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VICENTE SÁNCHEZ DE ARZA

que, como destacamos al principio, podríamos jus-


tificarlo entre los siglos III y IV a. de J. C., desdo-
blamiento sin justificación en ciento cincuenta años.
Esperemos pues que en las sucesivas excavacio-
nes se puedan hallar monedas que justifiquen cuan-
to hemos estudiado y con la esperanza de llegar a
complementarlo con un catálogo adecuado que agru-
pe todos los hallazgos para poder determinar todo
el período que comprende la ocupación romana,
como complemento de las guerras astur-cántabras. tesoro de Cabrera 111.
Sestercios de omiciano a Valeriano
ADDENDA Por lean-Pierre Bost y Marta Campo
Complementando el trabajo anterior y como con-
secuencia de las sucesivas excavaciones, se puede Introducción
juzgar por los distintos hallazgos que ya anterior-
mente al siglo I en época de Augusto había un gru- URANTE el verano de 1985, una excavación
po de gentes a los que llamaríamos astures y que submarina en el pecio de Cabrera III permi-
como tal tribu tenían su hábitat en el Cabo de tió la recuperación de 950 sestercios del Alto Impe-
Torres, fundando dicho castro que no solamente era rio dentro de un ánfora (l). A este total se unieron,
defensivo sino que tenía sus propias llamemos insta- en 1986, 17 ejemplares más (de los que dos eran an-
laciones laborales del bronce, trabajándolo tanto en toninianos, uno de Filipo y el otro de Valeriano).
objetos domésticos como de adorno, etc., y que hoy En total, pues, se han recogido 967 monedas.
en las sucesivas excavaciones arqueológicas en dicho
castro, como más tarde en el entorno antiguo urba- La interrupción de la excavación en 1987 ha im-
no de Gijón, están dando unos resultados muy inte- pedido a los arqueólogos proseguir la exploración
resantes con resultados que alcanzan una totalidad del pecio. Ignoramos, pues, si había a bordo del bar-
de 50.000 piezas muy variadas, pendientes y con la co otra caja conteniendo antoninianos. En efecto, es
esperanza de una descripción y de una catalogación. bastante asombroso que sólo (o casi sólo) se hayan
recuperado bronces. A pesar de esto, la presencia
de los 965 sestercios de Cabrera tiene evidentemen-
te un significado, que vamos a intentar explicar.

I. Presentación del tesoro

1. Estado de conservación

Si bien la excavación ha dado bellos ejemplares,


la mayor parte de las monedas se conserva en un es-
(1) v. M. GUERRERO AYUSO, D. COLLS y F. MAYET: «Arqueolo-
296 gía submarina: el navío romano "Cabrera IH"», en Revista de Arqueo-
logía 74, 1987, págs. 14-24. 297
~ A__
RTA_C_'A_M_P_o
_ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ _ __

tado bastante mediocre. El elevado mímero de ejem- EL TESORO DE CABRERA III. SESTERCIOS DE D OMICIANO A VALERIANO
plares de atribución incierta o ilegibles, 17 por 100,
lo muestra de forma inmediata. Ello se debe a que
el tesoro ha estado muy dañado por su larga perma- das no descifrable~fip ertenecen a las s~rie)s,
, los porcentaJes
nencia en el agua del mar, pero también a una cau- las mone (lo que moch can"¡ to un número
sa puramente numismática: una cierta cantidad de má! anti~i~ad justificada. En¡° ;~rt~nece con se-
las monedas en circulación en el momento del nau- esta _en re res bastante unportan e a su módulo, el
fragio estaban ya muy usadas; es lógico, pues, ha- de e¡emplf . lo III como lo prueb t todavía visi-
berlas encontrado en mal estado.
guridaffe1\1!: 0 los'rasgos d~ u;;.:~~~~ otros, el ata-
pero no iff:r!!~~I~~ch~ desapare:-:;-,i
~fue:edel i;:;: 0: . ,
2. Cronologfa del depósito agua . . , ·ncluso aproxim · ea-
c\ilidad de atnbu~10n_, lde haber traicionado 1a r do
s1 conciencia ., 1 l te conserva
Es muy probable que se haya recuperado la casi nemos, pues,, la comparac1on de d º1a misma épo-
totalidad de las monedas de bronce, como lo prueba lidad. Ademas,)
1 · plares c on otros tesoros e
(80 eJe~
ca tamb1en nos da la razón.
la misma
una doble estructura del tesoro. Este hecho conlleva
consecuencia:

