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fore)s 1315/5110) ay ro inl i Victor Hugo Viscarra Alcoholatum & otros drinks Crénicas para gatos y pelagatos CORREVEIDILE ‘Victor Hugo cana 5 Prélogo Debo iniciar este prologa con un reconocimiento y una culpa, ya que no me ha sido posible cumplir con fa solicitud de la Editorial Correveidile de escribir un "acercamiento biografico". a Wietor Hugo Viscarra, Disfruto de una amistad, aeja ya aunque fresea siempre, con este autor y, ademas, conozeo el conjunto de su obra editada y parte de la inédita, Con tales antecedentes se comprenderé que la culpa es grande y es el abjetivo de este texto poner en palabras Io que ha sido mi bisqueda de Victor Hugo Viscarra, eseritor. En 1981, la Editorial Isla pone en circulacién, en formato pequelto, Coba: lenguaje seoreto del hampa holiviano de autorla de Victor Hugo Viscarra, Dada la tradicibn de esta editoriel, més bien parecia tratarse de un texto antropolégico ‘© mas propiamente etnognifico de una realidad specifica de [a citdad de La Paz. Asf, Victor Hugo aparecia més como un investigador social que como un escritor literario. Este dato, irrelevante entonces, se toma hoy como revetador en el conjunto de la produccién Iiteraria de este autor, como trataré de sustentar a continuacién, Once afios después, en 1991, la Oficialfa de Cultura de Cochabamba ieedita este -texto que haste entonces seguia marcado con una identidad de obra referencial de! humpen paceito; ef Coba de Victor Hugo no dejaba er un diceionatio, 6 Mbeotofatum oras divs En 1996 aparece Relatos de Victor Htigo una coleceién de relatos (y nétese que asevera relatos y no cuentos) cuya lectura no pude jamés, dlesprenierla de la memoria del Cobar no tanto porque el autor era el mismo, o porque cl entomo roferido era el mismo, sino y sobretodo porque estos relatos tejfan voces, personajes, situaciones ¥ reflexiones sobre la base de los significantes antes cnumerados en el Coa. gEstébamos entonces ante una eseritura ficcional? Varios y entre ellos yo misma creimos que sf, frente ,a algunos otros criterios eseépticas que mas bien asimilaban esta escritua al festimonio. Esta primera certeza fue confirmada por la magistral puesta en escena del relato Anocite en un putero, por el actor Jorge Ortiz: si fncionaba como base de drama, no podiamos estar menos que ante un texto evidentemente literario, Pero también es cierto que avizorabamos ya ciertas zonas conflictivas —reeurriendo a cierta frase cliché— en su escritura por determinados mbites imposibles de asumirlos al cuento atin sea {que utilicemos un concepto muy noble y amplio del ‘término, Creo que esta duda formaba parte también de las digresiones del autor, quien pateofa haber necesitado delimitar en el titulo de su libro una esoritura inasible, ni mejor ni peor que el cuento, diferente, variada y cadtica en todo caso. Fa leotura de los relatos que ahora saca a luz 1a Editorial Correveidile me confundieron todavia més, ya que, en conjunto, no se tratan de cuentos aunque algunas piezas si pueden catificarse como tales. Pienso, por ejemplo en La loca Esperanza, La Mama 0 El corredor de la Catedral, los que, sin duda, son una bella muestra del género. Pero, mis alla, ante que estébamos? ,Qué finalmente se lame esta riqueza escritural innominable? Y finalmente, tenia alguna importancia calificar esta nartativa? Creo que si, porque encarar, enfrentarse un texto, precisa, en primer término, adivinar, asi su identidad, Al igual que otras entidades, la * Victor Mago Vscarea 7 identidad de un texto se construye en relacién consigo mismo y con otros textos: la simifitud y fa diferencia marca identidades también textuales. Con tales argumentos, y sin dudar, supe que nos enfrentébamos mas bien a lo que se kama crénica. No histérica aunque sf literaria y si bien lo de histérico versus literario es siempre ‘dificil de separar en