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EL FENÓMENO DE EL NIÑO Y LA AGRICULTURA

El Niño es un fenómeno climático que ocurre cada dos a siete años y se caracteriza por
el aumento de la temperatura de la superficie del Océano Pacífico Tropical,
principalmente en el Ecuador, Perú y a lo largo de las costas de América del Sur y Central;
produciendo cambios climáticos a nivel regional y global. Actualmente se le reconoce
como el principal modulador de la variabilidad climática interanual en todo el mundo.
El 4 de julio de 2023, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) declaró el inicio del
Fenómeno El Niño, advirtiendo a los gobiernos prepararse para más eventos climáticos
extremos y frenar las consecuencias en la salud, ecosistemas y económicos.

Según el comunicado de la Comisión Multisectorial encargada del Estudio Nacional del


Fenómeno El Niño (ENFEN), se mantiene el estado de “Alerta de El Niño Costero” y
continuará hasta el verano de 2024, las magnitudes más probables son: moderado el 51
% y fuerte el 35%.
ZONAS Y REGIONES MAS AFECTADAS:
Según SENAMHI, se calcula que el Fenómeno afectará a 855 distritos, 139 provincias y
18 regiones, los cuales se encuentran en estado de muy alto riesgo. Además, se han
identificado 518 puntos críticos los cauces de ríos y quebradas.
Por otro lado, a la fecha se ha declarado en emergencia 544 distritos en 14 regiones por
déficit hídrico (D.S.104-2023 PCM).
El Centro Nacional de Estimación de Prevención y Reducción de Riesgo de Desastre
(CENEPRED) asegura que frente a las posibilidades de un Fenómeno de El Niño
“moderado” (51%) se estima que las consecuencias, en un nivel de riesgo alto y muy
alto, afectaría a: 9.6 millones de personas, más de 2.4 millones de viviendas, más de
17 mil instituciones educativas y más de 5 mil establecimientos de salud.
EL FENOMENO DE EL NIÑO Y LA AGRICULTURA:
Si bien el Fenómeno causa daños en otros sectores productivos, históricamente y desde
tiempos inmemoriales, perjudica con severa intensidad al sector agropecuario, tanto a
la agricultura como la actividad pecuaria, el cual ya viene golpeado por una crisis
endémica y agravada por la pandemia de COVID-19, el fenómeno Ciclón Yaku, la escasez
de fertilizantes, la agitación social y crisis de gobernabilidad.
Según el INEI, en agosto del 2023, el sector agropecuario registró una disminución en su
Índice de Producción de 4.05% (agrícola -6.52% y pecuario -0.45 %), siendo el sector más
afectado por la contracción de la economía nacional, la cual en agosto del 2023 cayó
0.63%. Esta reducción, se ve reflejado en la disminución de productos como, por
ejemplo, aceituna (-70,8%), fresa (-60,6%), maíz choclo (-42,4%), palma aceitera (-
21,7%) y palta (-6,9%).
Todos los estudios coinciden que la consecuencia grave será: una escasez generalizada
de alimentos, especulación en los precios, y problemas de distribución y acceso de la
población.
LOS EFECTOS POR LOS DAÑOS AL SECTOR AGROPECUARIO:
Al ser el sector más golpeado, tendrá a su vez efectos negativos en diversos ámbitos del
sector agropecuario:
1. Este sector es vital para la economía peruana, representando el 6% del PBI y generando
el 27.5 % de los empleos a nivel nacional, según INEI – ENAHO, con ingresos en divisas
que superan los 10 mil millones de dólares (Midagri, 2022). En la actualidad, la caída del
PBI agropecuario, debido al fenómeno de El Niño y a la reducción de las áreas sembradas
(20% de áreas de cultivo según el MEF, la peor cifra en 25 años), ha sido del -6.52%
impactando negativamente en el PBI nacional, obligando al BCR a modificar su
proyección para el presente año del PBI nacional.

La destrucción de infraestructura productiva y bienes de capital también repercutirá en


la economía, como se estima puede ser similar a El Niño del 97. Para esto, se debe
recordar los daños de dicho Niño: En Piura, Lambayeque y La Libertad se dañaron 43,600
ha (superficies perdidas y/o afectadas) y a nivel nacional la pérdida fueron 204,191 ha.
El Niño del 97 ocasionó una pérdida total de 3.500 millones de dólares que representó
el 4.5 % del PBI (Corporación Andina de Fomento, 1998). El impacto económico en
sectores productivos fue de 1.625 millones principalmente en el sector industria y
agricultura (caminos rurales e infraestructura de riego y drenaje).

