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La geoquimica del torio y el uranio a7 Los sitios de torio y uranio en rocas extrusivas de cualquier composicién son dificiles de determinar. En las roces intrusives, gran parte de torio y el uranio parecen estar concentrados en minerales accesorios. Dado que muchos de estos minerales generalmente parecen formarse temprano durante la cristalizacion de un magma, se podria esperar que el torio y el uranio se incorporaran a los primeros cristales formados a partir de una lava y, por lo tanto, se concentraran en unos pocos granos. Sin embargo, los principales portadores de torio y uranio en las rocas intrusivas son los minerales accesorios de cristalizacién comparativamente tardia, como la monacita, la xenotima y la alanita, y estos minerales probablemente estén ausentes en la mayoria de las rocas extrusivas. Incluso minerales como el circén, que probablemente cristalizan antes que la monacita y la xenotima, son menos abundantes 0 de grano mucho mas fino en rocas extrusivas que en sus equivalentes intrusivas. En consecuencia, cabe esperar que en las rocas extrusivas el torio y el uranio estén ampliamente dispersos, y esta conclusion ha sido confirmada para algunas rocas mediante estudios autorradiograficos (ROGERS y ADAMS, 1957). En algunos casos, la incapacidad del torio y el uranio para entrar en las redes de los principales minerales que cristalizan en lavas (por ejemplo, feldespatos) y la ausencia de minerales accesorios parece hacer que el torio y el uranio se concentren en el magma residual y finalmente se incorporen al vidrio. (EVANS y WILLIAMS, 1935). Otros estudios, sin embargo, han demostrado una distribucién bastante uniforme de elementos emisores alfa entre todas las fases minerales y ol vidrio (ROGERS y ADAMS, 1957) tanto en los miembros basicos como en los mas acidos de Un conjunto de rocas voledricas. En las rocas extusivas, el orio y el urario en ¢ cuarzo, al feldespato y los minerales ferromagnesianos pueden atribuirse a inclusiones submicroscépicas de minerales accesorios o pueden simplemente representar el atrapamiento de los dos iones por la rdpida cristalizacion causada por la extrusion. Las variaciones en las abundancias de torio y uranio en rocas silicicas exirusivas pueden ser menores que en rocas intrusivas de composicion equivalente. La amplia variacion en la abundancia que presentan algunos cuerpos intrusivos aparentemente no ocurre en las rocas extrusivas. La abundancia promedio de torio y uranio en las rocas silicicas extrusivas puede ser ligeramente mayor que en las rocas intrusivas (los contenidos de uranio inferiores a 1 ppm son mucho mas raros en las rocas extrusivas que en las intrusivas), pero las dificultades de muestreo hacen que esta conclusién sea sdlo provisional. Un contenido promedio de uranio mas bajo en rocas intrusivas puede indicar un escape hidrotermal de uranio de un magma que cristaliza lentamente. En una secuencia estudiada de rocas volcdnicas, el contenido de uranio de las lavas es aproximadamente proporcional al contenido de potasio (ADAMS, 1955). Si el método analitico de recuento alfa/uranio fluorométrico es aplicable a rocas extrusivas, parece que la relacisn THU es esencialmente constante en estas rocas a pesar de las variaciones en las abundancias totales de los dos elementos (ADAMS, 1955). Aparentemente, el fraccionamiento del torio y dol uranio tiene lugar con menos facilidad en rocas extrusivas que en rocas intrusivas. Rocas intrusivas bésicas. Las abundancias de torio y uranio en rocas inttusivas basicas (gabros y dioritas) estan en el rango de 0,5 a5 ppm. y 0-3-2 p.m. respectivamente. La relacién Th/U promedio es de 3-4. Los Unicos minerales accesorios abundantes en las rocas intrusivas basicas son los minerales opacos (cromita, ilmenita y magnetita) y la apatita. Ninguno de estos minerales comtinmente contiene grandes cantidades de torio 0 uranio (aunque la apatita contiene algo) y, en consecuencia, podria esperarse que la cantidad relativamente pequefia de radiactividad en estas rocas se distribuyera de manera bastante uniforme entre los diversos constituyentes. Esta