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va sie —Después de es0 —prosegui— compara nuestra na turaleza retpecto de su educacién y de su falta de edu cacién con una experiencia como ésta, Represéntate hombres en una morada subterranea en forma de ea: verna, que tiene la entrada abieria, en toda su exten: sin, a la luz. En ella estén desde aios con las piernas y-el cucllo encadenados, de modo que deben permane- er alli y mirar sélo delante de ellos, porque las cade- ‘nas les impiden girar ea derredor la cabeza. Mas arriba, mas lejos se halla Ia luz de un fuego que brilla detvés de ellos: y entre el Fuego y los prisioneros hay tn earn ‘no ms alto, junto al cual imaginate un tabigue cons truido de lado a lado, como el biombo que los titrite- ros levantan delante del piblico para mostrar, por enc sma del biombo, los mufecos Me lo imagino —Imaginate ahora que, dl otro lado del tabique, pa- «san sombras que llevan toda clase de utensilios y gu sissllas de hombres y otras animales, hechos en piedra y madera y de diversas clases; y entre los que pasan unos hablan y otros callaa. —Extrafia comparacién haces, y extratios son esos pristoneros ‘—Pero son como nosotros. Pues en primer lugar, erees que han visto de si mismos, 0 unos de los ottos, eromuca vi 339 clra cosa que las sombras proyectadas por el Fuego en la parte de la eaverna que tienen frente a s{? —Claro que no, si toda su vida esiin Forzados a n0 6 ‘mover las cabezas. =2¥ no sucede lo mismo con los objetos que evan los gue pasan del otro Indo del tabique? “Indudablemente, Pues entonces, si dialogarun entre sf, gno te pare- ce que entenderian estar nombrando & los objetot que pasan y que ellos ven?’ ‘—Necesariamente =Y sila prision contara con un eco desde la pared que tienen frente a st, y slguno de los que pasan del otro lado del tabique hablara, ¢no piensas que creerlan {ue lo que oyen proviene de la sombra que pasa delante de ellos? AiPor Zeus que sit —2¥ que los prisioneros no tendrian por real otra cosa que las sombras de los objetos artificiales trans portados? “Es de toda necesidad. —Examina ahora el caso de una liberacién de sus ccadenas y de una curacién de su ignorancia, qué pass: la si naturalmente’ les ocurviese esto: que uno de ellos fuera liberado y forzado a levantarse de repente, volver el cuello y marchar miranda a la lus y, al hacer todo esto, sufriera y a causa del encandilamiento fuera incapaz de pereibir aquellas cosas cuyas sombras habia visto antes. ¢Qué piensas que responderia si se le dijese # que lo que babia visto antes eran frusierias y que ahor 0 sea, lo objetos transporad det otro ado del ib, co ys sonra, proyradae sree fondo dela caver, ve on i 7 Wo se trata de que lo que les sucedies fuera natu! —¢ ie smo Ptstn dice qe obraran wfortadoas—, sin narde von lature. 340 iktogos +a, en cambio, esté més préximo a lo real, vuelto hacia cosas més reales y que mira correctamente? Y si se le mostrara eada uno de los objetos que pasan del otro Jado de tabique y se le obligara a contestar preguntas sobre lo que son, a0 piensas que se sentird en difi- cultades y que consideraré que las cosas que antes vela eran mas verdaderat que las que ae le muestran ahora?’ “Mucho més verdaderas YY sige le forzara a mirar hacia la luz misma, cno le dolerian los ojos y trataria de eludirla, volvigndose hhacia aquellas cosas que podia pereibir, por considersr que éstas ton realmente mas claras que las que se le Ast es. —Y sia le fuerza se lo arrastrars por una escarpada y empinada cuesta, sin soltarlo antes de legar hasta ia uz del sol, gno sufviria acaso y se iriteria por ser arrastrado y, tras llegar a la lus, tendria los ojos lenoz de Fulgores que le impedirian ver uno solo de los obje- tos que ahora decimos que son los verdadewos? Por cierto, al menos inmediatamente, —Necesitarfa acostumbrarse, para poder llegar a mf rar las cosas de arriba, Ea primer lugar miraria con mayor facilidad las sombras, y después las figuras de los hombres y de los otros abjetos reflejados en el agua, luego los hombres y os objetos mismos. A continuacién contemplaria de nocke lo que hay en el cielo y el cielo ‘mismo, mirando la luz de los astras y la luna ms (4 cilmente que, durante el dia, el sol y la luz del sol “sin duda, Finalmente, pienso, podrta pereibir el sol, no ya en imagenes en el agua o en otros lugares que le son extraftos, sino contemplarlo cémo es en si ¥ por sf, en su propio Ambito. Necesariamente eroaucs ve aa Después de lo cual coneluiria, con respecto al sl, ‘que es lo gue produce las estaciones y los afios y que {gobierna todo en el Ambito visible y que de algiin modo « fe causa de las cosas que ellos bablan visto Es evideme que, después de todo esto, arribaria 1 tales conclasiones TY si se acordara de su primera morada, del tipo de sabiduria existente alli y de sus entonces compafie ros de cautiverio, ¢no piensas que se sentiria feliz del cambio y que los compadeceria? Por cier =Respecto de los honores y elogios que se tributa- ‘ban unos 2 otros, y de las recompensas para aquel que con mayor agudeza divisara las sombras de los objetos que pasaban detrés del tabique, y para el que mejor se acordase de cuales habian desfilado habitualmente antes y cudles después, y para aquel de ellos que fuese & capaz de adivinar lo que iba a pasar, :te parece que setaris dereoso de todo exo y que envidiaria a loz max hhonrados y poderosos entre aquéllos? ¢O més bien no Je pasarfa como al Aquiles de Flomero, y eprefirinia ser tun labrador que fuera siervo de un hombre pobre»? 0 soportar cualquier otra cosa, antes que volver a su an- terior modo de opinar ya aquella vida? Asi creo también yo, gue padeceria cualquier cosa « antes que soportar aquella vida Piensa ahora esto: si descendiera nuevamente y oc para su propio asiento, ¢no tendria ofuscadas los ojos por las tinieblas, al llegar repentinamente del sol? in dda =Y si tuviera que discriminar de nuevo aquellas som. bras, en ardua competencia con aquelles que han con servado en todo momento las cadenas, y viera con- fusamente hasta que sus ojos se reacomodaran a ese size YB Od XT 95450, 3a pusvocos cstado.y se acostumbraran en un tiempo nada breve no se expondria al ridieulo y aque ae dijera de él que, por haber subido hasto lo alto, se habia extropeado Tos fs, y que ni siquiera valdrin ia pena intentar marchae hacia arriba? Y i intentase desatarlosy conducirlos ha: cia Ie Tez, ¢no lo matacian, si pudieran tenerlo en sus manos y matorlo? Seguramente Puts bien, querido Glaucén, debemos aplicar inte agra esta clegoria a lo que anteciormente ha sido dicho, omparando le regién que se manifesta por medio de Ja visa con Ia, moradarisign, y Ia lue del fuego que hay en ella con el poder del sl; compara, por ot lado, eh ascenso y contemplacién de las cosas de arriba con el camino del alma hacia el dmbito intligible,y no te squivocarés en cuanto alo que estoy esperando, y que flo que deseas o'r Dios sabe si esto ce realmente cier {oren todo easo, lo qué'a mi me parece esque fo qué den- tro ée Jo cognoscble se ve al fina, y con dificultsd, 5a Idea del Bien. Una ves pereibida, ha de concluirse gue es Ja causa de todas las cosas retasy belles, que én el ambito visible ha engendrado la lus y al sehor de Gta, y que en el dmbito ineligible es setora y produc: torade ia verdad y dela intligenci, y que es necesario tenerla en vista para poder obrar con sabiduria tanto én lo privado como en To pablieo. —Compario tt pensamienio, en a medida que me es posible Mica también silo compartes en esto: no hay