Professional Documents
Culture Documents
Aprendiendo
a dialogar con
los hijos
Mario Amarilla & Magaly
Esta serie de artículos fue escrita por Mario Amarilla y su hija Magaly,
y publicada en la sección Familia y Educación de la revista LA FUENTE,
en las ediciones 209 al 211 (julio a septiembre de 2023).
2
Los fundamentos para un
diálogo positivo con los hijos
CONSTRUYENDO UN PUENTE SÓLIDO DE
COMUNICACIÓN CON LOS HIJOS
3
Dialogar es una capacidad básica que se debe fortalecer desarro-
llando un proceso de aprendizaje, que debería empezar a la más
temprana edad. Cuando no se tiene desarrollada la cultura del diá-
logo, se pueden presentar contravalores como la discriminación, la
imposición, el desinterés, la intolerancia, el silencio o el aislamiento,
que llevan a consecuencias no deseables. De hecho existe un sinnú-
mero de obstáculos o dificultades que impiden un buen diálogo; al-
gunas de ellas pueden ser: las condiciones del corazón, complejo de
inferioridad, culpa, vergüenza, sentir rechazo o simplemente estar
emocionalmente afectados, ya sea por algún evento o por pensa-
mientos negativos que le invaden.
4
cuando se abren al diálogo.
La llave de la confianza
Existen temas o áreas en la vida de los niños de las que les cuesta ha-
blar más que otros, eso hace que bajo presión, se acentúen esas difi-
cultades y se haga más difícil dialogar con ellos sobre esos temas.
Cuando por la mente y el corazón de los niños pasan situaciones
que tratan, por ejemplo, de sus sentimientos, sus faltas, culpas, de-
cepciones, frustraciones, no siempre quieren hablar de ello, siendo
que no pueden explicarse muchas cosas y otras salen de su control.
En estos casos, una de las llaves para abrirlos al diálogo es la confian-
za. Si ellos no tienen la plena confianza, será muy difícil de abrir
ciertos temas con ellos.
5
dicha puede herir sentimientos, afectar la identidad, transformar el
diálogo en una discusión o hacer que la otra persona cambie de ac-
titud. Lo mejor es utilizar un lenguaje claro y comprensible, específi-
co y adecuado a la edad, no hablar de generalidades, ni usar ejem-
plos abstractos que no se refieran al hecho particular que se está
tratando.
6
implica que físicamente
bajemos hasta la misma al-
Una palabra mal tura en que ellos se en-
dicha puede herir cuentran. No mirarlos
«desde arriba».
sentimientos, afectar la
identidad, transformar Saber escuchar también
implica darles la libertad
el diálogo en una para expresar sus senti-
mientos. Cuando los niños
discusión. expresan sus sentimientos
de forma no verbal, por
ejemplo, con una rabieta,
aislándose, riéndose o haciendo una actividad que le gusta, ayúdalo
a describir cómo se siente: feliz, triste, herido, asustado, hambriento,
orgulloso, cansado, molesto, indefenso, irritado, avergonzado o ale-
gre. Eso lo ayudará a expresar lo que siente durante el diálogo.
7
DIALOGAR PARA CORREGIR, ALENTAR Y AMAR
Cuando iniciamos un diálogo con nuestros hijos, lo hacemos siem-
pre con algún objetivo básico, ya sea para obtener información so-
bre qué les preocupa, porqué tal o cual comportamiento, si hay al-
guien que les molesta, cómo se sienten en el colegio, etc. Pero no
debemos olvidar que los niños, naturalmente, también tienen los
suyos, que surgen de sus necesidades propias, o coyunturales de las
circunstancias por las que están atravesando, como cosas que les
preocupan, que no entienden, cosas que vieron, etc., por lo tanto,
el grado de logros de los objetivos de cada uno, así como el aumen-
to del mutuo afecto entre padres e hijos, marcará el éxito del diálo-
go.
8
Cómo trazar un legado de
bendición mediante el diálogo
LA IMPORTANCIA DEL DIÁLOGO EN LA FORMACIÓN
Y CRIANZA DE NUESTROS HIJOS
9
no los discutimos, y aún los justificamos como válidos, mirando los
resultados obtenidos en nuestras propias vidas.
LEGADO GENERACIONAL
En algún momento habremos escuchado decir a alguien: «En mi fa-
milia siempre lo hicimos de esta forma y ninguno de nosotros es un
delincuente». O bien algo así como: «Nuestros padres nos educa-
ron de esa manera, y yo haré lo mismo con mis hijos». Así también
hemos escuchado a alguien decir: «Cuando yo tenga mis hijos,
jamás haré con ellos lo que mis padres hicieron conmigo».
¿ESTAMOS EN EL
CAMINO CORRECTO?
