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DIEGO M. PAPAYANNIS ESTEBAN PEREIRA FREDES (Eds.) FILOSOFIA DEL DERECHO PRIVADO Marcial Pons MADRID | BARCELONA | BUENOS AIRES | SAO PAULO 2018 7 » Derecho publica aquellos trabajos que han La coleccién Filosofia y D superado, se i Por especaisase0 Raters, 08 Aree 81s ends yun Sy ca internacional. ala? wags en publicar en esta colecciGn deberén enviar sus many: Hon de correo electrOnico manuscritos@flosofaydensar SS en eben ser aportados en documento aparte y el manuscrito no i, onales del avo tao indirecta, que permit identficar al autor, 70 dbs cons publicaciOn del original, el autor debers adapta ai 8 den encontrar, en formato PDF, en a gina web yx ose Los autores intere: cumento Word a la direcci ninguna referencia, in caso de ser aceptada Ta de la coleccién, los cuales se pue derecho.es. La coleccién Filosofia y Derecho ha sido distinguida en 2017, ‘ous _sello de calidad en edici6n académica CEA-APQ, con mencign °%*! Qa) ee Ge internacionalidad, promovido por la UniGn de Editoriates Univeeee ae Gas Espafolas (UNE) y avalado por a Agencia Nacional de Evausie APU Mess ca Cada y Acreditacion (ANECAY y la Fundacion Espaol pea, Ciencia y a Tecnologia (FECYT). prohibidas, sin Ia antorizaciGn escrita de Tos titulares del «Copyright, bajo as sanciones establecidas en las leyes, Ia reproducciGn total o parcial de esta obra por cualquier ‘medio o procedimiento, comprendidos la reprograffa y el tratamiento informitico, y la distibuciéa de ejemplares de ella mediante alquiler o préstamo piblicos. ‘Quedan rigurosamente © Diego M. Papayannis y Esteban Pereira Fredes (eds.) © MARCIAL PONS EDICIONES JURIDICAS Y SOCIALES, S. A. San Sotero, 6 - 28037 MADRID B (91) 304 33.03 wwmmarcialpons.es ISBN: 978-84-9123-584-2 Depésito legal: M, 33.767-2018 Disefio de la cubierta: Manuel Estrada. Disefio Grafico Fotocomposicién: Josur TRATAMIENTO DE TEXTOS, S. L. ‘Impresién: ELecé, INDUSTRIA GRAFICA, S. L. Poligono El Nogal - Rfo Tiétar, 24 - MADRID, 2018 ictar, 24 - 28110 Algete (Madrid) pROLEGOMENOS PARA UNA TEOR{A soBRE LOS ESTANDARES DE PRUEBA. EL TEST VASE DE LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR PRISION PREVENTIVA ERRONEA Jordi FERRER BELTRAN* ||, INTRODUCCION Frente al abandono tradicional del razonamiento probatorio y de la teoria general de la prueba que ha caracterizado en muestra cultura juridica tanto los studios procesales tradicionales como los de filosofia del derecho, puede de- cirse que en las dos tltimas décadas se ha cambiado claramente la tendencia. fay todavia, sin embargo, una gran laguna en la teorfa general de la prueba, compartida también con las teorfas del garantismo penal y procesal. Todas clas, de distinto alcance pero evidentemente relacionadas entre sf, resultan siamente incompletas si no abordan el problema de cémo determinar los mbrales de suficiencia probatoria para cada fase del procedimiento y para tia tipo de proceso. Y esa falta de teorizacién se traslada a la legislaci6n, * Poison titular de filosoffa del derecho, director de la Cétedra de Cultura Juridica de la UN misma universidad. Para la rea- ve ern anu ee mm tmnmie ¢ contado con el apoyo del proyecto de invesiigacion «Seguridad jurii Aentercoare ca (DERDOTY-ADe6L PY del Ministero espariol de Economia y Competiividad 2 aos los compaieros del grupo de invetgacin de filosofia del deresto do 8 TON a juitdos comentarios auna vrsin previa de este abso muy Cspecaente 2 ge Lag fe Baquenizo, Diego bel Vacca, Carolina FERNANDEZ BLANCO, Daniel Co {ANRIQUE, Esteban PeRetRa, Pablo RAPETTI y Carmen VAZQUEZ. eo - JORDI FE! ‘ 402 2RRER BELTRAN i i 1 tal6n de Aqui. de estandares de prueba se convierte en él qui- (orgs un dseRo pro limitar la arbitrariedad y fomentar el de un disefio procesal que pretenda au Sentol de las aecisiones probatorias. Un sistema sin on de prueba es un sistema sin reglas para justificar las decisiones sobre os nectiae, lo que hace imitiles muchos derechos procesales in itinere del proces (como Ja presuncin de inocencia) y hasta el deber de motivaciOn. Por ello, en este trabajo presentaré un primer esboz0 te6rico sobre la forma en que deben for mularse los estandares de prueba y analizaré, a modo de test case, la necesaria operatividad de esténdares de prueba de distintos niveles, la regulaci6n Tegal y el tratamiento jurisprudencial del derecho a una reparacién por la prisién preventiva «indebida». ‘comunes de la concepcién racionalista de la ‘A dfa de hoy, son lugares c vas sat fi ue yo tomaré en este trabajo como premi- prueba' las siguientes asunciones, sas de partida: a entre prueba y verdad, de modo que 1) Hay una relacién teleol6gic: prue ; Ja verdad se configura como el objetivo institucional a alcanzar mediante la prueba en el proceso judicial”. 2) El concepto de verdad en juego, que resulta ‘itil para dar cuenta de esa relaci6n teleol6gica, es el de verdad como correspondencia, de modo que dire- mos que un enunciado féctico (formulado en el marco de un proceso judicial y sometido a prueba) es verdadero si, y solo si, Se corresponde con lo sucedido en el mundo (externo al proceso)’. 3) Nuncaunconjuntode elementos de juicio, porricoy fiable que este sea, permit’ aleanzar certezas racionales, no psicol6gicas 0 subjetivas, respecto de la ocurrencia de un hecho, de modo que todo enunciado factico es necesa- Giamente verdadero o falso, pero nuestras limitaciones epistémicas nos sittian siempre ante decisiones que deben adoptarse en contextos de incertidumbre. 4) Elrazonamiento probatorio es, pues, un razonamiento necesariamen- te probabilistico, Decir que un enunciado fiictico esté probado es afirmar que ¢s probablemente verdadero (a un nivel que habré que determinar), dadas las pruebas disponibles. " Véase una caracterizacin de esta concepciGn en FERRER BELTRAN, 2007: 64-66. 2 Para mayor abundamiento y justificaciOn de esta premisa, véase FemneR BELTRAN, 2002: 55,y $s > Al respecto, véase, por todos, TARUFFO, 1992: 145; y Gascox, 1999: 59 y ss. Vale Ia pent afadir que TaRUFFO ha manteido en toda sa obra que en el proceso, y quid en cualquier otro émbito de conocimiento, podemos alcanzar solo verdadesrelativas, contexvales, descarténdose totalmente In existencia de verdades absolutas (véase TARUFFO, 1992: 146 y ss). Como se veri més adelante, 22 aque pul haber buenas razones contextuales para tener distntosniveles de exigencia probatora para aceptar como verdadera (y dar por probada) una hipétess féctica, pero ello no implica que la verdd misma sea contextual, En mi entender, si adoptamos, como hago yo mismo, una nocign de ¥ como cotesponenct it ver es siempre absolut: 0 Feo a rwzado la ‘calle con el seméforo en Soo nolo echo, Mai a matado ele no lo ha hecho, No ay verdades eats, 12 etre cman ye prt de ue ee hess ha oc le relatvidad , GOMENOS PARA UNA TEORIA SOBRE LOS ESTANDARES DE PRUEBA. - 403 ppd _ scan estas premisas son ampliamente comparti i si bien Smmpre se extraen de ellas todas las conserneaas rata PO- patria como dije anteriormente, la necesidad de di: oo rh anieclonmtentey disponer de reglas que pe mplezcan el grado le probabilidad que resulta suficiente para aceptar como Cait un enunciado factico (0 una hipétesis, si se prefiere) en un procedi- rien" judicial, ha sido un tema generalmente olvidado en nuestra cultura juriica giel razonamiento probatorio es probabilistico y la certeza racional sobre una hipotesis factica es inalcanzable, entonces deviene imprescindible dotarse reglas, que denominamos «estindares de prueba», que determinen el grado gg probabilidad a partir del cual estamos dispuestos a dar por probada la hip6- tesis, es decir, que determinen qué grado de apoyo nos parece suficiente para aceptar como verdadera la hipotesis factica en cuestién (y asf poder usarla como tal en nuestro razonamiento). El tipo de probabilidad capaz de estructurar el razonamiento probatorio no admite el cdlculo matemitico*, de modo que estamos frente a una pro- habilidad inductiva; los esténdares de prueba, por tanto, no podran indicar numéricamente el grado de suficiencia probabilistica necesaria para dar por probada una hip6tesis. Solo si disponemos de estdndares de prueba que indiquen el grado de su- ficiencia probatoria (i. e., la probabilidad necesaria para dar por probada una hipétesis) podriin ser utilizables otras reglas para la toma de decisién, como las presunciones. En efecto, las presunciones (iuris tantum) imponen la acep- tacién de una hipétesis (y su uso en el razonamiento) en ausencia de prueba (suficiente) en contrario; asf, por ejemplo, la presuncién de inocencia como regla de juicio impone que se resuelva a favor de la inocencia del acusado salvo que haya prueba suficiente de su culpabilidad, en cuyo caso se derrota |a presuncién®, Pero, ,cuéndo hay prueba suficiente de la culpabilidad del acusado? Hacer operativa la presuncién de inocencia (como cualquier otra Feaincita iuris tantum) presupone que disponemos de una regla que nos in- ‘que el umbral de suficiencia probatoria. z iCOMO SE PUEDE FORMULAR UN ESTANDAR DE PRUEBA? risprudencia- Cuando en las legislaciones procesales y en las précticas ju estas suelen IES ey x, ii neontramos formulaciones del nivel de exigencia probatoria, Sa ee sibilidad. Véase, por todos, L. J. COHEN, 2007: 98-120. én» de Ia presuncién (que debe ser