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ALBERTO JOSE FIGUERAS ECONOMIA ARGENTINA (CON TEMAS DE ECONOMIA REGIONAL) [No esté permitida la reproduecién total o parcial de este libro, ni su tratamiento informatico, ni la transmisién por ninguna forma 0 método, ya sea electrdnico, mecénico, por fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los titulares del Copyright. Los infractores serdn reprimidos con las penas de Jos Arts. 172 y concordantes del Cédigo Penal (Arts. 2,9, 10, 71, 72, ley 11.723) Derechos © Reservados por EUDECOR SRL Dean Funes 70 - Loc. 12 0 Galeria Cabildo ‘Tel./Fax $4-351-4299620 / 21/22 5000, Cérdoba. Argentina. E-mail: eudecor@starmedia.com.ar LS.BIN. 987-9094.90-5 Iimpreso en los Talleres Grificos de Eudecor SRL Fecha de Impresién: Julio de 2008. Impreso en Argentina - Printed in Argentina FOTOCOPIAR LIBROS ES DELITO Prefacio La obra que aqui se presenta, en una versién muy modificada y ampliada, sigue la moderna linea de tra~ tar el problema de la politica econémica por grupos tematicos y no por una mera sucesién hist6rica de he- chos. El texto constituye un compendio de articulos técnicos (o de sus separatas), de ligera lectura, adaptados para este fin (para ello se redujo su contenido, se suprimieron formalizaciones matemticas y se simplificé el instrumental grafico), y que fueran publicados a lo largo de una ya muy extensa tarea docente y de investiga- dor en diversos centros universitarias y de formacién: Universidad Nacional de Cordoba, Universidad Nacio- nal de Catamarca, Universidad Nacional de La Rioja, Universidad Tecnologica Nacional, Universidad Cat6- lica de Cérdobe, etc. En virtud de que este texto no presenta una secuencia histérica de la politica econémica argentina sino que las “ecturas” (0 articulos) han sido entregadas agrupadas en un cierto orden temiitico, creemos con- voniente dar una escueta lista de las razones de tal ordenamiento, o “hilo conductor” (aunque no se descarte que puedan existir otros alternatives). ‘Antes que nada, digamos que la obra responde a un criterio de “readings”, y no de texto “introducto- rio". Esto significa que el lector puede ingresar a Ia obra por cualesquiera de las articulos incorporados ‘aa misma, sin una lectura necesaria de todas las piginas que le precedan, Esto dota al libro de una gran flexibilidad de lectura, propia de las actuales circunstancias académicas, centralmente signadas por lecturas, de articulos mas que de obras completas (como era el viejo estilo). En cuanto al ordenamiento, en primer lugar, éste toms como base de partida la secuencia del progra- ima que, en los cursos de doctorado en los ochenta, en la Universidad de Cérdoba, desarrollaba el Dr. Carlos ‘Sanchez (cuya autoridad académica esta fuera de toda duds), el cual obviamente incorporaba su experiencia sobre el particular. En segundo lugar, en si mismo tal arreglo responde a: = Introducir al lector en los instrumentos de anilisis, desde el Angulo macro; y, contraponiéndoles, expone las distintas posiciones de las dos grandes corrientes de politica econdmica en el siglo XX (monetaristas y keynesianos), asi como la presentacién de las distntas lineas que emergen posterio~ res a Keynes (Capitulo 1) = Luego una breve introduccién histérica, explica resumidamente los caminos por los cuales se ha Ilegado a la estructura actual de la economia argentina (época colonial, incorporacién al mundo y cri~ sis de las décadas que van desde 1930 a 1980, asi como la conformacién espacial o “regional”) (Capitulo 1) = Sigue el mercado laboral, por su importancia social y la inquietud generalizada de los lectores sobre este Ambito particular, en virtud de los ecos personales que para la mayoria tiene el comportamiento de este mercado, dado su ro! de trabajadores; asf como su innegable influencia en todo el resto de Jos mercados, condiciondndolos en su operatoria (Capitulo Il) = Se continia con el sector externo, pues éste condiciona toda, absolutamente toda, la economéa ar- gentina por via de la conocida Restriceién Externa, que resulta un marco necesario de referencia para el resto del andlisis(Capitulo IV). = Luego, sigue el desarrollo particular de los grandes sectores: primario (Capitulo V), manufacturero (Capitulo VI) y financiero (y sus conexiones con el valor de la moneda y el renovado proceso infla- cionarioy(Capitulo It). = Se prosigue profundizando en dos temas ya tratados tangencialmente en capitulos previos: (a) el pro- bblema regional o de la distribucién geogrifica de la economia argentina (Capitulo VII1) y (b) los aspeetos fiscales (Capitulo IX), = Acontinuacién, se presentan temas mas puntuales: las empresas piblicas y/o de servicios piiblicos (en Capitulo X) y el problema previsional y de la economia de la salud (Capitulo XI). = Sigue la presentacién de dos aspectos de permanente debate en el pensamiento econémico: el ereci- miento del ingreso, y la distribueién del ingreso (Cap.XIl) = Cerramos con un Capitulo XIII que pretende incorporar aspeetos diversos de Ia economia, que tie- rnen una vigencia de menor perfil, segin sean las circunstancias de cada momento particular: la im- portancia econémica de la educacién, la economia y el medio ambiente y la economia informal. El andlisis del texto no apunta a las preocupaciones meramente circunstanciales sino a los problemas de fondo (sean estos, coyunturales 0 estructurales), por tanto algunos de los articulos carecen de la actualidad de las cifras pero no de Ia contemporaneidad en cuanto a la tematica ni al fondo del debate, ya que en economia escasos hechos son “res iudicata”. Por otra parte, en esta nueva presentacién de la obra, se prosigue con la interpretacién de la economfa argentina en el marco general de la internacionalizacién de los mercados (lle- vada por el viento de la informatizacién), que se ha dado en llamar globalizacién, y que tanto condiciona al ‘mundo. A su vez, en la medida de lo posible, ha sido “aggiornada” a los sucesos posteriores a la traumatica salida del tipo de cambio fijo de la Convertbilidad (como por ejemplo, el nuevo fenémeno inflacionatio) ‘Ain cuando se han salvado carencias de versiones anteriores de estos articulos, seguramente algunos crrores persistirén. Existen omisiones obvias por no haberse incursionado previamente con escritos en alguna 4rea en particular. Tales omisiones son cubiertas, en esta edicién con articulos de destacados especialistas: ‘Alberto Diaz Cafferata(UNC), Marcelo Capello(UNC), y Carlos Ponce (Univ. Carlos II de Madrid). A todos estos colegas nuestra mayor gratitud. Una mencién destacada para nuestros excelentes