aj Se puede establecer la fecha del naufragio Los bronces de Cabrera III


con bastante precisión hacia (o incluso, durante) el
año 257, datación dada por el antoniniano de Vale- PERIODO 1 Total Porcentaje
riano, APOLINI CONSERVA (RIC 72) de 255-257
(Giibl) y por el sestercio del mismo tipo (RIC 152)
fechado a fines del 256 o principios del 257. .... 215 22,28
Antes 192 · · · · · · · : : : : : : : : : : : . • • · 24 2,49
193-2 · · · · · · · . . . . . ..······
222-238 · · · · · · · ......... : .... · · · · 206 21,35
b) Cabrera es, iunto con el tesoro de Crevillen- 255 26,42
te (ZJ recientemente publicado, el tínico tesoro com- 238-249 · · · · · · · ....... : : ..... · · · ·
2 85 8,81
pleto de bronces posteriores al 250 encontrado en la 49_253 ..
2s3-260 · · ....... · · · · L---1-----=--:::--
. • •- ·· ·· ·· ·· ·· ·· ·· ·· ·.: 16 1,66
Península Ibérica. Sin embargo, Cabrera contiene 18 -

veces más monedas que CreviUente. Es decir, tene- Total monedas ídentifica~a·s·:::::::: 801 83,01
1
Ilegibles . • · · · · · · · · · · · 164 16,99
mos un documento numismático de una importada
excepcional. ---

Total general .............. . 965 100,00


-
3. Estructura del tesoro

~~
adro de los bronce_s de monedas
Cabrera del
HI
a) Los bronces de Cabrera cuentan con 965 mu:Ítra ~~ns~'i:tJ: f.~'~~~t¡",/~!f tot~~=dq:~
ejemplares, todos sestercios, lo que no es extraño. siglo 111 (73 P¡";22 (70 por 100). Vemosue frecuen-
El cuadro que presentamos de la composición sim- postenores a (en todo caso en la z~na qonetario de
plificada de los bronces del tesoro sólo recoge los
801 ejemplares perfectamente identificados. &ta de- babjoa ~a~ea~fi~e
ta
bronce e en cucu Ca?_rera),b~l
. lac10n ha ia «:~~~
>;e!ovado pro-

---
cisión, que puede Parecer discutible desde el punto
de vista metodológico, ya que se puede pensar que

(2) A. GüNZÁLEZ P RATs y J. M. ABASCAL PALAZÓN: «La oculta-


ción de La d'EuJa, Crevillente (Alicante) y su significación para e] es-
183-196.
fundamente. III con otro gran te-
La comparación !ed~f1;;:~na (3)' pe~t)~~:°i
soro de ÜCCide~te,_ meno. En efecto, en ª. ~n de la
tudio de las invasiones de] siglo III», en Lucentum, VI, 1987, páginas surar bien este
P ontrasetnar
o la velocidad de rotac10
odemos C ne Essai sur la
RACHET:aLe ,
tresor de Garon · p·
. (3) u·on Effi;Nl\_ffi ye";:1Aquitaine
R. monetaire la fin du regne d'Antonin le ieux
circu1a 1984 299
(159-161), Burdeos, .
-
JEAN-PIERRE BOST Y MARTA CAMPO EL TESORO DE CABRERA III. SESTERCIOS DE DOMICIANO A VALERIANO

moneda en los siglos II y III a través de los datos de


estos dos grandes hallazgos. Hacia el 160 d. C., el
tesoro del Garona contenía un 65 por 100 de mone-
das que, en la fecha del naufragio, tenían más de 35
años de edad. En Cabrera, sólo un 22 por 100 de las
Porcentaje Tesoro de Cabrera III (c. 257) Tesoro del Garona (c. 161)
monedas están en este caso, lo que muestra bien que
la velocidad de rotación de la moneda fue mucho
más fuerte en el siglo III que en el segundo.
100 -

