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Y MEMORIA DEMOCRÁTICA
EXCMA. SRA.:
CONSIDERACIONES PREVIAS
Se ha recibido una Proposición de Ley presentada por el Grupo Parlamentario Plural para la
reforma del Texto Refundido de la Ley de Puertos del Estado y de la Marina Mercante,
aprobado por Real Decreto Legislativo 2/2011, de 5 de septiembre (en adelante, TRLPEMM).
Se continúa señalando en la proposición de ley que la relación puerto-ciudad, cada vez más
estrecha y deseable, precisa de entidades de gestión adecuadas y, en particular, de un
régimen legal que acompañe y dé respuesta adecuada a esta nueva realidad y necesidad.
Por este motivo, la presente propuesta de modificación legal reclama que la Marina de
Valencia se pueda convertir en un modelo replicable y paradigmático en el resto de los
espacios portuarios de España a los que afectará está acción legislativa.
Se propone la modificación de los artículos 3.6, 46, 72, 73, 161 y la adición de una nueva
disposición adicional trigésima sexta al vigente TRLPEMM.
Primera. - La integración puerto-ciudad que se está llevando a cabo en los puertos de interés
general puede considerarse una estrategia de éxito, conforme al modelo de gestión
actualmente vigente, cuyo desarrollo legal en el Texto Refundido de la Ley de Puertos del
Estado y de la Marina Mercante (TRLPEMM) se considera adecuado.
El reto que se ha planteado desde hace años ha sido el de compatibilizar dos intereses en los
puertos: los relativos al necesario mantenimiento de la operativa portuaria comercial con los
relativos a un desarrollo urbano equilibrado a su alrededor.
No en vano el nuevo Marco Estratégico del Sistema Portuario incluye la Línea Estratégica 12.
Puertos comprometidos con su ciudad.
Los puertos españoles han realizado en los últimos años un esfuerzo importantísimo para la
mejora de su convivencia con las ciudades, motivado por la transformación de la actividad de
las ciudades hacia el sector servicios, por la demanda social de mayores espacios “abiertos al
mar” y, también, en ocasiones, por la necesidad de dar respuesta a eventos que han exigido
la transformación del frente portuario (como las distintas ediciones de la Copa América).
Por esa experiencia acumulada no resulta recomendable modificar el vigente marco legal,
alterando principios básicos de su funcionamiento, sino hacer valer las posibilidades de
nuestro actual marco normativo, contando con una voluntad real de las Administraciones
Publicas que se sientan implicadas en este tipo de proyectos. Y es que, sin duda, la cada vez
mayor complejidad de los planteamientos requiere para su desarrollo de un amplio acuerdo
entre las Administraciones Públicas y, en su caso, los recursos financieros precisos.
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Por otro lado, los mecanismos de interacción puerto ciudad de nuestro TRLPEMM permiten
dar cumplimiento a los principios y reglas del acervo comunitario, lo que resulta
particularmente importante tanto en materia de competencia, como de ayudas de Estado.
Visto lo anterior, es posible alcanzar, y son muchos los ejemplos de ello, el objetivo de
favorecer la dinamización de la actividad en las áreas objeto de actuación y la generación de
espacios modernos y abiertos a la ciudadanía y a la empresa, de forma compatible con la
potenciación de las zonas portuarias. Es reseñable, a este respecto, las importantes
inversiones de las Autoridades Portuarias en las zonas de servicio de los puertos españoles
dirigidas a proyectos de mejora de la interrelación entre el puerto y las ciudades (Barcelona,
Santander, Bilbao, Valencia, Alicante, Málaga, Las Palmas, Vigo, etc.).
Los ingresos previstos por la actividad de las dársenas náutico-deportivas que se encuentran
en la zona de servicio portuaria serían de entre 100 y 108 millones de euros anuales. La
segregación de esos espacios supondría perder entre el 8 y 9% de los ingresos anuales del
sistema portuario.
Las partidas afectadas del Presupuesto Consolidado de Puertos del Estado y Autoridades
Portuarias serían:
Hay que tener en cuenta, además, que las pérdidas que supondría la segregación de las
dársenas que se pretende, podría violentar, incluso quebrar, el principio de autosuficiencia
económica y de solidaridad que rige en el sistema portuario estatal a través de su Fondo de
Compensación Interportuario (FCI) (art. 159 del TRLPEMM) como instrumento de
redistribución de recursos del sistema, teniendo que recurrir a los PGE para suplir esta
disminución de sus recursos.
Las cuentas del FCI no aparecen en lo estados financieros agregados, ya que al ser un
instrumento de redistribución de recursos, su saldo neto es “cero”.
Sin embargo, el efecto de los menores ingresos por la segregación de las dársenas
deportivas en los estados financieros de 2023, supondría una grave distorsión en el
funcionamiento del FCI:
Segunda. – Por otro lado, se propone la modificación del artículo 161 del TRLPEMM con la
pretensión de que, con respecto a la tasa de ocupación, se considere que no existe ocupación
privativa en los casos en que un ente público ostente un derecho de ocupación de espacios,
pero los mismos se destinen al uso público (como viario, zonas verdes o espacios libres de
uso público).
No es aceptable esta propuesta puesto que los espacios de uso público no tienen,
necesariamente, que estar incluidos en el ámbito de un título de ocupación privativa del
dominio público portuario.
