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LA ONTOLOGÍA JURÍDICA

COMO FILOSOFÍA DEL DERECHO


PRESENTADO POR YOSELYN CHERIGO
UNIVERSIDAD METROPOLITANA
DE EDUCACIÓN, CIENCIA Y TECNOLIGÍA

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ENSAYO
LA ONTOLOGÍA JURÍDICA
COMO FILOSOFÍA DEL DERECHO

ASIGNATURA

FILOSOFÍA DEL DERECHO

NOMBRE

YOSELYN CHERIGO

DOCENTE

LA ONTOLOGIA JURIDICA COMO FILOSOFIA DEL DERECHO


LICENCIADO EDGAR ORTEGA

La ontología es una rama de la filosofía que se enfoca en el estudio del ser y la


existencia. Desde una visión direccionada al derecho, la ontología se enfoca en el
estudio del ser y la existencia de los derechos y las leyes. Es decir, se busca
comprender la naturaleza y esencia de los derechos y las leyes, así como su
relación con el ser humano y su existencia en el mundo. La
ontología del derecho se enfoca en analizar los fundamentos
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ontológicos del derecho, es decir, las ideas y conceptos que sustentan la existencia
y validez del derecho.

La ontología del derecho, más allá de ver la razón de ser de las leyes y el derecho
como tal, se enfoca en analizar los fundamentos ontológicos de este, es decir, las
ideas y conceptos que sustentan la existencia y validez del derecho. Cabe
mencionar que, la ontología también se estudia en otras áreas, como la psicología y
la ecología, entre otras.

También es necesario entender que la ontología es una disciplina filosófica muy


amplia, la cual se enfoca en el estudio del ser y la existencia en un sentido más
compuesto que incluye a su vez muchos campos del pensamiento y materias
completas dentro del área de la filosofía.

Pero ahora bien, el derecho se refiere a las normas, reglas y principios que regulan
la conducta de las personas en la sociedad. Puede ser creado por sistemas legales,
gobiernos o acuerdos sociales y eso es lo que comúnmente conocemos por
“derecho”, pero la pregunta ontológica es: ¿qué es el derecho en sí mismo? ¿Tiene
una existencia independiente o es simplemente un producto de la mente humana?

Dentro del ámbito jurídico, la Filosofía del Derecho se convierte en un fundamento


esencial para la dicha praxis, brindando herramientas intelectuales, éticas y
analíticas que influyen en la toma de decisiones y la interacción con la ley y la
sociedad.

A demás, el estudio de la Ontología Jurídica o Filosofía del Derecho nos muestra


cómo las teorías jurídicas han evolucionado a lo largo del tiempo y en diferentes
contextos culturales. Esta perspectiva histórica y cultural nos permite comprender la
naturaleza cambiante del derecho y su relación con la sociedad.
Una característica importante de la antología jurídica es que, como Filosofía del
Derecho, invita en cierto modo a los juristas a cuestionar las bases y los principios
de la ley. Todo esto a través del análisis crítico, el cual se encarga de desentrañan
las implicaciones éticas y morales de las decisiones legales. Pero es cierto que la
conceptualización de conceptos como justicia, igualdad y derechos humanos desde
perspectivas filosóficas enriquece nuestra comprensión y nos permite abordar los
casos con una mirada más amplia y precisamente ese es su fin significativo dentro
de la vida de un jurista, de un abogado, de quien ejerce los conocimientos del
derecho y los pone en práctica.

No nos vamos muy lejos de esta idea, ya que gracias a la Filosofía del Derecho nos
facilita la exploración de cuestiones éticas en el ámbito legal. Pues, son los juristas
equipados con una comprensión profunda de la ética son quienes tienen la ventaja
de lograr tomar decisiones informadas, bien respaldadas y correctamente
estructuradas que logren considerar no solo la aplicación de la ley, sino también su
impacto en la sociedad y los valores fundamentales.

Me parece importante resaltar como la Filosofía del Derecho nos enseña a construir
argumentos sólidos y persuasivos. Los cuales mediante análisis de premisas y la
identificación de falacias, nos permite ser capaces de presentar nuestros puntos de
vista de manera lógica y convincente, lo cual es esencial en la práctica jurídica,
desde debates en el aula hasta la sala del tribunal.

