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Preval -Ya ices eM ell] Featuring aba (herder aC cep eg) fc) El secuestro Acomic mystery for intermediate students Featuring Pepino Gonzalez, investigador privado Marta de Rosa Illustrated by George Armstrong ER Glencoe New York, NewYork Columbus, Ohio Chicago, itinois 1, Encuentro en el aeropuerto Es casi la hora de abordar el avién para México. El investigador, Pepino Gonzilez y su asistente, Paco Pan- z6n, caminan entre los grupos de personas que estén despidiéndose de ° otros viajeros ° en el aeropuerto El- dorado de Bogotd, Colombia. Los dos hombres parecen un par de cémicos. Pepino es alto y delgado con muy poco pelo y bigotes. Panzén es gordito y bajo. Como siempre, Pepino esté sofiando.° Al ver su propia reflexion en la ventana, piensa: —iQué guapo soy! Al regresar a México voy a encan- tar°® a todas las bellas mexicanas. Sin duda, me han extrafiado ° mucho. No voy a tener un momento libre. Claro, las bogotanas ° son bonitas, pero mds reservadas. jNunca van a saber lo encantador que soy! —Jefe— interrumpe Panz6n, —jefe, cestd bien si comemos algo? Tengo hambre. —Ay, Panzén— comenta Pepino, suspirando, —imaginate la recepcidn que vamos a tener en México. Ya lo puedo ver en los periédicos: «Pepino Gonzalez, famoso investigador, regresa a su pais después de aven- turas emocionantes ° en Colombia.» A Pepino le gusta mucho sofiar con toda la fama que algdn dia va a tener. Sobre todo, porque sabe que un investigador famoso y guapo siempre atrae ° a las muje- res bellas de todo el mundo, —Pero, jefe. Usted no tiene familia, y s6lo mi esposa sabe que regresamos hoy— comenta Panz6n, que siem- pre tiene los pies bien plantados en la tierra. ° festh sofando is dreaming fencantar to charm, be- ‘suspirando sighing ‘emedionantes exciting atrae otras tiene os pies..on te ‘ra has his two feet the ground the —Panzén, ;no entiendes que ya somos famosos? Mi foto estd en el periddico de Bogota. Y, seguramente soy famoso por toda Colombia porque encontré el anillo° de esmeraldas que le robaron ° a la esposa del Ministro de Educacién. No sé por qué dicen algunos que el ladrén simplemente se equivocé ° y me dio ° el anillo pensando que yo era un vendedor de los bajos fondos. ° Tengo una cara honesta y guapa— explica Pepino. —Sentémo- nos® aqui, Panz6n. Quiero leer el articulo sobre mi valentia. —{Por qué, jefe, si ya lo ha lefdo® tres veces?— pregunta Panz6n, rascdndose° la nariz. Los dos se sientan en una banca. Panzén come unos platanos fri- tos © que habfa guardado° para el viaje. Los termina pero todavia tiene hambre. —Jefe, tengo hambre. Tenemos tiempo para comer algo. —Quédate * aqui, Panzén. ;Y no me interrumpas * més! {No ves que estoy ocupado?— dice Pepino y sigue leyendo su periédico. «POR ACCIDENTE, DETECTIVE MEXICANO ENCUENTRA EL ANILLO DE ESMERALDAS. —No me importa cémo lo hizo, * el sefior Gonzdlez me devolvié° el anillo precioso— comenté la esposa del Ministro de Educacion.» —lefe, jefe— interrumpe Panzén, —Ahora tengo sed. {Por qué no tomamos un cafecito? —A veces eres peor que ° un nifio, Panzén. Estd bien, vamos.— Pepino sabe que Panzén puede ser muy per- sistente, especialmente cuando tiene hambre. Los dos caminan a un puesto donde se regalan® pequefias tazas de café colombiano. —Dos tintos,” por favor— dice Pepino a la bonita camarera que sonrie dulcemente. Y otra vez se pone a sofiar, —Seguramente ella me reconoce, ya que soy famoso. Soy irresistible. Soy macho. ° Soy el Sherlock Holmes de Sud América. No, no. Soy el nuevo James Bond porque resuelvo intrigas internacionales. Criminales de todo el mundo tiemblan cuando saben que yo estoy investigando un caso. 2 robaron they stole ivoed made 2 mis. io gave me Bajos fondos underworld Sentemonos Let's sit ‘sown lohaleide youhavereadit raschndose scretching plstanos frites banana erdado he hae don't interrupt me fo hizo he di it me devolvig caturned to peor que worse then seragslan are ivenaway ntos_ black cote served ina demitasse cup (Col) macho maniy, vic —Perdone. {Es usted Pepino Gonzilez, el famoso detective?— le pregunta una voz femenina y suave. —j Qué?— piensa Pepino. —Hasta en los suefios me hablan las mujeres. —jEs usted Pepino Gonzdlez?— repite la voz. Pepino mira. Enfrente de él estd la mujer mds linda que ha visto ° en toda su vida. Es alta, morena, con ojos castafios ° y pestafias * largas. Lleva un vestido azul con un lindo collar de perlas. Parece estrella de cine.° Pepino se queda con la boca abierta, ° pero vuelve en sf cuando el tinto se derrama® sobre su camisa. Saltando de la silla, trata de limpiarse la camisa con unas serville- tas, pero sélo hace mds grande la mancha. ° —Permitame, sefior Gonzélez— dice la bella mujer, limpidndole ° la camisa con un pafiuelo° perfumado. La cara de Pepino se pone roja y él tartamude: —jEn...en qué puedo servirle, sefiorita? Si, soy Pe- pino Gonzalez, investigador, a sus érdenes. —Sefior Gonzalez, yo y otra sefiorita necesitamos su ayuda. Usted es la tinica persona que nos puede ayudar, y si dice que no, no sé qué voy a hacer. Pepino le ofrece su silla a la sefiorita y pide otro tinto. Explica: —Siempre me gusta ayudar a las mujeres hermosas, pero hay una complicacién. Mi ayudante y yo vamos a regresar a México en unos momentos. As{ que no hay mucho tiempo para resolver su problema. La hermosa sefiorita lo mira tristemente. Las kigrimas en sus ojos le brillan como diamantes. Con mucha emocién, empieza a contarle su problema. Habla de una tragedia y de una nifia, pero Pepino no estd escuchando, esta pensando: —Soy tan famoso que hasta las mujeres me buscan. De veras, soy el nuevo James Bond: alto, guapo. hha visto he has seen exstafos brown pestafas eyelashes ‘estrella de cine movie star abierte open 50 derrama_ spills anche stain Fimpiando clearing ppafuslo. hanakercnet tartemudea stammers 1. @Por qué estan Pepino y Panzén en el aeropuerto Eldorado de Bogota? 2. {Cémo son los dos hombres? 3. {Con qué suena Pepino? 4, {Qué lee Pepino por cuarta vez? isi {Qué pide é! en un puesto del aeropuerto? iComo es la mujer que habla con Pepino? dPor qué esta triste ella? dEscucha bien Pepino lo que le cuenta la mujer? qSuefias tu con ser famoso algun dia? Crees tu que Pepino es el nuevo James Bond? Beoxnae 2. El cuento de la cara de caballo Pepino todavia esta sonando cuando aparece una mujer alta y fuerte, vestida ° de negro. Tiene una expresion de angustia en su cara larga. Panz6n la ve primero y dice en voz baja a Pepino: —Esa mujer se parece al caballo de un primo mio. Tiene la misma cara larga y la....— Pero Panzén no termina porque la mujer lo interrumpe como una explo- sién de dinamita. . —Déjeme® explicarle todo, sefior Pepino— casi le grita la mujer. —Sefiora, sefiora, por favor. Pero la mujer grande y fuerte no le da la oportunidad de hablar. —Soy soltera,° sefior Pepino. —Menos mal— piensa Pepino. —Infeliz sera el hom- bre que se case con ella. ° —Necesitamos su ayuda experta— contintia la mujer. —Mi compafiera y yo somos profesoras de la Escuela Nosenada. Es una escuela particular para nifias ricas. Y hace dos dias llevamos * a nuestra clase al Museo de Oro aqui en Bogota. —iUn museo hecho” de oro! Eso si que no tenemos en México— exclama Panz6n. La sefiorita con cara de caballo lo mira con disgusto. —i Tonto! El Museo de Oro tiene la mejor coleccin en todo el pais de objetos de oro hechos por los indios precolombinos. ° All{ hay vasos, armas, platos de puro oro y otras reliquias ° de los indios chibchas, de los quimbayas, de los. 4 vestida dressed Dbiame Lot me sottera single woman lnfeliz sors et nombre.ele ‘izerable wil ene man ‘who marries her particular private Nevamos we took hecho made taliquies relies a —Sefiorita— interrumpe Pepino, —Usted no estd aqui para darnos una clase de arqueologfa, ,verdad? ,No debemos regresar al punto? —Si, cémo no. Al salir del museo, caminamos a la Plaza de Santander que queda enfrente. De repente, aparecié un hombre con la cara cubierta® por una media. Me asust6° tanto que quedé° paralizada. No pude° hacer nada. En el centro de la sala, la cara de caballo dramatiza el incidente del secuestro. Aunque los otros viajeros en la sala la miran curiosamente, ella continia: —Y, sin aviso, el hombre cogié ° a una de mis alum- nas asi— La mujer coge a Pepino por el cuello y lo levanta del suelo como si fuera una mufieca de paja.° —jMomento! ;Momento!— dice Pepino. Sus ojos casi le salen de la cara que ahora parece una remolacha ° con bigotes. —Por favor, jcélmese! Ella lo suelta,° dejéndolo caer en el suelo. —Pues, como dije, el hombre misterioso cogié a, la nifia y salié corriendo. jLa secuestré° a plena luz del dia!°— La mujer, en un colapso nervioso, cae en una silla, Se le salen unas lagrimas de cocodrilo. {Un secuestro!