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Cómo Percibimos
Cómo Percibimos
Introducción
La perspectiva vigotskyana
Consideraciones finales
Introducción
1
Nota de la autora: Los enunciados constatativos, es decir, aquellos que dan cuenta de un estado
de cosas del mundo, tienen la propiedad de ser verdaderos o falsos; es decir que lo que se predica
tiene la propiedad de ser evaluado empíricamente como verdadero o falso.
corresponde a que se percibe “algo” del mundo, de su dimensión significativa que
corresponde a cómo se percibe. Se podría aclarar que esta distinción abre la
brecha entre el sujeto y el mundo pues el “qué se percibe” correspondería a cómo
es el mundo, a diferencia del “cómo se percibe” que correspondería a la
perspectiva del sujeto percipiente.
2
El remarcado de las palabras es de la autora.
García Albea (1991, p.32) se recurre “a las operaciones cognitivas del organismo,
por las que, a partir de la entrada sensorial y a través de toda una serie de
operaciones de cálculo se van haciendo explícitas propiedades que, si se quiere,
estaban potencialmente en el estímulo, pero que no son efectivas hasta que no las
formaliza el sistema y las utiliza, junto a otra información de la que ya dispone, en
la construcción de una representación fiable del medio que le rodea”.
3
Nota de la autora: von Helmholtz postulaba un proceso de inferencia inconsciente que no es lo
mismo que un proceso de cálculo que aporta D. Marr o un proceso de cómputo como plantean los
modelos computacionales. Para una ampliación de este tema se puede consultar a Reales Avilés
(1997, pp.175-176).
4
Von Helmholtz, H. (1821-1894). Físico alemán que experimenta la influencia del empirismo inglés
por el cual cree necesario partir de la averiguación de los orígenes dando a su investigación un
sentido genético que no hace sino poner en evidencia la necesidad de justificar en la experiencia
todo conocimiento posible. Tres temas ocupan su atención, pues parecen contradecir la tesis
empirista del origen sensorial de toda experiencia psíquica: el contraste cromático, los fenómenos
de constancia y las llamadas ilusiones de los sentidos. El rasgo común a estos tres grupos de
hechos consiste en la discrepancia que muestran entre la constelación sensible y los contenidos
perceptivos; entre la imagen retiniana y lo percibido por el sujeto. En otras palabras, estos hechos
muestran que en la percepción se presenta como dato algo que no está presente en el estímulo.
Resulta, por tanto, que toda verdadera consideración del fenómeno perceptivo debe aludir a dos
distintos estratos: el de lo dado por los estímulos; y el que integra la percepción, pero que no tiene
su correspondencia en los estímulos. Estos tres fenómenos requieren para su explicación de la
existencia de lo Helmholtz llama conclusiones o inferencias inconscientes. Es decir, formas no
conscientes que actualizan la experiencia pasada del sujeto y la adicionan a la constelación de
estímulos para integrar la percepción. El fenómeno perceptivo es, así, esencialmente dual y
cualquier explicación que no tenga en cuenta esa dualidad está condenada al fracaso. (García de
Onrubia, 1979)
supuesto entraña un dualismo mente-cuerpo y un funcionalismo fuerte. Además
de estos dos supuestos teóricos, este programa clásico tiene dos supuestos
metodológicos, el primero es el método analítico-atomista que presupone que todo
lo que existe puede ser considerado como constituido por elementos simples
articulados y organizados por mecanismos inferenciales dando lugar a entidades
complejas, siendo von Helmholtz uno de los defensores pioneros de este método.
El otro supuesto metodológico es enunciativista que implica la suposición de que
todo mecanismo de procesamiento sigue el modelo lógico-inferencial en virtud del
cual se combinan símbolos elementales para constituir unidades similares a
enunciados que pueden combinarse como conocimientos (Sanchez Navarro,
1991).
Creencias perceptivas
Representación Distal
Análisis Perceptivo
Representación Proximal
Transducción Funcional
Estímulo proximal
Estímulo distal
E3
E2
E1
O H
E1 E2 E3
Invariante tamaño-horizonte: causa de la producción de la invariante. E1, E2, E3= estacas 1, 2 y 3.