NDONCA 2000: 229; también ULLMA’ B7uchos los autores que han argumentado esta impo’ O fo in’ Presentacién general en FERRER BELTRAN, 2 Sue Mendonca denomina «estrategia de destrucci \inguids ‘ida la . y bon fogs cee de bloqueo»). Al respecto, véase ME s- Po JORDI FERRER BELTRAN, adolecer de dos graves problemas. Por un lado, suelen apelar a elementos psicoldgicos 0 mentales del decisor (como la «fntima conviceién», la «certeza subjetivan, la «valoracién en conciencia», etc.), que no permiten el contro] intersubjetivo y que, por tanto, no son aptas para facilitar la revisién de jg correccién de la decisién ni para dar garantias, por ejemplo, del cumplimien. to de la presuncién de inocencia en el proceso penal®. Volveré més adelante sobre este punto. Por otro lado, las formulaciones de pretendidos estindares de prueba vigentes en Ia mayorfa de sistemas tienen un nivel de vaguedad incompatible con su funcién de sefialar un umbral de suficiencia probatoria (incluso de forma aproximada). Valgan dos ejemplos al respecto: 1) El art. 64] de la Ley de Enjuiciamiento Criminal espafiola regula el sobreseimiento pro. visional de la causa, que procederd adoptar en diversas situaciones, la segunda de las cuales (art. 641.2) se dard, literalmente, «{cJuando resulte del sumario haberse cometido un delito y no haya motivos suficientes para acusar a deter- minada o determinadas personas como autores, cémplices 0 encubridores», Y 2) El art, 503 de la misma Ley procesal penal regula las condiciones en que procederé ordenar el ingreso en prisién provisional del imputado. La segunda de las condiciones (art. 503.2) se formula en estos términos: «[q]ue aparezcan en la causa motivos bastantes para creer responsable criminalmente del delito ala persona contra quien se haya de dictar el auto de prisién». Parece evidente que las formulaciones precedentes dejan totalmente indeterminado cuéndo y con qué condiciones hay (0 no) motivos suficientes para acusar, 0 motivos bastantes para creer que alguien es ctiminalmente responsable de un delito, presuponiendo asf lo que las propias reglas deberfan determinar. Sin embargo, no hay forma de dar contenido y hacer efectivas las garan- tias procesales si se desconocen las reglas de juicio o si estas estan indeter- minadas’. Asi, por ejemplo, no hay forma de hacer operativo el derecho a la presuncién de inocencia como regla de juicio si esta indeterminado cuando el acervo probatorio atribuye corroboracién suficiente a la hipstesis acusatoria para poder derrotar la presunci6n®. Urge, por tanto, comprender los requisitos para formular adecuadamente un estandar de prueba y mejorar radicalmente nuestras legislaciones y jurisprudencias al respecto. Pues bien, la formulacién de un estndar de prueba exige el cumplimien- to de dos tipos distintos de requerimientos: en primer lugar, los que versan & En este sentido, LAuDAN, 2005: 99 y ss. ___” Creo que estas, dicho sea de paso, la critica mas fundamental que puede hacerse tanto al garan- tismo penal como al garantismo procesal, representados respectivamente por autores como FERRAIOL! y ALVARADO VELLOSO. Ambas teorfas, de presupuestos muy distintos, comparten el énfasis en las 82° rantfas durante el procedimiento judicial, descuidando, en cambio, la necesidad de establecer reglas de Juicio que operen como garantias de la no arbitrariedad de las decisiones sobre los hechos. Un ejemplo paradigmético de la falta de proteccién de la presuncién de inocencia resultante de Ja indeterminacién del estndar de prueba puede encontrarse en la STC 124/1983 (FI 1.°). Un andlisis al respecto puede verse en FERRER BELTRAN, 2013: 179-183, g6MENoS PARA UNA TEORIA SOBRE LOS ESTANDARES DE. PRUEBA, 0! i 405 su adecuada formulacién desde el punto de yi orl gico y> en segundo lugar, los que apuntan a a1 de exigencia probatoria establecido en el estén ive! partd- ‘sta epistemolégico 0 Ja fundamentacién del dar. Vedmoslos por se- ul Requisitos metodolégicos para formular un estandar de prueba q que una regla pueda denominarse con propiedad woe ‘cumplir tres requisitos: pipes ecetancay 5 proce Apelar a eaten eclativos ala capacidad justificativa del acervo pro- ppatorio respecto de las conclusiones probatorias que se establezcan. Eso, evi- gentemente, excluye la utilizacién de criterios subjetivos del decisor, de modo ye cualquier formulacion del estandar de prueba que remita a estados menta- es 0 psicolégicos del juzgador no cumple este requisito. Del convencimiento wicoizico del juez.respecto de «p» no se infiere nada respecto de la verdad de » ni tampoco respecto del grado de corroboracién que las pruebas aportan Pip». Por es0, desde el punto de vista justficativo de la decisién judicial, el convencimiento del juez es irrelevante. Sin embargo, son muchos los ejemplos tn os que la Iegislaci6n procesal menoscaba esta exigencia basica, utilizando criterios como la «intima conviccién» o cualquiera de las formulaciones que de nou otro modo se vinculan con las creencias del juzgador. En otras ocasiones, es la doctrina jurisprudencial la que vincula a estados mentales formulas lega- les que no remiten directamente a ellos. Es el caso de la interpretacién que ha dado la jurisprudencia norteamericana al esténdar del «més alld de toda duda razonable»®. Asi, negando la posibilidad de enunciar criterios intersubjetivos de razonabilidad de la duda, se afirma que esta es autoevidente y que solo la intima conviccién de cada uno de los miembros del jurado puede determinarla. En otras palabras, interpretado asf, el «més alld de toda duda razonable» y «la {fntima conviccién» son dos maneras de decir lo mismo. Con independencia de quién tiene la competencia para tomar una decisién y de si existen o no recursos para poderla impugnar, la decision debe estar gobemada por criterios intersubjetivamente controlables, lo que hace concep- tualmente posible el error en la aplicaci6n de los criterios. Definitividad de ladecisién e infalibilidad son, como insistia HART, cosas distintas". Asf, si elctiterio para la compra de un automdvil es el gusto de quien lo compra, en iterio ningin caso podremos imputarle error en la decisién; en cambio, si el cr a tomar la decisién de comprar un modelo u otro es la mayor potencia del tor, aunque la decisi6n sea enteramente de quien compra y no haya posibi- — ‘ id, 2006: 59-102. So- tee sla respecto, un clarificador andisis en LAUDAN, 2003; también on 2006: 59-102. So {Metpretscién en Inglaterra, véase ROBERTS y ZUCKERMAN, 2004: 361 y ss. ‘fase Harr, 1961: 141-147. JORDI FEI 06 RRER BELTRAy ualmente decir que se equivocs, nee cone el de mayor POENCA en el meng” oe om « se utilicen en el estdndar de prucba deben ‘Los ne ‘un umbral lo mds preciso posible a partir da ta funci6n de ae pueda considerarse suficientemente comroboradg ua una nines fn que debe tomarse. Evidentemente, no cumplen con ran : efectos dela Jaciones a la sana critica (que, en el mejor de los casos, seria criterio las arora, pero no un umbral probatorio), ni la induccién (Por Ke método de ynes) ni tampoco el respeto de las leyes cientfficas 0 de Ja | Sek mismas razon Taro que, por ejemplo, el razonamiento probatori es siempre a Asi, samiento jnductivo, también que debe respetar las leyes de la l6gica ode incendie, y que ello debe hacerse en todos los estadios del procedimiento; cambio, en esos distintos estadios (e.g., determinar Ja apertura de juicio oral, Ja adopcién de medidas cautelares ola declaracién de hechos Probados enla sentencia final) las exigencias probatorias son y deben ser distintas, por lo ue no basta con decir que esas decisiones deben estar inductivamente justi. fadas, ‘etc., es necesario determinar el umbral a partir del cudl se entendergn justificadas. c) Dado que la estructura del razonamiento probatorio estd dada por la probabilidad I6gica o inductiva, no matemética'', el umbral de suficiencia probatoria no puede establecerse mediante néimeros ni formulas matemiticas, sino a través de la utilizaci6n de criterios cualitativos. lidad de devoluci Cumplig 2.2, La fundamentacién del nivel de exigencia probatoria de los estandares de prueba El punto de partida para comprender el tipo de condicionantes que operan alahora de establecer un estdndar de prueba pasa por entender que la funcién del estdndar es Ja distribucién del riesgo del error entre las partes”. Asi, por 1» PEtse una ustifiescin detallada de esta esis en FERRER BELTRAN, 2007: 98-120. nemos dei general de a prueba debe apuntar sus esfuerzos a dos esrategias, pa las que dip Mente ey ae nS distntos. La primera es Ia reduecin de los erores, para la que, fundamen sible de prucbos rn mteanismos procesales que maximicen la incorporaci6n del mayor niet fee cis al acervo probatorio del proceso y la mayor informacién sobre su ibildat de tipo mora etn lstebucién del riesgo del error enre las ares, que obedece a pfres ae sobre quién debe soportarlo y en qué medida. Para ello, los mecanismos Pro ‘portantes son las cargas de la prueba, las presunciones y, precisamente, los est nee de prueba como mecanismo de distribucién de los Lode] Friar LavpaN, 2006: 107 y ss. En conereto, la estrategia de LAUDAN Par inde errores (de falsos inocentes y falsos culpables) St a rueba que sea capaz de producir una a de prucha resulta adecuh ne ubene algo imposible. En efecto, para podet ae ‘Ua Mecanismo