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Alejandro jimenez

DAVID ALEJANDRO JIMENEZ TRUJILLO


© DAVID ALEJANDRO JIMENEZ TRUJILLO, [2023]

ISBN-13: [número de ISBN]

Impreso por [nombre de la imprenta]


DEDICATORIA
Este es un libro para todos aquellos que no comprenden
El significado de la amistad, que sufren en silencio
Por no tener un buen ambiente y un mal consejero
A las personas que no pueden, hablar con confianza
Delante de sus amistades, para que
Comprendan el significado y los rasgos que
Tiene un verdadero amigo que se convierte un hermano(a)
Enseñar y comprender a los lectores como debería
Ser una amistad y lo que puede pasar si no
Eres presente.opia de internet.
Tabla de contenido

Capítulo 1 ..........................................................................................13
Capítulo 2.............................................................................................15
Capítulo 3.............................................................................................17
Capítulo 4.............................................................................................21
Capítulo 5.............................................................................................26
Capítulo 6 ............................................................................................31
Capítulo 7.............................................................................................34
Capítulo 8.............................................................................................36
Capítulo 9.............................................................................................38

Epílogo.................................................................................................12
Sobre el autor.......................................................................................12
Agradecimientos...................................................................................12
Capítulo 1
Una historia de proceso de sanación

Esta es una historia de procesos de sanación,


un relato que nos sumerge en las profundidades
de los sentimientos no resueltos y las complejas
emociones que acompañan a un amor que, en su
silencio y privacidad, quizás nunca funcionó como
esperábamos. Es un amor que parece no tener un
final claro, un amor que persiste en nuestros cora-
zones a pesar de todas las circunstancias adver-
sas.

"A veces siento ganas de llorarla, lo cual es


imposible", fueron las palabras conmovedoras de
mi mejor amiga, expresadas en una larga línea de
mensajes que se deslizaban hacia un llanto libe-
rador. Pero las respuestas de amigos y familiares
que la rodeaban eran siempre las mismas: "Deja
de llorar", "No sirve llorar".

Siempre cuidé de ella, y siempre le advertí so-


bre los pros y contras de involucrarse emocional-
mente, de jugar con el fuego del amor. Pero ella
llora, llora por cualquier cosa; una película emoti-
va, una de esas canciones ridículas que le gus-
tan, como las de Bruno Mars. Llora por lo que
sea, como si las lágrimas fueran su válvula de es-
cape emocional, su manera de lidiar con los alti-
bajos de la vida.
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Sin embargo, lo que me inquieta es que a me-
nudo no la veo llorar por lo que realmente impor-
ta. Siento que estas lágrimas cotidianas son solo
la punta del iceberg, que las emociones más pro-
fundas y dolorosas se acumulan silenciosamente
en su interior, ocultándose en algún rincón de su
cuerpo, tal vez en un codo o en el dedo pequeño
del pie.

Pienso que estas lágrimas, en lugar de liberar


su dolor, lo están encapsulando, atrapándolo en
su interior. Pueden estar escondidas en medio de
un recuerdo, en la parte superior de la montaña
de sus dolores no expresados. Pero lo que más
me asusta es la idea de que, un día, todas esas
emociones reprimidas puedan salir a la superficie
de manera abrumadora. Quizás cuando se golpee
el codo con una puerta o cuando su dedo peque-
ño del pie choque contra una esquina de la cama,
todo ese dolor contenido saldrá a borbotones, y
se tirará al suelo para finalmente llorarle a esa
pena que ha estado ocultando en su corazón, sin
poder levantarse durante horas, o incluso días.

A veces, me preocupa que, si no llora estas lá-


grimas ahora, un día, durante una de nuestras lla-
madas telefónicas, cruze el límite del silencio al
llanto. Aunque, siendo sincero, a veces prefiero

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que eso nunca suceda. Prefiero que siga siendo
un dolor en el codo o en el dedo pequeño del pie.
Al menos así, puedo esperar que el tiempo lo cure
todo, que el dolor se desvanezca lentamente con
el paso de los días, semanas y meses.

Mientras observaba a mi mejor amiga lidiar


con este amor no resuelto, me sumergí en la com-
plejidad de sus emociones. Era como si estuviera
atrapada en un laberinto de sentimientos confu-
sos, un lugar donde el amor y la tristeza se entre-
lazaban de maneras incomprensibles.

A menudo, durante nuestras conversaciones,


ella compartía momentos de nostalgia y añoranza
por lo que pudo haber sido. "Si tan solo..." eran
las palabras que comenzaban muchas de sus fra-
ses. Si tan solo las cosas hubieran sido diferen-
tes, si tan solo hubiera tomado otro camino, si tan
solo él hubiera entendido...

La impotencia que sentía al no poder cambiar


el pasado la atormentaba. Pero al mismo tiempo,
se aferraba a esos recuerdos con una mezcla de
amor y tristeza. Como si esos momentos compar-
tidos fueran tesoros que no quería dejar ir, incluso
si le causaban dolor.

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A menudo me preguntaba por qué no lloraba.
Por qué no liberaba esas emociones contenidas
que claramente la estaban afectando profunda-
mente. Su capacidad para mantener una fachada
de fortaleza era impresionante, pero sabía que
había un torrente de lágrimas represadas detrás
de esa máscara.

Me preocupaba que estas emociones reprimi-


das pudieran hacerle daño en el futuro. Era como
si esas lágrimas estuvieran esperando paciente-
mente el momento adecuado para brotar, como
un volcán que estaba en calma, pero cuya erup-
ción era inevitable.

A veces, cuando hablábamos por teléfono du-


rante horas, sentía que estaba al borde de cruzar
el límite entre el silencio y el llanto. Me preparaba
para escuchar sollozos ahogados del otro lado de
la línea, pero siempre lograba mantener sus emo-
ciones bajo control.

Me preguntaba si era una señal de fortaleza o


un mecanismo de supervivencia, o quizás una
mezcla de ambos. La verdad es que no tenía una
respuesta clara, pero me preocupaba por ella y
deseaba que pudiera encontrar la paz y la sana-
ción que merecía.

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Con el paso del tiempo, nuestra amistad se
convirtió en un refugio seguro donde mi mejor
amiga podía ser vulnerable y expresar sus emo-
ciones más profundas sin temor al juicio. Nuestras
conversaciones a altas horas de la noche se vol-
vieron una constante en nuestras vidas, una es-
pecie de ritual para compartir pensamientos y
preocupaciones.

Me di cuenta de que su amor no resuelto era


como una herida abierta en su corazón, una heri-
da que, a pesar de sus esfuerzos por sanar, se-
guía causándole dolor. La amé en silencio, no de
una manera romántica, sino con un amor de ami-
go que deseaba verla feliz y en paz.

A menudo me preguntaba si había algo más


que pudiera hacer para ayudarla a superar este
dolor. Le brindaba mi apoyo incondicional, escu-
chaba sus historias una y otra vez, y le recordaba
constantemente cuánto valía y cuánto merecía
ser amada. Pero el proceso de sanación era lento
y, a veces, parecía que avanzábamos un paso y
retrocedíamos dos.

Una de las lecciones más importantes que


aprendí en este proceso fue la importancia de la
paciencia y la empatía. Comprendí que no podía
apresurar su sanación ni forzarla a dejar atrás ese

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amor no resuelto. Cada uno de nosotros tiene su
propio tiempo para sanar y superar las heridas
emocionales.

También aprendí que, a veces, lo mejor que


puedes hacer por un amigo es simplemente estar
allí para ellos. No necesitas tener todas las res-
puestas ni ofrecer soluciones mágicas. A veces,
solo estar dispuesto a escuchar, abrazar y recor-
darles cuánto los valoras puede marcar la diferen-
cia en su proceso de sanación.

A medida que avanzábamos en esta historia


de proceso de sanación, mi mejor amiga y yo des-
cubrimos que la amistad verdadera es un vínculo
que puede superar incluso los momentos más di-
fíciles. Aprendimos a apoyarnos mutuamente en
nuestras batallas personales y a encontrar alegría
en los pequeños momentos de la vida.

A lo largo de los capítulos posteriores, explora-


remos juntos las estrategias que intentamos para
ayudar a mi mejor amiga a sanar, las alegrías y
desafíos que enfrentamos, y cómo nuestra amis-
tad continuó fortaleciéndose a medida que enfren-
tábamos el amor no resuelto y los altibajos de la
vida.

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Capítulo 2
Cosas que intentamos hacer pero que NO fun-
cionan en estos casos

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En medio de la confusión y la desesperación
que acompañan al amor no correspondido, mi
mejor amiga y yo tratamos de encontrar formas
de ayudarla a superar su dolor. En nuestra bús-
queda de soluciones, cometimos errores y proba-
mos estrategias que resultaron ser contraprodu-
centes. Aquí te cuento algunas de las cosas que
intentamos y que definitivamente NO funcionaron:

1. **Vivir con el pensamiento de qué estará


haciendo esa persona:** Durante un tiempo, am-
bos nos obsesionamos con la idea de qué estaría
haciendo la persona que causaba tanto dolor a mi
amiga. Intentábamos adivinar sus acciones y mo-
tivos, lo que solo aumentaba su angustia. Nos di-
mos cuenta de que esto no hacía más que ali-
mentar su sufrimiento.

2. **Dar consejos poco acertados:** Consulta-


mos a amigos y familiares en busca de consejos
sobre cómo ayudar a mi amiga. Sin embargo, al-
gunas de las sugerencias que recibimos solo em-
peoraron la situación. Por ejemplo, le recomendé
que escribiera sus sentimientos, pero no me refe-
ría a que enviara mensajes largos y enojados al
objeto de su afecto, llenos de odio y desprecio.

3. **Intentos de autolesión:** En un momento


de desesperación, mi amiga llegó a considerar

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dañarse físicamente como una forma de aliviar su
dolor. Afortunadamente, nunca llegó a llevar a
cabo estos pensamientos, pero fue un claro indi-
cio de lo profundamente que estaba afectada.

4. **Tomarse selfies desnuda:** Hubo momen-


tos en los que mi amiga intentó recuperar su con-
fianza publicando imágenes provocativas en re-
des sociales. Sin embargo, esto solo la hizo sen-
tirse vulnerable y expuesta.

5. **Eliminar al objeto de amor de las redes


sociales:** Siguiendo un consejo mal dado, mi
amiga intentó eliminar a esa persona de sus re-
des sociales en un arranque de ira. Pero esto solo
llevó a que más tarde volviera a enviarle una soli-
citud de amistad, lo que resultó en más decep-
ción.

Con el tiempo, comprendimos que todas estas


estrategias eran ineficaces y, en algunos casos,
incluso dañinas. Nos dimos cuenta de que no po-
díamos apresurar el proceso de sanación ni forzar
a mi amiga a dejar atrás su amor no resuelto.
Aprendimos que la paciencia y la empatía eran
fundamentales en este proceso y que debíamos
estar allí para apoyarla en lugar de tratar de en-
contrar soluciones rápidas.

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El amor no correspondido es un desafío emo-
cional que requiere tiempo y cuidado para sanar.
En el próximo capítulo, exploraremos cómo mi
amiga y yo intentamos encontrar formas más
saludables de enfrentar esta situación y cómo
nuestra amistad se fortaleció a medida que nave-
gábamos por estos momentos difíciles.

Revisar perfiles y mensajes constantemente:


En momentos de tristeza y ansiedad, mi amiga
solía revisar obsesivamente los perfiles de la per-
sona que le causaba dolor, así como sus mensa-
jes anteriores. Esto solo prolongaba su sufrimien-
to al mantener viva la conexión con el objeto de
su afecto.

Compararse con otras personas: En su bús-


queda de consuelo, a veces mi amiga comparaba
su vida amorosa con la de otras personas que pa-
recían estar en relaciones felices. Esto solo la ha-
cía sentir más inadecuada y deprimida.

