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Ly eer Ter a - Te ae | Tae ae a 12 NUEVAS REGLAS PARA VIVIR : : Jorpan B. Peterson MAS ALLA DEL ORDEN 12 nuevas reglas para vivir : : Planeta ‘Tieb original: Beyond Onder 12 Mere Res for Life (© Jordan B. Peterson, 2021 erechos cedides por accerdo con Laminate Publishing Lidl como eesenario de Jordan B, Pxerson, en representacion de Creative Artists SSgeney y CookeMeDernid Agency Ine en conjuncin con Intercansnensa, ‘Leray Agency Led. Publicado orginalmenteen inglés por Portola, tin sala editorial de Penguin Random House © de la sraduccin, judi Sievert Alrmenas, 2021 © Editorial Planeta, 8.4 2021 ‘Be, Diagonal, 662-664, 08034 Barcelons swredicorial planeta.cs ‘rorwplanetadelibros.com | | | ‘A mi esposa, Tammy Maureen Roberts Peterson, a la que he amado con lacura durante cincuenta afios y la que considero admirable, en mi aprecio, en los sentidos y de forma totalmente desmedida, © de as ilusteaciones, Laminate Publishing Led, 2021 Primera edicgn: marzo de 2021 Depss 5, 2.023-2021 ISBN; 978-84-08-23904-8 Preimpesién: J, A. Diseso Bliorial SL Primera edicién (Colombia): marzo de 2021 {© Feditorial Planets Colombiana S.A. Calle 73 n.°7-60, Bogocé swereplaneeadelibrs.com co ISBN 13: 978-958-42.9397-6 ISBIN 10: 958-42-9397-4 Impresién: Bdtorial Norios S.A. Tinpreso en Colombia ~ Printed i Colombia [No se pesmi la eproduccisa total o parcial de ese bro incosporaicn pan akioma informético ast ttnsmisin en chalguies frre o por euslqice sharon ext clectzdnico, meinen, por fotocopi. por grabacién w ots rritedon anal perminy pcvioy por exito del editor. La infactén de os derechos sionados puede er constcutira de deliv contra propiedad intelectual Lista de ilustraciones Comentario del autor en tiempos de pandemia Profacio Regla 1: No denigres a la ligera ni las insticuciones sociales ni el logro creativo Regla 2: Imagina quién podelas set y pon todo tu empefio en serlo Regla 3: No escondas en la nicbla las cosas que no desces Regla 4: Piensa que la oportunidad reluce alli donde se ha renunciado a la responsabilidad Regla 5: No hagas lo que aborreces Regla 6; Abandona la idcologia Regla 7: All menos esfxérzate al maximo en una cosa espera a ver qué pasa Regla 8: Intenta tener una habitacién de tu casa Jo més bonita posible u 13 15 31 85. 127 149 181 197 221 241 Regla 9: Si atin te comoen viejos recuerdos, escribe sobre ellos fielmente y con todo hijo de detalles Regla 10: Planifica y esfuerzace por mantener viva Ta llama de tu relacién Regla 11: No te vuelvas rencoroso, mentiroso o arrogante Regla 12: Muescra graticud a pesar de tu sufrimiento Epilogo Notas Indice terminolégico 271 311 353 4 433 441 455 LISTA DE ILUSTRACIONES 1, ElLoco: inspirada en Pamela Colman Smith (1910), Et Loco, de la baraja del tarot Rider-Waite; Rider & Son. 2, Materia prima: inspiradacn Hermes Trismegisto (1613), Occulta philosophia, También en la obra de Nollius, H., Theoria philosophiae hermeticae, Apud P. Anconium, Ha- noviae, 1617. 3. San Jorge y el dragén: inspirada en Paolo Uccelo (hacia 1458), San Jorge y el dragén. 4, Allas y las Hespérides: inspirada en John Singer Sargent (hacia 1922-1925), Alas y las Hesperides. 5. Angel caido: inspirada en Alexandre Cabanel (1847), “Angel catdo, 6. En nuestra granja comunitaria: inspirada en B. Dey- kin (1932), En muestra ganja comunitaria no caben los cu- ras y los kulaks. 