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"1. CONGRESO ' NACIONAL DE - FILOSOFIA | LA FILOSOFIA ~ | EN LA ae ARGENTINA |. | ACTUAL ad t Alberto Caturelli Editorial Sudamericana a Se ee ae eo INTRODUCCION RAICES HISTORICAS DE LA FILOSOF{A EN ARGENTINA 1. Descuprimiento Y CARACTER DE LA ARGENTINA Se debe hablar de “descubrimiento” de la Argentina por referencia a la conciencia de un determinado hombre que Ja ha descubierto, Simult4neamente, nos damos cuenta que sélo en ese sentido no slo Argentina sino América es un “nuevo mundo” (mundus novus) porque es “nuevo” sola- mente para la conciencia europea; no lo era para la concien- cia de un ‘indigena pues, para él, era su viejo, antiguo mundo. Para el indio, Europa era lo nuevo presente en la conciencia del hombre que Ilegé con Cristébal Colén. Por consiguiente, cuandp se habla de “descubrimiento” implicita o explicitamente se habla de Ja conciencia europea que es Ja conciencia descubridora y, ademas, se habla desde ella. Por lo menos para un argentino, esto es un acto inevitable. Es posible que este planteo no corresponda a la actual América mestiza y aun indigena, pero es inevitable en un pais integralmente europeo como la Argentina. Naturalmente, cuando hablamos de descubrimiento supo- nemos Io que es descubierto. Lo anterior se nos presenta como un mero dato indistinto, lo puramente estante, en bruto, que no existe para la conciencia del existente humano. Es decir, antes del develamiento de la conciencia, lo encu- bierto no existe para el hombre, es como si nada, aunque 10 LA FILOSOF{A EN LA ARGENTINA ACTUAL sea objetivamente “real”. Andlogamente, Argentina, antes del descubrimiento, era lo puramente estante, mero dato no- existente, mudez entitativa que no “dice” nada ya que toda palabra es palabra del ser. Esta mudez entitativa es lo \\originario supuesto a todo descubrimiento, anterior a la rela- cién ontolégica primera en Ja cual co-aparecen la conciencia del y la conciencia de ser y, en ella, la dualidad sujeto-objeto implicante de la sintesis primera de subjetividad y objeti- vidad.t Por consiguiente, sdlo desde lo originario supuesto a todo, puede originarse (al descubrirlo) la existencia auto- consciente que es propiamente original. Este acto de descu- brimiento, siempre implica la temporalidad actualizada en sucesivos actos de descubrimiento, puesto que es inagotable el ser patentizado en los entes. Por eso el descubrimiento es \., siempre dindmico y, a la vez, progresivo, epocal desde que “implica momentos del tiempo o perfodos de tiempo en los cuales el progresivo descubrimiento se va realizando y tipifi- cando. En el origen, pues, un dia de marzo de 1502, emerge para la concioncia descubridora la tierra que después se Mamara Argentina; existe para el hombre, cuando éste rompe su-indistincién_originaria por el acto descubridor primero. “Roberto de Leyillier-ha demostrado que en los mapas de los cartégrafos Homen aparece la necesidad de nombrar el inmenso Rio de Ja Plata (el rio como mar), mentado alli como Mare Argenteum y a todo el territorio como Terra Argentea, cuya traduccién al castellano es Argentina.* Pero ya he dicho antes que la conciencia descubridora es la conciencia del hombre europeo y, por consiguiente, se trata de la conciencia cristiana. Es verdad que es una con- tingencia que fuera el hombre espafiol del renacimiento quien descubriera América, pero ese es el hecho y puede demostrarse que la misma especulacién filosdfica, desde un Francisco de Vitoria hasta la Argentina actual, depende, positiva o negativamente, explicitamente aceptada o recha- zada, de la conciencia cristiana. La conciencia anterior al INTRODUCCION i Cristianismo, como sostuvieron los Padres griegos como San Justino y Clemente, en cuanto persigue y devela la verdad (del ser) era ya, para ellos, cierta fe (implicita) en Jesu- cristo, a lo cual he Iamado fides implicita, por eso, todo proceso (y toda cultura) de busqueda y develacién de la verdad es, desde ese punto de vista, proceso de “cristifica- cién” que solamente se hace explicito cuando adviene la fe sobrenatural en'Cristo. Pero, para esa misma tradicién, en ese acto, los momentos anteriores no se niegan sino que