Negarse a permitir que la tristeza se asiente:


Al principio, mi amiga intentaba resistirse a sentir
tristeza. Quería mantener una fachada de fortale-
za y felicidad, pero esto solo le impedía procesar
sus emociones y sanar de manera adecuada.

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Reprimir las emociones: A menudo, cuando
hablábamos sobre su dolor, mi amiga intentaba
reprimir sus emociones. Temía llorar o expresar
su tristeza abiertamente, lo que solo acumulaba
su sufrimiento.

Buscando respuestas que no existen: Mi ami-


ga solía pasar horas tratando de entender por qué
las cosas no funcionaron con esa persona, anali-
zando cada interacción y mensaje en busca de
respuestas que simplemente no estaban ahí. Esta
búsqueda obsesiva de respuestas solo la atrapa-
ba en un ciclo sin fin de preguntas sin resolver.

A medida que enfrentábamos estas realidades


y reconocíamos nuestras propias fallas en la for-
ma en que intentábamos ayudar, comenzamos a
entender la importancia de la paciencia y la acep-
tación en el proceso de sanación. No había una
solución rápida ni una receta mágica para superar
el amor no correspondido.

A medida que los días se convertían en sema-


nas y las semanas en meses, mi amiga y yo co-
menzamos a buscar formas más saludables de
enfrentar su dolor. Comprendimos que no podía-
mos resolverlo de la noche a la mañana, pero po-
díamos apoyarnos mutuamente en el proceso.

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Una de las cosas que más nos ayudó fue su-
mergirnos en el mundo del cine. Las películas de
amor y romance se convirtieron en nuestro refu-
gio. No solo las veíamos juntos, sino que también
las analizábamos en profundidad. Discutíamos las
dinámicas de las relaciones en pantalla, identifi-
cando los puntos débiles y las lecciones que po-
díamos aplicar a nuestras propias vidas.

Películas como "Blue Is the Warmest Color"


nos hicieron reflexionar sobre la intensidad de las
emociones y la complejidad de las relaciones.
"When Harry Met Sally" nos mostró cómo la amis-
tad podía evolucionar hacia el amor con el tiempo.
"Eternal Sunshine of the Spotless Mind" nos llevó
a cuestionar si borraríamos los recuerdos de amo-
res pasados si pudiéramos.

Estas películas se convirtieron en más que en-


tretenimiento; se convirtieron en un espejo de
nuestras propias experiencias. A través de ellas,
pudimos explorar diferentes perspectivas sobre el
amor y la pérdida. Nos dimos cuenta de que no
estábamos solos en nuestras luchas y que las
emociones que sentíamos eran universales.

A pesar de la tristeza que a veces nos embar-


gaba mientras veíamos estas películas, también
encontramos momentos de alegría y complicidad.

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Reíamos juntos ante las escenas cómicas y com-
partíamos abrazos reconfortantes en los momen-
tos más emotivos.

Además de sumergirnos en el mundo del cine,


también empezamos a explorar otros aspectos de
nuestras vidas. Salíamos juntos a eventos socia-
les donde podíamos disfrutar de la compañía de
amigos y distraernos de nuestros problemas. Aun-
que al principio estos momentos eran difíciles
para mi amiga, poco a poco empezó a redescubrir
la alegría de estar rodeada de personas que la
querían.

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Capítulo 3

Primeras Salidas Juntos

Las primeras salidas con tu mejor amiga son


experiencias que nunca olvidarás. Son momentos
especiales en los que te das cuenta de cuán com-
patibles son tus personalidades y cuán fuerte es
tu conexión. Para nosotros, esas aventuras mar-
caron el inicio de una amistad duradera.

Nuestras salidas eran una mezcla de diversión


y locura, y siempre estábamos dispuestos a pro-
bar cosas nuevas. Aquí te cuento algunas de las
primeras salidas que compartimos:

1. Cine y Comida: Una de nuestras actividades


favoritas era ir al cine. Pero no íbamos solo por la
película; nuestro enfoque principal era la comida.
Llenábamos nuestras mochilas con helado, gomi-
tas, papas y palomitas. No importaba lo que fuera,
siempre lo compartíamos y nos reíamos de nues-
tras elecciones culinarias poco saludables. Las ri-
sas y los comentarios sobre la película eran parte
de la diversión, y nuestras conversaciones des-
pués del cine eran siempre animadas.

2. Sesion de Fotos y TikTok: Mi amiga tenía


un espíritu creativo y le encantaba tomar fotos y
hacer videos de TikTok. En nuestras salidas, ella
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aprovechaba mi celular para capturar momentos
memorables y crear contenido. Si no lo hacía, se
ponía de genio y no había quien la aguantara,
pero, sinceramente, eso también era parte de la
diversión. Subir esos videos y fotos a nuestras re-
des sociales era nuestra forma de compartir nues-
tras aventuras con el mundo.

3. Caminatas y Conversaciones: No todas


nuestras salidas eran en lugares concurridos. Dis-
frutábamos de largas caminatas por parques tran-
quilos y lugares naturales. Durante esas camina-
tas, hablábamos de nuestras vidas, nuestros sue-
ños y nuestras preocupaciones. Era el momento
en el que nos conocíamos aún más y fortalecía-
mos nuestro vínculo. Compartir nuestros nevados
favoritos mientras conversábamos era un ritual
que nunca faltaba.

4. Atardeceres Mágicos: Ambos compartíamos


un amor por los atardeceres. Salir a ver el sol po-
nerse era una de las cosas más hermosas que
hacíamos. Tomábamos fotos de los colores cam-
biantes del cielo y de nosotros mismos disfrutan-
do del espectáculo. Las fotos se convertían en re-
cuerdos que atesoraríamos para siempre.

Nuestras primeras salidas juntos nos ayudaron


a descubrir que no solo éramos buenos amigos,

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sino que también éramos compañeros de aventu-
ras. Cada día que pasábamos juntos fortalecía
nuestra amistad y nos permitía crear recuerdos
inolvidables.

secretos Compartidos: Con el tiempo, nuestra


amistad se volvió tan fuerte que comenzamos a
compartir nuestros secretos más profundos. Ha-
blábamos de problemas en casa, conflictos en la
escuela y desafíos personales. Sabíamos que po-
díamos confiar el uno en el otro sin temor a ser
juzgados. Era un alivio tener a alguien en quien
podíamos apoyarnos plenamente.

Apoyo Incondicional: Cuando uno de nosotros


tenía un problema emocional o las cosas no
salían como esperábamos, siempre podíamos re-
currir al otro. Ofrecíamos consejos, hombros en
los que llorar y palabras de aliento. Sabíamos
que, sin importar lo que sucediera, estábamos ahí
el uno para el otro.

Primeras Experiencias Juntos: Nuestras sali-


das no solo fortalecían nuestra amistad, sino que
también eran oportunidades para vivir nuevas ex-
periencias juntos. Probamos comidas exóticas,
asistimos a eventos culturales y participamos en
actividades que nunca habíamos intentado antes.
Cada nueva experiencia nos acercaba aún más.

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Risas Incontenibles: No podía pasar un día sin
que estalláramos en carcajadas. Nuestro sentido
del humor era similar, y compartíamos chistes in-
ternos que solo nosotros entendíamos. Era como
si tuviéramos un lenguaje secreto que nos unía
aún más.

Compartir Alegrías y Logros: Celebrábamos


juntos nuestros éxitos y logros. Desde obtener
buenas calificaciones en la escuela hasta ganar
en competencias deportivas, estábamos allí el
uno para el otro. Sabíamos que nuestras victorias
eran compartidas y que siempre tendríamos a al-
guien con quien celebrar.

Fortaleciendo la Amistad: Cada una de nues-


tras salidas fortalecía nuestra amistad. No impor-
taba si estábamos haciendo algo emocionante o
simplemente pasando el rato; el tiempo que pasá-
bamos juntos era invaluable.

A medida que el tiempo pasaba, nuestra amis-


tad se volvía cada vez más profunda y significati-
va. Descubrimos que teníamos mucho en común,
pero también aprendimos a apreciar nuestras di-
ferencias. Esa esencia única de nuestra amistad
era lo que la hacía especial.

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Compartíamos no solo los momentos felices,
sino también las dificultades. Cuando alguno de
nosotros tenía un problema o una preocupación,
sabíamos que podíamos contar el uno con el otro.
No importaba la hora del día o la distancia que
nos separaba, siempre estábamos allí el uno para
el otro, dispuestos a escuchar y ofrecer apoyo.

Una de las cosas que más disfrutábamos era


explorar la ciudad juntos. Nos aventurábamos por
calles desconocidas, descubriendo lugares ocul-
tos que solo los lugareños conocían. Nuestras ca-
minatas eran como mini aventuras, y cada esqui-
na tenía una historia que contar.

Una de nuestras tradiciones favoritas era salir


a ver los atardeceres. Compartíamos una profun-
da admiración por la belleza de esos momentos
efímeros en los que el sol se ocultaba en el hori-
zonte. En silencio, nos sentábamos juntos y ob-
servábamos cómo el cielo se pintaba de colores
cálidos y vibrantes. No necesitábamos palabras;
simplemente disfrutábamos de la serenidad del
momento.

Las redes sociales también se convirtieron en


una parte importante de nuestra amistad. Siempre
estábamos compartiendo memes graciosos, vi-

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deos divertidos y mensajes de apoyo. Creamos
un mundo virtual en el que podíamos ser nosotros
mismos sin inhibiciones. Nuestras conversaciones
por mensaje de texto se volvieron interminables, y
cada notificación de su parte me alegraba el día.

A lo largo de los años, vivimos muchas expe-


riencias juntos. Celebramos cumpleaños, compar-
timos secretos, lloramos en momentos difíciles y
reímos hasta que nos dolían los estómagos. Cada
uno de estos momentos fortaleció nuestra amis-
tad y la convirtió en un refugio seguro en medio
de la vida caótica.

Nuestra amistad no solo era sobre divertirse,


sino también sobre crecimiento personal. Nos
alentábamos mutuamente a alcanzar nuestras
metas y a superar nuestros miedos. Cuando uno
de nosotros tenía un logro, el otro lo celebraba
con entusiasmo genuino.

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Capítulo 4
Conociendo Nuestras Diferencias y Desafíos

A medida que nuestra amistad crecía, también


comenzamos a reconocer nuestras diferencias y
los pequeños desafíos que surgían de vez en
cuando. Aunque nuestra conexión era fuerte, no
éramos clones perfectos el uno del otro. Aquí es-
tán algunas de las cosas que notamos que nos
molestan mutuamente:

Cosas que me molestan:

Respuestas lentas: Una de las cosas que me


molestaba era cuando ella no respondía rápida-
mente a mis mensajes. Si la veía en línea y no me
respondía de inmediato, me sentía frustrado. Para
mí, era una cuestión de respeto y atención.

No viene a verme jugar: Aunque compartía-


mos el amor por el deporte, a veces me frustraba
que ella no viniera a verme jugar. A veces, decía
que estaba ocupada, y no estaba seguro de si era
una excusa o no. Quería que compartiera ese mo-
mento conmigo, pero a veces parecía desintere-
sada.

Falta de atención: Otra cosa que me molesta-


ba era que parecía distraída cuando le hablaba. A
menudo tenía que repetirle las cosas, y eso me
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hacía sentir que no me estaba prestando suficien-
te atención. Además, a veces compartía cosas
importantes con ella, y sentía que no me escucha-
ba de la misma manera en que yo la escuchaba a
ella.

Repetición constante: También me molestaba


que a veces ella repetía lo mismo una y otra vez.
Ya fuera mostrándome fotos o contándome las
mismas historias, me hacía sentir que no estaba
siendo consciente de lo que ya habíamos discuti-
do.