que perma Pt distribucién de errores que se estima ndect UNA TEORIA SOBRE, Ai OMENOS PARA LOS ESTANDARE: jpo189 'S DE PRUEBA.,, 407 o, si aumentamos el umbral de exigencia probato aia : riaenel cjem mos menos inocentes condenados (puesto que seré mis anne re iptra ellos Un AcerVO probatorio incriminador 5 ee oun ons culpables absueltos"? (dado que tambien respecta dee s e les imputan sera mas las por el esténdar), En robatoria del esténdar de les absueltos (porque ser4 reana mos i emfectivamente hayan cometido los hechos que s ave leanzar las exigencias probatoras estableca di mid inverso, si bajamos el nivel de exigencia p sees previsible que tengamos menos culpabl Mj cil recaudar pruebas de la culpabilidad que permitan aleanzar ese nivel ims sigencia), pero mds inocentes condenads ( ; porque tambié Sos seré mds fécil superar el grado de corrobor SO requeido) Bese r raciOn requerido). Es por ello we el estandar de prueba, junto con otras reglas como las que establocen car- gas de prueba 0 presunciones, tiene el efecto de distribuir el riesgo del error entre Jas partes. No es extrafio encontrar quien sostenga la tesis de que un esténdar de prueba exigente disminuye el ntimero de errores sobre los hechos, pero esta es una conclusién muchas veces apresurada, basada en la observacién de un solo tipo de errores, las condenas falsas, desconociendo 0 ignorando que junto a ellas también son probatoriamente err6neas las absoluciones falsas. En otros términos, si se acepta que el objetivo institucional de la prueba en el proceso judicial es la averiguacién de la verdad, cualquier discordancia entre lo que sucedié y lo que se ha probado es materialmente un error (aun- que, como veremos més adelante, puede que inferencialmente no lo sea). El hecho de que, en ciertas circunstancias, podamos tener preferencia por uno 1 fuera dependiente de su propio objeto de andlisis: las prucbas existentes en cl expediente judicial yl razonamiento probatorio aplicado a ellas. Asf, por ejemplo, si quetemos determinar la ratio de {asos postivos y falsos negativos de un dispositivo para la deteccién de embarazos, es suficiente con alicarlo a una muestra suficientemente amplia de mujeres y observar posteriormente cuales de elas estaban efectivamente embarazadas, compardindolo con los resultados del dispositivo. Bl embarazo de les mujeres es perfectamente identificable de forma independiente al dispositivo mismo, lo que permite establecer la rario de errores de falsos positivos y negativos del dispositivo. ;Pero cudl es cl mecanismo con el que podrfamos establecer Ia ratio de falsos positivos y negativos resultante de la aplicacién de ‘m esténdar de prueba en el proceso judicial? No hay forma, en mi opinién, de disefiar un mecanismo independiente de las mismas pruebas, el razonamiento probatorio y la aplicacién de uno u otro estindar Prucba (este problema ha sido destacado, entre otros, por BAYON, 2008: 26 y ss.). . in embargo, este problema no obsta para que pueda afirmarse que los estindares de prueba tienen Bsfecto directo en la distribuci6n del riesgo del error. Basta para ello con mostrar que, sobre un mito Ser probatoio, la aplicacién de un estdndar de prueba exigente concluye, por ejemplo, en la abso- sin, mientras que Ia aplicacién de un esténdar de prueba menos exigente conctuirfa en In condena. 7 ¢l primer caso, es la acusaci6n quicn cargarfa con el riesgo del error, mientras que Jo harfa defensa ¢! Segundo. i ° Eni 5 «culpable» en el sentido material, es lope aquellos imputados que, respectivamente, — 1« 4! To han hecho (con independencia de las pruebas existentes contra l0S). z «En realidad, ‘no se inicie el proceso contra el sujeto qu Coma et dts Puede suceder que en muchos casos el Proces tra dl uiio oral ideren qui’? POFque Ia propia acusaciGn o el juez que debe acordat a oe ot ge prucbe Previsio Ue J88 prucbas disponibles no permitiran alcanzar de ningtin mo. ara la condena. 408 JORDI FERRER BELTRAy to punto, preferimos una absolucién falsa ipos de error (hasta ciel If a I eae ‘ en definitiva, a la consideracién de todgg que una condena falsa) no afecta, ellos como errores. emologia juridica debe estar interesada no solo, nj ign de los errores sino en su disminuci6n, Pero iecuados para maximizar las probabilidades de acierto en la decisién probatoria son otros: en particular, aquellos que apuntan a promover la formacién de un conjunto probatorio lo mis rico posible cuan- titativa y cualitativamente. Quién, cOmo y cudndo puede proponer la admisién de pruebas, qué pruebas se admiten, como se controla su fiabilidad a través de la préctica de la prueba o de la incorporacin de otras pruebas sobre la prueba, etc., son algunos de los aspectos que inciden en la Tiqueza del acervo afecta a la probabilidad de acierto. A mayor y probatorio, lo que, a su vez, A Pus fiable informacin, mayor probabilidad de acierto en la decisi6n sobre los hechos. Si esto es asf, entonces, la determinacién del nivel de exigencia probatoria del estdndar de prueba no incide sobre la disminucién de errores, sino sobre la distribucién del riesgo del error entre las partes. Asf, la raz6n principal para determinar el grado de exigencia probatoria en el que situaremos el estndar de prueba tiene que ver con la distribucién del riesgo del error (falsas conde- nas y falsas absoluciones) que estimamos aceptable", lo que supone clara- mente una decisi6n politico-moral ®. Por supuesto, la episte principalmente, en la distribuci Ios instrumentos procesales ad 1S Tal como mencioné en la nota 12, no se trata de que, d Ja LAUDAN, una vez determinada la ratio de errores de un tipo y de otro que estimamos deseable podaros formular un estindar de prueba ue sea capaz de ofrecer esa rario. Se tata mds bien de determinar para cada tipo de casos a partir de qué grado de exigencia probatoria estamos dispuestos a que el riesgo del error (de una condens falsa) recaiga en Ia defensa (0, mirado desde la otra cara de la moneda, hasta qué grado de exigencia proba- toria estamos dispuestos a que el riesgo del error, de una absoluci6n falsa, recaiga en la acusacidn). Evidentemente, a mayor exigencia probatoria aumentaré también el riesgo del error de la absolucin falsa, y ala inversa. '® En el mismo sentido, véase SrE1N, 2005: 121-2. Frente a las concepciones psicologistas 0 per suasivas de I prueba, que basan el razonamiento probatorio en la fntima conviceién o en las creencias subjetivas del juzgador, la concepcién racionalista de la prueba pretende ofrecer una teorfa que parta del axioma de que ante un mismo conjunto de pruebas no pueden estar justificadas a la vez tanto la condena como la absolucién, en funcién del juez que decida. Esto es capturado por la teorfa epistemo- Logica evidencialista (véase FeLDMAN y Conse, 1985), que sostiene que la justficacién epistéimica de Jas creencias depende tinicamente de las pruebas en que se basan. Siendo asf, dos jueces que tengan Gisponibles las mismas pruebas deberén llegar siempre a un mismo resultado probatorio justificado. Sin embargo, a teoria evidencialista no es capaz. de capturar Ja idea de que, en funcién de los biencs en Juego, las exigencias probatorias (i.e. el estindar de prueba) pueden ser distintas y, por tanto, ante las neuen aang, civil y uno penal, por ejemplo, podrian estar justificados en llegar a conclusio- Un modo de dar fundamento tedrico a la relatividad contextual cia probatoria ara considcrar justificada una hipétesis féctica es el desma ieee oxtualsm. De acuerdo con esta teorfa, la justificaci6n de una creencia en la que basamos una decisién préctica covennal y depende de la importancia de lo que esté en juego en esa decisidn. Un ejemplo de FANT. Y \cGraTH (2002: 67-68) puede ser itil aquf: imaginemos que estamos en Ja estacién de tren de Bostor 4 punto de tomarun tren para Provi : acca d para Providence para visitar a unos amigos. Preferimos tomar un tren directo, ® eee \5 PARA UNA TEORIA SOBRE LOS 0 JEGOMENO: ESTANDARES DE PRUEBA,,. pete obatoria? La lista de razones es, desd exigent Hard ofrecer resultados objetivos (pue ae fablamos)- ‘Sin embargo, creo importante d “ La gravedad del error en caso de conde amentalment con la relativa importancia soma jriica y por el grado de afectacién del mismo. Podemos comvenn eg oe no tiene la misma gravedad una sancién pecuniaria que una privacién de ae gad. un aesto domiciliario de fn de semana que vente aos de cdrel La vor importancia del bien juridico afectado fe y la mayor afectacién del bien fen aconsejar un esténdar probatorio mas exigente, puesto que el error de Freondena falsa tendria més graves consecuencias”, na falsa, lo que tiene que ver lel bien afectado por la conse- Por esta raz6n, tradicionalmente se ha distinguido en los sistemas anglo- sajones, Por ejemplo, entre el esténdar de prueba que regiria en los procesos ponales y el esténdar 0 los estdndares aplicables en los procesos civiles. A la huzde esta primera raz6n, sin embargo, creo que la distincién deberfa ser mu- chomés fina, En efecto, nuestros sistemas penales han sufrido en estas tltimas décadas una gran transformaci6n, olviddndose del modelo de minima inter- yencidn penal e incluyendo entre los tipos penales conductas de la mds variada pole ser, pero en realidad tampoco esto es fundamental, En ese contexto, preguntamos a otro pasajero fueesper