se transfiguran; de ese modo cuando, en un griego, la fe impli- cita (que conlleva toda la cultura griega) se hace explicita, el pensar griego se transfigura pero no sélo no se niega ni destruye sino que logra su plena helenidad. Por lo tanto, para el hombre de la conciencia cristiana, la cultura griega lo constituye, puesto que en él se logra plenamente aun como griego. Andlogamente, Ia cultura china puede advenir cris- tiana pero a condicién que lo haga desde ella misma puesto que es desde ella desde donde Jo implicito puede hacerse explicito. En otras palabras, la conciencia cristiana, descu- bridora de Argentina, implica, transfigurados y, por eso, vivos, los momentos de la cultura greco-latina. Es esta conciencia la que devela lo estante y originario y,lo nombra por primera vez como {terra argentea”) SV Cente La originariedad supuesta al acto“posterior del descubri- miento por el espiritu, en el caso de Argentina que no tiene ninguna cultura indigena previa como México o Pert, es lo“ meramente estante como ‘realidad geografica.”Pero no hay cultura en Ja inmediatez de la ticrfa sino cuando se ha abierto la mediacién del pensamicnto. Lo absolutamente supuesto es lo puramente originario que, al ser escindido por la conciencia, en este caso cristiana, sustenta la origina- lidad posible del mismo acto descubridor, Salvo como inevi- table pero precultural presencia telirica, en Argentina no_ hay supuestos: Por eso, el espfritu greco-latino, en~lo~que \es hoy el territorio argentino, comenzé él solo a hacer su — a 12 LA FILOSOFIA EN LA ARGENTINA ACTUAL nueva historia. La develacién de lo originario abre la posibi- lidad de la originalidad (que no es Ja “novedad”) de un nuevo futuro para la conciencia cristiana aunque sin com- promisos con civilizaciones indigenas (que no existieron) y sin la carga étnica indigena (que tampoco existe, al menos con valor cultural). Desde ese punto de vista, Argentina es un pais distinto de sus hermanos mestizos 0 indigenas de América abiertos a otra diversa y propia originalidad. Pero ya dije que el descubrimiento es epocal y progresivo desde que pone su propio-tiempo..La primera “época” corres- onde al tiempo del\Imperio espafiol» en la cual se van poniendo los cimientos de la futura autoconciencia nacional, La segunda _es la época_de la Independencia como naci- miento y desarrollo de la autoconciencia argentina (siglo xtx) yvla tercera es la época de la Argentina contemporénea marcada profundamente por tres hechos fundamentales: El advenimiento de la enorme masa de inmigracién europea (italiana, espafiola, francesa), el consiguiente nacifiiiento y promocién de una gruesa y sélida clase media que completa Ja europeidad argentina y el acceso de las clases populares a la mediedad. Desde-esta dindmica continuidad histérica se manifiesta el cardcter propio ¢ intransferible de la Argentina que, como se verd después, ha ido imprimiendo sus lineas esenciales en el pensamiento filoséfico. Pero ahora volvamos Ja mirada hacia las raices propiamente filoséficas del pensar argentino. 2. La FILOSOFIA OCCIDENTAL ¥ LA ARGENTINA EI descubrimiento y conquista de América coincide con el florecimiento de la segunda escolistica espafiola y portu- guesa y, en general, con uno de los mds altos momentos (quiz4 el mds elevado de todos) de Ja cultura cristiana representada por San Juan de la Cruz, Santa Teresa, Fran- INTRODUCCION 1s cisco de Vitoria, Domingo de Soto, Nebrija, Vives, Cervan- tes ..>~Al-mismo tiempo que la escolastica europea cae en la decadencia mas aberrante, florece en Espafia y Portugal y es su espfritu el que funda las principales Universidades de América hispana. Al menos en los primeros tiempos, el sua- rismo predominé en la Universidad de Cérdoba, a veces en manos de vigorosos pensadores, como espero demos- trarlo en otra obra ® (Juan de Albiz, Cristébal Gémez, Fran- cisco Burgés, Bruno Morales, Manuel Querini) y, ya en el siglo xvur, prosigue su labor asumiendo el pensamiento mo- derno (José Angulo, Tomds Falkner, Eugenio Lépez, Gaspar Phytzer). Mientras tanto, la progresiva secularizacién del pensamiento cristiano-medicval comenzada en obras como las de Marsilio de Padua y Guillermo de Occam, va