La imputacién de un delito econémico parte de afirmar la tipicidad
cbjetiva del suceso sometido a un andlisis penal. En la actualidad existe un
amplio consenso para entender que este juicio de tipicidad no consiste en
constatar realidades empiricas, sino en imputar objetivamente a una per-
sona un comportamiento socialmente intolerable , dado el caso, un resul-
tado socialmente desvalorado, Por el contrario, la discusién se intensifica
‘en relacién con los criterios normativos para hacer esta imputacin, Pese
a lo instructive que podria ser entrar en los pormenores de esta discusién,
‘en este trabajo no vamos a ocuparnos de abordar lo que proponen las for-
rmulaciones més difundidas, sino que nos limitaremos a desarrollar aquella
comprensién de la imputacién objetiva que, a nuestro parecer, se ajusta
mejor a las peculiaridades de los delitos econémicos.
‘Como se ha indicado en el capitulo precedente, la teoria de la impu-
tacién objetiva construida sobre la base de la infraccién del rol responde
mejor a las necesidades punitivas del Derecho penal econémico. Desde
esta perspectiva, un hecho socialmente perturbador se podré imputar a un
sujeto econémico sélo si constituye la infraccién de su rol. Para precisar
cules son las exigencias que los roles juridicamente atribuidos imponen a
los sujetos econdmicos, debe recurrirse a las distintas normas formales 0
‘materiales que regulan el sector econémico correspondiente". Tomando
como referencia este contexto normativo, la competencia penal podré ser
afirmada sila situacién indeseada debié ser evitada por el sujeto econdmi-
con atencién a su roll.
Imei Vid, Jans, PY 56, p. 136
(el Vid, as, de manera general, Jaxoss, en Estudios, p. 2
393Perc Garcia CAviRo
Ya se indicé que los roles juridicamente relevantes se ordenan en dos
grupos. Por un lado se encuentra el rol general de ciudadano concretado
en las actividades econémicas especifcasy, por el otro, los roles especiales
impuestos a los sujetos econémicos que dan lugar a deberes especiales en
razén de una concreta institucién social. Ambas clases de rol no se infrin-
gen de la misma manera, La imputacién objetiva en los delitos de dominio
(infracciin del rol de ciudadano) sigue criterios de determinacién distintos
alos que rigen en los delitos de infraccién de un deber (infraccién de roles
especiales). En lo que sigue, nos ocuparemos de mostrar las particularida-
des que cada una de estas formas de defraudacién del rol adquiere en los
delitos econdmicos.
I. LAIMPUTACION OBJETIVA EN LOS DELITOS ECONOMICOS DE
DOMINIO
Durante su actividad, el sujeto econémico debe mantenerse en obser-
vancia del rol general de ciudadano y, por tanto, ante Ia obligacién origina~
rial™*l de hacer uso de su libertad sin perjudicar al resto! A la libertad
de onganizacién de su propia esfera, orientada en estos casos ala obtencién
de beneficios en el émbito de la economia, le corresponde, como correlato
légico, una responsabilidad por las consecuencias lesivas derivadas de sus
actos de organizacién'"™, No obstante, el hecho de que dela actuacién de
tun sujeto econdmico se deriven causalmente datios econémicos para otros,
no da lugar necesariamente a una imputacién objetival"##, Solamente si el
sujeto econémico infringe, ala vez, su rol de ciudadano, podré atribufrsele
objetivamente el hecho y, dadas ciertas exigencias adicionales, una respon-
sabilidad penal, Este proceso de determinacién objetiva se divide en dos
pastes: La impuact6n del comperamieno yl impeacién objet del
resultado.
m9 Sobre el origen fils6fico de la obligalén original, vid, la interesante exposicién
de Taxo3s, La imputacin penal, p.7 ¥ 8
tus Vid en este sentido, de manera general, Jaxoxs, en Estudos, p. 211. De manera
«speciic para el Derecho penal econdmico, aurque desde un modelo preventiv,
Borrxs, en Deutsche Wiedervereinigung, T. I p. 85 y s
msl Vid, Boris, en Deutsche Wiedervereinigung, 7. I, p. 85.
1 Vid, de manera general, Jaxons, en Estudios, p.212.
394
La mipuraciox 0:
1, Laimputacién del comportamiento
La imputacién del comportamiento responde a la cuestién de si un
comportamiento riesgoso pueda atribuirse al sujeto econémico como i
fraccién de su rol general de ciudadano, Para llegar a establecer esto, de-
‘bemos precisar cuando el riesgo creado por un acto de organizacién del
sujeto econémico se encuentra prohibido por el ordenamiento juridico (A)
yy cuindo ese acto de organizacién puede calificarse de defectuoso (B). Pot
otro lado, la eventual intervencién causal de diversas personas en un acto
de organizacién defectuoso lo que es moneda comin en el ambito de la
economia-, obliga a establecer adicionalmente si todos son competentes
ppenalmente por ello, para lo cual se debe acudir a os institutos dogmaticos
del principio de confianza, la prohibicién de regreso y Ia competencia de
la victima (C). Finalmente, cabe sefialar que existen ciertos delitos econd-
micos que se sancionan con la sola imputacién del comportamiento, los
{que seran precisados en sus rasgos esenciales en la tiima parte de este
apartado (D).
A. La creacién de un riesgo prohibido
a. Criterios de determinacién del riesgo prohibido
La peligrosidad de una conducta entra en el Ambito del riesgo prohi-
bido de manera clara si el propio ordenamiento juridico lo prohibe expli-
citamente debido a esa peligrosidad!*, En el émbito de la economia, tal
prohibicién se lleva a cabo mediante las normas jurfdicas que sanctonan
con penas o sanciones administrativas determinadas formas de actuacién
consideradas peligrosas'*, En este sentido, queda claro que no son sola-
‘mente los delitos de peligro abstracto los que permiten excluir una deter-
‘minada forma de actuacién del ambito del riesgo permitido, sino también
las reglamentaciones administrativas que regulan determinadas activida-
des de explotacién econémica y prohiben expresamente bajo amenaza de
sancidn la realizacién de ciertas conductas riesgosas"™®9, No obstante, en
bee Vid, JaKOns, en Estudios, p. 173: EL Mismo, Imputacién objtiva, p. 124 Lesct
er Verbrechensbegrif,p. 238; ScaUan-Mote, Eviaubte Risikn,p. 178.
91 Vid, le consideraciém también de ls prohbiciones administrativas en estos casos,
JaKoas, Imputacién objtiva, p. 125.
lwo Vid, Mantivez-BurAn Péusz, Derecho penal ecnémico, PG, p. 294 y
395Pancy Garcia Caveno
este tiltimo caso se requiere ademas que estén presentes, de ser el caso, os
‘otros presupuestos tipicamente exigidos para la relevancia del riesgo!"
El carter prohibido del riesgo se puede determinar también con base
en las normas juridicas y extrajuridicas que regulan la actividad econdmica
correspondiente. Un primer referent lo oftecen los criterios de ordenacién
establecidos por le regulacién juridico-administrativa (regulacién primaria
normas especiales) sobre la correcta explotacién econémica del sector co-
rrespondiente!"™#!, En caso de no existir una regulacién juridica concreta 0
que ésta resulte deficitaria en los extremos pertinentes, deberé recurrirse a
los estindares técnicos establecidos en el sector econémico especifico"™,
los cuales incluyen no sélo los parmetros fijados por la ciencia y la tcnica
cena explotacién de determinados recursos, sino también las diversas direc-
tivas de seguridad dipuestas para actuaciones realizadas al interior de una
‘empresa (por ejemplo, las indicaciones alos instaladores en caso de empresas
de gas)". Bs incluso posible que la propia regulacién juridica se remita
expresamente alas normas técnicas del sector correspondiente!"
