You are on page 1of 12
Las revoluciones cientificas 0 los ~ _ paradigmas en la ciencia 2 ocasional el mismo Popper habia precisado que una teo- onsiderarse como falsa porque aisladamente se den enun- contrarios; esto seria tener de la ciencia una concepcién emental y muy pobre. Una teoria no queda descartada reemplazada por otra mejor. Pero, jsucede esto realmen- examenes y pruebas racionales estrictas, como Popper lo f? Para responder esta pregunta quiza no baste el examen olégico o critico, habria que recurrir a la historia real de la psicologia y a la sociologia en la forma que a continuacion de las revoluciones fue inicialmente un fisico —un cientifico de la naturaleza— por pasatiempo o distracci6n se ocupé de la historia de la e llamo tanto la atencién que casi renuncié a sus ocupacio- s decir, profesionalmente no se dedicé a la ensenanza fisica, sino que dedicé gran parte de su tiempo y talento a 0 que no concordaba entre la ciencia que habia estudiado y la ciencia que estaba estudiando. En este sentido, Kuhn es, lemente, uno de los primeros cientificos profesionales que ido la historia de la ciencia al grado de haberla conocido pro- entral de Kuhn, heterodoxa para algunos, es la siguiente: las mente nuevas no nacen por verificaci6n ni por falsacion, cin;** esta sustitucion es enormemente compleja, labori ncada caso. ;Sustitucion de qué?, se preguntaré el lector; sus- modelo explicativo —paradigma, segan Kuhn— antes vigente $. Kuhn, La estructura de las revoluciones cientificas. 181 a a 182 SEGUNDA PARTE, GRANDES METODOLOGIAS por otro nuevo. A este proceso que no es simplemente irracional poco completamente racional de las ciencias naturales, paradigma, acompajiado las mas de las veces de fuerte: dedicado al presente capitulo con objeto de apreciar su a) tualmente su validez epistemoldgica. El progreso dentro de la ciencia nor! 0 varios logros cientificos del pasado qu nocidos por una comunidad cientifica ci bajos. Dichos logros se encuentran en | tizadamente en los manuales cientificos para para adelantados~ en la respectiva disciplina ae naats los renombrados clasicos d ristoteles, el Almagesto de Ptolomeo, | incipi it (ic yep eateata tae los Principia y los Optics de New. determinadas tradiciones unitarias de investigacion cientifica, sirven de modelo para la practica cientifica ordinaria, cotidiana; cumplirian la fun. cion de paradigmas. La astronomia ptolemaica —y mas tarde la copernica- na-, la dinamica aristotélica —y mas tarde la galileonewtoniana-, la épti- ca corpuscular ~y mis tarde la de las ondas-, etc., han sido, y todavia lo son, algunos de los paradigmas que todo estudiante de las ciencias debe conocer y estudiar. La importancia de los manuales no puede pasarse por alto. Sin. embargo, en la practica los estudiantes aceptan tales modelos explicativos, menos en virtud de las pruebas que en virtud del manual y del maestro. ie Junto a estos grandes paradigmas que encierran toda una constela- cién de opiniones, valoraciones y métodos también pueden conside- tarse paradigmaticas algunas soluciones ejemplares de determinados problemas. ’ El trabajo normal de la investigacion cientifica tiene pocas aspi ciones de alumbrar novedades radicales: su papel ms bien consistiria en sofocarlas. Este trabajo trata sobre todo de recoger el mayor material posible para precisar, ratificar, asegurar y elaborar el modelo explicati- vo tradicional. Entonces una de las funciones de este paradigma consis- te en que se dé una acumulaci6n, un crecimiento en el conocimiento cientifico. La investigacion normal consiste, practicamente, no tanto en esforzarse por conseguir falsificaciones, sino en resolver enigmas; eS decir, en la solucion de un buen namero de grandes enigmas instrumen- tales, conceptuales y matematicos. Kuhn afirma: “Tiene éxito quien se muestra experto en solucién de enigmas y el reto que supone el enigma es una parte importante de lo que le suele empujar hacia adelante”.*° No obstante, cuando en la ciencia se descubren algunas anomalias, fend- menos nuevos, inesperados, lo primero que hacen los cientificos es intentar integrarlos en el modelo explicativo tradicional y no precisa- mente falsificarlos. De entrada, los cientificos ofrecen una fuerte resis- tencia a todo lo que presenta una novedad, a lo que resulta ser una ano- malia dentro del paradigma o modelo tradicional y actual. Esta novedad a este cambio di “T. Kuhn, La estructura de las revoluciones cientificas, pag. 50. Pero tam. s polémicas, esta portacion y even. ‘mal descansa firmemente en un e durante cierto tiempo son rect omo bases para sus ulteriores tra. a actualidad explicados pormeno. principiantes —y también - La misma funcion cum. le la ciencia: la Fisica de etc. Las grandes construcciones que originan CAP. 8. LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS 183, lia constituiria el reconocimiento, ya sea empirico o tedrico, secuencia es una alteracion del modelo explicativo con sus s y/o procedimiento. En lugar de falsificar la teoria, los cienti- entan corregirla, modificarla, formularla de nuevo; con fre- a esperan, sin mas, desacreditarla; a veces, hasta deshacerse de perturbadora. progresiva precision y ampliacion del modelo explicativo prece- cada vez mas acusada especializacion y profesionalizacién, la e exactitud de la informacion y la cada vez mayor complejidad ria, no solo conducena una consolidacion de dicho modelo expli- 9, sino también —de manera irénica— facilitan su paulatina debilita- Por ejemplo, cuanto mas se estudiaron y corrigieron los movimien- las estrellas sobre la base del sistema ptolemaico del universo, 4s se fue acumulando material para su refutacion. Lo mismo ha 9 con las revoluciones copernicana, newtoniana, de la quimica y ria de la relatividad. “Cuanto mas exacto y comprensivo es el gma, tanto mas sensible se vuelve como indicador de anomalias, si ocasion a un cambio de paradigma.”