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CAPITULO 1X Carlos Vaz Ferreira y sus aportes al campo ciudadano: el filésofo del “republicanismo liberal” asegurar (por socializacién, © como fuera) a cada individuo, esas necesidades g pero como punto de partida para la libertad, a la cual se dejaria todo el resto”. (Carlos Vaz Ferreira, "Sobre los problemas sociales", 1922) uesas, 1. Vaz Ferreira y los cruces entre Filosofia, politica y ciudadania Las miltiples contribuciones de la Filosofia a la politica uruguaya han sido un tema por lo general muy poco transitado por nuestra Historia y por el resto de nues- tras ciencias sociales. Esta aseveracién abarca, en primer lugar, al registro y pon- deracién interpretativa de las influencias de la Filosofia universal en la praxis de algunos de los principales lideres de los partidos y de las organizaciones civicas mis relevantes de la historia uruguaya. Pero asimismo involuera también la ausencia de abordajes sobre la influencia de los propios fildsofos uruguayos y el peso en la politi- ca nacional de sus disquisiciones ms especificas en el campo civico. No resulta una excepeién a esta situacién la consideracién de la obra de Carlos Vaz Ferreira, quien junto a José Enrique Rodé no solo fue uno de los grandes maestros de la decisiva ‘generacién del 900, sino también uno de los pensadores nacionales mas influyentes a lo largo de la historia uruguaya. De manera muy particular, resulta imperativa la consideracién de la aportacién de la Filosofia y del espacio més amplio del debate de ideas en la construccién del “campo cultural” (0 sagen como lo llamaria Carlos Real de Aziia) que ambient6 y dio también sustento a los modelos y prieticas ciudadanas matrizados en las primeras décadas del siglo XX, ese “largo” 900 que discurre entre 1890 y 1930 y que resulté tan determinant en la politica uruguaya durante los tilti- mos cien ailos. 7 I" la obra ‘arlos Vaz Fe: dquiere’una significacién especialisimayEn mas de una oportunidad se lo ha (533) Seguramente quien mas y mejor exploré los vinculos entre la dinmica de las ideas filosdficas yy el sistema politico uruguayo ha sido Arturo Ardao. En “Espiritualismo y Positivismo", Ardao conceta ‘ausalmente, por ejemplo, el proceso de mademizacion y de pacificacién de fines del siglo XIX con el ascenso del positivisimo. Con Adolfo Garcé, retomando algunas de las hipotesis de Ardao desarrolladas por el propio ‘Gareé en trabajos propios y en coautoria con Gustavo De Armas, hemos querido enfatizar en este punto en nuestro texto titulado “Ideas, politica y nacién en el Uruguay del siglo XX", en Oscar Terin (coord,), “Ideas tenel siglo, Intelectuales y cultura en el siglo XX larinoamericano”. Buenos Aires, OSDE-Siglo XX3, 2004, pp. 309-422. De este texto se ban tomado algunos fragmentos como insunnos para claborar este capitulo +237" GERARDO CAETANO identificado como uno de los “filésofos del primer batllismo”. Sin embargo, desde nuestras hipdtesis y perspectivas de anilisis, esa deseripcién resulta ineorrecta y par- cial. Mas all de las afinidades y de algunos vinculos especificos que entrecruzaron la peripecia del fildsofo y los itinerarios politicos del primer batllismo entre 1900 y 1930, a los que nos referiremos en detalle mas adelante, el influjo de Vaz Ferreira en este campo se orienté mucho mas en Ja perspectiva de contribuir a una moderacién gradualista del impulso republicano de José Batlle y Ord6itez y de la fraccién radical de su grupo politico, que en el horizonte de la defensa filoséfica y la difusién ge- nérica de sus proyectos e iniciativas mas representativas. De ese mod ips ‘contribucién de Vaz Ferreira ‘en ese campo de cruces entre politica y filosofia fue’ portar una metodologia y una base conceptual para la sintesis de un pensamiento operativo con componentes combinados del republicanismo y del liberalismo, ecua-’| ‘i6n que poco a poco se convertiria en el niicleo del modelo ciudadano prevaleciente’| en el Uruguay del siglo XX. "Varios filésofos uruguayos han focalizado su atencién en problematicas afines a este punto, desde los trabajos fundacionales de Arturo Ardao hasta visiones y andli- sis mas contemporaneos*", Ardao, por ejemplo, ubica a Vaz Ferreira junto a Rodé como uno de los representantes mas emblematicos de la promocién del liberalismo a prineipios del siglo XX. En sus anélisis, sin embargo, aunque sin alcanzar los grados de confrontaci6n politica y personal que separarian mareadamente a Rodé con Batlle, Ardao desliza la idea central de que Vaz Ferreira defendia y practic un “racionalismo de cujio liberal’ que tendié a distanciarlo, en forma cautelosa pero firme, de las propuestas mas radicales del reformismo batllista. Su recelo frente a la militancia politica en los partidos, sus definiciones agnésticas lejanas de toda orientacién irreligiosa 0 atea, sus criticas aceradas frente a lo que llamo “liberalismo grueso” 0 “de combate”, la firme coherencia doctrinaria de sus definiciones adver- sas a cualquier extremism, sin duda que coadyuvaron a alejarlo de las pretensiones mas radicales y republicanas del batllismo'*. (Pero cémo ubicar con precisién a Carlos Vaz Ferreira en esta contienda ideold- gica del Novecientos entre liberales individualistas y republicanos solidaristas? En verdad creemos que no resulta tan sencilla su caracterizacion en este plano, Desde una perspectiva de filosofia politica y de concepciones de ciudadania, eal mas repu- ~ (634) En cuanto a los trabajos de Arturo Ardao, entre