la crénica, la literaria ha de trabajar el texto desde las’claves sobretodo narrativas, antes, 0 por encima, de las claves de fidelidad de los hechos. Peto Victor Hugo hizo con nosoitos To que hace st texto “en los leotores, ya que ese seguridad alcanzada en aiios. de Keer st obra y elaborar disquisiciones, nos serfa uns. vez mds ecitada abajo, cuando nos da a conocer partes de lo que él mismo denomina ‘su autobiogeafia® a fin de elaborar un formal “acercamiento biogréfico det autor". Y es que el (exto autabiogrifica de Victor Hugo no es nada distinto, absolutamente, sino més bien una parte, antecesora © predecesora de lo que él ha calificado como sts eventos. . Vacia, sin més amma que fa pregunta, gate qué clase de texto estoy?, la lectura de los pasajes autobiogréficos me permitis al fin cerrar el efreulo ya que desde el Coba hasta los papeles autobiogréticos, la obra de este autor es, en verdad, tuna autabiografia. Ahora bien, sabiendo que me arriesgo a una aseveracién peligrosa y, posiblemente, que el propio aulor rechace, quisiera justificar esta nueva califieacién aunque creo que no serd Ia diltima, tal como ha venido Ia mano de este esquivo Victor Hugo. El resquemor que causa. ta avtobjogratia como género literario viene desde su adscripeién a género fiterario, Et eanon suele eliminarla de los géneros "estrictamente literacios junto al testimonio, la biograffa, la misiva y otros, [5] supuesto es que prima . AMeoilatues otros drinks ta relacién de hechos antes que la fiecién 0 Ja poética y, en ese sentido, no son realmente productos literarios, Por atra parte, no puedo dejar Ue recordar que fa historia de la literatura, especialmente latinoamericana, ha creado una especie de contrapropnesta al canon, precisamente dlesde esas zonas que no en vano ban sido calificadas de "marginales", sea por su relacién discriminada frente al canon, 0 sea —mas importante para mi— que han sido soporte para escrituras marginales. Decia, lineas arriba que el Coba, los Relatos de Victor Hugo y el presente volumen, fosrman parte de un todo autobiogréfico. Y ¢5 que si algo relaciona a estos textos tan diferentes entre si, la memoria no tan sélo del yo enunciativo, sino también de un entorno, En ese sentido, esta obra es una exposicién y/o exhibicién de una evocacién, no dc lo sucedide 0 lo acontecido, sino de la figuracién del pasado desde el presente de umn sujeto. Estamos, ‘entonces, ante una construccién narrativa que refiere a un yo individaal, que es también una constivecién narrativa, una autofiguracién, No hay tun registzo de los hechos, todo lo contrario, hay una evocacién narrativa, lirica a veces, literaria siempre. En este contexto, me parece que "reliquia" es Ja palabra que dibuyja,. sintéticamente, este ‘conjunto escritural, porque la reliquia es no sélo lo antiguo; es, sobretedo, el vestigio, el trazo, a veces s6lo el resto, fragmento, parte o particula de una realidad que se arma a través de la memoria, 2Es posible, sin embargo, una memoria exclusivamente particular del sujeto? Digo, es posible. una memoria individual sin una memoria colectiva? {Como teabaja esto Ja autobiogeafia en general y la de Victor Hugo en particular? Porque es cierto que este género tensa Ins relaciones entre narrador y mundo narrado, entre mundo pablico y privado, centre sujeto y necién, A mi modo de ver, esta itor thigoViscara 9 tensién se reerea y a veces se resuelve en los lugares de la memoria que reflejan las dimensiones colectivas del universo narvado, Pienso en Las’ carpas, que bien puede ser in relato de Victor Hugo, o bien su autobiograffa, El relato hace referencia a una cantina “ubicada tan sélo a irescientos metros de la Basilica de Sen Francisco (.) que no es tan s6lo una més de las Cantinas de imala muerte (..), € el epicentro de la creacién humana’, Espacio de creacién de lo que en el Coba, Victor Hugo calificaba de “hampa”, de