7. Aprendic: inspirada en Louis Emile Adan (1914), Apren- diz, 8, Los lirios: inspirada en Vincent Van Gogh (1890), Los ris. ul MAS ALLA DEL ORDEN 9. La tentacién de san Antonio: inspirada en Martin Schon- gauer (hacia 1470-1475), La tentacién de san Antonio, 10, Elelixir del amor: inspiradacn Aubrey Beardsley (1893), Cémo sir Tristram bebié del elixir del amor U1. Satdn: inspirada en Gustave Doré (1900), Satén, De Mil- ton, J. Milton’s Paradise Lost (con ilustraciones de M. Gustave Doré), Cassell &¢ Company, Led., Londres, 1900, 12, San Sebastidn: inspirada en Martin Schongauer (hacia 1480), San Sebastian 12 COMENTARIO DEL AUTOR N TIEMPOS DE PANDEMIA Escribir un libro de no ficcién. durante la crisis mundial pro- vocada por la propagacién de la COVID-19 es desconcertan- te. En estos momentos tan dificiles, incluso el hecho de pen- sar en algo que no sea la enfermedad parece un absurdo, en cierto sentido. Sin embargo, condicionar todas las ideas de una obra actual a la pandemia —que terminard por remitic— parece un error, pues los dilemas habituales de la vida volve- én en algiin momento (y por suerte) a un primer plano, Esto significa que un autor contemporanco cometerd inevitable- mente un error: 0 bien pondré demasiado énfasis en la pan- demia, que tiene una duracién incierta, con lo que ctearé un libro que pasard de moda en un pis pas; 0 bien ignorard la pandemia, lo cual equivale més o menos a ignorar el traje nuevo del emperador, como suele decirse. ‘Tras considerarlo y debatir estas cuestiones con mis edito- res, decid escribir Més allé del orden: 12 nuevas reglas para vi- vir conforme al plan urdido hace varios afios, haciendo hinca- pié en asuntos que no son espectficos de la época actual (de modo que existe el riesgo de cometer el segundo ertor, mas que 13, MAS ALLA DEL ORDEN el primero). Supongo que tambicn podria decirse que aquellos que han optado por leer est libro o escuchar su versibn de au- dio se sentirin aliviados de poder distraerse con algo que no sea el coronavitus y la devastacién que ha sembrado. 14 PREFACIO EL 5 de febrero de 2020 me cesperté en una unidad de cui- dados intensivos, nada més y nada menos que en Mosel. Me habjan atado a fos Jados de la cama con correas de quince centimetros porque, estando inconsciente, me habfa alterado ¥ me habfa quetido quitar los catéteres del brazo para salir de la UCI. Estaba confundido y frustrado; no sabia dénde me cuvontaba y no veia més que @ personas que hablaban un idioma extranjero. No vefa nia mi hija Mikhaila ni a su es- poso Andrey, que solo podian visitarme unas pocas horas y zno tenfan permiso para estar conmigo cuando me despertara. ‘También estaba enojado por estar ahi y, cuando mi hija me fue a ver unas horas més tarde, me abalancé sobre ella. Me sentfa traicionado, aunque no era ni mucho menos el caso. Me habjan satisfecho las diversas necesidades con gran profe- sionalidad, a pesar de las eno:mes dificultades logisticas que cntrafia solicitar atencién médica en un pais extranjero de verdad. No recuerdo nada de lo que me pasé durante las se- ‘manas inmediatamente precedentes, y muy poco del momen- to en que ingfesé en un hospital de Toronto a mediados de ay MAS ALLA DBL ORDEN diciembre. Una de las pocas cosas que serfa capaz de recordar, echando la vista atrds a los primeros dias del afio, es el tiem- po que invert! en escribir este libro. Escrib{ buena parte y edité casi todo el texto de este libro en una etapa en la que mi familia sufti6 una serie de achaques superpuestos que minaron gravemente nuestra salud. Buena parte de ello ha sido objeto piblico de debate y, por ese moti- vo, creo que debo dar una explicacién detallada. Primero, en enero de 2019 mi hija Mikhaila tuvo que contactar con un ci- rujano para que le reemplazara buena parte de su tobillo arti- ficial. Se lo habfan implantado cerca de una década antes, pe- 10 la primera prétesis nunca acabé de ir bien del todo; le dolfa y le dificultaba el movimiento, hasta que casi dej6 de funcio- nar, Estuve con ella un mes en un hospital de Zairich (Suiza), para cl procedimiento y la fase inicial de la recuperacién. A principios de marzo, mi esposa Tammy fue sometida a una operaciéa rutinaria en Toronto. Tenia un céncer de ri- én comin y bastante tratable, Un mes y medio después de lacirugfa, cn la quc le extirparon un tercio de ese érgano, su- pimos que en verdad sufrfa una malignidad extremadamente rara, con un indice de mortalidad de casi el cien por cien en un plazo de