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.V. Justicia revolucionaria EI hilo rojo de la violencia corre por el pensamiento marxis desde Ja Comuna de Paris en adelante. Une a muchos mo mientos de izquierda, desde el leninismo hasta la pelea anticolo- nial teorizada por Fanon y por el Libro rojo, de Mao, con sus pe- gajosas consignas: “si no tenemos fusiles, los conseguiremos, y-si. mmo tenemos el Poder, lo conquistaremos”! Sin embargo, el ene- migo no sdlo era externo; existia un peligro desde el interior, causa de la debilidad y el error, que debian erradicarse.’ En/las organizaciones guerrilleras que se fundaron después de la Revo- hicién cubana-en muichos paises de América Latina el personaj guerrillero, el nuevo hombre que debe estar listo para sacrificar su propia vida, se consideraba un factor crucial en la guerra ré- volucionaria.’ La fotografia del Che muerto, tomada en 1969 en. [Gustavo Gorviti Ellenbogen, The Shining Path. A History of the Millenarian War: Perd, trad. de Robert Kirk Chapel, University of Norht Carolina Press, Chapel Hill 1999, p. 29 [Sendero, Historia de la guerra milenaria en Perd, Planeta, Pert, 2008). + Gorriti discute la actitud de Marx hacia el sacrficio en La guerra civil en Francié. yen el pensamiento de Mao. Véase Gustavo Gorriti Ellenbogen, The Shining... a. = | cit, p. 100. > Emnesto Che Guevara, Episodes of the Cuban Revolutionary War, 1956-1958, de Victoria Ortiz, Pathfinder, Nueva York, 1996 [Diario de un cambatiente. De la Sie ‘Maestra a Santa Clara, 1956-1958, prél. de Armando Hct, Ciencias Sociales, La Habs na, 2011]. Marfa Josefina Saldafia Portillo discute el ideal que el Che tenfa de un guettt: cro en ‘The Revolutionary Imagination in the Americas and the Age of Developme Duke University Press, Durham, 2003, pp. 78-90, ¢ Heana Rodriguez (Women, Guerrillas and Love. Understanding War in Central America, trad. de lleana Rodriguez y Robert Cart, University of Minnesota Press, Minedpolis, 1996, p. 45) discute el libro de Omi Cabezas, Fre from the Mountain. The Making of a Sandinista, trad. de Kathleen Weavet 170 JUSTICIA REVOLUCIONARIA Bolivia, ¢s ef fantasma que atin acecha el imaginario social, re- cordindonos asi que el precio de la dedicacion puede ser la siuette, que la rebelién no necesariamente triunfa y que su éxito no depende tinicamente de la voluntad humana sino de una mez- mpleja de circunstancias mas mundanas. il éxito de Castro en Cuba convirtié a la guerrilla foco‘ en el modelo de muchas otras insurgencias, algunas de las cuales ter- minarian pot formar gobiernos, como el sandinista en Nicara- gia y el movimiento guerrillero en El Salvador. El ejército ven- ida 108 grupos guerrilleros en Argentina y Pert; otros se vieron desacreditados por sus fallis‘o su cortupcién, como en el caso delas parc (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) y idosa dependencia del secuestro y el trafico de drogas: su supérvivencia en terrenos selvticos perdié cualquier glamour cuando sus antiguos rehenes contaron historias de dificultades y muerte.® Las fallas estratégicas y tacticas —como subestimar el poder del Estado y el ejército, y sobreestimar el poder magico del carisma— estén bien documentadas. El hecho de que su com- portamiento era principalmente masculino y se imponia sobre atributos tradicionalmente femeninos como “la ternura, la de= vocién y el autosacrificio” ha sido defendido por dos criticas, Ileana Rodriguez y Maria Josefina Saldaiia-Portillo, en sus estu- Grown, Nueva York, 1985 [La montatia es algo més que una inmensa estepa verde, Siglo XXL, Nicaragua, 1982]. 4 Foco se refiere af Grupo de guerrilleros que desencadenarian un Jevantamiento ‘mis generalizado. Bl antecedente eran los campamentos de Castro en la Sietra Maes tra al éste de’Cuba, Régis Debray describe la estrategia en Guerrille dix Che, Seuil, Pa- tis, 1974 [La guerrilla del Che, trad. de Aurelio Garzn del Camino, Siglo XXI, México, 1979], y Che Guevara en Episodes of the Cuban Revolutionary War, op. cit. 5 Los sandinistas se encuentran nuevamente en el poder en Nicaragua, igual que antiguos miembros de insurgencia salvadoreisa, aunque no se puede decir que alguno csté implementando politicas socialistas., © La més conocida es Ingrid Betancourt, Even Silence Has an End. My Six Years of Captivity in the Colombian fungle, trad. de Alison Anderson y Sarah Lewellyn, Pen- guin, Nueva York, 2010 [No hay silencio que no termine, trad. de Maria Mercedes Co- rrea y Mateo Cardona, Santillana, México, 2010), Asitismo, los prisioneros estaduni- denses de la misma prisién selvética (Marc Gonsalves, Keith Stansell, Tom Howes y Gacy Brozek) publicaron sus memorias, Out of Captivity. Surviving 1967 Days in the Columbian Jungle, William Mortow, Nueva York, 2009. Gabriel Garcia Marquez tam- Dién contribuyé a esta bibliografia com Noticia de un secuestro, Diana, México, 1996, a JUSTICIA REVOLUCIONARIA dios dedicados a la guerrilla en América Central y Cuba.’ Heang Rodriguez escribe: “los partidos de vanguardia, los lideres po ticos y los escritores comprometidos desatendieron, degrada y marginalizaron a las mujeres, menospreciando y omitiendo todo lo sindénimo de Mujer™* \ En este capitulo se analizan dos incidentes én Argentina y Salvador, asi como el caso mas significativo de Sendero Luming. - s0 en Pera, con el fin de examinar las nociones de sacrificio’s masculinidad, Si bien los ejemplos argentino y salvadorefio s pequefios ¢ involucran s6lo una o dos ocasiones, ilustran: vinculo entre los ideales de masculinidad extrema y la crueldad, A primera vista, Sendero Luminoso pareciera ser un contrac} plo: las mujeres no sélo se desempefiaban como miembros des. tacados de su Comité Central, sino que se decia que 40% desi jército estaba conformado por ellas. No obstante, aunque obligaba a matar como hombres, desafiando asi las funcioi de género tradicionales, la despiadada organizacién jerirquica d esta organizacin las limitaba de muchas formas. Las mujeres, descubrian que no podian oponerse a matrimonios impuestos: cuando se embarazaban, se las obligaba a abortar.’ El andlisis. Ja “masculinidad” y la “feminidad” en estos contextos expoit hecho de que la revolucién no se extendié a las relaciones de nero, y que la debilidad se llegé a ver como un crimen que ame: ritaba una sentencia de muerte. EL ENEMIGO (FEMENINO) INTERIOR Al hablar sobre la manera en que el Che Guevara veia alos gr pos guerrillefos, “casi como una secta’ en la que siempre S€ “cor rre el riesgo de abdicar o ser capturado o infiltrado’, lo que gene: 7 Véase Tleana Rodriguez, Women... op. cit; Maria Josefina Saldafa Portillo; op. cit, pp. 81-83. “Jleana Rodriguez, Women... op. cit, p.xv. * Comisién de la Verdad y Reconciliacion (cv), Abusaruwanku. Violacin de mi Jjeres silencio ¢ impunidlad, La violencia contra las mujeres en el informe de la Comisiétt de la Verdad y Reconciliacién, Comision de Derechos Humanos / Movimiento, Manu Ramos, Lima, 2003, pp. 61-93. 8 172 JUSTICIA REVOLUCTONARIA - ,6-“esa tradiciOn terrible del guevarismo’, el novelista Ricardo piglia describe “la tendencia a descubrir al traidor en el débil, en el-que yacila en el interior del grupo propio’. Por-consiguiente, Ja nocién del amigo como el que potencialmente puede desertar y traictonar es el resultado extremo de la propia teoria (y ya sabemos cudles han sido las consecuencias) [...] La politica se vuelve una prictica hacia el interior del propio grupo, a través de la descon- ffanvza, las acusaciones, las medidas disciplinarias. No hay nunca politica de alianzas. En todo caso, la posibilidad de las alianzas »estd definida por la desconfianza y la sombra dela traicién.” ~y En ninguna otra parte fue esto tan evidente como en el inci- dente ocurrido-en-Argentina en 1964, el cual se ha discutido ampliamente, en que el Ejército Guerrillero del Pueblo (ecr) ejecuté a dos de sus miemibros, incidente que, mds dé 40 afios después y con el beneficio de la mirada retrospectiva, aun se dis- cute. Bajo la direccién de Jorge Masetti, conocido como el Co- mandante Segundo, y con el apoyo distante del Che Guevara (el Comandante Primero), el GP planeaba iniciar la revolucin en la provincia empobrecida de Salta, en Argentina, en espera de la cam- pafia del Che en Bolivia. Antes de que el xGP saliera de Cuba, el Che pronuncié una ligubre despedida que results sumamente profética: “a partir de este momento, ustedes estan muertos, los que vivan, desde ahora hasta el momento que se haga efectiva la muerte, es de gratis’!! Una descripcién de la trayectoria del gru- po aparece en el testimonio de uno de sus miembros, Héctor Jouvé, y en comentarios del pintor Ciro Bustos, quien mas tarde serfa apresado en Bolivia, junto con Régis Debray, y se veria des- acreditado como supuestd informante._, "Ricardo Piglia, “Ernesto Guevara. Rastros de lectura’, en Ricardo Piglia Fl itimo lector, Anagrama, Barcelona, 2005, p. 132. Apud la entrevista de Jon Lee Anderson con Ciro Bustos. Véase Joa Lee Ander ton, Che Guevara. Una vida revolucionaria, Anagrama, Barcelona, 2006, p. 514. Ta biografia del Che escrita por Jon Lee Anderson es una de las mejores fuentes sobre este incidente. Anderson entrevisté a Ciro Bustos y a Héctor Jouvé; tambign pro- Porciona una versién detallada det reclutamiento del grupo principal en Cuba, en 173 JUSTICIA REVOLUCIONARIA En septiembre de 1963 el xGP entré a la provincia argenti de Salta. A causa de su minimo impacto politico, la falta de apo. yo entre los pobres habitantes de Ia provincia y el hecho de que: al Jevantamiento ocurrié mientras el gobierno civil del presidente Illia estaba en el poder, en el mejor de los casos, fue inoportung: y estaba destinado al fracaso. La misién Ilevaba él significativg nombre de Operacién Sombra, que hacia alusién a la épica ga chesca argentina Martin Fierro y a la novela Don Segundo Sor de Ricardo Gitiraldes, que se enfocaban en el héroe como un so. litario independiente. El grupo fue eliminado mucho antes de la campafia del Che en Bolivia, y su dltimo mes fue una odisea cruel: en la que sus miembros murieron de hambre, y Masetti se adentré: en la selva y desapareci6.* Existe una ironia en que la fama del grupo no dependa de sus logros sino de la infame ejecucién de das de sus reclutas. Antes de salir de Bolivia, Masetti hab{a emitido un cddigo d¢ conducta 0, mejor dicho, un listado de crimenes que merecian la pena de muerte: traicién, cobardia hacia el enemigo, insubordt- nacién, tortura, asesinato, robo, vandalismo, defeccién y el crimen contra natura, en otras palabras, homosexualidad; el cédigo podia extenderse a la insubordinacién, el maltrato de los habitantes de un prisionero y la negligencia con las armas o el material po- litico. Este cédigo disciplinario asignaba severos castigos por cri: menes menores 0 desviacién sexual."* Esta ltima resulta par ticularmente significativa, pues la homosexualidad transgredel: clara divisién ideolégica entre el hombre disciplinado y la muj rebelde. 2 La ejecucién de Pupi (Adolfo Rotblat), cuyo infantil apod resaltaba su falta de experiencia, perturbé a Héctor Jouve (a ve= ces escrito Jouvet o Jouve), un guerrillero de Cérdoba que con: taba con el favor de Masetti. Movido, quiza, por el atractivo del ideal guerrillero, Pupi result6 estar mal preparado para sobrevi especial del reclutamiento y el entrenamiento de Cizo Bustos. Jouve fue atrapads, et carcelado y torturado. ‘ 8 Jon Lee Anderson, Che... OP. city P. $46. 4 ].a lista de estos crimenes aparece en la novela de Jorge Lanata Muertos de amit ‘Alfaguara, Buenos Aires, 2007, pp. 58-59. 174 JUSTICIA REVOLUCIONARTA vir a largas marchas y a la cercana inanicién. Jouvé no estaba presente ctiando se tomé la decision de ejecutarlo porque “no x staba fancionando, en cualquier momento los iba a traicionar, gra ruidoso y esta loco”. Cuando Jouvé sefialé que no veia peli- co en Pupi, Masetti le ordené que Ilevara a cabo la ejecucién, y al negarse, la tarea fue asignada a otro camarada. Jouvé estuvo presente durante la segunda ejecucién, Ia del “joven banquero” Bernardo Groswald, un suceso que describié como “incretble”: “Creo que fue un crimen porque lo destruyeron; era como un paciente psiquidtrico. Creo que de cierto modo todos fuimos res- ponsables, porque todos estabamos en eso, en hacer la revoluci6n”. Su comentario “todos estébamos en eso” implica que, a pesar de las dudas, aceptaban un liderazgo fallido.* , ».A pesar de la demora, las memorias de Jouvé, publicadas en 2004; estremecieron a sus contemporaneos. El filésofo Oscar del Barco, un antiguo simpatizante de la guerrilla, publicé una res- puesta en Ja que juzgaba fuertemente a su generacién por olvidar la maxima ética “no matards”!” La controversia que siguié invo- lucré a varios participantes y estaba lena de culpa y recrimina- ciones, aunque los participantes nunca exploraron la tendencia a encontrar al “traidor en el débil” 0 lo femenino en el cuerpo masculino.'