lo textos utilizados en este capit ; entre Lo utilizados en este capitulo merecen especial destaque: “La filasofia en et Uruguay en el siglo XX". Méxieo-Buenos Aires, Fondo de Cultura spss on Una ean: Moni, UR Bas Bag io i ns Menten, UR, 1968. En cuanto a las codes ay contemporineas sobre ta obra del filésofo, deben estacarse los ensayos e investigaciones recogidos en Miguel Andreoli (compilador),“ msi Acosta, “Pensamiento uruguaya, Estudios latinoamericanos de historia de las ideas y filosofia de la préctica”. Montevideo, Nordan-CSIC-UR, 2010. % (535) Al respecto eft. José E, Rods, “Ariel. Liberalismo y Instruccidn Piblica y Previsién Social, 1964, p. 165. (Bibliotees (536) Cf. Arturo Ardao, “Racionalismo y liber Jacobinismo”. Montevideo, Ministerio de B Artigas, Volumen 44) ralismo en el Uruguay...” ob, cit, pp. 389 y 88. * 238° CIUDADANIA, REPUBLICANISMO.Y LIBERALISMO EN URUGUAY ‘bligano que liberal: portaba un enorme compromiso con la polis, con el servicio pé Biicay CoA Ta OCION de bien comin, con la obsesién poF la ensehanza como el gran camino de progreso, todo lo que ocupé un lugar demasiado importante en su vida, Es cierto que, como veremos en detalle mas adelante, no tenia pasién por los partidos y concebia su rol civico mucho mis desde el franc ndividual que cl del militante partidizado. s lo distanciaban claramente del radicalismo batllista, tampoco lo hacian cobijarse en las filas del li- beralismo individualista clisico y mucho menos en perspectivas de un “liberalismo conservador”. Hombre de puentes y de puntos medios, dificil de clasificar, a nuestro juicio -y es la principal hipétesis de este capitulo— fue el fildsofo principal de ka sin del “republicanismo liberal”, OO En un trabajo mas reciente, Yamandis Acosta orienta su foco analitico en el estu- dio de la convergencia -relativa pero claramente identificable para el autor~ de tres figuras como Vaz Ferreira, Domingo Arena y Emilio Frugoni en la configuracién du- rante ese “largo” Novecientos de “una nueva eti¢idad paradigmatica, constructora y expresiva de una singular hegemonia social”, reflejo de un “hibrido ideoldgico- politico” que entre otras cosas se proyectaria en la articulacién de la “direccién ‘moral e intelectual de la sociedad” uruguaya de la época con el “nuevo paradigma ideologico hegemonico batllista”®™, Aunque Acosta expresa con claridad “la difi- cultad de establecer una sintesis que pudiera incluir integralmente” las posiciones de las tres figuras aludidas, defiende sin embargo la idea de que sus respectivos pen- samientos tienden a converger de todos modos en “una eticidad posibilitadora de i la hegemonia batllista”®”. En el caso particular de Vaz Ferreira, Acosta define su aporte a este campo cultural ¢ intelectual como el de una “ética mifttma para la for= mula del’consenso social”, construida tanto desde sus obras filosoticas como desde su especial protagonismo en cl disefto y conduccién de las politicas educativas de la Gpoca. Arpartir de-un “filosofar’” Wel “razonabilismo”, como desde un “reformismo [jminimalista y gradual en lugar de maximalista y de choque™, Vaz Pertcita apor- taria a ese campo una ética intelectual y una metodologia de pensamiento™”. ‘Aunque con algunos matices y diferencias en el abordaje de este asunto, es tam- bign en relacién con esta problematica marco en la queremos proyectar el andlisis de la particular contribucién de Vaz Ferreira-en la configuracién ~a nuestro juicio con- flictiva y fuertemente negociada- de la matriz predominante de la ciudadania uru- guaya en el periodo considerado. Desde una postura reformista de tono negociador, moderado y gradualista, con un fuerte énfasis en una filosofia prictica que buscaba tes ’ (537) En este parrafo y on otras fragments de este capitulo me declaro especialmente deudor de los comentarios y sugerencias de Adolfo Gareé, a quien agradezco su generusidad intelectual de siempre, (538) Yamandi Acosta, "Pensamiento uruguayo...", ob. cil, pp. 39 y ss. (539) Ibidern. (540) Ibidem. “a GERARDO CAETANC imtegrar posiciones diversas y hasta contrapuestas, desde el destaque del cimiento moral de todo civismo, el pensamiento y la “metodologia de! bien pensar” de Vaz Ferreira se constituyeron en una suerte de soporte filoséfico de la construccion forzo- nente negociada del modelo de ciudadania predominante en el Uruguay de las pri- s décadas del siglo XX. De ese modo, mi r e intel \dido Desde la consideracién de la debilidad tradicional de este tipo de abordaje que se focaliza en las relaciones entre filosofia y politica, en este capitulo se proponen en- tonces pistas para una reflexion abierta sobre la interpelacién de esa hipstesis, referi- dial cruce entre su obra y ese proceso tan decisivo para la cultura politica uruguaya, En esa direceién, el andlisis que sigue en este capitulo enfatiza en tomo a algunos ejes de reflexion especificos: i) el sefialamiento de las dimensiones que podrian con- siderarse mas politicas en la biografia de Vaz Ferreira, con atencién especial sobre su obra y sus vinculos durante el periodo de actuacién del primer batllismo; ii) su pecu- liar protagonismo en la experiencia de la “Coalicién liberal-socialista” de 1910, en tanto soporte de una manera distintiva de pensar y actuar en politica; iii) Ia identifica cidn del magisterio novecentista de Rods y de Vaz Ferreira como promotores de una sintesis posible entre positivismo y espiritualismo y del arraigo del valor civico de la tolerancia, pilares de un imaginario filoséfico que tendria un peso relevante en el discurso y en la praxis de la dirigencia politica durante por lo menos la primera mitad Gel siglo XX; iv) la consideracién de algunos aportes especificos en los terrenos de a educacién y del debate piblico en toro a la moral, en tanto vectores decisivos de Ja construccién de valores y practicas civicas; y v) el sefialamiento de algunos aspec- tos centrales de su obra filos6fica, en particular aquellos mas orientados al andlisis de algunos de los problemas sociales de su época y al destaque de principios morales de proyeceién ciudadana, como cimientos sefialados de ese clasico “republicanismo liberal” uruguayo antes referido. 