No presta atención: A veces, cuando compar-


tía algo importante o estaba pasando por un mo-
mento difícil, sentía que ella no prestaba la aten-
ción que necesitaba. Sus respuestas eran a me-
nudo superficiales o desinteresadas, y eso me sa-
caba de quicio.

Cosas que le molestan a mi mejor amiga:

Desinterés ocasional: A mi mejor amiga le mo-


lestaba que en ocasiones pareciera desinteresado
en lo que le contaba. Sentía que había momentos
en los que no le prestaba suficiente atención o
que no mostraba interés genuino en su vida.

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Respuestas tardías o desapariciones: Tam-
bién le frustraba cuando no respondía a los men-
sajes durante varios días o cuando desaparecía
sin decirle dónde estaba o qué estaba haciendo.
A veces, me comprometía a hacer algo y luego no
lo cumplía, lo que la hacía sentir que no era im-
portante para mí.

Falta de empatía: Le molestaba que, en oca-


siones, no mostrara empatía cuando ella estaba
pasando por momentos difíciles. A pesar de dar
explicaciones, a veces sentía que no aceptaba
sus razones y que pensaba que no era importante
para mí.

A pesar de estos desafíos y diferencias, lo que


mantenía nuestra amistad unida era mucho más
fuerte que cualquier molestia ocasional. Compren-
dimos que era completamente normal tener dife-
rencias y momentos de frustración en cualquier
amistad. Lo importante era cómo manejábamos
esos desafíos y cómo trabajábamos juntos para
fortalecer nuestra relación.

Decidimos enfrentar estos problemas de fren-


te. Tuvimos conversaciones honestas sobre lo
que nos molestaba mutuamente y cómo podría-

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mos mejorar nuestra comunicación. Aprendimos
algunas lecciones valiosas en el camino:

Comunicación abierta: Nos dimos cuenta de


que la comunicación era clave para resolver nues-
tros problemas. Aprendimos a expresar nuestras
preocupaciones y expectativas de manera abierta
y honesta. Esto nos ayudó a comprender mejor el
punto de vista del otro y encontrar soluciones jun-
tos.

Empatía: A medida que profundizábamos en


nuestras conversaciones, también desarrollamos
una mayor empatía el uno hacia el otro. Comen-
zamos a comprender mejor las razones detrás de
nuestras acciones y reacciones, lo que nos ayudó
a ser más comprensivos cuando surgían proble-
mas.

Tiempo y espacio: Aprendimos a respetar el


tiempo y el espacio del otro. Comprendimos que
ambos teníamos nuestras responsabilidades y
momentos en los que necesitábamos estar solos.
Esto nos permitió ser más flexibles y comprensi-
vos cuando uno de nosotros no podía responder
de inmediato o estaba ocupado.

Compromiso: Decidimos comprometernos a


trabajar en nuestra amistad. Nos dimos cuenta de

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que valía la pena hacer el esfuerzo para mantener
esta relación especial. Nos apoyamos mutuamen-
te en nuestros objetivos y metas para crecer
como individuos y como amigos.

Aprendizaje constante: Reconocimos que el


crecimiento personal y la mejora constante eran
parte fundamental de mantener una amistad fuer-
te. Estábamos dispuestos a aprender de nuestros
errores y a adaptarnos para ser mejores amigos
el uno para el otro.

Con el tiempo, nuestras diferencias y desafíos


se volvieron menos prominentes a medida que
fortalecíamos nuestra amistad. En lugar de cen-
trarnos en lo que nos molestaba, comenzamos a
enfocarnos en lo que nos unía y nos hacía inse-
parables.

Una de las cosas que más valorábamos era


nuestra capacidad para reírnos juntos. No impor-
taba cuán serio o tenso fuera el momento, siem-
pre encontrábamos una manera de hacer chistes
y reírnos de nosotros mismos. Esta risa comparti-
da se convirtió en un bálsamo para nuestras al-
mas y nos ayudó a superar incluso los momentos
más difíciles.

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Nuestro amor por los atardeceres y los núme-
ros repetidos se convirtió en un ritual compartido.
Cuando uno de nosotros veía un hermoso atarde-
cer, tomábamos una foto y la enviábamos al otro,
compartiendo la belleza del momento. Los núme-
ros repetidos se convirtieron en pequeñas señales
de buena suerte en nuestras vidas, recordándo-
nos que siempre estábamos conectados de algu-
na manera.

Nuestros gustos en películas y deportes tam-


bién nos unieron aún más. Pasábamos horas
viendo películas de terror y emocionantes partidos
deportivos, compartiendo nuestra emoción y co-
mentando cada momento emocionante. Estos
momentos compartidos nos brindaron una sen-
sación de camaradería y pertenencia.

Nuestra pasión por el baile también nos unía.


Salíamos a bailar juntos, moviéndonos al ritmo de
la música latina. Cada vez que nos sumergíamos
en la pista de baile, dejábamos atrás nuestras
preocupaciones y nos perdíamos en la alegría del
momento. Bailar se convirtió en una forma de ex-
presión de nuestra amistad, una celebración de la
vida y la diversión que compartíamos.

A medida que pasaban los años, nuestras vi-


das evolucionaban. Teníamos nuevas responsabi-

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lidades y compromisos, pero nuestra amistad se-
guía siendo una constante en medio del cambio.
Aprendimos a apoyarnos mutuamente en nues-
tros sueños y aspiraciones, celebrando cada logro
y brindando consuelo en momentos de desafío.

Nuestra amistad se había convertido en un re-


fugio seguro, un lugar donde podíamos ser noso-
tros mismos sin temor al juicio. Habíamos supera-
do nuestros desafíos y diferencias, fortaleciendo
nuestra conexión a lo largo de los años.

A medida que nuestra amistad continuaba flo-


reciendo, también nos dimos cuenta de que nues-
tras diferencias eran parte integral de lo que hacía
que nuestra relación fuera única y especial.
Aprendimos a aceptarnos tal como éramos, de-
fectos y todo, y eso fortaleció aún más nuestra co-
nexión.

Mi impaciencia para obtener respuestas rápi-


das a los mensajes se convirtió en un chiste entre
nosotros. A veces, ella me dejaba en visto a pro-
pósito solo para ver cuánto tiempo podía soportar
antes de quebrar y responder. Esos pequeños
juegos solo servían para hacernos reír y aliviar la
tensión.

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Cuando ella repetía las mismas historias o me
mostraba las mismas cosas una y otra vez, apren-
dí a ser más paciente. En lugar de frustrarme, es-
cuchaba con atención y le daba el apoyo que ne-
cesitaba. A veces, todo lo que necesitaba era sa-
ber que alguien estaba allí para ella, incluso si ya
había compartido la misma historia varias veces.

Ella me desafiaba a ser un mejor amigo al se-


ñalar mis errores y brindar retroalimentación ho-
nesta. Aunque a veces me dolían sus críticas, sa-
bía que venían desde un lugar de amor y preocu-
pación. Aprendí a aceptar su franqueza y trabajar
en mis defectos.

A ella le molestaba mi tendencia a desapare-


cer por unos días sin dar explicaciones. Sabía
que esto la hacía sentirse excluida, y aunque a
veces tenía razones válidas, entendí que debía
ser más comunicativo sobre mis ausencias.
Aprendí a valorar la importancia de la transparen-
cia en nuestra amistad.

Nuestra capacidad para superar estas diferen-


cias y desafíos solo fortaleció nuestra relación.
Aprendimos que nadie es perfecto y que nuestras
peculiaridades eran lo que hacía que nuestra
amistad fuera auténtica. En lugar de centrarnos
en lo que no nos gustaba el uno del otro, celebra-

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mos lo que amábamos y apreciábamos de nues-
tra amistad.

La comunicación honesta se convirtió en una


parte fundamental de nuestra relación. Aprendi-
mos a expresar nuestros sentimientos y preocu-
paciones de manera abierta y respetuosa. Sabía-
mos que podíamos contar el uno con el otro para
el apoyo y la comprensión, sin importar cuán dife-
rentes pudiéramos ser en algunos aspectos.

43
Capítulo 5

Por Qué la Escogí Como Mi Mejor Amiga

La elección de mi mejor amiga como mi confi-


dente y compañera de vida se basa en una cone-
xión profunda que trasciende nuestras diferen-
cias. A pesar de que nuestras personalidades y
enfoques a menudo son opuestos, he encontrado
en ella un apoyo inquebrantable y una fuente
constante de crecimiento personal.

Mi mejor amiga posee una asombrosa aten-


ción al detalle y una consideración genuina por
los demás, rasgos que a menudo contrastan con
mi tendencia a ser distraído y olvidadizo. Ella nun-
ca olvida las fechas importantes y los pequeños
gestos que a menudo pasan desapercibidos para
mí. A través de su paciencia y comprensión, he
aprendido a valorar las pequeñas cosas y a pres-
tar atención a los detalles que enriquecen nues-
tras vidas.

Nuestros Sueños a Corto Plazo

En el corto plazo, compartimos metas concre-


tas. Ambos aspiramos a tener éxito en nuestros

44
respectivos años once y, en su caso, a embarcar-
se en la universidad. Aunque inicialmente había-
mos contemplado la idea de estudiar en el extran-
jero juntos, circunstancias personales llevaron a
mi mejor amiga a tomar la decisión de continuar
sus estudios en Colombia. Sin embargo, nuestra
determinación y compromiso con nuestros objeti-
vos siguen siendo inquebrantables.

También hemos hablado de la posibilidad de


viajar juntos. Explorar nuevos lugares es una de
nuestras pasiones compartidas, y anhelamos la
oportunidad de visitar diversas partes del mundo.
Si bien aspiramos a la independencia y a forjar
nuestros caminos individuales en la vida, siempre
atesoraremos la amistad que hemos cultivado a lo
largo de los años.

Nuestros Sueños a Largo Plazo

A largo plazo, nuestros sueños se expanden


hacia el horizonte global. Deseamos viajar por
todo el mundo y presenciar la belleza de los atar-
deceres en diferentes rincones del planeta. Pla-
neamos disfrutar de la deliciosa variedad de ali-
mentos que amamos y sumergirnos en las expe-
riencias que la vida tiene para ofrecer. Creemos
que todo esto es alcanzable mediante el esfuerzo
constante y la fe en Dios como guía.

45
Lugares que Queremos Conocer

Hemos mantenido conversaciones apasiona-


das acerca de los lugares que anhelamos visitar
en el futuro. París nos atrae con sus hermosos
atardeceres y sus calles encantadoras. Venecia
despierta nuestra curiosidad con sus calles únicas
y su ambiente romántico. Egipto nos fascina con
sus majestuosas pirámides y su historia única.
Dubai nos atrae con su modernidad y arquitectura
impresionante. Santorini nos cautiva con sus vis-
tas impresionantes y su atmósfera romántica. To-
dos estos destinos representan nuestros sueños
compartidos y las experiencias que ansiamos vivir
juntos.

Nuestra amistad es una fuente constante de


aprendizaje mutuo. A pesar de nuestras diferen-
cias, hemos descubierto que nuestra relación es
una lección en sí misma. A medida que comparti-
mos nuestras vidas y enfrentamos juntos los de-
safíos, hemos aprendido valiosas lecciones sobre
la amistad y la importancia de apoyarnos mutua-
mente.

El Apoyo Mutuo

46
En nuestra amistad, hemos comprendido que
ya no somos simplemente "tú" y "yo". Ahora so-
mos "nosotros". Cada palabra y acción tienen un
impacto en el otro. Sabemos que una sola palabra
inoportuna puede herir profundamente a la otra
persona. Esta comprensión nos ha llevado a ser
más conscientes de nuestras palabras y acciones,
a ser más considerados y a brindarnos apoyo en
cada paso del camino.