S=superficie de apoyo. H=plano de proyección de la línea del horizonte. O=punto de observación
La razón, según Lillo Jover (1987, p. 34), “es que, por razones físicas fáciles
de comprender, las radiaciones luminosas correspondientes a la línea del
horizonte se desplazan en un plano paralelo (H) a la superficie de apoyo, siendo la
altura del plano igual a la que posea el punto de observación. Por ello, este plano
interseccionará a nuestras estacas a la misma altura, la altura de los ojos del
observador, siendo las proyecciones retinianas de cada una de las estacas
dividida en la misma proporción por la línea del horizonte. Si las estacas tienen
una altura doble a aquella en la que se encuentran los ojos del observador, la
proyección de la línea del horizonte debe interseccionarlas exactamente a la mitad
de su altura. Lo importante, desde el punto de vista ecológico, es que esta
invariante especifica el tamaño de cada una de las estacas respecto de la altura
del observador. La información que permite obtener no es del tipo ʹesta estaca
mide 3 metros 20 centímetros, sino del tipo ʹesta estaca es el doble de alta que
yoʹ. No es la altura relativa de los físicos, es la altura relativa que interesa al
animal”.
Pero hubo otro hallazgo que contradecía otra ley que da cuenta de un rasgo
profundo y conservador del juicio humano, la ley de tendencia central, que refiere
que dada una serie de magnitudes, de tamaño, de brillo, etc., los observadores
humanos juzgan las magnitudes mayores de la serie como más pequeñas y las
más pequeñas como más grandes. Los niños de Bruner y Postman no estimaron
así el tamaño de las monedas sino que sobreestimaron las más grandes, de
cuarto y medio dólar, y subestimaron las más pequeñas, las de níquel. ¿Qué se
preguntaron, entonces, estos investigadores?: “¿Estaba actuando el valor de las
monedas para poner de cabeza la consagrada ley de tendencia central? ¿Pueden
los errores constantes acentuar así mismo el valor? ¡Habíamos puesto un gato
entre las palomas de los psicofísicos!” (Bruner, 1983, p.119)
El desarrollo del New Look llegó a ser una nueva manera de pensar los
problemas de la psicología social y del estudio de la dinámica personal al
considerar que las acciones humanas pueden comprenderse mejor como
adaptación a lo que un actor está experimentando, antes que como una respuesta
a un estímulo del mundo exterior; esto significaba una reacción muy tardía al
conductismo radical. La clave de este pensamiento es que no vemos cosas sin
buscarlas, no oímos sin escucharlas. Y esta direccionalidad de la percepción
puede ser pensada como una hipótesis que el sujeto se hace en sintonía con el
objeto, evento o situación.
“La metáfora del New Look no cambió las teorías de la percepción, por
mucho que allanara el camino del cambio. La ʹRevolución cognoscitivaʹ las
cambió, particularmente la respetada metáfora de las computadoras autómatas
procesadoras de información. Traducir la mirilla 5 al lenguaje del almacenamiento
amortiguador fue tanto como limpiar un dinero sospechoso, depositándolo en una
5
Nota de la autora: por mirilla se refiere Bruner a la filtración semántica en el proceso perceptual.
cuenta bancaria suiza sin número. La verdad sea dicha, probablemente
necesitamos un New Look más o menos cada dos décadas: un renacer de la
preocupación por saber cómo, en detalle, la percepción responde a las
necesidades, a los deseos, a las expectativas; qué papel desempeña en la
producción de estilos de pensamiento y pautas de personalidad” (Bruner, 1983,
p.174).
La perspectiva vigotskyana
6
H. Rorschach fue el creador del famoso test proyectivo de psicodiagnóstico que lleva su nombre.
de dos cilindros de igual peso, forma y aspecto, pero uno de los cuales es mayor;
el resultado es que parecerá, y esa es la ilusión, que el menor de los dos objetos
es más pesado, inclusive habiendo sido pesados previamente y mostrado que
pesan lo mismo; cuando se toman los objetos en las manos la ilusión se mantiene.