2. Las seflales de la “Coalicién liberal-socialista” de 1910 y sus proyecciones futuras Interesa en principio, destacar algunos contornos especiales de la vida de Vaz Fe- rreira a titulo de contexto general y bisico para el abordaje sefialado. Nacido en 1872 y fallecido en 1958, en un periplo que va desde la “paz de abril” y los inicios de la politica de coparticipacién hasta los comienzos de la crisis estructural y su traduc- cién politica con la victoria nacionalista en las iltimas eleeciones nacionales de los afios cincuenta, la vida y la obra de Vaz Ferreira cruzan en verdad un extenso perfodo de la historia politica nacional. Como veremos, hacia 1910 su actividad civiea, que CIUDADANIA, REPUBEICANISMO.Y-HHIERALISMO EN LIRLIGHAY haste ef momento xe habia venide dino en cl tmbito académice y como dinyrente de Li ensenaaza piblica, oscilé por un breve perlade de cereanias con la posibilidad de alga tipo de rutliiedt partiduria y de cierlas expectativas sobre una eventin cleccion eon parlamentario, Sin embargo, muy eipidamente sus prefireneins sobre este particular se inelinaron con clavidad hacia el rol de “libre pensudor" 0 “france for" condicidn que sin duda le resultaba macho mas atractive bn verdad, mo sentia la politica partidaria como un escenario qu ¢ le resuliara afin o en el que pudiers despley salt Lv mejor version de lo que entendia como su sen til del “deber eivico”, Esa distaneia respeeto a ta politica de los partidos, termind favorecicndlo Ia proyeceién de su imagen piblica y el peso de st influencia, sin que str gombre quedara partidarizade en un pais que ya se perfilaba como “partidverd fico”, Su longevidd le permitiria ademdis atravesar buena parle de la construceién del Uruguay modem, det que ferminé siendlo a la vex uno de sus fundadores y de sus simbolos nis emblenxiticos. Como bien ha sehalado Juan Pld, identificande precivamente esa proyeceion coleetiva y na xis que trascendid ban- clorias partidarias © idealogicus: "...sw fivella, o por fo menos su congenialidad con celia idcoligice predominant en ef Uruguay a to largo de este siglo (XX), debe rastrearse mis allé del cireulo de lox fildsofos. No es antojudizo creer que cierto sone caracteristico de la sociedad wruguaya es congruente con su pensemiento, por ional de su pra Jo menoy con lo que este tiene de cauteloso y transaceional ", Sin embargo, a comicnzos del siglo XX su figura aparece vinculada a la compa- Lde un movimiento "Fiberal” organizado y militante que por ces se proyectaba hacia la constitucion de un "Partido Liberal Radical", en procura dle una coalicion con otros grupos “no tradicionales” para la conformaeién de una terveria de perfil mis ideolégico. Como ha Jo Ardao®™, Vaz Ferreira fue uno wOnistas aunque, como yeremos, NO UNO de sus lideres~ de la singular expericneia de la “Couticién liberal-socialista”. que comp diciembre de (910, En aquella oportunidad, la abstencidn electoral decidida por el P Nacional ereé la posibilidad cicrta para que figu partidos y de circulos civicos emergentes llegaran a disputar y a ganar bancas parlamentarias por ka mino- ria en las eleceiones de ese aito Como vimos en el segundo capitulo del presente volumen, tras un intento revo- lucionario ripidamente abortado y la subsiguiente declaracién de una actitud absten- cionista por parte del P, Nacional, el P. Colorado (hegemonizado por un batilismo todavia cohesionado y sin eseisiones) adoptd la estrategia denominada de “fas in- tegraciones”, invitando a incorporarse a sus listas a "personas ajenas a la politica militante", a los efectos de darle mayor legitimidad a unos comicios en los que priori tenia todas las mayorfas aseguradas, En’esa ocasion, Vaz Ferreira fue invitado | receneia clectora nlon- “stu de los pre ps de cid cn los comic s de nuevo (541) Clr Joan FIs, "Carlow Fas Eerreina" en "Nuevo Diccionario de Literatura Uraguaya" You MN |Z. Montevideo, Atherto Oteggioni / Banda Oriental, 2001, p, 292, (542) Cf, Arturo Ania, "Racionatisme y Hheratise em ef Oras." 0b. cil. pp. TL y ss. (Cap) XVI Ei liberatisino a principioy del siglo XX) 241+ GERARDO CAETANO independientes 8) a participar formalmente ~junto a otras once personalidade: en las listas del partido gobernante, para de ese modo llegar a ocupar eseaiios par- lamentarios y jugar un rol fiscalizador del gobierno, invitacion que finalmente no acepto. En el caso especifice de Vaz Ferreira, decliné el ofrecimiento a través de una carta fechada el 6 de diciembre de 1910 y publicada al dia siguiente por “El Dia”. En su misiva, el fildsofo, aunque advertia que le hubiera resultado “en extremo doloroso abandonar [su) cétedra de Filosofia y [su] cargo en la Instruccion Primaria”, sefia~ laba también que le desagradaba “siempre aparecer como eludiendo responsabili- dades 0 resistiendo a la obligacién de servir