II. Cabrera y la circulación monetaria en el Medi~


terráneo occidental a mediados del siglo m

1. Problemática

a) Las condiciones del descubrimiento del teso-


ro, sobre todo el lugar de éste, nos obliga a propo-
ner como hipótesis de trabajo que Cabrera III es his-
pánico sólo por accidente. El islote de Cabrera es un
punto de pasaje, a la vez obligado y peligroso, situa-
do en la ruta marítima que en la antigüedad unía las
provincias de la zona del estrecho de Gibraltar
(Mauretania, Bética, Lusitania) con Italia. En las
monedas nada indica a priori el origen preciso del
barco.
b) Es muy cierto sin embargo, y la carga lo de-
muestra de forma evidente, que hay que buscar este
origen en el Oeste mediterráneo. Algunas observa-
ciones sobre la circulación monetaria en esta zona,
hacia el 260, ayudarán a comprender mejor esta
afirmación.
e) Debemos advertir ante todo que no vamos a
«Edad» de las monedas ¡·Más de 35 años
Menos
Más de 35 años
Menos revolucionar los conocimientos adquiridos desde
¡ de 35 años de 35 años hace largo tiempo sobre este tema. Ya en 1969, J.
P. Callu (4) expuso de forma casi definitiva las gran-
des líneas de la circulación del bronce en Occidente.
Recordemos las dos ideas principales que desarrolló
entonces:
Gráfica ].-Velocidades comparadas de la rotación de la moneda en los siglos II y III - La moneda de bronce, a mediados del siglo
III, ya no tiene un papel «imperial» ( entiéndase en
todo el Occidente al menos); se ha convertido en
una moneda propia del sector ítalo-africano.

(4) J. P. CALLU, La politique monétaire des empereurs romains de


300 238 a 311, Paris, 1969. 301
r:
1,

JEAN-PIERRE BOST Y MARTA CAMPO EL TESORO DE CABRERA III. SESTERCIOS DE DOMICIANO A VALERIANO

- Por otra parte, esta moneda está poco exten-


dida más allá de Italia, pues no se difunde por la vía
administrativa (pagos del Estado), sino únicamente
por la de las redes comerciales, y éstas comienzan a
esderotizarse (5).
Si bien estas constataciones son indiscutibles, se
pueden aportar algunos retoques de detalle que, en-
10 tre otras cosas, nos ayudarán a establecer el origen
de las monedas y del barco de Cabrera.

2. Observaciones sobre la circulación del bronce en


la Península Ibérica a mediados del siglo III

En la época en que J. P. Callu redactó su obra,


se tenían pocas informaciones sobre la circulación
monetaria en la Península Ibérica en el siglo III.
Transcurridos 15 años, diversas publicaciones (Co-
nimbriga, Talamanca, SNB I y II, Clunia, Belo, Cre-
villente) (6) han mostrado que, como en Italia y Afri-
ca, en Hispania sobrevivió hasta el reinado de Va-
leriano el antiguo régimen monetario, régimen en el
que el sestercio tuvo siempre un lugar esencial.
De la circulación del bronce en la Península, bas-
tante activa todavía a mediados del siglo III, nos dan
testimonio los hallazgos relativamente numerosos de
monedas posteriores al 249 documentados en los tra-
bajos que acabamos de mencionar. Ellos muestran
0,1
cómo hay una neta desproporción entre la fachada
Crevillente Cabrera Guelma Cerdeña Testaccio
mediterránea (costa e islas) y el interior, donde los

(5) CALLU: Politique monétaire ... , pág. 130.