* Mientras que los textos del Che reconocian sus mo- mentos de debilidad ¢ incompetencia antes de convertirse en el “hombre nuevo”, Masetti no tenia paciencia alguna ante el sufti- miento de sus reclutas 0 la disension. Durante la larga espera antes de dejar el campo de entrenamiento en Argel para dirigir- se a Bolivia y Argentina, hizo que dispararan a uno de sus com- pafieros, Miguel, por insubordinacién. La novela Muertos de amor, del periodista Jorge Lanata, se basa en las memorias y los documentos que registran esta la- Véase Héctor Jonvé, “La guerrilla del Che en Salta, 40 aos después’, en Pablo René Belzagui (coord,), No matar. Sobre la responsabilidad, vol. 1, Fl Cidope/Editorial dela Universidad Nacional de Cordoba, Cérdoba, 2007, pp. 11-29. ' Le6n Rozitchner, “Primero hay que saber vivir. Del vivirds materno al no mataris patriarcal’, en Pablo René Belzagui (coord.), No matar... op. cit, vol. 1, pp. 367-406. "” Oscar del Barco, No matar, reditado como “No matarés. Thou Shall Not Kill’, en el Journal of Latin-American Cultural Studies, ol. 16, ntim. 2, 2007, pp. 115-118. Ricardo Piglia, “Ernesto Guevara... att. city p. 132, 175 JUSTICIA REVOLUCIONARIA mentable historia. La portada del libro muestra una mano qi sostiene la estrella roja de la Revolucion, de la que sale un hitille de sangre coagulada que corre por el antebrazo, como la marca. un suicidio, y ésta es ciertamente una historia suicida que rel la marcha del hambre en una tierra inhéspita y poco habitady._ Lanata utiliza citas de documentos histéricos y de la correspi dencia de Masetti, junto con los mondlogos internos imagina de los combatientes. Inserta en la narracién esté la historia d provincia de Salta, en particular el descubrimiento de la ciudad. de Oran, un centro azucarero que prosperé sobre las espaldasd jos obreros.explotados. Los guerrilleros, probablemente a caus, de la ignorancia 0 porque era posible llegar al territorio desde Bolivia, habian decidido operar en una region cuya politic: determinaba una industria dominada por inversores extranjeto: que trabajaban codo a codo con los corruptos oficiales de la zona, La fuerza laboral estaba conformada por campesinos analfabe: tos y pobres que dificilmente responderian al llamado a la lucha armada. La carta que el comandante segundo (Masetti) dirigi los obreros, lejos de establecer la comunicacién, mostré el océa: no ideolégico que separaba a los guerrilleros de aquéllos. Maset. ti habla de arrancar las armas de las manos de los ricos mientras asegura que los miembros de su grupo guerrillero también ron explotados. Como el Che en Bolivia, Masetti subestims: a enemigo, juzgé equivocadamente a la poblacién local y pasé por alto una contrainsurgencia considerable y las capacidades de gilancia del Estado.” ; Ya que buscaba satisfaccién en un ambiente absolutamente ajeno, el grupo guerrillero se vio continuamente frustrado. Como sefiala Rozitchner, la entrada a Argentina marcé el paso de fantasfa a la “cruda realidad” Nunca pelearon contra otro eng; migo que no fuera el terreno por el que marcbaban y el clima q sufrian. En Ja soledad se acentué su debilidad, en especial lade su der, Masetti, que era a la vez paranoico y sddico. La nov de Lanata Muertos de amor continuamente destaca la divisis éntre 14 imagen de Ja guerrilla (las consignas, el uniforme), Jorge Lanta, Muertos..., op. cit, pp. 66-67. % Le6n Rozitchner, “Primero hay... art cit, pp. 367-406. 176 JUSTICIA REVOLUCIONARIA jneta (apoderarse del gobierno) y la sombria cotidianidad de la yida en las montafias, cuyos habitantes nativos no tenfan ambi- cin més alta que obtener un nuevo par de pantalones. Los cam- pios de la narracién al mondlogo interno, escrito en cursivas, fransmiten pensamientos y dudas dispersos. “;Qué se siente ma- tar a otro hombre? {...] El miedo a matar no es may diferente del’miedo a la locura: no es tanto el miedo a la locura como no oder escapar nunca de ella: el terror de ser incapaz de regresar, el panico de la soledad en donde se cruzan las fronteras”” Los ensamientos que se registran sin atribuirlos a nadie, probable- mente de Pupi, son crénicas cada vez mas sombrias de la deses- peracidn: “Si dios existe, nunca se ha percatado de este lugar. La selva s6lo puede ser un castigo del infierno. Aqui sdlo el suicidio fe saca, aunque esto no sucederé a menos que se entienda que la Revolucién misma se quite la vida. , Uno de los compaficros de Pupi lo describe acostado duran- tea parada para descansar, “enterrado entre las mochilas lle- nas de sartenes y su imagen era patética: era una especie de eke- korepleto de regalos, con sus gruesos y sucios lentes y un libro en las manos’ En el folclor peruano, el ekeko es el dios de la prosperidad, lo opuesto del patético Pupo, quien nunca pudo hacer que coincidiera la teoria (por ejemplo, las reflexiones de Clausewitz sobre el papel que cl azar desempeiia en la guerra) con la practica. La “practica” es la confrontacién diaria con los juicios negativos de sus camaradas. Como castigo, lo obligan a cargar el equipo de cocina y, por consiguiente, recibe la marca de “femenino” y también de tedrico, que prefiere leet sobre la guerra pero es demasiado torpe para pelear de manera eficiente. Uno de sus camaradas lo describe como » extremadamente ansioso y quiz tartamudeaba un poco como . consecuencia de esto. Era el tipo de personas que estaba en des- acuerdo fisico con el mundo: que abren Jas cajas de cerillos al re- vés. Tropiezan en lugares planos; pierden cosas slo para encon- * Jorge Lanata, Muertos..., op. cit. p. 59. ” Ibid, p. 64. * Ibid, p.70. JUSTICIA REVOLUCIONARIA trarlas un momento después. Si alguien lo viera acercarse atuy kilémetro de distancia en un dia nublado sabrian que era un este: diante a causa de su ropa deliberadamente arrugada, sus manos de pianista, su pluma metida convenientemente en la bolsa. su camisa.