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CENTRO ESCOLAR JUSTO SIERRA

MENDEZ

Licenciatura en educación primaria.

Materia:
Educación Inclusiva.
Docente:
Antonia Torres Hernández.

Actividad:
Ensayo de la inteligencia emocional.

Alumna:
Thayrina Rodriguez Palma

Grado y grupo:
5to. “C”
Introducción.
La inteligencia emocional, producto de la unión de dos inteligencias descritas por
Gardner (1983) la inteligencia intrapersonal y la inteligencia interpersonal, y que
según Salovey y Mayer (1990) se considera, como la habilidad para manejar los
sentimientos y emociones, discriminar entre ellos y utilizar estos conocimientos
para dirigir los propios pensamientos y acciones. Igualmente podría decirse que es
la capacidad de sentir, comprender, manejar y modificar estados emocionales
propios y en otras personas, de tal modo que la convivencia y el entendimiento
sean los mejores posibles. La referencia de la Inteligencia Emocional es
relativamente nueva, ya que la primera de la que se tiene documentación data de
1990 con los autores antes mencionados, Salovey y Mayer; sin embargo, no fue
hasta 1995 que David Goleman hizo más popular el término. De allí que muchos le
atribuyan a éste último su nacimiento.

De 1990 en adelante, Salovey y Mayer, con apoyo de Caruso (2000) han ido
reorganizando la definición de Inteligencia Emocional, la cual, actualmente
comprende lo siguiente: (Mayer, Salovey y Caruso, 2000). La inteligencia
emocional se estructura como un modelo de cuatro ramas interrelacionadas:

 Percepción emocional: Las emociones son percibidas, identificadas, valoradas y


expresadas. Incluye la capacidad para expresar las emociones adecuadamente.

 Facilitación emocional del pensamiento: Las emociones sentidas entran en el


sistema cognitivo como señales que influencian la cognición (integración emoción y
cognición). Las emociones priorizan el pensamiento y dirigen la atención a la
información importante.

 Comprensión emocional: Las señales emocionales en las relaciones


interpersonales son comprendidas, lo cual tiene implicaciones para la misma
relación.

 Regulación emocional: Los pensamientos promueven el crecimiento emocional,


intelectual y personal para hacer posible la gestión de las emociones en las
situaciones de la vida.

En tal sentido, se puede observar la complejidad que comprende a la inteligencia


emocional y su relación con el sistema de acción humana, desde la cognición, el
pensamiento y la acción. Es por ello que la emocionalidad está inmersa en toda la
actividad del ser humano.

Con el propósito de comprender los estudios y puntos de vista de los autores más
emblemáticos de la Inteligencia Emocional, en el curso del mismo nombre, del
Doctorado en Educación del Instituto Pedagógico de Caracas, se llevó a cabo la
búsqueda, análisis de algunos de ellos, siendo asignado a esta investigación, la
obra y trabajos de Rafael Bisquerra. En este orden de ideas, surgen los objetivos
de la investigación. no pueden describirse en una definición breve. Es un marco
amplio lo que permite su conceptualización. A lo largo de esta obra se pretende
ofrecer pistas para poder conceptualizar la educación emocional. Teniendo esto
presente, y solamente con la intención de tener un punto de referencia, nos
atrevemos a resumir la educación emocional en los siguientes términos: proceso
educativo, continuo y permanente, que pretende potenciar el desarrollo emocional
como complemento indispensable del desarrollo cognitivo, constituyendo ambos
los elementos esenciales del desarrollo de la personalidad integral. Para ello se
propone el desarrollo de conocimientos y habilidades sobre las emociones con
objeto de capacitar al individuo para afrontar mejor los retos que se plantean en la
vida cotidiana. Todo ello tiene como finalidad aumentar el bienestar personal y
social.

La educación emocional es un proceso educativo continuo y permanente, puesto


que debe estar presente a lo largo de todo el currículum académico y en la
formación permanente a lo largo de toda la vida. La educación emocional tiene un
enfoque del ciclo vital. A lo largo de toda la vida se pueden producir conflictos que
afectan al estado emocional y que requieren una atención psicopedagógica.

