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GVMG ('Juan M. de Rosas-Rasgos Personales Que Desmienten Su Supuesta Tiranía)
GVMG ('Juan M. de Rosas-Rasgos Personales Que Desmienten Su Supuesta Tiranía)
ADVERTENCIA AL LECTOR
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puesto que los ditirambos, los elogios se presumen por sus afinidades
doctrinarias y personales y ya se han transcripto a lo largo del tiempo dándose
por conocidos.
Nada se agregaría a lo que han expresado sobre Restaurador y su mandato.
Solo reproducimos algunos comentarios aislados como el de José de San Martín
por la importancia y jerarquía suprema de quien lo dice, de Pedro de Angelis y
de Julio Irazusta y alguno que otro.
Así, pues, lo que se intenta aquí es reproducir opiniones positivas sobre Rosas
pero por aquellos que, paradójicamente, lo han combatido a lo largo de los años;
en especial, los Unitarios que han luchado décadas contra la Confederación
Argentina. Son raptos de sinceridad no frecuentes y que es lícito exponerlos.
También comentarios de aquellos que, si bien no lo han combatido, se
posicionaban neutralmente sea porque eran historiadores, funcionarios o
políticos extranjeros, sea porque intelectualmente no estaban ni a favor ni en
contra de su gobierno y su persona, pero que supieron ver –descarnadamente-la
grandiosidad de su labor como sostén de la causa hispanoamericana, como el
caso del escritor e historiador mexicano Carlos Pereyra o Emilio Ravignani.
Todo esto tanto en aquellos que convivieron contemporáneamente a él mientras
gobernaba, o posteriormente cuando vivía expulsado de su patria en
Southampton o, en última instancia, cuando ya había fallecido.
No pretendemos agotar todo lo desarrollado sobre Rosas ni todos aquellos que
se pronunciaron porque la lista sería interminable, pero sí la cantidad suficiente
que nos presente una acabada visión que se tenía del Restaurador aquí y
allende los mares, a lo largo del tiempo por aquellos que –de algún modo y tal
vez- se amigaron con su persona o con sus ideales de lucha.
En algunos casos sus declaraciones en favor de Rosas y su gobierno fueron
confirmadas por sus comportamientos posteriores; en otros casos fueron
negadas luego, borradas ‘con el codo’ como se dice coloquialmente, por los
hechos y procederes futuros tal es el caso de Justo José de Urquiza, como
veremos.
Como bien se pregunta José María Rosa (“Conversaciones con José María
Rosa” de Pablo J. Hernández-Ed.Colihue-Hachette-1978):
¿Dónde estaban los Federales que acompañaron a Rosas a lo largo de su
gobierno y sus descendientes actuales?.
Lamela, descendiente de Juan Manuel de Rosas, Federico Pinedo, Enrique
Larreta nieto de Oribe, Álvaro Alsogaray bisnieto del Coronel Álvaro Alzogaray
que luchó valientemente en Vuelta de Obligado, los Mansilla y García Mansilla,
de la familia de del General Mansilla, los Arana, y muchos mas (Baldomero
García, Lorenzo Torres, etc).
Esto nos hace ver que el ‘rosismo’ o ‘antirrosismo’ no siempre tiene que ver con
la sangre sino con el patriotismo.
*
Ahora bien, algunos autores, sobre todo de fin del siglo XIX y principios del XX,
confunden ‘Dictadura’ con ‘Tiranía’. Era muy usual que en aquellos tiempos se
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dijera de Rosas que era un ‘Tirano’, aún dicho por escritores e historiadores de
orientación Federal
Ese mote ofensivo, aunque no siempre de mala fe, no condice con lo que fue
Rosas en realidad. Fue un ‘cliché’ sin base fáctica, que repetían unos de otros.
Ya hablaremos de las intenciones de Rosas de acercar a intelectuales Unitarios
a su gobierno, que es otra prueba de su falta de ‘tiranía’.
Pero además, en cuanto a su forma de acceder al gobierno ambas veces fue por
elección de la Sala de Representantes, ante el clamor popular que sufría la
anarquía del país; posteriormente, y a pedido de Rosas, ratificado por plebiscito
del pueblo. Luego en el ejercicio del gobierno se auto-limitó en ello.
Sucede que estos autores, como Pereyra, confunden ‘Tiranía’ con ‘Dictadura’..
Conceptos tan distintos que extraña que el historiador y también otros no
supieran distinguirlos.
En otro lugar hemos señalado las diferencias (“‘dictadura’ no es sinónimo de
‘tiranía’- donde remitimos al gentil lector)
https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2021/08/dicta
dura-no-es-sinonimo-de-tirania.html
Allí decíamos que “la tiranía es la consecuencia necesaria de la democracia que
es el endiosamiento del número, estableciendo la ‘numerocracia’ como verdad
absoluta en política y que el tirano actúa en contra de los intereses públicos y a
favor de los personales. El tirano, accede y se mantiene en el gobierno por
imposición y contra los deseos e intereses de su pueblo.
“El tirano, es una persona que es un intruso en el ejercicio del gobierno y que no
ordena al bien común la multitud que le está sometida sino al bien privado de él
mismo” (Santo Tomas de Aquino).
“En cambio, la Dictadura, como forma de gobierno, tiene como base la toma de
las riendas de un gobierno por una persona que se hace visible, protegiendo el
bien común y con el apoyo legal de la gente que le da la suma del poder,
haciéndose responsable -el dictador- del éxito de su gestión, muchas veces a
costa de su vida si se equivoca. El dictador es consecuencia de una necesidad
expresada por el pueblo cansado de la anarquía en un momento de nuestra
sociedad y permanece en el gobierno mientras el pueblo le brinda su apoyo al
cuidado de los intereses públicos, políticos y económicos.
“En tal sentido, la ‘Dictadura’ es un método de gobierno, un sistema de gobierno,
pero legal que existe con el beneplácito de la población. La ‘Tiranía’ no tiene
sustento legal y se impone y se sostiene por la mera fuerza.
“Rosas fue un Dictador pues tuvo en las Facultades Extraordinarias y en la
Suma del Poder Público, la aquiescencia del pueblo todo a través del plebiscito.
“Ya Rosas había dicho al periodista chileno Salustio Cobo en el año 1860 en una
entrevista que el Restaurador había concedido al referido: “―Eso que llaman
Derechos del Hombre no engendra sino la Tiranía-“.
“Bueno, entendemos que nuestra sociedad nacional ayer como hoy, anárquica,
sujeta a los unitarios liberales ideólogos de antaño como hogaño, y de la práxis
marxista, con un desquicio social inmerso en un estado de descomposición
absoluto es un escenario ideal para la aparición de una nueva y sana ‘Dictadura
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Nacional’ que ponga orden y “venga a mandar” como dice José Hernández en su
‘Martín Fierro‘ pasando la escoba a tanto iluminado con ideas afrancesadas y
disolutas de nuestra soberanía”.
Sentado lo cual, y una vez hecha esta advertencia, procederemos a analizar
distintos autores –en especial Unitarios o aquellos que no adscribieron a ninguna
de las dos tendencias políticas predominantes en el siglo XIX y XX- que
saludaron o reconocieron (voluntariamente o ante las evidencias documentales y
testimoniales) la impronta independentista de Rosas y su gobierno en pro de
evitar la fragmentación del país y, en lo posible, unir las partes dispersas de las
Provincias Unidas y en ‘ultima ratio’ el Virreinato del Río de la Plata.
Estructuralmente haremos, primero, una referencia de dónde se extraen las
opiniones a citarse, luego la opinión literal entrecomilladas de los autores con
letra cursiva para, finalmente hacer –en algunos casos que lo ameriten- algún
breve comentario sobre las apuntadas opiniones para aclarar algún concepto
que podemos estimar equivocados u obscuros o para acentuar afirmativamente
lo allí declarado por los autores.
Alcide D’Orbigny
(Enviado por el Museo de Historia Natural de París, a la edad de 23 años, el
joven naturalista francés Alcide d'Orbigny recorrió durante ocho años la América
meridional (Brasil, Argentina, Paraguay, Uruguay, Chile, Perú y Bolivia) y a su
regreso a Francia compuso una monumental obra publicada entre 1835 y 1847
con el título de ‘Voyage dans l'Amérique Méridionale’ en nueve tomos y 11
volúmenes con más de 5 mil páginas y 500 ilustraciones).
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así, en sus viajes, tiene la costumbre de no aceptar cama, ni abrigo y se acuesta
en el recado, junto al corral donde se encierran sus caballos.
Es el primero en estar de pie y hace un mérito de desafiar el sueño, el hambre,
el frío, la lluvia y los rayos solares. Los hombres sensatos se ríen de esa
ostentación de falta de sensibilidad, pero la masa campesina, tomada por su
lado flaco, admira y eleva a las nubes a su émulo y sólo habla con entusiasmo
de él. Por otra parte, un carácter grandioso va unido a todas las empresas de
Rosas: dotado de un notable espíritu de orden y de gran actividad, sus
establecimientos están perfectamente administrados y pueden servir de
modelos.
Lo que hay sobre todo de loable en su explotación es que, no contento con los
inmensos beneficios que le brindan sus rebaños, se entrega con pasión a la
agricultura, sembrando por sí mismo casi tanto como todos los pobladores del
sur reunidos y hace considerables plantaciones de árboles.
Sus Estados por lo demás (porque ese es el nombre que se puede dar a sus
vastas posesiones), son el refugio de todos los malhechores, seguros de hallar
protección eficaz y de escapar a toda persecución, con tal de que acepten
trabajar y se adapten a la severa disciplina a la cual el amo somete a todos sus
servidores.
Rosas los cuida con la mayor atención: les paga exactamente, vigila por sí
mismo que estén bien alimentados, y aunque acuerda impunidad a los crímenes
cometidos fuera de sus propiedades, se muestra inexorable con los menores
delitos que tienen a sus tierras como escenario, haciendo justicia en persona,
aplicando castigos rigurosos, sin exceptuar, según dicen, la pena capital, y
haciéndose temer de sus vecinos que, más de una vez, han experimentado cuán
peligroso resulta ofenderlo.
Acostumbrado a gobernar despóticamente los inmensos dominios que
administra, embriagado por los continuos halagos de los gauchos que le rodean,
él, su modelo, tanto como su jefe, así como de numerosos ciudadanos que todo
lo esperan de su influencia; fuerte, en fin, por su popularidad y la devoción
fanática de que es objeto en las campañas, Rosas se ha declarado
sucesivamente sostén interesado o duro censor de los diversos gobiernos que
han desfilado en los últimos años, y a pesar de su profundo disimulo, se
reconoce sin trabajo que aspira a convertirse en jefe de Estado”.
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aplicando castigos –siendo él la ley en sus dominios- a quien faltare a sus
obligaciones o ejecutare actos deshonrosos. Era admirado por su gente que lo
seguía fanáticamente.
*
André Marie Jean Jacques Dupin
(Procurador General de la Corte de Casación, fue diputado en 1815, presidente
de la Cámara de Diputados en 1832, miembro de la Asamblea Constituyente en
1848, Presidente de la Asamblea Nacional de Francia,
Dijo en la Cámara de Diputados en 1841 (citado por Laurent de L’Ardèche en el
periódico parisino ‘La Republica’ en Enero de 1950 y reproducido por la ‘Gaceta
Mercantil’- Buenos Aires-27 de Abril de 1850 que Rosas “está a la cabeza de un
gobierno constitucional a la manera de aquel país, porque en fin, ellos tienen
también su representación propia, su sistema de gobierno, que es muy
progresivo, si es de ese lado que va el progreso, porque es un Jefe de Gobierno
efectivo, de un gobierno que se renueva muy frecuentemente”
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Además, el diplomático resalta el carácter de Rosas, que aparece como fuerte y
decidido. Ante los ojos del citado, el Restaurador ha demostrado liderazgo y
determinación en la defensa de los intereses de su país
*
José de San Martín
(Carta a Guido desde Bruselas, 8 de abril de 1830)
“...Noto con placer que la marcha del gobierno es firme...En mi opinión el
Gobierno en las circunstancias difíciles en que se ha encontrado, debe si la
ocasión se presenta, ser inexorable con el individuo que trate de alterar el orden,
pues si no se hace respetar por una justicia firme e imparcial, se lo merendarán
como si fuera una empanada, y lo peor del caso es que el país volverá a
envolverse en nuevo males…(…)…Yo no conozco al señor Rosas pero según
tengo entendido tiene un carácter firme y buenos deseos.”
+
(Carta a Guido, 27 de diciembre de 1847) (Carta a Rosas)
“Diré a Usted que orejeo cada vez que veo dirigirse a nuestra playas a estos
políticos (embajadores) y a pesar de lo que se dice de los sinceros deseos de
estos dos gobiernos (Inglaterra y Francia) tienen de concluir definitivamente las
diferencias con nuestro país, de todos modos yo estoy bien tranquilo en cuanto a
las exigencias injustas que pueden tener estos gabinetes, porque todas ellas se
estrellarán contra la firmeza de NUESTRO DON JUAN MANUEL”.
+
(Carta a Rosas el 2 de noviembre de 1848)
“A pesar de distancia que me separa de nuestra Patria, usted me hará justicia de
creer que sus triunfos son un gran consuelo para mi achacosa vejez”
+
(Carta de José de San Martín a Juan Manuel de Rosas desde Boulogne Sur Mer
del 6 de mayo de 1850. Extraída del libro de Font Ezcurra “Correspondencia
entre San Martín y Rosas”. Edit. Plus Ultra. Bs. As. 1965).
“...Como argentino me llena de un verdadero orgullo al ver la prosperidad, la paz
interior, el orden y el honor, restablecidos en nuestra querida Patria y todos estos
progresos efectuados en medio de circunstancias tan difíciles en que pocos
estados se habrán encontrado; deseo que al terminar su vida pública se vea
colmado del justo reconocimiento del pueblo argentino, son los votos que hace y
hará siempre a favor de Ud. éste su apasionado amigo y compatriota”.
“Q.B.S.M.” (Que besa sus manos) Firmado San Martín”
+
(San Martín 3er. Artículo del testamento. “Correspondencia entre San Martín y
Rosas” de Font Ezcurra. Edit. Plus Ultra. Bs. As. 1965. Revista del Instituto
Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, N°46. Enero
Marzo 1997).
“El sable que me ha acompañado en toda la guerra de la independencia de la
América del Sud, le será entregado al General de la República Argentina don
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Juan Manuel de Rosas como una prueba de la satisfacción que como argentino
he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra
las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla”.
+
Domingo F. Sarmiento visita a San Martín en el exilio. En determinado momento
el primero expresaba sus opiniones sobre Rosas con un torrente de críticas. San
Martín de pronto lo detiene y le dice:
“Ese tirano de Rosas que los unitarios odian tanto, no debe ser tan malo como
lo pintan cuando en un pueblo tan viril se puede sostener veinte años...me
inclino a creer que exageran un poco y que sus enemigos lo pintan mas
arbitrario de lo que es...y si todos ellos y lo mejor del país, como ustedes dicen,
no logran desmoronar a tan mal gobierno, es porque la mayoría convencida está
de la necesidad de un gobierno fuerte y de mano firme, para que no vuelvan las
bochornosas escenas del año 20 ni que cualquier comandante de cualquier
batallón se levante a fusilar por su orden al Gobernador del Estado” (Gálvez,
Manuel. “Vida de Sarmiento”. Emece Edit. 1945)
Del análisis de las cartas transcriptas de San Martín surge como primera
evidencia el razonamiento político y las soluciones que propone para nuestra
anarquía (ver las cartas al Mariscal Castilla, a Rosas, a Tomás Guido, a
Estanislao López, a O’higgins, etc), que hoy día no se ilustra ni se menciona
habitualmente.
Aunque se ha destacado su participación en la batalla de San Lorenzo y el cruce
de los Andes, se ha prestado poco atención a su pensamiento político-
institucional y su carácter destacado como Libertador. En sus cartas, San Martín
utiliza palabras como "firmeza", "orden" y "honor" con frecuencia, lo que
demuestra su enfoque en la estabilidad y el respeto.
Inicialmente, San Martín habla de Rosas con respeto pero con cierta distancia,
ya que no lo conoce personalmente. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo,
comienza a referirse a él como "NUESTRO Rosas" y en las cartas finales lo
llama "mi apasionado amigo y compatriota". Esto muestra cómo evoluciona su
trato y opinión sobre el Restaurador y su gobierno soberano, pasando de ser
respetuoso a ser amistoso, lo que refleja la confianza que va generando con el
tiempo.
Es necesario ir leyendo en el transcurrir de los años las cartas de San Martin,
sea a Rosas o a O’higgins o a Estanislao López o a su amigo Tomás Guido para
ir viendo cómo va evolucionado el trato y opinión del Libertador sobre el
Restaurador y su gobierno soberano, pasando de un trato respetuoso a uno
francamente amical, lo que demuestra la confianza que el hombre le va
generando al paso del tiempo
Es notable la ironía y sarcasmo que utiliza San Martin para ponerlo en ‘vereda’ a
un Sarmiento siempre desbocado y conspirador que intentó- sin éxito- atraer al
Libertador a la causa anglo-porteña, teniendo como efecto el odio declarado de
Sarmiento a San Martin por la humillación sufrida. Nótese el término usado por
San Martín: ‘Uds. Los Unitarios’, para diferenciarse bien y poniéndole ‘los puntos’
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a Sarmiento para que no se equivoque acerca de la postura política de él [de
San Martín]
Veamos algunos extractos:
“...En mi opinión el Gobierno en las circunstancias difíciles en que se ha
encontrado, debe si la ocasión se presenta, ser inexorable con el individuo que
trate de alterar el orden, pues si no se hace respetar por una justicia firme e
imparcial, se lo merendarán como si fuera una empanada…”
“…yo estoy bien tranquilo en cuanto a las exigencias injustas que pueden tener
estos gabinetes, porque todas ellas se estrellarán contra la firmeza de
NUESTRO DON JUAN MANUEL…”
“…la satisfacción que como argentino he tenido al ver la firmeza con que ha
sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los
extranjeros que trataban de humillarla…”
[a Sarmiento] “Ese tirano de Rosas que los unitarios odian tanto, no debe ser tan
malo como lo pintan cuando en un pueblo tan viril se puede sostener veinte
años…”
(ver (De Pluma Ajena) ‘San Martín Doctrinario De La Política De Rosas’ (por
Jordán B.Genta) en ‘elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com’ -
https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2019/06/de-
pluma-ajena-jordan-bgenta-san-martin.html-22-6-19)
*
Tomás de Iriarte
(En San Nicolás de los Arroyos, durante una parada militar del ejército que
marchaba a luchar contra Paz, en el año 1831, que por entonces era un oficial
de la Federación, y dice de Rosas en una descripción de su atuendo):
"Después de haber esperado largo tiempo, Rosas se presentó a caballo con una
pequeña comitiva: el traje del gran gaucho merece describirse: pantalón y
chaqueta desabrochada, gorra de cuartel con una funda de hule y sobre ésta
una gran divisa colorada con el lema de Federación o muerte; el poncho atado
por la cintura aseguraba un cuchillo de monte (puñal) cuyo cabo sobresalía por
sobre la chaqueta; sobre el poncho estaban atadas las bolas; un rebenque a uso
del país; no llevaba sable".
Es interesante mencionar el análisis minucioso que realiza Iriarte sobre la
vestimenta de Rosas y cómo esto revela su enfoque en los detalles. Iriarte, quien
con el tiempo se convirtió en enemigo de Rosas, se tomó el tiempo de observar
y describir detalladamente cómo vestía el Restaurador, destacando que no
portaba un sable pero sí un cuchillo.
Este nivel de atención a la vestimenta de Rosas puede interpretarse de
diferentes maneras. Por un lado, podría indicar que Iriarte buscaba resaltar la
imagen del líder gaucho, destacando su conexión con las tradiciones argentinas
y su estilo de vida campestre. La ausencia de un sable y la presencia de un
cuchillo podrían simbolizar la simplicidad y la autenticidad de Rosas como líder.
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Por otro lado, también es posible que Iriarte haya utilizado este detalle para
criticar a Rosas y cuestionar su legitimidad como líder político. La ausencia de
un sable, que tradicionalmente se asocia con el poder y la autoridad, podría
interpretarse como una falta de legitimidad o una muestra de su estilo de
liderazgo más autoritario y personalista.
En cualquier caso, el análisis detallado de la vestimenta de Rosas por parte de
Iriarte muestra cómo incluso los aspectos aparentemente insignificantes pueden
ser objeto de análisis y debate en el contexto político.
*
Charles Darwin
Hemos hablado largo y tendido sobre Darwin y otros naturalistas en estas
tierras. (ver ‘www.elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com’-‘Espías
‘Naturalistas’ Y ‘Comerciantes’ En La Penetración Británica Y Francesa En
Hispanoamérica” – 19-11-2021-al cual remitimos para mayor información )
"En la conversación es vehemente, sensato y muy grave. Dirige admirablemente
sus inmensas propiedades y cultiva mucho más trigo que todos los restantes
propietarios del país”. “Un hombre de extraordinario carácter, que ejerce la más
profunda influencia sobre sus compañeros; influencia que sin duda pondrá al
servicio de su país para asegurar su prosperidad y su dicha. Dirige
admirablemente sus inmensas propiedades y cultiva mucho más trigo que todos
los restantes propietarios del país",
“Dícese que posee 74 leguas cuadradas de terreno y unas 300.000 cabezas de
ganado. Dirige admirablemente sus inmensas propiedades y cultiva mucho más
trigo que todos los demás propietarios del país”.
“Las leyes que ha hecho para sus propias estancias, un cuerpo de tropas (de
varios centenares de hombres) que ha sabido disciplinar admirablemente de
modo que resistieran los ataques de los indios: he aquí lo que ante todo hizo
fijarse en él y que comenzara su celebridad”
“Nunca he visto una popularidad más grande que la de Rosas, ni mayor
entusiasmo por ‘la guerra más justa de las guerras, puesto que va dirigida contra
los salvajes’”
Aquí, el testimonio de Darwin sobre la habilidad ecuestre de Rosas durante su
visita al Río Colorado en 1833. Según Darwin, Rosas era un jinete excepcional,
capaz de montar un potro sin freno ni silla, dejándose caer desde la maroma
sobre la puerta del corral. Este relato resalta la destreza y valentía de Rosas
como jinete, lo cual podría ser interpretado como un símbolo de su liderazgo y
dominio en el ámbito militar.
Tenga el lector presente las palabras del propio Darwin como analiza la cantidad
y calidad de las tropas de Rosas; como logra acercarse al poder y obtener
salvoconductos para desplazarse por toda la Confederación libremente para
tener datos de las fortificaciones, cantidad de soldados, formación de los
mismos, ligazón entre Rosas y sus soldados y poblaciones.
Asimismo, el testimonio de Darwin destaca la relación entre Rosas y sus
soldados y las poblaciones locales. Darwin menciona que Rosas era muy
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respetado y querido por sus tropas, lo cual indica una fuerte conexión y lealtad
entre el líder y sus seguidores. Este tipo de vínculo cercano y personal puede
haber sido un factor clave en el poder y la influencia de Rosas en la
Confederación.
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espías en todo el territorio que le informaban de todo cuanto pasaba y veían, lo
que nos lleva a pensar que el Restaurador algo sospecharía.
Más allá de todo, queda plasmada la popularidad de Rosas en boca de un
extranjero muy peculiar que da por tierra cualquier tipo de supuesta ‘tiranía’ del
Restaurador.
*
Cipriano Catriel:
(Expresiones del Cacique Cipriano Catriel, extraídas del libro “Roca y Tejedor”
de Julio A. Costa)-.
“Nuestro hermano Juan Manuel indio rubio y gigante que vino al desierto
pasando a nado el Samborombón y el Salado y que jineteaba y boleaba como
los indios y se loncoteaba con los indios y que nos regaló vacas, yeguas, caña y
prendas de plata, mientras él fue Cacique General nunca los indios malones
invadimos, por la amistad que teníamos por Juan Manuel. Y cuando los
cristianos lo echaron y lo desterraron, invadimos todos juntos”.
*
Juan Catriel
(Discurso del cacique Juan Catriel en Tapalqué por el segundo gobierno de
Rosas, cit. en Adolfo Garretón, “Partes detallados de la expedición al desierto de
Juan Manuel de Rosas en 1833”).