que asombrarse de que quienes han llegado all noesten di puestos a ocuparse de los asuntos humaros, sino que sus 4salovas aspian a pasar el tempo arriba; Io cual es naw Tal, si a alegoria descrita es correcta también en esto Muy natural Stampoco seria extrafo que alguien que, de com templar las cosas divinas, parara a las humanat, se com. suroaucn vu 38 portase desmafladamente y quedara en cidiculo por ver e modo confuse y, no acostumbrado ain en forma su ficiente s las tinieblas circundantes, se viera forzado, en los tribunales o en cualquier otra parte, a disputar sobre sombras de justicia 0 sobre las figurillas de las, cuales hay sombras, y a refir sobre esto del modo en que esto es discatide por quienes jamds han visto la Justicia en si —De ninguna manera seria extrato. “Pero si alguien tiene sentido comia, recuerda que Jos ojos pueden ver confusamente por dos tipos de per: ‘urbaciones: uno al irasladarse de la Juz a la tiniebla, y otro de la tiniebla a la uz: y al considerar que esto lo que le sucede al alma, en lugar de reirse irracio nalmente cuando Ia ve perturbads e incapacitada de mi rar algo, habra de examinar cudl de los dos casos es: sies que al salir de una vida luminosa ve confusamente por falta de habito, 0 si, viniendo de una mayor igno: rancja hacia lo més lurpinoso, es obnubilada por el res: plandor. Asi, en un easo se Felicicard de lo que le sucede 4 de la vida a que accede; mientras en el otro se apiada- 14, y, si se quiere reir de ella, su rise seré menos absur: dda que si se descarga sobre el alma que desciende des- de Ia lus Lo que dices es razonable. —Debemos considerar entonces, si esto es verdad, que la educacisn no es coma la proclaman algunos. Air: ‘man que, cuando la ciencia no esté en el alma, ellos Ja ponen, como si se pusiera la vista en ojos clegos, —Afirman eso, en efecto —Pues bien, el presente argumento indica que en e! alma de cada uno hay el poder de aprender y el érgano para ello, y que, asi como el ojo no puede volverse ha: cla la luz y dejar las tinieblas si no gira todo el cuerpo, del mismo modo hay que volverse desde lo que tiene ‘sénesis con toda el alraa, hasta que Hlegue 3 ser capaz 38 bustoaas de soportar la contemplacién de lo que es, y lo mas lu 44 minoso de lo que es, que es lo que llamamos el Bien. ENo es asl? Si Por consiguiente, la educacién seria el arte de vol- ver este érgano del alma del modo mas facil y eficas fen que puede ser vuelto, mas no come si le infundiera la vista, puesto que ya la posee, sino, en easo de que se lo haya girado incorrectamente y no mire adonde debe, posibilitando la correccién, Asi parece, en efecto —Ciertamente, las otras denominadas ‘excelencias’ del alma parecen estar cerca de las del cuerpo, ya que, «sino se hallan presentes previamente, pueden después ser implantadas por el habito y el ejercicio; pero la ex- celencia del comprender data impresién de corresponder ids bien a algo mds divino, que nunca pierde su poder, y que segin hacia dénde sea dirigida es util y provechosa, zim 9 bien instil y perjudieial. 20 scaso no te has pereatade de gue esas que ton considerados malvados, aunque en realidad son astutos, poseen un alma que mira pene- trantemente y ve con agudeza aquellas cosas a las que se dirige, porque no tiene la vista débil sino que esté forzada a servir al mal, de modo que, cuanto mds agu- damente mira, tanto més mal produce? ‘—iClaro que si! No abstante, si desde la infancia se trabajara po- + dando en tal naturaleza lo que, con su peso plomifere y #4 afinidad con lo que tiene génesis y adherido por ‘medio de la glotoneria,lujuria y placeres de esa indole, inclina hacia abajo la vista del alma; entonces, desem barazada ésta de ese peso, se volveria hacia lo verdade- +o, y con este mismo poder