El Arte del Consuelo

Aprender a consolar y apoyar a alguien incluso


cuando estamos lidiando con nuestras propias lu-
chas internas ha sido un desafío. Pero es un de-
safío que hemos asumido con gusto. En los mo-
mentos en que uno de nosotros está triste, preo-
cupado o confundido, el otro se convierte en el
hombro en el que apoyarse, en la voz que ofrece
consuelo y en el amigo que escucha sin juzgar.

Esta profunda empatía ha fortalecido nuestra


amistad y nos ha enseñado a ser mejores perso-
nas. Al brindarnos apoyo mutuo, hemos descu-
bierto que el consuelo y la amistad son un bál-
samo para el alma.

El Delicado Equilibrio entre la Amistad y el


Amor

47
En nuestro viaje juntos, hemos enfrentado el
desafío de distinguir entre la amistad y el amor ro-
mántico. A veces, nuestras amistades pueden
confundirse con sentimientos más profundos,
pero hemos aprendido a reconocer y apreciar las
diferencias. Nuestra amistad es un vínculo único y
hermoso en sí mismo, y valoramos mucho lo que
tenemos.

Consuelo y Compañía

El consuelo y la compañía son aspectos fun-


damentales de nuestra amistad. Aprender a brin-
dar apoyo incluso cuando estamos lidiando con
nuestras propias luchas internas ha sido un desa-
fío, pero también una oportunidad de crecimiento.
En los momentos de tristeza, preocupación o con-
fusión, hemos sido el refugio del otro, ofreciendo
palabras de consuelo y escuchando sin juzgar.
Esta habilidad para consolarnos mutuamente ha
fortalecido nuestra amistad y nos ha enseñado la
importancia de estar presentes para quienes ama-
mos.

Nuestra Amistad Única

A pesar de las ocasiones en las que la línea


entre la amistad y el amor romántico se ha vuelto

48
borrosa, hemos aprendido a apreciar la singulari-
dad de nuestra relación. Reconocemos que nues-
tra amistad es un tesoro en sí misma y que no ne-
cesita ser definida por etiquetas convencionales.
Valoramos profundamente lo que compartimos y
la conexión especial que hemos construido con el
tiempo.

49
Capítulo 6
El querer a una persona que no es de tu fami-
lia.

Conectar con alguien que no es parte de tu fa-


milia de sangre puede ser un desafío en estos
tiempos en los que a menudo las relaciones están
llenas de segundas intenciones. Sin embargo, mi
mejor amiga y yo somos dos almas que se unie-
ron desde el primer instante en que nos conoci-
mos. Nuestra amistad ha sido una lección de
aprendizaje constante, en la que hemos apoyado
y ayudado mutuamente.

Uno de los aspectos más significativos de


nuestra amistad es el apoyo mutuo. A medida que
nuestra conexión creció, comprendimos que deja-
mos de ser individuos separados y comenzamos
a considerarnos como un equipo. Reconocimos
que una palabra hiriente o una mala acción po-
dían afectar profundamente a la otra persona.
Esta conciencia nos ha llevado a ser más cuida-
dosos y considerados en nuestras interacciones.

Otro aspecto importante de nuestra amistad es


la capacidad de consolarnos mutuamente. A me-
nudo, enfrentamos momentos difíciles en la vida
en los que nuestras propias situaciones pueden
ser abrumadoras. Sin embargo, hemos aprendido
a brindarnos apoyo incluso cuando estamos li-
51
diando con nuestros propios dolores y desafíos.
Esto ha fortalecido aún más nuestros lazos y ha
demostrado la profundidad de nuestra amistad.

En este punto de nuestra relación, hemos tras-


cendido la idea de ser individuos separados.
Cuando vemos algo que nos gusta o nos interesa,
sabemos que es probable que la otra persona
también comparta ese interés. A menudo, nues-
tras amistades se confunden debido a la profunda
conexión que compartimos. Sin embargo, hemos
aprendido a lidiar con cualquier malentendido que
pueda surgir y a mantener una relación sólida y
basada en el respeto mutuo.
El querer a una persona que no es de tu fami-
lia.
El conocer y conectar con una persona que no
es de tu misma sangre en estos tiempos donde
todos juegan con todos, donde si un hombre ofre-
ce su amistad siempre suele ir con una doble in-
tención.

Mi mejor amiga y yo somos dos personas que


desde el primer instante conectamos y fuimos una
sola persona, las acciones que realizamos y esa
amistad que tenemos ha sido una lección de
aprendizaje, donde cada uno de nosotros dos he-
mos ayudado al uno al otro.

52
Unas de las cosas que hemos aprendido al lle-
var y lidiar con algunos problemas del otro:

- [ ] El apoyo mutuo
Aquí en este momento entiendes que dejas de
ser tu solo y empiezas a ver cómo es tu y ella,
donde una sola mala palabra y una mala acción
puede llegar a hacer sentir mal a la otra persona.

Nuestra amistad, forjada en la confianza y el


apoyo mutuo, nos ha permitido compartir muchas
experiencias y superar desafíos juntas. A medida
que el tiempo pasaba, cada uno de nosotros se
convertía en una parte fundamental en la vida del
otro.

A pesar de nuestras diferencias, encontrába-


mos maneras de complementarnos. Yo era más
introvertido y reflexivo, mientras que ella era ex-
trovertida y espontánea. Esta dinámica nos lleva-
ba a situaciones interesantes y a menudo cómi-
cas. A veces, me encontraba frenando su entu-
siasmo, y otras veces, ella me animaba a aventu-
rarme fuera de mi zona de confort.

Uno de los aspectos más notables de nuestra


amistad era la forma en que podíamos comunicar-
nos sin palabras. Habíamos desarrollado una es-
pecie de lenguaje no verbal que solo nosotras en-

53
tendíamos. Un simple gesto o mirada podía trans-
mitir años de experiencias compartidas y emocio-
nes profundas.

A lo largo de nuestra amistad, enfrentamos


momentos difíciles, como desacuerdos y malen-
tendidos. Sin embargo, siempre encontrábamos
una manera de superarlos. Nuestra conexión era
tan fuerte que incluso en nuestros peores momen-
tos, sabíamos que nuestra amistad era más im-
portante que cualquier desacuerdo temporal.

A medida que crecíamos y evolucionábamos


como individuos, nuestra amistad también evolu-
cionaba. Seguíamos compartiendo sueños y me-
tas, y nos apoyábamos mutuamente en cada
paso del camino. Nos convertimos en confidentes,
consejeras y, sobre todo, en amigas inquebranta-
bles.

Nuestra historia de amistad demostraba que, a


veces, las relaciones más significativas en la vida
no están determinadas por la sangre, sino por la
profunda conexión que compartes con otra perso-
na. Nuestra amistad era un testimonio de que, in-
cluso en un mundo donde la desconfianza y los
dobles sentidos son comunes, aún era posible en-
contrar una amistad pura y sincera.

54
Nuestra amistad continuó creciendo y fortale-
ciéndose a medida que avanzábamos en la vida.
Compartimos más momentos, más risas y más lá-
grimas. Aprendimos a enfrentar juntas los desa-
fíos que la vida nos presentaba, y cada experien-
cia fortalecía nuestros lazos.

Uno de los aspectos más hermosos de nues-


tra amistad era la capacidad de ser nosotros mis-
mos por completo cuando estábamos juntas. No
había juicios ni máscaras; podíamos expresar
nuestros pensamientos más profundos y nuestros
sentimientos más sinceros sin temor a ser malen-
tendidas.

Nuestros momentos de apoyo mutuo se vol-


vieron aún más significativos a medida que cre-
cíamos. Cuando uno de nosotros enfrentaba un
problema o desafío, el otro estaba allí, ofreciendo
palabras de aliento, un hombro en el que llorar y
un oído atento para escuchar. Sabíamos que po-
díamos contar el uno con el otro en cualquier mo-
mento, sin importar cuán grande o pequeño fuera
el problema.

A medida que nos acercábamos a la adultez,


comenzamos a soñar en grande juntos. Planea-
mos nuestros futuros y nos inspiramos mutua-

55
mente para perseguir nuestras pasiones y metas.
Sabíamos que, sin importar dónde nos llevara la
vida, siempre seríamos un apoyo constante en la
vida del otro.

Nuestra amistad también pasó por momentos


difíciles. Tuvimos nuestras peleas y desacuerdos,
pero lo que siempre prevaleció fue el amor y la
conexión profunda que compartíamos. Aprendi-
mos a perdonarnos y a crecer juntas a través de
los obstáculos que la vida nos presentaba.

Con el tiempo, nos dimos cuenta de que nues-


tra amistad era un regalo preciado. Era un lazo
que no solo nos unía, sino que también nos hacía
mejores personas. Aprendimos a ser más com-
prensivas, tolerantes y amorosas gracias a nues-
tra relación.

A medida que reflexionábamos sobre nuestra


amistad, nos dimos cuenta de que no importaba
de dónde vinimos ni cuán diferentes éramos en
muchos aspectos. Lo que importaba era el amor y
la complicidad que compartíamos. Nuestra histo-
ria era un recordatorio de que la verdadera amis-
tad puede superar cualquier obstáculo y enrique-
cer nuestras vidas de maneras inimaginables.

56
Nuestra historia como amigos era un testimo-
nio de la belleza de las conexiones humanas y de
la capacidad de dos personas para influenciarse
mutuamente de manera positiva. Estábamos
agradecidos por cada momento que habíamos
compartido

A medida que pasaban los años de nuestra


adolescencia, nuestra amistad continuaba flore-
ciendo. Aunque éramos muy diferentes en mu-
chos aspectos, eso es lo que hacía que nuestra
amistad fuera tan especial. Éramos un equipo que
se complementaba mutuamente.

Una de las cosas que aprendimos a lo largo


de los años fue la importancia de la confianza.
Sabíamos que podíamos contar el uno con el otro
en cualquier momento, sin importar lo que estu-
viéramos atravesando. Esta confianza nos permi-
tía ser completamente honestos el uno con el
otro, incluso cuando las conversaciones eran difí-
ciles.

También compartíamos muchos intereses y


pasatiempos, lo que fortalecía aún más nuestra
amistad. Nos encantaba explorar nuevos lugares
juntos, ya sea viajando a ciudades cercanas o ha-
ciendo excursiones a la naturaleza. Compartía-

57
mos un amor por la música, y a menudo íbamos a
conciertos juntos o pasábamos horas escuchando
y descubriendo nueva música.

A pesar de nuestras diferencias, nuestras per-


sonalidades complementarias eran una de las ra-
zones por las que nuestra amistad funcionaba tan
bien. Mientras yo era más introvertido y reflexivo,
mi mejor amiga era extrovertida y espontánea.
Esta dinámica equilibrada nos permitía aprender
el uno del otro y ver el mundo desde perspectivas
diferentes.

Una de las lecciones más valiosas que apren-


dimos fue la importancia de apoyarnos mutua-
mente en nuestros sueños y metas. Cuando uno
de nosotros tenía un objetivo, el otro estaba allí
para brindar aliento y ayuda en la medida de lo
posible. Esta colaboración constante nos permitió
alcanzar logros que tal vez no hubiéramos logra-
do solos.

Nuestra amistad no estuvo exenta de desa-


fíos. Tuvimos desacuerdos y momentos difíciles,
pero lo que siempre prevaleció fue el amor y el
respeto mutuo que teníamos. Aprendimos a co-
municarnos de manera efectiva y a resolver nues-
tros problemas juntos.

58
A medida que pasaban los años de nuestra
adolescencia, nos dimos cuenta de que nuestra
amistad era uno de los tesoros más preciados de
nuestras vidas. Habíamos crecido juntos, reído
juntos y llorado juntos. Éramos testigos de la evo-
lución del otro, desde adolescentes inseguros
hasta jóvenes llenos de sueños y ambiciones.

