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SUMARIO
Portada de Vicente Martín. .. Poemas de Juan Ramón Jiménez, Carlos Rodríguez Pintos,
Jorge Guillén, Carlos Alberto Garibaldi, Uruguay González Poggi, Rafael Alberli, Manuel
de Castro, Gonzalo Pedro Losada, Luis Alberto Caputi, Julio Fernández, Orfila Bardesio,
Dora Vasconcelos y Vicloriana Díaz. .. Prosas de Carlos Vaz Ferreira, José Bergamín,
Susana Soca, Juana de Ibarbourou, Julio Casaravilla, Clotilde Luisi, Corpus Barga, Alberto
Rusconi, Cipriano S. Vitureira, Jesús Díaz Bentancourt, Hans Platschek, Justino Zavala
Muniz, R. Ardoino, Julio Casal Muñoz, Ricardo Gullón y Benjamín Jarnés.· Reproducciones
de José Cúneo, H. Platschek, Angel Ferrant, A. Pastor, Norberto Berdía y Jean Cocleau. ..
libros: .. Notas de Daniel D. Vidarl, Selva Márquez, Pío Baroja, C. Sabat Pebet, Lucila
Velázquez, Angel Aller, W. González Penelas, Dora l. Russell, J. Orliz SaraJegui, A. Esteban
Ralli, Antonio Vega, Julio Fernández, F. de Miomandre, Hugo Emilio Pedemonte, E. S. Brightman,
Alberto Rusconi, Eduardo J. Couture, Carlos A. Garibaldi, Vicente Aleixandre y Julio 1 Casal.
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HORARIO: Vespertino: 13 v 30 a 18 y 30 horas. - Sábado: 8 a 12 horas.
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HORARIO: Vespertino: 13 y 30 a 18 y 30 horas. - Sábado: 8 a 12 horas.
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HORARIO: Vespertino: 13 y 30 a 18 y 30 horas. - Sábado: 8 a "12 hpras.
BIBLIOTECA M. DE SANTIAGO V AZQUEZ. - Simón Martínez 314.
HORARIO: Vespertino: 13 y 30 a 18 y 30 horas. - Sábado: 8 a 12 horas.
BIBLIOTECA DE ARTE Y CONSULTA. - Av. 18 de Julio y Agra-
ciada (Subte).
HORARIO: Vespertino: 16 a 20 horas. - Sábado: 8 a 12 horas.
BIBLIOTECA VILLA DOLORES. - Francisco J. Muñoz 3400.
HORARIO: Vespertino: 13 y 30 a 18 y 30 horas. - Sábado: 8 a 12 horas.
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HORARIO: Vespertino: 13 y 30 a 18 y 30 horas. - Sábado: 8 a 12 horas.
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Portada de Vicente Martín. Rneves escolios sobrE! el .ensayo, de Alberto Rus·
Los pájaros de yo sé dónde, de Juan Ramón Ji, coní.
m¡énez. Poema de Alicia., de Julio Fernán.dez.
Las ideas liebres, por José Bergamin. Primer día, de Orfila Barde..sio.
Tréboles, de Jorge Guillén. Al poeta Vicente BasS9 Maglio. por Luis Alberto
José Cúneo y camilo Mori. Estudio de Hans Caputi
Platschek. Reproducciones de Camilo Mori y José Dora Vasconcélos, de Cipriano S. Vitureira.
Cúneo. Poemas, de Dora Vasconcelos. TraduC'ciones de
Jos.é Cúneo" por Justino Zavala. Muniz. Cipriano S. Vitureira.
Las Flores, de Susana. Soca; El profetismo hebreo a través de la exégesis mo-
Algunas causas que tienden a. disminuir artifi- derna, por Jesús BentanC'our Díaz.
cialmente el goce artístico, por Carlos Vaz Fe- Romances de la noche vieja, de Victoriana. Díaz.
rreira. Ha.ns Platschek. Estudio de A. Goldschmidt.
El Uruguayo Carlos Rodriguez Pintos, por Jua- Reproducciones de Hans Platschek.
na de Ibarbourou. Escritos, por Julio Casa.ravilla.
Canto mayor de los siete pecados capitales, de Balzac entre nosotros" por Rimaelvo Ardoino. Di-
Carlos Rodríguez Pintos. Dibujo de Adolfo Pastor. bujo de Jean Cocteau. •
Para Juvena.l Ortiz saralegui, de Uruguay Gon· El café de Oriente, de Benjamín Jamés.
zález Poggi. Xavier Abril, por Carlos A. Garibaldi.
El retrato, por Carlos Alberto Garibaldi. El mensaje de Eugen Relgis, por Julio Casal Mu·
Canción imcial de la primavera, por Rafael Al· ñoz.
berti. Libros: Notas de Daniel D. Vidart, Selva Már·
El escultor Angel Ferrant, por Ricardo Gullón. 'quez, PíQ Blaroja, Carlos Sabat iPep;e,t, Lucila{
Reproducciones de Angel Ferrant. Velázquez, Angel AlIer, Walter González Pene-
Reencuentro, de Manuel de Castro. las, Dora Isella Russell, Juvenal Ortiz Saralegui,
Un viejo frente a las termas, cuento por Clotil· Horacio Esteban Ratti, Antonio Vega, Julio Fer·
de Luisi. nández, Francis de Miomandre, Julio J. Casal, Hu-
Poema sobre el tiempo, de Gonzalo Pedro Losada. ¡go Emilio Pedemonte, Ed:gar S. Brigthman, Vicen·
Taller, óleo de Norberto :serdíá, te Aleixandre, Eduardo J. Couture y Alberto Rus-
Relato sobre el .perú, por Corpus Barga. coní.
Otros colores,
(No los colores
·nesus alas. matutinas el paraíso sin cambio
con el fresco de los soles. que el hombre en· sueños recorre.
Yo sé de dónde
Otros colores, Jos pájaros han venido
el paraíso primero a cantarme por la noche.
que perdió del todo el hombre,
el paraíso Yo sé de dónde,
que las flores y los pájaros pasando vientos y olas,
inmensamente conocen. a cantarme mis colores.
'J U A N R A M. o N JIMENEZ
.
L A S I D E s s
(Heine duendístico y musarañero)
Con este enunciado titular de las ideas supo juzgarlo. La aguda mirada de Heine
liebres, escribí, en España, hace tiempo, pu- percibía con extraordinaria penetración el
blicándola en i-UJF.AR, una esquemática di- correr de las libres ideas, de esas liebres-
vagación que, si mal no recuerdo, finalizaba ideas del pensar poético.
por dudar de la existencia misma de tales "Yo no he nacido para carcelero de peIL-
ideas; o sea, de las ideas que corren y que samientos", nos dice también Enrique Hei-
son las que nadie tiene. "Las ideas liebres ne en este mismo libro sobre Alemania. Li-
-escribía- son las ideas que corren y, por bro curiosísimo y peligroso; divertido, y
consiguiente, :las que nadie tiene". Pero ¡, es acaso cruel como una cacería. Cacería de
que las ideas se tienen ~ ideas liebres. ¡, Cacería maldita 1
En nuestro lenguaje habitual solemos de- Pero i, es que pudo haber alguna vez ideas
cir de las ideas que son eomo si fueran nues- liebres en Alemania 1, nos preguntamos,
tras; les atribuimos para nosotros, o para Pues por este libro del poeta corren las ideas
los demás, una suerte de posesión; y así de- como si lo fueran: libres o ,liebres de ver-
cimos que tenemos idea de algo, o que al- dad. Sugerente lectura la de este libro, en
guien tiene o no tiene idea de alguna cosa. el que el autor va, poco a poco, y sin no-
A veces, llegamos a extremar nuestra afir- tarlo, enredando sus ligeros pies en las mis-
mación de un determinado desconoeimiento mas enmarañadas frondosidades que descri-
diciendo que no tenemos siquiera ni la. más be; hasta tener que detener su rápido pa-
leve idea de lo que se trata. Jugando con so; hasta hacércele pesado el andar, a fuerza
este modismo popular tracé una vez "la de querer desbrozarnos el confuso labérinto
más leve idea de Lope"; tratando de ex- enredoso en que se ha metido.
presar con ello una idea o conocimiento del Aprovechando una suave neblina luminosa
ligerísimo poeta, justa y apropiada. que, con rara delicadeza norteña, envolvía
Ideas libres o liebres,corredoras, rápidas el transparente cielo, leíamos, releíamos a
como el pensamiento, son las que creemos Enrique Heine. Releíamos su Atemania.
tener de algo, que, cuando. quere;mos apre- Seguíamos su pensamiento en este libro so-
sar, se nos escapa. Nunca supimos con cer- bre Alemania, en cuya primera parte} se
teza si las misteriosas ideas de Platón lo nos describe, como en un mentiroso cuento
eran de esta naturaleza divina; huideras eo- de cazador, al amor de la lumbre, el gran
mo fantasmas. Y nunca comprendimos có- movimiento idealista de la filosofía alemana.
mo el genio olímpico de Weimar trató de Desde duendes y trasgos, hasta Lutero.
embarazar su can'era, embarazándolas, efee- Desde Lutero hasta Kant. Desde Kant has-
tivativamente, con el peso entrañable de una ta Hegel. Pasando por Leibnitz, Jacobi,
maternidad insospechada y sospechosa: "las W olf, Fichte, Schelling, Lessing, Herder,
ideas-madres". Goethe. . . Luego, vi!3nen los poetas y es-
"Las palabras de Goethe -leemos en la critores románticos: los Schlegel, Tieck,
Alemania de Enrique Heine- son estériles, Novalis, Hoffman, Arnim, Juan Pablo,
incapaces de engendrar vida". Duro jui- Uhland ...
cio. El admirable poeta nos confiesa su Recordábamos este libro de la Alemania
envidia hacia el gran pagano alemán, del de Reine con nostalgia de apasionada lectu-
que nos dejó esbozado, en ese libró, un re- ra adolescente. No es extraño que su lec-
trato perfecto. ¡, Cómo pudo ver Heine a tura actual, su relectura, nos haya desilu-
Goethe. tan claramente, si, efectivamente, lo sionado un poco. Lo recordábamos más ágil,
envidiaba ~ En realidad, esta confesión de ligero, penetrante. Hoy nos parece enve-
envidioso fué un irónico escamoteo de su jecido. No se le debe examinar enteramen-
propia veracidad.' Heine no envidió a te a una luz demasiado intensa; aunque ésta
Goethe, precisamente por la claridad con sea velada por una suavidad blanquecina de
que pudo verlo. Y por la ligereza con que nube. Se perciben ya sus arrugas. Y hay
algo que suena cascado en esta voz que, en llllClaclOn de sueño. Ray, en efecto, algo
nuestra adolescencia, nos encantaba con el de "soñarrera de la mente" como dijo
mágico escamoteo palabrero de sus maravi- nuestro don :aliguel, en este pensar alemán
llosas evocaciones ideales. Ahora, sólo de de un idealismo trascendido de figuraciones
cuando en cuando, sonreíremos, aquí o allá, poéticas, como el que nos da Reine. Encan-
percibiendo, como un relámpago, una su- ta, todavía, en este libro centenario, ese vi-
gestiva imagen certera, un vivo destello de YO resto juvenil que nos sOlllie entre sus
poderoso ingenio. Libro admirable y peli- dobleces y arrugados festones de melancó-
groso. Cualquier ignorante puede cerrarlo lico romanticismo. Pero las ideas que 'nos
creyendo tontamente haberse podido quedar deja prendidas entre sus páginas se nos an-
con esas ideas que tan fugazmente nos des- tojan como esas florecillas disecadas por el
cribe. tiempo, que, al abrir un libro, se deshacen
Ran amarilleado las páginas de este li- en un polvillo sutilisimo; como el que, al
bro admirable, secándose, arrugadas, como desprenderse de las alas de las mariposas,
hojas muertas. A su lectura se desprende les impide seguir su vuelo.
ese vagq olorcillo a cloroformo de las hejas Y, sin embargo, estas ideas de Enrique
caídas al pudrirse sobre la tierra de los sen- Reine conservan su color, su perfume. El
deros en otoño. No sabemos si esta melan- poeta, que temía encarcelarlas en un libro,
colía surge del libro mismo o de nuestra al dejarlas correr libremente nos las trans-
lectma actual. La Alemani.a de Enrique mitió intactas. De tal modo, que si acaso
Reine, que evocan estas páginas, tiene de- perdieron su vuelo, el correr ligero y fugi-
masiada lejanía para no entristecernos. To- tivo de su paso por las palabras del poeta,
do en este libro es, o nos parece, en el sen- 110S dejaron, con esas palabras, sugerentes
tido estricto del vocablo, ideal; y trascen- imágenes evocadoras, profundas resonancias
dente. Todo es romántico paisaje oscmo, ideales en la mente.
con sonoridades misteriosas de bosque inver~ Advirtamos que los románticos fueron
nal, agonizante de crepúsculos. Y el cuerno, muy dados a idealizar, en este sentido de
que resuena siempre a lo lejos con siniestra tomar a las ideas como cosas, más que al
tristeza. idealismo como cosa de ideas. El mismo
Las ideas de Reine toman un tinte, un Reine nos ha hablado de las ideas, admira-
tono extraño y desprendido, alejado de la blemente, con irónico humor, en sus RAISE-
misma voz que nos la cuenta. Porque es BILDER. Y nuestro Gustavo Adolfo Béc-
como un cuento de cazador, decíamos, este quer tuvo siempre ante sí esa representación
recital filosófico y poético que nos da Reine, real de las ideas como de cosas vivísimas y
al amor de la lumbre. Fuera, debe haber pere",O'rinas. También Larra, por no ser, ni
un paisaje yerto, de nieve helada, cielo ce- hacerse, wnelero de pensamientos, les abrió
rrado, sombrías y cercanas montañas. realmente la prisión en su propia cabeza, si
El gusto de hablar por hablar fué siempre no en su corazón, de un pistoletazo.
un placer más humano que el pmamente fi- Pero las ideas de Enrique Reine, en este
losófico. A la salida de la infancia, este libro suyo sobre Alemania, son verdaderas
chisporroteo parlanchín del poeta Enrique ideas libres o liebres; ideas fugitivas y bur-
Reine, encantaba nuestra curiosidad, po- lonas, ideas de las que no se pueden tener,
blándola de ideas como de imágenes fantás- ni retener. Reine lo sabía. Y esa es su
ticas de sueño. El charlatanismo poético de mágica virtud poética de aprendiz de brujo
Reine, en este libro, nos ilusiona de muy filosófico. Cuando desencadena, al conjuro
distinto modo que el inglés de Carlyle,· pon-
go por ejemplo, o que el castellano de nue~
tra pobrecita habladora Santa Teresa.
prodigioso de su palabra humana, todos
esos fantásticos seres ideales que cruzan por
su libro ante nuestro mirar interrogante,
-
Reine, siempre poeta, y maravilloso poeta, lo hace, sabiendo que esa travesura de su
sabe dar a tiempo un salto o cabriola ima- pensamiento no tendrá posibilidad de COll·
ginativa, suficiente para despertarnos, cuan- tención; y que, todo el mundo ilusorio que
do su propio hablar empieza a languidecer, ha libertado de su conciencia, se le escapará
a extenderse, pesadamente, cayendo sobre para siempre de entre los dedos, como agua,
nuestros párpados, al leerle, como una leve como arena. Lo sabe y lo quiere de este
modo. El, no corre riesgo alguno con ello. pactos patés, muy sabrosamente guisados,
El peligro es para el lector. con picantes sabores que hicieran desapare-
Reine, ojeador, o cazador furtivo de ideas cer su gusto amargo i verdaderos Ilasteles de
liebres, de tales idealizaciones poéticas, nos ideas liebres, a los que se empezó a llamar:
las echa encima, como un prestidigitador 1:deologías.
sensacional sus trucos i y haciéndolo, tan Y ya no se hablaba, como en Reine, de las
limpiamente, que en. el justo momento en ideas, de esos ligeros seres corredores y fu-
que, llegan hasta nosotros se desvanecen como gitivos, nómadas misteriosos y desvelados
sombras. Y este es su peligro, que decimos, de nuestro más fantástico pensamiento, sino
para .el lector: creer que alimenta su pa- de las ideologías, compuestos pesadísimos e
sión de conocimiento, su apetito ideal, con indigestos de ideas muertas; compactos
iales fantasmas éoloreados, con tan asom- pasteles o conservas en mantequilla de la
brosa mascarada ilusoria de pensamientos. carne muerta de aquellas mismísimas ideas
¿ Ideas liebres ~ j Ay del que las persigue vivas, libres' o liebres ideales, que escapaban
para matarlas, para hacerlas suyas, para corriendo al pensar del hombre.
querérselas comer! 6Las ideas liebres 1 j Quién sabe si ya nun-
El conde Williers de nsle Adam nos con~ ca volveremos a verlas correr!
tó la historia de aquel Tribulat Bonhomet, Ahora, cada cual tiene, o dice tener, su
que mataba cisnes. Sus contemporáneos y idea o sus ideas; cuando no su ideología
élescendientes aburguesados mataron ideas: propia. La tiene, guardada en su cabeza o
para comérselas. Durante el siglo diez y en su vientre -que no en su corazón. Y
nueve, y mientras las ideas corrían y reco- se dice pensar o razonar con ella. Poniendo,
rrían el mundo libremente (huideras y bur- sobre todo, especial empeño en asegurarse
lonas, como liebres i durmiendo con los ojos de lo que tiene: para no perderlo i para
abiertos siempre y las grandes orejas er- que no se le escabulla, ni se lo birlen. Es
guidas i ágiles y listas para el salto, la ca- como una avaricia ilusoria de materializar
rrera, la escapada i inasibles, vistas y no lo más imposible: las ideas.
vistas, pór la rapidez extraordinaria de su Y nos guardaremos muy bien de confun-
carrera), los pensadores, los poetas, nos las dir a un ideólogo con un idealista. Este,
señalaron sin detenerlas, sin ponerles tram- nos dirán los ideólogos, es un ser absoluta-
pas a su paso i ni, mucho menos, hacerles mente trasnochado, inútil, si no perjudicial,
madrigueras en sus cabezas i y sin matarlas romántico, enteTamente incomprensible. Por-
para alimentarse de su carne negra con que hay ideólogos sin ideas como hubo idea.·
olor a cadaverina. Porque es fama de lie- listas sin ideología. Lo que no hay es, en
bres, probablemente mala fama, la de que este libro, melancólico y admirable de Enri-
estos animalitos comen carne muerta y po- que Heine, en este panorama ideal, lumino-
dr·ida. Mala fama, sin duda, pues sabemos so y sombrío de lUla Alemania que no exis-
1'01' San Francisco de Sales, de aquellas lie- tt, ideología que valga. Sus ideas, como
bres blanquísimas que, según nos afirma el blancas liebres invernales que otra cosa no
santo, lo son porque en las largas llanuras pudieron comer sino puras nieves de poético
nevadas del invierno no comen otra cosa que pensamiento, son fantasmas evocados a la
nieves. Liebres blancas, inmaculadas, co- luz de la llama que arde en la viejísima
mo los cisnes que mataba Monsieur Tribu- chimenea, cobijo de cuentos y consejas, por
lat Bonhomet. Y, no obstante, su carne es la viv~ palabra del poeta. Palabra, si no
negra. estéril, engendradora de fantasmas. El poe-
Cuando el idealismo dejó de ser cosa de ta conversa con estos espectros, iluminados,
ideas, de ideas libres o liebres i y las ideas encendidos en su mente, eomo si de verdad
a su vez, dejaron de ser cosa ideal, cosa de existieran. Y nos habla, en poeta, de filo-
idealistas, de pensadores y poetas, vino el sofía, de literatura ipero, sobre todo, de las
gusto, el malísimo gusto, de comerse la car_ dos eosas que él mismo nos dice que más im-
ne de tales cosas ideales, carne dura y negra portan en el mundo: de política y .de reli-
con olor a cadaverina i y para disimularla gión.
se fabricaron con esa carne muerta, de tan No os asustéis i para el poeta Enrique
fantasmales despojos, unos pasteles o com- Reine, la política y la religión fueron cosas
vivas, porque ideales; cosas de ideas; y de aparecérsenos fantasmal, es como una vacu-
ideas libres o liebres, huideras, corredoras, na preventiva de otros fantasmas. Y puede
como los tiempos mismos que con ellas y por servirnos, como vacuna que es, aunque pe-
ellas, tal vez, corrieron, huyendo al pensa- ligrosa, arriesgada de manejar, para preve-
miento. nirnos en efecto, idealmente, contra fantas-
Los tiempos que corren con todo, los tiem- males ideologías. Sobre todo contra las de
pos que corremos, son esos tiempos de que la religión y la política. Que no es de lo
las ideas corredoras, ideas libres o liebres, peor que la religión se haga política y la
acaso no son más que un reflejo o imagen política se haga religión; sino que la reli-
furtiva a los ojos de nuestra mente. Que gión y la política se hagan ideologias.
por eso el poeta Emique Reine se hacía de Los que han hecho, o dicen hacer, de la
la religión, de. la política, ideas peregrinas. religión, de la política -las dos cosas que al
Nosotros no. i Remos matado tantas ideas poético parecer de Enrique Reine importan
liebres que su carne tan dura y. negra, con más en este mundo,- ideología o ideologías,
olor a cadaverina, nos alimenta, conservada pastelería de carne muerta de fantasmas, mi-
en nutritivos pasteles ideológicos! i No te- rarán este libro con desdén, sino con encono,
nemos ya necesidad de más ideas vivas! Nosotros nÓ. Y hasta sospechamos, en
i Pobre, admirable Enrique Reine, que no nuestras noches nebulosas o claras si nos
había nacido para carcelero de pensamien- entretuvimos con, la leQ'tura evocadora\ de
tos, para ideólogo religioso o político, para sus páginas, que todavía la voz del poeta
verdugo espiritual de la palabra humana! influirá con su pálido conjuro desde el pa-
Proscrito, desterrado siempre de la barbarie sado, volviendo escapatoria espectral de pa-
ideológica de una pavorosa Alemania que labras sus ideas liebres: haciéndolas correr
él profetizó -mirando su venidera putre- y brincar otra vez, alegremente juveniles,
facción apestosa por el agujero imperialista por el mundo; por un mundo de muerte, en
más excusado de decir-, sus palabras viven el q~e hasta la sangre vertida se quiso en-
y reviven para nosotros, refugiándose en cerrar y aprisionar empastelándola, en
nuestra conciencia por la poesía que las re- mortales, pedantescas ideologías.
sucita de entre las páginas amarillentas, j Las ideas liebres! j Ojalá las pudiésemos
alTugadas, marchitas, de su frágil libre fan- volver a ver correr y saltar, de nuevo, pOr
tasmal. encima de tantas tumbas!
Este libro de Reine sobre Alemania, nos (Del libro inédito: Los tiempos que corren
parece, paradójicamente, que, a fuerza de - (Pasos del Pasajero).
J o s E B E R G Á. I N
T R E B o L E s
***
¡Cómo atrae C'on su argumento
Luminosamente fatal
Más allá del bien y del mal
La doncella Ardor-en-el..,Viento!
***
De espaldas. ¡Visión! La melena
Propone como si girase
La figura sobre su base ...
¡Deseo fatal, 'ya en escena!
***
Se nota que son paletos,
Que se callan asombrados
1lnte sus propios secretos:
Pareja de enamorados.
***
***
Junio digo. Digo floresta.
Una flora digo carnal.
Cb Sugerí ventura de siesta~)
***
-¡ Honda casa del regreso!
Vivir sobre lo vivido ...
-&Nada más? - Lo más es eso.
***
Esa boca de veinte años. . . (VENUS ETERNA)
¡Oh carnación, oh dentadura!
Para el orbe no hay desengaños.
¡Vida, vida: vedla segura!
***
¡Oh centro de mi vehemencia,
Imán de irresistible pozo,
Blanco incesante de más gozo,
Divinidad en su evidencia!
***
Rubio femenino se ahonda
-Claror que vibrase hacia el grana-
Bajo ese otoño de esa fronda.
Húndete en la ardiente mañana.
***
Sevilla; gracia de estar
En el minuto infinito
Según la ola en el mar.
***
Flor tan vivaz que nos despliega
Femeninamente unos labios
De amante, ya flor en su entrega.
***
Lo gris, no. Se opone Octubre.
No, no quiere ver el suelo.
Con alegrías lo cubre.
** *
Es tan hermosa, tan grata
Que envuelta va en la delicia
De lucir cómo la trata
La mano que la acaricia.
***
«Oh vo~~"que j'eusse aimée», pensé.
El minuto volaba tanto
Que procuré no perder pie.
- j Todo es ya, potencia de encanto!
***
Sin mi voluntad, el amor
Se impuso al ya cómplice sueño,
y escena fuí de su candor.
j Oh sonámbulo Clavileño!
***
Humo de la gasolina (BAUDELAIRE)
Sobre el asfalto 'y la lluvia ...
La dulce noche C'amina.
J o R G E G u I L L E N
, .
