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Ontología Jurídica
Ontología Jurídica
ENSAYO
LA ONTOLOGÍA JURÍDICA
COMO FILOSOFÍA DEL DERECHO
ASIGNATURA
NOMBRE
YOSELYN CHERIGO
DOCENTE
La ontología del derecho, más allá de ver la razón de ser de las leyes y el derecho
como tal, se enfoca en analizar los fundamentos ontológicos de este, es decir, las
ideas y conceptos que sustentan la existencia y validez del derecho. Cabe
mencionar que, la ontología también se estudia en otras áreas, como la psicología y
la ecología, entre otras.
Pero ahora bien, el derecho se refiere a las normas, reglas y principios que regulan
la conducta de las personas en la sociedad. Puede ser creado por sistemas legales,
gobiernos o acuerdos sociales y eso es lo que comúnmente conocemos por
“derecho”, pero la pregunta ontológica es: ¿qué es el derecho en sí mismo? ¿Tiene
una existencia independiente o es simplemente un producto de la mente humana?
No nos vamos muy lejos de esta idea, ya que gracias a la Filosofía del Derecho nos
facilita la exploración de cuestiones éticas en el ámbito legal. Pues, son los juristas
equipados con una comprensión profunda de la ética son quienes tienen la ventaja
de lograr tomar decisiones informadas, bien respaldadas y correctamente
estructuradas que logren considerar no solo la aplicación de la ley, sino también su
impacto en la sociedad y los valores fundamentales.
Me parece importante resaltar como la Filosofía del Derecho nos enseña a construir
argumentos sólidos y persuasivos. Los cuales mediante análisis de premisas y la
identificación de falacias, nos permite ser capaces de presentar nuestros puntos de
vista de manera lógica y convincente, lo cual es esencial en la práctica jurídica,
desde debates en el aula hasta la sala del tribunal.
Ahora, por otro lado tenemos la interconexión entre la Filosofía del Derecho y otras
disciplinas, como la política, la ética y la sociología, las cuales nos brindan un
enfoque más completo de los problemas legales. A demás, esta perspectiva
interdisciplinaria es valiosa para abordar los desafíos legales complejos y en
constante evolución en la sociedad actual.
Como ya hemos mencionado, esta indagación nos lleva más allá de la mera
aplicación práctica de las leyes y nos sumerge en la esencia misma de lo que
significa el derecho en su contexto más amplio. Entonces, cuando hablamos de
ontología jurídica, estamos abordando cuestiones fundamentales, ¿vale?, como si el
derecho tiene una existencia objetiva e independiente de las personas y las
sociedades que lo crean. ¿Es el derecho algo intrínseco a la naturaleza humana y a
la organización social, o es una construcción meramente convencional? Además, se
analiza la relación entre las normas jurídicas y la realidad en la que se aplican.
¿Cómo se conectan las leyes con los aspectos tangibles e intangibles del mundo
que nos rodea?
Desde una perspectiva más práctica, la ontología jurídica también explora cómo los
conceptos y categorías legales se relacionan con la realidad. Por ejemplo, se puede
considerar cómo las nociones de propiedad, derechos humanos, responsabilidad o
justicia se manifiestan en el mundo real y cómo influyen en las decisiones legales y
en la sociedad en su conjunto.
Los filósofos del derecho y los juristas interesados en la ontología jurídica pueden
seguir diferentes corrientes de pensamiento. Pero me resulta interesante que varios
sostienen que el derecho es una construcción social y, por lo tanto, no tiene
existencia fuera de las creencias y prácticas humanas. Otros, inclusive, argumentar
que existen principios o valores intrínsecos en la naturaleza humana que dan lugar
al derecho, otorgándole una base más objetiva.
Bien, todo esto me lleva a concluir de alguna manera, que la ontología jurídica nos
anima a considerar las profundidades filosóficas de lo que estamos haciendo como
juristas. Nos insta a reflexionar sobre cómo las leyes, los principios y los conceptos
legales se entrelazan con la realidad y cómo nuestra interpretación y aplicación del
derecho afectan a las personas y la sociedad en general. Al explorar estas
cuestiones, los juristas pueden enriquecer su comprensión del sistema legal y su
papel en él, contribuyendo a una práctica legal más informada, ética y reflexiva.
Comprender las teorías subyacentes y los principios éticos en juego en un caso
permite a los juristas tomar decisiones más coherentes y consistentes, en lugar de
depender únicamente de justificaciones pragmáticas que podrían cambiar según las
circunstancias.
Y bien, esta es una discusión que ha existido por mucho tiempo en la teoría del
derecho y no hay una respuesta definitiva, porque, como ya se ha mencionado, esta
es una cuestión de perspectiva, de experiencias personales.
Aquellos que creen que el derecho es una construcción social argumentan que las
leyes y normas son creadas por la sociedad y cambian con el tiempo y las
circunstancias, mientras que los defensores de la visión de que el derecho es algo
natural creen que hay principios y derechos que son inherentes a la naturaleza
humana y que deben ser protegidos por el derecho. En cualquier caso, el derecho
es una parte fundamental de la sociedad y su función es mantener el orden y la
justicia.
Pero por otro lado, las perspectivas culturales y sociales también desempeñan un
papel importante en cómo las personas comprenden la filosofía del derecho. A todo
esto, se le suman las normas y valores culturales de una sociedad, las cuales
también pueden influir en cómo se abordan cuestiones como la justicia, la igualdad y
los derechos.