Entre los aspectos que heredamos de nuestros padres, está la forma
de comunicarnos, de dialogar, los métodos de enseñanza y relacio-
namiento en general con nuestros hijos. Considerando esos aspec-
tos, surgen las preguntas: ¿Es correcta la manera en que me estoy
relacionando con mis hijos? ¿Cuáles son nuevas maneras que puedo
adoptar para lograr la buena comunicación con ellos? ¿Cómo pue-
do hacer para que mis hijos sean mejores que nosotros, sus padres?
10
que son principios eternos de la Palabra de Dios, principios que se
cumplen y cuya aplicación nos garantiza resultados de bendición.
11
do que estamos construyendo un puente para llegar al corazón de
nuestros hijos.
12
«están allí», cuando ellos los necesiten.
13
R: Saber escuchar a los niños, requiere de toda nuestra atención,
porque cuando ellos se expresan, dentro de sus limitaciones, mani-
fiestan sus sentimientos, sus ideas, sus pensamientos, probable-
mente cargados de inocencia, pero son genuinamente ellos mismos
abriendo sus corazones, y no puede haber nada de tan alto valor o
importancia como el corazón de nuestros hijos.
14
El camino al corazón
de tus hijos
CLAVES PARA UN DIÁLOGO SIGNIFICATIVO ENTRE
PADRES E HIJOS
15
• La confianza es una de las llaves para abrirlos al diálogo.
16
• El diálogo constante es una poderosa herramienta que ayuda a
construir relaciones de confianza.
17
tre los padres, de manera natural, sencilla, inicialmente sin mucha
profundidad, y si es posible, que los hijos puedan ser testigos de
esos diálogos, para que vayan asumiendo como natural el hecho de
llevar adelante tratar temas de cualquier índole a través del diálogo.
En el proceso, tener en cuenta aspectos tales como que el diálogo
no es un escenario para ver quién tiene la razón, el diálogo no es
una competencia en la que cada uno busca ganar, el dialogo no es
una discusión, el diálogo no empieza con un reclamo o queja.
Al momento de introdu-
Tener la razón o cir el diálogo como herra-
mienta de comunicación
ganar la discusión con los hijos, si se cometen
errores que contradicen los
no debe ser el caso principios básicos del diá-
al encarar un diálogo. logo, pueden tenerse con-
secuencias no deseables en
El diálogo es el puente los hijos, tales como cerrar-
para llegar al corazón se, no ser sinceros, no con-
fiar en el diálogo.
de los hijos, y no una
Con eso se puede con-
oportunidad para cluir que no es recomenda-
imponer posiciones. ble improvisar el diálogo, y
subestimar sus efectos.
18
muy sencillo de implementar y lo hacen de manera directa, come-
tiendo el error de no llevarlos como herramienta habitual, sino lo
hacen de manera ocasional y en un solo sentido, como un canal pa-
ra dar instrucciones, órdenes o reclamos, y no buscando que sea un
tiempo agradable y oportunidad de sanar heridas o evacuar dudas
o incertidumbres. Esta manera de implementar, no facilita el cami-
no para la siguiente ocasión.
ESCENARIO DE AMOR
Podemos imaginar la sensación en el corazón de los hijos, al saber
que a través del diálogo, ese hermoso tiempo compartido, que pue-
de ser sólo un momento y a la vez una oportunidad permanente,
una ruta estable, que puede usar para canalizar sus inquietudes, re-
cibir las respuestas a sus preguntas, canalizar sus emociones, desha-
cerse de sus miedos, encontrar aliados para las batallas en las que se
encuentra solo, para abrir su corazón sabiendo que es un vínculo de
confianza, donde recibe comprensión, atención, empatía, ayuda, y
principalmente amor.
19
RECOMENDACIONES FINALES
Analicen la manera en la que actualmente están relacionándose
con sus hijos, vean si existen temas o aspectos de la vida de sus hijos
que se enteran a través de los amigos, la maestra, los primos, etc.
quizás encuentren que están abriéndose con otras personas, bus-
cando respuestas, ayuda, o simplemente se encuentran cómodos y
con la confianza de abrirse con ellos, donde los padres no son parte.
Si ese es el caso, consideren la posibilidad de incorporar el diálogo
como una herramienta adicional que ayude a profundizar la rela-
ción con ellos, creando ese espacio o canal de comunicación.
Eso nos lleva a entender que los hijos no son valiosos solamente
por lo que hacen, por sus logros, por sus virtudes, dones o capaci-
dades, sino que tienen el valor intrínseco de ser la herencia de Dios.
Ellos están como herencia en manos de los padres, y esto constituye
un argumento suficiente para que ellos puedan invertir lo que sea
necesario para acompañar, cuidar, apreciar, amar y bendecir la vida
de sus hijos.a
20
21
¡Saber más!
22