conclusién aparentemente es confirmada por 318 J. AS. ADAMS, J. K. OSMOND y J. J. W. ROGERS estudios autorradiogréficos (PICCIOTTO, 1950). La pequefia variacién en las abundancias de torio y uranio en las rocas basicas, en comparacién con las grandes variaciones en las rocas intrusivas silicicas, probablemente se debe a la escasez de fluidos hidrotermales en el magma basico residual y, en consecuencia, a la ausencia de una amplia redistribucién del torio. y uranio que producen estos fluidos. Rocas extrusivas basicas. Las abundancias de torio y uranio en rocas extrusivas basicas (basaltos y andesitas) estan en el rango de 0-5-10 ppm. y 0,2-4 p.m. respectivamente. La relacién Th/U promedio es de 3-7. El torio y el uranio en las rocas volcanicas basicas estudiadas estan distribuidos aproximadamente uniformemente entre los diversos constituyentes (ROGERS y ADAMS, 1957) o concentrados en la fase vitrea (EVANS y WILLIAMS, 1935). La explicacién de la distribucién es la misma que la dada para las rocas silicicas extrusivas. Es posible que el torio y el uranio aparentemente incorporados en los diversos minerales principales de las rocas (plagioclasa, piroxeno, etc.) estén en realidad concentrados en granos submicroscépicos de minerales accesorios. Sin embargo, parece probable que en las lavas que se enfrian rapidamente el torio y el uranio queden atrapados en cristales en los que normalmente no se encontrarian si el equilibrio se hubiera mantenido mas cerca durante el crecimiento. La abundancia de torio y uranio en Las rocas extrusivas basicas aparentemente no son tan variables como en las rocas graniticas. Rocas ultrabasicas. Los andlisis disponibles de rocas ultrabasicas (dunitas y peridotitas) muestran una cantidad extremadamente pequefia de material radiactivo. Los contenidas de uranio oscilan entre 0 y 1 ppm aproximadamente y el torio es extremadamente escaso. La poca radiactividad presente ocurre en minerales en etapa tardia como la kammererita (DAVIS y HESS, 1949), ya que los granos de olivino analizados tienen un contenido de uranio en el rango de 0,01 p.p.m. El bajo contenido de torio y uranio en las rocas ultrabasicas confirma la tendencia general del material radiactivo a concentrarse en las racas mds siicicas. Rocas alcalinas. Los andlisis de rocas alcalinas indican una gran variabilidad en la abundancia de material radiactivo. En algunas rocas el contenido de uranio es tan bajo como 0,1 ppm, y en otras rocas el contenido es mayor que en la mayoria de los granitos. Algunos estudios han demostrado una tendencia al enriquecimiento del material radiactivo en rocas alcalinas (LARSEN, Jr. y PHAIR, 1954). Pegmatitas silicicas. E| tamafio de grano grueso de las pegmatitas hace que sea muy dificil realizar un muestreo adecuado. La presencia y probable abundancia de torio y uranio se demuestra por la presencia de minerales tipicos que contienen torio y uranio, como la monacita, la uraninita, la alanita, la samarskita y muchos otros. Los minerales de pegmatitas que contienen uranio se describen en PAGE (1950). Los contenidos medios de torio y uranio varian mucho de una pegmatita a otra, Resumen A partir de los datos disponibles sobre la distribucién de torio y uranio entre rocas y minerales igneos, se pueden sacar varias conclusiones. Algunas de estas conclusiones sdlo pueden ser provisionales y ciertos detalles sin duda tendran que modificarse a medida que se disponga de més informacion. La mayoria de los estudios han demostrado que la relacién Th/U promedio en rocas igneas es de aproximadamente 3,5. Esta proporcién se encuentra en rocas que difieren mucho. en contenidos promedio de torio y uranio y es la proporcion caracteristica de las concentraciones muy bajas presentes en los principales minerales formadores de rocas como el cuarzo y el La geoquimica del torio y et uranio 319 feldespatos. Aunque esta proporcién promedio ocurre en la mayoria de los conjuntos de rocas representativos, muchos especimenes individuales exhiben proporciones muy diferentes. En ‘Granites, por ejemplo, se han observado relaciones TIVU que varian desde menos de 1 hasta aproximadamente 25. Sin