los puestos piblicos”. Sin embargo, @ pesar de reconocer “Jas condiciones de absoluta independencia que se [le] ofrectan” para su actuacién parlamentaria, Vaz Ferreira se inclinaba finalmente por no aceptar el ofrecimiento, ante su conviccién de que en aquellas circunstancias, su accién en la politica partidaria no alcanzaria el “bien eventual” que “aunque en modesto grado, realizo ciertamente en mi situacién actual 4"), EI periddico batllista editorializ6 al dia siguiente, a propésito de la negativa de figuras independientes a integrar las listas coloradas, a través de un articulo titulado Una actitud lamentable”. En ese editorial, el drgano batllista se lamentaba de no poder contar con el concurso de “ese micleo de inteligencias preparadas para la accién parlamentaria”, al tiempo que juzgaba como injustificables los argumentos esgrimidos para rehusar “Jas responsabilidades de una oportunidad propicia”, en especial la nocién de que se podia servir mejor los intereses publicos “en el retiro esiéril de ambientes sustraidos al braceo de tos sucesos. No todos los ofreci- mientos del batllismo en aquella ocasién tenian los mismos objetivos: las invitacio- nes dirigidas a José P. Ramirez o a José Irureta Goyena resultaban bien distintas de Jas que se le hacian a Eduardo Acevedo o a Carlos Vaz Ferreira. En el caso de este liltimo, Ja juventud del posible candidato y sus antecedentes de afinidades con el oficialismo indieaban con seguridad la busqueda de una convergencia més profunda y de mas largo aliento, que por cierto si se conereté en el caso de Acevedo. Luego de declinar la oferta batllista, Vaz Ferreira terminé finalmente acompa- Rando a Pedro Diaz y a Emilio Frugoni en la conformacién de la “coalicién liberal- sociatista” que, como vimos en el capitulo respectivo, presenté sus propias listas en Jos comicios por Montevideo del domingo 18 de diciembre de 1910, obteniendo dos baneas. Vaz Ferreira ocupé el tercer lugar en las candidaturas, detras de los dos pri- (543) Sobre este episodio se abunda en el capitulo 2 (544) “EI Dia, Montevideo, 7 de diciembre de 1910, p. 4. “Las integraciones. Nota del doctor Vaz Ferreira". La carta cra dirigida a los doctores Antonio Maria Rodriguez y Juan Blengio Rocca, quienes le habian cursado la invitacién en nombre del Comité Ejecutivo Nacional del P. Colorado, (645) En la misma carta, Vaz Ferreira sefalaba que “en cuanto al discernimiento de las graves responsabilidades que, segin mi juicio, tienen las dos partes en el estado de cosas presentes hasta donde penser responsable os hombres dents de as migiina eradasde nuestros dos paid actuals na creo que conduzca a nada préctico 0 patritico hacerlo”, exceptuando sin embargo a “Ta guerra civil”, lemerecia “fa condenacién mas severa". Cf. Ibidet. " ene Berne (546) “E1 Dia, Montevideo, 8 de diciembre de 1910, p. 3. “Una actitud lamentable” 242+ CIUDADANIA, REPUBLICANISMO Y LIBERALISMO. EN URUGUAY meros, por lo que no accedié al Parlamento”. En verdad, ni siquicra en esa ocasion especial, la tinica en la que formalmente fue candidato, Vaz Ferreira demostré mucho entusiasmo por la actividad militante en los partidos: no firmé el manifiesto de los liberales para Jlamar a votar por la coalicién""; por lo que aparecié en la prensa de la época, tampoco participé en ninguna de las comisiones de movilizaci6n electoral ni hablé en los actos de campafia; su accién se limité a aceptar ser candidato por a novel agrupacién en un lugar destacado. De todos modos, de manera indirecta, la figura de Carlos Vaz Ferreira quedaba vinculada a los origenes del socialismo uruguayo™™, Aunque no cabe duda de que Vaz Ferreira se sintié obligado a comparecer ante estos dilemas de la coyuntura de 1910, su vocacién intelectual y su manera de con= cebir el compromiso civico no dejaron de marcar su distancia respecto a la militancia en los partidos: Pese’a las “tentaciones” y a las oportunidades que se le ofrecieron, ly tempranamente su preferencia en el terreno civico se orientd a actuar como un Pe tirador politico” que actuaba por fuera de los partidos. Ya en 1910, cuando lodavia protagonizaba los escarceos politicos de los que hemos dado cuenta, en su obra “Légica Viva” planteaba los perfiles del dilema en términos que parecian anti- cipar su clara opcién futura: “La cuestion de si un ciudadano debe 0 no ingresar en Jos partidos politicos es una cuestién normativa: como las demas, muy frecuente- mente mal tratada. {...] Ingresar a los partidos politicos tiene la ventaja de facilitar, de hacer mas intensa la accién politica, ofrecer més ocasiones de prestar servicios al pais en la generalidad de los casos; y los inconvenientes de la supresién de parte de la libertad personal, de la libertad de eriterio y de accidn, en la subordinacion, aungue sea relativa, a autoridades y criterios ajenos. En cuanto a la actuacion del franco tirador politico, que procura o no rehiiye intervenir en la cosa piiblica, des- de luego y por lo menos con su voto, y con su propaganda y también con la accién en cuanto le sea posible, pero fuera de los partidos, tiene ventajas desde el punto de vista de la mayor libertad, de la mayor posibilidad de aplicar la actividad, la capacidad electoral, etc., a la causa que en un momento dado [le] parezca mejor; e inconvenientes, sobre todo visibles cuando pensamos en la generalizacién de esa actitud, y que resultan de la mayor dificultad para unificar esfuerzos y tendencias, para contribuir a acciones colectivas, ete". (5a) Cli, “El