Lo más interesante de los resultados de la investigación, para Vigotsky, “consiste
en que, a pesar de que cada una de las personas adultas percibe siempre el
cilindro menor como más pesado y al cerrar los ojos percibe los dos como de igual
peso, los ciegos de nacimiento también padecen la ilusión de Charpant, es decir,
que los ciegos que en el momento del experimento no ven los cilindros, pero los
palpan, perciben el menor de ellos como más pesado. Es evidente que se trata de
una percepción con sentido, en la que la sensación directa de gravidez se
compara con el volumen del objeto. […] Los niños sordomudos, a pesar de que
ven no están sujetos a la ilusión de Charpant. Investigaciones sucesivas han
puesto de manifiesto que esta ilusión tiene un valor diagnóstico importantísimo.
[…] En los niños muy retrasados, la ilusión de Charpant no se produce, su
percepción permanece sin sentido y para ellos el cilindro menor no parece más
pesado. […] Claparède7 (1873-1940) expuso la idea de que las ilusiones pueden
constituir un magnífico síntoma del desarrollo de la percepción infantil, y las
investigaciones han puesto de manifiesto que en los niños normales,
aproximadamente hasta la edad de cinco años, la ilusión de Charpant no produce
efecto” (p.361).
7
E. Claparède: psicólogo suizo, maestro de Jean Piaget.
a partir de otras investigaciones; parece difícil sostener que los niños partan de
percepciones aisladas y terminen en percepciones organizadas, más bien sería lo
contrario desde esta otra perspectiva, así la percepción de conjunto sería primaria
respecto de la de las partes. Inclusive, sostiene Vigotsky, hay suficiente evidencia
que confirma que la percepción de acciones y movimientos es mucho más
temprana que la de objetos.
8
Jean Piaget diferencia entre el acto perceptivo en ocasión de la focalización en un punto del
campo perceptual y la actividad perceptiva que es una de las raíces de la inteligencia senso-motriz
junto con el movimiento. Con esta distinción quiere explicar que el problema de las correcciones y
de las constancias se resuelve en el desarrollo por acción de la inteligencia. Para una ampliación
de este tema se puede consultar: Psicología de la Inteligencia, cap. 3.
psicológicos. Señala que “a lo largo del desarrollo del niño emergen
constantemente nuevos sistemas, dentro de los cuales actúa la percepción.
Dentro de estos sistemas, y sólo en ellos, la percepción adquiere nuevas
características que no son inherentes a ella al margen del sistema de desarrollo”
(1932, p.366).
Según Lewin, el niño hasta los dos años no aporta a la situación presente
conocimientos previos (no habría inferencia inconsciente según Helmholtz) por lo
que su actividad perceptiva se adapta exclusivamente a la organización de la
situación actual. En este contexto los objetos ejercen una “fuerza coercitiva”; así,
cada objeto tiene un afecto que incita a la acción, la orienta como atracción o
rechazo. En un experimento, Lewin mostró como se hace difícil para un niño
pequeño la tarea de sentarse sobre un objeto que se halla fuera de su campo
visual. “El experimento se hacía con una piedra de gran tamaño; el niño daba
vueltas en torno a ella, la tocaba, etc. Debía volverse de espaldas a ella para
sentarse y en ese momento la perdía de vista. Para lograr su propósito, el niño
sujetaba la piedra y se volvía para sentarse. […] Un niño […] salva la dificultad de
un modo muy original: se inclina, mira por entre las piernas para al encontrarse, de
espaldas a la piedra, no perderla del campo visual. Entonces consigue sentarse.
Otros niños se ayudan poniendo la mano sobre la piedra. En ocasiones es el
propio experimentador quien coloca la mano del niño sobre la piedra y el niño
acaba sentándose sobre su propia mano, porque no tiene la sensación de que el
pedazo de piedra que cubre con su mano sea toda la piedra” (Vigotsky, 1933,
p.342). Vigotsky interpreta estos resultados entendiendo que la dependencia del
niño del campo visual-directo indica la peculiar actividad de la conciencia del niño
en la situación dada.