* | Ciro Bustos, que se unié més tarde a la expedicién del en Bolivia, donde fue capturado junto con Régis Debray: quien entrevist6 Jon Anderson, dijo que “vivia aterrado, loraba, se rezagaba en las marchas y demoraba a todos. ‘Tenian que er viar hombres para obligarlo a avanzar. Todos le tenian asco”: Ea una marcha se negé a cruzar un rio y pidié a Bustos que lo ma: tara. “Al fin saqué la pistola y se la puse en la cabeza y lo caminar asi, mas o menos a la fuerza [...] a patadas en el cul En su novela Lanata resalta el hecho de que comportarse de mi do “no masculino” planteaba un problema para un grupo cuye. identidad se basaba en su versidn idealizada de la masculinidad, Un personaje vulgar de nombre Pelado bautizé a Pupo come Manuelita, y pronunciaba Pupo como si fuera puto (prostitut Aunque no dice nada en voz alta, uno de los miembros del. po en la novela de Lanata reflexiona sobre el hecho de que « Nuevo Hombre no nacerd de los vicios del Viejo Hombre: putos son traicioneros y las mujeres y los adictos también. Si mujer lograra incorporarse a la columna nos ordenarian d proteccidn especial del acoso de los hombres. Pero todo eso‘ teoria, lo Unico que nos encontramos fue un tapir, y no tuvi tiempo de ver su sexo. Lo comimos casi crudo’ El desafor nado Pupi, excluido por “femenino” y, por lo tanto, una cat no se ajusta a la imagen del guersillero, y por esta raz6n lo con: denaron a muerte, le dieron tranquilizantes y lo amarraron. una hamaca. Cuando Jouvé se neg6 a matarlo la tarea fue asigna: daa Pirincho, quien quedé consternado ante la vision del cuerp moribundo de Pupo, que se convulsionaba. Bustos lo remat ™ Ibid. pp. 70-71. 2 Jon Lee Anderson, Che.... op. ctl, p- 544. % Jorge Lanata, Muertos... op. ct. p71 178 JUSTICIA REVOLUCIONARIA pirincho queds tan trastornado por el suceso que en una misi6n Buenos Aires decidié abandonar a los guerrilleros. , « Resulta sorprendente que este pequefifsimo grupo necesita- rauna victima mas. Nardo (Bernardo Groswald) era un emplea- do bancario en Cérdoba y se ordend a un miembro del grupo de nombre Henry Lerner, de quien Masetti suponia que deseaba desertar, que lo monitoreara. Su informe no fue tranquilizador: Nardo pregunté si dabamos pliticas, si tenfamos reuniones [...] como si fuera a asistir a un juego floral. A los dos dias ya estaba . perdido. Tenia los pies planos, tenia miedo de bajar pendientes y comenzé a convertirse en un animal. Era en verdad desagradable, y conforme pasaron los dias comenzé a tener la apariencia fisica de un animal. Para bajar una colina, asentaba el culo, caminaba en cuatro: una imagen patética para un guerrillero [...] Era sucio, impuro y finalmente lo castigamos, le dimos los trabajos més difi- ciles, esa clase de cosas?” ; !Si a Pupi lo habian matado por no ser lo suficientemente masculino, Nardo fue asesinado por no parecer un ser humano ni conducirse de acuerdo con el ideal imaginado del guerrillero, 0, como observa Leén Rozitchner, a Pupi lo “quebraron” y Nar- do enloquecié. Ademés, ambos eran judios.¥ “Cuando nos pi- den la vida y nos dan por muertos, el otro desaparece como otro porque nosotros hemos desaparecido como nosotros”? En lanovela de Lanata uno de los narradores comenta sobre el destino del Che Guevara, quien subié ala montaiia como voluntario y bajé como mito y pasé me- ses observando el mapa como quien busca fa salida [...] No hay nada mas aburrido que la Revolucién. Nada mAs forzado, lento, laborioso, contradictorio, sucio, ilusorio que la Revolucién: tiene que hacerse cada minuto de cada afio de cada eternidad, momen- tos en que la lucha es con uno mismo, Nunca basta ser humano, ® Jon Lee Anderson, Che..., op. cite p. 588. 28 edn Rozitchner, “Primero hay...” att. * Wid, p. 375. Pp. 367-406. 179 JUSTICIA REVOLUCIONARIA siempre es vergonzoso y uno siempre debe ser mas humano yp der siempre y el dia que uno logra convertirse en un gigante, pierta rodeado de pigmeos y todo vuelve a empera : | El final del grupo fue vergonzoso. Masetli desapareciéy de'los guerrilleros, Antonio, cayé en un barranco y muriés Jouy fue capturado y torturado, Lo inferrogaria el general. Alsogaray, uno de cuyos hijos se habia unido al snp (Djército Revolucionari La historia de Masetti, segtin la cuenta Lanata, es una de tupidez, aunque no llega al nicleo del problema que expuso-Leén Rozitchner en su respuesta al articulo de Del Barco “No mata. ras”; es decir, entender la diferencia entre el sacrificio voluntarj y la decisién de Masetti de matar a miembros de su grupo, a puesta de Del Barco, “No mataras’, pasa de largo la trayectoi de vida de Jouvé, “quien se hizo cargo de la experiencia después: vivirla al limite extremo de su entrega, su valor, su amor por a Emmanuel Levinas, quien proporciona la base teérica pi “No thatarés-Rozitchnet contrasta la renuncia de Dios Pa del cuerpo ‘por Ja causa de una abstraccién con la ética material derivada de la madre.” La totalidad del incidente de Masetti un estudio de caso de una masculinidad que sélo puede re zarse~por-completo a través de la muerte. No resulta sorpre dente que los copiosos comentarios antologados en No ma hayan sido, con la excepcién de uno, escritos por hombres.» En un ensayo dedicado a este incidente, Patrick Dove escril #1 fundamento dela razén militar es la tanatopolitica, ug polit ‘que busca Ja muerte. Es el sacrificio de la existencia al telos tr histérico o la causa de la historia. El sacrificio es algo que ha los sujetos (uno no puede: ser un militante a menos que esté pté parado para sacrificar todo por la causa) y es un paso preparati que limpia el camino para ese verdadero sujeto cuya Hegada coi » Jorge Lanata, Muertos... op. cit, p. 79. *' Le6n Rozitchner, “Primero hay... art. cit, pp. 367-406, 180 JUSTICIA REVOLUCIONARIA didird con la eliminacién en nosotros y en los otros de todo lo que es falso 0 impropio.* Lo anterior funciona también como una descripcién apta de Ja taniatopolitica de Sendero Luminoso en Perd, si bien en ese jevantamiento las mujeres desenapefiaron un papel crucial, CUIDADO CON LA IRONIA £lincidente argentino produjo una discusi6n, asi como una cri- tica, en torno al absolutismo de la guerrilla. El asesinato durante ia guerra civil salvadoreia del poeta Roque Dalton a manos de sus camaradas revelé cin rapido 10s amigos puéden conver- tirse en el enemigo, y volverse, asi, désechables. Durante varios afios antes de unirse a la guerrilla Dalton le‘habia dado vueltas a las politicas del Partido Comunista, que, durante ef periodo del Frente Popular y la segunda Guerra Mundial, habjan suspendi- dola revolucién 0, para decirlo de manera més Ilana, estas rebe- liones no se adecuaban con las politicas de la Unidn Soviética. Los guerrilleros, por su parte, no esperaron, Durante su exilio en Cuba Dalton decidié unirse a la guerrilla salvadoretia. Des- pués de que el grupo Farabundo Marti lo rechazara, fue acep- tido en el pr, que inclufa a Joaquin Villalobos, quien finalmen- te se convertiria en su lider militar y en 1975 ayud6 a condenar a Dalton a muerte, en apariencia a causa de un desacuerdo estra- tégico que era una lucha de poder dentro del pequefio grupo guerrillero. ' Dalton crecié en un tiempo de pardlisis