el mismo tren sil préximo es un tren directo y nos responde que no. Imaginemos ahora que teseacontramos en la misma situaciGn y lugar, pero que por razones de las que depende toda nuestra tarera profesional, debemos ir a Foxboro, una pequefia parada intermedia en el camino a Providence, de manera urgente: preguntamos también al mismo pasajero que espera el tren y nos informa que el tfvmo ten tiene parada en todas las estaciones. La pregunta es la siguiente: ges suficiente la infor- rain ofrecida por el pasajero para tomar la decision de abordar el tren en la primera situacién? gy en lnsegunda? Dado que Ia informaci6n es la misma y la fuente también, la concepcién evidencialista de lnjstfcacién de creencias deberia responder que sf o que no en los dos casos. El contextualismo, ea cabo, es sensible al interés préctico de Ia decisién ala hora de determinar el grado de informacién que se considera sufciente para justficar Ja creencia que da fundamento ala decisin.Asf,segtn esta teoria, polos responder que, alin con la misma informacién disponible, estamos justificados en creer que aluen ene parada en Foxboro en la primera situacién y no, en cambio, en la segunda: en esta titima, ¢aiaaimportancia de lo que esté en juego, la justficacion de Ia creencia exigirfa mayor informacion y ‘is fable (véase Fawr. y MaCGRATH, 2002: 78-79). Queda un dtimo punto importante: ,quién eval la importancia de lo que esté en juego en cada ‘exsion Si es el sujeto devisor, en nuestro caso el jucz, entonces corremos el riesgo de caer de nue 0 al subjetivismo de las decisiones, de modo que para dos jueces, ante las mismas pruebas y los "ismos bien en juego, evalien de distinto modo la importancia de los bienes en juego 3s por tanto, ten dstimosniveles de exigencia probatoria, Para evitarlo, la nica solucin es que esa evaluacién, {carte poltico-moral y para huir del subjetivismo judicial, sea realizada por los legisladores, taporendo los estindares de prueba que determinen los niveles de exigencia probatoia para cada croc® S805 en la legislacién procesal. Para mayor abundamiento sobre el contextualismo, véase, ‘05, 8. Conn (1999), Foley (2000), RVSIEW (2001), STANLEY (2005: especialmente, cap. 5) y vd STANLEY 0}, ; {alsa incluye el supuesto en ot oto lado, tambien jerar que el caso de condens falsa incluy Se 4 suet ha sido conde ve oe tain “elietivo que, en realidad, no se produjo, y el supuesto i fl hecho si exists pero el autor no fue el sujeto condenado. En este ttimo caso se comenien on Poni erTores cuyos costes deberdn ser tenidos en cuenta, puesto que un inocente es condenaio, ién queda libre el culpable material del delito. JORDI FERRER BEL TR Ay, 410 contrapartida, también Ia diversidad de penas ha — cluyendo sanciones eras inhebilitaciones Profe. rPees 0 para el eerccio de cargo pablo, obligacion de prestar serveie sion o Henes de alejamiento, junto a las tradicionales penas privativas de socal Se pie ser, a su vez, no solo de tiempo muy vatiado sing tare Heer daplecimiento penitenciario 0 incluso en el propio domiciln, fr nee a iiss algunas de estas consecuencias juridicas no son distintas suit qe pueden resaltar de un proceso civil, contencioso-administative® tipo Si Eto es as, Ja gravedad de Ja consecuencia jurfdica ante una deter minacién errGnea de los hechos no es siempre la misma en el proceso pena, Jo que aconseja, teniendo en cuenta esta primera raz6n, disponer de diverso, estndares de prueba para ese tipo de procesos en funcién de la gravedad de la consecuencia juridica prevista. Tampoco tiene porqué ser siempre més grave el error en un proceso penal que en uno civil (no es obvio, por decirlo asi, que una sancién pecuniaria errénea en un proceso penal sea més grave que la err6nea retirada de la patria potestad en un Proceso civil) de manera que, de acuerdo con esta primera raz6n, no seria apropiado identificar un esténdar de prueba unificado para todos los procesos penales, que necesariamente debiera ser més exigente que el esténdar de prueba de los procesos civiles, contencio- so-administrativos, etcétera. En consecuencia, con independencia de los graves problemas de indeter- minaci6n del esténdar del «més all de toda duda razonable», su aplicacién indistinta a todos los procesos penales deberfa ser, pues, abandonada. Por otro lado, sila razén que tomamos en consideracién para hacer muy exigente el es. téndar de prueba penal es la gravedad de la sancién y, consecuentemente, de la condena errénea, ello no es aplicable cuando se trata de determinar el esténdar de prueba de la hipétesis de 1a inocencia, que permita considerar probada (ya no presumida) la inocencia del acusado. Siendo asf, Parece razonable disponer en el proceso penal de esténdares de prueba distintos para las hipotesis de la inocencia y de la culpabilidad 8, condicién. Como cc exponencialmente, in 2) El coste del error de las absoluciones falsas. Es claro que si nuestro Unico interés fuera el de evitar las falsas condenas, la mejor manera de asegu- rarlo (de hecho, la Unica) es la de no condenar nunca a nadie. De ese modo, Conseguirfamos realizar completamente una de las pretensiones que tenemos frente al Estado: que no use su capacidad sancionadora para dafiar a sujetos {rocentes. Sin embargo, también de ese modo estariamos descuidando abso- lutamente otro reclamo que dirigimos al Estado como sociedad: que proteja - Evidentemente, a la defensa le bastard en muchas ocasiones con conseguir que el acervo pro- raat me sleance las exigencias del esténdar de prucba para la hipotesis ia culpabii Simbito de Ia indermninaciee’™ <& !4 Presunci6n de inocencia, Pere como weerne mis adelante en dlenuncias falsas, hay ence Po Prisin preventiva errénea o también en casos como el del delitO pet ciakmente, sing anni otras ocasiones en las que resulta muy relevante (no solo personal 0 8 ‘uidicamente) que a inocencia no sea solo presumide sino probada, osc MENOS PARA UNA TEORIA SOBRE Los ESTANDARES DE PRUEBA. 4 : i la vida, la integridad fisi i 5 derechos (a la vida, ‘Sica, la libertad, | i out a sexual, etc.), evitando que terceros nos dafien '. Por allo, (aimee ironies de que Conforme se aumente el nivel de exigenesa oe estindar de 2 aumentaremos también el riesgo de absoluciones falsacns Toque es to , e1 riesgo de culpables absueltos. En la medida en von se Ue €8 10 gerechos- La tercera raz6n a considerar en el momento de determinar el estan- dar de prueba tiene que ver con las dificultades probatorias del tipo de casos alque Se pretende aplicar, tal como ha sido caracterizado Por el legislador”®, Yeamos un ejemplo que puede ser ilustrativo: la evolucién de la tipificacion de los delitos sexuales en muchos paises de nuestro entomo cultural ha lle. yado a eliminar la exigencia de resistencia fisica para determinar la falta de consentimiento, bastando ahora con la sola negativa a la relacién sexual. Pues bien, 1o que sin duda constituye un avance en un sentido introduce, en otro, serios problemas probatorios, puesto que es mucho mis sencillo el escenario probatorio en el que quedan huellas de Ia resistencia fisica que el escenario en el que debe probarse una ausencia de consentimiento que puede ser solo verbal o incluso no verbal. Dado que, ademis, los delitos sexuales no suelen cometerse en ptiblico, esto conlleva que estemos ante un tipo de delitos que conllevan normalmente muy serias dificultades probatorias. Otro ejemplo claro de este tipo de problemas se encuentra en los delitos de corrupcién, donde se enfrentan considerables dificultades para seguir el movi- ' YaLartace (1814: 133) destacé esta doble pretensién frente al Estado al plantearse el grado de ¢igencia probatoria (de probabilidad) que debja tener la hipStesis acusatoria para justificar la condena: «laprueba del delito del acusado gposee el alto grado de probabilidad requerido para que los ciudadanos {eman menos los errores de los tribunals, si el inocente es condenado, que sus nuevos atentados y los Ae los desdichados a quienes exasperaria el hecho de su impunidad si el culpable fuera absuelto%>. Este Blinteaniento ha sido también retomado por LAUDAN, 2016: 27 y ss. En el ambito del derecho penal, own, ene otros muchos, ha insistido también en el doble objetivo de proteccin de los derechos de tr siudadanos através del derecho penal y frente al derecho penal (véase RoxIS, 1994: 137). En el wine Stmido, Rosters y Zuckerman, 2004: 9 y ss, 355. Finalmente, haciendo referencia a Ta pri- Sin preventiva, el Tribunal Constitucional espafiol también ha plateado la misma dualidad, situindola fahag tbe estatal de perseguir eficazmente el delito, por un lado, y el deber estatal de asegurar el ito ¢£ la libertad del ciudadano» (STC 41/1982, de 2 de julio, FJ 2°). cuales TP'EN el contextualismo, como teorfa de la justficaciGn de ls creencias sobre la base de las findamos la decision, asume que las dificultades probatorias pueden ser uno de los factores a de youcm!a Para determinar el grado de exigencia probatoria (véase FANTL y MacGRaTH, 2002: 81). 2015; 213.6 WM clasiticacion de los tipos de casos que plantean dificultades probatorias en HUNTER, Aehechog 2 SS, We le pena sefiatar que HUNTER distingue dificultades probatorias que relaivas al tipo 205 tipo, at¥@S a Ia disponibilidad o facilidad probatoria de una parte en el pce yas sing Srcambg: Gutte® como posibilidad de actuacién la disminuci6n del estindar de prue 2. So hace, obatorigg ern tAZABAL, 2004: 14-15. Por mi parte, limito la toma en consideraci6n a las dificu hades mgr tives al tipo de hechos como razones que pueden intervenir en la fiacién del grado 'ncia del estindar de prueba. JORDI FERRER: . 