— piensa Pepino. —{Qué harfa* Sherlock Holmes con un secuestro? {Qué harfa él con esa mujer tan violenta con cara de caballo? —Sefior Gonzilez— dice la bella profesora sentén- dose junto a él, —por favor, aytidenos. El secuestrador esta pidiendo muchisima plata por la nifia. Mi compa- jiera y yo nos sentimos responsables por lo que pas. ° Pepino siente su coraz6n palpitar r4pidamente. Mira sus ojos de zafiros, sus labios de rubies... Por ella, él nadaria° el Mar Caribe. —Seiior Pepino— dice la otra en voz de sargento, —el papé de la nifia es un viudo° muy rico. Es duefo de la Escuela Nosenada. Y si no podemos salvar a la nifia mi compaiiera y yo perderemos° nuestros puestos. Pepino piensa un momento. Una mujer tan bella como Ia joven, sin trabajo, muriéndose ° de hambre... ;No! No puede ser, Ni James Bond ni Sherlock Holmes lo permi- tirfan. ° —Seforita, acepto el trabajo. Como dice la placa en ‘eubierta covered Me ssusts He frightened quedé | was No pude "couldn't coslé grabbed come si fuera una munece ‘do pala as though he wore 2 straw doll ramolacha beet ete releases, lets go secuestro Kidnapped splanstzdeldia.inbrood ‘davight hala would do Yo que pase what hap: pened nadaria would swim widower Perderemos. will lose muriindore dying permitiien would permit ‘sani leona UN SOR bNtomnsn eben Nen a URRRCDRIENREETD mi oficina: nosotros. —Pero, jefe— protesta Panzén, —estdn anunciando nuestro vuelo. ;No vamos a regresar a México? Mi esposa me matard® si no estoy en el avién. —Panzén, cancela nuestros boletos— dice Pepino. —Vamos a quedarnos ° aqui en Colombia para ayudar a estas profesoras encantadoras. —Pero, jefe, yo quiero regresar a México. Tengo hambre. Anoche sofé con® un plato Ileno de mole, ° tamales, tacos, frijoles y flan.— Panz6n da unos golpe- citos a su estémago grande. —Panz6n, el deber° siempre viene antes del gusto— declara Pepino, mirando a la bella profesora y pensan- do: —sobre todo ° cuando el deber incluye a una mujer tan hermosa. —Muchas gracias, sefior Pepino. Se lo agradecemos ° mucho— dice la cara de caballo fuertemente. —Mi compajiera y yo no somos ricas, pero si tenemos unos pocos ahorros ° con que podemos pagarles. Sugiero que nos reunamos ° esta noche a las ocho en el Hotel Presi- dente donde les he reservado° una habitacion. Al ver la sorpresa en las caras de Pepino y Panz6n, ella les explica: —Fui° presuntuosa, pero después de leer tanto de usted en el periddico, sefior Pepino,: sabia° que sdlo usted podria° ayudarnos. —Si— agrega la bella joven, —se nota en la foto que usted es un hombre inteligente, generoso y de corazon noble.— Ella se acerca a Pepino y le da un besito en la mejilla. ° —Hasta las ocho, entonces. Pepino las sigue con la vista. Queda hechizado. ° De veras, es famoso y todo por haber hallado ° el anillo de la esposa del Ministro de Educacién. —Jefe, ;por qué nos quedamos aqui en este pais? Yo quiero regresar a México. Ademds, mi primo tiene una mula mas amable que la profesora ésa. Claro que la otra es muy bonita, pero yo soy un hombre casado °... Pepino no oye nada. Estd en las nubes bailando ° con la bella profesora. Ningin problema es demasiado dificil para me mataré will kil me quodarnos tostay, remain 086 con | dreamed about ‘mole chicken oF turkey "cooked in 0 hot sauce deber duty ‘especial 10 above all, Se lo agradecemes We thank you for fe shorros savings he rotervado | have re ‘seed Ful t war sabia | knew dria would be able to ajita chook hhechitedo bewitched or haber heliado forhav- ing found ‘easado marca baitendo dancing 4Cémo es la segunda mujer que habla con Pepino? {Como le parece esa mujer a Panzon? ZEn qué trabajan las dos sefioritas? 7Qué es el Museo de Oro? 7Qué pasé un dia en la Plaza de Santander? zCémo le explica la mujer el incidente a Pepino? {Qué pasar si las sefior iDénde quedan de reunirse todos a las ocho? Sepnogsena {Por qué te interesa 0 no te interesa la arqueologia? 3. Empieza la investigacién A las ocho y media, Pepino y Panz6n salen del ascen- sor® y entran al pasillo del Hotel Presidente. Pepino esté enojado ° con su ayudante. Pues, él haba hablado ° una hora con su esposa en México, tratando de expli carle por qué no estaba en el avién. Y cuando mencio- 16 ° a las dos profesoras, la esposa explot6. * Entonces, los dos pelearon® una hora por larga distancia. —Panzén, eres increible. Debes aprender mucho de mf sobre cémo trata uno a las mujeres. Yo soy experto en esas cuestiones Panz6n no contesta. No quiere ofender a su jefe, pero, experto o no, él nunca ha estado casado ° con una mujer como su esposa. —Mire, jefe— exclama, —alli estan las profesoras. La bella mujer lleva un vestido elegante a la iltima moda europea. En el cuello ° lleva un fino collar ° de oro con perlas y zafiros. Parece una princesa de un cuento de hadas.° Su hermosura Ilena el cuarto. —Sefior Pepino— le dice la cara de caballo, llevando el mismo vestido negro, —perdone° nuestra falta de cortesia. Ni siquiera nos hemos presentado.° Yo me llamo Luzbel Limén Amargo y mi compafiera es Gloria Elena Gémez Figueroa Oteo y Ferndndez. Todos se dan la mano. ° Pepino no puede quitarle los ojos a Gloria Elena. Esta hechizado. 8 18 NO pueden salvar a su alumna? {Por qué crees 0 no crees que el deber siempre viene antes del gusto? ynojado is angry Rebledo "had tatkod menciond he mentioned foto exploded pelesron fought hha estado casado has ‘been morried evello neck collar nectiace evento dehadae fairy ale perdone forgive Ni siquiere...presentade ‘we haven't even Imo. ‘duced ourselves sedan Ia mano. shake hands —Mucho gusto— les dice Pepino. Los ojos de Panz6n se hacen tan grandes como una tortilla al ver el collar de Gloria Elena. El comenta: —iChihuahua! Yo conozco ° a varias profesoras, pero ninguna tiene joyas tan preciosas. ‘A la mencién de las joyas, los ojos le brillan a Gloria Elena. Acaricia las joyas mientras que contesta: —Es que me fascinan las joyas. De todas las cosas del mundo, mé gustan mas las joyas. Son poesia para los ojos; es la dnica belleza en el mundo que dura... De stbito,° Luzbel la interrumpe: —Sefiores, gles gusta la comida colombiana? Po- demos cenar en el restaurante de aqui. —Si, me encanta— contesta Pepino sin dejar de mirar a Gloria Elena. —Es decir, sf me gusta la comida. —A mf no me gusta mucho— responde Panzon fran- camente, —Prefiero la comida picante° mexicana que prepara mi esposa. El mole, los chiles rellenos, ° las... —iCallate, Panzén! Por favor, sefioritas, no le hagan caso. ° Aunque dice que no le gusta la comida de aqui, no ha dejado° de comer desde que legamos— explica Pepino. En el fondo del restaurante, una orquesta estd to- cando misica suave y bonita. Pepino casi no come nada; todo el tiempo mira a Gloria Elena. Pero Panzén termina dos platos llenos de comida y esta escogiendo ° el postre. Se acaricia el estémago. —No puedo decidir si quiero un dulce de frutas, un pastel de chocolate o un pastel de coco. Quizd pida todos— dice Panz6n, rascaindose la nariz. No le gusta hacer decisiones. Luzbel de repente deja de comer y mira fijamente ° a un hombre que acaba de entrar en el restaurante. Por un segundo, la cara se le hace suave como la cara de una persona enamorada. Pero inmediatamente después, ella mira a todos en la mesa; nadie la habfa visto. ° —Sefior Pepino— dice Luzbel, —como usted sabe, un secuestro es algo muy peligroso y delicado. El secues- trador esta pidiendo un rescate ° de diez mil pesos por la nifia. Y dejé ° instrucciones muy especificas. Convenct ° al papd de la nifia, Octavio Augusto Londofo, a darnos eonoseo | know be subito Suddenly olahagencsso don'tpay “attention to him ‘po he dojade ho hasnt ‘cogiande choosing fiemante fixedly Iahabiavisto. hacseenner doid_ne tot Convene! I convinced la plata.— Al decir esto, mira en direccién del hombre que habja entrado, pero él ya no estaba allé. —Aqué tengo la nota que dejé el secuestrador en la Plaza el mismo dia que secuestré a la nifia. El dice que tenemos que llevar parte del rescate a cada lugar que él nos indique. ° —Y, {cémo sabemos los lugares?— pregunta Pepino. —A eso voy. En esta primera nota, dice que debemos llevar la plata a Monserrate aqui en Bogota. Después de hacer esto, él nos dard la segunda nota que indicaré el proximo lugar— dice Luzbel mientras que saca una caja de su cartera. —Aqui esté todo el dinero, sefior Pepino. Se lo doy a usted. Gudrdelo ° con la vida— afiade ella seriamente. —Si— dice Gloria Elena, —el secuestrador dice que va a matar a la nifia si 10 hacemos exactamente lo que nos dice. Pepino toma el dinero con mucho cuidado, como tomaria ® una bomba lista a explotar. Viendo por todos lados, lo guarda en un bolsillo secreto en su chaqueta y dice: —Perdén sefioritas, pero, gpor qué creen que todos nosotros vamos a hacei esto? Yo soy el investigador, ustedes solamente son mujeres. Y todo el mundo sabe que las mujeres no sirven para resolver las intrigas.— Saca de su bolso una lupa,° un cuaderno, unos Ié- pices y una pipa. Los pone en la mesa como evi- dencia. —No pueden acompafarnos. Esto es trabajo de hombres. —Pepino, somos mujeres del siglo veinte— persuade Gloria Elena. —Luzbel y yo nos sentimos responsables por el secuestro; tenemos que ir. Es nuestro deber. Panzén. con la boca lena de pastel, afiade: —Es cierto, jefe. Usted lo dijo esta mafiana. El deber viene primero. Usted dijo que... —Lo sé muy bien, Panzén, Pero no deben ve Las mujeres no sirven para estas cosas. Son débi les, son.. —jSefior Pepino!