un affo. Dos semanas después, los cirujanos que la tenfan a su cargo le extirparon las dos terceras partes que quedaban del rifién afectado, asi como una porcién considerable del sistema lins- tico abdominal, La cirugia parecié frenas la progresién del cén cer, pero desencadené una fuga de fluido de hasta cuatto litros al dia de su sistema linfitico dafiado —una condicién llamada ascivs quilosa— tanto o més peligrosa que la dolencia original. Visitamos a un equipo médico de Filadetfia y Tammy dejé de perder fluido por completo noventa y seis horas después, pues 16 le inyectaron un tinte de aceite de amapola cuya aplicacién prdctica era la mejora de las imagenes de las tomograllas y re- sonancias magnéticas, Este avance se produjo el mismo dia que cumpliamos treinta afios de casados. Se recupers deprisa y, al parecer; del todo: prueba de la suerte que todos necesitamos para vivis, asf como de su admirable fortaleza y resistencia. Por desgracia, mientras ocurria todo esto,-mi salud iba a peor. A principios de 2017 habfa empezado a tomar un ansio- Iitico, después de suftir lo que parecfa ser una reacciéa auto- iamune a algo que habla comido durante las Navidades de 2016." La reaccién alimentaria me generaba una ansiedad agu- da y constante y me provocaba una sensacién de frfo extremos tanto daba cudnta ropa llevara o las mantas con las que me ta- para. Mi presién sanguinea cay6 tanto que cada vez. que trata- ba de incorporarme, me sentia aturdido y tenia que quedarme hecho un ovillo recuperando fuerzas. Levantarme me costaba por fo menos media docena de intentos. ‘También experimen- taba un insomnio casi total. El médico de éabecera me receté una benzodiacepina y un somnifero. El segundo solo me lo to- mé unas cuantas veces, pero lo dejé de usar porque el trata~ miento con benzodiacepina erradicé casi de inmediato y por completo los sintomas terribles que padecia, incluido el in- somnio, Segui tomando la benzodiacepina casi tres afios exac- tos, porque mi vida parecia destilar un estrés antinatural du- rante esa época (el periodo en que pasé de tener una existencia tranquila como profesor universitario y psicdlogo clinico a vi- “La enfermedad que le costé el tobillo a mi hija Mikcaila y que le oblig6 a sustiuirlo, junto con su cadera, tambien era inmune. ¥ mi esposa tenia unos sfitomas artriticos similares a los de Mikhaila. Solo Jo menciono para arrojar algo de luz a por que se valoré un programa de respuesta inmune y por qué tenia cierto sentido, 17 MAS ALLA DEL ORDEN vir la realidad tumultuosa de ser un personaje piblico) y por- que pensaba que este Farmaco —como suele afirmarse de las benzodiacepinas— era una sustancia relativamente inocua. No obstanite, la cosa cambié en marzo de 2019, cuando mi esposa empezé a librarsu propia batalla contra la enfermedad. ‘Yo habfa notado un ostensible repunte de mi ansiedad tras la hospitalizacibn, la cirugia y la recuperacién de mi hija, En con- secuencia, pedf al médico de cabecera que me incremenrara la dosis de benzodiacepina para no preocuparme ni fastidiar alos demas con mi ansiedad. Por desgracia, el ajuste de la dosis acentué bastante los sentimientos negatives. Pedi que me la subieran de nuevo (esta vez, estdbamos intentando lidiar con Ia segunda operacién de Tammy y sus complicaciones, el pro- bblema al que yo atribuia el aumento de mi ansicdad), pero mi problema se hizo més grave. No pensaba que fuera para nada tuna rcaccién paradgjica a la medicacién, cosa que ahora sf creo, sino la reapatiién de una tendencia a la depresién que me habia asolado durante afios.” En cualquier caso, dejé de to- ‘mar por completo la 2enzodiacepina eu usayo de ese afloy pro- bé con dos dosis de ketarnina en una semana, como me sugitié tan psiquiatra al que consulté. La ketamina es un anestésico psicoddlico poco cosvencional que, en ocasiones, puede surtir efectos positives extraordinarios ¢ inmediatos sobre la depre- sin, No me ayudaron en nada: fueron dos viajes de noventa minutos al infiemo. Me hicieron sentir una culpa y una ver- * Durante dos décadas tomé inhibidores de la recaptacién de sexo tonina como Celexa. Me ayudaron muchisimo, pero dejé de tomarlos 1 principios de 2016 porque hice un cambio de dieta que los volvis 18 giienza inmensas por todo y mellevaron a ignorar lo que habla cextraido de mis experiencias positivas. Varios dias después de la segunda experiencia con Ia keva~ mina, comencé a padecer las secuelas de un sindrome de abs nencia agudo telacionado con Ia benzodiacepina. Fue un au- téntico tormento: me invadié na ansiedad muy superior a la «que jamés he experimentado, asf como una agitacién y una ne- cesidad imperiosa de moverme (formalmente conocida como catisia), pensamientos abrumadores de autodestruccién y la ausencia completa de cualquier tipo de felicidad. Un amigo de Ia familia y médico me ilustrd sobre los peligros de la abstinen- da repentina de benzodiacepina. Asi que empecé a tomarla de nuevo, aunque en una dosis menor que la que habia llegado a tomar. Muchos de los sintomas remitieron, pero no todos. Pa- ra combatir el resto también empect a tomar un antidepresivo {que me habia ido de maravilla en el pasado, Pero lo inico que consiguid fue hacetme sentir muy agorado, con lo que necesi- taba dormir al menos cuatro horas més al dia —un handicap importante durante los graves problemas de salud deTammy-—, ademés de multiplicarme el agetito por dos o por tres. ‘Al cabo de nos tres meses de terrible ansiedad, de hiper- somnia descontrolada, de una acatisia terriblemente desgarra- dora y de un apetito exagerado, acudi a una clinica norteame- ricana que afirmaba estar especializada en la abstinencia répida de la bentodiacepina. Pese alas buenas intenciones de muchos de sus psiquiatras, en la clinica solo consiguieron reducir lige- ray lentamente mi dosis de benzodiacepina, Ademds, empect a notar los efecros negativos, iacontrolables con el tratamiento de hospitalizacién que oftectan, Con todo, estuve en esa clinica desde mediados de agos- to, apenas unos dfas después de que Tammy se hubiera recu- 19 MAS ALLA DEL ORDEN perado de sus complicaciones posquistirgicas, hasta finales de noviembre, cuando regresé a casa a Toronto, en un estado deplorable. Por aquel entonces, la acatisia (el trastorno de movimiento incontrolable al que aludia antes) se habla exa- cerbadio hasta que ya no podfa sentarme iti descansar en nin- guna postura durante un rato sin sentir graves molestias. Fn diciembre ingresé en un hospital de la zona, momento en el ‘que empieza mi laguna respecto a los sucesos que precedie- ron a mi despertar en Mosc. Como supe mas tarde, mi hija ‘Mikhaila y su esposo, Andrey, me sacaron del hospital de To- ronto a principios de enero porque pensaban que el trats- miento que recibfa ahf me estaba haciendo mds mal que bien, una opinién con la que convine totalmente en cuanto me enteré. ‘Al recobrar la consciencia en Rusia, la situacién se habla agravado por otro hecho: en Canadé también habfa contraf- do una doble pulmonia, aunque no me la detectaron ni la tracaron hasta que llegué a la UCI en Mose. No obstante, estaba allf sobre todo para que la elfnica me ayudara a dejar de tomar benzodiacepina, utilizando un procedimiento des- conocido 0 considerado demasiado peligroso en Norteamé- rica, Como no habia conseguido tolerar ninguna reduccién en Ia dosis —~aparte de la disminucidn inicial de hacla me- ses—, Ja clinica me indujo un coma para que estuviera in- consciente durante los peores tramos de la abstinencia, Ese régimen comenzé el 5 de enero y duré nueve dias, durante Jos cuales también me conectaron a una méquina para regu- larme la respiracién. EI 14 de enero me quitaron la anestesia y la intubacidn, Me desperté unas horas, tiempo durante cl cual indiqué a mi hija que ya no suftfa de acatisia, aunque no recuerdo nada 20 PREFACIO El 23 de enero me pasaron a otra UCI especializada