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Plantas Inmigrantes
Plantas Inmigrantes
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SCARAMUZZINO R.
Resumen. En este trabajo se presentan los botánicos y naturalistas que comunicaron la presencia de
plantas exóticas en el territorio bonaerense en las últimas décadas del siglo XIX y primera mitad del
siglo XX. Se mencionan algunas de las especies encontradas y se citan las opiniones y percepciones
de los botánicos sobre las especies no nativas.
Abstract. This paper presents the botanists and naturalists who reported the presence of exotic
plants in the Buenos Aires territory in the last decades of the 19th century and the first half of the
20th century. Some of the species found are mentioned and the opinions and perceptions of botanists
about non-native species are cited.
también las halló a las orillas de los cami- principios del siglo XIX, pero este trabajo
nos por donde había pasado el hombre a se limitará en particular a los botánicos y
caballo y cerca de las lagunas (Azara, 1998). naturalistas de las últimas décadas del si-
En la primera mitad del siglo XIX uno de glo XIX y primera mitad del siglo XX. En
los viajeros que atravesó la región pampea- esa época, en muchos casos se relacionó las
na fue Charles Darwin, en su viaje alrede- especies exóticas con la inmigración. “La
dor del mundo en el HMS Beagle; además continua introducción de plantas extranje-
de coleccionar fósiles, en su recorrido por ras ha modificado muchísimo el carácter de
la provincia de Buenos Aires estudió su nuestra Flora. Este país es de inmigración,
geología (Zárate y Folguera, 2009), obser- no sólo para los hombres, sino también
vó la vegetación y probablemente es menos para los vegetales” (Gallardo, 1902).
conocida su colección botánica. En su dia- El objetivo de este trabajo es dar a cono-
rio (Darwin, 1998) mencionó características cer los botánicos y naturalistas que comuni-
de la vegetación de la provincia de Buenos caron la presencia de plantas alóctonas, en
Aires, como la diferencia en los pastizales especial para la provincia de Buenos Aires
al norte y sur del Salado, la presencia de y ciudad de Buenos Aires, durante las últi-
hinojo y en especial se refirió a los cardos mas décadas del siglo XIX y primera mitad
(Delucchi y Charra, 2012). Asimismo, en su del siglo XX, mencionar algunas de las es-
colección botánica que se conserva princi- pecies encontradas y citar sus opiniones y
palmente en el Herbario de la Universidad percepciones sobre las especies no nativas.
de Cambridge (Gardiner, 2018), se encuen-
tran algunos especímenes que correspon-
den a especies exóticas para la Argentina BOTÁNICOS Y NATURALISTAS
halladas en la región de Bahía Blanca en (1870-1950): SUS REFERENCIAS A
1832, como por ejemplo Sonchus oleraceus LAS ESPECIES EXÓTICAS
L., Nuttallanthus canadensis (L.) D.A. Webb EN BUENOS AIRES
(Linaria canadensis (L.) Dum. Cours.), Sile-
ne antirrhina L., Melilotus indicus (L.) All., Un gran número de botánicos y natura-
Erodium cicutarium (L.) L’Hér. ex Aiton. En listas que estudiaron la flora bonaerense en
la misma década que Darwin, otro natura- las últimas décadas del siglo XIX y primera
lista británico, Charles James Fox Bunbury mitad del siglo XX hicieron referencia en
(1809-1886), observó la vegetación de la sus escritos a las especies exóticas. Algunos
pampa argentina en su visita a Buenos Ai- dieron a conocer las introducciones recien-
res en 1834 (Bunbury, 1854). Citó la abun- tes, otros se refirieron a su distribución y a
dancia de varias especies como Echium las comunidades invadidas, a las causas de
plantagineum L., Foeniculum vulgare Mill., su introducción y de su propagación, otros
Medicago polymorpha L., Silybum marianum las enumeraron en catálogos. Varios mani-
(L.) Gaertn., Cynara cardunculus L., Lolium festaron sus opiniones, sus apreciaciones,
perenne L., L. multiflorum Lam. y Hordeum sus valoraciones sobre la incorporación de
murinum L. La observación más remarcable estas especies a la flora argentina. La lista
fue que las exóticas no estaban confinadas a de botánicos que se presenta no es exhaus-
campos de cultivo o alrededores de las ciu- tiva ya que probablemente otros se hayan
dades, sino que se expandían a lo largo y a referido a ellas en sus publicaciones. Los se-
lo ancho de las planicies abiertas. leccionados para este trabajo fueron Carlos
Se podrían mencionar otros naturalistas Berg, Pablo Lorentz, Gustavo Niederlein y
y coleccionistas botánicos del siglo XVIII y Adolfo Doering, John Ball y Georges Cla-
Carlos Berg
ron Plantago major L., Amaranthus hybridus tema de Tandilia, se dedicó a la ganadería
L., Polygonum aviculare L., Melilotus indicus en su establecimiento rural en Bahía Blanca
(L.) All., Medicago polymorpha L., Polypogon y también recorrió otras regiones como el
monspeliensis (L.) Desf., Conium maculatum Río Chubut y Entre Ríos, entre otras acti-
L., Brassica nigra (L.) W.D.J. Koch, Visnaga vidades (Claraz, 2008). Efectúo colecciones
daucoides Gaertn. (Ammi visnaga (L.) Lam.). botánicas que en parte se perdieron; los es-
La Comisión Científica tuvo opiniones pecímenes que quedaron en su poder (190
contrapuestas con respecto a las exóticas. ejemplares de especies nativas y exóticas
Por un lado, consideró que causaron la pér- correspondientes a la provincia de Buenos
dida de biodiversidad nativa: “Ammi visna- Aires y Patagonia y 60 a Entre Ríos) los es-
ga, Foeniculum vulgare, Brassica nigra y otras tudió J. Ball. Algunas de las especies exóti-
Brassicáceas, las que en trechos de muchas cas que incluye la publicación son Fumaria
leguas habían desalojado la vegetación au- capreolata L., Brassica rapa L., Medicago lupu-
tóctona”; Cynara cardunculus: “suprimien- lina L., Cirsium vulgare (Savi) Ten., Sonchus
do la flora indígena, cubre largos trechos” asper (L.) Hill, Chenopodium album L., Ru-
(Lorentz y Niederlein, 1881). Por otro lado mex conglomeratus Murray.