Dia", Montevideo, 14 de diciembre de 1910, p, 5. “La coalicién liberal socialista, La reuniéin de anoche" (S48) Cit. “El Dia", Montevideo, 9 de diciembre de 1910, p.4. “Frente al comicio, La coalicién liberal. A los liberales”. Si aparecieron como firmantes las principales figuras de! movimiento que luego serian sus ccandidatos (encabezados por Pedro Diaz), con el agregado de otras figuras de relieve como Luis Melian Lafinur, Ramén P, Diaz, José G. Antuia, entre otros, (549) Asi surge de la compulsa de la prensa consultada. (550) Fue amigo personal de Emilio Frugoni, fundador y lider histérico del socialismo uruguayo. Lo ‘old casi sicmpre ~como él mismo se encargo de confesar—a pesar de que nunca llep6 a afiliarse a ese partido ue mantuvo varias discrepancias con sus postulados. (851) Carlos Vaz Ferreira, “Logica Viva. (Adaptacién préictica y didéctica)". Segunda Edicién, Bucnos Aires, Editorial Losada, 1952, p. 76. + 243° Mas alld de que el batllismo no logré atracrlo a sus filas en aquellos momentos devisivos, en los umbrales de la segunda presidencia de Batlle y Ordéiez y con un Vaz Ferreira que pareeia todavia especular sobre las posibilidades de su aecién como politico y como legislador, su cercania con aquel batllismo del 900 era innegable. ‘omo lo demuestran las importantes responsabilidades que se le dieron en aquellos os en el campo de la conduccién de la politica educativa. En ese sentido, debe s relevantes entre las maximas autoridades de la ensefian- anolarse que ocupé cai biernos colorados y en especial battllistas: fue miembro del Consejo Directivo de Instruccién Primaria” entre 1900 y 1915, nada menos que za publica durante en forma parcial nente contemporanca a las dos presidencias ocupadas por Batlle y Orddiez. En 1913, durante la segunda presidencia de Batlle y con mayoria batllista en ambas cémaras, se cred por ley especial la “Catedra Libre de Conferencias” de | Universidad de la Repiiblica, que ocuparia durante décadas. También durante esas tes primeras décadas del siglo XX, fue Decano de Preparatorios de la Universidad (1904-1906) y Rector de la misma entre 1929 y 1930, en el primero de los tres pe- riodos en que ocuparia Ja maxima jerarquia universitaria, Como una nueva con- firmacidn de estas cercanias “no militantes”, cultivé amistad con connotados lideres de} baillismo en la época: el legendario dirigente batllista y amigo personal de Batlle y Ordéfiez, Domingo Arena, lo trata en su libro “Divarcio y matrimonio”, publicado en 1912 cuando se discutia en el parlamento el proyecto de ley sobre divorcio por la sola voluntad de uno de los conyuges, como “mi compaiero, [...] el filésofo como yo {0 llamo, el cerebro mas robusto de mi generacion... Sin embargo, como ya se ha adelantado, existian también varios motivos pal suponer que su cercania a las filas del batllismo tenia sus limites y que los mismos asentaban en diferencias de cardcter ideoligico. Como se ha visto, su talante ideol gico se fundaba en un “filosofar” “minimalista”, desde el que no podia sino recelar de los aprestos radicales y “avancistas” del batllismo. Desde su elogio al “quijo- tismo sin ilusién’®™, desde su “utopia de la no oposicion” (como ha sintetizado relevancia central de ‘alores y virtudes pablicas, de la educacién como motor del civismo ciudadano o la idea de la centralidad del “gobierno de las leyes”, su vision (552) Aunque corresponde a otro momento historico, debe tambi colorado y batlista de la época coneretd por ley suv Ciencias. n recordarse que en 1946 el gobierno iciativa de creacién de la Facultad de Humanidades y (553) Cf. Domingo Arena, “Divoreo y matrimonio”. Montevideo, O. M, Bertani, 1912, pp. 100 y ss. (554) Sefala Vaz Ferreira en un apartado de "Fermentario’"ttulado "Leyendo a Unamuno” «que exalta el quijtisme y desprecia la razén, no comprendid el supremo quij Sin ilusidn es el may heroico de todos. Investigar yexplicar sin término| sabiendo que cada comprensién hace pulular més incomprensiones; sabiéndolo de antemano, sin tusion. y darse a eso, gozando y sufriendo, es el quijotismo supremo", Clr. Carlos Vaz Fenveita, “Fermentarin Montevideo, Ministerio de Relaciones Exteriotes-Universidad del Trabajo del Uruguay, 2005, p. 189 (555) Juan FI6, “La esiética ausente. (Notas sobre las ideas de Va faz Ferreira a propésito del arte)”, en Miguel Andecoli (compilador), "Ensayos sobre Carlos Vaz Ferreira... ete. ob. cit, p 216. ’ + 244° namuno, jotismo de la razén. El quijotismo L-: comprender para comprender mas, CIUDADANIA, REPUBLICANISMO Y LIBERALISMO EN URUGUA sobre e] espacio de la politica era mucho mas eseéptica, lo mismo que su confianza en la productividad de las instancias participativas o su visi6n sobre el rol activo del Estado en la vida social y econémica, En su parte “liberal”, desconfiaba también de la prevalencia de lo piblico sobre lo privado y era mucho mas celoso en relacién con los aleances de las libertades individuales. Su método filoséfico, tan proclive a ‘Ja conciliacién relativa en las doctrinas "5", no coincidia con el “inguietismo" y con el “elogio al conflicto” 0 a la lucha ideolégica frontal, a los que eran tan afectos Batlle y Orddfiez y muchos de sus allegados mas cercanos. Hasta su visién del lai- cismo y de las religiones era bien diferente. “E/iéroe moral-vazferreiriano™=coitio bien ha sefialado Miguel Andreoli 3. Sintesis filoséfica y forja reflexiva de la tolerancia de pensamiento en el “ambiente espiritual” del 900°" Desde el cultivo de perfiles como “humanista” y “filésofo moralista”, en su profuusa labor en la ensefianza en sus distintos niveles (profesor catedratico, maestro de Conferencias, Director fundador y luego Decano de la Facultad de Humanidades y Ciencias, Rector de la Universidad en tres periodos durante los tramos 1929-1930, 1935-1938 y 1938-1943), en su rol preferido de observador participante antes que militante, desde su intervencién influyente en el tramite legislativo de leyes decis vas hasta su contestacién a la ilegalidad del golpe de Estado presidido por Gabriel Terra en 1933, pasando por su participacién en manifiestos y actos civicos de aleance nacional ¢ internacional, ‘odo ello terminé por profundizar la influencia propiamente politica de su pensamiento, en una sociedad en la que la nocién de identidad nacional se confundfa con el ejercicio concreto de la ciudadania yen kt que todavia a menudo se expandia una proclividad filosofante en la contro versia de los asuntos pablicos. Debe acotarse que, como mis de una vez se ha dicho, la originalidad y riguro- sidad de su reflexién més propiamente filoséfica contrasta con ciertas debilidades de su pensamiento focalizado en el anilisis social, De todos modos, sobre este (556) Carlos Vaz Ferreira, “Sobre la propiedad de la tierra.” Montevideo, Camara de Representantes, 1957, p. 327. La primera edicién de esta obra es de 1918 y esté basada en las versiones taquigréficas de unas ‘vonferencias de Vaz Ferreira de 1914, en plena segunda presidencia de Bale (557) Miguel Andreoli, “La moral en Vaz Ferreira: pluralismo, interioridad y desdicha”, en Miguel Andreoli (compilador), “Ensayos sobre Carlos Vaz Ferreira ...", ob. cit, p. 194. (558). En esta parte del texto se recogen varias hipétesis trabajadas por Adolfo Garcé y el autor en su \exto “Ideas, politica y nacién en el Uruguay del siglo XX", on Oscar Terin (coord), “Ideas en el siglo Imelectuales y cultura en el siglo XX latinoamericano...”, ob. cit. pp. 310 y ss. (559) Durante el periodo considerado, las publicaciones (en la mayoria de los casos recopilaciones de ‘conferencias) de Vaz Ferreira més focalizados a lo social fueron: “Sobre la propiedad de la tierra.” (1910), ‘Sobre los problemas sociales” (1922); y "Sobre el feminismo” (1933). + 245° no particular, como se vera en detalle mas adelante, también pueden encontrarse yur stulados y especulaciones que zeneraron influencias perdurables. Tribu anio de Ja obra de algunos de los principales filésofas de su tiempo (Spencer, Stuart Mill, James, Bergson, entre otros), su obra no cayé sin embargo en el “ataja de ta opia’’ en la simp leracion adaptativa. Supo cotejar claves filosdfieas diversas in espiritu de escuela, articularlas en sintesis apropiadas y aplicarlas con sentido transaccional sobre algunos de los asuntas mas relevantes de la agenda nacional e intemacional de su tiempo: el divorcio, el f ergente, la articulacion entre libe a su juicio eran los mejores aportes del lit 'a propicdad de Ja tierra, los impucstos, la moral ciuda- dana, las relaciones entre intelectuales y politica, entre otros muchos. Ese ejercicio xi6n filosofica aplicada a la realidad social lo proyecté como escuchado en los debates publicos, aumento la persuasividad de gumentos ante Ja dirigencia politica en general y lo hizo un importante “cons- iructor de opinion”, d minismo cm ad ¢ igualdad, la conexidn de los qu smo y del socialismo, sistematico de una refi un actor destacado sus a de su condicién de “maestro de ta prosa filosdfica” (como alificaria Pedro Henriquez Urefta) y de conferencista aclamado Desde una defensa acendrada de la independencia de criterio ante los temas, Vaz Ferreira supo construir ya en aquellas primeras décadas del siglo XX una aureola de opinién abierta, sin seguidismos, con el objetivo mas focalizado en “ayudar a pensar” que en “convencer en un sentido determinado”. Fue asi que tanto a través de sus célebres conferencias como de sus “libros hablados”, el propio Vaz Ferreira amar en su praxis pablica sw propia “moral para intelectuales”, lo que sin duda aumenté y calificé su audiencia entre los politicos uruguayos. Con una atencién focalizada en un amplio espectro de intereses (desde la filoso- fia hasta la miisica, pasando por la pedagogia, la psicologia, la sociologia o la critica anisticay“’, portador de un espfritu analitico orientado a fundar relatos morales y Alicos, el estilo intelectual de Vaz Ferreira tuvo mucho que ver con su éxito piblico, ya apreciable en esta época. En ese sentido, ya por entonces comenz6 a ser visto como un auténtico “filésofo politico” de la democracia uruguaya en construccién. Precisamente su labor filosdfica fundamental se extenderia durante un periodo sufi- cientemente extenso y decisivo (desde el 900 y los albores del “primer batllismo” hasta la crisis estructural de los 50 y el triunfo nacionalista casualmente acontecido en 1958, el afio de su muerte). Tal vez si hubiera tenido una mayor empatia con las visiones historicas”, Vaz Ferreira podria haber tenido una conciencia mayor acerca pudo e (560) Flo, “La estética ausemte..." en Miguel Andreoli (compilador), “Ensayas sobre Carlos Vaz Ferreira... ec. ob cit, p. 216. (561) Fi6 en su articulo antes citado registra su “rechazo exiremo por Ia historia (;disciplina y/o proceso?),” citando un testimonio sobre Vaz Ferreira de su condiseipulo Juan Andrés Ramirez: ‘manifesiaba [2] una inclinacién decidida a los estudios iloséfices, a medida que se alejuba de ta historia, su enemiga tinico, su rencor