412 BELTRAN itas de diversos pafses, especi, . nero (muchas veces entre cuent : sPecialmen, miento del ine oe con personas interpuestas, etc.), para vincular esas dispe iI oe ‘es econémicas con el pago de decisiones politicas, por ejemplo, SICK Cteétera. i casos”, las dificultades probatorias operan como Pe seep ert el nivel de exigencia del esténdar, evitando as Iq in punidad y con ello que el tipo penal devenga imitil por inaplicable, En Otras, palabras, las especiales dificultades probatorias de estos tipos de CASOS tienden a producir un gran niimero de falsas absoluciones, con la Consiguiente des. proteccién de los bienes juridicos a los que el tipo penal pretendia Proteger. Si queremos evitar ese resultado, podemos modificar la definicién de! tipg delictivo, de modo que no produzca esos graves problemas probatorios, o bien disminuir la exigencia del estindar de prueba”. Evidentemente, no es nada extrafio que se presenten simulténeamente ra. zones para aumentar o mantener alto el nivel de exigencia probatoria y razones para disminuirlo, Esto sucede, por ejemplo, cuando a los tipos de casos que presentan fuertes dificultades probatorias se Jes atribuye una consecuencia ju- ridica de especial gravedad (e.g., una privacién de libertad de larga duracién), No disponemos de un método objetivo para ponderar esas razones que tensan Ja cuerda en sentidos opuestos y la decisién no podra ser mAs que politica, Pero hay que tomar seriamente en consideracién que un diseiio legislativo que defina los supuestos de hecho de tal modo que impliquen graves dificultades probatorias y que, a la vez, les atribuya graves consecuencias juridicas corre un serio riesgo de acabar resultando ineficaz y/o inefectivo. 4) Como ya mencioné anteriormente, los estandares de prueba no son las tinicas reglas que inciden en la distribucién del riesgo probatorio en nues- tros sistemas juridicos, También lo hacen, entre otras, las reglas que estable- cen cargas de la prueba y las presunciones”. La carga de la prueba determina quign pierde el procedimiento en caso de que ninguna de las partes consiga corroborar sus respectivas hip6tesis facticas al nivel del estdndar o esténda- res de prueba aplicables. En consecuencia, esa serd la parte que corra con el riesgo del error por falta de prueba (el error por absoluci6n falsa). Observar la incidencia conjunta de las distintas reglas de distribuci6n del riesgo probatorio Nos permite constatar, por ejemplo, que contra lo que se afirma en muchas ocasiones el denominado estéindar de la preponderancia de 1a prueba no dis- tribuye necesariamente a partes iguales el riesgo del error. Ello depende no Es importante enftizar que estoy hablando de t individuals a «xtoy hablando de tipos de casos, no de casos individual Ba eeranes due Sean, enfrenten difcultades proatoras, Por razones bésicas de previ # ESSE con las qu se nos juzg, los esindaes de prusha tienen que estar previsos como rel ® Con to qu disminuremos el nimero de fal i iene co de falsas absoluciones pero aumentaremos a ‘ements fabs. Por ota pare, es claro que esta tercerarazGn es, en realidad, instrument! © ® Véase ALLEN y CALLEN, 2003: 5 oe | ois? )MENOS PARA UNA TEORIA SOBRE Log ESTANDARES DE PRUERA, 43 1 estéindar, sino también de Ia atrit ue el estandar sea el mismo para las aund¥ Jo la preponderancia de la prueba, exiir carga de la prueba, es decir, quien Oo do, por tanto, solo esta quien corra coy a falta de prueb: a. as presunciones, por su parte, pueden ser de disti . wn eens eon re a inerinas. Las primeras tienen forma condicional y, dado cierto hecke base, oxdenan tomar Como cierto un hecho presumido si no hay priche ar oe ,o. Veamios un ejemplo: muchos ordenamientos civiles prevén la denominnta yesunci6n de conmoriencia para el caso en que dos o mas Personas, Ilamadas paucedersefallezcan en un mismo accidente? Asi, la regla civil dspone on obado un hecho base (el fallecimiento en el mismo accidente) se presumird otro hecho (que las distintas personas han muerto en el mismo momento), sal- yo prueba en contrario. Esta es una técnica legislativa muy util pare solver situaciones de dificultad probatoria: en efecto, probar el momento en que dos. personas han muerto puede ser muy complicado si lo hacen en un corto lapso de tiempo y no hay testigos (situacién muy habitual en los desastres naturales oen Jos accidentes). Entonces bastaré con probar otro hecho mucho mas sim. ple, a muerte en el mismo accidente, en cuyo caso se presumira, salvo prueba en contrario la muerte simultanea de todas las victimas. El efecto probatorio es doble: en primer lugar cambia el thema probandum (el hecho a probar) y probado este, altera la carga de la prueba de la no ocurrencia del hecho presu- mido. Un ejemplo de cémo a través de esta técnica se opera en situaciones de dificultad probatoria lo encontramos también en algunas legislaciones penales que tipifican el delito de enriquecimiento ilicito, En ellas, dado un hecho base (el aumento patrimonial durante el periodo de ejercicio de un cargo piblico no explicable por los ingresos licitos conocidos del titular del cargo) se presume otro hecho (la ilicitud del aumento patrimonial), salvo prueba en contrario”*. ibuci6n de Ia ¢; nci6n de la carga de la rf, Nipétesis facticas de las fospane ‘erd una de las partes la perjudi rua S la perjudicada Plerda si no hay prueba suficiente, n el riesgo de . solo de Las presunciones aparentes o verdades interinas, por su parte, comparten con las presunciones stricto sensu la caracterfstica de admitir prueba en con- trario y situar la carga de la prueba en quien no es favorecido por la presun- cién; divergen de estas, en cambio, en que no un hay hecho base que probar a los efectos de desencadenar la presuncién. La presuncién de inocencia 0 la de buena fe en materia civil son ejemplos claros de este tipo de reglas. Su efecto Bréctico no es distinto en absoluto al de las reglas que determinan las cargas de la prueba. —_ * Deo voluntariamente a un lado las denominadas presunciones juris et de jure, que no tienen un “™Péctoen el razonamiento probatorio, puesto que funcionan, precisamente, ee meet ase, por ejemplo, el art 95 del Cédigo Civil y Comercial argentino ode forma ME TO) "rleque hace a ia idemificacién del hecho base de Ia presunci6n, el art. 33 del Codigo Civil pal compayy\® Stt¥2ré ahora en el debate, aunque es ciertamente interesante, sobre si ‘atible con la presuncién de inocencia en el proceso penal. JORDI FERRER BELTp; 44 BLTRAy, . ue, si queremos distribuir el riese Pues bien i eae debemos tambien tener en cient através delos on esa misma distribucién. Si, por ejemplo, con e} argUMeny ‘ seglas operan ¢1 arte débil en las relaciones de consumo, establecemog ie de favorecer a la e Ja prueba en procesos por productos defectuosos ¢ a de que Ha careo er ulténeamente rebajamos mucho el esténdar de Prueba, fod al fabricar exactamente el contrario al buscado. En definitiva 92424 elresultado a a razones atinentes ala gravedad de las consecuencias qe iy 7 coder atria errOnea Oa las dificultades probatorias de los tipos oa eet Li en cuenta simulténeamente quién tiene la carga de la Prueba, a Saloa efectos de posibles presunciones aplicables al caso”, " imo, las razones anteriores parecerian apuntar a la d ela de prueba para la adopcién de decisiones sobre los hechos al momento de dictar sentencia sobre el caso, Sin embargo, este no = el inico momento del proceso en que debe pararse la dindmica Probatoria ara tomar decisiones sobre los hechos*. Veamos algunos ejemplos extrafdos de Ley de Enjuiciamiento Criminal espafiola: Necesidag Prisién provisional. Art. 503.1 LECr: «Para decretar la serén necesarias las circunstancias siguientes: tl 2° Que aparezcan en la causa motivos bastantes para creer responsable ctiminalmente del delito a la persona contra quien se haya de dictar el auto de prisién». Sobreseimiento libre. Art, 637 LECt.: «Procederé el sobreseimiento libre: 1° Cuando no existan indicios racionales de haberse erpetrado el he- cho que hubiere dado motivo a la formacién de la causa, [1 3° Cuando aparezcan exentos de responsabilidad criminal los procesa- dos como autores, cémplices o encubridores», Prisi6n provisional __ Art. 640 LECr.: «En el caso 3.° del articulo 637, se limitard el sobrese- mento a los autores, c6mplices o encubridores que apareccan indudablemente ‘consideracién para determi fs inar la distribuci6n que e Alec tribuci6n que esti '¢ ANDERSON, SCHUM y Twi imamos adecuada, INING, 2005: 230 y ss. PARA UNA TEORIA SOBRE LOS ESTANDARES DE PRUEBA. 