“Juan Manuel es mi amigo. Nunca me he engañado. Yo y todos mis indios
moriremos por él. Si no hubiera sido por Juan Manuel, no viviríamos como
vivimos en fraternidad con los cristianos y entre ellos. Mientras viva Juan Manuel
todos seremos felices y pasaremos una vida tranquila al lado de nuestras
esposas e hijos. Todos los que están aquí pueden atestiguar que lo que Juan
Manuel nos ha dicho y aconsejado ha salido bien...”
*
Nicasio Catriel
(Discurso del cacique Nicasio Catriel en Tapalqué por el segundo gobierno de
Rosas, cit. en Adolfo Garretón, “Partes detallados de la expedición al desierto de
Juan Manuel de Rosas en 1833” edit. Eudeba. Bs. As. 1975).
“Que él había acompañado en cinco campañas a Juan Manuel y que siempre
había de morir por él porque Juan Manuel era su hermano y el padre de todos
los pobres”.
El texto menciona que los aborígenes tenían respeto y admiración por Juan
Manuel de Rosas, confiando en él como líder. Cuando Rosas fue desterrado, los
aborígenes volvieron a realizar malones, lo que indica que se perdió el equilibrio
y los acuerdos entre ellos y la Confederación Argentina durante el mandato de
Rosas.
Esto sugiere que Rosas tuvo una relación positiva y estable con los aborígenes,
lo que contradice la idea de que fue un’ tirano’, aún con los éstos.
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No es un dato menor el recordar que muchas veces dichos arreglos
‘diplomáticos’ (sic) entre las tribus y la Confederación pergeñados por Rosas era
ejecutados por su hijo adoptivo Pedro Pablo Rosas y Belgrano, diestro en ello,
hábil y sagaz negociador. Tan es así que fue a lo largo de los años juez de paz
en la campaña bonaerense, en especial, en Azul, muy criterioso y hábil
componedor. (ver www.elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com
https://www.blogger.com/blog/post/edit/3849953944387151647/4550919379966
023706 del 19-11-21)
*
(Cuarto conde de Arran conocido como Philip Gore hasta 1837, fue un par y
diplomático anglo-irlandés. En 1828 fue ascendido a secretario de legación en
Buenos donde fue encargado de negocios entre 1832 y 1834). En carta (Nro.26
21-10-1833 PRO/FO 6/37-, ‘Public Record Office’, London’, a Lord Palmerston,
dijo:
“Los gauchos, habitantes de los distritos rurales están ardientemente unidos al
general Rosas, a quien, como jefe y benefactor reconocido hace tiempo que
admiran con increíble devoción”.
Lo mismo que se dijo de las expresiones de Darwin para con Rosas es aplicable
aquí: ni rastro de ‘tiranía’ alguna en el Restaurador; solo admiración y respeto,
tanto en la ciudad como en la campaña.
*
El texto menciona que después de la rebelión del sur en 1839, muchas familias
buscaron ayuda del ministro británico y que, según una carta privada de un
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diplomático inglés, se demuestra una vez más la misericordia de Rosas al no
ejecutar a conspiradores contra la soberanía de la patria.
Esto sugiere que Rosas mostró clemencia hacia aquellos que conspiraron contra
su gobierno, lo que contradice la idea de que fue un tirano implacable.
*
Woodbine Parish
(Sir Woodbine Parish, “Buenos Ayres and the Provinces of the Río de La Plata”,
Londres, 1839)
“He tenido la satisfacción de ver muchas cosas de él. Su poder en el país es tan
extraordinario como su modestia y moderación” “Los miembros del Gabinete de
Rosas “son todos hombres honestos y de buena disposición” .
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Le escribe el Teniente General Richard Rourke a Rosas en medio del bloqueo
francés diciéndole:: "Me permito asegurar a V.E. que siento un vivo interés por el
éxito de su Gobierno y ansiosamente deseo el momento en que desembarazada
de agresiones extranjeras la República Argentina pueda obtener de la sabia
administración de V.E. aquellas medidas de mejoría interior que tengo motivos
de saber son el objeto continuo y querido de sus meditaciones”-
“O Brado de Amazonas”
(Jornal De Río de Janeiro, el 13 de diciembre de 1845 se expresaba asi).
“Triunfe la Confederación Argentina o acabe con honor, Rosas, a pesar del
epíteto de déspota con que lo difaman, será reputado en la posteridad como el
único jefe americano del sur que ha resistido intrépido las violentas agresiones
de las dos naciones más poderosas del Viejo Mundo”,
+
“O Sentinella da Monarchia”,
(Jornal de Río de Janeiro, el día 17 de 1845, se expresaba así):
“Sean cuales fueran las faltas de este hombre extraordinario, nadie ve en él sino
al ilustre defensor de la causa americana, el grande hombre de América, sea
que triunfe o que sucumba”.
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El texto menciona que el funcionario estadounidense que ocupó el
Departamento de Estado entre 1844 y 1845 describió al gobierno de Rosas
como "estable" y a Rosas como el "hombre más eminente de Sudamérica". Esto
implica que el funcionario tenía una opinión positiva sobre la estabilidad del
gobierno de Rosas y su liderazgo destacado en la región
¿No vemos dónde está la famosa ‘tiranía’ de Rosas’?. Más teniendo en cuenta
que los estadounidenses siempre se han caracterizado por repeler cualquier
gobierno que no fuera funcional a sus intereses.
*
James Buchanan
("La Gaceta Mercantil" N° 7213 del Viernes 19 de noviembre de 1847).
Dice el diario “que el Representante diplomático de Austria ofreció, el 29 de abril,
una comida en Washington a la que asistieron los Secretarios de Estado y del
Tesoro, los Plenipotenciarios de Rusia, España, Chile y Perú, así como Mr.
Rush, nombrado enviado de los Estados Unidos ante la Monarquía de Julio y
varios senadores y miembros del Congreso. "El Honorable Señor Buchanan" —
entonces Secretario de Estado y próximo Presidente de la República-"al ver
entrar en el salón al oficial de la Legación Argentina D. Emilio de Alvear,
después de los cumplimientos de costumbre, se dirigió a él de un modo bastante
remarcable a toda la reunión, preguntándole si había tenido noticias de Buenos
Aires. Habiendo contestado adecuadamente el Oficial de la Legación Argentina,
y hecho algunas manifestaciones al Honorable Secretario de Estado Caballero
Buchanan, se dirigió este Señor hacia el círculo de convidados, y exclamó
diciendo:
“El General Rosas es un grande hombre que yo admiro muchísimo! Este
sentimiento encontró la aprobación general y dio lugar a recordar la energía,
patriotismo y sabia política con que se ha conducido el General Rosas”.
“Tan apreciable e inequívoca cuanto justa prueba de admiración, expresada por
uno de los Estadistas más eminentes y acendrados patriotas de los Estados
Unidos, como es el señor Buchanan, delante de una sociedad tan distinguida,
fue participada con vehemencia por todos, y muy especialmente por los Señores
Ministros de Chile y Perú, con demostraciones verdaderamente Americanas
hacia el General Rosas que sostiene con tanta firmeza y gloria la noble causa
del Continente Americano".
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Domingo Faustino Sarmiento
(Diario ‘EL PROGRESO’ del 8-10-1844)
“Nadie conoce con más sagacidad que el general Rosas la situación social de
los pueblos que lo rodean. Su larga permanencia en el mando y la inteligencia
penetrante y aguda de que por desgraciado ha dotado la naturaleza, y que solo
par una miserable y ridícula porfía de partido se le puede negar, basta para
hacer que este bien informado de estas cosas que, a la verdad, se revelan con
facilidad a cualquiera que se dedique a mirarlas con una avisada atención”.
19
Ramos Mejía intentó ser ‘más papista que el Papa’ y cuando los Unitarios se
cebaban contra el gobierno de Rosas y su persona, Ramos Mejía duplicaba los
ataques imputándole deficiencias mentales a Rosas. Todo ello puede leerse en
su libro ‘Las neurosis de los hombres célebres en la historia argentina;
explicando una fantasiosa neurosis que él suponía en Rosas basándose en
textos de Sarmiento, entre otros (1878).
Pero, la diferencia con Sarmiento es que éste no creía en lo que decía: utilizó
sus críticas como un instrumento político para promover sus propias ideas y
objetivos. En cambio Ramos Mejía estaba firmemente convencido de la
veracidad de las acusaciones contra Rosas, por parte de aquél.
Entonces, privadamente, Sarmiento tuvo que decirle que tuviera en cuenta que
no todo lo que decía- y se decía- de Rosas era verdad. Una cosa es decirlo pero
otra cosa es creerlo. Cuesta pensar el rictus que habrá tenido Ramos Mejía al oír
esto.
A lo largo del tiempo los Unitarios que tan mal han hecho a nuestra nación y que
han coadyuvado a su parcial desintegración territorial así como a insertar en
nuestras almas –hasta el día de hoy- el criterio de que no somos capaces de
gobernarnos por nosotros mismos, pueden dividirse en dos grupos: aquellos que
creían y obraban por patriotismo, aunque errados (como el Cnel. Martiniano
Chilavert y el Cnel. Pedro Díaz) y aquellos que de mala fe así obraban a
sabiendas del daño que causaban a su país.
Entre estos últimos estaba Sarmiento que, no dejando de reconocer los valores y
bondades de Rosas y su empeño en mantener independiente a la Confederación
Argentina, luchó siempre por derrocarlo y desintegrar el suelo patrio.
*
20
Andrés Bello
(Filósofo, jurista, poeta, traductor, filólogo, ensayista, político, diplomático, uno
de los Padres de la Patria de Venezuela nacido en 1871 y nacionalizado chileno,
falleciendo en 1865).
Carta a Baldomero García el 30-12—1846 en IRAZUSTA, Julio ‘Vida Política de
Juan Manuel de Rosas a través de su correspondencia- Ed. Albatros-1947
donde dice:
“[Rosas] cuya conducta en la gran cuestión americana le coloca, a mi juicio, en
uno de los lugares más distinguidos entre los grandes hombres de América”
Alfredo de Brossard
(Francés, secretario del Conde Walewski en misión diplomática, durante 1847,
hizo de don Juan Manuel un relato de su personalidad detallado de su
personalidad y de sus planes políticos según su visión, tal citado por Carlos
Ibarguren en su libro ‘Rosas’)
"El general Rosas es un hombre de talla mediana, bastante grueso y dotado,
según todas las apariencias, de un gran vigor muscular. Los rasgos de su
fisonomía son proporcionados; tiene la tez blanca y los cabellos rubios; en nada
se asemeja al tipo español. Al verlo, diríase más bien un gentilhombre
normando. Hay en su expresión una extraña mezcla de astucia y de fuerza; de
ordinario mantiene su gesto apacible y hasta suave, pero por momentos la
contracción de los labios le da una singular expresión de dureza reflexiva".
"Su estilo hablado es desigual; se sirve de términos elegidos y aun elegantes,
ora cae en la trivialidad. Hay afectación en esta última manera de expresarse.
Sus discursos no son jamás categóricos, son complicados con digresiones y
frases incidentales. Esta prolijidad y difusión es evidentemente premeditada y
calculada para embarazar al interlocutor. Y en efecto, es muy difícil seguir al
general Rosas en las vueltas de su conversación. Contar todas las frases de esa
conferencia de cinco horas sería imposible; Rosas se mostró en ella,
sucesivamente, estadista consumado, hombre cordial, dialéctico infatigable,
orador apasionado y vehemente y nos representó, según las circunstancias, con
rara perfección, la ira, la franqueza, la bondad. Se comprende que, visto cara a
cara, Rosas pueda intimidar, seducir y engañar".
“Ha justificado, hasta cierto punto, sus pretensiones y discursos, restableciendo
el "Orden material" en el país y en la administración, haciendo respetar las leyes
civiles y rodeando a su dictadura de las formas constitucionales en vigor, con
anterioridad a él. Ejerce una gran actividad y vigilancia en todos los detalles de la
administración; trabaja asiduamente quince o dieciséis horas por día en el
21
despacho de los negocios públicos y no deja pasar nada sin un minucioso
examen. Así, como él mismo lo dice, "todo el peso de la responsabilidad
gubernamental cae sobre mí". Por ejemplo: 1» — Seguridad Pública.- 2.—
Justicia suficiente- 3.— Orden (aparente al menos) en las finanzas. He aquí los
principales resultados de su gobierno en el interior. Hombre de campo, Rosas
ha sido, en efecto, el jefe de la reacción de los hombres del campo contra el
influjo predominante de la ciudad. Imbuido de prejuicios de orgullo castellano,
detesta en bloque a los extranjeros, cuyos brazos y capitales podrían enriquecer
al país y sólo les concede una hospitalidad avara. Agricultor de nacimiento, por
educación y por gusto, hace poco caso de la industria. Esta predilección le ha
inspirado algunas buenas medidas: predica con el ejemplo en sus propiedades
que están perfectamente administradas y cultivadas. Ha prestado impulso al
cultivo de los cereales y éste se ha mejorado bajo el imperio de los derechos de
importación muy elevados con que ha gravado a los trigos que Buenos Aires
pedía antes a América del Norte. En otros sentidos, ha sobrepasado el límite.
Educado en las máximas exclusivas del derecho colonial español, no comprende
y no admite negocios que no estén rodeados de tarifas prohibitivas y de rigores
aduaneros. De ahí, el estancamiento del comercio y la industria, por negligencia
completa de los objetos de utilidad material. En oposición a esto, el general
Rosas está muy preocupado de los medios por los cuales un gobierno puede
actuar sobre la moral de los pueblos. Es así que adjudica una gran importancia a
las materias relativas a la instrucción pública, porque para él la instrucción
pública y la religión son medios de influencia política. Ha ido más lejos: se ha
erigido en campeón de la independencia americana amenazada, según él y sus
adherentes, por la invasión de los pueblos de costumbres e ideas europeas y por
las miras ambiciosas de los gobiernos del viejo mundo. Y este pensamiento,
audazmente expuesto, ha levantado singularmente su reputación, no sólo a los
ojos de los suyos, sino también a los de todos los pueblos transatlánticos,
comprendidos los americanos del Norte. Es así que sus admiradores lo saludan
como "al Gran Americano". El general Rosas alimenta otra idea cuya ambición
es de naturaleza suficiente para halagar igualmente el orgullo de su pueblo:
reconstruir el viejo virreinato de Buenos Aires, reuniendo en un solo haz las
provincias argentinas y sometiendo al recalcitrante Paraguay, y retomando,
indirectamente al menos la influencia sobre la Banda Oriental que el tratado de
1828 hizo desaparecer. Tal es, evidentemente, su plan.[…] Tal es el hombre que
tiene en sus manos los destino de América del Sud, a poco que Francia se los
deje tomar; tales son sus miras, tal es su gobierno”.
22
El que no comprende es el francés: no comprende el carácter protector –de neto
corte español- de las leyes de la Confederación respecto al comercio y la
aduana. De tal modo no era ese el motivo de un estancamiento comercial e
industrial –que era relativo- sino que el mismo era causado por los propios
franceses, ingleses y brasileños que con sus ataques constantes a la
Confederación en sus ríos y los bloqueos interminables, minaban o intentaban
minar nuestro desarrollo comercial y de la incipiente industria..
Para finalizar el francés dice “"Hay que decir que, ese pensamiento no tenía
aplicación general. Si el Perú y México estaban dispuestos por su formación
social a recibir un régimen monárquico, no sucedía lo mismo con otras
provincias americanas, y especialmente con las del Río de la Plata,
democráticamente organizadas, como hemos visto, bajo el Cetro de los Reyes
Católicos. ("Consideraciones Históricas y Políticas sobre las Repúblicas del
Plata en sus relaciones con Francia -e Inglaterra" por Alfred De Brossard.
Attaché a la Misión Extraordinaria de Francia en el Plata en 1847, parís 1850,
pág. 104).
Es evidente que el catolicismo hispánico de Rosas era algo difícil de digerir para
el citado. Además, reconoce el francés que Rosas impulsaba la educación:
Ningún ‘tirano’ quiere un pueblo educado para poder así someterlo a sus
designios.
*
23
Su habilidad para controlar las emociones y las percepciones de los demás era
una de las armas más poderosas que tenía a su disposición.
*
William Brent
(Encargado de Negocios de los EEUU en la Confederación Argentina dijo en
1847) (Por John F. Cady, ‘La Intervención Extranjera en el Río de la Plata 1838-
1850’ Bs.As. 1943, pag. 176, citado por José Luis Busaniche en ‘Rosas visto por
sus contemporáneos’, Ed.Hyspamérica-1985)
"Estoy absolutamente convencido de que en ningún otro momento de la historia
de estos países se ha enardecido más el patriotismo y se han mitigado y
suprimido más las diferencias internas" […} “estoy totalmente persuadido que
usted abriga el propósito fijo y resuelto, dentro de sus posibilidades, de promover
el establecimiento de un sistema similar, adaptado a las condiciones y
necesidades de las Provincias del Plata: pero también estoy totalmente
convencido que cuando el enemigo extranjero haya sido, expulsado de las
entrañas de su país, usted no perderá tiempo en comenzar esta obra grande e
importante"..
*
Samuel Green Arnold
(Estadounidense, que en su paso para ir a Chile, por el año 1848, estuvo varias
veces con Rosas y con Manuelita, dando del Restaurador una descripción de su
atuendo y de su carácter bromista).
"Nos sentamos en los sillones de la galería hasta las tres, en que apareció el
gobernador. Nos saludó y nosotros respondimos quitándonos el sombrero y
todos nos sentamos. El usaba la gorra blanca de visera (igual a una que yo tuve)
que había llevado en otra oportunidad, una chaqueta azul con cordones rojos,
chaleco punzó, pantalones azules, calzado atado hasta la punta del pie y la
divisa de costumbre en el ojal; no tenía pelo en la, cara salvo que hoy no se
24
había afeitado; parecía completamente un sencillo estanciero. Mandó llamar a
uno de sus jóvenes subalternos, que habla francés, para que sirviera de
intérprete, y luego empezó a bromear como sabe hacerlo cuando descansa de
sus pesadas tareas”.
*
Martiniano Chilavert
(Carta de Martiniano Chilavert a Juan Bautista Alberdi, Buenos Aries, 10 de
mayo de 1848, en Jorge M. Mayer, "Alberdi y Su Tiempo", ,pág. 347)
“La puerta está abierta para todos. El general Rosas no excluye a nadie, para
todos hay lugar. Es preciso ser generoso y dejar hacer al que sabe hacer. ¿A
qué fin empeñarse en perpetuar las desgracias del país?".
25
Agregan que "No menos grata y digna de universal aprobación, les ha sido la
remarcable generosidad con que V.E. abre hoy las puertas la emigración
Argentina que las olas de la revolución habían arrojado en todas direcciones
fuera del seno de la madre Patria".
*
Juan Francisco Mur
(Carta de Juan Francisco Mur a Felipe Arana, Santiago, Chile, 10 de agosto de
1849, en Archivo General de la Nación. Buenos Aires. División Gobierno
Nacional. Ministerio de Relaciones Exteriores. 1827-1852. 10-2-1-5) .
De Chile, Juan Francisco Mur, relata al ministro Arana, el siguiente 10 de
agosto: "Todas las cartas que se han recibido de Buenos Aires y Montevideo
sobre el estado en que se encuentra la Patria están contestes en que es
próspero y glorioso: He visto muchas, y sé de muchas otras, y en todas ellas sé
que hablan las familias y los amigos de los emigrados en sentido de estar
contentos y por lo tanto los llaman".
Otra muestra más del espíritu conciliador del llamado ‘tirano’ Rosas que
presuponiendo que ya la nación entraba en un período de paz se apresuró a
llamar a todos los emigrados para que volviesen a su tierra a vivir y trabajar en
paz. Todos los emigrados manifestaban su alegría en volver, pero muchos,
subrepticiamente, seguían cual tábanos conspirando en derrocar al gobierno de
su país que magnánimamente, y después de todas sus acechanzas, Rosas les
abría la puerta de la patria para regresar, al cual, ellos seguían diciéndole
‘tirano’...
*
Dalmacio Vélez Sarsfield
Abogado, Unitario aunque respetado en aquellos tiempos por Rosas, dijo en
1847:
“...El Gobierno por decreto de Septiembre de 1840 embargó todos los bienes y
acciones de los llamados Salvajes Unitarios. Durante el embargo, el Gobierno
recibió las rentas de las fincas y disponía de las haciendas embargadas para las
necesidades del estado. Pasados algunos años se desembargaron muchas
propiedades de individuos que a la fecha del embargo tenían créditos en plaza.
Los acreedores se presentaron cobrando el capital y los intereses, y nació la
cuestión: si las personas cuyos bienes habían sido embargados en 1840 debían
o no intereses de sus deudas por el tiempo corrido durante el embargo. Yo
defendí a los embargados. Después de consignar el capital debido, hice el
escrito siguiente sobre los intereses. Las circunstancias exigían las mayor
medida y prudencia en la materia”.
26
Queda testimoniado por el propio Vélez Sarsfield que durante el gobierno de
Rosas, no hubo ‘confiscaciones’ y, si, y por razones de Estado, urgentes,
‘embargos’ y por tiempo limitados.
¿Y la supuesta ‘tiranía’ de Rosas, dónde queda?. Teniendo las Facultades
Extraordinarias por aquella época bien podría el Restaurador de las Leyes haber
confiscado, pero –justamente- él fue el restaurador de las leyes y ello –la
confiscación- hubiera significado una contradicción con su pensamiento de
ajustarse a las leyes.
Amory Edwards
(Carta del Cónsul Amory Edwards a Pedro Ximeno para ser entregada a Rosas.-
, Nueva York, 18 de mayo de 1848, en Archivo General de la Nación. Buenos
Aires. Archivo del Doctor Juan Ángel Farini. Varios. 1847-1850. 7-3-2-3).
El Cónsul Amory Edwars estuvo un largo tiempo ejerciendo su actividad
diplomática en Buenos Aires. Luego vuelve a los EEUU y notifica a Rosas que
ha muerto el diplomático Edward Brent que también ejerció funciones consulares
en Buenos Aires, diciendo que el susodicho “Estuvo enfermo, postrado en cama,
durante algunas semanas, a pesar de lo cual fue capaz de dictar cartas y
ayudar a escribir una reseña de la Intervención y de los asuntos de Buenos
Ayres durante su residencia allí como Encargado de Negocios y también otra
sobre el Paraguay".
“Especifica que "El Manuscrito se titula «Una Visita Al Paraguay Y Dos Años De
Residencia En Buenos Ayres» por George Lee Brent, agregado a la Legación de
los Estados Unidos en Buenos Ayres", tratándose, en cuanto al nombrado, del
hijo del representante diplomático.
"Este libro está muy bien escrito, y el señor Brent testifica según su observación
personal acerca de la bondad del actual Gobierno de Buenos Ayres. Denuncia
las calumnias contra el General Rosas, las maldades de Deffaudis y Ouseley,,
así como las bellaquerías de las compras efectuadas al Gobierno de Montevideo
por Extranjeros" contra la Confederación-
“Se despide –Edwards- deseando regresar algún día y encontrar a la
Confederación "próspera y libre de influencia extranjera. Sólo necesita paz para
convertirse en el Continente Meridional bajo el General Rosas, lo que los
Estados Unidos son en el Septentrional. Una gran nación, respetada y temida
también".
*
27
Publica una carta procedente de Buenos Aires, en la que se descuenta la
reelección de Rosas. "Puede estar seguro, que es el favorito de la gran masa de
la población y que recibirá un caluroso y unánime apoyo. Por consiguiente, las
intrigas del espíritu de sedición que ocasionalmente se hace ver aquí, quedarán
frustradas".
Otra prueba mas, de un órgano anglo-sajón que debió reconocer el fuerte apoyo
popular a Rosas de parte del pueblo argentino. ‘Unánime’, dice.
Es cierto que Rosas contó con un importante apoyo popular durante su gobierno
y que fue reelecto en elecciones plebiscitarias. Este respaldo se debió en parte a
las políticas que implementó, como la defensa de la soberanía nacional y la
promoción de la identidad argentina. Además, su liderazgo carismático y su
habilidad para mantener la estabilidad interna también contribuyeron a su
popularidad.
Entonces, ¿Dónde está la ‘tiranía’ que se le imputaba?.
Digamos leyendo esto, y viendo las elecciones plebiscitarias en los dos
gobiernos de Rosas, que el mismo fue el más inequívocamente apoyado por el
pueblo en toda nuestra historia, hasta hoy día.