.J t '-,(1,
Composición Camilo Morí
Cúneo nació en 1889, Mori en 1896. Sus camino de liberación, aunque hacia distintas
comienzos pictóricos podrían ubicarse en la direcciones. Cúneo, en el Uruguay, se re-
academia italiana, compuesta de destreza laciona con Blanes Viale quien, por su par-
manual y de anacronismos espirituales. te, se halla más cerca de la pintura impre-
Ambos pintores eUC'11entran en el Impresio- sionista española que de JYIonet o de Sisley.
nismo, como casi todos los de su época, un :lVIori, en Chile, entra en los talleres de Va-
Papagayo Camilo Mori
res fué en mayor o menor grado el típico en NIonte"ideo, abre sus :expoSIcIOnes ;con
aprendizaje ,del pintor sudameri:cano de obras que de inmediato propor0ionan mate-
esta generación. Pero tanto lVIori como Cú- ria .de discusión. L'O notable es que este es-
neo saltan de esta ruta oonvencional. Cuan- píritu 00ntinúa en ambos hasta la fecha. Mo-
do regresan a sus países, no se incorporan a ri obtuvo el Premio de Honor en el Salón
los oficialismos ni se deslizan lentamente ha- Oficial chileno, Cúneo el Gran Premio de
cia el fracaso de sus aspiraciones. Adoptan Pintura del Salón Nacional uruguayo (coin-
actitudes polémicas y afirman un sentido de cidencia curiosa: ambos en 1942), pero si lV1:o-
vanguardia en su obra. lVIori es el primer ri o Cúneo inauguran hoy una muestra, se-
pintor de Chile que no sólo trabaja dentro de guirán siendo discutidos. Son pintores que
una estética contemporánea, sino que tam- continúan experimentando y que piensan
bién la defiende con ímpetu; como Cúneo, . honradamente en la evolución de su pintura
Barranco José Cúneo
donde otros se han resignado a adoptar fór- sionario que, de todos modos, trata de expre-
mulas cerradas. sar su reacción frente a la realidad prima-
El paralelo Cúneo-Mori puede llevarse a ria. Pero hoy demuestra la misma aficción
definiciones más concretas. Mori es el pin- de Mari a la materia pictórica, como Mori,
tor a sec'as: se repite, en este caso, la supre- a su vez, busca dar trascendencia a su pin-
macía que señalé en los antecesores impre- tura pura. Y esta comulgación, mucho más
sionistas. De ahí que cualquier tela del chi- intrínseca que aparente, planteó a ambos ar-
]tno contiene una esencia plástica muy su- tistas, en un momento dado, cuestiones acer-
tilmente elaborada, con una gama de matices ca de sus tendencias temáticas, ineluso lite-
muy amplias y al mismo tiempo muy 'concen- rarias.
trada. Cúneo, que al principio pagó tributo Aquí el paralelo pierde su simetría. Mori,
al colorido de Blanes Viale, es el pintor vi~ por ejemplo, se encamina alrededor de 1940
Luna y ranchos Jose Cúneo
hacia una especie de surrealismo neo-román- co, apenas percibe su artificio y vuelve a
tico. Hombre comunicativo, no le alcanzan partir de los elementos netamente pictóricos.
las meras armonizaciones plásticas. De ahí No obstante, la experiencia le deja una per-
que comienza a ilustrar estados de ánimo con cepción más poética de la forma, sin que
alegorías. Cúneo, a su vez, encaminado de tenga que entrar en temas literarios. "Lo in-
entrada hacia lo temáti00, busca unir su ex- animado, en relación a cierto espacio domi-
presión personal con sus recursos pictóricos. nante - declara más tarde - ha ejercido
En determinado momento produce una obra en todos los 0asos gran atracción sobre mi
puramente expresionista (muy fuerte en su espíritu. Relaciones que pueden ser 'creadas,
época de los paisajes de Cannes). Mori, en pero que suelen encontrarse también en el
cambio, se da cuenta que esta actitud queda hecho real. Combinaciones que para mi cris-
al margen de su dirección formal: así la talizan en el .que yo llamo el "conjuro" de
atempera hacia un expresionismo, 00mo en las cosas ( más allá de la simple conjugación
la serie de las "Máscaras". Y mientras Cú- de los elementos), por lo mágico que emana
neo sigue desarrollando su visión del campo de esos totales". En sus cuadros últimos, los
uruguayo, Mori abandona su 0iclo románti- objetos alcanzan una atmósfera irreal, aun
Dormilones José Cúneo
cuando se trata de una naturaleza muerta conquistar formas. Sus primeras "Lunas"
con un botellón, dos jarras y dos pescados. demuestran el arrebato producido por ritmos
Sus colores cobran significados que sobre- amplios, colores agresivos y una luz dramá-
pasan la calidad plástica en sí, por más den- tica. Pero a medida que este mundo se vuel-
sa que ésta aparezca sobre el lienzo. ve natural para el pintor, va introduciendo
En Cúneo se produce justamente lo contra.. en estos paisajes una mayor gravedad y un
rio. Cuando sale de su modo poético y tra- sabor terrestre. Sus ranchos, sus árboles, sus
ta de pintar tres limones o un paisaje, con- pájaros se convierten en formas que aprie-
tradice con su color explosivo a la forma es- tan una materia densa . y un color dosifi-
tática elegida. Como Mori su incursión ro- cado; los contrastes de la primera época des-
mántica, Cúneo abandQp.a de inmediato la aparecen para dar lugar a lo que Mori llama
postura objetiva, al considerarla inapropia- el "conjuro de las cosas".
da. Su trayectoria ('Or1'e a la inversa de la A ]vfori se le reprocha su <'inconstancia es-
de :rvIori: parte de la emoción temática para tilística". A lo largo de sus años de trabajo
Ranchos José Cúneo
FOTOS CE MANDELL.O
H N s p L A fT s e H E K
Luna nueva José Cúneo
J o s E e u N E o
J U S T 1 N O Z A V A L A 1\.1: U N 1 Z
L' A s F L o R E s
s u s A N A s o e A
ALGUNAS CAUSAS QUE TIENDEN
A DISMINUIR ARTIFICIALMENTE
E L G O e E ARTISTICO
e A R L o s V A Z F E R R E I R A
LAUREL CASTELLANO
Cuando leí por primera vez el Canto de cristal en lo firme y transparente, que des-
Amor de mi compatriota Carlos Rodríguez lumbra en los ülásicos castellanos, es una
Pintos, experimenté una conmoción seme- tácita respuesta al problema, por lo menos,
jante a la que debe sentir el que recibe de a m!Í problema.
pronto la revelación de un misterio esencial. Rodríguez Pintos ha copado la octava real,
Con frecuencia me preguntaba, llena de disciplina de monje, y en ese ejercicio, su
angustia, si ésta no era la época de la anti- "levantado canto" nos entrega la riqueza de
poesía y si a pesar de que aún se lee y se uno de los mejores poemas de nuestro
sigue amando a Becquer, no son palabras tiempo.
vanas todas aquellas que no "se escriben con Su "Canto de Amor" marca eenita1men-
sangre para que las escuche la sangre". te un momento de la poesía americana, co-
mo "El Cementerio lVlarino" de Paul Va-
El desconcierto era en mi, profundo. FUe-
lery, tan incomprendido en su primera épo-
ra de algunos poemas de belleza lírica supe-
ca, lo marcó en la poesía francesa.
rior el tema político y soeial, poco había en-
Con él he podido entregarme, aliviada, al
contrado eu América que no fuera agresión,
goce profundo del verso sin estridencias ni
amenaza, profecía, con las más sucias pala.-
admoniciones trágicas. Si en la Biblia no
bras del idioma. Sólo aparecían libres, por
existiesen más que Isaías Jeremías; qué
la rabia y el apóstrofe, las espuertas de la
visión de una Humanidad perdida y frenéti-
:Muerte, y ya olvidados, lejanos, repudiados,
ca al borde de una catástrofe despiadada
los potentes portales de la Vida. Un estado
nos habría quedado! El Cantar de los Canta-
emocional parecía cosa de cobardes; tenía
res y los Salmos de David son el auroral
mis oídos llenos de esa metralla del insulto y
contrapeso de la balanza. Y no quedan em-
la amenaza, que hinchan el pecho de deses-
pequeñecidos ni el destino del hombre ni la
peranza y aún de temor. La estética había
soberanía de Dios.
tomado el aspecto del infortunio colectivo,
El verso de aeento contenido es a veces
el refinamiento íntimo tenía los caraeieres
más fuerte que el gritar desordenado, por~
vergonzantes y débiles de una evasión. Pa-
que la violencia más es descomposición que
recía no existir para la poesía más que un
poder. Yo reclamo para el 00razón del
camino: la militancia, y no la de tono armo-
hombre, el eterno reinado de la poesía líri-
ni-oso, sino la del grito exasperante y el rudo
ca, su bálsamo, su isla, su cura de silencio
puilo crispado sobre una mortal granada de
y soledad, sin que por ello crea que la poesía
mano.
de cooperación social y política, la de cada
:Me preguntaba desesperada, qué haría el época y cada generación, no tengan sus
hombre en sus horas de tregua, o si ésta no grandes motivos de existir, para la evolución
existiría ya nunca, hasta que se le rompie- de la especie y las grandes conquistas colec-
sen los nervios tensos y no le diese más el tivas. Luego el Tiempo discrimina y aparta
sobrecargado corazón. lo inútil; sobreviven unos pocos poemas que
• son el pulso de la lucha, el grito de cólera o
Pero este "Canto de Amor" sereno, puro,
rico, que yo he sentido alabar por toda la victoria. Pero como cada generación tiene
crítica sin discrepancias; este lenguaje de- sus problemas restallantes, que luego pasan
purado y a la vez recio, c~n esa calidad de o se transforman, lo permanente es lo que
constituye el inmortal espíritu del hombre Estos tres versos admirables, son como la
y le anda en la sangre y los sueños para el auto-definición de este poeta que lleva en si
servioio infalible de la Vida. Dependemos inmensas fuerzas líricas y espirituales, pero
de la estética más de lo que deseámos admi- que está más allá de la violencia, nunca
tir y es a su servicio que, en el afán de podrá entrar en la lucha temporal y san-
árreglar mejor el mundo, están hasta los grienta de los hombres, sin sufrir profunda
que crean el caos, para ha0er luego más li- y dolorosa náusea. Su posición en el mundo
bre y pura la condición humana. Pero eso está detenida frente a la ira, desvelada, ca-
es cosa más de combatientes que de poetas. vilosa, dramática. Sólo su "Canto de Amor"
Para la hora de la fatiga y del desengaño, como un "alba de esperanzas", como el "trigo
para la hora de la necesidad de recupera- candeal resplandeciente", en "flor de cicla-
ción y de aflojamiento de las fuerzas que mor" despierta en su corazón "los venados
no dan más de tensas, vamos hacia el verso de la luz".
que nos acerca a los manantiales de la Vida, Las tres primeras estrofas de este canto son
como aquél que buscaba, en el viejo cuento, a manera de pórtico por el cual el poeta
la fuente de la salud. permite ver las perspectivas de su rico pai-
Si el hombre deja caer la oanción, si la saje espiritual y crea el clima en el que ha
pierde definitivamente, ¡, qué hará en el fu- de desarrollarse el poema.
turo ? Desde- los oídos hasta el corazón Dice en la primera ociavá:
golpeados de ecos furiosos, no tendrá, al fi- "Por escuchar mi levantado Canto
nal, sino -el desconsuelo y la locura, afilados
abre su noche azul mi sangre antigua ... "
en el alarido y el odio sin remansos. La raza
de Caín habrá matado a Abel definitivamen- Presenta así a su antiguo yo, el yo de su
te y ya ni siquiera sabrá como huir de sí niñez y adolescencia, abriendo su "noche
misma. azul', en todo lo que puede tener de azul y
Se le está pidiendo a gritos al poeta con- nocturna la infancia de un poeta, que no
ducta humana, es decir combatiente, y no puede ser la infancia de todos los niños,
conducta poética, combate .poético, es decir sino llena de temores y presentimientos en
de entrega a su ofic-io y responsabilidad de sus primeros aprendizajes de la vida. Ese yo
sus materiales constructivos. Por el poema detenido en la "sangre antigua" despierta su
mal hecho, no anda ni se ahinca en el cora- pasado para escuchar el canto nuevo, y en
zón ningún ideal justo. Los Profetas cono- ese "levantado Canto" su antiguo dolor "os!
cían el valor de la imagen y la sugestión curo" (premonición, presentimiento, se de-
honda y eficaz de la poesía sobre las masas. leita y refres0a, bebiendo el agua armonio-
Crear belleza ajustada y eterna es crear sa y pacificadora de la poesía del .'lmor que
fuerza espiritual y social. ha florecido fuerte y definitivamente en su
vida de "azaf:ván dramático" o de "oscuras
Carlos Rodríguez Pintos, en su "Canto al
suavidades". Es la paz y es la luz:
Hombre. nuevo" y en su "Cianto al Cielo de
América", hace poesía social, así como en "Ya el niño aquel que fuí, su oscuro llanto
sus grandes poemas "Canto de Amor", "Ofi- en silenciosas fuentes apacigua,"
cio de Tinieblas", "Canto Mayor de los Siete y dice en seguida:
Pec'ados Capitales" hace poesía para el
"Consume en sed futura su quebranto
hombre sin tiempo, como la hicieron los clá-
el que ha de alzar un día sombra exigua ... "
sicos, que también vivieron -porque ese es
El habrá de disminuirse hasta no proyectar
el eterno clima de la tierra- época de enro-
sobre la tierra más que una p~queña som-
lamiento en una u otra causa propuesta por
los hombres: bra. Y en esta primera octava se concen-
tra la esencia toda de este Canto, que es
"Subiendo el río inmóvil de mi profunda como la total esen0ia del Amor. Esta esencia
[sangre detenida, está definida en las admirables palabras del
un toro enorme y triste, de belfo azul y testa Bautista: "Es preciso que El crezca y que
_ [ anochecida, yo disminuya". Estas palabras deL Bautista
rompe el Tiempo en mis venas enderezando en el .;\mor divino, iluminan toda la inten-
[a muerte el pensamiento." ción humana de este Canto, todo él levantado
para que la Amada se eleve y resplandezca, miento, sino una fascinación del propio con-
mientras el que canta, alaba y ama, se hace cepto de la belleza, que no puede ir más
tan pequeño que apenas su sombra se per- allá del monólogo.
cibe junto a la figura armoniosa de la ins- Quiero hacer aquí un paréntesis antes de
piradora. El poeta amante, voluntariamente continuar el estudio de este Canto, para
oscurecido, detiénese y hasta deléctase en las destacar en este poeta, a través de todos sus
zonas sombrías de su Yo humano, a fin de poemas, un acento que, con más insistencia
que la imagen de la mujer amada se perfile cada vez, se asoma en la obra de su maduréz,
más límpida, firme y ejemplar. Es preciso y es una angustiosa y cristianísima necesidad
que Ella crezca y que él disminuya. En tor- de purificación espiritual en el hombre, que
no a este afán amoroso gira el motivo líriC'o, ac"Ompaña la rigurosa vigilancia y el tre-
se construye todo el poema como una torre mendo y obstinado deseo de perfección en la
centelleante, se alza el canto como una es- forma poética. En el "Canto Mayor de los
piral. Siete Pecados Capitales", ya citado, en el
Las tres octavas iniciales crean la atmós- que actualmente trabaja como un empeci-
fera poética, para entrar luego en la invo.- nado burilador, y del que sólo se conoce la
cación a las virtudes de la "alta Dama sin parte que publicara "La Nación" de Buenos
rivaL" Así, en la segunda octava quiere el Aires bajo este título que parece un toque
poeta mostrar la purificación por el amor, de queda: "Oficio de Tinieblas"; en ese ex-
de todos los accidentes, vanidades y mise- tenso Canto, repetidamente sube esta tre-
rias de una vida humana: menda angustia, aparece esta ardiente llaga
en el 0Ostado del hombre cristiano que, una
"Sobre un cristal de fatigada bruma vez abierta, ya no puede secarse más y ha-
ensaya el sueño su presencia leve. brá de acompañarlo hasta sus últimos días
Un trigo de cadáveres rezuma terrestres. Atormentado, enjuto, en la poe-
del encendido pecho al labio breve". sía y en la vida, Carlos Rodríguez Pintos
es un hombre del Greco, que si no usa las
El sueño amoroso ensaya su presencia so- terribles disciplinas para castigarse y de-
bre la fatigada bruma de una vida oscure- purarse, las lleva sobre sí para el oficio del
cida por las pequeñeces de todos los días, verso puro, en el que tiene la irreductibili-
en el alma y las cosas que nos rodean y as- dad de un Domínico español contemporáneo
ciende del pecho hasta la boca el amargo de la Reina Católica. Tenemos, de unos de
sabor de la muerte diariamente vencida" de esos fragmentos aludidos, los siguientes ver-
las emociones e ilusiones calcinadas y que sos que pertenecen a la "Celebración de la
el poeta llama "un trigo de cadáveres". Lujuria" :
"Por este aliento mío desvaído Está la Dama entre are'os de luz, sobre
que quiebra en ti su vocación nocturna." umbrales de claridad y el poeta, en su "ofi-
cio de enamorado" ha bruñido para ella una
Lo que era vocación de silencio en su peana del mejor oro y los más deliciosos ara-
"sangre triste", cuya memoria siempre está bescos. A veces, en claroscuro, a veces en lla-
vuelta hacia el perdido estado de gracia, marada, sumiso, exaltado, feliz en su estado
se rompe ante la presencia de la mujer que de exaltador de bellezas y gracias, volunta-
quiere, y se hace el himno, la alabanza, la riamente OS0Ul'0, deseoso de no ser más que
antífona, que c'onstituye este singular, y el que ofrenda, da y sufre, para que Ella apa-
levantado canto de amor. rezca brillante y perfecta. Supremo desin-
terés del amor, el de vivir sólo apoyado en
"Por esta voz, que, muerto ya el gemido,
ese sentimiento del que todo se deriva para
. muéveme a riesgo el alma taciturna" .
el poeta: dolor y gozo, gloria, purificación,
Por el mágico poder de la criatura que pertenencia, ascensión.
ha rendido su corazón mata el gemido, oos- 000
tumbre de su angustia, y deja alzarse el
verbo tan solo en la alabanza: Nos hemos detenido largamente, casi co-
mo ante un espejo, en este "Canto de Amor",
"Venga a sosiego la madura frente que hubiéramos deseado nuestro, con ese hu-
y abra en elogio el labio reverente", ID,anoi anhelo d~ propiedad qu\e nos hace
Estado de plenitud, en que la inquietud elegir lo más rico y bello para nuestra po-
antigua se aquieta y resalta la voz del gozo, seSIOn. Pero, desde "Distancias", desde sus
que vuelve dulce la boca, plena de frases "Doce Poemas", que terminan con la admi-
reverentes y deslumbradas: rable "Lamentación por el Augel", desde la
"Canción de alabanza para un Caballo y una
"Por tu perfecta plenitud sabrosa Rosa", desde su funambulesca y taciturna
junto a mi dura desnudez sedienta. "Ciudad de ,los Ahor0ados", desde toda su
Por este ardor que en tu unidad reposa obra, Carlos Rodríguez Pintos está siendo
y en aire, piedra y sangre transparenta". uno de los más altos y originales poetas de
Nuevamente aquello de "es preciso que América, hondo, fuerte, audaz en la con-
ella crezca y yo disminuya", fundamento de cepción y la expresión, con un castellano
.toda adoración, afán de toda entrega, ne- poderoso, que él cuida como obsesionado por
cesidad de toda voluntaria servidumbre. la hermosura de sus delicados y recios ele-
Ella en "perfecta plenitud" él en "dura des- mentos lingüísticos.
nudez", entregándose al ardor que lo some- Está muy cerca nuestro, aun entre nos-
te en cuanto constituye su ser. Todo le es otros, elaborando todavía, para poder verlo
poco para su servicio de pleitesía y duda en todo su crecimiento. Se alzará en el
de a1c'anzar a decir con la débida elocuencia tiempo, dominador del idioma y el verso
cuanto ella le sugiere y merece: <castellano, cuidadoso de. sus fueros, c()mo
aquéllos que lo aelUnaron. Así en este "Can-
"Calle la lengua si dec'ir no sabe
to de Amor" hecho a rigor de perfección, así
el canto inmenso que tu gracia alabe!"
en una serie de leves "Canciones del Aire"
Llega a su término el vasto poema que se que está escribiendo en este momento, tan
gráciles y puras como esas centauras de oro expresión, que es un auténtico refinado, en
que relumbran en uno de sus poemas. Des- lo más íntimo del ser, guarda intacto un
pués, el verso libre, con el dramatismo de "yo" que no podrá ahorcar nunca; ese, pri-
los más sutiles dolores que puede sufrir la mitivo, que no sabe fingir ni mentir y que
criatura: cuando ama ofrece su total entrega, sin re-
taceo alguno. Todos llevamos en la sangre
"Y están llorando a gritos la tortuga y el
esa ciudad trágica de ahorcados. Todos te-
[ángel.
nemos que matar un día al "'asesino" que
La tortuga, porque tú le dijiste que era una
vivió en nosotros el tiempo de un relámpa-
[mariposa
go, a la "bestia" de un minuto, al "aven-
y no quiere volver a ser tortuga;
turero" de tantas horas, a los distintos "equi-
y el ángel porque esperaba que le dijeras
libristas" del circo donde continuamente se
[al~o
está mimando la comedia humana. Todos
y te fuiste sin decirle nada;
los "hombrecitos de humo", que tendremos
y porque es bueno que una lágrima de ángel
que colgar de la horca del arrepentimiento
caiga de cuando en C'ualldo sobre la tierra.
y la decepción; cada uno un "yo" nuestro,
Toda la desolación de la pobre bestia sin de una fracción de tiempo que se sumó a la
alas y sin belleza, trasunto del monstruo y eternidad que es nuestro tiempo.
de la criatura exenta deg;racias, está en I1íax Jacob, aquel funamlmlesco amigo de
esa estrofa, como está la del ángel que espera Picasso que murió de soledad y de asco,
la amorosa palabra humana, talvez en una triste y magnífica marioneta de los ideales
angustia de perfec'ción que lo hace llorar que inventan los hombres para poder matar
de soledad, con lágrimas preciosas para esta y morir de una variedad más de muerte y
tierra sedienta, en su fuego de pasiones, de crimen, sabia de esto. JYlax J acob pudo
una gota del agua del cielo de Dios. Esa encontrarse con Rodríguez Pintos y sentir
dramática experiencia que es la poesía, tie- hacia él una amistad hecha por el 0Onoci-
ne en Rodríguez Pintos un actor de raíz miento del alma del hombre y el afán de
trágica. El mata todos sus "yo" anteriores alcanzar el alma del ángel.
al del momento que está viviendo y siente
000
el dolor de todos esos melancólicos ajusti-
ciados, que han sido él mismo en "la ciudad Desempolvando a JYlontaigne eterno y. casi
de su sangre". Tremendos ajusticiados: olvidado con su aguda sonrisa de filósofo,
por los jóvenes que muerden pólvora y as-
"Con unas tristes manos sin dedos
piran a desintegrar el mundo para hacerlo
Con unos tristes dedos sin uñas
de nuevo a su "imagen y semejanza", vol-
Con unas tristes uñas sin hambre."
vemos al pensamiento de lma .necesidad de
Al esplendor, a la gloria y a la sereni- isla interior remansada en la poesía lírica,
dad, sustituye esta melancolía de auto-ver- que ocupa, en el alma universal, el lugar
dugo, que también tuvo "entre la voz y los exacto del punto superior,y perfecto del
labios" unal$rica pasión de."amapola ¡y arco. No es esto negar a la poesía militante
viento", para luego vivir su deslumbrante y combatiente, si es de "buena' sangre"; es
"Canto de .'imor". Y así va haciendo con reclamar a los que sólo quieren lucha y após-
desnuda lealtad su poesía. Sintiéndola, vi- trofe, una diaria hora lejos del tumulto, en
vi.éndola, dando su drama, su idilio, su ele- la que el hombre ·pueda encontrarse l00n'
gía, su romance y su 0anción, a medida que sus sueños.
pasan por sus células y su alma, a medida Desde el principio del mundo se batalla y
que los sufre y los goza en el instante mis- se odia; pero también desde el principio
mo en que son su frenética realidad. Por- elel mundo se canta.
que Rodrígunez Pintos, que cuida tanto la y la lira fué la única arma de Orfeo.
J U A N A D E 1 B A. R B O U R O U
\-::~.
, '\
\~~
~
- ....
•
.~
(FRA:Gl\iTENTO)
l. - Celebración de la LujUria.
A Julio J. Casal
v..' S ..A.:...'....