10 a este sentido pueden tenerseen cuenta as apeciacionesrealzadas por PAREDES
CCastaROw, EI riesgo permitdo, p. 505 y ss, en el sentido de que el nivel de
resgo permitido penalmente no debe coincdir necesariamente con el establecido
administrativamente, sino que pueden establecerse niveles miximos de riesgo
permitido mayores a lot determinados administativamente, Del mismo parecer,
‘Manrivez-Buydn Pérez, Derecho penal econénico, PG, p. 291 ys: Concov
Bipasoto, Delitos de peligro, p. 91; Suva SANE, en La teorla del dlto en la
réctca penal econémica, Sika Sinchez/Mirb Liates (dit), p. 45.
Vid, Paascx, en La responsabilidad penal, Mic/Laz6n (coords), , 103; ScuOnER-
‘Mow, Erlaubre Risken, p. 180; Bauvxacanen, Der Vertrouensgrandsat,p. 98 y 83
Farjoo Shxcits, Imputacién objetiva p, 226 y 88: EL Miswo, InDret 2/2008, p. 3
Concor Bupasoto, Delitos de peligro, p. 104, cor base en wn cardcter indiiario.
‘09 Vid, Fascu, en La responsabilidad penal, Mir/Luzin (coords), p. 104. En general
axons, Impucacion objetva, p. 126; Buiskocan, Vetrauensgrindsatz, p. 104 y 83
Faijoo Snewe2, Imputacion objetva,p. 258 y sx Critica frente a esta regulaciin
(teglas especiales) para determinar el resgo permite, Concor Broasoto, Delitos
ae paligro,p. 105
Vid, en este sentido, Frro0 Sieve, Inputacin objetive, p. 271
uel Vid, sobre esto, Sextnsn-Mone, Brlaubte Risen, p. 187 y ss; Siva SANCHEZ,
en La teorla del delto en la prictica penal econdmica, Siva SinchezIMir6 Linares
(die), p. 46,75 Esta emis resulta recomendable dado el caricter esencialmente
téenio y dinimico de lat reps tcnicas en secoreseconémicos. Vid, sobre esto,
‘de manera general, Fausca, Verhalten, p. 108 y 8
396
La mapuractox opterr
Un tema discutido sobre la utilizacion de las reglas técnicas como cri-
terio de determinacién del riesgo prohibido se suscita respecto de aquéllas
que no son adecuadas para el control de la actividad riesgosa Sila inade-
cuacidn consiste en una exigencia excesiva sobre el agente econémico para
controlar el riesgo, el incumplimiento de las reglas en su parte de exceso no
‘onstituye un incremento del riesgo penalmente relevantel"®! Mas discu-
tible se presenta el caso cuando el agente observa las reglas técnicas, pero
éstasresultan inadecuadas para controlar el riesgo. No se habré creado un
riesgo prohibido si las reglas técnicas se muestran, al momento de actuat,
‘como reglas adecuadas para el control de los riesgos!*”. Solamente podré
considerarse objetivamente relevante el cumplimiento de las reglas téeni-
cas inadecuadas, si su adecuacién estaba ya indiscutiblemente cuestionada
al momento de actuar. En estos casos, la regla técnica deja de ser un paré
metfo que autorice la creacién de un riesgo ¥, por tanto, puede dar a pie @
‘una imputacién del comportamiento,
Si bien los sectores de actuacién econémica tienen, por lo general,
reglas juridicas que permiten diferenciar el riesgo permitido del riesgo pro-
hibido, no se excluye la posibilidad, ciertamente muy escasa, de que deter-
‘minado sector econémico carezca de una regulacién juridica o técnica que
indique cémo debe funcionar. En estos casos, el estindar de actuacién ten-
ddrd que determinarse mediante el crterio general del ciudadano prudente,
desarrollado sobre todo en el Ambito del Derecho civil, Un 4mbito eco-
rnémico en el que cabe desarrollar el criterio de ciudadano prudente para
determinar el riesgo prohibido es, por ejemplo, la correcta actuacidn de los
‘administradores de un patrimonio ajeno™. En estos casos, la administra-
cién defectuosa alcanzara el cardcter penalmente relevante cuando supere
Ios niveles de riesgo razonable e implique un excesivo peligro de afectacién
de los inteteses econémicos de los ttulares del patrimonio administrado,
Con base en los criterios desarrollados resulta posible determinar si
los peligros de una forma de conducta se encuentran desaprobados en un
tsi Vid, at, Fuses, Verkaten, p. 110
wo Vid, Fasscx, Verkalten, p. 110 y 5:
ua Vid, Jaxons, Imputacién objetiva, p. 126 y 3 ScHORER-Mowt, Exlaubte Risiken,
pial
(wet Vid, igualmente,FuuscH, Verhalten, p. 129.
397Pney Gancta Caveno
sector especifco de la economia, Por esta razén, no es necesario com-
probar si en el caso concreto ha existido un interés preponderant sobre
el riesgo generado por la conducta"™”, No obstante, para la imputacién
del comportamiento no basta que se haya sobrepasado el limite de actua-
ign general establecido por el ordenamientojuridico, sino que se requiere
determinar ademés la competencia del autor por este riesgo no permiti-
dol, Esta determinacién sélo puede tener lugar si se tiene en considera-
cidn la situacién concreta de actuacién del au‘or!"™. La referencia al autor
concreto no debe entenderse como una medida subjetiva sino como una
medida objetiva, esto es, como una persona libre y responsable frente al
‘ordenamiento juridico (ciudadano)!"™. Siselega a demostrar que el autor
haa infringido las competencias que, en la situacién concreta, le eran exi
bles, entonces cabré una imputacién del comportamiento.
1. Elriesgo permitido condicionado
En clertos sectores sociales especialmente sensibles, por lo general la
permisién del riesgo se supedita al cumplimiento de ciertas condiciones
jurfdicamente impuestas por la posibilidad de producirse afectaciones a
bienes juridicos personalisimos!"”", En primer lugar, puede ser que la per-
isin del riesgo solamente se alcance si el sujeto actuante previamente
hha obtenido una licencia o autorizaciOn administrativa para funcionar. En
estos casos, se le asigna a una institucién estatal de supervisién la labor de
verificar si quien pretende actuar en el émbito social especialmente sensi-
‘Vid en general axons, Input bjt p. 12; Cane
es putin objet, p18; Cancto Maid, Lines bss,
el Vid, axons bnptalb obtv, p23 6 Lae, en Ault Ki
I. Lideraen (Hing), p38 y 4 De ea op puree ser Marries DOM
Pinuz, Dero penal ecndni, PG, p93
1 Come oh puesto de manifest, PanzDes Casta ‘
Js PantDesCAstA86n, Elrego permite, p.86:"B1
reg perio amped tn vbr etic Sela on oo
fonereta, no sendo posible rect la fnctn del conepo alae
eed momento eee mai
19 Vid, en est seni, Lescn, Der Verbrechensieg
a eae chensbegriff, pp. 249, 251; Et Mismo, JR
{0 Silament, Les, Der Verbrechensarif p21 ye (epee. nota 139),
(9 Vid, Suva St, en La ra de deli onl prin peal eon
‘Sénchex/Miré Linares (dir.), p. 43. & a
398
ble retine realmente las condiciones para un ejercicio inocuo de la activi-
dad peligrosa. En segundo lugar, puede ser que se le imponga al sujeto ac-
tuante un deber de precaucin, en el sentido de revisar permanentemente
la peligrosidad de su actuacién y eliminar todo potencialidad lesiva. Esto
se aprecia, por ejemplo, en lo relativo ala proteccién del medio ambiente.
Queda claro, entonces, que la actuacién sin la autorizacién administrativa
habilitante o sin cumplir con la exigencia de precaucién entra en el mbito
del riesgo penalmente prohibido,
c Las compensaciones del riesgo prohibido
‘Un tema de especial importancia para el Derecho penal econémico
‘en el contexto de la determinacidn del riesgo prohibido ¢s el tratamiento
de las compengaciones de riesgo. Como se sabe, en la explotacién econé-
‘mica se permite larealizacin de determinadas actividades de explotacién
peligrosas bajo la observancia de determinadas condiciones dirigidas a re-
ducir el riesgot"™, La discusién se presenta cuando estas condiciones no
se cumplen, pero se utlizan ciertas compensaciones que permiten reducir
igualmente la peligrosidad de la conducta de explotacién. Para decidir si
en estos cas0s procede igualmente una imputacion, debe considerarse si
las condiciones de explotacién estan impuestas por normas juridicas 0 so-
lamente por norms técnicas.
