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I.

SECCIÓN INTRODUCTORIA

A. Tema Central
La epístola a los Colosenses es semejante a la epístola a los Efesios, ya que ambas
fueron escritas por el mismo autor: el apóstol Pablo. Esto a su vez no significa que
dichas epístolas tengan el mismo mensaje. A los Efesios, Pablo les escribe la
ciertísima afirmación de que la iglesia es el cuerpo de Cristo, pero, a los Colosenses,
el apóstol les escribe haciendo énfasis en Cristo, como la cabeza de la iglesia.

El propósito de Pablo al escribir esta epístola es que la iglesia al recibirla, sea


edificada y los creyentes puedan desarrollar su fe, fundamentados sobre la verdad
de Cristo y no se dejen engañar por las falsas doctrinas y enseñanzas de ese tiempo,
las cuales buscaban oscurecer la valiosa obra y persona de Cristo.

B. Datos generales de la epístola


 Autor: El Apóstol Pablo escribe esta epístola, estando en la cárcel en Roma.
 Fecha: Esta epístola fue escrita alrededor del año 62 d.C.
 Destinatario: Iglesia de Colosas
 Versículo clave: Colosenses 2:9-10
 Personajes clave: Pablo, Timoteo, Tíquico, Onésimo, Epafras y Marcos.

C. Contexto histórico
Colosas era una ciudad de la región de Frigia, en la provincia romana de Asia
Menor, actualmente Turquía. La ciudad de Colosas específicamente estaba ubicada
en el Valle del Lico, a unos dieciocho kilómetros en dirección sureste de Laodicea y
cerca de Hierápolis. Se encontraba situada en una ruta comercial clave que
conectaba desde Éfeso hasta el Éufrates, muy prospera e importante hasta el siglo
VIII d.C., luego de que un cambio de carreteras favoreciera a Laodicea.

La ciudad de Colosas era muy famosa


y reconocida por su lana púrpura
“Colossinus”. Los mahometanos
destruyeron la cuidad en el siglo XII,
de la que hoy solo quedan ruinas. El
trabajo de arqueología realizado, ha
reportado haber encontrado ruinas de
una gran ciudad con muchas
columnas de mármol, sus tumbas
cavadas en las rocas, su teatro en
ruinas, una pequeña iglesia y monedas con diversas inscripciones que revelan la
innumerable cantidad de dioses egipcios y greco-romanos que eran adorados en
dicha ciudad por aquel entonces.

Pablo nunca visitó la iglesia de Colosas, pero es evidente que fue el apóstol el
fundador de la misma. Se considera que Epafras era el líder o pastor en esta iglesia
y es él mismo quien lleva la carta enviada para la edificación y crecimiento
espiritual.

Pablo escribió esta carta en un tiempo en que la iglesia estaba atravesando por la
primera herejía desde el inicio de su existencia. Esta herejía era conocida como
Gnosticismo, la cual opacaba las doctrinas fundamentales sobre Jesucristo como el
hijo de Dios, como Dios mismo encarnado y como el Salvador del mundo.

II. SECCIÓN DOCTRINAL


A. Saludo
“Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, A los
santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia y paz sean a
vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo” Col. 1:1-2

Podemos notar como el apóstol se identifica con una gran seguridad sobre su
llamado y resalta que es por voluntad de Dios que él es apóstol de Jesucristo. Dicho
de otro modo, el aclara que es Dios mismo quien lo coloca en ese puesto.

Algo muy importante a resaltar también es que Pablo llama a los cristianos “santos”
lo que significa “separados para Dios” como se supone que todo cristiano debería
estar. Podemos darnos cuenta que en sectas como la iglesia católica, una de sus
doctrinas es que hay santos, quienes interceden por la humanidad luego de que han
muerto. Pero, Pablo en su saludo llama santos a los vivos y no a los muertos.
Precisamente porque nuestra vida debe reflejar nuestra separación del mundo y
entrega a la voluntad de Dios.

Podemos afirmar también según nuestro propio testimonio que a partir del momento
en que aceptamos a Jesús en nuestro corazón, la paz de Dios comienza a inundar
nuestro ser y es algo que nos distingue de todas las falsas religiones, las cuales no
pueden proporcionarles a sus seguidores esa paz que sobrepasa todo entendimiento
y que, a diferencia de ellos, los creyentes en Cristo podemos disfrutar.

“Siempre orando por vosotros, damos gracias a Dios, Padre de nuestro Señor
Jesucristo” Col. 1:3
Necesitamos aprovechar el privilegio que tenemos para con Dios que podemos
acceder directamente a él por medio de Jesucristo. Hay religiones que creen que
para poder tener contacto con su dios necesitan un intercesor o intermediario.
Nosotros tenemos la dicha de servir al Dios Todopoderoso y único que, en su
infinito amor, gracia y misericordia, a partir de la aceptación del sacrificio
expiatorio de Cristo, nos ha abierto la puerta de acceso a su trono para hallar el
oportuno socorro y tener una relación personal, cercana e íntima con Dios.

“Habiendo oído de vuestra fe en Cristo Jesús, y del amor que tenéis a todos los santos.”
Col. 1:4

Por las palabras de Pablo podemos notar que esta iglesia había crecido en fe, lo que sin
dudar era fruto según Romanos 10:17, de oír la Palabra de Dios continuamente. De igual
manera según Gálatas 5:33, podemos identificar en este texto dos virtudes que solo
podemos poseer si el Espíritu Santo está habitando en nosotros realmente. Algo que la
iglesia si poseía era fe y amor, lo cual se evidencia por la forma en que Pablo estaba
halagándolos.

“A causa de la esperanza que os está guardada en los cielos, de la cual ya habéis oído por
la palabra verdadera del evangelio, que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el
mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la
gracia de Dios en verdad.” Col. 1:5-6

La esperanza a la que se refiere Pablo es la gloriosa segunda venida de Cristo para


llevar a su iglesia a un lugar especial, la cual todos los que hemos creído en el
evangelio aguardamos con grande gozo. El evangelio incluye una serie de hechos y
noticias maravillosas: Inicia con el nacimiento virginal de Jesús, luego cuando
comienza su ministerio y es ungido por el Espíritu Santo para hacer poderosas
señales y milagros, muere crucificado, es sepultado y al tercer día resucita con
poder y gloria, luego asciende a la diestra de Dios Padre y hoy día es nuestro
intercesor ante el Padre.

Jesús ascendió al cielo, pero nos dejó al maravillo Espíritu Santo como nuestro
ayudador que nos guía para vivir agradando a Dios al dar frutos. Estos frutos deben
evidenciar un evangelio practico, es decir que, en nuestra vida cotidiana, el mundo
debe notar esos frutos como, amarnos unos a otros, el perdón y la unidad.

“como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro consiervo amado, que es un fiel


ministro de Cristo para vosotros, como lo habéis aprendido de Epafras, nuestro
consiervo amado, que es un fiel ministro de Cristo para vosotros, quien también nos
ha declarado vuestro amor en el Espíritu.” Col. 1:7-8

Se cree que Epafras era el líder o pastor de la iglesia en Colosas, ya que Pablo da
buenas referencias de él como ministro del evangelio y expresa como a través del
Espíritu Santo Epafras está mostrando el fruto de amar a los hermanos, lo que revela
un buen testimonio personal y presenta un evangelio atractivo por ser meramente
practico y no solo se trata de ritos ceremoniales o palabras huecas.