en los mismos hombres verfa del modo penetrante con que ve las cosas a las cuales esté ahora vuelta Bs probable. eroauicn su 345 —2¥ no es también probable, ¢ incluso necesario a partir de lo ya dicho, que ni los hombres sin educa ‘ign ni experiencia de la verdad puedan gobernar ade- « ‘cuadamente alguna ver el Estado, ni tarmpoco aquellos ‘3 los que se permica pasar todo su tiempo en el estudio, los primeros por no tener a la vista en la vida la unica meta! a que es necesario apuntar al hacer cuanto s€ hace privada o piblicamente, los segundos por no que- rer actuar, consideréndose como si ya en vida estuvie- ten residiendo en la Isla de los Blenaventurados?”. ‘—Verdad. Por cierto que et una tarea de nosotros, los fund: dores de este Bstado, la de obligar a los hombres de ‘naturaleza mejor dotada a emprender el estudio que he mos dicho antes que era el supremo, contemplar el Bien y llevar cabo aquel sseenso y, tras haber ascendido 4 ¥ contemplado suficientemente, no permitirles lo que ahora se les permite “iA qué te refleres? —Ouedarse alli y no estar dispuestos a descender junto a aquellos prisioneros, ni participar en sus trabe jos y recompensas, sean éstas insignificantes o valiosas. Pero entonces —dijo Glaucdn— zseremos injustos on ellos y les haremos vivir mal cuando pueden hacer To mejor? “Te olvidas nuevamente, amigo mio, que nuestra « ley no atiende a que una sola clase lo pase excepcional- mente bien en el Estado, sino que se las compone para ‘que esto suceda en todo el Estado, armonizéndose los hudadanos por la persuasién 0 por Ia fuerza, haciendo {que unos a otras se presten los beneficios que eada uno S208 Sia aes del en 4 Dexia Prone (Okie. I 7072 te Tl de lt Blenaveniradoe re gar dele usar tat In erie. Cl Gorgias 42a Ff Rdtmaate en TV 3, 46 udvocos sea capa de prestar a la comunidad, Porque si se forja 4 tales hombres en el Estado, no ex para permitir que ada uno se vuelva hacia donde le da la gama, sino para ‘blizatlos para la consolidacién del Estado. Es verdad; lo habia olvidado, en efecto. —Observa ahors, Glaucén, que no seremos injustos con los filésofos que han surgido entre nosotros, sino ue les hablaremos en justicia, al forzarlos a ocuparse y euldar de los demas. Ler diremor, en efecto, que es Aatucal que los que han Uegado a ser fildsofos en otros Estados no participen en los trabajos de éstos, porque se han criado por si solos, al margen de la voluntad del régimen politico respective; y aquel que se ha eria: do solo y sin deber alimento 2 nadie, en buena justicia no tiene por qué poner celo en compensar su crianza 4 nadie, «Pero a vosotror ot hemos formado tanto para vosotr0s mismos como para el resto del Estado, para ser conductores y reyes de los enjambres, os hemos edu- cado mejor y més completamente que a los otras, y mas capaces de participar tanto en la filosofia como en la politica. Cada uno'a su tumno, por consiguiente, debéis Gescender hacia Ia morada comin de los demés y habi: tarot a contemplar las tinieblas: pues, una vex habi- twados, veréis mil veces mejor las cosas de alli y conc: cerdis cada una de las imagenes y de qué son imagenes, ya que vosotras habréis visto antes la verdad en lo que Concierne a las cosas belias, justas y buenas. Y asi el Estado habitard en la vigilia para nosotros y para voso- tr0s, no en el suefio. como pasa actualmente en la ma- yoria de los Estados, donde compiten entre si coma entre sombras y disputan en torne al gobierno, como si fuera algo de gran valor. Pero lo cierto es que el Es- tado en cl que menos anhelan gobernar quienes ban de hacerlo es forzosamente e) mejor y el ms alejado de disensiones, y lo contrario enbe decir del que tenga los gobernantes contrarios esto». eroaLics vit a7 —Es muy cierto Ay piensas que lor