2. Los niveles de pobreza en el Perú se anidan en el mundo rural y, en especial, en el sector


agropecuario. Desde el 2020, la pobreza monetaria en el agro fue de 36.1% en el 2021
escaló hasta el 39.1%, y en el año pasado alcanzó 41.4%, según el INEI, existiendo el
peligro de aumentar por la presencia de El Niño. Las productoras y productores
agropecuarios serán más afectados en su precaria situación económica, ya 4 de 10
agricultores son pobres, 90% de la pobreza rural se encuentra en los agricultores. Se
producirá una descapitalización grave, la perdida de la producción agrícola implica
pérdida de ingresos, que repercutirán en sus hogares y en la producción de alimentos, y
se reflejará en la elevación de las tasas de pobreza.

3. Según la FAO, en su informe del Estado de Inseguridad Alimentaria y Nutrición en el


Mundo, el Perú tiene 16.6 millones de personas en inseguridad alimentaria en el 2022,
lideramos el ranking en Sudamérica a la mayor población en esta situación, un aumento
vertiginoso debido principalmente por la pandemia de la COVID-19; y va de la mano con
el aumento de la pobreza, 27.5 % a nivel nacional y en el agro el 41.4%, situación que
empeora por la inflación mundial en los precios de los alimentos y combustibles, escasez
de fertilizantes y, últimamente, por los efectos del cambio climático.
Según una reciente encuesta del Instituto de Estudios Peruano (IEP), 7 de cada 10
peruanos redujo su consumo de alimentos en el 2023, un 57% enfrentó falta de
alimentos en su hogar tres veces más alta que en 2012 (en el oriente y la zona centro y
sur alcanza el 69%). Las familias que han dejado de comer con normalidad, han pasado
de 41% a 57% en los últimos meses, la misma encuesta señala que un 70% han reducido
su consumo de alimentos.
Para Carolina Trivelli, investigadora del IEP, la crisis alimentaria en los problemas de mal
nutrición se viene reflejando en más anemia infantil (subió a 43.6% en la primera mitad
del año) y desnutrición infantil que se ha elevado después de 12 años. Según la FAO, 1
de cada 2 peruanos está en situación de inseguridad alimentaria, mientras que Sara
Laugnton, representante del Programa Nacional de Alimentos en el Perú, ha señalado
que la desnutrición crónica está en aumento, por primera vez en 17 años, llegando al
11.7% de los niños.
Al problema de accesibilidad, ahora se cierne el peligro de falta de alimentos. Según el
Midagri, el 70% de los alimentos que consume la población, provienen de la agricultura
familiar (pequeños productores), la responsabilidad de la producción de alimentos recae
en este sector conformado por 2 millones de familias (agricultura familiar)
aproximadamente, dos tercios de la producción de alimentos de origen agrícola está en
manos de estos pequeños productores.
De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística e Información (INEI), el Perú es
autosuficiente en la provisión de alimentos. En el año 2019, de la oferta total de
alimentos disponibles, el 90% provienen de la producción nacional mientras que el 10%
restante es importado. Los alimentos, que en más del 70% integran la canasta familiar,
provienen de la producción agropecuaria, que está en alto riesgo de reducirse entre un
20 a 40%.
RESPUESTA DEL EJECUTIVO Y DE NUESTRA INSTITUCIONALIDAD PÚBLICA
REPRESENTATIVA: EL MIDAGRI.
Pese al pronóstico catastrófico de lo que se viene en destrucción de bienes, en la
pobreza poblacional, posibilidad de hambruna y epidemias entre los sectores
vulnerables, la respuesta del Gobierno y del Ministerio de Desarrollo Agrario son
limitadas, insuficientes y sesgadas. Además, se encuentran direccionadas en un alto
porcentaje a la limpieza y reforzamiento del sistema hidráulica de riego agrario, limpieza
de quebradas cercanas a centros poblacionales, entre otras acciones, las mismas que
son necesarias e imprescindibles, pero no deben ser las únicas, deberán ser
acompañadas con otras medidas tan urgentes y necesarias como las aplicadas.
El viceministro Barrantes señala:
“Las intervenciones del Midagri se concentrarán en los próximos meses en la ejecución
de labores de descolmatación y limpieza de ríos y quebradas, la adquisición de
maquinaria pesada y la instalación de barreras o geomembranas de protección en 518
puntos críticos ubicados a nivel nacional. Se destinarán 219 millones para atender el
estrés hídrico en el sur, se entregarán miniestablos, estudios de fuentes de
disponibilidad de agua, proyectos de inversión, pozos entre otros, así mismo, el
programa AGROIDEAS destinará 69 millones para el cofinanciamiento de 213 planes de
negocios”. Acompañará, según la ministra del sector, a esta ejecución preventiva, un
reforzamiento y ampliación del Seguro Agrario Catastrófico Agrario, ampliando la