politica en que El Salvador vivia bajo la sombra del fantasma de la masacre de 1932, en la que el general Martinez y su ejército reprimieron una revolucién y ejecutaron a miles. Su novela Pobrecito poeta que era yo delinea la historia y las frustraciones de su generacién, que habia tenido que soportar las restricciones de una sociedad ® Patrick Dove, "Meniory between Politics and Ethics: Del Barco's Letter”, Journal of Latin-American Cultural Studies, vol. 17, nim. 3, 2008, p. 288. Git. 181 JUSTIGIA REVOLUCIONARIA totalitaria. El titulo de su novela proviene de un poema de Pe: dro Geoffroy Rivas, “Vida, pasién y muerte del antihombre’, py. blicado originalmente en 1936, que encapsula el desprecio qu sentia por si mismo: Ah, mis veinticinco afios tirados a la calle Veinticinco aitos podridos que a nadie le sirvieron de nada. Pobrecito poeta que era yo, burgués y bueno. Espermatozoide de abogado con clientela. Oruga de terrateniente [...)" + La novela de Dalton registra las charlas, las bromas y-lag discusiones de un grupo de amigos durante noches de copa: una época en que el ejército dominaba el proceso politico e Salvador. Esta novela expresa toda la confusién ideoldgic: desesperacion y los deseos reprimidos de los intelectuales hom: bres en una sociedad censurada, La novela culmina con un’epi sodio basado en la experiencia de Dalton en prisién, su inte gatorio a cargo de un agente de la cra y su escape de prisi con la ayuda fortuita de un terremoto. Las multiples voces ti s6lo reflejan la opinién de sus amigos de la universidad, sin‘ vacilaciones de Dalton mientras buscaba el equilibrio entre ser. escritor, joven profesional y revolucionario. El tono de la novela” oscila entre la amargura y Ia ironfa, entre el escepticismoy la; militancia. “Nosotros pertenecemos a una generacién que: = cortada.a puros balazos en 1932 y que quién sabe si serd deli tada antes de que se acabe el siglo. Porque la delimitacién: esperamos seria la Revolucién”® Los protagonistas de la niovela._ = son jévenes absortos en el sexo, la literatura, la politica y la bilidad del partido. En un importante estallido uno de los pet sonajes pregunta: ca ® Roque Dalton, Pobrecito poeta que era yo, Editorial Universidad Centroamerict: na, Costa Rica, 1976. a > El poema de Pedro Geoffroy Rivas se publicé en 1936, Esti disponible en la leceién en internet , % Roque Dalton, Pobrecto... Op. city p. 255. 182 i a si so er JUSTICIA REVOLUCIONARIA § ,Cudl es la imagen de un comunista para mi? La de un joven y “brillante poeta que reza para que lo leven preso, aunque no tan preso? La de un maestro de primaria, gordito, de anteojos, con mal aliento, penicorto y abstemio, proveniente de Gotera o de al- gunos de otros lugares fronterizos con Honduras, siempre a punto de pedir pisto prestado? sLa de un obrero textil 0 ferracarrilero que siempre tiene razén y que ha estudiado un afio en Rusia? jLa de un viejito campesino que pobrecito, que claro que si, que Dios Jo bendiga, que pase adelante y tomese un cafecito y va a perdonar Ja pobreza de la casa y que le sirva en batidor, pero que tiene el machete detrés de Ia puerta? ;L.a del activista politico que odia a Jos intelectuales?® , ] Pobrecito poeta que era yo no sélo es una reflexién sobre las frus nes de una generacion sino una critica seria a las estan- cadas politicas de izquierda que nos ayuda a entender el atractivo | de jas guerrillas, que residia en su determinacién de provocar . un levaritamiento aun cuando las “condiciones objetivas” no es- tuvieran ahi. ‘También revela el desprecio y la impaciencia que Jos intelectuales sentian hacia los soldados rasos y reproduce las largas discusiones sobre el dilema politico al que se enfrentaban los intelectuales y el razonamiento que hizo que los jévenes se unieran a las guerrillas. Después de escapar de prisién Dalton se abrié camino a Cuba, donde trabajo en el centro cultural Casa de las Américas, antes de renunciar al partido y unirse al movi- miento guerrillero. Es incuestionable que las dudas que sentia hacia el partido se exacerbaron en Cuba, donde la nocién abso- luta de vanguardia revolucionaria significaba algo distinto de la del partido estalinista. Durante su estancia alli estaba dando for- ma a su libro sobre Ja vida de Miguel Marmol (discutido en el capitulo v1), lo que hizo que se hundiera en una profunda refle- xién sobre los errores del partido. Llegé a la conclusién de que los verdaderos revolucionarios no eran necesariamente obreros sino quienes toman las armas en la lucha guerrillera, y el ejemplo por seguir ya no era el Partido Comunista, que atin espera las % Ibid, pp. 184-185. 183 JUSTICIA REVOLUCIONARIA “condiciones objetivas”, sino el foco, el grupo guerrillero. Dalt intenté unirse a las rpteM (Fuerzas Populares de la Liberaci Farabundo Marti) y su lider lo rechaz6 con el argumento de qu era mas util como escritor que como guerrero; no obstante, p; Dalton el movimiento guerrillero era ahora el wnico lugar para un. verdadero revolucionario. Después de que lo aceptara el Fjércitg, Revolucionario del Pueblo (erp) trabajé de modo clandestino con, el pseudénimo de Julio Delfos Marin, antes de que sus camar. das lo mataran el 10 de mayo de 1975. | Existen muchas versiones de su muerte. Ben Ehrenreich resume de la siguiente manera: Le inyectaron un sedante porque sus verdugos no lograban dis, rarle con los ojos abiertos; le dieron veneno, por la misma fa Jo pararon frente a un muro y un batallén le disparé por la eg da; Je dispararon en Ja nuca, una broma murié en sus labios. i casi todas las versiones —de las que hay ms— sus asesinos aguantaban mirarlo a los ojos.” , uno de los que dieron la orden de matar a Dalton, y se pregunt “si, incluso, no hay alli una enemistad literaria” i Lo mataron mientras dormia. No, no lo despertaron; 61 nunca su que Jo iban a matar. Discutieron durante todo el dia, por Roque Dalton se oponia al levantamiento armado y los comand: tes decian que ya era la hora y que habia que empezar la revolucié No Ilegaron a ningun acuerdo; Roque Dalton se fue a dormir, comandantes siguieron discutiendo y dijeron: hay que matarlo, L ‘Como si fuera una banda de gansteres. Y dijeron, matémoslo aha Ta que esté durmiendo, porque es poeta, para que no sufra.