embargo, la aparicién generalizada de proporciones de alrededor de 3,5 indica ‘que esto esta muy cerca de la proporcién general de la corteza; Probablemente deberian atribuirse _amplias desviaciones de 3,5 2 algunos procesos especiales de formacién de rocas. ‘Aunque la proporcién Th/U en las rocas y minerales principales suele ser de aproximadamente 3,5, esta proporcién no se encuentra en la mayoria de los minerales accesorios en los que él torio y el uranio tienden a concentrarse. En otras palabras, una agregacion aleatoria de estos minerales accesorios en una roca 0 como inclusiones finas en un mineral importante como el cuarzo generalmente exhibe una proporcién de aproximadamente 3,5, pero los minerales accesorios mismos se desvian ampliamente en ambas direcciones de esta proporcién promedio. Los minerales accesorios de formacién temprana (circén, apatita y posiblemente esfena) cominmente exhiben una relacién Th/U de aproximadamente 1 o menos. Los accesorios de cristalizacién posterior, sin embargo, tienen relaciones Th/ U que van desde 100 (monacita) hasta 0,01 (xenotima). Este pronunciado fraccionamiento del torio y el uranio en los minerales de Ultima etapa puede explicarse por la oxidacion del uranio tetravalente a ion uranilo, que es marcadamente diferente quimicamente del torio tetravalente. Sin embargo, la proporcién de 1 encontrada en los minerales de cristalizacion temprana no se explica facilmente por la simple oxidacion del uranio. Presumiblemente, sila oxidaci6n del uranio ocurriera durante las primeras etapas de la cristalizacion magmiatica, la proporcién torio/uranio tetravalente se reduciria, y los minerales que incorporaran estos jones tetravalentes tendrian una proporcién superior a 3-5. No se puede excluir por completo la posibilidad de que el circén y la apatita puedan fraccionar iones quimicamente similares como el torio tetravalente y el uranio tetravalente, pero el mecanismo para tal fraccionamionto es oscuro. En lugar de una simple oxidacion o fracclonamiento de cristales, complejos como el complejo tetravalente de uranio-fosfato discutido anteriormente pueden desempefiar un papel importante en la determinacién de la proporcién de torio y uranio disponible para ingresar a un mineral accesorio receptor en cualquier etapa magmatica. También es posible que la mayoria de los magmas tengan una relacién Th/U de aproximadamente 1 al inicio de su cristalizacién y que la relacién final de 3,5 sea causada por el escape hidrotermal de uranio; sin embargo, parece poco probable que se obtenga una proporcion uniforme mediante tal proceso y la evidencia de rocas bésicas y lavas, donde los minerales accesorios no han tenido la oportunidad de cristalizar con el torio y el uranio, indica que los magmas normales no asimilados comienzan con una proporcién de aproximadamente 3,5. No se debe minimizar la importancia de los fluidos hidrotermales en la redistribucion del uranio, e incluso del torio hasta cierto punto, y muchas de las grandes diferencias en el contenido total de uranio de las rocas igneas ‘comagmaticas pueden estar relacionadas con los movimientos de los fluidos hidrotermales. Suponiendo que la mayoria de los magmas comienzan con una relacion Th/U de aproximadamente 3,5, el siguiente curso de cristalizacion magmética puede explicar la distribucion observada de torio y uranio en rocas igneas: (1) Los minerales de cristalizacion temprana, como el olivino de magmas basicos, incorporan casi nada de torio y uranio, y las rocas ultrabasicas en consecuencia tienen concentraciones apenas detectables de estos elementos. (2) Durante la cristalizacin de los minerales normales de las rocas basicas (piroxeno, plagioclasa calcica y apatita), la apatita puede incorporar de forma isomorfa pequefias cantidades de torio y uranio. Ningdn mineral cristaliza a partir de un magma bésico con una marcada concentracion de torio y uranio, por lo que estos 2 4J.A.8. ADAMS, J. K. OSMOND y J. J. W. ROGERS En titima instancia, dos elementos estin bastante uniformemente dispersos entre los constituyentes elas rocas basicas. (3) El hecho de que el torio y el uranio no cristalicen en