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Universidad Galileo Escuela Técnica

Curso: ÉTICA
Maestría en Recursos Humanos y Tecnología
Docente: MSc. Carlos Enrique Chávez Santos

Tarea individual No.2


ENSAYO ETICA PUBLICA PARA GENERAR
CONFIANZA

Villy Alexander Cruz Turris 21007056


INTRODUCCIÓN
El presente ensayo trata de cómo el descuido de la ética en el actuar de los servidores públicos ha
permitido el aumento de los actos de corrupción dentro de la administración pública; se enfoca
además en como la corrupción afecta la eficiencia de las instituciones públicas y como se ha visto
afectada la imagen del desempeño del gobierno y de los servidores públicos. Es un ensayo tipo
descriptiva y correlacional ya que aborda diferentes enfoques como la son las faltas administrativas
graves en que incurren los empleados de la administración pública, así como las sanciones estipuladas
para dichas fallas. La metodología utilizada en la realización de este proyecto corresponde al tipo
documental, por último, trata de la importancia de la formación de valores éticos.

UNA SOCIEDAD SIN CRÉDITO Dentro de este tema lo que me llama la atención que
enmarcan el termino desconfianza indicando que se generaliza en la sociedad lo que conduce a una
cultura del miedo siendo este el origen de casi todos los errores humanos al momento de LAS
TOMAS DE DECISIONES dentro de la administración pública. Podemos indicar que, con la
situación de crisis económica actual, la desconfianza, la sospecha y el miedo al futuro remiten, a un
miedo especial, al temor a que la sociedad en la que vivimos se desplome, a la sensación de
hundimiento y de pérdida de la identidad de los pueblos, pérdida de empleos etc. Podemos afirmar
que el miedo es la emoción más contagiosa que hay. Hay miedos racionales que nos permiten
protegernos y defendernos de peligros, amenazas y males que nos acechan. El problema es la
sobrevaloración del miedo, produce la polarización grupal y las predisposiciones que, además, se
vería potenciada en nuestro tiempo por el incremento de la densidad, frecuencia y complejidad de
nuestras interacciones con los demás, característica de la globalización; un miedo excesivo hacia
acontecimientos improbables a la vez, una confianza infundada hacia situaciones que plantean un
peligro genuino.
Es evidente que el reconocimiento progresivo de las libertades individuales y la democratización de
las relaciones produce desconfianza hacia quien os tenta algún poder. Y por ello no hay que cejar en
el control social de las prácticas profesionales, políticas y de gobierno en la medida en que son las
malas prácticas, entre otras cosas, las que generan desconfianza y descrédito. El ejercicio de la libertad
no tiene por qué verse obstruido por el hecho de descargar en otros la RESPONSABILIDAD DE
LAS TOMAS DE CIERTAS DECISIONES. Otro punto que me pareció en este tema que también
se habla de la confianza que es un elemento inherente al EJERCICIO PROFESIONAL, tomándolo
como transacciones mercantiles fuertemente determinadas por contratos y posiciones. Según se cita
que mediante transacciones en el mercado no solamente es MORALMENTE estéril, sino que
probablemente resulte insostenible. La cuestión es cómo prevenir que el mercado invada todas
aquellas esferas de la vida social que de hecho actúan como un contrapeso de él.
Me pareció muy acertado que el antídoto contra el miedo, es la uno de los VALORES como lo es
la confianza, ya que Confiar es manifestar tranquilidad y seguridad ante una persona, cosa o
institución que se espera que se porte o funcione bien o que ocurra tal y como se pensaba; la confianza
tiene que ver con la fe en las expectativas, La confianza es un hecho básico de nuestra vida social,
uno de los elementos dentro de los cuales vivimos nuestra vida cotidiana y cuya completa ausencia
la haría imposible y paralizante, reduce la complejidad social, simplifica la vida por medio de la
aceptación del riesgo.
TEORÍA Y PRÁCTICA DE LA ÉTICA PÚBLICA. Podemos considerar que la ética aplicada
a una actividad laboral pública intenta establecer de una manera racional aquellos