9
Psicólogo polaco que contribuyó al desarrollo de la psicología de la Gestalt.
años con el método de repetición de oraciones. Los resultados mostraron que los
niños no tenían dificultad en repetir “la gallina anda, o el perro corre”, pero sí
presentaban dificultades en repetir “Tania camina” cuando ella está sentada; en
vez de eso decían “Tania estar sentada”. Interpretaron los resultados
considerando que en tanto el niño depende de lo que ve, sus palabras no pueden
expresar lo que no es real; así esta etapa inicial del desarrollo se caracteriza por
una unidad senso-motora y afectiva en la cual la organización de la conciencia
está dirigida por la percepción.
10
Nota de la autora: estas ideas pioneras de las vinculaciones entre las emociones, la percepción y
la motricidad aparecen investigadas desde hace unas décadas por los psicólogos del desarrollo en
el dominio de la intersubjetividad temprana: Meltzoff, Trevarthen y Stern, entre otros. Este último
diferencia las emociones darwinianas o espaciales de las temporales que llama afectos de la
vitalidad; propone también el concepto de entonamiento para considerar la sintonía del bebé con
su cuidador por medio de las emociones y los movimientos. Estos desarrollos se están vinculando
con el descubrimiento reciente de las neuronas espejo (Iacoboni, 2001).
A partir de la semantización de la percepción, los objetos pueden ser vistos
como formando parte de diferentes organizaciones perceptuales; esto es así pues
en la percepción con atribución de sentido se combina la organización visible y la
organización imaginada. Ahora los objetos pueden ser percibidos en diversas
estructuras y analizados desde diversos puntos de vista.
Para finalizar este tema señalaré que cuando se hace mención a constancia
de las propiedades de los objetos y permanencia objetal, se están presentando
conceptos diferentes que remiten a problemas diferentes o a formas diferentes
para abordar el problema del conocimiento del mundo; tal vez se podría aventurar
que estos problemas son formulados desde pensamientos diferentes, los primeros
más ligados a la psicofísica, y los segundos a la psicología del desarrollo. Así,
serán explicados de diferentes maneras según los fundamentos de los que partan
los investigadores y de acuerdo con los experimentos que realicen. Y como
moraleja, de acuerdo a la hegemonía de los modelos en la comunidad científica
(que no es unitaria), tendremos unos discursos más instalados que otros.
Perspectiva de la Teoría Autopoiética de H. Maturana
11
Ludwig von Bertalanffy (Viena, 1901-1972, biólogo). Realizó una revisión crítica para resolver la
cuestión crucial de si las categorías de la biología son diferentes de las físicas, o si una reducción
absoluta del dominio biológico es posible. Resolvió este enigma con la teoría orgánica del sistema
que asigna a los sistemas biológicos una dinámica de auto-organización. Desarrolló la Teoría
cinética de los sistemas fijos abiertos y la Teoría General de los Sistemas.
12
Maturana narra la siguiente historia de la palabra autopoiesis: “[…] “se necesitaba una palabra
más evocadora de la organización de lo vivo que la expresión ʹorganización circularʹ que yo usaba
desde 1965. Así un día que yo visitaba a un amigo, José María Bulnes, filósofo, mientras el me
hablaba del dilema del caballero Quejana (después del Quijote de la Mancha) en la duda de si
seguir el camino de las armas, esto es el camino de la praxis, o el camino de las letras, esto es el
camino de la poiesis, me percaté de que la palabra que necesitaba era autopoiesis si lo que quería
era una expresión que captase plenamente lo que yo connotaba cuando hablaba de la
organización circular de lo vivo. […] Lo que nos define como la clase particular de sistemas
autopoiéticos que somos, esto es, lo que nos define como seres vivos, es que somos sistemas
autopoiéticos moleculares”. (1994, pp.17-18).