— grita Luzbel, golpeando la mesa. —Gloria Elena y yo vamos a acompaiiarlos y no lo voy a discutir mas. Ahora, lea” la nota del secuestrador. 10 p08 indique he mey in dicate to us 7 Gubrdelo Guard it tomaria he would take lupe -megnitying glass lo dijo. ssia it lee rood ‘ie casi esate neice ny mcarnyenter cen aememrcmsenneennnnnneine Pepino, como un alumno desobediente, se calla y lee la nota que consiste en palabras cortadas ° de las pagi- corsim ox nas de un periddico, Las palabras estén pegadas a un papel viejo y sucio. Al pie de la pagina est el mensaje: «DEJE LA PLATA EN MONSERRATE DETRAS DEL ALTAR. SI NO LO HACE, MATO A LA NINA.» —Sefior Pepino, la iglesia de Monserrate esta aqui en Bogota. Podemos ir alld mafiana temprano cuando no hay muchos turistas. Nos encontramos aquienelhotela las nueve de la mafiana. Vémonos, Gloria Elena. Hasta mafana, sefiores, Que pasen buena noche. ° Gus, pagan peers Las dos profesoras salen del restaurante. Pepino sabe que va a ser dificil trabajar con Luzbel. Hasta Sherlock Holmes tendria® problemas con ella. Pero, la otra, 1a tondin woul have otra es diferente. Pepino empieza a sofar con Gloria Elena: —Es cierto. Es una princesa que estd encantada con- migo. Es natural, pues, yo soy encantador. {Por qué esté enojado Pepino con su ayudante? zCémo se llaman las dos profesoras? ¢Por qué le gustan las joyas a la bella profesora? ‘A Panzén no le gusta la comida colombiana, verdad? ZA quién ve la cara de caballo en el restaurante? {Cuanto dinero pide el secuestrador por la nifia? ZAdénde tienen que ir primero para dejar la plata? éCémo es la nota que dejé el secuestrador? ZEstas de acuerdo con Pepino que las mujeres no sirven para resolver las intrigas? {Por qué? {Te gusta a ti ser secuestrador o detective? LONDTPRON> i 4. Sombras en la iglesia A la mafiana siguiente, el cielo esté nublado y gris. Pepino se asoma por la ventana. Se siente nervioso por tener tanto dinero en su posesién. ,Cémo guardaria el dinero su héroe, Sherlock Holmes? —jAja!— Pone la plata en un sobre y lo mete ° en su zapato. —iQué astuto e inteligente soy! Por eso las mujeres me quieren. tanto— murmura Pepino més tarde cuando él y Panzén se encuentran con las profesoras. Como siempre en Bogotd, hace mucho frio por la mafiana. Pepino y Panz6n se ponen azules° cuando salen del hotel con Luzbel y Gloria Elena. La cara de caballo llama a un taxi y todos se suben. —A Monserrate— ordena ella al taxista, —iAy, jefe, tengo un frio espantoso!— se queja° Panz6n, dandose golpes en los brazos para calentarse. —Tomen— dice Gloria Elena. —Les traje° dos rua- nas. Son de pura lana. —Gracias— dice Pepino, poniéndose ° una de las rua- nas sobre su. impermeable ° de detective. —Uy, jefe, la ruana huele ° mucho— dice Panzén en voz baja. —Yo prefiero llevar mi sarape, pero esta en México. —Sefior Panzon— declara Luzbel, ofendida, —sdlo huele porque es de pura lana. La lanolina todavia est en la lana para repeler el agua y conservar el calor del cuerpo. Es muy préctica. En poco tiempo, el taxi se para® al pie de una alta montaiia y todos se bajan. — Donde estd esa iglesia de Monserrate?— le pre- gunta Pepino a la cara de caballo. Ella apunta a un edificio blanco en la cumbre® de la montafia —jCaramba!— exclama Panzén. —Con sélo pensar en subir a pie me da ganas de comer. —No tienes que subir a pie— contesta Gloria Elena. —Podemos tomar el teleférico 0 el funicular. Es mas divertido® tomar el teleférico—y mds romadntico— afiade mirando dulcemente a Pepino. 12 mete puts #0 ponen azules turn blue complains Les trajo | brought you poniéndose putting on Impermesble raincoat huole smells cumbre. top Esmés diverts It’s more ‘un —Panzén, compra los boletos. Vamos a subir en teleférico— decide Pepino, también mirando a Gloria Elena. Seguramente James Bond subiria° en teleférico —Asi podemos ver si alguien sospechoso° nos esté siguiendo— agrega Pepino para parecer més profesional Una vez entrados, todos sienten el teleférico subir por un cable grueso hasta estar suspendido en el aire. Por la ventana, ven la inmensa ciudad de Bogota. —Jefe, tengo miedo de las alturas °— dice Panzén, cerrando los ojos. Tiembla como un plato de gelatina. —La vista es hermosa, ino es cierto?— pregunta Gloria Elena, tomando el brazo a Pepino. Pepino se siente muy importante y saca la pipa de su bolso. Aunque no le gusta fumar,° usa la pipa para parecerse mds a Sherlock Holmes, Cuando Iegan a la cumbre de la montafia, bajan del teleférico al aire fresco. Panzén abre los ojos y ve hacia abajo un mar de rascacielos° y techos° rojos entre la neblina. —Iefe— dice, —me siento mareado. °— Panz6n se pone pélido y empieza a desmayarse. ° Luzbel lo coge por un lado y Pepino por el otro. Con mucho trabajo, lo llevan hasta una banca de piedra a la entrada de la iglesia. —iUf! Caramba, Panz6n. Verdad que eres peor que un nifio— exclama Pepino. —Sefior Panzén, sugiero que se ponga en dieta © dice Luzbel, senténdose junto a él. Todos respiran fuertemente menos Gloria Elena. Ella no les hace caso; estd acariciando una prenda® de rub{ que lleva en el abrigo. Pepino ve claramente que ni Panzén ni las mujeres sirven para las intrigas. Con mucha autoridad, dice: —Bueno, las mujeres se queden con Panz6n mientras que voy al altar con el dinero. Al decir esto, entra en la iglesia oscura y silenciosa. La tinica luz viene de unas velitas prendidas ° cerca del altar. Las llamas ° bailan en la oscuridad. El eco de los pasos lentos de Pepino resuena” en la iglesia vacia. Aunque sabe que los otros estén sentados afuera en la banca, Pepino se siente muy solo e inquieto. subi would go up sospechoso suspicious fumarto'emoke marsado izzy doemayarse to faint ‘8 ponga en diete you go "on a ciot prends brooch, pin rendidas lighted Hames. flames reavens resounds 13 —Sherlock Holmes no tendria miedo de una iglesia ‘oscura, Sin embargo, este lugar me pone la piel de gallina. ° De repente, siente un golpe en la cabeza, luego otro. Voltedndose, ° ve un bast6n ° colgado en la pared junto a varios otros bastones y apoyos° para los enfermos. —Mmmmmm— murmura, —seguramente es un lugar adonde viene la gente para curarse. Pepino entra despacio en un cuartito al lado del altar por el cual tiene que pasar. La luz de las velas es muy poca y da una atmésfera de fantasmas. A Pepino le parece que puede oir a alguien respirar profunda- mente. Se acerca més al altar y ve, en una caja de vidrio, una estatua de Jesucristo cubierto de sangre. Quitandose el zapato, saca el sobre arrugado. ° Mira por todos lados. No sabe por qué, pero tiene la impresion de que alguien lo esté observando. Cuidadosamente, se agacha * para poner el sobre detras del altar. Al levantarse, ve la sombra° de una figura grande. —Pepino. Pepino. Pepino— suspira° una voz fantas- tica e inquieta. —iQuién es? {Quién me llama?— pregunta Pepino, temblando de nervios. En este momento, todas las velitas se apagan.° La iglesia esté tan oscura como una tumba. —jPanzén! ;Panz6n!— grita Pepino corriendo hacia la puerta y chocando ° contra sillas y bastones. Sale palido de la iglesia. —Jefe, {qué pasa? {Por qué no tiene puesto el zapa- to? — pregunta Panzon. Pepino empieza a sentirse un poco ridiculo. ;Como puede decirles que tiene miedo de una sombra? —Nada— dice, —slo quiero saber si te sientes me- jor. Estuve preocupado. —Ya no estoy tan mareado— responde Panz6n. —Pero tengo hambre. {Donde estd su zapato? —No importa, Panz6n...eh, se me cay6° cuando deposité el sobre— dice Pepino mirando a su pie frio. —Vamonos. —Sefior Pepino— dice Luzbel, —jno va a volver por su zapato? Puede morirse de la pulmonia “— dice Luz- 14 goose. Volteandose Turnin: round 7 boston” cane apoyos aids rgado. wrinkled se agacha he stoops, ‘rouches. sombea shadow suspira sighs ‘50 apegan go out ehoeande running into tana puns ol zepato 50 me cayo it fell off me pulmonia pneumonia bel. Pero Pepino quiere salir lo mas pronto posible; no quiere volver adentro. —No, es que...es que estd perdido.— Pepino suspira. Est satisfecho con su respuesta. —{Regresemos ° al teleférico, ahora? —Ay, jefe, yo no voy a bajar en esto. Tengo miedo de las alturas. Quiero bajar en el trenecito que va por el tunel. —Esté bien, Panz6n. Bajemos en el funicular enton- ces— dice Pepino, mirando de vez en cuando ° hacia la iglesia. Piensa: —No me importa cémo bajemos, sélo que lo haga- mos ° pronto. Estdn esperando la llegada del funicular cuando Luz- bel exclama: —Sefior Pepino, esto es absurdo. No puede andar descalzo.° Yo voy a buscar su zapato.— Y marcha hacia Ia iglesia. Mientras que la esperan, Pepino piensa en lo que habia pasado: la figura, las luces y la sensacién de que alguien lo observaba. Esté pensando tanto que no oye acercarse a un sefior alto. —Hermanos de la fe — dice con una voz resonante. —iAy!