LUC FOLLIET
Nauru, la isla
devastada
Como la civilizacién capitalista
ha destruido el pafs
mis rico del mundo
“TRADUCCION DE MIGUEL HERNANDEZ SOLA
FB
EDICIONES PENINSULAINTRODUCCION
Naure: latitad 31’ 59” sur. Longitud 166° 55'0" este
Al nordeste de Australia. Es exagerado decir = yCudnno? ;
— ustalianos cada quince dias. Ya mise
sna canto mando presidente dels Reps-
‘ica, las mujeres de fa impieza, yo también.
vg Tri trabajas aqui?
aaPROLOGO
»—Si, trabajo para el gobierno. Dinijo el Eygogu
Holding, que gestiona las propiedades de Neura en el
cextranjeto. Todavia hay unas cuantas—se echa a reit—
~ Ademis, no te molestes si te dejo solo dos horas ten-
{go tna rennin con Ludwig Scotty, el presidente, y con
‘unos ministros. Lo que puedo hacer es recogerte a la
tarde y te ensefiaré la pesca eon arpén que practico con
mis vecinos».
Por la tarde, el calor seco da paso a un agradable
frescor. La gente sale de las casas. Pero Lesi no viene,
Una sefiora mayor, timida y que habla mixy mal el in-
ls se dirige hacia mi. Se presenta como la madre de
Lesi. «Me ha pedido que le diga que no puede venis
ha quedado sin gasolina. ¥ eomo ya no se encuentra en
tod Ia isk..o», Me explica entonces que alli donde van
a pesear, al este de la isla, hay mis oportunidades de
‘conseguir pescado, «Se lo reparten en seguida. De este
‘modo todas las familias tienen para la cena».
Lesi, uno de los hombres mejor situados en el go-
bierno, que va a pesear para alimentar a su familia, Un
pais que no tiene una gota de gasolina desde hace vi
fias semanas. Un banco que ya no lo es. Hace treinta
afi, este pais rebosaba ddlares, En 2005, en la isla no
hay mas que abandono y ruina,
24
NAURU, LA ISLA DEVASTADAEl nombre de Nauru es oscuro. El alemén Paul Ham-
buch, que visit Ia isla en mayo de 1909, indicé que
‘Navero podta ser interpretado como la contraccién de
de la frase a-nuate-t-s-oror, que significa “voy ala pla~
ya's Por otra parte, Anaveroentré en 1920 en el diecio-
colonial alemén.
Los origenes de la isla también se desconocen. Pa-
rece ser que siempre reinaron en la tierra de Newra
doce tribus. «Fs cierto que no se sabe realmente cud
es el origen de nuestro pueblo —reconoce Freddy Pit-
chet, ministro de Industria de Nauru en 2005—. Pero
‘con toda probabilidad, a Ia vista de nmestra aspecto,
nuestros ojos almendrados hacen pensar en un rostro
asiitico, Nuestros antepasados debieron de venir en
piraguas de Asia, de Malasiao de ls Filipinas, Nuestra
‘corpolenciaesla misma que la de los habitantes de slas
‘como las’ Tonga 0 Samoa. Sin dda ha habido una mez-
cla de los dos pueblos que con el transcurso de los si-
tos ha dado origen a los nauruanos».
El territorio no se escapé a la sed de expedicién del
siglo evr, Vasco Niiiez de Balboa es el primer europeo
27we rower
‘en aventurarse en lis aguas del Pacifico en 1513 atra~
vesando el isemo de Panamé. Pero hay que esperar mas
de dos sighos y medio para que una nave se aventure en
«sta pequefa tierra,
E18 de noviembre de 1798, el ballenero Hunter, co-
mandado por el capitin inglés John Fern, se acerca alas
coseas de Nauru. Inmediatamente llegan canoas al en-
‘uentro de la nave. Prudente, la tripulacién permanece
1 bordo y los nauruanos no abandonan sus embarcacio-
nes." Ninguna animosidad por su parte. Sélo un primer
contacto. John Fem no observa ningin tatuaje en el
cuerpo de estos indgenas, costumbre de las islas poli-
nesias en las que han residido con frecuencia. Cientos
de ellos navegan en la estela del navio briténico, Este
primer encuentro deja una impresién tan fuerte al capi-
‘tin inglés que denomina a Ia isla Pleasant [lend la isla
agradable. La isla permanece sin dada incomunicada
sin contacto con otros europeos durante décadas.