B. Oración de Pablo
“Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros,
y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia
espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto
en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder,
conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad;” Col. 1:9-11

En esta porción de las escrituras encontramos cinco cosas por las que Pablo oraba:
1. Que la iglesia fuera llena del conocimiento de Dios: Su voluntad. Esta sería
una forma sabia de contrarrestar las herejías que estaban teniendo lugar en
ese momento en Colosas.
2. Que vivieran para agradar a Dios en todo y no queriendo complacer a los
hombres.
3. Que llevaran mucho fruto, lo cual es posible sólo si estamos arraigados en la
vid verdadera: Cristo.
4. Que crecieran en el conocimiento de Dios, es decir que no se estancaran o
marchitaran por ningún motivo, ya que la evidencia de una buena salud es
un sano y constante crecimiento.
5. Que sean fortalecidos con todo poder, lo cual sólo es por obra del Espíritu
Santo y tan vital porque nos permite dar testimonio de un evangelio vivo y
poderoso.

“con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la
herencia de los santos en luz; el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas,
y trasladado al reino de su amado Hijo, en quien tenemos redención por su sangre,
el perdón de pecados.” Col. 1:12-14

Todas nuestras oraciones debieran estar llenar de acción de gracias. Aquí Pablo
agradece por las siguientes cosas:
1. Somos participes de una herencia con los santos en luz, lo cual es la mejor
noticia que podemos escuchar en toda nuestra vida.
2. Hemos sido librados de la potestad de Satanás para siempre
3. Ahora pertenecemos al reino de los cielos, lo cual es nuestra realidad
presente a partir de que abrimos nuestro corazón al señorío y gobierno de
Cristo sobre nuestra vida.
4. Tenemos redención por medio de la sangre de Cristo, y consecuente a esto;
5. Somos perdonados de todos nuestros pecados y la sentencia que había en
nuestra contra queda totalmente cancelada por medio de la muerte de Jesús.
C. La superioridad de Cristo
Por más que abordemos el tema de la persona de Jesús y hablemos ampliamente
sobre su persona, nunca será suficiente para darlo a conocer por completo.

“Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Col 1:15
Al comprender en su plenitud esta afirmación bíblica, nos damos cuenta de la superioridad
de Cristo. El tema central a tratar en este texto es la persona de Jesucristo. Por otro lado,
esta porción escritural es clave para responder a todos aquellos sectarios que niegan la
Deidad de Jesucristo y refutar las herejías más antiguas como:
 El gnosticismo: Primera herejía de la iglesia que ponía a Dios en un lugar muy
apartado del hombre. Enseñaba que existía un conocimiento secreto y que solo
ciertas personas lo tenían con carácter exclusivo por lo que se consideraban
superiores a los apóstoles. Este conocimiento en resumen era: Que Dios no creo el
mundo directamente, sino que creo primero a una criatura, quien posteriormente
creo otra criatura y así sucesivamente sigue la secuencia. Que Jesús figuraba en esta
secuencia como una de esas criaturas. Otra señal manifiesta de este grupo de
herejes era la práctica del ascetismo (negación de placeres y apetitos carnales)
como un extremo y, por otro lado, lascivia sin límites (libertinaje sexual) como el
otro extremo.

 El arrianismo: Creada por Arrio de Alejandría, quien decía que Jesús solo era una
criatura. Pero, en el Concilio de Nicea en el año 325 d. C. su enseñanza fue
condenada como una herejía por dicho concilio. A pesar de lo sucedido, la herejía
se expandió y dio origen a las sectas unitarias existentes hasta nuestros días, por
ejemplo: Los “Testigos de Jehová”.

Si estudiamos minuciosamente la epístola a los Colosenses podemos encontrar


varios distintivos que identifican a Cristo como superior a toda la creación, es decir,
revelan su deidad plenamente:
1. Jesús es la imagen del Dios invisible: Quien mejor para representar al Dios
Padre invisible, sino uno igual a él en naturaleza, el Hijo que fue encarnado
en humano.

2. Él es el primogénito de toda la creación: Esto indica prioridad ante todo lo


creado, ya que Jesús está detrás de toda la creación, Él no nació en la
creación. La palabra griega que se utiliza aquí para primogénito es
“prototókos” que significa: antes de toda creación. El evangelio según Juan
en 1:1-3 nos confirma esto cuando dice “En el principio era el Verbo, y el
Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios.
Todas las cosas por Él fueron hechas, y si Él nada de lo que ha sido hecho,
fue hecho” Esta porción bíblica nos da luz sobre la deidad de Jesús, ya que
afirma que Jesús, el Hijo estaba desde el principio con Dios el Padre, es más,
afirma que Él mismo creo todas las cosas.
“Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que
hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados,
sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas
las cosas, y todas las cosas en él subsisten;” Col. 1:16-17

3. Jesús creó todas las cosas: Esto seguramente aclara toda duda con respecto a
la deidad de Cristo. Y no solamente que todo fue creado por Él mismo, sino
que fue creado para Él.

4. Jesús es antes de todas las cosas: Esto revela que Jesús cuando se encarnó en
humano, Él venía de la eternidad, ya existía desde el principio.

5. Todas las cosas subsisten en Jesús: Todo en el universo se mantiene unido


por el poder de Dios y sujeto a Cristo mismo. La tarea de mantener todo en
perfecta unidad solo puede realizarla uno superior a toda la creación.

“Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, el que es el principio, el


primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia.
Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud.” Col. 1:18-19

6. Jesús es la cabeza de la iglesia: Este es el tema central de la epístola a los


Colosenses, ya que en Efesios se habla enfáticamente de la iglesia como un
cuerpo, en Colosenses se habla de la cabeza de ese cuerpo, nuestro señor
Jesús.

7. Jesús es el primogénito de entre los muertos: La única persona en toda la


existencia que ha resucita en cuerpo glorificado es nuestro señor Jesucristo.
Es por eso que se considera como la primicia de la resurrección. Que
maravillosa esperanza que tenemos los creyentes al apreciar la resurrección
de Cristo e imaginar que un día muy cercano también nosotros tendremos
ese privilegio de pasar de ser cueros corruptibles a cuerpos incorruptibles.
La Primera epístola a los Corintios en 15:42-44 nos confirma “Así también
es la resurrección de los muertos. Se siembra en corrupción, resucitará en
incorrupción. Se siembra en deshonra, resucitará en gloria; se siembra en
debilidad, resucitará en poder. Se siembra cuerpo animal, resucitará cuerpo
espiritual. Hay cuerpo animal, y hay cuerpo espiritual.”

8. En Jesús habita toda la plenitud: El hecho que Jesús se encarnara en humano


no impidió que en el habitara la plenitud de Dios, es decir, Jesús era cien por
ciento Dios y cien por ciento hombre. Aunque parecía estar desamparado
cuando estaba en el vientre de María una sola petición que Jesús hiciera al
Padre, podía haber acabado con el universo entero.
D. La obra de Cristo por los pecadores
Esta obra heroica es única en toda la existencia, nada puede compararse a ella.
“Y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la
tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su
cruz.” Col. 1:20
Jesús ha pagado la culpa por los pecados pasados, presentes y futuros de todo el
mundo. El castigo de nuestra paz fue sobre Él según Isaías 53:5. Esta maravillosa
buena noticia nos permite acercarnos a Dios sin la expectativa de que él nos ve
como indignos de su amor y gracia. Por el contrario, Dios hasta hoy permanece con
sus brazos abiertos y manos extendidas esperando que nos refugiemos en el sin
ningún sentimiento de vergüenza o culpa, porque ya ha sido pagado el precio de
nuestro perdón.

Cuando dice el texto “reconciliar consigo todas las cosas”, no debe mal interpretarse
con la idea de que todo el mundo va a ser salvo. Esto es un acto del corazón y
totalmente voluntario; y como sabemos no todo el mundo ha obedecido al llamado
del Padre de reconciliarse con su creador y hacer la paz que es tan necesaria.

“Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra


mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado en su cuerpo de carne, por
medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante
de él;” Col. 1:21-22

Hemos de recordar que antes de hacer la paz con Dios, éramos sus enemigos y nos
encontrábamos separados de Él en nuestro modo de pensar, es decir, teníamos una
moral contraria a la santidad de nuestro Señor y por ende hacíamos todo lo
desagradable y diametralmente opuesto a su voluntad.

Lo más impresionante es que a pesar de que estábamos perdidos, Dios ejecutó su


plan de redención a pesar de que estábamos muy lejos de agradarle. Un perdido no
es solo aquel que está cometiendo los hechos más desagradables y atroces, sino todo
aquel que está separado de Dios y vive de manera contraria a la voluntad del Padre.
A esto se debe el odio que muchos aparentemente “inteligentes e intelectos” tienen
hacia Dios.

Es por la obra redentora de Jesús que hoy somos aceptos ante Dios y somos
justificados, es decir que Dios no nos ve como sucios pecadores sin remedio, ya que
Cristo tomó nuestro lugar y nos dio el suyo, que es un lugar de: Santo, justo y sin
mancha ante Dios. Es de esta manera como Dios nos ve hoy, por lo tanto, debemos
sentirnos como tal y vivir a la altura de tales exigencias.
“Si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la
esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que
está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.” Col. 1:23

Esta solo es una afirmación de que si en verdad somos hijos de Dios vamos a
permanecer firmes en la fe y sin movernos de la verdad del poderoso evangelio.
Pablo también hace memoria de su maravilloso privilegio de ser siervo del Señor,
algo que todos también debemos agradecer el haber sido tomados en cuenta para
ministrar en la obra del Señor. No hay ningún trabajo más honorable y mejor
pagado que trabajar para la organización más grande e importante: El reino de los
cielos.

E. La obra de Cristo por los creyentes


“Ahora me gozo en lo que padezco por vosotros, y cumplo en mi carne lo que falta
de las aflicciones de Cristo por su cuerpo, que es la iglesia; de la cual fui hecho
ministro, según la administración de Dios que me fue dada para con vosotros, para
que anuncie cumplidamente la Palabra de Dios,” Col. 1:24-25

Hemos de hacer una aclaración sobre este texto y es que Pablo, cuando dice que ha
padecido aflicciones en el nombre de Cristo a causa de la iglesia, no se refiere a que
le ha tocado vivir en su carne un tipo de sacrificio redentor, o que este completando
el sacrificio hecho por Jesús, lo cual muchas veces se ha interpretado de esa manera
que es en gran manera incorrecta. Por lo tanto, hemos de diferenciar entre dos tipos
de sacrificio:
1. El sacrificio expiatorio: Cristo padeció como el sacrificio por el pecado del
mundo entero. El murió sólo en esa cruz como el único y suficiente
sacrificio acepto por el Padre; fue desamparado por completo tanto por Dios
como por los hombres. Su sangre era el sacrificio para limpiarnos de todo
pecado.

2. El sacrificio ministerial: Es un tipo de padecimiento que, como siervos del


Señor que predican y dan testimonio de su palabra, llegará el momento en
que nos toque sufrirlo. Sin embargo, esto es diferente para cada uno de
nosotros. En el caso de Pablo, por aquella época sufrió de varias maneras:
fue encarcelado, azotado, apedreado, sufrió naufragios y fue martirizado
hasta la muerte. De igual manera muchos otros ministros del Señor de
diferentes épocas y en diferentes lugares les ha tocado padecer en nombre de
Cristo y para el avance y beneficio de la iglesia.

Nosotros vivimos en una época diferente a la de nuestros hermanos


primitivos, pero eso no nos exime de los padecimientos, que definitivamente
son de diferente índole. Pero, aun así, seguimos necesitando al igual que
nuestros antepasados, la poderosa mano de Dios obrando a nuestro favor y
fortaleciéndonos en esos momentos de aparente oscuridad.

“El misterio que había estado oculto desde los siglos y edades, pero que ahora ha
sido manifestado a sus santos, a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de
la gloria de este ministerio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la
esperanza de gloria, a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y
enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo
Jesús a todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de
él, la cual actúa poderosamente en mí.” Col. 1:26-29
El misterio de que se habla en esta escritura, es algo que no se había revelado en el
antiguo testamento y se refiere a la existencia de una iglesia que estaría compuesta
tanto por judíos como por gentiles, sin acepción de personas. Cristo colocó a los
judíos en el mismo lugar de los gentiles, es decir, todos pecadores y sin poder
alcanzar la gloria de Dios por su propia cuenta. Jesús tomó de todas las naciones, a
todas las razas y las colocó en algo nuevo llamado “iglesia” de la cual, Él mismo es
la esperanza de gloria y en Él alcanzamos toda plenitud.

Predicar el evangelio, es predicar a Cristo y lo que Él hizo por nosotros en su


muerte y resurrección, además incluye lo que el hará por nosotros en el futuro. Es
tan importante que cada creyente desde su conversión, pueda aprender y llegar a
comprender de manera correcta y en toda sabiduría este fundamento de su fe.

El objetivo principal de predicar la Palabra de Dios, es que cada cristiano en primer


plano, sea salvo de la ira venidera y en segundo plano sea edificado en su fe hasta
que pueda llegar a la madurez y perfección en Cristo. Esta debe ser nuestra meta
principal como ministros al servicio del Señor al predicar su Palabra bendita. Somos
vasos útiles si estamos realizando de manera satisfactoria esta comisión.

F. Cristo y las filosofías humanas


En la iglesia de Colosas se estaba dando una situación compleja, al punto que la
iglesia estaba en peligro de ser desviada, ya que había cuatro errores heréticos que
atentaban a confundir el fundamento doctrinal de la iglesia, los cuales debían ser
identificados y corregidos sabiamente por Pablo, estos eran:
1. Palabras Persuasivas
2. Legalismo
3. Misticismo
4. Acetismo

“Porque quiero que sepáis cuán gran lucha sostengo por vosotros, y por los que
están en Laodicea, y por todos los que nunca han visto mi rostro; para que sean
consolados sus corazones, unidos en amor, hasta alcanzar todas las riquezas de
pleno entendimiento, a fin de conocer el misterio de Dios el Padre, y de Cristo, en
quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento”. Col.
2:1-3

La ciudad de Laodicea geográficamente se encontraba junto a Colosas y a pesar de


que esta última era una gran ciudad, Laodicea era mucho más grande, cabe
mencionar que es una de las siete ciudades que se mencionan en Apocalipsis y se
tiene referencia que era una iglesia tibia. Es de suponer que esa era la razón por la
que Pablo decía tener una gran lucha o dicho de otro modo una oración de agonía,
ya que veía el peligro potencial al que, tanto la iglesia en Laodicea como la iglesia
en Colosas estaban expuestas, lo cual podía resultar en que los creyentes se
apartaran de la fe en el verdadero evangelio.
Pablo también oraba que los creyentes fueran consolados mutuamente y
permanecieran unidos en el vínculo perfecto del amor de Dios, el cual había sido
derramado por el Espíritu Santo en cada creyente para que se amasen unos a otros.
Y por supuesto, Pablo también deseaba que todos alcanzaran la riqueza de la
sabiduría y el conocimiento que emanan solo de Dios. Es también el deseo de Dios
que hoy en día su iglesia permanezca unida en amor y creciendo en sabiduría cada
día.

Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas.” Col. 2:4

La historia de la iglesia nos relata que por aquella época estaba teniendo mucha
relevancia y gran impacto el intelectualismo y como consecuencia, muchos
predicadores utilizaban los criterios filosóficos dentro de sus sermones, el problema
de esto es que se desviaban de la verdad de las escrituras y comenzaban a enseñar
sus propias ideas, o las ideologías de los filósofos de esos tiempos, sin duda tales
palabras estratégicamente ordenadas lograban su cometido de confundir y desviar a
los creyentes. Es por ello que Pablo advierte a la iglesia que no se dejen engañar.

Hoy día no es tan diferente, ya que en muchos seminarios teológicos se ha estado


introduciendo la filosofía y la psicología dentro de la formación académica de los
estudiantes, a tal punto que salen de los seminarios con poco conocimiento de la
biblia, lo cual es una lamentable realidad.

“Porque, aunque estoy ausente en cuerpo, no obstante, en espíritu estoy con


vosotros, gozándome y mirando vuestro buen orden y la firmeza de vuestra fe en
Cristo. Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en
él, arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido
enseñados, abundando en acciones de gracias.” Col. 2:5-7

Por aquel entonces, Pablo había tenido noticias de que la iglesia de Colosas estaba
firme en su fe y en completo orden y armonía. Esto significa que estaban viviendo
según las demandas del evangelio de Cristo. En estos tiempos de mucha confusión,
es tan necesario que la iglesia como cuerpo de Cristo, permanezca firme, en unidad
y apoyo mutuo, pero lejos de eso, es todo lo contrario.

Se dice que el cristianismo es el único ejercito que mata a sus propios soldados. Nos
enfrentamos a una lamentable realidad, sin tan solo nos diéramos cuenta y
quisiéramos cambiar la historia, esto sin duda beneficiaria nuestro testimonio.

Pablo también anima a los creyentes que, así como han recibido su salvación al
recibir a Jesucristo en su corazón, anden en él. Andar en Él tiene algunas
implicaciones, ya que no basta solo con decir a voz en cuello que somos cristianos,
si más bien, necesitamos mostrarlo tan fuerte como podamos con nuestra vida
cotidiana, estando en casa, en la calle, en el trabajo o en cualquier lugar, de modo
que los impíos puedan conocer la gloria del Evangelio y el fruto que resulta de estar
arraigados en Jesús como las ramas lo están al árbol, y edificados en la piedra
angular: Jesucristo. Si nos disponemos a vivir un evangelio practico entonces no
habrá necesidad de comprobarle al mundo que nuestra fe es real y viva.

“Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las
tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según
Cristo. Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”. Col. 2:8-
9

Si nos introducimos a la historia de la filosofía, podemos constatar que muchos


personajes reconocidos como: Platón, Sócrates, Kant, etc. nunca tomaron en cuenta
la Palabra de Dios para encontrar las respuestas a los problemas de la vida. Por lo
tanto, aunque sigan en su búsqueda sin esperanza, tratando de dar soluciones a los
problemas que afronta una sociedad en declive, no lo van a lograr, porque
sencillamente la única respuesta a todos los problemas es: Cristo.

Por lo tanto, la vida cristiana debe permanecer fundamentada en Cristo si queremos


que habite en nosotros toda la plenitud de Dios. Una vez más, vemos a Pablo
refutando las herejías del momento al afirmar de manera clara la deidad de
Jesucristo.

“Y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.


En él también fuisteis circuncidados con circuncisión no hecha a mano, al echar de
vosotros el cuerpo pecaminoso carnal, en la circuncisión de Cristo.” Col. 2:10-11

No cabe duda que tener a Cristo como nuestro salvador es estar completos y sin
falta de ninguna cosa. En el antiguo testamento sabemos que como señal del pacto
entre Dios y Abraham se dio la circuncisión y de allí en adelante el pueblo del Señor
celebraba este rito como señal de ese mismo pacto a cada varón Israelita. Pero, en el
nuevo pacto a partir de la muerte y resurrección de Cristo, la circuncisión natural
deja de estar en vigencia y en este nuevo pacto se nos exige más que un simple rito
en lo natural, se nos requiere la circuncisión espiritual que consiste en dejar atrás las
cosas del mundo y las pasiones de la carne y participar de la naturaleza de Cristo
mediante el nuevo nacimiento según lo afirma Pablo en su carta a los Gálatas 6:15.

“Sepultados con él en el bautismo, en el cual fuisteis también resucitados con él,


mediante la fe en el poder de Dios que le levantó de los muertos. Y a vosotros,
estando muertos en pecados y en la incircuncisión de vuestra carne, os dio vida
juntamente con él, perdonándoos todos los pecados.” Col. 2:12-13

Desde el momento en que hacemos de Cristo nuestro salvador, estamos sepultando


el viejo hombre, es decir, la naturaleza pecaminosa con la que todos nacemos y que
heredamos de Adán es sepultada y nuestro espíritu humano nace a vida nueva la
cual es impartida por el Espíritu Santo quien viene y nos sella como garantía de
nuestra salvación según Efesios 1:13. De forma práctica podemos decir que
pasamos de muerte a vida en el sentido espiritual y luego esto se va extendiendo a
nuestra alma y cuerpo. Es en el bautismo en agua que nosotros simbólicamente
hablando nos identificamos con la muerte de Cristo, la cual se convierte en nuestra
muerte al sumergirnos bajo el agua y cuando subimos del agua, nos identificamos
con la resurrección de Cristo, la cual se convierte en nuestra resurrección.

“Anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria,
quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a los principados y a
las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz.” Col.
2:14-15

Lo que necesitamos hacer para no caer en el legalismo es tener una relación


personal con Dios, en donde su Espíritu Santo nos ayude a comprender que vivimos
por gracia y que el tiempo de la ley ya no está vigente hoy para nosotros, por lo
tanto, no podemos hacer absolutamente nada para salvarnos, todo es obra de Cristo.
Es legalismo todo aquello que hagamos con la intención de ayudar a completar la
obra de Cristo por nosotros.

El acta que había contra nosotros, contenía las sentencias siguientes: “Por cuanto
todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios” según Romanos 3:23 y
“Porque la paga del pecado es muerte…” según Romanos 6:23. Dichas sentencias
tuvieron lugar a raíz de que se había establecido una ley que contenía alrededor de
unos seiscientos mandatos, los cuales debían ser cumplidos pero que
lamentablemente ningún hombre sobre la faz de la tierra jamás los cumplió, con
excepción de Cristo quien si la cumplió la ley en su totalidad.

En el momento en que Cristo murió crucificado, simbólicamente estaba


representando al corderito que era sacrificado sobre el altar por los pecados del
pueblo en el antiguo pacto según Levítico 4:27-30. Con la gran diferencia que Cristo
es nuestro cordero sacrificado por nuestros pecados bajo el nuevo pacto, el cual es
hecho sobre mejores promesas y más demandante que el antiguo pacto.

La gran obra que Cristo hizo por nosotros al morir en nuestro lugar y pagar a precio
de sangre nuestro perdón y de esa forma reconciliarnos con Dios, es algo que marca
un antes y un después en la historia del mundo. La obra redentora de Jesús, además,
incluyó despojar a las huestes de maldad de su posición de autoridad sobre nosotros
y desde entonces somos libres del yugo de esclavitud de pecado.