eran un componente positivo si eran útiles, En este trabajo en la mayoría de las espe-
por ejemplo: “Una vigorosa umbelífera, la cies exóticas se incluyó su origen y también
vulgar Ammi visnaga, se ha establecido en referencias a su expansión. Por ejemplo
muchas partes y suple en la llanura, des- para Dipsacus fullonum L. (Figura 4) señaló
provista de árboles y arbustos, la bienveni-
da leña para la noche” (Doering y Lorentz,
1916). Denominaron a las especies exóticas
“gringos vegetales” (Doering y Lorentz,
1916).
diferentes regiones donde se halló la espe- estudio de la flora del Tandil” (Spegazzi-
cie (Arroyo Napostá, arroyos de Ventania ni, 1901) es un catálogo con 370 especies
y de Tandilia, valles de Río Colorado y Río nativas y exóticas. En algunos comentarios
Negro) y se la mencionó como un ejemplo menciona la aparición reciente de algunas
de especie que se expandió rápidamente; especies en la provincia de Buenos Aires, al-
para Erodium cicutarium, se indicó que su gunas que considera escapadas de cultivo o
difusión se debió más a los animales que al menciona posibles vías de introducción, por
hombre (Ball, 1884). ejemplo con la semilla de alfalfa.
En 1898 publicó en la Revista de la Facul-
tad de Agronomía de La Plata “Plantas más
Carlos Spegazzini perjudiciales a los sembrados y campos de
pastoreo de la provincia” (Spegazzini, 1898)
Carlo Luigi (Carlos Luis) Spegazzini donde citó 40 especies, algunas nativas y
(1858-1926) fue un botánico de origen italia- varias exóticas, por ejemplo Anthemis cotula
no que llegó a Buenos Aires en diciembre de L., Convolvulus arvensis L., Polygonum con-
1879 y posteriormente se radicó en La Plata volvulus L., Setaria verticillata (L.) P. Beauv.,
en 1884 (Arambarri, 2016). Fue una figura Stellaria media (L.) Cirillo, además de los car-
destacada e influyente en la historia natural dos, a los que ya se había referido en 1883 en
de la Argentina debido a sus estudios sobre un artículo en los Anales de la Sociedad Ru-
plantas vasculares y hongos. Como resulta- ral. Dio a conocer nuevas especies exóticas
do de sus numerosas expediciones a distin- espontáneas como Rumex spinosus L. (Emex
tas regiones de la Argentina y a colabora- spinosa (L.) Campd.) (Spegazzini, 1896b),
dores, reunió en su herbario más de 100000 así como especies no nativas de Carmen de
ejemplares, que es testigo fundamental de Patagones halladas en diciembre de 1897 y
la vegetación argentina en el pasado (Kati- febrero de 1898 (Spegazzini, 1899, 1902a,
nas et al., 2000). Asimismo describió más de 1902b).
1000 nuevos taxa para la ciencia y fue autor En 1917 publicó en la revista Physis “Ra-
de más de 300 publicaciones entre 1880 y millete de plantas argentinas nuevas e in-
1926 (Katinas et al., 2000, 2001). teresantes” donde incluyó especies que
Visitó y coleccionó en diversos lugares de había coleccionado recientemente en di-
la provincia de Buenos Aires desde 1880; versas provincias argentinas y otras corres-
en ese año publicó un catálogo de hongos pondientes a las últimas décadas del siglo
donde mencionó las especies de plantas XIX, varias de ellas exóticas halladas en dis-
vasculares donde se encontraban, algunas tintas localidades de la provincia de Bue-
exóticas silvestres o cultivadas (Spegazzini, nos Aires (La Plata, Ensenada, Isla Maciel,
1880b) y también en otro artículo describió Bahía Blanca, Trenque Lauquén) y en la
plantas nativas y algunas exóticas como Ra- ciudad de Buenos Aires, por ejemplo Achi-
nunculus muricatus L. y R. repens L. que se llea millefolium L., Crepis setosa Hallier f.,
encontraban en Buenos Aires y otras regio- Anthoxanthum odoratum L. (Figura 5), Tetra-
nes del país (Spegazzini, 1880a). Efectuó y gonia tetragonoides (Pall.) Kuntze, Euphorbia
publicó algunos estudios florísticos locales lathyrus L., Galega officinalis L., Mentha pule-
dentro de la provincia, en la ciudad de La gium L. (Spegazzini, 1917). En otra publica-
Plata (en 1899 y 1901) y en los sistemas de ción “Plantas nuevas o interesantes” (Spe-
Ventania en 1896 y Tandilia en 1901 (Spe- gazzini, 1921) dio a conocer la introducción
gazzini, 1896a, 1901; Cabrera y Ferrario, o naturalización de varias especies exóticas
1970; Katinas et al., 2000). “Contribución al como Catapodium rigidum (L.) C.E. Hubb.,
Cuscuta epithymum (L.) Murray, Cuscuta epi- nicas, donde incluyó claves, dibujos (Figu-
linum Weihe, Salvia microphylla Kunth, Arte- ra 6) y fotografías, en cada especie descripta
misia annua L. Atribuyó la introducción de indicó su origen, usos, hábitat. Algunas de
esta última especie a la siembra en los terra- ellas son leñosas como Melia azeradach L.,