Ahora, por otro lado tenemos la interconexión entre la Filosofía del Derecho y otras
disciplinas, como la política, la ética y la sociología, las cuales nos brindan un
enfoque más completo de los problemas legales. A demás, esta perspectiva
interdisciplinaria es valiosa para abordar los desafíos legales complejos y en
constante evolución en la sociedad actual.
Como ya hemos mencionado, esta indagación nos lleva más allá de la mera
aplicación práctica de las leyes y nos sumerge en la esencia misma de lo que
significa el derecho en su contexto más amplio. Entonces, cuando hablamos de
ontología jurídica, estamos abordando cuestiones fundamentales, ¿vale?, como si el
derecho tiene una existencia objetiva e independiente de las personas y las
sociedades que lo crean. ¿Es el derecho algo intrínseco a la naturaleza humana y a
la organización social, o es una construcción meramente convencional? Además, se
analiza la relación entre las normas jurídicas y la realidad en la que se aplican.
¿Cómo se conectan las leyes con los aspectos tangibles e intangibles del mundo
que nos rodea?

Desde una perspectiva más práctica, la ontología jurídica también explora cómo los
conceptos y categorías legales se relacionan con la realidad. Por ejemplo, se puede
considerar cómo las nociones de propiedad, derechos humanos, responsabilidad o
justicia se manifiestan en el mundo real y cómo influyen en las decisiones legales y
en la sociedad en su conjunto.

Los filósofos del derecho y los juristas interesados en la ontología jurídica pueden
seguir diferentes corrientes de pensamiento. Pero me resulta interesante que varios
sostienen que el derecho es una construcción social y, por lo tanto, no tiene
existencia fuera de las creencias y prácticas humanas. Otros, inclusive, argumentar
que existen principios o valores intrínsecos en la naturaleza humana que dan lugar
al derecho, otorgándole una base más objetiva.

Bien, todo esto me lleva a concluir de alguna manera, que la ontología jurídica nos
anima a considerar las profundidades filosóficas de lo que estamos haciendo como
juristas. Nos insta a reflexionar sobre cómo las leyes, los principios y los conceptos
legales se entrelazan con la realidad y cómo nuestra interpretación y aplicación del
derecho afectan a las personas y la sociedad en general. Al explorar estas
cuestiones, los juristas pueden enriquecer su comprensión del sistema legal y su
papel en él, contribuyendo a una práctica legal más informada, ética y reflexiva.
Comprender las teorías subyacentes y los principios éticos en juego en un caso
permite a los juristas tomar decisiones más coherentes y consistentes, en lugar de
depender únicamente de justificaciones pragmáticas que podrían cambiar según las
circunstancias.

Pero, es importante tener en cuenta que, la interpretación y comprensión de la


filosofía del derecho puede variar significativamente según cada persona. Esto se
debe a varios factores, como la formación académica, las experiencias personales,
las perspectivas culturales y las creencias individuales, por mencionar a algunos de
los factores más esenciales.

La formación académica y la experiencia previa de cada persona pueden influir en


cómo interpretan la filosofía del derecho. Aquellos con antecedentes en filosofía,
derecho, ética u otras disciplinas pueden abordar la materia desde diferentes
ángulos y enfocarse en aspectos específicos. Y sí, la calidad o tipo de formación
académica de una persona puede generar significativamente en su percepción o
analogía de las cosas que le rodean, como lo es la filosofía del derecho, que para
algunos es una construcción social, mientras que para otros es algo que nació de
forma natural.

Y bien, esta es una discusión que ha existido por mucho tiempo en la teoría del
derecho y no hay una respuesta definitiva, porque, como ya se ha mencionado, esta
es una cuestión de perspectiva, de experiencias personales.

Aquellos que creen que el derecho es una construcción social argumentan que las
leyes y normas son creadas por la sociedad y cambian con el tiempo y las
circunstancias, mientras que los defensores de la visión de que el derecho es algo
natural creen que hay principios y derechos que son inherentes a la naturaleza
humana y que deben ser protegidos por el derecho. En cualquier caso, el derecho
es una parte fundamental de la sociedad y su función es mantener el orden y la
justicia.

Pero por otro lado, las perspectivas culturales y sociales también desempeñan un
papel importante en cómo las personas comprenden la filosofía del derecho. A todo
esto, se le suman las normas y valores culturales de una sociedad, las cuales
también pueden influir en cómo se abordan cuestiones como la justicia, la igualdad y
los derechos.

A demás, existen varias corrientes filosóficas y enfoques dentro de la filosofía del


derecho, como el positivismo jurídico, el naturalismo, el interpretativismo, entre
otros. Cada enfoque ofrece un marco conceptual único para abordar cuestiones
legales y éticas, lo que puede llevar a interpretaciones divergentes.