PARA JUVENAL ORTIZ SARALEGUI
R A F A E L A L B E R T I
Mármol A.ngel Ferrant
(FRAGlVIENTO DE UN ESTUDIO)
Ferrant tiene mirada de ereador, el hom- va que las hace fulisurar euando se acierta
bre capaz de descubrir realidades que los con el resorte preciso. Pero es necesario in- ...
demás no ven hasta que él las revela. Y no teresarse cordialmente por ellas, amarlas
sólo eso; figuras conocidas, objetos cotidia- por ellas mismas para que rindan todo su
nos, son vistos en otro plano de modo más significado.
sensible, captando matices inéditos, siguien- En un guijarro, en un utensilio cualquiera
do la pesquisa hasta lID límite no previsto. (también en los prosaicamente utilizados)
Las cosas incluso las más 'vulgares, tienen un encontró Ferrant posibilidades de irradia-
lado secreto una especie de misteriosa reser- ción. Un trozo de madera, un fragmento de
Cabeza (Piedra) Angel Ferrant
roca, puede ser bello y tener, por lo tanto, de la escultura implica un maxIillO de li-
valor en sí. Esa belleza se acrecienta en bertad. Nunca consistió en ligarse a una
ocasiones por el simple ac-ercamiento a ob- tendencia exclusiva, ni hubiera podido ha-
jetos análogos, y así lo demostró el artista cerlo sin abdicar. Justamente esta persona-
con las composiciones logradas en el verano lidad, se c'aracteriza por la riqueza de ma-
de 1944 y expuestas en el Salón de los once tices, dimanante de una inquietud que a su
en 1945. vez es expresión de la vasta anchura por
Ferrant sintió desde la adoles,cencia la donde se derrama su mirada. Se piensa,
necesidad de reflejar la fulgente riqueza por ejemplo, cómo podría el escultor per-
del universo, pues para él las expresiones manecer inmnne frente a la seducción de la
conocidas pecaban de insuficiencia y de tierra convulsa, de la tierra revuelta y cres-
parcialidad. pa de montañas y acantilados. Ferrant co-
i Absurda pretensión la de limitar a una noce la poesía, de las rocas y varias obras
parcela de la tierra las zonas artísticamente suyas están impregnadas de esa poesía, re-!
explotables! Con su habitual tenaz sereni- cia y vigorosa, de las cosas elementales. En
dad trabajó c-ontra ella y por la coloniza- las cosas los hallazgos son en definitiva,
ción de nuevos territorios. fuerzas primarias apenas salidas del caos,
Si recuerda la notable variedad de sus fuerzas aún desordenadas; eS0ulturas como
creaciones, es fácil deducir que su concepto Diálogo Pensativa y Vieja de Castilla, es-
Mujer (Piedra) Angel Ferrant
tán proyectadas, partiendo de la naturaleza das para ser vistas con fondo de sierras en-
desde ella y para ella, -:1 es preciso saludar- tre montaña y cielo, soportan victoriosamen-
las en el escenario adecuado, en el paisaje, te la confrontación 00n las formas natura-
para extraer su significado total, la nota les, a'creditando el acierto con que Ferrant
precisa, de acuerdo con la intención del ar- desempeñó su papel de creador.
tista. La obra de Ferrant fué compuesta siguien-
i Ardua prueba a la que pocos escultores do una incitación a la diversidad y es iló-
querrían someterse! Esas obras, imagina- gico estudiarla prescindiendo de este supues-
Amantes (Piedras) Angel Ferrant
too Sus creaciones no son simples variantes das. Las fOrmas reales y las del orbe fan-
dentro de una dirección única sino aven- tástico habilitado por los suei:íos se entrecru-
turas dispares (y aím opuestas) de la sen- zan formando tupidísima trama en la que es]
sibilidad, cuyo resultado es un eaudaloso re- difícil reparar los hilos de ambos mundos.
pertorio de formas. Alguna vez he señalado Cualquier análisis de la obra de Ferrant
. cuan vibrante y activa es la fantasía de es- que intente bucear en una sola de esas di-
te artista, en invariahle disponihilidad in- recciones resultará fallido. Ambas son igual-
ventora, navegante por aguas nunca surca- mente verdaderas, pues no hay menos ver-
Maternidad (Corcho) Angel Ferrant
dad en el mundo de la imaginación -ni en (los sentimientos del artista, quiero decir;)
el de la fantasía- que en el de la realidad, y esta expresividad fué conseguida inspi-
ni hay en este menos poesía y fuerza meta- rándose -tal es la palabra- en modelos
morfoseadora. literalmente estúpidos, voluntariamente ce-
Acéptese como ejemplo La Comedia hu- rrados a cualquier tipo de comunicación
mana 1940, serie de grandes cabezas en las cordial.
cuales quedó reflejada la dramática verdad "La diversidad de expresiones sutiles, re-
del mundo, a través de sus gentes. En la es- concentradas o patéticas, que Ferrant ha
eultura contemporánea pocas veces se ex- sabido condensar en esas cabezas femeni-
presaron con tanta energía los sentimientos nas, es admirable", a escrito Guillermo de
San Francisco (Madera Policromada) Angel Ferrant
Toro manso al corral (Barro cocido) Angel Ferrant
R I e A R D o G u L L o N
R E E N e TI E N T R o
M A N U E L D E e A S T R o
UN VIEJO FRENTE A LAS TERMAS
Estaba allí, con su traje desteñido, lleno de ancha avenida iluminada y rumorosa, el
arrugas; su traje gTis, de un gris indefini- tiempo de hoy, el que trascurre, el que mue::
ble. Estaba allí, como si nunca más debiera re, el que es capaz de morir porque está
moverse de ese banco. vivo.
Su traje gris, sus bigotes grises, su pelo y él allí, en la zona intermedia, en el
gris, su piel amarillo grisáceo, su sombrero limbo gris, en esa especie de tielTa de nadie
gris, sus zapatos, grises de polvo, comenza- entre dos tiempos: dos tiempos que se en-
ron a confundirse con la noche, no todavía frentan y se combaten, llamando hacia sí el
negra, sino gris, con ese gris de entre dos uno -el de los muerto&--' al otro, al que
luces propio de ~os crepúsculos sin sonrojos. no quiere dejarse vencer, al de los vivos,
Estaba allí, de espaldas a las gentes que que disfrutau de un ancho espacio y un re-
por otra avenida pasaban como incansable ducido tiempo y que sabe, no obstante go-
río. zar del espacio, que será él, al fin, el ven-
Nada veía, sino el muro sombrío de las cido. Vencido por el otro, el tiempo enor-
'l'ermas frente a sus ojos, limitándolo todo: me confinado en un reducido espacio.
no sólo el espacio, sino también, parecería, el y allí estaba él, vivo, pero de espaldas a
tiempo. El tiempo antiguo, muerto, de las los vivos, mirando como hipnotizado la pared
estatuas y de las ruinas; el tiempo de otros rojiza de la fortaleza de Jos muertos y los
tiempos, del otro lado del muro sombrío, de recuerdos: una fortaleza sin almenas ni
ladrillos, y piedras, y cemento, levantado, merlones, sin más armas que su enormidad
siglos hacía, por otras manos; unas manos y su ineluctabilidad, en el reducido espacio
que ni siquiera eran cenizas grises ahora, que le asignaron los vivos; esa fortaleza que,
que eran menos que eso, eran a penas fan- de algún modo, dará razón de sus vanidosos
tasmas de recuerdos consignados en viejas sitiadores; y que después no les dejará si-
crónicas. quiera un lugar en las crónicas, ni un mí-
y de este lado, (pero no allí donde él es- nimo espacio dentro de sus murallas.
taba, sino a sus espaldas; no allí en la zona Su sobrino, un joven serio y elegante, al
gris oscuro de la angosta avenida solitaria despedirse de él, se lo había dicho. Le ha-
y sombría), de este lado, detrás de él, en la bía dicho que dejara de una vez esas ropas
gas~adas y ajadas; esas ropas que caían sin los miles y' miles de romanos anommos que
gracia sobre su cuerpo de sesentón, largui- fueron, en lejanos días a bañarse a esas
rucho y flaco; yesos zapatos que ni para Termas y a dejar en ellas el polvo acumu
darle a un mendigo servirían, pues eran ver- lado en las calles de lilla ciudad que ya no
gonzosos, Eso había dicho. Y él había existe.
Il1:ometido no volver a ponerse tales prendas. Pero él no pensaba en todo eso. Pensaba
Pero se está tan bien dentro de las ropas sólo, con su pereza, con su inercia de viejo,
usadas! Se amoldan al cuerpo como tilla se- que, ahora que su sobrino ya no estaba en
gunda piel. Yesos zapatos, que han ad- Roma para rezongarlo y criticar su atuendo,
quirido la misma forma del pie, con todas podría seguir usando por un tiempo -
sus imperfecciones, a las que se adaptan f, cuánto tiempo? por lo menos hasta que so-
sin combatirlas, bien al contrario, sometién- breviniese el cambio de estación- ese traje,
dose dócilmente a ellas. Y no es que no le viejo, en el que tan bien se sentía.
importase ser elegante, como lo era su so- Como un muerto dentro de un sudario,
brino, no. El hubiera gust~do también con- habría podido decir alguien, uno cualquiera
servar una apariencia juvenil, apariencia de los que paseaban a sus espaldas. Pero él
que, con algunas molestias y cuidados, po- nó, él no lo decía, ni remotamente lo pen-
día mostrar todavía, ya que no lo deforma- saba. Como no pensaba, ni veía, ni podía
ba la obesidad, ni era encorvado, ni tenía las ver, que con sus ropas usadas y sus zapatos
piernas ni las espaldas torcidas. sucios, había ido a sentarse allí, precisamen-
Pero - i qué hacerle!- tenía afición por te allí, en la zona de nadie, en la zona gris,
las ropas usadas; y siempre le ocurría eso que no es de ¡los vivos ni de los muertos,
de dejar las nuevas en el armario hasta que En una zona sin tiempo con, apenas, un
las viejas se eliminaran de por sí, mediante reducido espacio.
algíill' roto especta.cular o alguna mancha El calor era sofocante. No trascurría por
indeleble y afrentosa;. tal como les sucede el aire ni la más leve brisa. Ni una hoja
a algunos viejos empeñados en la rutina de de árbol se movía, como si algo estático, in-
un trabajo que se resisten a abandonar, aun- definido, sin tiempo, se hubiese posesiona-
que estén clamando por el descanso o, por lo do del espacio. Ningún sonido preciso, des-
menos, por otro género de vida; hasta que lindado, llegaba a sus oídos. Tan sólo el
un síncope, u otra grave enfermedad cual- mosconeo confuso y sordo de la muchedum-
quiera, los obliga a jubilarse. bre a sus espaldas, como un: rumor de río,
El decía que era así, que sus trajes no que- sin que una sola palabra determinada o si-
rían abandonarlo. Pero era él, él quien no quiera perceptible en su sentido, se desta-
podía dejarlos porque, ese descanso que case entre el murmullo anónimo. Y más ?llá,
sentía nec'esario, lo hallaba precisamente pero siempre a sus espaldas, el retumbo de
dentro de esas ropas. "Tan cómodas", so- los vehículos en un fundido sucio, gris, de
lía decir. "Mientras las nuevas .. , bueno, bocinas, de frenos, del raspar de las ruedas
hay que acostumbrarse a ellas, adaptarlas. de los tranvías contra los rieles; lill retum-
Son de otro modo, y ese otro modo supone bo opaco, que él no llegaba a distinguir del
un esfuerzo de acomodación que. ,. qué zumbido de las voces, los llamados y los gri-
quieres, hijo, no tengo ganas de hacer". tos.
y no veía, no podía ver, que esas ropas de y delante de él, el silencio.
ayer, eran un poco como la zona de sombra El silencio, agazapado contra el muro de
gris en la que estaba sentado. Y eran tam- las rrermas. Contra ese muro al que, segu- .
bién, un poco, no del todo, eoIllO el muro l'amente, ni el ruido confuso llegaba; por-
rojizo de las Termas. que algo, una cosa inerte como tilla banda
y allí se estába, con su aspecto de vaga- de algodón, lo detenía en la zona neutra.
bundo adinerado; sin pensamientos, casi sin y en esa zona, entre el sonido y el silen-
recuerdos. Pues nadie había escrito, ni cio, estaba él, con sus cabellos grises y su
nadie se ocuparía de escribir nunca la cró- traje viejo de viajero vagabundo en camino
nica de su vida, que a nadie interesaba, co- no se sabía de qué, de algo tan impreciso
mo nadie escribió nunca, porque a nadie in- para él, pero tan seglu'o en su secreto, como
teresaba entonces, la crónica o la historia de el viejo muro ele las Termas.
De pronto, tanteando en sus bolsillos en Un vagabundo cualquiera. Y mi sobrino,
busca de cigarrillos, recordó algo más que que ahora está embarcado cruzando el océa-
también había dicho su sobrino; una reco- no, ni tendría noticia de mi muerte."
mendación casi apremiante, de la que no Esto se dijo, sin horror ni estremecimien-
había hecho caso] como no había hecho caso to; más bien con la curiosidad con la que se
de su adjuración de cambiar de ropas. Y era observa lUl caso raro.
la de que no debía salir nunca sin llevar y otra vez se quedó sin pensamientos,
consigo sus documentos. Un cualquier do- hundido de nuevo en la negrura de un va-
cumento de identidad -había dicho el so- cío mental. Tan hundido, que nadie hu-
brino- siquiera una tarjeta de visita con biera podido decir si estaba vivo o muerto.
nombre y dirección. Ni él mismo hubiera podido decirlo, puesto
-"(, Es que crees que me voy a morir en que no pensaba. Ni nadie hubiera podido
la calle 7", le había contestado él. decir tampoco cuánto tiempo quedó así: pues
-"Cualquiera puede sufrir un accidente, así en la inconciencia, no hay horas ni mi-
ser atropellado por un coche, verse envllelto lintOS, ni la palabra tiempo quiere decir
en una riña o en un desorden", objetó el 11ada; ni las medidas habituales -los días,
sobrino. los años, los minutos, las horas- tienen
y él, según inveterada costumbre, dijo que nada que hacer, ni. de nada sirven, mien-
sí, que lo haría; pero no lo hizo. tras se atraviesa uno de esos oscuros piéla-
Abultan los bolsilos y molestan, se dijo gos. y luego, cuando salió a la superficie
a sí mismo, y... bah!, no ha de sucederme clara, lo hizo pronunciando en alta voz una
nada. ?\unca me ha sucedido nada de ese frase breve que lo despertó con el sonido
género. de su propia voz, que, aunque tenue, le pa-
y se quedó mirando el muro, detrás del reció un retumbo; y que lo sorprendió,
cual estaban, extendidos por el piso y res- pues no tenía sentido alguno.
guardados ahora por ligeras vallas, los mo- y lo que dijo fué: "hoyes ayer".
saicos blancos y negTos, o blancos y rojos, "Qué absurdo! Como si fuese posible que
raramente de varios colores, sobre los que un día dejase de trascurrir!"
antes habían caminado despreocupadamen- y volvió a reir, ahora con risa fuerte y
mente, millares de pies que ahora ni cenizas franca, que hubiera hecho volver la cabeza
eran, a los paseantes, si los hubiese habido. Pero
Se quedó mirando el muro divisorio entre no los había. Y él, que se sentía ahora muy
las dos ciudades, la de los recuerdos y la de vivaz y despierto, volvió las espaldas al
las voluntades e ilusiones. Y sin apartar muro de las Termas, sin concederle una sola
los ojos del muro se dijo: (, y si me muriese mirada, y salió de la zona gris, neutra: la
ahora? zona d.e nadie, y fuese hacia la luz, Cruzó
Lo dijo, y no lo pensó más. la plaza y se entró en los pórticos de la
y por un gran rato siguió disfrutando de Esedra, y se sentó, se arrellanó, contento y
la vaciedad de su cerebro; de esa especie vivaracho, en el silloncito de un café. Y
de hueco negro que se fOlma entre el res- cuando el camarero le trajo la bebida ne-
plandor de los pensamientos, como los lla- gra y caliente, la bebió con fruición y se
mados sacos de carbón, entre las estrellas. sintió del todo recuperado de su extraño
Ese agujero, esa fosa sin luz, ese nada, tan viaje por el vacío: de ese viaje del cual, sin
sedante, tan agradable, tan parecido a un embargo, no tenía conciencia. Y de pron-
dOlmir despierto, a una muerte sin muerte. to murmuró, como quien recuerda algo de
Luego alcanzó el otro borde del foso y se largo tiempo· olvidado: "Hoyes ayer".
encontró de nuevo con el pensamiento que -Qué obsesión ridícula! se dijo; y por
había dejado en la primera orilla, el cual, apartarla compró un diario de la noche.
al parecer, también había navegado por su Pero no lo hojeó, ni leyó siqlúera los gran-
Nadie me conoce en esta ciudad extranjera. des títulos de la primera plana, ni las noti-
cuenta, atravesando con el hombre el negro cias del exterior por las que siempre, natu-
espacio vacío. ralmente, como extranjero que era, se inte-
"Si me muriese ahora, nadie sabría quién resaba; ni el movimiento político del país
es el muerto. Nadie podría identificarme. en el que ahora estaba, cosas que todos los
días acostumbraba seguir, como VIaJero an- ajena, usurpada icomo cosa de otro mundo
sioso que era. No. Fuese derecho a ver las a cuyo uso ya no se tiene derecho i con una
notas policiales, como quien busca algo, una sensación de vergüenza irreprimible, como
noticia, que de antemano sabe debe encon~ la que sin duda experimentaría un hombre
trarse allí. Y allí estaba, en efecto, la no- honorable, que en un rapto de debilidad ha
ticia que buscaba, pero que no sabía que cometido un robo i o como la de quien, por
buscaba. Y leyó: descuido, se ha introducido en casa ajena,
"Sobre un banco de los jardines de la en algún salón brillante y refinado, entre
Plaza Esedra, frente al muro de las Termas gentes elegantes, bien vestidas y alegres,
de Diocleciano, ayer a las 20 y 45, quedó sin haber sido invitado -intruso' desagra-
muerto un hombre, desprovisto de todo do- dable, con sus ropas sucias y ajadas y su
cumento de identidad. El desconocido apa- cara de viejo triste- y siente que todas las
renta tener 60 o 62 años de edad,cabello miradas están fijas en él, con sorpresa, re-
y bigotes grises y ojos también gl'ises i alto probación y disglustoJcomo imitándolo a
1 metro 80. "Vestía un ambo muy usado de retirarse antes de que sea necesario echarlo.
color gris i zapatos algo deteriorados y muy Se levantó y, encorvado ahora, con paso
polvorientos. La poli'eía estlá efectuando tardo r dificultoso, con actitud humilde y
investigaciones a fin de identificarlo y sa- resignada, como de perro perseguido que, a
ber qué le sucedió. El cuerpo ha sido tras- regañadientes, abandona un festín en el que
portado al Ob#orio en espera de que al- no hay sitio para él -así, confuso, y como
guien pueda identificarlo". pidiendo perdón por su retardo, por su error
-Pues nó, no lo identificarán, se dijo, de haber confundido hoy con ayer- atrave-
plegando el diario y abandonándolo sobre só de nuevo la plaza y fué a sentarse en
el velador. Y miró la hora en su reloj de aquel mismo banco en el que antes había
bolsillo. estado i aquel banco, frente al muro de las
Lenta, penosamente, se levantó de la silla Termas, en la zona de nadie.
en la que tan cómodo se sintiera un momen- Allí lo encontró la policía. Nunca nadie
to antes y que ahora le escocía como cosa pudo identificarlo.
e L o T 1 L D E L u 1 s l.
,o
1
~~mol' y tiempo, ..
tiempo de besos,
tiempo de cuerpos
sobre el tiempo,
y más allá
después del tiempo,
todo lo que dá el amor
todo lo que dá la distancia,
todo lo que cambia y queda en el tiempo.
Porque todo cambia en el tiempo,
porque todo queda en el tiempo.
Rosas en pensamientos.
Deseos en los mares.
~~'boles, plantas, pájaros,
mujeres transformadas,
modeladas por las manos del tiempo.
Hombres, casas, ciudades,
muertos, cementerios, soledad,
amor y tiempo.
TI
y la flor
que llora en el tiempo.
y el pájaro
que murió en el tiempo.
y el árbol
que se deshojó en el tiempo.
y el mar
que se en:ful'eció en el tiempo.
y la tierra
que sollozó en el tiempo,
y la vida
que desapareC'e en el tiempo.
y el amor
que besa al tiempo.
y todo esto que es mío,
que es hoy solamente mío en el tiempo,
que me busca en el tiempo,
que me conqlústa en el tiempo,
que morirá comnigo en el tiempo,
que ya ha muerto con mi amor en el tiempo.
Todo esto está en el tiempo.
G o N z A L o L o s A D A.
--.1
-:-- ... -.
Las ruinas. .. He podido divisarlas al ba- dial de la humanidad, edificar, el oficio in-
jar. Pase Ud. profesor, señorita. lYIi hija. nato del hombre, la albañilería, le ha llevado
No quieren Uds. tomarse un descanso~ He- no sólo a construir y reconstruir, sino ade-
mos venido durmiendo, no perdamos tiem- más a superconstruir, a construir sobre lo
po. Las ruinas se ven pronto, usted se da- ya eonstruído con intención doble, poner el
rá cuenta de que lo primero e indispensa- sello, la planta sobre el derrotado, yO a la
ble es apuntalarlas, el estado en que se en- vez, aprovechar lo hecho, economía y señorío
cuentran acabará produciendo más destrozos que nos remonta, en Roma, de las fachadas
que el terremoto mismo, está en trance de barrocas a las columnas de la basílicas, y,
desaparecer todo lo que es arquite0tura co- en el Cuzco, del barroco español al muro
lonial. Ahora bien, esto es precisamente, lo incaico si no preincaico, vamos a ver en el
que nos obliga, profesor, a plantearnos el Templo del Sol, donde las vírgenes ... y mi
problema de... detengámonos aquí, mire hija con el aventurero donde se habrá ido.