Uno de los experimentos favoritos de Maturana, realizado en 1959 por
Lettvin, Maturana, McCulloch y Pitts en el Instituto Tecnológico de Massachussets,
titulado: What the frogʹs eye tells the frogʹs brain (Lo que el ojo de la rana le dice al
cerebro de la rana), permitirá comprender su posición respecto de la función
perceptual en el marco de su interés por entender la organización de los sistemas
vivientes; en él se propone estudiar las relaciones entre el sistema nervioso, la
percepción y la conducta, utilizando una rana por la enorme capacidad de
regeneración de su cuerpo.
Según Maturana & Varela (1984) “el sistema nervioso puede definirse, en
cuanto a su organización, como teniendo una clausura operacional. Esto es, el
sistema nervioso está constituido de tal manera que, cualesquiera que sean sus
cambios, éstos generan otros cambios dentro de él mismo, y su operar consiste en
mantener ciertas relaciones entre sus componentes invariantes frente a las
continuas perturbaciones que generan en él tanto la dinámica interna como las
interacciones del organismo que integra. En otras palabras, el sistema nervioso
opera como una red cerrada de cambios de relaciones de actividad entre sus
componentes” (p.111).
a) La idea de que el sistema visual funciona con reglas fijas, o que, en todo
caso, los fenómenos que contravienen el funcionamiento reglado son la
excepción y no merecen la atención de los científicos.
b) La idea de que las explicaciones evolutivas o funcionales son relativamente
secundarias. Lo que importa más bien es definir las condiciones internas
(definidas como reglas de cálculo) que permiten convertir la energía
lumínica en información manejable por el sistema.
c) La concepción de las condiciones biológicas (estructuras y procesos
neurológicos) como mero plano de implementación. Es decir, la descripción
biológica del sistema visual no es utilizada como estrategia para explicar,
sino como estrategia para localizar, para situar, funciones definidas en un
plano generalmente lógico-matemático, computacional.
d) La atribución de un papel relativamente secundario a las condiciones
biológico-evolutivas lleva a trabajar implícitamente con una imagen
idealizada del sistema visual. Una imagen que no recoge adecuadamente el
desarrollo ontogenético de la función visual, ni saca el partido necesario del
análisis de sus alteraciones.
e) […] La idea de que la función visual puede ser descrita con relativa
independencia respecto de otras funciones psicológicas. Esta idea ha
alcanzado su expresión filosófica más depurada con la hipótesis de la
modularidad recogida de la tradición y difundida en los últimos tiempos por
Fodor13. Por más que se insista habitualmente (y con una insistencia tal vez
sospechosa) en el carácter activo del procesamiento de información visual,
la visión ha sido tradicionalmente desligada tanto teórica como
metodológicamente del plano de la acción”.
13
Fodor, Jerry (EE.UU. 1935-) Es un filósofo de la mente que propone entender la arquitectura de
la mente como un modelo de procesamiento de la información, discriminando los Sistemas de
Entrada de la Información que son modulares, es decir cerrados computacionalmente, y el Sistema
Central no modular de creencias y conceptos. Los módulos son mecanismos de procesamiento
especializados en la recepción y tratamiento de información específica: el módulo del lenguaje y el
de la percepción; luego de procesada la información en los módulos se trasvasa la misma al
procesador central. Una de sus obras que recoge este planteamiento es La modularidad de la
mente.
del medio, el segundo describiría nuestra conducta observable; estos dos
procesos serían controlados por el sistema cognitivo para organizar los contenidos
sensoriales y utilizarlos para la planificación de la acción motora dirigida a metas
(Travieso, 2005, 2007). Se destaca que estos planteos han tenido problemas para
una definición monista de la estructura de la acción, lo que ha producido la
ausencia completa de referencias en los manuales de psicología cognitiva y de
introducción a la psicología; como también ha generado una paradoja en el
estudio de la percepción, pues la garantía de veracidad de la misma ha quedado
en manos de los algoritmos de procesamiento del sistema cognitivo (Blanco,
1995).
El siguiente ejemplo dado por Travieso (2005, p.7) esclarece esta forma de
abordaje: “Cuando un ser humano avanza hacia un objeto, puede detectar el
mismo por medio, por ejemplo, de la visión y la audición. Sin embargo, las reglas
sensomotoras en uno u otro caso son diferentes. Así, en la visión acercarse a un
objeto significa que éste aumentará el área que ocupa su proyección en la retina.
