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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE CIENCIAS QUÍMICAS


BIOQUÍMICA CLÍNICA
CITOTECNOLOGÍA
Nombres: Edison J. Arciniega
Fecha: 06/ 02/ 2022
Actividad: Realizar un resumen de los documentos enviados en clase
La microbiota vaginal: composición, papel protector, patología asociada y
perspectivas terapéuticas

La microbiota vaginal confiere protección a la mucosa vaginal mediante tres mecanismos:


una adherencia específica, producción de compuestos antimicrobianos y coagregación con
los patógenos. A pesar de que Lactobacillus crispatus, L. jensenni y L. gasseri confieran esta
protección, en algunas situaciones, microorganismos tales como Candida spp., tricomoniasis
e infecciones del tracto urinario la afectan.

Los lactobacillus son dominantes en la vagina, incluso se podría decir que son casi exclusivos
ya que en el intestino su proporción no es mayor al 1%, por esta razón se considera que
presentan un rol importante en el equilibrio del ecosistema vaginal, ya que actúan
previniendo la excesiva proliferación de microorganismos que pueden producir alteraciones
como Gardnerella vaginalis, impidiendo de igual forma la aparición de una vaginitis y
cervicitis. Posiblemente esta inocuidad se debe a su escasez de información genética, siendo
nutricionalmente exigentes, además son considerados como los principales candidatos para
ser usados en terapias de reposición en procesos patológicos que la afecten.

La protección de la mucosa vaginal depende en gran medida de su adhesión al epitelio y el


reconocimiento de adhesinas en los lactobacilos y receptores en el epitelio. La acidez también
juega un papel importante ya que la fibronectina de la matriz extracelular es reconocida
específicamente por lactobacilos aislados de vagina, favorecido por condiciones de acidez.
Al unirse estas dos estructuras se forma una biopelícula protectora con un efecto potenciado
debido a la capacidad de los lactobacilos vaginales para coagregar con los patógenos
potenciales como E. coli, G. vaginalis y c. albicans, este contacto estrecho aumenta la
efectividad del ácido láctico, peróxido de hidrógeno y otros productos microbiocidas.
Estos productos microbiocidas son los ácidos orgánicos, peróxido de hidrógeno,
bacteriocinas y agentes tensoactivos. El origen de la acidez vaginal es el ácido láctico
generado como producto final del metabolismo de fermentación de los glúcidos, y gracias a
este ambiente ácido se inhiben de forma parcial o total la mayor parte de las bacterias que
proceden del tracto digestivo o que tengan un origen ambiental. El efecto bactericida del
peróxido de hidrógeno se debe a su capacidad oxidante y la generación de radicales OH- que
dañan la integridad del ADN celular, potenciado por la generación de secreciones biológicas
durante la ovulación uterina en los que son abundantes la mieloperoxidasa y los radicales
haluro (Cl-). Las bacteriocinas se sintetizan en los ribosomas y producen la apertura de los
poros de la membrana celular de las bacterias. Por otra parte, los agentes tensoactivos
provocan la disminución de la tensión superficial, lo que favorece la solubilidad de las
sustancias hidrofóbicas, actividad observada en L. acidophilus y L. fermentum, que inhiben
la adhesión de E. faecalis y de E. coli.

En algunas situaciones la concentración de lactobacilos vaginales disminuye a un nivel


crítico en cuatro situaciones: vaginosis bacteriana, tricomoniasis, candidiasis e infecciones
del tracto urinario. Esta situación depende de varios factores, entre ellos cambios originados
por la propia fisiología, ya que el aumento cíclico de la concentración de hormonas
esteroideas que ayuda al desarrollo de los lactobacilos, también es beneficioso para ciertos
patógenos, por otra parte, en la descarga menstrual o el contacto con el semen, los
lactobacilos tienen dificultades para desarrollarse ya que el pH de estos es próximo a la
neutralidad.