Ud. todo esto que es colonial no se va a Por aquí, deje Ud. a los sabios, no dieen
poder salvar, convendría quitar estos es- más que lugares comunes, el Templo del
combros y dejar libre los muros incaicos que Sol, es más curioso por fuera que por den-
han quedado intactos, jí, ji... aquí aparece tro. Si, es más curiosa esta calleja, como
la verdad sobre los siglos de las civilizacio- se llama, me gustan los nombres de las ca-
nes pretéritas, la nuestra no es nada, un lles de las ciudades antiguas. Su nombre
poco de polvo, quitando este polvo podrían queshua significa algo así, como calle de
hacerse nuevas y seguramente fructuosas los tejedores.' Donde se metían los tejedo-
excavaeiones que hasta ahora han sido im- res con este muro cerrado tan liso, da gus-
posibles por respeto a la arquitectura colo- to tocarlo, piedra por piedra, nada más que
nial, arquitectura, después de todo, de se- piedra, parece una joya enorme, en Italia
gunda mano, el Cuzco es colonial, como Ro- los palacios, las iglesias me parecían lo
ma es barroca, porque la función primor- mismo, joyas o joyeros, sobre todo cuando
los "Veía desde arriba, como Santa :María del J" con flautas de hueso y de madera y con
Fiore desde San JYIiniato, y no crea usted tambor. Pues hemos tocado la flauta por
que me gustan las joyas, no me gustan las casualidad con este diapasón para que po-
perlas o las esmeraldas más perfectas, las día servir? No sé, es la flauta mágica, no
piedras que no tienen defecto me aburren. cTee usted en la magia de los números 9
Está usted estropeada por la civilización, le b Qué es eso? La música, el arte, esta piedra
convendría una temporadita de selva. Lo ha sido medida en todas sus partes y ori-
pasaría usted perfecta¡mente. lVíe divierto fios y tiene lo que se llama en arquitectura
encontrándoles el defecto... aquí ha;y una la proporción áurea. Sigo sin saber nada.
piedra que tiene tres agujeros. No he teni- Qué bena es la ignorancia. Por decirme una
do que señalársela es usted una gran obser- tontería ha dicho usted una cosa que en-
vadora, pero cree usted que esos agujeros üUentro muy bien, todo el saber que feo es,
son un defecto de la piedra? Tiene usted yo no sé nada de nada, pero todavía sé de-
razón, parece que están hechos aposta, pa- masiadas cosas que me molestan saber, me
ra que los harían? .A. ver si lo averigua us- gustaría vivir ignorando hasta las cosas más
ted. Qué había detrás de ese muro Dicen sencillas, sería más divertido. Pues la voy
que los santuarios del Sol, de la Luna y de a fastidiar a usted si le digo lo que es la
Venus, de las estrellas, y exactamente de- proporción áurea. Puede usted decírmelo,
trás de esta piedra el consagrado al Rayo, ya lo he advertido que se me olvida todo lo
al Trueno y al Arc·o Iris, como la tormenta que me enseñan. Si le digo lo que es la pro-
de la Pastoral. Pues ya está en las cere- porción áurea no se le olvidará a us~ed nun-
m¡onias dlabría sacrificios. 1 Sangre. Por ca. Por qué? Porque la proporción áurea
aquí correría la sangre de las víctimas. Es es usted. Creí que era usted un hombre
usted una romántica, estos agujeros son na- menos aburrido que los otros. No he que-
da más, que cavidades, no traspasan la pie- rido piropearla, no se equivoque usted, yo
dra. Lo sabe Vd. Haga usted la prueba, soy también la proporción áurea, las me-
tome usted, meta usted esta varilla del trí- didas del cuerpo humano, el crecimiento
pode y ahora pien¿o que no le he hecho a de· las plantas, las distancias planetarias,
usted todavía ninguna foto. No se puede todo está basado en esa proporción. En qué
meter más y aquí, antes, que bien suena. proporción ? Ya picó usted, va usted a ver
Haga usted resonar las tres cavidades, tiene que yo, a mi vez, se ser sabio, que bien lo
usted buen oído 9 espere usted, hágalo usted he dieho supongamos que yo le buscara a
bien, póngase usted a esta distancia, de us- usted en el cuerpo la línea que le corta
ted igualmente los tres golpes... qué ha en dos partes desiguales de manera que la
oído usted 9 Tres notas, la última debe ser parte mayor contenga a la menor tantas ve-
el lVIi. lVluy bien, la primera es el Re y la ces como el cuerpo entero a la mayor ...
del medio el La. Entonces, esto es un dia- Dígame usted claramente por donde me· cor-
pasón. Eso es. No sabía que hubiese dia- taría usted. La verdad es que no sabría
pasones de piedra. Los indios tenían flau- por dónde, reconozco que no sé ser sabio.
tas de piedra pero de un solo orificio, te- Ni asesino. Ya le he dicho a usted antes
nían otros instrumentos de música muy cu- supongamos que lo fuera J'T que hubiese en-
riosos que un médico peruano, el Dr. :.Ar- contrado la línea de su cuerpo para rajarla
turo Jiménez Borja, ha estudiado y clasi- como he explicado habría cometido C'on Vd·
fic·ado con mucha atención. Ahora que este un crimen neno de sabiduría basándome en
muro es menos antiguo que las flautas, pa- la poroporción áurea. Cometían esos críme-
rece que los incas construyeron este tem- nes los incas? No me atrevo a afirmarlo.
plo poco antes de llegar los españoles, un Qué curioso si un pueblo hubiera tenido ver-
siglo antes. No es tan poco. No es nada, dugos que mataran así. Los hombres no
en estos países de civilizaciones milenarias han aprendido todavía a matar, ni con la
se puede uno dar el l1Jjo de derrochar si- silla eléctrica, ni con la bomba atómic'a pa-
glos, en cambio para contar los sonidos mu- san o pasarán de ser unos carniceros. Pero
sicales hasta con los dedos de la mano. No los carniceros son los que saben matar. De
tenía más que cinco sonidos la música de un modo rudimentario, hubo un escritor in-
los incas 9 Cineo y se tocaban con silbatos glés que habló del crimen considerando una
de las bellas artes. Así lo consideran las áurea y ahora comprendo por qué me gus·
novelas policíacas. El arte de las novelas tan las ruinas, rompen la proporción. Por-
policíacas no está en el Grimen, sino en su que fotografía usted ahí a mi hija, no sab-
negativa, en su ocultación, el arte de matar usted fotografiar ruinas, lo importante es
es el que menos ha progresado a pesar de el documento. La fotografiaré a Ud. delan-
lo que ha progresado la ciencia o mejor, la te de la torre caída de Santo Domingo. Una
técnica de matar, en esta técnica el único persona es necesaria como referencia en to-
que ha obtenido realizac'Íones artísticas es da fotografía monumental ,es la medida, su
el doctor Guillotín, o mejor dicho, porque hija de usted es la medida de todas las co-
le dió el nombre, pero no la inventó como sas. Pues mide mal el tiempo, Gamo yo. Va
América no descubrió a América, la guilloti- a apresur14l' nuestro regreso, que enfadado
na, que es una máquina de matar literaria está, qué risa, no puede más. Señores ensé-
pero que 110 ha matado precisamente a la ñenme ustedes hoy todo lo que deba ver pa-
mala literatura. Y los matadores de toros? ra mi informe a la Universidad, mañana
Yo he visto corridas en Méjico. En las co- he de dar en San Marcos la conferencia so-
rridas de toros hay el arte de torear, matan bre mis queridos kanas y al día siguiente
como carniceros, el que mata con arte es el regresar a Estados Unidos, he venido con el
toro, una cornada es más artística que una tiempo demasiado justo. Desiste usted de la
estocada, aquí, en el Perú, los cholos se pe- visita a Machu-Pichin? es increíble, profe-
b
gan a cabezadas, son capaces de matar a sor. No dicen ustedes qué ahí no se ha sen-
un hombre de una cabezada, deben haberlo tido el terremoto? Pero no es posible que se
aprendido de los toros, es un arte primi- vaya usted sin darse el gusto de ver la ciu-
tivo, pero lo hac-en mejor que los toros, de dad misteriosa que su colega. .. Precisamen-
una manera perfecta. pura, sin sangre, una te, no pretendo aprender en ella, en un
manera digna de la muerte, comparados con día, más de lo que me ha exoplicado su feliz
ellos, los matadores de toros, son unos car- descubridor, no es mi especialidad. Que pro-
niceros sobretodo cuando dan la puntilla. bidad, que modestia, la de un verdadero
Está usted seguro de que el buen matador hombre de ciencia perdone usted profesor,
no busca con la espada la línea que mar- comprendemos que usted no es un turista.
que en el cuerpo del toro la división en pro- :Thíe falta tiempo para hac-er turismo, y otras
porción áurea. Con tanto como se ha escri- muchas cosas, he venido en misión de ayu-
to, de los toros, ese problema me pa- da al país de mis amores, de mis estudios,
rece que no ha sido ni sospechado, en que nunca fueron de arqueología sino siem-
todas las artes resulta que se ha desconocido
pre de etnología y de una parte especialísi-
lo esencial,¡ 'pero no la ¡proporción. aúrea,
ma, soy estrictamente un etmólogo que tuvo
110 crea usted que lo digo en broma, sería
la suerte de tropezar con los Andes, con la
muy importante si en una fiesta tan cere-
población más aguerrida y ni siquiera pue-
moniosa cuyo rito indudablemente tiene al-
go de religi.oso se descubriera la proporción do pensar... Está pensando en mi madre.
áurea ,que se encuentra en las pirámides de Visitarla es lástima profesor que tampoco
Egipto, en los monumentos caldeas, en 10f' pueda usted visitar a los Ranas, merecía us-
templos griegos en la construcciones bi- ted el homenaje... Con el deseo que tengo
zantinas, en las romanas, en las catedrales de ir por allí todavía habrá viejos que no
góticas, en los edificios del Renacimiento ... olvidan ... No le perdonarán a usted. Eso
Para hablar así vámonos con los profesare·. creo, tengo que limitarme a dar mi confe-
y con las ruinas, no me gusta la proporción rencia.
e o R p u s A R 6-
BREVES ESCOLIOS SOBRE EL ENSAYO
A L B E R T o R u s e o N I
POEMA. D E ALICIA.
Solos, muertos,
mirándonos; llevamos
tilla carta de Rilke
junto al pecho, y nos deshacemos
en un límite perdido,
abandonado. Suenan los nuevos
teléfonos ... ; seguramente
mamá está llorando, papá pierde
tilla esquela, nosotros
hlÚDlOS del retrato. Y en esta soledad
sentimos que aquellos
pequeños malvones del jardín
dieron florecillas, en invierno,
tan lejos de su tiempo. Dios
lo sabe en un camino,
sonríe
comprendiendo. El
ama esta imprudencia.
J U L I -o F E R N A N D E z
p R I M E R D I A.
s
.O
o R F I L A B A R D E 1
Augusto Torres
L U 1 S A L B E R .T O CÁPUTI
DORA VASCONCELOS PUBLICA
s U PRIMER POEMARIO
La tratamos fraternalmente durante años, "Procuré mi amor por las esquinas - pero
en nuestra capital, donde ocupara, honrán- las esquinas - eran todas redondas", hay
dolos, responsables cargos consulares y di- U1la sencilílez -dis~ursiva, lógica emocional,
plomáticos en lalVIisión brasileña. Por sa- sobre la cual se extienden como una tonali-
las públicas o en la más rigurosa distinción dad apenas, las purezas del alma; tales los
hogareña, hubimos de aquilatar su natural ejercidos atributos de Bandeira. Y así el
gracia y su serena soledad. Unas veces la sentido evocativo del poema IX y aun la
belleza tierna de su persona; otras la tí- fragilidad infantil del poema VII que dis-
mida confesión de sus versos; siempre la tinguimos muy especialmente.
clara fortaleza de su oficio de madre en sa- En el poema 111, que desde ya nos obli-
crificio, nos la hicieron admirable a los ojos gamos a traducir prontamente, evocamos con
del cuerpo y del espíritu. toda libertad c-rítica la jerarquía de Cecilia:
Recatada en su calidad de poeta que sur- allí la desolación vista de frente, el espíritu
giera quizás de entre las c-enizas, por sobre enamorado de la vida pero rebelde ante sus
una vida de martirio, algunos pocos amigos urgencias hostiles, y una ancha eNpresión
de infinito tacto afectuoso logramos cono- desnuda de preciosismos, logran la calidad
cer sus escritos, sus meditaciones mejor, y de los versos de "Viagem", una bella unidad
hubimos de alentarla en su erguida timidez lírica. lVlás leve, aunque en el mismo sen-
y asegurarle la responsabilidad de nuestros tido, el poema 11, "quero chorar estrelas" ...
juicios. y en los numerados I, IV, VI y XI, late
Hoy, desde Río de J aneiro, en las "Edi- convulsa, como en Drurnmond, una dura vi-
goes Hipocampo" de selectísima textura, nos bración ósea. Asqueada del vivir sin sen-
llega "Palavras sem eco", apenas 20 poe- tido pero rebelde a la entrega conformista,
mas precedidos de lID digno dibujo de Adol- -existencial diríamos-, Dora Vaseoncelos
fo Pastor, eompañero en el afán solidario. se resigna y lucha a la vez en los poemas I
y ratificamos ahora nuéstro homenaje de y IV, con semejantes oposiciones temáticas
siempre para con esta nueva voz pública del sacadas a menudo de lo cotidiano; o se des-
Brasil más fino y más tembloroso, surgido compone un segundo en el bello poema XI,
de un pasado y un ámbito lleno de natu- aunque allí constata cómo, "desde el fondo
raleza y de vida primitiva, que sobrevive del tiempo brilló mi sonrisa ingenua".
en todo; y que emociona en -esta voz nostál- Pero debemos rápida una aclaración. Aun
gica no por íntima poco universal, no por en esos poemas citados, donde en verdad
experimentada menos ágil, no por abismal Brasil mismo, -es decir, lIDa poética a tra-
poco lúcida: vés de algunos de sus c'uItores más repre-
La reconocemos ubicada líricamente y con sentativos-, se expresa por ella, Dora Vas-
valor, en un plano inmediato detrás de :1\fa- concelos es siempre una tonalidad personal.
nuel Bandeira, Cecilia lVIeireles y Carlos Una especie de reposo físico que no llega a
Drurnmond de Andrade. No detrás en cali- sal' :res\ignación y a,lguna manera piadosa
dades sino en el tiempo; no en segundo para sí y para los demás que no alcanza a
plano por disminución sino por recato, por ser absolución, así como cierto decantamien-
algo de hermana piadosa que comparte la to reflexivo -más pensamiento que grito--
religión de esos sus mayores: el sentimen- ponen en valor los poemas referidos y se
talismo bondadoso del autor de "Ritmo Di- despliegan en los que son más suyos, éstos
soluto", la desolada moral de la autora de que tradujimos y algunos que el espacio y
"Vaga lVIúsica", y el dislocamiento crítico del el tiempo nos impiden difundir.
creador de "Poesía até agora". La forma libre; la imagen sólo contenido,
En el poema X, por ejemplo, que c-omienza no imagen en sí; la representación metafó-
rica de lo humano, a menudo una sendllísi- y una verdad abstracta definitiva: aquella
ma melancolía superior, a veces una feli- pintoresca, ésta desolada. Así en un mismo
cidad triste, (poema XVI), se logran con y maravilloso poema sintético se confiesa:
notable espontaneidad que no disminuye la "soy una inmensa catedral va,cía" y con-
gracia muchas veces illDlensamente desolada: cluye al final trascendiéndose: "y el ángel
"los corredores no llevan - traen de vuel- - me contempla imposible - el índice en
ta" ... (·ruz - sobre los labios complacientes".
No hay en verdad desarrollo sostenido, Integral pues como poesía íntima, puesto
clásico, de las imágenes o de la parábola ge- que se balancean pensamientos, ternuras y
neral: no una secuencia de gran composi- ritmos a la vez, "Palavras sem eco" (20
ción en los medios expresivos. Pero hay en poemas que como los del gran Pablo po-
üambio, porque es poesía moderna, una cons- . drían titularse "20 poemas de amor y una
tante diversidad de relaciones que se enfren- canción desesperada" porque hay una que
tan para complementarse y matizar a la vez las habita a todas) nos merece muy alta
las ternuras; o para contrastarse y revelar consideración estimativa.
angustias. Tal un impresionismo lírico de En realidad desde la primera estrofa del
calidad en que se siente un aparente desen- poema Y, tan naturalmente emocional, tan
cuentro de las imágenes pero también una pura de sencillez finísima, hasta la última
luz entre ellas, que las ambienta, que las del poema XVI: "y que el alma de los pa-
eleva. jarillos muertos ~ se anide en la soledad
Así en ese ejemplar poema XVII. En de mis hombros", tan poderosamente triste,
él, después de afirmar desde el comienzo de tan augusta belleza, se alternan esas dos
"es todo fácil a veces". " y de recoger ama- maneras fundamentales de este elevado poe-
bles y aun tristes sonrisas de la existencia mario. Viajera de paso por la existencia
(,diversas cosas, opuestas realidades, "cuan- que asoma sobre los muros o por entre una
do la risa en guirnalda, une un árbol con duda y un sendero, y a la cual recoge un
otro", "cuando mi sombra me antecede, sin punto o aC'aricia en la reflexión, siente por
otra sombra al lado" -encantamiento de la otra parte que liviandades angelicales y
soledad-) , etc.; después de esa paz pura, acongojadas se le posan sobre los hombros
llega la sorpresiva estrofa final: "mas de re- vegetales. . . Así la imagen total que ella
pente - el amor muda de posición - y to- ama ubicar delicadamente en el mundo de
do vuelve otra vez - inexorablemente ... ". sus palabras sin eco, acaso su imagen pro-
Poesía eminentemente subjetiva en sus pia inconsciencia, es la del "coqueiro", la pal-
raíces, revelación y comentario dulcísimo y mera intrépida, "la única cosa positiva" que
muy femenino, de una amarga experiencia la acompaña a menudo, "la inmobilidad den-
vital, y graciosamente objetiva en sus me- tro del silencio". Brasilidad expresiva y
dios de expresión, resulta un largo monó- profundidad individual pues, dos signos de
logo sencillo, cuyas palabras son las cosas la gTan C'alidad que hoy retorna a nuestra
que rodean a un ser sensible y cuya ausente devoción con las raíces en la tierra más an-
retórica es un balan0eo meditativo y un ba- cha y las almas de los pájaros por las altu-
lance a la vez, entre una nada con formas ras ...
CIPRIANO s. VITUREIRA
p o E M A s
POEMA V
Yo te hallé así
simplemente,
como se arranca la hoja
en el borde del muro.
Yo te hallé
'no sé si en luz
o en sombra,
si en alegría o dolor
o desaliento.
Así te hallé,
naturalmente,
entre. un tiempo
J otro
entre una angustia
y otra
entre una duda
J mi sendero.
y sosegadamente continúo
sin exigir más nada.
POEMA VIII
y el ángel
me contempla imposible
el índice en cruz
sobre los labios complacientes.
POEMA XIII
'3ilencio en el hospital:
sólo las 0uatro patas se oyen
del gato negro.
La palmera aún es la única cosa
positiva.
El dolor, una parcela
de gemidos,
mientras el claro de luna muerde el tejado
y el cerro resulta una cascada
de tugurios
que se anidan
uno en otro
teme.roso~ de resbalar sobre el barro.
Silencio en el hospital:
calor y noche.
La cigarra no canta 'ya,
grita junto a las raíces
del sauce.
y las raíces de la vida
se desprenden
cuando respiran los moriblilldos.
La muerte es el silencio,
la muerte, el gato negro
que se desliza.
La muerte es otro día
que amanece.
La muerte es ese bulto
del árbol positivo,
la inmovilidad
dentro del silencio.
y la ciudad a lo lejos
muy lejos ...
POEMA XIV
Si la vela se extingue,
la delirante cabeza
ardiendo en llamas
Si ya duerme la cigarra
suicida, después
del canto último
Si ya va el ala azul
de la que fué mariposa
llevada por el cordón opaco
de las hormigas.
Si ya están vacíos los nidos
y desolados los pájaros.
Si ya no es verde
el verde de las ranas en el pantano.
Si los charcos desiertos
están, de barquichuelos.
Si ya calló la voz de la guitarra
vencido el día.
Si Margarita ya no es más :Margarita
y sí Señora Santos.
Si el gTillo de levita
no es 'ya maestro de escuela
Id pastor protestante
de la feligresía de los grillos.
Si en esa casa
ya no vive más,
y en esa calle
no existe más,
Yeso acabó,
y el perro se murió,
y se fué de la esquina la palmera,
y aquel geranio
no lo cultivo más.
y del pie de guayabo
no me recuerdo más ...
Mejor fuera
no haber vuelto
arrastrando a mis fantasmas
lívidos del pasado,
muñecos de trapo,
blandos,
que traj e muertos
entre mis brazos infantiles
para contemplar
la tierra de promisión,
donde la calle tiene otro nombre,
álguien se mudó,
el pájaro se fué
y el pasado murió
cansado de esperar.
POEMA XVI
Pero jlITO
Por el nido de paja
y por el sabor de la miel,
Por el abandono del espantapájaro
y por el destino del escarabajo dorado,
Que te amo 'y te amaré
Hasta el comienzo del fuflITo.
D O R A V A S e O N e E L O S
Traducciones de Cipriano S. Vitureira
EL PROFETISMO HEBREO A. TRAVES
DE LA. EXEGESIS MODERNA.
El Dr. Celedonio Nin y Silva acaba de personal del autor. En efecto, como lo C'on..
publicar el octavo volumen de su obra "His- fiesa en el· Prólogo de su primer tomo, el
toria de la Religión de Israel'''; el primer Dr. Nin y Silva fué "un cristiano ferviente
tomo apareció en 1935, y se ammcia ya el y sincero", pero sus creencias terminaron
noveno, que tampoco será el último. E¡¡ta por "esfumarse por completo" gracias al
información cronológi<la y numérica nos ha- estudio. Su drama íntimo ha sido, pues, el
bla de una empresa de amplia envergadura de la lucha entre la razón y la fe. Por eso
cuya mera tarea publieitaria insume ya más se complace en señalar, en ese mismo volu-
de dieciséis años y cuya preparación doc- men primero, la evolución espiritual de al-
trinaria ha exigido, necesariamente, la de- gunas de las figuras más representativas
dicación constante de toda una existencia. del llainado "modernismo" francés, como
Pero no es sólo el producto del esfuerzo fa- Alfredo Loisy y José T:urmel. ~bos, ini-
tigoso y consecuente de la erudición, el fru- ciados en el sacerdocio católi00, terminaron
to de una larga pasión por el estudio y la excomulgados; ambos podían afirmar lo que
docencia. A su calidad de proeza intelec- decía el primero en 1883: "Al presente, la
tual agrega la dignidad de un elevado gesto Iglesia es un obstáculo a,l desenvolvimiento
moral. Esta obra es, en cierto sentido, un intelectual de la humanidad". En todos los
testamento. casos, inclusive en el de nuestro compatrio-
Nos confesamos remisos en la apreciación ta, la eliminación de las construcciones dog-
pública de una empresa de esta jerarquía.· Es máticas vino por el camino de la historia de
cierto que hemos emitido sobre ella nuestro la religión y la exégesis bíblica. El pode-
más entusiasta jlúcio en la conversación pri- roso desenvolvimiento de la C'iencia histórica
vada y desde la cátedra, pero nos sentíamos en el siglo pasado destruía el baluarte de la
cohibidos de señalarla a la consideración superstición. El análisis de los textos bí-
general. Ello tiene su explicación. El es- blicos a la luz de la crítica histórica resul-
tudio del Dr. Nin y Silva marca época, no taba terminante. Hay quienes temen las
ya en la bibliografía nacional o española - exageraciones de la crítica histórica. No
dentro de las cuales, por razones de orden puede haber tal temor. La ,crítica es una
c-ientífico y religioso, es casi inconcebible-, faceta del método histórico, un instrumen-
sino en la bibliografía universal. Era lógi- to de investigación. No 00rresponde des-
co aguardar que sobre ella emitieran su confiar de sus excesos: cuanto más se em-
opinión los más grandes eruditos. Y poca plea, mejor. En los trabajos de albañilería,
significación tendrían nuestras apreciacio- nunca será excesivo el empleo del nivel. La
nes frente a las altamente laudatorias de obra estará nivelada o no, nunca excesiva-
exégetas de fama mundial como Alfredo Loi- mente nivelada. La crítica histórica se ha
sy, José Turmel, C. Toussaint, historiadores ejercido sobre los textos bíblicos de la mis-
de Adolfo Lods, Ch. Guignebert y Lucién ma manera que sobre la constitución espar-
Febvre, profesores como Clemente Ricci y tana de Licurgo o los orígenes de Roma,
otros. para citar dos casos muy 00nocidos. El re-
sultado ha sido siempre el mismo: un con-
Hemos dÍC'ho que esta obra constituye un siderable aumento de la verdad histórica.
testamento, y lo es en un doble sentido: 1.°, El Dr. Nin y Silva nos trasmite su expe-
porque contiene un legado; 2:, porque obli- riencia personal. Ella es, sin embargo,
ga a sus herederos. muy distinta a la de los "modernistas" fran-
El legado que trasmite es la experiencia ceses que menciona. En primer término,
..
porque Loisy y Turmel proceden del sacer- samente un compendio de esa nutrida inves-
docio romauo y sus obras conservan algo de tigación moderna. No se domina fádlmen-
la niebla teológica y la opacidad metafísica te ese vasto campo y sus infinitos problemas.
católicas. El Dr. Nin y Silva, eneambio, El trabajo científico no tolera improvisacio-
proviene del campo protestante, que siempre nes. El ateismo desmelenado y anárquico,
fué, dentro de su espíritu puer~lmente prác- producto de la ignorancia, se ha mostrado
tico, más dúctil a las conquistas de la cien- contraproducente. El libro que comentamos
cia. Esto beneficia la obra de nuestro au- es de lenta y concienzuda maduración. Cada
tor: sus apreciaciones son de estilo más cien- problema se plantea en él con sinceridad y
tífico, se apartan de la típica modalidad amplitud y se dilucida con docota informa-
teológica. ción. Una notable fortaleza de espíritu· le
En segundo término, el Dr. Nin y Silva ha permitido al autor derribar fronteras
formula sus juicios con equilibrio y sereni- casi infranqueables, e iluminarnos con con-
dad. Loisy y Turmel estuvieron largos quistas imprescindibles del pensamiento hu-
años en la Iglesia y les >costó abandonar sus mano. De ahí nuestra actitud de reconoci-
filas. Turmel siguió vistiendo el hábito y miento.
llamándose "pretre".· Ambos se sintieron Ese rico legado nos impone, además, obli-
defraudados o estafados y reaccionaron con gaciones. Ante todo, porque es un ejemplo
indignae'.Íón. Turmel tomó como lema un de trabajo silencioso y tenaz, de un trabajo
texto de Isaías: "el día de la venganza está efectuado sin más recompensa que la íntima
en mi córazón". Su obra no es, natura1- satisfacción del sabio que llega a dominar su
mente, fruto de la pasión, sino de conoci- tema. Esta obra tiene que depararle a su
mientos muy profundos y meditaciones de- autor muchos sinsabores, provooados por la
tenidas; pero en ella se aprecia siempre la incomprensión y la hostilidad. La incom-
vibración del sentimiento. El Dr. Nin y prensión, porque es accesible a muy pocos
Silva ha procedido con notable ponderación, espíritus; la hostilidad, porque en un me-
con sereno equilibrio, tanto más visible dio como el nuestro choca necesariamente
a medida que avanza su obra. Casi· podría con el sectarismo doctrinario o la beatería
decirse que sólo en el primer tomo muestra común. ~4gréguese a ello, las tremendas di-
su ·corazón; el resto es obra de ciencia pura. ficultades de edición. Y bien, trabajar en
El autor entrega su rico legado a las ju- esa forma, sin estímulos pero sin desfalleci-
ventudes de habla española. Esto implica, mientos, es una lece'.Íón insuperable.
de parte de sus beneficiarios, recoonocimien- La obra, asimismo, confiere lID método -
to y obligaciones. Reconocimiento, ante to- la investigación científica-, y entraña una
do, porque la juventud hispano-americana posición espiritual -el racionalismo- que
vive en el mayor desamparo en cuanto al hay que recoger y desarrollar. Desearíamos
slUninistro de material científico sobre estos que esta obra fuera un punto de partida y
tópicos. La literatura corriente es apologé- que nuestro pequeño Uruguay se transfor-
tica y sectaria. Excepcionalmente se le su- mara en un oasis de estudios racionalistas
ministra alguna mala traducción: un viejo en medio de este páramo de filosofías deca-
libro de S. Reinach o un breve ensayo de dentistas y angustiadas, de moral cínica o
Lods. Los países de origen ibérico suman, corrupta que nos ofrece este promediar del
a su atraso ee'onómico, una verdadera indi- siglo veinte.lVluchas tradiciones culturales
gencia intelectual. En cuanto a los estudios tienen como origen un aC'Ontecimiento litera-
bíblicos, muy pocas personas podrían cote- rio. Las investigaciones de Ohampollion de-
jar la versión latina de San Jerónimo con terminaron en Francia una secuela de egip-
la griega de los Setenta, y ambas con los tólogos que -a través de Lenormant, lVfa-
textos hebreos. :Muy pocos, inclusive, pue- riette, lVlaspero, lVIoret, lV1ontet- se prolon-
den consultar las clásicas versiones y comen- ga hasta nuestros días. El famoso libro de
tarios de Reuss y La BtiMe dll. Centenaire. y Gibbon -"Decline and Fall of the Roman
eso en cuanto a una parte de las fuentes, a Empire"- creó en Inglaterra un profundo
las que habría que agregar un cúmulo. pro- interés por los estudios romanos y bizanti-
digioso de trabajos de exégesis y hermenéu- nos que ilustran los nombres de Finlay,
tica. El libro del Dr. Nin y Silva es preci- Freeman, Bury y Baynes. Esperamos que el
libro del Dr. Nin y Silva afirme un prece.- la competencia del autor así como del sen-
dente similar. Su exégesis del Antiguo tido general de la voluminosa obra.