De la misma forma que un giro de la cabeza hacia la derecha, producirá un
desplazamiento de esa proyección a la izquierda en la retina, siendo estos
cambios relativos siempre a la velocidad del movimiento. Sin embargo, en la
audición, al acercarse un ser humano a una fuente sonora lo que aumentará será
la intensidad del sonido, y un giro de la cabeza a la derecha hará que el sonido
llegue antes al oído izquierdo que al derecho, hará variar el patrón temporal y no el
patrón espacial como en la visión. En resumen, las reglas predominantes en la
descripción de las coordinaciones sensorio-motoras en la visión son descriptibles
por la óptica ecológica, mientras la descripción de las coordinaciones sensorio-
motoras auditivas se rige por la mecánica ondulatoria y la posición de los
receptores. Lo que es más importante, sólo un movimiento relativo del observador
permite el reconocimiento de la fuente de la perturbación perceptiva, de forma que
percepción y acción forman un único sistema dinámico en co-evolución”.
La visión ha sido y es una de las áreas de investigación privilegiadas por el
enfoque del procesamiento de la información, no así otras áreas como la
percepción háptica. En las últimas dos décadas se vienen realizando
investigaciones buscando ampliar las áreas de investigación en percepción y
acción. El caso del sistema háptico es un dominio interesante para la investigación
pues en él confluyen los subsistemas cutáneos y propioceptivos que funcionan de
manera conjunta (Travieso, 2007). El equipo de investigación neogibsoniano de M.
Turvey, en la década del noventa del siglo XX, inició un proyecto sobre tacto
dinámico o percepción háptica y demostró que no percibimos propiedades
primarias de los objetos sino propiedades relacionales descriptas en la mecánica.
Travieso (2007, p.126) brinda el siguiente ejemplo: “Tome una lapicera entre los
dedos índice y pulgar. Comience por un extremo de la lapicera, cierre los ojos y
muévala. Luego tómela del medio. Sentirá la diferencia y, aunque no pueda ver la
longitud de la lapicera, podrá sentir el tamaño, al menos hasta el punto de poder
sentir la diferencia entre tomarla de un extremo o tomarla del medio”. Si al tomarla
de un extremo, se la mantiene firme sin moverla, lo esperable es que no se sienta
ni la longitud ni el peso; hay que moverla para sentirlos. Son nuestros movimientos
los que nos permiten percibir las propiedades relacionales de los objetos; si se
necesita mayor fuerza para levantar la lapicera, esto depende de la masa del
objeto. Así, sostienen que no habría un acceso a patrones discretos de
información sino que “son los cambios en las propiedades espaciales y temporales
de la relación entre la lapicera y la mano con variaciones temporales de fuerzas y
posiciones espaciales” los que nos permiten percibir el mundo. De este modo, “el
acto de la percepción es el reconocimiento de diferentes estados conectados a los
parámetros de la situación. […] Y la estabilidad perceptual del mundo está
establecida a través de nuestros movimientos” (p.127).
Según parece, cada vez aparecen más modelos formales que permiten
explicar este tipo de fenómenos perceptivos desde la perspectiva de los sistemas
dinámicos; por lo cual ya no parecería adecuado seguir sosteniendo un modelo
fotográfico de la visión, en el que el producto final de la percepción es la
representación estática; el control visual del movimiento de un organismo en un
14
D. Marr (1945-1980). Neurólogo y psicólogo británico, fundador de la Neurología Computacional.
Investigó la visión humana describiendo su proceso en términos de tres etapas: esbozo primitivo
en el que se extraen los rasgos de las escenas; un esbozo en dos dimensiones y media (2,5D), en
el que se reconocen sombras, texturas, etc.; y un modelo continuo de la escena en tres
dimensiones (3D). Sus trabajos fueron publicados en el libro La visión después de su muerte.
ambiente cambiante puede explicarse mejor sin recurrir a la actualización de
representaciones para la planificación y ejecución de la acción (Travieso, 2007).