asistentes de in- vestigacién a lo largo de los itimos 20 afios de tarea: Ricardo Desealzi, Pedro Moncarz, Cecilia Giname, E. Capmourteres, Mauro Roca, Mariano Salto, Ariel Rubio, Paulo Regis, Victor Mamondi, Dolores de la Mata, Sebastian Alvarez y Soledad Puechagut, en su momento; y, en la actualidad, Hernén Morero, Jonas Arias y Silvana Sattler. Sus esfuerzos y sus ideas, ademas de su brillante inteligencia en todos los ca- sos, también se cristalizan aqui. Los aportes tacitos de centenas de alumnos se encuentran presentes en estas péginas. Los errores de visién y de exposicién, que sin duda existen, los remitimos como siempre al indul- ente juicio de nuestros lectores. Un recuerdo muy especial para nuestros profesores, quienes aqui o en otras latitudes, nos dedicaron sus esfuerzos y sus desvelos durante los largos (y ya lejanos) affos de la formacién, en un mundo més parsi- ‘monioso, y por eso mismo mas humano y afectuoso que el actual, Un mundo que dedicaba més tiempo al afecto de las personas que al consumo de ias cosas (0 a la elaboracién de “papers”. Por tiltimo, queremos dedicar estas sencillas paginas a nuestros padres y a todos nuestros afectos, presentes algunos, desgraciadamente ausentes o distantes otros. A veces su didlogo nos ayudé a profundi- zar en este maravilloso y complejo mundo del pensamiento. Sin su presencia en nuestras vidas no hubiera si- do sencillo escribir. En especial, a mi madre, Maria Esther (por su inclaudicable esfuerzo), a mi padre, José (por su sentido de la responsabilidad y del deber, pese a sus afios), a mi abuelo, Francisco (por su carifo, atin en el dolor corporal), a quienes les debo absolutamente todo; y finalmente a mis tfas, Inés e Trene, por su desinteresada y abnegada ayuda en momentos casi trégicos. Alberto José Figueras Cérdoba, marzo de 2008 INDICE Prefacio 3 INDICE . 7 ‘Argentina y el mundo (algunas cifras) coe ceed Introduecién; un marco de referencia para iniiar la lectura vite IS 1. Politica, Instrumentos y Pensamiento Econémico .. eae severed Politica econémica y teoria: la vieja controversia : Sor ‘Neoelsics y keynesian: 00s dela tora en la poltica exons — 3i Las Corrientes Posteriores a Keynes coe 239 Crisis, ciclos y fluctuaciones econsémicas: una idea con historia y con on presente Bs 45 “Apéndice I: Los Ciclos en Argentina Sd eee 55 “Apéndice IT: Los Resultados Macro: Estrategia ms Suerte . bite ST Los precios relativos: una variable eje ce 259 ‘Apéndice I: Problemas de precios relativos en el afio 2007, : 65 Reflexiones Adicionales sobre el Tipo de Cambio y Crecimiento vieeeeenee e167 Nivel de Tipo de Cambio, cuenta corriente e ingreso de capitales 6.2.0.0... Son {La defensa de la competencia (separa pégina web de Ia CNDC) « anes 8 El famoso y debatido Consenso de Washington... me ‘81 Modelos teéricos, errores y politica econdmica 85 Tl. Origen y Desarrollo de la Economia Argentina ...... La Economia colonial... 5 Presentacién historica de la economia argentina . Concentracién espacial y desarrollo regional argentino IIL. El Mereado Laboral . ‘Anilisis del mercado laboral ‘Apéndice I: El empleo luego de la Convertibilidad El desempleo desde la sociologia del trabajo Mercado Laboral Regional Sistemas econémices, cambio tecnolégico y exclusion IV. Sector Externo y Restriccién Externa ence ‘Problemas tedricos actuales de la apertura comercial (por Alberto M. Diaz Cafferata) . Larestriceién externa, el PSI y las economias regionales del interior Algunos aspectos del comercio internacional : El problema de la deuda. . Tipo de eambio y controles al flujo de capitales Las empresas en la globalizacién Y. El Sector Primario: Agro y Mineria fore 1 El sector agropecuario: una presentacién de su problematica 2. El impuesto a la exportacién 3 El sector minero VI. El Sector Manufacturero El sector industrial manufacturero. Breve presen “Apéndice I: El Sector Manyfacturero en ios iltimos artos VIL. Los Mereados Financieros 289 Politica monetaria en el contexto de la globalizaci6n : TI 291 El fenémeno de la inflacién y el desempleo ane ‘Apéndice I: EI déficit fiscal y la inflacién ce Apéndice Il: Meras de inflacién .... fe 2IT37 ‘Apéndice III: La experiencia reciente ........4.++ : fee 319 Consideraciones financieras: eficiencia, ahorro y cris Ahorro, mercado financiero y crecimiento ..... Apéndice I: Ahorro, Mercado Financiaro y Crecimiento: su importancia hoy Importancia de la bolsa a nivel macro Como Evaluar “racionalmente” un Activo Apéndice I: La Crisis Asidtica de 1997 Convertibilidad y pesificacién versus inflacién . La salida de la Convertibilidad alobales .. ‘VIII. Economias Regionales - Regiones INDEC . Situacién de las provincias a fines de los afios noventa . .- Reflexiones econémicas sobre la economfa espacial argentina Economias regionales y concentracién del sistema vial. Las economias regionales y su comercio “exterior” IX. Aspectos Fiscales .. Un breve analisis de las tendencias del gasto pablico : Sector piblico argentino jun problema de ilusién fiscal Gor Cape loy Ponce) AIT Un andlisis regional: la evolucién del gasto pablico .... aon vee ADS Problemas y efectos de la coparticipacién federal (por M. Cape 431 Un viejo concepto: el presupuesto equilibrado ....... viii beesesesee A387 Apéndice I : El Estado de Bienestar no ee cee AAT Apéndice Il: El mecanismo presupuestario de control 1449 ‘Apéndice IIL : Estructura de gastos y de recurs0S 00.0... ssceeeeeseeveseee e+ 450. “Apéndice IV: El subsidio en el show-business eae 452 Las causales de nuestro déficit: el caso de los “90 455 X. Empresas Estatales ¢ Infraestructura El transporte: factor limitativo de nuestras exportaciones La privatizacién de las empresas piiblicas como alternativa Empresas de Servicios Pablicos y Regulacién XI. EI Gasto Social .. Reflexiones sobre sistemas previsionales “Apéndice I: El Nuevo Sistema Mixto ....... ‘Apéndice II: Sistema Previsional,Crisis y Deuda” implicita” Apéndice It: El Sistema Previsiona a fines det 2007 Analisis del mercado de la salud ceeteeee XII. La Preocupacién de Todos: Crecimiento y Distribucién . Las causales del crecimiento (y la convergencia) 5 Unas palabras sobre la distribuci6n del ingreso, la pobreza y el bienestar 2547 XML. Otros Andlisis “Econ6micos”: Educacién, Medio Ambiente ¢ Informalidad ....+.