Nuestra amistad nos enseñó la importancia de


las conexiones humanas y cómo una amistad pro-
funda puede enriquecer nuestras vidas de mane-
ras inimaginables. A pesar de todas las diferen-
cias y obstáculos que enfrentamos en el camino,
nuestra amistad se mantuvo fuerte y sólida.

Con el tiempo, llegamos a comprender que no


importaba de dónde veníamos o cuán diferentes
éramos en muchos aspectos. Lo que realmente
importaba era el amor, el apoyo y la complicidad
que compartíamos. Nuestra amistad era un testi-
monio de que las conexiones verdaderas pueden
superar cualquier barrera y enriquecer nuestras
vidas de manera única. Continuaría creciendo con
nosotros a medida que avanzábamos en la vida,
siempre presente como un faro de amor y amistad
en nuestro viaje como adolescentes.

59
Capítulo 7

El Amor de Pareja es Diferente al Amor de


Amistad

El amor de pareja y el amor de amistad son


dos sentimientos diferentes, cada uno con su pro-
pia naturaleza y dinámica. A lo largo de nuestra
vida, aprendimos a distinguir entre estos dos tipos
de amor, y aunque ambos son valiosos, reconoci-
mos sus diferencias fundamentales.

El deseo de proteger a alguien es una de las


formas en que notamos estas diferencias. Cuando
se trata de amor romántico, a menudo deseas
proteger a tu pareja de otros que puedan estar in-
teresados en ella o él. Quieres ser la única perso-
na en su vida y luchar para mantener esa cone-
xión especial. En cambio, cuando se trata de
amor de amistad, tu deseo de protección proviene
de un lugar diferente. Quieres evitar que tu amigo

60
o amiga sufra daño o se vea afectado por circuns-
tancias difíciles. No se trata de posesión, sino de
cuidado genuino.

Las salidas también adquieren un significado


distinto en estas dos formas de amor. Cuando sa-
les con tu pareja, a menudo tienes expectativas y
deseas un resultado específico de la cita. Puede
ser que esperes que la cita profundice la conexión
entre ustedes o que fortalezca su relación. En
cambio, cuando sales con tu mejor amiga o ami-
go, las salidas se centran en compartir momentos
auténticos y divertidos sin la presión de alcanzar
un objetivo. Simplemente disfrutan de la compa-
ñía del otro y ríen juntos por las locuras y desven-
turas de la semana.

Otra diferencia clave radica en la protección


de los sentimientos y las vulnerabilidades. En una
relación romántica, a menudo somos más cuida-
dosos con los sentimientos de nuestra pareja, ya
que son parte integral de nuestra conexión amo-
rosa. Evitamos herirlos y tratamos de comprender
sus sueños, gustos y deseos. En una amistad
profunda, la protección se manifiesta de manera
diferente. Es más sobre respetar y cuidar los sen-
timientos de tu amigo o amiga sin cruzar límites.
Puedes burlarte de sus gustos, sueños o accio-

61
nes, pero siempre desde un lugar de amor y apre-
cio, sin causar daño real.

Tener una amistad sólida es como tener un te-


soro. Es una relación donde puedes ser completa-
mente tú mismo, donde te sientes seguro para
compartir tus pensamientos, miedos y aspiracio-
nes. Si bien una relación de pareja es hermosa y
única en su propio derecho, una amistad profunda
y duradera es igualmente valiosa.

A lo largo de nuestras vidas, hemos aprendido


a abrazar y valorar estas dos formas de amor. Re-
conocemos que ambos tipos de relaciones son
esenciales para nuestro crecimiento y felicidad.
La amistad nos brinda un refugio de apoyo y di-
versión, mientras que el amor romántico nos llena
de pasión y conexión. Ambos contribuyen a enri-
quecer nuestras vidas y nos hacen apreciar aún
más el valor de las relaciones humanas en todas
sus formas. Con el tiempo, comprendimos que es-
tas dos formas de amor pueden coexistir y com-
plementarse en nuestra vida, proporcionando una
riqueza inigualable en términos de amor y compa-
ñía.

62
A lo largo de nuestra amistad, también hemos
aprendido que el amor de pareja y el amor de
amistad tienen sus momentos y lugares adecua-
dos en nuestras vidas. Hemos tenido la oportuni-
dad de experimentar ambos tipos de relaciones, y
cada una de ellas ha enriquecido nuestra com-
prensión de lo que significa amar y ser amado.

En nuestro camino hacia la adultez, hemos te-


nido relaciones románticas que nos han enseñado
la importancia de la intimidad y la pasión en una
conexión amorosa. Estas experiencias nos han
mostrado cómo es amar a alguien de una manera
diferente, con una intensidad y un compromiso
únicos. Hemos aprendido que el amor de pareja
puede ser una fuerza poderosa que nos impulsa a
crecer y a convertirnos en mejores personas.

Sin embargo, también hemos descubierto que


el amor de amistad tiene su propio valor inmenso.
Es una relación que se basa en la confianza, la
lealtad y la diversión compartida. Sabemos que
siempre podemos contar el uno con el otro, sin
importar las circunstancias. Nuestra amistad nos
ha brindado apoyo incondicional y momentos de
alegría que solo se pueden encontrar en una rela-
ción de amistad profunda.

63
A medida que avanzamos en la vida, hemos
aprendido a equilibrar estas dos formas de amor.
Valoramos y respetamos tanto a nuestras parejas
románticas como a nuestra amistad. Entendemos
que cada tipo de relación tiene su lugar en nues-
tra vida y contribuye de manera única a nuestro
bienestar emocional.

En última instancia, hemos llegado a la conclu-


sión de que no es necesario elegir entre el amor
de pareja y el amor de amistad. Ambos son com-
ponentes esenciales de una vida plena y significa-
tiva. Apreciamos profundamente el amor que
compartimos en nuestra amistad y estamos agra-
decidos por la comprensión que hemos adquirido
sobre las diferentes formas de amor a lo largo de
nuestra vida.

A lo largo de los años, hemos aprendido que


el amor de pareja y el amor de amistad son dos
experiencias completamente diferentes, cada una
con su propio encanto y propósito en nuestras vi-
das. Estas son algunas de las diferencias que he-
mos descubierto:

Protección y Cuidado: En una relación román-


tica, el deseo de proteger y cuidar a tu pareja a
menudo es más intenso y puede incluir aspectos
como preocuparse por su bienestar físico y emo-

64
cional en un nivel más profundo. En una amistad,
también te importa la seguridad y el bienestar de
tu amigo, pero la naturaleza de esta preocupación
es diferente.
https://blancaetxazarreta.com/2021/05/18/
pilares-basicos-relacion-pareja/

Intimidad: La intimidad en una relación román-


tica suele ser más profunda y física. Hay una co-
nexión emocional y física más intensa en el amor
de pareja. En una amistad, la intimidad es princi-
palmente emocional y se basa en compartir pen-
samientos, sentimiento La s y experiencias.
https://terapygo.com/como-entender-y-
construir-intimidad-en-tu-relacion/#:~:text=La
%20intimidad%20es%20la%20cercan
%C3%ADa,una%20mezcla%20de%20los%20dos

Expectativas: En una relación romántica, a


menudo hay expectativas de compromiso a largo
plazo y un futuro juntos. En una amistad, las ex-
pectativas pueden ser diferentes y pueden cen-
trarse en disfrutar el tiempo juntos sin necesaria-
mente pensar en un compromiso futuro.
https://www.infobae.com/2014/10/24/1604024-
amigovio-una-tendencia-oficial-las-relaciones-
pareja/

65
Pasión: La pasión en una relación romántica
puede ser ardiente y apasionada, a menudo con
una fuerte atracción física. En una amistad, la pa-
sión está relacionada más con intereses comparti-
dos, actividades conjuntas y la emoción de pasar
tiempo juntos.
https://www.researchgate.net/publication/
256791293_Psicologia_del_amor

Comunicación: La comunicación en una rela-


ción romántica a menudo incluye expresiones de
amor y afecto romántico. En una amistad, la co-
municación puede ser más relajada y centrarse
en bromas, risas y consejos sinceros.
https://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?
script=sci_arttext&pid=S0034-
96902007000300014

Confianza: confianza es esencial tanto en el


amor de pareja como en la amistad, pero las diná-
micas de confianza pueden ser diferentes. En una
relación romántica, puede haber un nivel más alto
de vulnerabilidad emocional y confianza mutua.
En una amistad, la confianza se basa en la leal-
tad, la honestidad y la sinceridad.
https://www.psychologytoday.com/co/blog/los-
13-rasgos-esenciales-de-los-buenos-amigos?amp

66
Atracción: En una relación romántica, la atrac-
ción física juega un papel importante. En una
amistad, la atracción puede ser más sobre la per-
sonalidad, los intereses compartidos y la conexión
emocional.
https://www.google.com/amp/s/
www.psychologytoday.com/co/blog/el-papel-de-la-
familiaridad-en-la-atraccion%3famp

En nuestro caso, hemos tenido la suerte de


experimentar ambos tipos de amor en diferentes
momentos de nuestras vidas. Cada uno de ellos
ha enriquecido nuestra existencia de manera úni-
ca, y valoramos profundamente tanto nuestra
amistad como las relaciones románticas que he-
mos tenido. Aprendimos que no es necesario ele-
gir uno sobre el otro, ya que cada forma de amor
tiene su propio lugar y significado en nuestras vi-
das.

En última instancia, hemos descubierto que el


amor en todas sus formas, ya sea en una relación
romántica o en una amistad, es un regalo precio-
so que enriquece nuestras vidas y nos ayuda a
crecer y aprender a lo largo de nuestro viaje.
Capítulo 8
Sobre pensamientos

67
No sabes que es un sobre pensamiento ya te
explico:

“En el estudio psicológico, según la BBC, a


‘sobrepensar’ se le conoce como ‘pensamiento
rumiante ‘. A la manera de las vacas, que mas-
can la comida una y otra vez para poder digerirla,
los seres humanos necesitamos procesar muchas
veces mentalmente las situaciones desafiantes,
en un intento de encontrar una respuesta que nos
satisfaga”

Bueno está bien tal vez no entendamos esto,


te lo explico breve mente, este es un pensamiento
que les ocurre a personas seguras como insegu-
ras donde puede causar un pensamiento negativo
de una solución positiva, como es esto con mi
mejor amiga, con ella podemos estar bien y de un
momento le pueden decir alguna bobada en chis-
te pero ese chiste se convierte en un pensamiento
rotativo, cuando recocha con estos chistes tipo
del físico y autoestima.

El sobre pensamiento, o pensamiento rumian-


te, es algo que todos experimentamos en algún
momento de nuestras vidas. En mi relación con
mi mejor amiga, también hemos enfrentado situa-
ciones en las que nuestros pensamientos se vuel-
ven rumiantes. Esto a menudo ocurre después de

68
que alguien dice algo en tono de broma o hace un
comentario ligero que, aunque no tenía intención
de herir, puede dejarnos pensando en ello una y
otra vez.

En una ocasión, durante uno de nuestros mo-


mentos de recocha, mi mejor amiga hizo un co-
mentario sobre mi apariencia física que me hizo
sentir incómodo. En ese momento, ambos estába-
mos bromeando y riéndonos, pero después de
que nos separamos, ese comentario se quedó en
mi mente y comenzó a dar vueltas una y otra vez.

Empecé a cuestionar mi propia autoestima y a


preguntarme si realmente me veía de la manera
en que ella lo describió en ese chiste. Los pensa-
mientos rumiantes comenzaron a afectar mi con-
fianza en mí mismo, y me sentí inseguro respecto
a mi apariencia física, a pesar de que sabía que
ella no tenía la intención de herir mis sentimien-
tos.