En el primer caso, las compensaciones del riesgo no tienen ninguna
relevancia para excluir la responsabilidad penal, mientras que si se trata
s6lo de normas técnicas las condiciones de explotacién podrén reempla-
zarse sin problemas por otras nuevas igualmente 0 més efectivas!"™. Si
‘una compensacién de riesgos tuviese relevancia también frente a lo esta-
blecido juridicamente, se pondria en duda la vinculatoriedad de la legisla-
cién y se aumentatia el peligro de un desorden en los sectores econdmicos
correspondientes. Considerar que una determinada reglamentacién esté
desfasada y por ello no cumplitl, significa colocarse en el papel de legis-
adores. Sin embargo, este proceder constituye ‘inicamente un acto de des-
uma vid, Frases, en La responsabilidad penal, Mir/Luzén (coords), p. 102; Fet100
Skxcxe2, ImputaciSn objetiva, p. 231, con amplia referencias biblogrficas
W001 Vid, en ete sentido, Jaxons, Imputacién objetiva, p. 128 y s. De una opinién
‘stint, Fauscet, Verhaten,p. 93, nal pie de pagina 8 Scrtinen-Mow, Erlaubte
Risiken p. 178; Fauroo Skxcutz, Imputacion objetive,____ Pare Garcia Cavano
obediencia que, dadas las condiciones de tipicidad, podria ser sancionado
penalmente, pero no una competencia por un riesgo que bajo ningin su-
‘puesto se habrfa podido controlar.
d. La determinacién cuantitativa del riesgo prohibido
Otro de los aspectos discutidos en la doctrina penal de especial rele-
vancia para el Derecho penal econémico constituye el tratamiento dog-
‘itico de los lamados riesgos prohibidos con base en criterios cuantitati-
vos!"™, Como lo reconocen los estudios especializados, el riesgo prohibi-
do puede determinarse de manera cualitativa o cuantitatival"®) En el caso
de los riesgos prohibidos cuantitativamente, se recurre, como se desprende
de su propia denominacién, a criterios de cantidad para delimitar el riesgo
permitido, el riesgo sancionado s6lo administrativamentey el riesgo penal-
‘mente ptohibido. Ast, por ejemplo, esté regulado el delito de contrabando
en Ia Ley 28008, en el cual se establece una cuantia superior a cuatro uni-
dades impositivas tributarias para configurar el delito!™®,
En la doctrina penal se debate la cuestin de cud es la naturaleza dog-
itica de los criterios cuantitativos de determinacién del riesgo. Por un
Jado, se encuentran los autores que consideran que esta referencia cuan-
titativa constituye un elemento del tipo de injusto y que debe, por tanto,
ser considerado como tal no sélo en la imputacién subjetiva, sino también
‘en Ja determinacién de las formas de participacién!"””, Otro sector de la
doctrina considera, por el contrario, que se tata de condiciones objetivas
de punibilidad, de manera que no formarfan parte del injusto, con todas
toa Vid, Manrives-Bundn Pin, Derecho penal econinic, PG p 262 y ss
10 Vid, eta diferencia en cefeenca sls responsabilidad pore prodscto, 160
Cornoza, La responsabilidad, pp.121 y ss. 197 y ss. 3 a
1 Vid, ail dacs dee Cote Suprema dl exp.N° 2354-97 Lima (Roya VAROAS,
Jurisprudecia pena, 1, p. 482) antes dela modicaion de Ie cuantas en eos
dalios En Fspatasedisat, especialmente respcto de os dele tribtarios, la
conveniencia de determinar mejor el esg cuantfativamente prohbido en tenn
2 porentaes dla deuda tabutarta de maners ques tenga en cuenta ereros de
igualdad y proporcionalidad (Gnacta Marin, AP 1994, p 214, Qurnaat ni32
Derecho penal espaol, PE, p. 635; Gatteco SOLER, La eponsablided peal
321, qulen preci ques paaria a den ete cuantitativo «ano culitavo)
10m Ese parce defendido por Manrive2-Bunin Phu, Derecho penal conic,
PG, p.265 y 8: Gatitoo Sour, La reponsbied pene 321 y's
400
La narvtactox onreriva
las consecuencias sistemsticas que esta solucién implica!" En la doctri-
na penal se defiende también una posicién intermedia, segim la cual ha-
bré que determinar en los concretnstipos penales si el criterio cuanitat-
+v incorporado tiene un papel meramente funcional o si se refiere, por el
contratio, ala lesividad material de las conductas™™. Por nuestra parte,
consideramos que a esta posicién intermedia le asiste la raz6n En efecto, la
incorporacién de limites cuantitativas en los tipos penales puede deberse
fundamentalmente a dos razones: Puede, por un lado, que el limite cuan-
titativo busque solamente evitar una bagatelizacion del Derecho penal, de
‘manera que se autorice a sancionar con pena tnicamente los cas0S a partir
de una certa gravedads o puede también que, por el otro, se establezca un
limite cuantitativo como parte de la propia conducta prohibida. En el pri-
‘mer caso la cuantta del datio seré una condicién objetiva de punibilidad,
mientras que en el segundo caso se tratard de un elemento consttutivo del
tipo de injusto.
€. Elriesgo prohibido en el fraude a la ley penal econémica
1a afirmacién de que “toda norma juridica prohibe al mismo tiempo
su fraude” no puede sostenerse hoy en dia de manera incondicional!"™
En el Capitulo Il se hizo notar la posibilidad excepcional de sancionar
conductas de fraude ala ley penal en sentido estricto, para lo cual resulta
necesatia una regulacién especifica que respete el minimo indispensable
del principio de legalidad. Admitida la legalidad de cierta forma de pu-
nicién del fraude a la ley pena, se vio después en el capitulo referido a la
interpretacién de la ley penal econémica, cémo el juez debia interpretar
las disposiciones legales que sancionan el fraude a la ley penal econémi-
ca, siendo nuestro parecer cercano @ la linea propuesta por BRUNs de una
interpretacidn fictica 0 econémica, aunque con algunas restricciones. En
este apartado vamos a ocuparnos de los elementos objetivos que permiten
tm Asi el parecer de Bacicaturo Zavaren, AP 45 (1995), p. 890, respecto del delto
fiscal espafol que asume un criteio cuantitativo. No obstant, debe seflarse que
Bacigalupo, en contra de la dectrina dominante, considera que el error sobre Ia
panibilidad es relevante (vid, Bacicaturo Zarares, Delt y punilidad, p. 208,
1 Vid, en este sentido, Géntez Rivano, El fraude de subvenciones,p. 180 y ss
lum Vid, en este sentido, Rusrzscu, Deutiches Strafrecht, en Graw/Krug/Rietsc, f,
27% von Wanen, Der Gerchtsaal 114, p. 266 y ss.
401Prncy Gancta Cavex0
sustentar la imputacién del comportamiento alas conductas de fraude a la
ley penal econémica.