Habiendo analizado la invaluable obra redentora de Cristo, podemos preguntarnos:


¿Por qué muchos cristianos hoy día quieren regresar al tiempo de la ley e intentar
cumplirla?, cuando se ha dado por sentado que ningún hombre en la historia ha
podido lograrlo. Esto es un llamado a todo aquel cristiano con buenas intenciones
pero que está viviendo en “legalismo” al querer ganar con sus propios méritos su
salvación y de esta manera intentar ayudar a Cristo con su salvación. Lo cual es una
idea insensata e ignorante

D. Cristo y las reglas humanas


“Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o en cuanto a días de fiesta,
luna nueva o días de reposo, Por tanto, nadie os juzgue en comida o en bebida, o
en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo,” Col. 2:16-17

Estamos bajo el nuevo pacto, pero aun así pareciera que muchos creyentes aún
viven bajo el antiguo pacto, ya que quieren seguir acatando las reglas aplicadas en
el antiguo testamento por el pueblo de Israel. Con esta actitud no hacen más que
restarle crédito a la obra redentora de Cristo y la hacen insuficiente e ineficaz según
su propia cosmovisión claro, porque en la realidad todo eso solo lo podemos
observar de la misma manera que observamos un retrato muy antiguo, del cual ya
no deseamos volver a esa época. Ahora tenemos más que reglas de hombres,
tenemos la bendita Palabra de Dios que nos instruye sobre cómo debemos vivir en
este tiempo.

“Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a los ángeles,


entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente hinchado por su propia mente
carnal, Y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose
y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da
Dios.” Col. 2:18-19

Por esa época en la iglesia de Colosas había un tipo de creyentes que se sentían
superiores a los demás en el área espiritual y su conexión con Dios, al traerlos a esta
época podríamos llamarles los “super-espirituales”, ya que era así como se
consideraban, lo más irónico es que eran ignorantes de la Palabra de Dios y su
presunción era puro espectáculo.

Hoy día dentro del cuerpo de Cristo hay algunos creyentes que aún tienen la
tendencia a hacer de su cristianismo un mero formulismo religioso y si se les
preguntara la razón de porque hacen ciertas cosas, no tendrían una respuesta básica
y puntual que justifique sus actitudes. Necesitamos vivir nuestro cristianismo de una
manera sincera y sabia.

“Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿Por qué, como
si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos Tales como: No manejes, ni gustes, ni aun
toques (En conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se
destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en
culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno
contra los apetitos de la carne.” Col. 2:20-23

Pablo enfatiza nuevamente que el creyente ya ha muerto con Cristo, lo cual no le


permite vivir en su antigua vida, la cual tenía antes de ser salvado por Cristo. Hay
creyentes sinceros que, en su afán de dejar su antigua vida, comienzan a limitarse de
manera extrema de muchas cosas como, por ejemplo: No usar ciertos accesorios de
arreglo personal o dejar de utilizar jeans, camisetas o zapatos deportivos.

Otros cristianos se limitan de hacer algunas actividades como: jugar futbol, salir de
paseo, etc. porque tienen la idea que Dios pide que se priven de todas esas cosas. Al
inicio quizás lo comienzan a hacer de buena gana, pero con el pasar del tiempo,
quizás empezarán a extrañar tales cosas y a lamentar su situación actual y desearan
volver a su pasado.

Este es un extremo al que no debemos llegar, con la falsa idea de que así vamos a
agradar a Dios. Al fin de cuentas si solo lo hacemos por obligación no es aceptable
para Dios porque él quiere que lo que sea que hagamos para Él sea de corazón y con
todo nuestro amor y no solo por agradar a los hombres o aparentar una falsa
humildad.

El ascetismo cree que, con privar a la carne de ciertas cosas, logrará santificar el
cuerpo y agradar a Dios, pero el problema de raíz es que el corazón queda sin
santificar y de allí es que surgen todas las pasiones y deseos que combaten con
nuestro espíritu. Dios desea que vivamos gozosos, alegres y en libertad con respecto
al pecado, sometiéndonos cada día al Espíritu Santo, quien nos santificará
progresivamente y de forma eficaz.

III. SECCIÓN PRÁCTICA


A. La forma de pensar de los creyentes
Cuando en verdad hemos comprendido el concepto correcto de vida cristiana, nos
enfocamos en vivir como Cristo vivió, en nuestra vida cotidiana. Hemos visto en las
dos secciones anteriores que Cristo tiene la preeminencia en la creación (porque Él
es el creador), la preeminencia en la redención (porque Él es nuestro redentor) y la
preeminencia en la iglesia (porque Él mismo es la cabeza). Ahora hemos llegado a
la parte práctica y veremos cuan necesario es que Cristo tenga la preeminencia en
nuestro diario vivir.

“Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está
Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las
de la tierra”. Col 3:1-2

Esta porción escritural es una afirmación que Pablo estaba haciendo a la iglesia, al
decirle que, como consecuencia de su nuevo nacimiento, el cual era evidente por la
fe, la esperanza y el amor que los Colosenses profesaban con su testimonio, ellos
debían enfocarse en las cosas de arriba. Esto significa que, como creyentes,
debemos ambicionar y desear con un gran sentido de urgencia, involucrarnos en las
cosas de Cristo, es decir, debemos esforzarnos cada día por encontrarnos en una
relación íntima con Cristo y que nuestro cristianismo no sea solo algo que nosotros
aparentamos en la iglesia. Sabemos que Cristo está en el cielo a la diestra del Padre.
Si creemos que Cristo es nuestra cabeza y nosotros la iglesia somos su cuerpo, es
lógico que como cuerpo busquemos siempre estar en donde esta nuestra cabeza:
Cristo.

Así como un atleta en los juegos olímpicos desea desesperadamente la medalla de


oro, así mismo con esa intensidad debemos desear la presencia de Dios todos los
días y siempre mantener nuestros pensamientos en Él, es decir, pensar siempre en
todo lo bueno, lo justo, lo puro, lo amable, etc. según nos dice Pablo en Filipenses
4:8.

Es una dicha poder estar en Cristo, ya que Dios nos ve cómo ve a Cristo, en el
sentido de su justicia. Dios ve a Jesús como su hijo amado y sin mancha alguna.
Nosotros al ser salvos también recibimos tales características y Dios nos ve de esa
misma manera y no como viles pecadores o sucios gusanos, o cualquiera de esas
cualidades despreciativas que algunos creyentes que ignoran la Palabra de Dios
tienen en mente.

“Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando
Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados
con él en gloria.”. Col. 3:3-4

Ahora que vivimos en Cristo debemos hacerlo de manera plena, porque tenemos la
vida de Dios en nosotros, lo cual es magnífico y una gran dicha porque podemos
vivir sin limitaciones. Tenemos la bendita esperanza que un día de estos (Dios sabe
exactamente cuándo) estaremos con Jesús en gloria, lo cual será para nosotros la
mejor parte de nuestra vida cristiana, lo que tanto hemos anhelado.