ta "otea"” ciudad para fos que la viven dividida; de la amuerte y de ta vida; espacio de creacisn, también, de un tal Victor Hugo Viscacra Virginia Aylin Noviembre de 2000 ‘Victor Hiigo Viscarra 1A Barrio marginal de wia dadad cualquiera, Lugar geogréfico que no figura en gulas tristicas ni planos urbanisticos. Esconario de tragedias, incostos, asesinatos preyertas, Caldo de cultive social apetecido por estudiantes v universitarios gusto vistiant esporddicamente para hiego especutar en sus trabajos prdcticas ¢ investigaciones. Refugio de humildes cemigrados del eampo, prostitutes, delincuenies y mendigos. Calles sinuosas y eteramente potvorientas transitadas ar los marginados, os nites, is enfermedades y la muerte, Permanente foro de infeccién y degeneraci6n social ariborrado de basurates en tas cuates tos ‘menesterasos y los animales se disputan alin desperdicio que tes sirva de alimente, Barrio marginal donde los puestos de venta de productos atimenticios son minimas en relaciés con as cantinas, chicherias y antros de male nmucrt. Muchachitas de diez 0 doce aiios de eked que 10 saben To gue es Ia prostitucién pero que ta practicun desde hace tiempo, recibiendo, a cambio de sus esfversos de abrir las piernas, un plata cle cond, ‘algunos billetes devatuados a wna satires 12 Aleofofatum of otros dens “Lugar preferido por politiqueros y aprendices de dirigentes que a regaftadientes van por allé a ganar Yolanies ofreciendo el cielo maierializado en ta tierra, mientras a cada momento perfuman sus narices debido al olor nauseabundo de Ia pobreza. ‘Fterno "agosto " para especuladores, agiotistas ¥ ‘charlatanes; canpo de entrenamiento para las ferzas del orden. En fin, barrio marginal en el que vivimnos yo y los mios. ‘Victor Migo'Viecarm 13 Aili donde los hombres ponen fronteras al horizonte IN siguiora han pasado tres ais desde ta stkmaa ver. que tuvimos la oportunidad de tomaros unos tragos,con don Facundo, cuando me avisaron que haba muerto y que su cadiver se estaba velando en la casa de su comadré Tibureia. La verdad es que ime pusierdn en un gran aprieto en esos momentos porque yo no tenia dinero; asi que tuve que ir hasta el Barrio Chiuo a vender el nico par de zapatos que fenfa en buen estado, para contribuir a que el ealiver de Facundo se velara con alguito de decencia por Lo menos. Serfan las cinco de le tarde cuando, de vuelta a mi barrio, escushé la voz del Cuchillitos que me Ilamaba desde Ia puerta de He cantina de la vieja Mercedes: “Hey, venite que te invito unos tragos. Ahora no puedo —fuve mi respuesta (Acaso tt fiata te domina como a lokalla?—grité cl Cuchillitos mientras refa por su ocurrencin que, Gl, era de lo més original Noes eso —Ie dije—, es que tengo que ir a dar ini cuota para el yelorio del Facundo. or si por unos tragos no te vas a morir vos lanabig Ie aceplaria si fuera en otra oeasién. iVuatal, parece que mas bien le tienes miedo a lu Mena, que, me han dicho, te domina como a su ewlave, 14 Aboot otros dns -~ jNo hables macanas!, sabes que no me gusta que se metan con ella, porque en ese caso iendria que hablar de las verdades de tu fiatita, y vos sabes la fama que se gasta entre los giles que dicen tantas cosas de ella. No me dejé terminar, tomindome de un brazo me metié a la cantina y me condujo hasta una de las mesas. Tras hacerme sentar en una silla, pidié a la duofia que nos trajese una botella de trago al tiempo que agregaba: —No te enojes, hermano, es que tengo una bronea bien fulera y queria tomarme unos tragos con un amigo para olvidarme de Tas cosas que tanto me estfin haciendo sufrir como condenado. —iE1 gran Cuchillitos suftiendo por culpa do una negra? —te espeté mientras me reia, — jSnufrir por negras, yo?, nunca. Es que me yemuerde Ja conciencia el haber sido causante indiresto de la muerte de don Facundo y es0 no me deja descansar ni un solo momento— agres6. La vieja Mercedes