*
“O Americano”
(Diario "O Americano", Río de Janeiro, 1 de septiembre de 1849, -ver ‘El Archivo
Americano’ - N° 20 del 21 de septiembre de 1850)
"Ese fraccionamiento indefinido de las nacionalidades Americanas es un mal que
con esmero se debe evitar: la tendencia que hay para subdividirse los Estados
de este continente, es ya por sí un germen de disolución social; y oponerse a
aquello es una necesidad para remover esta, y fundar en base segura la
grandeza de Sud América[…] "El principio de no reconocer separaciones
ilegítimas y por ilegítimas se entienden las que son hechas contra la voluntad de
todo el cuerpo nacional, es un principio de orden, de estabilidad, y de porvenir.
La gloria de proclamar en la América este principio, y de mantenerlo, toca toda al
Gobierno de la Confederación".
Téngase presente la justeza y claridad política que expresa el editorial del diario
brasileño. Justeza y claridad que no veían o no querían ver aquellos obnubilados
por su ideología iluminista que no se daban cuenta –o no les importaba- que sus
acciones y declamaciones nos llevaran a una fragmentación territorial que
serviría de inicio a nuestra destrucción como nación hasta el día de hoy.
Paraguay fue un ejemplo de ello: desarraigados de la Patria Grande, cayeron en
manos del Imperio brasileño que –si veían las consecuencias, como se
desprende de lo dicho en el diario citado- se los deglutió….El diario nos lo
advirtió y los Unitarios no quisieron verlo…
Asi, queda demostrado que algunos críticos de Rosas argumentan que su
gobierno fue necesario para mantener la estabilidad y la unidad en Argentina, y
28
que la oposición a su régimen contribuyó a la fragmentación territorial y a la
posterior intervención de países vecinos.
*
Pedro De Angelis
(El periodista napolitano Pedro De Angelis, hizo una descripción precisa de
Rosas en su ‘Archivo Americano’ Tomo 1-230, Diciembre 1850)
“Rosas no ataca, pero sabe defenderse, y su política se halla encarnada en
frases vulgares pero sentenciosas que acostumbra a repetir: Quien me la hace,
me la paga. Quien me busca me encuentra. Y al son que me tocan, bailo.” “La
mejor prueba de lo que puede el trabajo en un suelo tan privilegiado corno el
nuestro, es la que ofrecen los resultados obtenidos por el Sr. Rosas. La invasión
de los indios en 1821 destruyó sus establecimientos, y bastaron tres años para
que volviesen a ser los más florecientes de la provincia. Sus sembrados, que
ocupaban una gran extensión, producían más de 15.000 fanegas de trigo y maíz,
sin incluir los productos de otras culturas.
“Tanta prosperidad le atrajo la admiración de sus amigos y la envidia de sus
émulos. Su benevolencia no tenía límites. ¡Cuántas veces no se le ha visto
abandonar sus tareas, por amparar a un desgraciado, proteger á un huérfano,
transar un pleito! ¿Qué hay que extrañar que esta conducta le hubiese granjeado
la estimación de los habitantes de la campaña?
“Los que piensan que la popularidad del Sr. Rosas no sea duradera, no saben, o
aparentan ignorar que se funda en beneficios, a que los individuos corresponden
a veces con ingratitud, pero que los pueblos olvidan difícilmente. Por su
intervención en los asuntos generales y particulares de la provincia había
adquirido un conocimiento exacto de su territorio; y no se le ocultó que la línea
de frontera era insuficiente para garantimos de los indios. Los eminentes
servicios del Sr. Rosas, a pesar de la importancia y utilidad que tenían para el
país, solo le proporcionaron persecuciones y disgustos.
“Los ociosos le reprochaban su contracción al trabajo; los intrigantes su odio a
las revoluciones; los díscolos la sencillez y la severidad de sus costumbres; y no
faltaban hombres ilustrados que le hacían un cargo de su interés hacia los
indios.
“El Sr. Rosas nunca contestó a sus detractores; limitábase á confundirlos con la
práctica de todas las virtudes, y con su respeto inalterable a las instituciones del
país. Al reunir los rasgos principales de la carrera política y militar del Sr. Rosas,
hemos tenido que hacer un esfuerzo, por no caer en la exageración que
naturalmente inspira la contemplación de virtudes tan eminentes.
“El Sr. Rosas es un excelente ciudadano: desdeña la gloria comprada con la
sangre, detesta los honores adquiridos con los crímenes, desprecia las riquezas
que no se ganan con el trabajo. Su vida pública no presenta hecho alguno que
esté en oposición con estos elogios; y si no temiésemos ofender su modestia,
encontraríamos en su vida privada muchas pruebas que los confirman.
“Sus detractores han podido prodigarle ultrajes, pero ninguno de ellos se atrevió
a citar una sola acción que fuese reprensible. ¿Qué podrían decir que no lo
29
desmintiesen mil testigos? Adorado de sus deudos, querido de sus amigos,
venerado de sus familiares, nada sería comparable a su dicha, si no hubiese
tenido la noble ambición de ser útil a su patria. ¿Se le obligará á arrepentirse?...
¡Argentinos! Sed justos y agradecidos, si queréis ser libres y felices”.
Pedro de Angelis escribía el ‘Archivo Americano’ –el que pasaba por los ojos de
Rosas antes de ser publicado, en honor de la verdad-
Aunque todo lo dicho en estos párrafos son enteramente ciertos. Este es uno de
los pocos personajes que aquí se cita en este trabajo, que alaban a Rosas y que
pertenecían, de algún modo, al mundo Federal y que –conjuntamente con lo
mencionado por San Martín y Julio Irazusta-, son los pocos Federales que nos
hemos animado a transcribir, por su importancia (Quesada no pertenecía social
ni familiarmente a ese mundo Federal aunque fue luego variando su visión,
como se sabe). Hay muchos Federales que hablaban bien de Rosas pero
intentamos, como se dijo arriba, omitir sus dichos pues son una obviedad y
pierde valor por su subjetividad.
*
Henry Palmerston
(Declarado por Lord Palmerston cuyo nombre era Henry John Temple- en el
Parlamento Ingles -1849/1850-al pedir la aprobación del tratado Southern-Arana)
“Debemos aceptar la paz que quiere Rosas, porque seguir la guerra nos resulta
un mal negocio”.
30
también son tratados con toda consideración y con mucha frecuencia, ante
solicitudes presentadas al gobierno, el secuestro de sus propiedades es dejado
sin efecto”
Una muestra más de que a pesar de ser combatido Rosas, invitaba a los
Unitarios a volver al país, a establecerse nuevamente sin preguntarles nada,
tratados con consideración y devolviéndoles las propiedades con los intereses
acumulados en todos esos años que ellos estuvieron en el exterior, aun
conspirando, lo que prueba que no hubo tales confiscaciones como se decía,
sino embargos que cesaron como se comenta. De la supuesta ‘tiranía’ ni
noticias…..
+
También Henry Southern a Lord Palmerston (por comunicación del 22-11-1848
HMC (‘Historical Manuscripts Commission, London’) ‘Palmerston Papers’ –
GC/SO/241):
“La Intervención ha dado fuerza y vigor al poder de Rosas. Su reputación
naturalmente, ha llegado a ser inmensa; y ha demostrado a satisfacción de sus
compatriotas que, por lo menos, invulnerable.”.
31
Southern se dio cuenta que hasta a la propia Albión le convenía la paz en estas
tierras para el buen comercio no solo de Inglaterra sino también de los
comerciantes ingleses que vivían en nuestro territorio los que deseaban que la
propia Inglaterra y Francia dejaran de inmiscuirse en nuestros asuntos pues ello
los llevaba, a esto comerciantes, a verse perjudicados en sus negocios.
Algunos de ellos argumentaron que la estabilidad política y la protección de los
intereses comerciales eran más importantes que la intervención extranjera en los
asuntos internos del país.
Estos lo veía claramente Rosas y por eso sabía que cuanto más tardaran los
franco-ingleses en rendirse, más iban a presionar sus conciudadanos de aquí a
sus países para que dejaran de atacar a la Confederación.
Diplomáticamente lo de Rosas fue perfecto: puso a los británicos y franceses
que vivían aquí a confrontar a sus propios gobiernos pues los perjudicaban en
sus negocios en el Plata.
Y al reconocer que ‘país consideraría la muerte o aun la caída del general Rosas
con la calamidad más negra’, es la prueba más irrefutable de que Rosas no era
un tirano. Ningún pueblo apoya a un hombre que lo tiraniza.
*
Millard Fillmore
("Diario de la Tarde" N° 5837 del Martes 4 de marzo de 1851)
"El General Rosas ha enarbolado una bandera en que está escrita con letras
indestructibles, la forma democrática de su país, y en el reverso, Independencia!
pero no como vanas palabras. Al pie del asta de este pabellón están
aglomerados sus esfuerzos, sus tenaces luchas y sus victorias".
Era por entonces, el autor de la frase, el Presidente de los Estados Unidos. Fue
su mensaje al Congreso de los EE.UU de 1850 cuando se refirió
laudatoriamente al Gobierno de la Confederación Argentina, a Rosas y a su
denodada lucha contra aquellos que intentaban someter al país y a su
independencia.
Desde fuera del país se reconocía, una vez más, la inexistencia de ‘tiranía’
alguna de parte de Rosas.
Recordemos que Fillmore fue el 13º presidente de los EE.UU desde Julio de
1850 a Marzo de 1853.
*
Lucio V. Mansilla
(Sobrino del Restaurador luego de su llegada de Europa en las postrimerías del
año 1851 hizo una semblanza física y de la personalidad detallada, de su tío.
Ver: Lucio V Mansilla, ‘Mis Memorias’, Buenos Aires, 1925.; Lucio V.
Mansilla, ‘Los siete platos de arroz con leche’, Buenos Aires, EUDEBA, 1963.;
Lucio V. Mansilla, ‘Rozas, ensayo histórico-psicológico’, Bs As, A-Z, 1996).
32
"Mi tío apareció: era un hombre alto, rubio, blanco, semipálido, combinaron de
sangre y de bilis, un cuasi adiposo napoleónico, de gran talla; de frente
perpendicular, amplia, rasa corno una plancha de mármol fría, lo mismo que sus
concepciones; de cejas no muy guarnecidas, de movilidad difícil, de mirada
fuerte, templada por el azul de una pupila casi perdida por lo tenue del matiz,
dentro de unas órbitas escondidas en concavidades insondables; de nariz
grande, afilada y correcta, tirando más al griego que al romano de labios
delgados y casi cerrados, como dando la medida de su reserva, de la firmeza de
sus resoluciones; sin pelo de barba, perfectamente afeitado, de modo que el
juego de sus músculos era perceptible. Seria cruel, no parecía disimulada
aquella cara, tal como a mí se me presentó, tal como la veo, al través de mis
reminiscencias infantiles".
"Agregad a esto una apostura fácil, recto el busto, abiertas las espaldas, sin
esfuerzo estudiado, una cierta corpulencia del que asoma su ‘embonpoint’ (sic)
[sobrepeso], o sea su estructura definitiva, un traje que consistía en un
chaquetón de paño azul, en un chaleco colorado, en unos pantalones azules
también; añadid unos cuellos altos, puntiagudos, nítidos, y unas manos perfectas
como forma, y todo limpio hasta la pulcritud, y todavía sentid y ved, entre una
sonrisa que no llega a ser tierna, siendo afectuosa, un timbre de voz simpático
hasta la seducción, y tendréis la vera efigie del hombre que más poder ha tenido
en América ..."
“Fue durante larguísimos años un misterio y una mistificaci6n para casi todos
excepto para él mismo. En las campañas parece campesino y es burgués. En el
orden nacional habla de patria y es localista. Nadie atentó contra la América, y él
se dice defensor de la santa causa americana. ¡Santa!; tiene la manía de los
adjetivos y de los sobrenombres costumbre gauchesca. No es perversa, árida y
fría su alma; es intermitente, ondulante, pudiendo llegar a no enternecerse
jamás. No es caprichoso; tiene desarrollada la protuberancia de la continuidad y
su frente amplia, lisa, cuadrada, parece hecha para resistir a todo lo que intente
inducirlo en otro sentido de lo que es la lógica de su voluntad persistente.
Distingue perfectamente los medios, los instrumentos, conoce su fuerza, su
eficacia, sabe qué quiere, sabe que va a un fin; más no discierne claramente ese
fin, excepto cuando se sale, por decirlo así, de las abstracciones. Su fuerza es
pura potencialidad. Saltará sobre un bagual en pelo al pasar, convencido,
persuadido, sabiendo que lo do- minará; pero dónde se detendrá, no le
alcanzará, ni quiere alcanzarlo, corno si gozara con las fruiciones de un peligro
remoto, a través de obstáculos imaginarios. Y no porque sea fantástico, sino
porque es diestro”.
“De la política, de la política de entonces, nunca me decía una palabra. Y como
yo era muy Federal, muy ‘rosista’, algo me faltaba. ¡Y ya lo creo que era yo muy
federal! Mi tío era para mí un semidiós, el hombre más bueno del mundo. Yo
retozaba en su casa, como no podía hacerlo en la mía, con una cáfila de primos.
Entrábamos, ad libitum en sus piezas, sin que él nos hiciera más observación
que ésta: «¡Bueno, bueno! Pero no me toquen los papeles ¿Eh?» Y al retirarnos,
a toda la sarta de sobrinos les daba lo siguiente, el sábado a la tarde,
indefectiblemente: una docena de divisas coloradas, nuevitas, que nos hacían el
efecto de la muleta al toro. Un peso fuerte, en plata blanca, que nosotros
después cambiábamos en moneda corriente, discutiendo el precio con nuestros
respectivos tatitas, y un retrato litografiado de Quiroga, diciéndonos siempre
33
estas mismas, mismísimas palabras (y repitiéndoselas a cada uno): «Tome,
sobrino, ese retrato de un amigo, que los salvajes dicen que yo mandé matar».
Esta palabra salvaje no crean ustedes que inspiraba entonces un sentimiento de
horror, pues yo me acuerdo que, cuando estaba en la escuela de don Juan
Peña, no se la aplicaban los muchachos unos a otros para asustarse, sino como
afrenta. Ayer todavía nos acordamos de esto con José Ignacio Garmendia”.
34
“La posteridad juzgará de ellos por sus exitosos resultados, y por las imponentes
dificultades de los tiempos, en que su protagonista se vio colocado; y con justicia
y veracidad inscribirá su nombre muy alto en la lista de aquellos gran-des
hombres, que han quedado inmortalizados en la ancha e im-perecedera página
de la historia del mundo".
Lo que dice Gore, justo el día anterior a la batalla de ‘Caseros’ explica años de
lucha titánica de Rosas contra fuerzas centrípetas que intentaban una y otra vez
desalojar al gobierno legal argentino y que con ello impedir el desarrollo
comercial e industrial de país.
Por ello necesitaba el gobierno inglés –según las palabras de su representante
legal- un orden y tranquilidad en el país para el desarrollo –de una vez por todas
– de las relaciones comerciales internas y externas. Y esto solo lo podía dar el
gobierno de Rosas, triunfando en su lucha contra el Brasil, Urquiza, Unitarios,
etc. La derrota de Rosas confirmó el caos y y la anarquía durante décadas,
como sospechaba Gore.
*
Justo José de Urquiza
(Urquiza al representante ingles Gore, al partir para reunirse para el encuentro
en San Nicolás. Mayo de 1852. José María Rosa. Tomo VI. P.34 – H.S.Ferns
Gran Bretaña y Argentina en el siglo XIX. p.297) (Carta a Rosas)
35
““Hay un solo hombre para gobernar la Nación Argentina, y es Don Juan Manuel
de Rosas. Yo estoy preparado para rogarle que vuelva aquí”
+
(Carta a Rosas del 24 de agosto de 1858. Extraída del libro de Mario César Gras
“ Rosas y Urquiza. Sus relaciones después de Caseros “. Edic. Del Autor. Bs.
As. 1948).
“Buenos Sentimientos le guardan los mismos que contribuyeron a su caída, no
olvidan la consideración que se debe al que ha hecho tan gran figura en el país y
a los servicios muy altos que le debe y que soy el primero en reconocer,
servicios cuya gloria nadie puede arrebatarle. Justo José De Urquiza”.
+
(Fragmento de carta de Urquiza a un tucumano de 18 años después de
caseros, de fecha 3 de marzo de 1870 y publicada a fs, 326. Tomo 3 de la
“Historia de los Gobernadores De las Provincias Argentinas” de A. Zinny, ed.
1920 - cita de Raúl Rivanera Carlés, Rosas Pág. 13)
“Toda mi vida me atormentará constantemente el recuerdo del inaudito crimen
que cometí al cooperar, en el modo en que lo hice, a la caída del General Rosas.
Temo siempre ser medido con la misma vara y muerto con el mismo cuchillo, por
los mismos que por mis esfuerzos y gravísimos errores, he colocado en el
poder.” ,
36
Laurent de L´Ardeche
(Palabras de Laurent de L´Ardeche, diputado socialista francés, el 8-01-1850 en
el parlamento francés. Publicado en “La Republique” de París el 9-1-1850 y en
“La gaceta Mercantil” del 20-4-1850)
“La guerra de los gauchos del Plata contra los unitarios de Montevideo
representa en el fondo la lucha del trabajo indígena contra el capital y el
monopolio extranjeros y encierra para los federales una doble cuestión: de
nacionalidad y de socialismo. […]. Lo que hay de cierto es que el poder de
Rosas se apoya efectivamente en el elemento democrático, que Rosas mejora la
condición social de las clases inferiores, y que hace marchar a las masas
populares hacia la civilización dando al progreso las formas que permiten las
necesidades locales, lo que hay de cierto , es que él hace todo esto sin necesitar
hacer revoluciones y barricadas, pues la soberanía nacional es la única que lo
ha elevado al poder, donde le mantienen invariablemente la confianza, la gratitud
y el entusiasmo de sus conciudadanos”.
Es una descripción casi pictórica sobre Rosas, su labor nocturna, velado por los
gauchos que lo saben trabajando en el silencio de su residencia por el bien de
su amado pueblo..
37
*
Ventura de Vega
(Cartas íntimas a su mujer en ‘Cartas Íntimas’, del 21 de Julio de 1853-pág. 103.
Madrid, 1874).
"Rosas es el carácter más original, más raro, más sorprendente que te puedas
imaginar. No sé si para cortar cuando le parece alguna conversación, o para
disimular su pensamiento, o para de desconcertar al que le habla, te encuentras
en que pasa repentinamente del tono más elevado, del discurso más serio, a
una ‘chapaldita’ (sic) de lo más Vulgar, a la cual siguen otra y otra, entre muchas
carcajadas, y de allí a un rato vuelve insensiblemente a entrar en el todo serio y
entonces dice, hablando de política, cosas admirables. Decían que sólo tenía
talento natural y que era poco culto; no es cierto. Es un hombre instruidísimo y
me lo probó con las citas que hacía en su conversación; conoce muy bien
nuestra literatura y sabe de memoria muchos versos de los poetas clásicos
españoles".
El autor era un poeta de vínculos familiares con Juan Manuel, y nos presenta un
retrato del Restaurador respecto a su personalidad, a su cultura y carácter en su
visita a éste en el año 1853, en Inglaterra, en carta del 21 de Julio de 1853, a su
mujer que estaba en Madrid, donde vivían.
Ventura de la Vega afirma la instrucción de Rosas, los conocimientos que tiene
el Restaurador de la literatura mundial y realiza una descripción muy rica en
matices sobre el cambio de modo de dialogar de un momento a otro produciendo
–adrede- en el interlocutor una especie de confusión acerca de su estado real de
ánimo, de interrogación del interlocutor acerca de su postura sobre los temas
que se tratan, etc.
*
38
El escritor chileno hace una observación interesante aunque conocida de Rosas:
al principio Rosas es reservado, desconfiado hasta evaluar al interlocutor y de
parte de quien viene; y así, ante un dato familiar, de golpe, volverse más afable y
abierto. Los tiempos y las actitudes siempre fueron manejo del Restaurador.
*
Nicolás Albarellos
(Diputado pidiendo el Juicio Político a Rosas ‘en ausencia’-1857.la Legislatura
de la Provincia de Buenos Aires, declara "traidor a la Patria" a Juan Manuel de
Rosas)
“Los juicios como esos no deben dejarse para la historia. ¿Qué se dirá, qué se
podría decir en la historia cuando se vea que las naciones civilizadas del mundo,
para quienes somos solo un punto, han reconocido en este tirano que es digno
de tratar con ellas? ¿Que Inglaterra ha devuelto sus cañones en acción de
guerra y ha saludado su sangrienta e inocente bandera manchada de sangre
con un saludo de 21 cañones? Este hecho, conocido por la historia, sería un
gran contrapeso, señor, si dejamos a Rosas sin esta sanción. La misma Francia,
que comenzó la cruzada que compartía el general Lavalle, a su debido tiempo
también lo abandonó, se enfrentó a Rosas y saludó su bandera con un saludo de
21 cañones. Pregunto, señor, si este hecho no borrará de la historia todo lo que
podamos decir, si dejamos este monstruo que nos diezmó durante tantos años
sin una sanción”.
“El juicio de Rosas no debe dejarse a la historia, como algunas personas
desean. Está claro que no se puede dejar a la historia el juicio del tirano Rosas.
Vamos a arrojarle a Rosas este anatema, que quizás puede ser el único que le
haya hecho daño en la historia, porque de lo contrario su tiranía siempre será
dudosa, ¡y sus crímenes! ¿Qué se dirá en la historia, señor? Y es triste decirlo,
¿qué se dirá en la historia cuando se dice que el valiente almirante Brown, el
héroe de la Marina de Guerra de la Independencia, fue el almirante que defendió
la tiranía de Rosas? Lo que se dirá en la historia sin este anatema, cuando se
dice que este hombre que contribuyó con sus glorias y talentos para dar brillo al
Sol de Mayo, que el otro diputado citó en su discurso, cuando se dice que el
General San Martín , el conquistador de los Andes, el padre de las glorias
argentinas, ¿le hizo el mayor tributo que se le puede dar a un soldado al
entregarle su espada? ¿Se creerá esto, señor, si no arrojamos un anatema al
tirano Rosas? ¿Este hombre se conocerá como lo es en 20 o 50 años, si
queremos ir más allá, cuando se sabe que Brown y San Martín fueron leales a él
y le dieron los tributos más respetuosos, junto con Francia e Inglaterra? “No,
señor: dirán, los salvajes unitarios, sus enemigos, mintieron. No ha sido un
tirano: lejos de eso, ha sido un gran hombre, un gran general. Es necesario
arrojar sin dudas este anatema al monstruo. ¡Si al menos hubiéramos imitado a
los ingleses, que arrastraron el cadáver de Cromwell por las calles de Londres y
arrastraron a Rosas por las calles de Buenos Aires! Apoyo, Sr. Presidente, el
proyecto. Si el juicio de Rosas fue dejado al juicio de la historia, no
conseguiremos que Rosas sea condenado como un tirano, pero quizás él sea el
más grande y glorioso de los argentinos”
39
Este es uno de los documentos más significativos del Unitarismo asesino y
mistificador. Es un reconocimiento, más que tácito, de las bondades del ‘rosismo’
y del apoyo del pueblo al Federalismo.
Es una retahíla sucesiva de reconocimientos del mal emprendido por el
Unitarismo al juzgar a Rosas, ‘en ausencia’, condenándolo a muerte ‘a priori’ sin
posibilidad de defenderse, con un odio típicamente masónico de un gobierno que
se sabe ilegal y golpista.
Es el origen de toda la mistificación de nuestra historia ‘novelada’ ‘ad-usum’ del
Unitarismo resentido, ladrón y antipatriota que sabe que no cuenta, no solo con
la verdad, sino con el apoyo de todo el pueblo por lo que la única manera de
llevar adelante su sangría es sometiendo las almas del pueblo, borrando su
memoria con el paso del tiempo, empezando en la escuela primaria, hasta que la
mentira con los años se vuelva ‘verdad’ indiscutible bajo pena de muerte civil,
como mínimo, se vuelva uno exiliado en su propia tierra y en su propia sociedad.