+++ Reflexiones econ6micas sobre la educacién superior y el papel de la colegiacién profesional ‘Apéndice I: La gabela a la docencia : ‘Apéndice Il: Educacién, agrupaciones profesionales y asimetria en la informacion ‘Apéndice IK: La Colegiacidn y los Buscadores de Rentas De los deitos y las penas: lo que nos dice la economia Politicas econémicas, recursos naturales y medio ambiente Economia y ecolos = “Apéndice I: Los Bonos de Carbon La economia informal . : PALABRAS FINALES DE CIERRE .. Argentina y el Mundo (Algunas cifras) Es muy conveniente tener siempre una referencia estadistica de nuestra propia evolucién asi como de nuestra posicién relativa. A tal efecto destinamos Jos siguientes cuadros. Cuadro 1 DATOS ARGENTINOS (Aiios seleccionados) Aiio_|_ Datos Macro Comercio Exterior Pruduccion Agricola Energia PBlpm | Tasade | Expor. | Impor. | Saldo | Trigo | Mair | Soja | Petrsteo | Gas Iaflacin B.Com, ioe | iso | 44e% | 39 | 30 | oo [no [a3 [ is] asa [ no 1990 | 2010 | 101% | so | os | @s) | 78 | 129 | 38] 286 | 135 19s | 10 | 672% | s4 | 38 | 46 | 87 | tar J 7a | 267 | i941 1990 | 1s3s } 23ia% | 124 | 41 | 83 | uo | 77 | 109] 280 | 230 1992 | 2365 | 106% | 131 | 168 | G2 | 97 | 104 | 17] 345 | 267 1904 | 2503 | 39% | iss | 216 | Gay | m3 | m4 | 121] 38s | 277 1996 | 2566 | o1% | 238 | 238 | 00s J iso | iss | 0] 456 | 346 1998 | 2881 | 07% | 264 | 314 | Go | 124 | 135 | 200] 492 | 386 2000 | 2762 | (0.7%) | 263 | 253 | 1.0 | 160 | 154 | 267] 448 | 449 2002 | 2352 | 4i% | 156 | 90 | 166 | 123 | 150 } 348] 439 | 458 2003 | 2560 | 3.7% | 199 | 138 | 61 | 146 | 150 | 316] 430 | so 2004 | 279.1 | 61% | 346 | 224 | 121 | 160 | 205 | 383] 403 | s20 d00s | 3048 | 123% | 404 | 287 | 17 | 126 | 145 | aos] 386 | sia 3006 | 3305 | 9% | 464 | 341 | 123 | sa | sa | sa | 382 | sis ‘Notes PBIa precios de mercado en millones de pesos a precios de 1993 (os datos de 1976 81992 estén 1 presosrelativs de 1960, y surpen de un empalme propio) Taflacin: ator souls Comercio exterior: dilares corsients (en miles de millones) ‘Agro: produccin en millones de toneladas méticas Petréleo: en miles de metros cibicos Gas: en millones de metos edbieos _Buentes: Ditecidn de Cuenas Nacionales, Inde, Secretaria de Energia y Seeretaria de Programactn Econémica (Gitados en Bolein Techint) Cuadro2 PRINCIPALES CIUDADES ARGENTINAS (datos poblacionales) Posicién | Ciudad Poblacién | Tamaforetativo | Variacion 2001) | Gran Buenos Aires | intercenso =100 1991/2001, 1 (Gran Buenos Aires) 11.543,725 100 1bis Ciudad A, de Buenos Aires 2.776.138 Fy) 2 Cérdoba 1.368.109 2 13% 3 Rosario 1.159.004 10 3.6% 4 Mendoza 846.904 13 9.5% 5 Tweamén 736.018 63 18.3% 6 Gran La Plata 681.832 59 o% 7 Mar del Plata 541.857 47 5.6% 8 Gran Salta 469.192 44 26.5% 9 Santa Fe 457i 39 11% 10 Gran San Juan 21172 36 19.1% Poblacién Total (censo 2001): 36.223,947 (Poblacién urbana 88%) Fuente; Indee Cuadro 3 RUBROS DESTACADOS Produccién Primer pais en el Posicién de Argentina | Primer pals de Sudamérica concierto mundial__| (con % total mundial) _| en el concierto mun: Maiz BUA (40% del total) | 6° (con el 2.2% del total) | 3° (Brasil con 5.4%) Came de vaca EUA @1.5% del total) | 4° (con 49%) 2° (Brasil con 11.3%) Lane Australia (30%) 6 (con 2.6%) ‘Argentina Cobre Chile (34.7 %) 13° (con 0.15%) Chile Petréleo crudo ‘Arabia (12%) Produce 0.8% del total _| Brasil (con 0.9%) Electicidad Sin datos Argentina : 75,000 millones | Brasil con 317.000 millones deKwh deKwh Cereates China (22%) 2 en Sudamérica, con | Brasil (con 47.5 mill. de Tm.) 33.7 mill. de Tm. Exportacién decereales_|_EUA (con 31%) 3° con el 10%) Argentina Fuente: Atlas mundi Ed. Sol, Barcelona, 2004 (Tomos 1 29) ROSICION RELATIVAARGENTINA La posicién relativa de un pais en el concierto mundial se puede referenciar a través de diversos indica- dores: tamafio del PBI, ingreso nominal por habitante, ingreso en paridad de poder de compra, indice de de- sarrollo humano, ete. Veamos el caso de Argentina. El cuadro 4 nos brinda el tamafio de distintas economias respecto del nivel de PBI de nuestro pais. Para que se entienda la lectura, por ejemplo, el producto de EUA es 75 veces més grande que el de Argentina, el de Espafa lo supera mas de seis veces, el de Brasil lo cuadru- plica; y Chile tiene un PBI igual al 55% del tamafio del argentino. Cuadro 4 COMPARACION DE PAISES SEGUN TAMANO DE SU ECONOMIA (aiio 2005) Posicign en Pais “Tamaio en miles | Tamato respesto | PBI nominal ordenamiento del PBI or habitante Mundial (2006) de Argentina (délares) 7 ‘Esiados Unidos 12970 75 veces “14900 2 Japén 4988 29 veces 38400 3 Alemania 2852 16 36600 4 China 2264 B sD 5 Reino Unido 2264 B 40100 6 Francia 2178 2 36500 1 Italia 1725 10 32000 8 Espatia 1100 63 27500 9 Canada 1052 6 36100 10 India 793 46 sD u México 753 40 7800 2 Corea 110 43 17600 B Australia 655 38 35900 14 Brasil 644 31 4700 15 Rusia 639 37 sD 16 Holanda 598 35 42600 1 Suiza 409 24 37000 18 Tain 386 22 sD 32 Irn 187 1.08 18500 33 ARGENTINA 173 1 5100 36 Israel 129 075 18500 37 Venezuela 128 074 6000 45 Colombia 105 ot sD 46 Chite 96 0.58 6300 Fuentes: FMI y Banco Mundial. ‘Como se observa en el cuadro, Estados Unidos es dos veces y media el Japén, y a su vez, éste es el doble de Alemania. Otro hiato entre los tamatlos se observa entre Italia y Espafia, siendo la segunda el 63% de la, primera (diferencia equivalente a cuatro Argentinas). Otro abismo entre tamafios se da en la posicién 16° y 17°: Suiza es s6lo el 60% de Holanda, Segiin un estudio de Goldman Sachs, de 2004, sobre Paises Emergente, las Nuevas Potencias Econémi- cas (BIRC: Brasil, India, China y Rusia) irin superando a las seis grandes potencias actuales (EI grupo de los seis, los G6, EUA, Japén, Alemania, Reino Unido, Francia e Italia) en tamaiio de PBI. Asf, China superaré el tamafio de Alemania en 2010, de Japén en 2015 y de EUA en 2040. A su vez, India seré mayor que Italia en 2015, que Francia y Gran Bretafia en 2020, que Alemania en 2025. Por su parte, Brasil rebasaré a Italia en 2025, a Francia y el Reino Unido en 2030, a Alemania hacia el 2040. Pero pese a que se convertirdn en las economias més grandes del orbe, sus habitantes en el 2050 todavia tendrén un nivel de vida inferior a los ha~ bitantes del G6. En otros palabras, el ranking de mayores economfas en 2050 sera: China, EUA, India, Japén, Rusia, Brasil, Alemania, R.Unido, Francia, Italia. Cabe apuntar que de los Paises Emergentes (en la literatura técnica se los denominaba hasta hace poco “paises en desarrollo”), sélo Argentina en algin momento de la historia integraba el grupo de los diez Estados mis opulentos por habitante (Io que explica la corriente migratoria de la segunda mitad del siglo XIX y principios del XX). Es decir que, en términos comparados, Argentina ha sufrido un innegable y cons- tante declive (;Atencién! no en términos absolutos, en el cual, y pese a lo que se suele escuchar, nuestro nivel de vida es muy superior al de 1930, al de 1950, al de 1975, e incluso al de 1998. Desde ya que éste es un fenémeno mundial, consecuencia de la mayor capacidad de explotacién de los recursos. Fijese el lector que he hablado de “nivel de vida”, esto es “consumo”, no de “calidad de vida", que quizas sea menor que en 1930) Cuadro § Evoluci6n del PBI pe argentino (medido en délares corrientes): relaci6n con otros paises 1913 1929 1957 1982 2006 Cena 048 052 038 022 — Australia 049 049 oat 023 = ino Unido 051 0.89 oa7 026 013 Suiza 0399 0.75 049 os 0.09 Suecia 109 082 043 08 0.2 Francia Ls 089 0.60 022 ola Italia 2.99 1.96 116 037 016 Japéa 723 372 275 025 0.13 Chile = 2.20 192 14 074 México - = 237 Li 0.65 Brasil = saa 2a7 13. 