Testamento, por ejemplo, debe ser continua- El tema desarrollado aquí es de un inte-
da por una del Nuevo, y su Historia de la rés apasionante, "Los Profetas del siglo
Religión de Israel por una historia del cris- VIII", y comprende, por tanto, el estudio
tianismo elaborada con idéntico espíritu. histórico y exegético de cuatro grandes pro-
fetas oanónicos: Amós, Oseas, el primer
Isaías y JYIiqueas.
Dado el carácter eminentemente científi- lVIe permito recordar la importancia que
co de la labor historiográfica, no se estila ha tenido, en' la historia de la cultura, el
juzgar la obra histórica desde el punto de profetismo hebreo. En toda religión ha ha-
vista literario. Hemos dicho en uno de bido augures y videntes, es decir, intérpre-
nuestros libros: "La Historia, por la natu- tes o anunciadores de la voluntad divina.
raleza que ha aloanzado, debe tener un len- Así, por ejemplo, la antigua civilización
guaje preciso, científico. Cada hecho, cada griega nos muestra el ejercicio de la mán-
circunstancia se denomina con un vocablo tica en la institución de los oráculos, y los
determinado, y cada término tiene signifi- romanos continúan la práctica del haruspi-
cado exacto. Consideramos de gran conve- cil~m heredado de los etruscos. Pero ningu-
niencia una amplia difusión de diccionarios na de esas formas de adivina0ión ha teni-
de términos históricos, sociológicos, de eco- do la importancia del profetismo del pueblo
nomía política, etc. que suministren, al que de Israel. Comenzaron por conferirle esa
intente escribir Historia, el repertorio téc- jerarquía los propios hebreos, que designa-
nico indispensable. Como en la ciencia ju- ban sus libros sagrados con el nombre de
rídica, cuyas formas de expresión tanto ad- "La Ley y los Profetas". La mantuvo en
mirara Stendhal, la Historia 'debe alcanzar ese plano la apologética cristiana, aunque
su suprema belleza por la utilización de un ésta pretendió descubrir en los profetas el
lenguaje claro, exacto, preciso" ("Introduc- vaticinio de la aparición de Jesús y, de ma-
ción al estudio de la Historia", pág. 80). nera general, de todo acontecimiento histó-
Como el Dr. Nin y Silva domina ese ins- rico ocurrido o por ocurrir. La exégesis crí-
trumental técnico, su obra posee la belleza tica del siglo pasado mantuvo y aún redo-
exigible. Agreguemos que en éste, como en bló, por lo que se verá, ese interés. Renán,
todos sus libros, el autor acredita su antigua por ejemplo, dice en la introduc0ión de su
oondición de profesor de idioma español ha- "Historia del pueblo de Israel":
ciendo frecuentes y atinadas consideraciones "Grecia no tuvo, en el círculo de su acti-
de orden gramatical. Llega a la prolijidad vidad intelectual y moral, más que una la-
dfl señalar con un asterisco los neologismos guna ; pero esa la-","1lna fué considerable.
o vocablos no aceptados aún por la Real Despreció a los humildes y no sintió la ne-
Academia Española, e incorporar vocabula- cesidad de ,un Dios justo. Sus filósofos, so-
rios en los que explica su significado y ñando con la inmortalidad del alma, fueron
aboga por la constante renovación del idioma. tolerantes para con las iniquidades de este
mundo. Sus religiones no- fueron más que
encantadoras niñerías mun~>cipales; jamás
Si de la obra de Historia no interesa ma-
llegó a la idea de una religión universal.
yormente el valor literario, aunque lo tenga,
en cambio se le exige mucho en otros aspe<;- "El genio ardiente de una pequeña tribu
tos: planteamiento del tema, dominio de las establecida en lID perdido rincón de Siria,
fuentes y la bibliogl'afía, tesis que se sus- parecía hecho para suplir este defecto del
tentan, esclarecimiento de los problemas y espíritu helénico.
muchos otros y delicados tópicos. Sería va- "Israel no soportó jamás ver el mundo
na pretensión la de querer juzgar en ese tan mal gobernado bajo el gobierno de un
sentido los ocho volúmenes de la "Historia Dios calificado de justo. Sus sabios sufrían
de la Religión de Israel". Nos limitaremos, accesos de cólera ante todos los abusos de
pues, a reseñar el tomo VIII que acaba de que está plagado el mundo. Un mal hom-
publicarse. Los lectores de esta revista ten- bre que muriera viejo, rico y tranquilo, ha-
drán así una idea aproximada del método y cía rebosar de rabia sus corazop.es.
"A partir del Siglo IX a. C., los profetas nes y otras prácticas rituales, elevados idea-
dan a esta idea la magnitud de un dogma. les de justicia, etc.
Los profetas israelitas son publicistas fogo- Estos problemas los plantea el Dr. Nin y
sos, del género de los que hoy llamamos so- Silva en el capítulo I de su obra (yen al-
cialistas y anarquistaS. Son fanáticos de gunos otros tomos anteriores). Destruye la
la justicia social y proclaman en alta voz interpretación que del profetismo hace la
que si el mundo no es justo o susceptible de ortodoxia; fija la opinión de la psiquiatría
llegar a serlo, es preferible que sea destrUÍ- moderna sobre el éxtasis de los nebiim o po-
do ... " (op. G'it., I, iijiii). seídos (nab'i, en singular, y nebiiJn, en plu-
ral, es la denominación hebrea de los pro-
fetas); analiza el contenido habitual del
mensaje profético desde el punto de vista
Se señalan los siguientes períodos del moral y social, así {;omo su papel de "crea-
profetismo hebreo: Profetas legendarios, dores originales de concepto¡J. religiosos";
como EIías y Eliseo. Profetas del s. VIII, señala, por último, el ámbito histórico de los
los que estudia nuestro autor en el volumen profetas pre-exílicos, antes de estudiar al
comentado, verdaderos creadores del mono- primero de ellos. Amós.
teismo y de la concepción de un Dios uni-
versal, y otros del s. VII (Sofonías, Nahum).
La prédica de todos ellos conduce a la gran El estudio del rudo profeta de Tecoa (co-
reforma deuteronómica del año 621. Profe- mo el de los demás) se hace en forma siste-
tas del cautiverio (como Jeremías, que 10 mática, siguiendo el texto línea a línea. El
anuncia, Exequiel, Deutero-Isaías y otros)· suministro de las fuentes constituye uno de
Y, finalmente, los del retorno, promotores los méritos mayores de la obra del Dr. Nin
de la reforma levítica. El Dr. Nin y Silva y Silva. El autor viene dando, práctica-
los ordena adecuadamente en estos tres mente, una nueva traducción de la Biblia.
grupos: profetas pre-exílicos, exílicos y post_ Esa nueva versión es crítica, erudita, ajus-
exíliC'Os. tada fundamentalmente a La Bible d:w Ce1/¡-
tenail'e, insuperable traducción al francés
La crítica moderna, al mantener y. redo-
cuya ejecución insumió treinta y dos años.
blar el interés por el estudio del profetis-
Cuando hay discrepancias, el Dr. Nin y
mo, destaca estos' aspectos de su significa-
Silva cita las diversas formas: el texto ma-
ción histórica:
sorético, la versión de los LXX, la Vulgata
1. - La Ley, o sea, la legislación que se y las comunes traducciones a nuestra lengua.
pretendía atribuir a 1VIoisés, es, en su mayor Estas, ya sean las que usan los protestantes
parte, posterior a los profetas y una conse- (versiones de Valera, Pratt y otros), como
cuencia natural de la prédica de éstos. la católica de F. Scio sobre la Vulgata, pier-
2. - Los profetas son agitadores adecua- den todo valor, como no sea dogmático o li-
dos a su medio histórico, dentro del cual túrgi00, frente a esta nueva versión que
hay que estudiarlos. Es inútil buscar en viene elaborando el Dr. Nin y Silva. En to-
ellos vaticinios de todo lo sU0edido o a su- dos los casos, el autor realiza sus comenta-
ceder. rios 'sobre los textos que los exégetas coin-
3. - El profetismo se inicia como una re- ciden en considerar como auténticos; pero
acción contra las transformaciones sufridas no por eso deja de traducir los trozos apó-
por el pueblo de Israel a raíz de su estable- crifos o agregados, señalando minuciosamen-
cimiento en Canaán: propiedad privada, te las razones que ha tenido la crítica para
injusticia social, corrupción, lujo, idolatría, negarles autenticidad.
etc.
El ministelio de Amós se cumple en el
4. - Representa una corriente espiritual reino del Norte, Isra'el, durante el brillante
opuesta a la religión sacerdotal y a la cre- reinado de J eroboam II (783-743). El pro-
dulidad popular. feta es lID sencillo pastor del reino del Sur,
5. - Los profetas son 10s0l'eadores de Judá. En cierto sentido, su misión refleja
algunos de los rasgos característicos de la la indignación de un pueblo aS0ético que
religión hebrea: mücidad y universalidad subsiste apenas al borde del desierto frente
de Yahvé, oposición al culto de las imáge- a la opulencia y la corrupción en que ha
caído una parte de ese mismo pueblo en su vida depravada y le da tres hijos de adul-
contacto con los ricos cananeos. terio. El mensaje de Oseas consistió en pre-
El libro de Amós contiene: una larga y sentar a Israel como la esposa infiel de Yahvé,
cadenciosa lista de reproches contra los esposo amante, puro J leal. También Oseas
pueblos vecinos, inclusive 00ntra Judá, con condena la injusticia y, particularmente, la
el presagio de castigos terribles; vibrantes corrupción de su pueblo. Ataca incluso a la
invectivas, rebosantes de indignación, fusti- propia institución monárquica y a su mala
gando a los ricos y poderosos, a los jueces polítiea internacional. Fustiga las falsas prác-
venales, al lujo, la molicie y la sensualidad ticas religiosas, llenas de actos orgiásticos e
de hombre y mujeres ("j OhJ vacas de Ba- idolátricos. La lujuria es una verdadera, ob-
sán !"); condenando las fiestas y los sacri- sesión para Oseas: prostitución, adulterio,
ficios, las peregrinaciones y los santuarios; concepción, embarazo, abortos, pechos secos,
reclamando que "el derecho surja como el matrices estériles, son sus temas más frecuen_
agua y la justicia00rra como torrente inago- tes. La idolatría es condenada en forma ter-
table"; y termina anunciando, ante el peli. minante: "l\Ie es odioso tu becerro, oh Sama-
gro que avanza (los asirios), el castigo im- ria. .. Un artífice lo ha fabrÍC,ado; no es un
placable de Yahvé, al que nadie escapará. dios". Sólo una cosa reC'lama Yahvé: piedad,
Todo esto dicho en un lenguaje de rudeza y amor, misericordia. El término hebreo (he-
fuego, con gráficas imágenes extraídas de sed) significa a la vez, piedad religiosa y
su experiencia de pastor, con frases que son ternura familiar.
verdaderos latigazos de cólera y reivindica- Oseas anuncia castigos divinos, especial-
ción social. Amós ha sido considerado siem- mente una invasión extranjera y el destierro
pre un revolucionario; el padre espiritual, de Israel. Pero he aquí una nota novedosa
á través del tiempo, de un Savonarola o un en la prédica de Oseas: el profeta transfiere
Carlos Marx. a su dios una modalidad de su propio carác-
El Dr. Nin y Silva analiza el panfleto de ter, que es la facultad de perdonar indefini-
Amós versículo a versículo, para llegar a damente. El Yahvé de ~~ós es juez sañudo
fijar algunas conclusiones: el con0epto de e implacable; el de Oseas presenta, frente a
Dios que emana de ahí, es el de un juez im- su pueblo, la misma tolerancia que el profeta
placable y terrible (hay algunos trozos me- había tenido en su azarosa vida 0Onyugál.
SIalllCOS en el libro, naturalmente espu- Dios castigará con energía la infidelidad de
rios); pero ese Dios no es ya el Yahvé pri- Israel, pero está dispuesto, ante un acto de
vativo de los hebreos, sino un dios univer- arrepentimiento, a olvidarlo y perdonarlo
sal; es, en cierto sentido, la rígida encar- todo. Con Oseas nace la idea de un dios
nación de los principios abstractos y uni- tierno y misericordioso.
versales de justicia y moral. En su nombre,
pues, debía atacar, con señalada ·virulencia,
la injusticia social, el ritualismo hipóC'rita,
Los dos primeros profetas canónicos tienen
la fanfarronería nacional, el orgullo de la
riqueza y la jactancia de la lujuria. un fondo original de profecía, con algunos
agregados posteriores. En el libro de Isaías
nos encontramos, como dice Gauthier, con
"una verdadera antología profética". Bajo
l\Iuy distinto es el caso del segundo pro- su nombre se reunen obras de muy distinta
feta estudiado: IOseas. Nace y vive en el époc'a, de las que se destacan tres principa-
reino de Israel; es hombre de ciudad, de- les conjuntos: 1.0) el primer Isaías o Isaías
duciéndose, de sus imágenes, que era de a secas, integrado por los 39 primeros capí-
oficio panadero. Actúa desde el brillante tulos; 2.°) el Déutero-Isaías (cap. XL al
reinando de J eroboam U y asiste a la de- LY), de fines del cautiverio; y 3.°) el ter-
crepitud y posiblemente a la· caída del reino cer Isaías (L\TI-LXVI), posterior al retor-
del Norte, cosa que ocurre en 722 0uando no· Cada una de estas partes, por lo de-
los asirios toman Samaria. más, está llena de interpolaciones.
Oseas transforma su drama personal en En esta obra se analiza, por supuesto, el
una advertencia divina. Casado con Gomer, pimer Isaías, único del siglo YUI. Este
kadesha o prostituta sagrada, ésta continúa profeta, en efecto, actúa desde 740 a 701,
bajo los reinados de Uzías, Joatam, Acaz y como se ve en los Oráculos Sibilinos O en
Ezequías de Judá. Su importancia es tan Horacio y otros autores; el niño de cuyo
considerable que el Dr. Nin y Silva le de- nacimiento habla Virgilio es simplemente
clica muc!ho más de la mitad de este volu- Salonino, hijo segundo del cónsul Polión, al
men de 510 páginas. He aquí _las razones que está dedicada la Egloga; los exégetas
principales: 1.0) Isaías es el mayor de los ortodoxos han deformado evidentemente el
clásicos, el más notable escritor del siglo de texto suprimiendo versos y alterando otros,
oro de la literatura hebraica; 2.°) al revés eomo el Iam redit et Virgo redeunt Satm'nia
de sus antecesores, Isaías es hombre de ele- J'egna, en el que la clara referencia cosmo-
vada alcurnia, un aristócrata, consejero, gráfica se ha traducido como una alusión a
médico y valido de reyes, aunque lUlO de la madre de Jesús; y, en fin, autorizados
éstos -dice una leyenda- lo mandó colocar padres de la iglesia, como San Jerónimo,
dentro de un troneo hueco que hizo aserrar; sintieron escrúpulos o repugnancia en dar a
3. es político eminente, que conoce y do-
0
la composición de Virgilio esa interpreta-
mina los grandes problemas internacionales ción apologética.
de su época, que son realmente graves (ex-
pansión asiria, caída de Samaria y ruina
del reino de Israel, etc.) ; 4.°) con él se con.- El último profeta estudiado, Miqueas, es
solida la concepción d~ Yahvé como dios contemporáneo del anterior, pero, en C'ierto
universal; 5. 0
sus profesías contienen la
)
sentido, su antípoda. De cuna modesta, na-
prédica escatológica del fin del mundo; cido en provincia, se siente despavorido e
6.°) finalmente, se ha hecho famoso por ser indignado ante el lujo y la situación inter-
un profeta mesiánico que anuncia a su pue- nacional de su época. Sólo una cosa lo her-
blo la llegada de lUl glorioso rey (especial- mana con Isaías: el brillo y la riqueza de
mente en el c. XI), en lo que la ortodoxia su estilo literario. Ambos pertenecen al pe-
cristiana ha visto un preanuncio de Jesús. ríodo clásico de las letras hebreas, aunque
En lo demás, Isaías sigue las ,grandes líneas en lVIiqueas se insinúan ya virtuosismos de-
de la predicación de Amós y Oseas, conde- cadentes, como la abundanc'Ía de imágenes,
nando la injustic"ia social y la explotación los juegos cacofónicos de palabras, etc.
del poderoso, fustigando a los corrompidos, Del libro que se le adjudica, es relativa-
rechazando la multitud de sacrificios y ac- mente poco lo que le pertenece. Su prédica
tos rituales. Todo ello dicho con grandio- es eminentemente moral: fustiga al rico, al
so, elocuente y poético lenguaje. USlITerO, al juez accesible al cohe0ho, al
La exégesis del Dr. Nin y Silva es mi- magistrado que prevarica, al profeta com-
nuciosa, precisa, exhaustiva. Analizando el placiente y venal. El problema más inte-
mencionado cap. XI, por ejemplo, el autor resante, quizá, es el que se refiere al cap. V.
no sólo estudia su contenido y su posible Tiene contenido mesiánico, y es muy difí-
feeha, ya que en general trasunta esperan- cil que sea realmente de lVIiqueas. Anuncia
zas post-exílicas· Alude igualmente a lo a un monarca victorioso que impondrá la
que se podría llamar el mesianismo gentil paz en la tierra y cuya autoridad se ejer-
o pagano, fervoroso anhelo de un retorno a cerá sobre todas las naciones. Díeese allí que
la edad de oro. En trances de decadencia, saldrá de Bethleem de Efrata y pertenecerá
el período helenístico creó utopías, soñó al tronco de David. Es esta, pues, la pro-
con el advenimiento de épocas de ventura. fecía que, al elaborarse la leyenda del me-
De esas ~xpresiones de esperanza, el cris- sianismo de Jesús, obligó a los evangelistas
tianismo ha exaltado la IV Egloga de Virgi- a toda clase de -contorsiones. lVlateo y Lu-
lio, a la que presenta como un vaticinio de cas, en efecto, explican de distinto modo y
la llegada de Jesús. Como en todos los de- por razones inadmisibles el nacimiento de
más casos, y a través de un buen texto que Jesús en Belén. Ambos, igualmente, dan
reproduce, el Dr. Nin y Silva estudia esa genealogías distintas a fin de adjudicarle
Egloga, consulta la opinión de los eríticos y estirpe davíclica, con lo que se plantea un
llega a conclusiones definitivas: el adveni- doble problema: por un lado, resulta in-
miento de una época de felicidad era un compatible la simultánea filiación davídiea
deseo frecuentemente expresado entonces, y divina de Jesús; y, por otro, ambas ge-
nealogías parten de José el carpitero que no como obra profana, trabajo humano, les ha
fué, según los propios relatos evangélicos, hecho recobrar su carácter de hermosos res-
más que el padre putativo de Jesús. Del tos literarios, de invalorables tradiciones
análisis de ese cap. V se deduce, puesl que históricas. Frente a ellos, desde luego, y
el :l\1esías anunciado sería un rey poderoso, como en todos los casos, la crítiC'a histórica
con el cual se iniciaría una era de paz uni- se ha vuelto exigente. Ha disipado mitos,
versal. Sus atributos no coinciden con los eliminado fraudes, rectificado errores. Moi-
de Jesús, y el empeño de los cristianos por sés ha dejado de ser autor del Pentateuco,
identifieoarlos no ha hecho más que echar como Licurgo perdió su carácter de legisla-
las bases para que se plantee el problema de dor espartano; el Génesis ha pasado a ser
la historicidad misma del fundador del una cosmogonía más. Toda esa heterogénea
cristianismo. masa de tradiciones ha sido radicalmente
reordenada lógica y cronológicoamente. Con
La larga consideración de la Biblia como todo ello, ha ganado enormemente la cultu-
libro revelado, a la que todavía sigue afe- ra humana, aunque haya perdido algo la
rrada la Iglesia, impidió durante siglos su ciencia divina. Antes, el hombre se acer-
estudio científico. Las tradiciones hebrai- caba a esos textos con el temor y el sobreco-
cas del Antiguo Testamentq constituían un gi¡rniento de quien pisa terreno sa",OTado;
libro sagrado, ahistórico,. de valor ritual o hoy, con el despejo, el entusiasmo y la so-
teológico pero no literario. Quien transi- lidaridad de quien estudia la obra de sus
taba sus páginas, lo hacía con uncoión fervo- hermanos. Y los profetas, por ejemplo, no
rosa; sus palabras eran fórmulas que se son ya meros instrumentos divinos, sino in-
musitaban en tono sacramental. domables agitadores, vigorosos caracteres de
La moderna exégesis bíblica ha devuelto perfiles contradictorios, a veces, pero de
a esos libros su virtud. Al considerarlos indudable pasta humana.