La existencia de estas variadas corrientes filosóficas dentro de la filosofía del


derecho nos lleva a construir variedad de conceptos y perspectivas en cuanto al
propósito, naturaleza y fundamentos del derecho de maneras distintas. Estas
diferencias teóricas pueden influir en cómo se comprenden y se aplican las leyes en
situaciones específicas. Por ejemplo, tenemos el Positivismo, Naturalismo,
Interpretativo, Realismo e incluso el Feminismo. Cada uno de estos enfoques
aplican un concepto diferente en relación al derecho, su fundamentación, valores y
demás características que lo compongan, pero, ¿qué plantean cada una de estas
corrientes?

El positivismo sostiene que el derecho es una construcción social y que su validez


deriva de su conformidad con normas establecidas por autoridades legales. Los
positivistas sostienen que no hay una conexión necesaria entre el derecho y la
moral, lo que significa que una ley puede ser válida independientemente de su
contenido ético. Sin embargo, muy contradictoriamente, el Naturalismo argumenta
que existe una conexión intrínseca entre el derecho y la moral. Según esta corriente,
el derecho debe reflejar principios morales y éticos universales. El naturalismo
jurídico sostiene que una ley injusta no es realmente una ley, lo que implica que la
moral juega un papel fundamental en la evaluación del derecho. Y por otro lado,
tenemos a quienes siguen la filosófica del Realismo. Aquellos sostienen que la
aplicación de la ley no siempre es objetiva y que los jueces a menudo toman
decisiones basadas en su percepción subjetiva y en consideraciones sociales y
políticas. Esta corriente pone de relieve el papel del contexto y las circunstancias en
la toma de decisiones legales.

Pero también existe es Feminismo que, como corriente moderna, en estos tiempos
centra en cómo el género y las desigualdades de género afectan el derecho y su
aplicación. Los feminismos jurídicos buscan exponer y rectificar las injusticias de
género en el sistema legal y abogan por un enfoque más igualitario y consciente del
género en la legislación y la jurisprudencia.

Para mi concepto, cada una de estas corrientes y enfoques aporta una percepción y
definición única sobre las cuestiones éticas y legales. Porque, dependiendo de cuál
corriente o enfoque adopte una persona, su interpretación sobre la fundamentación
y razón de ser y existir del derecho, como también de la igualdad, equidad y la
moral, entre otras, pueden variar significativamente. Ya que una persona que
adhiera al positivismo jurídico puede priorizar la conformidad con la ley establecida,
mientras que alguien que siga el naturalismo jurídico puede enfocarse en los
aspectos éticos y morales de la ley.

Por eso, aquellas diferencias en enfoques filosóficos pueden llevar a


interpretaciones divergentes en el aspecto jurídico y todo lo que rodee a la justicia y
las responsabilidades y conductas que como personas debemos cumplir, debemos
compartir y debemos mantener dentro de una sociedad regulada bajo las normas y
parámetro que son tomados como “correctos” y/o “aceptados”.
Porque, es un hecho que las personas pueden ver los mismos problemas desde
perspectivas contrastantes y llegar a conclusiones distintas basadas en sus marcos
conceptuales. Esto resalta la riqueza y la complejidad de la filosofía del derecho y
cómo las múltiples corrientes y enfoques enriquecen el debate y la reflexión en el
campo legal y ético.

No debemos olvidad que, existe una fina línea que separar y genera observaciones
totalmente debatibles e incluso opuestas acerca del derecho, estas se componen de
una conceptualización de estado de derecho bajo una formación constitucional y
también la del estado de derecho bajo una conceptualización legal.

Entonces, ¿de qué se conforman cada uno de ellos y en qué difieren? Bueno, para
dar contexto de ello, el Estado de derecho legal se refiere a un sistema en el que las
leyes son creadas, aplicadas y protegidas por el Estado, y se espera que todos los
ciudadanos las cumplan. Por otro lado, el Estado de derecho constitucional se basa
en la idea de que la Constitución es la ley suprema y que todas las demás leyes y
acciones del gobierno deben estar en línea con los principios y valores establecidos
en la Constitución. En el Estado de derecho constitucional, se espera que el poder
judicial sea independiente y tenga la capacidad de proteger los derechos
fundamentales de los ciudadanos, incluso frente al poder del Estado.

Pero en resumen, la principal diferencia entre los dos conceptos es que el Estado de
derecho legal se enfoca en la aplicación de la ley en general, mientras que el Estado
de derecho constitucional se enfoca en la protección de los derechos fundamentales
de los ciudadanos establecidos en la Constitución.