Travieso (2007) considera que este tipo de explicación que incluye la auto-
organización y la dinámica temporal para dar cuenta del desarrollo de la
percepción y el movimiento puede ser útil para explicar los procesos de
socialización y culturalización. Si tenemos en cuenta que la cultura ofrece los
objetos físicos con nuevas propiedades funcionales y los objetos artificiales que se
incorporan a la acción, puede entenderse que emerjan nuevas capacidades
funcionales que transforman el equilibrio dinámico de los sistemas; así,
aparecerán nuevas estabilidades o inestabilidades, pero no facultades, aparecerán
en co-evolución, y no como formas finales del desarrollo.
16
Nota de la autora: Stern se basa en las teorías de Jerome Bruner, al que cita, sobre percepción
como formulación de hipótesis.
17
Nota de la autora: Stern cita los trabajos de J. Gibson y de E. Gibson.
18
Meltzoff y Borton, en 1979, realizaron el siguiente experimento: “vendaron los ojos de infantes de
tres semanas y les dieron para succionar uno de dos chupetes diferentes. Uno de los chupetes
tenía una tetilla esférica, y el otro presentaba protuberancias en diversos puntos de su superficie.
Después de que el bebé tuviera alguna experiencia tocando la tetilla con la boca solamente, se le
retiraba el chupete y se colocaba junto al otro. Al quitarle la venda de los ojos, y después de una
rápida comparación visual, el bebé miraba más la tetina que acababa de succionar. Estos
resultados parecían ir en contra de la corriente de las descripciones usuales […] Una descripción
piagetiana exigía que primero dieran forma a un esquema de cómo se sentía la tetilla táctilmente
(un esquema háptico), y un esquema de cómo se veía (un esquema visual); después los dos
esquemas deberían tener algún tipo de tráfico o interacción (la asimilación recíproca), de modo que
resultara un esquema visual-háptico coordinado […]. Era claro que los infantes no tuvieron que
pasar por esos pasos de la construcción. ʹSupieronʹ inmediatamente que lo que veían era lo que
antes habían tocado” (Stern, 1985, pp.68-69). Los investigadores concluyeron que los infantes
están pre-constituidos para realizar transferencias de información de una modalidad sensorial a
otra, en este caso de la información háptica a la visual.
como afectos categorías19 (cólera, tristeza, felicidad, etc.). Así, señala Stern (1985)
dos formas de tener experiencias por parte de los bebés, percepciones globales y
emociones primarias, a las que agrega una tercera “[…] que puede surgir
directamente del encuentro con la gente, una cualidad que envuelve afectos
energéticos” (p.75) o afectos de la vitalidad. Stern afirma que esta discriminación
es necesaria porque hay experiencias afectivas temporales, y no categoriales o
darwinianas, que corresponden a experiencias dinámicas y cinéticas que son
percibidas directamente por los bebés. Estos afectos son suscitados por los
cambios de estado, los apetitos y las tensiones motivacionales; el bebé
experimenta estas propiedades desde dentro y desde las conductas de las otras
personas. Están siempre presentes, aún en ausencia de las emociones primarias.
Un ejemplo de los muchos que da Stern, para entender estos afectos, es el de una
persona que se levanta de su silla con determinación pero sin ninguna emoción
darwiniana. ¿Qué sentimos al verla? ¿Vigor? Hay muchas formas de levantarse
de una silla, y si no lo creen, entonces pregunten a algún actor.
19
Nota de la autora: Stern se refiere a las emociones primarias estudiadas por Darwin: miedo,
cólera, alegría, tristeza, sorpresa, asco.
de activación similares, sea cual fuere la técnica tranquilizadora que se ponga en
práctica. Las dos tranquilizaciones se sentirán igual […] y de ellas resultará la
misma experiencia de afecto de la vitalidad.” Así, la percepción amodal de los
afectos de la vitalidad y las capacidades de apareamiento transmodal de las
formas percibidas permite al bebé el conocimiento de sí mismo y el conocimiento
del otro.
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