que hemos formado, al ofr es to, se negarn y no estarin dispuestos a compartir los trabajos del Estado, eada uno en ss turno, quedéndose 1 residir la mayor parte del tiempo unos con otros en cl ambito de lo puro? ‘—Imposible, pues estamos ordenando a los justos « cosas jusias. Pero ademas cada uno ha de gobernar por una imposicién, al revés de lo que sucede a los que g0- bernan ahora en cada Estado, Asi es, amigo mio: si has hallado para los que van 1 gobernar un modo de vida mejor que el gobernar, sae podrds contar con un Estado bien gobernade: pues slo fen €l gobiernan los que son reslmente ricos, no en oro, sino en la rigueza que hace la felicidad: una vida virtue: sa y sabia. No. en cambio, donde los pordioseros y ne- cesitados de bienes privados marchan sobre los asuntos pablicos, convencidos de que ali han de apoderarse del bien: pues euando el gobierno se convierie en objeto de disputas, semejance guerra doméstiese intestina aca- ba con ellos y con el resto del Estado. =No hay cosa més ciera ‘=a sabes acaso de algiin otro modo de vida, que + el de la verdadera filosofia, que lleve a despreciar el ‘mando politico? No, por Zeus. Es necesario entooces que no teogan acceso al go- bierno los que estan enamorados de éste; si no, habrs adversarios que los combatan. =Sin duda En tal caso, cimpondrés Ia vigilancia del Estado a otros que a quienes, ademas de ser los mas inteligen- tes en lo que concierne al gobierno del Estado, prefie. ren otros honores y un modo de vida mejor que el del agobernante del Estado? No, a ningun otro. 8 prhvocos {Quieres ahora que examinemos de qué mado se formarin tales hombres, y cémo se los ascenders hacia Ja luz, al como dicen que algunos han ascendido desde el Hades hasta los dioses? —gCémo no habria de quererlo? Pero esto, me parece, no es come un voleo de con: cha", sino un volverse del alma desde un dia noctur- no hasta uno verdadero: 0 sea, de un camino de ascenso Inaela lo que es, eamino al que correctamente llamamos filesofia” Efectivamente Habra entonces que examinar qué estudios tiene 4 este poder. Claro ests EY que estudio, Glauedn, sera el que arranque al alma desde lo que deviene hacia lo que es? Al decirl, pienso a la vez esto: ¢n0 hemos dicho que tales hom: bres debfan haberse ejercitado ye en Ia guerra? Le hemos dicho, an efecto Por consiguiente, el estudio que buseamas debe afadir otra cosa a sta —eCual? =No ser indtil a les hombres que combaten, Asi debe ser, si es que es0 es posible ahora bien, anteriormente' los eduedbamos por «medio de In gimmasia y de la misica —Bfectivamente. ts expresin comite» un juego infant, que Adam Interprets soja al aie ura congha, neg de ot 9 los jars, vidos end bandos. rt (de ah 25 sda nocturne sa verdadero on de gut ada Is eas npientesegan Fister ct por Adam) 5 fla, on bands eae ‘kee aterpren Aden ‘Sin oo 1 igo tan intrasundente ome dicho ogo, t Enh Bee saroch vi 349 —Y la gimnasia de algin modo se ocupa de lo que se genera y perece, ya que supervisa el crecimiento y la corrupcién del cuerpo. Asi parece —No es este, pues, el estudio que buscamos. No, en efecto. {Seri acaso la misica tal como la hemos deserito —No, porque hes de recordar que la musica era la parte correlativa dela gimnasia através de habitos edu ‘caba a los guardians, inculeandoles 00 conocimientos elentificos sino acordes armoniosos y movimlentos et micas: en cuanto a las palabras, las dotabe de habitos fines a aquéllos, trataranse de palabras miticas 0 més verdaderas, pero no habia en ella nada de un estudio que condujera hacia algo como lo que buseas ahora. “Me haces recordar con la mayor precision; en efee to, no babia en ella nada de esto, Pero, divino Glauesn, qeudl serd entonces emejante estudio? Parniie yn he: ‘mos visto que las artes son todas