B. La forma de vivir de los creyentes


Si en verdad tenemos la vida de Cristo en nosotros y hemos resucitado con Él, esto
será manifiesto en dos áreas de nuestra vida:
1. Santidad a nivel personal
2. Compañerismo con nuestro prójimo
La forma de vivir cristiana debe ser una que se identifique por su santidad y no por
la práctica de pecados recurrentes. Si en verdad Cristo vive en nosotros debemos
procurar la santidad en cada área de nuestra vida y odiar el pecado que tanto daño le
hace a nuestra relación con Dios.
“Haced morir, pues, lo terrenal en vosotros: fornicación, impureza, pasiones
desordenadas, malos deseos y avaricia, que es idolatría;” Col. 3:5
El llamado de Pablo a dar por muerto y enterrado todo lo que es obra de la carne, es
algo muy importante que debemos tomar en cuenta si en verdad deseamos que
nuestra vida antigua sólo sea parte del pasado sin Cristo. Como seres humanos aún
nos sentimos tentados a una serie de cosas que van contra nuestra nueva vida en
Cristo, algunas de ellas son citadas por Pablo puntualmente y el advierte que si las
estamos practicando aún podríamos estar en idolatría pura, sin poder admitirlo y de
ese modo hacer algo para cambiar la situación. Estas manifestaciones pecaminosas
son:
PECADO REFLEXIÓN
Fornicación: ¿Está usted cometiendo este pecado
Es un tipo de inmoralidad sexual en el actualmente? ¡Escape por su vida
que dos personas mantienen relaciones pronto! y no se engañe más, Dios no
sexuales previas al matrimonio. Quien puede ser burlado.
lo practica peca contra su propio
cuerpo según 1 Corintios 6:18.
Impurezas: ¿Está usted mirando con ojos lujuriosos
Esto abarca desde los pensamientos, lasa su prójimo?
miradas, las palabras, los gestos y las¿Cuál es el contenido de sus
acciones que van encaminadas al conversaciones, acaso se deleita en
deleite carnal y mundano y que, por talexpresar palabras despreciativas,
razón, van contra la naturaleza Santa ynegativas y no edificantes al oyente?
Justa de nuestro buen Dios. ¿Está pensando en todo lo santo, lo
puro, lo amable, o se deleita en lo
opuesto?
Pasiones desordenadas: ¿Es su corazón el hogar de los más
Es darles rienda suelta a los deseos y viles deseos y antojos carnales?
apetitos más bajos concebidos en el ¿Se convierte en víctima de sus ataques
corazón del ser humano, con de ira, de celos, etc.?
consecuencia de que nace corrompido ¿Tiene la capacidad de frenarse ante
en su naturaleza caída. Por ejemplo: algo que potencialmente es una
Los celos, la envidia, pasiones debilidad con la capacidad de tentarlo y
amorosas, la ira, los vicios, etc. hacerlo caer? ¿Cuál es su estrategia?
Malos deseos: ¿Le es fácil bendecir a sus opositores?
Es evidente que mucha gente aloja en ¿Qué es lo primero que pasa por su
su mente malos deseos para todas mente cuando alguien lo ofende o hace
aquellas personas que en algún algo que le daña?
momento le han ocasionado daño y ¿Guarda constantemente deseos de
heridas en su corazón. venganza contra sus ofensores?
Avaricia: ¿Es el dinero su ídolo moderno?
El amor al dinero sin duda es la raíz de ¿Padece usted esa rara enfermedad
todos los males según 1 Timoteo 6:10. llamada avaricia? ¿Desea cada vez
Necesitamos la ayuda y el poder del más?
Espíritu Santo en nuestra vida para que ¿Está más obsesionado en vivir para
el dinero no nos mueva el piso. conseguir y almacenar todo el dinero
Debemos tener claro que el dinero es que pueda, que en vivir para Cristo?
muy importante porque es un medio de Si usted es capaz de despojarse del
adquisición, sin embargo, solo dinero que posee, cuando se trata de
debemos verlo bajo ese concepto, darlo para la obra de Dios, está
porque en el momento que lo demostrando que tiene la perspectiva
elevamos, hemos perdido la ruta segura correcta sobre su mayordomía y el
hacia Dios. dinero.
Cada vez que anteponemos alguna de estas prácticas pecaminosas con la excusa de
que no podemos dominarlas, estamos haciendo un ídolo de dicha práctica. Esto por
la razón de que no consideramos a Dios lo suficientemente poderoso como para
liberarnos de la esclavitud a la que nos hemos sometido.

“Cosas por las cuales la ira de Dios viene sobre los hijos de desobediencia, en las
cuales vosotros también anduvisteis en otro tiempo cuando vivíais en ellas”. Col.
3:6-7

Con el solo hecho de saber que la ira de Dios está contra tales cosas mencionadas
anteriormente, es un indicativo de que son cosas contrarias a su santidad y
desagradables ante Dios. También es de sabios reconocer que en otro tiempo
nosotros vivíamos en la práctica constante de todas estas cosas sin que nuestra
conciencia nos lo reprendiera, esto como resultado de que estábamos muertos en el
sentido espiritual.

Hoy día como consecuencia de nuestro nuevo nacimiento la historia es diferente, ya


no vivimos en la práctica constante porque tenemos al Espíritu Santo que nos guía a
toda verdad y nos reprende si nos desviamos del camino angosto. Si queremos
presentar evidencia de nuestra santificación progresiva, el sólo hecho de que ya no
vivimos en el pecado que antes nos hundía, sería una prueba poderosa y suficiente.
Es el deseo de Dios que como nuevas criaturas en Cristo ya no corramos en el
mismo desenfreno del mundo y ya no nos ocupemos en las mismas cosas que se
ocupa el mundo, sino que más bien nuestras aspiraciones sean celestiales.

“Pero ahora dejad también vosotros todas estas cosas: ira, enojo, malicia,
blasfemia, palabras deshonestas de vuestra boca. No mintáis los unos a los otros,
habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,” Col. 3:8-9

En este texto escritural el apóstol está recomendando que como creyentes debemos
dejar todos aquellos hábitos que antes eran practicados con normalidad en nuestra
vida cotidiana, pero que a causa de nuestra condición presente como nacidos de
nuevo nos estorban en nuestro crecimiento espiritual y nuestra continua
santificación.

Tristemente algunos creyentes parecieran tener todos estos hábitos como un vestido,
el cual pueden ponerse al salir de la iglesia y quitárselo antes de asistir a los
servicios y reuniones cristianas. Esto no debe ser así, es por ello que Pablo insta a
los Colosenses a dejar definitivamente o tirar a la basura todos estos hábitos que
sólo son producto de nuestra vieja naturaleza caída.

En Cristo tenemos la solución para poder dejar estas cosas y comenzar a adoptar
hábitos edificantes y que bendicen a Dios y a nuestro prójimo. Necesitamos poner
nuestra mente en las cosas celestiales. Analicemos las repercusiones y el impacto de
estos hábitos si son practicados con regularidad en nuestra vida cristiana:
HÁBITO REPERCUSIÓN
Ira y enojo: Es una irritación que no es -Dañamos a nuestro prójimo al decir
pecaminosa cuando se sabe contralar. cosas groseras. Se destruyen relaciones.
Se convierte en pecado cuando -Acumulamos rencor, perdemos la paz
permitimos que explote sin control. y el gozo. Afecta nuestra salud. Nos
llenamos de amargura.
Malicia: Deseo de hacerle mal a -Mantenemos malos pensamientos
nuestro prójimo a causa de un enojo rondando por nuestra mente, lo cual
acumulado. bloquea que pensemos en las cosas del
Señor.
-Se nos dificulta bendecir a nuestros
ofensores
Blasfemia: Difamar el nombre de Dios. -No permite que tengamos una relación
Decir algo incorrecto en contra de su íntima y verdadera con Dios, podríamos
carácter. Odiar a Dios. ser miembros de una iglesia, pero si
hemos blasfemado contra Dios no
somos creyentes nacidos de nuevo y
mucho menos sus hijos.
Palabras deshonestas: Comunicación -Damos mal testimonio del poderoso
malhablada. Incluye aquello que es Evangelio de Cristo.
abusivo, despreciativo y sucio. -Es una clara evidencia de que no
hemos sido regenerados y tampoco
estamos creciendo en nuestra santidad.
Mentir: Falsificar algo, fingir, -La gente duda de nuestro cristianismo
aparentar. Decir lo contrario a la autentico.
verdad que se cree y se sabe. -Una mentira, induce a otra mentira.
-Sabemos que ningún mentiroso
heredará el reino de los cielos.

Si lugar a dudas después de analizar estos hábitos dañinos, estamos conscientes de


sus consecuencias y aun así nos parece muy difícil dejarlos del todo. Esto sólo
muestra que en este mundo y estando en este cuerpo nunca alcanzaremos la
perfección. Pero, esta situación no puede limitar nuestro proceso de santificación
progresiva con la excusa de que es imposible dejarlos. Recordemos que todo lo
podemos en Cristo que nos fortalece, Filipenses 4:13.