Pero también existe es Feminismo que, como corriente moderna, en estos tiempos
centra en cómo el género y las desigualdades de género afectan el derecho y su
aplicación. Los feminismos jurídicos buscan exponer y rectificar las injusticias de
género en el sistema legal y abogan por un enfoque más igualitario y consciente del
género en la legislación y la jurisprudencia.
Para mi concepto, cada una de estas corrientes y enfoques aporta una percepción y
definición única sobre las cuestiones éticas y legales. Porque, dependiendo de cuál
corriente o enfoque adopte una persona, su interpretación sobre la fundamentación
y razón de ser y existir del derecho, como también de la igualdad, equidad y la
moral, entre otras, pueden variar significativamente. Ya que una persona que
adhiera al positivismo jurídico puede priorizar la conformidad con la ley establecida,
mientras que alguien que siga el naturalismo jurídico puede enfocarse en los
aspectos éticos y morales de la ley.
No debemos olvidad que, existe una fina línea que separar y genera observaciones
totalmente debatibles e incluso opuestas acerca del derecho, estas se componen de
una conceptualización de estado de derecho bajo una formación constitucional y
también la del estado de derecho bajo una conceptualización legal.
Entonces, ¿de qué se conforman cada uno de ellos y en qué difieren? Bueno, para
dar contexto de ello, el Estado de derecho legal se refiere a un sistema en el que las
leyes son creadas, aplicadas y protegidas por el Estado, y se espera que todos los
ciudadanos las cumplan. Por otro lado, el Estado de derecho constitucional se basa
en la idea de que la Constitución es la ley suprema y que todas las demás leyes y
acciones del gobierno deben estar en línea con los principios y valores establecidos
en la Constitución. En el Estado de derecho constitucional, se espera que el poder
judicial sea independiente y tenga la capacidad de proteger los derechos
fundamentales de los ciudadanos, incluso frente al poder del Estado.
Pero en resumen, la principal diferencia entre los dos conceptos es que el Estado de
derecho legal se enfoca en la aplicación de la ley en general, mientras que el Estado
de derecho constitucional se enfoca en la protección de los derechos fundamentales
de los ciudadanos establecidos en la Constitución.
Podíamos concluir hasta cierto punto que, al explorar, estudiar y comprender estos
modelos podemos ver cómo estos reflejan diferentes perspectivas ontológicas y
estas ideas o pensamientos influyen en la forma en que concebimos el sistema
legal.
Por otro lado, el modelo de estado de derecho legal sugiere una concepción
ontológica más positivista, desde mi parecer, porque en ella el derecho es visto
como una construcción humana que se origina en la autoridad legislativa. Sin
embargo, esta perspectiva plantea preguntas filosóficas sobre la legitimidad de las
leyes y la relación entre la autoridad gubernamental y la moralidad. ¿Deben las
leyes ser seguidas simplemente porque son promulgadas por el gobierno, o deben
estar en armonía con ciertos principios éticos? Hasta cierto punto, a mí me parece
importante mantener esta relación derecho-moral dentro de un sistema jurídico,
pero, ¿hasta qué nivel esto es sano?
Entonces, siendo objetivos, creo que una relación saludable entre el derecho y la
moral podría buscar un equilibrio entre la protección de los derechos fundamentales
y la libertad individual, así como el reconocimiento del pluralismo moral en una
sociedad diversa. En este sentido, la filosofía del derecho continúa explorando y
debatiendo cómo debe forjarse esta relación en contextos legales y éticos
cambiantes, aunque esta solo sea una especulación personal y no sabríamos que,
si de ponerla en práctica sería factible o siquiera marcaría una diferencia positiva o
significativa de ello.
Pero, la realidad es que una relación saludable entre el derecho y la moral puede
contribuir a la estabilidad social al promover normas compartidas y valores
comunes. Esto puede ayudar a prevenir conflictos y tensiones en la sociedad.
Pero no todo es color de rosa, la moral puede ciertamente actuar como un arma de
doble filo cuando se relaciona con el derecho y la ley. Aunque la moral puede ser
una fuente valiosa para la creación y la aplicación de leyes justas y éticas, también
plantea desafíos y preocupaciones importantes. La imposición de valores morales a
través del derecho puede ser problemática en una sociedad diversa. Puede
marginar a grupos minoritarios o aquellos con perspectivas morales diferentes, lo
que lleva a tensiones y conflictos. A demás, utilizar la moral como base para la
coerción legal puede limitar la libertad individual. Las leyes basadas en valores
morales pueden infringir en la capacidad de las personas para tomar decisiones
personales sobre sus vidas.
Pero es importante reconocer que las perspectivas morales evolucionan con el
tiempo, lo que puede llevar a que las leyes basadas en valores morales pasados se
vuelvan desactualizadas o hasta injustas en el futuro. Incluso en cuestiones
fundamentales, puede haber desacuerdos morales. Cuando el derecho se basa en
una única perspectiva moral, puede generar o agudizar desacuerdos y divisiones en
la sociedad.
Y básicamente, todo esto nos lleva a los derechos humanos, pero ¿Por qué?
Los derechos humanos son una expresión concreta de una ontología jurídica que
valora la dignidad inherente y los derechos inherentes a todas las personas. Estos
derechos se consideran universales, inalienables e indivisibles.
Vigo, D. R. (17 de Mayo de 2015). La Filosofía del Derecho en la vida del Jurista. (D.
G. Cueto, Entrevistador)