(6) Conimbriga: l. PEREIRA, J. P. BOST y J. HlERNARD, Fouilles
de Conimbrisa III. Les monnaies, París, 1974.
Talamanca: M. CAMPO y J. H. F'ERNÁNDEZ, «El tesoro de Talaman-
Gráfica 2.-La renovación de la moneda de bronce en el Mediterráneo occidental a mediados del siglo III (tesoros). ca: Sextercios de Tito a Gordiano 111», en Acta Numismática, VII, 1977,
págs. 89-101.
Relación entre los siglos III y JI, en número de monedas por año y escala logarítmica I Symposium Numismático de Barcelona, Barcelona, 1979, 2 vols.
II Simposi Numismatic de Barcelona, Barcelona, 1980.
Clunia: J. M. GURT ESPARRAGUERA, Clunia lll. Hallazgos moneta-
rios. La romanización de la Meseta Norte a través de la circulación mo-
netaria en la ciudad de Clunia, Madrid, 1985.
Belo: J. P. BosT, F. CHAVES, G. DEPEYROT, J, HlERNARD y J. C.
RICHARD, Belo IV. Les monnaies, Madrid, 1987.
Crevillente: GONZÁLEZ PRATS y ABASCAL PALAZÓN, op. cit.
Además del estudio de L. SAGREDO SAN EUSTAQUIO, «La circula-
ción y desaparición del bronce en la Hispania romana (193-285 d. C.)»,
en Estudios en Homenaje a don Claudia Sánchez Albornoz en sus 90
._,_____302
_ años, I, Anejos Cuadernos de Historia de España, 1983, págs. 173-222 . 303
JEAN-PIERRE BOST Y MARTA CAMPO EL TESORO DE CABRERA III. SESTERCIOS DE DOMICIANO A VALERIANO

hallazgos son más bien raros y donde las monedas Cabrera III
de Valeriano están casi totalmente ausentes. 8 T. Mediterráneo occidental
- - - - 18 T. Aquitania y Narbonense
Porcentaje •• •• • • • Roma, Testaccio
3. Una moneda renovada en el siglo III
100
a) Naturalmente los hallazgos de monedas no
son simples curiosidades numismáticas. Allí donde .......
la documentación lo permite, se comprueba que la
presencia de los hallazgos acompaña una renovación
real de la moneda durante la primera mitad del si-
glo III.
La gráfica 2 permite observar las características
de la renovación de la moneda de bronce en el Me-
diterráneo occidental a mediados del siglo III. Para
ello, además del tesoro de Cabrera III, se han to- "- - - ---
mado otros hallazgos de bronces como el tesoro de
Crevillente (7) en la costa levantina de la Península,
10 -- -... ....
....
el tesoro de Guelma (3) en el Norte de África, cua- ' .... ....
tro tesoros de Cerdeña (9) y los hallazgos del Testac- .... ....
cio (lO) en la propia Roma. La gráfica muestra, en es-
cala logarítmica y en número de monedas por año,
"\\

\
la relación ente el siglo III y el II; una cifra igual o \
superior a 0,80 significa una renovación muy conve- \
\
niente de la moneda. \

b) Hay que remarcar también:


1 -,
- Que en la Península Ibérica la renovación de
la moneda de bronce está limitada a zonas privile-
giadas, especialmente cercanas a las costas sur y
oriental.
- Que allí donde se ha producido, esta renova-
ción ha afectado por igual a las ciudades y al campo.
e) En fin, anotemos de J. P. Callu, que de una
manera general la importancia de la renovación del
bronce en el Mediterráneo occidental disminuye a
medida que nos alejamos de Italia. 0,1 ~ - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - " - - - - -
Antes Post. Post. Post. Post. Post.
193 193 222 238 249 253
(7) GONZÁLEZ PRATS y AllASCAL PALAZÓN, op. cit.
(8) R. TuRcAN, Le trésor de Guelma. Étude historique et monétai-
re, París, 1963.
(9) Son los tesoros de Sant Antonio Ruinas, Santa Lucia I, Santa
Lucia II y Talana (1.352 ejemplares en total), citados por CALLU, Poli-
tique monétaíre ... , pág. 118.
(10) 611 bronces y 193 antoninianos. CALLU, Polítíque monétaíre ... , Gráfica 3.-La renovación de la moneda de bronce en el Mediterráneo occidental a mediados del siglo III (tesoros).
304 pág. 118, y Bol/ettino di Numismatica 5, 1985, págs. 153-155. Escala logarítmica 305
JEAN-PIERRE BOST Y MARTA CAMPO EL TESORO DE CABRERA III. SESTERCIOS DE DOMICIANO A V ALERIANO