plenes del ferrocarril por algún inmigrante Tamarix gallica L., Ruta chalepensis L. Esta
siberiano para recordar su tierra. obra está precedida por un bosquejo fito-
Asimismo Carlos Spegazzini comenzó el geográfico de la provincia de Buenos Aires
primer estudio florístico de toda la provin- donde describe los diferentes tipos de ve-
cia de Buenos Aires (Katinaset al., 2000). En getación, por ejemplo tipo estuárico (NE de
1905 publicó el primer tomo de la “Flora de la provincia), tipo pampeano (NO y S de la
la provincia de Buenos Aires”. Esta obra provincia), tipo petrófilo (Sistemas de Tan-
fue resultado de la actividad de Spegazzi- dilia y Ventania). Al finalizar el bosquejo fi-
ni como director de la sección Botánica y togeográfico, se refirió a las especies exóti-
Fitopatología del Ministerio de Agricultura cas: “hoy ya muy numerosas en la campiña
de la Nación recientemente creado; la flora, bonaerense, que vienen a modificar la pri-
profusamente ilustrada, lamentablemente mitiva originalidad de las praderas. Es ver-
quedó trunca (Parodi, 1961). En el tomo daderamente asombrosa la energía invaso-
publicado describió 191 especies (nativas y ra de que disponen las plantas europeas y
exóticas, a algunas las consideró cosmopo- parece que gocen de facultades especiales
litas) correspondientes a 29 familias botá- para emprender y sostener victoriosamente
José F. Molfino
Dos años más tarde publicó “Nuevas adi- tribución desde las primeras décadas del
ciones a la flora fanerogámica adventicia siglo XX hasta la actualidad, muchas otras,
de la Argentina” donde completó la lista como el mismo autor indicó, se trató de es-
anterior con nuevos hallazgos personales, pecies casuales. Algunas han sido “exclui-
determinaciones aún no publicadas y men- das” de la flora argentina, otras considera-
ción de nuevas localidades para especies das “dudosas”, otras citadas para países li-
exóticas ya conocidas, con 20 referencias mítrofes únicamente, otras no son mencio-
correspondientes a la provincia de Bue- nadas en el Catálogo de Plantas Vasculares
nos Aires, entre ellas Lotus corniculatus L., (Zuloaga et al., 2019). Algunas especies que
Scolymus hispanicus L., Sisymbrium altissi- están incluidas actualmente en la Flora Ar-
mumL., Viola metajaponica Nakai, Trifolium gentina el único ejemplar estudiado corres-
dubium Sibth., Lamarckia aurea (L.) Moench. ponde al coleccionado por Molfino, como
Reconoció que muchas de las especies in- por ejemplo Valerianella vesicaria Moench
cluidas eran “fugaces” (casuales) pero con- (Flora Argentina, 2022), por lo que podrían
sideró importante consignar su hallazgo considerarse efectivamente casuales, si se
para “ulteriores indagaciones o probables verifica que no han sido coleccionadas nue-
reapariciones” (Molfino, 1928a). vamente. En otros casos, como por ejem-
El autor indicó que le pareció “de suma plo Bellardia viscosa (L.) Fisch. y C.A. Mey.
utilidad e indudable interés” las publica- (Bartsia viscosa L., Parentucellia viscosa (L.)
ciones de otros autores sobre el tema y qui- Caruel), que el mismo autor había señala-
so contribuir con nuevos datos. En todos do que no la había encontrado posterior-
los trabajos señaló para casi todas las espe- mente en los alrededores de Buenos Aires,
cies la fecha de colección. En muchos casos fue citada décadas después para el sur de
mencionó el lugar exacto de recolección y la Argentina y para Uruguay, Brasil y Chile
es interesante observar como por ejemplo (Puntieri y Brion, 2003).
una Saxifragaceae de Asia Menor fue halla-
da en barrio sirio, lo que demuestra la rela-
ción entre los grupos de inmigrantes y las Lorenzo Parodi
especies exóticas. También esa relación se
presenta en Bassia scoparia “morenita”, es- Lorenzo R. Parodi (1895-1966) nació en la
pecie utilizada para hacer escobas en Ru- ciudad de Pergamino, provincia de Buenos
sia, Balcanes, etc. Molfino opinó que pudo Aires, estudió en la Escuela de Agricultura
haber sido introducida por inmigrantes de Santa Catalina y desde 1915 hasta 1918
provenientes de esas regiones. fue alumno de la Facultad de Agronomía
Con respecto a las casuales se refirió a y Veterinaria de Buenos Aires y, siendo
ellas como especies que desaparecen por estudiante aun, publicó su primer trabajo
inadaptabilidad o “carencia de capacidad agrostológico: “Clave para la determina-
de sostenerse o propagarse”, en otros casos ción de los géneros de Gramíneas silvestres
provienen de antiguos cultivos. Incorporó de los alrededores de Buenos Aires” (Boelc-
a sus listados todas las espontáneas con las ke, 1968).