nos trajo la botella que le habfamos pedido, le cancelamos el importe y se alejd, al tiempo que decia que nos deteitaria haciéndonos escuchar el ditime cassette que se habia comprado de ocasién. El Cuchillitos quedé callaclo y como yo sabia que en esas eireunstancins era mejor dejarlo asi, servi el trago en Ins dos copas mientras miraba si entre el resto de los clientes hhabfa agin conocido con quien compartir un brindis. Con excepcién de dos desconacidos que estaban bebiendo hechos unos giles en dos mesus sepatadas, no hata nadie mds en ef local, aunque no sé si seria correcto Hamar "local" a esa pocilga. La pieza era de unos cuatro metros cuadrados y sus parcdes,-anteriormente rosadas, estaban plomas de {ania sueiedad acomulada. Para disimular algunas partes desportilladas de tas paredes, la ducita habia pegado algunos cuadros _multicolores de esculturales artistas de cine que pose- ‘Victor txgo Viscare 15 ban desnudas y parecfan mostrar a los clientes que as{ eran de bellas las mujeres para la gente que tenia plata haste para [impiarse el trasera, Las mesas, impregnadas de trago, mas que mesas de cantinas parecian criaderos de —“moscas —aleohlieas revoloteando alrededor de los escasos clientes. Fn el mostrador, empolvadas botellas vacias daban un toque afiejo a la mesa donde un anafe encendico calentaba fs olla con agua que servia para preparar los tragos. Una grabedora hacia escuchar la voz melindrosa de un cantante de valses peruanos que se lamentaba del rechaza sentimental gue suftiera alld en su Lima morena. El trago se hizo para beber, no para ver —miusité tras lergos minutos el Cuchillitos. -~ Poo si ves fe pones & papar moscas, no te voy a estar rogando como si fueras fa enamorada de Kalimin— repuse. ‘ — Es que me da mucha bronea que jnstamente cuando yo estaba con ta hija del Facundo en pleno funguifunqui, nos haya peseado iejo y por eso se haya dedicada a tomar como maldito, hasta que la huesuda se fo tuvo que Hevar ul cementerio. GY aeaso vos no sabias que ella era sivionada a revolearse con cualquiera? — Precisamente, pero el fato ha side que el Faeundo nos pesed en su casa y por poco me agatra 1 puntapigs porque, segin él, yo habla’ estado Jallando al respeto tanto & su casa como a su difunta esposa, que también era oira que tenfa una especie ‘ls calentura vaginal y fajaba hasta con sus vompadres Oye, Cuchillos, no ‘te metas con los viiluntos porque cuando vos te muesas, lo mas Hyco val a ser que también hablen mal de vos, y tu ulmi ne va a tener descanso alld en el infierno, slovde es segurito que se va.a ir Mira, che, mejor nos serviremos y ulsjonios de hablar de muertos y de infiernas, que me peoitn se hablara 16 Alolotstne ef otros inks esta noche cuanda vayamos a la casa de la eomadre del Facundo, y en el velorio tengamos que decir "Qué bueno ‘que era el Facundo, si joven todavia ra, por qué se babré muerto" —fue la frase final del Cuchillitos. Apuramos hasta el fondo el contenido de muestras copas, mientras los dos solitarios de las esas cercanas se sumergian mas y mas en sus abstcaeciones y recuerdos. Mientias seguiamos hablando de temas intranscendentes entré al local y se acered a nuesira mesa Policarpio Colque, un indtil que por no tcabajar en algo decente se metié a trabajar de ‘guardaespaldas de un Honorable. — Cémio estén, che —fue el parco saludo que nos lanz6 con ese airecito de autosuficiencia fan peculiar y de! cual solamente se desprendia cuando se fe recordaba que, hasta antes de entrar a trabajar con el Honorable, estaba predestinado a terminar sit vida como epic’ del mercado Rodriguez, —Agui noms estamos contest el Cuchitlitos observando eémo Policarpio se quedaba hecho un opa con la mano extendida en el aire. —{No saben conteslar a un saludo? — pregunté “la persona a la que na. podiamos considerar nuestro amiga, — Sabemos —contesté nuevamente el Cuchilitos—, pero simple y anamente