De allí, Albarellos, gendarme del régimen dice ““El juicio de Rosas no debe
dejarse a la historia […] ¿Este hombre se conocerá como lo es en 20 o 50 años,
si queremos ir más allá, cuando se sabe que Brown y San Martín fueron leales a
él y le dieron los tributos más respetuosos, junto con Francia e Inglaterra? No,
señor: dirán, los salvajes unitarios, sus enemigos, mintieron”.
Correcto, Albarellos lo sabía y sabía que los Unitarios-como él- serían
descubiertos como unos falsarios de ‘frac’.
El autor era médico y docente. Un docente que mentía a sabiendas. Los
adjetivos calificativos que le caben exceden la compostura que debe primar en
quien esto escribe.
Pensar que se casó con la hija de Juan Antonio Lavalleja y en 1849 estuvo bajo
la protección del Federal y ‘rosista’ Lorenzo Torres; ambos, después, renegaron
del Federalismo cuando cae Rosas, siendo, como buenos traidores, los
principales impulsadores de la pena de muerte de Rosas, como así el propio
Vicente López y Planes, hombre de pobre carácter, por instigación de su
maquiavélico hijo Vicente Fidel López y del otrora furibundo Federal Baldomero
García, diplomático ‘rosista’ durante años.
Nombre de calles y plazas –por supuesto- llevan su nombre y sostienen con ello
lo insostenible: la verdad histórica que se escapa de entre los pliegues ocultos
de la historia por propia boca del susodicho….
La mistificación de nuestra historia estaba en marcha volviéndose con el tiempo
como el retrato de Dorian Grey, una deformidad irreconocible….Debiera hacerse
acto lo dicho en el epígrafe de este trabajo por Miguel de Cervantes Saavedra:
“Los historiadores que de mentiras se valen habrían de ser quemados como los
que hacen moneda falsa”
*
Juan Bautista Alberdi
(‘Obras Completas’, T.I. Bs.As. 1886. Afirmado originariamente en su
“Fragmento Preliminar al Estudio del Derecho”-1837).
40
“Si se perdiesen los títulos de Rosas a la nacionalidad argentina yo contribuiría
con un sacrificio no pequeño al logro de su rescate. Hablar de la expectabilidad
de Rosas es hablar de la expectabilidad del país que representa”.
“Yo fui enemigo, lo recuerdo con disgusto”,.
(Dice en ‘La Argentina treinta y siete años después de la revolución de Mayo’.
Valparaíso 1847).
“Rosas no es una entidad que pueda concebirse en abstracto y sin relación al
pueblo que gobierna. Como todos los hombres notables, el desarrollo
extraordinario de su carácter supone el de la sociedad a que pertenece. Rosas y
la República Argentina son dos entidades que se suponen mutuamente; él es el
que es, por ser argentino; su elevación se supone la de su país; el temple de su
voluntad, la firmeza de su genio, la energía de su inteligencia, no son rasgos
suyos, sino del pueblo, que él refleja en su persona”. "No quiero (…) dejar pasar
el año, sin presentarle mis respetos y renovarle los testimonios de mi constante
aprecio y distinción, de un modo directo, pues por intermedio de amigos, no he
cesado de tener ese gusto, y de saber igualmente por ellos que su salud y su
espíritu se conservan fuertes y enteros como en sus bellos años. El ejemplo de
moderación y dignidad que Vd. está dando á nuestra América despedazada por
la anarquía es, para mí una prenda segura de que le esperan días más felices
que los actuales. Yo sé los deseos de su corazón, mi distinguido señor General,
y con estos sentimientos tengo el honor de renovarle mis respetos amistosos
con que soy de Vd. General, su atento compatriota y servidor”
(Dijo sobre en ‘La Argentina treinta y siete años después de la revolución de
Mayo’. Valparaíso 1847)
“En el suelo extranjero en que resido, no como proscripto, pues he salido de mi
patria según sus leyes... en el lindo país que me hospeda y tantos goces brinda
al que es de fuera, sin hacer agravio a su bandera, beso con amor los calores
argentinos y me siento vano al verlos más ufanos y dignos que nunca... Guarden
pues, sus lágrimas los generosos llorones de nuestras desgracias; a pesar de
ellas, ningún pueblo de esta parte del continente tiene derecho a tributarnos
piedad; aunque opuesto a Rosas como hombre de partido, he dicho que .escribo
esto con calores argentinos. Rosas no es un simple tirano a mis ojos. Si en su
mano hay una vara sangrienta de fierro, también veo en su cabeza la escarapela
de Belgrano… Sé, por ejemplo que Simón Bolívar no ocupó tanto el mundo con
su nombre, como el actual Gobernador de Buenos Aires. Sé que el nombre de
Washington es adorado en el mundo, pero no más conocido que el de Rosas.
Sería necesario no ser argentino para desconocer la verdad de estos hechos y
no envanecerse de ellos. Se habla de él popularmente de un cabo a otro de la
América, sin haber hecho tanto como Cristóbal Colón. Se le conoce en el interior
de Europa, más o menos como a un hombre visible de Francia o Inglaterra; y no
hay lugar en el mundo donde no sea conocido su nombre, porque no hay uno a
donde no llegue la prensa inglesa y francesa, que hace diez años le repiten día a
día. ¿Qué orador, que escritor célebre del siglo XIX no le ha nombrado, no ha
hablado de él muchas veces? Guizot, Thiers, O'Connell, Lamartine, Palmerston,
Aberdeen. ¿Cuál es la celebridad parlamentaria de esta época que no se haya
ocupado de él hablando a la faz de Europa? Dentro de poco será un héroe de
romance".
41
(En Octubre de 1857 entrevista a Rosas en Londres en la casa Sr. Federico
Dickson, cónsul general de la Confederación Argentina en Londres., diciendo,
luego de la entrevista, sobre el entrevistado):
"Habla inglés, mal, pero sin detenerse escribe el tucumano, con facilidad. Es
jovial y atento en sociedad. Después de la mesa, cuando se alejaron las
señoras, habló mucho de política; casi siempre se dirigió a mí, y varias veces
vino a mi lado. Me llamaba señor ministro' y a veces 'paisano'; otras por mi
nombre". "Habla mucho de caballos, de perros, de sus simpatías por la vida
inglesa, de su pobreza actual, de sus economías, de su caballo y de los caballos
ingleses. No es ordinario. Está bien en sociedad. Tiene la fácil y suelta
expedición de un hombre acostumbrado a ver desde alto el mundo. Y, sin
embargo, no es fanfarrón ni arrogante, tal vez por eso mismo, como sucede con
los lores de Inglaterra, las más suaves y amables gentes de este país. Su
fisonomía no es mala. Se parece poco a sus retratos. La cabeza es chica y la
frente, echada atrás, es bien formada, más bien que alta. No estaba bien
vestido; no tenla ropa en Londres. Ha venido por quince días a Imprimir y
publicar su protesta"
(En carta a Rosas – 1 de Octubre de 1863)
Le expresa que no quiere molestarlo.. ”en su retiro digno y laborioso”...y que
Rosas “está dando lecciones a los generales americanos que la demagogia echa
a las playas europeas, llenos de plata y ávidos de placeres”
(En carta a Máximo Terrero-19 de Julio de 1863) ...
” En el mismo lugar en que debiera tributarse elogio y respeto al general Rosas,
que tuvo tan alto el estandarte de San Martín, lo ultrajan del modo más cobarde
e ingrato”...” Me gusta mucho oírle a Ud. que el general Urquiza contempla y
respeta al general Rosas, en lo que prueba cordura y sensatez”
Al saber del incendio de la chacra de Rosas, le escribe a Terrero diciendo que “
teme sea obra de los enemigos de Rosas con el fin de hacer desaparecer sus
papeles” y el 8 de agosto de 1863, desde Caen...”La causa real del general
Rosas se halla triunfante y respetada hasta en esos puntos más vulnerables, por
sus enemigos; y él ¿es acusado criminalmente?”... Luego se pregunta porque ha
sido procesado Rosas...”el único que lleva vida digna y se tiene en una reserva
llena de decoro y de honor”.
Habla luego de su proyecto de una defensa de Rosas, y cree que ...”una corta
Memoria, bien acompañada de una masa de documentos, sería más eficaz que
un grueso libro”...y pidiendo disculpas de no haberlo visitado añade...…”El
ejemplo de moderación y dignidad que está dando a nuestra América,
despedazada por la anarquía, es para mí, una prenda segura de que le esperan
días más felices que los actuales”.
(En carta a Manuelita (13 de Enero de 1864)
.”difícilmente se puede dar cabeza que exprese la posesión de un talento
superior tan elocuente como la de nuestro antiguo Jefe Supremo del Río de La
Plata”... y agrega que “lord Byron habría envidiado la fascinación irresistible de
su mirada”.
(Carta a Máximo Terrero- 14 de Agosto de 1864)
42
“…Nada más público y notorio que la honorabilidad con que lleva el General
Rosas su vida de refugiado en el país de los libres. Si estuviera en Roma como
Fernando II o en Austria, o en Turquía, sería eso una ventaja para sus
detractores. Pero les dice el verlo considerado por el León partido liberal
británico y por el glorioso veterano de la Libertad, Lord Palmerston? “
“El ejemplo del General Rosas de refugiado digno, resignado, laborioso, en
Europa, no tiene ejemplo sitio en la vieja historia de Roma“.
“Ningún general de los muchos que la ola de la revolución americana ha echado
a las playas de Europa ha dado el ejemplo honroso del General Rosas. Solo él
no ha conspirado para recuperar el poder ni ha hecho la corte a los Reyes, ni
buscado expectabilidad, ni ruido. Solo él ha vivido del sudor de su trabajo de
labrador, sin admitir favores de extraños. Ni el mismo San Martín llevó con más
dignidad su proscripción voluntaria. Es indigno y vergonzoso atacar á un hombre
semejante y en semejante situación“.
“Sin duda alguna se exagera en mucho del trabajo de una publicación
explicativa. Ciertamente que una época de 20 años no se expone en un volumen
corto. Pero no se trata de una historia ni de una crónica, ni de una biografía
completa. Eso ni es obra del momento, ni será obra del General Rosas“.
“Otro será quién lo haga. Exponer la historia de su vida en 10 volúmenes sería
sepultarla por ahora. Lo que la historia del momento exigiría de él, es una
palabra, algo breve y corto, para servir a la historia. Hoy todo el mundo habla,
nadie calla, empezando por Napoleón, pasando á Lord Palmerston y acabando
por Mitre. que no es tonto en majadear con sus disertaciones históricas, en que
habla más de sí mismo que de Belgrano“.
“Cuarenta ó cincuenta páginas debe seria extensión obligada o máxima de la
memoria. Lo demás debe constar de documentos. Total un volumen brevísimo-
La impresión de esto no puede costar en Francia arriba de mil francos. Y como
se podrían vender ejemplares (aun para mejor propagarlos) talvez se ganaría en
vez de perder“.
“La memoria o manifiesto debe ser sin frases. Ya la simple idea de manifiesto
hace bostezar, porque el ordinario consta de palabras y frases más o menos
retumbantes. Debe reducirse á tres cosas: cifras, documentos y hechos. Nadie
cree hoy en frases, pero todos creen en los números, y en lo que se toca y
palpa. Cifras y solo cifras para cosas de este orden: cuanto valía el papel
moneda (o las onzas como allá dicen) bajo el Gobierno de Rosas; ¿cuánto vale
hoy? ¿A cuánto subía la deuda entonces; a cuanto sube hoy? ¿Cuál era el
presupuesto entonces; cual es hoy?. Documentos y solo documentos de este
orden: la ley que dio todo el poder al General Rosas y todo lo que a ella se
refiere. Sus renuncias reiteradas. Las aprobaciones Legislativas de sus actos.
Los votos en su honor. Sus títulos y honores recibidos. Tratados internacionales
que pusieron fin á las cuestiones. Sobre el territorio de la Provincia o Nacional, el
mejor documento sería un extracto o resumen de la carta geográfica de sir W.
Parish, con la demarcación de la frontera de entonces y la de la frontera de hoy.
Según Mr. de Moussy, respecto de los indios. Lo que no se ve, no se estima á
este respecto. No hay que olvidar el testamento de San Martín“.
“En cuanto a los hechos, señalar cual era entonces la seguridad de la propiedad.
y de la vida, en la campaña para los neutrales a la lucha política y la que hoy
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existe. Cuanta fortuna tenía el General Rosas al entrar al poder: cuanta tiene
hoy. El grande hecho que todos ven: como ha vivido y procedido en Europa
desde que bajó del poder. Altas atenciones de que es objeto. Nada de
recriminaciones. Para responder al reproche de barbarie inferido á su manera de
atacar y defenderse, mostrar o señalar la historia contemporánea de Estados
Unidos, Rusia, Italia, Alemania, etc. Que personas lo acompañaron en su
Gobierno como amigos y servidores oficiosos. como legisladores, ministros,
guerreros, publicistas, consejeros, cortesanos: donde están hoy? ¿Qué posición
tienen? Todo esto no es ocuparse de la persona de Rosas, sino del país, de
quien fue expresión de la sociedad de que es miembro a pesar del destierro:
hasta por patriotismo argentino. El General Rosas debe defender el decoro de su
país, defendiendo ó explicando su conducta pública. Callar, es dar la razón al
que habla aunque no la tenga. Fíjese en el articulillo sobre la Posteridad que le
envío“.
“Por lo que hace a mí, le confieso que me irrita el espectáculo de tanta duplicada
é hipocresía que nos dan los que se gozan de deprimir al caído al mismo tiempo
que parecen gozarse en obrar peor, que lo hizo, según ellos, ese adversario, a
quien persiguen. Convenido respecto al aviso anticipado que le daré en caso
que yo haga la visita consabida. Con mis seguridades de amistad por Ud”.
Fermín Chávez (‘La vuelta de Don Juan Manuel’- Ediciones Theoria, Buenos
Aires, 1993) comenta que “En Agosto de 1856, la Comisión de Negocios
Constitucionales del Senado de Buenos Aires formalizó la presentación del “caso
Rosas”, al que declaraba “reo de lesa patria por la tiranía sangrienta que ejerció
sobre el pueblo (sic) y por haber hecho traición a la independencia de la patria
(resic)” .
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ni ha hecho la corte a los reyes, ni buscado expectabilidad, ni ruido. Solo él ha
vivido del sudor de su trabajo de labrador, sin admitir favores de extraños”...”Es
indigno y vergonzoso atacar a un hombre semejante y en semejante
situación”...y opina que la “Memoria debe ser sin frases y reducirse a cifras,
documentos y hechos: valor de la moneda en tiempo de Rosas y en la
actualidad; la deuda de entonces y al de hoy; la ley que dio el poder a Rosas;
sus renuncias; las aprobaciones Legislativas de sus actos; los títulos y honores
recibidos; las fronteras de entonces y las de hoy; la fortuna que tuvo Rosas y la
que tiene hoy”... y haciendo referencia al sable de la independencia
agrega... ...”no hay que olvidar el testamento de San Martín”...”como vive en
Europa y las atenciones de que es objeto”
(En septiembre de 1864 Alberdi le escribió a Rosas):
"No quiero (…) dejar pasar el año, sin presentarle mis respetos y renovarle los
testimonios de mi constante aprecio y distinción, de un modo directo, pues por
intermedio de amigos, no he cesado de tener ese gusto, y de saber igualmente
por ellos que su salud y su espíritu se conservan fuertes y enteros como en sus
bellos años. "El ejemplo de moderación y dignidad que Vd. está dando á nuestra
América despedazada por la anarquía es, para mí una prenda segura de que le
esperan días más felices que los actuales. Yo sé los deseos de su corazón, mi
distinguido señor General, y con estos sentimientos tengo el honor de renovarle
mis respetos amistosos con que soy de Vd. General, su atento compatriota y
servidor”.
45
visitarlo. Será él quien proponga la visita. La reunión generó cierta fascinación en
el tucumano y lo hizo cambiar por completo su visión sobre el antiguo enemigo,
como puede leerse en las cartas que se transcriben arriba. Rosas, como
siempre, demostrando no tener resentimiento lo recibió en Inglaterra.
Desde entonces mantuvieron una interesante relación epistolar.
La pregunta que nos hacemos es la siguiente: ¿debemos aceptar sin más ese
cambio positivo de Alberdi luego de tantos años de apostar por los enemigos del
país cuya acción a través de sus escritos ayudó –a no dudarlo- a hacer caer al
gobierno de Rosas obrando como estilete, daga y puñal con tesón y esmero?.
La respuesta nuestra las dejo al lector y pueden leerse muchas de sus
declaraciones y acciones a lo largo de su vida sobre la pregunta en:
(‘www.elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com’ en el artículo
https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2020/11/juan-
bautista-alberdi-el-paradigma-del.html-ç)
*
Ignacio Hamílton Fotheringham
(En el año 1925 dijo del Restaurador):
"Allá en mi tierra, en mi pueblo, lo creíamos un general español desterrado por
asuntos de alta política. Un hermoso tipo, de aspecto varonil y enérgico. Vivía en
The Crescent, frente a la casa de familia de Lawe, muy amiga nuestra. Una gran
mansión de aspecto serio, silencioso y triste. Nada de ruidos…. La misma
pobreza en que vivía, demostraba, por lo menos, que era hombre honrado. Y un
hombre honrado no puede ser un hombre perverso ..."
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muchos papeles pero no dinero porque “Aprecia más su honor que todo”; que
esos papeles están perfectamente organizados; que han de publicarse después
de su muerte y que han de juzgarlo entonces; que tiene mucho escrito sobre
diversos ramos de los conocimientos humanos; sobre la ley natural, la ciencia
médica y otras; mostrando en todo una tranquila filosofía que realmente llama la
atención de! que le observa, como nosotros lo hacíamos con el deseo de
conocer al hombre.”
47
del momento y como se comportó Rosas cuando arreciaban los ataques
extranjeros y de los Unitarios, a su gobierno.
"Cualquier observador lejano al recorrer los libelos en que los `salvajes unitarios
pintan con atrocísimas calumnias la supuesta inexorabilidad del General Rosas,
presumiría que sus enemigos están cruelmente proscriptos, o que su emigración
ha sido promovida por una mano despiadada. Sin embargo las puertas de la
Patria están abiertas para los que quieran desistir de hacerle guerra impía",
explica.
“Rosas ofrece, efectivamente, muestras claras de sus intenciones conciliatorias
en momentos clave de su trayectoria de gobernante. En 1839, después de la
conclusión de la guerra contra el Gran Mariscal Santa Cruz. Concede un perdón
generoso a los que, en unión con aquel, lo combatieran; actitud que vuelve a
repetir en 1840, a raíz del restablecimiento de las relaciones con Francia
mediante la Convención de Paz concertada con el Almirante de Mackau.
“Como si no fuera suficiente, en Diciembre de 1842 dispone una amnistía amplia
e ilimitada, luego de la derrota del General Rivera en la batalla de Arroyo
Grande, que significó, en realidad, la conclusión definitiva de la guerra civil
argentina, así como de la internacional declarada por aquel caudillo contra la
Confederación. Asegura que "Este perdón jamás se ha borrado; jamás se ha
desmentido; y testigos de esto son centenares de emigrados que han regresado
al país en distintas épocas y que siguen volviendo a él".
A la inversa, tampoco ha puesto trabas en su camino, puesto que "el General
Rosas no ha prohibido la emigración de ciudadanos, como se ha efectuado en
las naciones de Europa en circunstancias menos peligrosas que en las que se
ha hallado la Confederación Argentina. Sus enemigos no han estado
violentamente violando a esa prescripción; y esto, desacreditando los clamores
sobre un yugo forzoso y opresor, anuncia la confianza del Gobierno en el
sentimiento nacional".
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sus vistas y principios Unitarios, según es bien sabido y conocido, como también
su ilustrado saber, práctica y estudios en los altos negocios del Estado.
“Y lo eran también sus visitas y opiniones Unitarias, algunas otras personas
respetables, honradas y de capacidad distinguidas. Pero personas que no
faltaron en sus respetos debidos al gobierno. Y nunca miré las opiniones de
ambos partidarios, como irrefutables, precisamente como razonadores, respeta y
consideraba a esas personas…”.
Puede leerse otra vez más que a Rosas no le importaba la filiación política de las
personas sean Unitarios o Federales, tampoco que expresaran su parecer
político; el límite estaba dado en que no perdonaba a aquellos que se alzaban
contra el gobierno del país (sean Federales o Unitarios).
Aunque luego, respecto a Vélez, en forma abrupta éste le paga con ‘mala
moneda’ convirtiéndose en tenaz perseguidor de Rosas acusándolo, encima, de
haber mandado a matar al Dr. Maza, causando esto una gran desilusión en
Manuelita, (que se consideraba amiga de Vélez), y en el propio Rosas.
De tal modo, Manuela Rosas escribe a Josefa ‘Pepita’ Gómez: “Si en 1852, y
aún después, el señor Vélez creía justo defender nuestros intereses, yo no sé
qué nuevas faltas pueden imputarse por nuestra parte para haber vuelto de uno
que se decía amigo celoso, en un enemigo rencoroso, y lo que es peor aún
calumniante a sabiendas, sin corazón y sin conciencia”.
En sentido concordante, y sintiéndose burlado, Rosas le escribe a Pepita Gómez
al respecto, diciéndole en carta del 19 de enero de 1870: Sabido es, que el
Señor Doctor Vélez, ha sido siempre mi enemigo, tanto más injusto, cuanto más
alta ha sido su posición entre los hombres distinguidos que han ocupado, y
ocupan el poder”.
No sabemos si siempre fue enemigo de Rosas, pues durante todo el período
‘rosista’ más allá de considerarse Unitario, frecuentaba las fiestas y tertulias que
organizaba Manuelita en su residencia. Rosas, eso sí, se sintió estafado,
defraudado de las acciones de Vélez y no se lo perdonó.
Otra prueba de los deseos de Rosas, constantes, por la paz y la unión, es el
respeto y consideración con que trató después de su victoria, a los Señores
General Carlos María de Alvear y Doctor Salvador María del Carril.
El primero fue enviado a solicitud suplicatoria suya como Ministro
Plenipotenciario de la. Confederación en EE.UU, donde estuvo muchos años
cumpliendo funciones (podríamos decir que era un poco desterrado y un poco
funcionario).
Del Carril, nada solicitó pero fue considerado y respetado en su persona.
En ambos casos se demuestra que el mote de ‘tirano’ era una declamación sin
fundamento, más teniendo en cuenta que, por ejemplo, Salvador María del
Carril, junto al cura Agüero y Juan Cruz Varela habían sido los mentores
ideológicos del asesinato de Dorrego a manos de Lavalle y Acha
*
José María Ramos Mejía
49
(ver José M. Ramos Mejía, "Las Neurosis en los Hombres Célebres en la
Historia Argentina" (Introducción Vicente Fidel López. Prólogo José Ingenieros).
Buenos Aires 1932, pág. 1951).
José M. Ramos Mejía dice sin poder de dejar de reconocerlo, finalmente y a
regañadientes, que en el gobierno de Rosas se produce "ese brusco cambio de
nivel que experimentaron las clases bajas, elevadas rápidamente por el sistema
de Rosas", por supuesto sin intención de adherir a esas mejoras.
También reconoce en su trabajo ‘Rosas y su Tiempo’ (citado por José Luis
Muñoz Azpiri (h) en ‘Se levanta a la faz de la tierra’- Ediciones Fabro-2016), que
en los años de su gobierno [el de Rosas] la Provincia de Buenos Aires conoció la
verdadera prosperidad, pues había trabajo para todos, no existía la miseria y el
pueblo era feliz.
Este intransigente enemigo de Rosas, al cual detestaba profundamente, en una
carta privada a un amigo tuvo que reconocer, para su sorpresa, sobre el
supuesto diabólico asesino de Cuitiño que “un amigo de cuya sinceridad no
puedo dudar me ha referido que Cuitiño era un hombre ejemplar" . También que
"Su moralidad y buenas costumbres, como empleado y como hombre, le
granjearon el aprecio de sus superiores".
Recordemos que Cuitiño fue salvajemente ahorcado por los ‘Civilizados’ (sic)
apenas caído Rosas.
*
Vicente Fidel López
(“Historia de la República Argentina, su origen, su revolución y su desarrollo
político hasta 1852", 10 tomos (1883-1893) Definió al caudillo como:
”Hombre Joven, de genio popular, de voluntad de hierro, eximio en los violentos
ejercicios de aquel paisanaje inculto. Hombre ignorado hasta entonces, era este
campesino un estanciero sin rival en el duro trabajo de domesticar ganados y
caballos salvajes. Primer plantador de árboles y primer cultivador de cereales en
la vasta campaña, sin interés ni mira que por lujo de adelanto. Conocedor como
nadie de la estadística y topografía de sus pagos, y noble familia, se fingía
modesto y recatado en las escasas visitas que hacía a la Capital”.