*” Concretamente, el proce- ser muy lento —siempre es complejo-. Hay periodos de transi- los cuales los patrones del modelo antiguo comienzan por aflo- inalmente la situaci6n critica de la teoria tradicional sale a luz. Al nto de las nuevas teorias les precede siempre un periodo de ble inseguridad, que acaba por destruir el paradigma. En resu- a crisis es, de ordinario, condicién previa para la sustitucién del lucion versus verificacion cién _ De acuerdo con Kuhn, ni la metodologia de la verificacion, ni el esque- 0 la metodologia de la falsacion son capaces de explicar las revolucio- Cientificas verdaderamente revolucionarias, radicales. Al estudiar con ible perspicacia el funcionamiento normal de la ciencia, Kuhn aclara en tanto un modelo explicativo prueba su eficacia, los cientificos rara- nte buscan otras alternativas. Inclusive, como ya parcialmente se ha Hencionado, cuando las anomalias aparecen, éstas no son estudiadas mo ejemplos en contra que falsifiquen la doctrina tradicional. Asi, una que una teoria cientifica ha alcanzado estatus de paradigma no sera ‘abandonada mientras no haga acto de presencia otro candidato que pueda “Ocupar su lugar. Hasta ahora el estudio histérico del desarrollo de la cien- Gia no ha descubierto ningiin proceso que guarde cierta afinidad con el Patron metodolégico de la falsificacion por comparacion directa con la ituraleza. Asi, la decision de rechazar un ideal o paradigma siempre lle- consigo la necesidad de adoptar otro novedoso y el juicio que conduce a decision implica la necesidad de adoptar otro nuevo; ahora bien, dicho Ibid., pag. 77. juicio requiere la comparacion de ambos paradigmas tanto con la natura. leza como entre si. Lo anterior ocurre de tal manera que el transito a un nuevo modelo explicativo no se efectia precisamente segiin la Idgica de la investiga. cion cientifica, es decir, paso a paso. En realidad, se trata de una verda. dera revoluci6n cientifica. El proceso no discurre como en la Ciencig normal, acumulativamente, sino de manera revolucionaria, enten. diendo por ello que el paradigma aceptado o establecido yel paradig. ma venidero no son compatibles entre si; el anterior debe dar Paso al nuevo. De esta manera pueden entenderse los antecedentes, por ejem- plo, de los casos Galileo ¥ Darwin. Los conceptos familiares y estables cambian, las normas y los criterios se desplazan, las teorias y los méto- dos se tambalean. ‘ En el microcosmos 0 en el macrocosmos, en astronomia 0 en fisica, en quimica o en biologia, termina por operarse el cambio de toda la vision del mundo. Kuhn sefiala: Guiados por el nuevo paradigma, los cientificos emplean nuevos aparatos y buscan nuevos fenomenos. Y, lo que atin es més importante, durante las revoluciones los cientificos ven esos otros fendmenos, cuando con ayuda de aparatos conocidos vuelven a mirar en sitios que ya antes habian inspecciona- do alguna vez. Parece como si toda la comunidad de expertos se trasladase de repente a otro planeta, en el que los objetos conocidos se presentan bajo una nueva luz y otros desconocidos se asocian a ellos, Esto, naturalmente no suce- de del todo asi en la realidad: no se da un trasplante geografico: fuera del labo- ratorio los acontecimientos cotidianos siguen como hasta ahora. No obstante, los cambios de paradigma inducen efectivamente a los cientificos a ver de otra manera el mundo de su campo de investigacion. En cuanto que su tinica rela- cién con este mundo consiste en lo que ven y hacen, bien podemos decir que los cientificos, después de una revolucién, tienen que habérselas con un mun- do distinto.** El camino de la teoria de la ciencia ha Ilevado en los ultimos 50 afios desde la racionalidad hipercartesiana de una légica positivista y un analisis del lenguaje abstractos, a través de un sinnamero de correccio- nes internas— otra vez hacia atras, a las dimensiones de la historia, del sujeto, del grupo social y con ello a la necesidad de la historia, de la psi- cologia, de la sociologia, inclusive de la misma metafisica. Si queremos enjuiciar todo este proceso racional-irracional del progreso cientifico no basta, evidentemente, un unico criterio simplista, un unico método especializado, una unica teoria rigida, un unico lenguaje unitario repre- sentativo del mundo, un nico gran paradigma. De forma tan racional no se puede aprender la logica de la investigacion y del proceso cientifi- co de la humanidad. La consideracion logicocritica comporta una res- triccién que facilmente acaba, por su pronunciado antidogmatismo, e2 un nuevo dogmatismo que, en cuanto tal, ya no se somete a la critica por la que abogaba. **Ibid., pag. 123. CAP. 8. LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS «= 185, 1ismo del método- existe menos razon que nunca, y algunos de los umentos del radical P. Feyerabend, aun cuando no se puede compartir ynarquismo metddico, son dignos de tenerse en cuenta. En la actualidad 6lo la fisica, sino todas las ciencias naturales se cuidan mucho mas que de cualquier absolutizacién del método que aplican y de la verdad conocen. La fisica clasica partia del supuesto de que la naturaleza pue- conocida tal como ella es en si y que todos los procesos fisicos eran ables en principio. En cambio, la fisica nueva, de acuerdo con los mientos de la teoria de la relatividad y de la mecanica cuantica, par- el supuesto de que todos los conocimientos de la fisica clasica no tienen en si mismos y en todas las circunstancias, sino en circunstancias ; concretas; que no nos hallamos de ninguna manera ante un acontecer olutamente determinado bajo todos los puntos de vista; que incluso en erimento fisico el método modifica al objeto y reproduce una sola de perspectivas y uno solo de sus aspectos; que el método fisicoquimico do, por ejemplo, a un organismo viviente solo descubre uno de sus precisamente el aspecto fisicoquimico, dejando en penumbra los aspectos. e esta manera, actualmente en la fisica, la quimica, la biologia y ciencias de la naturaleza, en lugar de hablar verdades con validez sal, verdades copias de la realidad, se prefiere hablar de proyec- de modelos hipotéticamente validos, que s6lo nos sirven bajo minadas condiciones y dentro de particulares limites y que, en do caso, son compatibles con los otros proyectos y modelos. Por tanto, 0 constituyen una reproducci6n de la naturaleza, sino la simple cons- cion —la mas de las veces irrepresentables, expresables inicamente n el lenguaje formal de la matemAatica— de determinadas funciones y elaciones. Entonces, no se persigue una verdad absolutamente objeti- , sino sdlo una verdad condicionante objetiva. Dado el nimero indefi- o de perspectivas y variantes es posible que se dé un numero indefi- ‘ido de métodos y aspectos, proyectos