A mediadas del siglo xix, Oceania es colonizada
por el Imperio Britinico. Australia, Nueva Zelanda,
Peto también todas las demas terras que pueden per
mnitiral Imperio asentar su dominio en el mundo, cnar-
bbolan los colores de la Union Jack. Algunos —marinos
| mayor parte— quedan subyugados por la belleza de
fs isos, la tranquilidad de la vida y de sus tribus. En
Robinson Crasos, abandonan precipitadamente su nave
para adoptar el estilo de vida de las islas, alimentindo-
se basicamente de su pesca. Algunos de estos beacheam-
‘er son presiiarios que se escapan de las edroeles de
Oceania, donde las autoridades britinicas hacinan a los
Peores criminales del Imperio.
28
Los primeros europeos que vivieron en Nauru son
aps faadon de Norland isla siouada al este
de Anstralia, la mis eélebre de estas prisiones. Los dos
irlandeses, Patrick Burke y John Jones, desembarcan
‘en 1830. Aflo tras afto, otros Beacbcombersatraidos por
Jos encantos de Nauru se redinen con ellos en la isla
En 1837, cinco nuevos se instalan pero, desposefdos de
sus bienes y sus trajes, huyen cuando vem el primer bar-
‘co que se acerea a las cosas
‘Con el paso de los aios, John Jones se convierte en
tun trano en la isla. Los indigenas le obedecen ciega-
mente, En octubre de 1841, envenena a siete beacheem-
bers, mata a otxos cuatro y carga estos asesinatos a las
espaldis de los nauruanos. Estos itimos obligan en-
tonees al irlandés a exiliarse ala isla de Banaba, a tres-
cientos kilémetros al este.
Afortunadamente, no todos los beachcombers se pa~
even a Jones. En 1845, solo dos europeos siguen vi-
dons nla Uns de close laos Wiles la
tris. El también huye de Norfolk Island y se impregna
.
La historia se remonta a inmediatamente después de
ln Primera Guerra Mundial. Naw sigue siendo un
tesen Nauti 191g, Paw, por dtayo de 500 per
37we rower
sonas, a poblacién esté condenada a desaparccer, B)
general ‘nem Te natiided declara que «el dia del
oe here aye
ceilararb Naas Ie bles Ese ioe epee al oe
octubre de 1932 para conseguir este hito demogrifico.
Ese dia, nacio ana nia: Kidaruweo es celebrada como
(a Angora Baby, Nauru esti salvado.
Las exportaciones de fosfato contimian durante los
primeros meses de la Segunda Guerra Mundial. Pero
‘esto era sin contar eon la Kriegsmarine, cuya presencia
‘en el oeéano Paeifico en 1940 universaliza ain un poco
mis el conflieco. Nauru y sus reservas de fosfatosiguen
siendo un asunto estratégico: si el mineral permite el
desarrollo de la agricultura en tiempo de paz, también
sirve para la fabricacién de explosivos en tiempo de
guerra. El Pacifico se convierte en una de las zonas
‘estratégicas del conflicto: el que lo controle proba~
blemente ganaré la guerra. E islas como Guadalcanal,
“Midway o incluso Nauru se convierten en avanzadillas
indispensubles para el dominio de los mares,
En diciembre de 1940, tres bugues alemanes camus
flados como barcos mereantes japoneses atraviesan las
aguas de Nauru en medio de otros barcos. Los alema-
res proyectan hacer desembarcar a 185 soldados en la
isla con el fin de destruir las infraestructuras mineras.
