
que defendía, a diferencia de Lamarck, que los caracteres adquiridos durante la vida del
individuo no se transmitían (lo que era uno de los mecanismos propuestos por Darwin).
La teoría de Darwin, al igual que otras teorías de la evolución proporcionan un modelo
para explicar los cambios en y de las distintas especies. Esto es relevante para Sober por
cuanto hay algunos filósofos de la ciencia que niegan que la biología pueda ser una
ciencia nomotética, basada en enunciados del tipo “si...entonces” y con una validez
universal. Para algunos de estos filósofos, la biología, a diferencia de la física (ciencia
nomotética por excelencia) tan sólo se preocupa de caracterizar objetos o procesos
particulares. Y, dada la relevancia de la teoría de la evolución en la Biología, según este
enfoque, ésta sería mayoritariamente una ciencia histórica, dedicada a describir procesos
concretos de cambio. Y ciertamente ramas como la paleobiología o la reconstrucción
filogenética tienen esta vocación, pero también la teoría de la evolución permite construir
supuestos del tipo “si... entonces” y elaborar modelos sobre procesos de cambio que
pueden no haber ocurrido, pero que están determinados por leyes científicas y permiten
asegurar que si se dieran determinadas condiciones entonces se producirían determinados
cambios. El modelo de Fisher acerca de la estabilización de la proporción entre sexos de
una determinada población es un buen ejemplo de ello. Fisher no está estudiando cómo
se ha producido la estabilización de sexos en una proporción 1:1 en una población
concreta de una especie diploide con reproducción sexual en un lugar y tiempo
determinados, sino que está proponiendo un modelo que, de darse las condiciones de
partida adecuadas se cumplirá incluso para especies no existentes aún o en lugares
exteriores a la Tierra. Y para ello elabora un modelo matemático que responde a leyes
empíricamente demostrables. Por ello, Sober propone una interacción mutua entre
enfoques nomotéticos e históricos en la teoría de la evolución.
Sober se posiciona, por tanto, del lado del fisicalismo, pero esto sólo quiere decir que los
objetos vivos son también objetos físicos, lo cual no aclara la relación entre la Biología y
la Física. Las explicaciones de la Física y la Biología no sólo son distintas, sino que
utilizan un lenguaje diferente y se refieren a entidades dispares, independientemente de
si esas entidades están pueden reducirse unas a otras. Decir que la Biología es, en
principio, reducible a la Física no aporta ninguna guía sobre cómo debería producirse esa
reducción ni acerca de qué tipo de relaciones deberían establecerse entre una disciplina y
otra ni entre sus objetos. Lo que lleva a concluir a Sober que seguramente la mejor manera
de seguir haciendo avanzar a la Biología no es pensando en términos de la Física.
Esta conclusión enlaza con el contenido anterior del artículo. Parece que el tipo de
problemas en los que se centra Sober son problemas epistemológicos y científicos, no
ontológicos. Le interesa de qué manera los conceptos y modelos de la Biología son
funcionales y prácticos para su desarrollo y no cuál sea la realidad última de los seres
vivos o del proceso evolutivo. La crítica al concepto de evolución con que se abre el
artículo demanda la necesidad de enfocar los conceptos de una manera heurística,
intentando que ayuden a ampliar el conocimiento actual que poseemos. Para ello quizás
lo mejor sea que los conceptos centrales de la ciencia ganen cierta flexibilidad y permitan
abarcar procesos que, en principio, no incluían, aunque pierdan con ello algo de definición
y especificidad. Se trata de una cuestión de inteligibilidad. También su discusión acerca
de los distintos tipos de explicaciones dentro de la biología, del papel que juega la teoría
de la evolución o de las diferencias y semejanzas entre Física y Biología o leyes, modelos
y explicaciones históricas va en esta dirección. La cuestión parece ser, para Sober, de qué
manera conseguir una Biología con un mayor alcance explicativo y una mayor
funcionalidad. Y, para ello, la teoría de la evolución, aun con las pertinentes críticas que
se le pueda hacer, es un elemento central. Una teoría y un concepto, el de evolución, capaz
asimismo de evolucionar según se va desarrollando el campo de la Biología.