no nos da Ja gana de contestar un saludo que no es obligatorio, y como estamos viviendo en un pais democratico, iti qué te imaginas. Policarpio quedé hecho una furia. ‘Tanto Ia theta def local y su hija (que en esos momentos: hishin entrado a Ia tienda trayendo una botella lena de alcohol para seemplivzar la que se haba vaciado), comp Tos dos solitarios que bebfan en mesas separadas, habfan sido testigos del desafio velado del Cuchilitos. Hijo de... Policarpio no tuvo tiempo de terminat Ia frase, sti rosiro quedo baifado por ef trago que el Coehillitos le habla ‘Wretor Hugo Visca 17 echado, Mientras Hevaba sus manos a la cara recibié un puntapié en la boca del esiémago y cayende pesadamente al suelo recibié varias patadas mas mientras gritaba desesperadamente que alguien le ayudase, puesto que él era tods una autoridad y no sé qué otvas vainas. La vieja Mercedes trat6 de contener al tos: ~ Déjalo nomis, hijo, te vas « comprometer yy de paso vas a hacer que me lo clausuren la tienda. - Déjelo, mama -interpuso su hija al tiempo que aprovecheba cl pinica para asestarle al Policarpio tn puntapié en Ia espalea. Yo me quedé tranguila en mi mesa, no habia necesidad de que me meta; sabia que desde hacia tiempo cf Cuchillitos te estaba buscando bronca al Policarpio y que tarde o temprano se iban a chocar. No es que el Cuchillites sea un peleador que pelea por el sélo hecho de pelear. Pasaba que Policarpio, atenido a su frabajito del cual lo podian botar en cualquier momento, se ereia el galin del barrio y cierta noche, atenido'a tos cuatro tragas que se habla empinado, quiso forzarla a la hermanita menor del Cuchillos, de tan s6lo 14 anos. Y, debo corfesarlo, ya estaba en edad de merecer, pero da pena “pensar algo malo de ella, porque es la muchachita mas dulce que existe en el barrio y creo que habria que ser in mal natural para querer violarla o hacer con ella algo abominable. . Cuando el Cuchillitos vio que su rival estaba baitado en sangre y no dejaba de retorcerse en el suelo, pidi6 disculpas a la dueita por haber ensuciada cl piso; luega, agartindolo de las solapas del saco deshecho, lo arvastré hasta la calle, donde lo dejé botado como basura. Una seffora que pasaba cont sus canastas vaefas, al ver al Policarpio en ese estado, easi con burla le dij ~Por fin te han sacado ta infundia? Quisiera conocerio al que te ha dej ese estado para felicitarlo ya 18, Alcofofarun of oor dns vor si ahora te moderas un poo y dejas de ser tan abusivo. No me quedé otra cosa que salir con mi amigo, “Tras despedimos de la vieja Mercedes subimos otto trecho y nos despedimos ambos, quedando de volver a vernos por In noche en cl vyelorio del Facundo. Al final le dije: — No olvides que a pesar de todo, tienes que portarte lo més mal que puedas, para que cuando a vos se te ocurra morirte, yo te dé una recomendacion para que te acepten en el infierno. Varias veces me he preguntado por qué a muerte prefiere Hevarse més a los que viven en. mi barrio que a las personas que yiven en las zonas residenciales. La ititima vex que lo vi, Facundo estaba, como se dice, rebalsando de salud, y ahora voy a tener que ira verlo en su abrigo de madere, todo incomodo y fieso, sabiendo gue a este mi amigo le gustaba fa libertad y era enemigo de vivir en lugares estrechos y reducidos. Y lo que me da bronca es ver cémo ka verte llega precisamente a Ins casas donde falta de todo y los deudos tienen que Henarse de deudas. La tinica hija que tuvo don Facundo, desde mocosa ha sido aficionada a revolcarse con hombres mucho mayores que ella, y varios ‘contaban gue cobraba el mismo precio que las prostitutas de Villa Caritio, por lo que no era de extaiiar que varias noches‘a fa somana se recogiera , completamente borracha y con las ropas totalmente dlesaregladas. Y conste que todavia no ha cumplido quince afios. Ahora que su padre ha mucrto, seguro vaa vender todas las