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antes de la Independencia. | P. Michael McKinley >- Scanned with CamScanner LA AGRICULTURA 81 perfodo colonial tardio. En primer lugar, el valor de una hacierida nueva aumentaba mucho, sin costos adicionales de mantenimiento, tan pronto como los arbustos Ilegaban a la edad madura. El precio por arbusto subja de 4 de real a 4 y 6 reales en 4 0 5 afios, un incremento notable. Una vez que ha entrado en su ciclo de produccién plena, un arbusto puede dar ¥: kilo de fratos al afio de café de primera calidad durante un lapso de 10 afios, antes de que la calidad empiece a declinar. En la medida en que muchas, si no todas, las haciendas de café en Caracas habian entrado ya o estaban por entrar en su época de produccién ple- na, la mayoria del café era seguramente de primera calidad y de alto precio. Como ejemplo especifico esta el caso del conde de La Granja, quien en 1796 estimaba que una modesta hacienda de café de 18.000 arbustos que habia fundado recientemente le haria ganar, después de dos o tres afios, 2.000 pesos al afio, deducidos los gastos de operacién®, En cuanto a las inmensas haciendas de Isidoro Lopez Méndez y el conde de San Xavier, con 130.000 y 174,000 arbustos respectivamente, el mar- gen de beneficio ha debido ser inmenso, Ambas haciendas, al parecer, se hallaban en plena produccién antes de 1810, y un célculo optimista de su produccién conjunta daria a estos dos individuos el control de un 5% de las exportaciones de café de la provincia en 1809, Ademés, Lopez Méndez posefa parte de otras dos haciendas que producian al menos 1.500 quintales en 1808 y 1809. Sea cual fuere la ganancia neta, en 1810 el café se estaba convirtiendo en la cosecha del futuro. LA CANA DE AZUCAR En los estudios de la economia colonial siempre se subestima la produccién de cafia de azticar como factor importante. Es cierto que apenas figura en las listas de exportaci6n, pero, como en el caso de la ganaderia, su funcion principal era suplir las necesidades del mercado doméstico. En el mundo del Caribe, donde primero Haiti y luego Jamai- cay La Habana estaban mucho mejor situados para cultivar en grande la cafia de aziicar, nunca se planteé de veras el que la Caracas de fines del siglo xv produjese para la exportaci6n. Sin embargo, la producci6n de cafia tenia un gran peso dentro de la estructura de la economfa interna de la provincia, Era una cosecha que suministraba un alimento basico y para la fabricaci6n del licor local. En 1775 | de azticar en 195.000 arrobas con un valor ‘os, La caiia de azicar se vendia en tres ¢l ingrediente indispensable Se estim6 la producci6n anual total de mas de 650.000 pes Scanned with CamScanner 82 CARACAS ANTES DE LA INDEPENDENCIA formas bésicas: como azticar, como papelon y como aguardiente, pro- ducto derivado®, Para fines del siglo xvut el cultivo ya tenia una larga historia y no daba sefa su potencial de expansion. Dos informes separa can que el namero de haciendas dedicadas al cultivo de la cafta seguia creciendo gradualmente™”. Alrededor de 1770 habia 348 haciendas de cafa en la provincia; para 1787 habia 436**. La inmensa mayoria de estas haciendas se ubicaban en dos regiones: Nueva Segovia y la Cordillera de la Costa. En esta tiltima regiOn, sobre todo en los valles de Aragua y del Tuy, cerca de la ciudad de Caracas. La catia de azticar, en comparacion con otros cultivos, requeria gran- des inversiones en maquinaria, esclavos y bestias de carga. La pesada infraestructura de muchas haciendas de caja refleja en primer lugar la complejidad de la comercializaci6n de la cosecha; la conversiOn de la cafia en aziicar blanca, papel6n, alcohol y jugo de cafia o melados re- queria una fuerza de trabajo numerosa como también distintas maqui- narias, a menudo movidas por tracci6n animal. Aun las haciendas mo- destas tenfan la maquinaria basica, el trapiche 0 ingenio, y cualquiera que quisiese refinar su cafta, a fin de obtener productos para el merca- do, debia tener pailas, tanques, hornos y destiladeros. En las haciendas de cafia siempre habia esclavos, y probablemente en cantidades mayores que en las haciendas dedicadas a otros cultivos. En un grupo de 61 plantaciones dedicadas exclusivamente al cultivo de Ia cafia y para el cual se dispone del namero de esclavos por hacienda, la distribucion es la siguiente: el 24% tenfa de 1a 19 esclavos; el 45%, entre 20 y 39, y el 31%, mas de 40. Hay un factor que explica amplia- mente a estrecha dependencia de la hacienda de caiia respecto a los esclavos: la produccién de azticar es una actividad que dura todo el aio, y sus requerimientos inclufan no s6lo cuidar de los sembradios y reco- ger la cosecha sino también la fabricacion durante todo el aio de pro- ductos derivados. ‘ont ioe relative oe a ee factores de producci6n en el valor grandes haciendas aa tas cu les oe ¢ eS Sees ee ete rae ores ee pee ae pues ocadh gen ver ak a ¥ cosas por el estilo, que tenian valor podia variar aes Se eee aah aninfcc ANGlIsobre loa . una hacienda a otra. De todas factores basicos de producci6n es dela cafia de azticar en la provincia Jes de que estuviese exhausto dos por doce aiios indi- iia Scanned with CamScanner LA AGRICULTURA, 83 suficiente para permitir algunas