COMPORTAMIENTOS que son correctos o MORALES en el contexto de la sociedad en la que
se desarrolla, y a su vez suprimir los que no lo son. Cuando la ética se aplica y se pone en práctica en
el servicio público se denomina Ética Pública, o Ética para la política y la administración pública. La
ética pública señala PRINCIPIOS Y VALORES deseables para ser aplicados en la conducta del
hombre que desempeña una función pública. la ética pública debe entenderse desde la colectividad,
es la sociedad la que crea una serie de VALORES ÉTICOS y pautas de conducta que los individuos
al servicio de la administración pública aceptan como propios y que posibilitan un bien común.
La ética no es un medio para conseguir la eficiencia, sino que es el fin de cualquier administración
pública, y puede contribuir a la urgente tarea de renovación humana con su ejemplo y asumiendo el
ejercicio de funciones de una manera ejemplar. El objeto de la ética es la enseñanza a los individuos
a ser dueños de sí mismos mediante LA FORMACIÓN DE SU CARÁCTER, mostrándoles que
tanto sus vicios como sus virtudes dependen en última instancia de ellos mismos, y por tanto está en
su poder actuar de la manera más correcta posible.
Con respecto a la aplicación de la ética en el ámbito público, existen dos corrientes diametralmente
opuestas. La primera corriente considera que un SISTEMA MORAL no puede aplicarse a nivel
social ya que es algo que pertenece solo al ámbito privado e individual; la segunda corriente, entiende
que sí es posible aplicar un CÓDIGO DE en las administraciones públicas. Dentro de la corriente
contraria a la aplicación de la ética ésta se refiere a cuestiones que deben ser examinadas, exploradas,
discutidas y argumentadas, y no a aquellas susceptibles de ser resueltas por decreto de autoridad. La
implantación de un código de conducta contradice la misma noción de ética, puesto que implica
considerarla una forma de imposición heterónoma de reglas y principios éticos sin tener en cuenta la
autonomía de las personas como agentes morales. Por esta razón, un código de ética fuera el
resultado consensuado de una deliberación entre representantes de instituciones, sindicatos etc. Fuera
posteriormente promulgado por autoridad, no estaríamos hablando de ética, sino de derecho.
La necesidad de que los trabajadores públicos posean una serie de PRINCIPIOS ÉTICOS
subyacentes, ya que en caso contrario la aprobación de un código de conducta sería inútil. Finalmente,
La regulación de la ética en el sector público podría considerarse como parte de la ética normativa;
es decir, la rama de la ética que se encarga de guiar el comportamiento del hombre, es un método de
carácter científico para analizar tipos de normas, la ética normativa es la búsqueda de los fundamentos
de las normas y valoraciones, esta búsqueda va asociada a la crítica; es decir, al permanente
cuestionamiento de cada fundamentación.
Este concepto de ética pública está estrechamente ligado a lo que se conoce con el nombre de Nueva
Gestión Pública, este concepto se basa en un término, para referirse a los cambios producidos
caracterizado por una modernización del sector público en el que se empezaba a inculcar la
CULTURA DE LOS RESULTADOS dentro de las administraciones públicas. En esta nueva
Gestión Pública, también llamada gerencialismo, los gestores públicos se caracterizan no sólo por
cumplir con la ley sino también por conseguir las metas propuestas para la organización como si se
tratara de una empresa privada. Esta serie de transformaciones y cambios han hecho que la ética
pública adquiera un rol más importante, ya sea mediante la adopción de códigos, de regulaciones
éticas o de SISTEMAS DE TRANSPARENCIA Y RENDICIÓN DE CUENTAS.
Se busca un comportamiento ético basado en el cumplimiento de resultados que justifiquen recursos
o procedimientos como la gestión de insumos y productos, que generen un mayor valor público. Este
nuevo modelo busca, la mejora de la calidad interna de las instituciones y se basa en la idea de que
los propios gestores se encarguen de determinar cómo se puede MEJORAR EL SERVICIO Y SE
DESTINA A LA MODIFICACIÓN DE LOS PROCEDIMIENTOS INTERNOS DE LA
ORGANIZACIÓN.

