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La Subordinación Como Elemento Del Contrato de Trabajo D
La Subordinación Como Elemento Del Contrato de Trabajo D
En Chile hablamos de muy mala manera porque en una parte el Código del
Trabajo, específicamente en su artículo 3º letra b), habla de "dependencia o
subordinación", como si fueran lo mismo; mientras que el artículo 7º del Código
del Trabajo habla de "dependencia y subordinación".
Ambas expresiones sirven para dar cuenta del fenómeno de trabajar por cuenta
de otra persona, pero por dos clases de razones se ha resistido la idea de
subordinación:
Aspecto técnico.
Aspecto jurídico.
Aspecto económico.
Este poder de dirección deriva de la asunción de los riesgos por parte del
empleador, él es el que arriesga su dinero o su capital, por lo que lo que menos
puede tener es la facultad de dirigir que crea y engendra, la obligación de obedecer.
Cada trabajador debe cumplir con las órdenes de sus superiores: jefes,
capataces, encargados de personal, gerente, capitán de barco, etc., y mientras
más grande sea la empresa, más compleja es su organización y más se
mediatizan las políticas surgidas en el centro directivo de la empresa.
3. Las formas de manifestarse este poder de dirección son múltiples, según la
índole de la tarea, la capacidad del trabajador, el lugar donde se prestan los
servicios (dentro o fuera de la empresa), la antigüedad de los servicios, etc., se
podría ejercer con más o menos intensidad.
Puede objetarse esta crítica, que por cierto es válida, señalando que las
instrucciones del mandante se hayan referidas a los resultados o logros del cargo y
no al método o forma en que el mandatario llevará a cabo su cometido, su encargo.
Del mismo modo, dicen estos autores, que en el propio contrato de trabajo la
nota de subordinación es tan débil y tenue que en casos como el de los vendedores
viajeros es muy difícil percibirla. Esto es correcto, pero ello no nos debe llevar a
pensar que la subordinación no sea un elemento del contrato, por lo demás, el
Código del Trabajo así lo exige.
Esto ha dado pie para que algunos autores españoles, fundamentalmente Bayón
Chacón y Manuel Alonso Olea, nieguen la existencia del vínculo de subordinación
y le resten toda relevancia, desde el punto de vista jurídico y no desde el punto de
vista práctico, señalando que el poder decisorio del empleador, más que una
característica cuya presencia acuse la existencia de una relación de trabajo, es sólo
el derecho de una de las partes y nada más que eso, no es que desde el punto de
vista jurídico sea relevante. Al respecto, dicen que es la ajenidad la nota más
relevante porque en ese "trabaja para otro" se incluye o está inmerso el que se
trabaje bajo el control de aquel para quien se trabaja, porque de esta forma se
garantiza debidamente el poder contractual de este último. Por tanto, es sólo un
elemento de hecho impuesto por la realidad.
Al revés, nosotros podemos decir que, con mayor razón, las expresiones "trabajo
subordinado" son las que envuelven la idea de trabajo por cuenta ajena y la verdad
es que ambos términos no se equivalen, pese a lo dicho, ya que puede haber
relación por cuenta ajena en donde no existe subordinación, por ejemplo: en el caso
del abogado con sus clientes.
Se dice por Paul Couche que para que exista subordinación económica (y que
para él era suficiente para que exista subordinación) deben concurrir dos requisitos:
2. Que el que paga por este trabajo absorba integral y regularmente la actividad
del trabajador hasta el punto que este último no tenga posibilidad alguna de
ofrecer sus servicios a otro empleador.
En términos sencillos, Paul Couche señala que cuando los requisitos planteados
concurren creando semejante vínculo de dependencia, no podría dudarse que
existe relación laboral. Además, agrega que esta dependencia económica
normalmente coexiste con la subordinación jurídica, pero su no hay subordinación
jurídica y sólo hay subordinación económica, para él igualmente existe vínculo
laboral.