En términos de legalidad, el punto de partida es que las conductas
«que no estén abarcadas por un tipo penal, no pueden ser sancionadas pe-
nnalmente, aun cuando afecten intereses patrimoniales 0 econémicos espe-
cialmente valiosos'™", Sin embargo, dentro del universo de las conductas
atipicas cabe hacer una diferenciacién; Porn lado, estén aquéllas que son
cexpresién del ejercicio de los espacios de libertad que deja Ia ley penal eco-
némica; por el otro, las que constituyen un manejo de esos espacios de
libertad para lesionar los intereses penalmente protegidos'™™, Pese a la
lesividad de las conductas realizadas en fraude a la ley penal econémica, le
garantia de la legaidad impedirfa su punicién, a no ser que se euente con
tuna cléusula especial de incriminacién!™
La posibilidad de castigar conductas de fraude a Ia ley penal econé-
mica no significa, sin embargo, que se incriminen todo tipo de lesién de
intereses penalmente protegidos. El elemento objetivo que permite deter-
far un fraude ala ley penal en sentido estrito se encuentra en el abuso
de las posibilidades de configuracién juridica, 1o que se evidencia con la
te nla actualided el aprovechamiento de estos espacios de juego en el émbito
feconémico ha dado origen ala llamada “ingeniria financier ict. Vid, sobre
sto SLva SANE, en Fendmenos dlctivs complejos,p. 168 ys
01 Vid, Cnocién Montatvo, Responsabilidad’ de autores de cuentas, p. 188 y 88. A
partir de esta diferenciacién de supuestos se habla en ls doctrina fundamentalmente
‘Rutaria de economia de opcion y de fraude ala ley: Mientras en el primer caso
td agente cconémico realiza tna actividad econémica licta que se corresponde con
fu Hnalidad economica y con le que reduce al méximo sus costs, en el segundo
aso recurrea igaas lias anémalss en rlaci con el fin perseguldo (vid, con
iayores referencias, LamnA2, Metodolagia,p. 51 y ss). Sobre esta distncién en el
Derecho ‘tibutario la sentencia de Ia Cort Superior de Lima de 16 de abril de
2003, Exp. 284-2002 [vd., comentarios a eta sentencia, CAsTn0 ARANA, Revista
Peruana de Jurisprudencia, 2 (2003), p. 121 y $5]. Bl punto de discusign central
Serf establecer el criterio de distincién eatre ambas figures. Mientras algunos
fecurren a un eiterio subjtivo (propésito Frobado de chur la norma imperativa),
ftrosufilizan un eriterio objetivo (la inexcencia de efectos juridicos econémicos
Girectos relevantes que justifican la actuacbn econémica realizado).
‘us yig,, en este sentido, Tigpemiax, Vor: Umgehung, en HWiStR, Krekeler/
‘Tiedemann’ Ulsenheiden/Weintvann (Hrs), p. 3; RaNSiBR, ese p, 108; StOcKE,
Geseizesumgehung, p. 152. De una opisign contraria, Récxt, Steuersiafreckt,
p. 280 y 8
402
La mepuraci6y omeriva
adopcién de formas y la constitucién de relaciones juridicas vacias de toda
finalidad econémical™!, No obstante, como lo ha puesto de relieve SILVA
Siweue2, la sola realizacién de operaciones econdmicas andmalas no pue-
de justficar atin una responsabilidad penal, sino que debe demostrarse que
ha tenido lugar una conducts fraudulenta, es decir, una simulacién!™™
Esta afirmacién podria llevar a una identificacién del fraude a la ley con los
negocios ficticios que se castigan como una forma del engafio requerido en
‘tipos penales como la estafa ola defraudacién tributarial™™, Asi las cosas,
los actos de fraude a a ley penal se castigarian en la medida en que el tipo
penal recogiese expresamente tn elemento defraudatorio. La objecién ob-
‘via a este razonamiento es sise puede seguir lamando fraude a la ley penal
‘una conducta que se encontrarfa ya abarcada por el tipo penal.
‘Allo anterior debe responderse en el sentido de que la simulacién ca-
racteristica del fraude @ la ley penal no reside en el comportamiento del
autor como sucede con el negocio ficticio. No existe una simulacién de
la operacién realizada con fines de procurarse engafiosamente beneficios
‘econémicos o la sustraccién a obligaciones de caricter patrimonial. La si-
rmulacién esté referida, més bien, a la finalidad econémica de la operacién,
pues el agente realiza una que es econonémicamente inapropiada para e
tar caer en cl émbito de la ley penal, pero consigue con un acto posterior
sacar el beneficio econdmico no obtenido directamente con su primera
wm Vid, as Tuzpastasn, Vor: Umgehung, en HWISHR, Krekeler/Tiedemann/
Uisneier/Winmann agp. 3: Betws, GA 1986p. 31s CHOCLAN MONT,
Responsablidad del autor de cuca. 198. Sobre la lain de aude alaley Y
‘Uabuso del derecho id, Stel, Gesetrsumgshung . 54; Voott, en Budi,
deroyrTiedemann (ep 320 =
te Concrtamente Siva Skene, en Fenomenos deltvos compljes, p. 180 y ss.
“cation ls lia deo auseni de fnaldad condi en lsd de conigerst
tin analoga tn mala partem eincso Wega ana presi arse ire sobre
fl carter fraudulento de operaciones econdmicas andrass. Solaente cuando
tnedie una simulacin, queen algunos casoe debe superar incluso ls posblidades
Ae atoprotectn de a vicina (p. 188), ped srmarse oma condactaraaleta
peralment relevant Enel Ambo penal considera completamente tino a
Depoco smlado y el frude ala ley Cuocusn MONTALvo, Rsposablidad del
tudor de cuentas p98, Hace la duinln iguskente Siva SsxetE2, E uo
scenario, 317»
i Vid, sot las conductasy negoctos aparentes, Trepesann, Einfhrung, § 4, msm,
LIT yss.
403
EE SESE REINenc Garcia CavERO
actuacién'™, Este elemento defraudatorio es el que justficeria someter a
fancign penal el fraude ala ley penal!™%, El autor procura entrar en una
situacién no abarcada por el tipo pendl para luego afectar igualmente el fin
de proteccidn de la prohibicin penal mediante un acto posterior de reor-
ganizacién della finalidad econémica,
‘Al fandamento material antes indicado, cabe afiadir que Ja sancién
de los actos de fraude a la ley penal es excepcional y para ello tienen que
reunitse ciertas condiciones. En primer lugar, es necesaria, por razones
de legalidad, la implementacién de una clausula de incriminacién en f-
gguras delictivas particulares con mecanismos de concrecién extrapenales
de los actos defraudatorios abarcadas. No bastard, por tanto, con apro~
bar una cldusula general de castigo del fraude a la ley penal. En segundo
lugar, esta incriminacién excepcional sélo debe proceder si se trata de
delitos en los que los actos que evaden la realizacién tipica son frecuentes
yy muy variables, 1o que hace imposible que sean expresamente abarcados
por medio de una extensién especifica del mbito de aplicacién del tipo
penal correspondiente, Si no se da esta especial necesidad politico-cri-
Ininal, el recurso a una medida de incriminacién tan extrema no podré
encontrar justificacién.
En muestra legislacién penal apenas se cuenta con alguna cléusula de
fraude a la ley penal. Por lo general se abarcan expresamente las conductas
evasivas, tal como sucede con el iltino pérrafo del articulo 105 del CP que
fsanciona los actos de reorganizacién societaria para evitar la imposicién
de consecuencias accesorias o el llamado delito de contrabando fraccio~
nnado que procura evitat la evasién del delito aduanero por medio de la
realizacién de varios actos por debajo del umbral de relevancia penalmen-
be gen x certo que la dota cilia diferencia el rude a ey ya simulacn
Sie er dic (De Casta, Dercho Cll de Espana, Tp. 42), también
et see aacertas del Derecho peta leva neceacanente
< iete Su sno dl faut ala ey queen el Derecho piblio (vd,
un ented aon Copenca/Azacta MatolFanxksbez ChexDt, ID
Sia, psn)
wip la jropradencaepalila sea comensado a dso eta sea equ
Pee areca ne itpretcnhperentensiva dea en de simula ave
Ha eo casos de aul 2. Vid al respect, SNA SANCHEZ,
El ucre echari, p33
404
La imouto opresiva
te previsto, Por el contrario, no existe una figura delictiva que cuente con
una cldusula especifca de ineriminacién que, de manera amplia, sancione
diversos actos lesivos del mismo interés protegido por medio de una via
artificial no abarcada por el tipo penal
De implementarse en algin delito econémico tna cléusula de incr
rminacién como la antes indiceda, la imputacién del comportamiento con
base en dicha claisula no queda satisfecha con una simulacién de la fina-
lidad econémica mediante el manejo de las formas juridicas, pues eunque
pueda constituir una conducta irregular, no seri posible sostener que se ha
creado un riesgo penalmente prohibido. Para poder afirmar un riesgo de
tal entidad, Ia actuacién anémala del sujeto econdmico debe traer como
consecuencia tna sustraccién a la norma sancionatoria ola entrada artif-
cial en el émbito de una norma de permisi6n!™, Si solamente se produce
tuna conducta anémala con fines econémicos simulados, pero no se obtie-
ne la evasion de la norma punitiva o si ésta se produce por otras razones,
solamente podra hablarse de una tentativa de fraude a la ley penal, cuya
punicién no es de recibo. Dado que se trata de supuestos excepcionales de
riminalizacin larelevancia penal no se puede aleanzar con simples actos
econdmicamente anémalos,
. Formas de infraccién del rol de ciudadano atribuido al su-
jeto econémico
Delo hasta ahora expuesto queda claro que la creacién de un riesgo pro-
hibido por parte del sujeto econémico fundamenta la imputacién del com-
portamiento, quedando aiin por esclarecer cémo tiene lugar esta imputa-
cién, El punto de partida para responder a este interrogante no se encuentra
cen considerar el comportamiento del autor en su relevancia naturalista como
{déneo para producir un resultado lesivo (accién omisign), sino en su ex-
presién normativa de infraccién de las incumbencias penalmenteatribuldas.