III. Cabrera y el comercio en el Mediterráneo occi- Esta observación nos va a permitir volver de nue-
dental a mediados del siglo m vo a la pregunta que nos planteabamos al comienzo:
¿se puede adivinar el origen geográfico real del te-
Finalmente debemos preguntarnos cómo hay que soro de Cabrera?
interpretar el tesoro de Cabrera III.

2. Cabrera, tesoro del Mediterráneo occidental


1. ¿ Tesoro de tesaurización o tesoro de circulación?
a) La carga del navío está constituida por ánfo-
a)Descubierto en el pecio de un barco mercan- ras diversas: aceite, salazones, vinos, etc. Estas án-
te, el tesoro de Cabrera puede tener tres orígenes: foras pueden tener también orígenes diversos: Lusi-
- La caja de a bordo. tania, Bética, África del norte. Sin embargo, actual-
mente los arqueólogos piensan que todo el carga-
- La caja de un comerciante viajando con sus mento fue tomado conjuntamente en un mismo
adquisiciones: ánforas, etc. puerto de la costa de la Bética.
- La caja de un pasajero embarcado, pero ex- b) ¿ Qué datos pueden aportar las monedas de
traño al comercio. La práctica de tomar pasajeros a Cabrera IU? Seguramente nada más a las informa-
bordo de un navío mercante es bien conocida en to- ciones ya proporcionadas por la arqueología. Su es-
das las épocas. tructura, que muestra un porcentaje relativamente
b) En consecuencia, podemos preguntamos si elevado de monedas del siglo II, da la impresión de
el tesoro de Cabrera es un tesoro de monedas en cir- un lote recuperado en la misma zona que la de don-
culación (caja de a bordo, caja de comerciante) o de de provienen las ánforas.
monedas economizadas por un pasajero. Esta últi- Examinemos ahora las características de la reno-
ma hipótesis viene sugerida por el hecho de que el vación de la moneda de bronce en el Mediterráneo
tesoro de Guelma, cuya estructura es absolutamen- occidental a mediados del siglo III. Para ello, ade-
te idéntica al de Cabrera como se observa en la grá- más del tesoro de Cabrera III, hemos elegido un gru-
fica 2, ha sido interpretado por su editor, R. Tur- po de ocho tesoros del Mediterráneo occidental \ 12),
can, como un tesoro de tesaurización (ll). 18 tesoros de Aquitania y Narbonense <13) y los ha-
'c) Sin embargo, esta hipótesis no puede ser sus- llazgos del Testaccio en Roma <14). La gráfica 3 (en
tentada por nosotros. La presencia de monedas de escala logarítmica) muestra bien la diferencia entre
bronce del siglo II, también la de monedas de Seve- estos distintos grupos de tesoros:
ro Alejandro y de Gordiano en muy buen estado de
conservación, no son criterios suficientes. Se sabe (12) Dos tesoros africanos: Guelma (Turcan, op. cit.) y Rusguniae
por ejemplo que los tesoros de bronce galos perdi- (P. SALAMA, «La trouvaille de sesterces de Rusguniae. Histoire d'une
découverte», en Revue Africaine, CI, 452-453, 1957, págs. 206-245); dos
dos bajo Póstumo contienen hasta un 99 por 100 de tesoros hispánicos: Crevillente (GONZÁLEZ PRATS y ABASCAL PALAZÓN,
monedas del siglo II. Pensamos que más bien hay op. cit.), y Valencia I (R. ARROYO ILERA, El numerario de la Univer-
que considerar el tesoro de Guelma como represen- sidad de Valencia. Catálogo, estudio e interpretación de las monedas de
la edad antigua, Valencia, 1984); cuatro tesoros de Cerdeña, citados su-
tativo de la circulación monetaria de hacia el 260. pra (CALLU, Politique monétaire ... , pág. 118).
En cambio, lo que es interesante es ver que la es- (13) 2.850 ejemplares procedentes de 14 tesoros de Aquitania
tructura de Guelma, como la de Cabrera, traduce en (Arrens-Marsous, Sare, Lombez, Lectoure 1979, Gazinet, Naujac 1895,
Bordeaux antes de 1963, Saint-Merd-les-Oussines, Couzeix-Puy-Dieu,
realidad no una tesaurización antigua, sino una fa- Dontreix, Bourges 9, Clémont-sur-Sauldre, Sainte-Montane, total 2.018
cies regional de la circulación del bronce en Oc- ejemplares) y cuatro tesoros de la Narbonense y de los Alpes (Cairan-
cidente. ne, Montfalcon, Montbruon-Saintinieu, Nuglar (Solothurn), total 832
ejemplares].
306 (14) CALLU, Politique monétaire ... , pág. 118 y Bollettino di Numis-
(11) TuRCAN, op. cit., págs. 42-43. matica 5, 1985, págs. 153-155. 307
JEAN-PIERRE BOST Y MARTA CAMPO