en rehabilitaci6n neurolégica. Recuerdo despertarme durante un breve petiodo el dfa 26, hasta que recuperé por completo la consciencia, como he explicado antes, el 5 de febrero: diez dias durante los cuales transité por un delirio de vivida intensidad, Una vex despejado, me mudé a un centro de rehabilitacién més acogedor en las afueras de Mosci. Alli tuve que aprender otra ver a subir y bajar escaleras, abotonarme la ropa, acostar- me solo, colocar bien las manos sobre el teclado del ordenador y teclear. Tenfa la sensacién de que no veia bien; 0, mejor di- cho, de que no sabfa usar mis exeremidades para interactuar con el entorno. En cuanto los problemas de percepcién y coor- dinacién hubieron remitido bastante, al cabo de unas semanas, Mikhaila, Andrey, mi nieta y yo nos mudamos a Florida. Que- siamos pasar un tiempecito al sol para recuperarnos (algo bien- venido después del fifo gris de Mosci en pleno invierno). Esto fue justo antes de que cundiera el pinico global por la pande- mia de la COVID-19, En Florida intenté desintoxicarme de la medicacién que me habfa recetado la clinica de Moscti, aunque segufa con la mano y el pie izquierdos entumecidos, tenia temblores en esas dos extremidades y en los miisculos de la frente y suftfa una ansiedad muy severa. Todos estos sintomas se acentuaron bas- tantea medida que fui reduciendo la toma de medicacién, has- tal punto de qué, dos meses después, habia vuelto a las dosis que me habfan prescrito inicialmente en Rusia. La derrota me dej6 tocado, pues habla empezado a reducir el consumo ani- mado por un optimismo que acabé hecho trizas; ademés, vol- via.unos niveles de medicacién que habia intentado eliminas, por lo que habia pagado un alto precio. Tave la suerte de con- tar con familiares y amigos que estuvieron conmigo durante an MAS ALEA DEL ORDEN esta fase y su compafia me animé a seguir adelante, a pesar de que los sintomas que experimentaba se volvian insoportables, cn especial por la mafiana, ‘A finales de mayo, tres meses después de dejar Rusia, era obvio que estaba empeorando, no mejorando. Ademés, de- pender de las personas a quienes amaba y que correspondian a ese sentimiento era insostenible ¢ injusto. Mikhaila y Andrey habian estado en contacto con una clinica serbia que oftecta tun método novedoso para tratar el sindrome de abstinencia de la benzodiacepina, y movieron los hilos para trasladarme ahi solo dos dias después de que ese pais hubiera reabierto sus fronteras tras el cierre por la pandemia. No voy a afirmar que lo que nos sucedié a mi esposa, a mf y alos que tanto ayudaron a cuidarla acabé desembocando en un bien mayor. Lo que le pasé a Tammy fue un auténtico ho- ror. Durante més de medio afio estuvo encadenando crisis de salud graves y casi fatales cada dos o tres dias; y luego tuvo que lidiar con mi enfermedad y con mi ausencia. Por lo que a mf respecta, estaba desclado por lu prubable pérdida de alguien que habia sido mi amiga durante cincuenta afios y mi esposa durante treinta, Estaba horrorizado de ver la terrible factura que aquello fes pasaba a sus otros familiares, incluidos nuestros hijos, y las penosas consecuencias de una dependencia farma- coldgica en Ia que caf sin darme cuenta. No voy a rebajarlo afirmando que somos mejores personas gracias a que supera- ‘mos todo eso. No obstante, puedo decir que pasar tan cerca de Ja muerte motivé a mi esposa a abordar algunas cuestiones re- Jacivas a su desarrollo espisitual y creativo de forma més inme- diata y asidua de lo que lo habria hecho. Y, a mf, me llevé a escribir —o a rescatar durante la revisién— solo aquellas pa- Jabras que segufan siendo importantes aun en condiciones de 22 sufrimiento extremo. No cabe duda de que es gracias a la fa- milla y amigos (a quienes cito especificamente en el eptlogo de este libro) que seguimos vivos, pero también es verdad que la inmersi6n plena en Jo que estaba escribiendo, que continud durante todo el tiempo que