J E S U S B E N T A N e o U R T D I A Z
ROMA.NCES DE LA NOCHE VIEJA
v I e T o R I A N A D I A z
La pareja Hans Platschek
H A N s p L A T s e H E K
ceptos estéticos. Pero este joven ya se di- que su forma llega a ser sobre-dimensional.
rige a una visión propia, por su particular Considerándose la relatividad del espacio
filtración de esta problemática en que la objetivo, la pintura de Platschek eonsiste en
postura teórica se funde a priori con la ne- la extensión del espacio interpretado yen
cesidad emotiva de expresarse. He aquí la su fijación monoplana mediante el signo,
razón por la cual llega a la pintura. Tam- como elemento constitutiVo en función plás-
bién expliea eso su orientación estética y tica. Por medio del colorido del "fondo"
su determinación formal, su estilo, que in- (que, en realidad, es ,en esta pintura un
dican la aleación mental de lo que espiri- fundamento fuera de lo dimensional), el
tualmente es, para él, la verdad plástica y pintor da movimiento y vibración a su pin-
que guía su sentimiento hacia una realiza- tura; la lleva a la intensidad material y a
ción del propio acto artístico. la hondura de la sensación pictórica, den-
Así, lo encontramos más intelectual, me- tro de la cual los signos, con su densidad
nos lírico y romántico que Paul Klee con el propia y su diferente extensión lineal, pro-
cual Platschek demuestra eierto contacto en ducen el choque con un empaste, que en
el modo de sentir. Pero la sugerencia poéti- este mundo carente del objeto visual exte-
ca de su arte se halla más ubicada en la in- rior, no tiene función cromática ni atmos-
tensidad de S1.1 refleXión introvertida y feriea.
hasta contemplativa, aunque no faltan tam- Lo esencial de su pintura radica en la su-
poco auténticos momentos dramáticos en gerencia de la unidad interior de la forma,
medio de la misma factura aparentemente relativa a toda clase de dimensión, sin que
estática. Lo dinámico está compensado es- tenga que recurrir a abstracciones geomé-
piritualmente por la intensidad en su or- tricas de índole metafísica, incompatible
den categorial interno. . con una realidad objetiva interna. La obra
Su visión entraña un mundo pictórieo de pictórica de Platschek es de tensión vitalis-
inmaterialidad imaginaria desde dentro, ya ta y no se agota en un mundo ficootieio de
los simbolismos. Y lo prin~oipal es que su estilístico, nÓtanse. dos expresiones diferen-
pintura posee organización, que responde tes: el ritmo de las formas lineales y el vo.-
al orden interno de la visión de valores, con lumen insinuado por algunas valoraciones,
ideación perforante de los elementos plás- especialmente en algunas de sus obras de
ticos que insinúan, más de una vez, a seres 1949. Pero por lo general, predomina la
fantásticos que corresponden a los signifi- concepción abstracta más concluída, más
cados mágicos de la realidad social de to- "pictográfica" y de más directa sugerencia
dos los tiempos. Platschek es colorista y hacia un mundo trascendente. Existe, con
sus medios demuestran definición y disci- todo, un contacio interno entre las dos ma-
plina formal. Su obra certifica imagina- nifestaciones estilísticas en el orden más
ción colorística que acusa una seria concen- intrínseco de las cosas.
tración en cuanto a la estructura tonal, a También sus gO'Uaches, en los que se ad-
la transparencia del color y que concuerda vierte la misma materia con mayor lumi-
con la finalidad de su pintura: materia fi- nosidad y soltura, siguen la idea principal
namente valorizada y diferenciada, nobleza de su obra, verificado en el ódeo. Se pro-
en la variedad tonal de sus gamas. Los ver- duce allí la disolución casi "atmosferizaCta"
des, sienas, bermellones, carmines, €tc., etc" del fundamento o plano único, más traspa-
llegan a darse con verdadero sentido pictó- rente aún, más luminoso y envuelto hacia
rico y con conciencia de oficio. Sus ento- los signos, líneas, etc. Aquí se desta0an so-
naciones no son sino resultados de un tem- bre todo las gamas delicadam€nte matiza·
peramento verdadero y de una sensibilidad das en celeste-verdoso~riscon sus respecti-
de pintor que atestiguan su refinamiento vos tonos contrapesados y con sus entreva-
estético. En lo que respecta a lo puramente lores.
A • G o L D s e H M I D T
J u L I o e A s A R A V 1 L L A
Dibujo P9T Jean Coeteau
El genial autor de "La Comedia Huma- Balzac, fué el gran hallazgo de su vida, y
na", tiene en esta capital un profano san- a quien desde sus primeros 2.0 años, ha de-
tuario en su honor, para difundir las ense- dicado los más numerosos y ricos de sus
ñanzas de sus libros y hacer aun brillar con esfuerzos. Lo leía hasta en los intervalos de
mayor fulgor la plurifacetariedad maravi- teatro, ensimismado en él en su butaca de
llosa de este Maestro. espectador.
El Museo Iconográfico Balzaciano, con
Ya, en 1920, comenzó a publicar sobre
sede en la actualidad en la calle Solano Gar-
Balzac en la revista mensual "La patria
cía 2587, en Villa Biarritz, fué creado en
italiana en el Uruguay", dirigida por don
1929 por su Director Don Santiago Gastaldi,
Rafael ~~bella, después, lo hizo en el suple-
montevideano, nacido el 21 de Diciembre de
1891, en pleno c<orazón de esta ciudad; en la mento de "La lVIañana" dirigido por el ilus-
calle Miguelete y Ejido. tre OttoJ\rIiguel Cione luego, en "El Ideal", a
Realmente curioso es el génesis de la vo- cargo del Dr. Alberto Schinca, más tarde al
cación de balzacista de este hombre de -letras. de Don Ricardo ES0uder, y con posteriori-
dad en "El Pueblo" dirigido por el Dr. Juan En 1936, Don Santiago Gastaldi, recibió
Antonio Buero. del Gobierno de Francia la encumbrada dis-
y de este intenso y perseverante amor tinción eonstituída por las Palmas Acadé-
admirativo a Balzac, de Gastaldi, surgieron micas, oficial recompensa a sus trabajos por
dos grandes frutos: 1. 0 La Confraternité Balzac, que en causa no muy lejana, lo son
Universelle Balzacienne, hermandad que por Francia y por el Uruguay, principal-
une a más de 3000 literatos distribuídos en mente.
los más diversos puntos del mundo. Idea- :lYfuchas son las distinciones recibidas por
lista organización que mantiene el nombre de Gastaldi provenientes de todas partes de la
Balzac como gallarda bandera de compren- tierra, pero, antes digamos que su obra tie-
sión solidaria con la humanidad. ne la adhesión de: Camille :lYIauclair, Ga~
Esta Confraternidad, fué fundada en briel Hanoteau, André '1Iaurois, W. Somer-
1929, y tuvo por primera reunión prelimi- set :lYI'augham, Gabriela :lYIistral, Albert
nar a su constitución, a la realizada en la Einstein, Henry Bordeaux, lVIanuel de Fa-
redacción de "La Mañana", en la 0alle Ciu- lla, Ricardo Rojas, Mauricio M:aeterlinck,
dadela, por los amigos de Santiago Gastal- William Hobart Royce y tantas otras pre-
di, Otto Miguel Cione, Julio Frieri y Amé- clarísimas.
rico Agorio. Después, se hicieron varias re- Además, Gastaldi, ha, publiC'ado -y si-
uniones en la residencia del señor Gastaldi. gue haciéndolo- durante más de 30 años,
2. 0 El :lYIuseo IC'onográfico de Honorato de artículos en su mayoría sobre Balzac y su
Balzac. ohra, en diversos diarios, periódicos y re-
Su inauguración en 1935, tuvo lugar en vistas de varios continentes. En nuestra "Re-
la pintoresca Villa Colón, donde permaneció vista Nacional", en "El Oomercio" de Lima,
instalado hasta hac-e unos cinco años. en "La Prensa" de Nueva York, en "La Ma-
La prensa se ha ocupado muchas veces de ñana", en "La Tribuna Popular" de Mon-
este museo. En el ":lYIundo Uruguayo", apa- tevideo ...
reció hace años, una interesante nota, fir-
Figura de responsabilidad en el campo de
mada por Servando Cuadros.
las letras es este balzacista, dando testimo-
¿ Qué posee este museo especializado? Mi-
nio elocuente de su valía los siguientes títu-
les y miles de ilustraciones, de textos bal-
los honoríficos, entre tantos otros, con que
zacistas, cien y tantas carpetas con minu-
ha sido agraciado: :lYIiembro Correspondien-
{.josa y excelente información personal de
te de la Academia de la Pensée Francaise,
Gastaldi -en su mayoría- sobre el emi-
~M:iembro del Comité de Honor de la Fede-
nente autor de "Papá Goriot". Fotografías
ration Intemationale Des Arts, Des Lettres
de visitas de personajes a este instituto cuL
et Des Sciences, Miembro de Honor del Club
tural, condecoraciones a su director y pro-
Faubourg, y Vioopresidente honorario de
pietario.
"The Glorious Company of Balzacians of
Este museo, verdadero ambiente francés
America", de Nueva York.
injertado en Montevideo, ha sido visitado
por muchísimas personalidades, entre éstas, Tal es este museo, esta confraternidad
en 1940, recuérdase a Stefan Zweig, que lle- balzacianos, y tal es Don Santiago Gastaldi
gó a él en búsqueda de amterial literario amable literato que ha ofrendado su vida
para escribir la bio~afía sob¡re Balzac, entera a la personalidad hercúlea del gran
obra que dejó incompleta al quitarse la vida psicólogo en sus libros, que fué Balzac, con
en Petrópolis (Brasil), en Febrero de 1942. su pluma llena de color, de vida exuberante.
El álbum de visitantes de este museo, re- Las obras de este magnífico francés COllS-
gistra firmas prestigiosas como las de: Ru- tituyen una grande y potente antorcha, toda
fino Blanco Fombona, Arturo Capdevila, luz, y es Gastaldi, en el Uruguay quien la
Pierre Defontaine, Eugen Relgis, Carlos sostiene con abnegada eficiencia desde hace
Martínez Vigil, Raúl Montero Bustamante, más de un cuarto de siglo, alumbrando a
:Margarita Sarfatti, Leo Poldés, Gastón Fi- la humanidad, siempre en pos del más allá
gueira, Alberto Zum· Felde ... dichoso.
R I M A E L v O A R D o I N O
..
EL CAFE DE ORIENTE
GARRÁN, EL DIACONO
Una gran ceja dramática sobre el tecla- no rec'Ünoce tubos digestivos. El arte sólo
do desnudo de unos dientes enormes. De- creado para comer puede llegar a no ser crea-
bajo, un poco de humanidad enlutada. Este do yana ser arte. Y i ay del artesano que
es Garrán, el diácono. pudo ser artista!
Al crear a Garrán debió padecerse un gra- No, no hay dos vidas: una para el templo
ve error. La báscula de pesar espíritus es- y otra para la plazuela. No se puede ser
talma en desnivel, porque a este pequeño a un tiempo diácono y pregonero. Garrán
hombre negro le tocó un alma demasiado ha deleitado a muchos golosos, con vientres
grande. Menos mal que utiliza el sobrante y senos desnudos, ha regocijado a muchos
para ejercicios de amor... Escribe innu- pasatiempistas, con travesuras escritas al pie
merables cartas rosadas a una novia lejana de los dibujos -ancha y florida carrete-
y azul que periódicamente - ¡ay! - le ra-; pero el arte de Garrán no es la de des-
aguarda en unos jardines bien reales. Pero nudar vientres ni senos, sino el de desnudar
Garrán, en un confortable despacho del ca- espíritus, dejándolos presos en la fina ma-
fé de Oriente, después de llenar varias ca- lla de la caricatura.
rillas de dulce prosa emocionada, vuelve al Joven diácono Garrán : No la carne desho-
ensueño de su vida - el arte - y ya le jada, sino el espíritu sorprendido. Ese es
vemos oficiar de diácono en la mesa anti- tu blanco.
papal de Rafael Barradas ... , confiando en
que pronto tendrá también su silla, su rito
y sus cánones. Elll'ique Garrán ya tiene su emblema: Un
Maravilla hallar ahora un diácono, entre pino desmayado, y, en la rama cimera, un
tantos ya definitivamente ungidos... Sor- cascabel. Esta gran ceja dramática que bro.
prende hallar un aprendiz entre la gran ta sobre el teclado desnudo de unos dientes
muchedumbre de maestros. Es un feliz ha- enormes - negro matorral sobre un pia.
llazgo el de un disc~:r}Ulo... , pero puede no - tiene debajo un poco de humanidad
ser esto una red. Nadie mejor que aquél enlutada, pero su paso lo anuncia un cas-
que se dice Benjamín del arte puede meter cabel. Guardémonos del cascabel. Si acaso
en su costal - con suave astucia - las co- quisierais esquivar la tragedia de este pe-
pas de plata de sus hermanos mayores. Ga- queño hombre sombrío que se perdió en las
rrán - el negro y dócil diácono - ya tie- encrucijadas del arte, no aguardéis a que
ne alguna escondida - Bagaria lo sabe y os hiera el ruidillo un poco agrio del cas-
sOlll'íe, - y si el discípulo sabe fundirlas en cabel. Si vaciláis, y el cascabel suena, ya
su horno interior y ofrecernos la suya llena estáis perdidos. El ruidillo os hará son-
de buen vino ... reír, y un hombre que sonríe está vencido.
Pero hay que vendimiar con cariño en las El pequeño y negro diácono apenas toma-
propias c-epas. Hay que hallar pronto el ca- rá nunca parte en los graves concilios esté-
mino. No valen en arte las encrucijadas. ticos; pero, si lo hace, será para intercalar
La indecisión no suele producir frutos ge- en el discurso un inciso punzante... que
niales. Hay que avanzar resueltamente por suele ser punto y aparte.
el camino más duro, si ese es nuestro ca-
mino. Hay que desdeñar anchas carreteras
y vereditas entre rosales. Y1 no gozarse Garrán - negro y pequeñito - es el gra-
mucho de los hallazgos, sino inquietarse por no de pimienta, o de pólvora, en las asam-
lo aún no logrado. bleas amables del café de Oriente. Pero en
y menos creer que en arte puede haber arte no vale sonar siempre el cascabel ...
dos caminos paralelos: el del hombre que Ya no queremos sirenas, ni anzuelos, ni ape-
.sueña y el del hombre que come. El arte ritivos ni siquiera adobos. Ya sólo quere-
mos el hilo de agua clara y' pura, sin 'per- pronto ha de tener también su silla, su rito
fume de jardines definitivamente muertos. y sus cánones... Quemará el pino des-
Arte sinc-ero como ahora comienza a sen- ma;yado y con el cascabel adornará el collar
tirlo Garrán - dóeil y atento diácono que de 1Ul perrito que le lama los pies.
B E N J A M I N J A R N E s
Hace ;ya un tiempo se encuentra entre nos- dio, que cada día cree lllenos en el anacró-
otros Xavier Abril. Viajero y trotamundos, nico poeta de café, intoxicado de vagueda-
por íntima convicción o secreta esperanza, des literarias y deslllayada postura sibilina.
nos llega este hermano del Ande peruano, de
Varias son ya las conferencias literarias
un mundo gobernado por la tradición de la
y artísticas que Xavier Abril nos ha ofreci-
sensibilidad y el sueño. Entre la incerti-
do, C'OIllO henchido fruto de su tránsito por la
dumbre y el desamparo del hombre actual,
literatura. Entre ellas, se destacan por sus
mantiene Abril con inexorable dignidad y
illlborrables valores, las pronunciadas sobre
cOlllIlostura, su calidad, poco habitual en es-
César Vallejo. La filiación poética del gran
tas tierras, de "holllbre de letras". Y esta
maestro, venida de las más secretas sustan-
denominación, la aplic'amos no COlllO una ce-
cias de la tierra alllericana, ha encontrado
ñida adjetivación de su personalidad, sino
en el escritor cOlllpatriota su exégeta lllás
porque consideralllos que es, acaso, la que
c'olllpleto, penetrador de la estructura ínti-
mejor le define y señala. Porque fuera del
llla del autor de Trike, y expositor exitoso
Xavier Abril poeta, de graves y profundas
de su lllensaje.
resonancias hUillanas, de vitales experiencias
estéticas y perlllanente ejercicio, del Abril Xavier Abril es un poeta de firllle itinera-
crítico de literatura o arte, de sagaces son- rio. Desde Hollywood; escrito en el territo-
deos y lúcidas inteligencias con la poesía o el rio surrealista de la hora, hasta Descu-bri-
problellla artístico, sobresale, c'On vigor no- 1nciento del Alba y sus últilllOS poelllas, ha
torio, la calidad de que hablalllos. Es enton- perlllanecido fiel a las auténticas cualidades
ces este poeta peruano, el ser de las íntilllas del creador. Su inspiración, afiliada a la
convivencias con la literatura en sus lllás ensoñación lllás delicada y rica, ha obtenido
jerarquizadas categorías, en sus más vastos perdurables voces en el concierto lírico de
panoramas. Lector refinado y cotidiano, de América. De irrefrenable alegría y jugue-
seguros y eficaces rastreos, mezclado del si- tona aventUra poética en sus prillleros an-
baritiSlllO de la confrontación del dato o la dares, su poesía se va adensando ya en expe-
fecha precisa, c"On la inlllersión honda en los riencias definitivas. Mas, Xavier Abril pue-
espíritus creadores, su cultura e inforlllación de decir ahora lo dicho en suAgtob~:ografía
literarias, de privilegiados valores, le han de 1931: "Para lllí la vida sigue siendo un
singularizado con brillantez en nuestro llle- continuado fi1lll de sueño".
Eugen Relgis, este profundo escritor y personal como "Los Principios Humanita-
poeta rumano, está entre nosotros, y él sa- ristas", "Cosmometápolis" y ":Mirón el sordo".
be bien el sentido, que tiene su permanencia Sólo nos ocuparemos ahora de los dos
que quiere ser estable, en un clima de autén- primeros testimonios, para sentir un poco
tica libertad en la expresión del pensamien- . más cerca el pulso de este ilustre humanista
tO,casi extraño en nuestro mundo convul- euya enseñanza puede alcanzar valores es-
sionado por el terror y la miseria. pirituales fecundos en la formación de la
Como fué Holanda en la época de Descar- conciencia moral en nuestros pueblos, orien-
tes, y fué Francia cuando los imperios cen- tando sobre los legítimos esfuerzos de los
trales y hasta no hace mucho Suiza, --como grandes pensadores europeos y aclarando
para Romain Rolland- el amigo y maestro su influencia libre ya de la tragedia y del
de Relgis, refugio imprescindible para me- drama de la guerra, que fácilmente puede
ditar y eS0ribir con dignidad, para denun- desorientar sobre los reales valores del es-
ciar la violencia y la intolerancia en donde píritu..
aparecieran; así lo vemos a Relgis entre Cuando Stefan Sweig por su propia vo-
nosotros y releemos sus obras más persona- luntad se quita la vida en 1942 en el Bra-
les, que van apareciendo o reformándose sil, "este admirable país" que hubiera de-
poco a poco a medida de su aclimatación a seado reconstruir allí su vida, ya que su
estas esferas de culturas nacientes y de patria Austria se hundía entre las bayone-
fuerzas vivas aún en latencia, pero con la tas del nacismo, y que "Europa patria es-
asombrosa jerarquía de su auténtica liber.- piritual, se destruye a sí misma", nos con-
tad, lo sentimos muy cerca nuestro, y com- fiesa en su última página en forma desga-
prendemos su mensaje, este hombre singular rradora: "Estimo, pues, que vale más con-
que ha sido llamado por la crítica: "Un pe- cluir a tiempo, y en pie, 'una vida para la
regrino de la justicia y la verdad", "Un hu- que el trabajo espiritual ha sido siempre la
manista libertario", "Un .sobreviviente de máxima alegría, y la libertad personal el
los g-randes pacifistas entre las dos guerras mayor de los bienes sobre la tierra"; las
mundiales"; nos entrega en sus últimas obras sombras triunfales de la barbarie amenazan
verdaderos testimonios sobre la labor in- entonces con extenderse sobre todo el pla-
mensa por la paz y la cultura de Romain neta y pareeoía mejor morir aÚn libre y no
Rolland, Stefan Zweig, George Nicolai,JY1ax VJVU' como esclavo. Han trascurrido diez
Netlau, y obras fundamentales de carácter años desde entonces, Relgis sufrió en su
tierra natal la soledad y la angustia, pero nio de la guerra y la paSlOn creadora del
cruzó el Atlántico y estas playas recogieron mundo espiritual, Stefan Sweig, buscó, se-
al luchador infatigable; hurgó entre los pa- guramente, con insistencia, un escape, una
peles y las noticias la verdadera causa de liberación.".
la actitud trágica de Sweig, del autor de i Ante el espectáculo de los posesos del
obras ya clásicas aunque recientes y espe- odio y de la destruc-ción!
eialmente de su afirmación del amor y de Y en su testimonio sobre Romain Rolland,
la tolerancia al revivir las figuras de Eras. nos entrega Relgis su mensaje de lucha por
mo y de Castellio, los humanistas del me- la paz y la libertad tan seriamente amena-
dioevo preñado de intolerancias. No podía zadas. Nos recuerda que Rolland solía repe-
olvidar su traducción al rumano de catorce tir el aforismo de Heráclito: "Es 'con diso-
libros de Sweig, como reacción humanista nancias que están tejidas las más bellas ar-
contra la opresión de los fascismos. Nos di- monías".
ce Relgis: "Toda semilla arrojada en este Y así fué como en el encuentro en Ville-
vasto universo, aun cuando caiga sobre pie- neuve con el Maestro, y luego en la corres-
dras y arena árida, da finalmente su fruto, pondencia surgida de la encuesta que Relgis
i Haz tu trabajo, sembrador! Otros vendrán hace en aquella oportunidad, y en la cual
a coser·har los granos de tu fe y de tu fide- no siempre hubo comprensión por parte de
lidad hacia tu prójimo". Y nos afirma que Romain RoUand de la posición idealista de
Sweig -y él no pudo resistir- nos legara Relgis, incomprensión que culmina con la
en su libro "El Mundo de Ayer" "una con- última carta abierta de éste a Rolland, "De
fianza invencible, a pesar de todo, en un profundis Clamans", en donde ya en plena
porvenir mejor". madurez se afirman sus conceptos' sobre el
Nos relata su encuentro con el autor de humanitarismo, la política, Europa y la
"Amok" en Salzburgo, y en medio de su sen- Humanidad, y se' reconoce al Maestro, aún
cillez que oculta al agudo psicólogo que nos en sus errores) para trasmitir sus ideas so-
diera retratos perfectos como el de Balzac, bre la C'ultura occidental.
Nietzsche, Tolstoi, Stendhal, aparece su fie- Con motivo del 60 aniversario de Romain
bre por des<mbrir el secreto de los grandes RoUand, el 29 de Enero de 1926, Relgis nos
hombres y de las grandes pasiones, nos dice cuenta que esta celebración no tuvo el fas-
Relgis: "Sweig, es el poeta armado con la tuoso ruido de los banquetes diplomáticos,
temible arma del Dr. Freud". Y descubre ni fué festejado por los plutócratas ni por
al artista en su móvil central de "sangre y sus pensadores esclavos. Sino que una
espíritu" como las fuerzas que mueven to- auténtica generación de hombres de "con-
dos sus dramas y biografías. ciencias libres" se adhirió al homenaje.
y Relgis, en su Bucarest, cuando la ocu- Es que Romain Rolland ya no se perte-
pación alemana, escribe en su diario, al ne- necía a sí mismo, al ser reconocido en vida
garle la noticia de la muerte de Sweig, ''Por "como una de las más altas expresiones de
qué? me preguntan mis amigos y lectores, las aspirar'iones modernas, prueba que la
me pregunto yo mismo, agobiado de incerti- lucidez de los contemporáneos, ya no es la
dumbres". El me instaba, no hacía muc·ho misma que la veneración religiosa de los
desde Buenos Aires, a tener paciencia y co- antiguos".
raje, le faltaron a él, o es que era demasia- El testimonio de esta recordación, prue-
do lúcido para ,conservar aún esperanzas en ba la supervivencia del espíritu libre entre
su generación". las ruinas de la guerra, entre los amigos de
"Y ahora recuerdo su "Amok", también Rolland adheridos en una u otra forma fi-
él sufrió los efectos de esa fiebre terrible, guran: Máximo Gorki, Georges Duhamel,
pero trasladada al plano superior del espíri- Stefan Sweig, Felicien Challaye, Séhneider,
tu y el alma". Y continúa Relgis su pro- León Bazalgette, Paul Aroman, etc.
fundo análisis sobre Sweig. Aparecen en Se afirma que después de la muerte de
América "El mundo insomne" y "La pasión T'olstoi, entre el desierto del odio y el li-
creadora" obras de Sweig, "Títulos que de- bertinaje, lioUand ,es la gran esp:~ranza.
ben tener una interpretación testamentaria. Nos dice Amadée Dunois de "Juan Cristó-
Entre un mundo atormentado por el insom- bal" "es la sinfonía heróica y doliente de
una época." Los héroes de Carlyle son se- de surgir algunas pequeñas diferencias con-
midioses, los de Rolland, hombres de gran ceptuales entre ambos, rpero ello afirma la
corazón, que nos guían a través de la vida, afinidad fundamental en la corriente hu-
una vez bien conocidos, -nos dice .Antón manista -noble y desinteresada, que por
Sikabon;yi, y en seguida pensamos" en el des- amor entrega a la acción la plenitud de las
file heróico de las figuras evocadas por Ro- ideas feeundas, por el mejoramiento de
main Rolland: Beethoven, Tolstoi, Gandhi, las relaciones, para la eonviv,encia entre los
Miguel Angel, Vivekananda. pueblos y los hombres.
y esa fe absoluta en el destino del hom-
En Rolland vive la música y el arte hu-
bre superior, de su evolución histórica y su
mano, aquel más puro, el que no puede mo-
realización de ideales, es el mensaje que
rir, a pesar de los incendios de las grandes
Eugen Relgis nos trae desde la vieja Euro-
ciudades. Lo eterno que acompaña al hom-
pa sacudida por la incomprensión y el
bre en su peregrinaje por la historia, lo que
egoísmo, por la materia y la ambición in-
merece salvarse de la Europa milenaria,
controlada. Y este dirigir la mirada a
que aún sigue revolcándose en sí misma,
nuestra América, más allá de todo panna-
entre odios y negaciones de la persona hu-
cionalismo, como van~uardia y depositaria
mana.
de una misión de salvación de la humani·
Eso que ha llegado a América con la
dad, nos obliga a buscar el camino que cada
antorcha eneendida, como en Einstein y en
pueblo debe encontrar de su liberación, an-
Nü;olai, y que nos llega aquí, con la figura
tes de pretender imponer a otros sus regíme-
de Relgis.
nes políticos. Y especialmente en la órbita
Recordamos aquella carta de Romain Ro- de la cultura. Relgis nos enseña desde su
lland a Eugen Relgis ~el 30 de Octubre de experiencia y su lucha: "La libertad es la
1929, acusando recibo de "La Internacional condición esencial del progreso cultural".