LA HIPERTROFIA DEL CONTROL Ya hemos dicho que la democratización de las relaciones


sociales y el paralelo reconocimiento de la autonomía de los individuos han supuesto un incremento
del control dentro de las instituciones y sus prácticas de la administración. Para lo cual la actividad
del servicio público, con un gran conglomerado de acciones, GESTIONES, PROCESOS Y
TRÁMITES que afectan a las personas en particular y a la comunidad en general donde se de
desenvuelven. Esto es, la actividad de consecuencias y resultados sobre los que habrá que rendir
cuentas, en este sentido a los servidores públicos les son imputables determinadas acciones y
omisiones y sus consecuencias de las que habrán de hacerse cargo, Se trata de un básico principio de
RESPONSABILIDAD de los servidores públicos entendido aquí en términos éticos y no tanto
jurídicos, penales o civiles. Los políticos y otros servidores públicos deben ser responsables además
de su ejemplo en la medida en que su círculo de influencia es mucho mayor y su modelo constituye
una de las principales fuentes de creación de COSTUMBRES SOCIALES; por ello, su
responsabilidad es mayor que la del resto de ciudadanos. En consecuencia, el control, rendición de
cuentas y transparencia en el servicio público constituyen pilares básicos para la ética pública.
Los trabajadores públicos deberán responder por la gestión realizada, así como por las decisiones,
acciones u omisiones propias de su ámbito de competencia y de sus propias funciones. Para hacer
efectiva esa responsabilidad, los trabajadores públicos deberán exteriorizar y justificar en sus
resoluciones, actos o en aquellas otras decisiones que adopten las razones objetivas de tales medidas,
sometiéndose de ese modo a un correcto escrutinio por parte de la propia ciudadanía. Otro de los
puntos muy importantes es la Transparencia y gobierno abierto: Los cargos deben ofrecer de
forma fidedigna y completa información a la ciudadanía sobre los procedimientos, informes,
estudios y razones de sus decisiones, así como especialmente de sus costos financieros y
modo de gastarlos en beneficio de los ciudadanos.
LA TRANSPARENCIA vendrá acompañada de una apuesta decidida y cada vez más exigente por
el Gobierno Abierto como se pretende trabajar en Guatemala, Todo este planteamiento resulta loable
y necesario desde la perspectiva de la responsabilidad contemplada en la ética pública. Debemos
tomar en cuenta que la disposición de más datos no implica necesariamente más conocimiento ni que
nuestras decisiones serán más razonadas y precisas los datos pueden resultar ininteligibles para la
ciudadanía, es por eso que debemos de educar a la población para que puedan acceder a los mismos
y saber que informacion se debe de requerir para hacer una auditoria social. Hace falta una
contextualización e interpretación de la información ósea analizar los mismos ya que pueden resultar
en más confusión y más falsos positivos. A mi entender se debe de convertir la democracia en una
política de vigilancia constante e inmediata, lleva a una sobre protección de las acciones de los
administradores públicos.
LA RENDICIÓN DE CUENTAS ha terminado en una multiplicación de controles administrativos
de institucional de los servicios públicos, regulando desde una visión negativa y desconfiada hacia el
servidor público, diluyendo las responsabilidades que se remiten a los SISTEMA. LOS PROCESOS
DE CONTROL se convierten en un medio de los servicios, se complementan las formas, los
procedimientos, pero sin alcanzar el fin de la mejora de la actividad.
GENERAR CONFIANZA Podemos indicar que los controles, la rendición de cuentas, son
elementos indispensables para la ética pública en su aspiración por elevar la calidad del servicio
público mediante la HONESTIDAD Y LA INTEGRIDAD, siendo asimismo mecanismos de
control de la arbitrariedad en EL USO DEL PODER de los servidores públicos. Sin embargo, la