y modelos de una unica realidad jue, en si misma, por supuesto, sigue siendo infinitamente mas rica y ompleja que todas las afirmaciones, aun las mas exactas que se hicie- an acerca de ella. ativizacion del conocimiento entifico Con la relativizacion del conocimiento cientifico que ha originado la teoria de la ciencia, también debemos considerar la desideologizacién iocritica —-segin Kuhn- que ella ha comportado, tal como la desarrolla, r ejemplo, Jurgen Habermas. La teoria critica de la sociedad esta avalada Por el desarrollo socioeconémico general que, de una forma drastica, Manifiesta la ambivalencia entre el progreso tecnoldgico y los limites del mocimiento. Las ciencias naturales no han constatado lo dado, los 186 SEGUNDA PARTE. GRANDES METODOLOGIAS hechos, de una forma neutral, puramente objetiva, desde el punto de vista ideolégico. En las ciencias naturales, los cientificos se han ~muchas veces, sin saberlo siquiera~ por determinadas valoracione. intereses, como la eficiencia, la economia, la disponibilidad Controlad ke larentabilidad tecnologica, etc. Asi, la objetividad de las ciencias natur, a les no resulta absoluta, sino condicionada por todo el sistema de Mlacigs nes, por intereses sociales, por el método aplicado. Sus tantas veces pee testados imperativos de objetividad no han sido a menudo otra cosa ud imperativos de un determinado método. Pero el mismo sistema de raid ciones, el para qué, los valores y objetivos de la propia investigacion cientifica no se han constituido, en general, en objeto de su reflexion Con frecuencia estas Cuestiones se dejan expresamente a cargo de otros; Pareceria que los cientificos se juzgan competentes no para los valores. sino para los hechos cientificos. 3 Sin embargo, hoy en dia muchos cientificos se formulan estas pre- guntas generales: es de suyo razonable y pleno de sentido todo lo que hacen las ciencias naturales y la técnica?, jse debe hacer todo lo que se puede hacer?, ilo que es técnicamente posible?, ;contribuye todo pro- greso cientificotecnologico también a la libertad, a la madurez, a la humanidad del hombre? Pareceria que es necesario que no sdlo los intereses tectores del conocimiento cientifico sean tematizados y reflexionados, sino también los supuestos metodol6gicos y condicio- exenta de valoracion guiado secretamente unica forma de que las ciencias naturales no sigan, junto con la técni- ca, una direccion ideologicamente equivocada, asi como de que no se haga realidad ese sueno cibernético —del cual habla H. Kung-—*° que desembocaria en una regulacion total de la sociedad, en una adminis- tracion racional del mundo mediante un gobierno de técnicos. En suma, hay que desistir de una vez del cientificismo ideolégico, de esa especie de dogma de fe en la ciencia. Entre los fisicos aparecen —sobre todo cuando llevan a cabo ciencia extraordinaria, no precisamente ciencia normal— especies de dificultades de conversion a un nuevo paradigma; conversion que no puede obtenerse por la fuerza. Las confrontaciones entre los dos partidos -o, mejor, entre los dos mundos linguisticos-, las discusiones entre los solucionadores de enigmas y los probadores de paradigmas, los defensores del modelo anti- guo y los defensores del nuevo, casi siempre resultan, desde el inicio de la batalla, mas que discusiones racionales, cientificas y serias, habiles inten- tos para ganar, convencer y convertir a la parte contraria, para que ésta “°H. Kung, jExiste Dios?, pag. 167. CAP. 8. LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS = 187, e los supuestos propios, tan evidentes, a partir de los cuales todo se e. La procedencia, la vida y la personalidad de los participantes influ- qui tanto como la nacionalidad, el prestigio y hasta los maestros del uiere innovar. Junto a estos factores sociologicos y psicoldgicos, lo mas importante, de el punto de vista objetivo, es la pretension de los factores del nuevo radigma de que ellos son capaces de resolver los problemas que han a crisis al anterior paradigma, en todo lo cual no deja de tener ortancia la atraccién que ejerce la mayor simplicidad, transparencia, rsalidad y elegancia de la nueva solucion. Pero la discusion objeti- ulta extremadamente dificil. Tras las dificultades de comunicacion e ambos mundos lingiisticos, también se esconden dificultades de jucci6n. Para ser convencido del cambio, el que ha crecido en el anti- ‘mundo lingiiistico y en la antigua ciencia normal necesita de una tra- ccién que le haga saber algo de la debilidad y la fuerza del otro paradig- 10 modelo de explicacién. Pero, a la traduccién se le ha de sumar la iccion y a la conviccion, la conversion; por consiguiente, siempre se de una opcion que no es puramente intelectual: la decision de qué igma ha de guiar el estudio de los problemas en el futuro. Ahora |, esta decision constituye para el fisico una cuestion de confianza, todo en el primer estadio de la discusion. Este debe estar convenci- e puede lograr esto de stbito?— de que el nuevo paradigma puede inar con los muchos y grandes problemas que se le plantean, sabien- ) Unicamente que el viejo paradigma ha fracasado en algunos de ellos. na decision de este tipo no puede tomarse sino sobre la base de una con- a. Por otro lado, resulta interesante ponderar, aunque sea brevemen- , el desarrollo del cambio de paradigma. Al principio el nuevo candi- © a paradigma tiene, por lo general, pocos abogados, en su mayoria enes; solo con el tiempo se afilian a él mAs cientificos, con lo que pro- ‘a el estudio del nuevo paradigma. Sin embargo, con bastante fre- lencia los mas antiguos y experimentados investigadores del modelo stablecido ofrecen resistencia y es necesario que llegue una nueva Seneracion para que toda la comunidad cientifica adopte, por fin, el luevo paradigma. Como sefiala agudamente Max Planck: “Una verdad ntifica nueva no suele imponerse porque sus adversarios queden Convencidos y se rindan a sus razones, sino mas bien porque éstos van i y la generacion siguiente se ha ido familiarizando desde un incipio con la verdad”. En principio, puede haber tres caminos para abordar y poder emerger le la crisis: a) La ciencia normal resulta, contra lo que parecia, capaz de resolver los problemas que habian provocado la crisis y de modifivar el para- digma tradicional. M. Planck, Scientific autobiography and others papers, citado en “Ciencia y Desarro- llo”, num. 19, pag. 52. 