correspondientes aclaraciones, de acuerdo En su tesis para optar por el título de
con la clasificación de especies naturaliza- Ingeniero Agrónomo sobre las Chlorideas
das propuesta por el botánico suizo A. The- argentinas (Parodi, 1919) propuso ensayar
llung. forrajeras nativas de la familia Poaceae en
Si bien algunas de las especies halladas lugar de las exóticas que eran inconvenien-
por J. Molfino han ampliado su área de dis- tes por invadir los cultivos como Lolium
multiflorum o Sorghum halepense (L.) Pers.; sido introducidas con las semillas de alfalfa
aunque mencionó que muchas malezas y muchas se hallaban en las orillas de los
introducidas mejoraron las condiciones ferrocarriles, lo que sugiere que la invasión
de pastoreo en muchas regiones del país, avanzaba por las vías férreas. Las especies
como Medicago polymorpha y Erodium cicu- exóticas en este trabajo fueron señaladas
tarium. Entre las exóticas pertenecientes a con un asterisco en los listados y en la parte
esta tribu se refirió a Cynodon dactylon (L.) sistemática se mencionó su origen.
Pers., Chloris gayana Kunth, Eleusine indica En noviembre de 1940 L. Parodi junto con
(L.) Gaertn., Dactyloctenium aegyptium (L.) A. Cabrera se trasladaron a Bahía Blanca
Willd. con el objeto de conocer la estepa pampea-
Dos publicaciones de la década siguiente, na al oeste de Sierra de la Ventana (Parodi,
“Las malezas de los cultivos en el partido 1941b). Recorrieron varios sitios con diver-
de Pergamino” (Parodi, 1926) y “Ensayo sas asociaciones vegetales como bosques
fitogeográfico del partido de Pergamino” de caldén, cultivos, dunas marítimas, sali-
(Parodi. 1930) brindan un panorama de las tral, entre otros; donde observaron tanto las
exóticas en el norte de la provincia en esta especies nativas, como las cultivadas y exó-
época. ticas espontáneas. Observaron la flora ru-
En “Las malezas de los cultivos en el par- deral con numerosas especies adventicias
tido de Pergamino” (Parodi, 1926) enumeró de la familia Brassicaceae. En el Salitral de
fundamentalmente las especies considera- la Vidriera distinguieron varias comunida-
das malezas en los grandes cultivos que des, entre ellas la estepa caracterizada por
se efectuaban en esa región en esa época: la especie europea Frankenia pulverulenta L.,
trigo, lino y maíz. Algunas especies habían así como otras especies exóticas (Parapholis
sido registradas en la Argentina hacia muy incurva, Hordeum murinum, Melilotus indi-
poco tiempo, por ejemplo Carduus acanthoi- cus). En los médanos continentales encon-
des, de la que presentó un avance de la in- traron una enorme invasión de Salsola kali y
vasión desde la Capital Federal hacia diver- de Bassia scoparia.
sos partidos del norte de la provincia. En sus estudios sobre los talares (Parodi,
En el “Ensayo fitogeográfico del partido 1940a, 1940b) observó que en los talares
de Pergamino” (Parodi, 1930), sobre 488 de barranca se habían establecido especies
especies coleccionadas, 120 eran exóticas. herbáceas europeas debido a la excesiva
Distinguió aquellas especies bien estable- destrucción de lianas y la supresión de ar-
cidas, a las que denominó “naturalizadas”, bustos de la asociación, al empobrecimien-
como por ejemplo, Avena fatua L., Bromus to de especies xerófitas. Numerosas espe-
hordeaceus, Carthamus lanatus L., Marrubium cies exóticas habían invadido el césped, en
vulgare L.. Sobre Briza minor L. (Figura 8) algunos lugares observó una “desesperan-
consignó: “es tan común en praderas pri- te invasion de cicuta, hinojo,….”. En talares
mitivas, que parecería originaria de esa for- del interior de la provincia (Lobos, Monte,
mación”. Otras estaban mal establecidas, Navarro y 25 de Mayo) observó árboles
pudiendo desaparecer, por ejemplo, Lolium exóticos naturalizados como árbol del cielo
temulentum L., Agrostemma githago L., She- (Ailanthus altissima), acacia negra (Gleditsia
rardia arvensis. Es llamativo que en este úl- triacanthos), paraíso (Melia azedarach) y Cel-
timo grupo incluyó Brassica rapa L. y Rapha- tis occidentalis L.
nus sativus L. Otras no prosperaban en el En 1947 la Sociedad Argentina de Es-
norte de la provincia como Prunella vulgaris tudios Geográficos (GAEA) publicó “La
L. y Lamium amplexicaule L. Varias habían vegetación de la Argentina”, donde diver-
1947b). En su nota sobre plantas invasoras plantados y los campos no estaban recar-
de los cultivos (Parodi, 1941a) señaló “Sor- gados de hacienda. Muchas de las especies
prende que, aún en una provincia tan co- exóticas fueron coleccionadas a orillas del
nocida como la de Buenos Aires, se hallen camino, en terrenos altos cercanos al camino
en una u otra región plantas invasoras muy y en cercanías de los puentes, por ejemplo
poco conocidas como tales”. Sobre las espe- Bromus hordeaceaus, Echium plantagineum,
cies de la familia Brassicaceae indicó: “En Marrubium vulgare, Anthemis cotula, Brassica
los campos cultivados de la llanura pam- rapa, Raphanus sativus, Geranium molle L.
peana llama la atención la presencia de va- En este trabajo E. Ringuelet se refirió a las
rias especies de Crucíferas, algunas de las clasificaciones de las plantas exóticas de A.