indignas. ~Sin dada, pero qué oteo estudio queda, si hace. mos a un lado ta misica, Ia gimnasia y las artes? —Bien, sino podemos tomar nada fuera de elas, o- memos algo que se pueda estender sobre todas ellas “Come que? Bor ejemplo, eso comin que sirve a todas las ar tes, operaciones intelectuales y ciencias, y que hay que aprender desde el principio. iA gue te refleres? hea frusleria por la que se discierne el uno, el dos y cl tres, en una palabra, a lo que concierne al ni: mero y al eéleulo: zno sucede de modo tal que todo arte y toda ciencia deben participar de ello? Es cierto inclusive ef arte de la guerra? —Necesariamente 350 suhiocos 4 —Pues Palamedes, cada vex que aparece en las tra tedins, hace de Agamenén un general bien ridicule» £0 no te has dado cuenta de que afirma que, mediante ia invencign del nimero, ordené las flag del eiéreto de Troya, numer las naves y todo lo demas —como Siantes nada hubiese sido comtado—, mientras Agame: non, al parecer, nisiguiera sabla cudntos ples tenia, a ‘eo Sabia contar? Qué piensas de semejante general? Que era muy extraso, # exo fuese cierto + “Por consiguiente, rimpondremos como estudio in- dispensable para un varon guerrero el que le permits ‘contar y caleular? wis que cualguier otra cota, ai ha de entender de estraegia 0, mide bien, si es que va a ser tn hombre. —ePercibes lo mismo que yo en este estudio? —oué cosa? sae —Porece que, aunque es de aquellos estudios que buscamos porque por naturaleza conducen ala inteec: cin, nadie lo usa correciamenie, pero es algo que por tjemplo atrae hacia la esenci MyQue quieres decir? —intentaré mostrarte lo que me parece que es. Con sidera junto conmigo las corns que distingo como con ucenice 9 n0 hacie donde decimos, dando ty asent rmiento 0 rehusando, de modo que podamos ver mis Claremente Hes como previsnta SMuesiramelo, {Je mostrar, si miras bien, que algunos de los ob: Jétos de las percepciones no incitan a la ineligencia al fexamen, por haber sido juxgador suficientemente por Ia pereepeign, mientras otros sin duda Ia estimulan a cxaminar, al no ofrecer la percepeion nada digno de ‘confianza, ® Die Adam que. urs gr los fatmentor de obras pedis de Baqulo, Stele 9 Burpee, sos har compunstoeagedia scbre arumuca va 35 Es claro —dijo Glaucén— que hablas de las cosas | ‘que aparecen a lo lejot ¥ a las pioturas sombreadas/ | —No —repliqué—, no has dado con lo que quiero | decir. =ZQus quicres decir entonces? “Les objetos que no Incitan son los que no suscitan a Ia vex dos percepciones contrarias. A los que si las ¢ Suscitan los considero como estimulantes, puesto que Ja percepeién no muestra mas esto que lo contrario, se que venga de cerca o de lejos. Te lo diré de un modo Inds claro: éstos decimos que son tes dedos, e} mes gue, el anular y el mayor. “De seuerde. Pieces shore que hablo como viéndolos de cerca. Después obsérvalos conmigo de este modo —gDe qué modo? Cade uno de ellos aparece igualmente como un dedo, y en ese sentido no importa si se lo ve en el medio 4 © en el extremo, blanco o negro, grueso o delgado, y {si todo lo de esa indole. En todos estos casos el alma e la mayorta de los hombres no se ve forzada a pre- guntar a la inteligencia qué es un dedo, porque de nin- fzin modo Ia vista le ha dado 2 entender que el dedo fea a la ver lo contrario de un dedo sin duds, Es natural, entonces, que semejante percepcién no cestimule ni despierte a la inteligencia Es natural —Pues bien, en euanto ala grandeza y a la pequenez de los dedos, zpercibe la vista suficientemente, y lees indiferente que uno de ellos esté en el medio 0 en el ‘extrema, y del mismo modo ¢} tacto con lo grucso y lo delgado, con lo blando y lo duro? Y los demas sent. dos gno se muesiran defectuosos en casos semejantes? 