CAPITULO X
Dorreco
Ladeformacién histérica
Durante la época rivadaviana, habfa crecido la figura
camo cl periodista y politico que inrpagn gy, Hgut del coronel Manuel Dorrego
puerto. Son escasos los trabajos biograficos existentes seine cat gem hac
FTES mr oer neta sobre esta gran figura de nuestra
IsimaginaciGn del novelista viola, a veces el rigor Cention ea nae ee
acerearse a la vida de este caudillo popular puede abrevar en Une chorece sors bes
norir, hermosa y correcta reconstruccién realizada por Pedro io pan eee
Para la Historia Oficial siempre ha sido un personaje molesto, por lo cial hn
alamaniobra de descalificarlo como “discolo”,“desaprensivo", “indisciplinado”, ae
tanto Belgrano como San Martin debieron sancionar por su er
‘Asi, los libros escolares -que precisamente ocultan hechos graves de nuestra historia~
se han preocupado por relatar una anécdota segin la cual, en 1814, cuando San Martin
asume el mando del Ejército del Norte y ordena unificar voces de mando, Dorrego se
habrfa burlado de la voz aflautada de Belgrano, provocando la ira de San Martin, quien lo
separa del ejército, Esta anécdota proviene de una sola fuente -las memorias del general
Gregorio Aréoz de Lamadrid, quien no se caracterizaba precisamente por su seriedad-y,
en consecuencia, lo més probable es que resulte una fabula, para lo cual es suficiente
apelar al sentido comin. La correspondencia San Martin-Belgrano -cuando este ultimo,
derrotado dos veces, debe entregar el mando del Bjército del Norte al Gran Capitén-
evidencia el respeto y sumo cuidado con que San Martin procede respecto a Belgrano,
de quien se hace amigo y a quien valora mucho por su esfuerzo para ejercitar el cargo
militar siendo abogado de profesion. ‘Todo indica que es casi imposible que San Martin
-que al principio hasta se niega a asumir el mando por consideracién al general derrota-
do- haya decidido someter a Belgrano a las précticas de vores de mando. Asimismo, la
situaci6n que se vive en ese Ejército del Norte tragica por la falta a ee ee
poco verostenil que Dorrego, alos veintstis as ya emictrs rn : :
; s de adolescente.
€n el cuerpo- se halle ‘as de echar bromas de ai 2
el cuerpo- se hallase con Bt ‘enemigos se ensafiaron con é inten-
Por su parte, Vicente O. Cato eas siento’ y Tomas de Iriarte, exagera-
tando desprestigiarlo: “El general Paz fe
rae prestigiarl: : eae que tenia un caracter fogoso, Sus ae ae sido
tare oae ABroges y marcados con Cl $10 de insubordination pr
de itari maton route” muchas veces ¥ 480." |
ncia; los unitarios [...] le Ham: ue Mitre 10 consideré a Dorrego
1 cutol
de los improperios para exasperarlo” ‘Agrega Curolo 4
emas, 1998
the, 1969, tomo Il, p. 597
bien morir, Buenos Aires
Buenos Aires, El
* Orgambi : juera pare i
tambide, Pero: Una chagueta Porn gino,
Cutolo, Vicente: Nuevo diccion@Nonwtnto Gauasso - Hisrom,
Palacio Min del familia Dore, consruido rene ala Plaza Laval
como “enemigo del Congreso, opositor al Dietor,contrari
daria dela guera contra el Brasil envciado en la agjtacidn poliquera de le Se,
fzgentna. Asso, la nomenclauracaastral se ocupé de disminuir la imports
de sur, probando, una vermis, que la clase ominante tiene memoria pata disper
‘sar oretacear gloria. Observemos que Juan Lavall, el fusilador de Dorregores hecere
jeado en una plaza cénerica, frente a Tribunales y su monument es levantade inercn
adamente frente ala mansién de ls Miré Dorrego, ubicada en Libertad, entre Lele
YRcumin familia que a pari de la eecci de dicha estatua cerré para siempre lis
Jauaag due daban ala plaza Ese monumento de Lavalle, durante mucho emp, le
renceatmbre apareca manckado con pintura roja, como si fuera sangre, yl alls
lenguas dicen que sc lo colocéinsdtamente agran altura ara evitar este tipo de “accio-
Pehle Ali Io recuerda a Lavalle -peatonal ycon
ces de las cinema lo a pesar del asesinato, sino también
es que atacaban a su patria, “una tal
uede hacer desaparecer™. En cambio,
io ala expedici6n a Chile, par
"se sumac alos invasors frances
{Romie on Marti [gue niel sper lag
Dango “ygomre ala calle que se llamaba Chacarta, fuera del centro, ya ado del
de Suipacha yViamonee oe momento, que casino es visible, pues lo taps la arboled
‘otras cosas combos gos forma a quien se esmera en leer la inscripesdn ques emt
fund la nacion uruguay smo separatista y anfrquico, hizo la par con ¢! Bras y
az con cl Brasil a he's 1 trgiversa la verdadera nataraleea de su luch®, mi
‘cepa, contra sus daa 840 por la negativa del capital inglés a darle fondos y det
Sonic rid sn lags ndopendent juga ae
oun ei ind ue ademés, si alguna vez enfrent6 a los caudillo, luce?
a "® odo el enemigo de la politica rivadaviana.
« Gaede Son Martin
Altes, Museo Hise ona 839 nee
Lacortiente his
lo reivindica com
lestaca su preocuy
vianosy dicta a
oriogréfica federal-provinciana
1 el continuador de Moreno y
;acidn por enfrentar a los rivada-
Consticién para unifcar el pais.
El verdadero Dorrego
Habia nacido el 11 de junio de 1787
Desde muy
joven intervino:en tas luchas es
sdemocriticas de st
idm chilena de 1810, euand
io era extudiante en
Santiago,
iago, por lo cual recibid una medalla de seca
‘ocimiento con Ia inscripcién: ‘Al primer defence
de Chile La historia etl generaimenes ce
este hecho, porque cualquier alumno podria sone,
‘er que Dorrego era un intuso"o un “neato?
en las luchas del pas trsendino, cuando, precisa
‘emte, su actuaci, sll como la de Artigas en
‘estas provncis del itral- rata que la Ame
rica hispana es una sola Patria, como decia Mar,
ue ha sido despedazada y debe ser reconstruida
Regres6 luego a las Provincias Unidas y se dex
tacé en el Eeito del Nort, partipando ea las
batallas de Tucuman y Salta, bsj las Grdenes de
Belgrano, en las cuales recibi varias heridas de
(wumenoa Lavalle frente al Palacio de consideracin. Belgrano le aplicé una sanciin pues
twat? sel responsbiliné de haber ara a dos oa
Jes un duelo donde concluyeron hviendose, pera