cuales extraordinariamente abundantes… Thellung y A. De Candolle. Indicó en los
En ciertas regiones de esta misma llanura, listados con un asterisco las especies exóti-
por favorecerlo las condiciones ecológicas, cas. Consideró al camino la vía de entrada
se han difundido otras especies, a menudo de estas especies al área de estudio. Muchas
en tal abundancia que imprimen un carác- de las especies parecían indígenas, dado que
ter particular a la vegetación local” (Parodi, contribuían a caracterizar la vegetación. Pa-
1941a). recería que en esta época aún no había clari-
Posteriormente en la Enciclopedia Argen- dad en cuanto a cuáles especies eran nativas
tina de Agricultura y Jardinería describió las y cuales exóticas. El mismo autor mencionó
principales malezas de los cultivos (Parodi, que las imperfecciones de los conocimientos
1964), alrededor de 320, muchas de ellas florísticos impedían determinar el origen y
exóticas. Señaló para cada una el área geo- distribución de todas las especies y existían
gráfica de origen, la distribución en la Ar- casos dudosos (Ringuelet, 1936).
gentina, causas de su propagación, cultivos
que invade, etc.
Lorenzo Parodi creía que el establecimien- Joaquín Frenguelli
to de parques que conserven la vegetación
nativa, así como la educación adecuada des- Joaquín Frenguelli (1883-1958), científico
de la infancia sobre estos temas, permitiría a que se “desenvolvía con soltura en todas las
la población aprender a distinguir las espe- ramas de las Ciencias Naturales” (Teruggi,
cies nativas y a diferenciarlas de las exóticas 1994), publicó en 1941 “Rasgos principales
y así cooperar con la conservación de la ve- de la fitogeografía argentina”. Al describir la
getación autóctona (Parodi, 1940a). “estepa herbácea de llanura” (región pam-
peana) mencionó que especialmente la zona
que denominó “central” (este de la provin-
Emilio Ringuelet cia de Buenos Aires) había sido profunda-
mente modificada, no sólo por los cultivos
Emilio Ringuelet (1898-1988), profesor de y la ganadería, sino también por la gran
Botánica en la Facultad de Agronomía de la cantidad de especies adventicias, principal-
Universidad Nacional de La Plata (Aramba- mente de origen europeo, que diseminadas
rri, 2016), estudió entre 1933 y 1935 la flora por el viento y la hacienda se propagaron
y vegetación en la costa de, Bahía de Sam- en todas partes; entre ellas: Conium macula-
borombón, en Rincón de Viedma, entre el tum, Cynara cardunculus, Carduus acanthoides,
río Salado y el río Samborombón (Ringuelet, Centaurea calcitrapa, Onopordum acanthium L.
1936). En esta época sólo existía en el lugar Tampoco había quedado exenta de exóticas
una huerta pequeña rodeada de tamariscos la zona que denominó “periférica” (oeste de
Buenos Aires) invadido principalmente por taba como subespontáneo En el interior del
Salsola kali L. (Frenguelli, 1941). Este autor bosque se reproducían espontáneamente y
hizo especial referencia a las especies exóti- por semillas las leguminosas Gleditsia tria-
cas en el esquema fitogeográfico propuesto canthos y Gymnocladus dioica (L.) K. En el
y citó las causas de su propagación. Es es- Delta del Paraná halló naturalizadas varias
pecialmente notable la mención de algunas especies, entre ellas Iris pseudacorus L. en
especies como Carduus acanthoides o Bassia 1931 (Burkart, 1949); Crocosmia crocosmiiflo-
scoparia, que habían sido introducidas hacía ra (Lemoine ex Burbidge y Dean) N.E. Br.,
sólo dos décadas y ya eran consignadas en en 1949 Trachycarpus fortunei (Hook.) H.
la fitogeográfia. Wendl., Fraxinus pennsylvanica Marshall en
1932 en un monte de álamos y otras leñosas
como Ligustrum lucidum W.T. Aiton y L. si-
Arturo Burkart nense Lour., Prunus persica (L.) Batsch, Acer
negundo L., Morus nigra L (Burkart, 1957b).
El ingeniero agrónomo Arturo Burkart Dentro de sus estudios sobre diversas fa-
(1906–1975) fue un botánico argentino, do- milias botánicas, en 1941 publicó “Los berros
cente universitario, coleccionista botánico, que se consumen en la Argentina”, donde
director del Instituto de Botánica Darwi- describió y señaló los usos de varias especies
nion, autor de numerosas publicaciones nativas y exóticas, entre ellas Nasturtium
desde sus años de estudiante, especialista en officinale W.T. Aiton, especie cultivada y
la familia Fabaceae (Leguminosas), aunque espontánea en la provincia de Buenos Aires
también se ocupó de la sistemática de otras (Burkart, 1941). También aclaró el área de
familias botánicas, de fitogeografía, historia distribución de algunas especies en Argen-
de la botánica, entre otros trabajos (Cabre- tina, por ejemplo la de Scabiosa atropurpurea
ra, 1976b). Escribió varios artículos sobre L. y la expansión de Dipsacus fullonum en
plantas adventicias de reciente aparición en la década de 1950 (Burkart, 1957a) y dio a
la provincia de Buenos Aires y en otras pro- conocer nuevas especies para la provincia
vincias limítrofes (Burkart, 1937, 1940, 1949), de La Pampa: Lycopsis arvensis L. y Lamium
como también incluyó especies exóticas en purpureum L. (Burkart, 1940, 1949).
otros trabajos más extensos como por ejem- Arturo Burkart opinaba que “La conside-
plo “Las Leguminosas argentinas silvestres ración de una planta introducida en vías de
y cultivadas” (Burkart, 1943) y en ”Ojeada expansión no se agota con una primera cita
sinóptica sobre la vegetación del Delta del para el país, interesa, tanto o más, seguir-
Paraná” (Burkart, 1957b). También investigó la en su comportamiento y estudiar todo el
sobre las primeras colecciones botánicas en proceso de su difusión, su ecología, etc.”