Para el Defecho penal econdmico esto significa que en los delitos de domi-
nio el sujeto econémico ha organizado defectuosamente su esfera personal,
lesionando el deber negativo que le corresponde por el ¢jercicio del ro! de
lum Bn este sentido, Srécxet, Gesetzstmgehung, p. 14s Voorl, en Estudios, Arroyo
Tiedemann (ed), p. 320; ARROYO ZaPaTERO, Revistr penal 1 (1998), p. Us
Trepean, Bifkrang, § 4, nm. 14.
405Perey Gancia CAveno
ciudadano, Esta incorrecta organizaci6n puede tener lugar por el incumpli-
miento de deberes de aseguramiento o de salvamento, los qu, en este titimo
caso, pueden originarse por asuncién ola existencia de riesgos especiales.
«a, Los deberes de aseguramiento: Los deberes del tréfico
Los deberes de aseguramiento consisten, valga la redundancia, en
“asegurar la propia organizacién de tal modo que de ella no se desprendan
riesgos que excedan del nivel permitide"®™. Estos deberes pueden infrin-
girse mediante una conducta activa u omisival”™”, dependiendo esta cues-
tidn del casual estado de la esfera de organizacién del ciudadano™™, En
este sentido, el fundamento de la imputacién no se encuentra en el plano
‘natural, sino en un plano normativo: La infraccién del rol general de ciuda
‘dano™), Si el ciudadano incumple los deberes de aseguramiento en el ém-
bito concreto en el que se mueve, ese comportamiento, sea activo womisivo,
podri serle imputado objetivamente a su esfera de organizacién!"™. Por el
‘ontratio, sila organizacién se hace conforme al rol, el comportamiento no
podiré imputirsele objetivamente con fines juridico-penales, aun cuando se
trate de una conducta riesgosa y el suieto haya sido consciente de ello'"™
‘Bjemplo: El gerente de comercializacién de una empresa responderé
ppenalmente por delito de fraude alimentario del artculo 288 del CR,
tanto si él mismo vende a un cliente productos que sabe que estén con-
taminados, como sino evita que uno de los vendedores lo haga. Se trata
de deberes de aseguramiento en el sentido de evitar que la organizacién,
ela actividad de comercializacién no afecte la salud de los consumi-
ddores. La libertad de organlzacin scondmica dela empresa no puede
justificer generar peigros en los consumnidores con Ia falta de idonei-
dad de los productos comercializados.
bit vid, Jaxons, en Estudios, p. 349: EL Llisso, La fmputacn penal p. 30 s
tus Vid, en este sentido, Jaxoas, en Sobre el estado, Silva Sinches (ed), p. 135 ys.
(9) Vid. asl, Pusies, Handungepiehraum, p. 149 y ss; Jaxons, en Estudios, p. 350:
Ex Miso, La imputacion penal, p. 34 y ss; Gancia Caveno, Le responsabiidad
penal, p 168,78
lw Vid, Jaxons, en Estudios, p. 350
tnt Yi at o que JAKOSS, en Sobre el tado, Sila Sincher (ed), p. 135, denomina
deber de aseguramiento del trifco,
us Vid, en este sentido, Jaxoas, Imputacin objetiva, p. 96 ys
406
La weruracton opreriva
b. Los deberes de salvamento por asuncién
‘Una imputacién del comportamiento puede tener lugar también como
consecuencia de la infraccidn de deberes de salvamento, lo cual se presenta
‘cuando no se hace nada para neutralizar riesgos que se encuentran fuera
del émbito de organizacién personal". El deber de salvamento surge,
en primer lugar, por la asuncién del compromiso de revocar estos riesgos
antes de que se afecten los ambitos de organizacién de otros, La infraccién
de este compromiso hace al obligado competente por el riesgo ubicado fue-
ra de su ambito de organizacién como sinalagma légico a la renuncia de
proteccién de los titulares de los ambitos puestos en peligro!” Estos de-
beres de salvamento pueden ser infringidos indistintamente mediante una
accién o mediante una omisi6n!"™
Los deberes de salvamento por asuncién tienen una gran importancia
en el ambito de a empresa, sobre todo en los casos en los que se crean cier-
tas condiciones laborales peligrosas para los trabajadores, pero asumiendo,
ala ver, el compromiso de evitar a nivel del émbito de organizacién de cada
trabajador que tenga lugar algin tipo de perjuicio™
_Bjemplo: El gerente de una empresa que utiliza productos que deben
‘mantenerse en bajas temperaturas, podré dejar que los trabejadores
entren en contacto con estos productos sin una especial proteccién,
asumiendo el compromiso de apartar ytratar médicamente de manera
inmediata al trabejador ante la aparicién de cualquier sintoma de en-
fermedad resplratoriay, de esta manera, evitar una lesién a su selad,
Sil empleador no cumple con estos deberes de salvamento, entonces
podra imputérsele objetivamente un comportamiento riesyoso frente
al trabajador (articlo 168A del CP). Debe reconocerse, sin embargo,
{que esta posibilidad de organizacién solamente podra tener lugar en
tanto la regulacién administrativa no especifique medidas preventivas
de seguridad laboral en el momento mismo de la generacién del peligro
por parte dea actividad empresaral
wos Vid JaKous, La inputactén penal, p31
Ii Vid, Taxons, en Estudios . 351 y 8; EL Miswo, La imputacin penal, p. 33 y 85
EL Mismo, en Sobre ef estado, Siva Sanchez (ed, p. 136.
won Sobre estas posiblidades, vd, JAKOSS, en Estudios, p. 352,
(oom Vid, igualmente Jaxous, en Estudios, p. 352
4071x Gancis CAvERO
Los deberes de salvamento por riesgos especiales
Los deberes de salvamento pueden tener su fundamento también en la
introduccién de riesgos especiales en imbitos de organizacién ajenos"™*,
En estos casos, no existe una asuncin de los riesgos, sino una conducta
precedente especialmente peligrosa (injetencia). Un sector importante de
la doctrina penal imita los supuestos de injetencia a los casos de una con-
duct precedente antijuridica™, pero como acertadamente lo ha pues-
to de relieve Jaxons, existen conductas permitidas que, de igual manera,
fundamentan deberes de salvamentol™ Se trata precisamente de aquellas
conductas que el ordenamiento juridico sélo tolera porque llevan consi-
{g0 deberes de salvamento'", En este sentido, el incumplimiento de tales
deberes frente a los riesgos especiales constituye une forma de infraccién
del rol general de ciudadano y justifica, por tanto, la imputactn del com-
portamiento.
Los supuestos de riesgo especial se presentan sobre todo en la res~
ponsabilidad por el producto en relacién con las llamadas de devolucién
(Rickraf) Si bien es posible que ciertos productos peligrosos sean produ-
cidos y comercializados icitamente bajo la observancia de determinados
estindares, a los fabricantes 0 comerciantes se les impondra el deber de
solicitar la devolucién de los productos cuando se detecten en los mis-
mos ciertos defectos de fabricacién o efectos secundatios perjudiciales
antes desconocidos!!, Un sector de la doctrina penal niega, sin em-
bargo, la existencia de este deber, pues considera que si el defecto del
om Sobre esto, vid, con detalle, JaKous, en Estudos, p. 354; Et. Miso, La imputacién
penal p31 ys.