La artimafa funciona, pero el desembarco se revela
imposible. Los tres barcos de la Kriegsmarine deciden
entonces cortar el aprovisionamiento de fosfato. Echan,
«pique cinco naves australianas y ncozelandesas con su
38
cargamento y destrayen a golpe de obuses disparados
desde mar adentro la mayor parte de las instalaciones
‘mineras, Los hombres de la British Phosphate Com-
mission abandonan precipitadamente el lugar,
El 7 de diciembre de ro4r, la bese estadounidense
de Pearl Harbor es atacada. Japén entre en el conflict.
Desde el ataque de la Kriegsmarine, un. pequetio con-
tingente de soldados australianos ocupa la isla. La pre-
sencia japoness en el Pacifico se hace cada ver mas im=
portance. En la primavera de 1942, la batalla del mar
del Coral causa estragos a lo largo de las costas de Pa-
pia-Nueva Guinea y lasislas Salomén, ¥ no pase ni un
tia sin que se divise un buque o un avi6n japonés desde
Jas costas de Nauru, Abandonados, los soldados austra-
Tianos son evacuados en febrero de 1942 por el des-
‘ructor francés Le Triomplant, que pasa cerca de ali
El pueblo nauraano se queda solo entonces ante el
‘nemigo. El 26 de agosto, cuatro eruceros japoneses
sparecen en la isla, que se ha transformado en wna
svarzadilla para el reaprovisionamiento de los buques,
¥ aviones japoneses. Se eonstruye una pista de aterriza-
je en el litoral. Decenas de binkeres salen de la tierra
‘unas semanas y jalonan las costas. La enorme ba-
{ria anti-DCA® instalada por los japoneses para en-
frentarse a las incursiones aéreas estadounidenses to-
‘havin domina en Command Ridge, el punto culminante
de Nour.
Durante el afto 1943, los B-52 estadounidenses
‘borbardeam la ila repetidas veces, pero el ejército es-
* DCA. Defensa Contes Aviones. (Nel 7)
39tndounidense jamés desembarcars. Los habitantes y
‘ocupantes de Nowra, separados de las lineas japonesas
de aprovisionamiento, comienzan entonces @ carecer
de suministro. Entre nauruanos, trabajadores forzosos
especialmente llevados para la eonstruccién de la base
tilitary el contingente japonés, la isla ripidamente se
‘encuentra superpoblada y sufte eseasez. Los japoneses
deciden entonces deportar a 1.200 naurusnos a las islas
‘Truk.' Quiniencos hombres permanecen en la isla y
sirven como mano de obra al ocupant.
Lucie conocié este periodo turbulento. Esta abuela
vive con sus hijos y sus nietos en una casa a la sombra
de los cocoteros, junto a la pista del aeropuerto. Es
‘una de las decanas de la isla y uno de los pocos testigos
todavia vivos de este drama
- Deroburt se convierte de forma absolutamente
‘tural ex Su primer presidents Sabe que quedan
(Wits aioe de crecimiento sostenido para el pais. Ha
consultado a especialistas, a ingenieros, que en todos
su estudios muestran que Ia disminucién de la explo~
Incion del fosfato se produciré en la década de 1990.
A consienzos del siglo xx, hay una certeza: Naura
a7ve Four
ya no tendré el precioso mineral para asegurar su fu-
‘aro.
EL gobierno de Deroburt desea consagear este
tiempo y este dinero en inversiones que puedan rendir
4 muy largo plazo: inmobiliarias, proyectos hotcleros
fen el extranjero, participacién en sociedades, ete.