La educación emocional es una forma de prevención primaria inespecífica,


consistente en intentar minimizar la vulnerabilidad a las disfunciones o prevenir su
ocurrencia. Cuando todavía no hay disfunción, la prevención primaria tiende a
confluir con la educación para maximizar las tendencias constructivas y minimizar
las destructivas. Los niños y jóvenes necesitan, en su desarrollo hacia la vida
adulta, que se les proporcionen recursos y estrategias para enfrentarse con las
inevitables experiencias que la vida nos depara. En definitiva, se trata de capacitar
a todas las personas para que adopten comportamientos que tengan presente los
principios de prevención y desarrollo humano. Aquí la prevención está en el
sentido de prevenir problemas como consecuencia de perturbaciones
emocionales. Se sabe que tenemos pensamientos autodestructivos y
comportamientos inapropiados como consecuencia de una falta de control
emocional; esto puede conducir, en ciertas ocasiones, al consumo de drogas,
conducción temeraria, anorexia, comportamientos sexuales de riesgo, violencia,
angustia, ansiedad, estrés, depresión, suicidio, etc. La educación emocional se
propone contribuir a la prevención de estos efectos. Por otra parte, se propone el
desarrollo humano; es decir, el desarrollo personal y social; o, dicho de otra
manera: el desarrollo de la personalidad integral del individuo. Esto incluye el
desarrollo de la inteligencia emocional y su aplicación en las situaciones de la
vida. Por extensión esto implica fomentar actitudes positivas ante la vida,
habilidades sociales, empatía, etc., como factores de desarrollo de bienestar
personal y social. La educación emocional tiene por objeto el desarrollo de las
competencias emocionales, de la misma forma en que se puede relacionar la
inteligencia académica com el rendimiento académico. La inteligencia es una
aptitud; el rendimiento es lo que uno consigue; la competencia indica en qué
medida el rendimiento se ajusta a unos patrones determinados. De forma análoga
se puede considerar que la inteligencia emocional es una capacidad (que incluye
aptitud y habilidad); el rendimiento emocional representaría el aprendizaje. Se da
competencia emocional cuando uno ha logrado un determinado nivel de
rendimiento emocional (Mayer y Salovey, 1997; Saarni, 1988).

La competencia emocional está en función de las experiencias vitales que uno ha


tenido, entre las cuales están las relaciones familiares, con los compañeros,
escolares, etc. La hipótesis que planteamos es la posibilidad de potenciar la
competencia emocional de forma sistemática mediante procesos educativos. A lo
largo de este trabajo se intenta aportar más elementos que permitan comprender
mejor el concepto de educación emocional, sus objetivos y finalidades, sus
fundamentos, su justificación y necesidad, sus contenidos, etc.
La educación emocional supone pasar de la educación afectiva a la educación del
afecto. Hasta ahora la dimensión afectiva en educación o educación afectiva se ha
entendido como educar poniendo afecto en el proceso educativo. Ahora se trata
de educar el afecto; es decir, de impartir conocimientos teóricos y prácticos sobre
las emociones.

Conclusión.
Con respecto a Identificar los aportes de Rafael Bisquerra a la Inteligencia
Emocional, se encontró diversos artículos que señalan el trabajo que este autor ha
desarrollado desde mediados de los años noventa sobre la investigación de
educación emocional. Algunas de sus publicaciones son: Psicopedagogía de las
emociones, Educación emocional y bienestar, Educación emocional. Propuestas
para educadores y familias, entre otros. Dentro de sus artículos y estudios sobre la
Inteligencia Emocional, Bisquerra presenta una serie de competencias de la
emocionalidad. Estas competencias son las siguientes: Conciencia emocional,
regulación emocional, autonomía emocional, competencia social y competencias
para la vida y el bienestar.

En cuanto al análisis de la perspectiva sobre Inteligencia Emocional que refiere


Bisquerra, podría decirse que la buena práctica y desarrollo adecuado de la
inteligencia emocional ofrece a la persona la posibilidad de ampliar y mejorar su
calidad de vida, ya que, a medida que identifica, comprende, maneja y regula sus
propias emociones, se permite tener una visión del mundo más positiva y, por ende
actuar socialmente de manera exitosa y fluida, lo que le llevará al bienestar que
Bisquerra expresa en su amplio trabajo sobre el tema: La meta es actuar de forma
inteligente a nivel emocional para trascender.
La inteligencia emocional desde la
Referencia bibliográfica:
perspectiva de Rafael Bisquerra.

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