he descrito —excepruando el mes que pasé inconsciente en Rusia—, me aports tanto una raz6n para vivir como un medio para zomprobar la viebilidad de las ideas que barajaba. Creo que no he dicho jamnés —ni en mi libro anterior ni en este, 2 decir verdad-— que taste necesariamente con vivir conforme a las reglas que he presentado, Creo que lo que afir- ‘mé—al menos eso espero— fue esto: cuando el caos te sobre~ viene y te fagocita, cuando Ja naturaleza te maldice a ti o a al- guien que amas con Ia enfermedad o cuando la tirania hace pedaros algo valioso que has erigido, es saludable conocer et resto della historia. Todo ese infortunio no es mds que fa mitad triste del relato de la existencia, no tiene en cuenta el elemen- to heroico de la redencién o de a nobleza del espiritu humano que exige cargar con cierta responsabilidad, Nosotros mismos nos arriesgamos a ignorar ese apéndice de la historia, porque Ja vida es tan complicada que perder de vista esa parte heroica de la existencia podria tener un coste inasumible. No quere~ mos que pase algo ast. Lo que necesitamos es hacer de tripas coraz6n y ver las cosas con atensién y lucidez, y vivir de la me- jor manera posible. Existen fuentes de fortaleza.en las que puedes inspirarte. ¥, aunque no funcionen del todo, podrian bastas, Existe lo que tuno puede aprender sies capaz te aceptar su crror. Existen me- dicamentos y hospitales, asi como médicos y enfermeros que se dedican en cuerpo y alma y con valor a levantarte el dnimo yayadarte a superar el dia. Y luego esté tu propia personalidad 23 MAS ALLA DEL OKDEN YU coraje.,. Pero si estan hechos puré y estés dispuesto a tirar Ja toalla, todavia tienes la personalidad y el coraje de aquellos alos que quieres y que te quieren. ¥ tal vez (no es seguro) con so puedas salir adelante. Te puedo decir lo que me ha salvado ‘mf hasta ahora: el amor por mi familia; el amor que sienten or mf; os énimos que me han infundido ellos y mis amigos, el hecho de que atin tuviera una labor importante que hacer ‘mientras deambulaba por el abismo. Me tuve que forzar a sen- tarme delante del ordenador. Durante los interminables meses en que estuve transido de terror, tuve que forzarme a concen- ‘trarme ya respirar, a no mandarlo todo al carajo, Ya duras pe- ‘nas lo consegut. Me pasé mas de la mitad del tiempo conven- ido de que iba a morir en alguno de los muchos hospitales en los que estuve ingresado. Y creo que, si bubiera caido presa del rencor, por ejemplo, seguro que habria fallecidos igual que creo ue tengo sucrte de haberme librado de ese destino. Aunque no siempre nos libre del terrible aprieto en que ‘os encontzemos, zpodrfa ser que todos fueramos més capaces de gestionar la incertidumbre, los horrores de la naturaleza, la tranfa de la cultura y la maldad propia y ajena si fuéramos etsonas mejores y mds valientes? ;Si aspirdramos a valores mis clevados? ;Si fuéramos més sinceros? No serfa mds pro- bable que los elementos mas amables de la experiencia se ma~ nifestaran a nuestro alrededor? zAcaso no es posible, situs metas fueran lo bastante nobles, tu coraje el adecuado, tu honesti- dad infalible, que el bien generado acabara..., en fin, justifi- cando el horror? No es exactamente eso, pero algo bastante cercano, Al menos, estas actitudes y acciones nos podrlan aportar suficiente significado para impedir que el encuentro con ese tertor y horror nos corrompiera y convistiera el mun- do que nos rodea en algo muy parccido al inficrno. 