llegando a su momento critico que consiste en la primacia del cono- cer sobre el ser, que es la inversién de la clisica primacia del ser sobre el conocer. Sin tener en cuenta que el cogito cartesiano preexiste en Tommasso Campanella, aunque inser- to en la mas antigua tradicién medieval, es evidente que el cogito cartesiano pone a Ja razén como criterio de la verdad (primera tizacién de Ia razén) comenzando asi el proceso que irf a dar en la progresiva inmanentizacién de lo real. En Argentina, mds allé de algunos talentosos esfuer- zos de verdadera renovacién filoséfica (Domingo Muriel, Nicolés Plantich, Mariano Suarez, Benito de Riva, Juan Rufo, Ramén Rospigliosi, Juan Manuel Peramés) este mo- mento cartesiano de la filosofia se hace vigorosamente pre- sente aunque algo tardfo (Mariano Ignacio Velazco, Caye- tano Rodriguez, Elias del Carmen Pereira) y se mueve entre una reaccién critica de tipo univocista, escotista (Manuel Suarez de Ledezma, Mariano Chambo) y una metafisica analogista (Anastasio Mariano Sudrez, Martin de Velazquez, Fernando Braco) o francamente apologista (Francisco Casta- fieda, Pantaleén Garcia). Mientras la escoldstica sigue su desarrollo en buena 4 LA FILOSOFIA EN LA ARGENTINA ACTUAL medida independientemente del proceso del pensamiento moderno, desde dentro del movimiento de inmanentizacién surge la critica del mismo ya sea porque el espiritu ha sido reducido a razén (Pascal), ya porque el cogito no es la primera verdad desde que no es otra cosa que la conciencia psicolégica de si (Vico). Como se ve, en el mismo naci- miento del proceso de inmanentizacign, comienza la critica interna del mismo y la afirmacién de la trascendencia. Por eso, se pueden distinguir tres Jineas fundamentales que confluyen hasta el pensamiento contempordneo: La escolds- tica clasica que a fines del siglo xxx pondr4 las bases de la © tercera escolastica, el inmanentismo que significard la desa- Veralizacién del Cristianismo y la eritica interna del mismo proceso que pone las bases de una nueva filosofia de la trascendencia. Veamos no sdlo cémo se desarrolla este com- plejo panorama sino también cémo se hace presente en la Argentina: En efecto, la linea de pensamiento clAsico tiene sus representantes en los escolasticos del Colegio de San Carlos de Buenos Aires (Mariano Medrano, Diego Estanislao Zabaleta, Valentin Gémez) ¥ IIa especulacién filoséfica que justifica la independencia: nacional (Gregorio Funes, Miguel Calixto del Corro, Pedro 1, de Castro Barros). La linea inmanentista, més all4 de las especulaciones alineadas en el cartesianismo, el racionalismo wolffiano y otras escuelas afines de los profesores cordobeses, incluye una consecuencia importante: La confianza absoluta en la razén_y la experiencia, implica a necesidad de que las “luces” de Ja razén disipen las “tingieblas” de la supersticién, de la autoridad divina e instauren &] regnum hominis. De ese modo, el iluminismo (que tiene_su influencia en Funes) implica la ideologia de Destut Ge Tracy.al rectificar el proceso sosteniendo que los podesres espirituales dependen de Jas impresiones sensibles 0, simpplemente, del sistema ner- Pan : ; . se vioso (Cabanis ) o, mas radicalmmente todavia, se habia |_-poflido instaurar un sensualismo uriyersal (Condillac); tales INTRODUCCION 1b son, precisamente las Ifneas de la ideologia argentina (Juan Criséstomo Lafinur, Juan Manuel Fernandez de Agiiero, Diego Alcorta). Pero, al mismo tiempo, se hacen posibles dos actitudes que también suelen presentarse mezcladas: La actualizacién de la centralidad de la conciencia, hasta cierto punto ya presente en Cabanis; pero, reaparecido el principio de la‘conciencia\como~“sentimiento que el yo tiene de si mismo”, en ella descubre su propia espiritualidad; aparece asi el espiritualismo de Jouffroy o Lerminier y, sobre todo, el espiritualismo cristiano de Victor Cousin de larga influencia en Argentina (Pifiero, Alberdi; Jacques, Torres, etc.). La otra actitud consistia, frente al avance del inma- nentismo iluminista y del sensualismo, en la superacién de la oposicién iluminista entre tradicién ¢-historia por la afirma- cién de la identidad de tradicién e historia fundando a ésta en la