Cuando finalmente hablé con ella al respecto,


me di cuenta de que ella no tenía idea de cómo
ese comentario había afectado mis pensamientos.
Ella se disculpó sinceramente y me explicó que
nunca tuvo la intención de herirme, que simple-
mente estaba siendo juguetona y no pensó en el
impacto que podría tener en mí.

69
Este episodio nos enseñó la importancia de la
comunicación abierta y honesta en nuestra amis-
tad. Aprendimos que, a pesar de nuestros mejo-
res esfuerzos por ser comprensivos y cuidadosos
con los sentimientos del otro, a veces los malen-
tendidos pueden ocurrir. Sin embargo, también
aprendimos que hablar abierta y sinceramente so-
bre estos malentendidos es la clave para resolver-
los y fortalecer nuestra amistad.

Después de ese episodio de pensamientos ru-


miantes, mi mejor amiga y yo tomamos medidas
para evitar que situaciones similares afecten
nuestra amistad en el futuro. Aprendimos a comu-
nicarnos de manera más abierta y honesta, expre-
sando cómo nos sentimos en el momento y acla-
rando cualquier malentendido de inmediato.

También llegamos a comprender que en una


amistad tan cercana como la nuestra, es natural
que surjan momentos incómodos o comentarios
inofensivos que pueden ser malinterpretados.
Aprender a reírnos de nosotros mismos y de
nuestras peculiaridades nos ayudó a superar esos
momentos y a recordar por qué valoramos tanto
nuestra amistad.

70
En lugar de permitir que los pensamientos ru-
miantes se adueñen de nuestras mentes, aprendi-
mos a desafiarlos y a darles un enfoque más posi-
tivo. A veces, simplemente recordamos que, aun-
que puedan surgir desacuerdos o malentendidos,
nuestra amistad está basada en una conexión só-
lida y un profundo aprecio el uno por el otro.

Este capítulo en nuestra amistad nos enseñó


la importancia de la autorreflexión y la autorregu-
lación emocional. Aprendimos a reconocer cuán-
do nuestros pensamientos se volvían rumiantes y
a tomar medidas para detener ese ciclo negativo.
Juntos, fortalecimos nuestra capacidad de comu-
nicación y nuestra empatía, lo que nos permitió
superar cualquier obstáculo que se interpusiera
en nuestro camino.

A medida que continuamos creciendo y en-


frentando los desafíos de la vida juntos, estamos
seguros de que esta lección sobre el sobre pen-
samiento nos servirá en el futuro. Nuestra amistad
sigue siendo fuerte y sólida, y siempre estamos
dispuestos a aprender y crecer juntos a medida
que avanzamos en esta increíble aventura llama-
da amistad.

Como mencioné antes, nuestros sobre pensa-


mientos a veces amenazaban con poner en peli-

71
gro nuestra amistad, pero aprendimos a enfrentar-
los juntos. Cada vez que uno de nosotros caía en
un ciclo de pensamientos negativos, el otro esta-
ba allí para recordarnos la realidad de nuestra
amistad y el amor genuino que compartíamos.

Con el tiempo, también desarrollamos estrate-


gias para lidiar con estos momentos de sobre
pensamientos. Aprendimos a hablar abierta y ho-
nestamente sobre lo que sentíamos y aclarar
cualquier malentendido de inmediato. Esto nos
ayudó a evitar que los problemas se acumularan y
se convirtieran en obstáculos insuperables en
nuestra amistad.

Además, buscamos el apoyo de libros y recur-


sos sobre manejo del estrés y la ansiedad, ya que
estos sobre pensamientos a veces estaban rela-
cionados con nuestras propias inseguridades y
preocupaciones personales. A través de la lectura
y la reflexión, pudimos comprender mejor nues-
tras emociones y aprender a controlar nuestros
pensamientos rumiantes.

A medida que pasaron los años, nuestros so-


bre pensamientos se volvieron menos frecuentes
y menos intensos. Aprendimos a valorar aún más
nuestra amistad y a no darla por sentada. Cada
día juntos se convirtió en una oportunidad para

72
fortalecer nuestros lazos y celebrar la relación úni-
ca que teníamos.

Nuestra amistad se convirtió en un faro de


apoyo mutuo y amor incondicional. Nos apoya-
mos en los momentos difíciles, celebramos juntos
los triunfos y compartimos risas y alegrías en los
momentos felices. Nada ni nadie podía poner en
peligro la conexión especial que teníamos.

A medida que avanzamos en la vida, enfrenta-


mos nuevos desafíos y aventuras juntos. Nuestra
amistad continuó creciendo y evolucionando, y
estoy agradecido por tener a alguien tan especial
como mi mejor amiga a mi lado. A pesar de los
momentos difíciles, nuestra amistad se fortaleció
y se convirtió en un vínculo indestructible que per-
dura hasta el día de hoy.

A medida que avanzamos en la vida, nuestra


amistad se volvió aún más profunda y significati-
va. Los sobre pensamientos que una vez amena-
zaron con separarnos se volvieron menos fre-
cuentes y menos intensos. Aprendimos a mane-
jarlos de manera efectiva y a darles menos poder
sobre nuestras emociones y nuestra relación.

Una de las claves para superar los sobre pen-


samientos fue la comunicación abierta y honesta.

73
Siempre que surgía un pensamiento negativo o
una preocupación, estábamos dispuestos a ha-
blarlo y aclararlo. Esto nos ayudó a evitar malen-
tendidos y a resolver cualquier conflicto de mane-
ra constructiva.

Además, buscamos el apoyo de recursos adi-


cionales para comprender mejor nuestros pensa-
mientos y emociones. Leímos libros sobre manejo
del estrés y la ansiedad, y aprendimos técnicas
de relajación y meditación que nos ayudaron a
calmar nuestras mentes inquietas.

Con el tiempo, nuestra amistad se fortaleció


aún más. Nos convertimos en un apoyo incondi-
cional el uno para el otro, celebrando juntos los
éxitos y apoyándonos en los momentos difíciles.
Compartimos risas, secretos y sueños, y cada día
juntos se convirtió en un regalo precioso.

Nada ni nadie podía poner en peligro la cone-


xión especial que teníamos. Nuestra amistad era
un refugio seguro en un mundo a menudo caótico.
A través de los altibajos, los sobre pensamientos
y los momentos de duda, nuestra amistad floreció
y se convirtió en un vínculo indestructible.

A medida que seguimos avanzando en la vida,


enfrentando nuevos desafíos y aventuras, lo ha-

74
cemos juntos. Nuestra amistad continúa crecien-
do y evolucionando, y estoy agradecido por tener
a alguien tan especial como mi mejor amiga a mi
lado. A pesar de los obstáculos que enfrentamos,
nuestra amistad perdura y sigue siendo una fuen-
te de alegría y apoyo mutuo.

Capitulo 9

75
Un Amor en la Vida de Mi Mejor Amiga

La vida de mi mejor amiga dio un giro inespe-


rado cuando apareció el amor en su vida. Fue un
momento que cambió no solo su mundo, sino
también nuestra amistad. Aquí está la historia de
cómo todo sucedió.

Era un día soleado de primavera cuando mi


mejor amiga me llamó con emoción en su voz.
Sabía que algo grande estaba a punto de suce-
der. Me contó que había conocido a alguien espe-
cial en una reunión de amigos, y que esa persona
la tenía completamente cautivada.

La primera vez que los vi juntas, supe que ha-


bía algo diferente en la manera en que mi mejor
amiga miraba a esta persona. Sus ojos brillaban
de una manera que nunca antes había visto. Era
evidente que estaba profundamente enamorada.

A medida que su relación se desarrollaba, co-


mencé a notar algunos cambios en nuestro tiem-
po juntas. Ya no pasábamos tantas horas juntas
como solíamos hacerlo. Sus mensajes de texto
eran menos frecuentes, y a veces me cancelaba
para pasar tiempo con su nueva pareja. Al princi-
pio, me sentí un poco celosa y preocupada de
que nuestra amistad se distanciara.

76
Sin embargo, pronto me di cuenta de que esto
era parte natural de la vida. Mi mejor amiga esta-
ba experimentando una nueva etapa emocionan-
te, y era importante para ella dedicar tiempo y
energía a su relación. En lugar de sentirme exclui-
da, decidí apoyarla en esta nueva aventura.

A medida que conocí mejor a su pareja, des-


cubrí que era una persona increíble. Era amable,
divertida y compartía muchos de los intereses de
mi mejor amiga. A pesar de mis preocupaciones
iniciales, me alegré de verla tan feliz y enriquecida
por esta nueva relación.

Nuestra dinámica de amistad había cambiado,


pero nuestra conexión seguía siendo fuerte. Nos
aseguramos de programar tiempo juntas, incluso
si era menos frecuente que antes. A veces, las
tres salíamos juntas y disfrutábamos de momen-
tos divertidos y significativos.

Mi mejor amiga aprendió a equilibrar su tiempo


entre su relación y nuestra amistad. Si bien su pa-
reja se convirtió en una parte importante de su
vida, nunca dejó de ser mi mejor amiga. Nuestra
complicidad, confianza y amor fraternal seguían
intactos.

77
Este capítulo de nuestras vidas nos enseñó
una valiosa lección sobre el crecimiento y la adap-
tación en la amistad. A medida que las personas
que amamos encuentran el amor en sus vidas, es
importante apoyarlas y celebrar su felicidad. La
amistad puede evolucionar y cambiar, pero cuan-
do está basada en el amor y la comprensión,
siempre perdurará.

La llegada de ese amor en la vida de mi mejor


amiga no debilitó nuestra amistad; más bien, la
enriqueció y fortaleció. Juntas, enfrentamos esta
nueva etapa de la vida con corazones abiertos y
una amistad que seguía creciendo con cada de-
safío y alegría que compartíamos.
A medida que mi mejor amiga y su pareja con-
tinuaron fortaleciendo su relación, me di cuenta
de que estaba presenciando algo hermoso. Su
amor era genuino y significativo, y me hizo refle-
xionar sobre la importancia del amor en todas sus
formas en nuestras vidas.

Fue durante esta época que empecé a com-


prender mejor lo que significaba amar a alguien
más allá de la amistad. Ver a mi mejor amiga ena-
morada me hizo apreciar la profundidad y la com-
plejidad de las relaciones románticas. A través de
sus experiencias, aprendí lecciones valiosas so-

78
bre el amor y las relaciones que me serían útiles
en el futuro.

La relación de mi mejor amiga también tuvo un


impacto en nuestra amistad de una manera ines-
perada. A medida que ella se embarcaba en nue-
vas aventuras con su pareja, sentí la necesidad
de explorar más mi propio mundo y buscar nue-
vas amistades también. Descubrí que tenía intere-
ses y pasiones que quería seguir y compartir con
otros.

A pesar de estos cambios, nuestra amistad se-


guía siendo sólida. Siempre encontrábamos tiem-
po para apoyarnos mutuamente en nuestros pro-
yectos y metas individuales. Aprendimos que el
crecimiento personal y las relaciones románticas
no tenían que competir entre sí, sino que podían
coexistir de manera armoniosa.

Con el tiempo, incluso me convertí en amiga


de la pareja de mi mejor amiga. Nuestra amistad
a tres bandas nos permitió compartir momentos
memorables y disfrutar de la compañía del otro.
Descubrimos que teníamos más en común de lo
que pensábamos y que podíamos apoyarnos mu-
tuamente en diferentes aspectos de la vida.

79
Mi mejor amiga y su pareja siguieron crecien-
do juntos, enfrentando desafíos y celebrando vic-
torias. Era evidente que estaban construyendo un
futuro juntos, y yo estaba emocionada de ser par-
te de sus vidas de una manera tan especial.