cositas que el viejo tenia y se va a ira vivir —ése siempre fue su suefio— a un barrio "decent", para ver si asi se despercude de la riseria en la que se ha eriado, Vitor Hage Viscara 19 En el fondo ella no es tan mala, pero una vez que se le entra en la cabeza alguaa iden loca, se descontrola y ni quién le haga canbiar de opinion. El Facundo siempre decia que lo que mis le apenaba era saber que ef dia de su muerte no iba a existir ninguna persona que se haga cargo de su hija, y que por eso, él iba a estar penando sin fallar el déscanso eterno. ¥ ahora que se cumplié su presentimiento, de segurito que su alma ya debe estar penando, 0 tal vez se haya eansado de sutrir y realmente esté descansando eternamente. Eso, solamente Dios y la Virgen lo saben. ‘Todos estaban presentes en e} velorio, desde los infaltables” acreedores, hasta Jos. supuestos familiares, que legaron a ver si es que podian ligar algo de las pocas cosas que el finado tenia en su poder. La Chabetita, vestida completamente de luto, parecia mas atractiva que de costumbre y hasta daban ganes de charlarle bajito para ver si eta estaba dispuesta a salir un ratito afuera y —ojal— conceriar una cita para més tarde, en uno de los fantos alojamicntos que hay en Tas cetcanias de nuestro barrio, ¥ que solamente reciben « parejas de enamorados y 2 prostifutas con sus clientes. Si, en verdad, ella estaba como pal pobre, y el Cuchillitos me decia que, de ser posible, él estaria dispuesto a terminar con’ su actual fata para jntarse von Ie Chabela, y ser el encargado de hacerla trabajar todas las noches sin deseanso, aunque sean dies feriados Con razén ef Facundo empez6 a morirse el dia en, que vio a su hija encamada con este mi amigo; debié imaginar que iba a ocurrir igual que con su madre, que de tanto dedicarse al paterio, fermind tirada en el hospital, vietima de una enfermedad venérea, tan contagiesa que. hasta los icos tenian miedo de acercdrsele, Si, debi6 ser uy triste el comprender que hasta el consuelo de vivir en fa 20 Aloholatuan of otras drinks memoria de sit hifa le estaba negado. lla lo olvidarfa en contados minutos, puesto que ahora ya no habria quién le Hame Ja atencién por sus frecuentes trasnochedas y fas malas eompafias con fas qué solia caminar. Aunque parece que yo también la descaba, en mi interior le tenfe un respeto digno de los doses, Pero no podia evitar que tan sélo me consolara con Ia idea remota de poseeria alain dia, y si ese dia no Hegaba nunca, total, me resignaria, Sin que por eso tenga que amargarme la existencia. El duefio de casa de Facundo, un anciano de mirada furtiva y degenerada, se acereé hasta donde estaba la Chabelita para darle el pésame de rigor, al tiempo que le decia on voz baja: — Realmente siento mucho lo que le ha pasado a su sefior padre, y como me siento en deuida con él, quiero offecerle mi ayuda en Io que usted, Chabelita, estime conveniente. —{A cambio de qué, don Pablo? — pregunts clia, — Ya después iremos conversando — repuso él mientras se apartaba para irse a sentar en una de las baneas dispuestes alrededor de ta pieza, Chabela pens6 para sus adentros que ésa era a oportunidad de sacar el méximo provecho posible al viejo de don Pablo, y si éste Ie pedia lo que ella se estaba imaginando, tendria nomds que aceptar; al final de cuentas, se habfa meticio con tantos vejetes, que uno més no alteraria su estado animico, ‘Victor Muga scare 2A Radiografia de la noche Hoey noenes ous invitan ata bohenia y ls atogria compartida, en las cuales, con o sit amigos, uno puede saborear ios placeres de dia vedades. También hay noches frias o lluviosas, que invitan al descanso, postergando In satisfaccién de nuestros caprichos y veleidades. Si, hay noches para todos los gustos; pero, para los seres que han nacido bajo el’ cielo eticapotado de la desdicha y Ia miseria, y que de la vida solo han recibido golpes ¢ injurias, la