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André Comte-Sponville, Jean Delumeau, PU otc reo CN La historia mas AIM AG TC Rag ee ee en André Comte-Sponville, Jean Delumeau y Arlette Fange La historia mas bella de la felicidad “Traduecién de Oscar Las Molina S. EDITORIAL ANAGRAMA Tid de ii iia pls bie te da tonbour ations Seat Pare ot Desi cin Tensei oo © KirsenSoderind CORBIS (© EDITORIAL ANAGRAMA, $A 2008 Potro lnGrea St O05 ars spy: avase.caa24 Deposit Leva 8 Pred Spain “berduple, Ly Cons, 19, 08014 Barons PROLOGO ‘Vivir no basta. Ademss hay que vivir feliz. La existencia ‘lo tlene sentido ysabor si se converte en lugar ¥ tempo de felicidad. Esperamos que la vida nos conceda felicidad y hasta legamos a pasar la vida eeperdndola. Nuestra existen- cla serfa una caja vaca, una pagina en blanco, que hubris ‘que lenar de felicidad. Estamos condenados tratar de ob- tener ese Santo Grial que suponemos que nos asegura un oro perdurable. ‘Pero ede qu te trata? {En que consist l felicidad? En san objeto (el dinero)? ZEn un lugar (el paraiso)? cE un tempo (lor mafanas que cantan)? ¢Bn una persona (Dios, Jog 0405, uno mismo)? ¢En el éxito, el amor, a salud, los placeres la belleza? lace macho que se considera que los flésofos son los maestros indacutbles ara hallar la felicidad. Puede pare- ‘cer sorprendente que esos especalisias en las ideas, en lo abstract, se proniineien acerca de algo tan concreto como la felicidad: gen qué sentido pensar (la felicidad) puede ay dar a vivir (feliz)? «La filosofa es una actividad que procura ‘una vida felis, declra Epicuro en el silo antes de Jesu cristo, La flasofis no slo es un discurso, sino también una ‘rita, una aetivldad que se suele Hamar sabidura. Ahora ? bien, la sabiduria tora necesariamente fella quien la po: see: por lo tanto corresponde a ls filésofos la trea de defi- nr qué el felicidad y, de hecho, el sentido y el valor de Ia ida El objeto dela flosofis es conocer al hombre e ind: ciolo a que se conozca a sf mismo. Ese es el sentido del fa- moto alagio de Sécrates: «Condcete a ti mismo.» Conocer al hombre equivale a proponerle una felicidad as medida, ‘que le conviene y puede conseguir por si mismo. Por eso Epicuro, cuya doctrina se ha earieaturizado y convertido en ‘consigna de todos los gozadores de la tierra, preconizaba ‘una suerte de dlettica dela feliidad, un régimen de place- res para obtener una vida feliz. Los estoicos, por su parte, adversaros de esta flosfia el placer e incluso de un placer controlado como el que de= fiende Epicuro, postulan una felicidad moral o en la moral ‘nunca somos tan felices como cuando hacemos el bien a¢- ‘tuames viruosamente. Por lo tanto no debemos modetar nuestros placeres sino suprimitles, tampaco buscar los pla- cates sencillos sino huir de todos, ya que todos. sin excep «dn, son nocivos. Séneca, hombre politico, preceptor de ‘Nera yflosofo,afrma que el placer es una scosa baja, scr vil bil filo, que soo se encuentra en las stabernasss 3 ello hay que prefeis la virtud, wna conducta moral recta y digna, que segin él es «sublime, real, invencibe, inagota- bles, Sélo perdura una buena conducta, mientras que la fe- licdad hecha de placeres llega ¥ pasae, mucre tan pronto sea experiment, ‘Mas atractiva parece la doctrina de Calis, temible ad- versario de Séerates:afirma que ser feliz consise, por el ‘ontario, en alimentar las pasiones més fuertesysaciar los ‘deseo, incluso los mis locos. Condenamas a los hombres ‘que han elegido vivir inensamente, poraue no podemos imitarlos,y ocultamos nuestra