magmas basicos conduce a su enriquecimiento en magmas silicicos. Asi, las rocas mas silicicas (desde granitos hasta tonalitas) contienen una cantidad relativamente grande de torio y uranio. Una fraccién significativa del torio y del uranio se fija mediante sustitucion isomérfica en ciertos minerales accesorios. E! circonio se forma comparativamente temprano e incorpora una cantidad moderada de torio y uranio en una proporcién aproximada de 1:1. Sin embargo, gran parte del torio y el uranio se concentra en el magma residual, donde en Ultima instancia puede fraccionarse y fijarse en minerales como alanita, monacita y xenotima. También se puede fijar una cantidad variable de torio y uranio en los minerales principales (comtinmente como inclusiones) o a lo largo de los limites de los granos y las fracturas. Durante las ltimas etapas de la cristalizaci6n, los fluidos hidrotermales pueden redistribuir el torio 0 el uranio, 0 pueden escapar para formar vetas hidrotermales y pegmatitas. Las vetas hidrotermales de uranio suelen estar notablemente libres de torio, y es posible que el uranio se transporte como ion uranilo simple o complejado y se fije por reduccién al estado tetravalente. También se conocen vetas hidrotermales de torio (TWENHOFEL y BUCK, 1956), pero su modo de origen es oscuro. El curso de cristalizacién descrito anteriormente es aplicable solo a magmas intrusivos. En las lavas extrusivas, la rapida cristalizacion de todos los minerales comtnmente causa mucho més atrapamiento de torio y uranio en los principales constituyentes minerales. Todavia existe cierta tendencia a que el torio y el uranio se concentren en la porcién vitrea y no cristalizada de una lava enfriada. Torio y uranio en rocas metamérficas En general, los efectos del metamorfismo sobre la distribuci6n de oligoelementos no se conocen bien. Los datos relativos al torio y al uranio son tipicos a este respacto. ADAMS (inédito) midié las actividades alfa de los sesenta y tres especimenes recolectados de la formacién Littleton y descritos por SHAW (1954). La actividad alfa, funcién de la concentracién de torio y uranio combinados, mostré incluso menos variacién entre los distintos grados de metamorfismo que la encontrada para el circonio por SHAW. Por tanto, hay algunas razones para creer que en la formacion Littleton el metamorfismo no cambié la concentracién de torio y uranio; SHAW también descubrié en Littleton que la concentracién de casi todos los oligoelementos que estudié permanecia constante durante este metamorfismo. KRYLOV (1956) estudid las variaciones en las concentraciones de torio y uranio a través de las zonas metamérficas de contacto de dos reservas de granito. En uno de ellos, los datos parecian indicar una migracién de uranio a una distancia de hasta 50 m hacia la zona metamorfoseada. THURLOW (1956) ha observado una migracién similar. Las concentraciones de torio y uranio de veinticinco pizarras y esquistos y dos mérmoles, determinadas mediante el método de uranio fluorométrico de actividad alfa total por PLILER (1956), y las determinaciones de campo en treinta y dos gneises y rocas anatecticas por HUSMANN (1956) son se muestra en la Tebla 6. También se incluyen algunas mediciones realizadas por COPPENS (1950) utilizando métodos autorradiograficos. En general, los datos de la Tabla 6 muestran que las rocas metamérficas no son marcadamente diferentes del granito promedio 0 de las rocas sedimentarias correspondientes en La geoa. ica del torioy el uranio 324 Tabla 6. Torio y Uranio en Rocas Metamorficas tipo de roca Numero eV sisnrm | (rangoU) | Lasppm. | (thrango) | Jue Desde PLLER (1988) Mare e or | @-14-024) 003 | @cz00n | 02 ara (14) 21 (1264) 16. (30-25) | 28 fiita ” 18 (10-27) 58 (ets) | 28 sus @ 28 (829) 75 (43-76) | 30 Do Husmann (1956) anfbolta ° ss | ee 5 ware | 14 Biatta- paragrai de homblenda « 2 (07-4) a 032) | 1s Granutta 9 7 (659) ea aztoay | 09 Paragneis & 49 (32-7) 2 (19-32) 43. conagneis ir so | es) 35 2689) | 1s matetectta @ a | (gaz) 2 (4327) | 46 Candler @ 12 (72-119) 3 (0,5-10,3) | 03 Diaedila gnois @ sa | Gers) | 28 | (148.20) | 38 Crtociasa porfiroblastos Q ~ (3557) err (26-100) | 1 Kinzigita 8 (0-4) zm (667) Desde COPPENS (1960) Granta 3) a | as 208 (11.0378) de gneis cy 4s | @s65) v2 (62-16) su contenido de torio y uranio. Sin embargo, hay algunos indicios de que la relacién TIU puede ser menor en las rocas metamorficas. Si hay mas datos que respalden esta tendencia, puede significar que es mas probable que el uranio se introduzca on las ro mediante procesos metamérficos que el torio. Seria de gran interés comparar la distribucién de torio y uranio en los minerales de rocas metamérficas en relacién con su distribucién en rocas magmaticas. Sélo se dispone de unos pocos datos sobre este tema. HURLEY y FAIRBAIRN (1957) analizaron algunas esfenas de rocas metamérficas y encontraron concentraciones similares a las de las esfenas magmaticas (215-1400 ppm U, 170-2400 ppm Thy TH/U de 0-7-2-5). Los altos valores de uranio y torio encontrados por HUSMANN (Tabla 6) en porfiroblastos de ortoclasa se correlacionan con una concentracién de alanita del 0,1 por ciento. Torio y Uranio en las Rocas Sedimentarias, la Hidrosfera, la Biosfera y la Atmésfera Los estudios de los ultimos afios han dado como resultado conceptos mas cuantitativos sobre la movilizacion, el transporte y la deposicion del torio y el uranio originalmente presentes en rocas igneas primarias que han sido erosionadas y 322 J.A.8. ADAMS, J. K. OSMOND y J. J. W. ROGERS erosionado. En rocas sedimentarias, las tempranas y excelentes determinaciones de JOLY (1910), junto con las determinaciones y la teoria geoquimica de GOLD- SCHMIDT (1954) dieron lugar a una serie de conceptos que fueron confirmados en su mayor parte por los datos y discusiones posteriores resumidos. por MCKELVEY Y NELSON (1950), RANKAMA y SAHAMA (1950), BELL (1954) y por MCKELVEY et al. (1955). Sin embargo, el numero de analisis publicados sobre los contenidos de torio y uranio de rocas sedimentarias y aguas naturales se ha multiplicado en los ultimos dos afios, y estos datos, como se resumen en la siguiente seccién, proporcionan una base atin mas firme para una discusién sobre esta fase de la geoquimica de estos elementos. AUORITA Oo “ Q - | ~ o oO UMA SHALY stitacattens ESOUSTOARENA co co =e a SHALE ONSANICO a Fig. 1. Rango de radiactividad relativa de rocas sedimentarias. (Segun MERCIER, 1950, Subsurface Geologic Methods, LeRoy, Colorado School of Mines.) Rocas sedimentarias. Una fuente importante de informacion sobre la distribucién del torio y el uranio en los sedimentos comunes la proporcionan los millones de pies de registros, de rayos gamma realizados en relacién con la exploraci6n petrolera. Se debe tener cuidado en la evaluacién de estos datos porque: (1) e! potasio-40 contribuye con una fraccién importante y variable del flujo total de rayos gamma detectado; (2) se utiliza una variedad de detectores, incluidos tubos Geiger-Miller, cmaras de ionizacién y contadores de centelleo; (3) muchos de los registros son sélo relatives, no absolutos, con la linea de base establecida en la roca menos activa de la seccién (generalmente una piedra caliza con bajo contenido de lutita); (4) las secciones de carbonatos son las que se registran con mayor frecuencia, aunque todos los tipos de rocas sedimentarias estan bien muestreados. Contrarrestan las reservas anteriores el hecho de que los datos de registro de rayos gamma registran la radiactividad de un enorme volumen de roca sedimentaria y que estos datos proporcionan limites superiores relativos a la concentracién combinada de torio y uranio. MERCIER (1950), entre otros, ha resumido recientemente las técnicas de registro de rayos gamma, y la Fig. 1 es una reproduccién de su resumen de los rangos relativos de actividad de rayos gamma de rocas sedimentarias comunes. La Figura 1 se basa en datos de laboratorio y la experiencia adquirida en el registro de mas de 15.000 pozos. Cabe sefialar que si los registros espectrales de rayos gamma La geoquimica del torio y ol uranio am (ver ADAMS y WEAVER, 1958) alguna vez se utilicen ampliamente, aportaran mucha informacion cuantitativa sobre la distribucién de torio, uranio y potasio, porque estos registros espectrales de rayos gamma