transmisién por el lenguaje y el mantenimiento de los valores tradicionales del catolicismo: Tal fue el tradiciona- lismo de Luis de Bonald, José_de Maistre y. Roberto de Lamennais fuertemente representados en Argentina (el ya mencionado Avelino Piiiero, Facundo de Zubiria, ciertos aspectos importantes dé Félix Frfas, Faustino de Arredondo, Tobias Garzén, Benjamin Sénchez, Manuel Demetrio Pi- zarro) ' ‘ooh | pie Perfilanse asi, a veces entremezcladas, las tres lineas doc- trinales que he indicado més arriba: Si la razén es criterio de la verdad (Descartes) se sigue la necesidad de una critica de las propias estructuras cognoscitivas de la razon (Kant). Y, en tal caso, son posibles dos consecuencias: O el Yo trascendental pone lo otro de si (el no-yo) inaugurando una dialéctica de posicién, negacién y sintesis (Fichte) 0, simplemente, razén y ser se identifican sin residuo: “todo Jo racional es real, todo lo real es racional” (tercer momento de absolutizacién de la raz6n). El pensar idéntico al ser, no se fundamenta a si mismo y, por eso, entra necesariamente en crisis, 0 bien no se identifica con el ser en cuyo caso 16 LA FILOSOFIA EN LA ARGENTINA ACTUAL retoma a la primacia del ser, o bien es dialéctico él también (necesariamente) y entonces debe poner su negacién; pero en tal caso, si el pensar es el ser, pone Jo otro del ser y volvemos a la primacia del ser. Y nuevamente aparece la necesaria crisis del hegelismo inmanentista. Esta linea de pensamiento tiene influencia en Argentina sélo desde el se- gundo decenio del siglo veinte. Mientras Hegel vive, tan célebre como él era Cousin, y éste fire el elegido por los inte- lectuwales argentinos. Si volvemos al inmanentismo absoluto, si nada hay allende el pensar, el pensar y las cosas son lo mismo y si éstas son-materia, todo es materia. Como se ve, elmaterialismo-no-se-libera déltniversilismo de 1a razén. Igualmente, si Ja experiencia es razon y razon y cosas se identifican, queda justificado el empirismo mas radical; por la misma causa, si se concluye que la esencia de las cosas es materia de la cual nada puedo decir allende la materia, se sigue un total positivismo. De ahi que aun aquellas formas de positivismo inmanentista mas alejadas, aparentemente, del hegelismo, guarden con él cierta analogia y coinciden- cia en las consecuencias. No pretendo con esto sostener que haya existido una influencia directa de Hegel sobre los posi- tivistas, sino subrayar la coherencia de un ambiente doctrinal al cual fue interno el propio ambiente cultural argentino de fines del siglo pasado. Lia Iinea inmanentista és pues aquella séfialada por la interpretacién inmanentista del cartesianismo f iege seguida en el iluminismo, sensualismo, ideologismo, aterialismo, empirismo, positivismo. Mas adelante, sigue siendo coherente pensar la dialéctica que ya no interprete la realidad sino que Ja transforme por la mediacién del tra- bajo, inaugurando el momento del materialismo dialéctico. Pero, si volvemos al materialismo a secas, es natural que la ciencia, casi anulada en el idealismo subjetivista, ahora (en un universo monista y material) sea absolutizada en el cientificismo de larga penetracién en Argentina. Ademas, la liberacién de exigencias internas muy concretas, sin em- INTRODUCCION 17. bargo, al inmanentismo, inaugura otras Itneas de pensa- miento como el vitalismo, el historicismo, el problematicismo, la “vuelta a Kant’, la filosofia de la existencia. Sin embargo, el idealismo no desaparece en este “estallido” de la razén absoluta pues si la razén es el-Absoluto, lo real es la multiple manifestacion de Dios. Y asi la filosofia depende de una intuicién de Ia Esencia que el mismo Absoluto es; de donde se siguié el panenteismo de ‘Kraiise, de larga influencia, como se sabe, en Espafia y Argenitina. i vuelyo ahora a pensar en el espfritu de Ia escoldstica clasica que mantiene el principio de la primacia del ser sobre el pensar al cual excede siempre, adquiriré. mucha impor- tancia la critica al inmanentismo emprendida por Jaime Luciano Balmes en Espafia y de profunda influencia en Argentina en Ja segunda mitad del siglo pasado, como igual- mente la presencia del Cardenal Mercier (muy ligado a