debildad tras bellos diseur- 0s moralizadores. La respuesta de Sécrates e radical: esa vida de pasiones ydeplaceres no es vida sno una especie de ue, ya que el hombre que vive para saciar sus deseos es Como un stone sin fondos. Lejos de colmarl, esos placeres le dejan insatiefecho,insacable, fustrado. Le arrastran en tun effeulo que sélo puede ser vcioso:stener» exge tener ‘in més, y desea es siempre desear més. Un coche no bas: fa, debe contar eon todas las prestaciones, la comodidad no basta y hace falta ello, Asi pues, eslempre mis» no puede serel principio de un hombre que busca I felicidad. Pero renunciar In fliidad,afirma mas tarde Kant, el primero de los filésofos de la Hustracion, serfa como renun- ‘iar a ser hombre, U6 cr ser feliz, entonces? ;Cémo definir Ia felicidad sino se consigue decir con exact qué se de- sea? Puedes enumerar los pequefios gozos (contemplar un bello paisae, vera Tes amigos, ler un buen libro... vano, Solo experimentand la clicidad podemos decir qué.es,y to: das puestrasexperincias flices on tan imprevisibles como particulates, Del mismo modo, no se es capaz-de decir con ‘certeza lo que hace fei, dicta una rea de la felicidad. Para ‘leunos ses a vida familiar: Otros Ia descubririn en las ven- {ajas dela soledad, Todas las felcidades estan entonces en la ‘atursera y no se diseute Ia flicidad de unos vde otros. Lat felleidad es un «ideal que no se veceta como una meaicina Enel mejor delos casos podemos dar alga conse. La felicidad depende ms de la sucrte que de la sep 1a personal. Por lo dems, la etimologia del tino signi. ‘a, en francés, cbaena horas el buen momento, Consstria sencillamente en aprovechar el fico, stuando la felicidad en el centro de sus preocupacio- nes, Con mayor amplitud que las demas religiones l rit rnismo ha representado la felicidad bajo Ta forma de un Jardin de las Deicias, un Edén maravilloso, un paraiso, per- ‘ido por culpa de uno solo, de nuestro antepasado Adan, ‘ero ansiado por todos los que esperan contemplarfinalmen {ea Diosen un caraa cara liz yamoroso La felicidad es ob- {eto de esperanza, de la esperanza de vivir la vida de Dios, de ‘vr por fin desu amor. Sin embargo, In dea de este paratso tha evolucionado, Se a borado progresivamente la creencia ‘nun relno de los clos un lugar preciso, para verel parafso ‘camo tn estado donde se consolara toda pena, se sacar toda sed y se extinguird toda hambre. Es el estado que Jess ‘describe en las ebienaventuranzass, una especie de manifies- to de felicidad, de anuncio de mananas que cantan: «Felice Jo que lloran, porgie ells sen consolados.Flices los que tienen hambre y sed de justcia, porque ellos serin saciados [Lo] Feices ls paros de corazén, porque ellos veran a Dios» uw (Mateo 5, 38) Que hal ccurido actualmente, en nuestro ‘mundo desencantado, con esa ereencia en un paraiso de eli ‘dad? Tanto-en los que creen en el cielo como en los que no creen en él subsiste un desco de felicidad, hecho de reen- ‘cuentrs con aquellos a quienes se ha amado y que nos han amado, El infiero no son los otros: pore contraro: el paral- soes wera encontrarse unos y otros, ‘En el curso de la historia, no obstante, ha parecido aza- oso confiar el tema de la fliidad y de su realizacién la ‘mera fe: los hombres de siglo xv, en tempos de Ia Revo- cin, aspiraron ala flleldad en la tiera, a una organi ‘idm polities dela felicidad en la cual eada tino tendra low mismos derechos para ser feliz, es decir, para expresarse y pensar en libertad. La felicidad se convierte desde entonces fen un arte de vivir, hecho de