“Y Rosas fue de los primeros, que adquiriendo los mejores terrenos, emprendió
la cría sedentaria de los ganados sujetos a gobierno industrial, que de 1815 a
1820 hizo admirables y estupendos progresos entre nosotros”.
“Sus estancias bien plantadas con árboles, subdivididas en chacras, sujetas a
una administración inteligente y a una disciplina rigurosa; sus grandes ensayos
de sementeras, su prolijo conocimiento de los lugares, su asombrosa actividad,
su extenso crédito entre los campesinos, su acertada y firme economía, y sobre
todo la generosidad con que se prestaba a fundar para sus amigos
establecimientos rurales análogos a los suyos, a cuidarlos y organizarlos hasta
que los ganados se aquerenciasen y quedase corriente su administración, lo
habían hecho el personaje más útil y estimado, no sólo entre los modestos
trabajadores de la campaña, sino entre los ricos vecinos de la ciudad que
contraían su capital a esas tareas”.
50
“El conocimiento consumado que con estos trabajos había adquirido de la
topografía y de la estadística de la provincia, en tiempos en que nadie había
hecho exploraciones, en que nadie había escrito o propagado libros especiales y
prolijos sobre las condiciones climáticas y productivas de nuestro país, y en que
todo él era un misterio envuelto en la impenetrable soledad de desiertos remotos
campos, le daban, por decirlo así, la llave de todos sus secretos, y podía
determinar los elementos de vida y de riqueza que contenían las diversas partes
del territorio”.
51
*
52
Francisco Michelena y Rojas
(Ver Francisco Michelena Y Rojas en "Exploración Oficial por la primera vez
desde el Norte de la América del Sur siempre por los ríos, entrando por las
bocas del Orinoco, de los valles de este mismo y del Meta, Casiquiare, Río-
negro ó Guaynia y Amazonas, hasta Nauta en el Alto Marañón o Amazonas
arriba de las bocas del Ucapali, Bajada del Amazonas hasta el Atlántico.-. Viaje
a Río de Janeiro. En los años, de 1855 hasta 1859". -Bruselas 1867-,pág. 641)
Dijo de Rosas: “llevaba en miras la elevación y buen nombre de la raza
castellana, y la extensión del sistema republicano en el Nuevo Mundo, a
diferencia de Urquiza que lo degradó hasta el envilecimiento, preparándolo para
el yugo por la raza lusitana con sus instituciones monárquicas".
53
El autor de dilatada actuación en aquellos años, al trazar un paralelo entre
nuestro Restaurador y su vencedor en Caseros afirma que éste, "contrario a
Rosas, que llevaba en miras la elección noble de la raza castellana, y la
extensión del sistema republicano en el Nuevo Mundo, lo degradó hasta el
envilecimiento, preparándolo para el yugo por la raza lusitana con sus
instituciones monárquicas" . Claramente el historiador venezolano –en sugestivo
título de su libro- trata un paralelo de Rosas con Urquiza, teniendo muy en claro
quién era uno y otro y a quienes representaban.
*
Guillermo Rawson:
(Declaración de Rawson el 8 de Julio de 1875 en el Senado de la Nación- ver
E.F. Sanchez Zinny, ‘Manuelita Rosas y Ezcurra. Verdad y Leyenda de su vida’-
Buenos Aires, 1942-pag.107)
" y aunque no había constitución escrita, había una serie de de leyes orgánicas
que constituida u gobierno, tal más perfecto qe el de muchas republicas
sudamericanas a pesar de que la mayor prte de ellas tenían constituciones
escritas, fue un gobierno representativo […] que estaba consagrado y que los
poderes públicos creados por leyes orgánicas eran eficaces a los fines del
gobierno. Yo he conocido algunos y por cierto que eran hombres eminentes por
su talento, por su ciencia y patriotismo, como lo han demostrado".
54
“De algún modo tenía la calumnia que mostrar bajo su falsa piel leonina el hocico
de chacal. Sólo se sabe que en aquella época se cortaban cabezas. Y bien,
¿qué?. Se cortaba porque era una guerra de cabeza contra cabeza.
“Y si yo hubiera de optar imparcialmente entre aquella época de lucha
ferozmente bravía y estos tiempos de cobardías y de subasta en todo, me
quedaría con la primera. Temple moral debía tener el pueblo que mandaba el
general Rosas cuando fue capaz de producir Caseros.
“En cambio el pueblo de hoy cree que para echar abajo las repugnantes
medianías que lo están robando, no le queda mejor recurso que el soborno del
Ejército. Siempre la subasta; Y luego, ¡qué extraña y formidable carrera la de
aquel hombre! De repente aparece en la escena con los dos rayos azules de sus
ojos. A su alrededor hay guerreros valerosos, tribunos eximios, ciudadanos
meritorios. Todo se pliega ante él o viene abajo. Es cosa de un instante.
“Repentinamente se ve que ya no queda más que él. Suprema injuria para los
mediocres. Dentro del concepto del gobierno, y con las ~lemas leyes científicas
de la concurrencia vital, el único gobernante lógico es el tirano. La idea de
‘mando’ es absolutamente autocrática. El que manda es siempre uno.
“El crimen del general Rosas consiste en haber sido lógico ocupando solo todo
el horizonte porque era el más grande de todos los hombres de su tiempo. Hay
que confesar que la personalidad de Rosas no cabía en la vulgar y mediana
blusa democrática a pesar de tener ésta diez mil mangas.
“Y él la hizo estallar magníficamente. Bajo la enorme presión de su pecho
dominador saltaron los míseros broches del convencionalismo legal. Entonces le
advirtió la tempestad, le juzgó digno de su esfuerzo, le vio grande entre las
microscópicas envidias que hormigueaban bajo su talón imperioso, y echó él
vientos, nubes, rayos.
“Europa volvió a anudar los cabos rotos de sus recolonizaciones fracasadas, y
fue el moverse las escuadras sobre los mares, y el agruparse los traidores sobre
la tierra. Brevemente: Rosas alzó entonces su cabeza principalmente hermosa y
soberbia, hizo pelear a su pueblo, y batiéndose -ambidextro formidable- con un
brazo contra la traición que ponía en venta la propia tierra por envidia de él, y
con el otro contra la invasión que venía a saquear en tierra extraña, echó a la
tempestad riendas de hierro que manejó con sus puños el gran jinete de pueblos
y de potros.
“Y por segunda vez se salvó la independencia de la América. Entonces el sable,
aquel viejo sable se estremeció en su vaina como en los buenos días de las
batallas por la libertad del continente lejano.
“El león sintió que sus canas eran todavía pelos viriles, comprendió toda la
grandeza del esfuerzo del dictador, y dijo que en mejor mano no podía caer la
prenda heroica.
“Y redactó su testamento partiendo la herencia en dos, dejó su corazón a
Buenos Aires y su sable a Juan Manuel de Rosas. Y no tenía más que dejar.
Hay motivos para creer que no amaba más el corazón que el sable.
“Este rasgo de San Martín, es entre los muy pocos geniales que tuvo, el más
genial. No cualquiera podía comprender a Rosas. Verdad es que San Martín no
55
debió ver en él sino el Salvador de la Independencia de América. Pero ¿se
necesita más?.
“Y bien: he aquí que traen como una reliquia bajo el saludo de las banderas, la
herencia que San Martín dejó a Rosas. Jamás soñara el dictador mejor
desagravio en su propia tierra.
“Porque es imposible separar aquí los recuerdos. Por Rosas vuelven a tener los
argentinos el sable del Libertador. Y no se puede hablar de la herencia heroica
sin recordar al gran heredero, al hombre extraordinario que a pesar de todo no
han conseguido manchar por completo las calumnias mezquinas y los silencios
cobardes de los que nunca pudieron perdonarle el imperdonable crimen de
haber sido más grande que ellos.
“Y yo que escribo esto ahora, asumiendo honradamente mis fueros de
posteridad, debo una declaración que conceptúo importante: dos de mis abuelos
pelearon en las filas unitarias. […]
“He recordado ante ese sable que llega, la independencia americana, necesaria
a la economía del globo como un pulmón aunque, esté manchado por la infamia
republicana y la estupidez democrática; he vengado a la historia de la
conjuración de mil triunfantes envidias pequeñas pero numerosas como viruelas;
y he resuelto recordar a los militares (no me atrevo a decir guerreros) de esta
nación crucificada en el caballete de una pizarra de bolsa, que entre los
afeminados ciudadanos de Ítaca no se encontró uno capaz de manejar el arco
legendario del guerrero ausente.
“Por fortuna, el Sable va a ser puesto en el Museo. Es lo mejor, desde que ya no
existen ni el libertador don José de San Martín ni el tirano don Juan Manuel de
Rosas”.
56
Ernesto Quesada
“La Época de Rosas” (1898) y ‘Los Unitarios y la Traición a la Patria’ (1926) (Ed.
Pampa y Cielo-1965
"Rosas residía todo el año escribe en su chacra, que tenía una treintena de
cuadras y en la que cuidaba animales, viviendo del producto de la modesta
explotación granjera; su casa se componía de unos ranchos criollos grandes,
con su alero típico; y el aspecto de todo era el de una pequeña estancia
argentina.": “Era entonces aquel octogenario un hombre todavía hermoso y de
aspecto imponente; cultísimo en sus maneras; el ambiente modesto de la casa
en nada amenguaba su aire de gran señor, heredado de sus mayores. La
conversación fue animada e interesantísima”
“Rosas, por otra parte, reorganizó con draconiana severidad la administración
pública e implantó en la gestión de las finanzas una honradez intachable:
periódica e indefectiblemente se publicaban los balances de tesorería; los
empleados públicos trabajaban con tesón y eran pagados con regularidad. En el
orden civil la seguridad material era completa, pues reprimió sin piedad el
bandolerismo. Sus esfuerzos tendieron a fomentar las industrias nacionales y la
prosperidad del país; si en ese sentido no fueron muy brillantes sus éxitos, se
debe al continuo guerrear de la época.
“Ciertamente, "el fin no justifica los medios"; pero es el hecho que, con su
federalismo ‘ad usurn delphini’ y servido por su implacable unitarismo de acción,
Rosas cimentó la unión nacional. Y en ella fue consecuente con el credo
federal; pues quedó establecido que las autonomías provinciales debían ser
respetadas y que eran compatibles con la nación”
“Pero, en medio de aquella crisis estupenda, brilla con inusitado resplandor la
política internacional de la cancillería argentina, servida por diplomáticos de
primer orden, dirigida con tino y aciertos singulares, y que tuvo un rumbo claro y
definido, sosteniendo el rango de la república y defendiendo principios
fundamentales para todo el continente americano, al resistir las intervenciones
abusivas de potencias europeas, empeñadas en considerar a estos países como
factorías del Levante o del Extremo Oriente".
“La diplomacia de Rosas es un capítulo brillante de la historia patria: obligó a
naciones tan poderosas como Francia e Inglaterra, a que consideraran nuestra
soberanía con el respeto debido a los países más serios y acreditados; cubrió de
gloria a las armas argentinas en el combate homérico de Obligado, que es una
de las páginas más heroicas de nuestra historia, digna de figurar sin menoscabo
al lado de las mejores jornadas de la independencia".
“Y todo ello, tanto la acción exterior como la interior, se desenvolvió en medio de
la penuria financiera más absoluta, casi sin rentas, sin organización económica,
careciendo de recursos y afrontando Rosas aquellas dificultades terribles tan
sólo con la confianza en la causa defendida, con el carácter inquebrantable
desplegado en el gobierno y la intachable honradez en la gestión administrativa,
lo que le permitió realizar su magna obra con el apoyo del pueblo, que aceptó
carta de emisiones sucesivas y abundantes de moneda fiduciaria, haciendo
honor al crédito del gobierno, cuyos fondos públicos llevó a la par ... "
57
“Durante ese tiempo, con una constancia verdaderamente admirable, los
enemigos políticos de Rosas no cesaron de suscitarle dificultades casi
insalvables dentro y fuera del país, de presentarle ante la opinión extranjera y
humanas, como como un monstruo fuera de las leyes divinas y humanas, como
uno de esos clásicos ‘outlaws’, a cabeza se pone precio. La República Argentina
debe a la época de Rosas la solución fundamental de los problemas más graves
de una nación".
“Aquel gobernante, cuando los sucesos le convencieron de que su obra había
terminado, que todo estaba listo para la reconstrucción del edificio social, no
vaciló un momento: dejó tranquilamente desarrollarse los acontecimientos,
preparó su retirada del país, y, en el momento del choque supremo, prefirió el
simulacro de la resistencia haciendo que su ejército aguerrido y veterano se
desbandara sin combatir, alejando a los jefes que habrían asegurado una
victoria rnomentánea, y saliendo para Inglaterra, sin odios, y sin más bagaje,
que los papeles duplicados del archivo, que deseaba sirvieran para justificar su
nombre ante la posteridad; su altivez llegó hasta no querer llevar consigo dinero
suficiente, pues le quedaba su fortuna particular, adquirida por su personalísimo
trabajo antes de subir al gobierno ... pero la natural reacción del violento
esfuerzo ejercido por Rosas durante su larga dominación, fue demasiado
poderosa y degeneró en la exageración: al gobernante caído se lo dejó en la
miseria, arrebatándole sus bienes personales, que los tribunales han tenido que
devolver después; del gobierno vencido se proscribió todo, hasta las practicas
más sanas, como era aquella fiscalización diaria de las finanzas públicas y la
exagerada escrupulosidad en el manejo de los caudales fiscales".
“Más aún: la enseñanza fructífera que, en cuanto al federalismo, había dejado
aquella época, tampoco fue utilizada por completo, y hemos consentido después
en adorar más la forma que en observar el fondo de nuestra Constitución, tanto
que hoy mismo parece creerse que el régimen federal debe buscarse más en los
textos que en los hechos. De ahí que estén aun en pie muchos problemas, cuya
solución se había iniciado hace cerca de un siglo”.
“Su dictadura, su tiranía, sus guerras incesantes y sus conflictos exteriores, le
fueron impuestos por los acontecimientos, contrariando sus tendencias íntimas y
sus aspiraciones. Habría deseado gobernar con tranquilidad: los excesos
repugnaban a su temperamento y no convenían a sus intereses; hizo de su parte
todo lo que pudo por evitar que la corriente lo arrastrara; pero sus adversarios,
intransigentes e implacables desde el primer momento, no le dieron un momento
de reposo y le suscitaron cuanta dificultad interior o exterior les fue dable
imaginar".
“Rosas demostró repetidas veces sus deseos de normalizar la situación, pero
sus adversarios no admitieron nunca más que ‘todo o nada’: los primeros años
del gobierno ‘rosista’ prometían una era de tranquilidad, pero los vigilantes
contrarios se encargaron de hacer ésta imposible”.
“Rosas se rebelaba contra el papel forzado que la implacabilidad de los Unitarios
lo obligaba a desempeñar: no podía organizar nada con seguridad; sus planes
se veían cruzados constantemente por las intrigas y las conspiraciones de sus
adversarios; y de ahí que, con el andar del tiempo, Rosas cobrara a semejante
partido un odio perfectamente explicable, y que comprendiera que la lucha era a
muerte, y que unos u otros debían desaparecer de la escena".
58
“De ese punto de vista debe reconocerse que Rosas no fue lo que resultó, ni por
su idiosincrasia, ni por su temperamento, ni por pretendida neurosis; lo fue por
causa exclusiva del partido unitario, que lo iba empujando sin pie-dad y sin
descanso por la pendiente de la dictadura, primero; de la tiranía, después; del
paroxismo; de la exacerbación, por último"..
“Los únicos y verdaderos fautores de la tiranía, los culpables de que llegara a los
excesos a que llegó fueron "los próceres" del unitarismo, los fariseos de 1828,
los "sepulcros blanqueados" que aconsejaban a Lavalle el asesinato político y la
farsa sangrienta de un consejo de guerra a ‘posteriori’ para "salvar las
apariencias". Esos maquiavélicos criollos orientaron y dirigieron la política de la
oposición dentro y fuera del país: la conspiración fue erigida en sistema
permanente a y proclamada la máxima de que ‘el fin justifica los medios".
"Rosas trató, al principio, de escapar a ese sino terrible, mas no encontró medio
de evitarlo: no pudo ser lo que habría querido, y durante su largo y omnímodo
gobierno fue, en realidad, una víctima del cónclave Unitario, obligado a hacer lo
que éste quería: a guerrear en el interior, a cuestionar con el exterior, a
entregarse al frenesí imponente del terrorismo, que no pudo librarle de aquella
influencia siniestra. Nada querían dejarle hacer aquellos adversarios
desesperantes: no le otorgaban minutos de reposo. La historia de Rosas se
convierte en la historia de la exacerbación del partido Unitario, que fue el que
todo provocó durante aquella época: Rosas no tuvo más remedio que someterse
a lo que los Unitarios querían, y dejarse llevar al terreno que éstos elegían".
"El sueño dorado de Rosas: la reconstrucción del Virreinato, una ‘patria grande’,
unida y fuerte, bajo la égida de un poder militar respetable y servida por una
diplomacia seria, no pudo realizarse nunca, porque los Unitarios no le
permitieron ocuparse de él o desbarataron sus planes en todo momento".
“Síganse los acontecimientos de la época: Rosas no tuvo jamás la iniciativa de
un solo exceso, de una sola guerra, ni de un solo conflicto; en todos, sin
excepción, es el partido Unitario quien los inicia, los desarrolla y a ellos coopera
en la medida de sus fuerzas".
"En realidad, no le fue dable a Rosas mostrar de lo que era capaz: su largo
gobierno se vio absorbido, cuasi esterilizado por la lucha permanente con el
partido Unitario. Y éste ha llevado su implacabilidad hasta querer que su leyenda
se substituya a la historia; y sólo ha consentido en pretender hacer de Rosas un
monstruo sin parangón en los anales de la humanidad, para realzarse a su vez;
para inflar su figuración, por haber luchado y vencido a adversario semejante”.
59
época de Rosas: su verdadero carácter histórico”) de su libro original del año
1898.
Ve con justeza la importancia del gobierno de Rosas en cimentar la unión
nacional. Sin Rosas nuestro territorio hubiera quedado más disgregado de lo que
ya fue, por culpa, por responsabilidad directa de las agresiones internas del
Unitarismo, la defección traidora de Urquiza, Garzón, etc. y de las acciones
militares consuetudinarias brasileñas, inglesas y francesas, todos sostenidos por
la Banca internacional (ver acerca de ello:
https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2022/04/juan-
manuel-de-rosas-el-padre-de-la.html)
Profundo análisis del carácter de Rosas y las vicisitudes que debió afrontar
durante su mandado; solo discrepamos respetuosamente con el brillante
historiador en dos temas:
Primero, Quesada dice que “Aquel gobernante, cuando los sucesos le
convencieron de que su obra había terminado, que todo estaba listo para la
reconstrucción del edificio social, no vaciló un momento: dejó tranquilamente
desarrollarse los acontecimientos, preparó su retirada del país, y, en el momento
del choque supremo, prefirió el simulacro de la resistencia haciendo que su
ejército aguerrido y veterano se desbandara sin combatir, alejando a los jefes
que habrían asegurado una victoria momentánea”.
Entendemos que no fue así: no es que Rosas entendió que su obra estaba
terminada; lo que Rosas vio, cansado, que más no podía hacer puesto que
habían defeccionado muchos de sus oficiales, como Pacheco y otros. Mansilla
herido, no pudo actuar, etc..
Tampoco hizo un simulacro de lucha en Caseros; resistió cuanto pudo con un
ejército novel de poca preparación puesto que todas su tropas y armamentos
estaban en manos, justamente, de su –hasta ayer- principal espada que era
Justo José de Urquiza que condensaba en sí, todo tipo de armamento que el
mismo Rosas le había enviado hacía poco para la lucha que mantenía Urquiza
en el Litoral contra las tropas extranjeras brasileñas y Unitarias, el cual venció –
traicioneramente y por la retaguardia- al otro ejército Confederado al mando de
Oribe en la Banda Oriental. Podemos decir que ‘venció’ a Oribe o éste llegó a un
acuerdo con su hasta hace unos días, camarada en las luchas. Sobre esto hay
versiones dispares.
Tal vez podemos considerar que Rosas se confió en que finalmente Urquiza no
iba a desertar de la lucha en defensa de su país. Se equivocó y le costó su
gobierno y a nosotros, hasta el día de hoy, nuestra soberanía política,
económica y territorial.
Solo le quedaba a Rosas, en Buenos Aires, una milicia (y artillería capacitada)
pero soldados sin demasiada edad ni experiencia en el combate. Debemos tener
presente, también, que los dos principales oficiales al lado de Rosas eran,
curiosamente, de tendencia Unitaria pero patriotas al fin: El Coronel Martiniano
Chilavert y el Coronel Pedro Díaz,
Por lo que el ejército que le quedaba a Rosas podía ser aguerrido pero no
veterano, como dice Quesada. Combatieron como pudieron –no tranquilamente
como sugiere Quesada- pero fueron arrollados por el enorme y –si- veterano
60
ejercito de Urquiza y de Garzón, de los ‘colorados’ Orientales al mando de
Venancio Flores y por el del Imperio brasileño, en triste coyunda.
El segundo tema que también entendemos yerra Quesada es cuando dice “al
gobernante caído se lo dejó en la miseria, arrebatándole sus bienes personales,
que los tribunales han tenido que devolver después”.
Esto, lamentablemente, es incorrecto: lo que se le devolvieron muchísimos años
después y de pasar muchas penurias económicas, fue a Manuelita Rosas los
bienes maternos originarios de su madre Encarnación Ezcurra; -y no todos;-
luego de un largo juicio en el que –no pudiendo evitarlo los liberales golpistas en
el gobierno- no tuvieron más remedio que proceder a su devolución a la
distinguida dama, pero nunca se devolvió un peso de lo confiscado a Rosas por
su trabajo privado honesto a lo largo de su vida..
Pero sin considerar estas dos últimas excepciones, la descripción de Ernesto
Quesada (no solo no era ‘rosista’ pues la sociedad de la que él formaba parte
era profundamente ‘antirrosista’ y quien sostuviera lo contario era
dogmáticamente anatemizado) era exacta.
Y tuvo que sobreponerse a una sociedad intelectualmente con el cerebro
‘lavado’ después de tantos años de machacar sobre supuestos horrores
cometidos por Rosas –competían a ver quién decía mayores dislates-.
Pero con sobriedad y honestidad intelectual Quesada pudo desmoronar,
desmontar uno a uno ese castillo de mentiras ganándose el desprecio –en
silencio, como suelen hacer los Unitarios- de Mitre y los señorones cipayos que
comandaban nuestra revolucionada nación empobrecida en el interior por
quedarse los Unitarios porteños con las rentas aduaneras para su provecho y de
los bancos que succionaban nuestra riqueza.
*
José Antonio Terry
(“Contribución a la Historia Financiera”. En el centenario de mayo de 1910.
Artículo en el Diario La Nación y trascripto en su libro “Finanzas” 2da. Edición,
Pág. 442. Terry fue Ministro de L. Sáenz Peña, Roca y Quintana).
“Si hemos de reconocer la verdad histórica convengamos que Rosas fue fiel
ejecutor de las leyes de emisiones y seriamente económico dentro de las leyes
de presupuesto. Durante su larga administración se quemaron fuertes
cantidades de papel moneda y se amortizaron muchos millones de fondos
públicos en el cumplimiento de las respectivas leyes. Esta conducta impidió la
desvalorización del papel moneda colocó a la plaza en condiciones de fáciles
reacciones en los momentos en que las vicisitudes de la guerra lo permitían. El
comercio y el extranjero tenían confianza en la honradez administrativa del
Gobernador”.
61
O sea, ‘reconocemos la honestidad de Rosas pero hasta ahí…’. Tampoco en
ese momento se le levantó la condena como ‘Reo De Lesa Patria’. Por lo que lo
dicho por Terry tuvo casi nula consecuencia legal y Rosas, a pesar de lo
demostrado por el ministro de 3 presidentes, siguió siendo considerado por el
liberalismo gobernante como un tirano y ladrón. La historia falsificada no iba a
resultar modificada. Era tema cerrado e inimpugnable.