188 SEGUNDA PARTE, GRANDES METODOLOGIAS, b) Dichos problemas se cierran a todo planteamiento radicalmentg nuevo, de manera que por el momento se termina por archivarlos, c) Un nuevo problema explicativo hace su aparicion y se impone en un proceso en que se trabaja el mismo paquete de datos que antes sdlo que estos datos, al ser insertados en un marco diferente, se inte. gran en un nuevo sistema de relaciones reciprocas. De esta manera, los manuales y libros cientificos ~y en algunas oca- siones las interpretaciones filoséficas— que dependian del paradigma precedente son, ahora, tras la victoria del nuevo paradigma, total o par- cialmente elaborados y pasan a formar la nueva tradicion de la época siguiente. Asimismo, informan de los slidos resultados de las revolu- ciones pasadas, mostrando con ello los fundamentos de la Tespectiva tradicion cientifica que se ha denominado normal. No obstante, al mis- mo tiempo encubren irremisiblemente el papel y hasta la existencia de las revoluciones cientificas; de esta manera son interpretaciones modi- ficadas e, incluso, explicaciones falsas de la historia, que hacen imper- ceptibles las revoluciones como tales, llegando a presentarlas como sim- ples ampliaciones del saber anterior, tradicional. Dentro del campo de las ciencias se prefiere no hablar demasiado de la subjetividad humana, la irracionalidad, la negligencia, los errores y las equivocaciones en el propio campo. Resulta més conmovedora la historia heroica, armoniza- da, idealizada, esclarecida, como si el edificio de la ciencia se hubiera levantado colocando una piedra sobre la otra de acuerdo con un plan inicial.' En la ciencia no se habla de una ruptura total, sino una continuidad fundamental dentro de la discontinuidad. Por consiguiente, en las ciencias que se entienden como ahistéricas s6lo se mencionan a sus padres y héroes en las introducciones y como si fueran anotaciones al margen -la historia se vuelve mas bien hagiografia-; no se trata tanto de imaugurar o instaurar Muevas tradiciones sino de formular de nuevo las tradiciones antiguas, naturalmente a la luz del nuevo paradigma. Inclusive se ha dicho —en con- creto T. Kuhn en su obra central, La estructura de las revoluciones cientifi- cas— que en la ciencia, como en muchos otros campos creativos, la nove- dad no es, por si misma, un desideratum. Es asi como los nuevos modelos, aun cuando nunca o casi nunca poseen todas las cualidades de sus predecesores, deben de ordinario conservar gran numero de los elementos mas concretos de los logros del pasado y permitir siempre ulteriores soluciones concretas de los problemas. Finalmente, Kuhn, como cientifico de la naturaleza que es o que en UD tiempo fue de manera profesional, no tiene respuesta para una pregunta tan simple como: ja dénde va el gigantesco proceso de desarrollo de la ciencia y del mundo en general? Sin duda este vacio habra contrariado 4 algunos lectores. Tampoco tiene respuesta para la otra pregunta vital: ;d¢ donde? °\H, Kung, op. cit., pag. 171. 189 CAP. 8. LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS forzoso reconocer que para Kuhn se plantea aqui, en definitiva, lo ra Popper constituye el problema metafisico de la cosmologia; el do, del que esta comunidad sélo es una parte, debe, asimismo, tener siedades muy especiales de las cuales nosotros no sabemos mucho mas al inicio. De manera un tanto nostalgica Kuhn concluye su notable dejando constancia de algo que llama a la reflexion: el problema de o debe estar hecho del mundo para que el hombre lo pueda conocer es de madurez de la ciencia n Kuhn, el paso de un periodo paradigmatico a un periodo pospa- tico en el desarrollo de un campo cientifico es el auténtico paso a urez, momento en que cambia no tanto la existencia de un paradig- io sobre todo su naturaleza. Efectivamente, slo después del cam- s posible una investigacién normal que resuelva los enigmas. Con base en una célebre comparacion que Watkins hace entre Hume, ap y Popper,** podriamos sefalar a Kuhn como un epistemélogo no ivo e irracional, debido a que en opinion de Kuhn no puede haber guna logica del descubrimiento, sino mas bien una psicologia del des- wrimiento. En efecto, en la concepcion kuhniana las anomalias, las istencias, siempre abundan en la ciencia, pero en los periodos nor- el paradigma dominante asegura un esquema de desarrollo que al es desechado debido a una crisis que aparece sin que haya ninguna u racional determinada. Posteriormente aparece el nuevo paradig- |, inconmensurable respecto del anterior. Pero no existe ningun estan- ar racional para su comparacién. Cada paradigma contiene sus propios fandares, La crisis barre no solamente las viejas teorias y reglas, sino én los estandares que el viejo paradigma nos hizo respetar. El nue- /paradigma aporta una racionalidad nueva. Sin embargo, no hay estan- superparadigmaticos. Se podria decir que el cambio es de tipo A imético. Se hace lo.que se ve hacer a los demas. ;Pero no significa esto into como decir que la revolucién cientifica es irracional, que es cosa de Psicologia de masas? Al considerar lo anterior con mas detalle puede apreciarse que este sicologismo de Kuhn ya habia tenido algunos antecesores. En primer gar, durante mucho tiempo se penso que el justificacionismo era el imino para la metodologia y, sobre todo, la justificacién de la ciencia. n el momento en que se vio que esto resultaba si no imposible cuando 4enos enormemente problematico y que era la unica forma de raciona- lidad —algo muy discutible-, se penso que no quedaba otro recurso que fin de la racionalidad en la epistemologia. Asi, el hundimiento de las sis de que las teorias cientificas son demostrables, de que el progreso de la ciencia es acumulativo, causé pavor a los justificacionistas. De esta ®?Véase I. Lakatos y A. Musgrave, op. cit., nota num. 333, pag. 289. SEGUNDA PARTE. GRANDES METODOLOGIAS manera, se pens6 que la unica solucién existente era al mismo tiem, que estudiar, tratar de imitar a las grandes mentalidades cientificas ejemplificada en los cientificos famosos. Entre los que optaron por este sendero estaba Popper, cuando menos el Popper de la primera etapa epistemolégica. Por el contrario Kuhn opto por otro camino sensiblemente diferente En