Ia slegria de hablat, de inter ‘cambiar, de descubrir, de dscutr. Hue al perfume, novi ‘mo, del chocolate, a veces al mas sulfuros del libertinaje y ‘el juego de relaciones amorosas peliosas. El siglo dela ustracidn es at el de los placeres, y antes que ls jacobi- 108 los gitondinos de 1789 proclamen el Afi Ide la fli dad politica, los hombres y las mujeres ya han intentado de- finir uma felicidad cotidiana que merci alegras carnales ‘on curiosidad intelectual, El erstianismo, a pesar de sus “ingeles del cielo y sus promesas de felicidad eterna, parecia, haber menospreciado una dimensién humans, la del placer 1a fllcidad tiene por consiguiente una historia: no siem- pre se laha considerado el objeto de Ia existencia ni un ideal de vids; algunos han preferid la sabiduriso el amor, Tam bin se la ha representado de maneras diferentes en ol curso de las edades: como un paraiso, y despsés,en tiempos de la Decaracién Universal de los Derechos del Hombre, como ‘una sociedad de hombres libres iguals. Hemos clegidotra- R ‘ar esta historia confrontando el discurso de filésofos,cre- ‘yentes ¢historiadores. Cémo podemos esperar ser flices? {Hay que aprovechar cad instante del vida, mulupicar los placeres? Hay que cover tas el éxito, embriagarse con las Pasiones més locas? ¢Cémo «ealizarse,aleanzat a satisfac ‘in? ¢Hay mediosinfaibles para sr feliz? cLa busqueda de la felicidad nos condena oscil sin pasa entre pesimismo ¥optimismo, esperanza de aloprias y esperas frustradas? Como situar en lugar segurola felicidad? Tin este dilogo a tren voces, la felicidad rlata su histo- in, desde sr nacimiento en la flosofia de la Greta antigua hasta su advenimiento politico en 1789, pasando por su re. presentacién paradistca en el seno de a fe eristiana La Tosofia permite pensar en la fliidad,y la historia muestra sar evolickén, su progresva ssecularizacions yl forma cada ‘ex mis fuerte con que se impone en nuestra sociedad con- temporiinea. André Comte-Sponville, que a consagrado mu cas obras ala idea de flieidad,relata emo desde la Anti- ‘giedad la suerte dela felicidad ha estado ligada ata de filosotia. Jean Delameas, profesor honorario del College de France, especial en historia de las mentalidadesreligioss, muestra como la felicidad ha adquirido en el Oceidente cis tiano la forma de un paralso, consolindonos de todos nues- twos temores presents y haciéndonos esperar goz0s etemes Arlee Farge, dectora de investigaciones en el Centro Nav clonal de Investigacion Cientifiea francés (CNRS), historia~ dora especialista en los comportamientos populares del i= flo Xv, describe lo placeres dl siglo dela Mustracién, un ‘elo de voluptuosidad, expica como la felicidad se convir- ‘6 en meta politica, en una bisqueda coleetivaen el seno de tuna Repablica de eudadanos ilustrados. 2Y hoy? La felicidad ya no es una promesa ni una idea politica, Se hi eonvertdo en un derecho e incluso en un de= ber ser equivale a poder accede ala flicidad; exist equi- 13 vale a quel felicidad constituya un deber. La publicidad de ‘un famoso club de viajes jugaba con las palabras, pero tam bién con el sentido al proclamar como eslogan: «Ser mése. ‘Ser més e ser feliz. La felicidad es aquello que da un suple= ‘mento de ser, una dimensién nueva a la vida: es la vida ‘cuando val I pena vvil, es decir, cuando ¢s feliz. Hemos Ingresado en la era dela necesidad de a dicha: uno no es si oe eli. nla dada de 1980 habia que ser calgulens,te- ner éxito, sobre todo en los negocios, En este siglo XXt que apenas empieza hay que ser, senillamente ser. El