Pacifista", dice esencialmente: "Estoy pro- "La cultura expresa la unidad humana en
fundamente conmovido de la afectuosa es- la variedad de los pueblos, la permanencia
tima que me testimoniáis. i Estad seguro de del espíritu en el flujo y re±1ujo de la evo-
la mía! No existe un europeoi -en -cuyas lueión universal". Como un día le dijo Rel-
manos yo remita Don más confianza, en el gis a Romain Rolland, hoy podemos nos-
ocaso de mi vida, mi pensamiento pacifista y otros recordarle a él mismo: :Mientras us-
universalista, rpara trasmitirlo al porvenir. ted, esté entre nosotros, la antorcha no pue.
Pues nadie tiene de él una inteligencia más de estar en mejores manos que las suyas,
entera y comulga íntimamente con él" Es- debiendo mantenerla bien alta, sobre la cum-
ta carta tiene un profundo sentido testa· bre, para iluminación del espíritu, en los
mentario, es cierto que más tarde habían hombres de buena voluntad.
u L I o e A s A L M TI Ñ o z
L I B R o s
lJN JARDIN PARA LA kIlJIERT;E. - Pau- miza de Celeste y preparando a pleno sol
lina Mecl~l:ros. - Editor·ial Rueda. - B11e- y sin proponérselo, un clima sombrío.
nos Aires. y finalmente los niños, José Pedro y Ce-
leste, ·e¡xtremos masculino .JJ femenino del
Cuando se termina de leer una novela por eje dramático de la historia.
primera vez pueden experimentarse dos sen- Todo esto es del mundo. De nuestro mun-
saciones: la sensación de que nosotros he- do rural, pueblerino, monótono.
mos estado planeando, desasidamente, sobre Pero Paulina Medeiros, con estos mate-
el texto, o la sensación de que el texto nos riales jugosos para la anécdota y desampa-
ha sojuzgado eon ademán profundo. rados al parecer para el logro de finos pro-
Esta última revela el trasunto de un mun- cesos intelectuales, tan gratos a la novelística
do original creado por el espíritu. eontemporánea -Huxley, por ejemplo--,
Tal sucede con el libro de Paulina Me- construye un extremo universo.
deiros: Un Jardín pam la Muerte. Toma los seres humanos y los carga de
El escenario, las cosas y los personajes alta tensión anímica. Los da vuelta én
son nuestros. sUs manos y se pone a contemplar el alma
La frontera bilingüe y contrabandista. El monstruosa de los pequeños seres, el reino
río Yaguarón, corriendo sin clamoreo inútil, de los sueños, la trastienda de los corazones.
entre pueblos que duermen sin soñar. Las Con ímpetu subjetivo que me recuerda a
negras idolátricas y ornamentales. Los dul- Hermann Hesse y prescindiendo de todas
ces, de nombre y cuerpo empalagosos. El
hipocritón Loreto, acicalado, limpio como
lechada de e-al, tratando de cuidar su len-
las posibilidades de una rica esgrima men-
tal, esta escritora se hunde en el interior
de una vida, en la exaltada psiquis de Ce-
-
guaje y sus modales de santón industrioso. leste, la pequeña heroína de Un Jardín pa-
La difunta y dulce Amelia, guardada entre m la M1lerte.
cintas, leyendas y perfumes de alhucema por Entonces el límite objetivo de las cosas
sus pequeños hijos. Sandra, sutil como el comienza a temblar, a parpadear. Una irreal
instinto, lu~trosa ~como un ~nimal, defen- atmósfera de pesadilla y de trasmutación lú-
diendo a su 'Olinto de la curiosidad enfer- cida a un tiempo, envuelven la aventura de
Celeste, la mna atormehtadá, vertig5.nosa- espíritu sobre el paisaje. Y su resplandor
mente a,,011da, extrañamente adulta, llena de vívido, borrando el contorno natural, nos
presentimientos, enardecida por celos oseu- deslumbra con la luz introspectiva de la con-
ros, y víctima al fin de su viejo afán de re- goja humana.
belión y venganza. Dna obra densa y plena, en resumen, que
El lenguaje de Paulina Medeiros se hace jerarquiza la producción literaria nacional
anhelante, entrecortado y telegráfico a ve- y que anuncia próximas y hazañosas em-
ces para penetrar en estos arduos territo- presas del talento creador de Paulina Me-
rios y logra plenamente su objeto. Quiere deiros.
crear y crea. Este es el secreto grande. Da7liid D. .vidart.
Crear. Arrancar de la cantera íntima una
pepita pura. La Sabiduría viene de afuera;
el poder cósmico, la demiurgia están aden-
tro.
"TRAt~SATLANTICO". - A.ntonio Vega.
Quien sabe manejar ese fuego, oomo decía
García LorC:'a, hace obra perdurable y ejem- Corp. Gráfica.
plar.
Paulina iMedeiros, sin embargo, en la No hay una España sola, qlie son muchas
deliberadamente sobria narración, intercala las Españas; parlas diferentes, tierras dis-
de tanto en tanto los hitos estremecidos de tintas, orígenes divergentes. "Castilla de los
sus peculiarísimas metáforas. páramos sombríos, Castilla de los negros en-
,Extraigo algunas: üinares ... " y más allá: "Córdoba la serra-
"Sus manos eran dos personajes toscos, na, . Sevilla la marinera ... " y luego: ... fér-
testigos de su vida, deformados por toda til Extremadura ... ", como así cantó An-
una existencia anterior compartida con la tonio Machado; y costas levantinas; y mon-
joven". "El silbido del hombre, traspasan- tañas astúricas; y paisajes abruptos vascon-
do a veces el pentagrama del látigo, era her- gados ... El lVfiño y el Guadalquivir, el'Ta-
moso. Parecía un pájaro escondido en el jo, el Ebro... Ríos y montañas separan las
pajonal del bañado". "Su piel relucia en Españas y las separan las tierras del QUi-
ciertas partes, comó haciendo señas por las jote.
hendiduras del escote". "Te inclinabas a De todas ellas han salido caminos que
mirarme con tus ojos agachaditos bajo el cruzaron el mar grande y llegaron a esta
párpado de seda; te inclinabas en tu per- 4.<\mérica. Fueron embarcaciones a vela y
cha delgada y sin abrir los labios, sonreías". fueron y son largos barcos, anchos barcos
"El carpincho escapaba eon un nubarrón provistos de tantas oomodidades para que,
colorado en el lomo". "Con la emermedad los que puedan pagarlas, hagan el cruce sin
sus dedos temblaban. Se iban dorando y temores aunque la esperanza que los em-
pareüiéndose todos como las cinco puntas de puje pueda ser igual. Dno de esos barcos
una estrella". "Se zambullía en su ronqui- se llamó probablemente el Nervión y en sns
do como una enorme rana. Lo único que entrañas, allá en el primer decenio del si-
restaba de ella era ese chorro elástico, que glo, venía un niño con sus padres. Hecho
muellemente subía y bajaba". " ... hasta hombre y hombre americano y, uruguayo,
el cielo sube mi rencor, como sube el arrullo aquel niño átó sus reclierdos probables y
de la paloma". los uniÓ a sus experiencias de un segundo
Claro está que estos tropos deben ser gus- viaje adulto, para dar un buen libro que
tados en exacto lugar, cuIminando muy par- llamó Translltlátntico. El Nervión partió
ticulares situaciones aIl.ímicas. de las costas del sUr, pero traía, como en
El desenlace es de una fuerza y de una ex- cualquier otro de sus viajes, toda España
presiv:i!dad extraordinarias. encerrada en él; sólo que esa España, que
La niebla del sueño se volatiliza. La vieja es la que realmente interesa a la eeonomía
serpiente fluvial recibe su presa humana. de nuestras tierras, veliÍa en las bodegas.
Perq el alma' "encabritada, amanecerá en Con un lenguaje claro y fluyente, sin tro~
relámpagos sobre el río". piezos y sin exceso de cUidado que podría
También esta novela es un relámpago del delatar influencias librescas, librándose muy
familiarmente a los giros regionales aunque gllados recursos. Viajaba un torero, no pri-
sin demasiada insistencia, con trazos ligeros mera figura, naturalmente, que bajaba para
(algunas veces apenas líneas de un dibujo encontrarse con una andaluza buena moza,
de dibujante experiente), -con emoe-ión re- Teresa, la que, con su hermana Consolación
tenida pero constantemente en latido por venían para ser las mucamitas prontas para
todo el viaje expuesto, Antonio Vega dice el trabajo y con la hucha lista para el aho-
y hasta canta su travesía. rro. ( Había una niñita enferma. Quizá el
Hacia nuestro puerto, en ese Transatlán- tono de menor emoción lo dé esa niñita, por
tico de Antonio Vega vienen las Españas en tan previsible que resulta su trayectoria,
las bodegas del Nervión. A un lado, haci- por lo acuarelado y vagamente resuelto que
nadas las mujeres y los niños; hacia otro resulta su figura y por su inevitable cone-
lado, en peores condiciones si cabe, vienen los xión sentimental con el niño contador del
hombres. Arriba de ellos están los cama- viaje. También había otros niños, muchos
rotes separados y aireados, los comedores otros niños sin duda alguna, entre ellos los
de manteles adamascados y camareros obse- de Isidoro; y un malagueño, Diego JYIlárquez,
quiosos, el sueño tranquilo, la música para y un zamorano a quien Teresa daba palique
los bailes. Por las noe-hes, -cuenta Antonio y un murciano; este murciano emperrado
Vega cómo se espesan los olores y cómo se en no dejar la enfermería a donde se le ha-
juntan los suspiros y las quejas de las mu- bía trasladado, porque en la enfermería es-
jeres y de los niños; por el día "el mejor taba aislado, dormía en una cama y no en
asiento colectivo es la boca de la escotilla". un coy cubierto con arpilleras y comía otra
Por el día pueden reencontrarse los padres cosa que no la bazofia diaria c"ÚmÚll a to-
y los niños, los maridos y sus mujeres, se dos los inmigrantes. JYIuchas Españas sus-
forman corros, cada España canta, impreca: pirosas, tremantes, ardientes en esperanzas
añora, languidece, esp~ra, sueña conforme y desmayadas en nostalgias cuitas:
al espíritu del pedazo de tierra que repre- "-Qué lástima de casita de Alcalá que
sentan los hombres; los costeros, los de tie- nunca la volveré a ver !"
rra adentro, los de regiones calientes y na- Todas esas Españas del Nervión dibuja-
ranjales y olivos, los de yermos y secanas, das con trazos breves y justos, contadas en
los de sierras C'on soles, los de montañas con una limpia prosa sin obstáculos, muy sere-
nevadas continuas... El Farruco, el vasco na, no pretenden ser, bien se echa de ver,
Fermín Irúa '''de vo; áspera y noble" que la exposición de un problema sociológico;
era "alto y huesudo, con un hombro más sino que ese problema está implícito en ese
.alto que el otro y siempre virando para ese viaje, como lo está en 0ualquiera otro viaje
lado ... " el marinero Remigio a quien des- de cualquier otro Nervión y de cualquier
.~aiaOTa un golpe de mar y a quien el mal otro tiempo que no sea el de 1912. Es el
recibe finalmente; el granadino Pepe Almu- problema del hombre huyendo de las tie-
dena, el gran goloso comedor de plátanos; rras agotadas o fluyendo en una corriente
Paco el gaditano, a "quien las ratas saltll.ban cuyo ímpetu generador bien lo han sentido
por encima de su pecho dormido"; el mur- estas otras tierras americanas, en busca de
ciano jugador; el flaco lsidoro, "que venía Eldorado, de Thulé perdida en las brumas,
de una estirpe de ganaderos sevillanos"; Ca- en busca de cualquier lugar embellecido por
rrión el del Ferrol; Cristobalito el de San- la leyenda y la esperanza y en donde se
tiponce; el zuequero gallego Agustín Pedra- piensa que han de poder encontrarse sin
yo, el otro gallego Celedonio Carballo que vallas los trigales de oro. La nostalgia po-
era de "Peiticiros, valle de Gondomar" (sue- día hacer suspirar, podrá hacer suspirar:
na igual que. un verso 1).. . Tanta gente -Aquellas eran aguas!---, como decía el
cruza el viaje de Antonio Vega! Había gallego.
un maestro que c'Ontaba cosas, don Perico Que más al fondo de ese suspiro estará la
Ocaña, un maestro con su bagaje de cul- decisión sin palabras precisas:
tura inútil para tal crucero en el fondo de -:llfadre: cuando sea grande (cuando yo
las bodegas y cuyas palabras resultaban de- pueda, esta es la verdadera decisión, re-
masiado difíciles para la lenta comprensión gresaremos. Pero regresaremos viajando
de: aquella ,gente de labores pesadas casi de primera!
todos ellos, de tantos problemas y tan men- Selva· Marquez.
HORMIGA Y ESTRELLA. - Angüica QUIJOTE", imaginará de qué se trata. Es
Pla:ya. cierto que, si a veces, hay finas tiradas a lo
Azorín, son más las páginas en que Contre-
He recibido su libro "Hormiga y Estrella" ras Pazo se emancipa y es auténticamente él.
que me ha parecido muy bien, muy brillante. Se advierte en su manera la calidad -alta
Ese tiempo rápido que Ud. emplea con vi- calldad- del glosador. Necesita por momen-
gor en su prosa está muy bien conseguido tos un punto de partida, algo así como un
pero quizá se destacaría mejor si hubiera acápite mental, para luego abrirse camino
períodos más tranquilos y menos violentos. por cuenta propia. Así, apela ya a Juan
Yo siempre he sido partidario del párrafo Ramón, ya a Antonio :lVIachado, ya a Azo-
corto y expresivo. Nunca me ha entusias- rín. No es nueva, ni falta de jerarquía, esa
mado el período largo y castizo imitado de .tendencia ;dentro de ~as letras hispánicas
los e-lásicos. ¿ Qué hay algo de c-átedra, de universitario,
De todas maneras el libro se destaca por en ello? Es posible, y tanto mejor. Quie-
su originalidad de pensamiento y por su ex- nes han sentido la unción de la docencia,
presión. no podrán jamás desprenderse de su influ-
Pío Baroja. jo. Que los hombres están atados a su for-
mación. Y en Contreras Pazo hay como un
canto de adhesión, pleno de reminiscencias..
a sus centros de estudio y un respeto que
EL ESCRITOR ESPAROL GONTRERAS toca en lo místico cuando alude en prólogos
PAZO PUBLICA SU PRIMERA NOVE- y páginas a sus viejos maestros, tan vincu-
LA EN MONTEVIDEO, por J. C. Sabat lados a la Institución Libre de Enseñanza.
Pebet. Están también junto a él sus compañeros.
Es el hombre recuerdo de la époC'a estudian-
til ...
Desterrado desde hace 13 años, ahí está ese
escritor y hombre de alta docencia que tan "Cómo a nuestro parecer
bien ha dejado su nombre y el de sus maes- cualquiera tiempo pasado ... "
tros a través de sus conferencias en nues-
tros Liceos de Enseñanza Secundaria. No y esos estados psicológicos los lleva de
tiene aún 40 años. Si bien andaluz, l\:J1adrid maleta· por los caminos del exilio y los vier-
se ha clavado dentro de él. Con s'!1 ritmo te en la Azorinela. La obra se va haciendo
desigual, con su carota hecha de claridad y a sí misma. Descripciones y estados de al-
simpatía, Contreras Pazo se vino desde Pa- ma.En cuadros de primorosa realización
rís trayendo dos libros editados ("OTRO van apareciendo por separado' los persona-
P'L.A.TERO" y "ALAl\1BRADAS") y mu- jes. Lo vivido abre las puertas a la imagi-
chos por editar. Ha sufrido enormemente. nación pura, para que ésta discurra por los
Ha sufrido dentro y fuera de sus límites campos de la temática. No es por cierto,
nac·ionales. Y, entre sus bártulos, traía su Azorinela, una "Casa de la Troya", por-
sus obras inéditas, una de las cuales acaba que en su espíritu y en el de un desterrado
de publicar -noviembre, 1951- en Mon- no e-abe un Pérez Lugín. Pero incluye pi-
tevideo. Se trata de "LOS' MEANDROS DE randalianamente al autor entre los perso-
LA VIDA DE SILA FABRA". El autor najes. Reviviscencias. Ocurre como si el
-nueva razón para mi afinidad- no la cla- peregrino estuviera permanentemente den-
sifica dentro de moldes hechos. Siente -y tro de su Madrid, sufriendo con la ciudad
siento- terror para con las definiciones. y con los problemas sentimentales de sus jó-
Sin rectificarse de su propósito y sólo para venes. Y siempre, el dominio del idioma,
satisfacer las apetencias del lector, que ge- llevado hasta el exceso de voces de escaso uso,
neralmente pide las obras encasilladas, se que incluye por el ene-anto de sUS valores
evade del problema poniendo un rótulo nue- estrictamente musicales. Obliga al diccio-
vo: AZORI:00-r:ELA. No voy más allá por no nario. Pero, de todas maneras, son buenas
contradecirle y por e-onvicción al respecto· estas reinyecüiones de idioma, ahora tan
Quien ha leído "DON JUAl'I" y "DOÑA esfumado que se nos escapa de las manos.
INES", del autor de "LA RUTA DE DON Otro español interesantísimo integra, con
este volumen,. nuestra éultura. ¿ Hay ialgún "Poesía,me hundo en tu fiebre", en su
preanuncio de ello en la obra ~ Sí, y por título apasionado. Umbral por donde se
vía de lo vegetal más autóctono. Una de llega al interior transparente de un encan-
las primeras cosas que impresionan a un tado país de poesía.
lector montevideano es esa descripción tan Los ochenta cantos que constituyen este
fiel y amable de un ombú, árbol exótico en volumen, son breves, fugacísimas exhalacio-
paseos madrileños. Eso y el pie de impren- nes de mágico asombro. Bien está eso de lla-
ta -aparte alguna acotación accidental- marlos alucinaciones. Sólo de esta manera
es lo único uruguayo del libro. Pero surge se puede incluir el sentimiento sublimizado
un símbolo insospechado: Este hombre, na- que puso su autora al escribirlos.
ddo en Almería, brutalmente bombardeada La sencilla poesía de J ean gana en belle-
por el "GRAF SPEE" ha venido a tranqui- za con este nuevo libro. Son estupendos,
lizar su existencia junto a las aguas que sir- aliados cuadros de armonía, con un color de
vieron de tumba a la nave agresora. pálida dulzura, los cantos a Bolivar, San
Equilibrios insospechados, que dan carác- Agustín, Jesús, Homero, Botticelli María
ter reivindicatorio a ciertos destinos. Aquí Teresa del Toro, Sor Juana Inés de la Cruz,
quedará fijado el de Contreras Pazo. Y María Lionza, Teresa de la Parra y la Ban-
que estas aguas le sean siempre propicias. dera Venezolana.
Al fin, en valientes estampas, la autora
Carlos Sabat Pebet. exalta la verdad absoluta de la Poesía, di-
ciendo su palabra de crítica contra las de-
formaciones interesadas que niegan su esen-
cia en nombre del interés de los oportunis-
LAS PUERTAS DEL SECRETO, poema tas.
por Jean Aristem¿ieta. - Caracas. - Además, la autora revela poseer una só-
Venezuela. lida cultura, implícita en la interpretación
psicológica de los personajes y ambientes
Si hay un artista venezolano dedicado cantados en el libro.
con apasionada disciplina al ejercicio crea- De veras que ha sido para mí un gusto,
dor, tal señaLlam'iento corresponde aJean un gozo, escuchar la confidencia apasionada
Aristeguieta, poeta que canta a la Poesía con de esta bella lectura poética.
'~el alma incontenible .por la adivinación de
sus raíces". L1.tcila Velá2-quez.
Se admira en ella esa constancia, esa en-
trega cotidiana, deslumbrada y ,cada día
más firme, de su misión purísima.
La bibliografía de este poeta de Guayana TRANSATLANTICO, por Antonio Vega.
es extensa y variada; prosa y verso, pero en
ambos creciendo en aire libre el acento Antonio Vega ha escrito una novela:
amoroso de la poesía. "Transatlántico". Memorias de la infancia
El verso libre de Jean es una eaja de mú- es el subtítulo c·on que el autor aclara los
sica sostenida en su canto. Poesía tierna de designios de su libro amargo y tierno. Hay,
dulzura, como una mano de miel acarician- además, una dedicatoria: A. Lola Claro, ma-
do las palabras. Desde "Alas en el Viento" te¡'nal, .(Llta y souitariaen Sl¿ alarn,eda de
hasta "Las Puertas del Secreto", su tránsito c:ielosevil:lano. Lola Claro, unida al escritor
lírico ha sido un acontecer fecundo. por la casta y el ánima, ha muerto ya; pero
Otros libros en prosa, entre los que des- su memoria, como la de Bécquer, sigue va
taca "Poesía-Amor de Europa", con tres gando aún por las celestes alamedas béticas
ediciones, señalan la riqueza bibliográfica alta y solitaria. Sevillano es, también, An-
de su autora. tonio Vega y, al modo de Gustavo Adolfo,
Apenas de vuelta de la lectura de "Las ama la esencia de las cosas, de los seres;
Puertas del Secreto", poemario con el Coual ama la presencia perdida, aquella que se ha
triunfara en el concurso de la Asociación tornado ya puro recuerdo, melancolía pura.
Cultural Interamericana, nos sorprende con "Tmnsatlántico" consiste en una ideali-
una nueva entrega en prosa. zada sucesión de evoc·aciones; mas éstas, tra-
zadas con seguro realismo, muestran los y personaje, están .resueltos con alta maes-
accidentes de ct~ento, pesso e med~da que tría. La descripción emocional encumbra
nuestro :Marqués de Santillana aconsejó al a la plástica, le infunde vida. El libro es
poeta como de buena usanza para guiar los· una peregrina mezcla de armonía verbal y
vuelos de la imaginación. Son así, las de Ve- sentimiento. Doy a esta pa.labra -sentímien-
ga' imágenes de un lejano ayer rec1'eadas, tú-- el alcance sin par, intraductible, que
ahora, con su carácter de senstwlidad inme- suele concederse al eanto andaluz, a ese
diata pero con intacta pureza lírica. El no- canto flamenco que Antonio Vega describe
velista, en su proceso evocador, .no a0ude so- tan mágicamente: Hablaba sola la gt¿itarra
lamente a la memoria intelectual, recons- en l.a red(Jnda noche marinera, Bajo 'los oli-
tructora pertinaz y fría del pasado, ni a la vares del sueño. Pepe Almtwena toro pal-
memoire involontaire de Proust hecha de mas quebrando las paredes del aire. La copla
coincidencias entre una sensación presente y pierde la comprensión de las palabras Ct~n
otra lejana que se le une y se reaviva en do entra en el gemido.
ella. Cierta copla andaluza canta a los re- Vega, en su novela, no violenta ni desna-
daños del alma, expresión que sólo puede turaliza nunca a los protagonistas. Les deja
ser hispánica. Antonio Vega arranca de la en libertad, y aún, a veces, les sigue con
entraña noble, del almo redaño, su verdad sumisión conmovedora. Lo principal del
y nos muestra un retablo de emigrantes pas- personaje reside mue-ho más en las esencias
mosamente verdaderos, en medio de los cua- que en los accidentes. El accidente es, ape-
les él, niño aíill, mínima talla de madera an- nas, pretexto o estímulo para la angustia
daluza, habla con su memoria ibérica, c"On poética con que el autor comienza por ani-
la memoria de su sangre. mar a sus criaturas y acaba convirtiéndose,
Atribúyese a Proust y a Flaubert el pen- él mismo, en el gran angustiado. La peripe-
samiento de que el único mundo real es el cia surge raramente en este acontecer sen-
del arte, y los paraísos mejores son los que cillo, puro. Termínase el viaje y queda en
l'on a perdus. Lo último parece exacto. No el retablo de vidas rnlgratorias la muda in-
tanto lo primero. Si "Transatlántico" es, terrogante del mañana ¡, Qué va a suceder 1
como Flaubert y Proust querrían, universo Nadie lo sabe. Alguien ha dicho esto: N ove--
verídico por el sortilegio del arte con que la que concluye es tma anécdota. N o es .~lna
fué trazado, lo es, mucho más, por el latido vida en mm'cha. Grandes vidas en marcha
humano que, fuera de toda incitación artís- conduce "Transatlántico", novela del mejor
tica, se percibe en ese buque surcador del linaje.
misterio. Con esquivez medrosa y esperan- Pese a la tristeza del libro, no hay en él
za de rapaz que deja la tierra madre por fatalismo. T'odo es un crédulo andar sobre
lo ignoto, Vega nos da la tónica de su no- las ag·uas, una fe que alborea entre voces
vela, conc'6bida para mostrarnos el drama nostálgicas: alalaes, guitarras, medias co-
y pulsadón del emigrante, inmensa fuerza plas· Ni la ironía ni el cinismo surgen,
anónima. tampoco, en parte alguna. Ambos senti-
La obra, en las primeras pagmas, ofrece mientos suelen nacer cuando hay entre dos
una aCClOn panda, vagarosa, como preludio seres o dos grupos humanos lo que Gide
de sonata o lento germinar de la materia. llamó inadecuación, diferencia, c"Üntraste de
Luego se va orquestando, con su melodía - ánimos. En nuestra novela nada de ello
constante voz poética- sus esquemas o re- ocurre. Sus gentes, sobre toda minúscula
latos de resonancia independiente, propia, desavenencia, tienden el ~smo sueño he-
aunque ajustados a una línea vital, encade- roico, aventurero.
nados entre sí por sentimientos comunes Digamos aJlOra que "Transatlántico" no
más que por sucesos. Breves capítulos, ac- ofrece los caracteres de modernidad citados
tuando sobre la historia o tema de la obra, por Berge tan certeramente, (ansia de lle-
renuevan hasta el fin el efecto de reiterado gar a lo absoluto por caminos diversos:
y sugestivo C'omienzo que siempre se consi- surrealismo, neomisticismo, sincretismo, li-
deró harto difícil de obtener en la novela. bertarismo, gidiano, intelectualismo valerya-
El problema de exposición y diálogo o, dicho no, amor forzado a la introspección, deseo
de otro modo, el ligamento de perspectiva de la acción brutal, etc.), pero hay algo
que sobrepasa a lo moderno. Es lo perenne. mostrar, en la perspectiva espiritual, el en-
Esa multitud de destinos, esas almas que cantado pasaje de su origen. Entonces, f, qué
atraviesan el mar con el tiempo, el espacio otra cosa se puede decir sino?:
y la vida en suspenso -igual horizonte cada
"Aquí estoy hombrecito de la muerte,
día -son, ni más ni menos, universalidad,
pequeñísimo dervo delicado.'."
perennidad; y contra ésta, invencible, nin-
guna hazaña cuenta. Bien haya, pues, An- En esa ubicación de su presencia denun-
tonio Vega que ha sabido traérnosla en la cia un desprendido lenguaje hacia Dios, del
varonía fosca de un gañán, la doliente le- que deja, apenas, un suave resplandor en-
vedad de una niña ---:germen y fruto de la tre los hombres ...
muerte dignos de Rainer Maria Rilke-- el Es cierto que "El Ciervo Meditativo" sien-
tumulto barroco de las nubes, la procela ma- te que:
rina donde brinca el "Nervión", negro, ma-
"La vida debe ser también hermosa
cizo, pero envuelto en la delgada gracia de
en algún resplandor de lo que existe ... "
un poema.