*
Alfredo Palacios
(Dijo en 1914)
“Cuando estudiemos el pasado, no juzguemos a los hombres desvinculados de
la época… Y veremos también cómo Rosas maldecido como tirano, realizó
consciente o inconscientemente una obra de unificación que permitió la
organización nacional”.
62
1927–1954’ de Leandro Nicolás Pankonin para el Instituto de Desarrollo Humano
- Universidad Nacional de General Sarmiento, Argentina-CONICET, Argentina)
“Las generaciones que siguieron a la de Caseros se sintieron contagiadas por
esos juicios encendidos que perduraban en la atmosfera de los hogares y se
respiraban en todas partes […] Ningún personaje de la historia nacional fue más
reciamente combatido que Rosas”,.
Lo que hemos dicho sobre Manuel Herrera y Obes, José Antonio Terry, etc es
aplicable aquí. La educación liberal después de Caseros taladró el razonamiento
de nuestras clases dirigentes durante décadas que hacían caso omiso a las
pruebas en contra que demostraban la falsedad de sus pomposas
declamaciones, masonería y negociados británicos de por medio que tan bien
describió Raúl Scalabrini Ortiz.
*
Ángel Battistessa
(Encuesta del diario Crítica -10 de Enero de 1928-Extraído de ‘Las
representaciones de Rosas en la prensa durante la primera mitad del siglo XX
1927–1954’ de Leandro Nicolás Pankonin para el Instituto de Desarrollo Humano
- Universidad Nacional de General Sarmiento, Argentina-CONICET, Argentina)
“De Rosas y su época, en la mente del pueblo, de suyo imaginera, no queda
más que una impresión fragmentaria, truculenta y teatral, una impresión en rojo
mayor. [Todo esto] deja en los chicos la sensación de que aquélla fue una época
sangrienta, que retardó de un modo lamentable la organización definitiva del
país. Casi sin excepción, esos mismos chicos completan luego su conocimiento
de la época ‘rosista’ en las páginas tan difundidas y caseras, tan románticas y
tendenciosas de “Amalia”
63
“Rosas quebró y anuló la actitud reservada y despectiva de Buenos Aires hacia
el resto del país, que tantas suspicacias y enconos había provocado. De todos
los porteños, Rosas fue el menos porteñistas. Su hondo sentido de la vida rural
le aproximaba a los caudillos de las provincias y le permitía entenderse con ellos
de igual a igual hablando su mismo lenguaje y concertando su acción. Si es
federal como tendencia política, es unitario desde el punto de vista estrictamente
nacional" […] ” “Fernández García tiene razón. Rosas no es un monstruo.
Colocado en su sitio y visto de tamaño natural, es el hombre que el país
necesitaba y vino a cumplir la profecía de San Martín. Restauró las leyes y
estableció el orden (sus leyes y su orden, por supuesto. Un Sancho que se vio
obligado a no doblar la vara de su justicia por el peso de la misericordia, pero
que tampoco lo dobló por el peso de la dádiva extranjera”-)”.
64
Emilio Ravigniani
Historiador. Jurista. Docente. Escritor.
(Testimonio extraído del libro de Fermín Chávez “La Vuelta de Don Juan
Manuel”. Edit. Theoría. Bs. As. 1991)
“Rosas... llegó un momento en que dominó por completo el escenario del país y
su acción trascendió los límites de Argentina. Negarlo o ignorarlo sería absurdo.
Consagróse, en las horas iniciales de su existencia, al fomento de nuestra
industria madre: la ganadería. Esto no sólo le dio patrimonio, sino también
prestigio social y político. La vida de estancia, junto a la frontera interior, le creó
el trato con nuestros elementos rurales, gauchos e indios. No por ello se apartó
del trato con la clase distinguida de la ciudad. La estancia, entonces, exigía la
propia defensa y, en especial, su amparo del malón de los indios. Así se hizo
jefe de milicias. Pero sus milicias de campaña no eran montoneras; en 1820 se
presentaron a la ciudad de Buenos Aires como restauradores del orden. Era
natural que los intereses económicos vitales no pudiesen mantenerse sino
dentro del orden más absoluto. Esto condecía con la mentalidad de Rosas:
orden, siempre orden. Los hacendados porteños, obligados, en parte, a retirarse
de la Banda Oriental, se expandieron por la campaña de Buenos Aires. Se
impuso el ensanche de las fronteras. Tan lo entendió Martín Rodríguez durante
su gobierno, que alcanzó las serra-nías del Tandil. Y aunque Rosas no aprobara
el método adoptado en la lucha, fue un propulsor de la ocupación del desierto.
Durante el corto gobierno de borrego, planeó un nuevo avance. Se llegó a Bahía
Blanca.
“[…] Rosas tuvo amigos entre gente importante y entre los humildes. Mas su
prestigio como hombre lo afirmó en estos últimos; entre los importantes se
incubaron sus enemigos...
[…] A los personajes federales del interior, los envolvió en una trama amistosa
tan fuerte y sutil que sin su conocimiento haría inexplicable la acción política
desplegada. Con Estanislao López y Juan Facundo Quiroga estructuró la
confederación a partir de 1831 sobre la base de un íntimo entendimiento... Era
un gran conocedor de temperamentos; supo ser, así, un político práctico. En la
correspondencia sostenida con uno y otro y los respectivos actos de conducta
aparenta dos ecuaciones personales diferentes fruto de una conciencia política
proteiforme. Es un Príncipe Criollo”.
También dijo Ravignani (“La organización política de nuestra nacionalidad" en
"Nosotros", Revista Mensual de Letras, Arte, Historia, Filosofía y Ciencias
Sociales. Año XIV Tomo XXXVI. Buenos Aires 1920, pág. 361)..
"Los desvíos partidistas de los Unitarios, sin fundarse en el poder de los
pueblos, incurrieron en el grave error de buscar en el extranjero el apoyo militar;
pero sin quererlo, por oposición, dieron estabilidad a Rosas para resistirlos,
convirtiendo la guerra civil en una guerra internacional".
65
Diputado de la Unión Cívica Radical desde 1936 por tres períodos. Al
homenajear a Rosas, valora su ductilidad y perseverancia para enhebrar
acuerdos políticos sostenidos con los caudillos del interior, persuadiéndolos
lentamente de las necesidades políticas de la nación y como estructurarlas.
El autor destaca la habilidad de Rosas para tejer acuerdos políticos con los
caudillos del interior y persuadirlos gradualmente sobre las necesidades políticas
de la nación. Se resalta la paciencia de Rosas y su conciencia política
continental, lo que le permitió mantener la estabilidad del gobierno confederado
a pesar de los constantes ataques de los Unitarios con apoyo extranjero.
Además, para el autor, el combatir los Unitarios a Rosas durante años y años
con ayuda militar y financiera de los extranjeros, lo único que lograron es darle
estabilidad al gobierno confederado, poniendo a prueba el temple de Rosas y su
clara conciencia de política continental, no solo del terruño más cercano, como
algunos caudillos bienintencionados pero con falta de aquella visión.
Estas perspectivas resaltan la habilidad política y la visión estratégica de Rosas,
así como su capacidad para mantener la estabilidad en un contexto de
constantes conflictos internos y externos; esto es, una perspectiva más amplia
comprendiendo la importancia de la unidad política en toda la región.
*
Julio Irazusta
(‘Vida Politica De Juan Manuel De Rosas A Través De Su Correspondencia’-
1941).
"La paciencia imperturbable, el dominio de los nervios para no ofenderse con
rapidez excesiva por arrebatos de exaltados o insidias de intrigantes, la
moderación de la pluma o de la lengua, la osadía para emplear al personal más
dudoso y tratar de convertir en leales servidores a los hombres menos dignos de
confianza, el aplomo inconmovible para hacer de eterno componedor entre
correligionarios desacordados o entre ambiciosos rivales, todas esas virtudes
que en un momento me parecieron fruto de la madurez y un dilatado
aprendizaje, están en el Rosas de 1829, como en el de la década final de la
dictadura”.
Tenemos aquí conceptos similares a los de Ravignani por parte de Irazusta (uno
de los poco autores Federales que hemos consignado sus pareceres respecto a
Rosas).
Prueba una vez más Irazusta que Rosas no fue cerrado, ni rencoroso con
quienes no pensaban como él; solo no permitió que intentaran derrocar al
gobierno legal que él representaba, como en su momento lo habían hecho con
Dorrego.
Respecto a “la osadía para emplear al personal más dudoso y tratar de convertir
en leales servidores a los hombres menos dignos de confianza”, es cierto: véase
que tuvo entre sus funcionarios a personajes que no eran Federales pero que los
supo hacer leales servidores, como Manuel J. García, Manuel de Sarratea,
66
Carlos María de Alvear y tantos otros, como hasta el propio Domingo F.
Sarmiento.
En efecto, una anécdota poco conocida al respecto. Rosas intentó acercar al
trabajo público a Domingo Faustino Sarmiento, acérrimo enemigo de él pero al
que Rosas valoraba intelectualmente. Pero no pudo. Augusto Belín Sarmiento,
su nieto nacido en Chile (Augusto Belín Sarmiento ‘Sarmiento anecdótico”-
ensayo biográfico- Ed. Kapelusz-1905) -recordó que “antes de sublevarse
Urquiza, se presentó en 1850, el Coronel Juan Mur en Chile, en casa de
Sarmiento a proponerle el Ministerio de Gobierno de parte de Don Juan Manuel
de Rosas con todos los circunloquios y promesas que son de imaginarse para
demostrar el decidido intento del tirano en enmendarse y constituir la Republica
con la ayuda de los más eminente de sus adversarios”. Sarmiento
despectivamente rechazó la invitación.
Digamos que muy ‘tirano’ no debía ser Rosas que invitaba a sumarse al
gobierno no solo a Sarmiento –sin condicionarlo en nada ya que Rosas sabía
diferenciar el valor de la propaganda política partidista y lo que tenía de validez y
mérito conceptual del citado- sino a muchos Unitarios que volvían
voluntariamente al país.
No fue esta la única vez que Rosas intentó acercar a las mejores mentes del
Unitarismo para lograr la pacificación del país.
Rosas le escribe a Vicente González (alias el ‘carancho’) (Juan Manuel de
Rosas a Vicente González, Río Colorado, 15 de diciembre de 1833, en Ernesto
H. Celesia “Rosas. Aportes para su Historia” Bs.As. 1954, pág. 481)
Le dice como está el país y la falta de cordura de los políticos mientras él estaba
en la Campaña del Desierto y pensaba seriamente en evaluar la posibilidad de
abandonar la Argentina pues consideraba que era “un disparate sacrificarse sin
provecho, labrándose uno mismo el ataúd de su sepulcro. Resmas de papel son
pocas para escribir los barros que se han hecho y se están haciendo. El país no
tiene hombres y se pierde sin remedio. Que desgracia!".
Rosas es bien consciente de que había personas que no eran Federales pero
que con patriotismo podían contribuir a la reconstrucción nacional.
“Le dice Ud. [a Felipe Arana el 26 de agosto de 1833, desde el Río Colorado,]
(Ver carta de Juan Manuel de Rosas a Felipe Arana, Río Colorado, 26 de agosto
de 1833, en Ernesto H. Celesia “Rosas. Aportes para su Historia” Bs.As.
1954pág. 418.) “que los Unitarios propietarios, los que figuraron en tiempos de
Rivadavia, son los que más abogan por la marcha de mi administración, y por
mis amigos, sin que hasta ahora se sepa uno sólo que esté con los Anarquistas",
"siempre creí que si me ahorcaban algún día no habían de ser esos. Yo he
notado durante mi administración buena conducta y juicio en muchos de esos
hombres. Por eso no sólo no los he perseguido sino que los he tratado siempre
dándole a cada uno su verdadero lugar según su categoría. Veo también la
escasez que tiene el país de hombres, y mirando muy lejos Conocía la
necesidad de que el tiempo fuese dándonos algunos hombres más, de luces y
de responsabilidad propietarios, para el Congreso Nacional". "Por otra parte",
creía conveniente acostumbrar la gente a mirar siempre con respeto a las
primeras categorías del país aun cuando sus opiniones fuesen diferentes a las
dominantes".
67
Es un claro reconocimiento al espíritu de conciliación de Rosas, ya desde 1833,
aceptando la falta de hombres capaces para cubrir todos los campos necesarios
para la función pública y aceptando la capacidad de algunos que no eran
federales pero que él consideraba patriotas. (Recordemos que Alvear, Sarratea,
Manuel J. García, no eran precisamente Federales y sirvieron a la causa
nacional bajo la dirección política que imponía Rosas).
A una distancia sideral de la supuesta ‘tiranía’ con la que se regodeaban lo
Unitarios que así respondían al espíritu de concordancia, de avenencia que
proponía Rosas. ¿Ingenuidad del Restaurador? No lo sabemos….
Digamos que Julio Irazusta da una conferencia poco conocida dictada- en el
‘Primer Congreso De Historia De La Confederación Argentina (1831-1852)’ en la
ciudad de Gualeguaychú, en el año 1984.
Dicha conferencia se llamó “La Confederación Argentina de 1831 a 1852”
(Editado por la “Fundación Nuestra Historia del Instituto Argentino de Estudios
Históricos”-Gualeguaychú-Pcia. de Entre Ríos-1984)
En unos párrafos pertinentes decía el ilustre entrerriano sobre Rosas:
“Su gran administración interna corre pareja con su diplomacia. El desafío hecho
a la soberanía argentina por las grandes potencias marítimas es aceptado. Y
vencido. Logra de sus agresores el reconocimiento del ‘ius soli’ para los hijos de
los extranjeros, y la nacionalización de éstos para los que residieran más de dos
años en el país; asimismo, de nuestra soberanía sobre los ríos interiores, y en
común con el Uruguay sobre el río limítrofe; de bloquear y hacerle la guerra al
enemigo que nos la había declarado sin provocación previa por nuestra parte.
“Y por sobre todo, con su apoyo a Oribe, durante diez años, dado con
generosidad sin ejemplo, muestra que comprendió como ningún otro gobierno
argentino, que nuestra política está en el oriente la frontera más desguarnecida.
“Con su defensa del interés nacional en todas partes donde fuera amenazado,
Rosas introdujo en la línea del porteñismo una modificación fundamental, que
vuelve grotescas las acusaciones de los ignorantes sobre una supuesta
inserción de su gobierno en la línea de los centralistas que achicaron el país, si
éste no había de obedecer ciegamente los dictados de Buenos Aires: la de
prestar el servicio nacional correspondiente al privilegio radicado en Buenos
Aires.
“Por la influencia combinada de sus medidas de orden interno y de su acción
diplomática, con su método de organización empírica, Rosas logró acumular en
el Encargo de las Relaciones Exteriores, todas las facultades más tarde
inherentes a una magistratura nacional suprema: legar a las provincias el
ejercicio del derecho de legación que habían tenido al disolverse el poder central
en 1820; intervenirlas para uniformar la marcha de todas en el sentido de la
federación; declarar la guerra y hacer la paz; nombrar jefes de los ejércitos
nacionales; reglamentar las materias eclesiásticas en lo que competía al poder
temporal; prohibir o permitir la exportación y la plata; vigilar la circulación de los
escritos sediciosos; juzgar a los reos políticos de carácter nacional.
“Todo lo cual se llevó a cabo con una mezcla sin par de dialéctica y fuerza,
según las ocasiones, en que rivaliza con los modelos del género.
68
“Esa Confederación empírica no fue una empresa formal. No se trató de
improvisar una constitución artificial, sino de esperar que de las líneas de la
realidad vivida surgieran las leyes constitucionales adecuadas a nuestra índole
política.
“Pero sobre todo, ella se basó, como no podía ocurrir de otro modo, en una
defensa del territorio y de los intereses nacionales, sin una claudicación.
“La afirmación la soberanía argentina en el concierto del mundo era la base
indispensable de una constitución viable.
“La apostasía de Caseros dio por tierra con esa experiencia extraordinaria que
así como, según Alberdi, dio las bases de la carta de 1853, pudo darnos la
grandeza, sin la cual la pseudo organización de aquel año, nacía con un germen
de muerte”.
(Quien deseé leer sobre el ‘Empirismo Organizador’ de Rosas lo derivamos a:
“El 'Empirismo Organizador' Como Base Para La Restauración De La Soberanía
Nacional”
https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2019/02/el-
empirismo-organizador-como-base-para_27.html
*
H.S. Ferns
(Investigador canadiense, residente en Gran Bretaña desde 1949. Decano y
docente de la la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Birmingham
– ‘Gran Bretaña y Argentina en el siglo XIX’.p.221, 222, 486)
“Bajo la dictadura de Rosas se produjo cierto movimiento de progreso sobre el
cual las generaciones posteriores pudieron construir. En la extensa provincia de
Buenos Aires se mantuvo la paz durante un largo período de tiempo. La frontera
se desplazó hacia el sur y hacia el este, se eliminaron las perturbaciones
sociales se conservó la independencia nacional. Había seguridad de la
propiedad para todos aquellos que obedecieran a las autoridades públicas. Se
respetaron cuidadosamente los derechos de los extranjeros conseguidos por
tratados. El desarrollo comercial de la cría del ganado ovino agregó variedad y
fuerza a a economía. Fue posible la acumulación de riquezas en manos
privadas, tanto nacionales como extranjeras”
"El régimen del general Rosas no se presentó de pronto al mundo para que se lo
admirara o se lo vilipendiara, según el gusto o los intereses, ni asumió
repentinamente un carácter definitivo, que lo distinguiera de sus predecesores y
de sus sucesores. Surgió lentamente y su carácter se fue formando en gran
medida respondiendo a las circunstancias y por designio del personaje que le dio
nombre. Como fue durante muchos años la figura central de una controversia
política, hasta el punto que terminó por convertirse casi en una figura simbólica.
Rosas parecía asumir un carácter moral único. Para el estudioso de las
actividades ordinarias de su gobierno, realizadas mes a mes y año a año, su
política no presenta contraste de blanco o negro. Cuando dijimos que el general
Rosas defendió con ahínco la independencia de la República Argentina,
resistiendo a la intervención extranjera y la independencia de la provincia de
Buenos Aires dentro de la Confederación de provincias argentinas, dijimos todo
69
lo que puede decirse sobre sus principios. Todo lo demás era cuestión de
oportunidad y acomodación de desarrollo y de presiones ejercidas primero y en
un punto y luego en otro. Esto acaso explique los repetidos fracasos de sus
enemigos, ya que ellos siempre tendieron a juzgarlo por sus declaraciones más
extremas y sus peores actos, lo cual les impidió apreciar sus condiciones para
las negociaciones sagaces y solapadas."
La única ocasión en que el Gobierno británico fue más allá de las palabras en su
trato con la Argentina, esto es durante la turbulenta época del general Rosas,
quedó derrotado y admitió con toda franqueza que había sido derrotado."
70
Rosas que fue el único gobernante desde 1810 hasta 1915 que no cedió ante
nadie ni a la Gran Bretaña y Francia juntas y como les contestó no admitía nada
hasta que saludasen al pabellón argentino con 21 cañonazos porque lo había
ofendido; al día siguiente, sin que nadie le requiriera a la Gran Bretaña, entraba
a los Pozos la corbeta de Harpy y, enarbolando el pabellón argentino al tope de
proa, hizo el saludo de 21 cañonazos. Rosas ante todo fue patriota."
+
(Carta de J.D. Perón del 20 de octubre de 1970 al historiador Fermín Chávez
publicada por este historiador en su libro “La Vuelta de Don Juan Manuel”. Edit
Theoría. Bs. As. 1991).
“El primero que después de San Martín muere en el exilio por haber defendido
dignamente la soberanía popular y la independencia de la Patria. Los que se han
dicho sanmartinianos parecen no haber comprendido la lucha contra el
colonialismo que realizó Rosas, lo que San Martín vio claro a quince mil
kilómetros de distancia. Él le rindió a Rosas, él le rindió a Rosas el mejor
homenaje que un soldado puede rendir a otro soldado: su sable libertador...”.
Dice Perón que Rosas venció a los ingleses mas con astucia que con la armas y
que todavía hoy –dice en 1970- le extraña que los sanmartinianos parecen no
haber comprendido la lucha contra el colonialismo que emprendió Rosas, siendo
que el propio San Martín sí lo vio claro desde Europa.
Esto último sigue presente en el Instituto Sanmartiniano y en alguna de sus
autoridades, eminentemente liberales, que no pueden deglutir el amor y respeto
de San Martin por Rosas y su lucha, deshonrando con ello la memoria de quien
dicen querer preservar en la memoria de los argentinos.
*
Ernesto Sábato
(Expresiones vertidas por Ernesto Sábato. Físico- matemático, novelista y
ensayista. Escritor premiado nacional e internacionalmente).
“En muchas oportunidades como en una carta a Clarín en 1996, afirmé que es
una triste muestra de inmadurez política y espiritual, el exilio póstumo de Juan
Manuel de Rosas. Un hombre que luchó por la soberanía nacional contra
potentes enemigos de afuera así como contra los argentinos que desde adentro
los apoyaban […]... en esta ciudad de Buenos Aires hay calles que celebran la
memoria del tabaco o exigido salivaderas en los lugares públicos; pero no hay
una sola calle y mucho menos una avenida para hombres como Rosas y
Quiroga”.
71
*
María Kodama
(“Si Borges no hubiera sido honesto, no hubiera estado con él)-
www.grupolaprovincia.com- 01-05-2021)
“Al leer a Juan Bautista Alberdi se ve la dignidad de Rosas en el destierro de
Southampton, se puede entender que el traidor era Urquiza, a tal punto que
Alberdi se ofrece a ser abogado, pero Rosas se niega con un abrazo, pero para
que Alberdi no pierda el prestigio. El caudillo federal piensa en el otro. Eso es
mucho. Y eso no es todo, Rosas sube al poder por la insistencia del Cabildo,
para apaciguar las luchas callejeras entre unitarios y federales. Había
propuestas para que vinieran los franceses o los ingleses o hasta que
regresaran los españoles y convertirnos en colonias nuevamente. Está todo
documentado. Cuando llega el tonto de Lavalle y hace fusilar a Dorrego de una
manera innoble, recién ahí Rosas acepta ser gobierno. Rosas hablaba mapuche
y se entendía con los indios, por eso nunca hubo malones cuando él gobernó.
Rosas los respetaba y le hablaba en su lengua. Ni con los indios ni con los
gauchos tuvo problemas. Los "colorados del monte" es como él llamaba a sus
peones en el campo, después fueron otra historia, se constituyeron en una
milicia. La historia tiene que decirse de forma completa. Rosas los educaba y los
protegía. Rosas tenía principios. Cuando una de sus hermanas tiene un hijo con
Belgrano, lo anota como hijo de él, para evitar el escándalo de época, pero
cuando el chico es grande le cuenta la verdad. Algo maravilloso. Rosas era un
maravilloso hombre. Y el chico, el resto de su vida, firmó "Rosas y Belgrano".
72
1852, año en que se extingue la influencia del Restaurador, y se va con ella,
hacia el destierro y el olvido, el espíritu de nuestra vieja y noble patria…”.
73
De cuando en cuando y para que lo tuvieran siempre presente, daba una carne
con cuero y baile. Y aunque muchas veces en estas fiestas los concurrentes
llegaban y pasaban el número de mil, jamás sucedía cosa desagradable. El que
a pesar de sus esfuerzos por no hacerlo se punteaba, iba a esconderse entre los
árboles o entre las matas, para que el patrón no lo viera.
Ni por broma se oía hablar de una pelea de consecuencia, si de robos de
prendas o pingos entre la concurrencia. Es verdad quo los paisanos conocían a
lo que exponían sus cuerpos cometiendo cualquiera de aquellas tres faltas,
sobre todo la última. Rosas tenía un aborrecimiento innato por los ladrones. El
que era pillado robando, caía de su gracia y podía contar por seguro que se le
aplicaría un castigo crudo por mano de los colorados”.
74
Digamos de Zeballos, que su padre fue ayudante del general Juan Pablo López,
herido en 1838 en lucha contra los indios; en 1851 formalizó su unión al Ejército
Grande de Justo José de Urquiza
Cuando el 24 de septiembre de ese mismo año José C. Paz cerró el diario La
Prensa para unirse a la revolución ‘mitrista’, Zeballos se unió a la misma y fue
secretario de campaña de Bartolomé Mitre. En 1915, cuando hizo la
interpelación mencionada, era presidente Victorino de la Plaza.