bienestar es entonces la primera y sin duda la ultima etapa camino de Ja felicidad, Hay que accede a ser mis, «una existenciaen- queda: en esta sociedad de consumo masivo a flleldad reside en todo Jo que nos puede sacar del anonimato, dela ‘multtud, deo cotiiano, de la igualdad democratica. El pas radigma y el colmo de la felicidad es abora la fama, ya que ser famoso es ser ms, s tener tuna vida extra: visible, ob- servada,conocida (vita en Ia televisions). El precio de esta sdemocratlzaci6n» dela felicidad es la aspiracin siempre més fuerte a singularizarse, a rechazar 1 anonimato. La felicidad ya es un imperativo, ahora hay ‘que «fers, ser «mse, Este «mése tambien puede residir en | muliplicacién de los placeres en nombre de un carpe diem: aprovechemos cada dia, ag y ahora, sin que pres- ‘ripcin alguna de tipo moral o religioso pueda inmiscuirse ‘entre nosotros y nuestra felicidad. ELcape diem contempo- neo es la mera afirmacion de sno mismo, sin meta qe ‘cumplirni pasado al que ser fel. La felicidad de hoy solo es ser (uno mismo): dan ganas de decir Just do its, como eco ‘de una famosa marca deportiva. Se podria creer que el ser por fin ha ganado el combate contra el tener y que la felici- dad ya no est en ls posesiones (éxito, dinero, belleza) ino ‘en las disposiciones (serenidad, sosiego, armonia), Toda la prradoja de nuestros tiempos modernos es inventar una fe- licdad «interior» y proponer siempre mas felcidades de ‘consumo, més productos que se supone que hacen feliz. El Ser el tener mezclados intimamente... Es nuestra receta el momento. Pero parece muy claro que la felicidad, el Imisterioso Grial que buscamos desde que el hombre es ‘hombre, contin escapsndosenos 15 Acto I En los orfgenes de la sabiduria escent UNA ANTIGUA BUSQUEDA Enum comenzo eats Steric con los ‘rimetoe parce doef, eyo dno fae {ert ewo dnico objeto, es el hombes, da, ores destino yo fli Y Aranst6 socnare.. Alice Germain: Silay un commie en la historia de a elit. (dad, parece coinciir con el nacimiento de la flsofa en Gre. ea, entre ls silos Vy V ates de Jesueristo. Peo cedmo pue- de a flosofta, una actividad intelectual, decir algo acerca de 1a flied, que pertenece al orden de lo vvido? Por qué laf losofa sbria ms sobre la eiidad? ‘André Comte-Sponville: La felicidad no comienza con Ia filosofa: ha habldo gente feliz y desdichada mucho antes ‘que los filésofosrefleionaran sobre ello. Cn Ia los ‘ho eomlenza l felicidad, sino clerto modo de pensarlay por lo tanto tambien de buscara. ¢Cémo? Mediante los subter- fagios de le abstracciOn, de la raz6n, de la reflexién, de la argumentacion... Desde que se intentareflexionar en a feli- cldad (prepuntindose por ejemplo «qué es ser feliz, ven ‘qué puede consistirla felicidad), y, siempre que se haga de ‘manera racional, xe hace Alafia, Vex verdad que el siglo V antes de esucristo constituye un momento particular, e! de la erevohieion socrtiea», en un lugar especfico, Grea, Que sig esa eevolucin soerticas? Los primero filisofos griegos, los llamados presoerticos ~Anaximandro, Heraclto, Parménides,etetera-, no eran Tsofos de I felicidad, sino fldsfos de lanaturaleza o del ser. Sécrates rvaliza una revoluciin intelectual al llevar Ia, Imerrogacién Hlosofiea desde la pregunta pimltva: «qué sel ser, «que es la naturaleza?s, hacia una pregunta se- ‘undaria en términos histéricos: «gqué ese) hombre?s, es ‘ecir «¢qué soy yo? Es el famoso sconécete ati mismo». Es enfocar la flosofia en la cuestion del hombre, por lo tanto, en la felicidad como objetivo. Conocerse a uno mis- mo