noche ao tiene nada de poética ni de maravillosa, puesto que en el transcurso de ella, esta gente tiene que buscar refugios clandestines donde dormir sus cansancios, © guarder intranquila vigilia esperando en vano la Hlegada de aquella madrugeda que cambie el derrotero de sus existenc En Cochabamba, fe esquina formada por las calles Brasil y Lanza, el mercado La Pampa, la avenida Repiibliea y otros lugares més, forman parte del escenario que noche tras noche, acogen a decenas de marginados que buscan en el alcohol barato el transporte al mundo de Ia fantasia y del cembrutecimiento, ese que les permite olvidar por algunas horas ta desgracia de haber nacido mareados por la huella de Ia fatalidad y la desventura. 22 Aleoofatim of esos di Las personas que venden tragos, mujeres en su mayorfa, dicen que, de tanto haber batallado con cbrios, han perdido el miedo y que si uno de ellos intenta agredirlas, no vacilarian ni un instante en defenderse. ‘No hay seguridad entre los que han adopiado dichos lugares para pasar las horas que faltan hasta que el sof despierte en el hotizonte. Desocupados, cargadores, "carreros", campesinos, alguno que otro delincuente, mendigos y hasta prostitutas en decadencia, “aferran sus copas plisticas con alcohol, mientras rebuscan en sus cerebros algtin recuerdo grato que bien pueda merecer un brindis, aunque esa evocacién les despierte la bronca adormecida que tienen por Ia vida, O los sumerja en ef desconsuelo de sus anielos jams cumplidos. Fistrepitosas carcajedas se confunden con Jos cantos de quienes dudan si ponerse a dormir o seguir bebiendo. Un solitario fuma su Kullune mientras piensa sin pensar en nada, y una pareja de uniformados golpea sin pfedad con sus bastones de madera al brio que quiso improvisar cerca de una caseta metélica, un urinario clandestino, : ‘Son las primeras horas de la maffana, Cera del lugar, una barrendera inicia su labor diaria de limpieza y de cuando en cuande dirige la vista hasta el basural de Ia esquina, donde otro grupo de personas esti quemando cartones viejos y papeles sucios, La persona que conversa coninigo me dice que todavia no ha aparecido en el firmamento la Chlaska (lucero de la mafiana), y que es muy posible que hoy no salga porque esta haciendo-un {nfo espantoso que penetra hasta los huesos. La noche, exigente como cualquier mujer, también cobra tributos. Por eso, entre las personas ‘que buscan en el alcohol la calma de sus tormentos, es normal el enterarse que tal o eval compafiero de infortuaio ha cambiado el piso de la ealle por una mesa de cemento en la morgue, Visor Iago Vicars 23 lugar al que fue Hevado por los de la policta, cuyos partes respectives aseguraran que encontraron el cadaver "en posicién decitbito dorsal". E| bullicio, aumentado por las disputas entre quienes ya han perdido ta nocién de las cosas, parece no afectar el descanso de [as personas que yiven en Jos alrededores. La mujer que esta sitviendo fas copas de trago al trio de nuevos clientes, se lamenta por la poca venta que ha tenido ya que en toda la noche solamente ha logrado vender cuatro litros de alcohol, y cuenta que antes ella vendia hasta seis titvos. (Con un Titre de aleohol se puedeit vender sesenta copas, y en los tiempos de fa inflacién cada copa epstaba tn millén de pesos boliviano: ‘Treinta y cinco altos es Ia edad promedio de quienes concurren estos refugios callejeros. Pregunto si tambign vienen a beber menores de edad. Una mujer con la ropa vieja y el cabello despeinado me contesta que los "polillas” siempre se aparecen por alli para echatse sus tragos entre pecho y espalda. Alguien me dice que tenga cuidado al hablar con Ia mujer esa, ya que es bien sabido que los hombres que al amparo de la noche tuvieron relaciones sexuales entremedio de los matorrales que crecen en La Coronilla, aparecieron a fos pacos

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