415 1 sGoIENOS ‘de responsabilidad criminal, continugndose la ¢ eae Sue nose halle en igual caso». augairespecio,' los: Sobreseimiento provisional. Art. 641 LECr.: «Proceder4 el sobreseimiento provisional: Ll Cuando resulte del sumario haberse cometido un delito y no haya motives suficientes para acusir 8 determinada o determinadas personas como % cémplices 0 encubridores», autores procedimiento abreviado, Apertura de juicio oral Art, 790.6 LECr: «So- ritada la apertura del juicio oral por el Ministerio fiscal o la acusacién par- titiar, el Juez de Instruccin Ia acordaré, salvo que estimare que concurre UPtupuesto del nim. 2 del articulo 637 de esta Ley o que no existen indicios Sr eignales de criminalidad contra el acusado, en cuyo caso acordard el sobre- seimiento que corresponda». ede observarse, el propio legislador ha sido consciente de que, en ‘os del proceso, el juzgador deberd tomar decisiones acerca dela suficiencia probatoria: para continuar con la instruccién (y no sobreseer or so), para abrir juicio oral, para dictar una medida cautelar como la prisién preventiva, etc. No obstante, los criterios que el legislador espajiol ha utilizado rethmplen en absoluto los requisitos metodol6gicos expuestos en el epigra- fe2.1 de este trabajo; en concreto, no utilizan criterios relativos a la capacidad justificativa del acervo probatorio que sean intersubjetivamente controlables y son aptos para establecer un umbral probatorio. Si se quieren formular adecuadamente los estdndares de prueba inter- ‘An tenerse en cuenta todos los requisitos medios del procedimiento, deber: con un requisito metodolégico afia- metodol6gicos y politicos ya expuestos, ‘obatoria de los distintos estdndares de prueba ido: el grado de exigencia pr para distintas fases del procedimiento debe seguir una Ifnea ascendente, de modo que la exigencia probatoria para sobreseer (0 no) el caso debe ser in- ferior que la que se requiera para abrir juicio oral y esta debe ser inferior que laque se pida para dar por probada la hipétesis en la decisién final. De otro modo, las decisiones jntermedias no serfan mas que una anticipacién de la decisién final, haciendo intitil todo el procedimiento subsiguiente. Lo mis- mo puede decirse de la decisién sobre las medidas cautelares, como Ja pri- Sién preventiva, pero también de otras medidas patrimoniales, limitaciones de movimientos, etc. Por un lado, Ia importancia del bien afectado puede a y el grado de afectacién también, por lo que Ta gravedad del error es _ iad diversa. Por otro lado, en ningéin caso debiera exigirse a los efectos ithe lopcién de una medida cautelar el mismo grado de corroboracion Red eh que para Ja decisién final, lo que tiene importantes efectos a la adelante leterminar qué cuenta como error en cada caso, como se vera més Como pu giversos moment JORDI FERRER pei. 416 ELTRAy 2.3. Algunos ejemplos de estdndares de prueba Pretend. Acabamos de ver cudn deficientes son Jas formulaciones de los los ya te. 1 penal espafiol. A de prueba en el derecho procesal penal , - oo oe ay me afadir lo establecido para la decisi6n final por e] art, 74) Pac coer tribunal, apreciando segtin su conciencia las pruebas practicadas r. stas por la acusacién y la defensa y lo manifes. 1 juicio, las razones expuestas p ; tad ee Jos mismos procesados, dictara sentencia dentro del término fied por esta Ley». Finalmente, a nivel jurisprudencial tanto el Tribunal Supremo como el Constitucional han sostenido que solo puede condenarse si el resy. tado de las pruebas acredita la culpabilidad del acusado més allé de toda dudg razonable, Valga un ejemplo por todos: el derecho a la presuncién de inocencia comporta el derecho a no ser conde. nado sin pruebas de cargo vilidas, lo que implica que toda Sentencia conde. hatoria debe expresar las pruebas en las que sustenta la declaraci6n de respon. ‘abilidad penal; ademés, dichas pruebas han de haber sido obtenidas con las gzarantias Constitucionales, haberse practicado normalmente en el juicio oral y haberse valorado y motivado por los Tribunales con sometimiento a las reglas de la l6gica y la experiencia, de tal modo que pueda afirmarse que la declara- cin de culpabilidad ha quedado establecida més alld de toda duda razonable (STC 43/2003, FI 4.° La cursiva es mia)”. Como ha sido ya sefialado, sin embargo, no parece una buena idea asumir que en todo proceso penal deba regir un mismo estdndar de prueba para la decisién final sobre la hipétesis acusatoria. Si a ello se afiaden los problemas derivados de la falta de criterios de razonabilidad de la duda, resulta impres- cindible disefiar legislativamente de modo distinto las reglas que establecen los umbrales de suficiencia probatoria para cada tipo de decisién sobre los hechos durante el proceso. En los epigrafes precedentes he expuesto los requisitos metodolégicos y valorativos 0 politicos que deben tomarse en consideracién para definir un estndar de prueba. En este epigrafe, en cambio, me limitaré a ofrecer un abanico de formulaciones que cumplirfan todos los requisitos antes sefialados, fijando el grado de corroboracién de mayor a menor exigencia. No pretendo con ello proponer que estos deberian ser los est4ndares que se utilicen, entre otras cosas porque ello presupone una decisién sobre la distribuci6n del riesg0 probatorio que se estime polfticamente adecuada en cada momento. Aspito solo a mostrar cémo podrfan formularse estandares de prueba que no conlle- ven los problemas de las formulaciones vigentes. Por citar solo 40s 32 y 1991/2002, ® Enel mismo sentido, de forma my : ry clara, se expresa la STC 66/2009, FI sentencias del Tribunal Su FPaenn, Ce Tibunal Supreme, véanse ls SSTS 258/2003, de 25 de febreo, FI PARA UNA TEORIA P GOMENOS SOBRE LOS ESTANDARES DE PRUEDA, wn dar de prueba 1) para considerar probada una hipstesis sob juntamente las siguientes condiciones: Estdn re los hechos deben darse con- a) Lahipstesis debe ser capaz de ex orindolos de forma coherente, y las predicci eis permita formular deben haber resulta pruebas al proceso. b) Deben haberse refutado todas las demas hipétesis plausibles explica- sivas de los mismos datos que sean compatibles con la inocenci excluidas las meras hipotesis ad hoc™, . n 1a inocencia del acusado, plicar los datos disponibles, i ; ponibles, inte- ones de nuevos datos que la hip6- lo confirmadas y aportadas como Estindar de prueba 2) Para considerar probada una hipétesis sobre I rar a los he . juntamente Tas siguientes condiciones: apes a) La hipétesis debe ser capaz de explicar los datos disponibles, i grindolos de forma coherente, y las redittoned noeros iter aie pS fesis permita formular deben haber resultado confirmadas y aportadas como pruebas al proceso. b) Debe haberse refutado la hipétesis alternativa formulada por la de- fensa, si es plausible, explicativa de los mismos datos, y compatible con la jnocencia del acusado, salvo que se trate de una mera hipdtesis ad hoc. Esténdar de prueba 3) Una hip6tesis sobre los hechos se considerard probada cuando se den, con- juntamente, las siguientes dos condiciones: a) Que la hipétesis sea la mejor explicacién disponible de los hechos cuya ocurrencia se trata de proba, ala luz de los elementos de juicio existentes en el expediente judicial; y b) Que el peso probatorio del conjunto de elementos de juicio relevantes incorporados al proceso sea completo (excluidas las pruebas redundantes)” Una presentaciGn de este estindar de prueba y su explicacién puede encontarse en FERRER BaureAs, 2007: 147 y ss. En todo caso, conviene sefialar aqu, para evitarinterpretaciones subjetivistas, ia del estindar se entiende de un modo ‘uy minimo como compatit Una presentacién de este esténdar de prueba y su ¢ ‘ Berm, 2044: 297 y ss. Quisiera destacar la menci6n del peso probatorio,nocin que debe ser vida: dosamentedistinguida dela de valor probatorio. El concepto de peso probatori al que me refer Hore socigen en Keyes (1921: cap. 1V,71 y s8) y fue adaptado al contexto de Ia probabilidad inductiva por LJ. Cots (1986), El valor probatorio es el grado de confirmacién que un conjunto de lenis de fo mide el grado de completitud (i.e lari. 5, el pe roto es a suma de elementos de juico relevantes,favorables y desfavorables, due Pomme aribuir "lr probutorio sada re de ns hipesis en conflict. Ast mientras que el valor probone de una }ipétesis da cuenta de la probabilidad de que esa hipétesis sea verdadera en Kennet comparativo con 50s hipétesisrvales, el peso probatorio da cuenta de la probabilidad de aciert» de la decisin, en fone in Tariquea de los elementos de juicio tomados en consideraicn para decid son €20 senuido ue Pied decirse que a mayer informacin disponible mayor probablidad de aciero ‘Asf,sespecto de cual- ORDTFERRER Batre 48 de prueba 4) 4 Esténdar et sess sobre Ts hechos e considerard probada cuando se __ unin es 3s coi, jun inétesis ofrezea una mejor explicacién de los hech ide probar que la hipotesis de la parte contraria, Tent le en, cop, cocurrencia se trata de prob pts pac juicio existentes ¢1 e by Tos oe es robatorio del conjunto de cements de uco rey otras al proven Sea completo (exluidas las pruebas edundangy" i Estdndar de prueba 5) ‘na hipéess sobre Tos hechos se consideraréprobada en un process cuando: ‘i ' pts icacién disponible de los hech hipstesis sea la mejor explicacién disponible de los hechos rreneis trata de prober, ala luz de Tos elementos de juicio exist expediente judicial. Cuya ocu. lentes en g| Esténdar de prueba 6) Una hip6tesis sobre los hechos se considerard probada en un procesg cuando: La hip6tesis ofrezca una mejor explicacién de los hechos cuya ocurrencia se trata de probar que Ia hipétesis de la parte contraria, ala luz de ios clementog de juicio existentes en el expediente judicial. Con estos u otros estdndares