* » Ben Ehrenreich, “Diary. Who Killed Roque Dalton?”; London Review of Bod vol. 32, mim, 12,24 de junio de 2010, pp. 42-43. ° Bolaio proporcioné esta informacion otiginalmente en una entrevista com Ia vista espattola Lateral. Aparece citada en un ensayo en internet de Guillermo Parra, “Poor Poetry-Roque Dalton and Roberto Bolatio’, en Venepoetics, 22 de mayo de 200) JUSTICIA REVOLUCIONARIA .» Bolaiio también ofrece una interpretacién freudiana: decla- raque fue “basicamente, por lo de los hijos haciendo el ritual de ja-matanza del padre” El rumor de que lo mataron mientras dormia contribuyé a su martirio péstumo. El poeta mexicano Efrain Huerta escribio: Que sea cuando esté dormido. Los pobres poetas son muy sensibles [ Lo drogaron para matar —porque para las bestias el mejor poeta es el poeta muerto.” (El poeta mexicano y critico Gabriel Zaid documenté en de- talle las rivalidades polfticas que Ilevaron a esta ejecucién en una coleccién de ensayos que lleva por nombre Colegas enemi- gos. Una lectura de la tragedia salvadorena, publicada por primera vez, en Vuelta.*! Con base en los documentos publicados por las organizaciones guerrilleras, juzga severamente a Dalton, acusan- dolo de no ser diferente de sus verdugos y de que ambos bandos defendian la violencia. “;Quién debe entregarse a quién? [...] ‘Todo combatiente que no acepte ser simplemente carne de ca- iign es un contendiente en la lucha interna por el poder’, y aiia- de: “En el discurso de la pistola gana el que tiene la pistola”® Dalton era doblemente peligroso a causa de sus opiniones disi- dentes y de la amenaza que significaba para los lideres. Un in- forme de las Fuerzas Armadas de la Resistencia Nacional (EARN) incluido en el articulo de Zaid describe las luchas intestinas que llevaron a la decisi6n de eliminar a Dalton, una decisién que pro- disponible en [versién en espafiol disponible en ‘ (consultado el 13 de febrero de 2015)]. ® Roberto Bolaio, apud Guillermo Parra, “Poor Poetry...” art. cit., [], © Apud Gabriel Zaid, “Colegas enemigos. Una lectura de la tragedia salvadorena’, en Gabriel Zaid, De los libros al poder, Grijalbo, México, 1988, p. 164. * Thid, pp. 177-182, Las ranw (Fuérzas Armadas de la Resistencia Nacional), un ‘rupo separatista que atribuy6 la sentencia de muerte a la apropiacién del poder den- {to de la organizacién por parte de una camarilla, cmitieron uno de los documentos. * Ibid, p.177. 185 JUSTICIA REVOLUCIONARIA bablemente se vio determinada cuando Dalton defendis la con; truccién de un apoyo fundamental antes de comenzar la hich armada, en oposicién a Rivas Mira y Villalobos, que querfan inj ciar la lucha armada. Aunque el erp respondié a las criticas admitiendo que la ejecucién habia sido un error, atacaron a | intelectuales pequefioburgueses, “que se consideran la caberg pensante, dirigente, critica y rectora de los procesos revolucion: Tios latinoamericanos’, y que ahora hacian de Dalton un héro “cuando la verdad es que fue victima y hechor de su propia muer: te” A diferencia de los cientos de mujeres y hombres humild que habian dado sus vidas, Dalton poeta y escritor hizo su vida donde la publicidad y el cult al individualismo es norma y hoy, muerto, han acudido a condenar alos “asesinos” de tan preclaro poeta, escritor, simpatico y cor amigo. A estos sefiores no les importa que haya sido responsabl de una Jucha fratricida y lo convierten en el poeta y escritot héroe, bandera de los pensadores pequefioburgueses, “revolucionario' revolucionarios." Esta condena ex forma de disculpa confirma que dentro grupo revolucionario el desacuerdo no tenia lugar. Zaid, que muestra simpatia alguna por la izquierda, creia que estos grup armados eran los hijos de la clase alta y de la élite intelectual, pero “los de arriba no se ponen de acuerdo en cémo tratar al de abajo: éste es el conflicto que hace correr la sangre salvada, refia’** Sin embargo, lo que resulta obvio es que los celos y factores personales se ocultaban tras argumentos ideoldgicos supue: mente impersonales. Ehrenreich, que ha hablado con varios de los particip argumenta que, ciertamente, habia una lucha ideolégica y 4 “Ja meta revolucionaria de las facciones de Rivas Mira, Villal bos y Rogel, que se oponian a Dalton, era a corto plazo y mi © Ibid, pp. 177-182. “Ibid; pp. 183-184. Ibid, p.187. 186 JUSTICIA REVOLUCIONARIA rista [.-.] El énfasis residfa en tomar el poder y hacerlo rapido” Fs probable que Villalobos, quien se convertirfa en el coman- dante del erp y lo convirtié en una organizacién militar eficien- te, haya sido quien jal el gatillo. Admitié estar presente cuando elmismo Dalton se opuso a su sentencia de muerte, “sefialan- do [...] que seria un grave error, que era una injusticia”*” A dife- rencia de las victimas argentinas, el sacrificio de Roque Dalton no tiene que ver con que fuera un guerrillero incompetente sino con que era un rival, y la rivalidad siempre ha sido una amenaza para la hermandad masculina, El cardcter absurdo de la muerte de Dalton atin persigue a la izquierda. Ex guerrilleros ayudaron formar un gobierno de posguerra, pero cuando en 2010 el se- cretario de Cultura salvadoreiio anuncié que seria “el afio de Roque Dalton’, los hijos de este dltimo enfurecieron y “pidieron alos oficiales del gobierno de izquierda de El Salvador que nun- ca volvieran a mencionar el nombre de su padre o su obra en piiblico” La critica de Zaid resalta el hecho de que lo personal puede minar el juicio politico, aunque tiene ms que decir sobre la'muerte del poeta que sobre las miles de “no personas’, por usar el término de Chomsky, que murieron a manos de un ejér- cito entrenado, financiado y abastecido por los Estados Unidos. Entre 1978 y 1984 murié 1% de la poblacién civil de El Salvador; a diferencia de Roque Dalton, no es posible florar a la mayoria de estas personas. ; EL RIO DE SANGRE Estos dos incidentes en Argentina y El Salvador son pequeftos cuando se ‘comaparan ‘con el sactificio que Sendero Luminoso, de Perd, esperaba de sus seguidores. Bajo la direccion de su li- * Ben Ehrenreich, “Diary... art. cit, p. 43. Id. Ehrenreich tarbién describe oémo Villalobos se unié a la derecha tras el fin dela guerra civil “id ® Aldo A. Lauria-Santiago, “The Culture and Politics of State Terror and Repression in El Salvador’, en Cecilia Menjivar y Néstor Rodriguez (coords.), When States Kill. Latin America, the U. S., and Technologies of Terror, University of Texas Press, Austin, 2005, pp. 85-114, n. 1 187 JUSTICIA REVOLUCIONARIA der, el profesor de filosofia Abimael Guzman, el partido estaba comprometido con la““violencia revolucionaria’, de acuer con la definicién de Lenin, Mao Zedong y del mismo Guzm: quien, como Mao, se mostraba confiado en fa esperanza d que sus seguidores comenzaran un levantamiento armado in. cluso cuando carecian de armas, y que reclutaran y entrenara fuerzas en un campo reorganizado para prepararse a tomar: Lima y las ciudades.