Zeballos estuvo lejos de considerarse ‘rosista’, sin embargo en el discurso en el
Congreso hizo notar que el pueblo durante el bloqueo anglo-francés desde 1845
a 1849 no se amedrentó y estuvo firme junto al Restaurador. Rosas jugó con la
desesperación comercial de los ingleses que vivían en nuestro territorio que
querían que el acoso europeo finalizase. Finalmente Rosas logra someter
diplomáticamente y con paciencia a la urdimbre de los invasores.
*
Carlos Pereyra
“Rosas y Thiers: La diplomacia europea en el Río de la Plata, 1838-
1850” (escrito en 1919)-(Editorial ‘Forjador’-1952)
“No se trata de la rehabilitación de Rosas. El autor [es decir, el propio Pereyra
que habla en tercera persona] pretende la rehabilitación de la verdad histórica.
En cierto sentido, Rosas le es indiferente; y si lo considera desde un punto de
vista más bien simpático, es porque después de estudiar sin prejuicio un aspecto
de su gestión pública, lo encuentra dotado de serenidad, juicio, previsión y
patriotismo”.
“Rosas se mostró superior a los Unitarios y a los discípulos de Echeverría, así en
talento, como en serenidad y rectitud patriótica. Tomada en conjunto, es
admirable la obra diplomática de Rosas, y lejos de poderse explicar como
resultado de una locura moral, no lo es sino como resultado de cordura y rectitud
moral en todo lo que debe constituir el fondo de las preocupaciones de un
hombre púbico”.
75
gobierno de Buenos Aires la acepta, levantaré el bloqueo. Dejo mis órdenes en
tal sentido. Yo me marcho a Río de Janeiro, que es nuestra sucursal (sic)
sudamericana. No discutir principios; imponer condiciones-. Eso se hace en
África, [dice Pereyra] después del abanicazo del Bel al ministro de Francia, y
Francia se queda con Argelia; eso se hace en Asia para quedarse con la
Indochina. ¿Y en América? También”
"Tenemos une, fe profunda, proseguía el artículo de la ‘Revue des Deux
Mondes’, [1º de Julio de 1834 pág.65] en todos los medios de cultura intelectual
y moral, así corno, en los medios y resultados de la cultura material. Creemos,
para entrar en el asunto, que después de algunos años de gobierno estable y
regular, conducido por espíritus ilustrados y voluntades energéticas, la
civilización penetraría hasta apoderarse de los salvajes habitantes de las
llanuras de Buenos Aires, esos gauchos que viven a caballo y sin camisa, hijos
degenerados de los héroes de la conquista española, que casi no tienen ya de
cristianos sino el nombre, y de hombres, la forma únicamente. El español llevó
los mejores vegetales y los animales más útiles de Europa para que se
reprodujeran bajo aquel cielo: se aclimatan y prosperan, pero degeneran
también, y vuelven al salvajismo tan pronto como la mano del hombre se retira y
su mirada se vuelve hacia otra parte".
“Pero [sigue diciendo Pereyra]¿en dónde están los hombres "de alta inteligencia
que comprenden la necesidad que tiene su patria" de la misión civilizadora de
los europeos? ¿En dónde? Uno está en Bolivia. Es el general Santa Cruz. El
general Santa Cruz, "uno de los jefes americanos más merecedores de que
Europa se interese en el mantenimiento de su poder". El general Santa Cruz,
fundador de la Confederación Peruano-Boliviana, está en pugna con las
provincias del Río de la Plata a causa de la de Tarija, y los franceses quieren
apoyarlo contra Buenos Aires y contra Valparaíso, aliado de Buenos Aires. Los
otros americanos "de alta inteligencia", se hallan en Montevideo. Son los
unitarios de Rivadavia, los incomprendidos redentores del Plata que inspiran al
articulista de la ‘Revue des Deux Mondes’, y que llaman a las puertas de los
estadistas franceses para que haciéndose éstos cargo de "la misión que les
reserva el porvenir" los restituya al ejercicio del poder y destrocen con sus
cañones la barbarie gaucha”.
76
Pereyra señala que subyace en el texto chauvinista de la Revista el odio visceral
a España católica, algo que el jacobinismo masónico francés no puede tolerar,
llevado hasta los extremos de no admitir la hispanidad heredada por los pueblos
hispanoamericanos a los que acusa de degenerados, sucios, salvajes los cuales
debieran someterse voluntariamente a las clases ilustradas que vienen a
‘educarlos’ (sic).
Por supuesto que los franceses en sus diatribas omiten los miles y miles de
muertos causados por el ‘civilizado’ Thiers, en su propia tierra.
Este análisis de Pereyra pone de relieve la injusticia y la parcialidad de la
postura de la revista francesa. Muestra cómo los prejuicios y las agendas
políticas pueden distorsionar la percepción de la historia y promover una visión
sesgada de los eventos.
Pereyra hace notar todo esto y lo injusto de tal postura.
“El país, - sigue Pereyra- azotado por la sequía espantosa de 1836, sufrió
mucho a consecuencia del bloqueo pacífico —¿por qué no decir del amistoso
bloqueo? - Saldías compara las entradas y salidas de la aduana de Buenos
Aires durante el segundo semestre de 1837, con las entradas y salidas del
mismo puerto en el segundo semestre de 1838. El resultado de la comparación
es el que sigue:
ENTRADAS SALIDAS
“Era en verdad el sitio por hambre. ¿Cómo no cayó Rosas? Cualquier otro
gobierno hispanoamericano habría sucumbido, según las previsiones de los
bloqueadores. Rosas no cayó. Se mantuvo firme. El mérito no es suyo, sino, del
pueblo argentino, que supo solidarizarse con su gobierno. Rosas flotó sobre la
ola de una indignación general que levantaron la traición unitaria de Montevideo,
el ‘riverismo’, las fuerzas bloqueadoras y los piratas europeos explotadores de la
ruina de Buenos Aires. Rosas disminuyó los gastos públicos, aumentó las
contribuciones y promovió colectas. Todo ello fue secundado por la buena
voluntad que el gobernador solicitaba. La riqueza se movilizó espontáneamente,
y el gobierno pudo percibir los fondos de un empréstito con la cooperación de
muchos suscriptores que pusieron sus recursos a disposición de aquél, sin
solicitar garantía ni admitir interés. Este era el terror de Rosas”.
Pereyra nos demuestra la acción disolvente del bloqueo de los franceses que
produjo un ahogamiento comercial de la Confederación que dificultaba su
crecimiento y el poder militar; el desarrollo como nación.
La idea de los bloqueadores era obligar a Rosas a renunciar o que el pueblo,
cansado de las privaciones, se volviera contra él. No pudieron, como lo constató
Pereyra. El pueblo –sin importar las clases sociales- apoyó de todas las maneras
77
posibles al gobierno de la Confederación Argentina, inclusive la suba de
impuestos y donaciones porque se dio cuanta, ese pueblo noble, las agresiones
exteriores para quedarse el imperio europeo con las riquezas del país y el
control total del gobierno a través de sus testaferros Unitarios, ciegos de
‘cipayismo’ y de inquina a su tierra.
Pereyra nos muestra, en tal sentido, las entradas y salidas de las importaciones
y exportaciones en 1837 y durante el bloqueo a nuestros puertos en 1838.
78
Describe Pereyra la conjura internacional contra la soberanía territorial y fluvial
de la Confederación Argentina deteniéndose en los mercenarios como Garibaldi,
a las órdenes de Francia, que conjuntamente con Inglaterra, mercenarios
alemanes, Unitarios de ambos márgenes del plata, etc formaron una ‘entente’
siniestra, bombardeando, saqueando, arrasando, violando y quemando pueblos,
mujeres, niños, como en Salto, en Paysandú, en la Isla Martín García, en
Colonia; ‘guerra horrorosa no había ejecutado hasta entonces ni ejecuto
después’, según Pereyra.
Hasta el propio Unitario, de los mayores traidores y entregado al oro francés
como José Luis Bustamante le escribía a otro renegado, entregada su voluntad y
espada al oro francés, Fructuoso Rivera diciéndole que "Garibaldi saqueó la
CoIonia, y Gualeguaychú escandalosamente", Y lo decía su propio socio en el
desguace de la Confederación.
Pereyra sostiene la justicia de que Rosas sea designado como Gran Americano,
diciendo que dicha justicia está muy por encima en merecimientos que el gran
patriota para el mexicano que era Benito Juárez.
Observa con tino el historiador que la labor de Rosas era absolutamente
personal, reafirmando la existencia como nación frente a una Europa decidida a
fragmentar a Hispanoamérica, a tener como objeto desintegrarla; y dentro de
ella, a la propia Confederación Argentina..
Pereyra también se da cuenta que Brasil encara el pie europeo imperial y
expansionista en América. Rosas le da conciencia a su pueblo como nación
unida.
Aunque el historiador mexicano comete un error conceptual, como tantos otros al
principio del siglo XX, más allá de alabar la postura de Rosas y su labor en pos
de la soberanía continental.
En efecto, el historiador llama más de una vez a Rosas ‘tirano’ (sic)
confundiendo los términos.
79
Ya hemos dicho en la ‘Advertencia’ la diferencia entre ‘Dictadura’ y ‘Tiranía’, a
los que remitimos al lector y que es aplicable a varios historiadores, aún de
tendencias Federales.
Dice Pereyra que “Inglaterra no quería conquistas. Francia no quería conquistas.
Esta es la conclusión sentenciosa de los Unitarios ‘rivadavistas’, de los
federalistas de Echeverría y de los ‘antirrosistas’ de la tercera y cuarta
generación. ¿Qué se proponían entonces? —‘Civilizar’ (sic).
“Muy bien. Inglaterra y Francia querían ‘civilizarnos ‘desinteresadamente’ (resic),
y vosotros queríais que se os civilizara. Líbrenos Dios de blasfemar contra la
civilización, y menos aún contra la civilización de la Europa Occidental. […].
“La civilización es la miseria del ‘slum’ de Londres; es un ejército de hambrientos
que marcha al asalto de las ciudadelas de la producción, y que vuelve diezmado
a sus cuarteles; es otro ejército de reserva; formado por los batallones de
infelices que esperan tener trabajo cuando haya claros en las filas de los que
perecen, triturados por la máquina, por la enfermedad o por el vicio; es la guerra
inexcusable entre las grandes potencias industriales; es la guerra colonial; es un
conjunto de males tan absurdo, que comparada con esa civilización, la barbarie
de las pampas se nos antoja el Embarco para ‘Citeres de Watteau’.
Pereyra despliega una ironía y sarcasmo que nos confronta con la realidad. El
dice que Francia e Inglaterra no querían conquistarnos; nos querían ‘civilizar’ y lo
querían ‘desinteresadamente’.
Y dice, muy acertadamente, que la civilización que nos quiere traer Francia e
Inglaterra viene acompañada con miseria por un batallón de infelices. Que
representa la guerra de las potencias industriales. Que es una guerra colonial,
lisa y llana que nos traen un conjunto de males mucho peor que la supuesta
barbarie que habita en las pampas.
Y es así, sino véase lo que produjeron la ‘civilización’ que llevó Inglaterra a la
India, China. Y Francia, a Argelia. Miseria, opio, destrucción y sometimiento
físico y psicológico de los llamados ‘civilizadores’.
Pereyra nos presenta un trabajo llamado “La Argentina juzgada en los demás
países de América. Rosas enseñándole a Monroe los rudimentos del
monroísmo”, (Publicado en la Revista ‘Nosotros’, Bs.As.-abril de 1917, nº 96,
pp. 517-531).
En el mencionado trabajo realizaba acertadamente una crítica radical al
panamericanismo y al monroísmo contraponiéndole la figura del argentino Rosas
que habría representado “no sólo en su patria sino en toda América, el papel que
la leyenda atribuye a Mr. Monroe”.
Insistía en que la Casa Blanca y el ‘monroísmo’ habrían estado ausentes cada
vez que la América Latina los habría necesitado.
Cierto. Como ejemplo se reiteraría en el texto el caso de las Islas Malvinas que
se iba instalando como tierra simbólica irredenta significativa para sectores de la
opinión intelectual y política latinoamericana.
Dice Pereyra que él “…no acepto el Rosas de los unitarios, y que en general, los
tipos condenados por la justiciera humanidad, son menos dignos de llevar la
80
soga al cuello, que muchos de los glorificado […]. Yo no he vivido en el ambiente
de noticias directas, propicio para formar un juicio cabal y acertado sobre Rosas.
Necesitaría ponerme en comunicación directa con sus contemporáneos, durante
largo tiempo, para formar la imagen fiel de aquel hombre, de su época y de la
sociedad de que él fue —no excepción violenta y antagonismo declarado— sino
exponente, creo yo, puesto que lo sostuvo durante más de ocho lustros una
fuerza que no era la de su propia voluntad, ni la violencia criminal de sus
secuaces, sino las solicitaciones de una necesidad pública que él llenaba con
amplitud en la vasta medida de su pujanza. […]. Rosas representó, no sólo en su
patria, sino en toda la América, el papel que la leyenda atribuye a Mr. Monroe,
un papel de tal modo transcendental, que los actos de Rosas sirven para dejar
patentizada, en forma definitiva, la superfluidad del monroísmo”.
“Monroe no cuenta con un solo caso autentico de protección eficaz en favor de
los pueblos débiles, que pudiera presentar para recibir las glorificaciones con
que se halaga a sus delegados en la América Española”, lo cual es veraz.
82
fijado para su ejercicio y dentro de las bases de la delegación que el Congreso
establezca.
“Artículo 99.- El Presidente de la Nación tiene las siguientes atribuciones
Apartado 3- El Poder Ejecutivo no podrá en ningún caso bajo pena de nulidad
absoluta e insanable, emitir disposiciones de carácter legislativo.
Solamente cuando circunstancias excepcionales hicieran imposible seguir los
trámites ordinarios previstos por esta Constitución para la sanción de las leyes, y
no se trate de normas que regulen materia penal, tributaria, electoral o de
régimen de los partidos políticos, podrá dictar decretos por razones de
necesidad y urgencia, los que serán decididos en acuerdo general de ministros
que deberán refrendarlos, conjuntamente con el jefe de gabinete de ministro”.
Como puede verse, hasta el día de hoy existen –con otro nombre- la posibilidad
de que el Ejecutivo dicte medidas que exceden su competencia y que en los
hechos son ‘Facultades Extraordinarias’. La hipocresía liberal alcanza hasta los
tiempos de hoy.
*
Carlos Rodríguez Larreta
(Porteño. Político demo-progresista. Abogado. Profesor. Ministro de Relaciones
Exteriores de los presidentes Manuel Quintana y José Figueroa Alcorta.
Admirador de Sarmiento).
Escribió lo que sigue en 1923. (En ‘La Vuelta de Don Juan Manuel’, por Fermín
Chávez, Ediciones Teoría, BsAs, 1996, pág. 149 y 150)
“En cuanto a Rosas, si venía de la campana, es indudable que su prestigio se
extendió a la plebe de la ciudad lo mismo que a la plebe de la campaña; su
poderosa influencia desde el momento en que llega a Buenos Aires como
vencedor de Lavalle y vengador del sacrificio de Dorrego, deriva, sobre todo, de
la popularidad que conquista rápidamente en la población urbana de Buenos
Aires. Más tarde, durante su primer gobierno y durante los gobiernos de
Viamonte y de Maza, se preocupó con empeño de consolidar su poder sobre la
clase popular. Los mismos escritores unitarios no han desconocido el
entusiasmo, y hasta una especie de delirio, que Rosas despertaba en ella; su
nombre era aclamado con verdadera idolatría en los candombes y tambos de
negros que se habían formado en los suburbios de la ciudad, a la manera de las
tribus africanas; y él se afanaba por conseguir su adhesión, hasta el punto de
que muchas veces, a pesar de su rango y del retraimiento en que solía colocar a
su persona y a su, familia, iban los suyos a participar de las danzas y a sentarse,
él mismo, en sus ceremonias populares. Fue principalmente con esos negros y
mulatos, más que con la plebe de la campaña, que formo su ejército federal de
voluntarios, organizado para asentar su predominio y cumplir los propósitos con
que llegaba al gobierno.[…] Adversario de la oligarquía Y bien; tanto prestigio
debe haber tenido una causa. Por alguna razón se había identificado de esa
manera Rosas con el pueblo. Es que el dictador venía acaudillando a los
humildes a la clase desheredada de la ciudad y de las campañas; era su
Protector y amigo. Será por ello, el adversario implacable de la oligarquía que
desde 1810 se arrebataba entre sus propios círculos el ejercicio del gobierno;
que había heredado las formas aristocráticas del poder español, sin otra
83
interrupción que la tímida democracia, puramente legislativa de 1813; que tenía
los nombres brillantes, los prestigios sociales y la propiedad de las tierras, pero
que no supo hacerse amar de la muchedumbre y que caerá hecha pedazos, al
empuje del caudillo federal, aventada por él a los cuatro vientos. En la ciudad, la
clase popular era como esclava todavía en las casas de familia o habitaba
miserablemente en los suburbios. Rosas la dignifica y la levanta dándole lugar
en su partido. En la campaña, el gaucho conquistaba la tierra, pero ésta era
adquirida del gobierno por los señores de Buenos Aires y aquél, empujado de
nuevo al desierto y al salvaje. Rosas aleja al salvaje, da seguridad a la campaña,
reprime con energía los delitos comunes, y todo servicio señalado, por humilde
que sea el servidor, lo premia su gobierno con tierras y ganados. No entonces
cuando la lucha ardía, sino más tarde, numerosos escritores de tradición o de
preferencias unitarias han reconocido el apoyo de la tiranía en las masas
populares, y es dado creer que sin la transformación oportuna de la aristocracia
nacional, cumplida por ella, el establecimiento de un gobierno unitario capaz de
demorarla sólo habría preparado en el porvenir para la República los horrores de
una guerra social”.
Claramente Larreta hace notar el apoyo popular a Rosas. Cómo dignifica Rosas
a los estamentos más bajos de la población. Cómo agranda las fronteras de la
patria. Dice Larreta; “Los mismos escritores unitarios no han desconocido el
entusiasmo, y hasta una especie de delirio, que Rosas despertaba en ella; su
nombre era aclamado con verdadera idolatría.”.
Como puede leerse de boca de alguien que no era ‘rosista’ la veneración a
Rosas de su pueblo aleja cualquier tipo de duda acerca de la supuesta ‘tiranía’
que los Unitarios triunfantes se propusieron inculcar en nuestro inconsciente
colectivo, mistificando la historia y obligando a los educandos de todo tipo a
creer esa falsedad. Repitiéndola durante décadas y décadas hasta llegar a
hacerla verdad irrebatible y dogmática.
Rcordemos lo que dijo el que fuera el Presidente de los EEUU, John Adams:
“Hay dos formas de conquistar y esclavizar a una nación. Una es con la espada
y la otra es con la deuda” (Citado Por José Muñoz Aspiri eRn ‘Se Levanta A La
Faz De La Tierra’-Ediciones Fabro, 2016)
*
Dermidio T. González
Correntino. Radicado en Rosario. Novelista. Poeta.Fundador del radicalismo
santafecino. . (En ‘La Vuelta de Don Juan Manuel’, por Fermín Chávez,
Ediciones Teoría, BsAs, 1996, pág. 153 y 154) escribió en el año 1903.
“[…] El general Rosas fue el primer mandatario argentino que inició la unidad de
la familia argentina, en una Confederación de provincias. Antes de la iniciativa
del tratado del Litoral de 1831, cada Estado pugnaba por su independencia. Las
provincias del Rio de la Plata, se dislocaban, se desunían en diversidad de
tendencias y ambiciones políticas. En ese sentido la condición social argentina
hizo surgir la personalidad de Rosas como un símbolo, como una bandera
necesaria como un estandarte incontrastable, cuyo propósito era secundar la
84
acción emancipadora de Mayo. Después del fracaso de las constituciones de
1819 y 1826 todo era un caos, hasta que con el llamado Pacto Federal,
suscriben los gobernadores de provincia el compromiso de la unidad argentina.
Este hecho de los más grandiosos después del grito de independencia, pues
presentaba a la familia unida y compacta en un solo haz de aspiraciones y con
una sola bandera desde el Plata hasta Jujuy, desde el Océano Atlántico hasta
las nevadas crestas de los cíclopes andinos. El héroe de esta unidad, el paladín
de esta victoria, el hábil político de esta difícil causa, fue Rozas, encarándose de
proclamarlo así el pueblo de la nación, con el concurso de los próceres de Mayo
que en aquel entonces vivían en Buenos Aires.[…]”
Dice el autor que Rosas junto a los próceres de Mayo logró la unidad nacional lo
que es lo mismo que decir que es el creador del Estado Argentino. Antes era
territorios desperdigados y sin conexión entre sí.
*
Hector Pedro Blomberg
Porteño. Poeta. Músico. (En ‘La Vuelta de Don Juan Manuel’, por Fermín
Chávez, Ediciones Teoría, Bs As, 1996)
(‘Las Naves Rojas de la Federación’).
"Son las goletas rojas de Costa Brava, son las que respondieron en Obligado / al
clamor iracundo que las llamaba /para batir la flota que navegaba / el Paraná
invadido y ensangrentado. / Bergantines de Thome. La voz del viento / dice en la
arboladura la copla errante /que recuerda en su recio y extraño acento / aquellas
que en el viejo puente sangriento / se oían en los tiempos del Almirante. / Con
sus rojas banderas en la mesana, / allá van sus bravías tripulaciones: /
Federación o Muerte, se oye, lejana, / la canción que cantaban en la mañana /
junto a la negra boca de los cañones”
85
Jadeantes, en medio del humo y del fuego / Que todo lo arrasa como un
huracán/
Indómitos, llenos de sangre, los héroes / 'Defienden cual leones la tierra natal /.
Y cuando el lucero subió sobre el río, / En las baterías que mudas están, /
Se vieron los muertos de pie en la ribera, / Cubiertos de blanca y azul claridad/.
¡Vuelta de Obligado, sobre cuya arena / Los seiscientos leones no se alzaron /
más! /
Allí, amortajados de estrellas, cayeron / Y el río les dijo su eterno cantar /.
¡Vuelta de Obligado las ondas aun dicen /La gloria de aquella jornada inmortal,/
Y envueltos en rotas banderas los héroes / Alargan sus sombras sobre el
Paraná!/”
86
soldados transformados en labriegos o pastores de ganado, los poderos como
los dueños de pequeñas explotaciones campesinas, los hombres de trabajo, de
disciplina, de sacrificio, eran fervientes partidarios del general Rosas de su
sistema político y social”.
Yrigoyen destaca la vida difícil y solitaria que Rosas llevó en el exilio, lo que
permitió que su verdadera personalidad y nobleza se hicieran evidentes. Esto
implica que, a pesar de su reputación controvertida y su papel en los conflictos
políticos de su época, Rosas tenía cualidades positivas y nobles que no eran
ampliamente conocidas o reconocidas.
Esta perspectiva sugiere que la vida en el exilio permitió a Rosas mostrar su
verdadero carácter, alejado de la política y las presiones del poder. Esto puede
implicar que Rosas era una persona más compleja y humana de lo que se le
atribuía en su tiempo.
*
Horacio B. Oyhanarte
Bonaerense. Radical. Periodista en la ciudad de La Plata. Escritor. Abogado.
Diplomático.
(En ‘Por La Patria Desde El Exilio Digo’, Montevideo, 1932) Dijo sobre Rosas:
“Rosas -y no es sino con tristeza que entro a este rápido parangón, porque
siento que desde su sepulcro en Southampton las cenizas del tirano se indignan-
Rosas representó a las masas, sobre todo campesinas, del país anarquizado y
baldío, contra los pseudos aristócratas de Buenos Aires; contra el porteñismo
ensimismado y vacuo que creía que la nacionalidad eran una docena de
apellidos -entonces tenderos- de la antigua metrópoli colonial. Rosas realizó con
sangre -lo que nunca se le perdonaba- la unidad política del país, domando al
díscolo caudillismo que había quebrado la solidaridad ética y de origen en una
87
multitud de feudos particulares que pretendían la categoría, casi, de estados
independientes”.
Dice el dirigente Radical que Rosas fue representante fiel de las masas en un
país anarquizado. Luchó contra el porteñismo –siendo él mismo porteño- .
Que realizó la Unidad política del país.