Nauru piensa ya en la época posterior al fosfato y deci-
de intensifiar su extracci6n. Cuanto mis dinero se in
‘grese, mas numerosas serén las inversiones fuera de
Ia isla y mis se diversficarin las repercusiones econd=
Se nacionaliza el fosfato. La Nauru Phosphate Cor
poration, empresa estatal gestionada directamente
por el presidente de la Repiblica, sucede a la British,
Phosphate Comission. Una gran parte de los benef
ios dela explotacién eae direetamente en la eaja regis
tradora del gobierno. Se crea un fondo supremo, el
‘Nauru Phosphate Royalties Trust, en paralelo ala ac~
tividad minera para invertir una parte de las ganancias,
en el extranjero, pero también en proyectos locales
como la renovacién del aeropuerto dela isla o la crea-
cién de una compaiia aérea, Air Nauru, futuro estan=
darte del pequefi estado del Pacifico.
Miles de toneladas de fosfato se arrancan a la tierra
8 diario, Decenas de excavadoras horadan, la mayoria
de las veces conducidas por islanders, habitantes de las
islas proximas, como ‘Tuvalu o Kiribati. Antes de la
‘guerra y Ia ocupacién japonesa, ya habian emigrado.
decenas de ellos, uniéndose a los coles chinos en el
subsuelo de fa mina. Aunque la extraccién se moderni-
2a después de la guerra, para reeuperary seleecionar é
8
[NAURU, LA ISLA DEVASTADA
fosfato se necesita una mano de obra numeross. Con la
independencia, los idenders se instalan, pues, en gran
‘minezo para trabajar en la mina, mientras la eomuni-
dad china inviereeen el pequetio comercio que florece
cn la isla: restaurantes, tiendas de todo tipo o inchiso,
de comestibles. Los islanders trabajan por el dia en la
‘meseta central para la Nauru Phosphate Corporation y
duermen en las locations, un barrio del distrito de Aiwo,
una especie de viviendas de proteceién oficial construi-
dasa lo largo, con vistas al mar, Las diferentes comu-
nidades se redinen alli por la tarde para cantar, pasar el
rato, jugar a las carta, una vida aislada a mil leguas de
Ja de fos nauruanos.
Porque los nauruanos ya no necesitan verdadera
‘mente trabajar. Sobre todo en la mina. Si trabajan, ¢s
para el gobiemo en las innumerables oficinas y demas
‘ninisteries, buscando con mucha frecuencia el frescor
de Ia elimatizacién mas que la mejora de Ia cosa pai-
bliea. Porque Naura se asemeja a un pequefio pais
colectivista, La Nauru Phosphate Corporation, Air
Naura, el Bank of Nauru, la Nauru Pacific Line, la
compaiia maritima de la isla, todas pertenecen al Esta-
tio. La policia es también una gran fuente de empleo.
Sin embargo, la criminalidad en Nauru est lejos de ser
un problema importante, y con razén: se vive en una
ppesquefiaisla donde todo se sabe, todo se ve. ¥ adem,
‘obar no es necesario porque la poblacién no carece de
tua
. Los
tres nauruanos andan con paso indolente através de la
tspida calle. Azotan la hierba dando grandes golpes
con el palo. «Eso alarga las partidas.
Este recorrido de nueve hoyos fue trazado por los
cxiliados de la British Phosphate Commission para
superar la melancolfa que pudieran sufrir en la isla de
‘Nauru. Una de las joyas de la empresa, magnificamen-
te conservada. Cuando ellos se marcharon, los naurua
nos tomaron el relevo.
En las décadas de 1980 y 1999, no era raro ver a los
nauruanos apasionarse por las partidas de golf, Se eri=
zaban alli con sus vecinos, los ministros en ejercicio.
