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SEGUIMIENTO SEMANAL DE LA LECTURA

ALUMNO: DOMINGUEZ RAMOS GABRIEL NO. DE CONTROL: 22350103

CARRERA: INGENIERÍA CIVIL

SEMESTRE: 3 GRUPO: B FACILITADOR: HORACIO MALDONADO HERNANDEZ

TÍTULO DEL LIBRO: EL SECRETO DE DIOS

AUTOR: GUILLERMO FERRARA EDITORIAL: SUMA DE LETRAS

Fecha de inicio de la lectura : 27-11-23 Fecha de la conclusión: 03-12-23

FACILITADOR: HORACIO MALDONADO HERNANDEZ

EN CLASE O EN CASA: EN CASA DÍA: 03-12-23

PÁGINAS LEÍDAS. Desde: 56 Roma, Italia. En la actualidad - pag. 222

Hasta: 65 Ciudad del Vaticano Oficina de la Guardia Suiza. En la actualidad - pag, 251

RESUMEN

56 Roma, Italia. En la actualidad

La gente que había escuchado el sonido más nítidamente gritaba, algunos corrían, otros volvían a entrar en
cafés, negocios o shopings. Varias personas cruzaban la calle corriendo sin respetar los semáforos,
muchos coches aceleraban queriendo escapar sin saber de dónde había venido el impacto.

Con paso veloz y en menos de diez segundos desaparecieron de la vista del guardia. Siguieron el corredor
de altos techos e imponentes columnas. Adán y Alexia estaban ya dentro del Vaticano.

57 Roma, Italia. En la actualidad

Las sirenas de bomberos y coches policiales se escuchaban acercándose. La gente corría aterrada e
histérica, gritando, en diferentes direcciones. Era un caos. Ariel no podía dar crédito a lo que veían sus ojos.
Había salido minutos antes a caminar para tomar distancia de las tensiones vividas en el hotel.

La primera reacción de su conciencia fue tratar de negar lo ocurrido. Su mente se bloqueó y quedó como
un antiguo bloque petrificado por una explosión física que generó un derrumbe en el interior de sus
emociones.

Av. Dr. Víctor Bravo Ahuja Num. 561, Col. Predio el Paraíso, C.P.68350 Tuxtepec, Oaxaca
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58 Roma, Italia. En la actualidad

Adán y Alexia siguieron un largo pasillo hasta llegar a una mesa de registro. No había nadie. Siguieron
caminando ya en el interior de la famosa circunferencia arquitectónica del Vaticano hasta una escalera de
mármol que subía a uno de los pisos superiores. Adán obedeció su intuición.

La secuencia de la clave para que funcione es triple: la mente, la imaginación y la creación. También quien
lo ve debe pensar en aprovechar el día y además de pensar en positivo, dejar que emerjan, como un
perfume, los deseos más profundos del corazón, que salgan desde sí mismo hacia su familia y todos los
habitantes del mundo entero.

59 Roma, Italia. En la actualidad

En el café Rómulo di Abruzzo, cerca de la Vía di Porta Angélica, se encontraban Rachel Z y su compañera,
en una de las mesas más apartadas, enfundadas con una gorra que decía “I love Italy” para tratar de
camuflarse como unas turistas más.

Rachel miró un instante por la ventana con la mente pensativa, observaba a la gente caminar como robots
en busca de distracción, fotografías y compras. Negó con la cabeza, ella quería despertarlos del sueño en
el que vivían antes de que la muerte los viniera a buscar sin que se hubiesen enterado el objetivo de sus
vidas, sin resolver y conocer el misterio de su existencia personal.

60 Catacumbas subterráneas del Vaticano. En la actualidad

Mateo vio al Papa caminar cansado. Los tres habían escuchado la repercusión de la bomba debajo de la
catacumbas que había provocado un eco amplificando su poder, aunque no tenían idea de lo que estaba
ocurriendo.

El Papa inició su marcha lenta hacia la superficie. Sabía, en el fondo de su corazón, lo que sucedería
realmente si aquel hombre revelaba aquel hallazgo. El tiempo apremiaba para el obispo y, sobre todo, para
el futuro de la iglesia. Unos metros detrás, oculto en silencio tras unos negros bloques de granito húmedo,
se asomó la mitad del joven rostro de Dee Reyes, viendo cómo el Santo Padre caminaba con dificultad en
dirección contraria.

61 Ciudad del Vaticano, Italia. En la actualidad

Los tres soldados de la Guardia Suiza sorprendieron por detrás a Adán y Alexia en la bajada de uno de los
largos pasillos corredores de mármol.

“¿El Papa y un obispo secuestrados dentro del Vaticano?”. Ellos sentían que algo no iba bien. Adán
comenzó a percibir más cosas. El gendarme hizo la seña con la cabeza ordenando que los llevaran
esposados hacia la jefatura.

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62 Catacumbas subterráneas del Vaticano.

En la actualidad El Papa ya se había marchado y Dee no sabía si seguirlo o quedarse esperando por las
dos personas que había visto bajar al pequeño escondite.

Dee sintió empatía emocional y le llegó al corazón. Lo necesitaba. Estaba haciendo aquello por la causa
que los unía y por su amor hacia Rachel Z. Colgó el celular, verificó que seguía en modo vibración y salió
detrás de su escondite caminando hacia los escalones. Bajó hacia la puerta donde estaban Mateo y el
obispo Scheffer. Sigiloso como un felino, Dee colocó el oído en la antigua puerta y comenzó a escuchar lo
que ellos decían.

63 Ciudad del Vaticano, Oficina de la Guardia Suiza. En la actualidad

Adán y Alexia fueron esposados en las muñecas. Luego de ser apresados fueron conducidos por los tres
soldados hasta el sitio donde se encontraba el actual jefe de la Guardia Suiza. El comandante a cargo
estaba bajo una gran presión dentro del Palacio Apostólico, también llamado Palacio Papal o Palacio del
Vaticano, la residencia oficial del Papa. Aunque el actual Papa no vivía allí, sino en Santa Marta, debido a
que buscaba una vida más austera y en compañía de otros clérigos.

64 Roma, Italia. En la actualidad

En el restaurante en que se encontraba Hans Friedrich con toda la comitiva alemana, ya se habían
enterado sobre la bomba atribuida a un grupo de fundamentalistas islámicos y la repercusión que estaba
teniendo en todos los medios de prensa del mundo.

65 Ciudad del Vaticano Oficina de la Guardia Suiza. En la actualidad

El comandante de la Guardia Suiza estaba cada vez más tenso. Ya habían pasado dos horas y quince
minutos de la desaparición del Papa y no tenía el menor indicio, algo impensable para los soldados de la
guardia que conocían el Vaticano como la palma de su mano. También le habían informado de la bomba
que había explotado en el hotel de Roma y las repercusiones mundiales que estaba teniendo.

El comandante tomó su saco azul y se lo colocó vigorosamente mientras daba largos pasos hacia la puerta
de salida.
—¿Y nosotros? —preguntó Alexia.
El comandante se frenó en seco. Los miró a los ojos y luego dirigió una mirada a los dos soldados que los
custodiaban.
—Manténganlos aquí hasta mi regreso, una vez que tengamos los informes que he solicitado. Denles de
beber y comer. Luego se dirigió a Adán y Alexia. —No hagan nada de lo que tengan que arrepentirse.
Todavía están bajo investigación, hasta que hable con el Santo Padre y confirme que no tienen nada que
ver con su secuestro ni con la bomba que ha explotado. El comandante cerró con fuerza la puerta al
marcharse.

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