20 més bien cada uno de ellos procede de modo que, ste Primeramente, el sentido asignad a lo duro ha sido For 352 idtocos zado a lo blando, y transmite al alma que ha percibido luna misma cosa como dura y como blanda? Ast es. Pero cno es forzoso que en tales casos el alma sien- tala difieultad con respecto a qué signifies esta sense: cidn si nos dice que algo es ‘duro’, cuando de lo mismo dice que es ‘blando’? zY también respecto de qué quie- re significar Ia sensacién de lo liviana y lo pesado con “liviano! o ‘pesado’, cuando dice que lo pesado es ‘ivis- roy lo liviano ‘pesado’? + En efecto, son extrafias comunicaciones para el alma, que reclaman uo examen Es natural que en tales casos el alma apele al ra- zonamiento y a la inteligencia para intentar examinat primeramenie, si cads cosa que se le transmite es uns 0 dos, Sin duda —Y si parecen dos, cada una parecerd una y distinta de ta otra, st TY si cada una de ellas es una y ambas son dos, ‘epensard que son dos si estén separadas; pues si no es. {in separadas, no pentard que son dos sino una. “—Correcto. Pero decimos que Ia vista ha visto lo grande y pe. ‘quefo no separadamente, sino confundidos, zn es 981? Si =Y para aclarar esto la inteligencis ha sido forzada a ver lo grande y lo pequetio, no confundiéndolos sino distinguiéndoles. Es verdad, {No es acaso a vaiz de eso que se nos ocurre pre- funtar primeramente qué es lo grande y qué lo pequefio? ‘=Sin duda, =Y de este modo era como hablabamos de lo inteli- sible, por un lado, y de lo visible, por otro. pumice vu 353 —Completamente cierto ‘ =Yesto-et lo que intentaba decir hace un momento, ‘cuando afirmaba que algunos objetos estimulan el pen: samiento y otros no, en lo cual definia como estimulan: tes aquellos que producian sensaciones contrarias a [a vet, mientras les otros no excitaban a la inteligencis, “Comprendo, y también a mi me parece a. Pues bien, gen eudl de las dos clases te parece que ‘estan el numero y Ia unidad? No me doy cuenta. —Razona a partir de lo dicho. En efecto, si la uni dad es vista suficientemente por s{ misma o aprehendi- a por cualquier otro sentido, no atraera hacia la esen- ¢ cis, como deciamos en el eato del dedo, Pero si se la ve en alguna contradicciéa, de modo que no parczca mis tunidad que lo contrario, se necesitars de un jez, y el alioa forzosamente estark en dficultades e indagars, ex: citando en s{ misma el pensamiento, y se preguntard (Qu6 et on sf Ia unidad: de este modo l sprendiaaje concerniente 2 la unidad puede estar entre los que Si goian'y vuelven el alma hacia la contemplacién de lo que es. Por cierto —dijo Glaucén—, asi pasa con la visién de Ia unidad y no de modo minimo, ya que vemos una cosa como una y a la ver como infinitamente maleipl. Si esto es asfcon lo uno, zn0 pasari lo mismo con todo nimero? Sin duds Pero el arte de caleular y la aritmética tratan del numero. Asi es —Entonces parece que conducen hacia la verdad. » En forma ‘maravllosa, —Se hallan, por ende, entre Jos estudios que busca: mos; pues al guerrero, para ordenar su ejército, le hace falta aprender estas cosas; en cuanto al fildsofo, para 354 pustocos escapar del Ambito de la génesis, debe captar la esen- cia, sin lo cual jamés legaré a ser un buen ealeulador Ast es Pero resulta que nuestro guardién es a la ver gue: vero y filésofo. —iClaro esta! —Sevia conveniente, Glaucén, establecer por ley es te estudio y persuadir a los que van a participar de los sms altos cargos del Estado a que se apliquen al arte del caleulo, pero no como aficionados, sino hasta llegar Ja contemplacién de la naturaleza de Jos niimeros por medio de la inteligencia; y tampoco para hacerlo servir en compras y ventas, como hacen los comercianies ¥ mercaderes, sino con miras a la guerra y a facilitar la conversién