Ahora, desde una perspectiva ontológica, el estado de derecho constitucional y el


estado de derecho legal representan dos modelos fundamentales de organización
jurídica en una sociedad. Estos modelos no solo están estrechamente relacionados
con la filosofía del derecho, sino que también reflejan concepciones diferentes sobre
la naturaleza y la estructura del sistema legal.
Pero es sumamente importante que entendamos que, el estado de derecho, en su
esencia, implica la idea de que el poder del gobierno está limitado y regulado por el
derecho. Tanto el estado de derecho constitucional como el estado de derecho legal
buscan establecer un orden jurídico en el que se protejan los derechos y se
promueva la justicia. Sin embargo, lo que podemos observar, es como difieren en
sus énfasis y en cómo conciben la relación entre la ley y el gobierno.

Tanto el estado de derecho constitucional como el estado de derecho legal tienen


conexiones con la filosofía del derecho, claro está. Pero esto se da ya que la
filosofía del derecho explora cuestiones fundamentales sobre la naturaleza, el
propósito y los valores del derecho, como hemos mencionado anteriormente.

Desde un enfoque personal, ambas concepciones de estado de derecho pueden ser


abordadas y analizadas desde perspectivas filosóficas. Se pueden considerar
preguntas sobre la relación entre el gobierno y el derecho, la protección de los
derechos individuales y la justicia en cada modelo. Pero, en resumen, el estado de
derecho constitucional y el estado de derecho legal son dos modelos de
organización jurídica que reflejan diferentes enfoques sobre la relación entre la ley,
el gobierno y los derechos individuales. La filosofía del derecho puede explorar y
analizar las implicaciones y los fundamentos de cada modelo, enriqueciendo la
comprensión de cómo se estructura y opera el sistema legal en una sociedad.

Podíamos concluir hasta cierto punto que, al explorar, estudiar y comprender estos
modelos podemos ver cómo estos reflejan diferentes perspectivas ontológicas y
estas ideas o pensamientos influyen en la forma en que concebimos el sistema
legal.

Si analizamos la manera en que está estructurado el estado de derecho


constitucional podemos apreciar que este modelo de estado de derecho presupone
una visión ontológica en la que existen ciertos derechos y valores fundamentales
que son inherentes a la naturaleza humana y que deben ser protegidos por el
sistema legal. Esto implica una apreciación más profunda de la relación entre el
derecho y la justicia, donde la Constitución actúa como un documento normativo
que refleja un orden moral y ético más amplio.

Por otro lado, el modelo de estado de derecho legal sugiere una concepción
ontológica más positivista, desde mi parecer, porque en ella el derecho es visto
como una construcción humana que se origina en la autoridad legislativa. Sin
embargo, esta perspectiva plantea preguntas filosóficas sobre la legitimidad de las
leyes y la relación entre la autoridad gubernamental y la moralidad. ¿Deben las
leyes ser seguidas simplemente porque son promulgadas por el gobierno, o deben
estar en armonía con ciertos principios éticos? Hasta cierto punto, a mí me parece
importante mantener esta relación derecho-moral dentro de un sistema jurídico,
pero, ¿hasta qué nivel esto es sano?

Bueno, la relación entre el derecho y la moral es compleja y no puede ser entendida


de manera unidimensional, pero eso ya lo debemos saber, ¿no?

Entonces, siendo objetivos, creo que una relación saludable entre el derecho y la
moral podría buscar un equilibrio entre la protección de los derechos fundamentales
y la libertad individual, así como el reconocimiento del pluralismo moral en una
sociedad diversa. En este sentido, la filosofía del derecho continúa explorando y
debatiendo cómo debe forjarse esta relación en contextos legales y éticos
cambiantes, aunque esta solo sea una especulación personal y no sabríamos que,
si de ponerla en práctica sería factible o siquiera marcaría una diferencia positiva o
significativa de ello.

Pero lo que sí es un hecho, es que la relación entre el derecho y la moral es un


tema complejo y debatido en la filosofía del derecho. A demás, la salud de esta
relación depende de varios factores y consideraciones, y no hay una respuesta
única o definitiva o por lo menos yo no la tengo, pero si la hubiera, me gustaría
mucho conocerla. Por que ser así, esto traería muchos avances en cuanto a este
conflicto que hasta la actualidad sigue existiendo, una pelea constante por saber
quién tiene la razón, qué es lo correcto, que no está bien, qué es aceptado en la
sociedad y qué es repudiado o desaprobado por la misma.