1.08 Fuente: elaboracién propia en base a Waisman, C., 1987; The reversal of development in Argentina, Princeton Un Press (aos 1913/1982) y aio 2006 studentsoftheworld (en base a FMI y WB) EL INGRESO p.c. OBSERVADO Y EL INGRESO p.c. EN PARIDAD DE PODER ADQUISITIVO No es preciso ser un experimentado viajero para haber percibido que al arribar a distintos paises (incluso centre distintas regiones de un mismo pais) existen precios similares para algunos bienes, y precios claramente diferenciados para diferentes bienes y en especial servicios. Lo cual, tomna el costo de vida sustancialmente diferente, y por tanto, diferente el poder adquisitivo de la moneda. La primera circunstancia se debe a la con- dicién de bienes transables, y en virtud del arbitraje intemacional (v.gr. un kilogramo de soja tendré una cier- ta igualdad en su precio); mientras la segunda tiene su explicacién en la caracteristica de bienes no transables (s decir, que no pueden portarse de un pais a otto), asi un servicio de comidas o un servicio de taxi es sus- "1 12 tancialmente més barato en Sierra Leona, o en la India, que en Nueva York o Paris. Estos hechos que relata- ‘mos Hlevaron, en los °70, a autores como Balassa, Heston, Summers y Kravis a elaborar un sistema de com- paracion de ingresos per capita, ya que si una parte de los bienes y servicios que la gente adquiere es més ba~ rata en los paises mas pobres que en los industrializados, esto significa que lo que obtiene un asalariado en Sierra Leona le permite adquirir més bienes y servicios en su tierra que lo que podrfa comprar con idéntico ingreso nominal en los EE.UU. 0 Alemania. Tncluso las diferencias también son marcadas entre paises desarrollados, asi en 1995, en Japon el ingreso per capita era de casi USS40000 por aiio pero su poder adquisitivo era equivalente a lo que se podia com- prar en EE.UU. con s6lo USS22000. Tal transformacién se la conoce como “de paridad de poder adquisitivo” (0 PPP, por “purchasing power parity”) y sigue la metodologia de Kravis et alter, de 1975. En el cuadro que si- gue utilizamos los datos del WBR de 1997, aunque sus ciffas corresponden a 1995 (antes de la crisis de Asia). Como se ve en el cuadro 6, el nico pafs que mantiene el valor del ingreso observado en la variante de in- _greso corregido (o ingreso en PPP) es EE.UU. precisamente por ser la pauta comparativa, Chile, que tenfa un ingreso per capita observado de USS4160 sube a un ingreso por habitante en PPP de USS9520, mientras Ar- ‘gentina permanece en valores muy similares. Obviamente, si el ingreso por habitante en PPP es mayor que el observado significa que el costo de vida en tal pais es menor que en los EE.UU. (por el contrario si ba- Ja, su costo de vida seré mayor que la pauta, tal como es el caso de Japén). Cuadro 6 CUADRO DE DATOS COMPARATIVOS (aiio 1995) (excluyendo economias pequehias como Luxemburgo) Pais Ingreso pe Pais Tngreso pe observado (1995) en PPP 1 Suiza 40630 1 EEUU 26980 2 Japén 39640 2 Suiza 25860 3 Noruega 31250 4 Hong Kong 2950 4 Dinamarca 29890, 5 Singapur 22770 5 Alemania 27510 6 Japon 22110 6 EEUU, 26980 7 Noruega 21940 7 Austria 26890 8 Bélgica 21660 8 Singapur 26730 9 Austria 21250 9 Francia 24990 10 Dinamarea 21230 10 Balgica 24710 n Canad 21130 n Holanda 24000 2 Francia 21030 2 Suecia 23750 B Alemania 20070 B Hong Kong 22990 14 Holanda 19950 15 Canada 19380 15 Italia 19870 16 Italia 19020 18 Suecia 18540 a Espaia 13580 a Espafia 14520 26 Corea 9700 2 Grecia 70 2 Grecia 8210 28 Corea 11450 28 Argentina 8040 30 Chile 9520 29 Uruguay 5170 33 Argentina 8310 31 Chile 4160 37 Uniguay 6630 36 Brasil 3640 39 México 6400 38 México 3320 41 Brasil 5400 S. Leona, 180 S.Leona 580 uente: para el PBI, Atlas del Banco Mundial 1995; y para ingreso p.c. Conesa 2002 Enel Cuadro 7 se presentan datos mis actuales que los del Cuadro 6 (los paises con asterisco tienen un costo de vida doméstico superior al de Estados Unidos, como se deduce de las explicaciones del punto ante- rior). EI PBI pe en paridad del poder de compra nos permite, como ya dijimos, establecer una més exacta comparacién entre niveles de vida que utilizando directamente el PBI nominal por habitante. Asi, de acuerdo ‘al Cuadro 7 el ciudadano “promedio” argentino en 2006 tenia un nivel de vida del 31% del de EUA y 1a mi tad aproximadamente del de Francia, Italia o Espafia. A su vez, el habitante promedio de Brasil tenia un ‘estindar equivalente al 66% del ciudadano promedio argentino (mientras que el de Chile estaba un 13% por debajo). La caida de la posicién argentina (de 33° a 54° entre 1995 y 2006), en el ingreso pc en paridad de poder adquisitivo, se explica por los cambios en los precios relatives (que permiten el calculo de estos indi- adores) y las diferenciales de crecimiento de las economias entre los afios 1995 y 2006, CUADRO7 CUADRO DE DATOS COMPARATIVOS (afio 2006) PBI pe (nominal y en Paridad de Poder Adquisitivo) Posicién (PBI pe Pais PBIpcen PBI nominal pe | _ Posiciénen Paridad de Poder Paridad de Poder de | (délares)(2006) | (PBI nominal pe.) ‘de compra) compra (délares)(2006) 2006) 1 Luxemburgo 56900 *)76000 1 2 Noruega 41900 (7966500 2 3 EEUU: 41500 41500 7 4 Trlanda 40000 45500 6 5 Islandia 35600 (7950500 5 6 Dinamarca 34700 (81700 4 9 Suiza 33100 (937000 3 2 Japén 31300 38400 “4 16 Reino Unido 30300 (40100 " v Alemania 31100 36600 15 20 Talia 29400 932000 19 2a Francia 29200 7936500 16 29 Espa 24800 927500 2B sa Argentina 13100 5100 a o Chile 11500 6900 32 México 10000 7800 50 Uruguay 9600 5300 6 Brasil 8700 4700 68 ‘Fuente: Flaboracién propia en base a FMI y WB Desde 1990, se emplea el Indice de Desarrollo Humano para calcular una cierta “calidad” de vida de cada pais. Se expresa en una escala de 0(cero) a 1(uno), siendo un indice combinado de indicadores de tres cualldades: salud, educacin y renta por habitante. En el Cuadro 8, tenemos los datos de algunos