rendición de cuentas o hipertrofia, también contribuye a desarrollar una cultura de la sospecha y de
la desconfianza pública. En este sentido, muchos de los instrumentos de ética pública mencionados,
se han centrado básica mente en el combate de la corrupción económica sin considerar otro tipo de
valores, antivalores implicados en el servicio público y que transcienden el estrecho margen de lo
estrictamente económico, ABUSO DE AUTORIDAD, ACOSO, FALSEDAD, NEPOTISMO, etc.
La Ética pública para generar confianza o moralidad burocrática, se debe de restaurar y generar
confianza entre los ciudadanos y sus instituciones ha de ser el objetivo fundamental y básico de la
ética pública y para ello tiene que ser capaz de GENERAR HÁBITOS, CONVICCIONES Y
CAMBIO DE CULTURA. No hay que olvidar que los servicios públicos son actividades
cooperativas, recurrentes e institucionalizadas que, en consecuencia, la cultura institucional ejerce
una enorme influencia en las percepciones y elecciones de los servidores públicos de modo que el
entorno de expectativas, reglas y roles afecta y explica una parte importante de la decisión final. Por
ello, el cambio de CULTURA ORGANIZACIONAL será uno de los objetivos de toda intervención
ética en el servicio público. Por eso decimos que la confianza entre las instituciones y las personas no
se logra multiplicando los controles, sino reforzando los HÁBITOS Y LAS CONVICCIONES. Esta
tarea compete a una ética de la administración pública; la de generar convicciones, forjar hábitos,
desde los valores y las metas que justifican su existencia. Debemos de recordar que las instituciones
crean el sentido de la responsabilidad colectiva, impregnando la mentalidad de la gente, produciendo
un cambio de la cultura cívica y favoreciendo la interiorización de las normas.
Retomando la idea de capital social, las relaciones sociales repetidas y las redes sociales en las que
se cultiva la confianza constituyen una verdadera riqueza. Así, como consecuencia de la confianza en
que seremos bien tratados por los demás, el capital social produce incentivos a cooperar, basa dos en
pasadas experiencias positivas. La confianza entre individuos deviene en confianza entre extraños y
confianza en el conjunto de las instituciones. Sin esta interacción, la confianza decae y se manifiestan
serios problemas sociales, como constatamos en la actual profunda desafección ciudadana hacia la
política y la acusada desmoralización en la vida pública.

Conclusión
Vivimos una profunda crisis de crédito. En un contexto de desafección ciudadana hacia la política y
de profunda desmoralización en la vida pública, que es más necesario que nunca recapitular sobre la
dimensión moral del servicio público, que debe rendir cuentas de sus acciones y omisiones como
actividad orientada al interés general. Para ello, la ética pública, como ética aplicada a los asuntos del
gobierno y de la administración pública, ha desarrollado una serie de instrumentos como los acuerdos
internacionales o codigos, las entidades de control y vigilancia y los códigos de buenas prácticas.
Pero si es fundamental el control social de las prácticas políticas y gubernamentales, en la medida en
que las malas prácticas originan la corrupción y, por ende, la desafección ciudadana, no es menos
cierto que las herramientas de ética pública pueden convertirse en un fin en sí mismas, sin contribuir
a una mejora del servicio público y favoreciendo una suerte de desconfianza pública generalizada y
de administración defensiva. Por el contrario, el robustecimiento de la ética pública debe orientarse a
generar confianza, reforzando convicciones, hábitos y cambio de cultura. La confianza es un elemento
inherente al quehacer profesional, que genera capital social y sin la cual no puede mantenerse una
sociedad compleja.

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