— exclaman Pepino, Panzén y Gloria Elena a la vez. Detrds de ellos esté un hombre alto, vestido del habito viejo y negro de un monje. ° Es barbudo ° y tiene ojos penetrantes —Bienvenidos. Veo que nuestro hermano gordo esta palido. Este es un buen lugar para curarse. A esta iglesia vienen muchas personas. Vengan conmigo ° al altar. Pero, Pepino, al pensar en el altar oscuro y en el sobre escondido, ° responde: —Mi ayudante siempre esta palido, Es su color natu- ral. Estd perfectamente bien. —Pero, jefe, todavia estoy un poco mareado. Nece- sito algo de comer— comenta Panzén inocentemente. —Entonces, venga conmigo, hermano— dice el monje y coge el brazo a Panzén. Pero Pepino coge el otro brazo y los dos hombres jalan® a la misma vez. —iAy, chihuahua!— grita Panzon. En este momento, regresa Luzbel con el zapato de devez en cuando. trom Yo hagamos we do it fa faitn ‘monje monk Derbude’" bearded Vengan_ conmigo Come ‘with me ‘condide hidden isan pull 15 Pepino. Con toda su fuerza, Pepino jala el brazo a la misma vez que el monje lo suelta. Panz6n cae encima de Pepino como una bomba de plomo. ° Al pararse los dos, rome tess ven que el monje ya se fue. Todos entran rdpidamente al funicular que acaba de llegar. Nadie dice ni una palabra mientras que Pepino se pone el zapato. Solo Luzbel tiene una sonrisa burlona. ° suiona mostng Cuando legan al pie de la montafia, los dos investiga- dores dan un gran suspiro de alivio. 7 alivio relief —Iefe. —Si, Panzén. —Tengo hambre. ¢Dénde pone la plata Pepino? gPor qué? “Qué es une ruana? {Como sube el grupo a la montaiia? {Qué le pasa a Panz6n al llegar a la iglesia? Describe el interior de Monserrate. {Por qué sale répidamente Pepino de la iglesia? {Qué dejé Pepino cerca del altar? {Quién regresa adentro? Describe el incidente con el monje. {Como subes ti a una montafa? ca pie? {Vas tu a una iglesia si estas enfermo? Seerogaeno 5. La segunda nota Después de almorzar bien en un café llamado Monte Blanco, Panzén le pregunta a Pepino: —jAhora, qué hacemos, jefe? Ya hemos dejado el sobre en el primer lugar. —Mmmm— piensa Pepino mientras toma un jugo de papaya. —Qué haria Sherlock Holmes? Ah, ya sé. Vamos a regresar al hotel para esperar” 1a prOxima esperar to wat for nota. Pepino y Panz6n esperan la nota toda la tarde y toda 16 la noche en la sala del hotel. A las dos de la mafiana, deciden acostarse° en su habitacion. Por la madruga- scostrse to 90 to ted da,° Pepino todavia esté despierto,° pensando en su madrugada dawn valentia. ‘esté dedpierto is awake —Cuando resuelva ° este asiinto del secuestro, voy @ rausiva 1 resove ser atin mds famoso. Todas las mujeres vendran* a mi vendin wil come para resolver sus problemas. En el silencio de la habitacién, oye unos pasos fuera de su puerta. Se paran un instante y después continéan con prisa. Pepino salta de la cama y ve que alguien dejé una nota debajo de la puerta. Cuidadosamente, abre la puerta y se asoma, pero nadie estd en el corredor. Entonces, abre la nota, hecha igual que la primera, y la lee: «CALI. EL VELODROMO.° TERCERA FILA. ssoma vlosiome, 2 DEBAJO DE LA SILLA NUMERO 5; DEJE LA tacnacignedioreyeng PLATA DENTRO DE 24 HORAS O LA NINA ESTARA MUERTA.» —iPanzén! jPanz6n, despiértate!°— dice Pepino. ampienate wate up —Ya recibimos la segunda nota. i Qué? {Qué%— dice Panzén medio dormido.° ma —(Por qué me despierta, jefe? Estoy sofiando con un “"” plato grande de arroz con pollo y un dulce de guayaba. —No importa la comida ahora. Acabamos de recibir la segunda nota. Vamos a Cali. Esta vez, vamos sin las mujeres. Ellas no sirven para las intrigas. Los dos investigadores se visten® y bajan a la sala. se vsten ost crsses Pepino todavia esta explicdndole a Panzén por qué las mujeres sirven para enamorarse pero no para resolver intrigas cuando suena una voz fuerte detrds de ellos. —iSenor Pepino!— dice Luzbel. —Yo sospechaba ° sospechabe suspects que usted nos abandonarfa.° Por esa razén, Gloria nos sbandonacis wou's Elena y yo venimos temprano. {Qué dice la nota? "env —Cémo? {Como sabe usted que tengo la nota si la acabo de recibir?— le pregunta Pepino. —Es facil. Yo tengo la primera y usted tiene una parecida en la mano, Me sorprende su pregunta. Pepino tose ° un poco. Esta seguro de que Sherlock tose cours Holmes no lo podria ayudar porque jamas habia cono- dormido half a 17 cido a Luzbel Limén Amargo. Panz6n sélo se queda parado rascdndose la nariz. No comprende de qué estan hablando. —Luzbel, no seas° cruel. Pepino es muy valiente y astuto.— Gloria Elena le guifia el ojo” a Pepino. Més tarde, cuando el avidn aterriza en el nuevo aeropuerto de Cali, Pepino piensa en la figura negra de la iglesia. ;Tendria algo que ver® con el secuestro? Ahora, es Pepino el que se rasca la nariz: este asunto es muy complicado y peligroso Pepino no habla mucho en el taxi en camino a la ciudad. Se siente enfermo. Respira con dificultad y quiere desmayarse. —Tengo fiebre °— piensa. —Me estoy quemando. ° —Sefior Pepino, quiero preguntarle una cosa. En Bo- gotd hace frio, pero si estamos en Cali, la ciudad del eterno verano— pregunta Luzbel burlonamente, —gpor qué llevan ustedes trajes, suéteres, impermeables y rua- nas de lana? Bogotd esta en las montafias, pero Cali esta en un valle semi-tropical. Ni Pepino ni Panzén le contestan; ambos inmediata- mente se quitan las ruanas y las otras cosas de lana que tienen puestas. —Ajij— dicen los dos a la vez Pasan por el centro de Cali rumbo al® hotel donde tienen los cuartos reservados. Como siempre, Luzbel sabe todos los detalles de la ciudad y esté mostrdn- doles los puntos de interés —Estamos pasando el rio Cali, y aqui a la derecha estd el Parque de la Marfa. Seguramente, aun en MExi- co, leen Marfa, la novela de Jorge Isaacs, no? —Si— dice Pepino. —No— dice Panzén a la misma vez. Pepino golpea a Panz6n con el codo, * pero es dema- siado tarde. La cara de caballo empieza a contarles toda la historia de los jovenes enamorados, Efrain y Marfa, y del tragico fin de su amor. Por la emocién de contar la historia, a Luzbel le salen unas légrimas. Muy conmovida, ° ella dice: —Sefiores, ustedes no saben, pero el amor tiene una fuerza increible. Ustedes no saben. 18 no seas don’t be ula ot lo winks ETondsia. Would it have something 0 do. fabre fever Me estoy quemendo I'm Burning ub tumbo ® heading for code. elbow conmovide {emetionaliy) moved Gloria Elena trata de consolar a su compafiera, pero Pepino, que generalmente se cree experto en cuestiones de las mujeres, no sabe qué decir. En cambio, ° Panzén, el prictico, le dice en voz baja: —Asi son las mujeres, jefe. Mi esposa llora mucho pero yo la ignoro. Es la Gnica defensa que tenemos los hombres. Afortunadamente, llegan pronto al hotel, y todos ba- jan del taxi y van a sus habitaciones. Quedan de reu- nirse a las tres para llevar la plata al velédromo. Mientras que almuerzan en su cuarto, Panz6n le pre- gunta a Pepino: —Iefe, gle gusta a usted el ciclismo? Tengo un primo en Espafia que es un buen ciclista. Pepino, que quiere parecer superior al primo de Pan- z6n, le contesta: —(No sabes, Panzén? Fui campeén® de ciclismo cuando estuve en bachillerato; ° fui capitan del equipo. —iDe veras, jefe? —Si, si. Por eso también fui el don Juan de mi clase. Qué mujer podria resistir a un atleta guapo y brillan- te?— Pepino comienza a sofiar de su juventud, pero ve el reloj. Son las tres. —Bueno, Panzén, ja trabajar! La primera vez, puse ° la plata en mi zapato. Esta vez, la voy a poner en... en...jen mi sombrero! —Pero, jefe— dice Panz6n, tomando el iltimo sorbo ° de café con leche. —No me interrumpas, Panzén.— Con mucho cuida- do, Pepino cuenta la plata que va a dejar y la mete en un sobre. Poniéndolo en su sombrero, dice: —iVdmonos, Panzén! —Pero, jefe... —Andale, Panzén, que nos esperan “— dice Pepino. —Pero...pero, jefe— insiste Panzén, corriendo detras de él. Quiere decirle que hace mucho viento ° afuera, pero Pepino no lo deja hablar. Se encuentran con Luz- bel y Gloria Elena en el pasillo del hotel. —Vamonos— dice Pepino y se pone el sombrero Pero, el momento en que sale afuera, un viento fuerte lleva el sombrero a la calle En cambio On the other hand ‘campeon champion baci ©. high schoo! use | put sore sip qe nos esperan theyre waiting for us hace mucho viento. it's ‘ery windy 19 —iCaramba!— exclama Pepino. —jMi sombrero! Corre a la calle sin mirar a un lado ni al otro. Un chofer desvia ° su auto a la derecha para no chocar con desvia swerves 41. Pero, al evitar pegarle a Pepino, choca con una carreta de mangos y pifias, rompiéndola® por completo rompiéndolaoreokng i y tirando las frutas por toda la calle. El vendedor salta, grita y mueve los brazos en el aire. —iAy, chihuahua!— grita Panz6n, mientras que toma un mango para comer en el camino. Con el sombrero en la mano, Pepino corre rapido, dejando al chofer y al vendedor peledndose en la calle. Una vez lejos del choque, ° Pepino da dos suspiros de choque sccisent alivio: uno por salir vivo ° y otro por haber recuperado ° pie ate vive. for coming el sombrero con el dinero. por haber recu —iAy, Pepino! {Qué valiente es usted!