observaciones. Los esclavos aparecen como la parte mas valiosa de la infraestructura de la plantacién. En 9 de 11 haciendas, los esclavos representaban entre un 35 y un 50% del valor total, y en las dos restantes, de 26 a 27%. El valor de los tablones variaba de un 5 a un 15% del valor total de las haciendas de la muestra. Las variaciones en el valor de la maquinaria tendian a estar en una proporci6n directa con el tamafio de la hacienda. Dos haciendas de la muestra que valian 21.353 pesos una y 21.346 pesos otra, se las arregla- ban con un simple trapiche y unas pailas con costos respectivamente de 2.200 pesos y 1.600 pesos. Otras tres, con valores de 38.723, 40.216 y 115.000 pesos, tenian maquinarias completas con un valor de 8.000 a 9.000 pesos cada una. éQué ganancia se obtenia con la producci6n de cafia de azticar? El informe de 1775 indica que la cifra promedio de producci6n de las ha- ciendas de cafia era de 1.886 pesos. Las cifras de producci6n bruta, por supuesto, nada dicen sobre las ganancias netas; en las grandes hacien- das éstas eran probablemente altas aun tomando en cuenta los altos costos de producci6n. Alrededor de 1800, «Mocundo», quizd la hacienda més grande de la provincia, asentaba un minimo de ganancia neta de 15.000 pesos, 0 sea, 13% de su valor total>!, Cuando se considera que la porcién de la hacienda dedicada al cultivo de Ja cafta de azticar era menos del 60% de su valor total, y que desde hacia tiempo la hacienda habia recuperado su inversi6n inicial, el margen de ganancia para su duefio, el marqués del Toro, parece enorme. El fenémeno del arriendo de haciendas también corrobora el alto margen de ganancias de esta cosecha; las haciendas de cajia de azticar eran las Gnicas en la provincia que se arrendaban con contratos de siete a nueve afios a mas de 1.000 pesos por afio. No se trataba de que los duefios de estas haciendas las arrendaban a supuestos labradores 0 a encargados para liberarse de la carga de hacerlas operar; en dos casos, los arrendatarios eran dos de los més ricos mercaderes de la provincia. Después de 1815, cuando el gobierno realista estaba vendiendo 0 arren- dando mis de 200 propiedades confiscadas, sélo las haciendas de cafia de azticar se vendian o-alquilaban répidamente®. El arriendo de tres grandes plantaciones dan fe de la sostenida ganancia, o al menos pra- ductividad, de la cafia de azticar, aun en tiempo de guerra. “El palmar, de la familia Ribas, valorada en 30.000 pesos, se arrendaba por 2,049,50 pesos; la hacienda San Mateo, de Sim6n Bolivar, valorada en 35.000 1.812,50; y Mocundos se arrendaba por Bes, Ya aes poo EAN ar que a vale Ge Je groduectien fe 9.031,25 pesos. Es dable pensar que © a Scanned with CamScanner 84 CARACAS ANTES DE LA INDEPENDENCIA sustancialmente mis alto que las cifras antes mencionadas, pues de no ser asi el arrendamiento no era viable para el arrendatario, EL TABACO Poco se sabe sobre la estructura del cultivo del tabaco antes de’ 1779, afio en que se fundé el monopolio estatal del tabaco 0 estanco™, La tinica cifra de producci6n disponible para un periodo anterior a 1780 es la de 23.200 arrobas, en toda Venezuela, en el afio de 1720*. Parecie- ra que la mayor parte de esta cosecha se export6 legalmente o mediante el contrabando. En determinada época, en el siglo xviii, los venezolanos se volvieron adictos al tabaco si, como parece, no lo eran antes. Con toda certeza, la intenci6n real al crear el monopolio en 1779 era aprove- chaf el potencial comercial de un mercado local que consumia la mayor . parte de una cosecha doméstica. En 1779 el ntimero de consumidores en la provincia de Caracas se estimaba entre 75.000 y 150.000 de una poblacién total de casi 300.000, excluyendo a los pobres, los nifios y los no fumadores®, EI monopolio fue virtualmente un éxito instanténeo. La produccién alcanz6 una cifra tope de 41.000 arrobas en 1797 s6lo en la provincia de Caracas, generando ganancias de mas del 50% del costo de produc- ci6n®”. En términos cuantitativos esto significaba un ingreso neto para el monopolio de 200.000 a 400.000 pesos al afio desde 1780 en adelante; para mediados de la década de los 90 este ingreso neto pasaba de los 500.000 pesos, y en los tiltimos quince afios antes de 1810 era de mas de 600.000. La provincia de Caracas generaba dos tercios de la produc- cién y del valor. Hubo, por supuesto, dificultades durante los primeros cuatro 0 cinco afios de la existencia del monopolio; en gran parte eran dificultades de cardcter sociopolitico®. Se caus6 perjuicio a los pequefios cultivadores que vivian fuera de las areas de produccién nuevamente designadas, y 4 los pequefios detallistas que enrollaban y vendian el tabaco antes del estanco®, E] monopolio, sin embargo, pudo identificar y resolver estos problemas. Centenares de pequefios cultivadores fueron incorporados 4 las dos principales areas designadas para la produccién, Guaruto ¥ Orituco. Con algunos cambios administrativos a comienzos de la década de los ochenta se logr6 emplear en las fabricas del monopolio y en las tiendas al detal a los que enrollaban y vendian tabaco al menudeo. El néimero de agricultores entre 1791 y 1804 nunca bajé de 500 por afio, ¥ Scanned with CamScanner

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