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Intropuccion Este libro esté escrito desde la indigy acion y la esperanza Indignacién que se transforma en un posicionamiento politico de denunciaal modo brutal con queen su mayoria varonescriadox en nu ‘gas listas de espera 18 i de los lugares de atencidin priblicos que transfor taser alojador en expulsivo, lay Polfticas ¢ tea acto que necesi- proponernos también revisar las est ser creativos, El psicoandlisis puede clreular por di no es silo el de la terapia individual, Entre las particularidades de este ter Teno de intervenciones consideracién de la ética del analista cuando trabaja en situaciones rete sufrimiento, y que implica siempre una toma de Posiclén a partir de como © Sie lo ee Cémo se le cree al sujeto o Sujetos que estin pade- clendo, como se dispone a acompariar las denuncias perti rtin en el sentido de la denuncia judicial. Bs ae Mtoe c éste un terreno de intervenciones que dejaa las claras la Petspectiva sesgada que tienen leaa peo que trabajan con la idea de “neutralidad” del analista o que consideran que deben ocuparse de la fantasia y, por lo tanto, no les incumbe los efectos de la “realidad exterior”. Respecto de la neutralidad, es la justicia la que trabaja con Ia idea de mantener una mirada imparcial y ecudnime. Con Tespecto a la mirada de los psicoanalistas nos preguntamos cémo : : podriamos ejercer nuestro trabajo desconociendo o dejando afuera nuestros Propios afectos compro- metidos, aquellas marcas de nuestra historia que nos determinan o sin tener una empatia con el suftimiento de nuestros pacientes. Necesitamos conocer nuestros propios sentimientos no para dejarlos afuera, sino para discriminar lo nuestro de lo que corresponde al nifio, nifia o adolescente, sin juzgarlo por esa diferencia. Sin abandonar la abstinencia, el analista trabajando en situaciones de alto atropello a los derechos de la infancia y la adolescencia necesitard ser creativo al maximo en los modos de encontrar cudndo hablar, cudn- do esperar, cémo escuchar-ver-tegistrar mucho més alld de las palabras de un relato, sabiendo que la subjetividad es corporal y que trabaja con la _Contratransferencia como brijula y herramienta fundamental para guiar sus modos y el “tempo” para sus intervenciones. Este libro est escrito a partir del procesamiento de mi propio trabajo clinico y de supervisién a otros terapeutas, de mi practica clinica junto a pediatras, psiquiatras, trabajadoras sociales, ginecdlogas y psicopedagogas, en el marco de la clinica con nifios, nifas y adolescentes que suftieron traumatismos sexuales. La perspectiva que me permite la clinica, al poder trabajar con los adolescentes y sus familias, me ha dado la posibilidad de calibrar el nivel de traumatismo que se puede generar a partir de un abuso sexual que no 19 es registrado por ningtin adulto del entorno del nifio permiticndo que sus efectos se instalen por afios, Efectos a largo plazo, incluso intergene- tacionales, cuando no pudo ser relatado ni hubo la oportunidad de una consulta y un tratamiento para su procesamiento en fa generacion ante- rior, Es asi como podremos encontrar detrés del padecimiento de varias hijas adolescentes que no pueden separarse de sus padres, un abuso sexual vivido por su madre en la infancia y nunca relatado, que la a ae feast a las hijas frente al temor a un peligro proyectado en el mundo del aftera familiar, por ejemplo. _ dol En la segunda parte del libro abordo la clinica con ado Ort que son ellos productores de acciones sexuales contra nifios y nifias. Un =o de apuesta al trabajo psicoanalitico que habilite un destino que no fea el de la perversién para esos adolescentes y que no los coagule en una i lentidad de abusadores y violentadores. Un trabajo que apunte a la construccién de responsabilidad sobre sus actos, en una etapa en que aun el psiquismo esta» én. “ ‘Penecesario conocer las diferencias entre la sexualidad infantil y la adul- ta, entre los juegos sexuales infantiles y las conductas sexuales abusivas. Los cambios que se han producido en nuestra cultura con el avance del consu- mismo en el capitalismo mundializado y las nuevas tecnologfas, determi- nan transformaciones en las subjetividades. Estas se expresan, entre otros fenémenos, con la aparicién de practicas sexuales en los nifios, descargas repetitivas frente a lo que les resulta excesivo e imposible de metabolizar. También es importante reflexionar sobre los caminos en la constitu- cién de Jas masculinidades actuales. Desde la clinica, el modo de abordar a muchos adolescentes con conductas sexuales abusivas que no quieren venir, no quieren hablar, ni quieren iniciar un tratamiento, pero que son traidos por algiin miembro de su familia que est4 muy angustiado por lo sucedido y que habitualmente es una mujer: la madre o una hermana mayor. Se hace importante también poder realizar una diferencia diagnés- tica entre los diversos posicionamientos subjetivos desde los cuales estos adolescentes varones realizan dichos actos. Desde este libro sostengo la esperanza de que a pesar del modo en que el abuso sexual o el incesto arrasan la subjetividad, los nifios, nifias yadoles- genes que fueron abusados sexualmente, puedan recuperar su condicién somata o nie oo que tengan la posibilidad de ser sostenidos y guien de su entorno familiar o social que les crea, los Sef i i ‘ ‘pare y condene al abusador, y un tratamiento psicolégico que los aparte le un destino de victimizacién, 20

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