24 sPor qué Més alld del orden? Es simple, en cierto sentido. El orden es territorio explorado. Tenemos orden cuando los actos que estimamos epropiados generan los resultados que buscamos. Nos complacen, pues indican, primero, que nos he- mos acercado alo que descamos; y segundo, que nuestra teorfa sobre cémo funciona el mundo sigue siendo bastante exacta. ‘Aun asf, todos los estados de orden, por mds seguros y cémo- dos que sean, tienen sus defectos. Nunca sabremos al cien por cien cémo actuar en esta vida: en parte debido a nuestra abis- mal ignorancia de todo lo desconocidos en parte debido a auestra ceguera deliberada; y en parte porque el mundo sigue transformandose de improviso, a su entedpica manera. Ade- rds, el orden que aspiramos a imponer en el mundo se puede solidificar a raiz de nuestros candidos empefios por dejar de sopesat todo lo desconocido. Cuando estos empefios llegan demasiado lejos, acecha el totalitarismo, impulsado por el de- seo de ejercer un control completo cuando no es posible ni si- - quiera.a nivel teérico. Esto implica arriesgarse a restringie to- dos los cambios psicolégicos y sociales necesarios para seguir adapeéndonos a un mundo en constante cambio. Ast que nos encontramos inehudiblemente ante la necesidad de uascender orden y pasar a su contrario: el caos. Si el orden es el lugar donde se hace patente aquello que queremos —cuando actuamos con una sabidurfa labrada con mucho denuedo—, el caos es el lugar donde aquello que no prevemos 0 aquello alo que hemos estado ciegos da un paso al frente de entre el potencial que nos rodea. El hecho de que algo haya ocurrido muchas veces en el pasado no es garantia de que vaya a seguir ocurriendo de la misma forma.’ Existe un dominio eterno més alld de lo que conocemos y podemos pre- decir. El caos significa anomalia, novedad, imprevisibilidad, 25 As ALLA DEL ORDER transformacién, alteracién y, en muchas ocasiones, declive, pues lo que hemos acabado dando por sentado resulta no ser de fiar. A veces se manifiesta con gentileza, revelando sus mis- terios en experiencias que nos llaman la atencién, nos atraen € jnteresan, Esto es bastante probable, aunque no inevitable, cuando decidimos abordar lo que no comprendemos con cs- ‘merada preparacién y disciplina. Otras veces, lo inesperado se presenta de forma terrible, repentina o accidental, con lo que nos desmoronamos y nos sentimos desolados, ¥ solo logramos recomponernos tres mucho agobio... Si es que lo terminamos consiguiendo. Ninguno de los estados, ni el del orden ni el del caos, es preferible incrinsecamente al otro. Asi no ¢s como hay que ver~ Jo, Sin embargo, en mi libro anterios, 12 reglas pana vivir: un anttdoto al caas, puse més el acento en cémo se podrian reme- diar las consecuencias de un exceso de caos.? Respondemos al cambio repentino imprevisible preparindonos fisiol6gica y psicolégicamente sara lo peor. ¥ como solo Dios sabe qué pue- de ser lo peor, en nuestra igsuoiaucia debemos prepararos pa- ra todas las eventualidades. El problema de esa preparacién continuaes que, en exceso, nos resulta extenuante. Pero ¢s0 0 implica de ninguna manera que haya que climinar el caos (al- go imposible, en cualquier caso), aunque lo desconocido se tiene que tratar con tiento, como sesalté muchas veces en mi anterior libro. Todo lo que no se renueva se estanca y no cabe duda de que una vida sin curiosidad —ese instinto que nos empuja hacia lo cesconocido— serfa una forma de existencia emasculada. Lo nuevo también es lo excitante, apasionante y provocador, siempre y cuando el ritmo al que nos tenemos que aclimatar no mine ni desestabilice de forma intolerable nuestra existencia. 26 PREFACIO Igual que 12 reglas para vivir, este volumen explica reglas cextrafdas de una lista mds larga de cuarenta y dos, otiginalmen- +e publicada y divulgada en al sitio web de preguntas y respues- tas Quora. A diferencia de mi anterior libro, el tema general de Mes alld del orden es explorar por qué convendria evitar los peligros de un exceso de seguricad y control. Puesto que aque- lio que entendemos es insuficiente (como descubrimos cuan- do las cosas que tratamos de controlar se desmandan de todos modos), necesitamos mantener un pie en el orden mientras estiramos el otro a tientas, hacia lo desconocido. ¥ asf nos ve~ ‘mos impelidos a explorar y encontrar el significado més pro- fundo desde la frontera, con suficiente seguridad para