* Asimismo, a diferencia de los guetreros. guevaristas, una porcién sustancial de los simpatizantes. Sendero Luminoso eran mujeres, y algunas de ellas fueron ase sinadas. 2 . En la portada de la biografia que Santiago Roncagliolo escti- pid de Abimael Guzman, éste aparece tras las rejas de la prisién con un uniforme rayado de prisionero en el que esta impreso néimero, y alza el puiio desafiante. Barbado y con lentes oscuros presenta una imagen de ira enjaulada; enjaulada, es decir, con un animal, aunque la ira que desaté era una violencia human racionalizada en docenas de discursos y comunicados.”' A ps de Jos crimenes de los que se le acusa, no pagé con su vida. P el contrario, se ha convertido en un trofeo del Estado, para espantar a faturos revolucionarios. Una fotografia inclui en la coleccién Yuyanapaq: Para recordar, publicada por la cv lo muestra en el patio de una unidad de inteligencia policial, Direccién de Inteligencia contra el Terrorismo (Dincote). El tio esté descubierto y hombres armados lo resguardan de: una azotea, A cada lado de la jaula hay grupos de hombres traje de negocios. Unas cortinas, que sin duda habian recubi la jaula, yacen en el piso, revelando asi a Guzmén, que sefiala una silla, en una visidn en la que ya no es tanto la bestia enj * Santiago Roncagliolo, La cuarta espadia La historia de Abimael Guzmén y Sei Luminoso, Debate, Barcelona, 2007. Véase también Carlos ivn Degregoti, El sufi to de Sendero Luminoso. Ayacucho 1969-1979, Instituto de Estudios Peraanos, 1990; Gustavo Gorriti Ellenbogen, The Shining Path, A History of the Millenariart in Peru, trad. de Robin Kirk Chapel, University of North Carolina Press, 1999; Nels Manrique, Ef tiempo del miedo. La violencia politica en ef Peri, 1980-1996, Fondo torial del Congreso del Pert, Lima, 2002. 51 La fotografia se atribuye a Cordon Press. 188 JUSTICIA REVOLUCIONARIA jada como el actor en el escenario. La barra lateral nos informa que de esta manera fue presentado a un grupo de periodistas nacionales e internacionales, para quienes, en efecto, monté un acto, dio un discurso y canté la Internacional. Las fotografias del lider enjaulado buscaban destruir su misterio, expulsarlo de la sociedad, exorcizarlo. Después de su encarcelamiento declaré la I gobierno, como si fuera un soberano o el presidenite de Sendero Luminoso nunca fue populista ni un movimiento masivo. Tenia una organizacién vertical, con un lider absoluto y un comité central de camaradas que nombraba a los directivos. Guzman, hijo ilegitimo de un terrateniente de Ayacucho, habia ensefiado filosofia, en la Universidad de San Cristobal Huaman- ga en una época en que la expansidn explosiva de la poblacién univérsitaria trajo a estudiantes de primera generacién a institu- ciones de educacién superior, pero sin prospectos tangibles de desarrollo.* Como miembro del Partido Comunista Bandera Roja, aprendié la lucha armada en la fuente maojsta de China, estudié en la Escuela para Militantes Extranjeros en 1965 y nuevamen- teen 1967, durante el punto mis dlgido de la Revolucién cultu- ral, cuando Mao estaba limpiando el partido y, en palabras de Guzman, “todos los militantes debian demostrar que tenfan los créditos suficientes para ser comunistas”* Guzman estaba apren- diendo cémo se podia iniciar la guerra y cémo ganarla contra el poder militar del Estado, asi como la manera de construir una fuerza con recursos escasos, en una época de luchas internas ma- sivas que culmin6 con el asesinato y la tortura que consolidaron el poder de Mao. Cuando se separé de Bandera Roja y comenzo un nuevo partido, su grupo era muy reducido. El Informe de la ® Pend, Yuyanapag. Para recordar. Relato visual del conflicto armado interno det Pent, cvr, Lima, 2003, p. 90. ° Diversos estudiosos han hablado sobre el flujo extraordinario de estudiantes a institucioies de educacién superior en las décadas de 1970 y 1980, muchos de ellos ientes de familias-pobres, Sobre las mujeres en Sendero Lumitioso, véase Robin Eck Grabado on iedras. Las mujeres del Sendero Luriinoso, Instituto de Estudios Pe- ruanos, Lima, 1993, % Sobre Ia “busqueda de herejias y penitencia, véase la descripcién de Gorriti Hleabogen de la Escuela Militar en The Shining Path... op. cit, pp. 21-36. 189 JUSTICIA REVOLUCIONARIA Comision de la Verdad y Reconciliacién establece el numero de militantes en tan sélo 520 en 1980, afio en que comenzé el con- flicto armado, y en tnicamente 2700 en 1990.* Sin embargo, por si mismas las cifras no pueden explicar el éxito inicial del lama. do a las armas y el atractivo de la revolucion en las montafias de]. sur que dirigié su ira contra Lima y la “modernidad dependien te y que ofrecia a hombres y mujeres jovenes cierto grado de aus. toridad y liderazgo, pero también el prospecto de una muerte he. roica. La separaci6n de Guzman del Partido Comunista Band Roja se relacionaba con sus planes de iniciar una lucha armada que irfa mucho mas allé de la guerrilla y buscaria la completa reorganizacién de la vida social y politica, e incluso humana, {Si bien citaba a Marx y a Lenin, Guzman se adheria fielmen, teal plan de Mao. Al describir los cursos que Guzmén toms e escuela de Nanking, Santiago Roncagliolo sefiala en la biografia de éste que mas tarde pondria énfasis en el hecho de que la edu: cacién que alli recibié comenzs con “politica, la guerra popular; luego, construccién de las fuerzas armadas, estrategia y tacticay yla parte prdctica correspondiente: emboscada, asaltos, despl zamientos, asi como preparar artefactos de demolicion’.