formulados de este modo, el legislador dis- pondrfa de un abanico de posibilidades para decidir en funcién del nivel de exigencia probatoria que estimara oportuno prescribir para cada decisién so- bre los hechos en el proceso. Todas estas formulaciones tienen, ademés, la vir- tud de hacer operativas las otras reglas de distribuci6n del riesgo probatorio: la carga de la prueba y las presunciones. En efecto, y esto es muy importante, ni una ni otras en mi opini6n tienen implicacién alguna respecto del grado de uier hip6tesis Féctica podemos preguntamos qué pruebas son necesarias para acreditar cada uno de sus lementos y la pregunta por el peso es estan esas pruebas en el expediente judicial (con independencia de su valor probatorio, ¢s decir, de si resultan fiables o no para probar lo que pretenden probar). Las dimensiones que pretenden capturar las dos cldusulas del estdndar propuesto son anélogss 2 dstincion que plantea Haack (1993: 82 y ss; 2008: 264; 2013: 79) entre el grado de apoyo que ofrecen las pruebas a una hipétesis y el grado de inclusividad (comprehensiveness) de las pruebas, {esbonde a la cuestién acerca de cusntas de las pruebas relevantes tenemios. También STEIN (1997: Sideraeae a Bulendo a Keyes, distingue entre probubilidad de una hip6tesis y peso probatorio, tienes ecesidad de que la decisién sobre los hechos probados tenga su fundamento en ambas El estar propuesto permit “owt © permitirfa, de este modo, evitar el problema sefialado por LAvDAN @ ge ae bese dl uso eI inference la mejor ial tstdndar de prueba: en Namente ore Stcién disponible puede ser una mala explicacién, debido a que, aunque compa! incorporando et — ct ‘més corroborada, tenga a su favor un acervo probatorio muy poe ‘ie tener que declarar probed oes oy ettud del peso probatorio ya no se produciri la conseeUeRe au produc ne ‘amente mejor que su contrana. Pes COM Muy escaso apoyo probatorio,tinicamente Por 00 yMENOS PARA UNA TEORIA SOBRE LOS ESTANDARES DE PRUEBA... 419 x0! encia robatoria que debe alcanzarse, Pero presuponen que disponemos exigent la que To establezca. No es posible aplicar la regla de la carga de la guna nae aso de insuficiencia probatoria si no est4 determinado cuando hay , ia probatoria. Y, del mismo modo, no hay modo de que pueda ser it a una presunci6n iuris tantum, como la presuncién de inocencia en el ones penal, si no esté establecido en qué condiciones podré considerarse ae da la presunci6n, esto es, cuéndo habré prueba suficiente en contrario. ,, ESTANDARES DE PRUEBA Y TIPOS DE ERRORES JUDICIALES SOBRE LA PRUEBA Hasta el momento, he usado sistemdticamente la nocién de error para ha- cer referencia a la discordancia entre lo que se declara probado 0 no probado gnel proceso judicial y los hechos sucedidos en el mundo. En este sentido, hay error cuando se condena a un inocente (alguien que no cometié los hechos nye se Je imputan) y también cuando se absuelve a un culpable (alguien que cometié los hechos que se le imputan). En este tiltimo caso, es indiferente si Jaabsoluci6n fue motivada por falta de prueba suficiente de Ja culpabilidad o incluso por prueba de su inocencia. Sin embargo, este tipo de error, al que Ilamaré material, no es el tinico po- sible. También cabe otro tipo de error, que llamaré inferencial, que no surge de laconfrontacién directa entre el resultado probatorio del proceso y el mundo extemo al proceso, sino del andlisis del propio razonamiento probatorio del juzgador. Diremos que hay un error inferencial cuando a partir de las pruebas aportadas al proceso y tomando en consideracién el esténdar de prueba apli- cable, la conclusién probatoria obtenida por el juzgador no es la que estaba justificado obtener. Tomando «p» como un enunciado féctico cualquiera, los resultados pro batorios posibles son evidentemente tres: probado «p», no probado «p» y pro- bado «no-p». Si «p» designa la comisién de una accién constitutiva de delito, éntonces su prueba implicard la condena, mientras que la falta de prueba o la Prueba de lano comisién conllevar la absoluci6n. Es importante destacar que ¢lerror inferencial depende de aspectos netamente procesales: de las pruebas desahogadas en el proceso y del esténdar de prueba aplicable. Si varian las esas © el segundo la conclusién justificada evidentemente puede variar set Ast, ante el mismo acervo probatorio puede suceder que la conclu- a Wstificada Sea que est probado «p», si el esténdar es de un nivel de #encia medio, mientras que el resultado justificado sea que no est4 probado wae las mismas pruebas le aplicamos un esténdar superior. De este modo, inocente oy Perfectamente justificado en el sentido inferencial condenar a un material (si las pruebas existentes corroboran la hipétesis acusatoria hh _ JORDI FERRER BELTp 0 N absolver a un culpable material (si Jas 0 estindar). de los dos tipos de errores son las Siguientes». igido) 0 JI nivel del esténdar exigiC0. jo permiten alcanzar ese mism Las combinaciones posibles 1) Condena a un jnocente (error material) inferencialmente istfcad Pruebas jerto inferencial). _ . oD Coates aun inocente (error material) inferencialmente Injustificadg inferencial). a ; / baie in eolne6n aun culpable (error material) inferencialmente iUstificadg ierto inferencial). a ; (aci ri “Absolucicn aun culpable (error material) inferencialmente injustig. ada (error inferencial). / - " ce 5) Condena aun culpable (acierto material) inferencialmente injustifica- da (error inferencial). | ~ / 6) Absolucién a un inocente (acierto material) inferencialmente injusti.. ficada (error inferencial). 4. PRESUNCION DE INOCENCIA Y PRISION PREVENTIVA: LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO POR PRISION PREVENTIVA «INDEBIDA» Una vez presentado un esbozo muy superficial de la teorfa general sobre los estdndares de prueba, creo que puede ser de utilidad analizar un problema en el que, precisamente, se encuentra la necesidad de distinguir muy diversos niveles de exigencias probatorias: la determinacién de la responsabilidad civil del Estado por prisién preventiva «indebida» o «errénea». Estamos situados, en este tema, en una encrucijada entre distintos momentos del proceso penal con sus reglas especificas (el que rige la determinaci6n de la prisiGn preventiva y el de la decisién final sobre el caso), la determinacién de una responsabilidad civil derivada de un proceso penal, la tramitaci6n en sede de distintas jurisdicciones, etc. En definitiva, estimo por ello que se trata de un buen test case para una teorfa de los esténdares de prueba. En trabajos anteriores he analizado la compatibilidad entre la presuncién de inocencia como regla de trato procesal y las medidas cautelares, con es- Pecial atencién a la prisién preventiva®®, Ahora, en cambio, quisiera poner él acento en la relacién entre la presuncién de inocencia como regla de juicio ¥ sus implicaciones para la decisién posterior a la absolucién penal frente @ ® El cuadro de posibilidades puede com i istingui vveremos eat suede iplicarse ulteriormente si distinguimos, como Peete cer # ls efectos de Ia reparacin por prisiGn preventiva errOnea, entre la falta de prueba de a (no probado «p») y la prueba de le inser nines 3 ease Fen Batak Sorta i ineenca(prabado eno»). 106 sMENOS PARA UNA TEORIA SOBRE LOS ESTANDARES DE PRUEBA... 42 pro! / \da por prisin preventiva errénea, P: ible deman ] a . Para ello va a resultar wt Prrental la comprensi6n de los lineamientos teéricos presentados has- dar mento sobre 10s esténdares de prueba y los tipos de error judicial, (ae ig de extracr las conclusiones de ese anilisis, sin embargo, conviene ants far Ja doctsina original del Tribunal Supremo espafiol, a partir de lo peep en la Ley Orgénica del Poder Judicial (LOPI), sobre la regulacién reve la indemnizaci6n por prisién preventiva «indebida» y la enmienda wel la misma a raiz de la jurisprudencia del Tribunal Europeo de Dere- hos Humanos. 41. Ladoctrina original del Tribunal Supremo Establece el art. 121 de la Constitucién espafiola que «{IJos dafios causa- dos por error judicial, asi como los que sean consecuencia del funcionamiento anormal de la Administracion de Justicia, daran derecho a una indemnizacion acargo del Estado, conforme a Ja ley». Esta cldusula constitucional ha sido desarrollada por la Ley Orgdnica del Poder Judicial, estableciendo un régimen general (art. 293) y un régimen especffico para algunos supuestos de la deno- rninada prisiOn preventiva «indebida» (art. 294) que, en todo caso, no impide elrecurso al régimen general para los dems casos. Asi, el régimen especifico delart. 294 LOPY dispone que: 1. Tendrdn derecho a indemnizacién quienes, después de haber sufrido prisién preventiva, sean absueltos por inexistencia del hecho imputado 0 por esta misma causa haya sido dictado auto de sobreseimiento libre, siempre que se le hayan irrogado perjuicios. En cambio, el régimen general, relativo a cualquier supuesto de error ju- dicial, exige un procedimiento especifico ante el Tribunal Supremo y, sobre ‘odo, ha sido siempre interpretado por el propio Tribunal en el sentido de exigir que el error sea «objetivo, patente e indudable»*, es decir, que se trate de un error palmario. Con independencia de las condiciones en que pueda decirse que un error tal se produce, es evidente que, tanto procedimental como Sustantivamente, el régimen general es més restrictivo que el especifico para : prisién preventiva®’, Este viltimo requiere tinicamente una sentencia abso- ‘oria 0 un auto de sobreseimiento libre recaidos en el mismo procedimiento fal ail que se decreté Ja prisién preventiva. Pero sorprendentemente, la absole tal del art. 294 LOPJ limita este supuesto a los casos en los que la lucién sea debida a la inexistencia del hecho delictivo, de modo que no “aria los supuestos en que el hecho haya existido pero no sea de autoria say deg), N08e la STS, Sala 2, de 12 de septiembre de 1991 o también la STS, Sala 4*, de 7 de junio ws fe Tas muchas en el mismo sentido. 