resuelven las contribuciones separadas de estos emisores gamma, por lo tanto dando una medida directa de la Concentracién de cada uno de los tres elementos implicados. Los rangos cualitativos de la actividad total de rayos gamma que se muestran enla Fig. 1 son de considerable utilidad para compararlos con los siguientes datos cuantitativos disponibles sobre los contenidos de torio y uranio de las rocas sedimentarias. ADAMS y WEAVER (1958) han compilado recientemente dichos datos cuantitativos, basandose en gran medida en tres fuentes: (1) sus propias mediciones de rocas individuales y unos pocos agregados pequefios; (2) las mediciones de BARANOV et al. (1956) sobre grandes muestras agregadas de rocas rusas; y (3) Varios estudios dispersos que consisten en un niimero mucho menor de rocas, donde se determinaron tanto el torio como el uranio. Existe una coincidencia ‘sustancial en los errores estimados entre los valores obtenidos de estas tres fuentes, aunque se empled una amplia variedad de técnicas analiticas. Después de la compilacion de ADAMS y WEAVER (1958), se dispone de datos adicionales sobre ortocuarcitas (MURRAY y ADAMS, 1958) y sobre bauxitas (ADAMS y RICHARDSON, 1957). La Tabla 7 es un resumen de los datos sobre rocas sedimenterias y es en gran medida una modificacién con adiciones de la compilacion de ADAMS y WEAVER (1958). Las categorias en la Tabla 7 se establecen arbitrariamente para facilitar la discusion posterior, pero se deben hacer numerosas reservas con respecto a la clasificacion de algunas muestras y la integridad de cada categoria. El grado en que las muestras son adecuadas y representativas también debe considerarse en cada una de las siguientes categorias de la Tabla 7. esquistos comunes. El material de esquisto forma, segtin caiculos, aproximadamente las tres cuartas partes de todos los sedimentos (PETTIJOHN, 1957). Este predominio del peso, junto con las observaciones de que el esquisto comun tiene un contenido promedio més alto de torio y uranio que las areniscas y las rocas carbonatadas, hace que el esquisto comtin sea un término dominante en la presente discusi6n. El contenido medio de torio de 12 +1 p.p.m. para el esquisto comin se cree que es sustancialmente correcto porque este rango incluye el promedio (13 p.p.m.) de cincuenta y dos determinaciones en esquistos americanos individuales reportadas por ADAMS y WEAVER (1958), asi ‘como el promadio (11 p.p.m.) de quince determinaciones en agregados que representan 4795 lutitas rusas individuales (BARANOV et al., 1956). El rango de valores de torio dado en la Tabla 7 esta fuertemente influenciado por uno o dos valores que pueden no representar material de lutita comlin; Cabe sefialar que mas del 90 por ciento de todo el torio los valores se sittan entre 8 y 18 p.p.m. (ADAMS y WEAVER, 1958). Como ocurre con el torio, el contenido medio de uranio de 3,7 + 0,5 p.p.m. En el Cuadro 7 se proporciona un rango que cubre los valores medios tanto de BARANOV et al., (1956) como de ADAMS y WEAVER (1958). El informe anterior 4,1 p.m. y el ultimo 3-2 p.m. para el promedio de un esquisto comin. Una vez mas, el rango de valores de uranio est muy influenciado por unas pocas muestras que pueden no representar material de esquisto comtin; Més del 90 por ciento de los valores de uranio se encuentran entre 1,5 y 5,5 ppm. El valor medio de la relacién THU de las lutitas comunes se indica en el Cuadro 7 como 3.8 + 1,1, que es un rango relativamente mucho mas amplio que los rangos indicados para el torio y el uranio. ADAMS y WEAVER (1958) encontraron una relacién Th/U promedio de 4,9, mientras que BARANOV et al. (1956) informe 2-7. Esta diferencia puede ser 6-100 _ ees _ oFLo0 — omnes 2 ~ 5 oo - we - o - iepeieioed oe = k = — eo - a = 2 a e sr = zor = soro urn 1 exon core cori s10 voszz “0 vorrt sepeteuoai20 52206 sepeucioaic seo0u eo ° wou 8s wei os ws a senoueg oz % wot 68 ast os ze a seqene sojenpises st00u ose zvu00 _ oor - woz = sei8eu sonny a a ese e-00¥ oozo coo F aro oz-40 sevaienoud « Lv ze vee ert sot are seuniyoo se19m seonsep seoou o6ue; paword o6uey aapewos obue; arpewos seuopeuluicjep| — seNsonW 4 IpaWOlg