* La i era que el levantamiento debia comenzar desde cero. Cuando se decia a los estudiantes de la escuela militar china que tom: las armas y ellos respondiani que no ten‘an, el instructor cor taba: “jFalso! Es que no han abierto los ojos. Un 4rbol es un arma;, puede ser un escudo. Una piedra es un arma: puede ser.un ga rrote. Un boligrafo es un arma: puede ser un puiial”>” Guzmin pondria esto en practica. Hacia que sus seguidores robaran di jainita de las thinas y mataran con piedras, machetes, cuchil y-atmas que capturaban en ataques a puestos policiales. Su revo- luciém atrajo a jvenes impacientes por el cambio y fascinados por la novedad de las consignas, los entrenamientos e incluso exotismo de los rituales. Cuando Deng Xiaoping asumié el po- = cya, “Los origenes del Partido Comunista del Pert’, en Informe de la Comisi de ta Verdad y Reconciliacién, vo. 1, agosto de 2003, . a Santiago Roncagliolo, La cuarta espada..., op. cit, p.70. » Véase también, Cvr, “Los actores armados’, en Informe final... op. ity Wol Le», 190 JUSTICIA REVOLUCIONARIA der tras la muerte de Mao y se dispuso a deshacer muchas de las politicas de Mao y a mover a China en direccién a una economia de mercado, Sendero Luminoso tomé una postura firme contra este revisionismo. Uno de sus actos mas espectaculares consistid en colgar perros de los faroles de Lima como efigies de “Deng Xiaoping, hijo de perre’, una accién que doté de un recubri- miento ex6tico temprano a sus politicas, distancidndolo de otros partidos. Una fotografia de Yuyanapag ilustra esta exdtica intru- sién en la vida cotidiana; muestra a un policia desatando a un perro que habia sidocolgado de una farola en una calle cualquie- ra. Un grupo de jévenes lo observa desde cerca. En el perro hay un etrero parcialmente visible en el que se lee “Teng Hsiao Ping”, justo abajo hay un cartel que anuncia decoraciones comerciales, fiestas infantiles y despedidas de soltera. Detras del policia hay otro cartel que anuncia cursos a cargo de Ja Asociacién César Vallejo.> La fotografia retine los muchos aspectos de la vida co- tidiana en Lima desde la esquina de la calle, las lamativas ropas de uno de los jévenes observadores, las miradas recelosas hacia el policia y los opacos alrededores, que ayudan a explicar el atractivo de lo exético. Como el “extrafiamiento” que los forma- Jistas rusos atribufan a los textos literarios, esta escena obliga a volverse consciente de algo que va més all de lo cotidiano, ; Al nombrarse la cuarta estrella en una constelacién que in- clufa a Marx, Lenin y Mao, Guzman se convirtié en el lider su- premo y Pensamiento Gonzalo se convirtié en la Biblia del parti- do. Algunos criticos creen que el nombre Camarada Gonzalo se inspira en un personaje de La tempestad, de Shakespeare, quien suefta con la soberania perdida y recuperada; en esta obra Gon- zalo, “el honesto y viejo consejero’, recibe burlas por su vision utopica, que no podria ser més distante de la de Guzman: el per- sonaje de Shakespeare imagina un pais en el que no existe el tra- bajo y las mujeres son inocentes y puras y donde no habia % Pert, Yuyanapag.... op ct. p.3- Orin Stam, “Maoism in the Andes. ‘The Communist Party of Peru. Shining Path ‘and the Refusal of History’, Journal of Latin-American Studies, wl. 27, mim. 2, mayo de 1995, p. 414. 191 JUSFICIA REVOLUCIONARIA soberani ..-traicion, crimen, piedra, pico, cuchillo, arma o necesidad de cualquier motor no tendria: sino que la naturaleza la proporcionaria, por cuenta propia.” ¢ 1980, incluyeron Julio Chany Macbeth de Shalerpesteco como lees ciones sobre la conspiracién, pero Guzman también citaba a Mz a Lenin y un ensayo titulado “Mahoma’ de Washington Teving. Asimismo, a pesar de su admiracién declarada por el marxis peruano José Carlos Mariategui, Mao era su guia ideolégico pri cipal. Orin Starn argumenta que la deuda de Guzman con Mi era la “politizacién implacable del comportamiento personal la vida publica’ Los rituales prestados, “los carteles, el capirot el teatro callejero y los himnos a Mao (memorizados en manda: rin) sugieren que precisamente es la diferencia con las prdcticas, cotidianas del Perii lo que lo atrajo a él y a sus seguidores. Ut liz6 el truco maoista de convertir las politicas en pegajosas coi signas;-y-en-las reuhiones atacaba a los enemigos internos especial a quienes no crefan que Pert estuviera listo para Ta hn cha armada. Nombré “las dos lineas” a la tesis y la antitesis, siempre culminaban en la victoria de su pensamiento. Si bien el nombre Sendero Luminoso reconocia a José Carlos Mariate; como el avatar peruano, lo unico que tomé de él fue la fra “sendero luminoso del comunismo”. En realidad, Guzman no. nia interés en los indfgenas como tales" ni asumié la vestimenta_ o la actitud-de ur guerriltero: Roncagliolo comenta, en relaci con una fotografia tomada cuando Guzman fue arrestado:pot, ‘© William Shakespeare, The Tempest, ed. de Burton Raffel, Yale University Press New Haven, 2006, Il 1, vv. 132-138 [La tempestad, trad. de R. Martinez Lafuente, trad. de la introduccién de Gema Moral Bartolomé, xa, Barcelona, 2003], ® Orin Stam, “Maoism..., a. cit, p. 410. eld © Sobre las diferencias entre el pensamicato de Mariitegui y de Guemén, Orin Starn, “Maoism..”, art. cit, p. 414. 192 JUSTICIA REVOLUCIONARIA otestar contra el plan del general Velasco para reformar la universidad, que de este arresto data la unica fotografia que muestra a Guzman con ana apariencia més o menos guerrillera: una mirada endurecida, ‘mal afeitado, cabello despeinado, el ambiente de prisién. En este momento atin merecia respeto como profesor y fue liberado répi damente. En realidad, nunca seria un peleador en la linea de fue- go sino un hombre que se dirigia desde la cétedra, usando el poder de las palabras. ; La demostracién espectacular de esto ocurrié cuando lanz6 jalucha armada en 1981, con un discurso que concluia los nego- dos de la Primera Escuela Militar y proclamaba la revolucién. Fue un acto de discurso performative que anunciaba y creaba “una nueva situacién: la ofensiva estratégica de la revolucion mundial”, “Del fragor de las batallas con su fuego inextinguible saldra la luz —anuncié—, de la negrura Ja luminosidad y habré un nuevo mundo?® Sus palabras resuenan con el fervor evangé- lico de una profecia biblica que no admite dudas ni discusién. No obstante, el debate no es mas que un predmbulo para la ac- cién, pues lo que le sigue esta predestinado y no puede ser otra cosa que la revolucién global: Las trompetas comienzan a sonar, el rumor de la masa crece y cre- cerd més, nos va a ensordecer, nos vaa atraer a un poderoso vérti- ce, con una nota: seremos protagonistas de la historia, conscien- tes, organizados, armados y asi habra la gran ruptura y seremos hacedores del amanecer definitivo.* & Santiago Roncagliole, La cuarta espada..., op. cit, p. 75. El contraste con el Che escrito por Ricardo Pighia en Eliiltimo lector resulta sorprendente. La traducciGn al inglés del discurso se incluye en Abimael Guzman, “We are the Initiators, en Orin Starn et al. (coosds), The Peru Reader; Duke University Press, Durham, 1995, pp. 310-315 [versién en espafiol disponible en (consultado el 20 de enero de 2015}. % Ibid, p. 314, [Td] 193

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