8 critica a esa intespretacién restrictiva puede verse en TOLIVAR ALAS, 2009: 203 y ss. , JORDI FERRER BELT 422 sion preventiva (que constituyen la gran Mayorig i tido a pri ° c & ss Sepasin preventiva seguida de absoluci6n). le én, dificilmente ae conel derecho alaigua, i imi r via de interpretacién jurisprudeng; dad, fue nipkamente Cm camen enel mismo sentido de! Consejo q, Asse] Tribune ip que ia inexistencia del hecho delictivo debia entendons Estado”, aaa sobjetiven, literal, como en su faceta «subjetivan, es decip qed th sho delictivo cometido por el acusado no ocurrié (incluyendo asf al iat en la definicin del propio hecho)**. En definitiva, entendig al sie puna que procede la indemnizaciGn por prisiGn preventiva indebigy amo sobre la causa se dicte sentencia absolutoria 0 auto de Sobreseimientg libre por haberse probado Ia inexitencia del hecho delictivo o la no Patticipe cidn del sujeto que fue sometido a prisién preventiva®. Frente a este sujeto, pues, las opciones son tres: a) Se prueba el hecho delictivo y su participacién (probado que «p») y, en consecuencia, el acusado es condenado. =. , b) Se prueba que el hecho delictivo no existi6 0 que el sujeto no partcips (probado que «no-p») y, en consecuencia, el sujeto es absuelto Por prueba de su inocencia, ameritando una indemnizacién por la prisién preventiva indebida, ¢) No hay prueba suficiente de su culpabilidad ni de su inocencia, por o que el sujeto es absuelto, pero no tiene derecho a la indemnizacién por la prisién preventiva indebida. Esta extrafia restricci Este régimen indemnizatorio merece, a la luz de lo estudiado en los epi- grafes 2 y 3 de este trabajo, algunos comentarios. En primer Ingar, hay que ponerlo en relaci6n con los distintos tipos de error judicial que fueron iden- tificados anteriormente, teniendo en cuenta que, para sostener Ia existencia de un error inferencial en alguna de las decisiones, este depende del esténdar de prueba aplicable a esa concreta decisiGn y de las pruebas disponibles en ese momento, Dado que el esténdar de prueba para la adopcién de la prisién preventiva, relativo a la participacidn del sujeto en el hecho delictivo impu- tado®, debe ser necesariamente més bajo que el esténdar de prueba para la & Enel mismo sentido puede verse la STC 98/1992, de 22 de junio, FJ.2°, y uilizando el mis Fe wreumento como erftica a la jurisprudencia del TEDH que se analizaré mas adelante, véase DIAZ Frau, 2017: 68 ss YEtse el Dictamen del Consejo de Estado de 9 de octubre de 1986, nim, 49283. & Néase la STS, Sala 34, de 27 de enero de 1989, juraprid como veremos, se mantuvo constant hata a sentenciaTendam v. Espafa del TEDH, nS SY OM VOTES ,, Eivest tems, como en la mayorfa de los problemas jurfdicos, en Espafiah ca infor fi cos, en Espafia hay muy po aie Sisponible, Una excepcin, que puede ser orienatva, es el estudio de GUERRA PEREZ Tet al eliza 250 casos de la provincia de Malaga, durante fos aioe 2003 2004, en 1 0? Kn Dreventva: de ellos un 16 por 100 resultaron finalmente no conden ,GOMENOS PARA UNA TEORIA SOBRE LOS ESTANDARES DE PRUEBA. p00 423 - .al sobre la hipstesis acusatoria, y d; a. 7 Je no mento de adoptar la decisign de cate aes ne no tienen por qué coincidir con las disponibles en el mony an decision final, cabe perfectamente la posibilidad de ae : ad jai judicial de decretar la prisién preventiva sea inferencialmente cones i sin Me que también lo sea la decisi6n final de absolver (incluso por pra gela jnocencia). Es decir, anbes decisiones pueden ser correctas inferencial- mente, aun Megando a conclusiones distintas, dado que parten de un conjunto - pruebas también distinto y aplican diferentes estdndares de prueba. En ese caso. aun cuando Ja sentencia absolutoria considere probada la inocencia del jeusado, podrfamos concluir que hubo un error material en la decisién sobre ja prisi6n preventiva, pero no un error inferencial imputable al juez. Decidir que procede la indemnizacién en ese caso, sitia el resarcimiento en la 6rbita dela responsabilidad objetiva del Estado. Si, en cambio, se acreditara que jubo también un error inferencial en la decision sobre la prisién preventiva (la decision no estaba justificada a la luz de las pruebas disponibles en ese momento y del estdndar de prueba aplicable), la responsabilidad del Estado serfa por accion culposa del juez (0 por accién dolosa, en caso de prevari- cacién). El supuesto mis interesante, sin embargo, es el de la absolucién final por falta de prueba, es decir, por no haberse satisfecho el esténdar de prueba previsto para la hipétesis de la culpabilidad ni el previsto para la hip6tesis de lainocencia (no estando probado «p» y tampoco que «no-p»). En ese caso, es yactfico considerar que la presuncién de inocencia como regla de juicio im- pone que debe absolverse al acusado, pero si durante el procedimiento se de- creté la prisién preventiva no podemos afirmar que se ha producido un error material (porque no esté probada la inocencia) y tampoco necesariamente un error inferencial (porque el hecho de que el grado de corroboracién de la hipétesis de la culpabilidad no supere el esténdar previsto para la condena no permite inferir que no superara en su momento el previsto para la pri- sién provisional, que es necesariamente més bajo). Cabe, pues, Ja absoluci6n Por presuncién de inocencia sin que la prisién preventiva pueda considerarse erténea ni material ni inferencialmente. Y es por esto que resulta acertada la Solucién de la jurisprudencia del TS: en esos casos debe absolverse (porque 10 se ha probado la culpabilidad) pero no cabe indemnizacién por la prisién Preventiva (porque no se ha probado el error judicial ni en sentido material a inferencial). En otros términos, no se habrfa acreditado en estos casos un ‘aflo resarcible. eventiva doptar la = ri aUE 8 imputa y debe acreitase Ia existencia de ale sislacion (fuga, destruccién de pruebas, reiteracién delictiva) Primero de los aspectos. 10 de los peligros procesales previstos en Hetiva). En este trabajo solo seré abordado 4 JORDI FERRER BELTRGy 44 42, La jurisprudencia del TEDH cia del Tribunal Supremo espafiol actug ine “Humanos, principalmente a través de Ja Senten fe edente menos claro \- fia*!, que tenfa ya un prec one cia Tena rota x Eopaia, La doctrina sentada por el TEDH en eqs tencia eee Raralieapento puede resumirse en los siguientes extremos®. otras sentencii io Europeo de Derechos Humanos, a) Nielart. 6.2 Se gn de enema ni ninguna otra Gisposten woce el derecho @ I Prerados a indemnizar por el tempo pasado er prisigy Freventia de forma legal, aun cuando el sujeto que la Suir sea finalmente a ahora bien si un Estado decide reconocer un derecho a ser indemni. zado por prisién preventiva indebida debe hacerlo de modo que respete todo elalcance de la presuncién de inocencia y de los demés derechos Teconocidos en el Convenio. ; ; . c) El derecho a la presuncién de inocencia como regla de trato no solo tige hasta el momento en que se dicta sentencia de fondo sobre el caso, sing que, ademés, si esta es absolutoria, impone que el sujeto sea tratado como inocente del delito del que se le acusaba en toda interaccién posterior con el Estado. 4) Porello, el Estado no puede tomar ninguna decisién posterior al pro- ceso penal, sea en sede judicial o administrativa, en la que se pueda poner en duda la inocencia del sujeto que recibié una sentencia absolutoria, €) Siendo asi, es contrario a la presuncién de inocencia distinguir, a los efectos indemnizatorios de la prisién preventiva, los casos en que la absoly. cién se fundé en la prueba de la inocencia de los casos en que el fundamento tadica en la insuficiencia probatoria de la hipotesis de la culpabilidad. A estos efectos, para el TEDH «no debe existir ninguna diferencia cualitativa e absolucién basada en la falta de pruebas y una absoluci6n resultant Constatacién sin ningiin género de dudas de la inocencia de una pel jurisprude: Frente a esta jurispruc punal Europeo de Derechos ntre una ite de una rsona»**, © Puede verse una excelente presentacién di (2009) y de esta misma y de la Sentene 4 la Sentencia Puig Panella en MaRtiN REBOLLO tina ha si clon san ua en COBREROS MENDAZONA (2012), La misma de acién con el art. 48.1 de la Carta de los Derechos Fundamentales pea por la Corte de Justicia de la UI rie PS os IE: al respecto, véase una buena presentacién et “ STEDH Tendam v: Espa jul co 7 ireccién decud of 13 de julio de 2010, § 37, que tenfa ya precedentes que apt mara seein desde ls SSTEDH Englert v- piles Y Nolkenbocof so 21 de marzo de 2009,,* '°87 Sekanina v. Austria, de 25 de agosto de 1993 y Rusti» AUS ~*~

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