su programa de investigacion Kuhn establece que lo que hay que esty. diar no es tanto la mentalidad del cientifico individualmente considerado sino la mentalidad de la comunidad cientifica. Nos encontramos primero con la psicologia individual, luego ésta se reemplaza por la Psicologia social. Asi, el sometimiento a la sabiduria colectiva de la comunidad cien- tifica sustituye a la imitacion de los grandes cientificos. Kuhn hizo ver que la psicologia —individual- de la ciencia puede reve- lar importantes y amargas verdades. Pero la psicologia de la ciencia no puede aceptarse como si fuera autonoma, ya que el desarrollo —racional- mente reconstruido- de la ciencia tiene lugar esencialmente en el mundo de las ideas, en el mundo del conocimiento articulado. Asi, el programa de investigacion de Kuhn intenta dar una descripcién del cambio de mentali- dad cientifica normal ~sea ésta de caracter colectivo o individual-. Tam- bién parece pertinente sefalar una gran diferencia que surge entre la con- cepcion popperiana de la ciencia y la que presenta Kuhn, con objeto de mostrar otro de los rasgos peculiares de la concepcion kuhniana. Kuhn objeta a Popper el que su concepcién destruye rapidamente las leyes y/o teorias cientificas. En efecto, la critica de un programa es un proceso largo y a menudo frustrante; hay que tratar sin excesiva severidad a los progra- mas incipientes. La critica destructiva —en este sentido, puramente negati- va-— como la refutacién popperiana o la demostracién de una inconsisten- cia, no puede eliminar un programa. En varios lugares se menciona la ciencia normal. Para saber lo que debe entenderse por esta designacién veamos lo que Kuhn dice acerca de la contrastacion dentro de la ciencia normal. Las contrastaciones se hacen constantemente, pero son de tipo particular, ya que en ultimo analisis, mas que la teoria vigente, quien es sometido a contrastacion es el cientifico considerado de manera individual. La contrastacion nor- mal no es una contrastacion de teorias, sino mas bien forma parte de la actividad de resolucién de rompecabezas. La ciencia normal esta gober- nada por un paradigma, en el cual se confia implicitamente, pero éste nO se ajustara perfectamente a los hallazgos experimentales o empiricos, siempre habré discrepancias 0 anomalias. Ahora bien, la ciencia normal consiste en gran medida en resolver estas anomalias haciendo los opor- tunos ajustes que dejen intacto el paradigma. El paradigma se consider@ como la garantia de la existencia de una soluci6n a todo rompecabezas 9 dilema engendrado por las discrepancias entre el paradigma y las obset- vaciones. De aqui que las contrastaciones realizadas dentro de la ciencia normal pueden aparecer como contrastaciones de la teoria vigente sdlo si se vel. @ través de la 6ptica popperiana; pero si no estan bajo esta Optica, se trata de otro tipo de contrastaciones; es decir, se trata de habilidad que el experi- CAP. 8. LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS 191 dor tiene en la resolucion del rompecabezas 0 acertijo cientifico ne ante si. Ahora bien, si el resultado de esta contrastacion es ‘ivo, no afecta a la teoria, sino que repercute en el experimentador. ‘igio personal del investigador puede verse disminuido por fraca- el intento de ver un problema, un enigma, pero el prestigio del igma, dentro de cuyo marco el experimentador hace el intento, es alto que escasamente se vera afectado por alguna de esas pequefas iltades practicamente locales. sde el punto de vista de Kuhn, sdlo en las épocas que él denomina de cia extraordinaria es cuando la teoria vigente se ve propiamente afec- puede ocurrir algo parecido a una genuina contrastaci6n de teorias. s condiciones, el resultado negativo de una contrastacion puede lerarse no como el fracaso personal del experimentador, sino como ‘0 de la teoria. “Lo que previamente habia sido un fracaso personal Hlegar entonces a ser considerado como el fracaso de la teoria que jo contrastacion”.®* Tal y como su nombre lo indica, la ciencia nor- condicion habitual de la ciencia; la ciencia extraordinaria es una cion anormal. Dentro de la ciencia normal la contrastacion genuina teorias vigentes se hace, de alguna manera, misteriosa y psicosocio- Apréciense aqui las visiones de Popper y de Kuhn. Este quedaria blemente sorprendido por la aseveracion de Popper de que los cienti- acen observaciones y las contrastan paso a paso. Para Kuhn es vir- mte un clisé decir que los cientificos estan normalmente envueltos cumulo de contrastaciones. Para él es sorprendentemente incorrec- que contrastar teorias es normal para los cientificos. ia “normal” y ciencia “extraordinaria” Practicamente nos encontramos frente al siguiente conflicto: si se lle- cumplir lo que Kuhn considera como la condicién normal y propia Ciencia, Popper lo consideraria como no ser cientifico -un estado de en el que la ciencia critica se repliega para formar una metafisica ensiva. Popper ha sugerido que el rotulo de la ciencia debiera ser: revo- ion permanente. Por el contrario, para Kuhn un rétulo mas adecuado nada de panaceas, sélo normalidad. _De la misma manera que Popper habia hecho ver la asimetria que ste entre la confirmacion y la falsacion —y segin él éste es un paso e el cual ya no hay que volver-, Kuhn hace notar que la misma asi- ria existe en La estructura de las revoluciones cientificas. En el libro ido, Kuhn se ha referido explicitamente a la tesis de Popper de que no Hay verificacién y que lo que importa es la falsacion, pero lo hace con Sbjeto de desechar esa tesis como irrealista —jidealista?— sobre la base de due en la ciencia extraordinaria los hechos que se consideran vuelven falso el paradigma que se despide; jtambién se considera que verifican el Nuevo paradigma que ya se enuncia! ‘8[bid., nota nam. 5, pag. 118. 