La isla se habia convertido en un club de vacaciones al
precio de esta extrala paradoja: Nauru empobrecia su
suelo para enriquecer ms el de los otros. Y mientras
su fosfato alimentaba los campos australianos 0 neo
velandeses, Nauru se desinteresaba de su tierra re=
ventada,
‘Como no se impulsaba nada mis en la isla, Nauru
importaba entonees todos los productos que mecesi=
taban los habitantes, procedentes de una agricultura
australiana estimulada por el fosfato: pan, huevos fres-
cos, care, verduras, productos congelados en comte=
nedores enteros. Los cargueros también trafan auto:
‘méviles, barcos, motos, videos, radios de coche, eades
60
[NAURU, LA ISLA DEVASTADA
de sonido, Toxo esto saa extremadamente earo (7 d6~
lars por una lechuga), pero los nauruanos se lo podian.
permitir. Ya no se fabricaba. Se tiraban las cosas. Ya no
se hacfan reparaciones. Se sustituan las cosas. Ya no se
produefa nada, ya no se cocinaba. Se consumia.
A finales de la década de 1970, el gobierno naurus-
no reeibe un primer aviso. La eotizacién del fosfato
baja. El volumen de extraccién oscila siempre entre 145
y 2 millones de toncladas anuales antes de bajar ano
tras aflo, Disminucién del precio, disminucién de las
cantidades, infraestructuras que envejecen, el gobierno
nauruano preserva atin un cierto nivel de crecimiento,
pro las reservas se agotan.
Sin embargo, los nauruanos contindon dejéndose
llevar. El gobierno continia su politica de invertir en el
excranjero sin una verdadera garania de que se recu-
peren estas inversiones. Pero estos desembolsos no
siempre producen beneficios. Peor: el dinero desapa-
rece. El poder evita confesarlo piblicamente.
El 21 de octubre de 1982, el pais tiene el honor de
recibir una visita real La reina Isabel TI, de viaje por
los paises de Ia Commonwealth del Pacifico, desem-
barca del Queen Mary IT en el puerto de Nauru y es
recibida por el presidente Deroburt y toda la pobla-
‘on nauruana. Es un dia de Festa y una fecha histérica
para la isla. Mediante esta visita, la reina consolida mis,
la respetabilidad que buscaba Nauru en el seno de la
‘comunidad internacional, y durante este recorrido por
«1 Pacifico no oculta en repetidas ocasiones su interés
por Naura, intrigada por cl éxito econémico de este
Ppequeto pats aislado, En el diseurso que pronuncia en.
or{a isla la reina pone al pals como ejemplo para el desa-
rrollo de los estadlos del Pacifico. Los egos se inflan.
‘«Hammer» Deroburt es ascendide a la categoria de ca-
ballero de la corona britinica, consiguiend as la justa
recompensa a su compromiso.
“Tras esta fachada de éxiwo econdémico se encienden
sin embargo sefales de peligro que el ejecutivoignora.
Una de ls razones de la poca rentabilidad que aportan
Jas inversiones en el extranjero es la presencia sistemi-
tica de numerosos «tiburones= que dan vueltasalrede-
dor de Nauru. Cuando hay dinero, se hacen rmuchos
amigos. Ylos proyectos de gastos, de construcciones se
amontonan en la mesa del presidente de la Repiblica
de Nauru,
El pats se convierte en una presa ficil. A finales
de 1991, el Nauru Phosphate Royalties Trust confia
8,5 millones de délares a uno de los socios de un des-
pacho de abogados con sede en Sydney, Allen, Allen ¥
Hemsley, Ronald Powles, que trabaja en Londres,
transfiere inmediatamente la suma a una eventa en tn
banco de la City. Los millones se pasean de pais en.
pais, de un banco americano a un banco en Antigua, en
‘el Caribe, pasindo por un establecimiento de crédito
inglés. EI dinero transita también durante un tiempo
por Suiza, Nauru pierde todo rastro del dinero y unos.
‘meses mis tarde pide cuentas a Ronald Powles, el pra-
tagonista principal de esta «operaci6m de alas finan-
zas. Pero otras personas estin implicadas en el asuntoy
Jo que complica el rastreo del dinero. La pequefia iskt