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Cierre AATN y Nota Agendar
Cierre AATN y Nota Agendar
Como había sido también en 2022, uno de los Leitmotiv de la AATN fue el así llamado
Proyecto Nacional, es decir el proyecto que busca darle continuidad a la línea tecnológica
de uranio natural y agua pesada, impulsando la construcción de centrales de tipo CANDU
y la puesta en marcha de nuestra planta industrial de agua pesada (PIAP) que produce
el insumo esencial para el funcionamiento de nuestros reactores presentes y futuros.
Debido a la paralización de la PIAP en 2017 estamos importando agua pesada, unas
15 toneladas anuales por varios millones de dólares, para reponer las pérdidas que se
producen naturalmente en nuestras centrales. Se necesitan unas 500 tn durante el resto
de su vida útil.
Como hemos enfatizado muchas veces, nuestro país domina esta tecnología con altos
estándares de seguridad y eficiencia, incluyendo la totalidad de los pasos del ciclo de
combustible y, como demostrado en la extensión de vida de la Central Embalse,
podemos proveer localmente más del 70% de todos los bienes, insumos y servicios
necesarios para construir estas centrales.
Si hay algo que nos han enseñado estos últimos tiempos, en particular la pandemia y la
guerra entre Rusia y Ucrania que dejó desabastecida a Europa de gas, es que los países
necesitan tener un grado importante de autosuficiencia para garantizarse la seguridad
energética y tecnológica. Argentina tiene todo, si hablamos de la tecnología CANDU.
Faltaría reflotar la producción local de uranio natural.
Somos de los pocos países que dominan la tecnología nuclear y esto nos abre muy
importantes perspectivas. Hoy Argentina exporta no solo reactores multipropósito
productores de radioisótopos (léase INVAP en este caso) al mundo, sino que provee
servicios y piezas muy sofisticadas vinculadas, entre otras, para la tecnología CANDU
(p.ej., cientos de kms de tubos especiales por la empresa CONUAR) a varios países del
mundo como India y Canadá.
Además de la India, que está expandiendo su flota de centrales nucleares tipo CANDU
de manera vertiginosa (5 en construcción y 12 más aprobadas), Canadá está
extendiendo la vida útil de numerosas de sus centrales CANDU (19 unidades) y está
encarando una expansión muy importante de su flota de estos reactores incluyendo
versiones más grandes de una potencia del orden del GigaWatio (unos 10 reactores más,
por lo menos).
Nota de AgendAR:
Si hemos titulado con cierta estridencia la sobria nota del Dr. Kreiner no es
para lograr clicks. Sucede que la PIAP es la última trinchera del Programa
Nuclear Argentino más o menos independiente que veníamos tratando de
recuperar.
Eso puede volverla blanco de un primer ataque, que de ser exitoso podría
desatar el derrumbe del resto del ecosistema de instituciones y empresas
mixtas y privadas que forman el mundillo atómico nacional. Por ahora esa
planta sigue cerrada, como desde 2017, pero recuperable.
Tal vez por ello este Mauricio Macri «reloaded» que habita «estilo Alien» en el
presidente electo Javier Milei sepa que si además de mantenerla cerrada y
deteriorándose, ahora abandona, caranchea, chatarrea o enajena la PIAP,
privará de un insumo básico a todo el mundo atómico del país.
Entonces ya no tendrá sentido darle 20 años más de vida útil a Atucha II, será
casi imposible seguir quemando el único combustible nuclear que nos hace
independientes: el uranio natural. Y por ende, a la larga terminaremos
importando llave en mano plantas de uranio enriquecido, a la UE o a China,
quien apriete más.
Pero seguramente el nuevo gobierno, operado por vivillos desde Vaca Muerta
y Washington, no querrá hacer obra nuclear alguna, ni de uranio natural ni de
enriquecido. Hay que terminar en 4 años con 73 años de tradición atómica
independientista.
Eso sí, capaz que si la compra China, entonces también nos emboca una
central Hualong-1, ya que no podremos sostener ningún programa de
centrales de uranio natural y tubos de presión, como Embalse. Y de paso, así
nos vende uranio enriquecido, y los manojos metálicos de los elementos
combustibles, lo que acorralaría a CONUAR, formada por el grupo PECOM y la
CNEA, en su propio país.
Un perfecto win-win. Sí, bueno, para China. Con beneficiarios indirectos en la
UE, EEUU, Rusia, China y Corea y Canadá, porque nos saca del ring nuclear
mundial en camilla. Justo ahora en su segundo renacimiento.
Daniel E. Arias