Este capítulo de nuestra amistad me enseñó


que el amor puede tomar muchas formas y que
todas son importantes. A medida que mi mejor
amiga encontró el amor en su vida, lo celebré con
todo mi corazón. Su felicidad era la mía, y nuestra
amistad continuó evolucionando y fortaleciéndose
a medida que enfrentábamos juntas las alegrías y
desafíos que la vida nos presentaba.

La historia de mi mejor amiga y su amor fue


una lección sobre cómo el amor puede enriquecer
nuestras vidas y fortalecer nuestras relaciones.
Como su mejor amigo, mi papel era apoyarla y
estar allí para ella en todas las etapas de su vida,
y eso era exactamente lo que planeaba hacer, sin
importar lo que el futuro nos deparara.

Aunque al principio la relación de mi mejor


amiga con su pareja parecía perfecta, con el tiem-
po surgieron desafíos que pusieron a prueba su
amor y su compromiso mutuo. Estos problemas
no pasaron desapercibidos para mí, ya que mi

80
amistad con ella me permitía estar al tanto de lo
que estaba sucediendo en su vida amorosa.

Uno de los problemas más grandes que en-


frentaron fue la falta de comunicación. Aunque al
principio compartían todo y hablaban abierta y ho-
nestamente, con el tiempo comenzaron a retener
sus sentimientos y pensamientos por miedo a las-
timarse el uno al otro. Esto creó un abismo entre
ellos, y a menudo se sentían distantes y desco-
nectados.

Los celos también se convirtieron en un tema


recurrente en su relación. A medida que ambos
tenían compromisos y responsabilidades fuera de
su relación, los celos comenzaron a surgir. La in-
seguridad se apoderó de ambos en diferentes
momentos, lo que llevó a malentendidos y discu-
siones frecuentes.

Otro problema significativo fue la falta de tiem-


po juntos. Con sus agendas ocupadas y respon-
sabilidades crecientes, comenzaron a pasar me-
nos tiempo de calidad juntos. Esto los hizo sentir
que estaban perdiendo la intimidad y la conexión
que una vez compartieron.

Como su mejor amigo, me preocupaba profun-


damente por su felicidad y bienestar, por lo que

81
siempre estuve ahí para escucharla cuando nece-
sitaba desahogarse.

CAPITULO 10

82
Preocupaciones y el Fortalecimiento de la
Amistad

Mi mejor amiga había entrado en una nueva


relación, y aunque al principio todo parecía ir bien,
no podía evitar preocuparme. Había vivido de cer-
ca su anterior relación, que había tenido sus pro-
pios problemas y desafíos. Esa relación había
sido una parte fundamental de nuestra amistad y
había dejado una marca profunda en ambos.

Nuestra amistad se había fortalecido en gran


medida durante los momentos difíciles que com-
partimos mientras ella lidiaba con los problemas
en su relación anterior. Pasamos horas hablando,
reflexionando y dándonos apoyo mutuo. Fue un
período en el que aprendimos a confiar el uno en
el otro de una manera más profunda.

Cuando veía que mi mejor amiga estaba nue-


vamente en una relación con sus altibajos, no po-
día evitar preocuparme de que pasara por situa-
ciones similares. La historia parecía repetirse, y
aunque ella había aprendido mucho de su expe-
riencia anterior, sabía que los problemas en una
relación podían ser difíciles de superar.

Nuestra amistad había sido un refugio durante


esos momentos turbulentos en su relación ante-

83
rior. Ambos compartíamos nuestras preocupacio-
nes, miedos y esperanzas. Recordábamos cómo,
juntos, habíamos encontrado la fuerza para supe-
rar esos desafíos.

Me encontré reflexionando sobre cómo había-


mos crecido como amigos a lo largo de los años.
Habíamos aprendido a apoyarnos mutuamente en
los momentos difíciles, y nuestra amistad se ha-
bía vuelto más sólida a medida que enfrentába-
mos obstáculos juntos. Sabía que, independiente-
mente de lo que enfrentara en su relación actual,
estaría allí para ella, como ella lo había estado
para mí en el pasado.

Hablando con sinceridad, compartimos nues-


tras preocupaciones sobre su nueva relación. Ha-
bía aprendido a ser honesto con ella y a expresar
mis inquietudes de una manera que sabía que se-
ría comprensiva. Juntos, exploramos formas de
mejorar la comunicación en su relación y cómo
abordar los problemas de una manera más salu-
dable.

A medida que enfrentaba el eco del pasado,


me di cuenta de cuánto significaba nuestra amis-
tad. Habíamos crecido juntos, habíamos superado
obstáculos y habíamos aprendido a ser pilares de
apoyo el uno para el otro. A pesar de las preocu-

84
paciones, tenía la certeza de que nuestra amistad
seguía siendo fuerte y que estábamos listos para
enfrentar cualquier desafío que se nos presentara
en el futuro.

La relación de mi mejor amiga finalmente llegó


a su fin. A pesar de los esfuerzos y las mejoras
que habían implementado juntos, descubrieron
que sus diferencias eran demasiado profundas
para superarlas. Fue una decisión difícil para am-
bos, pero llegaron a la conclusión de que ser ami-
gos era lo mejor para ambos en este punto de sus
vidas.

Mi mejor amiga estaba pasando por un mo-


mento complicado y necesitaba apoyo. Estuve allí
para ella, como lo había estado durante toda
nuestra amistad. Hablamos, lloramos y reflexiona-
mos juntos sobre lo que había sucedido. Fue un
período difícil para ella, pero a medida que el
tiempo pasaba, comenzó a sanar y a encontrar su
propio camino.

Nuestra amistad, que se había fortalecido a lo


largo de los años, se convirtió en un refugio segu-
ro para ambos. Pasamos horas compartiendo his-
torias, risas y experiencias nuevas. Sabíamos
que, sin importar las relaciones que vinieran y se

85
fueran en nuestras vidas, nuestra amistad segui-
ría siendo constante.

La historia de nuestra amistad se había con-


vertido en una montaña rusa emocional, pero era
una montaña rusa que estábamos dispuestos a
montar juntos. Habíamos aprendido que, a través
de las alegrías y los desafíos, nuestra amistad era
una fuente constante de amor y apoyo. Era una
lección de vida que siempre llevaríamos con no-
sotros mientras avanzábamos en nuestros cami-
nos individuales.

La historia de nuestra amistad continuó desa-


rrollándose con el tiempo. Después de que la rela-
ción de mi mejor amiga llegó a su fin, ambos deci-
dimos concentrarnos en fortalecer aún más nues-
tro lazo de amistad. Nos dimos cuenta de que, in-
dependientemente de lo que la vida nos presenta-
ra, teníamos un apoyo inquebrantable en el otro.

Pasamos más tiempo juntos, explorando nue-


vos lugares y compartiendo nuestras metas y sue-
ños. Comenzamos a hacer planes para viajar a
los lugares que siempre habíamos soñado visitar.
Nuestra amistad se convirtió en una fuente cons-
tante de alegría y aventura.

86
Además de nuestras aventuras juntos, tam-
bién compartimos nuestros desafíos. Ambos está-
bamos en momentos de transición en nuestras vi-
das, tomando decisiones importantes sobre nues-
tra educación y carrera. Apoyarnos mutuamente
en estos momentos cruciales nos hizo más fuer-
tes como individuos y fortaleció nuestra amistad.

Con el tiempo, nuestra relación se convirtió en


una parte esencial de nuestras vidas. Celebramos
nuestros éxitos juntos y nos apoyamos en los mo-
mentos difíciles. A medida que avanzábamos en
nuestros caminos individuales, sabíamos que te-
níamos un amigo de confianza a nuestro lado.

Esta historia de amistad continúa siendo una


montaña rusa emocional, pero cada subida y ba-
jada solo ha fortalecido nuestro lazo. Nuestra
amistad es una lección de vida que valoramos
profundamente, y sabemos que seguirá siendo
una parte fundamental de nuestro viaje mientras
exploramos lo que el futuro nos depara.

A medida que nuestra amistad continuaba flo-


reciendo, descubrimos que siempre había cosas
nuevas que aprender el uno del otro. A pesar de
habernos conocido durante tantos años, cada día
nos sorprendíamos con aspectos diferentes de
nuestras personalidades y experiencias de vida.

87
Mi mejor amiga tenía una habilidad excepcio-
nal para ver el lado positivo de las cosas. Su opti-
mismo y actitud perseverante me enseñaron a en-
frentar los desafíos con una mentalidad más posi-
tiva. A menudo, me recordaba que, incluso en las
situaciones más difíciles, siempre hay una oportu-
nidad para el crecimiento y la superación.

Por otro lado, compartía con ella mi pasión por


la organización y la planificación meticulosa. A
través de mí, aprendió la importancia de estable-
cer metas claras y trabajar de manera constante
para alcanzarlas. Nuestra colaboración en proyec-
tos y metas compartidas nos permitió combinar
nuestras habilidades y conocimientos de maneras
que beneficiaron a ambos.

Nuestra amistad se convirtió en un intercambio


constante de ideas y perspectivas. Pasábamos
horas debatiendo sobre temas que nos apasiona-
ban, desde política y filosofía hasta sueños y me-
tas personales. Siempre respetábamos las dife-
rencias de opinión y estábamos dispuestos a con-
siderar nuevas perspectivas.

A medida que crecíamos juntos como amigos,


nuestra conexión se volvía más profunda y signifi-
cativa. Cada día reafirmaba la importancia de te-

88
ner a alguien en quien confiar plenamente, al-
guien con quien compartir nuestras alegrías y
preocupaciones, y alguien con quien aprender y
crecer.

Nuestra amistad era un recordatorio constante


de que la vida está llena de sorpresas y oportuni-
dades para crecer. A medida que continuábamos
enfrentando desafíos y celebrando éxitos juntos,
sabíamos que nuestra historia de amistad estaba
lejos de haber llegado a su fin.

CAPITULO 11

89
Vínculos Inquebrantables: La Historia de
Nuestra Amistad

A lo largo de los años, la historia de nuestra


amistad había sido un viaje emocional repleto de
altibajos, lecciones de vida y un amor profundo y
duradero. Nuestra amistad había sobrevivido a
todo tipo de desafíos, desde relaciones fallidas
hasta sobre pensamientos y cambios en nuestras
vidas.

A lo largo de los años, mi mejor amiga y yo he-


mos compartido un viaje extraordinario lleno de ri-
sas, lágrimas, desafíos y alegrías. Nuestra amis-
tad es un tesoro que atesoro profundamente, y al
mirar hacia atrás en todos los momentos que he-
mos pasado juntos, reflexiono sobre algunas lec-
ciones valiosas que esta amistad me ha enseña-
do.

Primero, he aprendido que la amistad genuina


es una fuente inagotable de apoyo. En los mo-
mentos difíciles, mi mejor amiga ha sido mi roca,
y yo he sido la suya. Hemos compartido nuestras
preocupaciones y alegrías, y siempre hemos esta-
do ahí el uno para el otro. Esta experiencia me ha
recordado la importancia de cultivar relaciones só-
lidas basadas en la confianza y la empatía.

90
También he aprendido que el tiempo juntos es
un regalo precioso. Cada momento que comparti-
mos, ya sea riendo a carcajadas o simplemente
disfrutando de la compañía del otro en silencio, es
invaluable. La vida puede ser agitada y ajetreada,
pero nuestra amistad nos ha enseñado a tomar el
tiempo para conectarnos y disfrutar de la presen-
cia del otro.

Nuestra amistad también me ha mostrado la


belleza de la diversidad. A pesar de nuestras dife-
rencias, hemos celebrado y respetado nuestros
gustos, opiniones y pasiones individuales. Esta di-
versidad enriquece nuestra amistad y nos ha per-
mitido aprender el uno del otro y crecer como per-
sonas.