mante- nera rayael miedo, pero aprend'endo constantemente mientras plantamos cara alo que todavia no hemos asimilado oa aque- ilo a lo que no nos hemos adaptado. Es este instinto del signi- fcado —mucho més profundo que el meto pensamiento— lo que nos lleva por tun buen camino en la vida, Impide que nos sintamos abrumados por lo que hay ms alls 0, lo que es igual de peligroso, que nos atrofien 5 nos maniaten sistemas de va~ lores y ereencias obsoleros, dogmaricos u orgullosamente pre- gonados. {Sobre qué he escrito, pare ser més concretos? La regla 1 describe la relacién entre las estructuras sociales estables y pre- decibles y la salud psicolégica individual, y arguye que las per- sonas creativas tienen que actualizar esas estructuras si quic- ren conservar su vitalidad, La regla 2 analiza la milenaria imagen del alquimista basdncose en varias historias —anci- guas y modernas— para arrojar luz a la naturaleza y el desa- rrollo de una personalidad humana equilibrada. La regia 3 advierte de los peligros de hacer caso omiso de Ia informacién (vital para el rejurvenccimicnto continuo de la psique) revela- 27 MAS ALLA DEL ORDEN da por las emociones negativas como cl dolor, la ansiedad y et miedo. Larregla 4 sostiene que ese significado que ayuda a la gente a sobrellevar momentos dificiles se encuentra no tanto en la felicidad, que es pasajera, sino en el hecho de adoptar volun- ‘ariamente una responsabilidad madura por uno mismo y los demés, La regla 5 utiliza un solo ejemplo, extraido de mi ex- periencia como psicélogo clinico, para demostrar la necesidad personal y social de atender a los dictados de la conciencia. La regla 6 describe el peligro de atribuir la causa de los complejos problemas individuales y sociales a variables concretas como el sexo, la clase o el podes. La regla 7 expone la selacién crucial entre el esfuerzo dis- . Podéis acceder a mi pédcast y.a mi blog en ), puss dd veinticinca por ciento no tiene conocides y el weinsid&s por ciento no tiene amigos. En caso de ser cierto, sexfa especialmente terrible 56 tritis, y entre los adultos de mayor y menor edad, en el caso de los infarcos. Curiosamente, parece que es el hecho de ofrecer este apoyo social, tanto 0 mas que el recibirlo, lo que aporta estos bencficios protectores (y, como cabrla esperar, que los «que mds dan, mds reciben).? Por tanto, parece incontestable que es mejor dar que recibir. ‘Los iguales distribuyen a la ver las cargas y las alegrias de la vida, Hace poco, mi esposa Tammy y yo padecimos graves pro- blemas de salud —primero ella y luego yo—, pero tuvimos la suerte de contar con familiares (mi cufado y mi cufiada; mi madre y hermana; nuestros hijos) y allegades que nos hicieron compafia y nos apoyaron durante largos periodos de tiempo. Bstaban dispuestos a dejar todo lo dems para ayudarnos en nuestros momentos de crisis. Antes de eso, cuando mi libro 12 reglas para vivir causé sensacién, y durante la larga gira de con- ferencias posterior, Tammy y yo tuvimos cerca a gente con quien compartir nuestra buena ventura: amigos y familiares que se alegraron sinceramente de lo que estaba sucediendo, que se mantuvieron muy pendientes de los sucesos de nuestra vida y que estuvieron dispuestos a hablar de una respuesta del pul- blico que nos podria haber abrumado, Esto clevaba sobrema- nera la importancia y el significado de todo lo que estdbamnos haciendo, al tiempo que reducia la soledad que tiende a gene- rar un cambio dréstico en las circunstancias vitales, para bien © para mal, Las relaciones con colegas de estatus similar en el trabajo constituyen otra fuente importante de regulacién entre igua~ les, que se suma a la amistad, Establecer buenas relaciones con tus compatieros significa, entre otras cosas, reconocer el mérito cuando hay que reconocerlo; asumir una parte equi- __ tativa de esas obligaciones que nadie quiere hacer, pero que 57

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