Balmes) y de la neoescoléstica italiana (Liberatore, Curci, Taparelli, Tongiorgi, Palmieri, Zigliara), asumidos por toda una linea de pensamiento argentino (Esquit, Rios, hasta cierto punto Estrada, Pablo Julio Rodriguez y otros) anterior- mente a la influencia del tomismo francés que es posterior (Sertillanges, Garrigou-Lagrange, Maritain, Gilson). La crisis del inmanentismo implicaba, para algunos, la necesidad de asumir, desde dentro del inmanentismo en cuanto tal, las exigencias mds genuinas del hombre que encontrarén solucién tinicamente en la Trascendencia, Natu- zalmente, el ambiente blondeliano de esta actitud puede rastrearse desde muy lejos, quizis desde San Agustin, pero ciertamente desde Pascal, Vico, Rosmini, linea representada en la filosofia europea por pensadores eminentes y también, como se vera, en Argentina. Pero es, precisamente, en esta exigencia de ruptura con el inmanentismo ya positivista, ya idealista, donde debe ponerse la presencia de Bergson en Argentina. De un modo u otro, pues, se ve con bastante claridad que la Argentina es interna a la esencia misma del Brera 18 LA FILOSOFIA EN LA ARGENTINA ACTUAL pensar occidental. Pero esta interioridad al proceso no ha hecho de ella un exponente de un mero “europeismo” (yux- taposicién bastarda de lo europeo sobre lo originario argen- tino) sino de su europeidad esencial, puesto que siempre se trata de la conciencia europea que deyela una circuns- tancia nueva. Esta conciencia europea es cristiana y Jo es desacralizada hasta en el inmanentismo absoluto y “terre- no”; es explicitamente cristiana ya en la escolastica clasica, ya en las nuevas doctrinas filoséficas sostenedoras de la apertura a la Trascendencia. En una historia de la filosofia en Argentina, es menester seguir interna y fielmente el des- arrollo de todas las posibilidades que semejante situacién tuvo en nuestro pais. 3. Ex pais ARGENTINO E] modo de desarrollo de aquellas posibilidades doctri- nales reconoce quiz4 peculiaridades que dependen de cier- tos caracteres intransferibles de la terra Argentea del descu- brimiento. Adems de su europeidad étnica y cultural (que pertenecen a su misma naturaleza) la Argentina, situada f{sicamente en el hemisferio ocednico, “pese a Ja continuidad continental de su parte territorial americana, con el resto de América del Sur y Central y América del Norte, la barre- ra de selvas y montafias del centro y occidente sudameri- cano practicamente la incomunican por tierra con el resto de nuestro continente. Estas circunstancias influyen para que, desde el punto de vista del transito mundial, nuestro pais sea continental sélo con respecto a nuestros vecinos de ‘América del Sur, y que, para el resto del mundo sea como una isla alejada”.t Cumplese en nuestro pais la observacién de Hegel cuando sostiene que las montafias y accidentes geograficos separan, pero que los mares unen.® Aunque isla alejada, justamente el mar le confiere su vocacién de univer- INTRODUCCION 19 salidad, al mismo tiempo que le impone necesariamente su propio elemento como via de comunicacién, Desde ese punto de vista, después del descubrimiento pero, principalmente, después de la creacién del Virreinato del Rio de la Plata, la conciencia europea viene a develar Jo originario directa: mente, sin intermediarios indigenas y, posteriormente, por el mar vienen, directamente, los hombres europeos a inmigracién provenientes de los paises “clasicos” del Medi- terréneo, Asi, esta Europa nueva, extendida desde el trépico hasta el centro del Polo Sur, busca, a veces agénicamente, su propia expresién filoséfica, apoyada quiz en la capa- eae de ensimismamiento y de interiorizacién de sus habi- rantes, NOTAS - 5 iiectia Bi ¥ oh inl obra La flosofi, Primera Pate, p. 144, Edtorial Gredos, * "Rio de la Plata’ y ‘Argentina’. Ori derivaciones”, Nacién, 21 de julio 1968, sec. * pl col. 1-4, Bs ag a a * Cf, mi obra Historia de Ia filosofia en Cérdoba, Parte'l y I. * Jonce E. ATENcIO, Qué es la ith ici pi donee, Ammo Gad geopolitica, pp. 888-839, Ediciones 5 Lecciones sobre Ia filosofia de la historia, 2 vols., txs Lp. 17, Rev. de Oceidente, Madrid. 1953. wees oe

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