‘um yid, por todos, escurzcx/We1GEND, Lehrbuch, AT, p. 625, nota 53
3m Vid, Jaxoss en Estudios, p, 385; Er Miso, en Sobre ef estado, Silva Sincher. (ed),
138. Similarmente, Fas, Eyoleddik,p. 181 y sz Bocx, Produkttriminalit,
B.133y ss: Ment MENDEZ, Revista Lerecho 52 (199879), . 894
wm Vid, Faun, Erfolosdelity,p, 182, Estos deberes de salvamento pueden, sn embargo,
‘ecaer sla wetima contebuye mediante una actuacién a propio riesgo. Vid en
‘ste sentido, JaxODS, en Sobre estade, Silva incher. (ed), p. 139.
Dvo4 Vid, en este sentido, Jaxons, Sociedad, norma y persona, p. 23; EL MisMoy en
Sobre el estado, Silva Séncher (e.),p. 40; Bock, Produksrininaitt, p. 41 y sei
Eusen, en Le responsabilidad penal, Mir/Luzén (coords), p. 115; Voss, Revista
‘penal 8 (2001), p.97 855 CuADRADO Rutz, La responsabilidad por omisibn,p. 177
ys
408
La manvracidn oaseriva
producto se reconoce luego de que éste ha sido distribuido, el fabricante
tarece de dominio material sobre el hecho!*". A esta argumentacién se
le ha reprochado validamente limitarse a determinar la responsabilidad
penal tinicamente con base en la infraccién de deberes de aseguramien-
tol, Una infraccién del rol de ciudadano puede tener lugar también
mediante la infraccién de deberes de salvamento, los cuales, en el caso
de responsabilidad por el producto, imponen la obligacién de hacer la-
madas de devolucién. Al argumento dogmitico acabado de mencionar
hay que agregar un argumento legal, en tanto el aticulo 28 del Cédigo de
Consumo contempla explicitamente un deber de retirada de los produc
tos defectuosos,
La doctrina penal discute sobre si el deber de salvamento que obliga a
tuna llamada de devolucién, se origina en una asuncién del productor de la
labor de vigilar la inocuidad del producto!” o en tna injerencia derivada
de la creacién de riesgos especiales!"™", No parece posible encontrar en el
supuesto concreto de las lamadas de retirada Jos elementos de una asun-
st yd. em est sentido, Scrdwemans, Unternchimensiviminalt, p99 y ss Bu Misxe0,
‘wisi 198, p45 y Enel mismo sentido, BRAMSEN,Entstehungsvormusesonge,p-
375, Et Miso, en Individuelle Verantwortung, Amelug (rs). 116; ScmMUCKEE,
‘Die sDogmats p. 154 PanebEs CastaX6x, El caso colza, p. 173, nota 349: Sco
Comtoza, La responsabilidad, p. 285. Criticamente, Bock, Produkthriminalitat,
p. 143; Binornooxe Produzentenhjtung, p. 144; FREUND, Brfolgsdlikt p, 218;
Guapnavo Rutz, La responsabilidad por omisin, p. 156. Hace poco, sn entbsrgo,
fl propio Scutweatanss Festgabe aus der Wisenschaf 1V,p. 640 y 83 Bt Miso,
‘GMeurer, p. 63, ha modificado su parecer, en el sentido de admit wn deber de
“Sdvertenela pata los casos en los cuales los clientes confian en que el productor
eadvertied de posibes defectos en el futuro, En el mismo sentido, ScHstvckER,
tp. cit, p 166 ys. Por sa parte, Hassener/MuRoz Coupe, La responsabilidad p
163 7 b4 consiferan que fundamenta la omisin simplemente en un ineremento
al resgo,afecta el principio de certera
tvs Vid, ast la fundamentacin de Hitganpons, Produzentenaftung p. LA. Por ello
puede también explicare por qué Baanosen, en Individulle Verantwortung,
‘Kmelung (Hise), p. 117 ¥ #8 alega una inerencia como fundamento de un deber
dellamada de devolucion, pero luego acepta que clertos deberes de aseguramiento
{el empresario (sin existenca de dominio) pueden fandamentardeberes de vigancia
obre fuentes de peligro y perm, por tanto, el castigo de una omisién de la
Temada de reirada.
0 Vid, ScmUnaNns en La responsabilidad penal, MirLazéa (coords), p. 208
a Vid, Jaxon, en Sobre el estado, Silva Sincher (ed... M40
409Paney Gancia Ca
i6n voluntaria, por lo que mayor plausibilidad tendra la dea dela injeren-
cia, Hay que precisa, sin embargo, que con Ia afirmacién de este deber de
salvamento no se esta fundamentado una responsabilidad por todo riesgo
permitido, sino solamente por aquellos que se permiten precisamente por-
aque existen deberes de salvamento"™*, Por otra parte, el productor no es
competente frente a todos los peligras que naturalisticamente provengan
de la entrega de un producto al consumidor, pues en los casos en los que los
peligros se derivan del deterioro normal del producto (por ejemplo, bienes
de consumo que caducan o se pudren) la competencia por los mismos re-
‘caer sobre el consumidor!™,
La injerencia por riesgos especiales tiene otro dmbito importante de
aplicacién en la realizacién de actividades econémicas 0 profesionales,
pues en la actualidad resultan patentes los riesgos que generan varias de
estas actividades frente a terceras personas, El ejercicio de una profesién
‘ode una actividad econémica permiida no puede liberar de todo tipo de
responsabilidad al que la leva a cabo, pues siempre resulta posible que los
riesgos especiales que se desprenden de esta actividad fundamenten debe-
res de salvamento, cuyo incumplimiento podrian generar responsabilidad
penal.
_Bjemplo: El periodista que realiza una investigacién sobre la situacién
financiera de determinada institucion bancariay propaga informacién
no verificada plenamente, deberd evita el pico financiero que se em-
pieza agestar por sus declaraciones haciendo las rectficaciones corres
pondientes. El deber de salvamento que le corresponde al periodista
respecto del riesgo financiero creado por sus reportajes, puede infrin-
free mediante una omisién (no Facer nada) 0 mediante una accién
(Gacar una segunda parte del reportaje con el cual se reafirma en sus
afirmaciones sin ninguna seguridad al respecto). Una cuestin central
paca determinar si es posible ejerctar ain deberes de salvamento en
teste ejemplo serd precisar cudndo tiene lugar la alarma en la poblacién
ala que se refiere el articulo 249 del CR
1m) a este sentido, Kutten, NSIZ 1990, p. $68 y ss Faxum, Erflgedeit, p. 218
Im! Vid, en este sentido, Fenunp, Erfolgdeit,p. 219 s
410
La mupuractdn onpetwva
C. La imputacién del comportamiento en caso de varios in-
tervinientes
Hasta ahora la exposicién sobre la imputacién del comportamiento se
ha realizado pensando en la actuacién de wn autor tinico. Cuando e! hecho
riesgoso se presenta en un contexto interactivo -Io cual constituye més
bien lo usual en la economia-, la determinacién del sujeto 0 sujetos penal-
‘mente competentes se vuelve un tanto compleja. Ya que no todos tienen
que ser competentes por todo, resulta necesario delimitar los ambitos de
responsabilidad de los distintos intervinientes en el hecho delictvo.
Laidea de partida es quela creacién de un riesgo prohibido puede ser
consecuencia de actos organizativos de diversas esferas de organizacién.