- En Galia meridional (Aquitania y Narbonen-


se), hay un 87 por 100 de monedas anteriores al 193.
- En Roma, el porcentaje de estas mismas mo-
nedas es inferior al 8,5 por 100.
- Entr~ las dos, toda una serie de depósitos
(Cerdeña, Africa, Península Ibérica), con los que el
perfil de Cabrera casa completamente y que repre-
sentan la circulación del Mediterráneo occidental.

Conclusión

El hecho más importante que queremos destacar


Tesorillo de bronces bajo-imperiales
a modo de conclusión es que las monedas de Cabre-
ra III concuerdan perfectamente con el contenido
hallado en El Palmar de Troya (Sevilla)
del cargamento del navío. Este tesoro es sin duda un
nuevo y precioso jalón para el conocimiento de la Por Fernando J. Velasco Carrillo de Albornoz
circulación monetaria en el Mediterráneo occidental
a mediados del siglo III d. C.

E N El Palmar de Troya, localidad de la fértil


campiña sevillana, donde, por razones obvias,
es posible documentar una densa implantación rural
romana, fue hallado de manera fortuita este conjun-
to monetal en circunstancias y fecha que no ha sido
posible determinar con claridad (l). En la actualidad
se halla en manos de particulares y, recientemente,
me fue amablemente ofrecido para su estudio como
completo.
Este «tesorillo» se compone de 133 monedas del
siglo IV d. C., identificables casi en su totalidad (sólo
en un ejemplar no ha sido posible), debido a su re-
lativo buen estado de conservación. La mayoría de
las monedas se concentra en las emisiones de los
años 378-395 d. C., con una neta preponderancia de
los tipos Reparatio Reipub y Gloria Romanorum,
bien representados en la Península Ibérica (2), ya que

(1) Me han sido proporcionadas vagas referencias a su hallazgo, re-


lacionado con un asentamiento rural romano de dicha localidad, en tor-
no a la fecha de 1984.
(2) En este sentido se afirman I. PEREIRA, J. P. BosT y J. HIER-
NARD, Fouilles de Conimbriga III. Les Monnaies, Paris, 1974 (= Co-
nimbriga III), pág. 190, núm. 170; J. P. CALLU, «Reparatio Reipub: Un
probleme de circulation monétaire», en Nummus I, 1978, págs. 101-102;
y J. P. BosT, F. CHAVES, G. DEPEYROT y J. c. RICHARD, Belo IV. Les
308 Monnaies, Madrid, 1987 ( = Belo IV), pág. 89. 309

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