Actualmente se tienen perspectivas terapéuticas para usar a los lactobacilos como agentes
probióticos, ya que en principio son dominantes en el tracto gastrourinario y debería ser más
sencillo promover la reposición de una microbiota normal, aunque en la práctica no parece
que su instalación haya dado resultados satisfactorios, tal vez se deba a una selección
deficiente de las cepas y el hecho de que casi siempre se administran cepas únicas, lo cual no
proporcione el ambiente adecuado para un ecosistema maduro, por ello es primordial llevar
acabo ensayos clínicos con un diseño adecuado que incluya una metodología a doble ciego,
donde se evalúe el potencial de las cepas candidatas a convertirse en probióticos urogenitales.
Con el desarrollo de más estudios futuros, esta podría convertirse en una terapia fiable y
efectiva, de fácil administración y sin efectos secundarios.

La microbiota en la mujer; aplicaciones clínicas de los probióticos

La superficie de la mucosa vaginal se encuentra recubierta por una secreción debida a dos
factores: la exudación del propio epitelio y la proveniente del cuello uterino, siendo
abundante en la edad fértil. Su riqueza nutricional la hace un blanco para la colonización
bacteriana, razón por la que adicionalmente contiene una concentración elevada de fagocitos,
linfocitos y factores solubles como defensinas, lactoferrina, proteínas del sistema del
complemento e inmunoglobulinas de tipo A. El aparato genital femenino pasa por diversas
etapas que son regidas por la actividad endocrina. La vagina se colonizará por lactobacilos
al nacimiento posiblemente debido a su paso por el canal de parto, en niñas premenárquicas,
su sistema endocrino en reposo le proporcionará una mucosa poco húmeda, la producción de
estrógenos en la pubertad provocará el aumento del espesor del epitelio vaginal y secreción
de exudado rico en nutrientes. Durante el embarazo se induce cierta inmunodepresión para
evitar el rechazo del embrión, un efecto compensado por el pH vaginal gracias al aumento
en la secreción de nutrientes y la concentración de lactobacilos. Por último, en las mujeres
postmenopáusicas se producirá una disminución del volumen del exudado vaginal y de los
nutrientes, debido a la interrupción del ciclo estrogénico.

Los lactobacilos son microorganismos inocuos que se encuentran en las cavidades internas
de animales y humanos, forman parte de la microbiota autóctona y solo en casos
excepcionales se las han asociado a procesos patológicos. Los que predominan en vagina son
L. crispatus, L. iners, L. jensenii, L. salivaris, L. vaginalis y L. gasseri. El mutualismo
presentado en la mucosa vaginal se debe a tres principales mecanismos: interferencia con el
establecimiento de organismos patógenos, producción de compuestos antimicrobianos
sintetizados por los lactobacilos vaginales (ácidos orgánicos, agua oxigenada y bacteriocinas)
y la coagregación con los patógenos potenciales.

La microbiota vaginal y mamaria está formada por microorganismos que cohabitan en


equilibrio y su disbiosis puede causar patologías, por lo que se ha implementado el uso de
probióticos que mantengan su equilibrio, siendo una terapia potencial para muchas
enfermedades de la mujer, ya sea como tratamiento coadyuvante o de primera elección.
Incluso pueden ser de utilidad tras una terapia antibiótica para recolonizar su mucosa y se
acidifique su pH vaginal, haciendo que el patógeno no se pueda recuperar. Su administración
puede ser por dos vías, tanto oral como vaginal, además ha demostrado un aumento en la
eficacia y reducción de las recidivas por vulvovaginitis candidiásica. A pesar de que la
evidencia de su efecto luego de la menopausia es limitada, existen datos que permiten
recomendarlas como adyuvantes en pacientes con clínica vaginal.

Los bacilos presentes en la leche humana también han demostrado ser una alternativa eficaz
a los antibióticos, puesto que no presentan afectos secundarios. Las cepas de Lactobacillus
salivarius aislada de leche humana ha demostrado una mayor eficiencia en comparación con
Lactobacillus fermentum ya que ha resuelto más del 90% de los casos. Su dosis terapéutica
recomendada es de 109 ucf, 3 veces al día durante 2-3 semanas y una sola dosis diaria de
manera profiláctiva.

Microbiota y disbiosis vaginal


La microbiota bacteriana cumple un papel fundamental en el organismo sobre todo en
procesos fisiológicos, inmunes y de nutrición, una de las microbiotas más importantes en las
mujeres es la que está presente en la vagina y que cumple su papel funcional en la
reproducción, estas se encuentran en el lumen vaginal es ahí donde se produce glucosa y
nutrientes a través de la producción del ATP que finalmente genera ácido láctico controlado
gracias a los estrógenos y al glucógeno.