del slmia desde la génesis hacia la verdad y Ia esencia, Es muy bello lo que dices —Ademas pienso ahora, ras lo dicho sobre el estudio concerniente a los ealeulos, qué agudo y Stil nos es en muchas aspectos respecto de lo que queremos, con tal e que se emplee para conocer ¥ no para comerciat. ={De qué modo? hak: este estudio del qye estamos hablando eleva rotablemente el alma y la obliga a discurrir acerea de los Nuimeros en si, sin permitir jams que alguien dis curra proponiendo nimeros que cuentan con cuerpos Visibles 0 tangibles. En efecto, sabes sin duda que los expertos en estas cosas, si alguien intenta seccionar Ja unidad en su diseurso, se rien y no lo aceptan, y #1 1 Ia Fraccionas ellos a su ver la multiplican, euidando que jamés lo uno aparezca no como siendo uno, sino como conteniendo muchas partes. ‘Es verdad lo que dices, =Y si se les pregunta: «hombres asombrosos, zacer- ca de qué nameros discurris, en los cuales la unided se halla tal como vosotros Ia considerdis, siendo en to: erdpuca va 355 do igual a cualquier otra unidad sin diferir en lo ands _minimo ni conteniendo en si misma pare alguaa?«: que cerees, Glaueén, que responderin? —Pienso que esto: que los nimeros acerea de los cus les hablan sélo es posible pensarlos, y no se les puede ‘manipula de ningun modo Ti ves entonces, mi amigo, que este estudio ha de resultarnos realmente forz0s0, puesto que parece obli- 6 gar al alma a servirse de la inteligencia misma para alearzar la verdad misma, Sin duda que ast procede EY no has observado que los caleuladores por na: turalesa soo nipides, por ast decirlo, en rodos los est: dios, en tanto que los lentos, cuando ton educados y elercitados en este estudio, aunque no obtengan ningua otro provecho, mejoran, al menos, volviendose mA ré pidos que antes? Asi es, -=Y no hallarés fécilmente, segin pienso, muchos es: « tudios que requieran més esfuerzo para aprender y practicar. No, en efecto. Por todos estos motives no hay que desculdar este estudio, sino que los mejores deben educar sus nature: lezas en él Estoy de acuerdo. —Quede entonces establecido para nosotros un pri ‘mer estudio: ahora bien, exarsinaremos un segundo que Te sigue, para ver si nos conviene —ZCusl? :Acaxo te refieres a In. geometria? =A ella, precisamente —En cuanto se extiende sobre los asuntos dé gue: & ra, es evidente que conviene. Porque en lo que concier- ne @ acampamientos, acupacién de zoaas, concentracio. nes y despliegues de tropas, y cuantas formas asuman los ejércitos en las batallas mismas y en las marchas, 356 uttocos es muy diferente que el guardian mismo sea geémetra Y que no lo sea “—De esas cosas, sin embargo —repliqué—, es poco de geometria y de cileulos lo que basta. Avanzando mit cho rads lejos que eso, debemos examinar si tiende a hacer divisar ms facilmente Ia Idea del Bien. ¥ a exo tiende, decimas, todo aquello que fuerza al alma a girar hacia el lugar en el cual se halla lo ws dicheso de lo aque es, que debe ver a toda costa “—Hablas correctamente. En ese caso, sila geometria obliga a contemplar La ‘esencia, copviene; sien cambio obliga s contemplar cl devenir, no conviene De acuerdo en que afirraemos eso. En esto hay algo que no nos discutiran cuantos sean siquiera un poco expertos en geometria, a saber, que esta ciencia es todo lo contrario de lo que dicen fen sus palabras los que tratan con ella, {eCémo ee 080? Jan de un mado ridiculo aungue forzoso, come si estuvieran obrando © como si todas sus discursos spuntaran al accién: hablan de ‘cuadray’,‘aplicar’ ‘ada- dir’ y demds palabras de esa {ndole, cuando en real dad todo este estudio es cultivado apuntando al conoct- “—Completamente de acuerdo. =aNe habremos de convenir algo mas? =

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