Buenos Aires en el siglo XVIII, efectuadas (Burkart, 1949).
por F. Hall y de Mylan, que incluían algunas
especies exóticas como Silene antirrhina, Ma-
rrubium vulgare y Prunella vulgaris (Burkart, Ángel L. Cabrera
1957c, 1963).
En 1939 Burkart (1940) observó la natura- Ángel Lulio Cabrera fue uno de los bo-
lización de Celtis occidentalis en el partido de tánicos más destacados del siglo XX en la
Lobos y lo consideró una de los pocos ár- Argentina. Nació en Madrid (España) en
boles leñosos en vías de naturalización en 1908 y falleció en La Plata (Argentina) en
la región platense. Cultivado en un bosque 1999. Realizó sus estudios universitarios en
artificial junto con otras especies, se presen- la Universidad Nacional de La Plata.
Entre 1930-1950, Cabrera efectúo nume- te la década de 1930 en las dunas litorales
rosas descripciones breves de la vegetación bonaerenses desde San Clemente del Tuyú
de diversos partidos y regiones de la pro- hasta San Blas y en Uruguay y publicó los
vincia de Buenos Aires entre ellos Tandil resultados en 1941. Sobre 169 especies rele-
(Lanús y Cabrera, 1940), Sierra de la Venta- vadas, 30 eran las exóticas más frecuentes,
na (Cabrera, 1938), región de Bahía Blanca dos (Cakile maritima y Calystegia soldanella
en 1940 junto con L. Parodi (Parodi, 1941b) (L.) R. Br.) las consideró originarias de las
donde halló por primera vez Senecio mada- dunas litorales europeas, habiéndose na-
gascariensis Poir. en la Argentina, así como turalizado en regiones costeras de otros
estudios más extensos como en las dunas lugares del globo; las otras eran no psam-
del litoral (Cabrera, 1941a), en la pampa mofilas (malezas o especies ruderales de
arenosa, en el entonces partido de Pelle- diversos tipos). La invasión de anuales
grini (Cabrera, 1945), en la selva marginal exóticas generalmente de origen europeo
de Punta Lara (Cabrera y Dawson, 1944), era notable en las dunas fijas dedicadas a
en los alrededores de La Plata (Cabrera, la ganadería, como Erodium cicutarium y
1949); asimismo publicó estudios taxo- Medicago minima (L.) Bartal. En este tra-
nómicos sobre Compuestas bonaerenses bajo (Cabrera, 1941a) ubicó a las especies
(Cabrera, 1941b); como también herborizó adventicias generalmente en la parte infe-
numerosísimos ejemplares. En 1953 sinte- rior de cada tabla y en el catálogo las se-
tizó todo el conocimiento de la flora de esa ñaló con un asterisco. En la descripción de
región hasta ese momento en el Manual de las comunidades mencionó las adventicias
la flora de los alrededores de Buenos Aires más importantes y las probables causas y
(Cabrera, 1953a) y en 1951 comenzó a pu- consecuencias de la invasión, su importan-
blicar sus estudios fitogeográficos. cia en la sucesión. Calculó el número total
En noviembre de 1938 Cabrera realizó de especies (riqueza florística) y el número
un viaje a las Sierras Australes (Sistema de adventicias, distinguiendo las psammo-
de Ventania). Atribuyó la presencia de filas y las no psammófilas (ruderales).
Erodium cicutarium y de diversos tréboles En la revisión de las Compuestas (As-
(Trifolium repens y especies del género Me- teráceas) de la provincia de Buenos Aires
dicago) a la presencia de hacienda, vacuna (incluida la Capital Federal) estudió 299
y ovina, que había transformado poco a especies de las cuales 53 se consideraron
poco la estepa en una “pradera de hierbas adventicias (Cabrera, 1941b). El autor pre-
anuales tiernas de origen europeo” (Ca- sentó un cuadro donde se consignaron las
brera, 1938). tribus con el número de especies exóticas
En 1940 junto con Carlos Lanús, A. Ca- por tribu y por género. En algunas tribus
brera realizó el “Estudio fisiogeográfico todas las especies resultaron exóticas o pre-
del partido de Tandil” para el Instituto dominaron las exóticas. En la descripción
Agrario Argentino. Entre otros temas, se de cada especie se consignó la región de
describió la vegetación tanto de las sie- origen de la especie y datos de la distribu-
rras como de la llanura y la antropófila, ción geográfica en la provincia, aunque aún
con mención de las especies exóticas. Re- no se conocían en forma precisa las áreas
firiéndose a la llanura verificó que “Ni las de distribución. Cabrera consideraba que
asociaciones más primitivas se libran de la la introducción de las malezas exóticas se
presencia de especies adventicias” (Lanús vio facilitada por la intensa explotación del
y Cabrera, 1940). suelo que había modificado notablemente
Cabrera efectuó censos florísticos duran- la vegetación primitiva de la provincia.