Los Lactobacillus spp. que son bacterias grampositivas generan catabolismo del glucógeno
para producir así el ácido láctico lo cual permite que la vagina se mantenga en su pH
saludable (3.5 – 4,5) mismo que impide la proliferación de microorganismos patógenos. Los
lactobacillus encontrados en la vagina tienen la capacidad de autoagregarse y adherirse al
epitelio vaginal gracias a las glucoproteínas, carbohidratos, ácidos lipoteicoicos y cationes
divalentes de la superficie bacterial celular. Los lactobacillus benefician al epitelio vaginal
ya que producen alrededor del 20% de ácido láctico formando el L-lactato y LD-lactato,
además, metabolizan alrededor del 80% del glucógeno produciendo D -ácido láctico y L -
ácido láctico el cual es regulado por metaloproteínas para controlar los niveles de ácido
láctico. El ácido láctico inhibe respuestas proinflamatorias y estimula respuesta antiviral.
Otra característica de los Lactobacillus es que son productores de peróxido de hidrogeno lo
que ayuda a una mejor protección de la mucosa vaginal frente a alteraciones por otros
patógenos gracias a su capacidad oxidante. Otro mecanismo de defensa producido gracias a
los lactobacillus son las bacteriocinasas que son polipéptidos antimicrobianos.

Cuando las concentraciones de lactobacilos se modifican se produce una disbiosis que alteran
el ambiente vaginal ya que producen cambios de Lactobacillus a anaerobios facultativos,
producción de aminos volátiles por parte de la nueva flora bacteriana y un aumento de pH
mayor a 4,5; esto desencadena en una mayor proliferación de patógenos. El microbioma
vaginal se ve afectado por falta de cuidado en prácticas sexuales lo que incrementa el riesgo
de infecciones de transmisión sexual ya que la cantidad de lactobacillus disminuye. La raza
es otro factor de prevalencia en la vaginosis bacteriana ya que puede estar relacionada con
diferencias genéticas. La estabilidad de la microbiota vaginal también se ve regulada a la
producción de estrógenos lo cual se va modificando con la edad por lo que se puede ver una
mayor de producción de estrógenos en la pubertad gracias a la maduración de las glándulas
adrenales lo que favorece a una mayor cantidad de ácido láctico en la mucosa vaginal, por el
contrario, estos niveles descienden en la menopausia.

El glucógeno vaginal se ve inhibido por la producción de cortisol gracias a niveles elevados


de estrés lo que aumenta el riesgo de proliferación de patógenos, también se ve alterado
gracias a sustancias para la higiene vaginal lo que influye directamente en su pH. La
microbiota también se ve afectado por otros malos hábitos en el estilo de vida como el
cigarrillo, consumo de grasas saturadas, entre otros, lo que incide directamente en el aumento
de virulencia bacteriana. Las complicaciones debido a la alteración de la microbiota
bacteriana pueden desencadenar principalmente un parto pretérmino causando muerte
neonatal por el aumento de ascenso bacteriano en el tracto genital inferior, también las
infecciones de tipo maternal o neonatales lo que podría desencadenar en la muerte de uno o
ambos. También se puede presentar una enfermedad pélvica inflamatoria por enfermedades
de transmisión sexual asi como también por el virus de inmunodeficiencia humana.
BIBLIOGRAFÍA:
• Álvarez-Calatayud, G., Suárez, E., Rodríguez, J. M., & Pérez-Moreno, J. (2015). La
microbiota en la mujer; aplicaciones clínicas de los probióticos. Nutricion Hospitalaria, 32,
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• Martín, R., Soberón, N., Vázquez, F., & Suárez, J. E. (2008). La microbiota vaginal:
Composición, papel protector, patología asociada y perspectivas terapéuticas. In
Enfermedades Infecciosas y Microbiologia Clinica (Vol. 26, Issue 3, pp. 160–167). Elsevier.
https://doi.org/10.1157/13116753
• Mora Agüero, S. D. los Á. (2019). Microbiota y disbiosis vaginal. Revista Medica Sinergia,
4(1), 3–13. https://doi.org/10.31434/rms.v4i1.165

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