Pero, la realidad es que una relación saludable entre el derecho y la moral puede
contribuir a la estabilidad social al promover normas compartidas y valores
comunes. Esto puede ayudar a prevenir conflictos y tensiones en la sociedad.

Las sociedades modernas suelen ser diversas en términos de valores y creencias


morales. Una relación rígida entre el derecho y una única moral puede marginar a
grupos minoritarios. Por lo tanto, es importante que el derecho sea lo
suficientemente flexible para acomodar diferentes perspectivas morales. Inclusive,
en algunas sociedades se valora la separación entre la moral privada y la legalidad
pública. Esto asegura que las leyes no impongan una visión particular de la
moralidad a personas con diferentes creencias y valores.

Pero no todo es color de rosa, la moral puede ciertamente actuar como un arma de
doble filo cuando se relaciona con el derecho y la ley. Aunque la moral puede ser
una fuente valiosa para la creación y la aplicación de leyes justas y éticas, también
plantea desafíos y preocupaciones importantes. La imposición de valores morales a
través del derecho puede ser problemática en una sociedad diversa. Puede
marginar a grupos minoritarios o aquellos con perspectivas morales diferentes, lo
que lleva a tensiones y conflictos. A demás, utilizar la moral como base para la
coerción legal puede limitar la libertad individual. Las leyes basadas en valores
morales pueden infringir en la capacidad de las personas para tomar decisiones
personales sobre sus vidas.
Pero es importante reconocer que las perspectivas morales evolucionan con el
tiempo, lo que puede llevar a que las leyes basadas en valores morales pasados se
vuelvan desactualizadas o hasta injustas en el futuro. Incluso en cuestiones
fundamentales, puede haber desacuerdos morales. Cuando el derecho se basa en
una única perspectiva moral, puede generar o agudizar desacuerdos y divisiones en
la sociedad.

En conclusión, ya que los valores morales evolucionan con el tiempo y la cultura,


pues lo que se considera moralmente aceptable puede cambiar, y las leyes que
reflejan valores pasados pueden volverse obsoletas. Pero, considero que la moral
puede servir como un freno a los excesos del poder gubernamental. Cuando las
leyes se alinean con valores morales, se reduce el riesgo de abusos y violaciones
de derechos, ya que el gobierno está sujeto a límites éticos en su acción.

Y básicamente, todo esto nos lleva a los derechos humanos, pero ¿Por qué?

Pues, ya conocemos que la ontología desempeña un papel profundo y significativo


en la vida del jurista, bien. Pero particularmente tiene mucho efecto en la forma en
que este se relaciona con los derechos humanos y cómo estos influyen en la
filosofía del derecho y en la percepción del derecho por parte de la sociedad.

Los derechos humanos son una expresión concreta de una ontología jurídica que
valora la dignidad inherente y los derechos inherentes a todas las personas. Estos
derechos se consideran universales, inalienables e indivisibles.

Entonces, a mi percepción, la relación entre la ontología y los derechos humanos


radica en cómo entendemos la esencia de la humanidad y su relación con el
derecho. Los derechos humanos postulan que todas las personas tienen una
dignidad propia que merece ser protegida y respetada legalmente.
La inclusión de los derechos humanos en la filosofía del derecho y en la práctica
jurídica ha transformado la perspectiva de la sociedad sobre el concepto del
derecho. Antes, el derecho podía ser considerado simplemente como un conjunto de
reglas y normas coercitivas. Sin embargo, con la influencia de los derechos
humanos y su énfasis en la dignidad y los valores fundamentales, el derecho es
visto ahora como una herramienta para proteger y promover la igualdad, la justicia y
la libertad de las personas.

En conclusión, la ontología, los derechos humanos y la filosofía del derecho están


interconectados de manera profunda. La ontología influye en cómo los juristas
entienden la base y los fundamentos del derecho, mientras que los derechos
humanos transforman la perspectiva del derecho y su relación con la sociedad. La
filosofía del derecho proporciona el marco para explorar estas conexiones y
reflexionar sobre las implicaciones éticas y morales en la creación y aplicación del
sistema legal.
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Tu rincón de Filosofía. (18 de Abril de 2021). ¿QUÉ ES LA ONTOLOGÍA?- TU


RINCÓN DE FILOSOFÍA. Obtenido de YouTube:
https://youtu.be/MbKOy1eGB_c

Vigo, D. R. (17 de Mayo de 2015). La Filosofía del Derecho en la vida del Jurista. (D.
G. Cueto, Entrevistador)

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