Angel A~ler. y resuelve eróticamente el conflicto de su
16-9-952.
presencia humana. Pero su destino se ubi-
ca en el éxtasis "Del Ciervo Figurativo":
"Fuera de mí, mojado de fulgores ... "
...
"Presencia de la rosa", el último libro de Arsinoe l\f'Oratorio, sin efectismos, muestra
Arsinoe Moratorio, me ha llevado de la ma- el velado drama de la humana criatura que
no hacia estas consideraciones. Y sin que siente correr el tiempo, igual e irrepetible
esto se convierta e~ alegato o en defensa de como las aguas del río heracliteano. Que
causa propia, entiendo que no puede repro- no otra cosa que advertir nuestro sino pe-
charse al poeta que se mueva dentro de un recedero, es volver el rostro hacia el ayer
núC'leo restringido de temas, Y, más aún, que para busc-ar en él la cifra de lo que no ha
transite por ellos con un bagaje escogido de darse nuevamente. Sólo se mira hacia
de palabras. Hay también un lenguaje de el pasado cuando la fe en el presente se
cada uno Y temas de cada uno. No es po- ha abolido para siempre.
sible eludirlos. Se imponen desde la san-
gre. "Repetición es estilo": no sé de dónde Este perdido corazón que viaja
me ha llegado la frase, ni si es mía o ajena. antiguos rostros por quebrado espejo;
Pero sé que encierra una verdad rotunda. esta callada sangre a la que baja
El libro de Arsinoe Moratorio al centrar el tiempo de la ausencia hecho reflejo.
.en su ego íntimo la motivación creadora Y
cumplirla y contenerla en el recinto de su
vida subjetiva, demuestra la consecuencia
de la autora para con ella misma, Y una Garza Y espuma, corazón Y brisa
limpia fidelidad emocional. perdidos en alguna primavera;
No hay en su libro, vértigos ni huracanes; boca que ostenta la copiada risa,
el equilibrio de la flor que ha elegido como hueso que clama lecho de pradera.
heráldica de su modalidad, impone su ar- Lobo del tiempo devorando olvido
monía, su límite, su perfecta adiaforia, para de aquella voz por siempre prisionera.
decirlo con el vocablo que amaban los grie-
gos. Aún en los poetas de temperamento Juega a "este raro vivir", para tornar a su
lírico, aedas de lo sujetivo, sí, pero de exal- costumbre de soledad:
taciones e ímpetus, las vehemencias desbor- Vuelvo a la soledad que me C'Onduce.
dadas, la furia pasional, rotos los cauC'es, lin- Contemplo el valle, el río, la arboleda,
dan con lo épico, Y la pureza de aquella su vegetal llamada me seduce;
calidad se desvirtúa. Y lo desmesurado ago-
bia Y empequeñece al lector, en tanto que mas una voz en la distancia queda:
un libro de la índole de "Presencia de la la de mi propia soledad perdida
rosa" se le vuelve acogedor Y hospitalario. que por la sangre de la noche rueda.
El sostenido tono confidente, el clima evo- Otra vez la incertidumbre intemporal la
cativo y aquietado, la paleta gris que envuel- asaetea, Y sale en procura de su paso an-
ve en penumbra los símbolos florales, amen-o tiguo:
guando lo que sería alarde del color, la ce-
ñida niebla a la cual el espíritu confía su fa- Iba por los caminos de la ausencia
tiga, configuran un ámbito onírico, soledoso, con cansancio de tiempo ya maduro;
propicio para auscultar la sangre y escuchar por las corrientes del paisaje oscuro
los acentos que despierta su ine·vitable ritmo desterrada mi voz de la presencia.
declepsidra. La antigua sangre de mi adolescencia
Ésta es mi soledad, honda y serena lloraba entre las sombras de mi muro,
y la tortura del andar seguro
dice con voz exacta A.rsinoe :lV1oratorio. y restábale a mi luz, su transparen0ia.
esto de la soledad me hace pensar que, si
bien el rótulo de "solitario" pueda parecer Dos tercetos la retratan fielmente:
manido, porque aflora siempre que de ad- Un silencio de selva entre las venas
jetivar poesía de esta tónica se trata, en el corazón sin rumbo, me sostiene;
cada caso tiene valor y vigencia distintos. la casta soledad de los desiertos
Cada soledad está colmada del propio lati-
do. de la propia angustia, de todo eso que por las desnudas avenidas viene.
es . indivisible y único, absolutamente único Navego sin orillas y sin puertos:
para cada espíritu. una sonrisa me ha quedado apenas.
..Así la vemos, VIaJera de su sueño, por eterno de los rosales de Oriente, que cantara
calles que no existen, intentando descifrar Saadi, conservando a través de los siglos, la
el enigma de ese caos revuelto y ·difícil, que alegoría perdurable de la gracia.
puede ser abismo o llamarada, y que todos Presencia de la rosa" hunde la raíz de su
llevamos como oscuro equipaje irrenuncia- sentido en aquélla, recóndita, que alimenta
ble. los pulsos y confiere al ensueño su más dig-
Busco el dolor, mas sin buscar (mlpable na üategoría estética.
confiesa. Y luego: y Arsinoe Moratvrio supera así, por este
camino que le va dando su segura vocación,
Porque un día, talvez el más oscuro aquel primicial "Muro de Niebla" sobre el
de todos los olvidos de tu ausencia, cual asoman ahora estos rosales de es-
regresará la sombra. de mi esencia tirpe lírica, perfectos en su forma, ricos en
a rescatar su voz contra tu muro. contenido, y en los que se dan esa gracia
fuerte que 'asegura al verSQ el venturoso
destino de ser joven cada día. Y al poeta,
y en ese día azul y desolado, aquello que para el amor señalaba como as-
ha de dar una flor tu lejanía piración máxima Unamuno: que siempre sea
sobre la rama del laurel cansado. principio.
Dora Isella Russell. .
¿ Quién me legó la rosa desmedida ... 1 Singular poeta, lVIanuel de Castro, de lí-
rica trayectoria, en plena ascención, sus an-
pregunta en un soneto. ticipaciones nos alcanzan el retorno. "R(ltor-
Bajo el signo desnudo de la rosa madura no" es en efecto, el sencillo título de su
levantaré el acento de la sangre temprana reciente libro. Y aquel que tan bien se de-
fine en el poema "Novela", -autobiografía
dice en otro, versos, estos dos, que podría hermosa y exacta-, como poeta de filo en-
tomar como divisa . trañable ya se vé más. allá de su propia vi-
Ya no me duele el rosedal herido vencia; ausculta su luz desde las sombras
presentidas, que a todos nos acechan.
exclama más adelante, ya purificada por el
llanto su sonrisa. "Conservo del amor enamorado,
1.íe refería anteriormente a la soledad poé- secreta pena y tono de elegía ... "
tica. Ahora me detengo ante el tema de la
rosa. También la rosa tiene C'Omo símbolo un "Sobre el oficio de vivir, mantuve
abolengo secular y su perennidad proviene decoración de sueños y romance ... "
de su frescura infatigable; el símbolo no
muere aunque la flor se marchite, y la ima-
"Y cuando ardieron mis fragantes leños
gen perdura más allá del concreto límite.
y áurea ceniza sucedió a la llama,
Porque la rosa, que la mitología hace nacer'
-
yo levanté mi fábri0a de sueños,
de la sangre de Venus, ha informado la ins-
y fué la nube mi última proclama".
piraoión de todas las artes, desde la litera-
tura -en cuya historia no puede omitirse, Nos recuerda al Antonio Machado tam-
hacia el Siglo XII, el celebrado "Roman de bién autobiográfico: no por parecido litera-
la rose"-, hasta las manifestaciones más rio, sino en la actitud evocativa de su pro-
frívolas de los tapices y la decoración, pa· pio .ser, en la novela de cada vida humana
sando por la belleza ornamental de los ro- que se da por cumplida y puede contarse con
setones góticos, y el misterio que guarda en poética y estremecida serenidad. "Eso fuí;
la liturgia; sin olvidar tampoco el aroma eso soy; así espero el infinito tiempo de la
-
poesía" - nos {lanta Manuel de Castro en "Lírica Hispana" animados. por J ean Aris-
endecasílabos sobrios, con su personal técni~ teguieta y Conie Lobel. En el N.O 111 la
ca del lenguaje. Este es uno de los aspec- selección estuvo a cargo de Dora Isella Ru-
tos sobresalientes de su poesía. La vida, ssell; en el 112 de Juvenal Ortiz Saralegui.
desde la ma~a niñez de huérfano, le ha re- Son distintos ángulos de nuestra poética. A
bosado de experiencias: este respecto señalan las directoras de "Lí-
rica Hispana": "Si otro uruguayo (Zum
"carga de ausencia sobre largos rieles,
Felde, Clara Silva, Sara Ibañez, Hum-
llevo conmigo, a displicente modo:
berto Zarrilli)' nos enviara una selec-
que hasta doblar el último recodo
ción de poetas de su patria, tampoco se
han de seguirme como perros fieles"
parecería a la de Dora Isella o a la de
y las experiencias -como lastres- ha ti- Ortiz Saralegui, (así de excelente es la
rado al mar para llegar a la desnudez del lira del Uruguay), vendría en todo 0aso a
canto. Los diestros adjetivos de su verso completar la visión de ese horizonte, difícil-
dejan de ser alegóricos para integrar su vi- mente abar0able en un volumen de "Lírica
tal sustancia. "Paredones de olvido" rodean Hispana".
su fuga subjetiva. Suaves melancolías lo Agradecemos los envíos.
circundan y protejen.AJ.go de su novela
"El Padre Samuel" asoma en estos poemas
trascendentes, como si la historia de su vi- l\TE1YIORIA DEL A1Y.LA.NTE, poemas por
da necesitara ceñirse en la canción del re- ~lJIartín AZberto Boneo. - Colección de la
cuerdo. "Muertas galanías" abren inte- Clepsidra. - Buenos Aires.
rrogantes en el amor siempre firme del
poeta. Décimas y sonetos compone con sin igual
Es fugaz su poemario de viajero amoroso, destreza este poeta argentino, director de la
ahora hondamente pensativo. A medida que revista literaria "El 40", nombre que sim-
más hallazgos lo~a, más transita hacia la boliza a la generación poética de ese año que
voz perdurable alimentada por los fuegos llega a lograda madurez lírica Si la forma
dormidos y eternamente despiertos. es gobernada por Boneo con la habilidad
Celebramos su júbilo elegíaco. El !Manuel que anotamos, la inspiraC'ión no le va en
de Castro de la raíz poética inarrancable zaga· Hay en él un auténtico valor que, a
como los sueños que ha{len definitiva su me- nuestro entender, culmina en algunas de
moria. sus "Dedicatorias" tales como las dirigidas
JttvenaZ Ortiz SaraZegwi. aBen Jonson, Schelley, John Keats, Anto-
nio Machado y Alfonsina Storni.
Para Boneo la poesía es un alto ejercicio,
LA Pli'ITURA MURAL 1YIEXICAi'IA, por
una suma creadora con lejanos lampos de
Norberto Berdía. - C. E. B. A. - Buenos
melancolía. Celebramos su reencuentro, sus
Aires.
"Jardines Celestes" fueron un hermoso an-
Edición en homenaje a José Clemente ticipo de su personalidad, y quedamos reco-
Orozco, contiene la conferencia pronunciada noüidos de toda la gracia que nos acerca en
por el pintor Berdía en el Centro de Estu- "l\Iemoria del Amante".
diantes de Bellas Artes de Buenos· Aires.
Berdía {lomplementa su personalidad ex-
traordinaria de pintor con un vasto cono- ESTAClJON DE LA LUZ, poemas por Juan
cimiento de la materia y una forma de ex- Mant~eZ González. - Ediciones Contra-
pOSlClOn clara y amable, de estudioso y punto. - Caracas.
apasionado en sus enfoques.
En 1949 aparece este libro que recién lle-
ga a 1YIontevideo. Un noble poeta, de vivo
lirismo, da transparencia a los poemas que
POESIA URUGUAYA EN VENEZUELA.
lo integran, donde los elementos de la na-
Por feliz coincoidencia idos panoramas turaleza se convierten en verbo de poesía.
poéticos del Uruguay acaban de publicarse La lluvia) los árboles caídos, la hierba, un
en Caracas, en los pequeños números de río sin cielo, las aves, entran en una con-
jugación de clavos símbolos amorosos y te- Quincey o George Rodenbac-h, Katherine
lúricos. Mansfiel o Henrique Heine. Hay mucho de
Juan Manuel González, nombre sencillo, Luisa Sofovich, minuciosa y espléndida, en
levanta su señorío lírico en "Estación de la la trabazón de los personajes por ella mi-
Luz", únic'a obra publicada. Quedamos en rados· Su preocupación crítica no escatima
espera de "Los Salmos de la Noche" que conocimientos, -la erudicta sale a luz Íl
ammcia. Su torrente de imágenes -alejan- cada paso-- aunque la creadora siempre
drinos musicales casi siempre-- nos llena el ampara sus obras
corazón de amorosas espigas. Sabe internarse en mundos individuales,
no aislándolos, pues los ubica en su sitio
históric-o. Ama a sus predilectos -aunque
PEDRO PRADO, UN CLASICO DE ellos signifiquen distintas corrientes litera-
AMERICA, por J1¿lAO Arriagada A1¿gier y rias y mundos creadores desconexos, sin
Hl¿gO Gol.dsa.ck. - Santiago de Chile más parentesco que el de sus propias gran-
1952. , dezas.
Si Luisa Sofovich no fuera novelista, "Si-
Dos espíritus críticos de jerarquía dentro
l.1wtas en N egro'~ no lograría la sustancia
de las letras chilenas, Julio Arriagada
que las conmueve. Con sentido crítico, y a
Augier y Hugo Goldsack, nos envían la se-
solas expensas, otro sería el estudio, por más
parata de la Revista ~~tenea publicada por
acertado que fuera. Acá se unen dos vir-
la Universidad de Concepción que contiene
tudes esenciales: grandes y universales fi-
el texto de los c-apítulos sobre Pedro Prado
guras son amadas y vistas, no en función
que integrarán un próximo libro sobre "Pre-
intelectual de crític·a libresca, sino de la es-
mios Nacionales en la Literatura Chilena' .
critora que las mira y describe, mirándose.
?edro Prado, figura consular de las le-
De esta doble contemplación las Sil.uetas re-
tras trasandinas. fallecido en Enero del co-
crean vidas y acontecimientos con induda-
rriente año, encuentra en los autores, ex-
ble trascendencia.
traordinarios comentaristas de su vasta. la-
J. O. S.
bor. Saben ellos ubicarlo dentro de su
tiempo, trazando el perfil de su juventud
y de su madurez. Analizan las influencias LA POESIA DE LUIS P ASTORI. -
que recogió y produjo, en páginas de verda-,
dera enjundia, donde la crítica resulta emi- Cinco libros breves nos han dado el cono-
nentemente constructiva. c'imiento de este gran lírico caraqueño. Lo
Julio Arriagada Augier, delicado poeta, encontramos en "Poemas del. oz.·vido" (1945),
en la compañía de Goldsack realiza de este donde aparece a v'iva luz su "duende" al de-
modo obra eminente, de verdadera respon- cir de su compatriota Andrés Eloy Blanco;
sabilidad, tan escasa en nuestro medio¡ "País del. HlImo", "Toros Santos y Flores",
uruguayo. "Herreros de 1ni sangre' y "TaUo sin nmer-
y Pedro Prado recibe grande y merecido te", representan- su producción posterior
homenaje, entrando a la posteridad que re- hasta 1950. La continuidad de la misma
conocerá en él a uno de los valores más señala un alto índice de perfeccionamiento
grandes de América. formal: es diestro en todas las métricas, so-
J. O. S. netista impecable tanto como en el verso li-
bre, donde ritmo, color y movimiento al-
ternan con un donaire poe-as veces logrado
SILUETAS EN NEGRO, por LlIiisa Soto-
vich. - Ed. Sudamericana. - Buenos
Aires.
en la mejor poesía del idioma. Es su verso
alado, reluciente de inspiración, donde el
gracejo castellano se brinda en abundancia,
-
Si el poder expresivo de Luisa Sofovich sin que ello merme las zonas de profundi-
es grande, no le va en zaga el poder sintéti- .dad del poeta.
co que se traduce en las biografías de este Gracias a los mensajes frecuentes de nues-
libro iluminado, donde no solamente res- tros pequeños "Cuadernos Julio Herrera y
plandecen las "siluetas en negro" de seres Reissig" ha llegado a Montevideo en la pro-
extraordinarios y diversos como Thomas de fusión de sus libros, Luis Pastori. Había-
mos sido presentado hace años por Ana En- ELEGIA PlJ/RISIlVIA, poemas por José
riqueta Terán; como es lógico sus cinco poe- Eduardo Serio - Federación, Entre Ríos,
marios, recibidos por varios poetas monte- R. Argentina, 1952.
"ideanos, han intensificado su lectura y en-
"anc,hado las puertas de admiración abiertas La muerte de un amigo ---:Carlos Antonio
por la extraordinaria poetisa de "Presencia Ferrando- inspira a José Eduardo Seri una
Terrena". serie de poemas de encendido y austero re-
Tendríamos que multiplicar citas de sus cogimiento. El tono elegíaco depurado,
tan hermosos versos. Séanos permitido, pa- surge de las numerosas composiciones, sobre
ra deleite del lector de ALF.A.R, la trans- todo de las de métrica menor, como un sig-
cripción de una sola de las composiciones de no de esencial poesía.
sus "Poemas del Olvido": Razón tiene entonces Córdova Iturburu
cuando escribe: "En el panorama de la ac-
"Aquí guardo su voz, y submarina tual poesía entrerriana -orientada hacia un
ancla del corazón, guardo su frente. decantado lirismo- la obra de José Eduardo
Caracol desposado· con la fuente. Seri es singularmente representativa por el
Nombre de santoral o golondrina. decoro de su temática, el sostenido impulso
ele su canto y la depurada dignidad artísti-
"Aquí cruzo en amor de esquina a esquina
ca de su expresión poética".
y me quedo a esperarla de repente
cual se espera un adiós o el estridente
morirse de una flor en una espina.
COPLAS DEL CAÑAVERAL, por Nican-
'1[ aquí aguardo su sangre rumorosa:
dro Pereym. - La Carpa - Tucumán -
Colina, sobre el busto, silenciosa.
Buenos Aires, 1952.
Valle, hacia el vientre, en vello conmovido.
Pocas veces la tierra ha entrado en la
"Y aquí muero, por fin, en su quebranto.
poesía Gon tan arraigado acento, como en
Abajo, entre la sangre, corre el llanto
este lírico tucumano, diestro en el manejo
y arriba, desde el cielo, llueve olvido."
del poema al que eleva en hechizante gracia.
Este es el señorío lírico de Luis Pastori, "Las Coplas están imbuídas de color local,
"un andaluz de los valles de Aragua' según -escribe en el prólogo-, 'pero hay en ellas
don Mariano Picón Salas. suspiro y ritmo universales". Verdadera
J. O. S. afirmación, pues Nicanm'o Pereyra es un
heredero de la gran poesía del romancero
español así como de los aires populares ame-
ricanos, que remoza y profundiza con sin-
DESPUES EST'A EL 1fAR, poemas por
gular maestría.
Dora l!1elella. - Botella al Mar. - Bue-
Ejemplos:
nos Aires.
"Esta coplita que canto
Lo inefable tiene su sitio en la poesía ju- no tiene mano derecha.
venil de Dora lV,C<elella que al decir de su En su pobreza la pobre
prologuista Arturo Cuadrado "nos dá es- 00n la zurda se contenta.
tremecimiento, como la presencia del ángel
"Copla fría soy a veces,
o la velocidad del ciervo". aparcera de la escarcha,
El verso en ella es un juego de gracia que
porque a lo impropio le tengo,
alterna con el hallazgo profundo. Se siente
voluntad de jarro de agua."
jadeante en su búsqueda desesperada" Y
la aparición de lo mágico se entrelaza con Un sentimiento de justicia campesina cam-
sus vivencias. pea a través de toda la obra sin que ello
Joven espiga, de poético asombro, su bre- moleste lo estrictamente poético.
ve libro anuncia una personalidad extraor- Grandes figuras de la plástica argentina
dinaria. como Castagnino, Vigo, Berni, Spilimbar-
":C¡espu€s está -el mar" lleva e:x¡presivos go, Urruchúa y otros ilustran la edición con
dibujos de Luis Seoane. dibujos de insuperable calidad.
A tal poesía, tales ilustradores, en una y estoy seguro que sobre la base de "Gau-
verdadera hermandad de jerarquías.· (·ho Tierra" haría Walt Disney su mejor
película musical.
Alberto R'u.semi.
an ,
la CuZtw:ra iEcuatqr'iana figllr "Los caciones sobre literatura, legislación e his-
Cuadernos de la Tierra", de Jorge En- toria. Destacamos el volumen de Manuel
rique Adoum; "El nuevórelato ecuatoria- F. R1tgeles intit11lado "Lo popular y fol-
klórico en el Táphira".
no", de Benjamúi Carrión, y '!El.Perfil
de la Quimera", siete ensayos literarios
por Raúl AnCLrade.
--=-"Letras delElYlUJ;dor'1 periódicamente nQs
llega con materiales de alta calidad. LIBROS RECOMENDADOS
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titula un cu~derno de amistad y admira- PARAISO PERDIDO, Idea Villarino.
ción a la autora de "Presencia de la Rosa" OH, SOJYLBRA. PURITANA..!, Angel Rama.
y está integrado por sonetos que a ella ALMA EN EL AIRE, Pedro Leandro Ipu-
dedican Juana de Ibarbourou, Luis Alberto che.
Caputi, Juvenal OrtiZ Saralegui, Juan de lVIELUSINA y EL ESPEJO, José Bergamín.
Gregorio, Uruguay González Poggi, Maria- CORAL, H ora<cio Esteban Ratti.
no Qlivera 'Ubios, Asdrúbal Botello, Osval- UN' PA1~ORAMA DEL ESPIRITD, José er.
do JYI. Rodríguez Aydo, JYIanuel de Castro Ant1tña.
y Carlos Sábat Ercasty, y por críticas de SIERVA CELESTE, Elena D1mcan.
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