— exclama Gloria Elena con mucha admiraci6n. ¢Dénde esperan recibir la segunda nota los detectives? Segun la segunda nota, a dénde tienen que ir ahora? zQueé es un velédromo? ¢Por qué quiere abandonar Pepino a las profesoras? @Por qué tienen calor Pepino y Panzén cuando llegan a gPor qué empieza a llorar Luzbel? zQué cuenta Pepino a su ayudante de su juventud? Describe lo que pasa cuando el grupo sale del hotel. {Qué piensas ti de la fuerza del amor? GTe gusta a ti el ciclismo? ¢Por qué? Seevomsons 6. El campeon de ciclismo Cuando entran los cuatro al velédromo, ven a muchos ‘ut alive for Teving roeup Cali? ciclistas entrenando ° para las carreras de pista, algunos entrenando trsining solos y otros en bicicletas de tandem. Mientras que las profesoras y Panz6n observan a los ciclistas, Pepino cuenta las filas. Sin que nadie lo vea, ° 20 Sin.vea_Wrhout anyone ‘Seeing hie vaa la silla nimero 5 y pega ° el sobre con chicle debajo de la silla, Satisfecho ° con su trabajo, regresa al grupo —iLos ciclistas mexicanos son mejores que los co- lombianos!— grita Panzén a un hombre alto. —iJa!— exclama el hombre, —eso si me lo tiene que probar. Pero, claro, no hay nadie aqui que lo pruebe, ° iverdad? Asi que yo lo tomo por mentiroso. —No me haga enojar,° sefior. Mi jefe, Pepino Gonzé- lez, era” campeén de ciclismo— le dice Panzén, la cara rojisima de rabia.° —{Y mi jefe, Pepino Gonzalez le probard ° que los ciclistas mexicanos son los mejores del mundo! jY lo probard aqui! ;Ahora! Pepino mira primero a Panzén y después al hombre. Se siente enfermo porque en realidad la dnica bicicleta en que se habia montado® en toda su vida era un triciclo. Y, ahora, Panzén cree que él es campeén de ciclismo. El hombre alto mira a Pepino con ojos penetrantes y sonrie misteriosamente —Enh, hace muchos afios que no me subo a una bicicleta. No sé si...— balbucea* Pepino. —Bueno, si Ud. tiene miedo, no importa. Sé que los colombianos son superiores— responde el hombre. Panz6n, aunque generalmente es muy cordial, se eno- ja. Nadie puede insultar a su jefe. —Mi jefe nunca tiene miedo. Es el investigador mas valiente del mundo. Al oir esto, los ojos le brillan al hombre. —iAjé!— exclama. —Es investigador. Entonces, pruebe ° su valentia. Les apuesto° cien pesos que no puede ganarle a ninguno de los ciclistas aqui. —Esta bien— contesta Panzén. —Cien pesos Pepino toma a Panzén aun lado y le dice en voz baj —Panzén, {no crees que serd penoso ° que les gane ° a los ciclistas colombianos? Somos extranjeros ° en este pais. Es...es una falta de cortesia. —Pero, jefe, nuestro honor como mexicanos es muy importante. Tenemos que ganar. Y como usted es cam- peon, serd facil. —Las bicicletas estan listas para la carrera, si usted todavia quiere participar— anuncia el hombre. Pegs sticks Satisfocho Sstistied lo prusbe who may ‘rove it No me haga enoiar Don't ‘make me get sngry rable fury le probaré will prove to you pruebe prove puesto “I bet ‘ser penoso it willbe em- ‘barressing eat Setranjeros. foreigners 21 —Si, claro— contesta Pepino con la voz temblorosa. Reza por dentro mientras que se quita su impermeable y su saco y se pone un par de zapatos especiales para el ciclismo. Temblando como una hoja en un huracén, Pepino se monta en la bicicleta. Zigzaguea por toda la pista. Todos los otros ciclistas estén muertos de risa. De repente, un oficial dispara una pistola y la carrera empieza. Pero, al ofr el disparo, Pepino se asusta y su bicicleta topa con ° la de su rival. Y su pantalén se engancha ° en el eje * de la rueda de la otra bicicleta. Asif que el rival va jalando” a Pepino por toda la pista. —;Caramba!— piensa Pepino, cerrando los ojos. —Esto es mds peligroso de lo que pensé. EI rival voltea para ver qué tan lejos* esta Pepi no. Y cuando ve que esta junto a él, pedalea aun mds répido. Dan una, dos, tres, cuatro vueltas® a la pista. Al terminar la vuelta final, el rival estd cansadisimo, pues ha jalado a Pepino durante toda la carrera. De stibito, Pepino se mueve para balancearse bien y libra su pantalén del eje de la rueda. —jAndele, jefe! ;Andele!— grita Panzon Como Pepino no ha hecho ° ejercicio en toda Ia carre- ra, empieza a pedalear rdpido, dejando atrds al rival y igana la carrera! Pepino trata de parar la bicicleta, pero...jno tiene frenos! * Y él va directamente en camino a un grupo de espectadores que han salido a la pista. Con una expresién de horror en la cara, Pepino se agarra * la cabeza con ambas manos. La bicicleta dobla a la izquierda y choca con la pared. Pepino y la bicicleta quedan tirados en la pista. —iJefe, jefe! {Usted gané!— grita Panz6n corriendo a su lado, —iAy!— exclama Pepino, balancedndose en un codo. —Como ves, Panz6n, estoy fuera de® précti- ca, Con un poco de entrenamiento, podria ganar a cualquiera. Mientras que Pepino se levanta de la pista, Panzén busca al hombre para cobrar” los cien pesos. Pero ha tops con dumps inganche gets caught sie axle A jalando goes uling qué tan tejos how tar ‘sway wets laps noha hecho has not done se agarra. grabs, grasps fuer de out of ‘eobrar to collect 23 desaparecido, Panzén se rasca la nariz. Después de todo esto, el hombre ni siquiera se quedé para admitir que los ciclistas mexicanos son mejores. Pero a Pepino no le importa, s6lo dice: —Si, con un poco de préctica, puedo llegar a ser un ciclista famoso. Y pondrian® mi foto en carteles° y en ponaiian tey would todas las revistas deportivas.— Y en su mente, Pepino ““""™" "°**" puede ofr el aplauso y los gritos de millones de sus admiradores. éDénde pone la plata Pepino cuando entra en el velédromo? gDe qué estan peleando Panz6n y un colombiano? Pepino es campeén de ciclismo, ¢si o no? Seguin Panz6n, gpor qué es importante ganar la carrera? Al disparar la pistola, gqué pasa a la bicicleta de Pepino? ¢Por qué gana la carrera Pepino? éCuanto dinero recibe Panzon al final de la carrera? gCon qué suefia Pepino ahora? @Crees td que el honor sdlo depende de ganar la carrera 0 el juego? gSuefas tu con ser campeon de algun deporte? Seoromsens 7. El plan de Pepino Mas tarde, cuando Pepino, Panzén y las dos profesoras estan cenando, de repente, Gloria Elena le da un beso a Pepino. —iAy, Pepino! No hay hombre igual a usted. Pepino se sonroja* mucho y piensa: —Debo acostumbrarme a esto, pues cuando me eli- jan” investigador del afio, todas las mujeres van a tian sey sect querer besarme y abrazarme. —Pepino, Cali es conocida por la vida nocturma. * vide noctns nightie Hay muchos griles y clubes. Siempre he querido pa- sar una noche bailando en Cali. {Me quieres acom- paflar? —Encantado— responde Pepino, su coraz6n palpi- 24 tando rapidisimamente. —Panz6n, regresa ti al hotel y espera la siguiente nota. —Ya me voy, jefe— dice Panz6n mientras pone pan y galletas ° en sus bolsillos para comer mds tarde. —Yo también me voy— dice Luzbel, poniendo la mano en la frente. ° —Tengo dolor de cabeza Ella y Panz6n se paran y tratan de salir por la puerta a la misma vez. Pero, los dos son demasiado anchos para pasar juntos. —iSefior Panz6n!— exclama. —Las damas siempre deben pasar primero. Panz6n s6lo se rasca la nariz. No comprende por qué las mujeres modernas quieren portarse® como hombres y a la misma vez recibir las cortesias de siempre. Al llegar al hotel, Luzbel va a su cuarto que esta enfrente del cuarto de Pepino y Panzon. Panzon se despide de ella y entra en la habitacion. Se sienta en una silla con los pies en alto, pone° la television y se come el pan y las galletas —iQué suefo tengo!— piensa, bostezando. ° Esta medio dormido cuando oye el abrir y cerrar° de una puerta. El sonido viene del cuarto al otro lado del corredor, —Espero que no venga ° Luzbel a visitarme. Prefiero hablar con la mula de mi primo. Pero, no puede ser ella si tiene dolor de cabeza. Estd durmiendo. O quizd sale para comprar aspirinas. Panzén cierra los ojos atin mds y en poco tiempo se queda profundamente dormido. A la siguiente mafana, Pepino y Panzon se despiertan cuando alguien toca a la puerta. Pepino se levanta, se pone su bata ° de corazones rojos y morados ° y abre la puerta —iSr. Gonzalez? ;Pepino Gonzdlez?— le pregunta un muchacho joven vestido de uniforme. —Si, soy yo. Aqui le tengo un recado. —Bueno, gracias— contesta Pepino. Pero el mensa- jero no se mueve; se queda con la mano extendida mirando fijamente a Pepino, Pero Pepino no le hace ‘altetas crackors frente forehesd portarse. to behave pone tums on bostezando yawning ‘l abriry corrar_the open ing and closing doesn't come beta robe moredos purple recede messege 25 caso. El mensajero tose fuertemente y extiende la mano, palma arriba, enfrente de Pepino. —Ay, perdén— dice Pepino, sacando unos pesos de su chaqueta que esté tirada en una silla. Se me olvida de que ustedes quieren propinas° por cualquier cosa. Muchas gracias.— Pepino cierra la puerta y lee la nota «BUENAVENTURA. PONGAN ° LA PLATA EN EL BARCO “LA FLORERA.”’ HAGANLO O MATO A LA NINA. LOS ESTOY OBSERVAN- DO.» Pepino quiere preguntarle al mensajero quién le dio la nota, pero el mensajero ya desaparecié, Entonces, lee la nota otra vez y piensa en voz alta: —Aunque este asunto es muy peligroso, quiero captu- rar al secuestrador en el acto de recoger la plata. {Pero cémo? Pepino camina en circulos por el cuarto, Esta muy agitado. —Despiértate, Panzén, Tengo algo muy importante que decirte Panzén abre los ojos, todavia con mucho suefio. —{Qué es importante, jefe? Ha llegado el desayuno? —Panz6n— contintia Pepino, —anoche, después de dejar a Gloria Elena en su cuarto, regresé al velédromo y hablé con el guardia. El me dijo que un poco mas temprano habia visto a una figura negra y alta entrar en el edificio. Pero cuando fue a investigar, no encontré a nadie. El me acompaiié a la silla donde puse la plata durante la tarde, No estaba el sobre. No sé, Panz6n. Hay algo curioso aqui. A propésito, ese hombre alto con quien peleaste ayer, se me hace ° que lo he visto antes Ahora, Panzén, escichame bien. —Ay, jefe, es muy temprano para pensar en esas cosas. Yo quiero comer primero. Pepino lo ignora y contintia hablando: —En Buenaventura, quiero exponer al secuestrador. Si nos esté observando, debe ser facil capturarlo. Ah, Panzén, sin duda me eligirén® investigador del aio cuando resuelva este misterio.— Pepino empieza a so- 26 propines tips pongen put temehsce tssemstome ime aigiran they wil elect ar con la fama que va a tener cuando alguien toca a la puerta, Pepino la abre; es Gloria Elena. —Pepino, jhas recibido la siguiente nota? Luzbel y yo no hemos recibido nada. —Si, aqui est. Esta vez, vamos a Buenaventura donde espero capturar al secuestrador. Mmmm. Pepino Gonzélez, investigador del aflo— murmura. Como un hombre enloquecido,* Pepino camina rapido por el enloquscite sore rary cuarto. Panzén, que se ha vestido, lo mira asombrado. ° ssombrado astersheo —Andale, répido, Panzén. Tenemos que llegar a Buenaventura pronto; quiero ponerle una trampa® al perervnatampe toss criminal. Voy a resolver este caso ya de una vez. °— Yidrunaver orceandtor Pepino coge su maleta” y sale corriendo del cuarto. mule suteste —jJefe!— le grita Panzon. —No puede salir asi. Ud. esta en bata. jAy, chihuahua! Espéreme, jefe. Panz6n sigue a su jefe hasta la sala del hotel donde muchas personas estdn riéndose ° de Pepino. Se acerca tin éndose sre aunh- a su jefe y le habla al oido. ° al oido in his ear De repente, Pepino se sonroja. Ve en un espejo que todavia leva su bata de corazones rojos y morados. —iAy, caramba!— exclama Pepino, escondiéndose detras de un arbusto de plistico. Agarrando el tronco del arbusto, lo mantiene enfrente de él y camina hasta su cuarto con la espalda ° a la pared. Todavia puede Off espaida back la risa de la gente. Cuando Pepino ya se ha arreglado, Luzbel y Gloria Elena entran con los boletos de autobiis para el puerto de Buenaventura. Y, una hora mas tarde, estan ya en camino. En el autobis, Gloria Elena lee un libro ilustrado de joyas preciosas. Pepino se pone a planear cémo va a capturar al secuestrador mientras que Panzén come pan de yuca, dulces y mangos. Como siempre, Luzbel no pierde la oportunidad de darles un discurso a los dos mexicanos. —Sefiores, estamos en la vieja Carretera al Mar. Vamos a cruzar la cordillera ° occidental ° de los Andes. eorait Y como usted en bicicleta, Sr. Pepino, el camino zigza- ona ve guea mucho. Mas adelante vamos a pasar por debajo de una caida de agua. ° Es un viaje de casi cinco horas.— caige de ague water 27 Ella continéa mostrdndoles los puntos de interés, pero cuando mira a sus dos estudiantes, se enoja mucho, pues, Pepino y Panzén estén completamente dormidos. 1. (Por qué es conocida Cali? 2. {Por qué no van a bailar Panzon y Luzbel? 3. {Qué oye Panzén en el corredor del hotel? 4. {Quién toca a la puerta de los detectives? 5. 6 {Qué dice la tercera nota? {Qué cuenta Pepino de lo que pasé después de dejar a Gloria Elena en su habitacion? 7. Por qué se rie la gente de Pepino en la sala del hotel? 8. {Qué hacen los cuatro en el autobuis? 8. @Recuerdas tii de una experiencia muy penosa? 10. Te gusta a ti recibir propinas? 8. jSocorro! Al llegar a Buenaventura, el chillido agudo® de los enti frenos del autobus despierta a Pepino y Panz6n. oe —Jefe— se queja Panzén, abriendo los ojos y boste- zando, —casi no puedo respirar. Esta tan hiimedo aqui y hace tanto calor... —Senores— dice Luzbel, disgustada. —Estamos en Buenaventura, el puerto principal colombiano en la costa pacifica. Siempre hace calor y siempre hay mucha humedad porque estamos en una zona tropical — Di- ciendo esto, ella y Gloria Elena se bajan del autobis. Pepino se quita su impermeable y se asegura de que el dinero esté bien escondido en su bolsillo secreto, Habla con Panzén en voz baja: —Panz6n, tengo un plan. Vamos a depositar el dinero en el barco, y después nos quedamos cerca para captu- rar al secuestrador cuando venga a recogerlo. —Me parece muy bien, jefe, pero, ,qué pasa si hay mas de un secuestrador? ¢Cémo protegemos a la nifia? 28 —Es muy facil. Primero, cogemos al secuestrador, lo forzamos a decirnos dénde esté la nifia y entonces, nos levard a ella. Después, si hay mds de uno, el otro se rendird° al ver que hemos capturado a su compajiero. Es facilfsimo, Panzén, cuando uno tiene una mente brillante como yo— explica Pepino. El y Panzn tam- bién bajan del autobis y van adonde estén Luzbel y Gloria Elena. Todos caminan por las calles pavimentadas hacia el muelle. ° Pasan a vendedores de toda clase de objetos y a viejecitos que estén dando discursos° sobre las mal- dades° del mundo. Hay una atmésfera de carnaval. Aunque Pepino ve todo con interés, siente que alguien los esta siguiendo. Se voltea y mira a un sefior alto y gordo con una barba larga. El también ve a Pepino y, sonriendo, se acerca al grupo. —Buenas tardes— dice con un fuerte acento alemén. ° —gVan ustedes al muelle también? Estoy solo y, por eso, me atrevo ° a preguntarles si los molesta que yo los acompaiie.° —No, no nos molesta— contesta Panzén. —Pues, es que... dice Pepino a la misma vez. —Si no quieren, o si tienen alguna cosa importante que hacer, s6lo me lo tienen que decir y no los molesto mas— explica el hombre. Algo en la mirada y en la manera de hablar del alemdn, impresiona a Pepino. —No, no es ninguna molestia. ° Acompafienos— res- ponde. Mientras camina el grupo, el alemdn escucha atenta- mente a Luzbel, que no deja de dar informacién tu- ristica, Cuando Ilegan al muelle, Pepino encuentra un barco viejo y despintado® llamado «La florera.» Dandole veinte pesos al duefio, lo alquila por una hora. Todos, aun el aleman, abordan el barco y el duefio empieza a darles la vuelta a Buenaventura Luzbel, siempre mirando de reojo° a Pepino, no puede resistir; vuelve a hablar de Buenaventura. —Siempre he pensado que Buenaventura es como la costa de Africa. A la izquierda, fijense° en las casas se rendirs will surrender slemén German me atrevo | dare to somouhe accompany. go with novance bother, an- ospintado washed out mirande de reojo, looking Out of the side of her eve fijense notice, pay atton 29 construidas sobre palos. ° Ya que estdn en la playa, su pales stets construcci6n las protege contra la marea° del océano. Y, mares te rising end fa: miren alld lejos. Hay unos pescadores.. a Mientras que habla Luzbel, Pepino se asegura de que nadie lo vea. Entonces, saca el dinero de su chaqueta y Io esconde en la proa® del barco, El resto del vi suefia con ser investigador del afio. Cuando regresan al muelle, Pepino y el alemdn son los primeros en salirse del barco para ayudar a los demés. Gloria Elena se sale sin problema. Pero cuando Panzén esta saliendo, Luzbel pierde su balance y cae contra él, roa prow, front of the oat empujéndolo° al agua. tmpulngoto pushing —jSocorro! jSocerro!— grita, moviendo los brazos como loco. —iAch du lieber Himmel!— exclama el gordo aleman. El y Pepino se agachan para sacar a Panzén del océano. Cada uno agarra una mano. —Cuando cuente tres— Pepino le dice al alemdn, —ialamos fuerte. Uno...dos...j TRES! Jalan con toda su fuerza, pero en vez de sacar a Panz6n, los dos hombres se caen también al agua. Ahora, todos estén gritando, especialmente Pepino, que no sabe nadar. ° der to sion iHace frio 0 hace calor en Buenaventura? {Qué es el plan de Pepino? ZQuién sigue a los cuatro en camino al muelle? qComo es ula floreray? Cémo es Buenaventura? ZDénde esconde Pepino el dinero? gPor qué estén los tres hombres en el agua? @Por qué grita mas Pepino? éTe gusta a ti viajar en autobus? ¢Por qué? 2Sabes tu nadar bien? Beexogeens 30 9. La plata desaparece —iSocorro! jSocorro!— gritan Pepino, Panzén y el alemdn. Algunos marineros corren al muelle para sa- carlos del agua. Un hombre ayuda a Pepino; dos al ale- man; y {cinco hombres tienen que trabajar para sacar a Panzén! —Parecen gatos ahogados.