“y revestido del nuevo, el cual conforme a la imagen del que lo creó se va


renovando hasta el conocimiento pleno, donde no hay griego ni judío, circuncisión
ni incircuncisión, bárbaro ni escita, siervo ni libre, sino que Cristo es el todo, y en
todos.” Col 3:10-11

Despojarse del viejo hombre y de sus hábitos pecaminosos, no es suficiente ya que


el ser humano siempre quiere llenarse de algo y si se vacía de sus viejos hábitos
necesitará llenarse de algo más. Aquí es donde entran los nuevos hábitos que
corresponden a la nueva naturaleza, los cuales debemos formar según el nuevo
hombre: Jesucristo.

Pablo nos llama a ponernos el nuevo vestido de la santidad, el amor y la fe. Todo
esto es posible gracias a nuestro ayudador el poderoso Espíritu Santo que nos da la
fortaleza para permanecer en Cristo y representarlo fielmente acá en la tierra, unidos
como un solo pueblo y un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo. De manera que debemos
rechazar y evitar las posibles divisiones y permanecer en unidad.

Necesitamos vestirnos de la santidad a cuatro niveles diferentes:


1. Santidad a nivel personal

“Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable


misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia”
Col.3:12

Si hemos confiado en Cristo como nuestro salvador y estamos dando el fruto del
Espíritu Santo, entonces; somos los escogidos de Dios que este texto escritural
menciona. En un mundo caído, los creyentes debemos hacer la diferencia y tener
estas virtudes en nuestra vida. No ser sólo uno más del número de humanos en el
mundo, sino impactar a los que nos rodean con las siguientes cualidades:

VIRTUD REFLEXIÓN
Misericordia: Compasión por los que Tenemos el ejemplo más grande de
sufren a tal punto que nos mueve a misericordia y compasión en toda la
ayudarles. existencia: Jesucristo. ¿Vamos a
imitarlo?
Benignidad: Buscar ayudar a los demás ¿Todos los días al despertar, pensamos
siempre. Es ser amable y suave. en la manera de cómo ayudar a
alguien?
¿O solo pensamos en nosotros y como
superarnos y salir adelante?
Humildad: Es pensar menos de sí ¿Tenemos la capacidad de reconocer
mismo en comparación con los demás. nuestras limitaciones, ante los demás?
¿Somos capaces de aprender de alguien
que es más joven que nosotros?
Mansedumbre: Manso, pacífico, no ¿Cuándo somos agredidos, cual es
violento a pesar de las circunstancias nuestra respuesta, muestra la paz de
sean favorables o difíciles. Dios?
Paciencia: Es saber esperar y soportar Si hemos pedido a Dios que nos
sin irritarse o quejarse. conforme a la imagen de Cristo, sin
duda vendrán pruebas sobre como ser
más pacientes.
¿Cuánto tiempo deseamos estar en este
proceso de paciencia? La forma en que
respondemos a las pruebas lo
determinarán.
2. Santidad en nuestras relaciones con los demás


soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja
contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y
sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto. Y la paz de Dios
gobierne en vuestros corazones, a la que asimismo fuisteis llamados en un solo
cuerpo; y sed agradecidos. La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros,
enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia
en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales. Y todo
lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor
Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.” Col. 3:13-17

Es bueno decir que estamos viviendo en santidad. Pero, no tiene sentido si los que
están a nuestro alrededor no pueden comprobarlo. Es decir, no sirve de nada si
nuestro prójimo no puede conocer sobre la santidad solo con ver nuestro ejemplo de
vida. Algunas recomendaciones prácticas que el apóstol hace a la iglesia son las
siguientes:

Sopórtense
unos a otros
Perdónense
unos a otros
Ámense unos a otros
Exhórtense unos a otros sabiamente
Enséñense unos a otros
Vivan en paz unos con otros
Fundamento:
La Palabra de Dios en abundancia en nosotros
La guía del Espíritu Santo

Necesitamos vivir en gratitud con Dios por todos sus favores a nuestra vida y tener
toda la disposición para que absolutamente todo lo que hagamos sea en la iglesia, el
trabajo, el hogar, el mercado, etc. lo podamos hacer en el nombre del Señor Jesús.
Es decir, que nuestra norma de conducta cristiana sea fundamentada sobre el
principio de: “Todo lo que hacéis, sea de palabra o, de hecho, hacedlo todo en
nombre de Jesús”. Esta es una regla maravillosa que nos permitirá identificar si lo
que hacemos es correcto o, todo lo contrario.

3. Santidad en el hogar
“Casadas, estad sujetas a vuestros maridos, como conviene en el Señor. Maridos,
amad a vuestras mujeres, y no seáis ásperos con ellas. Hijos, obedeced a vuestros
padres en todo, porque esto agrada al Señor. Padres, no exasperéis a vuestros
hijos, para que no se desalienten.” Col. 3:18-21
MIEMBRO DE LA FAMILIA MANDATO DE DIOS
Esposa: Sujetarse a su marido Cuando se habla de sujetarse no se trata
de que la esposa sea esclava de su
esposo. Es la aceptación voluntaria de
que su esposo es el líder o la cabeza del
hogar y por lo tanto debe apoyar ese
liderazgo, lo cual es responsabilidad
grande ante Dios y un día el esposo va
a rendir cuentas sobre como dirigió a su
familia. Como un gerente es
responsable de llevar a su empresa al
éxito, así el esposo debe lograr una
familia exitosa.
Esposo: Amar a su esposa y evitar la Al esposo, Dios lo manda a amar a su
aspereza. esposa y no a que trate de entenderla
por completo, ya que son dos seres
diseñados de manera muy diferente. El
esposo debe ser tierno y cariñoso, no
olvidando que está tratando con un ser
más frágil y sentimental que él.
Hijos: Obedecer a sus padres en todo Aunque los niños y jóvenes suponen
que sus padres sólo quieren fastidiarlos
con sus reglas, educación y disciplina,
todo es por el bienestar de ellos y no
existe ninguna excusa que avale la
rebeldía de los hijos.
Padres: No desesperanzar a sus hijos La forma en que los padres críen a sus
hijos debe incluir un ambiente que los
inste a ser temerosos de Dios,
proactivos, obedientes, seguros,
estables emocionalmente y con un
sentido de responsabilidad.

Si queremos ser obedientes a nuestro Señor, necesitamos atender a su mandato con


respecto al orden jerárquico que debe existir en el hogar, el cual ha sido establecido
por Dios de esa manera.

4. Santidad en el trabajo
“Siervos, obedeced en todo a vuestros amos terrenales, no sirviendo al ojo, como
los que quieren agradar a los hombres, sino con corazón sincero, temiendo a
Dios. Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los
hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a
Cristo el Señor servís. Mas el que hace injusticia, recibirá la injusticia que
hiciere, porque no hay acepción de personas.” Col. 3:22-25
Nuestro testimonio personal, también lo damos a conocer en nuestros lugares de
trabajo al mostrar nuestros principios, nuestra ética y sobre todo el temor de Dios
que como cristianos poseemos.
Aunque muchos patronos no son justos con las condiciones de trabajo para con sus
empleados, esto no es motivo para que el creyente en su condición de empleado
abusado responda a su patrón con abusos por su parte, por ejemplo: Robarse los
recursos de la empresa como: Internet, papelería, el tiempo de trabajo, etc.
Debemos tener presente que cada uno dará cuentas al Señor de cómo vivió en lo
personal y para con demás, tratemos de estar preparados para ese momento y que
con gran satisfacción podamos rendir cuentas ante Dios, al vivir una vida ejemplar.
Algo que puede ayudarnos a todos a dar lo mejor de sí mismos es que cada cosa que
hagamos lo hagamos con todo nuestro corazón y como para agradar el Señor y no
para agradar al ojo humano.

“Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros siervos, sabiendo que también
vosotros tenéis un Amo en los cielos. Col.” 4:1
Así como el empleado tiene responsabilidad ante Dios, el patrón no está excluido de
eso. Por lo tanto, si tenemos el privilegio de tener emplear personas a nuestro
servicio, siempre tratemos de velar por su bienestar y progreso tanto económico,
moral y espiritual. No veamos solo por nuestros intereses y ganancias, lo cual es
muestra de egoísmo.
Mostramos el amor de Cristo cuando nos preocupamos por el desarrollo integral de
las personas que nos prestan sus servicios. Debemos motivarlos a crecer cada día y
ser mejores creyentes si ya han nacido de nuevo. Si aún son inconversos que con
nuestra conducta podamos ganarlos para Cristo. Quizás vamos a ser la única biblia
que ellos puedan leer.

C. Recomendaciones finales
Pablo también aconseja a la iglesia sobre dos áreas de la conducta cristiana que son
de gran importancia para poder permanecer en Jesús. Estas son:
1. La oración:
“Perseverad en la oración, velando en ella con acción de gracias; orando también
al mismo tiempo por nosotros, para que el Señor nos abra puerta para la palabra,
a fin de dar a conocer el misterio de Cristo, por el cual también estoy preso, para
que lo manifieste como debo hablar”. Col 4:2-4

Sabemos que la oración es el cemento que mantiene unidos los ladrillos al cimiento
de una casa, al igual la oración nos mantiene unidos a Dios. La oración, además, es
la respiración de nuestra alma. Hay tantas cosas por las que orar: Los ministerios de
la predicación de la Palabra de Dios, los misioneros, los perdidos, las necesidades
de la iglesia, los medios radiales que llevan el Evangelio, etc. No nos excusemos
diciendo que no tenemos de que orar, porque es sólo eso: una excusa.

2. Vivir sabiamente con nuestro prójimo:



Andad sabiamente para con los de afuera, redimiendo el tiempo. Sea vuestra
palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo debéis
responder a cada uno.” Col. 4:5-6

Como hijos de Dios tenemos el compromiso de representar de manera digna a


Cristo, esto lo vamos a materializar al conducirnos por la vida con una conducta
sabia y prudente, evitando todo tipo de insensatez que en vez de impresionar al
mundo seamos el “hazme reír” de todos. Por ejemplo: Hubo un grupo de personas
que en un tiempo estuvieron anunciando la venida de Jesús para el año 1980,
cuando llegó esa fecha quedaron ridiculizados ante los impíos que habían sido
testigos de sus predicciones insensatas. Que mal rato pasaron tales personas, por no
actuar con sabiduría y prudencia, con respecto a un tema como la segunda venida
del Señor que bien lo sabemos: es un misterio para el mundo entero la fecha en que
sucederá.

“Todo lo que a mí se refiere, os lo hará saber Tíquico, amado hermano y fiel ministro y
consiervo en el Señor, el cual he enviado a vosotros para esto mismo, para que conozca lo
que a vosotros se refiere, y conforte vuestros corazones,” Col. 4:7-8

Según eruditos bíblicos, se cree que Tíquico era el pastor de la iglesia de Éfeso por aquel
entonces, ya que es mencionado en Efesios 6:21 y sus referencias señalan que era un siervo
de Dios muy dedicado a su servicio.

Con Onésimo, amado y fiel hermano, que es uno de vosotros. Todo lo que acá pasa, os lo
harán saber.” Col. 4:9

Onésimo era un esclavo que había huido a Roma desde Colosas de casa de su amo Filemón.
Por la misericordia de Dios Onésimo conoció a Pablo, quien le guio hacia Cristo y como
consecuencia de su conversión, este que otro tiempo era un esclavo malvado, estaba
regresando hacia su amo, pero con un corazón transformado. Por esta razón, Pablo escribe
una carta a Filemón en donde le detalla la buena nueva sobre la conversión de Onésimo y le
pide que tenga las consideraciones necesarias y que lo reciba como un hermano en Cristo.

Aristarco, mi compañero de prisiones, os saluda, y Marcos el sobrino de Bernabé, acerca
del cual habéis recibido mandamientos; si fuere a vosotros, recibidle;” Col. 4:10

Este hombre llamado aristarco también estaba preso junto a Pablo, sin duda había sido
también impactado por el testimonio del apóstol y había rendido su vida a Cristo. Luego
Pablo menciona a Marcos, el autor del evangelio que lleva su mismo nombre, de quién
daba buenas referencias, reconociendo que era vaso útil en el ministerio.

y Jesús, llamado Justo; que son los únicos de la circuncisión que me ayudan en el reino
de Dios, y han sido para mí un consuelo.” Col. 4:11

Algo curioso es que la mayoría de feligreses de la iglesia de Colosas eran gentiles. Por ello
Pablo hace una mención especial sobre los pocos judíos que habitaban entre los Colosenses
y daba buenas referencias sobre ellos por su amor a Dios y su arduo trabajo en el
ministerio.

Os saluda Epafras, el cual es uno de vosotros, siervo de Cristo, siempre rogando
encarecidamente por vosotros en sus oraciones, para que estéis firmes, perfectos y
completos en todo lo que Dios quiere. Porque de él doy testimonio de que tiene gran
solicitud por vosotros, y por los que están en Laodicea, y los que están en Hierápolis.”
Col. 4:12-13
Como lo hemos mencionado al inicio, Epafras era el pastor de la iglesia de Colosas, pero en
este momento estaba también encarcelado junto a Pablo, con otro ministerio a su cargo,
orar por que los Colosenses permanecieran firmes y completos en la obra del Señor.

Os saluda Lucas el médico amado, y Demas. Saludad a los hermanos que están en
Laodicea, y a Ninfas y a la iglesia que está en su casa”. Col. 4:14-15

El apóstol menciona a Lucas con gran aprecio, quien fue un médico muy útil para el
ministerio de Pablo y que además escribió el evangelio que lleva su nombre. También
hemos de notar como las iglesias de la época apostólica, iniciaron en los hogares. Que
dicha tan grande para todas aquellas familias que hacen de su hogar la casa de Dios.

Cuando esta carta haya sido leída entre vosotros, haced que también se lea en la iglesia
de los laodicenses, y que la de Laodicea la leáis también vosotros. Decid a Arquipo: Mira
que cumplas el ministerio que recibiste en el Señor.” Col. 4:16-17

Es esta porción escritural se mencionan dos cartas, algunos eruditos bíblicos opinan que la
carta a Laodicea, es una carta perdida, al no estar dentro de las cartas Paulinas dentro del
canon bíblico. Otros teólogos opinan que el mensaje a Laodicea está en Apocalipsis y otros
creen que es la carta a Éfeso y que por ese tiempo dicha iglesia se encontraba en esa
localidad.

La salutación de mi propia mano, de Pablo. Acordaos de mis prisiones. La gracia sea con
vosotros. Amén”. Col. 4:18

Pablo acostumbraba a dictar sus cartas y luego al final sellarlas con un saludo. La carta a
los Gálatas, es la única carta que si escribió completa el apóstol. Al finalizar el recuerda que
los creyentes siempre oren su vida.

Esta carta ha sido realmente maravillosa y confrontativa con nuestro cristianismo que
estamos viviendo hoy en día. Sin duda después de este hermoso recorrido no podemos
seguir siendo los mismos, porque sencillamente la palabra de Dios nos purifica.

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