En 1944, junto con Genevieve Dawson, ginales; efectuó inventarios con el método
A. L. Cabrera estudió la vegetación de la Braun-Blanquet fundamentalmente entre
selva marginal y sus comunidades asocia- 1940 y 1943. Todos esos datos fueron la
das en Punta Lara, en la ribera del Río de la base del estudio de la vegetación de esta
Plata, reserva provincial desde hacía poco región publicado en 1949. En la descripción
tiempo. Al describir las comunidades ve- de las comunidades vegetales señaló el ori-
getales se refirieron especialmente a algu- gen de las especies y en algunos inventa-
nas especies exóticas como Rubus ulmifolius rios separó las nativas de las exóticas. Tam-
Schott, a la que consideraron que se debía bién citó ambientes donde eran abundan-
controlar por sus características invasoras, tes, causas de introducción o dispersión
y a Ligustrum lucidum, que definieron como y para algunas, indicó aproximadamente
“megafanerófita perfectamente naturaliza- desde cuando se habían naturalizado. Hizo
da”; en la parte sistemática consignaron el referencia a las modificaciones de la vege-
origen de cada especie, entre las exóticas tación por la acción del hombre y mencionó
dos especies eran de introducción recien- especialmente las causas de la introducción
te: Brassica juncea (L.) Czern., desde hacía de especies exóticas: semillas mezcladas
pocos años naturalizada y Galium palustre con las semillas de los cultivos, difusión
L., primera cita en Sudamérica (Cabrera y involuntaria en panes de tierra con plantas
Dawson, 1944). de vivero. La mayor importancia de la flo-
Entre 1940 y 1943, A. Cabrera estudió la ra adventicia tenía lugar en los ambientes
vegetación del partido de Pellegrini me- antropógenos, pero algunas aparecían en
diante el método de Braun-Blanquet y es- abundancia en campos con hacienda como
tableció comunidades sobre suelos areno- Cynara cardunculus, Trifolium repens, Lolium
sos, sobre suelos salados y otras que las multiflorum y especies del género Medicago.
denominó de vegetación ruderal, donde la En campos en barbecho, orillas de caminos,
mayoría de ellas están caracterizadas por huertas y terrenos baldíos eran dueñas casi
especies exóticas, por ejemplo, “asocies absolutas del área, acompañadas por algu-
Salsola kali-Kochia scoparia” (en el borde de nas nativas ruderales. Muchas de las espe-
los caminos), “consocies de Cynodon hirsu- cies de origen europeo habían “llegado a
tus” (invadiendo alfalfares). Asimismo, en aparentar, en ciertas ocasiones, el carácter
las otras comunidades se hallaron especies de dominantes climáxicas” (Cabrera, 1949).
exóticas. En la sucesión vegetal eran las En 1953 publicó la primera edición del
primeras colonizadoras (junto con terófitas Manual de la flora de los alrededores de
nativas) tanto cuando se abandonaba un Buenos Aires (Cabrera, 1953a). Es la pri-
campo que había sido cultivado o cuando mera obra que abarcó todas las familias
el viento deflacionaba campos cultivados o botánicas presentes en la región y claves
en barbecho (Cabrera, 1945). En el catálogo de familias, géneros y especies. Su objeti-
incluido en la parte sistemática de este tra- vo fue proporcionar claves que permitieran
bajo Cabrera consignó para cada especie su determinar hasta especie las 1387 plantas
origen geográfico; asimismo calculó que de vasculares que crecían espontáneamente
170 especies halladas, 30 eran exóticas. en Buenos Aires y sus alrededores (aproxi-
Durante varios años A. L. Cabrera reco- madamente 50 km), asimismo incluyó una
rrió el partido de La Plata y alrededores, breve descripción de familias, géneros y es-
estudiando la vegetación de diversos cam- pecies y algunas referencias sobre su distri-
pos, orillas de caminos y vías férreas, calles bución, hábitat y origen. También describió
y terrenos de la ciudad, talares, selvas mar- brevemente las comunidades vegetales de
la región, tanto las prístinas como las post- no conociendo su origen, parecerían ser
climáxicas (alteradas por el hombre). En legítimas integrantes de la climax”. En los
estas últimas incluyó asociaciones o con- pajonales de paja colorada (Paspalum qua-
sociaciones con especies exóticas dominan- drifarium Lam.) entre las matas crecían di-
tes, por ejemplo en las comunidades de los versas especies mesófilas, algunas exóticas
campos de pastoreo: “Consocies de Cynara como Briza minor, Lolium multiflorum, Bro-
cardunculus”, “Asocies de Medicago hispi- mus hordaceus. “En estos campos húmedos
da (M. polymorpha) y M. minima”; o en las suele ser muy abundante una labiada ad-
comunidades de los campos en barbecho: venticia muy fragante: Mentha pulegium L.