° Pero Luzbel todavia est en el barco. Ayddenla, ° por favor— se burla Gloria Elena. Pepino, como buen caballero, se para y ayuda a Luzbel. —Jefe, no podemos quedarnos con Ia ropa mojada;° mojade wet, sorked nos va a dar una pulmonia. —Yo sé, Panz6n. Pero aqui no tenemos mas ropa. Dejamos las maletas en Cali. —No se preocupen, sefiores— dice el aleman, mien- tras exprime® el agua de su zapato. —Yo tengo una habitacion cerca de aqui. Les puedo prestar® ropa. prestar to oun Aunque Pepino quiere cambiarse, no quiere alejarse ° stejarse to go sway fiom del barco. Piensa un momento y dice: —Se lo agradezco mucho, sefior, pero yo voy a que- darme aqui para ver la puesta del sol. ° Panzén, tt ve pusst del sot sunset con las sefioritas y con este sefior al hotel y nos reuni- “* mos mds tarde. —Pero, jefe— protesta Panzén, mirdndolo curiosa- mente, —a usted no le gusta... —iCallate, Panz6n! Y vete con ellos ahora. —Si, sefior— responde Panzén. —Pues, vémonos— dice Luzbel, también mirando curiosamente a Pepino. —Yo necesito un tecito® para testo a litle cup of eo calmar mis nervios. Viajar con ustedes es como estar en un circo Cuando todos han salido, Pepino compra un periédico y se sienta en una banca en la playa. Con un lapiz, hace dos agujeros° en el centro del aguieros holes periddico. Asi, fingiendo ° leer las noticias, puede vigilar tngien el barco sin ser visto. ° visto. seen Pasa una hora. Pasan dos horas. Ya estd oscuro y nadie ha venido al barco. Pepino, por fin, decide irse al prime wrings reo circus pretending 31 hotel cuando ve una figura grande en el muelle que camina lenta y silenciosamente. ° Cuando el hombre se acerca ° al barco, Pepino corre hacia él y lo coge por atrés. —iAjd!— grita. —jNo se mueva usted! Soy experto en el judo y tengo el cinturén negro. Yo sabia que lo iba a capturar aqui. —jAy, chihuahua! No me mate,° no me mate— ex- clama el hombre. —iContésteme! {Cémo se lama usted? {Donde esta la nifia? ~Donde la escondié? —iQué nifia? Me llamo Paco Panzén. —iPanz6n!— exclama Pepino. —; Qué haces ta aqui? —Pues, vengo por usted. El sefior aleman me presté ropa. jAy, jefe, qué susto! Los dos hombres se sientan en el muelle y ambos suspiran a la misma vez. A Pepino se le ocurre una idea. Aborda el barco y mira en la proa. —iLa plata no estd aqui!— grita. —Pero, ,c6mo es posible? Yo he observado el barco desde que nos baja- mos y nadie vino en todo ese tiempo. ;Caramba! —Yo sé, jefe— explica Panzén, —El secuestrador vino aqui en un submarino y vio la plata con el perisco- pio. As/ lo vi en una pelicula, —iCallate, Panzén! Esas son tonterias. No ha venido ningdin submarino.— Pepino suspira. —Bueno, no po- demos hacer otra cosa que regresar al hotel. ,Dénde estén las profesoras? —Estdn cenando con el alemdn. Yo comi antes de venir, —Si, me lo imagino— murmura Pepino. —{Cémo es posible robar la plata del barco sin ser visto? Pepino queda tan perplejo ° que ni siquiera quiere salir a bailar con Gloria Elena y ni siquiera suefia con ser investigador del afio. Y hasta cuando se despierta la mafiana siguiente, sigue pensando en cémo se habia desaparecido el di- nero. —Iefe, usted debe comer algo— dice Panzén. —La comida le hard ° sentirse mejor. Siempre me ayuda a mi. Pero Pepino no le hace caso a Panz6n. Durante el 32 tanta y silenciosamente ‘idwiy and slenty No memate Don't kill me perplejo perplexed th will make you desayuno, no le dice nada a nadie. De repente, exclama: —iEl alemdn! ;Dénde esta el alemén? Si no me equi- voco, jél es el secuestrador! Pepino salta de la silla y corre hacia la recepcionista del hotel. En unos momentos, regresa a la mesa. —iVamos rapido! El alemdn acaba de salir del hotel. Va al aeropuerto. Panz6n agarra unos panes y se los pone en la bolsa mientras que Pepino paga la cuenta. Al salir a la calle, un taxi los esta esperando. El camino al aeropuerto es largo y no esta pavimenta- do. Pasan campos fértiles, arboles de pldtanos y cho- zas ° pequefias. Por fin legan al aeropuerto, un edificio pequefio con pistas de aterrizaje° de tierra. Pepino salta del taxi y entra corriendo en el edificio; nadie ha visto a ningan sefior extranjero gordo. Sdlo hay un campesino delgado que parece muy pobre. Ahora Pepino esté atin mds confuso. ° Evidentemente el secuestrador es un hombre muy listo. —iCémo me gustaria ° ser Sherlock Holmes!— piensa Pepino en voz alta. ZEs generoso el alemén? ¢Por qué se queda Pepino en la playa? zCémo observa el barco sin ser visto? ZA quién captura Pepino en el muelle? ¢Por qué esta perplejo Pepino? Segun el detective, {quién es el secuestrador? zComo es el aeropuerto de Buenaventura? Seesogsens ETe gustaria a ti ser como Sherlock Holmes? chores huts pistas de atortizaje. run- ways contuso confused sme gustaria | would tke zQuiénes ayudan a Pepino, a Panz6n y al alemén a salir del agua? éCrees tu que el aleman es el secuestrador? ¢Por qué? 10. En camino a San Agustin Pepino se sienta en una banca en el aeropuerto de Buenaventura. Saca su pipa y la enciende. ° Pero al inha- lar, tose tan violentamente que la tiene que apagar en seguida. Piensa que si se parece a Sherlock Holmes, le vendra la respuesta al problema del secuestrador. Sigue pensando cuando entra Panzén y dice: —lefe, las profesoras quieren saber si vamos a regre- sar a Buenaventura 0 si vamos a tomar el aerotaxi a Cali. Estén muy impacientes, jefe. —Déjame pensar. Si el secuestrador esté aqui toda- via, debemos quedarnos y esperar la siguiente nota. O, si por algtin milagro, ° ya esté en Cali, debemos irnos. {Qué hacemos? {Qué hacemos? —Mientras que usted decide, yo voy a pedir un cafeci- to— declara Panzén, —o quizé un refresco° o un jugo de pifia. O quizd pida todos al mismo tiempo. Un muchachito entra corriendo al edificio y casi choca con Panzén. Tiene un pedacito de papel en la mano. —Sr. Pepino. jSr. Pepino! ;Quién es el sefior Pepino? —Yo soy Pepino Gonzalez. —Esto es para usted, sefior— anuncia el muchacho, dandole el pedazo de papel. Apenas se lo da y sale tan répido como entré. Pepino abre el papel; es la siguiente nota: «VAYAN A SAN AGUSTIN. DEJEN LA PLATA EN LA FUENTE DE LAVAPATAS. SI TRATAN DE CAPTURARME, MATARE A LA NINA Y AL GORDO TAMBIEN.» Pepino lee la nota varias veces. Tiene que pensar en un plan infalible para capturar al secuestrador. El caso esté haciéndose ° mas y més peligroso. —iCaramba, Panzén! Este secuestrador es muy listo. Debemos tener mucho cuidado * con él— comenta Pepi- no, rascéndose la nariz. —Pero, ,cémo lo capturamos? —iQué, jefe? {Qué dice el papel?— pregunta Panzon a la misma vez que entran las profesoras. 34 ta encionde lights it mmilagro miracle refresco cooling drink esthheciéndose is becom- ing anor mucho cuidedo to Bevery careful —(Papel? {De qué estén hablando?— pregunta Luzbel, disgustada, —Hemos estado esperando mucho tiempo en el taxi. Expliquenos ° por qué nos hizo esperar tanto. Con poca paciencia, Pepino les explica todo: lo del alemdn, lo del muchachito y lo de la nota. A Panzén se le hacen los ojos del tamafio de una tortilla. Tiembla de! miedo. —iAy, chihuahua, jefe! El secuestrador me quiere matar, {Me quiere matar! —No te preocupes— contesta Luzbel. —Seguramente quiere amenazarlos ° para que no lo traten ° de capturar, amenazertes to warn you De ahora en adelante sélo deben dejar la plata. Bueno, “"*" " voy a comprar los boletos para el aerotaxi a Cali y de alli podemos conseguir transportacién a San Agustin. Mientras todos discuten la nota, no se fijan® en el no se fien they dont campesino que los habia estado observando y que habia °"'* salido cuando se mencioné a San Agustin. Ir de Buenaventura a Cali en aerotaxi es un viaje de unos veinte minutos. Recogen las maletas en el hotel. De ahi alquilan un taxi a San Agustin y después de dos horas de viaje, llegan a Popaydn. Como siempre, Luzbel empieza con sus Comentarios. —Popayén es la ciudad mas colonial de Colombia. Mas presidentes de la reptiblica han nacido ® aqui que en han nacido nave been cualquier otra ciudad colombiana. Siempre vienen mu- >" chos turistas durante Semana Santa para ver las proce- siones religiosas. Personas de todo el pais vienen a verlas. Mientras que el chofer lena el tanque de gasolina, ellos almuerzan en el elegante restaurante del Hotel Monasterio, En poco tiempo, contintian su viaje hacia el departa- mento de Huila al sudoeste. Pasan por selvas y montafi escabrosas. ° scabrosss rugged —(Dénde estd la iglesia de San Agustin?— pregunta Panz6n inocentemente. Luzbel se rie y dice: —San Agustin no es una iglesia; es un pueblo. Es el lugar donde estan los restos de una misteriosa cultura india. Nadie sabe de dénde vino ni por qué desapa- recid, Explain to us 35 —Entonces— pregunta Pepino, —,qué es la Fuente de Lavapatas? ;Es un monumento? —Se cree que era un centro ceremonial en donde los indios bautizaban® a sus hijos. Hay figuras de cule- rewissben veptzee bras,° de peces, de ranas° y de otros animales escul- sulsbras snakes tas” en la piedra al fondo de un arroyo. ° Cuando el agua pasa por encima, parece que las figuras estén vivas y estén moviéndose. Es una maravilla. EI viaje de Popaydn a San Agustin dura unas seis horas. Pero es un viaje emocionante. Pasan montafias salvajes, un volcan y hasta tienen que cruzar un rio, jsin puente! Por fin, cuando llegan al pueblito de San Agustin, estd Hloviendo a céntaros.° Casi pueden nadar en el Moviande » cine | lodo * mientras buscan al Hotel Yalconia, Llegan exac- ode mic tamente en el momento que deja de llover. —Yo no puedo continuar asi— exclama Gloria Elena. —Mis joyas estan mojadas y sucias. Las tengo que limpiar. ;Ay, pobrecitas joyitas! Ella va directamente a su habitaci6n. Pepino y Panzén sélo se miran y exclaman: —iQué mujeres! 1. Sio no. Pepino tose porque siempre fuma una pipa. 2. Quién entra corriendo en el aeropuerto? {Qué le da a Pepino? 