paises seleceionados de acuerdo al cdlcuio del IDH de PNUD de la ONU. Se considera que un IDH mayor 0 igual a O.8 es alto; un valor entre 0.8 y 0.5 refleja un nivel medio, y por debajo de 0.5 se entiende que la calidad de Vida es mala 13 14 Cuadro 8 INDICE DE DESARROLLO HUMANO (aiio 2006) Pos] Pais | IDH | Pos] Pais | DH | Pos] Pais | IH Pos Pais | IDA 1 | istandia | 0.968] 7 | suiza [o9ss] 20] tatia [oss @ Brasil | 0.796 2 | Noruege | 0.968 | 10 | Francia 0952} 22] Alemania |0.935 | imo europeo | Moldavia] 0.700 3 |Austratia | 0.962 | 12 | £UA |0951 | 38] Argentina] 0.869 | Uitimo asiatico | Yemen | 0.472 4 | Canadé | 0.961 | 13 | Espana }o949 | 40} Chile | 0.868 | Uitimo americana} Haiti | 0.470 5 | trlands | 0959] 16 | RUnido] 0946 | 46] México [0.819 | Utimo africano | S.cona | 0.281 Fuente: PNUD (2007) Introduccién Un marco de referencia para iniciar la lectura Dificil, o imposible, resulta conformar a todas las preferencias. Hay quienes se incl una presentacion histérica de los problemas econémicos. Es decir, una lectura anal conjunto de los sucesos periodo a periodo. Otros, en cambio, no gustan hablar de la historia. Prefieren detenerse s6lo en el presente, pero no somos el producto de un solo instante (0 etapa) de nuestra vida como sistema econémico. ‘Al afrontar este texto, se resolvié seguir la moderna linea de tratar aspectos parciales de Ia eco- nomia, analizéndolos separadamente para mayor claridad; pero, a la vez, sefialando los anteceden- tes de ese aspecto o problema. Algo asi como su “curriculum”. De allf que la obra presente los articulos por grupos temiticos, intentando integrar las dos preferencias, la diacrénica y la sincrénica. 4 Qué nos paso? ‘Al apreciar la evolucién de la economia argentina en el largo plazo no puede eludirse una sen- sacién de fracaso. Colin Clark supo predecir en 1942 que para 1960 Argentina seria el segundo pafs del mundo en ingreso por habitante (muy cerca del nivel de EEUU); y PSamuelson, declaré en una oportunidad, a principios de los 80: “Si alguien me hubiese preguntado en 1945 qué pais espera experimente el mayor despegue, habria respondido: Argentina” .Entonces, ,qué ha suce- dido? Las respuestas son multiples, Cada grupo politico tiene la suya..., ¢ incluso cada economista. Siguiendo una linea de interpretacién técnica mas consensuada, hemos pretendido remarcar cua- tro aspectos como determinantes principales de esa decepcién: (a) la restriccién externa (0 pro- blema de sector externo); (b)problemas en el funcionamiento de los mercados; (c)serias dificul- tades de organizacién en el orden fiscal y en el monetario; (d)desequilibrios geografico regio- nales. Desde luego, que todas ellas se entrecruzan ¢ influencian miituamente, Tampoco se dejan de lado Jas explicaciones extraeconémicas de la realidad social, como las que provienen del ambito de la sociologia. Desde hace unos afios, se atribuye (muy “a /a mode”, disefiada en los centros académicos y de poder financiero de EEUU) a las “instituciones” (léase principalmente, los derechos de propiedad) las eausales del estancamiento. Y aunque muchos la crean novedosa, en realidad, ésta ¢s una explicacién conceptual tan antigua como que ya A.Smith Ia sostiene explicitamente; y ha tenido historia en EEUU con el Institucionalismo de Veblen; y en ‘Argentina, con el grupo de Enrique Ruiz Guifiazi, JJosé Diaz Arana y Alejandro Bunge en ¢! “Museo Social Argentino” (si bien su perspectiva era mas sociolégica que el mero “neoinstitucio- nalismo” americano). Por nuestra parte, siempre hemos insistido en la necesidad de ver la realidad social como tun todo (holisticamente), y no s6lo en su arista econémica. Por Jo tanto, cremos que las “insti- tuciones”, no en el sentido restringido sino en el sociolégico mas amplio, son muy importan- {es..., aunque hasta ahora el andlisis econémico no haya Jogrado integrarlas con éxito a su herra- mental. Con esto queremos sefialar que los problemas econémicos argentinos tienen también una raigambre “sociocultural”, que enmarca el comportamiento de los sujetos. En definitiva, como ya adelantamos, la senda explicativa del texto, pari passum, destaca el mal desempeiio de los mercados y las dificultades de organizacién fiscal-monetaria; y precisamen- 15 16. te tanto los mercados como la moneda son “instituciones” para la sociologia econdmica. Por tanto, podemos anticipar que la linea explicativa de las préximas paginas se apoya en la llamada res- iccién externa y en los problemas institucionales, condicionados por los persistentes dese- quilibrios regionales. Esbozo de nuestra situacién Para entrar en materia, resulta conveniente una lectura brevisima de nuestra situacién, pese a las limitaciones que implica un simple esboz0, pero que permitird al lector una idea somera de dénde estamos y hacia donde vamos. Serd como la lectura de un “inventario”, antes de ingresar “al andlisis detallado de los Estados Patrimoniales”. En términos de crecimiento (no de equidad), las mejores décadas del siglo XX para Argenti- na (de acuerdo a las estimaciones) fueron 1900/1909 y 1990/1998, y los tltimos afios 2004/2007. Como pauta de lo acontecido en el siglo, y en cifras gruesas, puede decirse que en 1900 Argentina tenia un ingreso por persona equivalente al 70% del de EEUU. Desde entonces, triplicé su nivel, pero EEUU lo sextuplicd. Lo que implica que hoy el ingreso per cdpita argentino sea s6lo el 13% del de EEUU. Perdimos posiciones relativas y absolutas, incluso en América Latina, en donde fuimos superados en tamafio por Brasil, que tiene hoy un PBI que aproximadamente cua- druplica el argentino (antes de la Primera Guerra, Argentina producia casi como toda América La- tina, incluido Brasil). ‘Al cierre de una década de transformaciones, buenas y malas, intemas ¢ internacionales (como la “globalizacién”), y luego de cincuenta afios de un declinante aislamiento, Argentina viene ensa- ‘yando una insercién en el contexto mundial. Veamos sucintamente como operan algunas éreas. + Mereado de Factores: su funcionamiento dista de ser bueno, con una gran concentracién geogrifica y un persistente nivel de empleo “subterréneo” (0 en negro, Jo que implica una baja calidad de empleo). + Mercado Financiero: poco desarrollado y muy segmentado. + Infraestructura: aunque insuficiente, se la percibe mejorada, comparativamente a la dé- cada del ochenta, pero deteriorada respecto de los noventa. Los recientes cortes en la energia eléctrica son un buen indicador de lo dicho. + Tejido Empresario: se lo juzga “débil”, con gran aversién al riesgo, y probabilidad de caet en la “bisqueda de renias”, con