eterno, su adio exclusivo, que aun hoy suele arrancarle manifestaciones violentas cuando, ‘por una circunstancia cualquiera, se cruza en su camino”. Cita tomada de Fl6, “La esiética ausente Ibidem, p. 208 + 246+ CIUDADANIA, REPUBLICANISMO Y LIBERALISMO EN URUGUAY serdurabilidad de la influencia propiamente politica y hasta social de su pensa- miento y de su accién, En primer término, Vaz Ferreira junto a Rods fueron quienes edificaron los pi ares sobre los que se asentaria la vida cultural uruguaya durante mas de medio siglo, Una de las principales caracteristicas de la nueva coneiencia filoséica ges~ iada en aquel Uruguay finisecular y luego novecentista fue que logré tejer una sin—_ tesis -no una solucion ecléctica, producto que Vaz Ferreira rechazaba~ "entre el ‘epintualismo y ef posilivismo. Por eso mismo, la reflexién filoséfica de comienzos del siglo XX no configuré una negacién radical, absoluta, de las pautas anteriores del evolucionismo. José Enrique Rods se refirié en numerosas oportunidades a este proceso, En “Rubén Dario” escribié por ejemplo: “yo pertenezco con toda mi alma ala gran reaccion que da carécter y sentido a la evolucién del pensamiento en las postrimerias del siglo, a la reaceién que partiendo del naturalismo literario y det positivismo filoséfico, los conduce, sin desvirtuartos en lo que tienen de fecundos, a disolverse en concepciones més altas "*, Como bien ha sefialado Arturo Ardao, “esta corriente de superacién del positi- vismo a partir de él, fue tan general en nuestros medios universitarios e intelectua- les, que llegé a constituir una verdadera conciencia nacional. {...] 4 ella estan vin- culados dos espiritus que realizan, cada uno a su manera, un excepcional magisierio por el que se expresan los cdnones filosdficos de la nueva época: José Enrique Rodé y Carlos Vaz Ferreira. El primero desde el campo de las letras, el segundo desde la catedra de Filosofia de la Universidad" (562) La influencia (y la utilidad o vigencia) del pensamicnto de Rodé y Vaz Ferreira habia sido perdida de vista por las ciencias sociales uruguayss. Debemos a Adolfo Garcé y a Gustavo De Armas In recuperacion tle esta idea fundamental, Los autores mencionados insisticron en este punto en varies trabajos, de manera particular en: “Tras las huellas del novecientos”, en Cuadernos del CLAEH 68, 199314 y “Protetsmo (del) ‘naginario: la curiosa actualidad de Rod’ y Vaz Ferreira”, en Gerardo Caetano (coordinaddor), “Urguay el siglo XX", Montevideo, Trilee, 1994. (563) En efecto, Vaz Ferreira rechaz6 en mis de una oportunidad la postura del eclecticismo. Senalé por jomplo en una de las con ferencias recogidas lucgo en la publicacién titulada “Sobre fos problemias soctales El ecleviicismo es un modo de pensar mezquino, pobre, en realidad ininteligente, que consiste en pensar con lo pensaito; «tomar lo bueno» de lo que han pensado los demas: en mas 0 menos casos. puede llevar daciertos; pero es condenarse de antemano a quedar dentro de lo penvado 0, en todo caso, a determninarse por lo pensado”. Cfe. Carlos Vaz Ferreira, “Sobre los problemas sociales”. Montevideo, Homenaje de la ‘Cimaca de Representantes de la Repiblica Oriental del Uruguay, 1957, p. 103. Por su parte, nada menos que mentario’” Vaz Ferreira eompletaba su reflexion precisando conceptos: “EI verdadero pensamiente, el Tegitimo, que no tiene nada que ver con el ectecticismo pero que superficalmente se confide con el, consiste en pensar directamente, de nuevo y siempre de Ia realidad (aunque aprovechando en fo que corresponda la ‘experiencia de los aciertos y equivocaciones de lo ya pensado) |... en ta realidad, en tos hechos, no existen exires ni términos medias”, Cft, Carlos Vaz Ferreira, “Fermentario”.. °, ob. cit. pp.93 ¥ 94 (564) José Enrique Rodo, "Obras Compleias” Madrid, Aguilar, 1967, “Rubén Dario. p. 191 (565) Arturo Ardao, “La filasofiaen ef Uruguay en el siglo XX .. etc, ob. cit p. 17. Amtbos dejaron «na huella may profunda en la cultura ureguaya. Sin embargo, en cl campo de Is filosofia, fue més profanda la marea de Vaz Ferreira que la de Rod6. Permitasenos transcribir dos ealificados testimonios sebre este punto. Dijo Arturo Ardao: “la valoracién ertica de la obra de Vaz Ferreira, plantea distinios problemas {quienes respivan una atmisfera espiritual creada por ella en una medida en que dificilmente se podré tener idea fuera det Uruguay, Arturo Ardao, “Lajilesofia en el Uruguay..", 0b. cit, p. 79. Por sa parte, eseribio + 247+ hae ss € s s A GERARDO CARTANO, En efecto, tanto para Rodé como para Vaz. Ferreira existian aspectos de la doctri- ald Carlos Vaz Ferreira, en 1a positivista que valia la pena conservar. Al respecto s una conferencia sobre el tema “Ensefando Filosofia": "Si por positivismo se entien de no tomar por ciertos sino los hechos comprobados como tales; si por positivismo se entendiera graduar la creencia, tener por cierto solamente lo cierto, por probable © posible, lo probable 0 posible; si por positivismo se entiende, todavia, saber dis- tinguir; discernir lo que conocemos bien de lo que no conocemos bien; si positivismo quiere decir sentir admiracién y amor por la ciencia pura, sin hacer en su nombre, exclusiones, entonces el positivismo es posicin buena y recomendable gisterio compartido entre Rods y Vaz. Fe: en el 900 no convergia directamente con la pretendida hegemonia republicana im- pulsada De modo un tanto curioso, este m: ira or la fraceion mas radical del primer batllismo, liderada en muchos