Si varias personas resultan organizativamente competentes, entonces st
competencia conjunta debera ajustarse a las reglas de la intervencién de-
lictiva. Por el contrario, no habré competencia penal, sila intervencién
‘en ef hecho tiene lugar en el marco del principio de confianza 0 de la pro-
hibicidn de regreso. En caso que el hecho lesivo se pueda reconducir a un
acto de organizacién responsable de la propia victima, entonces tampoco
cabré imputarle objetivamente el hecho al que lo acasioné en términos
de causacién, pues la victima deberd cargar con las consecuencias lesivas
producidas. Si es que no es posible afirmar la competencia penal de per-
sona alguna por el suceso acaecido, entonces tendrd que ser tratado como
un infortunio™"),
a. Intervencién delictiva
Los delitos econémicos de dominio son delitos en los que cabe la in-
tervencién de varias personas!" Dado que un hecho alcanza significa-
cién penal cuando se le asigna el sentido comunicativo de una defrauda-
ciGn de la norma, resulta logico que no se hable de un injusto penal por la
aportacién de cada interviniente, sino de un solo injusto en el que varios
intervienen de forma penalmente relevante!™"!, Debe quedar claro que la
(0! Vid, Jaxons, FS-Rudolphi,p. 116 ys
"a1 Lp primero que debe resolvese ara discutr la intervencién delictiva es sie delto
admite una intervenclén o no. Vid, asi, Roates Prawas, La partcipacién en el
feito, p18.
(eal Vid, ash Jaxons, RPDJP 5 (2004), p. 227.
auPencs
Gata Caveno
contribucién causal al hecho no es suficiente para afirmar una interven-
cidn delictiva, siendo necesario que, en el plano objetivo, los intervinientes
resulten penalmente competentes pot el riesgo prohibido™*, La compe-
tencia penal de los itervinientes tiene lugar cuando se presenta una repar-
ticién del trabajo que los vincula con base en criterios objetivos"™™, Esta
vvinculacién se produce si el sentido cbjetivamente asignado al aporte rea-
lizado es dar lugar al hecho delictivo. Al centrarse la intervenci6n delietiva
cen este referente social de cardcter objetivo, el dolo y la culpa devienen en
tun dato inrelevante al menos en este nivel de anlisis"™.
La doctrina dominante considera que dentro de los intervinientes en
1 detito cabe distinguir tipicamente los autores de los participes!*, El
cctitetio que se utiliza para hacer estadistincién es el dominio del hecho, el
cual s6lo se predica de los autores, ras no de los participes. Sin embargo,
como ya se ha indicado, el hecho tipico constituye una obra comiin de los
distintos intervinientes en el hecho, por lo que a todos ellos les alcanza-
ri cierta cuota de dominio!™", El que los autores cuenten con un domi
rio cuantitativamente mayor en comparacién con Jos participes, sera un
aspecto que slo debe repercutir en el Ambito de la determinacién de la
pena!™!, A nivel del anilisis dela tipicidad de la conducta, por el contra-
lie vid, Vaww WazEt, LH-Jakobs (Colombia), p. 303.
(wm Yid, Jaxoss, en Modernas tendencay p. 627; Luscx, Das Problem, p. 272 y ssi
Roptzs Puavas, La patiipacin en d delta, pp. 157,165
ta Tgualmente, vaw Wenz, en Derecho Penal y sociedad Il, Montealegre (coord),
pe
ot Vig, sé, Pantona Anaxa, LE-Pera Cabrera, 1, p. 749, quien sefala que nue
legilacion penal sigue esta linea de iaterpretaciin.
138 Vid, una exposicién sinttica sobre el eitrio de la competencia por el hecho,
Gascia Caveno, en La teoria del dlto on la préctca penal econémica, Siva
‘SéncheuiMiro Linares (dit), p. 355 ys. Crticamente frente ala competencia del
tutor como crterio de determinacign de a autora la paticipacién, SCHUNEMANN,
LH-Rodriguez Mouruflo, p. 986, al cue critica no aportar nada, Si se entiende
fdecuadamente que la competencia del autor elgnfia la posbiidad de imputaele
bjetivamente ef hecho al autor, esta critica no resltria del todo fundada, No
reemos que la teorla de laimputacion objetiva no aporte nada,
‘29 Vid, Jasons, RPDIP 5 (2004), p. 238y 8: VaN WuEzEL, LH-Jakobs (Colombia), p
302 En contra de este parecer, Seutnesane, LH-Redriguez Mourullo, p, 983 y 38.
achacindole sin mayores argumentos volver a la teora subjetiva de delimitacion
entre autor y patiipe en sentido estrito
42
La nupuraci6n oonsriva
rio, solamente se determina la competencia conjunta de los intervinientes
nel hecho.
La determinaci6n de la intervencién delictiva presenta ciertos pro
blemas especificos en los delitos econémicos, En un sector caracterizado
porla distribucién de trabajo, resulta comiin que se establezcan relaciones
de naturaleza vertical, en las que una persona asume la posicién de deci
sién (superior) y otra la labor de ejecucidn (subordinado). Las estructuras
tempresariales son un claro ejemplo de estas relaciones de subordinacién,
1a posibilidad de que un hecho delictivo provenga de la actuacién de un
subordinado en ejecucién de la decisién del superior, plantea la cuestién
de si resulta viable una competencia conjunta por el hecho, El que pue~
da xesponsabilizarse penalmente a ambos no suscita mayores dificultades,
sino, mas bien, el grado de intervencién asignado a cada uno de ellos. La
solucién tradicional va en la linea de imputar Ia autoria al subordinado y
responsabilizar al superior, dada su falta de intervencién en la ejecucién del
delito, inicamente como instigador!™, Sin embargo, el que se califique
al responsable de la decisién como un simple participe, mas alld de que
la pena a imponer pueda equiparse a la del autor, resulta cuando menos
contraintuitivo.
La situacién precedente ha llevado a que Ja doctrine penal explore
otras alternativas dogméticas para afirmar la calidad de autor del supe-
rior. Un sector sostiene la posibilidad de aplicar la teorfa de la autoria
mediata por el dominio de los aparatos organizados de poder también
4 las relaciones jerarquicas de la empresa", Lo dudoso de este plan-
bm Bin el Ambito de las estructras verticals de la empresa, Ruvotem, FS-Lacker
870 y 3; Kouten, Stafrecht, AT, p. 510; Howse, Verantwortlichket, p. 29;
Murnane, GA 1996, p. 279; ScHALL, Deutsche Wiederverenigung, TM, p. 102 y
f: Henznenc, en Individuelle Veantwortung, Amelung (Fisg) p. 51 y 855 PEREZ
Garros, La responsebilidad, p 413; La Misbia, Revista penal 9 (2002), p. 120
bs Vi, la scusin sobre la posbiided de apliar la teora de los sparats organizados
{de poder en el dmbito dela empress, Hitazns, Verantwortlichkei,p. 110; HEINE,
‘SchZSerR 119 (2001), p. 2% SeHUL, Ju 1997, p. 113; Antnos, GA 1998, p. 239;
‘Munnar, G4 1996, ps 275 y 383 BRaMNsen, en Individuele Verantivorsung,
“Amelung (lag), p34 y 8s BOTHKE, Revista penal 4 (1989), p.27; Suva SAcue2,
tn Fundamentos, Siva Sanchet (ed) p. 369 y s; BOLEA BARDON, Autorie mediata,
$400; Moxoz Conne, Revita penal 9 (2002), p. 80 y 85 Et Miss, FS-Raxin, p.
os ys. (expec p. 62); Manrinez-BusAn Pénsz, Derecho penal econémico, PG, p.Pancy Gancie CAVERO
teamiento es que una teoria excepcional de la autoria mediata termine
convitiéndose en un recurso ordinario para resolver diversos casos espe-
‘ificos, lo que ha motivado incluso que su propio creador no se muestre
Tlano 4 tal extensidn de su émbito de aplicacién"™", Mucho més viable
se muestra la tesis que sostiene que una intervencién en el momento de
la preparacin del delto (decisién) no debe excluir la posibilidad de una
inlervencién como autor, por lo que podra sostenerse, dado el caso, una
‘coautoria entre el superior que decide y el subordinado que ejecutal™™)
Lo decisivo en la coautorfa no es el factor temporal, sino la relevancia del
aporte, y no hay dda que la decistén constituye un aspecto determinante
de la configuracién del hecho.