El citado autor cae también en el ‘cliché’ de la época de llamar a Rosas, ‘tirano’.
Lo que implica un contrasentido entre dicho adjetivo y lo que él mismo pensaba
sobre Rosas. Está claro que años y años de lavado de cabeza –mas allá de
hablar muy sobre Rosas- caía en calificarlo como ‘tirano’ sin salvar la
contradicción entre el calificativo y lo que el mismo autor pensaba sobre Rosas.
*
Enrique Stieben
Entrerriano. Vivió en La Pampa. Escritor. Geopolítico.
(En ‘La Vuelta de Don Juan Manuel’, por Fermín Chávez, Ediciones Teoría,
Bs.As. 1996, pág. 229-230) dijo sobre Rosas en un libro inédito “Historia de la
Nacionalidad y la Tradición”)
“El Pacto Federal. El criterio historicista expuesto por Rosas en su famosa carta
de la Hacienda de Figueroa, es la exacta interpretación de la realidad y del
pragmatismo del Pacto Federal, con amplio y profundo dominio en el país. En
esa carta Rosas dio en el blanco, explicando su pensamiento político maduro e
inmutable, que volvería a repetir, sin cambiar una coma, a Quesada, en el
destierro, cincuenta años después, con elocuente vehemencia, cuando ya la
Constitución había arrojado como saldo Cepeda, Pavón, Paraguay, Entre Ríos,
la "pacificación del interior", la crisis económica de 1877, el entreguismo, la
capital pedida en préstamo, y una serie larga de calamidades.
“Es además el criterio universalmente aceptado como lógico y eficaz, porque el
fuego, para que caliente, tiene que soplar de abajo. Según él [Rosas], las pre-
construcciones imaginativas, las teorías de los ideólogos sin con-tacto con el
pueblo, sin identificación con la vida cotidiana; las lucubraciones de los
intelectuales, eran artificios de logistas, es decir de pequeños grupos que hacen
castillos en el aire, aislados de la sociedad a la cual pretenden imponer sus
fantasías, ajenos a las constantes preocupaciones y emociones de la población
que van sedimentando en idiosincrasia, de la cual los sistemas de gobierno
deben ser fiel expresión, largamente tamizada y en proceso de
tradicionalización”.
El autor hace notar la importancia del Pacto Federal de 1831 y el sistema político
que explicó y sostuvo hasta el último día de su vida. El tiempo le dio la razón.
Explica el autor citado como Rosas tuvo en cuenta las elucubraciones de los
logistas, refiriéndose a aquellos que se alejaban de la realidad de la tierra y
trataban de imponer sus abstracciones y fantasías –y lograron- imponer en la
sociedad.
*
88
Adolfo Korn
(En ‘La Vuelta de Don Juan Manuel’, por Fermín Chávez, Ediciones Teoría,
Bs.As. 1996, pág. 230/1) dijo sobre Rosas en un libro “Irigoyen y Rosas” escrito
en 1922).
“Rosas, después de su primer gobierno, pudo mirar al porvenir, en la conciencia
de haber dado el paso inicial para la realización de un ciclo heroico. El destino,
habiéndole probado en este primer ensayo, y habiéndole encontrado sereno y
fuerte, se apresuró a encomendarle la terminación de la gigantesca tarea. En
este primer gobierno Rosas ha sido su propio precursor”
*
Nimio de Anquin
Cordobés. Filósofo, Metafísico. Escritor tomista.
(En ‘La Vuelta de Don Juan Manuel’, por Fermín Chávez, Ediciones Teoría,
Bs.As. 1996, pág.242/3). Dijo de Rosas y el Iluminismo en 1966:
“La corriente iluminista-liberal estuvo presente en la época de Rosas (Vélez
Sarsfield, García, Reyes). El gran hombre no pudo advertirla, y esta
insensibilidad para detectar a su mayor enemigo es un aspecto débil del
‘rosismo’. La convivencia con el liberalismo iluminista afectó a la base cultural del
rosismo, alabase cultural, digo, pero no a su base histórica. Después de San
Martín es Rosas la mayor expresión en nuestra historia de la voluntad de poder:
su gobierno es un ejemplo aleccionador de decisión. ‘Entscheidung’ [’decisión’]
89
schmittiana. Solamente bajo un gobernante de este tipo fue posible un hecho
épico como la Vuelta de Obligado, especie de Termópilas argentinas en que se
jugó la suerte de la nación frente al bárbaro. Pero en Caseros se perdió todo y
después el demo liberalismo se expandió por toda la república”.
90
“Es cierto que el bloqueo anglo-francés puso a prueba a Rosas y en tensión a l.
economía, pero no dañó su reputación y no fue acompañado por un disenso
interior. De manera que el terror de 1840-42 no se repitió, y Rosas pudo retener
el control sin necesidad de recurrir a la violencia. La propaganda oficial aún era
excesiva, y los lemas anti-unitarios seguían siendo salvajes; pero su aplicación
ya no era feroz y las manifestaciones facciosas habían disminuido. Si bien el
gobierno seguía siendo el mismo y la vida política normal todavía estaba
proscripta, la atmosfera era más calma, el régimen más moderado, la sociedad
estaba menos atormentada. El diarista Beruti fijaba fecha al cambio a partir de
1844, un año de paz y tranquilidad; “no ha habido insultos, embargos,
confiscaciones 'ni degüellos, ni se ha perseguido a nadie; Dios quiera que así
sigamos en adelante hasta la paz general, y que se constituya la república, que
es lo que todos deseamos […]
“A partir de 1845 las propiedades confiscadas comenzaron a reintegrarse en
forma creciente a sus dueños. […]. El gobierno parecía ansioso por liquidar el
pasado y dar la bienvenida de vuelta al redil a los propietarios favorecidos con
las restituciones. La tendencia continuó. En 1848 el régimen alcanzo la cumbre
de su poder y reputación. El país estaba unido y fuerte, en su propio territorio y
en el exterior. La paz y la seguridad alentaban a la inmigración y mejoraban la
disponibilidad de trabajadores. Los emigrados políticos continuaron regresando y
muchos descubrieron que no era demasiado tarde para reclamar sus tierras y
propiedades”
Analicemos lo que dice el autor inglés, lejos también de ser ‘filo-rosista’ (antes
bien, lo contrario), pero bueno, al ser inglés es difícil que sea ecuánime porque le
tocan las ‘generales de la ley’.
Sin embargo, tiene algunos conceptos que no puede el citado de dejar de valorar
en Rosas y su gobierno:
Destaca que Rosas fue un líder carismático que supo ganarse el apoyo y la
lealtad de las masas populares. Se menciona que su liderazgo se basó en la
defensa de los intereses del pueblo y en su capacidad para mantener la paz y la
estabilidad en un contexto de constantes conflictos políticos y sociales.
Además, se resalta que Rosas fue un defensor de la soberanía nacional y se
opuso a la intervención extranjera en los asuntos internos de Argentina. Esto
implica que Rosas defendió la independencia y la autonomía del país frente a las
potencias extranjeras.
El autor reconoce que Rosas llegó a acuerdos de paz con los aborígenes a
diferencia de los gobiernos constitucionales que utilizaron –via Roca- una
solución ‘militar’ (sic). Recién cuando no pudo acordar y conciliar, debió
combatirlos, sobre todo a los Araucanos venidos de Chile.
Que Rosas subordinó su primer gobierno a la ley y el orden, cuidó a los pobres,
su administración fue moderada con personal público ecléctico, intachable en
cuestiones de recaudación impositiva, Buenos Aires era una de las ciudades
mas seguras del mundo.
91
Que mantuvo siempre la independencia del país es cuestiones de decisiones
políticas sin que ello mengüe en el trato con los residentes extranjeros a quien
siempre respetó (aun en plena agresión extranjera imperial).
Si hubo violencia de su gobierno fue por un par de meses cuando arreciaban los
ataques por todos los flancos: los Unitarios en Montevideo, por el imperio del
Brasil, por el norte con Santa Cruz y su Confederación Peru-Boliviana, por los
ingleses y franceses mas sus mercenarios, etc..
Pasado ese breve período, y siempre controlando a un pueblo exasperado por
ello que quería salir a la calle exaltado, pudo Rosas retomar el control y pacificar
las manifestaciones que se desataban ante las agresiones a nuestra patria.
Moderó su gobierno, volvió la paz, se desembargaron (el autor citado habla
equivocadamente de ‘confiscaciones’) los bienes de los exiliados o autoexiliados
y se les devolvieron los bienes más los intereses acumulados a aquellos que
volvían a la patria voluntariamente y con el beneplácito de Rosas. La nación
estaba próspera y en paz.
De la supuesta ‘tiranía’ solo se la veía en los panfletos de los enemigos de la
patria que mistificaban, una vez más, lo que sucedía en nuestro gobierno patrio,
con su literatura huérfana de realidad y sostenida solo por intereses políticos
mezquinos.
COROLARIO
Como corolario podemos decir que de la boca de los propios Unitarios – la
mayor de las veces en forma privada o cuando habían ya logrado el
derrocamiento de Rosas- el reconocimiento de su enorme gobierno, de su
virtudes, de su templanza y de la maledicencia de ellos al calificarlo vilmente de
‘Tirano’, como se ha enseñado casi hasta el día de hoy en las escuelas. Ello es
altamente sintomático.
Del mismo modo el reconocimiento de muchos funcionarios, políticos,
historiadores eminentes del extranjero que sopesaron cabalmente la figura de
Rosas y la importancia de su lucha.
Otro tanto de aquellos que sin participar de las luchas políticas, sin
embanderarse por uno u otro bando, supieron apreciar la importancia de Rosas
en concierto de las naciones.
Como puede haberse leído el liberalismo y progresismo de hoy siguen creando
esa “opinión prefabricada" sobre lo sanguinario y tiránico del gobierno ‘rosista’,
sin ningún tipo de sostén documental. Es solo literatura de la historia (‘Amalia’,
‘La Cautiva’, etc)
Ese silencio de la historiografía liberal es sinónimo de que no hay podido derribar
el buen gobierno soberano de Rosas y como no lo han podido hacer,
simplemente lo silencian.
José María Rosa hace una más interesante observación sobre el odio hacia
Juan Manuel de Rosas de parte del Unitarismo y del Liberalismo jacobino.
92
“Este odio es en realidad un homenaje que le hacen a su memoria –sin darse
cuenta- ya que es usual hablar “bien de los muertos, y mal de los vivos; y los
historiadores del liberalismo consideran vivo a Rosas, porque comprenden que
la política de Rosas es contemporánea. Sus objetivos – una Argentina popular,
dueña de sus destinos, insobornable a los imperialismos, sin clases dominantes,
e integrada en América Latina [debiera decirse ‘América Hispana’]– son los de
esta hora. Diríase que don Juan Manuel aún vive en Palermo y amenaza con el
rigor de sus mazorqueros a los salvajes que se venden al extranjero, o humilla
con la burla de sus bufones a los ‘lomos negros’ encumbrados” …
Dice Jaime Gálvez: “El mayor número de las publicaciones privadas u oficiales
abarcan el período que comienza en 1852 y termina en nuestros días, como si
nada hubiera ocurrido antes de aquella fecha. Y las otras, más circunspectas,
empiezan en 1810 y al llegar al 29 dan un salto, un salto con garrocha y
seguidamente caen en 1852. Al no conocer nuestras necesidades, nuestras
instituciones, nos dejaremos seducir por lo que nos halague, el oído, solamente”.
“Mientras no tengamos una historia que enseñe y acepte el contenido total de
nuestro pasado, que recoja sus tradiciones y que tenga un criterio y un
pensamiento propios, y sea tan justa y sincera corno para no rechazar los
valores antitéticos, tendremos que conformarnos con la mitología. Naturalmente
que la tarea a emprender es grande y difícil, pues supone el estudio, revisión,
crítica y análisis de nuestra historia, lo que muchas veces significará conflicto y
disensión consigo mismo. En busca de mayor perfección, deberá desterrarse el
método de interpretación de los valores únicos, el del color del cristal con que se
estudia. Grandes fenómenos sociales, grandes caudillos, momentos
trascendentales en la vida de un pueblo, esperan que la Historia vuelva a darles
un soplo de vida e interprete los principios esenciales de su existencia. Logrado
esto, tendríamos la suficiente continuidad de miras como para realizar una
política que contenga toda nuestra fuerza y vitalidad (GÀLVEZ, Jaime -“Rosas Y
La Navegación De Nuestros Ríos-” Librería Huemul-2da.Edición-1955)
Debemos recordar para la comprensión de nuestro pasado, que ese "pasado" no
es una cosa muerta, sino que vive en nosotros, para inspirarnos y guiarnos.
Esta es su trascendencia, pues, transformado en Historia, nos proporciona
antecedentes que debemos evaluar con cuidado –como la supuesta ‘tiranía’ de
Rosas negada hasta por propios y extraños-, con el fin de mejorar nuestro
presente y traspasarlo en tales condiciones a los que vengan después de
nosotros, en el futuro.
Tangamos presente, parafraseando a Marcelo R. Lascano, que somos por lo
que fuimos y seremos por lo que somos. Falsificando nuestro pasado,
renunciamos a nuestro presente y a nuestro porvenir.
Y, en el mismo sentido, Ernesto Palacio, “No sabemos qué hacer porque no
sabemos lo que somos; y no sabemos lo que somos porque se nos ha
confundido deliberadamente sobre nuestros orígenes y no sabemos ahora de
dónde venimos”
Y si no sabemos de dónde venimos, difícilmente sabremos hacia dónde vamos.
Al renunciar a nuestra historia real apenas podríamos resignarnos a una
prosperidad material de factoría o colonia como único objetivo. Y, hoy día, ni aún
93
a eso. Hemos perdido nuestra misión universal porque hemos perdido nuestra
conciencia histórica.
Decía también Palacio que “domina en nuestro país la falsa idea de una historia
dogmática y absoluta, cuyas conclusiones deben acatarse como cosa juzgada,
so pena de incurrir en el delito de leso patriotismo. Aquí se ejercita un verdadero
terrorismo de la ciencia oficial, por medio de la prensa, la universidad y a la
enseñanza media […]. La historia oficial es “fraguada para servir a los intereses
de un partido dentro del país, llenó la misión a que se la destinaba: fue el
antecedente y la justificación de la acción política de nuestras oligarquías
gobernantes, o sea el partido de la ‘civilización’ […] no de ser heroicos, sino de
ser ricos. No de ser una gran nación sino una colonia próspera […]. Los próceres
de la historia heredada, los próceres civiles representan y hacen amar (cuando
Io consiguen) conceptos abstractos: la civilización, la instrucción pública, el
régimen constitucional. Rosas, en cambio, nos hace amar la patria misma, que
podría prescindir de esas ventajas, pero no de su integridad ni de su honor.”
(PALACIO, Ernesto ‘La Historia Falsificada’-Colección ‘La Siringa’, Ed. Peña
Lilio, Bs.As.1960)
Como decía el autor citado nuestro país debía entregar todo lo nuestro al
extranjero y fundar escuelas donde se enseñara justamente que había que
entregar todo al manejo extranjero para suplir nuestra propia incapacidad, auto
denigrándonos, auto subestimándonos, que el Capital no se toca y que siempre
el Estado es un mal administrador
Ello nos lleva a una pérdida de confianza en nuestras capacidades, en nuestro
porvenir, en un escepticismo recalcitrante que tributa a lo quimérico y a un
pacifismo suicida y ciego que no hace más que acentuar un complejo de
inferioridad..
Lo que señala correctamente Palacio es que aquellos pueblos que pierden su
independencia, pierden la libertad para su propia toma de decisiones, perdiendo
finalmente y como consecuencia su provecho material.
Por eso, gracias a la Dictadura de Rosas (‘Dictadura’ por lo tanto, gobierno
legítimo que es consustancial con los intereses de la nación y de su pueblo,
esto es, hauna solidaridad entre el Estado y su pueblo que participa del mismo a
diferencia de la ‘Tiranía’ que gobierna sin apoyo de la población y con intereses
particulares que se contraponen a los de la nación y de su pueblo) es lo que
formó el Estado argentino, lo consolidó en su arquitectura política pragmática y
evitó los continuos embates secesionistas del unitarismo. Todo reconocido a
regañadientes por el propio Sarmiento.
Luego de Caseros en 1852 en vez de hacerse homenajes a este gran hombre
patriota, elevamos monumentos a quienes, como reafirma Palacio,” entregaron
fracciones del territorio nacional y nos impusieron un estatuto de factoría. Porque
tuvo que sacrificar toda su energía y desplegar el máximo de su autoridad para
salvar a la patria en el momento más crítico de su historia; porque persiguió
como era indispensable a quienes se empeñaban en fraccionar el territorio, y no
obtuvo otro premio que la satisfacción de haber cumplido con su deber”
Por eso no basta la rehabilitación del gran Caudillo, sino que es necesaria su
glorificación en todo ámbito privado y público para despertar nuestra definitiva
conciencia nacional, de cara al mundo pero sobre todo hacia nosotros mismos,
94
formando o, mejor dicho, resucitando nuestra conciencia colectiva acabando con
la falsificación fraudulenta de nuestros orígenes hispanos, porque no hemos sido
una colonia española, sino una prolongación de España en America
Manuel Gálvez -escrito en 1940- lo resume: "Don Juan Manuel de Rosas no ha
muerto. Vive en el alma del pueblo, al que apasiona su alma gaucha, su obra por
los pobres, su defensa de nuestra independencia, la honradez ejemplar de su
gobierno y el saber que es, sin disputa la más fuerte expresión de la
argentinidad. Vive en los viejos papeles que cobran vida y pasión en las manos
de los modernos historiadores y que convierten en defensores de Rosas a
cuantos en ellos se sumergen honradamente, en busca de la verdad, extraños a
esa miseria de la historia dirigida, desdeños de los ficticiosos [sic] honores
oficiales". (GÁLVEZ, Manuel- “Vida de Juan Manuel de Rosas”- Ed. Río de la
Plata-1974).
Una de las herramientas de coerción y falsedades impuestas como dogma por el
jacobismo sinárquico liberal y marxista está dada por los medios de
comunicación que la crean y fogonean.
Estos medios, controlados por las élites globalistas, utilizan diferentes técnicas
para manipular la información y presentarla de acuerdo a sus intereses.
Una de las principales herramientas de coerción utilizada por estos medios es la
creación de narrativas falsas. A través de la selección y manipulación de la
información, se construyen historias que se ajustan a la agenda de las élites.
Estas narrativas son presentadas como verdades absolutas, sin permitir ningún
tipo de debate o cuestionamiento.
Además, se utilizan técnicas de propaganda para influir en la opinión pública.
Estas técnicas incluyen la repetición constante de ciertos mensajes, la creación
de imágenes impactantes y la utilización de emociones para manipular las
percepciones de las personas.
Otra herramienta utilizada por los medios de comunicación es la censura y el
silenciamiento de voces disidentes. Aquellos que se atreven a cuestionar la
narrativa establecida son ignorados o difamados, creando un clima de miedo y
autocensura.
Es importante tener en cuenta que esta manipulación de los medios de
comunicación no se limita solo a los medios tradicionales, como la televisión o
los periódicos. También se extiende a las redes sociales y plataformas en línea,
donde se controla el flujo de información y se censura cualquier contenido que
vaya en contra de la narrativa establecida.
Ya decía Ernesto Palacio que siempre el Unitarismo vencedor ha tenido el
monopolio de la propaganda a través de los medios y ha difundido sus
mendaces historias.
En resumen, los medios de comunicación son una herramienta fundamental
utilizada por las élites globalistas para imponer su agenda y manipular la opinión
pública.
En tal sentido como bien dice José Luis Muñoz Azpiri (h) con agudeza: “El
hecho comunicacional es, fundamentalmente, un hecho político. De ahí que el
signo más evidente de nuestra dependencia cultural se manifiesta a través de un
proceso de colonización mental que tiene como instrumento a los medios de
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comunicación masiva, activos factores de anulación de la capacidad crítica, y la
vocación elitista y extranjerizante de diversos sectores de la cultura argentina.
[…].Es evidente que las comunicaciones sociales se realizan por medio de
canales sin retorno, con una sola vía: del emisor al receptor, dirigida a naturalizar
las contradicciones y desigualdades sociales y a homogeneizar las formas de
vida y loa modelos de consumo vaciando para ello la historia, liquidando Ias
tradiciones y, en los últimos años, purgar a la memoria colectiva de todo
recuerdo del conflicto Malvinas. Toda pérdida de memoria es una pérdida de la
de la identidad, pues, sin memoria, la identidad del individuo se desvanece, su
pensamiento carecerá de duración, del recuerdo de su génesis, de sus raíces
históricas. […]. Este perverso sistema obedece a la necesidad política de
generar una opinión pública definida como "mayoría silenciosa"; que es
silenciosa puesto que el sistema comunicacional no permite, por su propia
estructura, que el receptor se convierta en emisor.. Entonces, el mensaje de los
medios es un elemento formativo, contra el que la población tiene poco y nada
que oponer”. (En ‘Se Levanta a la Faz de la Tierra’-Ediciones Fabro-2016)
Por ello, cuando a Rosas se lo acusa de ‘Tirano’, yerra de buena o mala fe quien
así lo dice, confundiendo ‘Dictadura’ con ‘Tiranía’ (ver nuestro trabajo anterior
'Vigencia de las Facultades Extraordinarias en la legislación argentina actual'
https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2023/10/vigencia-
de-las-facultades.html
Para finalizar certeramente dice Palacio en concordancia con lo que venimos
suscribiendo respecto a la diferencia entre Dictadura y Tiranía, que Rosas
“Gobernó, es cierto, con facultades extraordinarias, y las aplicó a veces con
rigor. Pero ni los más encarnizados enemigos niegan que estuvo respaldado por
la adhesión de la casi unanimidad del país. ¿No hay en ello contradicción? Ese
consentimiento de todo un pueblo, ¿no es el signo más seguro de que no hubo
tal tiranía, puesto que la tiranía implica la opresión del pueblo y su falta
consiguiente de consentimiento?
En realidad, Rosas fue todo to contrario de un tirano: fue un caudillo del pueblo,
investido de facultades dictatoriales para proteger al pueblo mismo de las
maquinaciones de una minoría oligárquica, cuya fuerza y peligrosidad provenían
de su alianza con el extranjero.
Esa acusación de tiranía contra Rosas se funda en un sofisma, que consiste en
aplicarle a su gobierno categorías que no le corresponden.
Juzgado de acuerdo con los principios liberales, Rosas resultaría, efectivamente,
un gobernante repudiable. Pero Rosas no era, ni podía ser, un gobernante
liberal: surgió como caudillo y ejerció el gobierno con el rigor que las
circunstancias dramáticas del momento exigían.
Las asechanzas exteriores y la anarquía interna latente no eran las condiciones
más propicias para ocuparse de la organización de las garantías individuales.
Rosas debió optar entre la libertad interna o la independencia y la unidad de la
patria. Y opto por el segundo término. Con ello se erigió en héroe benemérito de
la patria, al defender su independencia y su unidad.
Durante este tiempo tuvo que defenderse de las tentativas colonizadoras
armadas de Francia e Inglaterra y numerosas sublevaciones internas apoyadas,
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por tan poderosos enemigos. Esas tentativas tenían un carácter secesionista;
respondían a un propósito común de impedir la formación de un poderoso
Estado en Rio de la Plata, y eran apoyadas por los unitarios, que no trepidaban
en ofrecer protectorados a las cancillerías de Europa con tal de satisfacer sus
anhelos de predominio político.
Puede decirse que, durante todo su gobierno, Rosas vivió luchando con mano
férrea contra las tendencias a la disgregación y a la anarquía que fomentaban
aquí las potencias imperialistas; y que triunfó en la lucha, salvando nuestra
integridad territorial y nuestro honor”.
*
¿Y, entonces, respecto a la supuesta ‘tiranía’ de Rosas tan declamada por las
usinas comunicacionales del Unitarismo de antaño y hogaño. sin sustento fáctico
alguno,? Pues bien, como se ha visto, hasta el día de hoy no se tienen noticias
de su existencia ….
Debemos tener siempre presente que la agresión en la voz, que sostuvieron por
años los Unitarios, no fue más que el estertor de la razón en sus gargantas..
Pero, bueno, ya se sabe: “si la historia la escriben los que ganan, entonces
quiere decir que hay otra historia; la verdadera; quien quiera oír, que oiga…”.//
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