Los humedales son áreas de tierras bajas propensas al anegamiento e
inundación periódica, que se han reconocido por su importancia biológica. En Uruguay, cubren aproximadamente el 4% del territorio nacional, con una distribución en todo el país, destacándose en la región sudeste. Estos ecosistemas se caracterizan por aguas poco profundas y la presencia de vegetación emergente. Según la definición de la Convención de Ramsar, los humedales se describen como extensiones de marismas, pantanos, turberas o aguas, ya sean naturales o artificiales, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, y de agua dulce, salobre o salada, incluyendo extensiones de agua marina con menos de seis metros de profundidad en marea baja. En América Latina, se encuentran macrosistemas de humedales, que abarcan varios sistemas ecológicos, con la predominancia de ambientes acuáticos temporales. Ejemplos de grandes humedales sudamericanos son los Pantanales y los humedales aluviales, cada uno con sus características únicas. Los elementos principales de los humedales son: a) Agua, que varía en términos espaciales y temporales. b) Suelos planos con características distintivas y fuerte hidromorfismo. c) Vegetación hidrófila, adaptada a condiciones de humedad.
La presencia de agua, ya sea permanente o estacional, influye en la biota y los
flujos biogeoquímicos de los humedales. La tasa de renovación del agua varía significativamente entre diferentes tipos de humedales y afecta el ingreso de nutrientes. La acumulación de sustancia orgánica es esencial para la organización biótica de los humedales. En general, los ciclos minerales en los humedales son abiertos, y la producción primaria desarrollada por organismos autótrofos varía según el tipo de humedal. La cantidad de nitrógeno almacenado también influye en el desarrollo vegetal. Las cadenas tróficas en los humedales presentan ciclos de vida complejos y relativamente cortos en los consumidores. En cuanto a la vegetación adaptada a los humedales, encontramos tres zonas distintas según la variabilidad en la presencia de agua: a) Espejo de agua: son plantas flotantes. b) Zonas inundables: dominadas por plantas como juncos, totoras y otras. c) Zonas próximas: donde la vegetación incluye pajonales y arbustos. Los humedales de Uruguay son verdaderos tesoros ecológicos, albergando una biodiversidad excepcional que les otorga un papel fundamental en el equilibrio de nuestro entorno. Su preservación y gestión adecuada son imperativos para asegurar la integridad de estos delicados sistemas ecológicos. Recientemente, en un esfuerzo por comprender mejor la importancia de los humedales, tuvimos la oportunidad de visitar uno de ellos, ubicado en la parte trasera del liceo 1°, el pasado martes. Durante esta visita, pudimos apreciar en su plenitud todas las características que hacen a estos sistemas ecológicos únicos. El agua, elemento esencial en los humedales, se desplegaba ante nosotros, revelando los tres tipos de vegetación que caracterizan estos entornos: la emergente, la sumergida y la flotante. Fue un momento enriquecedor, ya que identificamos algunas de las especies que habitan estos humedales, como los juncos, la totora, el thypa, la paja brava, entre otras. Estos hallazgos nos recordaron la riqueza de la vida que albergan estos sistemas y reforzaron nuestra convicción de que su preservación es crucial para el bienestar de nuestro país y el planeta en su conjunto.