192 SEGUNDA PRATE. GRANDES METODOLOGIAS CAP. 8. LAS REVOLUCIONES CIENTIACAS §=193, Por otra parte, hay que reconocer que en dicha obra Kuhn no ciencia normal produce relativamente pocas ideas nuevas. Deter- expuesto ningun criterio limitador para la ciencia; lo que hace es dejar di iciones mas exactas de las constantes fisicas y operaciones semejantes lado el criterio de falsacion de Popper. Sin embargo, con posterioridad a rE an parte de lo que constituye a la ciencia normal. Kuhn ha reiterado publicacién de su obra™ si advierte cual seria el criterio de demarcaci6n chaza el punto de vista de que la ciencia progrese por medio de la ~en el sentido de Popper-: . a i6 ero, {por qué, a pesar de su interés en el proceso dinamico mediante el Por ultimo, y éste es por el momento mi punto principal, una atenta mira. e adquiere el conocimiento cientifico, ha llegado Kuhn a identificar la da a la empresa cientifica sugiere que, mejor que la ciencia extraordinaria, og a con sus periodos de estancamiento tedrico?, ;por qué el autor de sus- la ciencia normal, en la que se presenta el tipo de contrastacién de Popper, |g ales obras, como La revoluci6n copernicana y La estructura de las revolu- que con mas justeza distingue la ciencia de las otras actividades. Si existe un nes cientificas, adopta en general, una especie de desagrado filoséfico para criterio de demarcaci6n —y no pienso que debamos buscar uno muy tajante 9 ” pea BOE Bi 2 re er ee decisivo- puede que se encuentre precisamente en esa parte de la ciencia que — él er) ignora.®> (Popper) ign yulada en parrafos anteriores: se trata de un problema mas bien de indole La ciencia normal —en la que no hay realmente ninguna contrastacién ace y sociol6gi oe que cientifica. Ahora bien, Pree he as tise! de teorias— es la ciencia genuina; la ciencia extraordinaria —en la que no nde la tee extraordinaria, Ja ee revolucionaria, re San hay genuina contrastacion de teorias— es tan poco normal, tan diferente de u idea de Investigacion normal mas de lo A biecdendtns de desear. Imaginese la ciencia genuina, que dificilmente se la pueda llamar ciencia. Kuhn pologo que esta trabajando acerca de una See as en dos pasajes de explica que la causa por la que la linea de demarcacion 0 de delimitacion ia. La doctrina teologica le asegura que la Biblia —correctamente enten- de Popper y la suya coinciden con tanta frecuencia consiste en que es facil tomar equivocadamente la resolucién de rompecabezas por contrastacion. na interpretaciOn que ofrezca una reconciliacin consistente y conve- De acuerdo, las lineas pueden coincidir, pero hay que tomar en cuenta entre los dos pasajes. ‘i AAR ida ag algo de extrema importancia: dividen la materia de maneras opuestas. Lo Il tarea parece andloga a la investigacién cientifica normal, como que es genuinamente cientifico para Popper, para Kuhn dificilmente cons- in la ha descrito; ciertamente, se puede suponer que élno repudiaria la tituye ciencia. a. En efecto, enLa estructura de las revoluciones cientificas encon- En contra del criterio de Popper, Kuhn sefiala la siguiente considera- iT ugerencias, tanto implicitas como explicitas, en la eleccion del cion que le va a permitir rechazar el criterio que critica y proponer el uaje, de un significativo paralelismo entre ciencia normal y, jcurioso!, suyo: con frecuencia ha ocurrido a lo largo de la historia en Occidente 8 Kuhn indica que la educacion cientifica iiatlamert arhhetatare de inicia- que una teoria fuese reemplazada antes de que fracase en una contrasta- profesional, el cual prepara al estudiante para ser miembro de una cién, pero de ninguna manera antes de que hubiera dejado de sostener nidad cientifica determinada. Asimismo, que una educacion cienti- adecuadamente una tradicion de resolucion de rompecabezas 0 dilemas; lleva consigo la repetici6n, en los libros de texto, de referencias retros- de aqui que la contrastacién no sea, finalmente, tan importante. Confiar ivas ala historia y que esto indica uno de los aspectos del trabajo cien- en la contrastacion como si en realidad se tratase del sello que distingue @ co que lo distinguen mas claramente del resto de las actividades la ciencia, es omitir lo que en general hacen los cientificos y, con ello, eadoras. Se tiene la opinién de que Kuhn ve a la comunidad cientifica obviamente, omitir el rasgo o la caracteristica mas fundamental de su mo la religion. del cientifico. Si esto es asi, quiza pueda comprenderse actividad cientifica. or qué Kuhn pone a la ciencia normal por encima de la ciencia extraordi- Valdria la pena considerar lo siguiente: zpor qué sobrevalora Kuhn la aria. La respuesta seria: porque la ciencia extraordinaria corresponde, ciencia normal e infravalora al mismo tiempo la ciencia extraordinaria? dor el lado religioso, a un periodo de crisis y cisma, de confusién, de deses- Esta pregunta est4 sugerida por ciertas consideraciones que ha hecho 6 Kuhn en su obra. Con base en lo que ha escrito a este respecto se puede decir que la ciencia normal es bastante aburrida y poco heroica en compa- racién con la ciencia extraordinaria. El propio Kuhn piensa que es un error ~aunque un error bastante natural- considerar a la ciencia normal com? una “actividad carente intrinsecamente de interés”.°° Ademas concede 1. Parece ser propio de la naturaleza de un paradigma monopolizar el msamiento del cientifico; con esto se quiere significar que el paradigma © tolera rivales. Segin Kuhn, el paradigma por el cual se ha optado no ede tolerar otro paradigma enfrente de él. Si ha empezado a juguetear On otro paradigma, entonces el viejo paradigma viene a estar muerto para il. En pocas palabras: monopolio del paradigma. En el Coloquio que tuvo lugar en el Bedford College de Londres entre el 11 y el 17 de julio de 1972. ®1. Lakatos y A. Musgrave, op. cit., pag. 120. %6Ibid., pag. 122. 194 — SEGUNDA PARTE. GRANDES METODOLOGIAS 2. Entre el fin del reinado de un paradigma sobre la mente del cientifj. co y el comienzo del reinado del nuevo sélo hay un breve —o ningun intervalo. Esto significa que un cientifico no va dando bandazos durante mucho tiempo de un lado a otro sin un paradigma que lo guie; solo abando. na un paradigma para adoptar otro. 3. Un paradigma nuevo es incompatible con el paradigma al que sustj- tuye. Kuhn pretende que el paradigma nuevo es inconmensurable con e] viejo o el anterior. Hay una incompatibilidad de paradigmas. Esto tefuerza lo que se indicé como el monopolio del paradigma. 