“consocies de Ammi visnaga”, “consocies (menta)”. En las praderas de pasto salado
de Anthemis cotula”, “consocies de Carduus (Distichlis): “Algunas especies adventicias
acanthoides”, entre otras. se han aclimatado muy bien en estos suelos
Asimismo en todos los esquemas fito- salobres, especialmente Lolium multiflorum
geográficos que comenzó a publicar en que forma colonias muy densas durante
1951 (Cabrera, 1951, 1953b, 1958, 1968, la primavera”. En los espartillares una de
1971, 1976a) señaló la presencia de espe- las especies acompañantes es Polypogon
cies exóticas en las distintas comunidades, monspeliensis. Además existían “numerosas
especialmente en la provincia pampeana. comunidades antropógenas en las cuales
Esta provincia fitogeográfica ocupa la zona predominan especies adventicias” (Cabre-
en la República Argentina “donde más in- ra 1968, 1976a). De modo que este autor, al
tensamente se practican la agricultura y la igual que J. Frenguelli (1941), incluyó las
ganadería. Casi la totalidad del suelo ha especies exóticas en los esquemas fitogeo-
sido roturado y cultivado o bien se halla gráficos.
sometido al pastoreo intenso desde hace También A. L. Cabrera dio a conocer la
muchos años. Estas actividades humanas introducción de Centaurea diffusa Lam. (Ca-
han determinado un cambio profundo en brera y Fabris, 1958), el avance de Senecio
la flora, tanto por la destrucción de las co- madagascariensis Poir. (Cabrera y Re, 1965),
munidades prístinas como por el aporte entre otras comunicaciones. Es destacable
de numerosas especies exóticas” (Cabrera, su labor como editor de la “Flora de la pro-
1958). En todos los distritos de esta pro- vincia de Buenos Aires” (Cabrera, 1963-
vincia incluyó especies exóticas pero espe- 1970), en la década de 1960, donde están
cialmente en el distrito pampeano oriental, incluidas las especies exóticas de la flora
donde enumeró en la comunidad climax bonaerense.
(el flechillar) numerosas especies intro-
ducidas (Medicago mínima, M. polymorpha,
Carthamus lanatus, Carduus acanthoides, Cen- CONSIDERACIONES FINALES
taurea calcitrapa, Cynara cardunculus, Briza
minor, Avena barbata Pott ex Link, Poa an- En las últimas décadas se ha supues-
nua L., Hypochaeris radicata L.), las “que con to que “toda especie exótica es peligrosa”
frecuencia, rivalizan en abundancia con (Zalba y Nebbia, 2006). Si bien anterior-
los elementos indígenas” (Cabrera 1953b, mente estuvo presente el concepto de in-
1976). “Algunas de las especies adventicias vasión (Parodi, 1941a, 1951) y se observó
sólo se hallaban en los campos con hacien- las modificaciones que provocaban en los
da, pero otras eran frecuentes aún en los paisajes y en la flora autóctona (Lorentz y
campos no alterados, como Medicago mi- Niederlein, 1881; Spegazzini, 1905; Manga-
nima y Hypochaeris radicata, de modo que naro, 1919; Parodi, 1947a; Cabrera, 1958) se
ha intensificado en los últimos tiempos la ropeo”, etc.) y las vincularon con los cultivos
percepción de las plantas invasoras como traídos por inmigrantes o con sus costum-
amenaza a la flora nativa, en concordan- bres y recuerdos. Posteriormente, a medida
cia con la postura de organismos interna- que avanzaba el siglo XX, otros botánicos
cionales como la WWF (Fondo Mundial hicieron más hincapié en las comunidades
para la Naturaleza): “Plantas invasoras. vegetales que invadían, en las causas de su
La amenaza a los ecosistemas naturales”, propagación y las contabilizaron y señala-
“las invasiones conducen a la extinción de ron especialmente en los trabajos. Es llama-
plantas” (Cronck y Fuller, 1995), o con la tivo que fueron incluidas en los esquemas
UICN (Unión Internacional para la Conser- fitogeográficos argentinos. Por supuesto que
vación de la Naturaleza): “especie exótica en la segunda mitad del siglo XX y en el si-
invasora es un agente que induce cambios glo XXI otros botánicos se han ocupado de
y amenaza a la diversidad biológica nati- las especies alóctonas pero no se los incluyó
va” (UICN, 2000). Sin embargo en el pasa- en este trabajo dada su extensión.
do, no todos los botánicos apreciaron como
negativas a las especies exóticas, algunos
han visto en algunos casos ventajosa su na- BIBLIOGRAFIA
turalización, si las plantas eran útiles. Por
ejemplo, Martínez Crovetto (1947) consideró Arambarri, A. M. (2016). Los profesores que confor-
la naturalización de Racosperma melanoxylon maron la Historia de la Cátedra de Botánica de la
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siglo XIX y de la primera mitad del siglo XX. tran al estado silvestre en las Repúblicas Argentina
Se trató de incorporar la mayoría de los in- y Oriental. Anales de la Sociedad Científica Argentina,
4, 30-33.
vestigadores que comunicaron la presencia Boelcke, O. (1968). Lorenzo Parodi. Boletín de la Sociedad
de plantas no nativas en la provincia de Bue- Argentina de Botánica, 12(1), 1-6.
nos Aires y ciudad de Buenos Aires. Aunque Bunbury, C. J. F. (1854). Notes on the Vegetation of
también en este período hay viajeros y otros Buenos Ayres and the neighbouring districts. Tran-
sactions of the Linnean Society of London, 21(3),
autores que incluyeron a las plantas exóticas
185-198.
en sus escritos, así como coleccionistas bo- Burkart, A. (1937). Nota florística sobre algunas legumi-
tánicos, sólo se hizo referencia a los botáni- nosas-trifolieas introducidas a la Argentina, Uru-
cos que publicaron las especies introducidas guay y Sur del Brasil. Darwiniana, 3 (1), 59-66.
y que en su mayoría opinaron sobre ellas. Burkart, A. (1940). Nota sobre plantas adventicias de la
Flora Argentina. Darwiniana, 4 (1), 141-144.
Muchos de ellos, sobre todo en las primeras
Burkart, A. (1941). Los “berros” que se consumen en la
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Recibido: 20/01/2022 - Aceptado: 16/03/2022 - Publicado: 30/06/2022