mM PEW SEN spore miu voReIEN (wdd) owesn (wdd) ono y seUe}UaUIPss S200J US /\/YL SEUO!NR|aJ A O|UBIN ‘oLJO} ap SOHueL K o1patuoud saoje/ “LZ BIGeL La geoquimica del torio y el uranio 225 debido a las diferentes técnicas analiticas utilizadas en las dos investigaciones, pero la excelente concordancia sobre los contenidos de uranio y torio de las rocas carbonatadas (ver la seccién sobre rocas carbonatadas a continuacién) sugerir'a que la diferencia entre los dos valores para las relaciones promedio Th/U se debe principalmente a las muestras seleccionadas para representar lutitas comunes. El gran numero de muestras representadas en les muestras agregadas de BARANOV et al. (1956) indicaria que su valor puede estar més cerca de! del esquisto comun. Se plantea la hipétesis de que el valor promedio de la relacion Th/U de ADAMS y WEAVER (1958) puede estar algo sesgado por la inclusién de demasiadas muestras de material continental bien meteorizado con altos contenidos de torio y altas relaciones Th/U (ver la seccién a continuacién). sobre la separacion de torio y uranio on procesos sedimentarios). - Ortocuarcitas y otras areniscas. Los datos disponibles sobre areniscas son extremadamente limitados. ADAMS y WEAVER (1958) analizaron una grauvaca (1,2 ppm de uranio y 3,0 ppm de torio), una arcosa (0,9 ppm y 4,5 ppm) y una ortocuarcita (0,3 ppm y 1,0 ppm). EVANS y GOODMAN (1941) analizaron una arenisca (0,86 ppm de uranio y 5,4 ppm de torio). MURRAY y ADAMS (1958) analizaron dieciséis ortocuarcitas, arrojando la mayor parte de los datos que figuran en la Tabla 7; También descubrieron que el torio y el uranio en sus muestras estaban en inclusiones en el cuarzo con granos de minerales pesados separados como circén y monacita que hacian una contribucién insignificante. La falta de datos impide cualquier discusion sobre arcosas y grauvacas mas alld de las expectativas provisionales de que: (1) las arcosas tenderan a ser similares a las ortocuarcitas, porque los contenidos de torio y uranio del cuarzo y el feldespato son similares (ver Tabla 5); y (2) las grauvacas tenderan a ser similares al promedio de las lutitas comunes 0 de las rocas generadoras igneas primarias. Los valores dados para la ortocuarcita promedio en la Tabla 7 son probablemente mucho mas representativos de lo que indica el pequeno numero de muestras y el hecho de que 10 de las 16 muestras son arenas de playa de Galveston, Texas. El rango muy peque/io en los valores junto con la observacion geoldgica de que las ortocuarcitas tienden a representar cuarzo bien mezclado de fuentes muy diferentes indican que los valores en la Tabla 7 pueden ser bastante representativos tanto de las ortocuarcitas como del cuarzo terrestre. Gran parte de la variacion observada en las determinaciones de torio y uranio puede atribuirse a errores analiticos al determinar concentraciones ‘an bales. ADAMS y WEAVER (1958) intentaron calcular el contenido promedio de torio y uranio de las areniscas a partir de equilibrios geoquimicos, pero los errores, particularmente enlas proporciones relativas de los sedimentos principales, son grandes (véanse los equilibrios geoquimicos mas adelante). MURRAY y ADAMS (1958) también consideraron el contenido promedio de ortocuarcitas, especialmente en lo que respecta al efecto sobre el promedio de arenas de placer que contienen cantidades inusuales de minerales como circén y monacita (ver Tabla 5 y discusion sobre equilbrios geoquimicos a continuacion). En sentido estricto, los valores para ortocuarcitas dados en la Tabla 7 deben considerarse las modas o valores mas frecuentes. Sin embargo, la limitada extensién territorial de dichas arenas de placer que contienen concentraciones inusualmente altas de torio y uranio (véase Proc. International Conf. on Peaceful Uses of Atomic Energy, vol. 6 (1956)) y la gran rareza de tales rocas en el subsuelo ( ver Fig. 1), sugeriria que el promedio ola media de las ortocuarcitas es sélo ligeramente superior a las cifras proporcionadas en la Tabla 7. Pizarras negras. El inusualmente alto contenido de radioactividad y uranio de

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