4. Dela union de las tesis anteriores se concluye que el cambio que hace un cientifico de un paradigma antiguo a uno nuevo debe ser lo bastante rapido y decisivo. Kuhn suscribe de manera enfatica esta implicaci6n. Ya se ha advertido su modo de referirse a un cambio de paradigma como una especie de conversion; de otros pasajes de sus libros también se extrae claramente que tales conversiones son si no violentas cuando menos realizadas en un breve plazo. Kuhn sefiala que un cambio de paradigma es igual que un cambio de gestalt, un fenomeno relativamente repentino y no propiamente estructurado; ademas, la transicion entre paradigmas en competencia no puede hacerse poco a poco, paso a paso. De la misma manera que el cambio de gestalt, dicha transicién debe tener lugar de una sola vez, aunque no precisamente en un instante. Esta tesis kuhniana es conocida como la tesis del cambio de gestalt. 5. Consideremos ahora las implicaciones que las tesis precedentes tienen para la invencién de un nuevo paradigma. Kuhn concede que una vez inventado un paradigma, a éste le puede llevar bastante tiempo ganar la aceptacion general.” La pregunta que se presenta ahora es la siguien- te: gcuanto tiempo puede llevar al inventor componer los rudimentos del nuevo paradigma?; en otros términos, jqué tipo de prehistoria podria tener su nuevo paradigma? La respuesta que implica la tesis de Kuhn ~del cambio de gestalt— pareceria indicar: jninguno! Antes de decidirse a adoptar el nuevo paradigma el pensamiento del cientifico corria por lineas diferentes e irreconciliables —con base en la tesis del monopolio del paradigma-. Su cambio al nuevo paradigma debe considerarse, al mismo tiempo, como su invento del nuevo paradigma. Puesto que e! cambio fue relativamente repentino, su invento debe haber sido, de la misma manera, relativamente repentino. Kuhn apoya esta implicacion en su libro citado: “. . .el nuevo paradigma 0 una indicacion suficiente para permitir una articulaci6én posterior, emerge todo de una vez, 4 veces, en mitad de la noche, en la mente de un hombre profundamente inmerso en crisis”. En el coloquio al que hemos hecho alusién anterior- mente, Kuhn indicaba: “Las teorias se inventan de una sola pieza” —is@ trataria de un paradigma instantdneo?-. °” Recuérdese la célebre frase de M. Planck a la cual ya se ha hecho alusién: “No es que una generacion cambie de teoria cientifica, mas bien esta generacién muere y es la siguiente generacion la que nace dentro de la teoria nueva la que da la impresién que hubo cambio d¢ teoria”. CAP. 8. LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS 195 Debe recordarse que el nuevo paradigma es de inmediato lo bastante oso como para inducir a nuestro cientifico a volverse contra el para- que hasta ese momento habia dominado su pensamiento cientifico. significa que el nuevo paradigma no puede comenzar s6lo con unas ideas fragmentarias, sino que desde el principio debe ser lo suficien- nte amplio y definido para que sus atrayentes potencialidades apa- con cierta nitidez ante su inventor. lidad sobre bases psicolégicas. No sé cuanto puede conseguir un genio dual en mitad de la noche, pero se sospecha que esta tesis espera siado de él. En todo caso, existen contraejemplos de orden histérico specto, uno de los cuales es el siguiente: la ley del inverso del cuadra- ue un importante componente de la teoria de Newton —quiza el para- 1a de los paradigmas-. Pues bien, Duhem ha dedicado gran parte de su ito para mostrarnos que esta ley ha pasado por Hoocke, Kepler, Copér- y otros se remontan hasta Aristételes, quien indicaba que los cuerpos ban el centro de la Tierra. es solo incompatible sino frecuentemente incomensurable con lo istia antes. Quiza sdlo se trate de una incongruencia estilistica sobre al no valga la pena insistir; de todas formas es pertinente preguntar: teorias inconmensurables pueden ser al mismo tiempo incompatibles icamente? En efecto, dos concepciones inconmensurables —la Biblia y a de la evolucion darwiniana- pueden coexistir sin inconvenientes ie son, precisamente, inconmensurables, pertenecen a dos universos discurso. _ Voy a caracterizar el método de Kuhn desde otro punto de vista. Este ste en seleccionar algunas expresiones caracteristicas y erigir sobre una construccién sobre la que se pueda estar hablando sin cesar. Pero e que a menudo sus construcciones tienen una estructura mas bien en relacion con lo que se expresaba en los libros, de donde éstas se igieron. Esto le ha traido algunas criticas de parte de opositores notables, grado que ha llegado a confesar:* “. . .que algunas de sus construccio- no cuadran del todo bien”. Por ejemplo, Kuhn sopesa con mucho cui: lado la expresion de que podamos aprender de nuestros errores. Parece capaz de aceptar que, por ejemplo, Popper empleaba el término error en 'sentido algo descuidado y libre de culpa, sin sugerir ningun fracaso per- al, transgresi6n de reglas, etc. Walkings sefiala, verbi gratia, que el fisi- 9 Wheeler empleaba la palabra error con espiritu popperiano cuando ibia: “todo nuestro problema es cometer errores tan rapidamente somo sea posible”.** Apreciamos igualmente un cierto desenfado de Kuhn en algunas © sus observaciones. En un coloquio notable —al cual ya he hecho alu- 40n en parrafos anteriores— el objetivo principal de Kuhn consiste en analizar el criterio de demarcacion de Popper y, puesto que éste lo ha éase I. Lakatos y A. Musgrave, op. cit., pag. 129, nota num. 3. **Ibid., pag. 129. 196 SEGUNDA PARTE. GRANDES METODOLOGIAS enunciado con toda precisién, cabria esperar que al menos allj Kuh, daria una referencia exacta. Sin embargo, prefiere elaborar u: iq trucci6n propia: “la demarcacion podria conseguirse mediante un an terio exclusivamente sintactico. La opinion de Sir Karl Popper son entonces, y quiza lo es, que una teoria es cientifica si y sdlo si pueden deducirse logicamente de ella enunciados de observacion; en partic yi lar las negociaciones de enunciados existenciales singulares”. "a Por ultimo, en una defensa que hace de suconcepcion Kuhn seiial que algunos de sus criticos —piensa en particular en Popper— han crell na cons. do que su perspectiva es relativista. Los proponentes de distintas teo. rias son como los miembros de comunidades de cultura y lenguaje diferentes. Reconocer el paralelismo sugiere, en cierto sentido, que ambos grupos pueden tener razon. Es relativista aplicar ala cultura ya su desarrollo esta posicién; pero aplicada a la ciencia puede no serlo y esta, en cualquier caso, en un sentido que sus criticos no han observa- do, muy lejos de un mero relativismo. Como cualquier otro valor, la habilidad para resolver enigmas evidencia equivocos