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Juan: Todos van a leer acerca de usted porque Sai Baba durante Su
discurso lo mencionó un par de veces. ¿Cree que la Jerarquía sabrá acerca
de ese discurso?
Padre Charles: Los tentáculos de la Iglesia son muy fuertes.
Seguramente lo llegarán a saber.
Juan: Yo soy.
Juan: Usted sabe acerca del sacerdote, Mario Mazzoleni, cómo él fue
echado de la Iglesia. ¿Teme a veces que algo así pudiera ocurrirle a usted?
Padre Charles: No hay absolutamente ningún temor. De hecho, estoy
dispuesto a entregar este cuerpo si eso hace que mis hermanas y hermanos
cristianos lleguen a la Verdad de Sai Baba. Cuando recorremos los anales de
la historia descubrimos cuánto sufrimiento y persecuciones muchas grandes
almas tuvieron que padecer a manos de sus contemporáneos para
establecer el mensaje de la Verdad y el Amor en el corazón de la
humanidad. La gente no los comprendió durante su época.
Sin embargo, más tarde fueron hechos santos. Hay tantos ejemplos,
como Juana de Arco, Juan de la Cruz, Tomás Aquino. Ellos sufrieron tanto
para que sus hermanas y hermanos despertaran. Cuando alguien está
perdido en el olvido del sueño, necesita un gran sacudón para despertar.
Necesita un sacudón y un grito: ¡Vamos, despierta! ¡Despierta! ¡Hombre,
despierta! ¡Mira! ¡Dios está aquí! Nuestro Padre, Sai Baba, ha venido.
¡Despierta! Si en este proceso de despertar este cuerpo sufre, entonces es
un buen sufrimiento.
Juan: Agua.
Padre Charles: En inglés se llama 'water'. En mi idioma le decimos
'mmiri'. En latín, se llama 'aqua'. Los franceses se refieren a ella como 'eau'
y los alemanes le dan otro nombre. ¿Estos diferentes nombres cambian la
realidad del H2O? No. Cualquiera sea el nombre o la forma -líquido, sólido o
gaseoso- que el agua pueda adoptar, eso no cambia su realidad. El agua es
una, pero tiene muchos nombres y formas. Del mismo modo, Dios es Uno.
Lo llamamos Jesús, Alá, Krishna, Buda, Baba. Este Dios único e inmutable
asume diferentes formas (cuerpos) de era en era, con los poderes
sobrehumanos apropiados, para enseñarle al hombre a ver al Uno tras los
muchos.
Entonces, si uno ve nombres y formas, ve diferencias y comienza a
pelear. Pero cuando ve la realidad, no surge el tema de cómo reconciliar a
Jesús y a Sai Baba. Es como preguntar cómo reconciliar a 'agua' con 'water'.
¿Comprendes? Tenemos que cultivar la visión de la Unidad yendo más allá
del nombre y la forma. Sólo cuando veamos la Unidad podremos
experimentar la Divinidad. Pero cuando vemos la diversidad entonces
experimentamos odio y luchas y todo tipo de fanatismo religioso.
El elixir final es el conocimiento del Ser; tomar contacto con nuestra
propia Divinidad. Cuando penetramos en ese núcleo de nuestro Ser,
descubrimos también que ese es el centro de todo. La Divinidad interna es la
misma Divinidad en todos, sobre todos, debajo de todos, dentro de todos,
alrededor de todos, con todos. Todo es Divino. Éste es el Reino de Dios del
que habló Jesús.
Un pequeño cuento: Había una vez un pececito que vivía en el
inmenso océano. Este pececito aparentemente estaba perturbado. Durante
toda su vida él había estado tratando de ver el océano. Había viajado por
todas partes en su búsqueda. Había leído volúmenes y volúmenes de
literatura acerca de esto llamado 'Océano'. También había consultado a
muchos expertos eruditos acerca de este tema pero nadie podía resolver su
dilema. Finalmente, un día, él se acercó a la Ballena y le hizo una pregunta.
Le dijo: 'Por favor, hermana Ballena, escucha las plegarias de mi corazón.
Durante toda mi vida oí hablar acerca de esta cosa llamada el 'Océano'.
Tantas personas han predicado y escrito acerca de él. Pero a mí me gustaría
verlo, tocarlo y sentirlo yo mismo. Por favor, ¿podrías mostrarme dónde
puedo encontrar a este 'Océano'? La Gran Ballena rió para sus adentros y le
dijo al pececito: 'Hermano pez, ¡mira! Esto en lo que tú te encuentras ahora
es el Océano. Esto que estás tocando, en lo que estás nadando, viviendo, es
el Océano.
Está sobre ti, debajo de ti, alrededor de ti, dentro de ti, en todas
partes. De hecho, tú no puedes vivir un minuto sin él. Es tu mismo principio
vital'. El pececito no pudo creerle a la Ballena. Él dijo: 'Pero lo que me está
Juan: ¿Puede dar un mensaje final para los devotos de Sai Baba de
Perú?
Padre Charles: ¡Sean felices! Todo ha sido hecho. Swami es la
Totalidad, la Suma y el Substrato. No hay nada que agregar o sustraer.
Ustedes son un fragmento de esa Totalidad. ¡Sean Felices! Ser es permitir
que el Ser tenga lugar. El resultado es la bienaventuranza de la felicidad, es
decir, la unión con Dios. Sean una flauta en Sus Manos y disfruten del flujo
de Su divina melodía en y a través de ustedes. Sean un niño en Su regazo y
experimenten la emoción de volar en las alas Divinas. Solo una Madre tal los
llevará a la meta de la vida. Todo se hace en el Ser. No le dicten a Dios.
Cuando queremos las cosas de un modo y no de otro, bloqueamos el flujo
natural y espontáneo del Ser. Ser es una disposición en la que nos vaciamos
para que Dios pueda llenarnos. ¡Sean Felices! Ser no implica 'no acción'.
'¡Ah, todo se hace en el Ser, así que es mejor que duerma todo el día!'
Esta actitud es una acción negativa. Cuando uno no quiere hacer, está
haciendo. Es acción repulsiva. Cuando uno quiere hacer, también está
haciendo. Es acción compulsiva. ¡Ni quieran ni no quieran, simplemente
sean! Entonces Dios actuará. Esa efusión de energía Divina surgirá desde el
interior de ustedes y los impulsará hacia la necesidad del momento. Ustedes
se vuelven un instrumento. Por ejemplo, tienen allí ese grabador. Antes de
ahora no lo usaron porque no habían surgido las circunstancias adecuadas.
El grabador no les dicta cuando, dónde y cómo usarlo. Simplemente es. Ser
es ser un instrumento en Sus
Manos y luego la potencialidad infinita del Ser se abrirá dentro de
ustedes.
A menudo oigo que la gente dice: '¡Estoy haciendo el trabajo de
Swami!' ¿Acaso Swami necesita algún trabajo? Esto es ego. Abandonen este
sentido de ser los hacedores. Dios es el Hacedor, sin embargo, Él simula no
hacer. Swami está haciendo Su trabajo a través de ustedes. Permítanselo.
Sean felices. El Amor de Dios es la única razón de nuestra felicidad, de
nuestra misma existencia. Sean felices, siempre felices, y entonces cantarán
Sus alabanzas todo el tiempo. ¡Sai Ram!
Fuente: Entrevista recibida por Giorgio Carelli -en inglés- de su amigo croata Borna Lulic.
Traducción: Mercedes Wesley
Revisión y compaginación: Coordinación Nacional de Difusión OSSSBA