A través de las alegrías y los desafíos, he


comprendido que las relaciones auténticas requie-
ren esfuerzo y compromiso. Hemos enfrentado
obstáculos y superado momentos difíciles, pero
siempre hemos salido más fuertes y unidos. Esta
amistad me ha mostrado que cuando dos perso-
nas están dispuestas a trabajar juntas, pueden
superar cualquier adversidad.

Finalmente, mi amistad con ella me ha ense-


ñado a ser agradecido. Agradecido por tener a al-

91
guien en mi vida que siempre está ahí, agradeci-
do por las lecciones que hemos aprendido juntos
y agradecido por las risas y los recuerdos que
compartimos

Habíamos aprendido que la amistad verdadera


era un tesoro invaluable. Era un refugio seguro en
los momentos difíciles y una fuente constante de
alegría en los momentos felices. Nuestra amistad
se había convertido en una parte fundamental de
quienes éramos, y no podíamos imaginar la vida
sin la presencia constante del otro.

A medida que avanzábamos en nuestros ca-


minos individuales, enfrentando nuevas aventuras
y desafíos, sabíamos que siempre teníamos un
amigo de confianza a nuestro lado. Celebramos
nuestros éxitos juntos y nos apoyamos mutua-
mente en los momentos difíciles. Nuestra amistad
era una roca sólida en la que siempre podíamos
apoyarnos.

Nuestra historia de amistad nos había enseña-


do valiosas lecciones sobre el amor, la comunica-
ción, la confianza y la resiliencia. Habíamos
aprendido a enfrentar los problemas juntos y a ce-
lebrar nuestras diferencias. Cada día juntos era
una oportunidad para crecer y aprender el uno del
otro.

92
A medida que escribía el capítulo final de
nuestra historia de amistad, me sentí agradecido
por cada momento que habíamos compartido.
Nuestra amistad era un regalo precioso que valo-
raría para siempre. Sabía que, sin importar lo que
el futuro nos deparara, nuestra amistad perduraría
y seguiría siendo una fuente de amor y apoyo mu-
tuo.

Nuestra historia de amistad había llegado a su


última página, pero sabíamos que el libro de
nuestras vidas seguía escribiéndose. A medida
que avanzábamos en nuestros propios caminos,
lo hacíamos con la seguridad de que teníamos un
amigo para toda la vida en el otro. Nuestra amis-
tad era un vínculo indestructible que perduraría a
través de los años y las distancias.

Con el corazón lleno de gratitud y amor, cerré


el capítulo final de nuestra historia de amistad.
Sabía que, sin importar a dónde nos llevara la
vida, siempre tendríamos un lugar especial en el
corazón del otro. Nuestra amistad era un tesoro
que atesoraría para siempre, una lección de vida
que llevaría conmigo mientras avanzaba en el si-
guiente capítulo de mi propia historia.

FIN…

93
Epílogo

94
Después de haber compartido tantos momen-
tos inolvidables y lecciones valiosas a lo largo de
los años, la historia de nuestra amistad sigue
siendo un legado que llevamos en lo más profun-
do de nuestros corazones. Aunque los días de ri-
sas incontrolables y conversaciones profundas
eran parte del pasado, nuestra amistad perduraba
con la misma fuerza y profundidad.

A medida que avanzamos en la vida, cada uno


de nosotros enfrentó nuevos desafíos y aventu-
ras. Continuamos creciendo como individuos, apli-
cando las lecciones que aprendimos juntos en
nuestra amistad. Aunque nuestras vidas tomaron
rumbos diferentes, siempre encontrábamos tiem-
po para conectarnos y apoyarnos mutuamente, in-
cluso si era a través de llamadas telefónicas,
mensajes de texto o visitas esporádicas.

Nuestra amistad seguía siendo un faro de apo-


yo y amor incondicional en medio de la vorágine
de la vida. Celebramos los logros de cada uno,
brindamos apoyo en momentos difíciles y nos re-
cordamos mutuamente que teníamos un amigo
para toda la vida en el otro. La confianza y la
complicidad que habíamos desarrollado a lo largo
de los años seguían siendo inquebrantables.

95
La historia de nuestra amistad era un testimo-
nio de la belleza y la importancia de las relaciones
verdaderas. A lo largo de los años, habíamos
aprendido que la amistad genuina es un tesoro in-
valuable que puede resistir cualquier desafío. Ha-
bíamos vivido momentos inolvidables y comparti-
do lecciones de vida que nos habían hecho crecer
y evolucionar como personas.

A pesar de los años que habían pasado desde


que comenzó nuestra amistad, cada encuentro
era como si el tiempo no hubiera transcurrido.
Reíamos como siempre, compartíamos nuestras
historias y reflexionábamos sobre el viaje que ha-
bíamos emprendido juntos. Nuestra amistad era
un vínculo eterno que continuaba enriqueciendo
nuestras vidas.

Mientras cerramos este libro, sabemos que la


historia de nuestra amistad es un recordatorio
constante de la belleza de las conexiones huma-
nas. A través de las alegrías y los desafíos, ha-
bíamos aprendido a apoyarnos mutuamente, a
celebrar nuestras diferencias y a valorar cada mo-
mento que compartíamos. Nuestra amistad era
una lección de vida que nos llevamos con gratitud
y amor mientras avanzamos en nuestros caminos
individuales.

96
Nuestra historia de amistad había llegado a su
último capítulo, pero el libro de nuestras vidas
continuaba, con nuevas páginas por escribir y
nuevas aventuras por vivir. Aunque no sabíamos
qué depara el futuro, teníamos la certeza de que
nuestra amistad perduraría y seguiría siendo un
faro de amor y apoyo mientras avanzábamos ha-
cia lo desconocido.

FIN...

Gracias por permitirme ser parte de esta histo-


ria. Que tu amistad siga siendo una fuente de ale-
gría y apoyo en tu vida.

CAPITULO APARTE
El Susurro de las Estrellas

97
El sol comenzaba su lento descenso en el ho-
rizonte, tiñendo el cielo de tonos cálidos y dora-
dos. Era uno de esos atardeceres que te hacían
sentir pequeño ante la majestuosidad del univer-
so. Para mí, estos momentos mágicos siempre
habían sido una fuente de inspiración, y aquel día
no fue la excepción.

Me encontraba en el rincón tranquilo de mi bi-


blioteca personal, rodeado de estantes de libros
que parecían susurrar historias por contar. Con un
cuaderno y un bolígrafo en mano, me dispuse a
escribir lo que había estado rondando mi mente
durante días.

La historia que quería contar no era como las


que ya había escrito. Esta vez, quería explorar un
mundo de ciencia ficción, lleno de planetas leja-
nos, tecnología avanzada y misterios cósmicos.
Me inspiraba la idea de que, en algún lugar del
vasto universo, había civilizaciones desconocidas,
cada una con su propia historia y secretos.

Mi personaje principal, Astrid, era una explora-


dora espacial valiente y curiosa que anhelaba
descubrir la verdad detrás de las luces parpa-
deantes en el cielo nocturno. Desde niña, había
sentido una conexión especial con las estrellas y
una obsesión por la astronomía. Ahora, en su

98
nave espacial personal, navegaba por el espacio
profundo en busca de respuestas.

A medida que escribía, me sumergía en el


mundo que estaba creando. Describía planetas
distantes con paisajes alienígenas y civilizaciones
futuristas con sus propias reglas y tecnologías.
Astrid se enfrentaba a desafíos emocionantes y
peligrosos en su búsqueda de la verdad, y cada
giro de la trama me emocionaba tanto como a
ella.

Conforme avanzaba en la escritura, me di


cuenta de que este libro no solo sería una historia
de ciencia ficción, sino también una exploración
de la curiosidad humana y la búsqueda de signifi-
cado en un universo vasto e incomprehensible.
Astrid, al igual que todos nosotros, buscaba res-
puestas a las preguntas más profundas sobre
quiénes somos y por qué estamos aquí.

Cuando finalmente terminé el capítulo, me


sentí satisfecho y emocionado por lo que estaba
creando. Sabía que aún quedaba un largo camino
por recorrer en la escritura de mi libro, pero tam-
bién sabía que este capítulo, "El Susurro de las
Estrellas", era el comienzo de un viaje literario
que me llevaría a lugares inimaginables.

99
Cerré el cuaderno con una sonrisa en el rostro
y miré por la ventana. Las estrellas comenzaban a
aparecer en el cielo nocturno, y sentí una profun-
da conexión con el universo que había creado.
Sabía que, mientras siguiera escribiendo, seguiría
explorando las maravillas del espacio y las histo-
rias que yacían en las estrellas.

A medida que continuaba escribiendo, mi per-


sonaje, Astrid, se aventuraba aún más en el espa-
cio desconocido. Cada nuevo mundo que explora-
ba revelaba secretos fascinantes y desafíos ines-
perados. Sus compañeros de viaje eran una mez-
cla diversa de seres de diferentes planetas, cada
uno con su propia historia y motivación para unir-
se a esta odisea intergaláctica.

La historia avanzaba con giros y vueltas emo-


cionantes, y Astrid se encontraba cara a cara con
dilemas morales, descubrimientos científicos re-
volucionarios y la posibilidad de que el universo
mismo estuviera tratando de comunicarse con ella
a través de señales misteriosas. Cada página que
escribía me acercaba más a la culminación de
esta epopeya cósmica.

Finalmente, después de una serie de eventos


extraordinarios, Astrid llegó a un punto crucial en
su viaje. Estaba frente a una antigua reliquia alie-

100
nígena que parecía contener la clave para com-
prender el propósito de la existencia en el univer-
so. Pero desbloquear su misterio no sería fácil, y
Astrid tendría que enfrentarse a sus propios temo-
res y limitaciones.

Con el corazón latiendo con fuerza, Astrid se


sumergió en el estudio de la reliquia. Sus dedos
temblaban mientras descifraba antiguos jeroglífi-
cos y activaba un mecanismo desconocido. En
ese momento, una brillante explosión de luz llenó
la habitación y Astrid sintió una profunda conexión
con la vastedad del cosmos.

El capítulo culminaba con Astrid contemplando


el universo desde un nuevo punto de vista, con
una comprensión renovada de su lugar en él.
Aunque no tenía todas las respuestas, sabía que
su búsqueda había valido la pena. La curiosidad
humana y la valentía habían llevado a esta explo-
radora espacial a descubrir una verdad universal
que trascendía el tiempo y el espacio.

Cerré el cuaderno con satisfacción, pero tam-


bién con la emoción de lo que vendría después.
Este capítulo, "El Susurro de las Estrellas", había
llevado a mi personaje y a mí a través de un viaje
increíble, y sabía que habría más aventuras y
descubrimientos en el horizonte.

101
Mientras contemplaba las estrellas a través de
la ventana, me di cuenta de que la escritura era
mi propia forma de explorar el universo y buscar
respuestas a las preguntas más profundas de la
existencia. Al igual que Astrid, estaba en un viaje
literario que me llevaba a lugares inexplorados y
me permitía tocar las estrellas con palabras.

Este capítulo había sido un recordatorio de


que, en la escritura, no había límites para la ima-
ginación y la exploración. Cada palabra escrita
era un paso más hacia lo desconocido, y estaba
ansioso por ver a dónde me llevaría mi próxima
historia.

102
Sobre el autor

Soy David Alejandro Jiménez Trujillo tengo 17


años nací el 12 de febrero de 2006 siempre vivió con
mi mamá ella sido la que se ha encargado de mí todo el
tiempo gracias a él ya puedo decir que he conocido mu-
chas partes he tenido las mejores experiencias en viajes
en comodidad y pues una de las cosas que más me apa-
siona jugar fútbol y estar con mi familia

103
Agradecimientos

Agradesco a todos los que me apoyaron y colabora-


ron en algunos momentos dando algunos aportes para
mi libro, agradesco tambien que me dieron co

105

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