concentracidn en pocos grupos de grandes exportado- res. + Inversién Directa: pese a todo lo que se ha polemizado sobre esto en los tiltimos quince afios, sin ser escasa en su volumen ha sido insuficiente para un despegue “verdadero”; ade- ‘és se dirigié especialmente a Capital Social Bésico (compra de empresas piiblicas), 0 sea a “bienes no transables internacionalmente”; y, en mucha menor medida, a bienes durables (en una direccién que recuerda a lo acontecido en la década de los “60). Por otro. lado la sa- lida de la convertibilidad y las crisis internacionales han reducido a cifras ménimas la in- versién directa. + Sector Pablico: ain con las reformas concretadas, sigue siendo un “sector” ineficiente ¢ ineficaz (tal vez podria juzgarselo mas acertadamente, explicandolo desde la sociologia... como un tema “cultural”), con una acentuada vulnerabilidad fiscal y un insistente aumento de la Deuda Publica que culminé en cesacién de pagos (dic. 2001); para luego continuar ascendiendo y ubicarse a fines del 2007 en valores muy préximos a los previos al default del 200]. Tampoco debe olvidarse el gran deterioro del capital humano del sector piblico, habida cuenta de la pérdida de remuneraciones relativa a otros sectores durante los ‘Ultimos 6 aiios (lo que leva a una auto-seleccién de personal perversa en el largo plazo) + Comercio Exterior: pese a su crecimiento innegable, sigue insuficientemente desarrolla- do, y con una insercién dificultosa en un Mercosur en crisis (proyecto que debe ser visto ‘como una integracién de transicién hacia un mercado més amplio, pues ¢! Mercosur es, en definitiva, un proyecto “pequefio”, que abarca s6lo el 3.5% del PBI mundial y menos del 2.3 % del comercio mundial). + Economias Regionales: con profundas y hasta dolorosas disparidades; con areas, como Capital Federal, con un ingreso per cApita comparable a los paises europeos (hacia fines de los noventa equivalente al de Francia, y superior al de Italia), frente a otras jurisdieciones, como Santiago del Estero (la mas postergada en ingreso por persona, segtin los datos), con tun nivel de slo el 9% del existente en Capital Federal. Un reflejo de las diferentes caracte- risticas estructurales es el disfmil comportamiento de sus mercados laborales. Finalmente, segin los expertos, las situaciones que mas preocupan a principios del 2008 son, en orden de prioridad: + Déficit energético + Nively tendencia de la inflacién + Calidad del empleo + Problemas de precios relatives + Calidad de la inversion + Futuro del Sistema Previsional 7 Capitulo | POLITICA, INSTRUMENTOS Y PENSAMIENTO ECONOMICO El conocimiento no es una virtud habitual, no s6lo porque cuesta dinero sino porque cuesta esfuerzo (dedicacion, tiempo, ...y preparacién reflexiva). Sin embargo, las perso nas suelen creer que “conocen” y, en nuestro tema particular, entran a tallar sobre econo- mia como si hubieran reflexionado fundadamente, pero lo nico que tienen es una per- cepcién limitada e ideolégica de su propio entomno; por eso conocer las distintas opinio- nes, respecto de los problemas econémicos, a lo largo de la historia, es un paso indispen- sable para entender el mundo social. En este capitulo solamente se entregan dos articulos en esa direccién, que se limitan a presentar la oposicién entre “intervencionistas” y “defensores del mercado” y el proble- ma de “los ciclos econémicos”. Sin embargo, para una vision mas acabada y completa se pueden consultar las obras tradicionales como: “Historia de las doctrinas econdmicas” de E. Roll, FCE, Mex. 1973: 0 de Emile James, “Historia del Pensamiento Econémico” Madrid, 1974 (que tie- ne la ventaja de una prosa ligera y escueta). También se aconseja de Ekelund & Hebert, “4 History of Economic Theory and Method”, Mc Graw Hill, 1991, Para una versin re~ sumida puede consultarse el Capitulo I de “Principios de Economia” de Diaz Caffera- ta, Figueras y otros de Ediciones Eudecor, 1999. Por otra parte, y atentos a la vieja e improcedente controversia que opone la teo- ria a la politica econémica, presentamos un articulo que intenta clarificar ese injustifica- do enfrentamiento. Ademas, se agregan unas pocas paginas que nos introdueen en el indi- cador fundamental de cualquier economia (antigua o modema, planificada o de merca- do): los precios relativos. Finalmente, seria conveniente agregar algunas reflexiones introductorias a los mode- los de uso mas habitual en los cursos iniciales (por ejemplo IS/LM o Sintesis Neoclési- a), pero como tales modelos estén amplia y habilmente tratados en numerosa bi- bliografia, nos parece oportuno sugerir al lector que se dirija directamente a ellos (v.gr Dornbusch & Fischer, “Macroeconomia”, Mc Graw Hill 94; Samuelson & Nord- haus “Macroeconomia”; Me Graw Hill, 93; 0 Diaz Cafferata, Figueras, Frediani, Recalde y Swoboda, “Principios de Economia”, Eudecor, “99). 19 Politica econdmica y teoria econdmica: la vieja controversia Alberto José Figueras (nota actualizada, 2008) I. Teoria y Politica La teoria y la politica son dos conceptos a menudo enfrentados. Efectivamente, ya a mediados del siglo XIX, Nassau Senior y J. Stuart Mill, distinguieron entre la “ciencia” y el “arte” de la Economia Politica. Fue John Neville Keynes (cl padre de John Maynard Keynes) quien separé conceptualmente la “ciencia positiva” del “arte normativo”, diciéndonos que “el objetivo de la ciencia positiva es el establecimiento de uniformidades, el de la ciencia normativa es el estableci- miento de ideales, y el del arte la formulacién de preceptos”. ‘Sin embargo, esta distincién no es tan claramente aceptada, existiendo dentro de la corriente principal tres concepciones diferentes: i) Una a favor de Ia separacién de la ciencia positiva y de los aspectos précticos (0 de ac- cién), los cuales incorporan juicios de valor (en esta corriente se incluye un sinnimero de académicos). ii) Otra concepcién, sostenida por Walras, afirma que no debe existir separacién alguna en- tre anilisis teérico y prescripciones de politica. iii) La tercera, pretende incorporar objetividad en el mismo plano normativo, dando lugar a la llamada Economia del Bienestar.Es decir, volver en cierto modo “cientifico” el mismo plano normativo. Desde ya, esta polémica esté lejos de quedar zanjada; y en las sucesivas etapas que ha dado lu- gar se ha ido construyendo un “corpus”, denominado Teoria de la Politica Econémica. Il. Objetivos de todo Sistema Econémico ‘Antes de continuar es preciso puntualizar que, hoy por hoy, los objetivos principales de todo sistema econémico (sea de mercado o sea de economia centralmente planificada) son: a) el pleno empleo; b) la eficiencia; c) el desarrollo; d) la estabilidad de precios; e) la equidad distributiva; f) equilibrio en la Balanza de Pagos. Entonces, zen qué se diferencian? Pues, en los caminos para lograr estas metas. Metas que, a veces, se contraponen entre si?. T+ Pleno empleo: implica la uilizacion completa de toda los fatores de la produccin, em expecal de la mano de obra. + Eficenci: significa asignar cada recurso a su mejor so alternative (o sea a. “area” mds productva). + Desarrollo: consepto que incliye una mejor peridia, en niveles satsfactoios, del bienestar de la poblacién (en palabras mis Sencillasy deca, una expansin del produto por persona). + Estabilidad de precios: su objetivo x mantener el nivel general de precio. + Ea 4+ Bquidad distributiva:s len los anteriores objetivos poscen defniiones que responden a consento entre las eshudosos, este ‘tive resulta de més diel prehension: pudiendo decree, en una aproximacion no muy precisa, que “pretend para cada sujeto Dondinica una remuncrocin equivalent @su apart al proceso productive". asunto de difell medide yablero al debate ro dela balanca de pagos: este objetivo apuntaasostaner la solvencia en las cuentas externas 24 22. Como el seguimiento de la actividad econémica, y del conjunto de metas antes enumerado, implica hablar de mimeros, de cantidades, aquéllos que trabajan en estos menesteres (como teéri- cos 0 como gestores de politica) se han ido inclinando hacia formalizaciones matematicas (cada vvez més complejas). Aqui salta el concepto de modelo econdmico, que consiste en una representacién simplificada de la realidad que toma en consideracién s6lo los elementos y relaciones més importantes; simpli- ficando deliberadamente esa realidad para tornar su aproximacién en més manejable. Asi, el conjunto de relaciones suele presentarse a través de una ecuacién o sistema de ecuaciones; que consta de un conjunto de variables, las cuales podemos separar en variables da- tos, variables objetivos a alcanzar (por ejemplo, ¢l pleno empleo) y variables instrumentos (que constituyen los resortes de nuestra politica, por ejemplo la emisién monetaria o el nivel de arance- les) (cfr. Grupe, 1981). Ill. Los juicios de valor Hasta aqui hemos seiialado la presencia de un area teérica y de un drea de politica econémica, cen Ja cual se trabajard con los esquemas y relaciones analizados en la teoria econémica para alean- zar determinados fines (u objetivos, en la medida de lo posible, cuantificables). Ahora bien, volviendo a lo primer tratado en el primer acdpite, y aceptando la separacién que se apunta entre lo normativo y lo positivo, también existe discrepancia en cuanto a si el econo- mista debe, o no, introducir juicios de valor en la precisién de los fines. Aqui se distinguen dos posturas opuestas (el caso iy el caso ii, sefialados antes): a) Ia posicién de neutralidad objetiva del economista, definigndose su rol como el de un médico que establece un diagnéstico y entrega a su paciente un conjunto de terapias posi- bles, sin decidir cual es la conveniente, habida cuenta de que esa recomendacién incorpora juicios éticos, que le estarian vedados al economista en cuanto economista (no en cuanto a hombre politico de una comunidad). A esta posicién se adhieren M. Friedman (Premio No- bel 1976), George Stigler (Premio Nobel 1982) y Max Weber, con su famosa doctrina del Wertfreiheit (libertad respecto de las valoraciones) b) la posicién de que es anhelable, y también posible, definir un juicio de valor tinico (re- ‘sumen de todo un conjunto de valoraciones), representable por una funcién de bienestar so- cial (elaborable mateméticamente), edificada por “consenso social”, y sobre la cual traba- jarian los economistas. A esta postura se adhieren entre otros P. Samuelson (Premio Nobel 1970), J.R. Hicks (Premio Nobel 1972) y el conjunto de los teéricos de la Economia del Bienestar (Pigou, Bergson, Kaldor). ‘Como vemos, los economistas no se destacan por sus acuerdos sino por sus discrepancias; no obstante existe una realidad concreta: la intervencién del Estado ha ido creciendo paulatina pe- ro constantemente bajo el concepto de que su accionar podia “mejorar” los logros de la “mano in- visible del mercado”, de la cual hablara Adam Smith (en 1776). Asi, en nuestro siglo, podemos sefialar tres grandes hitos. Cada uno en su medida contribuyé a ordenar y a sistematizar, esa accién estatal o gestién de politica: a) la Economia del Bienestar (cuya partida de nacimiento puede encontrarse en la obra homénima de A.C. Pigou, publicada en 1920 y que, desde entonces, ha tenido continuas profundizaciones). b) la Teoria Econémica Keynesiana (que nace en la “Teoria General” de 1936, de J.M. Key- nes, y que trazara a grandes rasgos el deambular tanto de la Teoria Macroeconémica como de la gestién de politica econémica). c) 1a Teoria de la Politica Econémica, nacida ala luz de Ja utilizacién de modernas técnicas matemiticas, en la década de 1950, con las obras de Jan Tinbergen (Premio Nobel 1969), “On the Theory of Economie Policy” de 1952; y de Ragnar Frisch (Premio Nobel 1969), quien publicara en 1950 un articulo titulado “L’emploi des modeles pour elaboration d’u- ne politique economique rationelle”. IV. Politica Econémica y Teoria de la Politica Econémica Es preciso demarcar una distincién clara entre la Politica Econémica y la Teoria de la Politi- ca Econémiea, entendiendo por esta dltima a fa bisqueda de la solucién técnica (preferentemen- te en términos cuantitativos) més adecuada en las relaciones entre Jos instrumentos de posible aplicacién y los objetivos definidos; conceptualizindose a la primera como “el conjunto de las distintas formas de intervencién del sector piiblico en Ia actividad econémica”. En la Politica Econémica, como tal, podemos distinguir tres corrientes principales: a) la Escuela Clisica; b) la Keynesiana; c) la Monetarista. ‘La Escuela Clisiea, con Adam Smith, Ricardo, Mill, Say, etc. propuso una abstencién general de acciones piblicas y un liberalismo marcado. El mundo en el cual desarrollaron sus ideas fue aquél propio de las revoluciones industriales y sus cambios estructurales, monopolizando las men- tes hasta la aparicidn de la “Teoria General” de Keynes, respuesta tedrica al desempleo masivo de los afios treinta. Una nueva idea pasaba a constituirse en “ortodoxia”. ‘Durante varias décadas, hasta la crisis del petroleo en los °70, la concepcién keynesiana dela politica econémica constituy6 un auténtico paradigma para politicos y economistas. Fue la res- puesta a una profunda crisis de escasez de demanda, y