temas por el propio Batlle y Ordéfiez. Como se ha sefialado, la relacién del lider reformista con Rodé fue ciertamente tormentosa y aleanzé niveles de contienda irreversible Con Vaz Ferreira, el vinculo fue mucho mas cercano y apacible, pero no terminé de confirmarse como alineamiento formal. De distinta manera, una mas combativa y la otra mas transaccional, como vehiculos expresivos de dos talantes ideologicos y per- sonales bien diferentes, Rodé y Vaz Ferreira protagonizaron una suerte de contesta- cién intelectual al republicanismo battlista, en particular en todo lo que este tuvo de reformismo radical. Y si hubo un aspecto en que esa réplica fue visible precisamente fue en el campo de la conceptualizacion de la politica y de su espacio creador en la sociedad uruguaya, Asi como blancos y colorados aprendieron a compartir areas de poder, inaugu- rando la politica de coparticipacién en la “Paz de Abril” de 1872, aiio del nacimiento de Vaz Ferreira como vimos, también caudillos y doctores terminaron de compren- der por entonces que debian interactuar siguiendo alguna pauta mas civilizada y productiva que la de los mutuos destierros. La evolucién del pensamiento filos6tico nacional -€l giro positivista en los setenta y la posterior superacién del partidismo filosofico~ fue extraordinariamente funcional a estos efectos. En tanto idedlogos, muchos intelectuales, a partir del “magisteri Manuel Arturo Claps: “Es dificil escribir sobre Vaz Ferreira pero es necesario, Hay queintentarelandlisisy la valoraciin de su obra desde nuestra perspectiva, es decir, expresar lo que significa para nosotras, luego de Jos euarenta afas largos transeuuridos side su iniciacién, altos en los que se ha operado un cambio radical en la atencin flasifica) acomtecioienios tribes han esremecido la conclencia de hombre: Esclarecernas con respecto.a Yaz Ferreira es, en cierto mado, esclarecernos respecto a nosouos msmes: dale ane og ‘personalidad ha infidel wn modo determinate en laormacion de nucsrwamblenn optit” Mona Claps, “Carlos Vaz Ferreira: notas para um estudio”, on Revista Niimero, to 2, N° 6.1.8 [930 (366) Conferenia sabre "Enenurca dela fossa” cada por Arturo Aviso “Le Nef en ef Uruguay. 0b itp 50 (367) La hips de una conean cal ene el “magisrio”fos88co de Calls Vaz Fei y fone Earique Rods y la istauracin y consolacién de lo democaia uraguna dean Ws eee ae del silo XX, foe dexarollad por Adlfo Gare en "Ties fases dea sure one mace eae Uruginy (180-1985), en Gustavo De Armas y Adolfo Gat, "Técnteusy police’ Mestre sien 200 + 248° \ CIUDADANIA, REPUBL ANISMO Y LIBERALISMO EN URUGUAY En ese sentido, pue Je decirse que hacia fines del siglo XIX ~anunciando la rrupcién del magisterio de Rodé y Vaz Ferreira- la intelectualidad uruguaya estaba preparada para superar los “ismos” de su tiempo: “Para ef dogmatismo cientificis ‘a -apunta al respecto Ardao-, y en particular para el darwinismo radical, habia sonado en Europa la hora de la crisis, lo que repercutié en la tonica de nuestros positivistas; para el espiritualismo de viejo cuito, a la vez, habia llegado el retiro definitivo, rendido ante los progresos cientificos y el triunfo universal de la idea de evolucién. Fatigadas en nuestro pais las escuelas de la prolongada y ardiente lucha, empezaron a darse cuartel en una atmésfera de tolerancia, que a fines de siglo, con la aparicién de nuevas formas de pensamiento, conduce a la paz filosofica” “* Los mis grandes filésofos de la generacién del novecientos, Rodd y Vaz Ferreira, con brillo propio, se encargaron de transformar aquello que bien pudo haber sido apenas una breve tregua, en una verdadera doctrina “oficial”, de hondo arraigo y singular persistencia. nto en: tre eupitimalistas y positivistas habia tenido —segun el propio Vaz Ferreira~ funestas consecuencias pricticas (“esa infolerancia, tanto como a las ideas, separa a los hombres”), las persuasivas lecciones de tolerancia de los mas grandes pensadores dela “generacién del novecientos” facilitaron que nuestros partidos politicos encon- Ok traran formulas eivilizadas de convivencia, Enjesesentido; puede decirse que uno dey los principales legados doctrinarios'de Rods y Vaz Ferreira consisti6, precisamente, _ en haber contribuido en forma decisiva a minimizar la intransigencia partidista, tanto en el terreno filoséfico como en sus manifestaciones politicas, matrizando perdu! yablemente un “ambiente espiritual’” de respeto por las convicciones del otro. Ess espiritu de tolerancia, esa resistencia a la idea de un impulso reformador avasallante sin el freno de la transaccién y de la sintesis negociada, tuvo mucho que ver con ese magisterio filosofico emergente en el 900, curiosamente en el mismo momento en que se desplegaba el afin renovador de las notas de aquel republicanismo radical presente en muchas de las propuestas politicas del primer batllismo. El resultado, mas transaccional que hegeménico, distinguiria al Uruguay durante décadas, (568) Arturo Ardao, “Espiritualismo y positivismo en Uruguay..." 0b. eit, p. 224 (569) Decia Vaz Ferreira: “Yo tengo la conviccidn firmisima de que es esa concepeién de las tres escuela ¢l orien primero de muchisimas rivalidades que han separado entre nosotros a hombres que merecian estiarse y comprenderse; asi, un error que parece de importancia purameme teébrica, ha influido sobre el desenvolvimiento politico o universitario mucho mas de lo que podrian imaginar los que no tienen por

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