no es contemplarse el ombligo. Es buscar que se es, pero también qué se debe ser; es preguntarse eémo pensar, ‘mo vivir, cdma ser feliz, De hecho, partir de Séertes, Ja mayoria de las filosofasgriegas seri filosoias de la fe- licidad, eudaimontsmos (del griego eudarionta, felicidad), es declt; pensamientos que consideran que la felicidad es el bien soberano, €Y por qué habria que pensar a felicidad? ‘Porque hay que pensar todo! Bs Ia apuesta de la flosofia: vivir con el pensamiento, pensar la vida, vivir el pensamien- tox, Esto no vale dnicamente para la felicidad, ino para todo lo que ¢s(comenzando por el Todo mismo, el univer- ‘0),¥ en especial para todas Ins aetividades humanas. Los ‘tiegos, por ejemplo, descubren las matemética; pero ape- ras reflexionan en esta diseplina, apenas se preguntan qué ¢ una verdad matemtic, ya no son matemsticos sino f= ‘os, La filosofia noes un saber mas, Es una reflexion acer ade los saberes disponibles, por ejemplo acerca de las ma- tematicas,y sobre Ia experiencia vivid, por ejemplo sobre Ia felicidad ola desdicha. 20 Bs reclmente til a flosoia en ta blsquea de afd? La mayor de los filsofes responderin que st, pero también qe eso no es Io esencal. El fildsofo, por vocacién, siti Ia ‘verdad por encima dela uid, por lo tanto tambin por en- «ma de a felicidad, Pero aunque el pensamiento de a felici= dad no la ieiera ms accesible valdrfa ms que la wonterta © {que la ceguera. Dicho esto la casi toalidad de los ildsofos, comenzando por los eiegos ensefia que a ilosoia ayuda, en tfecto,a ser més feliz. Pensar mejor ayuda aviv mejor! Dice que este interés del fosofta por la felicidad estévinew- lado com su interés primero en ef home. ¢Significa eso gue, ‘como se trata de posal hombre eineresarse en €, sino ne a nocin deflicided? ¢No se podria afirmar, por el con- traro, que hablar del hombre es hablar dela rete 0 incluso deDios? ‘La Mlosofia también se acupa dela muerte y de Dios! Pues- ta que sabemos que vamos a morir no podemos no reflesio- rar en la muerte, O bien habria que renunciar a pensar y 00 serfa renunciar a la filosofia. Del mismo modo, desde ‘que comprobamos que algunos crn en Dios yque otros no creen en él, no podemos no reflexionaren la cuestén de sa cxistencia. En todos los casos se trata de filosolla, es deci, de una reflexion ala ver terica (abstract, racional con ceptual)y prctca (ya que debe desembocar en una deter- minada manera de vivir yactua)- Esto también vale para la felicidad, Desde el momento en que uno se esfuerza por v= ir mejor, no se puede eludir a idea de una vida que sea la mejor posible, que sea plenamente satisfctoria: esto se llama tradicionalmente felicidad, No siempre e+ el tema Principal de la filosofia (eso depende de Tos flsofos), pero sun tema inevitable en toda reflexion floséfica que qiers Ser mds 0 menos completa y coherente Fr ‘Sie he entenido bien, ta flosofiaentonces, seg Sdorates, pernutiniadeerminar en qué condiciones se puede calificar de Fils una vid.. Desde Séerates uno de os fines principales de la flosofia ha sido determiner qué es una evida buenas. Es éta In vida mas feliz, mas agradable, la que conlleva una cantidad ma- yor de placeres, de alegras, de satifacciones? 