3, Segun la cuarta nota, zqué va a hacer el secuestrador si Pepino trata de capturarlo? 4, is Panzén valiente 0 cobarde? 5. zQué cuenta Luzbel de Popayan? 6. Qué es la Fuente de Lavapatas? 7. {Como es el viaje a San Agustin? 8. {Qué tiempo hace cuando el grupo llega a San Agustin? 9. {Eres valiente 0 cobarde? 10. {Te gusta viajar por montafas salvajes y rios sin puentes? 36 11. La pelea entre las ruinas Mas tarde, por el camino al parque arqueolégico de San Agustin, Pepino esté pensando: —Seguramente vamos a encontrar al alemdn. Estoy convencido de que él es el secuestrador. Gloria Elena lo interrumpe: —Pepino, {te gusta mi pulsera® de diamantes? Es hermosa, no? La considero mi favorita. —Si, es muy linda, como td. Y brilla como tus ojos— responde Pepino, creyéndose un don Juan. Pero, Luzbel lo mira con disgusto y dice: —Sr. Pepino, lo empleamos a usted para ayudarnos, no para echar piropos. ° Ahora, fijese bien en los mono- litos.° Son muy interesantes. Algunos tienen expresio- nes feroces como los jaguares, otros tienen encima una figurita, y atin otros... —S6lo me importa la Fuente de Lavapatas. Ahora si, voy a capturar al secuestrador— declara Pepino con fuerza. —iChihuahua, jefe! No recuerda que el secuestrador me quiere matar? Ay, mi esposa me matard de verdad si no regreso vivo a México. —Panzén, sé ° l6gico. Si estés conmigo, con el mejor investigador del mundo, ,cémo te puede matar? No te preocupes. Estas muy seguro conmigo. Los cuatro caminan por las sendas ° del parque, tra- tando de encontrar la fuente. Muy cerca, un guia, con uniforme verde, esté mostrando los monolitos a un grupo de turistas. Cuando los cuatro se acercan al grupo, el guia toma el brazo a Luzbel y le dice: —Por favor, quédese con el grupo, seforita. Pronto vamos a llegar a la Fuente de Lavapatas. Va a ser muy interesante. Se lo juro. * Todos quedan muy sorprendidos. ° Sin embargo si- guen al grupo y al guia por las sendas hasta llegar a una plataforma grande construida sobre un arroyo. Cuando todos han subido a la plataforma, el guia prende unas luces y el arroyo se convierte en una maravilla. —Ay, chihuahua, jefe. Mire las culebras y las ranas pulsera bracelet to give os monoliths, ‘statues of stone 26 be sendas pathways sorprendidos surprised 37 en el agua. Parece que estdin vivas. {Qué impresién! Pero Pepino no lo escucha. Baja de la plataforma y se aleja del grupo hasta encontrar una piedra grande. Cui- dadosamente, pone la plata envuelta ° en plistico debajo enwera wrapped de Ia piedra. —jAqui la vas a esconder, Pepino?— pregunta Gloria Elena con una sonrisa coqueta° en la cara. oquat, flirtatious. co- —iAy! Gloria Elena, por qué no estas con el grupo? ™**" —Me aburro® de escuchar sobre los indios y las me,sburo fm ties ot ranas. Por eso te segui.° te segut | folowed you —Bueno, esta bien. Ahora quiero que Luzbel y ti regresen al hotel. Panzén y yo vamos a quedarnos aqui para capturar al secuestrador. —Pero, eso es peligroso. Por favor regresa con noso- tras— le ruega ® la bella profesora. —Me quedo aqui. Me van a elegir investigador del aio, }0 no me llamo Pepino Gonzdlez!— Pepino grita lo filtimo con entusiasmo. —No me importa como se llame usted, sefior. Qué- dese con el grupo— ordena el guia desde lejos. —Ya esta oscureciendo® y debemos regresar a la entrada del oseurecondo geting dank parque. —Esta bien— dice Pepino, guifiando el ojo a Gloria Elena. El y Panz6n siguen al grupo hasta tener la oportuni- dad de esconderse detrés de un monolito grande. Cuando el grupo est lejos, Panzén pregunta: —Iefe, {qué vamos a hacer? —Vamos a regresar para escondernos cerca de Ja fuente. Esta vez, si vamos a capturar al secues- trador. El sol se pone® y ya todo esta oscurisimo. Los dos +» pone sets investigadores se agachan detrds de unos arbustos. —iAy, jefe, esté empezando a llover otra vez! Y tengo hambre. Quiero comer un bistec con papas fritas y una ensalada bien grande y... —iCillate, Panzén!— ordena Pepino. Esperan hasta la medianoche. Oyen muchos ruidos° ruidos noises raros mezclados * con el sonido de la Iluvia. rmezclndos mixed Desde el arbusto, Pepino ve una sombra acercdndose a la piedra. 39 —Pepino Gonzalez. Pepino Gonzdlez. Sé que esta aqui— repite una voz masculina. Pepino salta desde el arbusto y trata de agarrar al hombre. Pero el hombre lo empuja° y Pepino se cae empule pushes al suelo. —ilefe!— grita Panzén. EI también salta del arbusto y trata de pegarle al hombre en la cabeza. Pero éste lo empuja y, al caerse, Panz6n se golpea la cabeza contra la piedra, quedando inconsciente. Por fin, Pepino logra pararse® y, cogiendo el bolsillo togr pararse manages to de la camisa del hombre, jala fuertemente. Los dos “*™ “? hombres pelean a golpes. Con toda su fuerza, el hombre le da un golpe de karate al cuello de Pepino, que también cae al suelo inconsciente. Solo se oyen los pasos de alguien corriendo en la tormenta de Iluvia. {Qué prefiere hacer Pepino, trabajar o echar piropos? @Por qué dice Pepino que el secuestrador no puede matar a su ayudante? 2Quién le toma el brazo a Luzbel en el parque? {Como es la Fuente de Lavapatas? @Por qué sigue Gloria Elena a Pepino? {Por qué no regresan con el grupo los dos detectives? {Qué oyen los dos desde el arbusto? Describe la pelea. iTe gusta caminar en la lluvia? — Zen la nieve? Qué prefieres hacer: llevar joyas, capturar criminales o hacer golpes de karate? Beesomay 12. Panzén, asesino de orquideas Filtrandose por los drboles, la luz de la madrugada empieza a secar° la tierra. secar to dry 40 —iSefior Pepino! jSefior Pepino!— grita Luzbel, dan- dole unos golpecitos en la cara, —iHuy! Eh, jqué pasé? ;Dénde estoy?— pregunta Pepino al volver en si. ° —Estds en el parque arqueolégico— contesta Gloria Elena, —y Panzén estd aqui también. —Caramba, jefe. ;Cémo me duele la cabeza! °— se queja Panzén. —Seguramente estoy muerto. No he co- mido en mas de veinte horas. ;A-a-a-achi! —iPobrecito!— dice Gloria Elena acaricidndole la ca- beza a Panz6n, —Estds resfriado ° por estar en la Iluvia toda la noche. —Si, necesito comer algo— afirma Panzon. —Tii siempre quieres comer, tengas catarro® 0 no— dice Pepino con un poco de celos ° porque Gloria Elena estd ayudando a Panzén y no a él. De repente, dic —iAy de mi! jMi cuello! Me duele algo terrible. —Déjame ver— dice Luzbel. Y, cogiendo la cabeza de Pepino entre las manos, la tuerce ° bruscamente de un lado al otro. —Ahora, 4cémo siente el cuello?— le pregunta. —No estoy seguro. Me duele todo el cuerpo— responde Pepino. Se acuerda de la plata y levanta la piedra. —iQué caray! Otra vez he fallado. ° El secuestrador se escapa una vez més con la plata. , lo sé, pues encontramos una nota debajo de nuestra puerta— dice Luzbel. —iDémela!°— Pepino toma la nota y lee: «DEJE EL RESTO DE LA PLATA EN LA EX- POSICION DE ORQUIDEAS EN MEDELLIN. SI TRATAN DE CAPTURARME, MATARE A TO- DOS, ;AUN A USTED, SENOR PEPINO!» Solo con leer la nota, le da escalofrio® a Pepino. —No se atreve a matarme a mi, el James Bond de Sud América. Esté tratando de asustarme, nada més. —No nos queda otra alternativa que ir a Medellin y obedecer las instrucciones al pie de la letra °— insiste Luzbel frfamente. volver on al to come to, Tegoin consciousness me dusle ts caber my head hurts Estasrestiado Younaves ‘ongas cats on un poco de color true jenous ltyouhave tueree wists he fallado. have faled Démeta Give it to me esealotio chile a ple de ta otra exacty 41 Al tratar de pararse, Pepino ve un pedazo de tela° verde en el suelo. —iAjd! Esta vez fue el guia. Primero el alemdn y luego el gufa. {Estamos peleando contra una banda de secuestradores!— exclama Pepino ¢ inmediatamente se pone a sofiar con las medallas que va a recibir al capturar la banda. Va a regresar a México como un gran héroe. Y las mujeres...las mujeres se desmayardn al ver a Pepino Gonzdlez. —Iefe, jefe...jA-a-acht! Tengo hambre— dice Panzén tapdndose ° Ja nariz con el pafiuelo perfumado de Gloria Elena. —Si, si Panzén. Vdmonos. Mas tarde, durante el vuelo a Medellin Pepino se preocupa de la amenaza del secuestrador de matar a todos. Resuelve seguir con el caso, pues James Bond nunca ha rendido° a los criminales. Al llegar a Medellin, los cuatro van directamente a la exposicién de orquideas. —Mire, jqué belleza!— exclama Gloria Elena. —iComo me encantaria tener joyas tan preciosas como estas flores! —No me importan las flores. Estoy cansado y apenas puedo respirar. Quiero comer— se queja Panzon como un nifio chillon.° —Me muero de la pulmonia. Mientras caminan por las numerosas filas de orqui- deas Pepino saca la plata y la pone detrds de una orquidea. —Ahora, debemos irnos— dice Luzbel. —Tenemos que obedecer las instrucciones. De repente, oyen unos gritos terribles. —jImbécil! ;Asesino! | Ha matado a mi querida floreci- ta! {A mi preciosa orquidea! Al voltearse, Pepino mira a Panzén, estornudando y sentandose en una linda orquidea. 1. ¢Por qué esta resfriado Panzon? 2. {Por qué esta celoso Pepino? 3. (Qué dice la Ultima nota del secuestrador? 42 tele cloth tapindose covering hha rendido hae eurren ‘aered ‘hilén sereeching, equeel= ing

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