Por otro lado, la distribucién del trabajo en el sistema econdmico
trae consigo otra particularidad que influye en la determinacién de la
intervencién delictiva. Al estar preestablecidos los canales del trabajo
conjunto, no es necesario que entre las partes exista un acuerdo comin
para cada actuacién conjunta, ni tamzoco que cada aportante sepa el uso
‘que concretamente se le daré luego asu aporte en el sistema de actuacién
conjunta. Bajo estas consideraciones, mantener a exigencia del requisito
del acuerdo comiin en la coautorfa 0 mantener un concepto unitario en
la actuacién culposa, resulta indudeblemente poco funcional. Por esta
raz6n, la coautoria debe prescindir del requisito subjetivo del acuerdo co-
iin, dela misma forma que deberia admitirse en los delitos culposos la
posibilidad de distinguir entre autor y participe. Esto timo abre la puer-
taala posibilidad dogmatica de configurar una coautoria culposal™™, asi
1496 ys63 Phaez Cera, La responsabilidad, p. 412 ys3 La Mussa, Revista penal
5 (2002), p. 115; Nukez CastaKo, Reponsabiidad penal, p. 185 y ssi LASCANO,
fen Nurs formlaciones, p. 388 y $3 CesANO, Jy Problemas de responsabilidad
‘penal dele empresa 4, Portal Derecho Penal, Hurtado Pozo (dit), p. 4y ss Maa
Mtdnpun, us et veritas 1, p. 209 y $1 Et Misa, Revista Derecho 52 (1998/9),
888
2 Roxx, en bndividulle Verantwortung, Amelung (Hrsg), p. 56.
(02 Bn este sentido, sobre la posibilidad de configura una coautoria con un aporte en
fl momento previo ela ejecuci del delit, axons, Imputacion objetiva, p. 151 y
fs Jaxons, RPDJP 5 (2004), p. 230s Ropuss PLawas, Le participactn en el delito,
pisiyss
we Defenden une coautorla en los delits culposos, con diferentes mates, WEISSER
[Rasaltts-und Taterscafisproblemse,p. 146 y ss; RaNSIER, Unternchmsenssingeckt,
aus
como también una participacion culposal"™*, Para viabilizar lo primero
no habrfa ningiin obstéculo legal, pero en cuanto a lo segundo s{ lo ha-
bora, en a medida que el castigo de la complicidad se limita expresarmente
ala actuacién dotosa.
b. Principio de confianza
En el apartado precedente, la divisién del trabajo se ha tomado en
cuenta para dar contornos adecuados a los criterios de imputacién penal
en el caso de varios intervinientes. Aqui serd analizada, por el contratio,
‘desde una perspectiva liberadora de la competencia penal. En efecto, existe
amplio consenso en sefalar que el principio de confianza es un elemento
necesario de toda divisién del trabajo!" por lo que al que actia correc-
tamente bajo la confianza de que los otros cumplirdn con aquello que les
atafie, no se le pod imputar los riesgos derivados de la actuacién conjun-
ta, Sin embargo, el alcance de a confianza no siempre es el mismo, sino que
depende del contexto de actuacién y de cémo los otros actian'™”. En este
orden de ideas, resulta necesario concretar las condiciones que permitan
establecer la forma en que rige la confianza y los casos en Jos que la misma
decae!"™, Para poder llevar a cabo esta labor, debe tenerse en cuenta el
sector especifico correspondiente, pues la configuracién del principio de
confianza varia segin las caracteristicas de cada sector"™™?, Aunque tengan
tun mismo punto de partida, la confianza no se conforma de igual mane~
ra en Ambitos como el tréfico rodado, la actividad médica, la divisién del
trabajo en la empresa, la seguridad laboral o la actividad reglamentaria de
67 ys; Ort, Srofeurti,p 9; Kasay, Die foie Mesa, p 175
Pr kouoin De Sling pits Rovsauts None,
Tacin pe Scnaat, Sngechice VEmwerthte p09 ys Yan WHS,
Libs (Calm pe
8 Vid, Panos Casta
pas.
18 Vid, Panes, iret 42006, p 3; P8a/Con en La ere det det en fa prt
pol econ, Sa Sinbad Linares it), p19
1 Bn exe sentia Feszo Shc, n Gobierno Corporav y Dice Pen, Bj
Bacigalupo/Gémer-Jara (ed), p. 204. us ”
en Derecho penal de la empresa, Corcoy Bidasolo (4),
sim8 En este sentido, JaKoss, en Estos, p. 219.
9 Vid, en este sentido, Senunaws, Handlungaunrech,p. 21s KOMLEN, Fragen, p. 1375
Panapes Castan6x, El cao de i colza,p. 138 y ss ek
as
ee ETS ERE STSPerc Gancie CavERO
la Administracién, En lo que sigue, se abordaran émbitos de vigencia del
principio de confianza en cuyo marco se presentan generalmente delitos
econémicos.
aa) La confianza en relacién con las prestaciones afenas en el
trdfico econémico
En los dmbitos sociales en los que existen parémetros de coordinacién
entre las eetuaciones de lo distintos participantes, la vigencia del principio
de confianza impide que se le pueda imponer, al que realiza correctamente
su actuacion, el deber de controlar que los otros actien también correcta~
entel™!, La doctrina penal sistematiza estos supuestos de confianza en dos
grades grupos, para lo cual toma en consideracién el momento de aparcién
de la conducta del sujeto autorizado a confiaren la actuacién de los otros.
En primer lugar, estén los casos en los que el cardcter inocuo de una
actuacién depende de que la persona que acta a continuacién cumpla con
Jo que le corresponde!™"|, Asi por ejemplo, el productor de determinados
bienes que necesitan mantenerse reirgerados, no responders por el delito
de trifico de productos nocivos sil empresa distribuidora no observa, de
‘manera dolosa o culposa, las reglas especiales de transporte y converte el
producto en peligroso para la salud de los consumidores'™!. La confianza
fn un transporte correcto de la mercaderia hace que la responsabilidad
del productor se encuentre excluida'™. En estos casos solamente podré
tim vid, SrRaraNWBRtH, ES-Eb Schmidt, 387 ys Kinscwaaunt, Der Vertrauenschutz,
231 ye; Roane, trafreckt, AT §24, nn. 25; Jaxon Imputacén objetiva, p15:
Ba Meng, en Estudios, p. 2195 SoHUMANN, Handlungsunreckt, p. 19; DEUTSCHES!
Konan, wit 1996, p.329; CRCOY B1pasot, Delitoimprudente p. 327. Critica
MaDe principio de conanza en el Aito de la produceién de la empresa I8t00
Connoza, La responsabilidad, p. 260.
iow Vid, Jaxons, Imputacion objetiva, p. 10S. Por su parte, BRINKMANN,
Visttononsgrandsa, p. 116, n0 considera estos casos dentro del principio de
confanta, sino que los remite a la prohbicién de regreso.
is Vid, Kuntar, Fragen p. 135; [tao Connoza, La responsabilidad, p. 235.
ws Vid, en conereto la relevancia del principio de confanza entre. productores y
caMetlantes, KUHLEN, Fragen, p. 135; BEULKE/Bactcans, JuS 1992, p. 741;
Siusenponr, Producentenhaftang, p. 160; DEvTScuER/KORNER, wistra 1996, p.
Boo Pansous CastaXOn, £1 caso de la cola, p. 162 y 35 Maraven Gout, El
principio de confianza, p. 112.
46
La IMPUTACION OBIETIVA
cexistir un deber del primer actuante de comunicar al segundo la necesidad
dde cumplir con ciertas condiciones especiales en la transportacién, o cual,
por otra parte, no serd necesario en caso de productos que evidentemente
requieren de tales condiciones (por ejemplo, el transporte refrigerado de
productos maritimos o licteos).
La otra forma de manifestacién del principio de confianza se presenta
cuando una situacién concreta ha sido preparada previamente por un ter-
cero. En principio, se puede tener validamente la confianza en que este ter~
cero ha actuado de manera correcta!" Asi, por ejemplo, el contribuyente
{que presenta la declaracién jurada del impuesto ala renta elaborada por un
contador con experiencia, podré confiar, con base en el principio de con.
fianza, en el caricter correcto de dicha declaracién. La necesidad de que la