en la explica- cion. Dos hombres que lo comparten pueden, con todo, diferir en los juicios que deducen de su uso. Pero la conducta de una comunidad que lo hace preeminente sera muy distinta de la que no lo hace. Segan Kuhn, en las ciencias el alto valor otorgado a la habilidad para resolver enigmas tiene consecuencias, unas de las cuales aparecen aqui consig- nadas. Por ejemplo, imaginemos un Arbol de la evolucién representando el desarrollo de las especialidades cientificas modernas desde su ori- gen comun, es decir, desde la filosofia natural primitiva con todos sus artificios. Al trazar una linea desde el tronco hasta la punta de alguna rama, nunca en torno, se podria trazar una sucesion de teorias relacio- nadas por su descendencia. Si se consideraran dos teorias cualesquie- ra, escogidas desde puntos no tan cercanos en su origen, debiera seT facil concebir una lista de criterios que capacitara a un observador no comprometido a distinguir desde las primeras hasta las mas recientes teorias en todas las épocas. Entre lo mAs util tendriamos: la exactitud de la prediccion, particularmente la prediccion cuantitativa, el balan- ce entre las materias esotéricas y las ordinarias, y algunos de los dife- rentes problemas resueltos. Menos util para nuestro propésito, per también determinante de la vida cientifica, serian algunos valores, como la simplicidad, el alcance y la compatibilidad con otras especiali- dades, Estas listas no son todavia las que se requieren, sin embargo, 1° queda ninguna duda de que pueden ser completadas. De realizarse esto, el desarrollo cientifico es, de la misma maneté que la biologia, un proceso unidireccional e irreversible. Las altimas teorias cientificas son mejores que las antiguas para la solucion e enigmas por la casi total diferencia de ambientes en donde son aplica- das. Esta no es una posicion relativista y muestra el sentido del progre- so cientifico del que Kuhn es un creyente convencido. Sin embarg® esta posicion requiere de un elemento esencial, comparada con !@ noci6én de progreso muy generalizada entre los filosofos de la ciencia ¥ CAP. 8. LAS REVOLUCIONES CIENTIFICAS «= 197, s. Una teoria cientifica es generalmente percibida como mejor predecesoras, no solo en el sentido de que es mejor instrumen- descubrir y resolver enigmas, sino también porque es, de un u otro, una mejor representacion de la naturaleza. menudo se escucha que las teorias sucesivas crecieron siempre ; y a las predicciones concretas derivadas de una teoria, sino mas n asu ontologia, esto es, el paralelo entre las entidades con las que soria se populariza y lo que estd realmente alli. 'iza hay alguna otra forma de salvar la nocién de verdad para la icién de todas las teorias. Sin embargo, Kuhn piensa que no exis- na forma de teoria independiente para reconstruir frases como inte alli; la nocién de un paralelo entre la ontologia de una teo- /su contraparte real en la naturaleza le parece, en principio, ilu- ademas, como historiador esta impresionado con la falta de ilidad de esta perspectiva. No hay duda de que por ejemplo, la ica de Newton mejora a la aristotélica y que la de Einstein per- a ala de Newton como instrumento para resolver enigmas, pero sible ver en la sucesion ninguna direccion coherente de desa- } ontoldgico. Por el contrario, en determinados aspectos, impor- ss algunos de ellos, la teoria de la relatividad general de Einstein mas proxima de la de Aristételes que cualquiera de las dos a la de on. Por mas que la tentacion para describir esta posicién como uhn afirma que algunos fildsofos contempordneos han descubier- mportantes contextos en los que lo normativo y lo descriptivo estan icablemente mezclados. Lo que es y lo que debe ser no estan de ima manera tan separados como lo puede parecer una primera y ple inspeccion. Kuhn considera que es necesario desenredar aque- jue ha parecido confuso sobre este aspecto de su posicién, pero sin recursos sutiles de la filosofia lingiistica contemporanea. En la ida en que la concepcion de Kuhn respecto de la ciencia, y que mpliamente se encuentra en su obra fundamental La estructura de las Voluciones cientificas, muestra una sucesién de periodos de tradi- eslabonados, puntualizados por rupturas no acumulativas, sus is son indudablemente de amplia aplicacion. Los historiadores de literatura, de musica, de las artes, del desarro- politico y de muchas otras actividades humanas, han descrito ampliamente sus temas de la misma forma. La periodizacion en térmi- S de rupturas revolucionarias, en el estilo, en el gusto y en la estruc- ‘a institucional, han sido algunas de sus herramientas normales. Si uhn ha sido original con respecto a tales conceptos, esto ha sido prin- ipalmente por su aplicacion a las ciencias, campos que habia pensado sarrollar de manera muy diferente. Asi es concebible una segunda 198 SEGUNDA pAATE. GRANDES METODOLOGIAS. contribucién en la nocién de un paradigma, un ejemplo como un , lizacion completa. Kuhn se imagina que algunas de las notorias d cultades alrededor de la nocion de estilo en las artes pueden des cerse si las pinturas, mas que producidas de conformidad a un est abstracto, pudieran ser vistas por medio de modelos unas sobre la de las otras. ‘ Se Catalogacién en la fuente Serrano, Jorge A. Filosofia de la ciencia. - México : Trillas, 1990 (reimp. 2003). 297 p. ; 25cm. Bibliografia: p. 285-286 indices ISBN 968-24-5515-4 1. Gencia - Filosofia. |. t. D- 501'S767F LC- Q175'S4.5 La presentacién y disposici6n en conjunto de FILOSOFIA DE LA CIENCIA son propiedad del editor. Ninguna parte de esta obra la grabacién o cualquier sistema de recuperaci6n y almacenamiento de informaci6n), sin consentimiento por escrito del editor Derechos reservados © 1990, Editorial Trillas, 5. A. de C. V, Divisién Administrativa, Av. Rio Churubusco 385, Col. Pedro Maria Anaya, C. P. 03340, México, D. F. Tel. 56884233, FAX 56041564 Divisién Comercial, Calz. de la Viga 1132, C. P. 09459 México, D. F. Tel. 56330995, FAX 56350870 Miembro de la Camara Nacional de la Industria Editorial. Reg. nim. 158 Primera edicién, 1980 Segunda edicién, 1990 (ISBN 968-24-3515-4) (Primera publicada por Editorial Trillas, S. A. de C. V.) Reimpresiones, 1992, 1996, 1998 y 2001 Quinta reimpresién, enero 2003* Impreso en México Printed in Mexico naa aarp

You might also like