cobertura a 80 millones y beneficiando a 798,337 productores y con un alcance de
1,914,054 ha aseguradas. El Decreto de Urgencia 015-2023 transfiere al MIDAGRI 975,8
millones para la implementación de acciones frente el peligro eminente del Fenómeno
de El Niño.
En su presentación ante el Congreso, la ministra Jennifer Contreras sustentó el pliego
presupuestal que asciende a 2,720 millones para el año 2024. Según su presentación, en
acciones o medidas en el campo productivo agropecuario vinculadas a la crisis por los
fenómenos climáticos, anunció: Ayuda en cobertizos y fitotoldos (63.1 millones),
entrega de kits agrícolas y pecuarios (31.1 millones), Seguro Agrario Catastrófico (80
millones), infraestructura de riego (53.2 millones) y riego tecnificado (9.3 millones).
Puso mayor énfasis en ofrecer asistencia técnica para impulsar proyectos de inversión,
impulsará el fortalecimiento del Programa Subsectorial de Irrigaciones (PSI) a fin de
destrabar proyectos de inversión en irrigaciones como Majes-Siguas II, Yanapujio, Iruro,
Chavimochic, etc. En situación de crisis grave, ¿direcciona el presupuesto en inversiones
públicas de largo alcance?
En su presentación no menciona la posibilidad de una situación de crisis en la agricultura
y, por ende, una disminución de la producción agropecuaria con las consecuencias
fatales en la población y en especial al sector rural. Sus medidas y acciones, a
implementarse en el MIDAGRI, se establecen ignorando completamente que vivimos y
viviremos una situación grave de crisis. Esto obliga a generar cambios en políticas
públicas agrarias, nuevas estrategias, nuevas medidas, nuevos destinos de los recursos
económicos y el capital humano, es decir, un cambio total a lo que veníamos haciendo
porque estamos viviendo una realidad totalmente diferente, con características
diferentes que requieren soluciones diferentes, no se ve ninguna medida de tipo
paliativo/asistencialista (protección social) para la población ni medidas de prevención,
ni productivas, ni económicas/financieras. Existe una situación crítica, con muchas
perspectivas de agravarse y que el MIDAGRI no lo quiere reconocer o lo ignora y que
como consecuencia de ello agrava los efectos negativos de El Niño en el país.
En el tema presupuestal, según el MEF, el poder Ejecutivo ha destinado un total de 4.116
millones de soles para atender la emergencia climática de El Niño, distribuido en los tres
niveles de Gobierno; si bien es cierto, es un monto reducido a la magnitud de lo que
estamos viviendo y de lo que se viene, preocupa la incapacidad de su gestión y
ejecución.
A dos meses para que termine el 2023, solo se han ejecutado un poco más de 650
millones de soles, lo que representa un avance del 15.8%. De los 402 millones derivados
a los Gobiernos regionales, apenas se han ejecutado 38 millones (9.5% del total),
mientras que los municipios tienen un avance del 38.7% con más de 132 millones
invertidos (Portal de Transparencia - MEF).
Así mismo, el sector con mayor presupuesto para prevención es el de Agrario y Riego
(MIDAGRI) con 1.195 millones de soles; sin embargo, su nivel de ejecución, al 11 de
octubre, es de 9.5%, es decir, más de 112 millones de soles, los cuales fueron gastos
dirigidos casi en su totalidad a la limpieza y descolmatación de ríos y quebradas.
DEMANDAS DE CONVEAGRO ANTE LA CRISIS PRODUCTIVA Y LA SEGURIDAD
ALIMENTARIA
Somos conscientes que los millones de productores agropecuarios serán afectados
elevando su situación de pobreza, sin capacidad económica de resiliencia y la población
en general se afectará al aumentar considerablemente el volumen de personas en
inseguridad alimentaria. Frente a esta grave crisis, con el objeto de disminuir los efectos
negativos del cambio climático, se señala lo siguiente:
CONVEAGRO PROPONE LA ELABORACION E IMPLEMENTACIÓN DE UN PLAN DE
EMERGENCIA PARA AL SECTOR AGROPECUARIO Y LA SEGURIDAD ALIMENTARIA.
La institución que lidere dicho plan deberá incorporar a los Gobiernos Regionales y
Locales, así como organizaciones de productores, con el objeto de elaborar planes
locales de emergencia y lograr la ejecución presupuestal.
Deberá contar con un amplio presupuesto que cubra todas las acciones diseñadas en el
plan, considerando los antecedentes de Niños anteriores, no debe ser menor de 10 mil
millones de soles provenientes del fondo de contingencia (MEF), buscando mecanismos
de acceso inmediato a dichos fondos.
El plan contará con tres componentes:
1. MEDIDAS DE PROTECCIÓN SOCIAL:
Existen momentos y situaciones que la ayuda directa se tiene que expandir, es necesario
no ver como un costoso asistencialismo, hay millones de productores y población en
general que necesitan un apoyo extra.
Se debe implementar:

• Un bono de subsistencia, con una mejor identificación de familias del mundo


rural que se encuentran en situación de pobreza y extrema pobreza.
• Mejoramiento, ampliación y fortalecimiento de los programas sociales.
Ampliando los objetivos vulnerables y eficiencia en su aplicación; y buscando
mecanismos para disminuir los niveles de corrupción enquistados en ellos.
Además, brindar un apoyo especial a las ollas comunes.
• Impulsar empleos temporales en el área de la infraestructura de riego,
conservación de suelos, protección de quebradas, reforestación de
microcuencas vulnerables, así como impulsando y destrabando proyectos de
inversión pública.
• Formulación de planes locales de emergencia con la obligatoriedad de
participación de todos los programas y proyectos públicos y privados que
intervienen en el territorio y bajo el liderazgo de los gobiernos locales y el apoyo
técnico de Defensa Civil.
2. MEDIDAS DE APOYO FINANCIEROS:

• Bonos y líneas de créditos con bajos costos y muy accesibles, que permitan una
capitalización productiva y con periodos de gracia que faciliten la recuperación.
• Financiamiento para una campaña chica donde sea viable.
• Un Reactiva Agro, mejorando su implementación con referencia al FAE agro.
• Ampliación del Seguro Catastrófico Agrario para el sector pecuario,
mejoramiento en el sistema de pago a los productores beneficiados.
• Reestructuración y/o condonación de las deudas agrarias, reduciendo intereses
y otros costos financieros.
• Inyección de fondos implementando la Ley 31071 (compras estatales) sobre la
obligatoriedad de la compra de alimentos por parte de los programas sociales a
la agricultura familiar conjuntamente con los gobiernos locales.
• Reestructuración de Agrobanco con una nueva concepción de acceso a los
créditos agrarios más directos para la agricultura familiar y asociatividad
cooperativa.
• Líneas de crédito para adquisición de maquinaria por organizaciones agrarias.
3. MEDIDAS DE APOYO PRODUCTIVO:

• Descolmatación y limpieza de ríos, quebradas, drenes, mallas de contención, y


mejoramiento de la infraestructura de riego.
• Mantenimiento de los caminos rurales y vecinales.
• Impulsar un mejor acceso de los productores al mercado: implementar ferias
campesinas, mercados de productores y mercados itinerantes.
• Identificación de territorios menos afectados e implementar siembras de
cultivos y variedades adecuadas, principalmente de los productos que integran
la canasta familiar.
• Entrega de kits agropecuarios que comprenda semillas; abonos orgánicos sólidos
y líquidos; fertilizantes y medicinas veterinarias.
• Implementar un programa de emergencia de extensión agraria considerando el
cambio climático y las consecuencias de El Niño.
• Un programa de sanidad agropecuaria, basado en el manejo integrado,
considerando la aparición de nuevas plagas o el aumento de las existentes.
• Diseñar un sistema de emergencia de acceso de los alimentos a las ciudades con
participación de las instituciones públicas y privadas.
• Impulsar la formación de cadenas de suministro con productores organizados.
• Impulso y acompañamiento al fortalecimiento de la asociatividad y, en especial,
al modelo cooperativo para una mejor respuesta a la crisis.
• Apoyar a la diversificación de cultivos, promoviendo la producción para
autoconsumo.
• Priorización del sector altoandino para el afianzamiento de las praderas
naturales donde pastan los camélidos (más de 10 millones de hectáreas),
impulsando las acciones de siembra y cosecha del agua para afrontar la sequía
de los dos últimos años y la sequía que se anuncia para la presente campaña por
el Niño Global.
Creemos necesaria la instalación de un espacio democrático entre Conveagro y el
Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego con el objeto de recibir propuestas técnicas,
intercambiar planes de acción y programas a desarrollarse, e implementar acciones de
vigilancia de cumplimiento.
Este espacio servirá para una coordinación permanente entre los productores
organizados y su institucionalidad pública representativa (MIDAGRI).
Consejo Directivo Conveagro
20 de octubre 2023

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