20 In vida mis estimable es la del hombre més justo, mas Sabio, ms virtuoso? La respuesta de Séerates, la de toda Ia filosoia avieg elisca, es que es una y otra. La vida buena es 2 un tiempo la mis feliz la més virtuosa. A esto se ama sbien soberanor, a saber, el maximo de felicidad y el maximo de virtud. Quien fuera feliz y malvado no contara con el bien soberano, ya que seria atin major ser feliz y virtuoso. Quien fuera moralmente bueno, wn santo, pero no feliz, tampoco contaria con el bien soberano, pues serfa ain mejor ser vie- ‘oso fella, EI mayor bien no es s6lo ser feliz, no es slo ser virtuoso: es ser lo uno y lo oto, Todo el pensamlento, arlego elisico se movers dentro de esta teoria del bien so- berano, que fetne una gran felckdad con un méximo de itd No puede haber entonces fcidad inmoral, felicidad en el ‘mal en ausencia de virtud? Eso es imposible, en efecto, segtin la flosollagrega casi. ‘Un malvado puede tener placer, pero no puede ser felix. En sllo estan de acuerdo los principales filsofos griegos. Falta saber si tienen razin.. ¢Puede ser feliz un briban? el placer esl principio de todo bien. pero es la elicidad (el pla- ‘cer con el alma en reposo) lo que sobre todo buscamos. Hay ‘que renunciar entonees a los placeres que no son naturales ‘nl necesaros. Fn cuanto a ls deseos naturales einnecesa- ros, por ejemplo el desco seal o los deseos estétcos 0 gas- ‘ronémicos, no corresponde que renunclemos por comple- toa ellos, aungue haya que velar por que no nos eslavicen, lay que gozar de sus objetos, cuando estan al aleance, sin 6 tener necesidad de elles para ser feliz. Si una mujer 0 un hombre sete ofrecen ote invitan a una buena cena, no hay ‘az6n para negarse. Lo esencial esque tu felieidad no depen da de la satisfaccin de esos deseos; pues no es seguro que hhaya siempre una mujer o un hombre para satsfacerte ‘que siempre tengas los medios para regalarte con una bue eTendriamos entonces que desear tnicamente fo que estamos Seguros de obtener? Loe tnicosdescos absohutamente bcos son los naturales ¥ ‘necesarios, sean éstos necesarios para la vida misma (eo ‘mer, beber), para ol bienestar del cuerpo (disponer de ropa ‘ytecho) 0 para el blenestar del alma, es decir, para la fli dad (es el caso dela amistad de la filosofla). Silo nico {que deseas ex no mori de hambre ni de sed, posecr techo y ‘vestimenta,filosofary tener amigos, entonces tus deseos, en tempos de par: y en una sociedad equilibrada, podré ser satisfechos cas sempre con fclidad.;Fosofa? Basta con que te pongas a ello y esto te procurard amigos. {Comer y ‘beber? Es raro que no se pueda hacer. Pero aunque sete i= pidiera, no seria tan grave: tu muerte harfa desaparecer el problema, La nice altemativa del sabio es, por Io tanto la felicidad o la muerte. Pero la felicidad es, de lejos, lo mas probable: en la Grecia de Epicuro era muy raro que alguien muriera de ed o de hambre. En los paises rieos de hoy, ‘como Francia, tampoco la gente muere de hambre, y sin ‘embargo no es feliz, dria Epicuro, porave pasa el tiempo ro deseando lo natural y necesario, sino lo que noes nina tural ni necesario, a sabe, la riqueza, el poder, la gloria. ‘Cano porian ser flices si sus deseos no pueden ser satis. Fechon? 2 ‘Seguin esta concepcin, habia que liniar los deseos propios para no corer el riesgo de caer en decepcionesy desdichas. Es triste, eno? sta clasificacion de os daseos no apunta de ningsin modo ‘Ta mortfieacién,jMuy al contrario! El epieurefsmo ¢s un arte de gozar. Per también, y por ello mismo, es un arte de la Felieidad, El epicuetsmo solo es un ascetismo porque pri- ‘mero es un hedonismo (el placer es el principio de todo bien) y un eudaimonismo (a felicidad es el bien saberano). El ascetismo es solo un medio, no un fin. Gozar todo lo po sible supone, es verdad, que se limite el eampo de nuestros

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