su idea base era provocar estimulos en la demanda agregada mediante la manipulacién de aquellas partes de la misma més controlables por a autoridad econémica. Luego, en los afios cincuenta, aparecen subas auténomas de costos, que generan inflacién (por ej. por salarios) y entonces surge una nueva linea de politica econémica, la politica de ingresos, que aunque trabaja por el lado de la oferta fue propugnada insistentemente por los medios keynesianos (si bien la denominaron como una politica “heterodoxa”) En los afios setenta, el sustento de economia mixta fue sacudido por el aumento de los precios del petréleo que generd dos cosas: una brusca suba general de costos y un cambio de precios re- lativos. Habida cuenta de que siempre se ha visto al mercado como muy itil (funcional) en Jos necesarios ajustes de oferta y demanda ante los cambios de precios relativos, era l6gico un crecimiento de Ia posicién “promercado” tipica del mundo clisico, representado ahora por la ES- cuela Monetarista y, un poco més adelante, por la Nueva Macroeconomia Clisica (basada en la teoria de las expectativas racionales). A estas dos lineas deben sumérsele la llamada “Economia de Oferta” y Ia “Escuela de la Eleccién Publica”, todas ellas opuestas a un sector publico am- plio y a las politicas econémicas activas, confiando basicamente en las “bondades” asignativas y distributivas del mercado. De todos modos, comparativamente a los tiempos prekeynesianos, la posicién estatal ha crecido en todas las escuelas econémicas; si bien en un mundo de continuos cambios tecnologi- cos y de expectativas, la alteracién de precios relativos es una constante, lo cual Leva a que los ‘economistas se hayan inclinado ultimamente por recomendaciones més liberales (ante la dificultad 23 de conocer oportunamente los “datos” para definir los “instrumentos” precisos) que las habitual- ‘mente emitidas desde los afios cuarenta. V. La Teoria de la Politica Economica y los objetivos (fijos y flexibles) Inicialmente en esta relacién se planteé un objetivo tinico, en un modelo unidimensional; pero, luego, a medida que se profundiz6 en las investigaciones, nacieron miiltiples objetivos ¢ instru- mentos, surgiendo dos caminos para su consecucién: a) formulacién de objetivos fijos (0 a la Tinbergen), en el cual es de aplicacién el principio de que “el nimero de instrumentos de politica no debe ser menor que el numero de objeti- vos politicos a alcanzar”, b) formulacién de objetivos flexibles (0 de “transaccién”, por incompatibilidad entre obje~ tivos) 0 de optimizacién de Theil. La solucién de este problema no plantea como condicion Figura | Instrumentos de Polit ~~ Sistema Econémico (datos de la realidad, d,) a (p,) OBJETIVOS, (METAS, O,) Inflacién| Funcién de bienestar social Yo Desocupacién 24 necesaria la igualdad de numero de metas de politica y de instrumentos a utilizar (Grupe, 1981). Para comprender mds claramente esto, nos valdremos. de una gréfica presentada por Shaw (1974). (en el texto que nos sirviera, cuando estudiante, de ingreso a estos temas). Supongamos una relacién negativa entre tasa de desempleo y tasa de inflacién, como la postula la famosa cur- va de Phillips (que suponemos aqui por simplicidad lineal y no hiperbélica). Si los gestores de politica tienen una doble meta (Ilp, U,), el enfoque de TINBERGEN de objetivos fijos resulta inal- canzable (punto c) pues esté fuera de la linea de Phillips (que refleja las relaciones presentes en el sistema econémico), Pero el enfoque de Theil (1965), de objetivos flexibles, abre la posibilidad a una soluci6n “de compromiso” (0 de “transaceién”): sacrifico parte de una meta para aproximarme més a la otra (que gréficamente se representa por el espacio de la curva entre A y B). {Pero cual de todas esas infinitas combinaciones se debe elegir? Theil supone la posibilidad de especificar una funcién de bienestar social (que dé lugar a un mapa de curvas). La representa- ‘mos por una curva eéneava que define, con la curva de Phillips, el punto de éptimo social, en acuerdo con las preferencias de la sociedad (punto de tangencia E). VI. El numero de instrumentos necesarios Para resultar mas claros al lector no familiarizado con la terminologia anterior, trabajaremos un ejemplo. En primer lugar, digamos que existe uma politica fiscal (que se refiere a medidas de impuestos y de gasto por el gobierno para modificar la demanda agregada), una politica moneta- ria (que implica modificaciones en el mercado monetario, sobre la oferta monetaria o sobre fa tasa de interés) y politicas de desviacién del gasto (por ejemplo, el manejo del tipo de cambio; Io cual altera los precios relativos). En segundo lugar, podemos hablar de dos objetivos (a titulo de ejemplo): (i) equilibrio interno de pleno empleo (0 sea, alcanzar un nivel de producto o ingreso {ue implique pleno empleo de los recursos); (i) equilibrio externo (definiendo por tal la condi- cién de igualdad de demanda y oferta de moneda extranjera). James Meade, (Premio Nobel 1977), en su obra “La Balanza de Pagos”, de 1951, conectaba cada variable a un objetivo (0 meta explicita). De tal modo, la politica fiscal (y monetaria) miraba al equilibrio interno; y Ia politica del tipo de cambio apuntaba al equilibrio extemo. ‘Vale decir que si se pretendian aleanzar los dos objetivos (pleno empleo y equilibrio en la Balanza de Pagos) eran necesarios los dos instrumentos: la politica de gasto (fiscal y/o moneta- ria) y la politica de desviacién (0 de tipo de cambio). Este esquema de Meade fue criticado por ‘Nurkse, en 1956, sefialando que cada instrumento afecta, a la vez, Ia situacién intema (nivel de empleo) y la externa (como la Balanza de Pagos), pues, por ejemplo, una politica monetaria tendra efectos incidentales de desviacién en a medida cn que influya tanto en el nivel de demanda agregada como en la estructura relativa de pre- cios. ‘Sin embargo, y pese a lo sostenido por Nurkse, cada instrument afecta a ambos objetivos pe- ro el impacto relativo sobre cada objetivo es diferente. Puede decirse que las politicas cambia~ ras tienen un impacto relativamente mayor sobre el sector externo y las politicas de demanda (0 de gasto) sobre la economia interna (y solo indirectamente sobre la balanza de pagos). ‘Un paso mas adelante en esta direccién fue Robert Mundell, con su articulo de 1962, (“The appropiate use of monetary and fiscal policy for internal and external stability”), en donde discute si las politicas de gasto ( monetaria y fiscal) por sf mismas pueden bastar para alcanzar el objeti- 25

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