Si lo estuvieran, no hay razones que justifiquen que la ocupación privativa del demanio no sea
gravada por la tasa de ocupación, puesto que lo contrario implicaría incurrir en desviación con
respecto al régimen económico por la utilización del dominio público del TRLPEMM,
concretamente en relación con la regulación del hecho imponible de la tasa de ocupación, que
consiste en la ocupación del dominio público en virtud de una concesión o autorización.
Todo lo anterior, con independencia de la posible aplicación del régimen jurídico especial de
exenciones y bonificaciones de las tasas de ocupación previsto en el TRLPEMM.
Esta propuesta exige una gestión unitaria de bienes de diferente naturaleza jurídica (y, por
tanto, de distinto régimen jurídico -los bienes demaniales de carácter jurídico-público y los
patrimoniales, de carácter jurídico-privado), por el hecho de ser, parcialmente, espacios
portuarios destinados a la interacción puerto-ciudad gestionados por un consorcio u otro
organismo público. Pues bien, hay que tener en cuenta que la diferente naturaleza jurídica de
los espacios (unos demaniales, otros patrimoniales) condiciona la configuración de esa
gestión. En primer lugar, su ordenación urbanística es diferente: los espacios de dominio
público se rigen por un plan especial portuario del artículo 56 TRLPEMM, mientras que los
bienes patrimoniales están ordenados por un instrumento distinto, un plan especial ordinario
regulado por la legislación urbanística. A ello se añade que la ocupación de los terrenos e
instalaciones demaniales genera tasas portuarias.
Es por ello que esa diferente naturaleza determina que la ocupación de los espacios se
articule a través de instrumentos jurídico administrativos distintos.
• “Los consorcios y demás organismos públicos que ostenten de hecho funciones de gestión
de estos espacios se considerarán gestores de pleno derecho del dominio público portuario, a
cuyo efecto se procederá a la correspondiente adscripción. Las tasas portuarias por la
ocupación o actividades en dichos espacios se devengarán a favor de dichos Consorcios u
organismos públicos, sin que la Autoridad Portuaria pueda exigir tasas a dichos Consorcios u
organismos ni a los sujetos que ostentan los distintos títulos de ocupación. Dichos consorcios
y organismos públicos no podrán participar en sociedades que presten servicios portuarios o
en sociedades que tengan influencia efectiva en aquellas, salvo en los casos de ausencia o
insuficiencia de la iniciativa privada de acuerdo con lo previsto en el artículo 109 de este Texto
refundido. Tampoco podrán participar en sociedades que directa o indirectamente sean
titulares de una concesión de dominio público portuario sobre la que se presten o puedan
prestarse servicios portuarios. A efectos de constatar la posible ausencia o insuficiencia de la
Esta propuesta parte del presupuesto de que “los consorcios y demás organismos públicos
que ostenten de hecho funciones de gestión de estos espacios se considerarán gestores de
pleno derecho del dominio público portuario”.
Este presupuesto no cohonesta con los principios básicos del régimen de utilización de los
bienes del dominio público.
A este respecto, cabe recordar que conforme a la Disposición adicional centésima décima
séptima de la Ley 11/2020, de 30 de diciembre, de Presupuestos Generales del Estado para
el año 2021, la Administración General del Estado asumió la deuda del Consorcio Valencia
2007; concretamente, la deuda frente al Instituto de Crédito Oficial y ante el Tesoro Público,
pero además exigió que la explotación de los espacios de la Marina de Valencia se realizara
“con pleno respeto a las disposiciones actualmente vigentes en materia de Puertos del Estado
y patrimonio de las Administraciones Públicas”.
Siendo así, cabe señalar que el artículo 84 de la Ley 33/2003, de 3 de noviembre, del
Patrimonio de las Administraciones Públicas establece la necesidad de ostentar título
habilitante para la ocupación de los bienes demaniales, del siguiente modo: “Nadie puede, sin
título que lo autorice otorgado por la autoridad competente, ocupar bienes de dominio público
o utilizarlos en forma que exceda el derecho de uso que, en su caso, corresponde a todos”.
Por todo ello, no es posible que la gestión “de hecho” del dominio público portuario se
convierta en gestión “de derecho”.
• “A estos Consorcios, en los que podrán participar las Autoridades Portuarias de conformidad
con lo previsto en el art. 46-3 de este Texto refundido no resultarán de aplicación las reglas
que, para la determinación de la Administración de adscripción, establece la Ley 40/2015, del
sector público. Dichos Consorcios quedarán adscritos a la Autoridad Portuaria o bien a la
correspondiente Comunidad autónoma, según se establezca en los correspondientes
estatutos. No obstante, una vez iniciado el procedimiento de segregación regulado en el art. 3
bis de este Texto refundido, el Consorcio deberá quedar obligatoriamente adscrito a la
Comunidad autónoma correspondiente, a fin de preparar el futuro traspaso.”
iii) los consorcios deben formar parte de los presupuestos e incluirse en la cuenta general de
la Administración pública de adscripción y,
Como cabe observar del punto iii), la Ley determina una mayor responsabilidad en el
consorcio de la Administración a la que está adscrito, afectándole los resultados obtenidos en
la gestión del mismo.
Por tanto, no parece razonable, desde el punto de vista de la seguridad jurídica, alterar los
criterios de prioridad para la adscripción.
CRITERIO